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Salvando a los gigantes hipotecarios

Hugo Fazio

La crisis financiera norteamericana y global pasa a etapas superiores, "entra en una nueva y complicada fase", como editorializó el diario español El País (15/07/08). Las afirmaciones de que lo peor de ella constituía un tema del pasado se vino violentamente al suelo durante la primera quincena de julio, al caer prácticamente en la insolvencia, como manifestó el ex presidente de la Reserva Federal de Saint Louis, William Poole, los mayores financistas de créditos hipotecarios en EE.UU. Fannie Mae y Freddie Mac.

Entre ambas sociedades, de control privado pero con respaldo estatal, explican más de un 40% de todos los préstamos de esta naturaleza concedidos en Estados Unidos, cuyo monto total se cifra en unos US$12 billones. Durante el presente año, por la crisis existente en el mercado hipotecario, efectuaron el 80% de las operaciones concretadas en el país. Su papel ha sido, por tanto, muy significativo. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.

La necesidad de implementar un nuevo plan estatal de salvataje se produjo sólo a cuatro meses del efectuado al banco de inversiones Bear Stearns. En el curso del último año, Fannie perdió el 80% de su valor comercial y Freddie casi el 90%. De allí que pasase a ser marcadamente improbable que pudiesen captar recursos en el mercado, tanto interno como externo, con el agravante que nada se hizo durante un largo tiempo para que aumentasen de capital. Por ello, que su situación, como escribió Paul Krugman, constituye "un verdadero escándalo político: ha habido advertencias repetidas –añadió– de que la escasa capitalización de Fannie y Freddie representaba riesgos para los contribuyentes, pero los directivos de las dos compañías compraron el proceso político y contrataron sistemáticamente a personajes influyentes de ambos partidos".

Los inversionistas colocaron sus recursos en ambas empresas considerándolas de bajo riesgo, al estimar los títulos como públicos. En verdad, constituyen una forma especial de entidad creada por ley: las Empresas Patrocinadas por el Gobierno (EPG), destinados a incrementar la liquidez en sectores considerados estratégicos. Actúan como garantes de riesgo de deudas hipotecarias. Fannie Mae –la Corporación Nacional Federal de Hipotecas– nació en 1938 durante el período del New Deal del presidente Roosevelt para permitir el acceso a la vivienda de familias de rentas disponibles más bajas. Fue creada inicialmente como una institución completamente estatal. En 1968, fue dividida por ley en dos sociedades: Ginnie Mae, que continuó como una agencia federal, y Fannie Mae, privatizada pero con patrocinio estatal. En 1970, se creó Freddie Mac (Federal Home Loan Mortgage Corporation), con las mismas características de Fannie. En el contexto de la crisis inmobiliaria, como parte del paquete fiscal aprobado para tratar de detener la caída de la actividad económica se les permitió elevar las cantidades a respaldar de US$417.000 a US$729.000. La Fed, al actuar así incrementó los niveles de desregulación. A la fecha de la intervención de la Fed y el Departamento del Tesoro, tenían garantizadas entre ambas instituciones por US$5,3 billones. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.

China también arriesga

Entre los inversionistas que colocaron recursos en estas entidades se encuentra el Banco Central de China, el mayor poseedor a nivel mundial de reservas internacionales. En general, instituciones financieras asiáticas son poseedoras de porcentajes elevados de las deudas de los gigantes de hipotecas con respaldo público. A junio de 2007, inversionistas chinos poseían deudas de largo plazo en las agencias semigubernamentales hipotecarias por US$376.000 millones. "(…) la idea del Banco Popular de China como prestamista de última instancia –comentó Financial Times– debe estar asombrando al presidente de la Fed, Ben Bernanke, y al secretario del Tesoro, Henry Paulson" (18/07/08). Habitualmente esta función la desempeña el Banco Central del país respectivo.

La economía norteamericana vive de financiamiento desde el exterior. Las cifras del Departamento de Tesoro indican que hasta mediados de 2007, inversionistas externos poseían un 21,4% del total de la deuda circulante a largo plazo del gobierno estadounidense, aproximadamente US$1,3 billones. Por ello que los problemas del sector financiero norteamericano no es, ni mucho menos, sólo un problema interno. Fannie y Freddie al ser consideradas de hecho como instituciones públicas, recibieron montos considerables de fondos desde el exterior.

El tembladeral entre las instituciones del mercado hipotecario se acentuó cuando, en esos mismos días, las autoridades federales de California debieron de urgencia tomar el control de la segunda institución especializada en la concesión de hipotecas IndyMac Bancorp, para impedir su quiebra. El temor en el mercado es tan elevado que transcurrieron muy pocos días desde que el senador por Nueva York, Charles Schumer, expresara su preocupación sobre su futuro para que la institución experimentase una "crisis de liquidez", quedase sin fondos para cumplir con sus obligaciones. Los ahorristas procedieron a retirar rápidamente más de US$1.300 millones. Sus 33 sucursales, luego de la intervención, reabrieron con el nombre de IndyMac Federal Bank. Al momento de la intervención, las acciones del banco hipotecario que un año antes se cotizaban en US$28 habían caído a US$0,28. Sus deudas alcanzaban a cerca de US$1.600 millones. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.

