Globalización: Revista Mensual de Economía, Sociedad y Cultura


Septiembre de 2022

PREGUNTAS IMPROPIAS DE LA CIENCIA
Walter Ritter Ortíz


Sección de Bioclimatología, Centro de Ciencias de la Atmósfera, UNAM. Circuito Exterior s/n, Ciudad Universitaria, Deleg. Coyoacan, México, D. F. email: walter_ritter@hotmail.com

ANTECEDENTES

No hay nada dentro de la civilización humana que no comience en el reino de la conciencia, la que siempre precede a toda expresión física y, donde todo, desde el arte y la literatura, hasta la ciencia y la tecnología o cualquier manifestación que emerge de los campos de la actividad humana, comienza siendo una idea. Y como se sabe, las ideas o pensamientos se definen como parte del reino de la conciencia. Y para Rav Berg, este mismo principio, es válido para los átomos, electrones y protones, que no son otra cosa que manifestaciones de la conciencia. Y así, la conciencia es el hilo que enlaza toda la creación.

Así también, los conceptos necesarios para comprender el mundo natural, están directamente relacionados con la naturaleza de la conciencia y que según Rav Berg, en el momento en que alcancemos a entender cabalmente esta ley y esta fuerza, todas las paradojas de la física se resolverán y, todos los conflictos desaparecerán. Sin embargo, lo que puede parecer un argumento racional desde un punto de vista, a menudo parece irracional desde el otro punto de vista. Por lo tanto, el apelar a la lógica, frecuentemente falla, cuando ninguna de las partes puede ponerse de acuerdo: primero en los conceptos básicos, tales como la naturaleza de la realidad. Esto no es cierto sólo en un tema, sino en toda la gama del conocimiento humano.

Pero para alcanzar la verdad, se requiere que por una vez en la vida, debamos deshacernos de todas las opiniones que se hayan recibido y, construir uno nuevo. Y así, desde los cimientos, construir todo el sistema de conocimiento, como nos dice René Descartes. Es muy difícil entender porqué la naturaleza ha hecho la jugada que ha hecho, ya que realmente, aparte de no conocer todas las reglas, lo que realmente podemos explicar en términos de dichas reglas, es muy limitado, porque casi todas las situaciones son tan enormemente complejas que no podemos seguirlas utilizando. Y mucho menos, poder decir qué va a suceder a continuación; pero si conocemos las reglas, consideramos que entendemos el mundo.

Desde el siglo XVIII hasta nuestros días, el juego del razonamiento ha seguido evolucionando y, sería aventurado afirmar que en la actualidad dicha evolución ha terminado. Y es tarea de la filosofía y no de la ciencia, ya que el hombre de ciencia no está calificado para tratar, ya que los métodos de la ciencia nada tienen que ver con las demás verdades humanas, que siguen otros caminos y, nada resulta más incongruente que discutir de la existencia de Dios a partir de investigaciones biológicas. Y el anhelo de razonar bien, de hacerlo con exactitud, de protegerse de las debilidades de nuestro cerebro, no está sólo reservado al hombre de ciencia.

El intelecto, nos dice Bergson en su lenta marcha, se pierde en un proceso infinito, sin conseguir nunca agotar toda la realidad. La intuición en cambio, nos da súbitamente el ser y luego, sólo falta construir el sistema, siguiendo de arriba hacia abajo, el camino de la ciencia, ya que de abajo hacia arriba, necesitaría una eternidad para recorrerla. Las ciencias positivas, fueron progresando de modo asombroso, precisamente por la seguridad y la objetividad de sus métodos.

La razón, nos dice Bergson, es el razonamiento, ante el cual nada se detiene y, que en su paso majestuoso, aspira a alcanzar el saber absoluto. La ciencia en cambio, es una razón disminuida, humillada, curada de su tradicional orgullo, sumisa a la observación y al experimento, recluida en los límites de la relación y del fenómeno. Y entre el intelectualismo racionalista y el intelectualismo cientificista, hay una diferencia esencial, ya que la racionalista, cree aspirar con la razón a conocerlo todo en su eterna esencia, mientras que cientificista, sabiendo de la imposibilidad de tal empresa, renuncia a esos sueños y se recluye en el laboratorio. Y como los métodos que emplea son fructíferos, cuando se aplican a los objetos convenientes, ha ido formándose la creencia de que son aplicables a todos los objetos y, más generalmente, de que son los únicos posibles de aplicar, por lo que el intelecto no sólo se ha recluido en el laboratorio, sino que ha pretendido recluir en él también, todo el espíritu humano. No se trata de negar ni entorpecer la labor científica, se trata más bien de acabar con el dogmatismo.

Sostiene el positivismo, que la filosofía carece de derecho a la existencia, ya que no posee ni un objeto real propio que conocer, ni un método seguro y fructífero que aplicar. Y los problemas que ha venido estudiando son, o problemas ficticios o problemas insolubles y, en ningún caso vale la pena ocuparse de ellos. Y como consecuencia, los métodos empleados para resolverlos, han de ser forzosamente ineficaces. La inteligencia, nos dice el positivismo, no conoce más que relaciones y, es por lo tanto incapaz de aprehender lo absoluto. Y, los problemas de la Metafísica, se refieren al fin último y a la causa primera, a la esencia de las cosas, es decir, a lo absoluto. Pero luego, son inabordables para la inteligencia; en cambio el razonamiento, no deja nada que desear.

El descubrimiento, es a menudo la negación del pasado o más exactamente, el resultado de una mirada diferente sobre los mismos objetos. Así se creía que los materiales y fuerzas que animan a un ser viviente, no podían ser idénticos a los de objetos inanimados; sin embargo, hubo que rendirse a la evidencia de que los mismos elementos y las mismas fuerzas, forman y rigen a la piedra inerte y a la materia del que está hecho el hombre. Y quedó admitido de forma definitiva, que el nitrógeno, el carbono, el hidrógeno y el oxígeno, forman el 99%, de la materia viviente. Y de que no hay originalidad en nuestros tejidos más complejos, que aquéllos que existen en los cuerpos inertes. Siendo, en los últimos años, nuestras ideas acerca de las cosas que han aparecido verdaderas fallas en nuestros hábitos de razonamiento. Así, el estudio del mundo que nos rodea, suponía que se mirara al objeto, como independiente del observador, por lo que todos los métodos de estudio, debían de converger hacia una descripción única y homogénea de dicho objeto.

La Fenomenología de Husserl, afirmaba la invariancia del objeto, admitiendo que podemos percibirlo de diferente manera, según nuestro ángulo de visión; pero planteaba que el objeto mismo no variaba, cualquiera que fuera nuestro modo de acercamiento. Sin embargo, esto es lo que se pone en duda en la actualidad, ya que es posible que nuestra observación cambie al objeto. Con el progreso de la investigación, se esclarece que acercándonos al objeto mediante métodos y a escalas múltiples, nuestra mente puede adquirir reflejos distintos. Y las reglas del juego del objeto, ya no son iguales en las diversas escalas de observación.

Puede haber situaciones donde la naturaleza se las ha arreglado para ser simple y, tener tan pocas partes que podamos predecir exactamente lo que va a suceder. Y en consecuencia, podamos comprobar cómo trabajan nuestras reglas y, desde el punto de vista de la física básica, los fenómenos más interesantes están en donde las reglas no funcionan y no en los lugares donde sí funcionan y, es así como llegamos a descubrir las nuevas reglas. La manera de decir, si nuestras ideas son correctas, es “por aproximación”, considerada la más poderosa de todas ellas; aunque quizá no seamos capaces de decir el porqué.

