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Después del neoliberalismo:
Imperio, Social-Democracia o Socialismo?

Minqi Li

Desde principio de los 80, los principales estados capitalista de Norte América y Europa Occidental habían conducido políticas liberales y cambios institucionales. Los estados periféricos y semiperiféricos en América Latina, África, Asia y el Este Europeo, bajo la presión de los principales estados capitalistas (primordialmente de los Estados Unidos) y de las instituciones monetarias internacionales (FMI y el Banco Mundial) habían adoptado "ajustes estructurales", "terapias de choque" o "reformas económicas" para reestructurar sus economías de acuerdo con los requerimientos de la economía liberal.

"Un régimen neoliberal típicamente incluye políticas monetarias para rebajar la inflación y mantener el equilibrio fiscal (a menudo logrado mediante la reducción del gasto público y el alza de las tasas de interés), los mercados de trabajo "flexibles" (lo que significa remoción de las reglas del mercado laboral y el corte de los subsidios sociales), la liberación comercial y financiera, y la privatización. Estas políticas constituyen un ataque de parte de las elites gobernantes globales (en primer lugar el capital financiero de los principales estados capitalistas) a la clase trabajadora del mundo. Bajo el capitalismo neoliberal, han sido revertidas décadas de progreso social y de esfuerzo por el desarrollo. La desigualdad global en ingresos y riquezas ha alcanzado niveles sin precedentes. En la mayor parte del mundo, el pueblo trabajador sufre pauperización. Países completos han sido reducidos a la miseria.

De acuerdo con el Informe sobre Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, el uno por ciento más rico del mundo, recibe tanto como el 57% más pobre. La distancia en materia de ingresos entre el 20% de los más ricos y el 20% de los más pobres ha crecido de un 30.1 en 1960 a 60.1 en 1990, y el 74.1 en 1999, y se proyecta alcanzar el 100.1 en el 2015. En 1999-2000, 2.8 mil millones de personas viven con menos de dos dólares al día, 840 millones están desnutridos, 2,4 mil millones no tienen acceso a ninguna forma de servicio de salud, y uno de cada seis niños en edad para ir a la escuela primaria, no están en la escuela. Cerca del 50% de la fuerza laboral no agrícola se estima que está desempleada o subempleada.1

En muchos países, el pueblo trabajador ha sufrido una declinación absoluta en sus condiciones de vida. En los Estados Unidos, los ingresos semanales de trabajadores en producción y que no están en cargos de supervisión (estimado en dólares de 1992) cae de $315 en 1973 a $264 en 1989. Después de una década de expansión económica, alcanzó los $271 en 1999, lo que viene a ser más bajo que el promedio del salario en 1962. En América Latina, un continente que viene sufriendo la reestructuración neoliberal desde los 1970, cerca de 200 millones de personas, o sea el 47% de la población, vive en la pobreza. Entre 1980 y principios de los 1990 (1991-1994), los salarios reales cayeron en un 14% en Argentina, en un 21% en Uruguay, un 53% en Venezuela, en un 68% en Ecuador y en 73% en Bolivia.2

Los partidarios del neoliberalismo prometen que las "reformas" neoliberales o "ajustes estructurales" traerán consigo una era de crecimiento económico sin precedentes, de progreso tecnológico, de ascenso en los niveles de vida y de prosperidad material. En los hechos, la economía mundial ha descendido hacia el estancamiento en la era neoliberal. La tasa media de crecimiento mundial anual, PBG, ha declinado del 4.9% entre 1950 y 1973, al 2.0% entre 1973 y 1992, y al 2.7% entre 1990 y 2001. Entre 1980 y 1998, la mitad de los "países en desarrollo" (que incluyen a las "economías en transición") sufren de una caída en el PIB per cápita. 3

La economía global se ha mantenido a flote por la economía de EEUU que está financiada por la deuda. Entre 1995 y el 2002, la economía de EEUU respondía por el 96% del crecimiento acumulativo del PB global 4. . La expansión de EEUU ha sido financiada reduciendo el ahorro doméstico, alzando la deuda del sector privado a niveles sin precedentes, y promoviendo grandes y crecientes déficits en cuenta corriente. El proceso es insostenible. Los enormes desequilibrios han de ser corregidos de alguna manera. Si EEUU no puede continuar generando crecientes déficits en su cuenta corriente, y ninguna de las otras grandes economías es capaz de funcionar efectivamente como la fuerza dirigente autónoma, la economía neoliberal global estará bajo poderosas presiones que la empujarán hacia abajo, exponiéndola a la amenaza de crecientemente frecuentes crisis financieras.

Los desastres económicos y sociales acarreados por el neoliberalismo ya van produciendo una creciente y extensa resistencia popular. El mayor deterioro de las condiciones económicas globales muy bien podrían empujar a cientos de millones de gentes más allá de los límites de la tolerancia. Una rebelión global en contra del neoliberalismo y del capitalismo no se descarta. Aquellos que se consideran ser de la izquierda, progresistas o revolucionarios, deben estar prontos, antes que nada, intelectualmente, para un tal desenvolvimiento.

El Neoliberalismo y el Estancamiento Global

El Neoliberalismo no es capaz de proveer un marco institucional para una acumulación de capital sustentable. El neoliberalismo socava y desmantela la instituciones levantadas para estabilizar la economía capitalista y aliviar las contradicciones sociales del capitalismo.

