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Abril 2011

Argentina

Entrevista a Pablo Solano del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD)

Waldo Lao Fuentes Sánchez.



La siguiente entrevista realizada el 07 de Marzo del 2011 en la ciudad de Buenos Aires a Pablo Solanas - que proviene del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) de Lanús y actualmente es integrante del Área de Formación del Frente Popular Darío Santillán (FPDS) en Argentina.



W: Pablo, ¿cómo es que históricamente surge y se compone el Frente Popular Darío Santillán?

P: El Frente termina sintetizando e integrando distintos movimientos barriales, culturales, estudiantiles y de algunos compañeros que se organizan en sus trabajos, la previa son los movimientos que se organizan. En particular, nosotros en el Movimiento de Trabajadores Desocupados – MTD, hemos cumplido 11 años, algunos otros núcleos del movimiento tienen 12 años. Nos remontamos a finales de la década del 90 en nuestro país con la ofensiva neoliberal, que también tuvo su correlato continental, la década de los gobiernos de Menem. Aquí tuvo un avance muy fuerte sobre el empleo, la precarización de la vida y muchas circunstancias que desmejoraron notablemente y en poco tiempo la condición de vida de los trabajadores y de los sectores excluidos.

Esto se vio acompañado de la mano de una crisis de representatividad de las estructuras tradicionales, ya sean los partidos políticos o incluso los sindicatos que ante ese golpe neoliberal se encontraron frente a una circunstancia o de desconcierto, o en otras, directamente cómplices. Parte de los sindicatos, parte de lo que aquí es la estructura de la Central Sindical (CGT) acompaño las políticas neoliberales y eso genero que en algunos sectores de la militancia de la cual veníamos muchos compañeros, se buscara no solamente salir a dar una lucha para enfrentar la desocupación sino hacerlo desde herramientas organizativas que de alguna forma fueron novedosas, recrear otra lógica, que no fueran aquellas estructuras burocratizadas y que no estaban dando respuesta a las necesidades de lucha de aquellos años, así surge el MTD.

En su momento, los principios bajo los que nos fundamos eran: horizontalidad, democracia directa y cambios sociales, como una aspiración a que las luchas tuvieran un horizonte más allá del problema reivindicativo. Aquel ciclo de lucha, con todas sus complejidades en diciembre del 2001, tiene un punto de eclosión muy fuerte, una rebelión popular de dimensiones importantes en todo el país. Fuertemente los cordones suburbanos avanzando sobre la capital y la caída del gobierno de Fernando de la Rua continuidad del Menemismo, con un saldo de una represión muy fuerte, de muertes.

Ese punto de quiebre con una hegemonía neoliberal, no es que encuentre una respuesta popular en términos de alternativa o de gobierno o de reorganización social en otros términos y se reciclan variantes desde la misma lógica del sistema que venían vigente. El gobierno posterior, un gobierno que también intenta ser represivo respecto a las protestas populares. Seis meses después de la rebelión, una represión que el gobierno intenta que sea aleccionadora se da en el puente Pueyrredón sobre una protesta nuestra del MTD. Era un cerco a los distintos accesos a la capital, porque realmente no estaba habiendo respuesta a seis meses de la crisis de la situación de necesidad extrema en las barriadas, de esa represión son asesinados dos de nuestros compañeros y se vuelve a producir una situación política de mucha complejidad. Ese gobierno también termina adelantando sus elecciones y recién después el Kirchnerismo se empieza a preparar como un ciclo de gobiernos más estables, con toda su complejidad.

Con estos antecedentes, quiero señalar que nuestros movimientos desocupados han tenido un protagonismo fuerte en estos años, desde una actitud de resistencia, de confrontación directa con las variables represivas y sostenedoras del neoliberalismo y de aquel momento. Cierto proceso de maduración después de varios años de lucha, el desafío que se nos impone era salir de un movimiento específicamente de desocupados, para pensar en alguna forma de organización popular, que integre distintas sectores, este proceso se da hacia el 2004 y ahí es donde surge el Frente Popular Darío Santillán (FPDS).

