Por Paul Harris(*)
Hay muchas razones que explican la obsesión de George W. Bush por avanzar
hacia Bagdad. En otros artículos que he escrito para Yellow Times.org he
hecho alusión a la no tan obvia afirmación de que se trata de una guerra
que más que contra Irak, es una guerra contra Europa. De hecho yo creo que
es la razón principal de la fijación de Bush contra Irak.
Cuando una nación decide ir a la guerra es porque ha hecho planes sobre
quién ganará y quién perderá; nadie va a la guerra esperando perder, pero
no siempre el blanco declarado de la agresión es el verdadero motivo de la
guerra.
A veces el objetivo no es lo que se espera ganar en esa guerra sino, más
bien, lo que se espera que otros pierdan; y no tiene por qué ser la nación
que aparece como enemigo declarado la que necesariamente cargará con las
pérdidas.
En este caso, la víctima no declarada de Bush es la economía europea. Una
economía muy robusta y con perspectivas de hacerse más fuerte en el futuro
inmediato.
La entrada de Gran Bretaña en la Unión Europea es inevitable; los países
escandinavos se unirán más temprano que tarde. Muy próximamente, en mayo
del 2004, se sumarán diez nuevas naciones, lo cual elevará el PIB de la
Unión Europea a un monto cercano a los 9,6 trillones de dólares, para 450
millones de habitantes, en contraste con los 10,5 trillones de dólares y
los 280 millones de habitantes de los EEUU. Este bloque representaría una
fuerte competencia para USA. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja
de lo que revelan estos números y, como veremos, mucho de ello tiene que
ver con el futuro inmediato de Irak.
He escrito en otras oportunidades, al igual que muchos otros analistas, que
el petróleo es la causa de esta guerra. Aunque habrá seguramente otras
razones, el petróleo es la principal causa impulsora. Pero no precisamente
por lo que podría suponerse. No es tanto, como se cree, por el hecho de que
en Irak haya enormes reservas de petróleo sin explotar y que no hayan sido
explotadas debido a lo anticuado de su tecnología; no es tanto por el deseo
de Norteamérica de apoderarse de ese petróleo. Es más bien, por las manos
que los norteamericanos quieren mantener alejadas de ese valioso recurso.
Como podría pensarse, no fue precisamente lo ocurrido el 11 de septiembre
lo que precipitó todos estos acontecimientos; ni que derrepente se hayan
percatado de que Sadam seguía siendo un repugnante dictador. Tampoco ha
sido el cambio de gobierno en los Estados Unidos.
Lo que ha precipitado la crisis fue lo que Irak decidió el 6 de noviembre
del año 2000, al cambiarse al euro como la moneda con la cual hacer sus
transacciones petroleras. En el momento del cambio pudo parecer tonto que
Irak estuviera renunciando a tal cantidad de ganancias, sólo por hacer una
declaración política impactante. Pero resulta que esa declaración trajo
como consecuencia la depreciación constante del dólar frente al euro e Irak
comenzó a obtener buenos resultados al cambiar sus reservas monetarias y su
divisa para transacciones internacionales. El euro ha ganado cerca del 178%
sobre el dólar desde ese momento, lo que también se debe aplicar a los 10
billones que están en el fondo de reserva de la Naciones Unidas para el
programa "petróleo por alimentos".
La pregunta que surge y la que seguramente se hizo George Bush, es : ¿Qué
pasaría sí la OPEP, de repente, se cambia al euro? En una palabra, la gran
catástrofe económica.
Al final de la Segunda Guerra Mundial se llegó a un acuerdo internacional
en la Conferencia de Bretton Woods, según el cual se fijó el valor del oro
en treinta y cinco dólares la onza ($35,oo) convirtiendo esta relación
(paridad) en la referencia de valor o standard internacional, para medir el
valor de (o concurrencia entre) las diferentes monedas.
Pero en 1971, el presidente (norteamericano) Richard Nixon desligó al dólar
del patrón oro y desde entonces el dólar ha sido el instrumento monetario
global más importante (referencia de valor de todas las demás monedas), un
patrón de valor que sólo USA está en libertad de producir.