Los fenómenos de la naturaleza se han dividido de forma muy general, por sus propiedades; sin embargo, el objetivo es ver toda la naturaleza, como aspectos diferentes de un conjunto de fenómenos y, encontrar las leyes que hay tras del experimento y amalgamar las diferentes categorías. La cuestión es de si hay o no, un número finito de piezas o incluso, de si hay un límite y, hasta qué punto se ha llegado en este proceso de unificación.

La unidad que se supone reina entre las diversas disciplinas de la ciencia, no está probada por las llamadas comprobaciones objetivas; y la única unidad de la que podemos estar seguros, es la del cerebro, actor de todas esas disciplinas. Y así, borrar de nuestra lógica, la idea de que la realidad puede ser definida por nosotros, independientemente de nuestros métodos de observación y, abandonar así también la idea de que el conocimiento de los elementos constituyentes del objeto, basta para explicar el conjunto que constituye su unión.

Los teóricos del “sentido común”, los conocidos como realistas, que insisten sobre la realidad de un mundo independiente de nosotros y, los “empiristas” que sólo tienen por autentico el conocimiento probado por nuestros sentidos o, el de los “idealistas” que llegan a dudar de la existencia de un mundo externo independiente de la idea que nos hacemos de él, ninguno supone que pueda haber diferentes modos de conocimiento científico sobre un mismo objeto. Y ninguno parece sospechar que el acto de conocimiento, pueda juzgarse simultáneamente, sobre varios escenarios.

Ya es bastante asombroso que el mundo sea inteligible y, es mucho pedir que lo sea totalmente, como nos dice Hamburger: es decir, que podamos dominar los secretos en una sola mirada, ya que trabajamos sobre los reflejos que tenemos del objeto y no, sobre el objeto mismo. Por lo que el hombre sabe ahora, que es vana la esperanza de que algún día conozca la esencia del mundo en que vive; y por mucho, sólo tendrá una traducción severamente limitada. Y en el curso de la búsqueda, se dará cuenta de que comprender es un concepto de su propio cerebro y, que no se encuentra ninguna prueba de que ese concepto pueda aplicarse al mundo externo a nosotros. Y al no ser una disposición de la naturaleza, se puede tener tan solo una ilusión.

El sentido de la vida, es el de que el saber científico es incapaz de abordarlo y explicarlo o aún, puede hacer recobrar el vigor en otros impulsos creadores que nacen de otras capacidades o puede asimismo ofrecer una compensación a nuestros frustrantes límites de nuestro saber.

El racionalismo, entendido en el sentido más amplio, consiste en buscar los elementos de certeza de los fenómenos y no necesariamente dentro de nuestro ser. Sócrates, racionalizó el intelecto al insistir en la dialéctica y por lo tanto en la lógica, pero también intelectualizó la razón, como un procedimiento inevitable y completamente espontáneo, así como que la sola razón no puede ser capaz de alcanzar.

Y por mucho que los exploradores de la substancia, la energía, lo indefinidamente pequeño y lo indefinidamente grande, se sumerjan de descubrimiento en descubrimiento y de hipótesis en hipótesis, en el mecanismo de nuestro mundo. Y aunque encuentren sin duda toda clase de nociones instructivas acerca de la estructura de las categorías físicas, nunca se llegará al final de su trayectoria, ya que los fundamentos de la existencia tienen algo indefinido y no se revelarán fácilmente, como nos dice y piensa Frithjof Schuon.

Las cosas que nos interesan en ciencia, aparecen en múltiples formas y con muchos atributos. La curiosidad exige que planteemos preguntas y que tratemos de unir las cosas y de comprender esta multitud de aspectos, resultantes tal vez de la acción de un número pequeño de factores y fuerzas elementales, que actúan de una infinita variedad de combinaciones. Y, tratamos de unir cosas con el propósito de reducir el número de elementos diferentes y comprenderlas mejor.

La ciencia no es una investigación del “Porqué”, sino del “Cómo”. El porqué de cualquier cosa o su razón de ser, no es algo que se intente resolver a través de la ciencia. Y si las preguntas acerca de porqué esos principios existen, entonces la ciencia se convierte en filosofía. El idealista y el materialista, creen que el universo es un producto de una inteligencia superior; pero mientras el materialista no acepta que la inteligencia que opera a través de las leyes de la naturaleza está respaldada por alguna forma de conciencia, un conglomerado de leyes inmutables de causa y efecto, sin elementos de conciencia, sentimientos o sensaciones, por lo que ven sólo una fuerza ciega pero organizada de manera inteligente. El idealista en cambio, siente que respaldando y operando dentro y a través de las leyes de la naturaleza, existe la voluntad y la conciencia y, sostienen que la manifestación de la vida sucede de acuerdo con una inteligencia organizada.

Observación, razonamiento y experimento, constituyen el “Método Científico” y, las reglas del juego son lo que llamamos física fundamental. Pero, ¿Qué entendemos por Comprender? Ya que quizá ni siquiera conociendo todas las reglas, seríamos capaces de entender porqué se ha dado un fenómeno en particular. Y, al hecho de que sea demasiado complicado y de que posiblemente nuestra mente esté limitada para poder entenderlo.

Toda nuestra existencia y todo lo que hacemos, pensamos y sentimos, tiene lugar en algún lugar del espacio, durante algún intervalo de tiempo. Espacio y tiempo,, constituyen la realidad y el propio tejido del universo. Y la ciencia, sigue tratando de entender qué son realmente el espacio y el tiempo. ¿Sí son reales o son simplemente ideas útiles? ¿Son fundamentales o emergen de constituyentes más básicos? ¿Tiene el tiempo un comienzo y qué significa que un espacio esté vacío y, será posible manipularlo? ¿Qué es la realidad y cómo podemos estar seguros de que verdaderamente nuestras percepciones, verdaderamente reflejan un mundo externo?

Donde los físicos, son conscientes de que la realidad que observamos puede tener poco que ver con la realidad que hay fuera y sin embargo, si es que las hay, las observaciones son todo lo que tenemos, por lo que las tomamos en serio y buscamos las teorías más simples pero más amplias, capaces de explicar y predecir el resultado de los experimentos actuales y futuros. Y una posible valoración informada de la vida, requeriría necesariamente una completa comprensión del escenario de la vida y del universo en que vivimos.

Somos conscientes de las grandes pinceladas que adornan el lienzo de la Naturaleza y por supuesto, de que la realidad es lo que pensamos que es y, que se nos revela por nuestras experiencias. Sin embargo, la ciencia nos cuenta una historia muy diferente y es que la experiencia humana es a menudo una guía equivocada a la verdadera naturaleza de la realidad. Y, ha revelado un universo que es a un tiempo sorprendente, poco familiar, excitante, elegante y completamente diferente de lo que cualquiera esperaría. Por lo que la historia del espacio y del tiempo, está aún por escribirse completamente. Y al profundizar en nuestra comprensión de la verdadera naturaleza de la realidad física, reconfiguramos profundamente nuestro sentido de nosotros mismos y nuestra experiencia del mundo.

