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El Plan Puebla Panamá y el Libre Comercio - la contribución corporativa a la guerra de baja intensidad

Toni Solo
tonisolo01@yahoo.com

A primera vista podría parecer que el conflicto de baja intensidad contra Cuba y Venezuela, los programas de infraestructura como el Plan Puebla Panamá, el Área de Libre Comercio de las Américas y la guerra en Colombia tienen poco en común. Pero todos forman parte de la misma "Cosa" en el sentido utilizado por John Thelwall el disidente inglés del siglo XVIII. Son todas medidas adoptadas por un Estado y una red del sector privado implacables, decididos a proteger sus intereses cueste lo que sea.

Asimismo puede imaginarse esta "Cosa" en el sentido de la película de John Carpenter de ese nombre - un monstruo destructivo que toma la forma que quiere. En América Latina, la Cosa es la determinación de la plutocracia corporativa de Estados Unidos y de sus aliados locales de imponer sus propios intereses por sobre los de la mayoría pobre. La razón de la creciente urgencia de los ataques contra Cuba, las provocaciones en Venezuela y los esfuerzos por cerrar los acuerdos en la región antes del fin de 2005 es que a George W. Bush y a sus aliados regionales se les está acabando el tiempo desde el punto de vista político.

México y Cuba - al borde del colapso

El reciente problema en las relaciones entre Cuba y México es un detalle sintomático de la estrategia regional de EE.UU. para consolidar el control corporativo de las Américas. (1) La visión de un Área Libre de Comercio de las Américas contiene poco sitio para una política social - priorizada en Cuba. Como resultado de su compromiso con el "libre comercio" México se encuentra sólo un sitio o dos sobre Cuba en el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas.

Mientras la mayoría pobre de México ha sido sometida a los dudosos beneficios del Acuerdo de Libre Comercio de Norte-América durante una década, Cuba ha sido bloqueada por Estados Unidos durante más de 40 años. La muy criticada condena por México en Ginebra del historial de derechos humanos de Cuba ocurre cuando vuelve a resurgir la violenta represión del legítimo disenso en Chiapas y en otros sitios. A pesar de las obvias contradicciones, el presidente de México, Vicente Fox, parece decidido a seguir con sus planes de satisfacer los requerimientos de sus patrocinadores y aliados corporativos.

Plan Puebla Panamá

Fox es el principal defensor del Plan Puebla Panamá (PPP), un programa de integración regional que prioriza el transporte y las necesidades energéticas corporativos, destinándoles más de un 80% de su presupuesto. El PPP y su mellizo hemisférico, la iniciativa de Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana comparten la misma falsa lógica económica neoliberal que minimiza la importancia de la política social y maximiza la desregulación. Las políticas de salud, educación y medio ambiente son fuertemente subordinadas a las necesidades de las grandes empresas.

Repleta de jerga a la moda sobre "sinergias" y "ejes transversales" beneficiosos, la documentación del PPP, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) (2), trata lograr una venta blanda de la idea general y de sus componentes. Pero en todo caso, la intención básica es claramente evidente en frases que la delatan y revelan las cosas tal como son. Así, por ejemplo, lo que dice el sitio en la red en español del BID:

"La participación del sector privado requiere la armonización de normas y regulaciones entre los mercados, que quedarán integrados mediante la construcción de líneas de transmisión con capacidad suficiente. (INICIATIVA ENERGÉTICA MESOAMERICANA)"

O éstas:

"La Iniciativa Mesoamericana de Transporte tiene como pilares en su acción algunos principios esenciales: ... (entre ellos)... optimizar el uso de las fuentes de financiamiento disponibles, considerando el principio de responsabilidad fiscal que se han impuesto los países de la región, que impide la realización de proyectos cuyos costos los Estados y los usuarios no estén en condiciones de absorber. (La Iniciativa Mesoamericana de Transporte)"

Esto significa que: los países participantes se endeudan para otorgar precios de energía rebajados e infraestructura de transporte para los negocios corporativos, que serán pagados por los contribuyentes locales. Las reglas para todo esto serán multilaterales, dejando de lado la soberanía sobre la política energética y de transporte. Presentando una obediencia formal ante la sostenibilidad ecológica, el plan de transporte prioriza los "corredores" y los "nudos" que "estimulan la integración" ignorando por completo los requerimientos de transporte de las comunidades excluidas de esos "corredores" favorables a las empresas.

