El orgasmo de Bachelet
con el empresariado
El enorme excedente generado por la subida del cobre no servirá para modificar el modelo y procurar mayor crecimiento y equidad, así que grandes empresarios están a punto de eyacular y la gente recibirá apenas migajasRaúl Gutiérrez V.,
editor del GRANVALPARAISO.CL
(24/05/06)
DÉCADAS ATRÁS, CUANDO la economía y la sociedad chilena estaban volcadas hacia adentro y las actividades y la cultura rurales tenían mucho peso en el país, los dueños de fundo solían esgrimir una pintoresca explicación, para no calificarla de indecente, respecto de los exiguos salarios que pagaban a sus inquilinos. No sacarían nada con ganar más –argumentaban; si les pago un mejor salario van a ir a emborracharse a la cantina y ese ingreso extra terminará en manos del dueño del local y no favorecerá a la familia del trabajador.
El gobierno de la socialista Michelle Bachelet ha decidido aplicar el mismo criterio ante la inesperada bonanza que el alza del precio del cobre ha traído para la economía nacional, por lo que en definitiva lanzará apenas algunas migajas a la plebe, aun cuando los politiqueros "progresistas" llegan a poner los ojos en blanco cuando aseguran que el cobre es "de todos los chilenos".
Llama la atención que todavía no haya información clara acerca de la cuantía de los ingresos adicionales que esta prosperidad sin precedentes puede significarle al país. Lo único claro, a estas alturas, es que los principales beneficiarios de la estampida inimaginable que ha experimentado en los últimos meses el principal producto chileno de exportación serán las grandes transnacionales que se han apropiado de importantes yacimientos nacionales, aprovechándose de una legislación inicua que la Concertación ha mantenido intocada, la que ha sido modificada sólo para implantar un royalty de pacotilla.
ESTRECHEZ DE CORAZON Y DE MENTE
Desde que comenzó el país a recibir ingresos extraordinarios por concepto del alza del cobre, ya a mediados del año 2005, se hicieron sentir las voces de los satisfechos que llamaban a manejar con enorme prudencia estos excedentes, no fueran ellos a poner en peligro los sacrosantos equilibrios macroeconómicos que han permitido a ese segmento amasar las mayores utilidades en toda la historia de Chile, razón por la cual Ricardo Lagos terminó siendo idolatrado por la clase empresarial.
Si una familia modesta, que apenas está por encima de la línea de la pobreza, con un ingreso mensual de 185.000, por dar un ejemplo, se gana el Loto, $1.000 millones de pesos, es razonable que destine pongámosle $200 millones a arreglarle la dentadura a la mamá, a asegurar la educación de los tres hijos, a financiar la operación de la vesícula del padre, a la compra de una vivienda para la familia e incluso de automóviles y equipos que le van a dar más bienestar, y que los otros $800 millones los destinen a ahorro e inversión. Pero en este caso se ha decidido entregar a los chilenos más modestos apenas algunas migajas, con el agravante de que la plata que se ahorre no servirá para corregir la maquinaria que genera concentración, exclusión en la economía chilena.
Así, pues, anuncios de la señora Presidenta de la República acerca de la utilización de dichos excedentes revelan no prudencia y sabiduría, a diferencia de lo que ella sostuvo, sino falta de vuelo, insensibilidad e insensatez, ya que el extenso listado de las adquisiciones que se harán, incluidas ambulancias, bacinicas, parches curitas, significarán un desembolso de apenas a 130 millones de dólares, que corresponden únicamente a los intereses que percibió el Fisco chileno por el superávit estructural del año 2005. La mezquindad de la mencionada cifra queda de manifiesto en el hecho de que representa menos de la cuarta parte del ingreso extra que el Gobierno recaudará por mantener el IVA en 19% en lugar de rebajarlo a 18%, que era a lo que se había comprometido Ricardo Lagos. Peor todavía, la mentada suma equivale a la décima parte del costo que tendrá para el país la modernización de la Escuadra Nacional.