Podemos designar, bajo el nombre de preguntas impropias, aquéllas como: “¿Qué hay detrás de los límites del universo?” Porque no significan nada, aunque fácilmente llegan a nuestra mente. Pero no se trata de preguntas sin respuesta, sino preguntas para las cuales, toda respuesta sería inoportuna, puesto que hay falsedad y uso de falsedad en la pregunta misma. Y de esta pregunta dudosa sobre el infinito espacial, podemos, claro está, acercar aquéllas que igualmente estamos tentados a plantear. ¿Tiene el mundo un comienzo? Y si es así, ¿Qué había antes? Aquí también, la pregunta se funda sobre la existencia a nuestra escala de un antes y un después; ya que no hay momento que no esté precedido de otro y seguido de un tercero. Pero apoyarse sobre esta comprobación, para aplicarla al infinito, es el ejemplo del pecado mismo de extrapolación, como nos dice Jean Hamburger.

Según Hamburger, los investigadores extrapolan, cuando partiendo de un número de verificaciones, jamás ilimitado, deducen una ley general. No pueden abandonar semejantes generalizaciones o, una operación de “Inducción”, cuya operación ha sido desechada por algunos, desde el antiguo análisis de David Hume, quien afirma que no tenemos derecho de inferir una ley general a partir de una serie de observaciones, aún y cuando éstas se repitan, ya que es ilegitimo afirmar con certeza, semejante inducción, ya que tendría, todos los caracteres de una gestión irracional. Aún si se llega a emitir bajo la forma de una probabilidad, Hume la considera inadmisible.

Sin embargo, privar al investigador del razonamiento inductivo, es privarlo de su herramienta principal. Karl Popper, también consideró incorrecta a la inducción en la construcción de leyes científicas, por lo que reclama que no se debe hablar de leyes, sino sólo de hipótesis.

En realidad, las leyes de la inteligencia y también de la razón, reflejan las leyes del intelecto divino de la naturaleza y, no pueden oponérseles, ya que si la función de la inteligencia se opusiera a la naturaleza, no habría razones para hablar de inteligencia, ya que por definición, debe estar dispuesta en orden a lo cognoscible; lo que significa al mismo tiempo que debe reflejar una inteligencia única y por eso, se dice que estamos hechos a imagen de Dios. Y si no hubiese esta complejidad, el mundo simplemente no sería lo que es, por lo que negarla equivaldría a sostener que el Absoluto está privado de la dimensión de infinitud; y si no fuese esencialmente simple, la Realidad no sería una; habría varias Existencias produciendo las cosas existentes, lo que es contradictorio y absurdo, pues la Existencia es única por definición.

Creer que la naturaleza, haya podido darnos una inteligencia contraria a los contenidos más elevados de ella, es creer que nos ha dado una inteligencia inoperante con respecto a las verdades que le conciernen, contraria a los contenidos más elevados que ella es capaz de hacer y para lo que está hecha.

¿Cómo explicar que la naturaleza dotara al hombre de un instrumento de percepción a lo contrario de la realidad? Pero en la medida que la naturaleza se hace objeto de nuestra inteligencia, es ella misma quién se conoce en nosotros. Y la facultad racional, si no es capaz por sí sola de todas las dimensiones de este conocimiento, sí es al menos conforme a ella, por su estructura y sus funciones. Desde luego, la razón no puede dar cuenta de lo Inexplicable, pero inversamente, nada de lo que es expresable, puede ser, por sí mismo, contrario a la razón.

Aristóteles, trataba ya de escribir una especie de fisiología del razonamiento humano, en obras bajo el nombre de Órganon, instrumento del pensamiento Lógico. Sus escritos sobre la naturaleza, el alcance y las propiedades del Ser, recibieron el nombre de Metafísica. Hizo hincapié en la biología y una de sus aportaciones, fue la noción de Causalidad. Insistiendo en que algo puede entenderse mejor cuando se expresan sus causas en términos específicos y no en términos generales, considerando que su noción de las causas, era la clave ideal para organizar el conocimiento. Y ya que en toda actividad humana se requiere un buen método de razonamiento; ninguna es tan apremiante como la actividad científica.

A medida que se ensancha el campo de la ciencia, una reflexión paralela se esfuerza por perfeccionar las reglas del razonamiento, que trata de establecer la Teoría del Conocimiento Científico, una nueva disciplina nacida de dicha unión y, que es conocida como Epistemología. Descubriéndose las trampas en que los predecesores habían caído, por no descifrar los métodos lógicos, adecuados.

La física, es la más fundamental y general de las ciencias y, ha tenido un efecto profundo sobre todo el desarrollo científico. Y quiénes estudian muchos otros campos. tienen que estudiar también física, debido al papel básico que ésta desempeña en todos los fenómenos. Pero si se dice que algo no es una ciencia, no quiere decir que haya algo erróneo en ello, quiere decir simplemente que no es una ciencia y de que su validez, no está en el experimento.

También se creyó que las sustancias que están asociadas con los seres vivos, eran tan maravillosas que no podían fabricarse a partir de materiales inorgánicos. Esto no es cierto en lo absoluto, nos dice Feyman. Mucha química-física y mucha mecánica cuántica, pueden aplicarse a los compuestos orgánicos, tanto como los inorgánicos. Sin embargo, los principales problemas de la química orgánica, no radican en estos aspectos sino más bien en el análisis y la síntesis de las sustancias que se forman en los sistemas vivos, lo que conduce hacia la bioquímica y la biología molecular.

Existe la falsa creencia, según la cual la ciencia es una empresa “Impersonal”, desapasionada y completamente “objetiva”, donde lo que cuenta son los resultados, y no las personas que las producen. Esto es por supuesto, de lo más absurdo, según considera Richard P. Feynman. Sabemos que la física, se relaciona continuamente con otras ciencias, por lo que es considerada la “Ciencia Fundamental”, que está enraizada en la noción de Ley y, en la existencia de un universo ordenado, que puede ser entendido mediante el “Pensamiento Racional y la Teorización Matemática”.

Se dice que como Feynman, que no era desdeñoso de los problemas filosóficos, fue por lo que imprimió, su modo personal de pensar en la ciencia y, lo que entendía por “Sentido Común”. Y eran lo que a menudo los giros brillantes captaban perfectamente la esencia del estudio de un tema a analizar. Así para él, el problema de la educación, es una situación en la que el estudiante discute las ideas, piensa sobre las cosas y habla sobre las cosas. Pero resulta sorprendente el hecho de que a pesar de la tremenda cantidad de trabajo realizado durante muchos años, es posible condensar en gran medida, su enorme cantidad de resultados obtenidos para encontrar las leyes que resumen todo nuestro conocimiento. Y que esbozarán la relación de la física con el resto de las ciencias y entre sí, lo que nos servirá para hacernos una idea más amplia del tema. Pero no conocemos aún todas las ideas básicas y, lo que es la frontera entre el conocimiento y la ignorancia, que es una frontera que se encuentra en continua expansión.

Ser y Consciencia, son las dos raíces de nuestra realidad, nos dice Frithjof Schuon. Conocer, querer, amar; ésta es toda la naturaleza del hombre y por consiguiente, toda su vocación y todo su deber. Conocer el absoluto, querer lo que este conocimiento nos impone y amar la verdad y el bien y, que los manifiesta en este mundo donde el misterio del amor y del conocimiento coinciden.

La inteligencia es la percepción de una realidad. La percepción de lo Real en sí y el distinguir entre lo Real y lo Irreal, entre todas las creaturas terrenas, sólo el hombre posee la potencialidad de la razón y de ser del hombre, el conocer la diferencia entre el Análisis y la Síntesis y entre una inteligencia teórica y otra que es práctica, entre una inteligencia espontánea y otra que es reactiva o también entre una inteligencia que es constructiva y otra que es crítica, siendo evidente que el esfuerzo mental no conduce automáticamente a la percepción de lo real, ya que la inteligencia más hábil puede llegar a producir el error más burdo.

