La primera quincena de Ricardo Lagos.

 

Federico García Morales

 

No llegaba todavía Lagos a  posesionarse de la presidencia de la República de Chile, cuando tocó suelo,¡y de pie!, quien al parecer es Comandante en Jefe Vitalicio y Senador Benemérito. En una situación que mostró bien a las claras la existencia potente de poderes fácticos. Fuerzas armadas con mandos inamovibles, una derecha que empieza a estrenar astucias antes desconocidas, con una sólida vinculación con el establecimiento económico, también en marcha como factotum del destino del país. Todos, con una deuda y casi como progenie del general tan bienvenido, todos marcharon a los sones de Meine Erika.

 

Desde luego, Lagos al menos formalmente, viene a asumir funciones definidas en la Constitución establecida mañosamente por la dictadura  militar y sus asesores, y por los acuerdos que llevaron a dos gobiernos de la Concertación a ser la representación de la inmovilidad absoluta.

 

El entorno político de esta entronización lo proporcionan, en el seno de la Concertación, una Democracia Cristiana que puja por sobrevivir, ya muy lejos de su tiempo ( ya  son cosa del pasado otros ensayos democristianos, como en Alemania e Italia,  y su propia funcionalidad como detente del socialismo en Chile, también fue sobrepasada por el activismo imperialista y militar), y un socialismo completamente desarraigado, convertido al credo neoliberal, sólo ansioso por contender en busca de prebendas. Queda para Lagos la deuda implícita, sin embargo, con vastos sectores populares y de la izquierda “extraparlamentaria”, principalmente los comunistas, que votaron por él para exorcizar un triunfo de la derecha extrema. Esta izquierda, que algunos menosprecian, tiene sin embargo la singular capacidad de otorgar triunfos y asegurar cierta gobernabilidad en un escabroso camino en donde queda clavada la apuesta de terminar de alguna manera con la interminable “transición”.

 

Al diseño del entorno en estos días, se viene a sumar también el hecho de las urnas, en donde al candidato de la Concertación no le fue fácil acceder a la mayoría simple, y debe entonces contar con una derecha que ha ido construyendo su propia versión de la experiencia de Aznar, volcándose a la captura de los centros del espectro, y librándose a una demagogia desatada. Esta derecha tiene en sus manos prácticamente a la mitad del electorado. Y  en algunas regiones, como en el Sur del país viene a ser una mayoría que hasta se da el lujo de amparar posturas aún más extremistas, (militaristas y fascistas). Hasta ahora la civilidad de la derecha (UDI y RN) responde a la confianza que tienen en que el país seguirá dominado por los mismos grupos económicos.  El problema es que hay sectores en la Concertación, que aprecian sobre todo la construcción de acuerdos con esta derecha, que no pueden ser obviamente realizados sino sobre los planteamientos de esta Derecha.  Y asi, para estos, sobre todo atrincherados en el sector económico del Gabinete, nada puede resultar mejor para este propósito que asegurar la continuidad del modelo corporativo. Tanto el Ministro Eyzaguirre como el Ministro De Gregorio, en Hacienda y Economía, se disputan en estos días la palma en la ortodoxia neoliberal. “El neoliberalismo—ha declarado Nicolás Eyzaguirre (un ex comunista transformado en funcionario del FMI) – es patrimonio de la humanidad”...  Una sandez que entusiasma a los empresarios dueños de todo, y eriza los pelos del pueblo de izquierda.

 

En este contexto se mueve también el conjunto de la oficialidad de las Fuerzas Armadas, que no escatima momentos para aparecer como la garantía de la Constitución tal cual (inmodificable) y del modelo económico reciamente establecido.  Es bien claro que este candado no saltará sin amplias movidas (quizás no movilizaciones)  orientadas a  una reforma Constitucional y de las leyes constitucionales que le cuelgan, una situación que hasta el momento hasta la Derecha podría aceptar ...si es que a cambio se crean las suficientes garantías para que todo siga igual.

