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EL CONCEPTO DE PRODUCCIÓN EN LA CRÍTICA LITERARIA MARXISTA

 

Beatriz Cynthia Campusano Bakovic

 

Los individuos produciendo en sociedad—esto es, la producción individual socialmente determinada—es, por supuesto, el punto de partida.”  C.Marx, Grundrisse ,p.83)

 

 

INTRODUCCIÓN

 

Desde sus comienzos, el materialismo histórico prestó atención al carácter productivo de la sociedad , y por ello propuso el análisis de los procesos productivos para llegar a definir, y sobre todo a criticar esa realidad.

 

Con esta perspectiva, la producción se convierte en una categoría y en el mecanismo dialéctico central, no sólo para el análisis de los procesos históricos, sino también para conducir la reflexión sobre cualquier fenómeno cultural, incluída la literatura.  De ahí la necesidad de conocer el manejo y las consecuencias que ha tenido el uso del concepto de producción dentro de la crítica literaria. Si importancia se manifiesta aún en la constitución de teorías no metafísicas sobre la Práctica, que se han demostrado esenciales para el progreso de las concepciones materialistas.

 

En este artículo intento examinar el modelo propuesto por Marx para el análisis de la producción material, en un afán por aclarar las discusiones teóricas que se siguen de ahí con respecto a la Producción literaria.

 

Como se comprobará, la crítica literaria contemporánea ha dado muchos y diferentes usos al concepto de Producción, especialmente entre aquellos autores que indagan por la relación de la literatura con la sociedad. 

 

La primera parte de este artículo revisa las ideas centrales de Marx con respecto al concepto de Producción, y de sus determinaciones tales como: el trabajo, el valor, la acumulación, el capital y las relaciones de producción.  La segunda parte discute aproximaciones, aplicaciones y aún divergencias que se han dado en marxistas como benjamín, Macheray, Kristeva y Rossi-Landi, con respecto al concepto marxiano de Producción, tanto en niveles generales como en la consideración de determinantes internos.  Como suplemento, en la tercera parte, presento un diagrama sinóptico, comparativo de estos autores, para facilitar la comprensión de estas interpretaciones.

 

Nuestro trabajo considera los límites en el uso de un término Producción, que originalmente ganó cara de ciudadanía en la exploración de la cuestión económica, pero con alcances que prometían su uso en la esfera cultural.  Nacido dentro de una concepción monista y totalizante, en el uso que le dan autores sucesivos, no tiene la misma consolidación.  Nuestro trabajo responde a la inquietud natural que produce el desperdicio de un descubrimiento seminal para los estudios culturales, y sobre todo literarios, donde una teoría, que actualmente abomina de sus raíces marxistas ha llegado a conformar toda una doctrina de la “producción” del texto por sí mismo.  También este desdén por el problema productivista, al enfatizar al extremo la autonomía de las superestructuras, ha acarreado consecuencias de orden práctico a la visa de todos. 

 

I.                     EL CONCEPTO DE PRODUCCIÓN EN MARX.

 

La concepción materialista de la historia parte de la proposición de que la producción de los medios de sustento de la vida humana, junto con la producción y el intercambio de las cosas producidas, es la base de la estructura social.”

(F.Engels, Socialismo Utópico y Socialismo Científico, 1880)

 

En muchos de sus trabajos, Marx enfatiza el concepto de producción. Con el propósito de presentar su punto de vista, he seleccionado algunos pasajes que se encuentran en: 1. La carta enviada por Marx a V.Anenkov, en 1846; 2. El Prefacio a la Contribución a la Crítica de la Economía Política; 3. El Grundrisse; y 4. El Capital.

 

En la caracterización de las teorías de la producción de Marx se pueden distinguir varios aspectos que son relevantes para la discusión de la Producción Literaria.  En primer lugar, reconozco la diferencia entre proposiciones de carácter general y las que tratan sobre determinantes internos de la producción.  Hago esta distinción siguiendo en lo principal la propia evolución del pensamiento de Marx sobre su descubrimiento. En primer lugar, Marx señala la importancia general de la producción, y luego avanza análisis más específicos en torno a los determinantes del modo de producción.

 

Los planteamientos más generales los encontramos en la carta a Anenkov, en la que Marx concibe la producción como la base de todas las relaciones sociales.  Un punto de vista igualmente general y totalizante lo encontramos en los Grundrisse, aún cuando en esta última obra, Marx incluye un plan que considera todos los niveles sociales posibles del proceso de producción ( incluido el artístico), llegando también a discutir el problema de las determinaciones.

 

Por otra parte, en el Prefacio..., que contiene uno de los textos más citados, Marx establece las condiciones determinantes de las diversas esferas de la acción social, más concretamente, la base y la superestructura. Marx presenta aquí también la idea – sostenida antes en la Ideología Alemana—de que la conciencia ha de ser explicada por las transformaciones de la producción material.

 

Con todo, es en El Capital, donde encontramos el examen más completo del concepto de producción en relación con el modo de producción.  Del mismo modo, es aquí donde encontramos la categorización más importante de las determinaciones con relación al movimiento interno de la producción.

 

Se hace necesaria una mayor aproximación a los textos de Marx:

 

  1. De la carta a Anenkov (1):

“...¿qué es la sociedad, cualquiera que sea su forma? El producto de la acción recíproca de los hombres. ¿Son los hombres libres de elegir una u otra forma de sociedad? De ninguna manera. Asumir un estadio particular de desarrollo en las facultades productivas del hombre, lleva a dar por establecida una forma particular de comercio y de consumo. Si uno asume estadios particulares en el desarrollo de la producción, del comercio y del consumo, se llega a tener enfrente instituciones sociales correspondientes, una organización social de la familia, de ordenes o de clases correspondiente...En una palabra, una sociedad civil correspondiente (...)Es superfluo agregar que los hombres no son libres para elegir sus fuerzas productivas –que son la base de toda su historia—pues toda la fuerza productiva es una fuerza adquirida, el producto de una actividad anterior. Las fuerzas productivas son antes que nada el resultado de la energía humana práctica: pero, en sí misma esta energía está condicionada por las circunstancias en que se encuentran los mismos hombres, por las fuerzas productivas ya adquiridas, por las formas sociales que existen antes que ellos hagan algo, y que ellos no crearon, que son el producto de las generaciones anteriores.”

 

De este texto se pueden extraer conclusiones muy importantes:

1.1 Marx concibe la sociedad como una totalidad capaz de reproducirse a sí misma, y capaz de operar como totalidad en todos los niveles del proceso de producción.  Obviamente, los estatutos de la Producción alcanzan a todos esos niveles.  Marx supone que cada uno de los niveles se materializa en organizaciones que ya son fuerza adquirida históricamente, y por lo tanto, son al mismo tiempo productos y productoras.

1.2 La sociedad es el producto de la interacción de sistemas de relaciones que son a la vez históricos y específicos.  De este modo, la producción adquiere un carácter histórico y las especificidades históricas conducen diversos modos de producción.