IndyMac Bancorp llegó a contar con activos ascendentes a US$32.000 millones. Su derrumbe constituye el mayor colapso de un banco en EE.UU. desde 1988 cuando cayó el American Saving & Loan Association. Desde 1984 es la tercer mayor crisis en la historia financiera de EE.UU., en un listado encabezado por Continental Illinois National Bank and Trust. Y es la más grande producida desde el inicio de la crisis financiera a mediados del año pasado.

Los esfuerzos por generar confianzas

Antes que se reanudase la actividad financiera a la semana siguiente del colapso de IndyMac, el Departamento del Tesoro y la Reserva Federal anunciaron paralelamente un conjunto de medidas con el propósito de intentar restablecer la confianza. La Fed autorizó a la Reserva Federal de Nueva York a proporcionarle liquidez a Fannie Mae y Freddie Mac, de considerarlo necesario. En otras palabras le permitió actuar como prestamista de última instancia, al igual como puede hacerlo con los bancos comerciales. A su turno, el departamento del Tesoro anunció el envío al Congreso de un proyecto de ley que le faculta para incrementar sus líneas de créditos a ambas instituciones y le permita tener en ellas participación accionaria "en caso de ser necesario".

La suerte futura de Fannie y Freddie no está decidida, estando abierta la posibilidad que al final deban estatizarse. "Ciertamente –expresó Ben Bernanke–, hay varias posibilidades, que van desde una nacionalización total o la privatización hasta dividirlas por partes" (17/07/08).

El Departamento del Tesoro y la Reserva Federal, al hacer público su apoyo, pretendieron revertir el cuadro de desconfianza. "En su conjunto –resumió The Wall Street Journal–, el paquete constituye un intento (…) para hacer todo lo que esté a su alcance sin tener que intervenir en las entidades" (14/07/08). Las dificultades de las gigantescas empresas semiestatales se arrastra desde cuando la crisis hipotecaria empezó a extenderse a operaciones más allá de las de más alto riesgo, que constituye el principal mercado de Fannie y Freddie. Ambas instituciones no tienen ninguna responsabilidad en los créditos hipotecarios subprime. Tampoco emitieron títulos financieros de alto riesgo, porque la legislación que poseen no se los permite. Visto así muestra las ventajas de los mecanismos de regulación. "Podría decirse –señaló Paul Krugman– que la experiencia de Fannie y Freddie prueba que la regulación funciona" (15/07/08). Sin embargo, su bajo monto de capitalización y la dificultad para captar financiamiento las condujo a una encrucijada inmanejable. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.

Las inquietudes suman y siguen

La confluencia de hechos negativos al iniciarse la semana posterior a los anuncios del Departamento del Tesoro y la Fed, reveló que no lograron llevar la calma al mercado. Las acciones de Fannie y Freddie siguieron cayendo. En Ohio se suspendieron las transacciones bursátiles de su mayor banco, el National City, ante el temor de que se produjese una corrida bancaria. En Tennesee, se redujo bruscamente la cotización de los títulos de su banco más importante, First Horizon National. En Utah, el banco Zions vio reducirse en el mercado bursátil aproximadamente un 20% de su cotización. De acuerdo a un análisis de Goldman Sachs, las instituciones regionales deberán reconocer pérdidas vinculadas a operaciones hipotecarias no registradas en sus libros por unos US$35.000 millones, al dar a conocer sus resultados del segundo trimestre, con un aumento de 64% en relación a la reconocida en enero-marzo.

Por su parte, los títulos del banco de inversiones Lehman Brothers, que se encuentra en el "ojo de la tormenta" desde la "compra" de Bear Stearns se ubicaban en su nivel más bajo desde mayo de 1994, registrando una caída en su patrimonio bursátil hasta ese momento de 79%, intensificando los rumores sobre su inminente colapso. Existe consenso que el apoyo público a los bancos de inversión no finalizó con el entregado a Bear Stearns. Mientras que Washington Mutual, el mayor operador estadounidense de préstamos, experimentaba su mayor declive accionario en 24 años, de un 30%. Una de las enseñanzas de la crisis financiera en curso es su contagio geográfico, consecuencia del alto grado de globalización alcanzado por el mercado de capitales, y también de su propagación entre mercados e instrumentos aparentemente no vinculados directamente. El FMI al volver a estimar las pérdidas en Estados Unidos a causa del impacto de las turbulencias financieras la aumentó a US$1 billón, constatando al mismo tiempo que la crisis no ha pasado. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.

