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La Economía Mundial a Inicios del Siglo XXI

Orlando Caputo Leiva (*)

1. La nueva hegemonía de Estados Unidos

Estados Unidos a partir de la década de los sesenta del siglo XX, enfrentó una gran competencia. Primero de Europa y posteriormente de Japón. La competencia agudizó el ciclo económico a nivel mundial y se reiniciaron las crisis económicas mundiales. El inicio mas evidente de las crisis fue la de los años 1974-1975. La economía de Estados Unidos empieza a crecer muy lentamente comparado con el auge de post Segunda Guerra Mundial. El crecimiento lento y las crisis cíclicas exigían la ampliación de las exportaciones y de las inversiones de Estados Unidos hacia otros países y regiones. Estos son los fundamentos económicos principales del proceso que posteriormente ha sido designado como globalización de la economía mundial.

Estados Unidos promueve en el exterior como parte de la globalización, la libre circulación de las mercancías y de los capitales, apoyado teóricamente en el neoliberalismo, y posteriormente perfeccionado en lo que se ha conocido como el Consenso de Washington. En lo medular dicho Consenso se sintetiza en: la propiedad privada, Estado subsidiario y mercados libres a nivel nacional e internacional para las mercancías y para los capitales.

Estados Unidos, a la vez que promueve la liberalización en exterior, internamente continúa con niveles significativos de proteccionismo y de regulación. En relación a las importaciones establece regulaciones diferenciadas a través de sistemas especiales que contemplan, entre otros, aranceles, cuotas, prohibiciones y otros mecanismos. En relación a las exportaciones, promueve grandes subsidios, particularmente subsidios al sector agrícola.

La combinación del libre comercio en el exterior, del proteccionismo interior y del control del dólar como dinero mundial, significó para Estados Unidos el mejor de los mundos posibles, situación similar a la de Inglaterra a inicios del siglo XIX.

La globalización de la economía mundial, promovida por los Estados Unidos ha posibilitado la reestructuración de su economía y la reconquista de la hegemonía que compartía con Europa y con Japón en la década de los ochenta. Esta hegemonía compartida en los ochenta por Estados Unidos, por Europa y por Japón, fue sintetizada y conocida como " La Tríada".

La reconquista de la hegemonía económica en la economía mundial por Estados Unidos, es el fundamento de la hegemonía política expresada en la Nueva Política de Seguridad Nacional. La Nueva Política de Seguridad Nacional se basa en la potencia económica de Estados Unidos y no en su debilidad.

En el artículo de Monthly Review "Las Ambiciones Imperiales de Estados Unidos en Irak", se señala que la nueva estrategia de seguridad nacional de Estados Unidos (New York Times, 20 de septiembre del 2002), establece tres principios claves de la política estratégica estadounidense:

Primero. Asegurar permanentemente el indisputado dominio global de Estados Unidos, de modo que a ninguna nación le será permitido rivalizar o amenazar a los Estados Unidos.

Segundo. La disposición permanente de Estados Unidos para desarrollar en forma rápida ataques militares preventivos contra Estados o fuerzas en cualquier parte del globo que sean considerados una amenaza a la seguridad de los Estados Unidos, a sus fuerzas e instalaciones en el exterior, o a sus amigos o aliados.

Tercero. La inmunidad de ciudadanos norteamericanos frente a procesos en los Tribunales Criminales Internacionales.

En el texto que estamos citando, se agrega lo siguiente: "Al comentar esta nueva Estrategia de Seguridad Nacional, el Senador Edward M Kennedy, declaró que: ‘la doctrina de la Administración es un llamado al imperialismo norteamericano en el siglo XXI que ninguna otra nación podría o debería aceptar’ (7 de octubre del 2002).

La reestructuración de la economía de Estados Unidos, como hemos dicho, es producto de la globalización y surge como respuesta a las crisis cíclicas. Estados Unidos reestructura toda su economía con fuerte apoyo del Estado. A mediados de los ochenta, los principales sectores de la economía estadounidense y la propia economía de los Estados Unidos se caracterizaba como una economía decadente, que estaba siendo desplazada por Europa, y especialmente por Japón y el sudeste asiático. La reconquista de la hegemonía que ha llevado a Estados Unidos a transformarse en la única potencia económica, política y militar mundial, como proceso con gran apoyo estatal es parecido a la carrera espacial con la Unión Soviética en la época del Presidente Kennedy.

El dinamismo económico está íntimamente relacionado con las ganancias. Con la globalización de la economía mundial y la combinación del libre cambio y el proteccionismo, unido a la flexibilidad laboral, forjó en Estados Unidos un cambio cualitativo que se expresó en el paso de un período de ganancias y tasa de ganancia baja, a un período de altas ganancias y alta tasa de ganancia.

En las décadas del setenta y hasta mediados de los ochenta, las ganancias globales estaban prácticamente estancadas. A partir de mediados de los ochenta, las ganancias y la tasa de ganancia empiezan a aumentar. El aumento es aún mayor en la década de los noventa.

En condiciones de tasas de ganancia elevadas, las crisis cíclicas en cierta medida son atenuadas. Así ha sucedido en las crisis de la década de los noventa. En la crisis de inicios de esta década, a pesar de la fuerte disminución de las ganancias de las empresas en Estados Unidos, la crisis cíclica no fue tan profunda. La recuperación y posterior dinamismo de la economía estadounidense, ha estado apoyada en un gran incremento de las ganancias globales, especialmente a partir de 2003.

Las ganancias que son enviadas a Estados Unidos por las empresas estadounidenses en el mundo han crecido en forma extraordinaria. Su ritmo de crecimiento es mucho más acelerado que el de las ganancias globales en Estados Unidos.

