Globalización: Revista Mensual de Economía, Sociedad y Cultura


Octubre de 2022

LOS MINEROS MEXICANOS
Ramón Centeno U.


Servicio Geológico Mexicano (SGM). Panorama minero, organizado por estados. 25 octubre 2022 https://www.gob.mx/sgm/articulos/consulta-los-panoramas-mineros-estatales?idiom=es



Visité una mina en El Oro, Estado de México, me platicó el guía turístico, que esa mina inició su explotación recién llegaron los españoles a México en el período de la Colonia, decía que ellos trabajaban las minas sin tecnología, solo iban cavando largos túneles bajo tierra de varios metros, a veces decenas o cientos, que se extendían de forma longitudinal, vertical, inclinada y de trayectorias muy caprichosas, a estos túneles les llamaban “socavones”, contrataban a indígenas traídos de varios estados de la república mexicana e incluso esclavos negros traídos de África. La jornada la pagaban a dos centavos mexicanos o una cosa así, lo que les permitía sobrevivir después de las salvajes e inhumanas jornadas de trabajo que eran de 8, 18 y hasta 24 horas continuas o más, si las cosas se complicaban.

El dinero que ganaban se lo gastaban en las cantinas de ahí y una pequeña parte era para mantener a su familia esposa y varios hijos, pero como no les alcanzaba, los tenderos les prestaban dinero a su cargo en la “Tienda de Raya”, propiedad del patrón español. Como el tiempo de vida de los mineros era de cuando mucho 30 años y a veces un poco más, a su muerte, como “debían mucho dinero a la tienda de raya, la deuda no terminaba, se pasaba a los hijos quienes entraban a trabajar desde los 10 años e incluso desde los 6 ó 7 años.

A la entrada de la jornada laboral en la mina, les quitaban toda su ropa o cuando mucho los dejaban trabajar con taparrabos que les servían de muy poco, porque se mojaban todo el día con el agua que hay en las minas, no comían en la jornada laboral, estaban permanentemente mojados, con frío y hacían sus necesidades ahí mismo donde trabajaban, revolviéndose sus excrementos con el agua y el lodo que se formaba bajo sus pies.

El espacio para trabajar era poco menos de un metro de altura, los espacios se prolongaban en túneles como gusanos dentro de la tierra. Había unos respiraderos, una especie de alcantarilla que conectaba el interior con el exterior de menos de un metro de diámetro y una altura de 20, 30 ó hasta 100 metros o más de altura, según la profundidad en la que se encontraran trabajando, eso servía para que pudieran respirar los mineros y para que pudieran prender un rato sus lámparas a base de brea, aceite u otros materiales, aunque la mayor parte trabajaban en la oscuridad total, aún no se inventaba la electricidad y las lámparas que improvisaban, no duraba mucho su combustible, esto provocaba que a diario hubiera muchos accidentes de todo tipo y magnitud, ocurriendo cuando menos un muerto cada día.

Los obreros no tenían vida familiar, los días de descanso que eran los domingos, se gastaban casi todo o casi todo lo que ganaban en la cantina del pueblo, por supuesto propiedad de los españoles, quienes les apuntaban su consumo y casi siempre quedaban a deber.

A la salida de la jornada de trabajo, les revisaban, los oídos, nariz, garganta, boca, axilas, dedos, e incluso el ano. Les provocaban vómito diariamente para que expulsaran todo lo que traían en el estómago, eso hacía que los mineros siempre estuvieran muy mal del estómago y para sobrellevar su vida, los mineros o su familia, inventaron una bebida que le llamaban “Chiva”, que hasta el día de hoy se vende en ese pueblo. Esa bebida está compuesta de casi 40 yerbas del lugar y los mineros se curaban, entonces se cree hasta la fecha, que es un excelente digestivo, -yo traje una botella para comprobarlo, por lo pronto está muy rico y tomado en cantidades pequeñas no embriaga-.

El metal lo sacaban los mineros cargando en sus en sus espaldas, en bolsas o cestos especiales cargando 100 kilos o más, había unos carritos con capacidad de hasta una tonelada, que se desplazaba sobre unos pequeños rieles, que eran empujados y jalados por los mineros, no podían meter animales ni había electricidad. Se comenta que por cada tonelada de mineral sacado, solo obtenían dos o tres gramos de oro, lo demás eran otros metales, no tan valiosos como el oro.
Casi a finales del siglo XIX, llegaron los ingleses y franceses con tecnología ya con el empleo de la electricidad, proporcionaban energía a las lámparas alimentadas y al malacate, que entraba y salía por los “tiros” que consistía en una especie de pozos profundos de unos 10 o 20 metros de diámetro y una profundidad de hasta 500 metros o más, por ahí metían y sacaban a los mineros y al mineral.

En su “esplendor” para los extranjeros por supuesto, llegaron, ingleses y franceses, norteamericanos y canadienses, para explotar las minas y libaneses, chinos, y otros que llenaron de negocios ese lugar donde los mineros se gastaban el dinero producto de su salvaje trabajo. La era de esplendor fue claro, en el régimen de Porfirio Díaz.

El oro obtenido, se iba a las metrópolis europeas, el país no se quedaba con nada, solo con sus mineros enfermos y muertos y con cientos de cerros perforados por todas partes y una contaminación de ríos y lechos de las lagunas cercanas, el país no recibía nada a cambio, aunque seguramente el presidente mexicano en turno recibía algunas dádivas para tenerlo de su parte. Los capataces por supuesto eran los empleados de esos empresarios que tenían las minas en concesión.
No había ninguna supervisión ni control del estado, por el contrario tenían fuerzas militares que apoyaban a las propias guardias de los dueños de las minas, por si alguien quería hacer valer sus derechos no digamos laborales, sino solo la supervivencia humana de ellos, esto implica que no había un mínimo de servicios médicos ni siquiera de urgencia, si se lesionaban los obreros, ellos corrían con las curaciones y los días que faltaban por su accidente o enfermedad, se sumaba a las deudas en la lista de raya.