En efecto, cuando el año 2008 llegue la última de las fragatas adquiridas a Holanda y Gran Bretaña, Chile habrá completado un proceso de repotenciamiento de su Armada por un costo equivalente a 1.300 millones de dólares, gracias a los cuales nuestra escuadra dispondrá de la flota más moderna del continente. ¡1300 millones de dólares sólo para el potenciamiento de una de las ramas de nuestras Fuerzas Armadas! 130 millones de dólares como contraste, para la compra de 131 ambulancias, 23 clínicas dentales y tres avioncitos para combatir incendios forestales para la CONAF.
Este es el monto y el destino de los recursos que debieran permitir a Chile dar un gran salto adelante, aprovechando una oportunidad histórica que difícilmente se repetirá para impulsar un tipo de crecimiento que coadyuve, al mismo tiempo, a reducir la brecha socioeconómica lacerante que caracteriza a la sociedad chilena actual, lo que exigiría, claro, actuar sobre los mecanismos generadores de esas diferencias. Pero sería demasiado pedir a la sensibilidad social y capacidad intelectual del gobierno de la Bachelet que hubiera decidido, por ejemplo, duplicar la asignación de apenas de $30.000 mensuales por alumno que perciben los establecimientos municipalizados que atienden a un elevado porcentaje de los hijos más modestos de esta tierra, y que por esa causa reciben una educación cuya calidad les cierra antes de abrirle las puertas en el futuro. Porque esa cifra de $30.000 no es ni la mitad, ni la quinta parte, ni la décima parte del monto que manejan colegios de prestigio, cuyos niños además provienen de familias que lo tienen todo para favorecer el desarrollo intelectual y el rendimiento académico de sus hijos.
En consecuencia, el hecho de que se vayan a destinar 10 millones de dólares a obras públicas, 5 millones a becas de estudio en el extranjero y 10 millones a la compra de equipos de riego en las regiones del Maule y Bio Bío, sólo comprueba un vuelo intelectual semejante al de una gallina clueca y una estrechez de corazón impropia del segundo médico socialista, esta vez de género femenino, que ha llegado a La Moneda.
¡Y pensar que Chile podría haber destinado parte considerable de estos recursos adicionales generados por el cobre (en lugar de ponerlos a ganar intereses en el extranjero) a recomprar empresas que fueran públicas, que el gobierno militar privatizó a vil precio y que hoy constituyen negocio redondo, como eléctricas, telefónicas, acereras, etc.
EL PINOCHETISMO APLAUDE
Por cierto, la mezquindad de la propuesta de Bachelet ha llevado al empresariado al orgasmo. Los elogios al Ministro Andrés Velasco, el tecnócrata que parece empeñado en rendir el mejor de los exámenes ante la Escuela de Administración de la Universidad de Harvard, antes que atender las exigencias propias de un crecimiento con mayor equidad en Chile, harán que pronto sea elevado a los altares por los dueños del poder económico y por cierto por la prensa que ellos controlan. "Frente al vendaval de propuestas de gasto originado dentro y fuera de la Concertación, la gobernante puso una contención valiosa al obligarse a respetar el superávit estructural y los principios ya señalados en el presupuesto del año 2007", escribió al borde de la euforia el diario El Mercurio.
Velasco reiteró que el paquete de medidas será íntegramente financiado con los intereses reportados por el ahorro generado a partir del 1% de la regla del balance estructural. Pero aparte de que debe reiterarse la escasa transparencia acerca del flujo real de ingresos adicionales que percibirá el Estado, queda de manifiesto la nula voluntad de aprovechar esta oportunidad sin precedentes, en introducir modificaciones importantes al modelo que ha provocado la más brutal concentración del ingreso que hayamos conocido en la economía chilena y una creciente segregación que se observa ya no sólo en Santiago, sino que en las ciudades pequeñas y los pueblos, la cual está envenenando la calidad de vida de los chilenos como sociedad y como individuos.
Asombra observar que en el listado de alternativas que se financiarán con los 130 millones haya numerosas alusiones a compras o gastos que debieran ser habituales por parte de un país que crece al 5 o 6% anual y que ha alcanzado el nivel de desarrollo del nuestro. En verdad, que compremos 150 ambulancias al año es algo de lo más natural (¿cuántas son las que deben ser dadas de baja anualmente?) y que no ameritaría ser objeto de ningún esfuerzo propagandístico. Si el país ha renovado su flota de aviación de combate, su escuadra nacional y por supuesto el equipamiento de su frondoso Ejército, que renueve entonces su parque de ambulancias parece de lo más obvio, aun cuando el precio del cobre estuviera en torno a un dólar la libra.