Nosotros no desarmamos a los movimientos desocupados, no es que renegamos de haber construido herramientas sectoriales reivindicativas de base, pero si pensamos integrarlas en una proyección que llamamos de “político social” más amplia, más integral. En el 2004 se conforma un Frente, porque es un Frente de movimientos y sectores y la referencia de Darío Santillán es por uno de los compañeros asesinados en aquel momento del 2002. Darío, un referente de nuestra organización a pesar de que era un joven de 21 años y que la forma como fue asesinado fue un símbolo muy fuerte de los que expresaban nuestras luchas y lo que el sistema estaba dispuesto ha hacer, un disparo por la espalda cuando el estaba asistiendo a un compañero herido, todo un contexto que genero un fuerte impacto social y de ahí la referencia a nuestro nombre.

W: ¿Cómo es que se organizan y convergen en el Frente esas múltiples y variadas experiencias de lucha, eso que ustedes llaman de “síntesis política”? ¿Cómo es que se toman las decisiones?

P: Hay un factor común que como te decía es la critica a la lógica de las políticas tradicionales, incluso de la izquierda, por ejemplo, en el momento de mayor expansión del movimiento asambleario, muchos de los partidos de izquierda, incluso de los partidos mas radicales se han desenvuelto con una actitud paternalista, en el mejor sentido, pero también lo que aquí se les denomina de aparateos sobre las asambleas generales, de dirigirlas desde afuera, de montarse desde un lugar supuesto del saber político sobre un pueblo que necesita ser orientado. Eso y obviamente una critica mucho mas frontal hacia los partidos sostenedores del sistema, los partidos tradicionales del bipartidismo, pero también ese aspecto hacia la izquierda, hacia que busquemos nuevos horizontes organizativos y también de una concepción política, entonces desde ahí, compañeros que venia de esas experiencias con una lectura critica se suman, compañeros que venían hasta de sectores populares de Peronismo, sectores de las comunidades de base de la iglesia, el punto en común era coincidir en que había que gestar algo nuevo en términos políticos, ideológicos y organizativos al calor de un ciclo de luchas muy álgidas que se vivían.

A partir de ahí, se da un proceso de construcción de un concepto común sobre la organización y sobre la política, pero el primer punto que nos unió fue el rechazo a lo que conocíamos y lo que no queríamos. Hoy el Frente amalgama ideológicamente esos distintos orígenes, si bien no es que tengamos un planteo acabado o una posición ideológica acabada, sino mas bien, un recoger de tradiciones, recoger esas distintas tradiciones, por un lado, es coherente con nuestra intención no dogmatica no cerrada, digamos, de lo que es un proceso popular de cambio. Hay obviamente principios, definiciones, en aquel primer plenario de fundación del Frente nos definimos por los anti, anti-imperialista, anti-capitalista, anti- sistémico, anti- patriarcal y a partir de ahí, había que construir por la positiva un sentido, una idea genérica de socialismo como respuesta a un planeo anti-capitalista, pero decir socialismo, ¿Qué? de ¿Cuál? ¿Con qué referencia?

Seguramente las experiencias del socialismo real del siglo XX no es una referencia positiva para nosotros, valorando los intentos de muchas generaciones de revolucionarios, pero también leyendo las limitaciones y dificultades, Chávez hablando de socialismo del siglo XXI, discursivamente algunos elementos de distanciamiento y de criticas a viejas experiencias, vemos ahí, que nos termina todavía siendo confuso de que se trata. Hemos leído con interés las experiencias de los compañeros Zapatista, así como las experiencias del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) de Brasil.

W: Ahora que señalas estas otras luchas Latinoamericanas, en el caso de México con el EZLN. En que sentido los Zapatistas han inspirado o apartado para la lucha del Frente. Como es que ven la experiencia de la “Otra Campaña” o de las enseñanzas del “Mandar Obedeciendo”?