La economía global capitalista queda por eso expuesta a frecuentemente crecientes y violentas crisis financieras. Como lo han planteado los editores de Monthly Review, "la globalización bajo los regímenes neoliberales ha significado de muchas maneras la globalización de las tendencias al estancamiento y a las crisis financieras."5

La demanda global efectiva es la suma del consumo privado global, de la inversión global, y de los gastos gubernamentales globales. Bajo el neoliberalismo, la desigualdad global ha alcanzado niveles sin precedentes y la clase trabajadora en muchas partes del mundo ha sufrido de pauperización absoluta. Se sigue que el poder adquisitivo de la gran mayoría de la población mundial ha caído o crecido más lentamente que la producción mundial.

La inversión mundial frente a la sobrecapacidad se estanca, y el capital privado se vuelve hacia la especulación en instrumentos financieros. Como resultado de la liberación financiera, los flujos del capital especulativo a través de las fronteras ha crecido enormemente, alzando el peligro de fugas de capital y de crisis financiera. Contra tales peligros, algunos bancos centrales se ven forzados a mantener altas tasas de interés, pagando en efecto un premio al riesgo del capital financiero global. La media de las tasas de interés real a la tasa de crecimiento del PB en las 7 principales economías capitalistas, fue del 0.97 entre 1881 y 1913, del 2.40 entre 1919 y 1939, del 0.36 entre 1946 y 1958, de 0.55 entre 1959 y 1971, de 0.47 de 1972 a 1984, y de 2.34 entre 1985 y 1997. Vale la pena señalar que la tasa de interés real ha sido mayor que la tasa de crecimiento económico sólo en dos períodos: los años de depresión de entre las dos guerras y la era neoliberal. Una relación mayor a uno, implica una inversión de los roles de la inversión productiva y especulativa, y es un signo de crisis sistémica.6

Bajo el neoliberalismo, los gobiernos preferentemente persiguen duras políticas fiscales y monetarias, restringiendo el gasto público. Con mercados financieros liberalizados, los gobiernos que sostienen déficits fiscales, muy probablemente son "castigados" por los inversionistas privados que responden con fugas de capital y ataques al valor de la moneda. Por eso, los gobiernos (especialmente los gobiernos de países periféricos o semiperiféricos) están bajo fuerte presión para mantener su equilibrio fiscal recortando los gastos. Todos los regímenes neoliberales tratan de limitar el gasto gubernamental. Para resumir, en la era neoliberal, todos estos tres componentes de la demanda global efectiva están sujetos a fuerte presiones hacia abajo y han tendido a contraerse o a estancarse.

Los marxistas del siglo XIX miraban la contradicción entre la producción socializada y el sistema capitalista de apropiación privada como la contradicción básica del capitalismo. Uno puede argumentar que la creciente socialización de la producción, ha encontrado sus expresiones en la creciente importancia del capital fijo y las estructuras financieras crecientemente complejas e interrelacionadas. Desde Keynes, muchos economistas han comprendido que la inversión en capital fijo está sujeta a una incertidumbre fundamental y que a menudo está más allá de todo cálculo racional. La creciente complejidad de las estructuras financieras ha aumentado enormemente la posibilidad de que repentinos movimientos en la confianza de los inversionistas y en las condiciones psicológicas pueda conducir a fluctuaciones drásticas y sustanciales de la inversión, y a través de ella, de la economía. Para prevenir que las economías capitalistas caigan en profundad recesiones o depresiones, es necesario tener "un gobierno grande" que pueda funcionar efectivamente como el estabilizador macroeconómico.7

El Neoliberalismo al perseguir la liberación financiera y al atacar al sector público ha socavado significativamente, y en algunos casos ha desmantelado totalmente sus funciones estabilizadoras. La era neoliberal ha visto crisis financieras crecientemente frecuentes y violentas. La crisis mexicana en 1995 fue seguida por la crisis asiática en 1997, la rusa y brasileña en 1998, y la crisis argentina en el 2001. El rol de estabilizador económico global fue jugado por el Tesoro de EEUU, y por la importación de bienes y servicios por parte de EEUU crecientemente en exceso a las importaciones de EEUU. ¿Puede continuar esto?

La burbuja financiera de Estados Unidos y los desequilibrios

Sin una gran economía capaz de generar alguna demanda autónoma, la economía global ya habría entrado en una espiral descendente. El boom económico de los Estados Unidos en la segunda mitad de los 1990, y su grande y creciente déficit comercial han funcionado como fuerzas de reacción en contra de las tendencias generalmente contractivas del neoliberalismo.

El boom económico de Estados Unidos fue dirigido por el consumo del sector privado financiado mediante la deuda y por una explosión de inversión corporativa en alta tecnología. El balance financiero del sector privado (ingreso menos gastos) se movió del rango históricamente normal del 3-4% del PB, al territorio negativo sin precedentes alcanzando el negativo 5.5% hacia el tercer cuatrimestre del 2000. Las deudas domésticas y del sector corporativo como porcentaje del PB, estaban en pico histórico. Las familias estaban dispuestas y eran capaces de endeudarse en esas proporciones debido a la gran burbuja de en materias de precios de los activos. Medidos por indicadores como la "Q" de Tobin ( la razón entre el valor de mercado de los activos y el de reemplazo del capital) o en referencia a la relación precio-ingreso, la burbuja del mercado de valores de EEUU que alcanzó su más grande expansión en 2000 es la más extrema de la historia económica de EEUU. .8