A este respecto hay disyuntivas, una es ésa, la de los acuerdos con la derecha ,veladora  sobre todo de los actuales estatutos y privilegios de la propiedad privada, acuerdo que podría canalizarse hacia la obtención de mayorías levanta- mano  en el Congreso, u otro camino, el de la convocatoria a una Asamblea Constituyente, camino que podría  ser factible a condición  de una  profunda movilización y agitación tras motivos realmente sentidos por el pueblo, entre los cuales, el final de los designados y vitalicios, serían sólo pelos del rabo.

 

Estamos también en un período en donde se hace valer una cierta mundialización de experiencias en el desarrollo de los modelos del sistema. Experiencias que son valoradas por los noveles gobernantes: alli está la “cohabitación” francesa, que ajustó tan bien las privatizaciones y las limitaciones para el movimiento obrero; alli está también la más cercana experiencia de Cardoso, en Brasil, que muestra hasta donde puede llegar un ex izquierdista en el manejo de una economía en el nuevo orden, sobre todo en la exhuberancia de sus negocios privatizadores. Está también “la tercera vía” , que aunque débilmente formulada, permite mantener a los ex socialistas al nivel del silabario, pero entendiendo ya con claridad que aquí la cabeza es la del gobierno de los EEUU. En el terreno de las experiencias internacionales a mano, también está ese atolondrado ejemplo de De la Rúa, en “la otra banda”, que se inició proponiendo leyes laborales directamente elaboradas por el FMI.

 

En este contexto, quizás también subsista como elemento importante, la propia idea que Lagos tenga de su papel histórico, en donde pudiera ser genuino su interés en lograr alguna apertura democrática y la promoción de cuestiones sociales retrasadas en la agenda de la Concertación. Cuestiones sobre las cuales pareciera tratar de formularse alguna metodología, para no hablar en los términos agresivos de “tácticas”. En los quince días, ha habido sobradas muestras de esto. De todos modos, tras lo que parecen sólo primeros flinteos, y después de lo que fue una campaña presidencial abundante en discursos y temas orientados a ganar o retener sectores del electorado, viene a darse un momento declarativo de cierta importancia –si es que ha de dársele importancia a las palabras—para el Discurso ante el Congreso el día 21 de mayo, en donde de alguna manera se podrá –hasta donde la razón política, el inconsciente y la sinceridad se permitan un lugar en estos sistemas- percibir cuáles son los lineamientos de este nuevo gobierno.

 

Junto a todos estos espectros, se inauguró con diferentes auspicios, el tercer gobierno de la Concertación. La celebración tomó rumbos sencillos, hasta populares, y para subrayar el evento, el  palacio de La Moneda recibió una mano de pintura blanca en una de sus fachadas: de atrás todo siguió siendo gris. Pero al menos se abrieron las puertas, y la gente pudo de nuevo, como en el pasado, recorrer sus jardines.

 

 

El primer signo sobre las intenciones del presidente Lagos, lo ofreció la conformación de su gabinete y las características de sus intendentes y gobernadores. Todo el paquete,  provoca una interpretación de continuidad en el marco en que se han llevado hasta ahora las cosas por los dos gobiernos anteriores de la Concertación, como una administración al servicio de las grandes corporaciones económicas. No es tampoco éste un Gabinete enteramente homogéneo: de hecho están fuerzas de lejos envueltas en la tradición de la Concertación, y otros nuevos. Algunos que llevan su propio juego político, tras apuestas sucesorias, y otros que se vinculan estrechamente a la voluntad del Presidente.  Por otro lado, hay nombramientos—como el de Inzulza,-- que dan a pensar un largo período de negociaciones con las fuerzas de la derecha y con “los poderes fácticos”.  Fue interesante que quedara fuera Pérez Yoma –antiguo adlater de las Fuerzas Armadas.  El episodio de la construcción del Gabinete fue dominado, al interior de los partidos de la Concertación por fuertes luchas internas, dramatizadas por la teatral renuncia de Martínez a la presidencia de la DC, pero también por los “dolores” de diversos socialistas renovados al no ser considerados en la distribución de “pegas” (puestos, chambas,queques,huesos).

 

Luego se iniciaron las actividades de gobierno: una perezosa reunión que dilató un tanto, con los mandos militares, que mantuvieron su impenetrabilidad  de seño y de intenciones, pero que fuera de esas reuniones insistieron en seguir dando su respaldo a su Jefe vitalicio.