Las ganancias de las empresas se han visto favorecidas por una disminución de los intereses netos pagados por las empresas productoras de bienes y servicios a las instituciones financieras y por una fuerte disminución de los impuestos sobre las ganancias.

La otra categoría clave en la reestructuración de la economía estadounidense tiene relación con las grandes modificaciones en el proceso de acumulación de capital. Las inversiones globales en la economía de los Estados Unidos eran bajas en los setenta y en parte de los ochenta. A partir de mediados de los ochenta se inicia un aumento de las inversiones, y en los noventa las inversiones muestran un crecimiento exponencial.

Crecen todas las inversiones. Pero las inversiones privadas tienen un crecimiento mayor que la inversión pública. Al interior de las inversiones privadas crecen muchísimo más las inversiones de las empresas que la inversión residencial. Al interior de las empresas, crecen mucho más las inversiones en maquinaria y equipo, frente a un crecimiento pequeño en las inversiones en nuevos edificios e instalaciones de las empresas. Al interior de las inversiones en maquinaria y equipo, las que más crecen son las de alta tecnología.

El gran crecimiento de las inversiones se acompaña de un hecho de gran impacto histórico: las maquinarias y equipos de alta tecnología han tenido una gran disminución de precios.

En la economía de los Estados Unidos, en las mismas estructuras físicas de las empresas se reemplaza la maquinaria antigua por maquinaria y equipo de alta tecnología, de mayor productividad y de precios bastante menores. Esta es la síntesis de la revolución tecnológica que le ha permitido a Estados Unidos la reconquista en sectores y ramas económicos que anteriormente aparecían como decadentes y que actualmente se encuentran nuevamente a la vanguardia en la economía mundial, con empresas en Estados Unidos y en el exterior.

La reconquista de la hegemonía que ha llevado a Estados Unidos a transformarse en la única potencia económica, política y militar a nivel mundial, empieza a ser disputada por el gran desarrollo de China, que analizaremos en la segunda parte de esta serie.

2. El capitalismo mundial depende cada vez más de China y China depende del capitalismo mundial

¿Quién depende más de quién en una perspectiva histórica? En perspectiva histórica el capitalismo podría depender más de China, que China del capitalismo. No hemos estudiado la situación económica al interior de China. Sólo hemos estudiado el significado de China en la producción mundial y en el mercado mundial. Sobre estos temas hemos elaborado esta nota.

La participación de China en la producción mundial basada en la paridad del poder de compra llegó a 13,2 % en el 2004; la participación de EEUU es de 20,9 %. Con este indicador el producto de la economía China equivale a un 63 % del producto de EEUU y crece cada año.

La participación de China en la producción mundial es mayor a la de Alemania (4,3 %), Francia (3,1 %), Italia (2,9%) y España (1,7%), países que en conjunto suman (12,0 %) de la producción mundial. La producción de China ha llegado a ser casi el doble de la de Japón, que participa con un 6,9 % en la producción mundial.

La participación de China en las exportaciones mundiales en 1980 sólo alcanzó un 1%. En 1990 alcanzó 2%, es decir, demoró 10 años para aumentar en un punto porcentual, lo que en sí mismo es muy significativo. En el 2002 y 2003, ha aumentado en cada año un punto porcentual respectivamente, para alcanzar en el último año 6% de participación en el comercio mundial. En los ochenta, para aumentar un punto porcentual necesitaba diez años, ahora sólo necesita un año.

Las exportaciones de China crecieron en 22 % en el 2002 y 35 % en el 2003. Un cuarto del crecimiento del comercio mundial, en volumen, en el 2003 es explicado por China.

China ocupa el tercer lugar en las exportaciones mundiales con el 5,9 %, después de EEUU (10,4%) y de Alemania (9,5%), y en el 2004 superó a Japón (5,7%).

Las exportaciones Chinas superan en 40 % el total de las exportaciones de bienes y servicios de todos los países de América Latina, que en conjunto participan con el 4,2 % de las exportaciones mundiales.

Las exportaciones chinas se diversifican cada vez más. Exportan -entre otros-, maquinarias y equipos, productos electrónicos, equipos de transporte, textiles y confecciones, juguetes, etc.

Las importaciones de China han aumentado más rápidamente que sus elevadas exportaciones en los últimos años. Muchas regiones y países del mundo están dependiendo crecientemente de las importaciones chinas. Así sucede con los países asiáticos. La recuperación de Japón en el 2003 y en el 2004, fueron sustentadas en parte importante por las importaciones desde China, con un gran componente de maquinarias y equipos de alta tecnología importados desde Japón. Esto favorece a Japón y permite la modernización de las empresas chinas a los más altos niveles mundiales. El 20 % del incremento de las exportaciones de los Estados Unidos en el año 2003, fueron compradas por China.

Múltiples empresas de varios países capitalistas desarrollados han trasladado su producción a China. Entre ellas, prestigiosas empresas italianas de la confección. En los productos de exportación señalan en su etiqueta diseñada en Italia y producida en China.

China importa componentes electrónicos desde Asia, para sus exportaciones de productos electrónicos a los Estados Unidos, a la Unión Europea, a Japón y a otras regiones.

China es un gran importador de bienes primarios. En el 2002, importa el 4 % de las importaciones mundiales de crudo; el 15 % del cobre, el 20 % del aluminio y cerca del 20 % de soya. Al mismo tiempo usa tres veces los niveles de consumo de acero de los Estados Unidos.