P: Bueno, esos han sido elementos fundadores, sobre todo en aquel primer momento de decir, no queremos aquella lógica del dirigente alejado de sus bases, del comité central, de ese centralismo democrático que después terminaba siendo un centralismo burocrático de los organismo tradicionales. El Zapatismo fue esa referencia, la democracia de base, la horizontalidad de la acción directa tenia que ver con esa lógica. La ida de autonomía aglutino del 1999 al 2002 todas estas experiencias, las nuestras incluso. Claro que después, a la par de esa valorización que planteaba el Zapatismo, nosotros también rescatamos al MST en un sentido que creemos que complementa una fuerte idea de la necesidad de organizar esa democracia directa, esa acción y de construir una estructura organizativa, porque si pensamos en una fuerza nacional en un conjunto de un pueblo heterogéneo, complejo, organizado con una voluntad común, la mera idea de la horizontalidad de base nos quedaba corta.

Y aquí esas ideas Zapatistas han venido a la mano de cierto rechazo a la organización, como que toda organización es burocracia, como que toda proyección mas allá de la asamblea de base es un germen que desvirtúa las ideas igualitarias. Nosotros tenemos un esquema de funcionamiento a través de delegados, de forma federada de funcionamiento, así es lo que hemos adoptado.

W: ¿Cómo es que se organiza el Frente a nivel regional y nacional, realizan elecciones?

P: En principio como te decía, cada movimiento mantiene su esencia, el movimiento desocupado, la agrupación de trabajadores en un ámbito sindical es una agrupación de base o la agrupación estudiantil en la universidad. Por zonas, definimos regionales y en cada regional con un criterio que llamamos de” multi-sectorialidad”, en un sentido que no importa si son los del movimiento estudiantil, los del movimiento barrial, la clase trabajadora organizada, bueno, regionalmente reunimos a los delegados que cada grupo elige en una mesa común. Esa regional es el ámbito, el primer ámbito de síntesis de la elaboración política de nuestra organización, cada regional manda también a sus delegados a una instancia que no llamamos de “conducción” sino de “síntesis política.

No creemos sea solo una diferencia de lenguaje, en todo caso si salen vectores políticos de esa mesa es sintetizando lo que se elabora previamente en la organización y es ese un poco el funcionamiento. A nivel Nacional, con el crecimiento del Frente fuimos estableciendo en forma de encuentros trimestrales con los delegados, a veces en forma mas reducida de unos 60 compañeros y a veces en forma mas plenaria, ahora en marzo seremos unos 300 compañeros delegados a nivel nacional. No tenemos un esquema rígido, que diga, delegados son cada tantos compañeros, hay una lógica de consenso y de flexibilidad de todo ese mecanismo, ninguna regional le pregunta a la otra si deben ser seis delegados en vez de ocho, es bastante mas flexible e informal, porque también hay un proceso formativo.

W: ¿Cómo es que funcionan las Asambleas Barriales?

P: En el movimiento barrial que es donde se sujeta el movimiento de desocupados, con el tiempo se fue complejizando y no solamente luchamos por trabajo sino por otras reivindicaciones barriales. En cada barrio en el que estemos, se dispone una asamblea, generalmente en un centro comunitario, un salón, un ámbito de pertenecía del movimiento. Y así se convoca la asamblea del barrio, que tiene una particularidad, es la asamblea del movimiento pero a la vez abierta, cualquier vecino se puede presentar. Lo tomamos como la primera aproximación a lo que el movimiento tiene ya como definiciones previas, pero el temario de las asambleas se construye ahí y los temas se debaten ahí. Por lo general las asambleas pueden ser de 50 compañeros en cada barrio, sobre todo en la gran Buenos Aires donde hay una disputa política con las lógicas tradicionales de control territoriales fuertes con el Estado.

No es que nosotros confiscamos barrios, o que ejercemos poder de organización y decisión en un barrio, si en ese barrio hay un núcleo organizativo del movimiento que convoca entre 50 y 80 familias más o menos ese es el promedio del número de familias que participan en el movimiento activamente. Eso se da en la Asamblea, donde se elabora los temarios combinando lo que son temas de debate en la organización y lo que son las necesidades barriales. En ese equilibrio a veces los temas políticos pueden quedar un poco cortos, a veces una necesidad coyuntural del barrio se lleva el 80% de la Asamblea, como son semanales o como mucho quincenales, se van llevando los temas.

