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Enero 2011

Gasolinazo para aumentar las ganancias de las petroleras e “incentivar” la extracción de crudo

Redacción Bolpress

El gobierno de Evo Morales decretó el domingo el mayor aumento de precios de la gasolina y del diesel de las tres últimas décadas, supuestamente para ahorrar entre 350 y 380 millones de dólares malgastados cada año en una “injusta” subvención de combustibles que beneficia principalmente a los más ricos y a los contrabandistas. Pero el objetivo principal del gasolinazo no es cerrar el "enorme agujero financiero” provocado por el contrabando de combustibles (entre 100 y 120 millones anuales) sino aumentar las ganancias de las transnacionales y de esta forma “incentivar” la explotación de petróleo.

El gobierno del MAS ha hecho lo que ningún régimen pudo lograr en los últimos 25 años. En primer lugar, abortó el proceso revolucionario que se inició en la insurrección popular de octubre de 2003 con una novedosa “nacionalización” que mantuvo intacto el modelo neoliberal. Después equilibró las finanzas del Estado con políticas económicas ortodoxas, y posicionó a Bolivia como el país más estable de América Latina, con un crecimiento promedio de 5,2% anual, la tasa más alta de los últimos 30 años.

El “nuevo modelo de desarrollo autóctono” adoptado en el período 2006-2010 no rompió el vínculo con el mercado mundial y ahora la economía boliviana “es más abierta y está más vinculada que en tiempos neoliberales”, relieva el Vicepresidente Alvaro García Linera.

El gobierno de Evo Morales es un fiel protector de las inversiones privadas nacionales y extranjeras, un confiable “socio” de las transnacionales petroleras y mineras y sobre todo un “ejemplar” alumno de los organismos internacionales. Los directores ejecutivos del FMI elogiaron al “modelo” boliviano y “felicitaron” a las autoridades bolivianas por su “sólida gestión macroeconómica”.

Tal vez uno de los mayores logros del Presidente Evo Morales fue haber impuesto el histórico gasolinazo de Navidad, la misión más difícil encomendada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que le costó el cargo a Gonzalo Sánchez de Lozada, el reputado promotor del neoliberalismo en Bolivia.

A Evo le avergüenzan los récords de su administración y le aterra que lo comparen con Goni. Por eso reitera una y otra vez que no hay punto de comparación entre los “gasolinazos” que lanzaban los gobiernos neoliberales del pasado para recaudar dinero y pagar aguinaldos o salarios, y la “nivelación de precios” decretada por su gobierno con el fin “ahorrar recursos” y reinvertirlos en programas sociales.

Se estima que el Estado boliviano gastó 1.500 millones de dólares en el último quinquenio en la subvención del precio de los combustibles, a razón de 350 millones de dólares anuales. El Presidente afirma que era cuestión de vida o muerte eliminar ese millonario subsidio para evitar que el Estado boliviano siga “regalando recursos a otros países, como hacían los gobiernos neoliberales”.

Resulta que solo el 25 por ciento del carburante subsidiado sale de contrabando a países limítrofes, reveló el ministro de Hidrocarburos Luis Fernando Vincenti al diario Página 12 de Argentina, lo que significa que el histórico gasolinazo que pagarán todos los bolivianos reportará un ahorro efectivo de entre 100 y 120 millones dólares anuales en el mejor de los casos.

El Presidente, sus ministros y otros burócratas del MAS juran que no son iguales a los tecnócratas neoliberales que le sacaban dinero al pueblo para entregárselo a las empresas transnacionales. Eliminar la subvención “neoliberal” de los carburantes instaurada 1985 fue una medida “patriótica” y “valiente”, afirma el vocero de la Presidencia Iván Canelas. Esta medida no está destinada a cerrar la brecha del déficit sino a mantener un modelo económico exitoso con superávit fiscal y 10 mil millones de dólares de reservas internacionales, dice Vincenti.

Sin embargo, el propio Vicepresidente admite que uno de los principales propósitos del gasolinazo decretado el domingo es “incentivar” la explotación de petróleo, lo que implica garantizar mayores ganancias a las transnacionales que operan en el país.

Gasolinazo para incentivar la inversión petrolera

Hace cinco años el gobierno congeló el precio del barril de petróleo en 27,11 dólares, mientras que en el mercado internacional llegó a costar 91 dólares. La medida desincentivó la producción de petróleo y las 15 empresas extranjeras que operan en el país prefirieron explotar gas, explicó el ministro de Hidrocarburos Fernando Vincenti.

“Gas tenemos en abundancia, y hemos incrementado nuestra producción, pero no de petróleo. El petróleo está bajo tierra y los bolivianos no pudimos sacarlo porque el precio que se le entrega a YPFB o a otro operador contratado por el Estado es demasiado bajo. Muchas veces el costo de producir un barril de petróleo es mayor a 27 dólares, a veces cuesta 30, 40, 50 dólares; y por eso se desincentivó la producción de petróleo”, expuso García Linera.

“Si disminuye la producción de petróleo, disminuye la producción de gasolina y de diesel. Entonces hay que comprar del extranjero para que no le falle al productor, y eso significa que el Estado gasta plata”, precisó el Vicepresidente.

El ministro de Hacienda Luis Arce informó que la producción de líquidos en el país se redujo de 48.556 barriles por día en 2005, a 40.743 barriles diarios en 2009, razón por la cual se tuvo que importar cada vez más diesel y gasolina a precios internacionales. Según el Banco Central de Bolivia, el país le debe a Venezuela 271,9 millones de dólares por las compras de los últimos años.

“Los operadores que prestan servicio no quieren invertir porque pierden plata, si invertiríamos con la empresa del Estado YPFB en la extracción de petróleo la inversión también sería a pérdida”, dijo el Presidente Morales. Aunque aumentáramos la capacidad de refinación el problema de fondo es en el bajo precio que pagamos por el petróleo, recalcó Vincenti.

Por todas esas razones, nos convencimos de que era necesario “sincerarnos” y decidimos “nivelar los precios para que YPFB u otra operadora que contratemos se sienta incentivada a producir más petróleo”, justificó García Linera.

En resumen, el gobierno decretó el gasolinazo para que los productores de petróleo cobren más por cada barril que lanzan al mercado. Ahora YPFB comprará petróleo a las empresas que trabajan en Bolivia a 59 dólares el barril, con lo cual se espera incentivar la exploración de yacimientos petroleros y la producción de combustibles líquidos.



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