Un planteamiento para el debate:
El dilema del suma qamaña:
¿«Vivir Bien» o «Vivir Mejor»?
Alberto Samuel Soria, Ph.D.
* Este artículo es una condensación del editorial del boletín del Grupo PGnet Nº 320 del Dr. Saúl Escalera y de una nota publicada en Aula Libre, en la que el autor resume la presentación de su libro Vivir bien o vivir mejor que tuvo lugar el pasado
16 de junio en Cochabamba.
samuelsoria@gmail.com
En la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia en actual vigencia, se da por sentado que el principio orientador de todo su contenido (y no sólo del Régimen Económico) es el "Vivir Bien". Así, al establecer los principios, valores y fines del Estado, el Art. 8º señala como uno de los principios básicos fundamentales al vivir bien (suma qamaña). Por otro lado, la Parte Cuarta de la Constitución, destinada a la Estructura y Organización Económica del Estado, en el Art. 306 referida al modelo plural económico boliviano, señala que está orientado a mejorar la calidad de vida y el vivir bien de todas las bolivianas y los bolivianos.
En otras normas orgánicas y ordinarias y decretos supremos, está también este principio inmerso explícita o implícitamente. Es también la base del modelo propuesto en el Plan Nacional de Desarrollo, cuando menos en su parte doctrinal, aunque no operativa. En esa situación es fundamental comprender a qué se refiere y analizar si realmente es un principio fundamental y básico, cuando menos desde el punto de vista económico y de los principios de planificación y de políticas y estrategias de crecimiento y desarrollo.
El Plan Nacional de Desarrollo del actual gobierno nacional, plasma desde su denominación completa este principio al llamarse: "Plan Nacional De Desarrollo: Bolivia Digna, Soberana, Productiva Y Democrática Para Vivir Bien". Este Plan, al hablar de la concepción del Desarrollo, establece expresa y claramente al "Vivir Bien", como el fundamento de la nueva propuesta de desarrollo.
Dicho plan aclara que el "Vivir Bien" "Es una convivencia comunitaria con interculturalidad y sin asimetrías de poder: "no se pude vivir bien si los demás viven mal". Al mismo tiempo, vivir bien en armonía con la naturaleza significa "vivir en equilibrio con lo que nos rodea". Pero, en ninguna parte se señala algo respecto a innovación que permita no sólo vivir bien, sino vivir mejor.
Los propugnadores del principio del "Vivir Bien", dan por sentado que este principio es identificable con el desarrollo sostenible y sustentable de pleno respeto a la naturaleza y el medio ambiente. En el libro que presentamos demostramos que eso no es así. Según sus propugnadores, el «Vivir bien» se debe entender como el equilibrio y armonía con la naturaleza lograda por los pueblos originarios en sus modos de producción tradicionales, equilibrio que no debiera romperse, puesto que esa ruptura significaría un atentado no sólo a las personas sino a la madre naturaleza. Esas formas tradicionales de organización productiva garantizarían una conservación, defensa o recuperación del medio ambiente, amén de otras connotaciones económicas.
En realidad, como se explicita en el libro, no han garantizado, no garantizan ni garantizarán en el futuro un desarrollo económico sustentable y sostenible, integral del ser humano, que preserve y desarrolle el medio ambiente y garantice su disfrute a las generaciones futuras. Desde mi punto de vista, el aceptar pasivamente ese principio como referente para la organización productiva, es condenar al país al estancamiento, desaprovechar los adelantos científico técnicos de otras culturas y países, renunciar a la investigación científica y, principalmente, a la innovación como premisa básica del progreso, así como a la iniciativa personal y colectiva de incentivar un mejor aprovechamiento de los factores productivos e incrementar la productividad, situación lamentable si en el mundo del presente y del futuro el conocimiento y la innovación constituyen la base de progreso.
La propuesta del «Vivir bien» impide la incorporación de los saberes ancestrales de los pueblos originario campesinos indígenas a la corriente universal del conocimiento. Es pues esa preocupación que nos ha llevado a plantear este ensayo que debe constituirse en el inicio de una discusión científica y sobre esa base lograr conclusiones y propuestas que vayan a sustituir el principio de «Vivir Bien» por el de "Vivir Mejor", más acorde con las aspiraciones sociales y personales y con el contexto de un mundo de cambios y transformaciones permanentes; de avance y no de retroceso.
