P O E M A R I O
Mahmud Darwix
RITA Y EL FUSIL
Entre Rita y mis ojos, un fusil.
Quien a Rita conoce, se postra
y reza
al Dios de su ojos de miel.
Besé a Rita
cuando niña,
aún recuerdo cómo se pegó
a mí: una trenza preciosa cubrió mi brazo.
Recuerdo a Rita
como el pájaro a la charca.
Rita, Rita
Teníamos un millón de pájaros y de fotos,
y mil citas,
y contra todo abrió fuego un fusil.
El nombre de Rita le sabía a fiesta a mi boca,
el cuerpo de Rita se desposaba en mi sangre.
En Rita me perdí dos años,
durmió en mi regazo dos años,
nos prometimos ante el cáliz más bello,
ardimos en el vino de dos labios,
nacimos dos veces.
Rita, Rita
Nada privaba a mis ojos
de los tuyos, si acaso nuestras cabezadas
o alguna nube de miel,
hasta que irrumpió aquel fusil.
Érase que se era,
oh silencio del atardecer,
una mañana en que mi luna partió
con los ojos de miel.
La ciudad
barrió a los rapsodas, y a Rita.
Entre Rita y mis ojos,
un fusil.
( 1967 )
LA CÁRCEL
Ha cambiado mi dirección,
el horario de mis comidas,
mi ración de tabaco, me ha cambiado
el color de la ropa, la cara, la figura,
y hasta la luna
-tan querida aquí-
es más grande y dulce que nunca.
El olor de la tierra: perfume;
el sabor de la naturaleza:azúcar.
Como estar en la azotea de mi vieja casa
y que una estrella nueva
se clavase en mis ojos.
Mahmud Darwix: Poesía escogida (1966-2005),
traducción de Luz Gómez García,
Valencia, Pre-Textos, 2008 )JUAN GALLEGOS SOTO
EL PRINCIPIO DE LA HISTORIA
La genialidad no es obligadamente sabia en política y, es lamentable porque sus errores pueden acelerar o conjurar fuerzas contra las revoluciones, para retrasarlas, pero no impedirlas.
¿Por qué estoy aquí tan solo?
¡Que ni un segundo a mi muerte escapo!
Ni un gozo, ni un ensueño,
Que no sea un Dios que nunca tuve,
Con quien hablé en infantil instante,
¡Sin mediar jerarquía ni grado!
Como a un amigo, al jugar
Como tú siempre contento,
En mis pueriles sueños sin mesura:
¡Celestes y pletóricos de ingenio!
En un acuerdo universal y aceptable,
Que se da, entre un niño omnipotente
Y un Supremo señor de dulce genio,
Que un niño quiere ser, y estar presente
Todo poderoso y por milenios;
Y recomponer este reticente,
Y caótico mundo al revesado.
Al pensar como un niño le aconsejo
Y sugiero que descanse plenamente;
¡Dejémosle a la gente este mandato!
Porque después de un séptimo día,
En que se hizo el mundo,
¡De maravillas saturado!
No todo es confort, paz ni alegría.
¡Marchemos con Jesucristo de la mano
Sin mando hegemónico investido,
De poder romano o bizantino
Que vicie el ejercicio de su sueño!
Profesemos preceptos tan humanos
Los de Marx, Fidel y Lenin,
Y por José Martí ennoblecidos,
Y por el Che Guevara ponderados.
Seremos como el Che, ¡Brillante estrella!
Que la patria engarce en el oriente,
Y sabremos alzar la voz ardiente
Con arsenal de ideal y de metralla.
Cristiano quiero ser y mahometano,
-Islámico-, budista, comunero,
Centellante al alba del enero
Con el indio zapatista que es mi hermano.
Estar contra el orden amafiado,
Y luchar a favor de los vencidos,
Y como Guevara y Cristo redimidos
Quiero ser comunista inveterado.