La realidad es que aunque no este escrito, los debates más políticos en el buen sentido, los análisis de la coyuntura política más general se dan en los ámbitos regionales y no en las asambleas de base. A mi me gustaría que en cada asamblea de base, el pueblo llegue con una necesidad y quiera debatir el modelo de país, pero la realidad es que terminan mas orientadas a debates sobre problemas cotidianos, que esboza alguna inquietud mas general, pero el debate mas político se dan en las Regionales donde participa el activo militante, los delegados y los compañeros mas referentes de cada ámbito.

W: ¿Cómo es que funcionan y se organizan las Cooperativas? ¿Cómo es que surgieron y cuales han sido sus experiencias?

P: Desde el surgimiento mismo de nuestro movimiento, hay un planteo ante la falta de trabajo y la crisis total que hay hoy en ese plano, aprovechemos si queremos nuevas formas, pensemos una forma de propiedad social de los medios de producción. La idea era evitar que alguien sea el dueño del taller, eso esta bueno, decíamos, conseguimos trabajo, pero acabamos trabajando para fulano, entonces el movimiento se propuso construir desprendimientos laborales con otra lógica y otra dinámica y eso estuvo presente en los primeros talleres de formación de base, aquí no hay Patrón, ya veras algunas camisetas de nuestra organización que dicen “Trabajo sin Patrón”.

Ahí hay un núcleo fuerte de insistencia, no es lineal, ni todos los resultados son óptimos, obviamente una persona de 50 años que laburo 30 o 35 años con una lógica no le cambia la cabeza de un día para el otro, y aunque lo dispongas de una forma, te dice, bueno pero si aquí tu no ordenas esto no funciona, le decimos compañero, acabamos de hacer la asamblea intentemos de ordenar entre todos, repartir roles, tareas especificas, no es que viene fulano a decidir, sino que lo hagamos entre todos. Con desniveles pero eso ha venido funcionando, en una escala modesta, no es que tengamos una realidad anticapitalista con una potencia económica desarrollada, pero hay ejercicios que valoramos mucho de la organización de trabajo autónoma de propiedad colectiva de los medios de producción.

W: ¿Podrías mencionar algunas experiencias?

P: Bueno, lo que mas ha resultado, son alguno emprendimientos alimenticios como panificadoras o pizzerías, donde siempre se vende, siempre hay necesidad en los barrios de mantener un ritmo de producción que sostiene a los grupos. Sin embargo, han fracasado otros proyectos por ese tema, porque es muy hostil por ejemplo, hacer textiles, que es el oficio de muchos compañeros y compañeras, pero competir con las camisas de China a nivel económico es difícil, por más que quieres trabaja pautas armónicas y sin explotación, eso no compite con productos que vienen desde una lógica de explotación. Es muy linda y sana la experiencia, pero si económicamente no le rinde al compañero, ese compañero necesita resolver su situación de otra forma. Ahí el Kirchnerismo es todo un capitulo aparte, pero ha habido un pequeño avance, un logro de una demanda nuestra histórica que el Estado de alguna forma compre la producción o disponga de planes de asistencia o de ayuda a estos emprendimientos, claro que con el Estado siempre esta el riesgo de entrar en condiciones que llegan a alterar el sentido de nuestro emprendimiento, pero en ese equilibrio, por ejemplo, desde el Ministerio de Desarrollo Oficial han hecho un proyecto que se llama “Guardapolvo Social”, que implica comprarle producción de guardapolvos a emprendimientos textiles de las organizaciones, es un problema crónico digamos, que cobrarlo como corresponde, en términos que no te busquen condicionar, que no prioricen los emprendimientos mas amistosos de su propia base social, despreciando otros emprendimientos, pero la realidad es que los proyectos que se han sostenido, requirieron de esto, un cliente que compre la producción.

