Como conservar la biodiversidad en regiones de México ante la marginación indígena y la escasez de informacion
Alfredo Ramos Vázquez
Estelita Palma Silva1
1Instituto Tecnológico Superior de San Miguel el Grande.
Introducción.
En México las comunidades pequeñas, apartadas, marginadas e indígenas han recibido poca atención tanto por las instituciones gubernamentales como por las instituciones académicas, por lo que la información que existe de ellas es muy escasa. Tal es la situación de la Comunidad de Nuevo Allende, Santa Cruz Itundujia, Putla, Oaxaca, que se ubica dentro de la Sierra Madre del Sur. En esta comunidad, la información ambiental es nula o mínima, mientras que la información social es adecuada pero desactualizada producto de los datos que genera el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
Así mismo, aunque el municipio y la comunidad se ubican en una región con muchos tipos de ecosistemas y por tanto con una diversidad biológica muy alta, no es considerada ni siquiera por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), lo cual nos indica la escasa información que existe de la región y por tanto la nula protección de ésta.
Ante esto, debemos preguntarnos a qué nivel de detalle están trabajando las instituciones mexicanas para preservar su biodiversidad y como lo están realizando, porque al parecer están ignorando aquellas áreas con gran diversidad de especies, por el sólo hecho de no contar con datos y que potencialmente no se generarán por mucho tiempo y, posiblemente la vegetación en éstas áreas desaparezca antes de ser estudiada; a menos que se dé un cambio y se invierta lo suficiente para generar los conocimientos y, se protejan aquellas áreas que cuenten con gran biodiversidad o al menos se generen los esquemas para dicha protección. De no lograrse lo anterior estaremos perdiendo el uso potencial de estas especies y el paisaje que ofrecen regiones como Nuevo Allende, además de reducir la diversidad genética de las poblaciones silvestres y se afectará el futuro de los pobladores de estas regiones, ya que los bosques son esenciales para su sobrevivencia
El caso Nuevo Allende.
- Localización y panorama general.
La comunidad de Nuevo Allende se ubica en la Sierra Madre del Sur, dentro del municipio de Santa Cruz Itundujia que pertenece al distrito de Putla, Oaxaca. Geográficamente se localiza en las coordenadas 16º 42' 23'' de latitud norte y 97º 39' 25'' de longitud oeste, a una altitud de 850 msnm, aunque presentan un gradiente altitudinal en su territorio, el cual consta de 649 hectáreas.
Dicha comunidad carecía de información ambiental debido a que es pequeña, remota, marginada e indígena, situación que generalmente provoca que comunidades como esta sean ignoradas por las instituciones gubernamentales y académicas de México. Sin embargo, gracias al proyecto de residencia de una estudiante de las escuelas enclavadas en zonas indígenas, generó la primera información que existe en la comunidad.
- Condiciones físico-biológicas.
A pesar de ser pequeño el territorio de la comunidad (649 has) presenta dos tipos de climas, tres tipos de rocas, dos tipos de suelos, varios arroyos permanentes e intermitentes y como producto de todo esto varios tipos de ecosistemas.
Los climas son producto del gradiente altitudinal que existe en la región, donde la parte más baja de la comunidad es de 670 msnm y la más alta es de 1600 msnm. Dicho gradiente es producto de que la zona se ubica en la Sierra Madre del Sur, en la cual hay una serie de cerros que van de baja, mediana y gran altura. En cuanto al tipo de rocas, estas son el producto de la geología del lugar. Así mismo, en este sitio se han desarrollado dos tipos de suelos, los cuales se han originado por efecto de clima, litología, relieve y biota del lugar. Además, existen cuatro arroyos permanentes en este sitio y varios intermitentes. Todo esto hace que en la región se desarrollen varios tipos de vegetación ya sea original o inducida.