Los dos bancos más afectados por la crisis hipotecaria son Citigroup y Merril Lynch. El primero, en abril-junio experimentó su tercer trimestre consecutivo con saldo en rojo, alcanzando sus pérdidas acumuladas a US$17.500 millones, habiendo realizado ajustes y provisiones por casi US$50.000 millones. Desde diciembre de 2006, cuando alcanzó su mayor cotización bursátil, su patrimonio comercial se redujo en 75%. Para enfrentar su difícil momento ha procedido a vender activos. En julio dio a conocer la venta de su negocio de consumo en Alemania a la francesa Credit Mutual, en abril se deshizo de la tarjeta de crédito Diners Club International y de Citicapital. A su vez, Merrill Lynch acumuló en el primer semestre cifras negativas ascendentes a US$18.650 millones. Las dos instituciones efectuaron rebajas contables por US$80.000 millones. "Estas firmas –comentó The Wall Street Journal- asumieron demasiados riegos en las complejas inversiones hipotecarias que habían creado, pero que no entendían. En general –concluyó-, la versión de Wall Street de la disciplina de mercado produjo la peor crisis inmobiliaria desde la Gran Depresión, sólo unos años después de una burbuja histórica de las acciones de Internet" (21/07/08). Las conmociones financieras, enseña tanto la teoría como los datos empíricos, son extraordinariamente más frecuentes en los períodos de escasas regulaciones.

El apoyo de la Fed a Fannie y Freddie, similar a la utilizada con Bear Stearns, le proporciona liquidez en el corto plazo, pero no resuelve su falta de capital. La iniciativa del Departamento de Tesoro de "ser imprescindible" tener participación accionaria en ambas empresas es una ratificación de sus carencias en este plano. Merril Lynch ha llamado la atención que seguirán incurriendo en pérdidas y, por ende, requerirán de capitales adicionales que no es fácil se los proporcione el mercado. "Es imposible saber –comentó Financial Times- cuán grandes serán las pérdidas de Fannie y Freddie al final. Y con los accionistas privados abandonando sus acciones es probable que ese capital nuevo tenga que venir del sector público" (15/07/08). Ello plantea el tema de la estructura futura de propiedad de las gigantes hipotecarias. En consecuencia, Fannie y Freddie enfrentan tres grandes problemáticas interrelacionadas: liquidez, capital y estructura de propiedad. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.

Las dificultades financieras son muy profundas, expresándose también en los grandes bancos comerciales. "El desempeño de las acciones bancarias –escribió Martin Wolf en Financial Times a mediados de julio- dice la mayor parte de lo que uno necesita saber respecto de la crisis financiera. En EE.UU. –ejemplificó-, los bancos habían perdido la mitad de su valor de mercado entre hace un año y el final de la semana pasada, respecto del índice compuesto S&P" (17/07/08). La conducta de los bancos se complica aún más por la incertidumbre que rodea al futuro de las demás instituciones. Temen incluso efectuar operaciones entre ellos.

Pero no sólo grandes bancos comerciales registran problemas. Incluso los inversionistas de algunos gigantescos edificios norteamericanos han debido acogerse a la ley de quiebras. Así sucedió, en Florida, con la lujosa Trump Tower Tampa, gigantesca torre de condominios. Igualmente, la constructora austríaca Amon Investments se acogió también al mismo mecanismo con su proyecto Tampa Tower 2, superior en tamaño al anterior y que buscaba asemejarse al Empire State en Nueva York. En marzo, TransAtlantic Bank inició un proceso de embargo que Amon intenta impedir.

El esquivo financiamiento

Las dificultades para obtener financiamiento se extienden a los más variados sectores. En los inicios de la crisis se dejaba sentir básicamente en el mercado inmobiliario y en las empresas financieras. Recién en el segundo trimestre, de acuerdo a cifras de la Fed, el crédito bancario se redujo en 1,5%, la mayor caída trimestral en sesenta años, desde 1948. Desde luego, los costos para obtener financiamiento a su vez crecen, todo ello impacta negativamente en la esfera productiva.

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.La comparecencia del presidente de la Fed, Ben Bernanke, ante el Congreso incrementó el cuadro negativo, al constatar que la economía norteamericana continuará enfrentando "numerosas dificultades" "La inflación –dijo- continuará manteniéndose alta en el corto plazo, debido a las recientes alzas en los precios de la energía" (16/07/08). En junio, el IPC en doce meses subió 5%, según las cifras del Departamento del Trabajo, su mayor incremento en 17 años. Al mismo tiempo, Bernanke debió constatar que existen "significativos riesgos a la baja" para el crecimiento económico. En junio, en cambio señaló que los riesgos habían "disminuido en parte" (17/07/08). La producción industrial en el segundo trimestre cayó 3,1%, la más pronunciada desde octubre-diciembre de 2001, cuando retrocedió 5,2% en el contexto de una situación recesiva.

Los esfuerzos desesperados por revertir la crisis de las financieras hipotecarias no se expresan, como ha sucedido desde el derrumbe del mercado, frente a la dramática situación de los propietarios de viviendas, que continúa sin enfrentarse, siendo fundamental hacerlo para revertir la crisis.

28/07/2008



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