Revista Globalización (Home page)

INCERTIDUMBRE Y AUTONOMÍA SOCIAL

Werner Bonefeld

I

En medio del resurgimiento de los movimientos anti-capitalistas en toda la tierra, en el 2002 ha pasado casi inadvertido el centenario del opúsculo de Lenin “¿Qué Hacer?” El Leninismo pasa por tiempos difíciles-y hay razones. Deja el gusto amargo de una revolución en donde la lucha heroica se convirtió en pesadilla.. La indiferencia frente al Leninismo es comprensible. Y lo que todavía es más alarmante es el desinterés actual por el proyecto revolucionario. ¿Qué podría significar el anti-capitalismo en su forma contemporánea de anti-globalización, si no es una crítica práctica del capitalismo, y qué podría intentar alcanzar si su anti-capítalismo fracasa en acompañarse del proyecto revolucionario de emancipación humana?

La indiferencia anti-capitalista hacia la revolución es una contradicción en los términos. Entonces, liberar del Leninismo la teoría y la práctica de la revolución-de su concepción de la organización revolucionaria en la forma del Partido, y de su idea del Estado, cuyo poder debe tomarse como instrumento de la revolución-deja muchas cosas no resueltas. La Revolución pareciera significar Leninismo, lo que aparece ahora bajo una forma moderada como Trotskismo. Que invierte grandes esfuerzos en intentar incorporar la lucha de clases en concepciones preconcebidas de organización, tratando de hacerlas manejables bajo la dirección de un liderato partidario. La gestión de la lucha de clases ha pertenecido tradicionalmente a la burguesía “que concentrada en la forma del estado “ (Marx,Grundrisse), depende en su refrenamiento y administración en la forma de la igualdad abstracta. La negación de la humanidad que está vinculada en la subordinación de la desigualdad en la propiedad a relaciones de igualdad abstracta en la forma de relaciones de intercambio, se refleja en la concepción Leninista del estado obrero, en donde todos son tratados de igual manera como un recurso económico

El anti-capitalismo contemporáneo hace bien en mantenerse alejado de la concepción Leninista de la revolución. Sin embargo, su indiferencia hacia la revolución frustra su posición anti-capitalista. ¿Qué hay de anti-capitalista en el anti-capitalismo si no plantea la cuestión de la emancipación humana? La indiferencia anti-capitalista frente a la revolución es una contradicción en los términos. Estas contradicciones buscan una solución, y la mueca sangrienta y grotesca de la historia pareciera señalar lo que esto significa.

¿Qué hacer? Esta es una pregunta Leninista. Debemos hacerla nuestra. No podemos evadirla. Si la evadimos, si la rechazamos porque fue Lenin quien hizo esa pregunta, entonces nos abandonamos a la tradición Leninista y a su concepción de la revolución. La Revolución no tiene por qué significar Leninismo. No significó Leninismo en el pasado, pero llegó a significar Leninismo por el establecimiento del Marxismo_Leninismo como la religión oficial de la revolución (pre-emptivamente contrarrevolucionaria). El Anti-capitalismo ha de redescubrir concepciones opuestas de revolución, debe liberar a Marx de las certidumbres ortodoxas y llegar a ver la ritualización del Marxismo como un enemigo del propio pensamiento crítico. Esta liberación de Marx. Esta reapertura de la perspectiva revolucionaria habrá de redescubrir el lema favorito de Marx: dudar de todo. La duda es explosiva. ¿Por qué este contenido, esto es, por qué existe la relación social humana en la forma del capital y de su estado? ¿Por qué la práctica social humana produce una realidad crecientemente esclavizadora? ¿Qué hacer entonces, para producir una realidad que no avasalle la práctica social humana, sino que en vez, la libere como práctica social humana autodeterminada? ¿Qué hacer entonces, para alcanzar lo que Marx, en el Manifiesto Comunista, llamaba la sociedad de los libres y de los iguales? ¿Qué relaciones sociales han de ser creadas por la humanidad activa para tornar obsoletas las abstracciones?

Valores humanos como la dignidad, la honestidad y la sinceridad no tienen precio y no pueden ser cuantificados, ni vendidos ni comprados. Estos valores connotan lo distintivo del individuo humano, su diferencia, sentido y significado, esto es lo que es el Hombre (Mensch) en posesión de sí como un sujeto. Sin embargo, los valores humanos pueden ser destruidos a través de la imposición de una identidad abstracta, esto es, a través de la reducción universal de todas las prácticas sociales específicas a una sola, la misma forma abstracta de trabajo, desde el piso de la fábrica al laboratorio de clonación. La Revolución no es una moda, no es una mercancía. La Revolución se levanta en adhesión a valores humanos. Esto es, convoca el coraje para preguntar, con convicción, sinceridad y honestidad:”¿Qué hacer con la emancipación humana?” Esto significa pugnar por sacar la revolución del callejón sin salida del Leninismo y plantearla como una cuestión de dignidad humana.