En ningún momento esta propuesta niega la consideración de las formas productivas originarias; lo que discute es que puedan ser el fundamento del así llamado modelo de economía plural. Es pues el análisis comparativo, particularmente desde la óptica económica, de estos dos principios básicos; "Vivir Bien" o "Vivir Mejor" y de sus resultados, el que debe constituirse en orientador de la construcción de la sociedad, del Estado, de su modelo económico y de sus instituciones. Como resultado de ese análisis se plantea el establecimiento del principio del "Vivir Mejor" en sustitución del "Vivir Bien", considerando que no son antinómicos, sino complementarios, pues cualquier sociedad se plantea de manera permanente el "Vivir Mejor" empleando para ello los adelantos científico técnicos, la tecnología, el conocimiento y la innovación, así como nuevas formas más progresistas y efectivas de organización productiva y social.
En el curso de ese proceso, en determinado momento, se logra alcanzar determinada meta identificada como el "Vivir Bien", pero inmediatamente la sociedad planifica e implementa medidas para superar ese nivel, planteándose "Vivir Mejor". Es decir, se parte del "Vivir" Bien" y una vez logrado bajo el principio del "Vivir Mejor" se alcanzará un nuevo nivel superior de "Vivir Bien", con determinados niveles tecnológicos, de conocimientos e innovativos.
En resumen: el "Vivir Bien" es un modelo estacionario" que de no integrarse al modelo dinámico del "Vivir Mejor" (como principio rector y básico) conduce al estancamiento y retroceso. En las condiciones de Bolivia donde la mayoría de la población tiene niveles de vida precarios, el pretender establecer el principio de "Vivir Bien" es un intento retrogrado y peligroso; más aún si se piensa bajo esa consigna construir el socialismo comunitario, con una economía plural, en contraposición a la economía mixta, sólo puede conducir al estancamiento nacional y -lo más peligroso- a su retroceso y desaparición.
En el trabajo se analizan esos principios con ayuda de un marco conceptual, teórico y real, utilizando una metodología que nos permite llegar a conclusiones y recomendaciones. El principio rector debe ser el "Vivir Mejor" y en su contexto, aplicar el de "Vivir Bien". El Principio del «Vivir Mejor», plantea la implementación de un modelo dinámico y que en el proceso planteado por el "Vivir Mejor", el «Vivir Bien», es tan solo un momento en el tiempo que da inmediatamente paso al "Vivir Mejor", por lo que el principio del "Vivir Bien" debe estar enmarcado dentro del principio del "Vivir Mejor", como rector.
El mantener incólume el principio del "Vivir Bien" y no sustituirlo por el de "Vivir Mejor", no orientará a las actividades productivas hacia el progreso y la sociedad y sus miembros estarán condenados al estancamiento en los actuales bajo niveles de vida. Sólo la implementación del principio del "Vivir Mejor" permitirá el progreso social y un mejor nivel de vida para su población, y al país consolidarse como actor internacional en los procesos de integración y de inserción positiva en la globalización.
ESQUEMA DEL LIBRO: VIVIR BIEN O VIVIR MEJOR
1.- Todo el accionar del gobierno actual está impregnado del paradigma del "Vivir Bien".
2.- El "Vivir Bien" privilegia como paradigma lo estacionario en general, y en lo económico a modelos estáticos donde están ausente la ciencia, la tecnología, la innovación y el conocimiento.
Por su parte el "Vivir Mejor" es un paradigma que presupone un constante cambio y transformación en todos los órdenes de la vida, y en lo económico significa un modelo de crecimiento basado en el desarrollo de las fuerzas productivas sustentadas en los avances de la ciencia, la tecnología, la innovación y el conocimiento.
3.- Las sociedades que consideran el "Vivir Bien" como la meta ya lograda en algún momento del tiempo (en el caso boliviano, en el pasado que supuestamente es un equilibrio con la naturaleza y con sus semejantes que no debe ser alterado), están destinadas al estancamiento y a la regresión.
4.- El "Vivir Bien" es un momento fugaz en el devenir histórico de la sociedad, resultado de la aspiración de vivir mejor con conocimiento, tecnología e innovación; momento que se rompe en el proceso casi de inmediato por la aspiración de la humanidad de vivir aún mejor, poniendo para ello en movimiento nuevas tecnologías, conocimientos innovación etc.
Como resultado, en perspectiva histórica esas sociedades logran en un nivel superior otro momento de equilibrio reflejado en el vivir bien, y la aspiración de vivir mejor la conduce en el futuro a otro punto de equilibrio. Este proceso no está exento de altibajos, pero, en última instancia la tendencia es al progreso. Este proceso es ininterrumpido y lo será mientras exista la humanidad.
