Globalización: Revista Mensual de Economía, Sociedad y Cultura


Julio de 2023

El poder blando de China da forma a una Pax Sinica en Medio Oriente
LA. EL NUEVO SISTEMA MUNDO


Wang Yi, el principal diplomático de China, centro, en Beijing el 10 de marzo de 2023, con sus homólogos Musaad bin Mohammed Al Aiban de Arabia Saudita y Ali Shamkhani de Irán, en una imagen proporcionada por China Daily.



Hace 5 años cuando —bajo el pseudónimo de Alexandr Mondragón— escribimos “La Guerra en la Muralla Invisible, en la transición hacia un Nuevo Sistema Mundo Capitalista Euroasiático”, previmos lo que hoy ya es vox populi entre los Amos del Universo, los líderes mundiales —vasallos de los Amos— y los analistas y estrategas geopolíticos y geoeconómicos del mundo: la inevitable llegada de un Nuevo Sistema Mundo Euroasiático (NSME), donde el eje del Sistema-Mundo ya está desplazándose desde Occidente —o mejor dicho del Imperio del Mal, como lo describe Pepe Escobar— hacia la Gran Eurasia. Y como escribimos en aquel entonces, eso no sería tarea de un nuevo Imperio, sino simplemente del renacimiento y la unión de las antiguas civilizaciones milenarias, al preverlo con una alegoría al inicio de aquel ensayo que decía:

“Imaginen por un momento que ustedes están caminando sobre una vereda en vía recta y, a la distancia, observan a un tipo fortachón que está golpeando a un sujeto, al cual lo deja sangrando en el suelo. Entonces el fortachón continúa su camino en dirección hacia donde usted se encuentra caminando y extiende los brazos, abarcando toda la vereda, unos 3 metros antes de cruzarse en su camino. ¿Qué haría usted?”.

Y al final del extenso ensayo respondimos:

“Un guerrero sabio… eludiría al matón en el camino y acudiría en ayuda de la víctima que quedó sangrando —convirtiéndose en su amigo y aliado. Pero la historia no termina allí, ambos prosiguen en el camino y, a cada cierto tramo, encuentran a otras víctimas del matón, a quienes también ayudan y, en consecuencia, se convierten en amigos y aliados que continúan andando el sendero. Pero el camino, como el tiempo y el espacio, no es lineal. Como dice el maestro Ulema Rajani… debido a que el espacio se dobla a sí mismo, los eventos no tienen que ser cronológicos o secuenciales en tiempo.

“Y entonces los amigos y aliados se vuelven a cruzar con el matón en el camino de la historia que se dobla. ¿Qué sucederá entonces?”.

Y bien, eso es lo que ha estado sucediendo al menos desde hace dos décadas. Primero con la alianza fundamental, esencial y simbiótica entre China y Rusia desde principios del Siglo XXI, que fue confirmada con una virtual Declaración de la Independencia Euroasiática en febrero del 2022, y con las consecuentes alianzas geopolíticas y geoeconómicas desde la década pasada, al punto de conciliar incluso a enemigos que parecían irreconciliables, como el reciente y sorprendente acuerdo diplomático entre Arabia Saudita e Irán, respaldado nada más ni nada menos que por China, a través de su poder blando para dar forma a una Pax Sinica —reuniendo a todas las naciones del Medio Oriente que han sido atacadas con el garrote del matón occidental.

Una Pax Sinica, como un elemento esencial del NSME, que está siendo llevada a cabo a través de una estrategia de distracción magistral, porque mientras Rusia tiene al Imperio atascado en una guerra en Ucrania, China despliega sus otros ejércitos —no militares, sino más bien industriales, tecnológicos y científicas— para consolidar la unión de la Gran Eurasia, no basado en promesas vacías de una “democracia” —del Garrote y la Zanahoria del Imperio del Mal— sino de un desarrollo real basado en industrias e infraestructuras y, por sobre todo, del implementación de la IV Revolución Industrial para el desarrollo humano, al mando de la civilización-estado que ya puede ser considerada como la primera superpotencia del mundo en el Siglo XXI: China. Este es el subtexto que se debe comprender, tras leer el siguiente artículo de David Goldman, bajo su seudónimo de Spengler, sobre el avance de la Pax Sinica en Medio Oriente, en el camino a construir y consolidar el NSME.