Como se sabe, China se ha constituido en uno de los principales destinos de las inversiones extranjeras en los últimos años. Lo novedoso son las inversiones chinas en el exterior. China ha comenzado a comprar y crear empresas en el extranjero. Por ejemplo, las siderúrgicas chinas contemplan construir fundiciones en Brasil, Australia y Estados Unidos, cuya producción se destinaría a China. El sector energético chino ha buscado comprar participaciones en reservas externas de petróleo. "Si no ayudan a desarrollar nuevas fuentes de materias primas, el resto del mundo lo va a pasar mal" debido al fuerte aumento de los precios básicos en el último tiempo. (The Wall Street Journal, en Sección Economía y Negocios de ‘El Mercurio’, 31 de marzo de 2004).

China poseía la segunda reserva internacional más grande del mundo en el 2003 después de Japón. Esta ha crecido en forma acelerada. En el 2004, se estimaba que las reservas serían de aproximadamente 500.000 millones de dólares. Para el 2005, se estima que crecerán a más de 577.000 millones de dólares. Este crecimiento anual de las reservas es cercano a 16 %. Información reciente -septiembre del 2005-, señala que las reservas internacionales de China y de Hong Kong, serían de 870.000 millones de dólares, acercándose a Japón, el que tiene el primer lugar. China es uno de los principales inversores financieros en el mundo, y particularmente en Estados Unidos.

China impacta en la lógica misma del funcionamiento de la economía mundial. Cada vez es más evidente la dependencia del capitalismo mundial de China, y la dependencia de China del capitalismo mundial. A través de la diversificación acelerada de la producción y de las exportaciones, China está compitiendo en el mercado mundial y en los mercados nacionales, provocando quiebras de empresas y desplazamiento de la producción hacia China.

A través de sus exportaciones, profundiza la sobreproducción de productos industriales. Con sus importaciones ha transformado la sobreproducción de materias primas y energéticos en subproduccion o escasez lo que ha provocado incrementos significativos de precios. Como señalaremos en otro apartado de esta serie, China está generando un cambio histórico en los términos de intercambio.

Se reconoce ampliamente que las exportaciones y particularmente las importaciones de Estados Unidos, son una locomotora de la economía mundial. Las exportaciones chinas equivalen al 80 % de las exportaciones de bienes de los Estados Unidos y las importaciones chinas equivalen al 50 % de las importaciones de bienes de Estados Unidos en el 2004. Esta equivalencia se está estrechando cada año. Por lo tanto, China se ha transformado como Estados Unidos en una locomotora de la economía mundial. Este papel de locomotora de China se ha manifestado ya en la fase de crecimiento posterior a la crisis cíclica de Asia y en la recuperación de la reciente crisis internacional del 2001.

En el futuro inmediato, el papel de locomotora de China junto a la de Estados Unidos se puede manifestar empujando a la economía a una nueva crisis cíclica de la economía mundial.

China como hemos dicho, en la actual recuperación de la economía mundial juega un papel trascendente. Pero, a través de la agudización de la sobreproducción de productos industriales que provoca fuertes disminuciones de precios de estos productos, e incrementos de la demanda de materias primas y energéticos con grandes alzas de los costos y de los precios, puede jugar un papel trascendente en una nueva crisis cíclica mundial. En síntesis, a nivel mundial se produce una fuerte disminución de los precios de los bienes finales y un incremento de los costos afectando seriamente los márgenes de ganancia.

En la actualidad, una disminución leve de la tasa elevada de crecimiento de China genera pánico en los diferentes mercados. Una crisis de la economía china en la actualidad sería desastrosa.

Para evitar una posible crisis en China, el Estado chino inició una nueva etapa a partir del segundo semestre del 2002. Esta nueva etapa da inicio a un nuevo ciclo de crecimiento basado en el desarrollo hacia adentro. Se privilegia la industria de viviendas, la infraestructura, la producción de bienes durables y de automóviles para el mercado interno. La institución financiera JP Morgan, ha dado a conocer- el 26 de septiembre de 2005-, que la economía China crecerá este año en 9,5% y el próximo año en 8,5%, de los cuales 4,8 % es explicado por el consumo interno, el 3,6 % es explicado por las inversiones internas y el 0,1% por el comercio exterior. Esta nueva etapa de desarrollo hacia adentro, va combinada con la mantención del ya fuerte desarrollo hacia afuera.

Esto le puede permitir a China, que frente a crisis cíclicas del mercado mundial, pueda desplazar parte significativa de su exportación hacia el mercado interno, el que tiene una gran potencialidad de crecimiento. Actualmente, el mercado chino incorpora sólo un tercio de los 1.400 millones de su población a los nuevos consumos. Esta alternativa es muy limitada en países desarrollados en que el mercado interno tiene un alto grado de saturación.

La gran capacidad de ampliar el mercado interno de China, unido a la fuerza combinada y potenciada del mercado, de la regulación de los mercados y de la planificación estratégica, puede llevar a que el capitalismo dependa más de China que China del capitalismo en una perspectiva histórica.

Uno de los hechos más significativos, es que China es un centro neurálgico de la categoría económica fundamental del capitalismo: las ganancias.

Las ganancias en China en el 2003 equivalen al 44 % de las ganancias globales de todas las empresas estadounidenses que operan en Estados Unidos y en el resto del mundo. Equivalen también, al 66 % de las ganancias de todas las empresas financieras y productoras de bienes y de otros servicios de Estados Unidos que producen en su propio territorio. A su vez, las ganancias totales en China son superiores a las ganancias de todas las empresas productoras de bienes y servicios no financieros de los Estados Unidos. Estas últimas, incluyen las ganancias de todas las empresas industriales que producen maquinaria y equipos, computadores, vehículos, electrónicos, etc. Incluye además, a todas las empresas productoras de bienes de consumo durable y no durable, el transporte y otros servicios y el comercio al por mayor y al por menor.