5.- Pretender equiparar esa aspiración humana con el sistema económico capitalista y un modelo de desarrollo que ataca al medio ambiente y a la naturaleza es otra falacia, pues justamente quienes combaten al capitalismo luchan porque los conocimientos, la ciencia y la tecnología sirvan para lograr nuevos equilibrios superiores, en nuevas relaciones con la naturaleza y con los semejantes, abogando por el fin de la explotación humana y el desenfreno en la utilización de los recurso naturales. El respeto al medio ambiente sólo es posible si se utilizan tecnologías de punta y conocimientos de avanzada; de otra forma ese «equilibrio del pasado» terminará agotando las reservas de la naturaleza.
6.- Los paradigmas del "Vivir Bien" y el "Vivir Mejor" están relacionados. El "Vivir Bien" es parte del proceso del "Vivir Mejor" y así se lo debe considerar si hay voluntad de alcanzar mejores niveles de vida para nuestra población.
7.- El paradigma del "Vivir Bien" no presenta una racionalidad que permita seleccionar proyectos de carácter económico y/o social que justifiquen la asignación de recursos, escasos en relación a nuestras múltiples necesidades, con preeminencia a otros proyectos de ese carácter. No se conocen, ni en los proyectos económicos, tampoco en los de carácter social, el porqué de ejecución de unos proyectos y no de otros.
En síntesis, no se encuentra algún criterio de racionalidad en la asignación de recursos. Al no contar con algún criterio es posible que esos recursos se pierdan sin retorno. Es pues urgente la definición de un criterio de racionalidad para la asignación de recursos a proyectos alternativos que permitan su adecuado uso y su retorno para su recuperación con el plus producto generado que debe ser destinado a inversión neta, base de una producción ampliada que produce recursos destinados al progreso económico y social.
No es posible distribuir los recursos simplemente sobre la base de proyectos de ingeniería o de carácter arquitectónico, sin considerar su factibilidad económica y/o social, el retorno de esos recursos y su productividad; el hacerlo sobre la base voluntarista es una aberración. En cambio, el paradigma del "Vivir Mejor" indefectiblemente se basa en la racionalidad económica, la contabilidad de costos, ingresos y la determinación sobre esa base de la competitividad y de la factibilidad y rendimiento de los proyectos.
8.- El peligro está en que a pesar de las declaraciones de los ministros del área económica, el paradigma del "Vivir Bien" no se compadece con la aspiración de crecer y progresar para "Vivir Mejor". Por lo mismo, es preocupación no de simple política coyuntural sino más bien por el futuro del país y de sus habitantes.
Aceptar pasivamente ese paradigma es condenar al país al estancamiento, desaprovechar los adelantos científico técnicos de otras culturas y países, renunciar a la investigación científica y a la innovación, así como a la iniciativa personal y colectiva de incentivar un mejor aprovechamiento de los factores productivos e incrementar la productividad. El imperativo del momento es aprovechar los conocimientos y experiencia universales sin desechar en modo alguno los saberes ancestrales originarios, sino más bien incorporarlos a la corriente universal del conocimiento y así avanzar siempre bajo el paradigma del "Vivir Mejor".
9.- En el paradigma sustentado del "Vivir Bien" no se explicita cuál el referente teórico en que se basa y tampoco se acreditan las categorías económicas que le sirven de base, excepto generalidades como la reciprocidad, la cooperación etc., desechando otras como la productividad, el rendimiento, la competitividad, etc.; que en las condiciones del mundo globalizado económica y financieramente de hoy, el no considerarlas conduce al estancamiento como resultado de la implementación dogmática por sus sustentadores del paradigma del "Vivir Bien".
10.- En los planes de desarrollo formulados por el gobierno que orientan su accionar, se encuentra una contradicción insalvable, pues en su parte declarativa plantean el "Vivir Bien", añoran el pasado y se plantean restaurar ese equilibrio permanente que nunca existió; pero en la parte operativa de determinación de metas y objetivos utilizan las herramientas propias de la economía clásica y la racionalidad económica inherente a la misma.
Por eso es que me he permitido señalar que eso es un revoltillo que debe ser tamizado y reformulado. El paradigma del "Vivir Bien" conduce a sus sustentadores a plantear el modelo de economía plural comunitaria asignando roles excesivos las economías indígena originaria campesinas que no tienen sino una significación marginal en la generación del producto interno bruto, presentándolo como el sector rector, cuando la realidad demuestra que no es así.
El modelo que requiere el país para su crecimiento y desarrollo es el de economía mixta con presencia de sectores estatal, privado nacional y extranjero cooperativo y originario indigna campesino, pero dándole al sector estatal el rol de rector y conductor del proceso con el reconocimiento de que el aporte de la iniciativa privada, en la coyuntura presente, es no sólo necesaria sino indispensable.
