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Octubre 2011

Bolivia: Próximas elecciones de magistrados: Implicaciones y alcances del voto nulo


Paúl Antonio Coca Suárez Arana*

El año 2008, el actual gobierno pretendió deslegitimizar los referendos por los Estatutos Autonómicos en Pando, Beni, Santa Cruz y Tarija, argumentando que el voto nulo, más el blanco y el ausentismo son sinónimos de que la gente rechazó tales Estatutos; entonces, con toda lógica y amparados en esta fórmula que el MAS utiliza, tendremos que sumar el ausentismo, el voto blanco y los nulos para demostrar, con números en mano, que las próximas elecciones de magistrados fue un fracaso.

El voto NULO es aquel en donde el ciudadano no marca por una opción válida, es decir, marca por dos o más (cuando lo permitido por franja o candidatura es una sola marcación), cuando escribe en la papeleta electoral, cuando la rompe o da signos de que no votará por nadie (a diferencia del voto en blanco que es no dar marca alguna en la papeleta electoral sino depositarla en el ánfora tal como se la recibió, en blanco). El voto nulo puede ser accidental o intencional.

Como el voto es secreto, la persona que revele públicamente por quién votó, se anulará su voto; de igual forma, si introducimos al ánfora una papeleta que no es la oficial, también se anula el voto.

El votar nulo (o anular el voto) no significará que este voto se computará como válido, puesto que el nulo es nulo y el blanco es tal, pero a nivel social tiene un fuerte impacto, el cual es representar protesta ciudadana contra los actos de un Gobierno, a tal punto que si la cantidad de votos nulos es mayor a la de votos válidos, significará deslegitimización de los candidatos elegidos por el voto válido en dicha elección además que la gestión gubernamental que promovió dichos comicios tendrá que repensar su actuar para con la ciudadanía.

No se contempla en la legislación electoral boliviana la figura de que si los votos nulos son mayores que los válidos se invalidará el proceso, razón por la cual solo se computan los votos válidos. Hasta principios de este año, los miembros del Partido Obrero Revolucionario (POR), desde que perdieron rotundamente en las elecciones de 1985, fueron los abanderados, sin éxito, del voto nulo, pero jamás recibieron sanción alguna puesto que el efectuar propaganda para que la ciudadanía anule el voto es un derecho emocrático consagrado en la Constitución Política del Estado, por lo que se representa ahora una paradoja, puesto que quien efectúe campaña por el voto nulo será enjuiciado.

Los bolivianos encararemos un proceso electoral inédito (Elecciones del Órgano Judicial el domingo 16 de octubre), que pudo haber sido un referente de construcción de institucionalidad, de compromiso con la justicia, que podría haber devuelto, con el tiempo, la confianza ciudadana a nuestra cuestionable administración de justicia, donde siempre era el cuoteo político el que designaba a las máximas autoridades de este órgano administrador de justicia.

Los bolivianos siempre quisimos una administración de justicia que responda a los intereses del pueblo, en honor a la verdad, en donde la honestidad sea la que predomine en las autoridades, para así eliminar el estigma de que quien posea más dinero sea quien gane un juicio, en donde el ciudadano pueda dormir tranquilo sabiendo que la justicia iba a responder de acuerdo a los hechos ciertos.

Teníamos esa posibilidad eligiendo a las máximas autoridades del Órgano Judicial con nuestro voto, es decir, elegir a nuestros iguales para que nos representen y administren justicia, pero ello fue una ilusión ya que primó el cuoteo político a la hora de la designar los candidatos, en donde un solo partido utilizó la «dedocracia» para «escoger» a los candidatos y decirle al pueblo «ellos son los candidatos, voten por cualquiera de ellos ya que el resultado será el mismo».

Estás elecciones serán las más inéditas de la historia boliviana, puesto que un grueso sector de la población ni siquiera conoce a los candidatos, quienes, por cierto, están impedidos de efectuar campaña alguna bajo pena de inhabilitación; es decir, iremos a las urnas a ciegas a elegir al azar o por la cara del candidato o candidata.

Lo irónico del caso es que se está prohibiendo efectuar campaña a los propios candidatos, se sancionará a quienes promuevan el voto nulo, pero el Tribunal Supremo Electoral (TSE) es el único que puede realizar campaña a nombre de los candidatos bajo la figura de «difusión de méritos», lo cual no es más que efectuar campaña política por y para los candidatos, en donde dicha campaña que efectúa un Órgano del Estado (como lo es el Electoral) se lo hace con el dinero de todos y cada uno de los bolivianos.

