Ciudad Juárez, México
Educar: Entre el gis y las balas
Myrna Pastrana
Los niños de ciudad Juárez también tienen una historia triste que contar.
Comenzaron por enterarse de lo que pasaba en la ciudad a través de las imágenes de la televisión y por las anécdotas y comentarios de su casa. Al paso del tiempo, los niños, tan dados a admirar los actos de valentía y heroísmo de quien usaba pistolas y enfrentaba a los enemigos, pasaron a ser testigos presenciales de ejecuciones ya sea porque han sucedido enfrente o en la banqueta de su escuela, de su casa o simplemente por estar en cualquier lugar.
En este escenario es que en el mes de mayo, los niños de una primaria y kínder particular, escucharon los disparos que le quitaron la vida a un hombre enfrente de la institución minutos después de que había iniciado la jornada escolar. Este hecho trastocó lo que pudo haber sido un día normal de clases y es que como bien dice una educadora de preescolar, los niños aquí, son un cero a la izquierda, a los sicarios no les importa el escenario; de ahí que el ruido de las sirenas de las patrullas, el acordonamiento de la policía con la clásica cinta amarilla, la llegada del SEMEFO, son imágenes que difícilmente olvidaran y que han aprendido a asociar con la muerte de una persona. Ante esta movilización alrededor del cadáver, la dirección de la escuela suspendió labores y comenzó a hacer llamadas a los padres de familia para que pasaran a recoger a sus hijos. Con la clase que habían recibido ese día era suficiente. Los alumnos de una escuela primaria de la ciudad de Chihuahua, ni siquiera salieron a la banqueta; el asesino entró a la escuela con una 45 escondida en un portafolio, la sacó y mató a la subdirectora, la maestra María de los Ángeles al inicio de este octubre.
Al señor ejecutado enfrente de su escuela no lo conocieron y les impactó, pero hay niños que como Karen de cinco años, perdió a su papa. El año pasado, unos días antes del festejo por el día del padre, estaba terminando de pintar un cuadro para dárselo el mero día cuando llegaron a avisar a su casa que lo acababan de matar probablemente confundiéndolo con el dueño de otra casa donde se encontraba haciendo una reparación casera.
Otros, como el caso de Jesús, un niño que anda por los siete años, vio el cuerpo de su vecino en un charco de sangre afuera de su casa cuando junto con sus padres salió corriendo al escuchar los disparos, esta experiencia provocó que no quisiera salir de su casa por un largo tiempo; cuando por fin se animó a regresar a la escuela, le tocó presenciar en una parada que hizo el camión escolar, los cuerpos de cuatro personas recién ejecutadas.
La palabra ejecutado acaso es la más repetida por los juarenses de todas edades aunque en ocasiones sea mal enunciada tratándose de la edad del hablante. Cuenta una maestra de preescolar, que un día llegó tarde Brian un niño de cuatro años contando que acababa de ver a un ejecutivo tirado en la banqueta y con mucha sangre.
De manera real y a veces hasta imaginaria, los niños en Juárez son victimas de la violencia que aquí sucede, como el ejemplo de Juanito que en una dinámica de un grupo de preescolar se soltó llorando y contó que un día anterior habían matado a su papá en las afueras de un supermercado. Al llegar la madre por él al filo del medio día, desmintió la tragedia contada por el niño, versión tal vez creada por el temor a perderlo, o por algo que soñó o escuchó. Las reacciones ante la muerte tan cotidiana son tan diversas y a veces tan frías que no deja de sorprender la naturalidad con la que algunos alumnos justifican la falta del día anterior a la escuela debido a que mataron a un familiar y se anduvo en el funeral.
Lo cierto es que en este contexto, el aprendizaje de los niños se torna difícil por los estímulos de la realidad que se vive. La educación formal de la escuela esta aderezada con la carga emocional que cada educando lleva al aula y la informal tiene como contraparte la televisión y la prensa vespertina que se encarga de llevar hasta el seno del hogar las imágenes que muchos padres gustan de ver y al lado de ellos, los niños. Las narraciones que hacen los reporteros de la fuente ante las cámaras, de los cuerpos y del estado en que éstos se encontraron, las señales de tortura que presentan, saturan el ambiente, es la cena obligada de miles de familias juarenses. La tarea escolar entonces deja de tener el interés que debiera. La clasificación de las hojas de las plantas por sus diferentes formas no significa nada frente a unos cuerpos desnudos. Simbad el marino es un pobre diablo frente a un comando de sicarios y así por el estilo.