1.3 Los hombres no son libres para elegir cualquier forma de sociedad;  simplemente se ven forzados a asumir formas establecidas y particulares de intercambios o estadios de desarrollo de las facultades productivas. 

      1.4La Producción es una categoría material, y por sus aplicaciones, se requiere el  estudio de las relaciones específicas e históricas “de la correspondiente sociedad civil”. La Producción es la relación material en la vida social, la base de todas las relaciones.

 

  1. Del Prefacio...:

 

“En la producción social de su vida, los hombres entran en relaciones definidas, que son indispensables e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a un estadio definido de desarrollo de las fuerzas productivas. La suma total de esas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base real, de donde se alzan una superestructura legal y política, y a la que corresponden formas determinadas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona en general los procesos de la vida social, política e intelectual.  No es la conciencia de los hombres lo que determina su ser, sino, al contrario, es el ser social lo que determina su conciencia.” (2)

 

Algunas conclusiones de este texto:

2.1 Aquí observamos una referencia más concreta a la producción, que la relaciona a modos de producción y a relaciones de producción. De este modo, la Producción no es solamente una relación, sino también organización.

2.2   En este texto se canoniza la separación entre estructura y superestructura, la segunda determinada por la primera. Del mismo modo, la conciencia es transformada por la producción material.  Muchos autores leen este texto de manera restringida: colocando a la producción en la base y de allí, proyectando su poderosa influencia sobre las superestructuras ideológicas. Tal fue el caso de Plejanov, Lenin, Stalin y Lukacs, con la teoría del reflejo ( 3).  También Macherey explota esta teoría (4)

2.3   Es importante anotar aquí la visión binaria de este “Prefacio...” que no está tan clara en otros textos de Marx. Nos encontramos aquí con la separación de las relaciones Productivas materiales de sus consecuencias.  En este sentido, cabe comentar que la Producción es también llamada a cuentas en relación con los intercambios y con las relaciones no materiales o culturales ( en Grundrisse, se alude al lenguaje, por ejemplo).

2.4   En este texto, la producción cultural queda “atada” al modo de producción. En tanto que en otros hay pensamientos acerca de la relativa autonomía del arte y de las producciones literarias.

 

  1. En los Grundrisse (5)

 

Marx comienza su discusión sobre la producción material, estableciendo:

 

Los individuos produciendo en sociedad –esto es, producción individual socialmente determinada—es, por supuesto, el punto de partida”. (p.83)

 

La producción es el punto de partida y devela al hombre como ser social y producto de la historia.  Marx agrega que “ el ser humano es en su sentido más literal un zoon politikon, (p.64) y que “ la producción por un individuo aislado, fuera de la sociedad (...) es un absurdo tan grande como el desarrollo del lenguaje sin individuos que vivan juntos y hablándose unos a otros” (Id.)

 

Repentinamente, Marx, en una sorprendente analogía, trae a colación al lenguaje como uno de los elementos de la vida social, lo que lo llevaría a ser interpretado desde un punto de vista productivo.  Aquí Marx traza un paralelo entre las estructuras del lenguaje y las estructuras de un modo de producción.  Más explicaciones aparecen en el texto que citamos a continuación:

 

Toda vez que hablamos de producción, lo que significamos es que se trata siempre de producción en un estadio definido del desarrollo social... Sin embargo, todas las épocas de la producción tienen ciertos rasgos comunes. La producción en general es una abstracción, pero una abstracción racional que en la medida en que patentiza y fija el elemento común, nos evita repeticiones.  Aún así, esta categoría general, este elemento común que ha emergido por comparación, en sí mismo se segmenta una y otra vez en diferentes determinaciones. Algunas determinaciones pertenecen a todas las épocas, otras solamente a unas pocas... Ningún tipo de producción sería pensable sin ellas; sin embargo, aunque la lengua más desarrollada tiene leyes y características en común con los menos desarrollados, de todas maneras aquellas cosas que determinan su desarrollo, ej. los elementos que no son generales o comunes, deben ser separados de las determinaciones válidas para la producción como tal, de manera que en su unidad –que ya surge de la identidad entre la humanidad-sujeto y la naturaleza-objeto—no se olvida su esencia natural”.(p.85)

 

Comentario:

3.1   Aquí Marx distingue entre Producción en general, de la que dice es un instrumento teórico útil, y el tipo “segmentado” de Producción, marcado por determinaciones históricas o determinaciones de área.  Es aquí donde encontramos el ejemplo de la posible especificidad de los lenguajes.

3.2   Cuando Marx realiza el análisis general de la Producción, está criticando a los economistas clásicos que trabajan con la trinidad silogística producción-distribución-consumo. Es aquí donde Marx prueba que la Producción es una categoría totalizante :  p.ej. que el consumo puede ser producción o que la producción pueda ser un mediador entre el consumo y el intercambio.

3.3   “ La conclusión a que llegamos es que la producción, la distribución, el intercambio y el consumo son idénticos, pero que todos ellos son miembros de una totalidad, distinciones en la unidad. La Producción predomina no solamente sobre sí en la definición antitética de producción, sino también sobre los otros momentos” (p.99)

 

Esta es una nota importante, pues como veremos más adelante, los circuitos comunicativos y toda forma de intercambio han sido visto sólo como Distribución, y en algunos casos, Consumo, en una linea de alejamiento de esta visión Productiva –una situación teórica que  tiene una manifestación superlativa en la percepción financiera de la economía mundial,  en esa hipertrofia actual  de la determinación informática en los procesos de la globalización. Sin ambargo, entre los autores que hacemos concurrir en este análisis, serán Rossi-Landi y Kristeva en donde nos encontramos con un retorno a la idea original de Marx sobre la preponderancia de la Producción.

 

3.4   En los Grundrisse Marx proyecta realizar un trabajo más extenso que trate de la dominancia de la Producción sobre las otras relaciones.  Al final de la Introducción se refiere al Arte y a la Literatura, y es visible que estas cuestiones son para él todavía áreas problemáticas.  Marx observa que flujos desiguales operan entre las producciones material y artística (las edades doradas de la literatura no se corresponden con las edades de oro de la economía).

“en el caso de las artes, es bien conocido que ciertos períodos de su florecimiento están fuera de toda proporción con el desarrollo general de la sociedad, y así con sus bases materiales, la estructura o sea por así decir, de su organización”  (Grundrisse,p.110)

3.5.   El términos generales, Marx proporciona su solución para este problema: la especificación de las contradicciones.

 

“La dificultad consiste solamente en la formulación general de estas contradicciones. Tan luego como han sido especificadas, ya el problema se ha resuelto.” (Id)

 

Esta proposición no está dirigida hacia una solución formalista o estética, sino más bien hacia una Sociología de la Literatura. Pero una Sociología basada en el estudio de la Producción.