Hoy en el siglo XXI, me pregunto, han cambiado dramáticamente las condiciones de los mineros? supongo que no mucho, porque si hubieran mejorado, no se explicarían las constantes huelgas y conflictos laborales, así como los constantes derrumbes donde quedan atrapados decenas de mineros, conocemos de varios casos así, pero supongo que ha habido cientos que no conocemos.

A los empresarios mineros no les importa la vida de sus trabajadores, solo les importa la ganancia, eso es lo que los mueve, porqué los canadienses no explotan las minas en su enorme pais?, acaso allá no hay oro o plata? creo si y mucho, sólo que allá tienen que respetar sus leyes y la mano de obra no es tan barata como aquí.

Hoy en día aparte de las malas condiciones de trabajo de los mineros mexicanos que incluyen las inhumanas jornadas, también tienen que soportar el despotismo de los capataces que obedecen a los intereses de los dueños y muchas veces son sus propios compañeros de trabajo o vecinos quienes se prestan a ese trabajo humillante y cuando se organizan para defender sus derechos, entonces los patrones se vuelven como los patrones del siglo XIX, salvajes e inhumanos y su sindicato, cuando no es encabezado por Napoleón Gómez Urrutia, se alía a los patrones para sobreexplotar y humillar a los mineros.

Esto es algo muy extraño porque su papá Napoleón Gómez Sada, era un charro como cualquiera, sin embargo Gómez Urrutia, es un líder que protege a sus representados, de forma bastante decente, es un líder fuera de lo “normal”, porque él ni siquiera ha trabajado como asalariado, en cambio su padre sí trabajó aunque poco tiempo como minero, sin embargo los empresarios no lo quieren por la defensa de sus representados y siempre lo atacan de muchas maneras, sobre todo desconociéndolo como representante legal de sus afiliados que lo han electo democráticamente, es un caso raro.

La huelga de los mineros de Cananea tienen años y no se resuelve su conflicto a pesar de que los tribunales dictan a su favor, los mineros de Pasta de Conchos, tienen años enterrados y el dueño del Minera México, no ha movido un dedo para intentar siquiera sacarlos, sin importarle su vida, ni la de sus familiares, sin embargo son intocables por el gobierno, porque si son denunciados por algún gobernante honesto, ahí están los ministros de todos los niveles para desechar las acusaciones contra ellos y dejarlos en libertad descaradamente, violando las propias leyes que ellos se comprometen a respetar.

Esos señoritos vestidos de ropa fina, pelo envaselinado, relojes y carros de millones de pesos, zapatos bien lustrados, que ganan unos sueldos millonarios con decenas de prestaciones, igual que el presidente del INE, están al servicio de esos empresarios y por si fuera poco, la Secretaría del Trabajo, no envía personal que supervise las minas, solo se aparecen después de algún conflicto grande para hacer que trabajan. La secretaria actual María Luisa Alcalde, es una especie de dama de compañía de los empresarios, en lugar de prevenir conflictos, se la pasa justificando su ineptitud y aún tiene la arrogancia de ser grosera cuando alguien osa cuestionarla, como una vez que lo hizo el presidente AMLO, en una mañanera, yo ya la hubiera destituido hace años.

Todo esto no sería posible si se cumplieran las leyes, los empresarios extranjeros vienen aquí a hacer lo que no pueden hacer en sus países, pero no tiene la culpa ellos, sino los gobernantes y las estructuras de poder que los protegen.

Eso sucede porque el capitalismo, vive con la lógica de la mayor ganancia, eso es lo que importa, los obreros, la población donde están las minas o sus negocios, sólo sirven para que ellos acrecienten sus ganancias, la tierra, el aire, el agua, las montañas, el medio ambiente no les importa; primero porque eso no les produce ganancia, segundo porque no es su país y tercero porque eso no es de su interés.

Por eso es muy importante que ya termine de una vez por todas el capitalismo, los partidos políticos, las organizaciones obreras, sociales, profesionales, las ONGs, las religiones, las universidades, deben ya pensar en terminar para siempre ese sistema salvaje e iniciar el socialismo, un sistema que pone en primer lugar el bienestar de la población, el medio ambiente, que puede hacer que la población mundial ponga en el centro de la actividad humana, la producción sustentable de los alimentos provenientes de la tierra, el mar y el aire.

Un sistema que pone por delante el bienestar de los humanos con un pleno desarrollo, económico, científico y cultural, que ayude a que la vida en la tierra sea perdurable y acabe con las guerras atizadas siempre por el negocio de la venta de armas, sin importarle la vida de millones de personas que mueren en esas guerras o en las hambrunas y pandemias inducidas o no y que usan la tecnología para exterminar al enemigo, como si los humanos no dependiéramos unos de otros.
Si se desata la guerra nuclear no sobrevivirán las potencias que atizan esas guerras en todo el mundo, ni siquiera el dueño de esos complejos casi todos ubicados en Estados Unidos y sus socios menores como Inglaterra, Israel -esa nación asesina inventada por las potencias mundiales- y sus socios y súbditos, como la Unión Europea.

Proletarios de todos los países uníos
Fraternalmente RCU

Álvaro Obregón Ciudad de México a 22 de septiembre de 2022



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