La pregunta, ¿Qué hacer?, es imposible de contestar. En vez, debemos considerar lo que no ha de hacerse. Primero que nada, la operación teórica y práctica sobre la utopía de la sociedad de los libres e iguales es el ùnico punto de partida realista de la inhumanidad en que se funda la sociedad mundial del mercado mundial del capital. Y ahora ge no se debe hacer: La idea del partido revolucionario como la forma organizacional de la revolución tiene que abandonarse. La forma del partido contradice el contenido de la revolución, y ésta es emancipación humana-una emancipación de las masas dependientes sólo puede ser realizada por las propias masas dependientes. La noción de la forma del estado como un instrumento de la revolución, tiene que abandonarse. La idea de la toma del poder en el nombre de las ,masas dependientes debe ser expuesta como lo que es: la negación de la sociedad de los libres y de los iguales. Los refunfuños sobre los 'excesos' del capital deben cesar. Una crítica plañidera solamente busca crear un capitalismo más hermoso, confiriéndole al capital la capacidad de adoptar una lógica más benevolente. El capital es por necesidad “excesivo” en su explotación del trabajo. Lamentarse por esto es no comprender su constitución social. El intento de definir al sujeto revolucionario debe abandonarse. Este sujeto nunca podrá derivarse analíticamente de “la lógica” del capital; ni su existencia podrá ser decretada por el partido, como si fuera un puro soldado de infantería. El sujeto revolucionario se desarrolla a través del constante conflicto con el capital y con su estado, y la composición social de este sujeto dependerá de quienes estén del lado de la emancipación humana. El términos teóricos, el sujeto revolucionario solamente puede ser determinado como dignidad humana. Su constitución es una cuestión práctica y no teórica.

II

Adam Smith estaba convencido de que el capitalismo crea la riqueza de las naciones. Hegel lo aceptaba, pero agregaba que la acumulación de riqueza daba a aquellos que dependían de la venta de su trabajo el poder para su reproducción social, que se volvía inseguro en condiciones de deterioro. Él concluía que a pesar de la acumulación de riqueza, a la sociedad burguesa se le haría muy difícil mantener pacíficas a las masas dependientes, y vio en la forma del estado el medio de reconciliar el antagonismo social, conteniendo a las masas dependientes. Ricardo formuló la necesidad de relaciones sociales capitalistas para producir “poblaciones redundantes”. Marx desarrolló esta percepción, y demostró que la idea de “igualdad de derechos” es en principio un derecho burgués En su contenido, es un derecho a la desigualdad. Contra la forma burguesa de la igualdad formal, él sostuvo que el comunismo reposa en la igualdad en lo individual, esto es, la igualdad de las necesidades humanas. Esta es la ley de la igualdad formal. “El poder que ejerce cada individuo sobre la actividad de los otros o sobre la riqueza social existe en él en tanto dueño del valor de cambio del dinero. El individuo lleva consigo, en su bolsillo, su poder social, así como su lazo con la sociedad. (Marx, Grundrisse). ¿Y la condición de igualdad comunista? Cada individuo recibe de acuerdo con sus necesidades. La igualdad de las necesidades individuales humanas ofrece efectivamente una alternativa al capitalismo. En contraste, la concepción del socialismo como una regulación y organización mejorada de la economía del trabajo , no ofrece una alternativa al capitalismo. Solamente compite con el capitalismo sobre la base de la efectividad económica. Este tipo de oposición al capital y a su estado deriva sus medios y sus fines de la propia sociedad capitalista . Trata de perfeccionar la maquinaria de la opresión que ostentosamente rechaza como capitalista.

Solamente la negación organizada al capital y a su estado es capaz de trascender al capitalismo. Esta negativa organizada es la de la autonomía social. Como lo estableciera Marx en su trabajo sobre la Cuestión Judía, “toda emancipación es un retorno al mundo humano y a las relaciones humanas entre los hombres. La emancipación política es la reducción del hombre, por un lado, a miembro de la sociedad burguesa, un individuo egoísta e independiente, y por otro, a ciudadano del estado, una persona moral. No será antes que el hombre individual haya recuperado al ciudadano abstracto, a si, como individuo humano, y llegu4e a ser un ser específico en su vida empírica, en su trabajo individual y en sus relaciones individuales, no hasta que el hombre reconozca y organice sus “propias fuerzas” como fuerzas sociales, y cuando ya no separa más las fuerzas sociales de sí mismo en la forma de fuerzas políticas, sólo hasta entonces se habrá completado la emancipación humana”. Algunos objetarán que esta cita corresponda a los documentos de la juventud de Mari, y ya que se dice que Marx maduró también con la edad, se hace necesario una cita del Marx maduro. “El señorío económico del capital sobre el hombre, ha de ser abolido para que la reproducción social del hombre sea controlada por él”. ¿Y el estado? Su propósito es “la perpetración del trabajador”-“el sine qua non de la existencia del capital” (Capital. Vol-I).