Cuando estalló la burbuja del Mercado de valores, el gasto del sector corporativo bajó significativamente (particularmente en "high tech"). Para evitar una recesión profunda, el balance fiscal del gobierno de EEUU se movió desde un excedente del 1.4% del PB a un déficit del 4.6 % del PB entre el 2000 y el 2003, o sea una oscilación del 6% del PB, y la Reserva Federal ha bajado la tasa de interés en el corto plazo del 6.5% al 1.25%. A pesar de la dramática aflojamiento en su política fiscal y monetaria, el crecimiento de EEUU se ha vuelto pantanoso y el empleo ha quedado estancado .Estas políticas en efecto han ayudado a sostener la burbuja. Se ha sostenido la expansión de la deuda del sector familiar, la burbuja del mercado de valores no se ha desinflado completamente, y una burbuja en el mercado de casas se ha está aproximando a su pico.

El déficit de cuanta corriente de EEUU, extensamente es el resultado del creciente déficit en su comercio internacional en bienes y servicios, que alcanza al 5% del PB a fines del 2002. Para el poder hegemónico del mundo capitalista, estar sosteniendo un déficit de cuenta corriente tan alto, no tiene precedente histórico. En contraste, en las vísperas de la Primera Guerra, Gran Bretaña manejaba un excedente de cuenta corriente cercano al 4% de su PB.

Los déficits de cuenta corriente de EEUU van a paralelas con los flujos recíprocos de capital desde el resto del mundo. Para permitir la continuidad sostenida del déficit de cuenta corriente de EEUU, el resto del mundo debe estar dispuesto a retener una creciente proporción de sus reservas financieras en activos denominados en dólares. Stephen Roach, el jefe de los economistas Morgan Stanley, lo señala:

Actualmente, cerca del 75% del total de las reservas en divisas del mundo están en la forma de activos denominados en dólares—más del doble de ese 32% de participación de América en el PB mundial (a precios de mercado). Al mismo tiempo, inversionistas extranjeros poseen el 45% de la deuda del Tesoro, el 35% de la deuda de corporaciones de EEUU, y el 12 % de las acciones de EEUU. Todos estos porcentajes están a una altura record. Nunca como ahora el mundo había puesto tanto en América—como máquina del crecimiento y como almacén de valores financieros. El problema es que la matemática se vuelve excesivamente tenue si se proyecta al futuro." 9

Las proyecciones de los déficits de cuenta corriente en las proporciones actuales , no necesitan ir demasiado lejos para volverse "tenues". De acuerdo con un estudio del Levy Economics Institute, bajo suposiciones plausibles, y suponiendo que la economía de EEUU crezca a un ritmo suficiente como para bajar la tasa de desempleo, las obligaciones en el extranjero de EEUU alcanzarían al 60% del PB, y los déficits de cuenta corriente podrían alcanzar al 8.5-9.5% del PB hacia el 2010.

Escenarios Alternativos a la Crisis Económica Global

Hay cuatro posibles maneras para que el crecimiento insostenible del déficit de cuenta corriente de EEUU pueda ser revertido. Primero, si el resto del mundo crece más rápidamente, y quizás mucho más rápidamente que la tasa de crecimiento actual de la economía de EEUU, habrá creciente demanda de bienes y servicios de EEUU, permitiendo a EEUU exportar y crecer más rápidamente para cerrar la diferencia con sus importaciones. Segundo, el déficit de cuenta corriente de EEUU pudiera ser corregido contrayendo la demanda doméstica de EEUU. Tercero, el crecimiento explosivo del actual déficit de la cuenta corriente pudiera ser corregido a través de reajustes en "los precios relativos"—ejemplo, mediante la devaluación del dólar americano. Finalmente, el ejercicio el poder militar y político pudiera afectar los componentes del crecimiento en el actual déficit de cuenta corriente de una manera favorable a EEUU.

No hay ninguna perspectiva en los próximos siete años para la primera posibilidad, esto es, de crecimiento en el resto del mundo a un ritmo suficientemente rápido con respecto al crecimiento actual de EEUU. El peso caerá sobre la segunda y la tercera opción, que aunque alcanzables, plantean inmensos riesgos.

Limitar el crecimiento doméstico de EEUU, y conseguir déficits en importaciones y comercio, mediante el alza de tasas de interés domésticas, está teóricamente al alcance de las capacidades de los dirigentes de la política norteamericana. Por cierto, esta sería la medicina ortodoxa administrada por el FMI a cualquier otro estado del planeta que se encontrara en cualquier situación que fuera como la dificultad de cuenta corriente de EEUU. Pero los EEUU no es cualquier otro estado del planeta, es el hegemón. No hay ninguna institución que pueda forzarlo a tomarse la medicina. Y para la elite gobernante, este curso no es políticamente posible, al menos en este estadio del ciclo electoral. Pero todavía de mayor preocupación son los peligros planteados por la acumulación sin precedentes de la deuda del consumidor y de la deuda hipotecaria. Ausente una cirugía en el crecimiento doméstico, que en si misma agravaría la actual dificultad en la cuenta corriente, el alza en las tasas de interés arriesgan una ola de bancarrotas personales de proporciones similares a las de la Gran Depresión.

La opción restante es la devaluación del dólar, y está claro que una devaluación gradual y controlada es la política preferida por el Tesoro de EEUU, y que ya se está poniendo en efecto. La depreciación del dólar torna más baratas las mercaderías de EEUU y más caros los productos extranjeros para las familias y corporaciones de EEUU. Esto ayuda a estimular las exportaciones y a hundir las importaciones. Sin embargo, la depreciación del dólar reduce la demanda de EEUU de mercaderías extranjeras y exporta presiones deflacionarias al resto del mundo.