China se ha transformado es un centro neurálgico de las ganancias en la economía mundial y lo será mucho más. En este sentido, el capitalismo en su categoría económica central -las ganancias-, está dependiendo cada vez más de China.

3. El capital, el trabajo y los recursos naturales

La globalización de la economía mundial ha provocado transformaciones profundas en las relaciones capital-trabajo; capital-recursos naturales; entre los capitales; y entre los capitales y los Estados nacionales. Estos cambios en las relaciones sociales de producción se acompañan de modificaciones cualitativas de las maquinarias y equipos o base técnica de la producción. Estas transformaciones han permitido un aumento de la dominación del capital, sobre la sociedad, la naturaleza, la política y sobre los Estados nacionales.

La dinámica económica en la globalización basada en las exportaciones profundiza la competencia a nivel mundial y en cada economía nacional. En ellas se disminuyen los costos, particularmente los costos salariales y se promueve un gran incremento de la productividad y de la producción.

La globalización de la economía mundial está fundamentada teóricamente en el neoliberalismo. Este, promueve la libertad de los mercados, la libre circulación internacional de las mercancías y del capital. El dominio creciente del capital que se ha expresado con fuerza en la flexibilidad laboral y en el fraccionamiento de los procesos productivos ha profundizado la debilidad de las organizaciones de los trabajadores.

La competencia internacional promueve también la disminución de los costos de acceso a los recursos naturales. La tendencia extrema es la apropiación de los recursos naturales que se ha manifestado con mucha fuerza en América Latina. La legislación para atraer las inversiones extranjeras ha promovido la entrega en propiedad privada de los diversos recursos naturales, incluyendo valiosos recursos mineros, energéticos e hídricos.

La propiedad privada de estos recursos les permite obtener además de las ganancias del capital, la renta de los recursos naturales. Caso emblemático ha sido la desnacionalización del cobre en Chile que nacionalizó Salvador Allende. La desnacionalización se posibilitó por una Ley anticonstitucional de la Dictadura en la década de los ochenta. La desnacionalización del cobre, principal riqueza básica de Chile se inició en los gobiernos de la Concertación y la ha culminado el actual Presidente Ricardo Lagos a través de la engañosa legislación sobre el Royalty que reconoce la propiedad de las empresas sobre los yacimientos mineros, entre ellos, sobre los yacimientos de cobre y de oro.

Las empresas extranjeras controlan desde hace algunos años cerca del 70 % de la producción de cobre en Chile. Otra situación emblemática es el Tratado Minero Chileno-Argentino, que entrega los recursos naturales de la Cordillera de los Andes y parte de los llanos de ambos países a las grandes mineras mundiales.

Las luchas sociales y políticas que más se han destacado en el último tiempo en algunos países de América Latina, son aquellas que están relacionadas con la lucha para captar los beneficios de la explotación de los recursos naturales y rescatar la propiedad de dichos recursos a través de nuevos procesos de nacionalización. La situación de Bolivia es emblemática en este sentido.

El fraccionamiento de los procesos productivos que ha profundizado las diferencias entre la gran empresa, la mediana y la pequeña y sus respectivas asociaciones empresariales, expresan las nuevas relaciones entre los diversos capitales.

La privatización y desnacionalización de empresas y de recursos naturales expresan las nuevas relaciones entre las grandes empresas nacionales y mundiales y los Estados nacionales.

El neoliberalismo, el mercado, la libertad individual, la propiedad privada se presentan como los grandes triunfadores frente al fracaso histórico del deformado "socialismo", de la planificación, de la propiedad social y de la organización social. En el campo de las ideas ha logrado el control de la mente humana de una gran parte de la sociedad. La competencia, y no la solidaridad, predominan en el sentido común y en la vida cotidiana.

La crisis del deformado socialismo y el colapso de éste, han favorecido el dominio del capital sobre la sociedad, sobre la naturaleza y sobre los Estados. En esos países el capitalismo ha encontrado nuevas zonas de inversión de capital. Se ha ampliado la fuerza de trabajo asalariada que puede usar el capital con salarios relativamente bajos, en relación a los niveles relativamente elevados de calificación. En algún grado, esto ayuda a la compresión de los salarios en los países capitalistas.

Todos los cambios que el capitalismo ha logrado con la globalización se expresan en forma sintética en su objetivo y categoría central: las ganancias del capital.

Las ganancias y la tasa de ganancia a partir de mediados de los 80 se han incrementado a nivel mundial. En los países desarrollados destaca el incremento de la masa y de la tasa de ganancia en Estados Unidos, que se acompaña con un crecimiento muy elevado de las inversiones que ha llevado a una reestructuración y reconquista de la hegemonía mundial por parte de Estados Unidos como analizamos en la primera parte de esta serie.

En América Latina, también se ha producido como en Estados Unidos un gran aumento de las ganancias, sin un crecimiento ni modificación significativa de las inversiones, lo que ha llevado a profundizar el desarrollo desigual entre Estados Unidos y América Latina que analizaremos en otro apartado de esta serie.

4. ¿Se estaría gestando la séptima crisis cíclica internacional de las tres últimas décadas?

De la Pos Segunda Guerra hasta fines de los sesenta, la economía mundial funcionó en base a economías nacionales cuya dinámica principal estaba basada en la producción para el mercado interno. El comercio exterior estaba fuertemente regulado por políticas comerciales proteccionistas y las economías nacionales reguladas por una fuerte participación estatal. En ese período, el ciclo económico internacional estuvo muy atenuado y prácticamente no se presentaron crisis de la economía mundial.