Por Spengler

El anuncio del 10 de marzo de que Arabia Saudita e Irán restablecerán las relaciones diplomáticas bajo la mediación de China, provocó el asombro de los comentaristas occidentales.
Según los estándares estadounidenses, la presencia de China en Oriente Medio es mínima. Pero la huella de China en el comercio y especialmente en la tecnología, ha crecido enormemente en Asia occidental, lo que le permitió a Beijing convertir su acumulación gradual de poder blando en un golpe diplomático sin precedentes.

Arabia Saudí es el evidente ganador del acuerdo (Nota del Editor: Más allá de que, recientemente, comenzó a escribir la partida de defunción del petrodólar con su nueva alianza con China). Después de décadas de una guerra de poder entre el Irán chiita y el reino sunita, el cese de las hostilidades implica que Irán y sus representantes se retirarán. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU., John Kirby, dijo el 10 de marzo que “cualquier esfuerzo por reducir las tensiones en la región… es de nuestro interés”, y agregó que EE.UU. da la bienvenida al acuerdo.

Pero el éxito de China en el Golfo Pérsico apunta a una ruptura de los intentos estadounidenses de contener el liderazgo mundial de China en tecnología de telecomunicaciones e inteligencia artificial (IA). La capacidad de China para transformar tecnológicamente las economías regionales es un factor clave en sus esfuerzos diplomáticos.

La creciente influencia de China

El interés inmediato de China en la estabilidad regional se deriva de su dependencia del petróleo de Medio Oriente. Lo último que quiere Beijing es un conflicto regional que podría interrumpir el suministro de energía. Pero los planes de China para la región incluyen su potencial industrial, en una expansión liderada por China de la infraestructura euroasiática.

Aunque los analistas occidentales fueron tomados por sorpresa, la diplomacia china preparó la declaración conjunta de Arabia Saudita e Irán, que elogió “la noble iniciativa de Su Excelencia el presidente Xi Jinping”, durante los últimos meses y a plena luz del día. Turquía, que ha mejorado las relaciones tanto con los Estados del Golfo como con Israel durante el año pasado, ocupa un lugar central en el plan de China.

La creciente influencia de China es evidente a partir de los datos comerciales, que muestran que sus exportaciones a países clave de la región prácticamente se duplicaron en los últimos tres años.

Algunos observadores israelíes expresaron un cauto optimismo sobre el acuerdo entre Irán y Arabia Saudita. Seth Frantzman escribió el 11 de marzo en el Jerusalem Post: “Turquía está haciendo lo mismo [que Arabia Saudita]. Ankara se ha estado reconciliando con países a los que fue hostil en el pasado, como Israel y el Golfo. Esto significa que, en general, Oriente Medio es ahora un escenario de diplomacia y no de conflicto. Los Acuerdos de Abraham, el Foro de Negev, I2U2 (India, Israel, Emiratos Árabes Unidos, EE. UU.) y otras agrupaciones lo han dejado claro”.




China le jala las orejas a Irán

En diciembre pasado, China emitió una declaración conjunta con Arabia Saudita y otros miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) calificando a Irán como partidario de las organizaciones terroristas regionales (“Pax Sinica of sorts Taking Shape in Middle East”, Asia Times, 15 de diciembre de 2022), y advirtió sobre las ambiciones nucleares de Irán.

La declaración enfatizó la necesidad de “abordar el archivo nuclear iraní y las actividades regionales desestabilizadoras, abordar el apoyo a grupos terroristas y sectarios y organizaciones armadas ilegales, prevenir la proliferación de misiles balísticos y drones, garantizar la seguridad de la navegación internacional y las instalaciones petroleras, y adherirse a las resoluciones de la ONU y la legitimidad internacional”, según un resumen publicado por MEMRI.
Esa fue la primera vez que Beijing tomó partido en el conflicto de un cuarto de siglo entre Arabia Saudita e Irán, que respaldó a los rebeldes hutíes contra un régimen apoyado por Arabia Saudita. Agentes iraníes lanzaron con éxito un ataque con drones contra instalaciones petroleras saudíes en septiembre de 2019 y contra una refinería de Aramco en Riad en marzo de 2022.

Oferta imposible de rechazar

No está claro qué incentivos le dio China a Irán para firmar el acuerdo con los saudíes, pero parece que le hizo a Irán una oferta que no pudo rechazar. Irán depende abrumadoramente de China para los productos manufacturados, incluidas las armas y especialmente la tecnología de misiles. La influencia de Beijing sobre Teherán es, por lo tanto, enorme. Aunque China se opone formalmente a las sanciones occidentales contra Irán, el régimen de sanciones otorga a China casi el monopolio de las importaciones iraníes clave.