Las economías asiáticas (Japón, China y el Sur Este de Asia) juntas manejan excedentes de cuenta corriente de entre $230-240 mil millones de dólares al año, o sea, ceca de la mitad del déficit de cuenta corriente de EEUU. Pero las economías de Asia han pegado el valor de sus monedas al del dólar, y han intervenido enérgicamente para prevenir una apreciación de sus monedas. Esto deja el peso del ajuste casi enteramente sobre Europa.

La economía europea no ha sido capaz de generar ninguna expansión en la demanda doméstica, y su crecimiento se ha basado casi exclusivamente en las exportaciones. La economía más grande de Europa, la economía alemana, está en recesión y tales signos de crecimiento como existen en otros lugares, son débiles. Por eso la depreciación del dólar es particularmente amenazante para las economías europeas. Todavía más, los gobiernos del área del euro, se encuentran limitados por el llamado "pacto de Estabilidad y Crecimiento", que reclama déficits fiscales no mayores del 3% del PB.

Los círculos financieros han urgido a los gobiernos europeos, proseguir con las "reformas estructurales", llevando los estándares de EEUU al trabajo y a las políticas de producción. "Las reformas estructurales" supuestamente des3encadenarían un crecimiento de la productividad que "en el largo plazo" crearía condiciones para una vigorosa expansión de la demanda. Desde el punto de vista de los capitalistas financieros, la vigorosa acumulación que ocurriría allí habría de originar un mejoramiento dramático en las ganancias y en la confianza capitalista. Para los capitalistas, para estar confiados, esta "reforma estructural"

ha de realizarse para quebrar la resistencia de la clase trabajadora. En este momento no está del todo claro que la clase capitalista europea pueda vencer la resistencia de la clase trabajadora. Pero si las llamadas "reformas estructurales" son efectivamente llevadas a cabo, sus efectos negativos sobre la demanda doméstica (a través dela taque a los niveles de vida del pueblo trabajador) muy bien pudieran aniquilar cualquier otros efectos "positivos" que pudieras prometerse para la acumulación "a largo plazo".

Con la economía europea en estancamiento, es inconcebible que ésta pudiera absorber suficientes exportaciones de EEUU para corregir el déficit de cuenta corriente de EEUU. Una corrección que depende enteramente de la depreciación del dólar requeriría de una catastrófica declinación en el valor del dólar. Según algunas estimaciones, el dólar necesitaría caer entre un 30 y un 50%. Tal declinación sería políticamente, económicamente y psicológicamente inaceptable 10.

Si el dólar norteamericano no se va a depreciar en relación a otras divisas, ¿por qué debe ser corregido el actual déficit de cuenta corriente? Si el resto de los bancos centrales del mundo se mantienen interviniendo, inundando el mundo con sus propias monedas (euros, yens japoneses, y renminbi chinos) para prevenir la depreciación del dólar, ¿por qué no podría EEUU sostener todavía un déficit mayor por un tiempo indefinido? No puede, porque un déficit de cuenta corriente creciente absorbe una proporción creciente del ahorro global. Un límite teórico se alcanzará cuando los ahorros del mundo entero queden agotados financiando el déficit de cuenta corriente de EEUU. Pero el límite práctico se alcanzará mucho antes de ese límite teórico. Este curso alzaría la deuda de los gobiernos de EEUU y Japón a niveles astronómicos. Estas gigantescas deudas gubernamentales existiría al lado de enormes deudas familiares y corporativas en EEUU y Europa. 11

¿Cómo podrían financiarse esas deudas? Hay dos posibilidades. La primera, una depresión global y bancarrotas extendidas de personas y corporaciones, que destruirían gran parte de las deudas privadas. Esta es la solución histórica que ha concurrido en todas las anteriores crisis sistémicas del capitalismo. En teoría, en tanto las deudas se devalúan, las condiciones para un nuevo ciclo de acumulación capitalista, en una escala todavía más alta, llegan a existir. Pero en la última depresión global, tal recuperación espontánea fue inadecuada, por razones inherentes al capital monopólico que es todavía más fuerte hoy día. Esta opción también supone un período extenso de depresión. Cualquiera que fuere el resultado de esta hipótesis, una cosa es cierta, el neoliberalismo estaría muerto por un largo tiempo, sino para siempre.

En Segundo lugar, las deudas del sector privado y del sector público, pudieran inflarse, financiadas mediante la impresión de dinero. Dada la magnitud de las enormes deudas a inflar, la estrategia inflacionaria lanzaría a la economía global en ciclos viciosos de hiperinflación y tasas de interés siderales. Si hay alguna opción que haya sido descartada por las diversas clases gobernantes globales, es precisamente ésta.

¿Hacia una solución Imperial?

¿Hay una solución a la crisis dentro del marco existente, explotador y opresivo? La economía de EEUU está en una profunda crisis, y dado el papel que juega en la economía mundial mucho depende de él. Pero el imperialismo de EEUU continúa controlando las fuerzas militares más poderosas e imbatibles del mundo. ¿ Puede la elite gobernante de los EEUU usar sus fuerzas para construir un imperio explotador, establecer sobre el mundo un dominio militar y político sin precedentes, y en el proceso componer su crisis económica? De hecho, la política actual de los EEUU es un intento de hacer exactamente eso.