¿Y el partido? Marx fue claro en decir que la emancipación de la clase trabajadora podía ser cumplida solamente por los mismos trabajadores. Para Marx, el comunismo se pone como una sociedad sin clases. Sostiene que la historia humana comienza cuando el Hombre ha creado relaciones sociales en donde la humanidad no es un recurso explotable sino un propósito. Su crítica a la sociedad burguesa no sólo trata de revelar su verdadero carácter. Que es la acumulación de máquinas humanas en la pirámide de la acumulación por la pura acumulación. También él expuso-y esto es muy importante-que las formas constituidas de relaciones sociales burguesas son formas de la práctica socia humana. Esta es la base material para su demanda revolucionaria de que todas las relaciones que hacen del Hombre un ser abandonado debas ser abolidas a favor de la sociedad de los libres y de los iguales, una sociedad de dignidad humana en donde todo retorna al Hombre, que ya no es gobernado por abstracciones auto-impuestas, y controla sus propios asuntos y queda en posesión de sí. La idea del partido como la vanguardia organizada de la clase obrera se funda en la idea del retraso histórico del proletariado. Debe ser liderado hacia la libertad, ya que en las condiciones del capital existe como una pura cosa, un pro recurso-un componente del capital, si se quiere, como capital variable. El partido ve al proletariado de la misma manera como lo ve el capital: un Don Nadie, un recurso, que merece ser regulado más efectivamente. El argumento del retraso histórico del proletariado, no calza. Se propone que contra el fondo de las condiciones de miseria existentes, el proyecto de emancipación sea por necesidad el de un partido líder, que venga a dirigir la lucha de clases, contra los lideres existentes y contra esos obreros retrasados, educándolos en la conciencia política y dirigiendo sus esfuerzos. Es fácil ridiculizar la idea del partido como una especie de vanguardia educativa-que educa a los educadores-pero que mejor, los contradice. Y esto es asì porque-hipocresías a un lado- acarrea las mismas condiciones que previenen la autodeterminación humana. El argumento, entonces, recae en las llamada objetividad de las condiciones existentes, y cuando a través de su aceptación, se viene a reforzar su carácter. La idea de Marx de que la dictadura del proletariado le da una lección al estado, reemplazando la artificial pero no menos poderosa soberanía del estado por la verdadera soberanía de los individuos sociales organizando su propia reproducción social, se vuelve sobre su cabeza. La idea de 'la educación de las masas en el socialismo' no sólo reconoce las condiciones que previenen la auto-determinación social. También refleja estas condiciones en los medios revolucionarios y las proyecta en 'la nueva sociedad', pervirtiendo los fines revolucionarios.. Llama a la toma del poder-no a la abolición del poder. Busca el poder en nombre de la clase obrera-generalizando su existencia en vez de abolir a las clases. Pretende que el uso socialista del poder equivale a su abolición. El argumento de Marx en el Capital (vol.I) de que “se trabajador productivo no es una suerte...sino una desgracia”, es confirmado y pervertido con la dictadura del partido sobre el proletariado-que es una suerte para el desgraciado.

¿Qué se puede hacer, entonces? No hay duda de que los medios organizacionales para la lucha han de anticipar las metas de la emancipación humana. La circunstancia de que los fines de la revolución han de constituirse en medios de resistencia y de lucha entraña la autonomía social como forma organizacional de la lucha revolucionaria. ¡Qué significa autonomía? ¿Cómo puede concebirse? No es desde luego la tan celebrada atomización individual en el mercado que realiza “elecciones” consumeristas “autónomas”, esto es entre mantequilla ofrecida en cubos o en rectángulos. La Autonomía sin organización es una contradicción en los términos, se diferencia de ese individuo atomizado del mercado que elige entre diferentes productos del mismo item estandarizado.. La Autonomía, si ha de tomarse seriamente, requiere de formas organizadas de negatividad. De aquí deriva el problema. La autonomía y la Organización parecieran contradecirse. Y otra vez la resolución de la contradicción apunta hacia el Partido, concebido como sujeto autónomo de propio derecho. ¿Què se quiere decir por Autonomía? Su significado es algo diferente de las concepciones que hoy día se asocial con Negri, para quien moléculas humanas y formas asociadas de bio-poder ya se habrían 'escapado de las garras del capitalismo y habrían llegado a ser autónomas, y eso sin que el propio capitalismo se diera cuenta. ¿Será ésta una caricatura no muy exacta de su trabajo? La concepción de Negri sobre la autonomía como una suerte de naturalización del ser humano-bio-poder-es más bien confusa. Trata de hacer de la naturalización del capitalismo de la práctica social humana un recurso atractivo para las luchas anti-capitalistas. En vez de ser 'valorizado' por el capital, el trabajo es saludado como un poder que se auto-valora. ¡Qué miseria!