11.- La aceptación y absolutización del paradigma del «Vivir Bien» ha conducido a políticas erróneas que ya han resultado en experiencias negativas en otros países. Podemos señalar las siguientes características:
a) El privilegio del subsidio sobre la inversión.
b) La preferencia del sector financiero sobre el sector productivo.
c) El abandono de categorías básicas fundamentales como el de la competitividad y de la lógica y la racionalidad económica.
d) La ausencia de gestión efectiva en sectores claves de la economía y descontrol de actividades ilícitas como el narcotráfico y el contrabando.
e) La volatilidad permanente de las reglas del juego y del irrespeto del Estado de Derecho.
f) El fariseísmo del discurso gubernamental en relación al fin de la economía de mercado.
12.- Ese falso discurso ha conducido al divorcio entre la realidad económica basada en una economía de mercado con intervención estatal y la normativa impuesta por la Parte Cuarta de la Constitución Política del Estado que es meramente declarativa, cuando la norma que rige el quehacer económico en el país sigue siendo el Decreto 21060. El pretender modificar la superestructura jurídica sin cambiar la base económica, como se está pretendiendo con nuevas leyes y códigos es simplemente una aventura más, que terminará sin resultado alguno, con desperdicio de esfuerzos y recursos.
Mientras no se avance en el crecimiento y desarrollo económico y social, seguiremos regidos por el Decreto Supremo citado, no obstante los múltiples entierros que se le han hecho. Únicamente con crecimiento y desarrollo, generación de fuentes de empleo, industrialización, valor agregado en nuestros productos exportables, empresas competitivas y generación de riqueza, podremos plantearnos pasar a nuevas formas de organización productiva, a una superestructura jurídica que le responda y a una sociedad más equitativa, incluyente y justa.
13.- En la coyuntura y de inmediato a fin de reorientar el proceso de cambio, sugiero modestamente
a) A la revisión inmediata del principio del "Vivir Bien" como paradigma rector y sustituirlo por el de "Vivir Mejor", del cual deberá forma parte el "Vivir Bien".
b) Efectuada la modificación indicada, adecuar todas las normas jurídicas, planes
programas, proyectos en la organización social y estatal al paradigma del vivir mejor
c) La implementación del "Vivir Mejor" debe estar orientada fundamentalmente a las actividades productivas, a fin de identificar y aplicar la innovación como motor del progreso y la competitividad
d) Privilegiar, para lograr lo anteriormente expuesto, la inversión sobre el subsidio
e) Privilegiar el sector productivo sobre el sector financiero, disminuyendo el
spread bancario vigente actualmente
f) Establecer un sistema judicial único y garantizar el Estado de Derecho mediante el respeto y la consolidad de la institucionalidad y la normativa jurídica mientras no se modifiquen las condiciones económico sociales.
14.- Es pues esa preocupación la que me ha llevado a plantear este ensayo, mediante el que aspiro se constituya en inicio de una discusión científica y, sobre esa base, lograr conclusiones y propuestas que vayan, bien a consolidar el principio del "Vivir Bien" o, por el contrario, a sustituirlo por el principio del "Vivir Mejor", más acorde con las aspiraciones sociales y personales y con el contexto de un mundo de cambios y transformaciones permanentes; de avance y no de retroceso.
Esta propuesta considera las formas productivas originarias, pero en ningún caso como centro o fundamento del así llamado modelo de economía plural. Este es el aspecto más importante al que debemos abocarnos los bolivianos, en particular los economistas, juristas y otros profesionales y no distraerse en aspectos que no van a definir el destino del país en el futuro.
Es pues el análisis comparativo, particularmente desde la óptica económica, social y jurídica de estos dos principios básicos; "Vivir Bien" o "Vivir Mejor" y de sus resultados, lo que debe constituirse en el orientador de la construcción de la sociedad, del Estado, de su modelo económico y de sus instituciones.
Como resultado de ese análisis se plantea el establecimiento del principio del "Vivir Mejor" en sustitución del "Vivir Bien". El principio del "Vivir Bien", como ya lo he señalado, no es antinómico al de "Vivir Mejor" sino complementario.
15.- Estoy a sus órdenes para un intercambio fructífero de ideas que profundicen el análisis y nos lleven a conclusiones basadas en ese análisis y la lógica, como debe ser cuando se discuten paradigmas, principios, valores, políticas, planes, programas y proyectos; pues de esa discusión y elucidación saldrá la aproximación a la verdad que nos beneficie a todos.
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