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"Con la Globalización están Creando Nuevas Fronteras"

(Entrevista al Subcomandante Marcos, del EZLN, por Aurelio Fernández Fuentes,
enviado de La Jornada de Oriente, México
La Realidad, Chiapas, 28 de enero, 2001)

Se ha dicho que el llamado Plan Puebla Panamá (PPP) es un instrumento contrainsurgente, pero, en opinión del subcomandante Marcos, es más que eso: "El problema no sólo somos nosotros, se trata de la destrucción de una nación. Nosotros habíamos hablado de tres Méxicos, y los empresarios habían hablado de tres Méxicos, es lo que decían: el norte trabaja, el sur duerme y el centro se come lo que produce el norte, algo así decían. Nosotros decíamos: el norte está siendo absorbido, el centro está en disputa y el sur está olvidado." En la entrevista realizada por los comunicadores de Imagen Informativa Carmen Aristegui, Javier Solórzano, y este enviado, el portavoz de un importante grupo de los indígenas mexicanos ilustra la que considera es la estratificación de la economía y la geografía nacionales: existen "el piso de arriba, la planta baja, y el sótano, que somos nosotros". Agrega que el PPP es una expresión del proyecto que está llevando a lo que en los hechos es la fragmentación de este país; "si alguien quiere que este país se fragmente es este proceso de globalización, y van a hacer todo lo posible por conseguirlo". Sostiene que a los grandes intereses mundiales les encantaría que los zapatistas pidieran separarse de México, porque prefieren tratar con "repúblicas bananeras", a las que controlan mejor.

Por primera vez, Marcos se refiere a este programa impulsado por Fox, pero que según importantes analistas, como Carlos Fazio, contiene elementos muy importantes para los intereses de las corporaciones transnacionales, en un afán por tratar de controlar importantes procesos sociales como la migración a Estados Unidos y aprovechar los recursos de la biodiversidad disponible y las ventajas geográficas de la zona. "El proyecto transístmico", continúa el entrevistado, "es trasladar las funciones del canal de Panamá a la República Mexicana, pero cortando efectivamente el país en dos o en tres partes. Hay que preguntarse por qué los proyectos secesionistas de los últimos meses han venido precisamente de Yucatán y de Tabasco. Y no son zapatistas los que lo están proponiendo. Es separarnos del resto de la nación. Ése es el proyecto".

La ciudad de México va a ser el switcher, una garita entre los dos países", continúa. "Y peor para los indígenas que queden al norte de Puebla. Lo que están haciendo los norteamericanos es renunciar a controlar los conflictos de esta parte del continente. Ya reconocieron que no es posible derrotar a los indígenas del sureste, o sea, reconocen que sus habilidades no las pueden incorporar al libre mercado, y se las están cediendo a Centroamérica. Entonces van a correr la frontera de Guatemala hasta Puebla, bajarán la frontera del Bravo hasta el Distrito Federal y el estado de México. Toda esa parte es para amortiguar la migración de ilegales, o al menos, aspirantes a ilegales. Y entonces así, corriendo la frontera, los estados del norte se norteamericanizan, los del centro se centroamericanizan y en medio queda el colchón: el DF, Puebla, Morelos, el estado de México."

"Lo que está haciendo la globalización es reacomodar el mundo. Si tú ves un mapamundi antes de la Guerra Fría y después de la Guerra Fría y la caída del muro de Berlín, no hay menos naciones sino más. No es una aldea global, sino cada vez está más partida. Entonces se están reacomodando los territorios, lo que está haciendo el neoliberalismo, la globalización en Norteamérica, es definiendo una nueva frontera entre Centroamérica y Norteamérica, se está corriendo la frontera sur de México hacia el centro del país y bajando la frontera de Estados Unidos hacia el centro del país. En ese sentido, los estados del norte de la República se incorporan al proceso productivo, de circulación, incluso cultural, del resto de los estados norteamericanos; el sureste mexicano, de Puebla para abajo, se incorpora a la lógica del mercado y a la política de los países centroamericanos, y el centro, DF y estado de México, funciona como amortiguador, como garita aduanal entre los dos países."

Sin embargo, Marcos considera que este proyecto va ser un fracaso, porque en el norte de México "no están solamente los grandes empresarios, hay población indígena, hay trabajadores, hay colonos, hay maestros, hay estudiantes, que estorban al proceso de norteamericanización de los estados del norte de México, y que además tienen ligas históricas y culturales y todo esto con el resto del país. Finalmente, le pese a quien le pese, México sigue siendo un país, una nación. Y digo que el centro del país queda para amortiguar lo que los norteamericanos quieren que amortigüe. Se le quiere convertir en el policía del sureste. El centro del país se va a convertir en el policía del sur­sureste de México para rendirle cuentas al norte, pero ya no al norte de Chihuahua, sino al norte desde Zacatecas hasta Canadá. Va a fracasar, lo que está en juego es eso, vamos a ser dos proyectos de nación: la nación de aquí para arriba, de Puebla para arriba, la franja centro es el centro político y de aduana; del centro hacia el norte, el proceso de desarrollo norteamericano; y de Puebla hasta Panamá, Centroamérica."