Otras lógicas y que también las intentamos, son las redes de comercio solidario, producir para el consumo de los compañeros, sobre todo en experiencias más rurales. El Frente tiene un incipiente sector rural que es una serie de cooperativas o grupos de base de pequeños productores en las afueras y en el interior, Jujuy, San Vicente, Formosa, o en el interior de la provincia de Buenos Aires en provincias del norte, ahí si, que en un sentido mucho mas genuino el tema de vincular la producción a las necesidades familiares, al consumo, hay redes de comercialización. En Buenos Aires, con el nivel de vida que impone una sociedad y una ciudad muy regida por la lógica capitalista de la vida cotidiana, hay que pagar un alquiler o hay que comprar los útiles para el colegio o lo que sea, es un problema, porque se queda muy corta esa lógica, la lógica del intercambio, de las redes de comercio, etc.

W: ¿Ahí donde entra el “Plan Argentina Trabaja”?

P: Y ahí es donde entra esa complejidad, donde decimos, condicionemos a que el Estado compre la producción y por lo menos que el Taller funcione, eso se ha dado en el ámbito textil. En el ultimo año y medio, el gobierno después de la derrota de las elecciones del 2009, lanzo un programa muy masivo de Trabajo de Cooperativas y la batalla es permanente, porque para el Gobierno esas cooperativas tenían que ser de una formalidad desde el Estado, donde conducía políticas, económicamente es como una excusa. Al Estado no le interesa que funcionen experiencias cooperativas o autogestivas de forma autónoma.

Hemos dado una fuerte batalla y logramos aislar del programa general, algunos bolsones de auto-organización, digo aislar, porque hay que reconocer que sobre 140.000 lugares de trabajo, un programa bastante ambicioso por lo menos para la provincia de Buenos Aires, entre nuestra organización y otras organizaciones hermanas estaremos hoy agrupando con un poco mas de 2.000 compañeros en distintas experiencias de laburo, que oscilan entre la auto-organización militante de libertad, si bien es que el Estado compra la producción o paga el trabajo, hasta experiencias donde hay una lógica mas sindical, donde el Estado si ha puesto capataces sobre el trabajo de los compañeros, pero los compañeros se organizan y garantizan los derechos mínimos de trabajo dentro de esa experiencia.

W: ¿Consideras que este tipo de proyectos y planes sociales por parte de Estado no acaban siendo un freno para los movimientos?

P: Sí, el tema es que para un proceso por lo menos de acumulación de fuerzas a largo plazo, nosotros entendemos que esta es una etapa para acumular fuerzas, en un sentido integral, crecer en organización, hacer experiencias pre-figurativas, lo que hagamos hoy tiene que prefigurar la sociedad que deseamos. Hay que hacer mucho laburo, acumulando experiencias, creciendo, demostrando que se puede y fortaleciéndonos. Para un proceso de acumulación de fuerzas, la lucha en la calle, la acción directa es fundamental, pero no es el único elemento, si nosotros vamos a estar desmovilizados en términos reivindicativos un año y medio, porque hemos logrado conquistas, porque organizar el trabajo nos hace guardarnos, por que se están formando compañeros y porque la producción resulta y nos permite ser solidarios.

En el balance, no nos resulta negativo, de hecho es la situación en la que hemos estado el último año y medio, ahora habrá otros conflictos nuevamente. Si nosotros decimos, queremos que en nuestro barrio los 140 compañeros tengan este trabajo, pero que lo organicemos nosotros, que ustedes pongan los recursos para trabajar en la construcción del bachillerato popular y que el plan de obras lo decidimos nosotros, si nos dicen que si, es un año de laburo, donde no me pidan mucha movilización por que es largo y eso es lo que nos ha pasado en gran medida en este ultimo año.