La globalización que caracteriza la actual etapa de la economía mundial en las tres últimas décadas, está asociada al funcionamiento más libre de los mercados. El neoliberalismo plantea que si los mercados funcionan libremente, no se producirán crisis. Incluso, los llamados ‘shocks externos’ que podrían provocar crisis en las economías nacionales, según el neoliberalismo, son neutralizados si se deja que los mercados funcionen libremente.

Sin embargo, en oposición a las formulaciones teóricas, a partir de los setenta, con la globalización y el predominio del neoliberalismo, se han presentado seis crisis cíclicas internacionales, de las cuales cuatro de ellas se han registrado en los últimos diez a doce años, a partir de 1991. Esto refleja claramente la acentuación del movimiento cíclico y la presentación mucho más periódica de dichas crisis.

También se produce un cambio importante en el origen de las crisis. La de 1974-1975; la de inicios de los 80 e inicio de los 90 y la reciente del 2001, tuvieron su origen en Estados Unidos. La crisis de 1994, se originó en México y la de 1997 tuvo su origen en el sudeste asiático. Este cambio es muy importante por cuanto es primera vez en la historia del capitalismo, que las crisis se originan en la periferia del sistema. Se originan no en cualquier país, sino en aquellos que habían logrado un gran dinamismo y se destacaban como ejemplos de la globalización.

Desde el punto de vista de una caracterización más detallada, las cuatro crisis originadas en EEUU se transformaron en crisis de la economía mundial y del mercado mundial. Estas tuvieron un fuerte impacto en el comercio mundial afectando las exportaciones, base dinámica de las economías nacionales. La crisis originada en México y en el sudeste asiático, no se transformaron en crisis de la economía mundial, pero sí se expresaron con mucha fuerza en regiones y países y en este sentido fueron crisis internacionales, pero el impacto en el comercio mundial fue relativamente menor que en las otras crisis.

Las crisis cíclicas aparecen separadas en el tiempo. Sin embargo, hacen parte de un movimiento global entrelazando las crisis de los diferentes años, como expresión de un proceso histórico de transformaciones. El ciclo económico a través de las crisis y de las otras fases, se van relacionando unas a otras reproduciendo algunas condiciones y generando nuevas situaciones.

El encadenamiento de las crisis y de los ciclos permite constatar la existencia de la economía mundial, y su movimiento como proceso histórico en el tiempo. Por ejemplo, la crisis del 1974-1975 fue una crisis de sobreproducción de productos industriales y de subproducción o falta de materias primas, alimentos y energéticos. Aunque la crisis afectó estas ramas, los precios de estos productos no fueron muy afectados y rápidamente se recuperaron.

Las perspectivas de ganancias por la escasez de materias primas, alimentos y energéticos llevaron a un incremento muy grande de las inversiones en este tipo de productos. Esto llevó a que la crisis de 1980-1982 se presentara como crisis general de sobreproducción de productos industriales y sobreproducción también de materias primas, alimentos y energéticos. En las crisis posteriores, la sobreproducción en la economía mundial fue de todo tipo de mercancías, incluso la reciente crisis a inicios de la presente década.

La situación actual de la economía mundial y la eventual séptima crisis puede presentarse de nuevo como la de 1974-1975, ya que la economía mundial actual, después de 30 años se caracteriza de nuevo por una sobreproducción de productos industriales y una subproduccion o escasez de materias primas y energéticos.

Pero no sólo se trata de un encadenamiento de los ciclos y de las crisis cíclicas mundiales en el tiempo, sino también desde el punto de vista espacial. Se trata de una sobreproducción de mercancías generadas en gran parte por grandes empresas que producen en muchas regiones generando una estructura productiva mundial por sobre los países. Esta producción está pensada para venderse en muchos países. La realización de las mercancías aumenta la competencia en el mercado mundial.

La sobreproducción de mercancías, permite visualizar la existencia de la economía mundial como algo superior y diferente a la mera suma de las economías nacionales. La crisis del 2001 estuvo marcada por una deflación que se presentó en Japón, China, Alemania, y a un nivel menor en Estados Unidos, que amenazó seriamente a la economía mundial.

En la recuperación actual, de nuevo se presentan fuertes presiones inflacionarias por el fuerte aumento de los precios de importantes productos mineros y otras materias primas y particularmente del petróleo.

El análisis de las crisis, desde el punto de vista de países y regiones, permite ver la economía mundial desde el punto de vista espacial, complementando la visión en el tiempo de la economía mundial a través del encadenamiento de las crisis cíclicas. La globalización de la economía mundial exige la ampliación permanente del capitalismo a regiones donde no había llegado aún. Por otra parte, las crisis cíclicas son momentos de profundización de las tendencias, destrucción de condiciones y creación de nuevas situaciones.

Como hemos señalado, en la segunda parte de esta serie, la importancia de China como locomotora junto a Estados Unidos de la economía mundial permitió que la crisis del 2001 no fuera tan profunda y ha facilitado en forma muy significativa la recuperación y el dinamismo actual de la economía mundial.

Pero también como locomotora de la economía mundial puede llevar a acelerar el paso a una nueva crisis cíclica de la economía mundial, la séptima en las últimas tres décadas. Como hemos señalado, la gran producción de China agrava la sobreproducción mundial de productos industriales provocando fuertes disminuciones de precios al mismo tiempo que su demanda de materias primas y energéticos eleva los costos de la producción de bienes finales.