Un entendimiento que esté a la altura de la verdad razonada, no siempre es una garantía de la integridad de la inteligencia razonada y, no tienen nada de absoluto frente al intelecto y la verdad. Y donde la inteligencia metafísica sólo será completa y eficiente a condición de que la dimensión especulativa y la dimensión operativa estén en equilibrio y, la aceptación de que una verdad clave genera la capacidad de comprender otras verdades del mismo orden, más una multitud de aplicaciones, donde toda comprensión ilumina y toda incomprensión oscurece. Y no podemos evitar ser conscientes de algo que existe y que se nos hace perceptible gracias a nuestra inteligencia, ya que por algo, la Objetividad es un privilegio del hombre; pero también lo que nos hace conscientes de nuestras limitaciones, donde la función esencial es el conocimiento de sí mismo y de nuestra propia naturaleza.

Se considera a Aristóteles como el padre de la lógica y por lo mismo de la inteligencia, que al fin se ha vuelto madura y eficaz, pero ignora que esta eclosión de una disciplina de pensamiento, que aunque tenga sus méritos, es más o menos paralela de un debilitamiento e incluso una atrofia de la intuición intelectual, como nos dice Schuon. La de Conocer lo Real en sí y después conocer las cosas en función de este conocimiento y, así como también conocernos a nosotros mismos. Éstas son las dimensiones de la inteligencia intrínseca e integral. Y si la facultad cognitiva consiste en discernir entre lo esencial y lo secundario, e implica la capacidad de comprender situaciones y adaptarse a ellas, será concretamente inteligente el hombre que comprende el sentido de la vida y de la muerte, donde los valores eternos prevalecen sobre la de los valores temporales, ya que el propio fenómeno de la inteligencia sería inexplicable, porque carecería de razón suficiente sin sus contenidos más fundamentales.

El enunciado correcto de las leyes de la física, implica ideas no muy familiares y cuya descripción requiere matemáticas avanzadas y, sólo podemos hacerlo de forma fragmentada, como nos dice Feynman. Sin embargo, todo fragmento o parte de la totalidad de la naturaleza es una “mera aproximación” a la verdad completa y de hecho, todo lo que sabemos es tan sólo algún tipo de aproximación, ya que sabemos que todavía no conocemos todas las leyes. Y por lo tanto, las cosas deben ser aprendidas sólo para ser desaprendidas o ser corregidas. Donde el Experimento es el único Juez de la Verdad Científica.

Los matemáticos se limitaban a construir sobre lo ya obtenido por otros, pero nunca se planteaban si estas bases estaban bien asentadas y comprobadas. Y fue así que se retomaron las preguntas que se habían mantenido sin respuesta, haciéndose las siguientes preguntas: ¿Qué define y determina la ciencia matemática, Los Axiomas, la Lógica o los procesos de Demostración? ¿Podemos crear unas matemáticas tan rigurosas y aisladas de la ambigüedad del lenguaje, como para desarrollar razonamientos de forma automática, mecánica o algorítmica? Y ¿Cómo podemos enfrentarnos a la idea de infinito?

El prejuicio general entre los físicos, era que el tiempo debería ser infinito en ambas direcciones. Y la pregunta es, ¿Existen realmente dimensiones adicionales? Todo lo que podemos preguntar es si los modelos matemáticos con dimensiones adicionales proporcionan una buena descripción del universo, ya que lo que ha convencido a muchos, es de que deberíamos tomarnos en serio los modelos con dimensiones y en la existencia de una red de relaciones inesperadas llamadas “Dualidades”. Entre dichos modelos, lo que demuestran es que todos los modelos son esencialmente equivalentes; es decir, de que son tan sólo aspectos diferentes de una misma teoría subyacente que ha sido llamada “Teoría M”.

Un teorema una vez demostrado, es para siempre. Las matemáticas son un juego maravilloso de precisión abstracta. Una creatividad sujeta a las riendas de la lógica y un conjunto de axiomas, que dictan de qué manera se pueden manipular y combinar las ideas para revelar verdades inmutables. Donde podemos cambiar los supuestos y explorar espacios nuevos que violan las conclusiones y, donde para crear algo intemporal, basta con sentarse cómodamente y usar lápiz y papel y una mente aguda. Resolver problemas, aprender cómo está hecho el universo, disciplinas que se alzan sobre la naturaleza transitoria de lo cotidiano, un viaje hacia descubrimientos tan fundamentales que nunca pudieran cambiarse y, un intento por vislumbrar algo trascendente.

¿Pero de dónde proceden las leyes que van a ser puestas a prueba? Es, el experimento por sí mismo quien ayuda a producir dichas leyes y nos da sugerencias, pero también es necesario, de una gran imaginación para crear “Generalizaciones”, y conjeturar sobre las maravillosas estructuras que hay escondidas y, poner a prueba la conjetura propuesta. Así, en física están los físicos teóricos, quienes imaginan, deducen y conjeturan las nuevas leyes y, son los físicos experimentales, los que experimentan con lo que imaginan, deducen y conjeturan, los teóricos.

Cualquier teoría seria, debería estar basada en la forma más operativa de la filosofía de la ciencia, que es la propuesta de Karl Popper Y es, de que una teoría científica es un modelo matemático que describe y codifica las observaciones que realizamos. Así, una buena teoría describirá un amplio dominio de fenómenos a partir de unos pocos postulados sencillos y, efectuará predicciones definidas que podrán ser sometidas a prueba. Si las predicciones concuerdan con las observaciones, la teoría sobrevive a la prueba, aunque nunca se puede demostrar que sea correcta. En cambio, si las observaciones difieren de las predicciones, debemos descartar o modificar la teoría y, todo lo que podemos hacer es describir lo que hemos visto y lo que puede ir constituyendo un excelente modelo matemático comparativo y así, decir a qué predicciones puede llegar a conducir.

Al ser las leyes de la naturaleza aproximadas, encontraremos primero las “erróneas”, y luego las “correctas”. Y, sólo siendo imprecisos, los resultados de un experimento pueden ser erróneos. Pero incluso un efecto muy pequeño requiere a veces cambios profundos en nuestras ideas. Así que ¿Cuál es nuestra imagen global del mundo? La hipótesis clave, es la de que todo está hecho de átomos y, la hipótesis más importante de la biología, es de que todo lo que hacen los animales lo hacen los átomos y, de que no hay nada que hagan los seres vivos que no pueda ser comprendido desde el punto de vista de que están hechos de átomos. Y de que éstos actúan de acuerdo con las leyes de la física, pero que fue necesario alguna experimentación y teorización para sugerir esta hipótesis, pero que ya se acepta y, es la teoría más útil para producir nuevas ideas en el campo de la biología.

Y es inútil intentar negarlo, tanto más que en este orden de magnitudes, lo inútil coincide con lo pernicioso y partiendo del axioma de que todo conocimiento por definición implica un sujeto y un objeto, el sujeto del conocimiento de los fenómenos sensibles es evidentemente determinada facultad sensorial o, el conjunto de estas facultades; el sujeto del conocimiento de los principios físicos o de las categorías cósmicas, es la facultad racional. Por lo que podríamos decir que los grandes problemas filosóficos actuales de la ciencia, son la “Realidad Cuántica” y la dualidad “Mente-Cuerpo”.