Distinto es el primer Kirchnerismo donde la desmovilización si fue un reflujo mas resignado, donde el Kichnerismo construyo unos consensos por arriba sin respuestas por abajo y ahogando un poco los espacios de lucha, las luchas ahí se desinflaron un poco y nosotros lo tomamos como un repliegue mas de la dinámica de combatividad y de movilización previa. En estos últimos años por lo menos en términos de políticas sociales el Kircherismo abrió un poco mas la llave y dejan que fluyan algunos recursos, que en términos leídos desde arriba es contención, legitimación y es anestesia y esa lógica de arrebatar desde abajo y re-significar tanto políticas sociales como desafíos en algún sentido. Una cooperativa en si misma puede no ser ni buena ni mala, depende que hagas con ella, si de hecho un estatuto de una cooperativa en nuestro país contempla una dinámica asamblearia, de mandatos revocables de priorizar la asamblea sobre la comisión directiva, eso puede ser bueno, como se le dispone acá poner un plan estatal, pero nosotros hemos logrado mantener cierta virtud de trabajo autónomo.

W: Actualmente ¿cómo está la relación del Frente con el Estado, reciben algún tipo de financiamiento?

P: En una conflictividad permanente, a veces se encuentra en movilizaciones y confrontaciones, a veces mas subterráneo, en realidad la organización no recibe fondos o recursos, pero esta esto, que nuestro compañeros reciban un proyecto de trabajo para construir un bachillerato popular autónomo, es recurso, digamos es el proyecto comunitario que logra recursos para invertir en termino reales. Una de nuestra definiciones de origen, es no rescindir lo social de lo político, porque creemos que es el pueblo desde la base tiene que hacer política y porque creemos que la realización política no tiene sentido si no es desde ahí, desde esa construcción social. Relación hay, demandamos recursos, pero no en una negociación política que desde la organización negocia con el gobierno, sino de una dinámica social de reclamo y una capitalización de cierta correlación de fuerza que logramos imponerle al Estado para que nos libere recursos.

W: ¿Cómo vez ahora las cosas, después de 10 años de la crisis? ¿Cuál es el balance que ustedes hacen?

P: En el 2001 existían los piqueteros, nuestros movimientos desocupados en lucha que teníamos una buena capacidad de movilización de masas y de acción de combatividad, fuimos una referencia en aquel momento, pero la verdad había poca consolidación, éramos organizaciones jóvenes, nacimos en aquel contexto. Una organización que nace en el 2001, de repente es protagonista, evidentemente tiene algunas falencias de maduración política. Actualmente el Frente es una organización mas solida a sus siete años, la superación de lo sectorial, de lo corporativo a una proyección integral de los distintos sectores populares, es un salto cualitativo y en lo que nos cabe a nosotros como organización.

Hay un proceso general que cambio y que nos atraviesa, el Kirchnerismo mas que mal, la primera lectura que hacemos y no fue una lectura ideológica o prejuiciosa, dos veces fuimos recibidos por Kirchner en la Casa Rosada, alguna organización que ha tenido su referencia en la lucha previa a su asunción y nos permitimos ver, dialogar, ver como venían las cosas, al año dijimos acá no hay voluntad de alentar un proceso de organización popular, si no es eso. Que es el Kirchnerismo? y es una forma de recomposición del orden para las clases dominantes con fuertes gestos de concesión parcial hacia demandas populares, esa fue la caracterización que hicimos, ahora el elemento predominante no era la concesión a las demandas populares si no la necesidad de componer por arriba, tal vez ahora se esta abriéndose otro Kirchnersimo después del 2009, con la ley de medios, la ley de matrimonios igualitarios, ciertos amagues a profundizar algunos aspectos progresistas, pero que es mas reciente.

El primer Kirchnerismo nos jodio bastante, sin dejar de reconocer los gestos y concesiones en materia de derechos humanos, en materia de la no represión de la protesta social, a pesar de que es difícil decir eso con una estructura de policías mafiosa como sigue habiendo, ha habido hechos puntales de represión y pervive un aparato represivo. Hay que conceder también, que desde el ejecutivo nacional hubo una voluntad de lidiar con eso. En el ámbito de las políticas latinoamericanas, las cosas que uno puede ver, la Cumbre de Mar del Plata con Chávez y Evo diciéndole a Bush no al ALCA, son gestos que han servido de alguna cosa, el apoyo a Zelaya en el caso del golpe a Honduras donde el gobierno Argentino tuvo un posición muy firme, la UNASUR como proyecto alternativo a los TLC´s. Hay toda una política que tiene aspectos positivos, en lo esencial, sino se apuesta a desarrollar un protagonismo popular y no lo hizo el Kirchnerismo y no terminamos nosotros de caracterizar que vaya ha hacerlo, no nos involucra, nosotros siempre nos mantuvimos al margen y críticos de un Kirchnerismo que no permitía este fortalecimiento por abajo.