No se debe descartar la posibilidad de una crisis cíclica profunda de la economía mundial como la de los años 30, que conduzca a una ruptura de la globalización y de paso a una reestructuración de la economía mundial en base a bloques regionales.

5. Profundización del desarrollo desigual entre EEUU y América Latina.

El desarrollo desigual de países y regiones en la economía mundial capitalista se ha profundizado. El desarrollo desigual se manifiesta con más velocidad y se presenta en todos los niveles en que se ubican los países y regiones. Las modificaciones en el desarrollo desigual es una de las características principales de la etapa actual de globalización de la economía mundial.

En los países centrales, el desarrollo desigual redefine los grados de hegemonía. Entre las regiones, se manifiesta con grandes desarrollos de algunas y con involuciones de otras. Entre los países de la periferia, algunos avanzan hacia una situación semi industrializada, otros se estancan, e incluso, algunos involucionan.

En los países capitalistas desarrollados la reestructuración económica ha sido mucho más profunda en Estados Unidos, que en Europa y Japón. Estados Unidos superó la decadencia de los años ochenta. Superó también la hegemonía compartida en los ochenta e inicios de los noventa, conocida como la Tríada. La Triada reflejaba niveles económicos relativamente similares de Estados Unidos, Europa y Japón.

Esta hegemonía compartida fue superada por el dinamismo de la economía estadounidense potenciada por el estancamiento de Europa, y la prolongada recesión de Japón desde inicios de los noventa.

En los años 90, Estados Unidos se transformó en una potencia económica única a distancia de los otros países capitalistas desarrollados. Asimismo, el desarrollo desigual se ha presentado con mucha fuerza en otras regiones. En los países asiáticos, lo más destacado es el fuerte desarrollo de Corea del Sur y particularmente de China.

El desarrollo desigual se ha presentado en forma muy acentuada en América Latina con relación a los países desarrollados, y particularmente en relación a los Estados Unidos.

En América Latina en las últimas décadas, como parte de la globalización, también se produce una reestructuración total del funcionamiento de la economía y de la sociedad. Normalmente se destacan la prolongada crisis de los ochenta, el bajísimo crecimiento y los profundos problemas económicos y sociales que se han generado en las últimas décadas.

A diferencia de esos enfoques, hemos concentrado la investigación en las categorías fundamentales que explican los graves problemas económicos y sociales de América Latina. Las categorías fundamentales que hemos relevado son: los salarios, las ganancias y las inversiones, especialmente en la ampliación y creación de nuevas empresas.

La transformación de las economías de América Latina, muestra que lo único similar a los Estados Unidos es el crecimiento de las ganancias.

Sin embargo, las causas del crecimiento de las ganancias en Estados Unidos son muy diferentes a las de América Latina. En Estados Unidos las ganancias de las empresas se incrementan fundamentalmente por la incorporación de nuevas tecnologías. En América Latina, las ganancias se incrementan fundamentalmente por una disminución relativa de los salarios, una disminución de la ocupación y por una disminución de los costos de acceso a los recursos naturales. Las ganancias en América Latina también se han incrementado por la privatización y desnacionalización de empresas.

En Estados Unidos el incremento de las ganancias ha permitido un gran crecimiento de las inversiones. En América Latina, los niveles globales de las inversiones prácticamente no se han incrementado desde los ochenta hasta ahora. En Estados Unidos las inversiones en 1980 fueron de 675 mil millones de dólares. En el año 2000 aumentaron a más de 1.750 mil millones de dólares (en dólares de 1995).

En América Latina en 1980 –antes de la globalización-, la inversión fue de 358 mil millones de dólares. En 1990, bajó a 282 y en el 2000 llega a 378 mil millones de dólares, levemente superior a la inversión de 1980, es decir, a la inversión de hace veinte años.

En 1980, la inversión global de América Latina equivalía al 53% de la inversión de Estados Unidos. En los últimos años, como la inversión en Estados Unidos ha crecido mucho y la de América Latina se ha estancado, la inversión global de América Latina sólo equivale a un 21 % de la de Estados Unidos en el año 2000.

Además, la información muestra que a fines de la etapa del modelo de desarrollo hacia adentro -1970-1980-, que predominó en América Latina, la inversión tuvo un fuerte crecimiento.

Otro aspecto que es necesario destacar, es que la inversión en América Latina continúa estancada en los últimos años. Por otra parte, la composición de la inversión cambia con relación a la composición en el período previo a los ochenta. Aumenta la inversión en nuevas zonas residenciales y turísticas y disminuye la inversión en maquinaria y equipo en las empresas.

Esto, aparentemente contrasta con el gran crecimiento de la inversión extranjera. Pero en realidad la inversión extranjera ha venido fundamentalmente a comprar empresas ya existentes. Por lo tanto, no se ha reflejado en un verdadero crecimiento de la nueva inversión bruta de capital en América Latina.

El análisis de la inversión extranjera y el destino de las ganancias incrementadas en América Latina, serán temas de próximos apartados de esta serie.

6. Profundización del desarrollo desigual entre América Latina y Estados Unidos. La desnacionalización de empresas en América Latina

En la quinta parte de esta serie mostramos cómo la inversión en Estados Unidos ha tenido un gran crecimiento, en tanto la inversión en América Latina en todo el período correspondiente a la globalización se ha mantenido estancada. Como indicador de la profundización del desarrollo desigual entre Estados Unidos y América Latina, señalábamos:

"En 1980, la inversión global de América Latina equivalía al 53% de la de Estados Unidos. En los últimos años, como la inversión en Estados Unidos ha crecido mucho y la de América Latina se ha estancado, la inversión global de América Latina sólo equivale a un 21 % de la de Estados Unidos en el 2000".