"A Cervera Pacheco no le creo, pero sí creo que a la globalización le convenga negociar o establecer relaciones de comercio con pequeñas repúblicas, le convendría reconocer que el sureste mexicano es una república bananera; se quiere convertir en una gran reservación, no sólo indígena, sino de los pobres del resto del país, y va a haber una pugna por tratar de cruzar a donde haya empleo y mejores condiciones de vida, pero en lugar de que la bronca sea en el cruce fronterizo del río Bravo va a ser en la ciudad de México, en el estado de México, en Puebla, en todo ese espacio, parte de Veracruz, va a ser perfectamente para este lado. Pero van a perder." Seríamos reconocidos por la onu, el fmi, el bm...

Marcos reivindica la acción de resistencia del sur de país. "El sur ya está reaccionando, está haciendo su marcha para decir: nosotros queremos ser parte de este país. Es decir, ellos estarían dispuestos a darnos la autonomía que no estamos pidiendo, de veras, si nosotros pidiéramos el estado maya, la nación maya, inmediatamente recibiríamos reconocimiento de la ONU, del FMI y del Banco Mundial, ¡doble contra sencillo! Sí, nos dirían, órale, te reconocemos, te financiamos, te damos armas, y guerrilla y lo que quieras te lo vamos a entregar porque es lo que nos conviene".

Insiste: "Sí, eso es lo que está ocurriendo. Va a fracasar precisamente porque lo que ellos esperan que hagan los heridos, los globalifóbicos, cómo les digan, es que asuman esos reductos. Pero este país tiene una historia, lo que pasa es que se le olvida, pero en el momento en que la recuerde, esto va a agarrar otro rumbo; la esperanza sobre todo es que el espacio está abierto, créeme, está en disputa, esa gente que está ahí, está todavía dispuesta a escuchar otro proyecto de nación. Si no hay otro proyecto de nación entonces sí no vamos a poder echarle la culpa a la gente, por qué, si no le ofrecimos otra cosa, por qué sólo el proyecto neoliberal, ¿acaso le ofrecimos otra cosa?, nomás le dijimos que no servía. Ésa es una responsabilidad de la izquierda.

­Marcos, yo pregunto ­interroga este enviado­, has descrito las líneas generales del plan Puebla Panamá; luego está una política económica probablemente más impopular y encarnizada que las anteriores. Pero tú planteas que la paz está más cerca que nunca, que quizá este mismo año se consiga, pero, en estas condiciones ¿no es una incongruencia?

­No. Se está dando este proceso de globalización y este proyecto económico, pero también se está dando este despertar de la gente. Nosotros decimos: podemos ofrecer una mejor resistencia, más organizada, y además, contribuir en la construcción de una alternativa. Por eso no nos quieren dejar salir, no es que tengan celos de los índices de popularidad, es que vamos a poder hacer política y nosotros lo sabemos, por eso queremos salir, vamos a poder hacer política de muchas formas, que ahorita no podemos hacerla porque estamos en pasamontañas y armados y acá y todo eso; es decir, sí tienen miedo a que la gente se organice y rompa con ese proyecto. Pero ese proyecto no ha traído más que desgracias en otras partes del mundo. Ni el mundo es una aldea global, ni el TLC es apertura de fronteras, como no sea para el dinero. Ni siquiera para las mercancías, pregúntale a los camioneros del norte cuántas veces pueden pasar para allá, o pregúntale a los migrantes muertos y a los que intentan o aún logran pasar por de la frontera; pregúntale a los migrantes de Africa y Asia en Europa lo que les pasa en la Comunidad Europea.

Y sigue: "El mundo se está cerrando cada vez más, y cada vez se está haciendo más intolerante y está haciendo que proliferen fundamentalismos absurdos; son absurdos, no es de otra forma. Y fíjate: el que los está promoviendo no es un musulmán, un indígena, un judío, un israelita o lo que tú quieras, sino los está proponiendo el señor del dinero, que está en una gran oficina diciendo: eso es lo que me conviene, porque esa fragmentación es la que me va. Nosotros decimos: lo que está operando aquí es una guerra mundial. Están destruyendo territorios como nunca antes, riquezas como nunca antes, están eliminando población como nunca antes. Lo que pasa es que si la ganan, olvídate, no va a haber modo."

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