Para el ateo, la respuesta es simple: somos poco más que un gran accidente cósmico y que en consecuencia, nuestras ideas y vidas no tienen ningún propósito final. Esta premisa nos deja contemplar una existencia sin significado y un universo que a pesar de toda su belleza y esplendor, no tiene más permanencia que la de una flor que florece brevemente en la primavera, sólo para marchitarse y morir después de unos pocos días de vida.

Sin embargo, instintivamente entendemos que somos algo más que la suma de las partes; y es por esto que la mayoría de la gente cree que su personalidad sobrevivirá mucho después de que sus cuerpos se hayan convertido en polvo. Y si bien es cierto que la idea logra dotar a esta única vida de una suprema importancia, también obliga a uno preguntarse: ¿Por qué el mundo físico es necesario? Y, ¿Porqué todo el sufrimiento innecesario y las adversidades de una existencia física?

La filosofía, completa la ciencia por el lado que la ciencia no puede conocer y, mientras que la ciencia está enfocada sobre la materia y atenida a la inteligencia, tiene que limitarse a ir de un dato a otro ligándolas todas por medio de las leyes y de las relaciones, pero sacrificando la interioridad y la realidad plena de cada elemento del enlace. La filosofía en cambio, prescinde de los enlaces y va directa a la cosa misma, penetrando en ella por medio de la intuición. Hay pues, realidades cuyo conocimiento no puede ser científico sino exclusivamente filosófico.

LO QUE NOS HACE HUMANOS: GENES, ENTORNO Y COMPORTAMIENTO

El campo de la ciencia no lo constituyen tan sólo las observaciones y el método; también el arte de razonar integra una disciplina científica: la Epistemología. Pero si el conocimiento en sí es un objeto de la ciencia, es necesario estudiar cómo está delimitado, pues existen otras verdades, cuyo conocimiento se adquiere al transitar otros caminos, como dice Jean Hamburger. Y como bien existió el deseo ferviente de unicidad, la de no dejar fuera de la ciencia ninguna actividad del espíritu, por lo que ahora la maravilla y la riqueza es percibir la multiplicidad de los campos humanos unidos, como obra del pensamiento, pero en los cuales la ciencia como fuente de meditaciones, es un campo más en el cual el propio progreso científico que no reconoce verdades absolutas y eternas, señala los límites de sus alcances.

Si ser inteligente es ser realista y de un modo general, se trata de saber sobre la cuestión de si el género humano es efectivamente inteligente, se tiene el derecho de contestar negativamente y, en honor a la verdad, se considera que sólo son inteligentes los hombres sabios, mientras que se considera a los demás hombres simplemente como normales.

El hombre trata de conocer el universo y quiere descubrir los resortes recónditos que hacen moverse los objetos y, las leyes a que obedecen los organismos en su proceso de la vida. Y de estos conocimientos, va sacando medios para vivir mejor y para acomodar la materia a sus necesidades y a sus gustos. Estos actos, conviene que se adapten a normas generales y a tipos de perfección que imaginamos. Donde el tipo más perfecto de la obra del entendimiento ha sido siempre la matemática, ciencia que representa la esencia misma del intelecto, según argumentos propios de la misma filosofía.

El órgano del conocimiento de la ciencia es la inteligencia y sus métodos son la lógica, el análisis conceptual y la experiencia sensible. En cambio el órgano de la filosofía es la intuición y sus métodos semejantes a los del arte, serán todos aquellos recursos que puedan expresar y sugerir, con la menor pérdida posible, la visión intuitiva de lo real. La inteligencia no puede conocer más que el fenómeno, pero esto vale tanto como decir que la inteligencia no comprende más que el exterior de las cosas. Por eso, las matemáticas no son otra cosa que el desenvolvimiento de los conceptos aplicables a cualquier objeto real y por eso, son las ciencias más abstractas y al mismo tiempo, el ideal de un conocimiento científico. Por lo que la filosofía ha dirigido su atención preferente al problema del conocimiento matemático y a la pregunta de ¿Cómo es posible que la matemática muestra una coincidencia tan exacta con la realidad material?

El hombre está literalmente partido en dos; es consciente de su carácter único y esplendido que lo lleva a encumbrarse en la naturaleza con imponente majestad y, sin embargo, nos dice Brian Greene, retorna al seno de la tierra para de manera ciega y estúpida, pudrirse y desaparecer. Vivimos bajo una constante tensión existencial, ya que en la plenitud de los tiempos, todo lo que vive muere y, sólo los seres humanos reflexionamos y somos conscientes de la oscuridad que nos aguarda. Y se trata más bien de un presentimiento que vive silenciosamente con nosotros y, que aprendemos a acallar y a aceptar y así andamos por el mundo con preocupaciones más mundanas y terrenales, aceptando el inevitable final y, dirigimos nuestras energías a otras cosas. Sin embargo la conciencia de que nuestro final es ineludible, nos acompaña siempre y de un modo u otro participa en las decisiones que tomamos, en los retos que aceptamos y de los caminos que seguimos.

Nadie puede predecir cómo se desarrollará una vida, pero su destino último es una conclusión inevitable. La muerte ha proyectado siempre una persistente sombra sobre el florecer de la vida, pero empujados por una conciencia que puede elevarse a grandes alturas, pero anclados a la tierra por una forma física, que decaerá hasta reducirse a polvo. Y tal vez la propia eternidad quede siempre más allá de nuestras ecuaciones, que por nuestro análisis ya han revelado que el universo que conocemos es transitorio y nada perdura para siempre. Y la Tierra es un estallido evanescente en un cosmos exquisito que al final queda vacío y estéril.

Es necesaria una formación interdisciplinaria para ofrecer una definición de mente que esclarezca el cómo, el qué, el cuándo, el dónde e incluso el porqué de quienes somos, de lo que es la mente y, del potencial de nuestro Yo mental, revelando las propiedades de Autoorganización de la mente, que surgen del cuerpo y de las relaciones que mantenemos con los demás y con el mundo que nos rodea. Y que según Daniel J. Siegel, abordan una gran variedad de ciencias, de la neurobiología a la física cuántica, de la antropología a la psicología, para abordar nuestras preguntas personales y globales, sobre la identidad, la conexión y el bienestar.

Todos sabemos que existen dos tipos de realidades, en torno a las cuales gira nuestra vida: una externa, mezcla de estímulos externos y construcción cerebral, y otra interna, a la que no tenemos acceso conscientemente, pero no por ello deja de influir sobre nosotros. Las personas que han accedido a esta realidad, nos dice Francisco J. Rubia, opinan que es mucho más autentica que la cotidiana del mundo exterior; ¿Es posible activar, si es que existen, esas estructuras de forma natural y no mediante drogas?
Cuando hablamos de la consciencia, solemos hacer referencia a un Yo que es el sujeto de todo lo que experimentamos y, todo aquello que percibimos parece estarle ocurriendo a ese Yo o a su entorno. Esto se debe en gran parte a los procesos de integración de la información, que crean la ilusión de que los acontecimientos físicos están perfectamente sincronizados con nuestra experiencia consciente de los mismos, en el momento presente. La integración contribuye a que determinados preceptos se cristalicen en el tiempo y espacio y así, el cerebro puede ir procesando por separado diferentes informaciones, para luego reunir toda la información antes de que pase como un todo a nuestra consciencia.

