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LA POBREZA EN EL ESTADO DE TLAXCALA


Fernando Zárate Temoltzi
Benjamín V. Peña Olvera. Ph. D.
Tomas Martínez Saldaña. Ph. D.
Heliodoro Díaz Cisneros. Ph. D.
Federico García Morales. Ph. D.
Benito Ramírez Valverde. Ph. D

Introducción

El fenómeno de la pobreza, a pesar de ser un fenómeno que ha acompañado a la humanidad desde siempre, dista mucho de ser correctamente definido, por lo cual muchas personas aún se preguntan, ¿qué es la pobreza?, Sarmiento (1994) define a la pobreza como "una situación tal que impide al individuo, la familia o al grupo social, satisfacer una o más necesidades básicas y participar plenamente en la vida social".

De la misma manera, la pobreza material se caracteriza por ser un fenómeno esencialmente económico con multiplicidad de causas sociales, políticas y culturales, originadas en la subproductividad del trabajo y de los productos que venden los pobres, por un escaso acceso a los medios de producción, por la baja cobertura de los servicios del Estado y el escaso acceso a los conocimientos socialmente relevantes. La pobreza también está asociada a la escasa participación y se expresa en el sub-consumo y en la marginación social y política (Sarmiento, op. cit.)

También encontré que el concepto de pobreza varia entre países, la literatura existente muestra que para los países ahora elegantemente llamados "con economías emergentes", la discusión de la pobreza se centra en los índices materiales, mientras que para los países con economías de mercado la discusión acerca de la pobreza se da más en los ámbitos subjetivos de la pobreza.

Históricamente el concepto de pobreza se ha desarrollado en medio de acalorados debates, y ha transitado desde las discusiones entre sí la pobreza es relativa o absoluta, de donde tuvieron su origen las definiciones de pobreza como una insuficiencia en el ingreso y que tal insuficiencia conduciría a quien se encuentra en esa situación a un estado de desnutrición que desembocaría en la muerte a corto plazo, esto originó el establecimiento de "líneas de pobreza", en donde el concepto de pobreza extrema se considera absoluto, mientras que el de pobreza moderada es relativo debido a que dicha condición representa valores subjetivos acerca de los niveles deseables de salud y bienestar, y se transita a la fase absoluta al constituirse algunos de ellos en valores absolutos para caracterizar a la pobreza.

Sin embargo, no se puede valorar los bienes materiales sin la referencia que la gente tiene de ellos, esto dificulta en alto grado los análisis sobre la pobreza y lo envía al campo de las percepciones (Silva, 2000.)

La discusión también ha transitado sobre concepciones de la pobreza como un fenómeno simple o complejo, Amartya K. Sen (1981) acertadamente señala que "mucho acerca de la pobreza es suficientemente obvio". Si la pobreza fuese simple, la identificación de los pobres sería una tarea fácil que prescindiría del uso de escalas. Sin embargo, las escalas para medir la pobreza se han incrementado, existiendo diferentes enfoques para esto, siendo el enfoque económico el que ha sido privilegiado por muchos investigadores, siendo la referencia el ingreso, la proporción del mismo utilizada por los hogares para adquirir alimentos y la determinación de un cierto grado de consumo.

Sin embargo, muchos de los rasgos de la pobreza no tienen relación alguna con el ingreso, como por ejemplo los servicios prestados por el Estado, tales como la educación y la salud, los cuales en México aún no son controlados completamente por los procesos de mercado, por esto que las mediciones de la pobreza deben considerar estos rubros, así como el de seguridad social, pero, por otra parte, existen variables tales como los precios, los cuales hacen de cierta manera inoperantes las variables de consumo y sus componentes materiales tales como: el volumen nutritivo de los alimentos, la calidad de los mismos, el alojamiento, y así sucesivamente. Esto, aunque no resuelve el problema de las variables, lo hace explícito por lo menos. Es más, proporciona información adicional en que basarse para realizar juicios de valor sobre el bienestar. De hecho, es difícil desarrollar tales juicios sin alguna idea de los niveles de consumo físico, en oposición a los niveles de ingreso monetario.

De la misma manera no se consideran los gustos y preferencias de los consumidores, Levy (1994) ha demostrado que las personas, a pesar de mostrar niveles de indigencia extremos, manifiestan gustos y preferencias.

Gutkind asume una posición más contundente, para él la medida de la pobreza debe permitir "la supresión mental de que la experiencia del ser pobre genere una baja en la autoestima y, en contraste, debe crearle una alta creencia en su propia persona debido a que la gente desempeña un valioso papel en la sociedad. En este sentido, los sentimientos de dependencia, exclusión (a veces por una decisión personal) de la participación en lo político o en actividades de la comunidad y frustración, pueden representarse como un crimen social y desembocar en migración, enojo y frustración" (Gutkind, 1983.) Tales factores subjetivos pueden ayudar a analizar las reacciones y comportamientos de los pobres, tales como los sentimientos de privación y de falta de capacidad personal y habilidades para enfrentarse a los problemas que la pobreza genera, y estos no puede correlacionarse de manera estrecha con los índices físicos, por lo que deben tomarse en cuenta para que se pueda contemplar una dimensión adicional al análisis de pobreza, siendo esta misma posición la que asumen tanto Max Neff (1996) como Silva (op. cit.) Click aquí para bajar version completa (380 Kb)