Dentro de la vegetación original presente, encontramos que la zona con mayor altitud y por lo tanto, con el clima más templado se desarrolla tanto bosque de pino como de encino, los cuales ocupan la mayor parte del área de la comunidad. El primero contiene dos especies de pinos de forma natural (Pinus douglasiana y P. herrerai) y una introducida (P. michoacana) por los programas de reforestación de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR). El segundo, contiene varias especies del género Quercus (encinos). Además, en la parte baja de la comunidad que es más cálida se desarrolla selva baja caducifolia y a los lados de los arroyos se desarrolla bosque ripario o de galería. Esto hace que el paisaje en la zona sea uno de los más variados que uno pueda imaginarse en cualquier sitio. Ya que en ocasiones los árboles de selva baja crecen junto a árboles de bosque de pino. También, existen diferentes especies de bromelias, orquídeas y helechos en la zona. Así mismo, producto del manejo de los bosques existen áreas con vegetación secundaria y pastizal inducido.
Con relación a la diversidad de los bosques y las especies que existen en la comunidad, éstas son afectadas en gran medida por la población que vive en ella, ya que en ésta viven 488 personas, de las cuales 252 son mujeres y 236 hombres (Conteo anual de población de la comunidad de Nuevo Allende, 2008). Esto significa que viven 75 personas por km2, siendo una densidad alta para estar dentro de una comunidad rural bastante apartada. La mayoría de los pobladores se dedican a la actividad primaria, lo que explica porque los ecosistemas están siendo degradados, particularmente la zona con menor altitud, la cual como ya se mencionó es cálida y en la que se desarrollan diversos cultivos, siendo el maíz, el frijol y la caña de azúcar los más comunes. Pero también se desarrollan 21 especies de frutales, la mayoría de ellas de zona cálida (naranjas, toronjas, plátano, piña, coco, papaya, guanábana, limón, mango, etc.). Por tanto, al ser esta zona de la comunidad la que presenta un clima más benigno para el crecimiento de diferentes cultivos, así como, el de menor pendiente y el más agradable para vivir, ha sido fuertemente perturbado y convertido en zonas agrícolas y para el establecimiento de las viviendas de dicha comunidad.
- Aspectos sociales y económicos.
Dicha comunidad cuenta con 86 viviendas de las cuales 66 cuentan con piso de tierra (81%) (INEGI, 2005). Así mismo, ninguno de los pobladores es derechohabiente de los servicios de salud, ni el 100% de las casas de la comunidad cuenta con drenaje (INEGI, 2005), lo cual es algo común para zonas marginadas. Además, el grado promedio de escolaridad es de 3.94 años (INEGI, 2005), lo que indica que es una comunidad con bajo nivel educativo pero acorde con las comunidades marginadas de México.
Las familias están formadas en promedio por cinco individuos y están constituidas principalmente por adultos y niños. Casi todos los pobladores son campesinos con excepción de los maestros y todas las mujeres se dedican al hogar. La superficie promedio de terreno con el que cuentan los pobladores es de tres hectáreas, aunque el campesino con menor extensión de terreno tiene una hectárea y el que más tiene son diez hectáreas. Su terreno está divido principalmente en un área agrícola y otra con bosque, dependiendo de la extensión que tenga cada propietario. Los que tienen poca extensión lo dedican completamente a la agricultura y, los que tiene más terreno dedican un área a la agricultura y la otra presenta bosque, casi en igualdad de proporción aunque la zona agrícola es más extensa. Los principales cultivos son el maíz y el frijol que son utilizados dentro de su dieta básica y unos pocos agricultores cultivan jitomate y caña de azúcar, donde casi todos los cultivos se establecen en la época húmeda. Por último, el 68% de las familias entrevistadas presentan algún tipo de bosque dentro de sus propiedades.
Todos los hogares cuentan con animales de traspatio siendo los de menor talla los más comunes, por ejemplo, el 96% de los hogares tienen aves de corral. Además, dichos hogares cuentan con otros animales como ganado porcino (64%), equino (52%), bovino (40%), ovino (32%) y caprino (4%).