Para Annaka Harris, sin los procesos de integración, puede ser posible que dejaras de reconocer tu propio Yo. El Yo que parecemos habitar, es una ilusión, que puede eludirse, sin que por ello nuestra experiencia del mundo se vea alterada. Bajo el efecto de ciertas sustancias, se descubren sensaciones de paz interior y, que el tiempo distorsiona o que su identidad se desintegra. Michel Pollan, explica que cuanto más pronunciada era la caída del flujo sanguíneo y el consumo de oxigeno en la red neuronal, más probable era que el voluntario informara de una pérdida de sentido del Yo. Lo que sugiere que la consciencia sobrevive a la desaparición del Yo, que no es tan indispensable como creemos. Esto también contribuye a la supresión de la sensación de existir como un ser independiente y separado del mundo. La consciencia puede seguir presente sin la experiencia de sentirse uno mismo e incluso, en ausencia de todo pensamiento, nos dice Annaka Harris.

¿Qué es la mente? Y ¿De qué está hecha realmente la experiencia del Yo? ¿En que difieren mente y cerebro? Los contenidos de la mente, emociones, pensamientos y recuerdos, se describen con frecuencia, pero rara vez se define su esencia y, nadie sabe cómo surge de las neuronas cerebrales la sensación subjetiva de pensar. Procesos tan básicos siguen siendo sin poder entenderse con claridad, según como nos dice Daniel Siegel.

La mente parece tener mucha curiosidad por ella misma, por lo que somos, lo que sabemos y sabemos lo que sabemos; y ni siquiera las diversas disciplinas interesadas en la naturaleza de la mente, han establecido una definición común de lo que es la mente. Tenemos descripciones de actividades, como la emoción, la memoria o la percepción, pero no hay definiciones. ¿Por qué se usa la palabra “Mente”, si no está definida?

La palabra “Mente” es algo desconocido que carece de definición, algo que puede estar más allá de las palabras y más allá de una definición. ¿Por qué limitar nuestra comprensión mediante palabras? pregunta Siegel. Actuales estudios revelan que la mente puede modificar el cerebro en un sentido positivo, en consecuencia, puede influir en nuestra fisiología básica y en nuestra ecología más extensa. Y definirla, puede facultarnos para que nuestra vida individual y colectiva sea más sana y contribuir al bienestar del mundo.

¿Qué es la mente? Un punto de vista de una gran variedad de disciplinas, cómo la biología, la psicología o la medicina, es que la mente sólo es el resultado de la actividad de las neuronas del cerebro, por lo que la mente es actividad cerebral. Sin embargo, no hay nadie que sepa cómo pasamos de una actividad neuronal a la experiencia subjetiva de conocer y, de cómo se convierte la materia en mente. Y que la experiencia misma de la conciencia,h es un subproducto del procesamiento neural, así como en la formación de la experiencia de los pensamientos, sentimientos y recuerdos, contenidos o actividades de la mente. Para William James, el cerebro es fundamental para entender la mente. Los estados mentales también ocasionan cambio en los vasos sanguíneos, alteraciones en los latidos del corazón, glándulas y vísceras. Y como ley general, de que nunca se produce una modificación mental que no esté acompañada de un cambio corporal o vaya seguida de un cambio.

Por lo que la mente es plenamente corpórea asociada a la mente o siguen a estados mentales. Y para Hipócrates, el cerebro es la causa de la mente, por lo que centrarse en el cerebro y en su impacto en la mente, ha sido un factor importante en el progreso de nuestro conocimiento y nuestras intervenciones. Pero desde un punto de vista lógico o científico, estos resultados no suponen que la mente sólo sea creada por el cerebro.

René Descartes, se pregunta si la vida no es más que una ilusión y duda incluso de sí mismo, al preguntarse: ¿Soy yo algo acaso? Sus meditaciones lo llevan por un camino que habría de sentar las bases del “Sujeto Racional”, Y convierte la duda en certeza y, si al pensar nos engañamos, al menos ese engaño nos permitirá saber que cuando pensamos existimos, porque no se puede engañar a lo que no existe: así, Yo pienso, Yo existo. Sólo existe él, en tanto que existe su mente y, ese “algo”, que él es, es una cosa que piensa, que entiende, que afirma, que niega y que establece, al fin, una relación predominantemente racional con el mundo, como señala Eugenio Tiselli. Y así Descartes separa el cuerpo de la mente y le otorga la misión de pensar y entender el mundo. Y así la meditación Carteciana estableció la idea de que nuestro Ser es una función de nuestro pensamiento; es decir, de un dialogo interno que eventualmente se expresa y fluye entre nosotros y el mundo.

Y según la filosofía perenne: En la esencia sutil que no percibes ahí, en esa esencia está el Ser. En eso que es la sutil esencia, todo lo que existe tiene su Yo, y eso es lo verdadero, eso es el Yo, y tú eres Eso. Ahí igualmente, en ese cuerpo tuyo no percibes lo Verdadero, pero ahí está realmente. En eso que es la esencia sutil, todo lo que existe tiene su Yo. Eso es lo verdadero, eso es el Yo, y tú eres Eso. El hombre que desea conocer el Eso que es Tú, puede empezar dirigiendo la mirada hacia adentro, a su tú particular y, por un proceso de morir para el Yo; Yo en el raciocinio, yo en la voluntad, yo en el sentimiento; llegar por fin al conocimiento del Yo, el reino interno de Dios o bien, puede empezar con los No que existen fuera de él e intentar advertir su esencial unidad con Dios y mediante uno con otro y con su propio Ser.

En palabras de Plotino: Ven todas las cosas, no en proceso de devenir, sino en el Ser y se ven así mismo en el otro. Cada Ser contiene en sí mismo todo el mundo inteligible, de ahí que Todo está en todas partes y cada uno es Todo y Todo es cada uno. El hombre tal cual es ahora, ha cesado de ser el Todo. Pero cuando deja de ser un individuo, se eleva de nuevo y penetra al mundo entero. Y en la intuición de la unidad, que es la base y principio de toda multiplicidad, tiene la filosofía su fuente. Toda ciencia es reducción de multiplicidades e identidades. Adivinando el Uno dentro y más allá de los muchos, hallamos una intrínseca plausibilidad en cualquier explicación de lo diverso en términos de un solo principio.

Percibimos millones de cosas simultáneamente, pero utilizamos nuestra atención para retener en el primer plano de nuestra mente, lo que nos interesa y, así fue como aprendimos todo lo que sabemos. Y así utilizando nuestra atención, aprendimos, qué creer y qué no creer y, qué es correcto y que es incorrecto, donde el 95% de las creencias que hemos almacenado en nuestra mente no son más que mentiras y, si sufrimos es porque creemos en todas ellas. En el mundo entero vemos sufrimiento, cólera, venganza, adicciones, violencia y, una tremenda injusticia.

Estamos inmersos en una búsqueda eterna de la verdad, porque sólo creemos en las mentiras que hemos almacenado en nuestra mente; y seguimos buscando y buscando cuando todo está ya en nosotros y, no hay ninguna verdad que encontrar y todo lo que vemos es la verdad, pero debido a las creencias no tenemos ojos para verlas. Vivimos en nuestro sueño personal de la vida y así, es imposible ver lo que realmente somos. Sólo vemos lo que queremos ver y oímos lo que queremos oír. No percibimos las cosas tal como son y, cuando no entendemos algo, hacemos una suposición sobre su significado y, cuando la verdad aparece descubrimos que no era en absoluto lo que nosotros creíamos.

Los organismos tenemos genes, pero también tejidos, órganos, sistemas. Comportamientos, y eso es lo que llamamos “Fenotipo”. Las diferencias en la información genética no siempre se corresponden con diferencias en el fenotipo y, así un grupo de individuos muy similares en su genética podría manifestar diferentes fenotipos si es que se desarrollan en diferentes ambientes. Las mismas plantas cultivadas en diferentes altitudes, pueden mostrar diferentes rasgos y capacidades.