¿Qué cambio desde el 2001? Aun así, es un cambio del Kirchenrismo respecto a la década neoliberal, hay capaz algunos sectores de izquierda muy críticos que marcan una línea de continuidad, que la tienen en cuanto algunas políticas económicas respecto a la explotación minera, sectores del polo económico que se han asociado al Kirchnerismo, pero también hay una cantidad de cambios favorables o por lo menos que se permitieron confrontar con sectores del poder reales de nuestro país que hay que leerlos y eso también hace un cambio de época.

W: ¿Consideras que después de diez años, se cierra un ciclo de los Movimientos Sociales?

P: No, nosotros no leemos que este cerrado el 2001, si bien el Kirchnerismo recompuso cierto orden y gobernabilidad, basado en gran medida en algunas concesiones, no esta resuelta la crisis de representatividad, hay un cierto aval en términos masivos al Kirchnerismo, pero eso no quiere decir que halla conformidad con la estructura política del propio gobierno, ni que el pueblo se sienta representado en gran medida y esos elementos siguen latentes. Que la cantidad de conflictos que se han dado en la ultima década, a una década del realce del 2001, hayan asumido lógicas asamblearias de protagonismo de base, de surgimiento de delegados que respondan a sus bases, es una herencia estratégica del 2001, no es solamente que en aquel momento fue bonito y se agoto, no se agoto, incluso sectores de la clase trabajadora que no han tenido protagonismo en esa rebelión hoy resuelven sus conflictos desde la base con asambleas, cuestionando la burocracia y todo eso deja una herencia latente que no esta cerrada ni para los movimientos y para una lógica que en conjunto de los sectores populares en lucha. La lucha contra la minería son asambleas, los pueblos que se organizan en nuestro país, lo que marco eso fue el 2001 y eso creemos nosotros que queda como un valor adquirido, mas allá del Kirchnerismo y de las políticas de derechos humanos.

W: En estos siete años del Frente ¿cuáles han sido sus aportes en el campo de las nuevas experiencia de los movimientos Latinoamericanos?

P: Lo que nos han dicho distintos compañeros de países hermanos, es la particularidad de haber organizado en el plano urbano un movimiento masivo asambleario, es algo distintivo que fue difícil en otros lados, los propios compañeros del MST que han intentado con los movimientos Sin Techo o Sin Trabajo, nos han hecho visitas para ver como hacemos, porque estamos muy en la ciudad. Tenemos bases organizadas a 15 minutos de la casa de gobierno, la medida de lucha era cercar la capital, porque toda la periferia urbana, ese cordón suburbano muy denso tiene presencia en nuestras organizaciones y ahí hay una particularidad, es un ámbito hostil, efectivamente lo es y nos ha costado, pero hay también una cultura política que no empieza con nosotros, el movimiento villero en la década de los 70´s, las propias comunidades de base de la iglesia con los asentamientos y tomas de tierra para la vivienda en todo el conurbano.

Somos también herederos de toda una cultura de organización popular en las barriadas y el otro tema es esto, de cómo organización político social, integrar estos movimientos a una herramienta general que se proponga también elaborar una proyección específicamente política.

El Frente no se considera un movimiento social específicamente, nos interesa debatir la política, ver políticas de alianza, no con la lógica que propone este sistema, en todo caso un proceso de maduración que estamos haciendo, nos interesa que eso no se separe de los movimientos, no somos lo movimientos desocupados que vamos a apoyar tal alternativa política, somos los movimientos desocupados construyendo con otros sectores algún nivel de proyección política, hoy nos queda grande el desafío. Pero hay también esto que llamamos multisectorialidad, una organización cuyo centro sea la organización de base pero que no se conciba sectorial, sin tierra, desocupados o trabajadores sindicalizados, todos juntos y asumiendo el desafío de proyectar políticamente.