La Autonomía tiene tres significados diferentes. Primero, proyecta el propósito de la emancipación humana, esto es, el comunismo y la sociedad sin clases. Tiene como referencia, entonces, a la sociedad de los libres y de los iguales-esa asociación de los productores directos que, en control de sus asuntos, organizan el reino de la necesidad, en virtud de su soberanía como sujetos humanos. Significa, en segundo lugar, que la emancipación humana, el comunismo, sólo puede ser obra de la misma clase trabajadora. A1quì la Autonomía significa auto-actividad, auto-organización de la clase trabajadora, y entonces, autonomía de clase, esto es, autonomía de la clase trabajadora con respecto a formas organizacionales pre-existentes, como el partido o los sindicatos, que tratan a la clase trabajadora como meros objetos de organización. La Autonomía se asocia aquí con la idea de espontaneidad de la Luxemburgo. . Por supuesto no hay ninguna teoría de la espontaneidad en Rosa Luxemburgo La teoría de la espontaneidad, es de hecho una invención de las fuerzas combinadas del Estalinismo y de la social-democracia. Para Luxemburgo, simplemente significa que la clase obrera crea, en y a través de su propia lucha, formas organizacionales de resistencia. Estas formas dan sustancia a la experiencia de la lucha. En resumen, la lucha y la acumulación de experiencia están juntas, dan sustancia a formas auto-determinadas de resistencia y. Muy importante, llevan a la creación de lo que pudiera llamarse 'un público proletario'.. Para Luxemburgo, la espontaneidad se enfoca a la dialéctica entre el movimiento y la organización, entre la experiencia y la esfera pública proletaria. “En suma, la Autonomía significa autonomía como medio de resistencia, como anticipación de los fines de la revolución. Significa autonomía de la forma partido, de los sindicatos, de los políticos profesionales,que buscan las elecciones para representar a la clase obrera en el palacio del poder,etc. En pocas palabras, significa la autonomía de la autodeterminación social contra formas de organización que derivan su racionalidad de la sociedad capitalista y que por eso están interesadas solamente en la continuidad de su propia existencia.

Hasta aquí la Autonomía ha sido discutida en términos de los fines y los medios en la lucha revolucionaria, esto es, como auto-organización.¿Pero qué significa la Autonomía en el capitalismo? No hay realidad fuera del capitalismo. No existen espacios libres y autónomos que puedan proveer bases para la intervención anti-capitalista. Adorno estuvo correcto y equivocado en esto. Tuvo razón ya que todos tenemos que vender nuestra fuerza de trabajo. Nosotros criticamos al estado, reclamamos su traslado al museo de la historia, y sin embargo seguimos dependiendo de él para toda suerte de cosas y rechazamos los cortes en la seguridad socia, y los beneficios sociales en deterioro. Dependemos de estos servicios, de los servicios de salud, de los servicios educativos, del transporte público, y gran parte del empleo existe a través del estado, y todos existimos como mercaderías asalariadas laborantes.

De ahí que Adorno sostenga que no podemos vivir una vida honesta bajo el capitalismo: existimos en él y a través de él y dependemos de las mismas formas pervertidas de existencia que rechazamos como formas capitalistas de explotación y de dominación. Pero aún así , la circunstancia de que uno exista y depende en el estado, no significa que uno no pueda reportar su verdadera constitución. En otras palabras, una vida honesta ya comienza en la lucha contra el capital y en contra del estado. La autonomía social comienza con la lucha en contra del capital y de su estado, y de las instituciones asociadas de la integración social. La lucha de clases existe en y contra el capital. Todos vivimos en una sociedad burguesa. Sin embargo no puede ser dejada atrás por sólo vivir en ella. Sólo la negación organizada es capaz de transformar la existencia de la lucha de clases en y en contra de las relaciones sociales burguesas “ en un más allá de la historia humana”. En resumen , el juicio de Adorno de que uno no puede vivir una vida honesta en la falsedad de la sociedad burguesa es sólo parcialmente correcta. Una vida sincera y honesta ya se inicia con la lucha contra las falsedades de la sociedad burguesa.