El 88% de los hogares reciben apoyo del programa federal denominado Programa de Desarrollo Humano Oportunidades, mientras que el 36% de las familias reciben apoyo del Programa de Apoyo al Campo (PROCAMPO) y, sólo el 12% de éstos reciben el programa denominado Setenta y Más que se da a adultos mayores de 70 años. El programa Oportunidades se ofrece a: 1) hogares que se encuentran en condición de pobreza alimentaria, 2) hogares con integrantes de hasta nueve años de edad y 3) hogares con mujeres en edad reproductiva cuyas condiciones sean de pobreza o con características socioeconómicas y de ingreso insuficientes para el desarrollo adecuado de éstos.
En promedio, los hogares gastan para satisfacer sus necesidades $526 pesos a la semana, es decir $75(*) pesos al día. Sin embargo, el hogar que presenta menor gasto en la comunidad es de $200 pesos a la semana y está constituido por dos adultos, es decir, gasta $29 pesos al día. En tanto, que el hogar que presenta mayor gasto a la semana es de $1, 000 pesos y está constituido por seis personas, tres de ellos son adultos, dos adolecentes y un niño, es decir dicho hogar gasta $143 pesos al día. No obstante, podemos mencionar que de forma general el 24% de los hogares en la región gastan de $450 a $500 pesos por semana, lo que representa un gasto de $64 a $71 pesos diarios. Sus ingresos los obtienen del jornaleo, venta de animales y granos cultivados, programas de asistencia federal y remesas recibidas (dinero enviado por aquellos familiares que emigraron a otro lado) por aquellos hogares que tienen familiares fuera de la comunidad. Algunos más tienen otro tipo de ingresos como son contar con un pequeño negocio (tienda pequeña), o porque además de dedicarse al campo son albañiles o choferes. Por otro lado, los maestros que viven en la comunidad reciben un salario por parte del gobierno.
Todos los hogares cocinan con leña y su alimentación básica es a través de maíz y frijoles. El 76% de las familias practican la caza de animales silvestres para obtener algún alimento y la realizan en promedio cada 19 días, aunque la mayoría de éstas lo hacen cada 15 ó 30 días. Así mismo, durante la época de lluvias los habitantes colectan productos vegetales silvestres para completar su alimentación, y se realiza en promedio cada ocho días, los productos que colectan son hongos y varios tipos de hierbas comestibles. Los hogares que con más frecuencia colectan estos productos lo realizan cada 3 días y los que menos lo realizan lo hacen cada 15 días. Además, todos los hogares colectan frutos que tienen en sus solares o huertos y gran parte de éstos obtienen hierbas que utilizan para curar algunas enfermedades.
En relación a la migración se encontró que el 60% de las familias han tenido a algún integrante de la familia que ha emigrado en algún periodo, la edad a la que migran en promedio es de 27 años, aunque el rango va de los 15 a los 50 años. Todos los que migran son hombres, los cuales trabajan generalmente en el campo (67%) y algunos más en centros comerciales o restaurantes. La mayoría de la migración es local (53%), siguiéndole la internacional (40%) y por último la nacional (7%).
¿Cómo conservar la biodiversidad en regiones como Nuevo Allende?
Es difícil visualizar como se pueden conservar los ecosistemas y la biodiversidad en regiones como la comunidad de Nuevo Allende, ya que ésta no contaba con suficiente información ambiental o la que existía de acuerdo con las instituciones (INEGI y CONABIO) encargadas de producirla es inexacta, debido a que consideran menos de la mitad de los ecosistemas que hay en la comunidad, producto de la escala que utilizan y la escasa información que existe en la región. Por otro lado, las comunidades o ejidos que quieran acceder a los programas de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) necesitan presentar su carpeta básica que incluye el deslinde y plano definitivo del área que ocupa la comunidad, lo cual en comunidades como ésta es difícil, ya que no existen dichos datos y por tanto están excluidas de dichos programas. Y aunque presentaran dichos planos y deslindes no se cuenta con información relevante tanto física como biológica de estas comunidades y, por tanto, es difícil visualizar como deben ser manejadas, protegidas o conservadas; es decir, como proteger lo que no se conoce producto de la falta de información.