 

4.          De El Capital (6)

 

Las formulaciones más elaboradas sobre la producción se encuentran en el volumen I de El Capital, cuya tesis central sobre las mercancías se basa en la crítica al Fetichismo, el punto de partida para el descubrimiento de “lo oculto” del proceso de producción.

 

El carácter misterioso de la forma mercancía estriba pura y simplemente, en que proyecta ante los hombres el carácter social del trabajo de éstos como si fuese un carácter material de los propios productos de su trabajo, un don natural social de estos objetos y como si, por tanto, la relación social que media entre los productores y el trabajo colectivo de la sociedad, fuese una relación social establecida entre los mismos objetos, al margen de sus productores. Esta es la razón por la cual los productos del trabajo se convierten en mercancías, cosas sociales cuyas cualidades son al mismo tiempo perceptibles e imperceptibles por los sentidos...  A los ojos de los hombres, una relación social adopta la forma fantástica de una relación entre cosas.  Por eso, si queremos encontrar una analogía a este fenómeno, tenemos que remontarnos a las regiones nebulosas del mundo de la religión, donde los productos de la mente humana semejan seres dotados de vida propia, de existencia independiente, y relacionados entre sí y con los hombres.  Y así acontece con el mundo de las mercancías, con los productos de la mano del hombre.  A esto es lo que yo llamo el fetichismo bajo el que se presentan los productos del trabajo tan pronto como se crean en forma de mercancías, y que es inseparable, por consiguiente, de este modo de producción. Este fetichismo de la mercancía tiene su origen... en el carácter peculiar de las relaciones de trabajo productor de mercancías.” (El Capital,I p.83).

 

 

Comentario:

 

4.1.   En este texto nos encontramos con la crítica a la asignación de valor a las cosas y no a los procesos de su producción.  En este interesante discurso, Marx demuestra que no existe un abismo entre las estructuras de la economía y los procesos mentales.

4.2.   En El Capital encontramos aseveraciones más precisas sobre el proceso interno de un particular modo de Producción que se reproduce a través del trabajo productor  de mercancías. En este modo de Producción, los capitalistas compran y usan la fuerza de trabajo. En el proceso del trabajo, la fuerza de trabajo se consume y emerge un producto, como un artículo específico, con un valor de uso que no es propiedad de su productor inmediato. En síntesis, para Marx, el producto, y el proceso de producción completo es trabajo y solamente trabajo, en diferentes posiciones.

4.3.   Para Marx, el Modo de Producción determina la división particular de la sociedad, que es la condición de la lucha de clases, cuyas contradicciones y desigualdades son como sombras del proceso productivo.

4.4.   Para Marx, toda producción es una objetivación de los seres humanos. Esta objetivación puede ser parcial, externa o alienada, dependiendo del carácter de las relaciones productivas.  Hay una apariencia en toda producción, y su efectividad y su poder reproductivo se funda en aparatos ocultos.  De este modo, la producción está ligada a la percepción que los individuos tienen de ella, llegando así a ser fácil presa de toda suerte de juegos ideológicos. Este aspecto de la Producción tiene una tremenda importancia, determina el carácter de la cultura.

4.5.   La Producción es social. Es el resultado de trabajos humanos concretos y abstractos que afirman la subsistencia y reproducción de la sociedad.

4.6.   Para resumir cuestiones vitales envueltas en el concepto de Producción de Marx, y que pueden ser de beneficio para el estudio de la Producción literaria, indicamos los siguientes puntos:

 

i.                    Entre la Producción económica y la Producción cultural han relaciones de contigüidad, de simetría, de forma y aún de condicionamiento.

ii                La proyección del Modo de Producción material sobre otras formas productivas todavía permanece como problema. Obviamente son posibles algunas soluciones generales, como cuando se supone que la reflexión del ser social en la conciencia es cierta pero no mecánica. Pero este  planteamiento está en las antípodas de la autonomía del arte de Th.Adorno.

iii               Es posible que en el reino de las reificaciones y de la    esfera  de lo fantástico, las operaciones que ocurren tengan cierta organización. Y como se demuestra en el caso del fetichismo de la mercancía, pueden tener una relación con la producción.

 

En relación con esto, Jean Boudrillard (7) ha externado una crítica al énfasis de Marx en la Producción, denunciándolo como un grave error: “un espectro atenaza a la imaginación revolucionaria: el fantasma de la producción” (p.17) Sin embargo, ¿qué más nos ofrece Boudrillard?  Me limito a citar su conclusión final:

 

La Utopía quiere el habla contra el poder y contra el principio de realidad que es sólo el fantasma del sistema y de su reproducción indefinida. Reclama solamente la palabra hablada; y quiere perderse en ella”. (p. 167)

 

 

 

II

 

En esta sección me propongo examinar el modo como la teoría de Marx y su modelo de análisis de la Producción reciben una aproximación y son adecuados o discutidos por algunos teóricos contemporáneos que aprueban la concepción materialista para la discusión del fenómeno cultural y de la Literatura.

 

La breve revista que yo hago de cada autor, con respecto a su concepción de la Producción, es el resultado de la interpretación que realizo del texto citado en cada caso. De ninguna manera debe entenderse como una investigación exhaustiva de contenidos y autores, sino más bien como una aproximación inicial...  Todavía más, es una selección entre diversos estudios que arrojan alguna luz sobre este tema que interesa continuar discutiendo. Será importante tener presente, que a menos que se cite, yo estaré usando mis propias palabras en la presentación del punto de vista del autor. Por ello, yo soy la única responsable del resultado.

 

Entre los autores que he examinado, elegí para los efectos de este artículo sólo aquéllos que representan diferentes climas ideológicos en el desarrollo de la discusión.

 

El primero es Walter Benjamín (1902-1940). Se le reconoce como una de las voces que se ligaron con las controversias de la izquierda en Alemania durante el ascenso del nazismo, que deja una fuerte huella en la Escuela de Frankfurt, particularmente a través de la figura de Adorno, lo que no implica una identidad. Benjamín es una figura distinta, sobre todo en el tratamiento de esta materia.

 

El segundo, Pierre Macherey, es extensamente el resultado de las adecuaciones intelectuales del Partido Comunista francés después de Thorez. Él mismo se declara parte de la izquierda francesa que busca un reconocimiento en el mundo académico. Fue conocido como discípulo de Louis Althusser.

 

En seguida, nos encontramos con Feruccio Rossi-Landi, un lingüista italiano del grupo Nuova Corrente, en alguna época ligado al Maoísmo. Hizo una importante contribución al estudio de la ideología, y su tesis sobre “El Lenguaje como Trabajo”, ha sido ampliamente discutida.

 

El último autor que convoco es Julia Kristeva, la semióloga búlgaro-francesa, que aparece asociada con figuras tales como  Barthes, Sollers, Todorov, Derrida y Lacan, y que será una gran divulgadora del pensamiento del ruso Bajtine. Fue motivada por la Revolución Cultural china: de allí desarrolló la idea de hacer la revolución en su propio frente de trabajo, en su caso, fue “una Revolución en el lenguaje Poético”. Ella representaba hasta hace algún tiempo una tendencia medular entre los jóvenes marxistas franceses que ligaban el marxismo con la Semiología y el Psicoanálisis.