"Además, la composición de la inversión cambia con relación a la composición en el período previo a los ochenta. Aumenta la inversión en nuevas zonas residenciales y turísticas y disminuye la inversión en maquinaria y equipo en las empresas".

Señalábamos que esto aparentemente contrasta con el gran crecimiento de la inversión extranjera. Pero en realidad la inversión extranjera ha venido fundamentalmente a comprar empresas ya existentes y no a crear nuevas empresas. Por lo tanto no se ha reflejado en un verdadero crecimiento de la nueva inversión bruta de capital en América Latina.

El centro de nuestro objeto de estudio critico es opuesto a los destacados por la CEPAL en el documento "La Inversión Extranjera en América Latina y el Caribe 2003", donde se señala:

"La inversión extranjera directa (IED) ha transformado a América Latina, modernizando sectores industriales y mejorando muchos de sus servicios y parte de su infraestructura. El fenómeno queda en evidencia en todas partes: desde las plataformas de exportación de México y Costa Rica dedicadas, respectivamente, al ensamblaje de vehículos automotores y microprocesadores en condiciones competitivas, a la perfeccionada red de telecomunicaciones de Brasil, los servicios financieros de Argentina, y la red vial y los servicios portuarios en Chile, entre otros".

La CEPAL señala su preocupación por la disminución de la inversión extranjera en los últimos años y por el crecimiento de las remesas al exterior.

" Esta situación se ve agravada por el hecho de que, mientras la IED presenta una sostenida tendencia decreciente, las remesas de utilidades y otras salidas de recursos derivados de la IED siguen aumentando, lo que ha restringido sus efectos en lo que respecta a la balanza de pagos"

Pero el impacto principal por sobre el de la Balanza de Pagos, es que las remesas de utilidades, intereses, depreciación y otras remesas hacen parte de la producción anual que sale de la región restando recursos a la inversión y con esto afectando la reproducción económica y social.

La inversión extranjera en los países emergentes de Asia y particularmente en Corea y China está muy regulada. Siguiendo el ejemplo de Japón se exige un socio local a las inversiones extranjeras. Deben asegurar la transferencia de tecnología que permita con el tiempo el desarrollo de empresas nacionales. En estos países, ni en ningún país desarrollado, las empresas de inversión extranjera tienen un papel mayoritario.

Al contrario, con la globalización, las empresas extranjeras han logrado controlar los sectores más dinámicos de la economía de América Latina. Las grandes ganancias que remesan al exterior se constituyen en un estrangulamiento de la reproducción económica y social de la región.

La importancia creciente del capital extranjero en las 200 mayores empresas exportadoras de América Latina.

En 1996, de las 200 mayores empresas exportadoras de América Latina, 78 eran de propiedad extranjera. En el año 2000, de las 200 mayores empresas exportadoras, 98 son extranjeras, controlando en forma creciente las exportaciones totales de América Latina.

La importancia creciente del capital extranjero en las 100 mayores empresas manufactureras de América Latina.

En el período 1990-1992, de las 100 principales empresas manufactureras, 48 son de propiedad extranjera. En el período 1998-2000, las empresas extranjeras se elevan a 59 y tienen el 62% de las ventas de las 100 principales empresas manufactureras de la región.

La propiedad extranjera en los Bancos y en los Fondos de Pensiones en América Latina.

También las empresas extranjeras están controlando los Bancos y los Fondos Privados de Pensiones. En México y Argentina controlan respectivamente, el 76,5% y el 54,5% de los activos totales de los Bancos. En Bolivia controlan el 85% de los Fondos de Pensiones, en Perú, el 78,5%; en Argentina el 73,6%; y en México el 66,6%.

Las empresas extranjeras controlan: las exportaciones, que son la base dinámica de las economías de América Latina actualmente. Controlan las principales actividades productivas. Controlan los principales servicios públicos domiciliarios. Además controlan el sector financiero, Bancos, Empresas de Seguros; y controlan también los fondos previsionales de los trabajadores.

A eso hay que agregar que en muchos países de América Latina están controlando los principales recursos naturales, como el cobre en Chile. La Corporación del Cobre - CODELCO-, con la nacionalización del cobre, - realizada por el gobierno de Allende-, empezó a administrar los grandes yacimientos que estaban en manos de Estados Unidos y con ello controló más del 90% de la producción de la principal riqueza básica del país.

Las grandes mineras mundiales incentivadas por el otorgamiento gratuito en propiedad privada de los yacimientos, incluyendo los yacimientos de cobre y de oro, a través de una Ley anticonstitucional de la Dictadura, realizaron en la década de los noventa grandes inversiones promovidas también por los gobiernos de la Concertación. En los últimos años, cerca del 70% de la producción y de las exportaciones de cobre son controladas por las grandes empresas mineras mundiales.

En América Latina la desnacionalización y control creciente de las principales empresas y sectores económicos, permiten un gran aumentan de las ganancias. Ganancias que en gran parte se envían a los países centrales, restando recursos al proceso de inversión en América Latina, generando un estrangulamiento de la reproducción económica y social, ya que la baja inversión provoca un crecimiento pequeño y un agravamiento de las condiciones sociales.

7.La globalización y el estrangulamiento de la reproducción económica en América Latina

Como señalábamos en la sexta parte de esta serie, la CEPAL hace un balance muy positivo de la modernización que la inversión extranjera ha provocado en los países de América Latina. Señala como preocupación que los flujos de inversión extranjera directa hacia América Latina han disminuido considerablemente. A su vez, han aumentado las remesas de utilidades e intereses, afectando las cuentas externas de América Latina. Para nosotros el problema central es la transferencia de excedentes a los países desarrollados que provocan junto a otros destinos de los excedentes, el estancamiento de la inversión en América Latina. Como resultado de lo anterior, en América Latina se produce un bajo crecimiento y continúan los graves problemas económicos y sociales.