 

Enseguida también llegó el turno a los empresarios que no tuvieron motivos para insatisfacción luego de escuchar las charadas del Gabinete económico, completamente “en la linea”. Después se comenzó a organizar algo de la muestra en la nueva metodología, como fueron algunas mesas, sobre todo la mesa laboral, convocada para discutir entre empresarios y obreros un “seguro de cesantía”, sobre lo que no se llegó a acuerdos claros (los empresarios trataron de obtener ventajas en esto, poniéndolo como alternativa al desahucio en casos de despido). Al parecer esta mesa vino a revelar que lo que hace falta en Chile son dos cosas frente al problema laboral y el desempleo: una modificación global de las leyes del trabajo, y el establecimiento de una política económica del todo diferente a la actual, en donde se enfatice el pleno empleo.

 

Otra mesa que venía de ser instalada desde el gobierno anterior, la  que tenía que ver con los detenidos desaparecidos, entre personeros de derechos humanos y militares, se encaminó hacia el fracaso, sobre todo ante la “nueva actitud” de los militares tras el regreso de su Jefe.

 

Mientras, la Derecha, reteniendo a duras penas las expresiones de su regocijo ante el regreso andante y caminante de su héroe máximo, ha entrado a trabajar en el esquema que la lleve a vender exitosamente fórmulas de cohabitación al nuevo gobierno y hacer girar entonces toda la política en torno al encuentro de éste con ella , deflactando de paso la capacidad de convocatoria popular de los partidos de Gobierno frente a las próximas elecciones de este año. Es decir, incapacitándolo para llegar a promover reformas sustanciales (sean estas de orden económico general, constitucional, laboral, ecológico,etc.).

 

 Por su parte, en la izquierda se ha ido saliendo del sopor de las últimas actitudes durante la campaña. Y se ha intentado promover algunos encuentros y diálogos, con miras sobre todo a fortalecer políticas de “ruptura de candados”, y el desarrollo de espacios que superen esa situación electoral  binominal. Obviamente en estos encuentros se aborda también el tema que sigue siendo estratégico del juzgamiento del general Pinochet y el inevitable problema de una reforma constitucional.

 

Pero este cambio de gobierno, se da también con la herencia del gobierno de Frei, que dejó una crisis y problemas financieros, la continuación de políticas de salarios exiguos y jornadas de extenuación, limitadas por explosiones de lanzamientos y desempleos. Y frente a todo eso, el pueblo ha comenzado a manifestarse: en las minas y en los puertos. Un caso patético para un gobierno, con las aureolas sociales del de Lagos, es que un grupo de mineros se hayan auto-sepultado, en un acto heroico de protesta ante la negativa a negociar de una empresa en cuyo directorio se encontraba el propio Ministro de Economía y Energía.

 

En estos días este país y su flamante gobierno gozan de un privilegio que los lleva a todos  a experimentar con la máquina del tiempo, o a releer la maravillosa novela de Alberto Blest Gana: Durante la Reconquista. Los capitales españoles siguen avanzando hacia el interior del Reino de Chile. Un día es la empresa de Internet, (vinculada a la Telefónica hispánica) Terra, en otro es Endesa España que se compra Chilectra. También se vino a saber que como este país está tan boyante y sigue constituyéndose porfiadamente en un milagro, por lo menos para los grades “holdings”, el empresario Luksic ha decidido  invertir en algunos aeropuertos en Croacia.  Estos últimos puntos no dejan de tener interés: ¿El gobierno del presidente Lagos estará llamado a proseguir en el camino privatizador, estará destinado, como los gobiernos anteriores de la Concertación, como el de Fujimori, el de Menem, el de Cardoso, el de Zedillo, y tantos otros monigotes  cuyos nombres se llevará el viento,  a hacer más leves las regulaciones, a hacer de su pais un “estado más competitivo”, esto es más entregado al capital transnacional ?... ¿o se detendrá en este camino y valorará la importancia de establecer algunas reglas, algún límite, e incluso de desprivatizar algunos sectores que interesen al desarrollo del país ??

 

Más información:

El Mercurio

http://www.elmercurio.cl/

La Tercera

http://www.latercera.cl/

El Siglo

http://www.elsiglo.cl/

 

 

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