No estás aquí para sacrificar tu alegría ni tu vida. Estás aquí para vivir, para ser feliz y para amar y, si haces lo máximo que puedas hacer, vivirás con gran intensidad; serás productivo y serás bueno contigo mismo y aprenderás a aceptarte a ti mismo, pero tienes que ser consciente y aprender de tus errores. Eso significa practicar, comprobar los resultados con honestidad y continuar practicando, y así se expande la consciencia.

Según Miguel Ruiz:: Tu existencia, prueba por sí sola, la existencia de Dios, ya que tu existencia prueba la existencia de la vida y la energía. Y, no necesitamos saber ni probar nada, ya que Ser y arriesgarnos a vivir y disfrutar de nuestra vida, es lo único que importa.

A lo largo de la vida, nuestros genes tienen la clave para convertirnos en lo que seremos, pero nuestras experiencias van a condicionar drásticamente ese destino y, más de lo que se creía hasta el momento. Y la conducta es el resultado de la interacción de los genes con el ambiente, donde la Epigenética resulta determinante en los procesos que unen el ambiente y el genoma y, es clave en el debate de lo innato frente a lo adquirido. A la hora de modular nuestra conducta, el proceso de aprendizaje y memoria es crítico, ya que mediante el aprendizaje obtenemos conocimiento y experiencia y la memoria, es el mecanismo para codificar, almacenar y recordar lo aprendido.

La Epigenética, promete ser algo realmente asombroso cuando seamos capaces de comprenderla en toda su complejidad, donde el ejercicio, lo que comemos y lo que respiramos, disparan cambios en nosotros que son mediados por las moléculas responsables de dirigir la epigenética, cambiando la lectura que las células hacen del ADN, lo que produce distintos comportamientos a partir de las mismas instrucciones. Y es gracias a la epigenética que comprendemos mucho mejor el envejecimiento y los estragos de una mala alimentación o, porqué personas que comparten genomas, tienen distinta predisposición a padecer ciertas enfermedades.

Lo que nos define como seres humanos, no son los huesos o los músculos, sino lo de adentro del cerebro; por lo que somos nuestro cerebro, como nos dice Ramón Alonso, ya que somos sociales, y nos apasiona estar en grupo, también somos imaginativos y con mucha frecuencia, imaginamos escenarios posibles; nos encanta preguntar y anticipar el futuro. Para Hipócrates, del cerebro y nada más, que de él vienen las alegrías, el placer, la risa y también la tristeza, el dolor, la pena y el miedo. Y es Ramón Alonso, quién agrega, que cuanto más conocemos a nuestro cerebro, más nos asombra y también, más interrogantes, plantea.

Por lo que en kilo y medio de cerebro, cabe todo lo maravilloso que nos hace humanos; pero seguimos ignorando el cómo y, porqué falla tan a menudo. A menudo se dice que es la estructura más compleja del universo. Sabemos cómo funcionan muchas de sus piezas, pero falta mucho por saber sobre su funcionamiento integral, organizado en una estructura capaz de aprender, capaz de recordar y capaz de crear.

Nuestro cerebro construye, no sólo la realidad, sino también nuestros sueños, crea mundos, por lo que es un gran ilusionista; somos genética y experiencia, un programa de construcción cerebral modelado por el día a día, donde cada neurona es más compleja que nuestras computadoras más potentes y, sus circuitos codifican palabras, imágenes y olores, pero poco conocemos cómo lo hacen. Y, pueden formar parte de varios circuitos, lo que nos permite recordar y aprender por asociación, donde un circuito activa a otros circuitos, para pasar de señales eléctricas a pensamientos, sentimientos y comportamiento. Intentamos entender cómo el cerebro realiza sus funciones y construye sus productos y cómo nos ayuda a interpretar el mundo.

Genera nuevas células todos los días de nuestra vida, conectándose con otras preexistentes y, esas conexiones están en cambio continuo, al ser modeladas por la experiencia, por el aprendizaje y por la vida misma. Por lo que en nuestro cerebro es donde están nuestras creencias religiosas, nuestras opiniones políticas, preferencias sexuales y todo lo que nos define e identifica, como seres humanos.

Para Matt Ridley, los genes necesitan del ambiente ya que éstos absorben experiencias formativas y reaccionan a factores sociales y hacen funcionar la memoria. En estudios del genoma humano, se observó que contiene sólo treinta mil genes y no cien mil, como se pensaba; lo que llevó a pensar que no existen suficientes genes para que nuestro carácter pueda explicarse y, en lo que debe de formarse, es a partir del ambiente de nuestro entorno y no de la genética.

Cien años lleva ya de enfrentamientos de la herencia y los defensores del entorno, para explicar cómo el ser humano puede tener una voluntad libre y a la vez, estar influido por el instinto y la cultura, raíces del comportamiento humano. Fue en Yale donde descubrieron que el ADN del chimpancé se parecía más al ADN humano que el ADN del gorila, lo que situaron al ser humano dentro de la familia de simios, simplemente como un simio más y, por increíble que parezca, los chimpancés están más estrictamente relacionados con los seres humanos que con los gorilas.

El código del genoma humano puede tratarse como información digital, según Matt Ridley, y son las bases químicas lo primordial y, lo que producen viene determinado por su orden de organización y no por sus propiedades particulares. Y al final de un milenio que nos vio degradados del centro del universo, a sólo un simio más y, donde nuestra única diferencia es un solo átomo en una molécula de azúcar, según nos dice Ridley.

Nosotros utilizamos casi el mismo conjunto de genes que otros mamíferos, pero con ellos logramos resultados diferentes. ¿Cómo puede ser esto? Y si dos conjuntos de genes casi idénticos pueden producir animales tan distintos en su aspecto, puede parecer obvio que el origen de la diferencia debe hallarse en otra parte y no en los genes y, la alternativa evidente es el entorno. Sin embargo son los genes y no el útero los que determinan nuestra especie.

El mismo gen dice a un embrión dónde pero no cómo deben ir las partes del cuerpo, lo que significa que el plano básico del cuerpo de todos los animales se había elaborado en el genoma de un antepasado extinto hace más de 600 millones de años y, que se había conservado desde entonces en sus descendientes, incluyéndonos a nosotros. Y lo que significa que tiene como misión activar otros genes. La función de muchos genes es, por lo tanto, ayudar a activar o desactivar otros genes.

Somos producto de leyes que, por lo que sabemos son eternas, y sin embargo, existimos durante un brevísimo tiempo. Estamos moldeados por leyes que no parecen responder a razón alguna, y sin embargo, no cejamos en la búsqueda de propósito y significado. El hombre es el único ser que conoce la muerte y, toda religión, indagación científica y toda filosofía procede de este miedo.

El atractivo mayor de una ley de la naturaleza es su cualidad intemporal, es decir las cualidades que pueden permanecer por siempre. Y, ser la conciencia de que somos todo, menos intemporales, de que nuestras vidas no son eternas. Y, es la propia vida la que queda vacía de significado, cuando se pierde la ilusión de ser eterno. Y que según Jean-Paul Sartre, unos buscan verdades absolutas, otros por dejar un legado perdurable o persiguen leyes inmutables o versiones de lo perdurable. Y para Brian Greene, el panorama comienza a ser claro, para que podamos vislumbrar mejor que nunca, cómo encajamos en la vasta extensión del tiempo.