Cuando llega el momento de pagar por todo esto, el sector privado se muestra reacio. ¿Por qué iba a pagar si puede lograr que pague en todo caso la empobrecida base tributaria de la región - profundizando aún más su pobreza? Como indica el documento del PPP sobre la política de transporte: "La concesión a privados de negocios de inversión, construcción, mantenimiento y operación de infraestructuras públicas es una política que los países del PPP impulsan, aunque a la fecha son escasas en el sector transporte las experiencias exitosas en la materia. (La Iniciativa Mesoamericana de Transporte)"

Una falsa "participación" - tardía puede significar para nunca.

Numerosos documentos políticos revelan un aprecio esquizofrénico de lo que significan "participación" y "consulta". Los burócratas del PPP tienen una idea vaga de que esos procesos existen y que hay que mencionarlos. Pero el vacío entre la palabra y los hechos es enfático.

Por ejemplo, los documentos del PPP hablan de la necesidad de evaluar el impacto medio ambiental antes de aceptar proyectos. Pero ya están implementando proyectos de integración de gran alcance de la energía eléctrica y de construcción de carreteras para los que no ha habido virtualmente ninguna consulta con la gente afectada por ellos. Los ejemplos abundan, desde Usumacinta en México a Lempa en la frontera salvadoreña-hondureña a Bocana de Paiwas en Nicaragua, llegando hasta la Brecha de Darién en Panamá.

Pueblos indígenas

Decisiones autoritarias y elitistas de este tipo hacen evidente la razón por la que los intereses de los pueblos indígenas del istmo han sido desatendidos. El PPP comenzó su vida bajo el angustioso gobierno de Zedillo en México a mediados de los años 90 y fue retomado con nuevo vigor por Vicente Fox en 2000. Recién en 2002 miembros de los grupos de pueblos indígenas comenzaron a "participar" en el PPP - sobre todo como receptores pasivos de "capacitación".

Los pueblos indígenas de la región son los palestinos de Centroamérica. Sus derechos a sus tierras les están siendo atropellados. Cuando se resisten, la presión coercitiva se convierte a menudo en un violento empellón, aplicado por todos los medios necesarios.

Para la gente fuera de América Latina la realidad es encarnada del modo más vívido por el movimiento zapatista en Chiapas. Un dramático recuerdo de los implacables enemigos que confronta tuvo lugar el 10 de abril de este año en Pasté, cerca de Zinacantán, cuando 35 partidarios indígenas del zapatismo fueron heridos al ser emboscados. El incidente fue la culminación de una campaña de intimidación que ha desplazado a más de 400 indígenas de sus hogares en el área. (3)

¿"Guerra contra el terror" y "guerra contra la droga"? Quieren decir "guerra contra la mayoría pobre".

Los planes de integración de la infraestructura corporativa y los acuerdos de "libre comercio" que están siendo implementados desde México a Colombia tienen lugar en el contexto de campañas de relaciones públicas para la política exterior de EE.UU., como la "guerra contra la droga" y la "guerra contra el terror". Los pueblos indígenas y los trabajadores rurales empobrecidos soportan el peso de esas ficciones asesinas. En la práctica, en Colombia, por ejemplo, Estados Unidos y las grandes multinacionales han reclutado por persona interpuesta a importantes jefes paramilitares traficantes de droga.

Las drogas han constituido siempre una fuente constante de ingresos para los grupos cubanos anti-castristas apoyados por EE.UU., como lo fueron para la Contra nicaragüense dirigida por la CIA. En Colombia, el gobierno y los militares siguen protegiendo a importantes traficantes de droga como Salvatore Mancuso porque individuos como él y el jefe de escuadrones de la muerte entrenado por israelíes, Carlos Castaño, movilizan a miles de paramilitares como una fuerza bruta de protección de los intereses corporativos estadounidenses y europeos. Occidental Petroleum, Harken Energy, BP-Amoco, Repsol, son todas compañías que se han beneficiado de la violencia paramilitar. Al hacerlo, durante muchos años, esas fuerzas asesinas han desplazado a millones de colombianos de sus casas en el campo.