 

Walter Benjamín

 

Consideramos dos artículos de la fase marxista de Benjamín: “La obra de arte en la era de ala reproducción mecánica” (18) y “El autor como productor”. (9)

 

A primera vista es claro que Benjamín usa la categoría de Producción para el análisis cultural, junto con otras determinaciones como “trabajo” y “técnica”.  En La obra de arte... su posición se acerca a la de Marx en El Prefacio... Reconoce que el Modo de producción afecta la superestructura, pero con respecto a la esfera cultural, propone una especie de autonomía de la producción material.

 

La transformación de la superestructura, que viene a ocurrir más lentamente que la de la infraestructura, ha tomado más de medio siglo en manifestarse en todas las áreas de la cultura el cambio en las condiciones de producción.”

                                                                       (Benjamin: La obra de Arte...” p.217-218).

 

En general, no ve una gran separación entre el arte y las condiciones sociales de producción. Él básicamente propone lo siguiente:

 

1)     La obra de arte tiene su lugar dentro del “principio de Producción-Reproducción.”

2)     La técnica tiene un profundo efecto sobre el arte. Benjamin apunta a las transformaciones producidas por la mecánica (el caso de la reproducción mecánica de la escritura, de la pintura,etc.)

3)     Las revoluciones tecnológicas pueden crear nuevos espacios para el arte (el caso del cine).

4)     Para establecer el valor de una obra de arte, es necesario prestar atención al tipo de trabajo que origina tal producto (el arte pierde su aura en la reproducción masiva).

5)     El modo de existencia cambia el modo de percepción (ver p.222).

6)     La obra de arte cambia completamente de carácter cuando es consumida por millones de gentes.

 

En el polémico artículo,El Autor como Productor, Benjamin toca punzantes problemas con respecto a las relaciones entre la política y la literatura, al discutir la oposición compromiso/calidad.  Aquí también considera la cuestión de la producción.

Escribe Benjamin:

 

Para el tratamiento dialéctico de este problema—y ahora llego al corazón de la cuestión—el objeto rígido, aislado (el trabajo, la novela, el libro) carece de importancia en absoluto (...) Como sabemos, las relaciones sociales son determinadas por las relaciones de producción.  Y cuando la crítica materialista se aproxima a una obra, suele preguntarse cual fue la posición de esa obra, vis-a-vis las relaciones sociales de producción de su época. Esa es una cuestión importante... (p.87)

 

En este texto observamos que Benjamin estaba consciente de las dificultades de tal solución, “la respuesta es siempre inequívoca....” y así, decide cambiar la pregunta: en vez de preguntar por la posición de la obra “vis-a-vis” las relaciones de producción, prefiere preguntar por su posición en el seno de las relaciones de producción.

 

Sin embargo, Benjamin interpreta esta sutil solución de una manera restringida, pues él está limitando su preocupación a la consideración de la técnica literaria. Al mencionar técnicas, él dice estar nombrando “el concepto que hace a los productos literarios accesibles al análisis inmediatamente social, y por ello, al análisis materialista.” (Id) De esta manera, la solución dada por Benjamin a las opciones políticas del escritor, es afectada por “el carácter progresivo o regresivo” de la técnica literaria.

 

Esta fórmula permite a Benjamin solucionar aspectos particulares de una polémica que sostuvo con algunos autores que estaban demasiado inclinados hacia una imagen apatronada del intelectual, en vez de considerar a éste como un trabajador “ que puede encontrar su lugar en la lucha de clases desde dentro del proceso de producción”.  Sin embargo, considerando estas materias desde una perspectiva más amplia, encontramos que la abstracción de otros determinantes de la producción es una limitación teórica al ir a tratar otros problemas culturales, como el significado, por ejemplo.

 

Existe también otro problema asociado con las Relaciones de Producción que es preciso enfatizar, uno que tiene que ver con la posición de clase adoptada por los intelectuales: por ejemplo, en el terreno literario el intelectual se constituye en un Aparato Productivo que tanto acelera como desacelera la productividad cultural.  El Aparato es el equivalente al “sistema de relaciones productivas”, y el artista-trabajador no sólo está allí para proveerlo de “material”, sino también para subvertirlo. El aparato productivo, como cualquier otro sistema de relaciones de producción, es un sistema de limitaciones, y sus contradicciones con las fuerzas productivas puede originar su crisis.  En el desarrollo de la crisis, Benjamin prevee el avance del progreso técnico, y el asentamiento de las bases para el progreso político del escritor.

 

También, con respecto a las relaciones de producción, Benjamin legó a proponer “la solidaridad del experto con el proletariado”. Una declaración que no deja de ser audaz e inspiradora.

 

Claro que no se sazonaba todavía el tiempo para que llegara a concurrir otra reflexión, la de la consolidación del Aparato productivo cultural con el Poder, con el advenimiento del intelectual incrustado.

 

De los artículos de Benjamin, hay algunas conclusiones importantes que pueden extraerse en apoyo a una teoría de la producción literaria:

 

i.                    El análisis (materialista) que considera sólo parcialmente la presencia totalizante de la producción, termina en la ideologización de un sector social (el intelectual o el técnico), o en la reificación de cualquier argumento o concepto que se torna inmanejable debido a una falta de determinaciones productivas (o de especificaciones).

ii.                  También, los artículos sugieren la necesidad de establecer un método que restaure la totalidad social en la explicación de la obra de arte.  En el método de Benjamin, observamos su fascinación con la técnica, que lo lleva a hipostasiar el “Aparato” de la totalidad social.  Esta noción, que actúa como un tipo ideal, está más próxima a Weber que a Marx.

iii.                Sin embargo, el pensamiento de Benjamin es multifacético y, alza dos consideraciones de importancia en su método: 1) la evaluación del presente como producción y como un continuum histórico; y  2) la perspectiva de la búsqueda colectiva de un momento superior, donde se superen las contradicciones y con ellas, las formas limitadas y limitantes de producción. Esta parte de su método es eminentemente partidista: una derivación de una coincidencia práctica con las luchas históricas del proletariado.

 

 

Pierre Macherey

 

La noción de Producción en Macherey, la tomamos de su libro Pour une thérie de la production littéraire (10) y de un artículo que publicó en colaboración con Etienne Balibar, “Sur la littérature comme forme idéologique: quelques hypothèses marxistes” (11).