Para contener la explosión del déficit en la cuenta corriente de EEUU, las importaciones deben ser reducidas. Una manera es reducir tales importaciones claves como vehículos motorizados y artefactos electrónicos mediante el aumento de su costo en dólares americanos a través de la reevaluación del yen y del renminbi. Esto sólo puede lograrse por presiones políticas, que se están aplicando. Otras importaciones substanciales tales como ropa y calzado, no pueden ser reducidas en cantidad ya que los productores norteamericanos ya no existen para proveer las cantidades demandadas. Aquí los costos pueden ser contenidos mediante la implacable imposición "de una carrera hacia el fondo" –la continua transferencia de producción a países más pobres y más desesperados. Aquí, algo de presión militar puede obrar de maravillas para imponer la "inmiseración" : considérese los resultados de las intervenciones de EEUU en Nicaragua y en África. Pero las importaciones claves son los aceites minerales y aquí, el costo a largo plazo, sólo puede ser limitado mediante el control de EEUU sobre los recursos físicos. La mano en le grifo que regula la producción (y con esto los precios) debe ser controlada por los EEUU. Éste es un aspecto de los beneficios económicos de la política de poder global de los EEUU obtenido a través de la fuerza militar.

El otro aspecto de cualquier estrategia para contener el crecimiento no sustentable en el déficit de la cuenta corriente, ha de ser una expansión de las exportaciones de los EEUU. Pero con la base manufacturera de los EEUU en declinación terminal, sólo la perspectiva de precios de monopolio para "la propiedad intelectual" ofrece alguna esperanza. Aquí también la imposición de precios de monopolio para las licencias de semillas genéticamente modificadas, productos farmacéuticos, canciones y películas, es puramente una cuestión de poder político basado en la fuerza militar.

¿Pero cómo puede financiarse este proyecto imperialista? El costo de la expansión militar de EEUU más bien agravaría que aliviaría la crisis económica de EEUU. Stephen Roach de Morgan Stanley, se hace la pregunta: "¿Puede la economía escasa en ahorros de EEUU continuar financiando la constante expansión de su superioridad militar"? Su respuesta es: "La confluencia de la historia, de la geopolítica y de la economía me dejan más convencido que nunca que un mundo centrado en EEUU está en un camino insostenible" 12

¿Podría la expansión militar de EEUU ser financiada por la expansión en sí misma? Andy Xie de Morgan Stanley estimaba que los efectos directos e indirectos de la ocupación de Irak por EEUU le ahorrarían a éste, un gastos por $40 000 millones de dólares al año en gastos por importación de petróleos.13

Suponiendo que estos "beneficios" se alcancen plenamente, éstos serían sólo una fracción del actual déficit en la cuenta corriente.

Pero enfrentado con la creciente y recia resistencia popular en Irak, EEUU no ha sido capaz de alcanzar ninguno de los "beneficios" proyectados. Meses después de que terminaran lo que se ha llamado, "operaciones mayores de combate", y a pesar de que EEUU comprometió la mitad de su ejército regular completo en Irak, EEUU está perdiendo su garra en Irak, incapaz de controlar caminos y fronteras, el agua y la provisión de electricidad.

De las treinta y tres brigadas de combate de EEUU, 16 se encuentran ahora en Irak, dos están en Afganistán, dos en Corea del Sur y una en Kosovo. De doce brigadas en EEUU, tres están en entrenamiento de modernización, tres están en la reserva por una posible guerra en Corea, y dos van a relevar a las tropas en Afganistán. Quedan así sólo cuatro brigadas para relevar a las 16 brigadas en Irak. En efecto, EEUU ha agotado a su ejército regular completo justo para ocupar a países tan totalmente empobrecidos del Tercer Mundo como son Afganistán e Irak. Cualesquiera que sean los "costos" o "beneficios", el imperialismo de EEUU está perdiendo la batalla política e ideológica. De acuerdo con la última encuesta del Pew Global Attitudes Project (con base en Washington), "la imagen de América alrededor del mundo ha dado un vuelco hacia lo peor."14 El proyecto de un imperio neoliberal global de EEUU, basado en la fuerza, ya ha fracasado. Y no sólo debido a los límites internos de la operación capitalista, sino porque el intento de impedir la crisis económica que producen las políticas neoliberales, mediante la dominación global militar, ha llegado a sus límites ante la resistencia popular en Irak. A esto seguirá la crisis del neoliberalismo.

¿Hacia la Social Democracia?

¿A qué se parecerá el mundo posneoliberal? Una posibilidad es el del retorno al capitalismo social demócrata. Entre 1950 y 1973, con instituciones socialdemócratas tales como el Gran Gobierno, el Keynesianismo, el compromiso de clases, la redistribución del ingreso y de la riqueza, y la regulación del capital, el capitalismo mundial experimentó una "gran edad de oro". Por un cuarto de siglo, los principales países capitalistas disfrutaron de un rápido crecimiento económico, bajo desempleo, el ascenso de los estándares de vida y la estabilidad social. Los estados periféricos y semiperiféricos fueron capaces de realizar algunos progresos en el desarrollo nacional a través de la industrialización "sustitutiva" o "socialista". ¿Podría un retorno a la social democracia traer un regreso a la edad dorada?