Por otro lado, CONABIO no considera esta región dentro de sus áreas prioritarias debido a que cuando delimitó dichas regiones, ninguno de sus expertos e invitados especiales conocían adecuadamente el área y, por tanto simplemente no la consideraron y también, excluyeron al municipio del que pertenece dicha comunidad cuyo nombre es Santa Cruz Itundujia, el cual presenta una gran diversidad de ecosistemas que incluyen bosque de niebla, selva baja caducifolia, bosque pino, bosque de encino y bosque de galería, los cuales algunos de ellos están bien preservados y, que en los últimos años están siendo explotados de forma intensa. Estos al no estar considerados como regiones prioritarias ni mucho menos protegidas, potencialmente en el futuro serán degradados, afectando así las poblaciones de plantas y animales silvestres, perdiéndose así la posibilidad de mantener regiones muy diversas como ésta.
Sin embargo, a pesar del nulo apoyo en cuestión de conservación de sus bosques, esta comunidad indígena como muchas otras en todo el país y el mundo, mantienen su cubierta vegetal sin degradación severa, pero de continuar el crecimiento poblacional y la falta de oportunidades de sus habitantes la situación se podría revertir. Y potencialmente esto puede ocurrir porque lo que se visualiza en el futuro cercano, es la falta de acciones que protejan regiones como ésta.
Para mantener los bosques y la biodiversidad de éstas regiones es necesario realizar una serie de acciones que involucren proyectos integrales, los cuales favorezcan el manejo adecuado de sus recursos. Siendo los pobladores quienes se apropien y diseñen junto con especialistas los sistemas a establecer. Donde, potencialmente los sistemas agroforestales son una buena herramienta para aprovechar adecuadamente los terrenos de ésta y otras comunidades. En los cuales se deben establecer árboles que aporten madera, forraje, fruta, leña, fijen nitrógeno o sean especies multipropósitos. De la misma manera, estos sistemas deben permitir el desarrollo de sus cultivos tradicionales y de aquellos que aporten un beneficio extra, ya sea económico o nutritivo.
Así mismo, se debe establecer un manejo forestal adecuado siguiendo los esquemas que han desarrollado otras comunidades indígenas, en el uso sostenible de sus recursos forestales, en donde deben asociarse con otras comunidades cercanas debido a que el territorio con que cuenta esta comunidad es muy pequeño.
Todo esto solo se logrará, cambiando la visión que tienen las instituciones académicas y gubernamentales del uso y manejo de los recursos naturales y, construyendo una nueva visión, eliminando las trabas que las mismas instituciones generan. Igualmente, las instituciones educativas deben involucrarse en desarrollar proyectos acordes para cada región y, no solo dar sugerencias que nunca se ponen en práctica o que sólo se realizan por periodos de tiempo muy cortos. Además, en dichos proyectos se deben considerar las formas de organización de las comunidades indígenas y el conocimiento que han desarrollado.
La conservación de los bosques no solo mantiene la diversidad biológica sino que les ofrece a los pobladores de las comunidades que viven cerca de ellos, recursos necesarios para su sobrevivencia y otros elementos esenciales dentro de su cultura. Por tanto, manejar y preserva los bosques de forma adecuada debe ser algo necesario y urgente, ya que debemos ofrecerle a los pobladores indígenas de esas regiones, oportunidades para mejorar su calidad de vida y por otro lado, mantendremos los ecosistemas y la biodiversidad que existe en ellos, siendo esto último fundamental por ser un país megadiverso, el cual debe tener la responsabilidad de conservar las especies silvestres.
Acciones a realizar.