Pero aparte de los 14 millones de dólares, que realmente es una cifra irrisoria, que se destinarán a incrementar un fondo de garantías para otorgar crédito a los pequeños y medianos empresarios y para financiar una campaña marquetera de la marca de Chile en el exterior, no hay nada que apunte a la promoción de un modelo de desarrollo algo menos concentrado y brutal, algo menos de capitalismo salvaje del que conocemos hoy en día. Eso explica los elogios que la matriarca ha recibido, generosos por parte del mismo sector que elevó a Ricardo Lagos a los altares.
Andrés Concha, secretario general de la SOFOFA, puso los ojos en blanco al destacar el compromiso de la Presidenta con el respeto a esa regla sacrosanta del superávit estructural. La senadora UDI, Evelyn Matthei, calificó de excelente todo el discurso, tanto en el tono como el contenido. El presidente de la Asociación de Concesionarios de Obras de Infraestructura Pública, Herman Chadwick, dijo que había quedado satisfechísimo, especialmente por los anuncios sobre infraestructura, que ha permitido a capitalistas nacionales y por sobre todo extranjeros ganar dinero fácil con la garantía del Estado a costa del cogoteo legalizado en autopistas urbanas y carreteras.
El llamado a la prudencia y a la seriedad en el manejo económico de la Presidenta fue algo que impresionó pues a Cristián Larroulet, del Instituto Libertad y Desarrollo, uno de los centros intelectuales más connotados de la Derecha. "Creo que ella se distingue radicalmente del populismo de Chávez, porque él, con condiciones igualmente favorables, gasta la plata y ella hace lo contrario".
Al académico y ex ministro de Hacienda de Augusto Pinochet, no cualquier ministro de Hacienda, Rolf Lüders, le pareció óptima la política adopta por la Presidenta en relación a los excedentes del cobre. Ciertamente, si Luders o Hernán Büchi hubieran sido los ministros de Hacienda en estos momentos, no habrían tomado decisiones muy distintas de las que, con el vigoroso de la tierna Presidenta Bachelet, acaba de tomar el connotado técnico que es Andrés Velasco. Lo sorprendente es que Velasco sea el titular de Hacienda de una socialista y progresista que se muestra enternecida hasta las lágrimas cuando habla de los problemas sociales del país, y que Rolf Lüders haya sido el ministro de Hacienda de Augusto Pinochet cuando éste se encontraba en el pináculo de su poder. "Lo que debe hacerse –pontificó Lüders- es precisamente ahorrar la mayor parte de los excedentes para evitar una gran farra hoy y la hambruna mañana, y es lo que ha decidido la Presidenta"
A esa farra le tenía mucho temor el empresariado. Farra era lo que los antiguos patrones querían prevenir al pagar sueldos de hambre a sus inquilinos. Pero a lo que en realidad le tenían miedo los grandes empresarios de hoy era a que los recursos adicionales del cobre fueran usados de manera de modificar el funcionamiento del adorado modelo, y ese peligro ha sido por completo desechado porque la Presidenta Bachelet ha optado por traicionar su ideario socialista, a partir de la incomprensión absoluta de cómo funciona la economía chilena y de qué manera se producen los procesos de apropiación de excedentes, acumulación y concentración del ingreso.Ella, que alguna vez fue marxista o amó a un marxista, parece no tener ni la menor idea de cómo funciona la economía y cree que todo es cosa de buena voluntad, de llamados a la unidad y sobre todo de nombramientos de hartas mujeres en diversos cargos para que construyamos una sociedad más integrada y mejor. De esta forma, en víspera del Bicentenario de su independencia Chile corre el grave peligro de derrochar una oportunidad preciosa de construir un país más próspero y justo por escasez de vuelo intelectual y estrechez de corazón de sus gobernantes.
(Volver a página inicial)