Las contradicciones inherentes al capitalismo no dejan de desarrollarse bajo el capitalismo social demócrata. Dentro de ciertos límites, las instituciones social demócratas ayudan a aliviar los conflictos de clase y a mantener un nivel relativamente alto de demanda agregada. Bajo ciertas condiciones históricas, estas instituciones fueron consistentes con tasas de ganancia altas y estables, y facilitaban una rápida acumulación capitalista. Sin embargo, así como estas instituciones existían y operaban, también tendían a crear nuevas condiciones que crecientemente minaban la acumulación a escala mundial. El cambio en el balance de poder entre el capital y el trabajo, y entre el centro y la periferia, resultaba en la declinación mundial de la tasa de ganancia y contribuía a la acumulación de crisis en los 1960 y 1970. 15 Fue exactamente en respuesta a la crisis del capitalismo social demócrata que las elites gobernantes globales comenzaron a buscar en el neoliberalismo "la solución" de la crisis.

Supongamos que la crisis actual pueda resolverse sobre una base socialdemócrata. Las regulaciones nacionales al comercio y a los flujos de capital son reintroducidos, el trabajo y los mercados financieros son vueltos a regular, el ingreso y la riqueza son reducidos significativamente de maneras igualitarias, y el sector público, otra vez viene a jugar un papel significativo en la economía. ¿Serán estos cambios suficientes para traer consigo una nueva edad dorada? Sin cambiar las instituciones fundamentales del capitalismo, ¿qué podrá impedir que se desarrollen las contradicciones inherentes al capitalismo? ¿qué podrá impedir que el "nuevo" capitalismo socialdemócrata entre en una crisis de acumulación?

El establecimiento del capitalismo social demócrata no podría ocurrir al menos sin una victoria política parcial de las clases trabajadoras. Pero si éste llegara a ser el caso, las clases trabajadoras en diferentes partes del mundo demandarían no sólo la restauración de sus derechos sociales y económicos históricos y la consolidación de sus derechos existentes, sino también una expansión de esos derechos. ¿Cómo podrían financiarse estas nuevas reformas sociales? Si se financiaran mediante impuestos adicionales a las ganancias capitalistas,¿ podría el renacimiento de la social democracia sobrevivir el renacimiento del poder negociador de las clases trabajadoras? Las tasas de crecimiento de la edad de oro de la segunda posguerra fueron una excepción en el estancamiento que caracterizó al capitalismo en su fase monopólica. Estando ausentes esas tasas de crecimiento, ningún capitalismo social demócrata es posible.

Hay otros problemas que un capitalismo social demócrata renacido no puede resolver. ¿Podría el capitalismo social demócrata proveer el marco institucional para tratar la crisis ambiental? La inversión ambiental y las regulaciones encarecen el costo de la producción capitalista (esto no puede confundirse con que el negocio ambiental pudiera dar algunas oportunidades de ganancias a algunos capitalistas individuales). Está la cuestión de si tras sacar las cuentas de los costos ambientales, las ganancias que queden serían suficientes para inducir un adecuado nivel de acumulación. Pero más posiblemente, en una economía capitalista mundial con estados nacionales, la competencia entre diferentes estados capitalistas les impediría considerar plenamente los costos ambientales. En ese caso, el capitalismo socialdemócrata sería simplemente una "vía alternativa" para la catástrofe ecológica global

Reevaluando al Socialismo

Marx decía que la justificación histórica del capitalismo era desarrollar las fuerzas productivas. El capitalismo claramente ha tenido éxito en el desarrollo de las fuerzas de producción. También ha tenido éxito en traer prosperidad material para un 15 o 20 por ciento de los niveles más altos de la población. Sin embargo, ha fracasado decisivamente en satisfacer las necesidades físicas y emocionales de la gran mayoría de los seres humanos que viven en la periferia o en la semiperiferia. De hecho, Immanuel Wallerstein se pregunta si ha habido un mejoramiento de la calidad de vida para la mayoría más pobre de la población mundial desde los comienzos de la economía mundial capitalista. 16

Durante el siglo veinte, dos veces los seres humanos pasaron por las horribles catástrofes de las guerras imperialistas que surgieron de las contradicciones fundamentales del capitalismo. El último cuarto de siglo fue otra edad obscura en la historia humana. Bajo el neoliberalismo, la desigualdad, loa opresión y la explotación alcanzaron nuevos extremos. Mientras tanto, bajo el capitalismo la humanidad se está aproximando rápidamente a una catástrofe ecológica global.

A la luz de los enormes desastres económicos y sociales acarreados por el neoliberalismo, es necesario reevaluar la experiencia histórica del socialismo. Hace diez o quince años, la experiencia del socialismo de estado en la antigua Unión Soviética, Europa Oriental, China y Cuba, fue en general considerada como un gran fracaso. A más de sus características no democráticas, las sociedades de socialismo de estado se cree que habrían fracasado porque no fueron capaces de competir con el capitalismo en términos de eficiencia e innovación tecnológica. Por un tiempo, muchos han intentado diseñar nuevos modelos "viables" de socialismo. Muchos de estos modelos intentan ser tan eficientes como el capitalismo al incorporar características del capitalismo como mercados, competencia e incentivos privados.

Ahora, pocos dudarán que la mayoría de los pueblos Soviéticos y del Este de Europa vivían vidas mucho mejores bajo el socialismo de estado que bajo el presente capitalismo "libre" y "democrático". Aún en China, cuya economía ha sido la más dinámica del mundo, las reformas capitalistas desde principios de los 1990, han reducido sustancialmente los estándares de vida de los campesinos y de la clase obrera urbana, de modo que en muchos respectos (salud, educación, seguridad en el trabajo, y condiciones en los lugares de trabajo) una porción significativa de la clase trabajadora china tiene ahora estándares de vida más bajos que durante la era Maoísta.