Se ha informado bastante sobre la participación de British Petroleum en abusos contra el pueblo warao en Colombia. Igualmente sobre la violencia contra sindicalistas que han criticado la participación de compañías multinacionales como Coca Cola, Drummond (la compañía carbonera de EE.UU.) y Nestlé. En abril de este año, Amnistía Internacional publicó un informe criticando a los gobiernos de España y EE.UU., así como a Occidental Petroleum y a Repsol, el gigante energético español. Amnistía Internacional denunció su entrenamiento y financiamiento de unidades del ejército colombiano tristemente célebres por sus abusos de los derechos humanos en la provincia Arauca, rica en petróleo. (4)

La conexión colombiana

No puede sorprender que los gobiernos de EE.UU. y Gran Bretaña ofrezcan ayuda al presidente Uribe de Colombia. Tampoco, que aliados como México y Honduras gusten de tratar con él mientras denuncian a Cuba por abusos de los derechos humanos. George W. Bush y Tony Blair toleran a traficantes de droga y terroristas asesinos en masa en Colombia mientras engañan a la gente hablando de la guerra contra el terror y la guerra a la droga y ofrecen disculpas inverosímiles por los sistemáticos abusos contra los derechos humanos en Irak.

Sus aliados les siguen el paso. Cuando Ricardo Maduro, presidente de Honduras, visitó Colombia el año pasado, saludó el entusiasmo del presidente Uribe por la integración de Colombia en el Plan Puebla Panamá. Colombia ha presentado planes para integrar su sistema energético con el de Panamá. Mientras Maduro adulaba al patrocinador de escuadrones de la muerte Uribe, se preparaba para denunciar las supuestas deficiencias de Cuba en Ginebra. (5)

La próxima guerra Contra en Venezuela

Ahora mismo, los militares de EE.UU., el gobierno y los militares colombianos y sus aliados paramilitares se preparan para una guerra de estilo Contra en Venezuela.

Durante los últimos años han formado una red de trabajadores agrícolas armados que llaman "soldados-campesinos" en estados limítrofes con Venezuela, estableciendo cooperativas rurales que cubren grandes extensiones de territorio. Esta política asegura tierras y combatientes destinados expresamente a servir tanto como una barrera contra guerrillas de la oposición dentro de Colombia como de trampolín para montar incursiones hacia Venezuela. La escritora colombiana Gloria Gaitán ha escrito sobre una tal cooperativa llamada Colanta. Gaitán vincula ese desarrollo a llamados a la independencia de algunos estados venezolanos controlados por las fuerzas de la oposición contra Chávez, como ser el estado Zulia, rico en recursos.

La incursión de la semana pasada de un grupo de más de 100 paramilitares colombianos a Venezuela para atacar una base militar forma parte de esta estrategia.

El ejército venezolano hizo fracasar el plan y capturó a cincuenta y cinco invasores. La mayoría eran reservistas del ejército colombiano. Llevados en uniforme militar a Venezuela fueron descubiertos en la hacienda de uno de los líderes de la oposición venezolana, Coordinadora Democrática. Habían estado entrenándose allí durante un mes. (7)

El incidente es un claro signo de que el gobierno de EE.UU. y sus marionetas en la oposición venezolana trabajan con el ejército colombiano y sus aliados paramilitares para fomentar una guerra al estilo Contra en Venezuela. Incluso puede ser que esperen llegar a balkanizar Venezuela para provocar una crisis que exija la intervención de Estados Unidos bajo cobertura de la Organización de Estados Americanos. Lo lindo de esta estrategia para EE.UU. es que ya han virtualmente presupuestado sus etapas principales - no tiene que iniciar trámites embarazosos en el Congreso para lograr más dinero, como en Irak.

Todas las señales apuntan hacia una intensificación del conflicto de baja intensidad contra Venezuela y Cuba y una aceleración tanto en la infraestructura como en los procesos de "libre comercio" durante el resto de 2004 y en 2005. Esto significará inevitablemente más represión, muerte y destrucción para comunidades vulnerables en toda la región. Es una especialidad de la Cosa.

Traducido por Germán Leyens


Notas (1 )www.terra.com.mx/noticias/articulo/133724/

(2) www.iadb.org/ppp

(3)"Violence Returns to Chiapas Communities", Por Alex Contreras Baspineiro, Narco News 6 de mayo de 2004

(4) "AI denuncia a EU por abusos en Colombia" Madrid, 21 de abril, Associated Press

(5) 14 de noviembre de 2003 Comunicado de prensa de la oficina del presidente de Honduras.

(6) "Colombia: Estrategia paramilitar", Gloria Gaitán, 25 de abril de 2004, Argenpress, www.rebelion.org

(7) www.venezuelanalysis.com/news.php?newsno=1267

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