En un documento del 2004, que en estas notas actualizamos, señalábamos lo siguiente:

1. El ingreso neto de capital extranjero total en el período 1980-2003, fue de 852 mil millones de dólares. En ese mismo período, los pagos netos de utilidades e intereses fue mayor alcanzando una cifra de 949,6 mil millones de dólares. Es decir, se ha registrado una transferencia neta de recursos de la región.

A partir de 1999, se producen transferencias netas de recursos de América Latina con niveles muy elevados en el 2002 y en el 2003.

Para el 2004, la situación es más grave aún ya que el ingreso neto de capital que fue negativo en 12,5 mil millones de dólares y los pagos netos de utilidades aumentó a 65,3 mil millones de dólares. La transferencia neta de recursos se incrementó a 77,8 mil millones de dólares.

2. Además de las salidas netas de recursos, la deuda externa de América Latina de 1980 al 2003, se incrementó desde 223 mil millones de dólares en 1980 a 744 mil millones de dólares en el 2003.

3. La deuda externa se ha modificado muy poco en los últimos años. Sin embargo, ha crecido en forma significativa la inversión extranjera directa y las emisiones internacionales de bonos. La suma de ambas acumulada, en dólares corrientes del período de 1991 al 2003, arroja una cifra cercana a 894 mil millones de dólares.

4. La suma global del financiamiento a través de préstamos bancarios internacionales más la inversión directa y de los bonos internacionales, arroja una cifra superior a 1.600 mil millones de dólares.

5. Teniendo presente la necesidad de una serie de correcciones metodológicas, para evitar contabilizaciones dobles, como por ejemplo, el hecho de que gran parte de la inversión de las empresas se realiza con créditos asociados, que a la vez aparecen como deuda externa, las inversiones extranjeras totales en la región pueden estimarse en 1.300 mil millones de dólares. Este sería un indicador parecido al que se usa en Estados Unidos para estimar las inversiones extranjeras globales cuando se estima la posición inversora neta de Estados Unidos.

6. El total de las inversiones de 1.300 mil millones de dólares debería aumentarse considerando una serie de concesiones, entre ellas, las concesiones sobre los yacimientos mineros y otros recursos naturales, que operan como propiedad de las empresas extranjeras, que la contabilizan como inversión extranjera.

7. Si la rentabilidad promedio de todas las inversiones extranjeras, IED, bonos y créditos bancarios, fuese de un 10 %, las utilidades e intereses de las inversiones extranjeras corresponderían a 130 mil millones de dólares anuales. Si la depreciación y la amortización correspondiera también al 10% de la inversión global, tendríamos 130 mil millones de dólares adicionales. Estos porcentajes se corresponden con las informaciones sobre rentabilidad en América Latina señaladas por la CEPAL y en el Informe del Fondo Monetario de septiembre del 2004. También, la legislación en relación a las inversiones extranjeras contempla un nivel elevado de depreciación acelerada, que es una forma de transferencia de utilidades.

8. Considerando sólo los 1.300 mil millones de dólares como el stock total de la inversión extranjera en América Latina, los pagos serían de alrededor de 260 mil millones de dólares anuales en los últimos años.

9. Si se tiene presente que el PIB de la región en los últimos años es de alrededor de 2.000 mil millones de dólares, el pago al capital extranjero sería equivalente a un 13% del PIB de la región.

10. La inversión como porcentaje del PIB en la región ha disminuido alcanzando en los últimos años niveles del 18 %. Esto se produce en condiciones en que un 13 % del PIB es captado, y en gran parte transferido, por el capital extranjero. La relación de estos dos procesos muestra claramente el estrangulamiento del proceso de reproducción económica y social de la región.

11. La gravedad de los procesos de reproducción en la región queda más en evidencia dado que los pagos anuales al capital extranjero en los últimos años, que es de 260 mil millones de dólares, es bastante superior a la inversión en maquinaria y equipo que entre el 2000 y el 2003, no supera los 150 mil millones de dólares anuales.

12. Una de las expresiones del estrangulamiento del proceso de reproducción económica y social de la región, se expresa en el hecho de que de nuevo a partir de 1999, América Latina se transforma en un exportador neto de recursos, iniciando un período parecido, sino más grave que el de la década de los ochenta, posterior a la crisis de la deuda, como se puede apreciar en la gráfica siguiente.

América Latina y El Caribe: Transferencia Netas de Recursos
(Miles de millones de dólares)

Fuente: Construido a partir de "Balance preliminar de las economías de América Latina y EL Caribe", CEPAL, 2004.

En la región así como en Estados Unidos, hay un aumento de las ganancias globales y de la tasa de ganancias. La participación de los salarios en los ingresos globales de los países de la región, han disminuido en varios puntos porcentuales y han aumentado los excedentes operacionales y los montos por depreciación. Como hemos señalado, las inversiones globales, y particularmente las inversiones en maquinaria y equipo en América Latina permanecen estancadas. El aumento de las ganancias se destinan preferentemente a consumo suntuario, inversiones residenciales en barrios nuevos y zonas turísticas, y una parte importante es transferida al exterior.


* Orlando Caputo Leiva es Economista de la Universidad de Chile. Investigador del CETES y del Grupo ‘Globalizacion, Economía Mundial y Economías Nacionales’ de CLACSO y de la Red de Economía Mundial, REDEM.

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