 

De hecho, se trata de dos momentos diferentes en la aproximación a Marx por parte de Macherey. Para su libro Pour une théorie... sigue resultando apropiado que de él hiciera Terry Eagleton:

 

A pesar del título de su obra mayor, como Lukacs, y a diferencia de Benjamin, Macherey se mueve casi completamente dentro del terreno de las’superestructuras’. Por ‘producción’ no se está refiriendo al aparato material, a las infraestructuras tecnológicas o a las relaciones sociales de un artefacto, sino a la auto-producción de una cadena de significados” (12)

 

El libro de Macherey es una construcción muy abstracta, claramente en deuda con el medio ambiente estructuralista francés de su época.  Hay ahí  escasas referencias a la cuestión de la Producción.  El artículo que publicó con Balibar, “Sur la littérature...” , marca un cierto “corte epistemológico” –para citar a su maestro Louis Althuser.  Aunque más bien es una ruptura con el formalismo de Pour la théorie...”

 

Pero vayamos al examen de su libro.  Es curioso, pero en los primeros capítulos (1,2,3), donde Macherey precisamente intenta “constituir la práctica teórica crítica”, parece esta parte un largo e intranquilo debate frente a la posibilidad de que la categoría de Producción, llegue a manifestar su presencia.  Entre los bastidores del argumento, el fantasma de la Producción tan pronto desaparece como vuelve a aparecer. Pero ya en el escenario central, Macherey encuentra como solución el retorno a la vieja idea general de la Producción “como la actividad que modifica al objeto”.  En su caso, se refiere a la actividad crítica: criticar es cambiar, y en cierta manera, producir, pero en el sentido del lector o receptor que crea o agrega significado.

 

En el capítulo 7, Macherey escribe:

También el carácter improvisado que presenta la obra en la ocasión no es más que un efecto, un producto: de ninguna manera una causa. La obra no se hace por azar, según la ley de una libertad indiferente: que sea por que ella está precisamente determinada en cada uno de sus momentos y en cada uno de sus niveles. “ (p.51)

 

 

Esta alusión a la Producción, tan ajena a la concepción de Marx, tiene aquí la importancia de contener una noción de determinación igualmente distante de la de Marx.  Aquí, la determinación es sólo un vertical “ser ahí”.  No es extraño que, con el correr del tiempo, Macherey haya terminado encallado en la “cosidad de la literatura”. (13)

 

En este capítulo también hay una alusión al “efecto producido”:

 

La simplicidad de una fábula es el efecto producido por una cadena de elementos invariantes, cadena rígida que amarra al texto consigo mismo. Sin embargo, esta necesidad es arquetípica y resulta de la relación de la obra con un modelo dado y finito, ‘perfecto’ en su género, ya que se basta a si mismo y ya que nada le precede en el orden de las determinaciones...  La Obra está pues determinada: ella es ella misma y ninguna otra.  Desde el momento en que esto se comprende, ella deviene el objeto de un estudio racional.” (p.52)

 

En este libro, Macherey sostiene que el lenguaje literario no solamente se refiere a sí mismo,  sino que también el texto se produce a sí mismo. La primera parte de la proposición, porque es necesario explicar la aparición de la obra literaria (p.67), y la segunda, porque ésta está vinculada con “un sistema de producción”, que se describe como sigue:

 

“El acto del escritor se realiza completamente en el  nivel de un enunciado: él constituye un discurso y él mismo es constituido por ese único discurso: no puede él ser referido a nada exterior; toda su verdad, o su validez, se encuentra cristalizada en esta superficie del discurso.” (p.64)

 

De esta manera, el texto es la negación de lo que lo rodea.  Y si ese entorno todavía existe, es por su ausencia (sic) en el interior del texto.  Así, el texto se manifiesta a sí mismo como una contradicción, donde la ausencia constituye al objeto.

 

En  este libro nos encontramos con que el concepto de Producción tiene significados variables, y aún, de labios para afuera, aproximaciones con la concepción de Marx.  En el capítulo XI, que se institula “Creación y Producción”, manifiesta un aparente acercamiento al concepto de Marx. Allí Macherey señala su diferencia con aquéllos que usan el término Creación con referencia al trabajo artístico. Macherey dice que en su caso, esto significaría “someterse a la dependencia de una ideología humanista” (declaración que nos recuerda el artículo de Althusser donde critica al “marxismo como Humanismo”).  Es por esta razón,dice, que él prefiere usar el término ‘Producción’.  Y agrega: “el artista produce sus obras bajo determinadas condiciones” (subrayado por él) (p.85).  pero adviértase de qué determinadas condiciones está hablando: “La obra es un tejido de ficciones” (p.85)...”La literatura es la mitología de sus propios mitos: ella no tiene ninguna necesidad de que un adivino venga a descubrir sus secretos”. (p.75)

 

También nos encontramos en Macherey con una aproximación un tanto oblicua, más bien una parodia, al “Prefacio... de Marx. Por ejemplo, cuando Macherey examina la necesidad del texto –recordemos que Marx decía que los hombres no eligen sus circunstancias—nuestro filósofo dice:

 

El autor sólo tiene la ilusión de elegir, dado que la narrativa en sí misma pone las opciones” (p.61).

 

Macherey llama a esto, “la necesidad del texto”...

 

Conclusiones:

 

Cuando uno lee a  Macherey, tiene la impresión de que el texto literario está fuera de la historia o que la historia ha quedado en suspenso. En su estudio sobre el escritor argentino Borges (p.277-286), el único hecho productivo e histórico en la vida de este literato que menciona es el eco de sus pasos entre las estanterías de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires.

 

Por otro lado, el artículo “Sobre la Literatura...” tiene una fuerte dependencia de la teoría de Althusser sobre los Aparatos ideológicos. Con ello, da la espalda al concepto de Producción. La Literatura queda completamente inscrita dentro del dominio de la Ideología, y ordenada por la categoría de reflejo.

 

            “La concepción marxista inscribe pues la literatura en su lugar en el sistema completo, desigualmente determinante, de las prácticas sociales reales: en el nivel de las superestructuras ideológicas, como una ‘forma ideológica’ entre otras, correspondiendo a una base de relaciones sociales de producción históricamente determinadas y transformadas, e históricamente ligada a otras formas ideológicas” (p.31)

 

En este artículo, la producción del texto se resuelve a través de la ideología, de la cual es “sa mise en scène” (p.39)

 

La Producción se limita aquí a la producción del efecto de realidad (p.42) o de ficción.  No es posible explicarse cómo, con este tipo de análisis, Macherey todavía se dice continuar con el método materialista.

 

El caso de Macherey es útil para esta discusión de la Producción Literaria, principalmente debido a que:

 

  1. Demuestra la existencia de un discurso externamente marxista que hacia su interior la espalda a planteamientos centrales de la visión marxiana y daba su aporte a la hegemonía de lo que podríamos llamar la fascinación fetichista en la crítica literaria, situación que también se generalizó en otros campos (en la política, la economía, etc.)
  2. Es un caso que ilustra cómo la Crítica Cultural de abolengo marxista pierde toda su fuerza cuando abandona las relaciones concretas con y en el proceso material de Producción. En otras palabras, a contrario, demuestra la importancia de la especificación del sistema social, señalado por Marx.
  3. Es un caso de fracaso metodológico y de fuerte derivación ideológica.