El dólar, aunque es una moneda sin respaldo, conserva sin embargo alto su
valor, a pesar del déficit récord de cuenta corriente y a pesar de ser EEUU
la nación más endeudada del mundo. La deuda de USA para el 4 de abril 2002,
era de 6.201 trillones de dólares contra un PIB de $9 trillones.
(¿6,2 trillones?)
El comercio entre las naciones se ha convertido en un ciclo (peculiarmente
perverso) en el cual EEUU produce dólares y el resto del mundo produce lo
que esos dólares pueden comprar.
Así, las naciones ya no comercian en base a sus ventajas comparativas, sino
más bien en procura de los dólares que necesitan para cubrir el servicio en
sus deudas externas y para acumular dólares como reserva, a fin de mantener
el valor de cambio (impedir la devaluación) de sus monedas nacionales.
En un esfuerzo por prevenir ataques especulativos y potenciales ataques
perjudiciales a sus divisas, los bancos centrales de todas las naciones
procuran (a manera de respaldo) adquirir y mantener reservas en dólares
equivalentes a su propia moneda circulante.
Esta relación crea un soporte que mantiene (artificialmente) la fortaleza
del dólar, lo que a la vez obliga a los bancos centrales de todas las
naciones del mundo a adquirir y mantener sus reservas internacionales
(divisas) en dólares, todo lo cual contribuye a sostener la aparente
solidez de la divisa norteamericana.
Este fenómeno es conocido como "hegemonía del dólar" el cual es creado y
mantenido geopolíticamente y por el hecho peculiar de que las mercancías
críticas, principalmente el petróleo, se comercializan en dólares.
Todo el mundo acepta dólares porque los dólares pueden comprar petróleo. La
realidad es que desde 1945 la fuerza del dólar reside precisamente en que
es la divisa internacional para las transacciones petroleras globales (es
decir, en el hecho de que ese dólar en un "petro-dólar").
Mientras EEUU imprime cientos de billones de dólares sin respaldo alguno,
estos "petro-dólares" son usados por todas las naciones para comprar
petróleo y energía de los países productores miembros de la OPEP (con la
excepción reciente de Irak y en cierta medida Venezuela).
Con la particularidad de que esos petro-dólares son reciclados por la OPEP
nuevamente hacia USA, vía letras del tesoro y otros activos denominados en
dólares, tales como acciones, bienes inmuebles, mercancías, equipos,
tecnología, etc.
El reciclaje de petro-dólares recibidos de los países productores de
petróleo ha sido la contrapartida con la que USA se ha beneficiado desde
1973, por su tolerancia al cártel exportador de crudo.
Las reservas de dólares a su vez son invertidas en activos norteamericanos,
lo cual produce un excedente en cuentas de capital para la economía de USA.
A pesar del escaso dinamismo del comercio durante el año pasado, el valor
de los "stocks" norteamericanos se ha mantenido como en los últimos 25 años
y vendiendo un muy deseado 56% en comparación con los mercados emergentes.
El excedente de las cuentas de capital (fundamentalmente especulativo, mas
virtual que real) financia el déficit comercial (más ligado a la industria
y a la producción de valores materiales) de los EEUU.
Puesto que los norteamericanos son quienes imprimen los petro-dólares,
ellos controlan el flujo del petróleo. Sin discusión.
Como el petróleo se paga en dólares y el dólar es la única divisa para
negociar el petróleo, tenemos que llagar a la conclusión de que USA
adquiere el petróleo del mundo gratis.
Entonces, ¿qué pasaría sí la OPEP como organización siguiera el ejemplo de
Irak y decidiera negociar el petróleo en euros? Una verdadera catástrofe
económica (para USA).
Las naciones consumidoras de petróleo tendrían que desprenderse de sus
dólares mantenidos como reservas en sus bancos centrales y reemplazarlos
por euros.