Con sabiduría que a nadie escapa
Ser rival recalcitrante de la usura,
Y ver del capital su cara oscura,
Y del imperio caer la última etapa.
En ella el peón es una mina
Al trocarle en Rey de Oros,
Con mísero pago a los obreros,
Y aún gime el rico de su ruina.
Inicio en las manos del obrero
La creación de la riqueza preexistente,
Del capital primero y subsecuente;
Y en su fuerza de trabajo muy cimero.
Han decretado el fin de la historia:
¡Egregios ensayistas y exmarxistas!
Y otros que no están aquí en la lista,
¡Charlatanes!, ¡Comediantes de oratoria!
Intuyo que la genialidad
Política, matemática o literaria
No es obligadamente sabia,
Si prima la avaricia a la humildad
Este poema ya tiene algún tiempo de escrito, y sin embargo, creo, tiene la misma vigencia e impacto que cuando se habló del fin de la historia. Recuerdo claramente cuando en 1994 irrumpe el movimiento del EZLN, a pocos meses de que Jorge Castañeda escribiera La Utopía Desarmada. Claro que hacia ya largo rato que había abdicado de sus convicciones de izquierda y, este evento revolucionario le plantó un cubetazo de agua fría en la cara, (la utopía armada), aunque no al parecer en la conciencia, y le aguadó lo que pretendía fuera un Best Seller.
La revolución cubana hace mucho que viene sembrando conciencia emancipadora aunque muchos sigan alienados por la mentira histórica de la supremacía del capitalismo; y también importantes escritores como Mario Vargas Llosa. En fin, como dice José Martí: A pensamiento es la guerra mayor que se nos hace ganémosla a pensamiento.
Cd. Juárez Chih., México
Juan Gallegos Soto
STELLA MARIS TABORO
Quebraron su vuelo
Un sol de septiembre aterrorizado
se adivinaba en la blanca cordillera.
Y los cóndores callaron su vuelo
ese once de septiembre
mientras los anchos muros del palacio
crepitaron como papel
en el vientre del fuego.
Entonces las palomas
buscaron otros cielos
y las esperanzas abatidas
se perdieron en la lejanía.
Gritos desgarrantes en la nación
recorrieron años sin claridad,
y la paz con tus alas quebradas
se ahogó en silencios.
Las páginas libres
impregnadas de nacionalismo
se amarillentaron con el tiempo,
enterradas por el dictador.
¿Cuántos por qué martillaron a la memoria?
¿Por qué quebraron el feliz vuelo soberano?
¿Por qué el sol que se encendió con Salvador
se hundió en la espesa niebla del terror?
!Cuantos por qué para aprender!
! Cuantos por qué con olor a lágrimas!
! Cuantos por qué con astillas del dolor!
Stella Maris Laboro
http://
taborolahistoriaenpoemas. blogspot.com/ http://www.poesiaspoemas.com/
stella-maris-taboro
Poesía Indígena
Anónimo
RUINA DE MEXICO EN TLATELOLCO
En los caminos yacen dardos rotos;
los cabellos están esparcidos.
Destechadas están las casas,
enrojecidos tienen sus muros
Gusanos pululan por calles y plazas,
y están las paredes manchadas de sesos.
Rojas están las aguas, cual si las hubieran teñido,
y si las bebíamos, eran agua de salitre.
Golpeábamos los muros de adobe en nuestra ansiedad
y nos quedaba como herencia una red de agujeros.
En los escudos estuvo nuestro resguardo,
pero los escudos no detienen la desolación.
Hemos comido panes de colorín,
hemos masticado grama salitrosa,
pedazos de adobe, lagartijas, ratones,
y tierra hecha polvo y aún los gusanos.
Llorad amigos míos,
tened entendido que con estos hechos
hemos perdido la nación mexicana.
¡El agua se ha acedado, se acedó la comida!
esto es lo que ha hecho el Dador de la vida en Tlatelolco.
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