 

 

 

Ferruccio Rossi-Landi  (14)

 

Rossi-Landi yuxtaponía la Economía y la Lingüística. Elaboró conjuntamente una Semántica de la Producción de Mercancías y de la Producción y Circulación de Sentencias, que vendrían a ser “los dos modos fundamentales del desarrollo social humano” donde “las mercancías circulan como mensajes y los mensajes como mercancías” (p.6)

 

La importancia de su obra es que ésta trata no solamente el aspecto general de la Producción, sino que también los determinantes internos: la estructura del trabajo y del valor. Rossi-Landi dice que “todo lo que tiene un valor (y como veremos, todo lo que tiene un significado) es siempre el producto del trabajo humano.  Todos los sistemas sociales de signos tienen significado y valor como productos del trabajo humano” (p.6).

 

Resumiendo otros aspectos: para Rossi-Landi el valor del signo deriva del hecho de que es una conexión humana (una transferencia de energía de un lugar a otro). Los signos son objetos materiales y operan porque están codificados. “Un código es una totalidad organizada y estratificada, hechos de signos, productos de un trabajo determinado”. (p.9-10).

 

Rossi-Landi retoma la idea de Marx sobre el continuum del proceso productivo.

 

... esto es, de un trabajo que ha sido realizado previamente al momento en que el trabajo del signo se reinicia, un mensaje es el producto de un nuevo trabajo del signo que usa como materiales algunos elementos del código... Los sistemas de signos son series dialécticas de códigos y de mensajes usados actualmente por trasmisores y receptores bajo condiciones favorables.” (p.10)

 

Para Rossi-Landi la conducta no significativa no existe. El hombre se está comunicando con la totalidad de la organización social... entablando así la relación entre una semiótica general y una teoría general de la sociedad.   Persiguiendo esta conexión, Rossi-Landi explora en el área del trabajo y de la producción, más precisamente en torno a  la producción de artefactos –los productos del trabajo humano, un resultado de la transformación de la naturaleza a través del trabajo (algo que comienza como naturaleza y termina como artefacto). Una situaciones que ve que se repite en otra clase de objetos –los sonidos emitidos por organismos humanos:

 

            “Las palabras, las sentencias y los discursos ciertamente no  existen en la naturaleza sin la intervención del hombre. De este modo, los sistemas de signos son sistemas de artefactos. Y estos son producciones. Productos resultado de procesos de trabajo.  El trabajo, necesariamente se sitúa en la dimensión social” (pp.31-32).

 

Rossi-Landi examina la conveniencia de aplicar el estudio de los momentos del trabajo –realizado por Marx—y descubre que encajan con la descripción del fenómeno sígnico. Tal como en el trabajo productivo económico, las sociedades proceden con los artefactos sígnicos de acuerdo con modelos y programas, y los individuos aprenden a usar muchos programas “o a obedecerlos” (p.45). El lenguaje es siempre social, y por tanto el conjunto de programas organizados en diversos sistemas de signos puede ser equivalente a la descripción completa de una cultura.  Entonces, el trabajo es una dimensión esencial para la explicación del lenguaje. De este modo:

 

“Entre artefactos materiales, como planchas de madera, zapatos o automóviles, y artefactos lingüísticos, como palabras, sentencias o discursos, se puede trazar una homología de producción. (Porque) la comunicación verbal presupone un mundo de objetos reales al cual se refiere el lenguaje.  Esa homología de producción es, al mismo tiempo, una homología lógico-estructural e histórico-genética” (p.70-71).

 

Esta homología puede seguirse a través de los sucesivos niveles de producción, a los que corresponden producciones materiales y lingüísticas; en este caso, los artefactos a nivel de utensilios se corresponden con sentencias; los mecanismos y máquinas simples, con silogismos y agrupamientos de sentencias conectadas; los mecanismos autosuficientes con conferencias, discursos, libros, construcciones especiales no repetibles con “producción literaria original”,etc. (pp.70-107)

 

Con esta perspectiva, todo mensaje aparece en el mercado lingüístico como “una unidad de valor de uso y de valor de cambio” (p.140). Tener valor de uso significa satisfacer alguna necesidad comunicativa (si transporta un significado, es utilizable), y estos valores que pueden ser remitidos a algún trabajo humano. El significado está íntimamente vinculado con las condiciones de trabajo, y con el proceso productivo en su conjunto. Pero además, ha de tener un valor de cambio y así debe entenderse. Rossi-Landi está de acuerdo que ésta es una difícil dialéctica.

 

Los valores de uso satisfacen necesidades –deseos. El trabajo lingüístico al traer a cuentas valores de uso capaces de satisfacer diferentes necesidades, también ha de ser un trabajo con sus variaciones y diferencias según las variaciones y diferencias de sus productos: trabajo concreto y específico, dará origen a productos concretos y específicos que fácilmente pueden distinguirse unos de otros”. (p. 141).

 

La habilidad para comprender el valor de cambio es un gasto de poder –trabajo- lingüístico. No es difícil investigar el nivel en que otro instrumento conceptual ha de ser introducido: el capital lingüístico con sus posiciones constantes y variables, ya sea el material lingüístico, los instrumentos, algunos valores lingüísticos, algunas formas ocasiones de intercambio, o bien, items variables identificados con el poder –trabajo- lingüístico.

 

 

La operación del capital lingüístico total es la comunicación con una comunidad lingüística” (p.155)

 

Comentario: a)El postular la homología entre la lingüística y el campo económico da una oportunidad para el uso de las categorías de Marx en la crítica literaria. Tal homología es posible solo en una primera aproximación general. Toda vía es importante penetrar más a lo hondo en el fenómeno de la Producción literaria en su especificidad. Y aún más será necesario que la simple homología seda el paso a una crítica de la lingüística. Más que super positiva, esta aproximación Lingüística-Economía debe ser crítica.

 

b)Sería útil e importante proponer sobre estas bases el desarrollo de una teoría sobre las articulaciones entre las categorías o determinaciones de la Producción literaria y las categorías del modelo de Marx para la Producción material.

 

Los encuentros entre la Economía y la Lingüística están llamados a dar frutos. Se puede mencionar un grupo de interesantes trabajos(15):

 

Marc Shell en “The Blanck Check: Accounting for the Grail”, elabora una hipótesis acerca del don en literatura (en este caso, la donación infinitamente grande y las liberalidades), que viene a definir un mundo de obligaciones contractuales donde el secreto del Grail--de acuerdo con Chrètien de Troyes—se corresponde con el cuerno de la abundancia frente a aquellos centros de derroche del Rey Arturo y del empleador de Chrètien.