Y es que todo ha ido cambiando con la violencia, hasta los sueños de los chicos, antes se imaginaban de grandes vestidos con un traje de bombero, de doctor o de lo que fuera menos de un personaje del lado de los malos de la película. Hoy, construyen con los legos armas a semejanza de las ak47 y cuando se les pregunta que quieren ser cuando crezcan, más de uno contesta: sicario. ¿Por qué? Porque ganan mucho dinero dicen en un grupito de niños de cuarto año, en otro, no faltó quien dijera que era para ganarle a la policía.
Mientras ese día llega habrá que seguir yendo a la escuela y escuchar a la maestra Rosita que insiste en que todos aprendan las capitales de los estados de la república y las ubiquen en el mapa. Roberto y Antonio amigos y vecinos, además de compañeros de grupo, poco caso hacen a las indicaciones que da la maestra porque todavía siguen emocionalmente pegados a los muertos que quedaron tirados afuera de una modesta funeraria de barrio que acababa de abrir. En eso están cuando escuchan la voz de una compañera preguntar a la maestra Rosita: ¿Qué es más bonito, el golfo o el pacífico? Y es que la geografía también ha adquirido otros referentes.
Lo mismo pasa con las ciencias naturales sobre todo cuando se trata de enseñar la anatomía del cuerpo humano, se advierte que la educación informal ha venido ganado terreno a las estrategias didácticas del aula. Cuenta una maestra de sexto grado que estando con sus alumnos hablando de las partes de las que se compone el cuerpo humano a saber que son la cabeza, el tronco y las extremidades, hubo quien le dijo que la cabeza no era como la que ella mostraba en su dibujo, que en la realidad, a la cabeza le salían unas venas gruesas por la parte del cuello porque así las había visto en las fotografías de los decapitados que salen en el periódico de la tarde. En otra ocasión, otro niño mencionaba que el color de las tripas no era rojo sino gris como su uniforme escolar.
El espacio de socialización de los niños del barrio ha sido suprimido, Hoy como nunca, es riesgoso salir a jugar a la calle en los días de primavera y verano como había sido hasta años anteriores, se corre tanto peligro que más de uno ha sufrido la pérdida de un miembro o la vida por una bala perdida o por un accidente automovilístico. En marzo de 2007, Lluvia Montellano Félix perdió una de sus piernas cuando un militar ebrio la atropelló, entonces tenía cuatro años. Alexia no corrió con mejor suerte, tenia doce años cuando la mataron y pensaba seguir estudiando en El Paso apenas terminara aquí el ciclo escolar, sin embargo recibió un tiro en la cabeza cuando viajaba con otras dos personas en un automóvil a unas cuantas cuadras de su casa.
Ante este cumulo de vivencias, los maestros se preguntan y se replantean el objetivo de la educación. ¿Es posible educar en ciudad Juárez? ¿Cómo enfrenta estos retos que impone la realidad social a la escuela como institución y a sus profesores? Si uno de los propósitos de la escuela es educar para la convivencia pacífica inculcando valores como el respeto y la tolerancia, a menudo lo que se enseña en las horas dentro del aula, se invalida por la tarde cuando se transmiten las imágenes de los ejecutados de las últimas horas. Los niños han aprendido en estos últimos años que para tener éxito en la vida, asuntos como la convivencia pacífica, el respeto y la tolerancia son obstáculos para lograrlo.
También han aprendido a tirarse al suelo, se los enseñaron en la escuela para proteger sus vidas ante cualquier balacera. En julio de este año, el grupo Scout de Juárez asistió al decimo tercer Jamboree Panamericano 2010 en Tepoztlan, Morelos donde participaron por lo menos Scouts de quince países. Durante la clausura del evento en la que se encontraba la primera dama Margarita Zavala y al momento de tomarse la última foto con ellos, se escuchó la porra que encabezaron los jóvenes scouts de Juárez seguidos por los más de mil scouts del país: ¿Cómo se grita en Juárez? ¡Todos al suelo! ¿Cómo se grita en Chihuahua? ¡Todos al suelo! ¿Y cómo se grita en todo el norte? ¡Todos al suelo!
¿Y dónde quedó la patria? La escuela que ha sido la directamente responsable de fomentar el amor a la patria y para ello cada lunes realiza la ceremonia del saludo a la bandera a lo largo y ancho del país, enfrenta en este aspecto una crisis de credibilidad en la niñez juarense que de la patria solo sabe que está en el libro y en la bandera porque no la encuentra reflejada ni en su vida, ni en su familia ni en su entorno, bueno ni en las fiestas patrias que aquí se celebran en lo obscurito por el clima de inseguridad.
En Globalización: MYRNA Pastrana
Dic 2010 Marisela
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