Yo no imagino la revolución como un suceso apocalíptico, repentino, inesperado, terminado. La Revolución es un proceso de negación. No hay certidumbres. Hasta donde se no hay ninguna ley histórica que nos conduzca automáticamente hacia la sociedad de los libres y de los iguales. Aquellos con profunda penetración científica en el materialismo histórico nos contarán una historia diferente, una historia de certidumbres. Sin embargo, para aquellos que dudan de leyes históricas teleológicas, el logro de una sociedad de libres y de iguales dependerá de la lucha sincera y honesta contra el capital y su estado. No hay ninguna certidumbre. Hablar de revolución es abrazar la incertidumbre. La certidumbre y la predictibilidad pertenecen al capitalismo. Nuestra fuerza de trabajo viviente, como recurso, ha de ser predecible y cierto. Nuestra lucha contra el capital y el estado es la lucha en contra de la certidumbre, una lucha de la incertidumbre, pero una lucha que anticipa en sus medios organizacionales un cierto fin: la dignidad humana. Tenemos que plantear la revolución como una cuestión de nuestro tiempo, como una cuestión incierta. La Revolución pudiera no ocurrir. Como dice el dicho inglés, the proof of the pudding is in the eating. (No se sabe si algo es bueno hasta que se lo pone a prueba)Entonces, la incertidumbre es el elemento determinante de la autonomía social. Otra es la duda. Y luego está la paciencia. Si pensamos en categorías de duda, si aceptamos que los resultados de nuestra lucha son inciertos, debemos aceptar a la paciencia como parte del empeño revolucionario. La impaciencia busca resultados rápidos, ciertos, predecibles. Da credenciales al Leninismo y a su idea de autonomía, no al proletariado sino al partido que siempre sabe más. Abrazar la revolución significa abrazar la incertidumbre y la paciencia (revolucionaria). El proyecto de autonomía social es uno de incertidumbre, duda y paciencia. Y agreguemos que nada podremos hacer sin ironía. La ironía permite superar los retrocesos, nos defiende contra la depresión, contra la privatización-ese retorno a la seguridad del living-room. Ironía, duda, paciencia, esos son los medios que nos ayudan a protegernos el callejón sin salida de una vida deshonesta, una vida sin luchas, una vida que se alimenta de las falsedades de la sociedad burguesa, y entonces, una vida que es indiferente a sí misma y que entonces acepta sin cuestionarse su propósito capitalista de funcionar como un recurso efectivo.

III

¿Qué hacer en la miseria de nuestro tiempo? Solamente la oposición radical al capital y a su estado es capaz de forzar esas mismas concesiones materiales que la oposición reformista busca y es incapaz de obtener. Las concesiones reformistas dependen de la fuerza de la oposición “anti-sistémica”. Y todavía más, hemos de reclamar nuevas condiciones, salarios, bienestar. El trabajo es el productor de la riqueza social y debe reclamar su disfrute. Por último, tenemos que aprender de la experiencia de nuestras luchas, de nuestras derrotas y de nuestros momentos de gloria. El último siglo fue un siglo asqueroso. Estuvo lleno de dogmas en donde uno tras otro nos costó tiempo y sufrimientos. Pero fue también un Siglo de esperanza de la entelequia alternativa de la dignidad humana, de la solidaridad y de la emancipación humana-desde México (1910) a Petrogrado (1917) y Kronstadt (1921), de Barcelona (1936) a Berlín (1953) y Budapest (1956), de París (1968), Gdansk (1980), Chiapas (1994) y los piqueteros argentinos (2001). Estos y muchos otros han sido momentos intensos de emancipación humana. Puntos constituyentes de la partida hacia la sociedad de los libres y de los iguales. la lucha por la emancipación humana es una lucha contra las abstracciones-y de las “abstractificaciones”-sean el estado, el capital o el partido. La indiferencia anti-capitalista por la revolución, acepta las “abstracciones”, lamenta su fuerza destructiva, y busca regularlas benevolentemente, esto es, en el interés del bonum commune. Dentro de una forma de reproducción social constituida capitalísticamente, este bonum commune es la commune de la riqueza abstracta a través del bonum de la acumulación capitalista. Es necesario dejar de lamentarse. La Revolución nuevamente ha de plantearse como cuestión.



Trad. Para Globalización, por. F. García

(Volver a página inicial)