W: Pablo, para finalizar, ¿podrías hablarnos sobre la experiencia en educación que han construido con los bachilleratos populares?

P: Hoy por hoy, debe haber unos veinte bachilleratos populares consolidados en el gran Buenos Aires y en la capital. Surgen en algunas fabricas recuperadas, que tal vez por las modalidades de producción tenían algunos espacios ociosos y algunos compañeros solidarios, estudiantes, universitarios y docentes, dicen porque no hacer experiencias educativas aquí, nosotros eso lo vemos con mucha simpatía y decimos por supuesto, hace falta, es bueno que lo hagamos nosotros, hay espacio para hacerlo de forma autónoma, los movimientos tenían una base para resolver en donde, la estructura, los compañeros colaboradores docentes ya estaban, era cuestión de organizarlo. Empieza como una experiencia absolutamente autónoma, digamos no nos importaba si al Estado le parecía bien o mal, o qué?

Lo definimos como lo que nosotros hacemos al interior de los movimientos, que es basarnos en la habitación popular, una educación de concepción popular y liberadora, ver como a ello se le daba también un formato de educación secundaria para adultos y ahí, se va empezando a armar esquema de planes de estudio, ver como es la currícula tradicional y ver como es que no queremos que sea, ver como es el modelo docente y ver como es que no queramos que sea, entonces hay parejas pedagógicas, hay una dinámica de aula mucho mas horizontal y participativa.

Viendo que se consolidaban estas experiencias hay una demanda que surge de los propios compañeros, que es ver como esa experiencia educativa también sirve, porque en algún trabajo te dicen, tienes el secundario completo, y si dices que si, te piden el certificado de estudios y ahí es donde comienza la primera demanda hacia el Estado, nosotros vamos haciendo estas experiencias y el Estado no las hace, la gente las avala, queremos que la certifiquen para que sirva. Esa es la primera demanda, porque la gente la necesita, ha estudiado tres años y tiene el nivel y hay una respuesta de evadir, una primera negativa, se han hecho movilizaciones, plantones en el Ministerio de Educación y la lógica es, compañeros, docentes, estudiantes movilizando juntos, una experiencia comunitaria muy interesante para sostener eso.

Se han logrado alguno de esos reconocimientos, hace cinco o seis años hay bachilleratos que tienen camadas de egresados, con esa ultima certificación por parte del Estado, pero es toda una experiencia de auto-organización total, a nosotros nos ha tocado en el bachillerato de nuestro movimiento, tener la primera camada de egresados este ultimo año. Ahora la discusión que se ha instalado, es una discusión sobre que el Estado de alguna forma, reconozca como educadores como docentes a los compañeros que están ahí, que es también es un reconocimiento salarial para que se potencie ese trabajo, eso ha generado una discusión sobre algunos compañeros que dicen que es mas una actividad comunitaria y militante y no es un trabajo que el Estado tenga que pagar, otros compañeros dicen, pero si lo puedo tomar como un trabajo para dedicarle el tiempo necesario y no tengo que trabajar de otra cosa y no puedo venir, y ahí esta el debate instalado.

En principio, este Kirchnerismo un poco más abierto en el último año y medio, abrió una puerta para discutir también eso, el reconocimiento a los docentes, etc. El limite intransigente, la organización de la experiencia educativa, los planes de estudio, el planteo político pedagógico lo decide el movimiento con la comunidad y de ultima hasta se pensaba, si para oficializarlo hay que presentarles algo, les hacemos de mentiritas un informe, como ustedes quieran verlo, oficialicen que nosotros vamos ha hacer nuestra experiencia. Cero presencia de inspectores, supervisores, eso esta violado, que sea reconocido más que nada por eso, porque después el estudiante necesita para un laburo, para una mayor posibilidad, para hacer sus estudios universitarios. Dos compañeros que hace tres años decían, yo no hice ni el secundario, ahora están anotándose en la Universidad, eso, es el mínimo de reconocimiento que esta planteado como objetivo. Ahora, preservando la experiencia educativa autónoma.



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