REINGENIERIA POLITICA DEL TIEMPO, REFORMA DE LA MEMORIA

Jorge Michell

I

"Oublié! Mot terrible. Qu’une áme ait péri dans les ámes".

Michelet

Según una cierta mirada que podríamos llamar clásica, los acontecimientos sobrevienen en el tiempo de una determinada manera y se ligan unos con otros de acuerdo a una causalidad necesaria, comprobada y verificable. Verificable, es decir suceptible de ser sometida a la prueba de la verdad. Esa mirada no es posible si no va acompañada de una teleología, es decir de una finalidad respecto de la cual la sucesión de los acontecimientos se ordenan y encuentran una lógica. Sólo la confianza en la existencia de ese medio permite sostener con certeza ideas tales como progreso, sentido, perfeccionamiento, consecuencia, e incluso justicia.

Pero, problematizada la verdad y toda ontología desacreditada, tal confianza no cesa de debilitarse. Las cosas parecen aparecer de una cierta manera, pero siempre es posible que pudieren ser de una manera distinta, otra; o simplemente no ser. La deconstrucción heideggeriano-derridiana de la filosofía y la cultura se esfuerza por evitar ser tomada por destrucción, sin embargo no resiste exitosamente el despliegue del aluvión nihilista ya avizorado por Nietszche. El vacío que éste deja a su paso favorece la propagación de una metafísica de lo efímero, lo ambiguo, lo insostenible y lo incierto, sobre la cual encuentra apoyo la rázón cínica.

En complemento, la tecno-ciencia en su desarrollo aporta instrumentos cada vez más eficaces en la labor de creación de un sobre-realidad (realidad virtual) alternativa a la realidad-real. Los medios de comunicación de masas (M.C.M.) concurren con su poder creciente a las instancias en las que es posible decidir si se aporta más consistencia a un hecho extraído de la realidad real, o a uno proveniente de la realidad virtual.

(El argumento que se obstina en afirmar que el espectador o el ciudadano, posee facultades suficientes para distinguir entre lo verdadero y lo falso, así como entre lo bueno y lo malo, debe ser en justicia acogido, sin embargo también debe enfrentar estos reparos: 1) los fundamentos mismos de la lógica que tradicionalmente permitera evidenciar lo que es verdadero y lo que es falso; lo que es bueno y lo que es malo, esos fundamentos se encuentran -legitimamente, por lo demás- problematizados. 2) El poder de convicción de los medios ("lavado de cerebro") acorta la distancia entre las alternativas. 3) Las personas, amparadas por ejemplo en el principio del placer, podrán preferir atenerse a los "hechos" forjados por la realidad virtual en detrimento de aquellos provenientes de la realidad-real; cada cual tiene el derecho de vivir en la ilusión. Si el mundo "real", el mundo por entero administrado, se vuelve cada vez más intolerable, serán también cada vez más los que preferiran asilarse, temporal o defintivamente, en alguna realidad virtual, así como cada vez son más los que se refugian hoy en el "paraíso artificial" de la droga).

Sin cesar crecen los recursos de los que el poder dispone para a voluntad producir los hechos, así como crecen también los recursos de los que el poder dispone para imponer una versión determinada de los hechos, del mismo modo como crecen igualmente los recursos de los que el poder dispone para inyectar en el medio de los hechos de la realidad-real "hechos" de la realidad virtual, opacando así la visión sobre lo que realmente "pasa". Si lo-que-pasa es indiscernible, confuso o incoherente, la sucesión lógica de los acontecimientos - el tiempo- se desconfigura, se desfigura y termina por ser abolido. Solo hay tiempo allí donde lo-que-pasa sigue a lo-que-ya-pasó y anuncia lo-que-pasará, es decir, allí donde los hechos se ligan unos con otros de acuerdo a relaciones de asociación o causalidad minimamente operantes.

Nada puede impedir que, en un escenario en que naturaleza, vida y espíritu son por todos los medios (particularmente aquellos aportados por la tecnociencia y los MCM) progresivamente sometidos a manipulación consciente en vista de fines político-económicos determinados, se declare también la voluntad de intervenir el tiempo (es decir la sucesión articulada de los hechos y sus manifestaciones sensibles o inteligibles) con el propósito de re-configurarlo según un diseño acorde a las necesidades internas propias a dichos fines. La apariencia de una temporalidad así intervenida se asemejaría mucho a aquella del reino del espíritu absoluto imaginado por Hegel como fin de la historia. Allí todas las contradicciones han sido superadas y las contingencias han dejado de amenazar el orden de la cité. Como ocurre a menudo, lo ambicionado que no llega a ser efectivamente alcanzado, podrá al menos ser remplazado por algún simulacro. En el simulacro al que nos referimos las contradicciones no son superadas sino desnaturalizadas y desplazadas.