A fin de cuenta, la cifra de 118 candidatos serán elegidos con el voto, en una papeleta electoral que medirá casi un metro, en donde existirán las siguientes franjas: Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal Agroambiental, Consejo de la Magistratura y Tribunal Constitucional Plurinacional.

Prohibición y penalización de la campaña por el voto nulo

Penalizar el voto nulo no es más que una solución sin pies ni cabeza que no beneficia a nadie, puesto que el voto nulo no sólo es un derecho democrático, sino que está garantizado por la Constitución Política del Estado, la Ley del Órgano Electoral y con el artículo 161 de la Ley de Régimen Electoral estipula la existencia, y por ende la validez, del voto nulo.

Existe el derecho a la libre expresión, al disenso, a votar por la opción que uno desease, a efectuar campañas por el candidato de preferencia, derechos establecidos en la Constitución aunque, no obstante, se prohíbe hacer campaña por alguno de los candidatos a los cargos en las Elecciones del Órgano Judicial, pero lo paradójico del caso es que quienes hacen campaña por el voto nulo, no hacen propaganda para ninguno de los candidatos.

¿Y si queremos anular nuestro voto?, ¿Acaso deben haber sanciones a este derecho?, ¿Acaso no podemos pensar diferente en un Estado en donde existe democracia y tolerancia?, ¿Será correcto apoyar a candidatos que no conocemos y que no sabemos qué ofrecen?

¿Por qué se excluye al área rural del país de un derecho claro como es el conocer a candidatos por los cuales votarán? puesto que si en las ciudades se los conoce poco, nos imaginamos cómo será en provincias, es decir, existirá un total desconocimiento, pero tampoco nos olvidemos del rol de Canal Siete «Bolivia TV» que está promocionando, en franca violación a las reglas electorales, a los candidatos afines al Gobierno, pero nadie puede hacer cumplir la norma.

Sectores de oposición iniciaron una campaña por el voto nulo, que ha sido penalizada por el oficialismo en consonancia con el Órgano Electoral Plurinacional, en donde la gente, en vez de callarse por miedo, intensifica por todos los medios disponibles una campaña para que los ciudadanos anulen el voto. Es cierto que los votos nulo y blanco no ingresan en los cómputos válidos, pero es una protesta social que posee todo ciudadano que no está de acuerdo con actos del gobierno de turno, en donde sirve para deslegitimizar un proceso electoral, en donde lo legal será que los candidatos que tengan más votos sean los elegidos, pero a mayor cantidad de votos nulos, menos legitimidad gozarán dichas autoridades.

Abstencionismo + voto blanco + voto nulo = Fracaso eleccionario

El fantasma del abstencionismo, en estos últimos años, ha sido desterrado, en donde se redujo primero a un 18% en 2005 y luego a cerca del 2% en 2009. El domingo 21 de julio de este año, en el Suplemento «Animal Político» de La Razón, el Vicepresidente Álvaro García Linera afirmaba lo que muchos esperaban: Que el ausentismo bordeará el 40%, razón que no parece preocuparle al actual Gobierno puesto que lo ve como «normal» y «previsible», puesto que apelará a su militancia para llevar adelante este proceso y luego calificarlo como exitoso y cuestionar a quienes llaman al voto nulo.

Recordemos que en 2008, el actual gobierno pretendió deslegitimizar los referendos por los Estatutos Autonómicos en Pando, Beni, Santa Cruz y Tarija, argumentando que el voto nulo, más el blanco y el ausentismo son sinónimos de que la gente rechazó tales Estatutos; entonces, con toda lógica y amparados en esta fórmula que el MAS utiliza, tendremos que sumar el ausentismo, el voto blanco y los nulos para demostrar, con números en mano, que este proceso será un fracaso.

A fin de cuentas, con la vara con la que mides, serás medido. De igual forma, el 22 de agosto, en ocasión del ampliado de organizaciones sociales y del MAS realizado en la Casa Campestre de Cochabamba, ese grupo político instó a su militancia a que se vote por los candidatos y anticipó que quiere ganar estas elecciones «con más del 60 por ciento, con el sí», para que sea el séptimo triunfo electoral del MAS.

Entonces, si se quiere penalizar a quienes promueven el voto nulo, ¿por qué no se hace lo mismo con los promotores del voto válido, en donde sí se insta a votar por ciertos candidatos?

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* Abogado y docente universitario.

Pukara, Periodico Mensual. Octubre 2011
Qullasuyo, Bolivia. Año5. Número 62


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