El cambio reciente de Turquía de hombre enfermo de la economía regional a actor estrella también se tuvo en cuenta en los cálculos del régimen iraní. Las exportaciones chinas a Turquía se han triplicado desde el 2019, y el financiamiento comercial chino ayudó al gobierno de Recap Tayyip Erdogan a superar una crisis monetaria que dejó al país al borde de la hiperinflación hace apenas un año.

Con el ejército más grande de la región, Turquía presenta un contrapeso a las ambiciones regionales de Irán, y sus relaciones recientemente restauradas con Israel y los Estados del Golfo indican que puede convertirse en una fuerza estabilizadora (“How Erdogan Got Back in the Money“, Asia Times , 20 de febrero de 2023).

Lo que China tiene y EE.UU. no

China tiene solo una base militar en el Medio Oriente, de hecho, solo una en el mundo, con menos de 2,000 efectivos y solo 200 tropas de combate en Djibouti.
Estados Unidos, por el contrario, tiene 7,000 efectivos en el cuartel general de la Quinta Flota de Bahréin, 10,000 en la base aérea de Al Udeid en Qatar, 3,800 en la base aérea de Al Dhafra en los Emiratos Árabes Unidos, 2,500 en la base aérea de Incirlik en Turquía así como otros 4,000 efectivos en Yibuti, entre otras instalaciones.

Lo que China tiene, y Estados Unidos no, es un plan para transformar las economías de la región con infraestructura digital, puertos, ferrocarriles, energía solar guiada por IA, así como los medios para rescatar economías en crisis.

Cuando Xi Jinping visitó Arabia Saudita en diciembre de 2022, Reuters informó: “Se acordó un memorando con Huawei Technologies de China, sobre computación en la nube y construcción de complejos de alta tecnología en ciudades saudíes, a pesar de la inquietud de Estados Unidos con los aliados del Golfo por un posible riesgo de seguridad en el uso de la tecnología de la empresa china. Huawei ha participado en la construcción de redes 5G en la mayoría de los estados del Golfo a pesar de las preocupaciones de Estados Unidos”.

A principios del 2022, los Emiratos Árabes Unidos interrumpieron las negociaciones para comprar el caza furtivo F-35 de Estados Unidos, después de que Washington exigiera que los Emiratos Árabes Unidos excluyeran los sistemas de banda ancha móvil 5G que planea comprar a Huawei. Los analistas estadounidenses afirmaron que la red civil 5G de Huawei podría recopilar inteligencia en aviones estadounidenses. Los EAU mantuvieron su trato con Huawei y en su lugar compraron 80 cazas franceses Rafale.

El Proyecto del Mar Rojo de Huawei, firmado en 2019, está construyendo una red de energía solar habilitada para IA que proporcionará energía a una ciudad de un millón de personas.

El “mete miedo” del Imperio

Huawei dominó el World Mobile Congress de Barcelona la semana pasada. Altos funcionarios estadounidenses se desplegaron en la conferencia para advertir que Huawei podría ayudar a los espías chinos a recopilar información a través de sus redes 5G.

En una conferencia de prensa el 1 de marzo, el jefe cibernético del Departamento de Estado, Robert Strayer, dijo: “Estados Unidos está pidiendo a otros gobiernos y al sector privado que consideren la amenaza que representan Huawei y otras compañías chinas de tecnología de la información”, alegando que la compañía era “traicionera y engañosa”.

Mientras tanto, en la Sala de Exposiciones Uno, los representantes del mayor proveedor de telefonía móvil de Turquía, Turkcell, ocuparon un puesto dentro del extenso pabellón de Huawei para anunciar su colaboración con la empresa china, que proporciona la mayor parte de la infraestructura de banda ancha de Turquía.
Los funcionarios de Huawei dijeron que las restricciones estadounidenses sobre los chips de computadora más avanzados con transistores de 7 nanómetros o menos no afectarían su negocio de infraestructura global, que se ejecuta en tecnologías maduras que China puede fabricar en casa.
¿Quién puede competir con China?

Fuente: https://asiatimes.com/2023/03/chinas-soft-power-forging-peace-in-middle-east/

https://elnuevosistemamundo.org/el-poder-blando-de-china-da-forma-a-una-pax-sinica-en-medio-oriente/

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