Una reingeniería del tiempo se orientará primero a establecer que lo que pasa es lo mejor -o lo único- que puede pasar; segundo a afirmar que el presente -lo que pasa- solo puede ser evaluado por su apertura hacia el porvenir -lo que va a pasar-, que no puede sino ser la continuidad, el perfeccionamiento de los que hoy pasa. De lo que pasó -la memoria- sólo puede ser rescatable lo allí pudo producirse que favoreciera que lo que hoy pasa se impusiese. Lo que fue necesario doblegar para conseguir la imposición de un determinado presente más vale echarlo al olvido.Echar al olvido no es lo mismo que simplemente olvidar, del mismo modo que hacer memoria no es lo mismo que simplemente recordar. Echar algo o alguien al olvido es, ex profeso, sacarlo fuera, eliminarlo de la memoria, censurarlo, expulsarlo. En el medio hoy privilegiado de la empresa, la expresión reingeniería alude a una intervención radical cuyo fin es mejorar la productividad de esa empresa transformando las formas de organización y relación entre los trabajadores, las técnicas productivas y las políticas de posicionamiento de los productos en el mercado. Lo primero que se hace en reingeniería es olvidar lo que se venía haciendo y eliminar buena parte del personal que lo hacía para poder así empezar de nuevo.

(A titulo de ejemplos, podemos incluir entre las acciones recientes más significativas de reingeniería en distintas areas "micros" o "macros": los grandes genocidios y desplazamientos de población llevados a cabo por Stalin en la URSS con fines ideológico-sociales; la aventura hitleriana en Europa de remodelación del espacio político-territorial del continente y la acción de limpieza étnica para la eliminación de los judíos; el vaciamiento de las ciudades desatado por Pol-Pot en Cambodia y los genocidios asociados; la llamada pax americana y la escalada de guerras locales que la caracterizan; las tentativas por unificar las culturas y los sistemas simbólicos a escala mundial a través de la tecnología, los MCM y la publicidad, en torno a un imaginario fundado en la producción, intercambio y consumo de mercancías; la reconfiguración del espacio global en función de los intereses económicos de los grande consorcios transnacionales; la bioingeniería y la manipulación genética con fines mercantiles; el rediseño de los sistemas de poder a través de la fusión creciente entre poder político y poder económico y el rol preeminente de este último, así como la transformación de las modalidades de gestación de los grupos de poder, cada vez más alejadas de lo que se pudiese llamar una democracia directa o popular.

Estas y otras formas de intervención estratégica culminan en la tentativa por posibilitar una reingeniería del espacio y del tiempo en la perspectiva de una administración total y sin alternativa del devenir humano).

La memoria es la posibilidad de la diferencia y de las diferencias. ¿Hay una chance para la diferencia en un mundo crecientemente dominado por el "pensamiento único"? La posibilidad de un replanteo y un reposicionamiento ante el tiempo tiene una vertiente distinta y contraria a aquella que hemos reseñado. El trabajo de la memoria encierra la posibilidad de recuperar otras perspectivas para el hombre y la sociedad. No hay un vacío juego de palabras cuando se afirma que el porvenir está en el pasado. Las búsquedas del hombre -"pasión inutil", como dijera Sartre- conducen una y otra vez al misterio del hombre, a sus poderes y sus limites, a sus riquezas y sus miserias. Sin embargo, el hombre se enfrenta a su temporalidad no como recepción de lo aparentemente simpre nuevo y desconocido , sino al eterno retorno de lo mismo (Nietszche), que se nos ofrece repetidamente a fin de otorgarnos la posibilidad de responder a su presencia buscando apoyo justamente en la recurrencia, en el redescubrimiento y en la redención. Así, el pasado está accesible a nuestra memoria en su totalidad y en todas sus manifestaciones, las que solo esperan se re-memoradas. Pensamos antes que nada en esas almas perdidas, en esos nobles espectros que porfiadamente retornan abriéndose paso entre las prótesis y artificios que nos rodean, llamando nuestra atención sobre todo aquello que nunca ha sido resuelto ni debidamente ajust(ici)ado.

La Historia continúa, los nuevos combates del hombre se dan ahora en torno a la defensa de las particularidades, de las diferencias, de lo otro opuesto a los nuevos y aplastantes totalitarismos del sistema dominante. La fuerza necesaria para esta lucha reside en gran parte en la capacidad de memoria y retención de lo que vale la pena incesantemente defender y re-poner.

 

Noviembre 1999.

(Se entregará próximamente el desarrollo del punto II)

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