 

Igualmente Brigitte Cazèlles en   “Morts a vendre, corps a prendre et les Troubadours d´Aquitanie”, aborda el tema de la circulación de bienes, mujeres y palabras que se observa dentro de la estructura de un sistema de intercambio más o menos primitivo:

 

“Il me suvient d´un matin

  Où nous mimes fin à la guerre

  Quand elle me fit un don extreme

  Me donnat amour et aneaus.”

(Les Chanson de Guillaume IX d´Aquitanie, Ch.X, s)

 

 

El trabajo de Danielle Trudeau “Langue et monnaie au 15e siècle”, describe la importancia de ciertas imágenes y metáforas económicas en Literatura, que derivan del flujo de metales preciosos y que producen modificaciones en las ideas sobre el dinero y la riqueza frente a un vocabulario todavía relacionado con la propiedad terrateniente.

 

También está el artículo de Jean Joseph Goux, “La metaphore Monetaire du Language dans les Faux monayeurs de Gide”:

 

“...el que Gide utilice la metáfora del valor económico (monetario) como metáfora central (para todos los otros valores), nos parece inmensamente significativo para entender un desarrollo social o todas las manifestaciones religiosas, estéticas, éticas, filosóficas, que tienden así a perder su espesor propio y su apariencia de autonomía para dejar lugar a la percepción cruda de un enlace directo entre la vida económica y la vida intelectual”.

 

Julia Kristeva

 

Al examinar sus ensayos reunidos en Semiotiké, Recherches pour une Semanalyse (16), se reconoce la importancia que Kristeva otorga a la interpretación que hace Marx de la sociedad como un sistema productivo. Sin embargo, ella estará entendiendo a Marx desde un punto de vista semiótico.

 

Según ella, Marx establece la correspondencia entre la sociedad y el significado.  De la misma manera, ella considera la teoría de Marx sobre el fetichismo como una clara crítica al sistema de intercambio de signos.  Igualmente relevante para ella es el estudio de Marx sobre la Distribución y el Consumo, en el que se describiría un circuito de comunicación.  Julia Kristeva piensa que la comunicación es el problema central de la Semiótica.

 

Todo el problema de la semiótica actual nos parece residir allí: continuar la formalización de los sistemas semióticos desde el punto de vista de la comunicación... o bien abrir al interior de la problemática de la comunicación (que es inevitablemente toda problemática social) esta otra escena cual es la producción del sentido anterior al sentido.” (p.38)

 

Kristeva, llevada por la magia de síntesis sorprendentes, parece avisar en estos textos el amanecer del desplazamiento de la Producción por la Comunicación (como ocurre con Habermas o Castells).  Sin embargo, se retiene, y deduce de lo anterior la necesidad de radicar el discurso en la historicidad, y para ello, trazar la dinámica de la Producción.  Por eso, todo texto’ literario’ puede de ser visto como productividad. (p.41)

 

Desde esta perspectiva, entonces, la literatura se juzga por su carácter social. Y aquí la práctica no se entiende como representación sino como productividad.

 

“El pensamiento de Marx escapa a este presupuesto occidental que consiste en reducir toda praxis (gestualidad) a una representación (visión, audición): estudia como productividad (trabajo + intercambio de productos) un proceso que se da a través de la comunicación (el sistema de intercambio)”. (p.91)

 

A esta altura, ocurre una revolución en la Semiótica, que la transforma en el estudio de las diferentes prácticas generadoras de sentido, mismas a través de las cuales se rescata la redistribución del orden en que se produce el lenguaje...  Esta es la razón por la que el texto es productividad, representa/encarna un sistema productivo. Y es así principalmente porque envuelve el intercambio de textos pasados, presentes y futuros, en referencia con lo que Kristeva denomina ideologemas: la función intertextual ( transtextual, extratextual, que transporta signos y no signos) que puede leerse en la materialización de diferentes niveles de la estructura de un texto.

 

De ello se deriva que, en última instancia, es la Productividad la que hace al texto inteligible (para su consumo), de acuerdo con cualquier modelo histórico-social, sea que esté ´programado o separado de toda razón logocéntrica.

 

La literatura en sí misma, llegada a la madurez que le permite también escribirse como una máquina y no únicamente hablar como un espejo...” (p.210)

Pero cabe inferir  que allí –en los anudamientos de la intertextualidad-- está la clave que conduce su permanencia.  (¿Cómo no recordar aquí ese pasaje del Grundrisse, donde Marx reflexiona, asombrado:

“Pero la dificultad no está en entender que el arte y la épica de los griegos estaban atados a ciertas formas de desarrollo, sino en la dificultad de que todavía nos proporcionen un placer ...y en cierto respecto sigan siendo norma y modelo...” (p.111)

 

Kristeva, en uno de los más interesantes ensayos de su libro, “Le engendrement de la formule”, establece la equivalencia del texto con la producción del significante.

 

El ir al análisis de la producción del significante, se va hacia la demostración del proceso de generación del significante manifiesto wn sí mismo en el feno-texto /la superficie del texto como opuesto al geno-texto, el volumen).

 

A la superficie del feno-texto, el geno-texto junta el volumen. A la función comuniativa del feno-texto, el geno-texto opone la producción del significado. Parece un doble fondo en cada producto significante: una “lengua” (producción significante) en la lengua (comunicativa), el texto –en la conjunción de ambas. Una “lengua” germinadora y destructora que produce y borra todo enunciado, y que se trata de captar para abrir la superficie de la comunicación al trabajo significante que ella oculta” (p.284)

 

Conclusiones: a) a pesar de la homología entre semiótica y economía, Kristeva describe la literatura como una práctica semiótica distinta.

 

b) Kristeva adscribe los ideologemas a la literatura, haciendo de ésta un objeto por siempre inconcluso.

 

c) La elaboración de la Fórmula a través del feno-texto, expande la comprensión general de algunos mecanismos semióticos, pero por otra parte, arriesga separar irremediablemente la razón crítica de  las fuentes materiales.  A través de este procedimiento podemos cruzar inadvertidamente de la consideración productiva materialista “de superficie”, a un discurso formal acerca de “la economía del significado” y a una “comunicación” sin contenido.

 

Conclusiones generales

 

  1. El concepto de Producción, apareado al Trabajo, es el punto de partida y el sistema vertebral de la crítica económica marxiana, y desde su formulación, en la crítica al fetichismo, en el establecimiento del valor, de los sistemas de reproducción social, de las clases y las ideologías, quedó expuesta a un destino “cultural”.
  2. A pesar de las apariencias, hay grandes diferencias entre los marxistas con respecto a un concepto tan central como es la Producción.
  3. La Producción sigue constituyendo el principal problema de la teoría marxista de la cultura y de la crítica artística y literaria marxista. Hay todo un espectro de posturas, que van desde el reduccionismo económico al establecimiento de esferas superestructurales autónomas, pasando por la interconexión con el movimiento teórico de otras corrientes filosóficas  (fenomenología, kantismo, existencialismo, estructuralismo) o disciplinarias (el psicoanálisis, la semiótica), que cruzaron por más de un siglo movimientos sociales y políticos y vastas transformaciones económicas.
  4.  La noción de Producción Literaria está aún en sus primeros estadios de desarrollo. Es bien posible que en el futuro se escalone tras un nuevo empuje de la teoría de la producción material y de la crítica económica. La elaboración de investigaciones sobre diversos fenómenos literarios la intertextualidad, la trasficcionalidad, el surgimiento de los géneros, las transformaciones escriturales y la relación entre estructuras económicas y la producción literaria en un espacio comparado, pueden dar cabida a una mayor actividad del concepto Productivo.
  5. La posibilidad de una crítica literaria proveedora de sentido, depende fuertemente de este desarrollo.