Los logros históricos del socialismo de estado no deben subestimarse. El haber alcanzado el pleno empleo y la seguridad en el trabajo (liberarse del miedo al desempleo) para todos los adultos capacitados, hombres y mujeres, fue de enorme importancia. Es bien sabido que los países con socialismo de estado fueron más exitosos que los países capitalistas en similar nivel de desarrollo, en proveer por las necesidades básicas del pueblo (nutrición, salud, educación, habitación y pensiones) y que mejoró las condiciones de la mujer. El socialismo en la URSS, Europa Oriental y Cuba tuvo éxito en satisfacer todas las necesidades sociales básicas, un logro que la mayoría de los países capitalistas avanzados no pueden reclamar.

¿Cuál podrá ser la relevancia del socialismo para las luchas actuales contra el neoliberalismo? A medida que se profundiza la crisis del neoliberalismo, en muchos estados periféricos y semiperiféricos (tales como los de América Latina), la situación se ha desarrollado hasta el punto en que sin una ruptura completa con el capital financiero internacional, los estados imperialistas y las instituciones internacionales que representan sus intereses simplemente no quedan recursos (después de pagar una porción significante del ingreso nacional cada año al capital internacional) ni para la reproducción simple de la sociedad, ni que decir para resolver graves problemas sociales. En esta situación, la única solución sensible, esto es en interés de la mayoría del pueblo, es conducir una ruptura total con el orden capitalista internacional existente. La economía nacional necesita ser reestructurado de modo que los recursos sean redirigidos hacia la producción para las necesidades básicas, en vez de organizar la economía nacional para exportar hacia los países centrales bajo condiciones de intercambio desigual, e importar bienes de consumo de lujo para las elites privilegiadas y medios de producción que son usados para reproducir las pautas existente de la división internacional del trabajo, generando "excedentes comerciales" que sirvan para el pago de deudas y para la fuga del capital financiero. Pero estos arreglos inevitablemente entrarán en conflicto con los intereses de los grandes capitalistas financieros e industriales. En algún momento, la nacionalización de los más grandes medios d producción y el desarrollo de un plan económico comprehensivo, habrá de proseguirse para sostener la transformación económica y social.

En la antigua URSS, Europa Oriental y China, los corruptos procesos de privatización capitalista, son extremadamente impopulares. De ocurrir nuevas revoluciones sociales, uno puede esperar que la renacionalización de todas los activos privatizados ilegalmente estén entre las más altas demandas populares. Los activos renacionalizados formarían desde entonces, la base para una nueva economía socialista. El renacimiento del socialismo en la periferia y semiperiferia pondría una nueva ola mundial de revoluciones socialistas.

¿Podría el siguiente round de revoluciones socialistas hacerlo mejor que las revoluciones socialistas del siglo XX? ¿De qué manera podría el socialismo probarse ser mejor que el capitalismo? Resumiendo las lecciones históricas del socialismo soviético, David Kotz alega que, en términos puramente económicos, el socialismo de estado centralmente planificado, fue un sistema viable. El sistema soviético se desintegró porque una alianza política procapitalista (que incluía a la mayoría de la elite burocrática), ascendió y ganó poder. Kotz sugiere que para que un socialismo futuro sea viable, debe tener un estado democrático y otras instituciones que impidan el desarrollo de una elite privilegiada y dominante.17

Suponiendo que una sociedad socialista futura esté basada en la democracia política, ¿cómo se estructurará esta futura economía socialista? A más de muchas contribuciones teóricas existentes sobre este tema, los movimientos socialistas futuros, ciertamente serán capaces de desarrollar una gran variedad de nuevas instituciones, y de nuevas prácticas a lo largo de sus luchas históricas reales. Finalmente, la economía socialista futura habrá de ser organizada de tal manera que sea capaz de resolver las contradicciones a las que el capitalismo no ha dado solución.

Dado el récord histórico del socialismo de estado, uno puede tener una gran confianza de que un sistema económico basado primordialmente en la propiedad pública de los medios de producción y en la planeación democrática (el control democrático sobre la distribución del excedente social) tendrá una gran oportunidad en tener éxito en satisfacer las necesidades básicas de todos los miembros de la sociedad. Si puede cumplirse esto, entonces por lo menos, el socialismo estría proporcionando una mejor vida material para el 60-70 por ciento más pobre de la población mundial, cuyas necesidades nunca fueron satisfechas por el capitalismo.

El socialismo ofrece la mejor esperanza para la humanidad para llegar a evitar la catástrofe ecológica global y construir relaciones armoniosas entre los seres humanos y nuestro ambiente. A este respecto, el balance del socialismo de estado no fue favorable. Pero este balance debe ser comprendido en su contexto histórico. Agregándose a la naturaleza burocrática, no democrática de la planeación del estado socialista, las sociedades de estado socialista fueron forzadas a trabarse en una competencia económica y militar contra poderes capitalistas hostiles. Dado el contexto, se vieron forzadas a sacrificarlo todo en orden a "desarrollar las fuerzas productivas".