- Las instituciones relacionadas con el uso y manejo de la biodiversidad deben invertir más para eliminar el vacio del conocimiento, que existe en algunas regiones que presentan alta diversidad de especies, las cuales no han sido estudiadas por alguna razón en particular.
- Se deben desarrollar esquemas de conservación alternativos, en los cuales se involucre el conocimiento que han desarrollado los pueblos indígenas durante varios años y, que han probado tener un manejo adecuado de sus recursos.
- Se deben implementar proyectos integrales del uso de los recursos naturales, combinando el manejo tradicional de los pueblos indígenas con los sistemas modernos desarrollados. Dentro de éstos los sistemas agroforestales deben ser utilizados, ya que ofrecen una serie de ventajas ambientales y los agricultores obtienen varios beneficios (Jiménez-Ferrer et. al., 2007).
- Se deben crear grupos de especialistas multidisciplinarios, que tengan la capacidad de resolver problemas complejos y particulares de cada región, que en combinación con los pobladores desarrollen alternativas. Dichos grupos deben tener el poder y los recursos para desarrollar e implementar tales proyectos.
- Las instituciones deben transformarse para ofrecer alternativas particulares para cada región y, olvidarse de dar recetas generalizadas para todo el país, ya que las condiciones físico-biológicas, socioeconómicas y culturales son distintas en cada región. Además, de que en muchas ocasiones los pobladores cuentan con un conocimiento más profundo de sus regiones y recursos naturales que los especialistas de dichas instituciones.
- Se deben desarrollar planes de manejo forestal adecuados como los desarrollados por varias comunidades indígenas. Por tanto, se debe implementar talleres participativos, donde, las comunidades con planes exitosos enseñen a otros ejidos y comunidades como organizarse y obtener los medios para un manejo adecuado de los bosques.
- Debe existir interrelación entre instituciones gubernamentales y académicas para desarrollar estrategias inteligentes y novedosas, así como para aprovechar los recursos con los que cuenta cada una de ellas de forma más eficiente.
- Se debe reconocer el valor que los bosques les ofrecen a los pobres que viven junto a ellos, ya que sólo así podremos desarrollar esquemas completos de manejo y protección de los bosques.
- (*) "El tipo de cambio es de 12.7 pesos mexicanos por un dólar americano para el 20 de agosto de 2010"
Bibliografía.
Arriaga, L., J.M. Espinoza, C. Aguilar, E. Martínez, L. Gómez y E. Loa (coordinadores). 2000. Regiones terrestres prioritarias de México. Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad, México.
Conteo anual de población de la comunidad de Nuevo Allende. 2008. Elaborado por las autoridades de la Agencia Municipal de Nuevo Allende.
INEGI, 2005. II Conteo de Población y Vivienda 2005. Se puede consultar a través de la siguiente página web:
http://www.inegi.org.mx/sistemas/consulta_resultados/default.aspx?c=10395&s=est. Revisado en octubre de 2009.Jiménez-Ferrer, G., Nahed-Toral, J. y Soto-Pinto. L. 2007. Agroforestería Pecuaria en Chiapas, México. Ed. El Colegio de la Frontera Sur. 78 p.
Ecoespaña-Instituto de Recursos Mundiales (WRI) en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Banco Mundial. Recursos mundiales: La riqueza del pobre - Gestionar los ecosistemas para combatir la pobreza. Madrid-Washington, DC: ECOESPAÑA-WRI. Se puede obtener en la siguiente página web:
http://pdf.wri.org/recursos_mundiales_la_riqueza_del_pobre.pdf. Revisado en julio de 2010.
En Globalización: ALFREDO Ramos Vázquez
Agosto 2003 Las Maravillosas Conexiones Ocultas de la Vida: Agroecología versus BiotecnologíaTahimí Pérez Espino, Walter Ritter Ortiz, Alfredo Ramos Vázquez, Juan Suarez, Sánchez
(Volver a página inicial)