 

CUADRO SINÓPTICO

autores

innovaciones

determinaciones

elementos

Procesos materiales

Procesos artisticos

Niveles estructurales

Situación ideológica

MARX

Categoria de Producción

1.M de Prod

2.Fuerzas de P

3.Relaciones de Producción

a)Trabajo

b)Valor

c)Capital

A.P Material

B.Distribución

C.Consumo (énfasis en A)

Prod. Artística y literaria

AREA PROBLEMATICA

X. Base

Y. Superestructura

Revoluciones nacionales y socialistas . Critica a filosofia,economia y estado.

BENJAMIN

Análisis cultura induastrial.

Crisis.mecanización-fascismo

1).2) .3)

énfasis en Fuerzas Productivas (tecnología)

a)obrero-autor-escriitor-productor

b)valor:devaluación de obra de arte

c)Aparato de producción (capital)

Referencias a ABC,

Énfasis en A y C

Aplicación al an{alisis de la Política Literaria

Reconoce X e Y, pero señala “la lenta transformación de superestructura”

Controversias de la izquierda en Europa y URSS. Ascenso del stalinismo y del fascismo

MACHEREY

Aproximaciones a una teoría del texto. Laliteratura y lo ideológico

Referencias indirectas

a)       trabajo del autor

b)       no

c)       no

Vagas referencias a A. Alguna atención a C(el lector)

B, nada

Autoproducción literaria

Literatura como puesta en escena de la ideología

X Y solamente en Sur la Litterature...”

Énfasis en Y: estructuras ideológicas, efecto de Dominio, efecto estético...

Criss de los Prtidos Comunistas europeos. Francia de los 50 a 60s. Estructuralismo.Althusser

ROSSI-LANDI

Yuxtaposición de Lingüística y Economía

Acepta 1)-2)-3)

a),b),c) conversión mecánica a Linguística

Acepta A,B,C, con énfasis en A

Aplicaciones a Lingüística General y derivaciones literarias

Acepta X Y con mayor integración

Crisis movimiento comunista italiano. Impacto de Revolución Cultural China. Expansión de controversias linguísticas

KRISTEVA

Integración de Marxismo, Semiótica y Psicoanálisis

Acepta 1)-2)-3)

Énfasis en 1)

Trabajo semiótico de a) y b)

c)noción de capital linguístico

Trabajo semiótico de A.B.C.

Énfasis en B y C.

Aplicaciones a semiótica del texto. Area artística sigue problemática

X Y referencia

X.Producción del texto.Intertextualidad

Y.ideologemas

 

Izquierda académica francesa. El 68. Impacto del formalismo ruso. Bajtin, Barthes, Lacan, Foucault, Derrida.

 

 

 

 

 

 

 

 

NOTAS

 

1.                 Marx, “Letter to P.V. Annenkov,dec,28,1846”, En Karl Marx and F.Engels,Selected Works, N.York: International Publishers, 1980., pp.669-679.

 

2.                 Marx, Preface to a Contribution to the Critique of Political Economy, in Id. Pp.181-185.

3.                 Véase Cliff Slaughter, Marxism, Ideology and Literature, N.Jersey, Humanities Press 1980, pp.113 sg. También, p.147.

4.                 En el artículo “Sur la littérature comme forme idéologique...” Vease Infra, note n.11.

5.                 Marx, Grundrisse, Foundations of the Critique of Political Economy,: Vintage Books N.York 1973.

6.                 Marx,The Capital,A Critique of Political Economy, the Process of Capitalist Production., The Modern Library, N.York s/f.

7.                 Jean Baudrillard, The Mirror of Production, Telos Press, San Louis, 1975,p.1.

8.                 En Walter Benjamin,Illuminations, Essays and Reflections, Schocken Books, N.York 1985.,pp.217-251.

9.                 En Walter Benjamin,Understanding Brecht, NLB, London 1973, pp.85-103.

10.             Pierre Macherey,Pour une thérie de la Production Littéraire,F.maspero, Paris 1966.

11.             Etienne Balibar y Pierre Macherey,”Sur la littérature comme forme idéologique:quelques hypothèses marxistes”, en Littérature, n.13,1974,pp.29-48

12.             Terry Eagleton,”Macherey and Marxist Literary Theory”,en G.H.R.Parkinson,Marx and Marxisms, Cambridge University Press, Cambridge 1982. La cita es de pp 145-146.

      13.       Pierre Macherey: “La chose littéraire”, Université de Lille, 2003

http://www.univ-lille3.fr/www/Recherche/set/Machereychose.html

 

14.     Ferruccio Rossi-Landi,Linguistics and Economics, Mouton, The Hague 1975. Véase también de Rossi-Landi, Language as Work and Trade, Greewood     Pub.Group,1983 y Between Signs and Non-Signs, John Benjamins Pub. 1992.

  1.     Stanford French Studies Review, 1986.
  2.     Julia Kristeva, Semeiotiké, Recherches pour une semanalyse.Ed.Seuil, Paris 1969.

 

 

 

 

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Enlaces

 

Marxists Internet Archive

Marx: Capital ,v.I

Marx: The Grundrisse

Habib: Marxist Theory and Criticism (I)

 

Ignacio Roberto Rojas Crotte: Th.Adorno y la Escuela de Frankfurt

Freddy Sosa:Autonomía y Sociedad en la Estética de Adorno

Araceli Soni Soto: La Cultura en el fin de siglo

Walter Benjamín: La obra de arte en la época de su reproducción técnica

Selección de textos de Walter Benjamín

Theodor Adorno and Max Horkheimer (1944)from Dialectic of Enlightenment The Culture Industry: Enlightenment as Mass Deception

Pierre Macherey: Im Anfang War Die Tat: l’Homme Productif (1)

Pierre Macherey: Im Anfang War Die Tat: l’Homme Productif (2)

Patrice Deramaix: Structuralism Génetique et Litterature-Lucien Goldmann

Gary Wihl: Structuralist Marxism

 

Rocco Mangieri: U.Eco: de la obra abierta al Péndulo de Focault

Peter Ives: Diction Against Contradiction

Marta H.Barreto: La noción de escritura lineal

Muriel Bourgeois: Histoire et fiction  à l’âge classique

Julia Kristeva A Bibliography

Liens Vers d’autres sites

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