El valor del dólar se vendría abajo y las consecuencias para EEUU serían
las mismas que podría esperar cualquier país ante el colapso de su moneda
(inflación masiva, devaluación, quiebra económica (piénsese en lo ocurrido
recientemente en Argentina, por ejemplo);
los fondos extranjeros podrían salir atropelladamente del mercado de
valores norteamericano y habría una huida de los activos en dólares en
todos los bancos, es decir, algo similar a lo ocurrido durante la gran
depresión de los años 30; el presupuesto de USA colapsaría por el déficit,
con todas sus consecuencias.
Y esto sólo en USA. Habría que agregar que Japón sería golpeado duramente a
causa de su total dependencia del petróleo extranjero y su increíble
sensibilidad al dólar estadounidense.
A su vez, sí la economía de Japón se derrumba, caería también la de muchos
otros países, especialmente para los Estados Unidos, tendría de reverso un
efecto dominó.
Este sería el efecto potencial de un "repentino" cambio del dólar al euro.
Un cambio más gradual podría ser manejable, pero también alteraría el
actual balance financiero y político del mundo.
Dado el tamaño del mercado europeo, de su población, de sus necesidades de
petróleo (Europa importa más petróleo que USA), podría rápidamente el euro
convertirse de hecho en la nueva moneda de referencia para el mundo.
Existen algunas razones para que la OPEP como cartel siga el ejemplo de
Irak y se plantee comerciar su petróleo en euros.
Hay pocas dudas de que los gobernantes de estos países disfrutarían de la
oportunidad de hacer una declaración política de esta magnitud después de
tantos años de soportar humillaciones de los EEUU, pero son mucho más
sólidas las razones económicas que existen para hacerlo.
El poderoso dólar ha reinado sin discusión desde 1945 y en los últimos años
ha ganado aún más terreno por la dominación económica norteamericana.
A finales de los años 90 más de las cuatro quintas partes de las
transacciones en moneda extranjera y la mitad de todas las exportaciones
mundiales fueron hechas en dólares.
Es evidente que uno de los objetivos de la guerra de Bush contra Irak, es
asegurarse el control de los campos petroleros iraquíes y revertir su valor
a dólares, para luego incrementar exponencialmente la producción para
forzar la caída de los precios del crudo.
Pero, por otra parte, es también un importante objetivo de la guerra de
Bush, escarmentar, demostrando las consecuencias que podría correr
cualquiera de los países productores de petróleo que pudieran pensar
cambiarse al euro.
EEUU tiene en sus manos el garrote del control de comercio global que es lo
que le permite mantener su concurrencia pese al déficit y hacer manejable
su balanza de pagos con el exterior.
Uno de las razones que obligan a que los precios del petróleo se calculen
en dólares y los pagos se hagan en esta moneda, es que los EEUU siguen
siendo uno de los principales importadores de petróleo a la vez que son
también productores de esa mercancía.
Ya que los EE UU en su condición de gran importador de petróleo y derivados
constituye además un atractivo y seguro mercado para los países de la OPEP.
Queda entonces claro que a largo plazo el objetivo no es realmente Sadam,
sino el euro y, por supuesto, Europa.
Los EEUU han escogido este camino porque no iban a cruzarse de brazos
tranquilamente y a permitir a los "advenedizos" europeos tomar las riendas
de su destino al pasar a controlar las finanzas del mundo.
Por supuesto, lo que ocurra en definitiva va a depender de que la aventura
de Bush no se convierta en el desencadenante de la Tercera Guerra Mundial.
(*)Paul Harris is self-employed as a consultant providing Canadian
businesses with the tools and expertise to successfully reintegrate their
sick or injured employees into the workplace. He has traveled extensively
in what we arrogant North Americans refer to as "the Third World," and he
believes that life is very much like a sewer: what you get out of it
depends on what you put into it. Paul lives in Canada.
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Vea además:
(Versión al español de José Manuel Hermoso González)
EL ARTICULO FUE PUBLICADO ORIGINALMENTE EN IDIOMA INGLES BAJO EL
SIGUIENTE TÍTULO:
"What happens if OPEC makes a sudden switch to euros?"
By Paul Harris
(YellowTimes.org Columnist, Canadá)
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