La esperanza es que la futura sociedad socialista llegue a tener un ambiente externo generalmente benigno (si es que llega a haber un gobiernos socialista mundial). En tal caso, no habrán presiones externas que fuercen al socialismo futuro a desarrollar las fuerzas de producción rápidamente y de una manera desequilibrada. Dados los arreglos de la democracia política y de la planeación socialista, el pueblo en estas sociedades será capaz de debatir y decidir basado en sus propias preferencias, cuánto excedente les interesaría generar y determinar su distribución. La necesidad de tener un medio ambiente sustentable, mediante procesos democráticos, será comprendido por el público general y será reflejado en la planeación, balanceado contra otras necesidades y deseos incluyendo el deseo por el bienestar material. A menos que uno crea que el pueblo estará siempre orientado mentalmente hacia el capitalismo, siempre queriendo más, sin importarle las generaciones futuras, entonces parece que sostener el ambiente en el que los humanos viven, llegará a ser el objetivo principal de la planeación socialista

Notas

  1. United Nations, Human Development Report (Oxford University Press, 2000 and 2002); James Petras and Henry Veltmeyer, Globalization Unmasked (London and New York: Zed Books, 2001), p. 24; Food and Agricultural Organization of the United Nations,The State of Food Insecurity in the World, 2003 (Rome, FOA, 2003).
  2. Véase Dollars & Sense, Real World Macro (18th edition, Cambridge, Mass.: Dollars & Sense, 2001), Appendix 3; Duncan Green, Silent Revolution (London: Cassell, 1995), p. 91 and Appendix A.
  3. Editors, Monthly Review, "The New Face of Capitalism," Monthly Review, April 2002, 1–14.
  4. Stephen Roach, "Global: Do Imbalances Matter?," Morgan Stanley Global Economic Forum, www.morganstanley.com/GEFdata/digests/latest-digest.html, September 2, 2003.
  5. Editors, Monthly Review, "The New Face..."
  6. Es una verdad para tomar en cuenta que si la tasa de interés real es mayor que la tasa de crecimiento económico, entonces las deudas pública y privada tienden a carecer más rápidamente que el ingreso (asumiendo cero balance financiero primario), conduciendo a proporciones siempre crecientes entre deuda e ingreso, véase David Felix, "Asia and the Crisis of Financial Globalization," in Dean Baker, Gerald Epstein, and Robert Pollin (eds.), Globalization and Progressive Economic Policy (Cambridge University Press, 1998), pp. 163–196.
  7. Hyman P. Minsky, Stabilizing an Unstable Economy (New Haven and London: Yale University Press, 1986).
  8. Para el neoliberalismo y la expansión de los EEUU en los 1990, véase David Kotz, "Neoliberalism and the U.S. Economic Expansion of the 1990s," Monthly Review, April 2003, 15–33. Para las estadísticas sobre las deudas de los sectores familiares y corporativas en EEUU, véase Wynne Codley, "The U.S. Economy: A Changing Strategic Predicament," The Levy Economics Institute www.levy.org, 2003. Para la evaluación de las estadísticas de los mercados de valores de EEUU, véase John Y. Campbell and Robert J. Shiller. "Valuation Ratios and the Long-Run Stock Market Outlook," Cowles Foundation Discussion Paper No. 1295, Yale University, 2001.
  9. Stephen Roach, "The Heavy Lifting of Global Rebalancing," Morgan Stanley Global Economic Forum, May 27, 2003.
  10. Véase Martin Wolf, "The Rake’s Progress of the Dollar Comes under Threat," Financial Times, January 8, 2003.
  11. Sobre la actual explosión de deudas publicas y privadas en los países capitalistas avanzados y el peligro potencial de hiperinflación, véase Joachim Fels, "Europe—All: Too Much Debt," Morgan Stanley Global Economic Forum, September 5, 2003; Tim Lee, "Inflation Is a Bigger Danger than Deflation," Financial Times, May 27, 2003; Martin Wolf, "The Fine Line between Deflation and Inflation," Financial Times, May 28, 2003.
  12. Stephen Roach, "Worldthink, Disequilbirum, and the Dollar," Morgan Stanley Global Economic Forum, May 12, 2003.
  13. Véase Andy Xie, "Asia Pacific: The Ying-Yang World Reloaded," Morgan Stanley Global Economic Forum, June 2, 2003.
  14. Financial Times, June 4, 2003.
  15. Sobre la tendencia al estancamiento del capitalismo monopólico y los límites de las políticas Keynesianas, véase Paul A. Baran y Paul M. Sweezy, Monopoly Capital (Monthly Review Press, 1966) y Harry Magdoff y Paul M. Sweezy, Stagnation and the Financial Explosion (Monthly Review Press, 1987). Sobre el cambiante balance de poder entre el capital y el trabajo en los países capitalistas avanzados, caída mundial de las tasas de ganancia y crisis de acumulación, véase entre otros: Samuel Bowles, David M. Gordon, & Thomas E. Weisskopf, After the Waste Land (Armonk, N.Y.: M. E. Sharpe, Inc., 1990) y Philip Armstrong y Andrew Glyn, Capitalism since 1945 (Cambridge, Mass.: Basil Blackwell, 1991).
  16. Immanuel Wallerstein, Historical Capitalism with Capitalist Civilization (London: Verso, 1995).

David Kotz, Revolution from Above (London and New York: Routledge, 1997)

Versión original en inglés: http://www.monthlyreview.org/0104li.htm

Traducción de Federico García M. para Globalización, Revista de Economía; Sociedad y cultura.

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