Las emociones y pensamientos negativos, tienen un efecto perturbador en nuestro equilibrio interior o aún un efecto agotador en nuestra salud física, donde las perturbaciones emocionales han sido consideradas la causa de muchas enfermedades y la fuente de conductas poco éticas, así como la base de la depresión y estrés. Sin embargo si continuamos observando, tomamos conciencia de más detalles y podemos ver las cosas como realmente son y no como aparentan ser y, podemos llegar a una comprensión más precisa. Así, una atención más precisa, puede aportarnos una lúcida claridad para distinguir entre lo aparente y lo real.

Más allá de tus límites, más allá de tus creencias, más allá de tu egoísmo, más allá de tus ganancias secundarias, de tus apegos y de tus expectativas, un nuevo estado de conciencia te aguarda. El proceso de atravesar los miedos y limitaciones, para generar a través de la acción, nuevas realidades, resultado y reflejo de la búsqueda hacia un grado de conciencia más elevado, que permita manifestar un notable estado de paz, ya que en realidad no es lo que somos lo que nos aleja de nuestros objetivos, sino lo que no creemos que somos. Somos potencialidades puras y, nuestro mundo no es más que una proyección holográfica de nuestros pensamientos y emociones dominantes, como nos dice Soledad Maurizio.

Los Alquimistas, advirtieron, que el misterio que buscaban resolver no estaba fuera de ellos, sino en la psique; por lo que, cada cosa, debe transformarse en algo mejor y, adquirir un nuevo destino. Hay la posibilidad de una transformación por la cual lo indeseable puede ser cambiado por lo deseable y también, aceptar que todas las experiencias forman parte de un camino transformador, convirtiéndose en atención consciente.

Sin embargo, sabemos aunque de forma general, que es la ciencia y de que en la pasión de los sabios, no hay en lo más mínimo preocupación de las posibles consecuencias, ya sean útiles o nocivas de sus investigaciones y de sus teorías y, tan sólo se proponen elaborar hipótesis y módulos, capaces de dar una representación aproximativa y una interpretación plausible del universo y de sus leyes. Tan solo desean penetrar los secretos del átomo, de esa última parte de materia, que por espacio de tantos siglos había parecido ser indivisible, mostrándose refractaria a cualquier análisis. Por lo que sólo quieren conocer y no destruir.

Ésta es la eterna tragedia del hombre; no puede menos que indagar, explorar, conocer y casi siempre, sus descubrimientos hacen sobrevenir catástrofes y muerte. Por lo que el hombre, tiene ahora en sus manos, el medio para destruirse a sí mismo, para destruir la vida en todas sus formas y quizá para destruir al mismo planeta. La verdadera historia del planeta comienza con la aparición del hombre, donde la historia universal no es una colección de crónicas y de panoramas, es una tragedia humana y divina, que se desarrolla en millares de actos; una tragedia tumultuosa y sublime con sus protagonistas y sus antagonistas, con sus apoteosis y sus catástrofes, según señala Walt Whitman.

En la inscripción del oráculo de Delfos, nos dice:

“Te advierto, quienquiera que fueres tú, que deseas sondear los arcanos de la naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera”. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿Cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el tesoro de los tesoros. “Hombre”, conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses.

Según Luhana Gardi:

-Desde tiempos inmemoriales los sabios han sabido que existen leyes que rigen el universo, los planetas y a los seres que viven en ellos.
-Esto no nos excluye de ninguna manera, esto es inherente a la existencia misma.
-Es a través de estas leyes cósmicas fundamentales como el ser humano lograría alcanzar su estado de mayor evolución y desenvolvimiento.
-Estas leyes nos enseñan a elevarnos al nivel mental superior.
-Son siete, pero están íntimamente interrelacionadas, ya que no pueden existir uno sin los otros; El principio del mentalismo, de correspondencia, de vibración, de
polaridad, del ritmo, de causa y efecto y de generación.
-Aprender a observarnos en una constante es parte fundamental del autoconocimiento, y es a través de este maravilloso trabajo que podremos lograr ser una mejor versión
de nosotros mismos.
Para Carlos Castañeda, un hombre vencido por el poder, muere sin saber realmente como manejarlo. El poder es sólo una carga sobre su destino. Un hombre así no tiene dominio de sí mismo, ni puede decir cómo ni cuándo usar su poder. Si se rinde al miedo, nunca lo conquistará, porque se asustará de aprender y no volverá a hacer la prueba. Pero si trata de aprender durante años, en medio de su miedo, terminará conquistándolo porque nunca se habrá abandonado en realidad a él. Tiene que llegar a darse cuenta de que el poder que aparentemente ha conquistado, no es nunca suyo en verdad. Si puede ver que sin control sobre sí mismo, la claridad y el poder son peores que los errores; llegará a un punto en el que todo se domina. Entonces sabrá cómo y cuándo usar su poder. Y así habrá vencido a su enemigo y, sin advertirlo tropezará con su último enemigo; ¡la Vejez! Este enemigo es el más cruel de todos, nos dice Castañeda, el único al que no se puede vencer por completo. Pero si vive su destino hasta el final, puede entonces ser llamado hombre de conocimiento, aunque sea tan sólo por esos momentos en que logra ahuyentar al último enemigo.

Cuando alguno de estos enemigos vence al hombre, no hay nada que hacer. Cuando un hombre empieza a aprender, nunca sabe lo que va a encontrar. Su propósito es deficiente, su intención es vaga. Espera recompensas que nunca llegarán, pues no sabe nada de los trabajos que cuesta aprender. Uno aprende poquito a poquito y los pensamientos se dan de topetazos y se hunden en la nada y, lo que se aprende no es nunca lo que uno creía. El conocimiento no es nunca lo que uno se espera y cada paso es un atolladero y el miedo empieza a crecer sin misericordia, sin ceder y su propósito, se convierte en un campo de batalla. Pero si huye al miedo, nunca aprenderá, y nunca llegará a ser hombre de conocimiento. Llegará a ser un maleante o un cobarde cualquiera, será un hombre vencido, y su miedo habrá puesto fin a sus ansias. Debe desafiar al miedo, pero no detenerse, ¡Esa es la regla! Y empezará a sentirse seguro de sí mismo; Su propósito se fortalece, y entonces aprender ya no será una tarea aterradora. Y una vez que ha conquistado el miedo, está libre para el resto de su vida, porque ha adquirido una claridad de mente que borra el miedo y llega a saber y sentir que nada está oculto.

A través de la Autoconciencia y del análisis de uno mismo, método de recuperación del Ser, que Erich Fromm nos propone como arte de vivir, cuyos pilares son el amor, la razón y la actividad productiva. Y lejos de la posibilidad de adquirir sabiduría vital sin ningún tipo de esfuerzo o sufrimiento, propio de la ideología consumista, Fromm propone redescubrir las fuerzas físicas, psíquicas y espirituales del ser humano, así como sus posibilidades de independencia, con el fin de abandonar la orientación hacia el tener, típica de las condiciones económicas modernas y, asumir una nueva organización hacia el Ser.

¿Qué se entiende por ciencia? ¿Cómo determinamos si una teoría es científica? Lakatos introduce una versión más sofisticada del falsacionismo, llegando a elaborar la metodología de los programas de investigación científica actual; mientras que Feyerabend se convierte en defensor de una visión anárquica de la ciencia, Lakatos y Feyerabend se encuentran entre los mayores filósofos del siglo XX.

Todo eso puede expresarse en los términos de Schopenhauer: La razón está al servicio de la animalidad; de la voluntad de vivir, pero mediante la razón se llega al conocimiento del dolor y de la vía para vencer el dolor, es decir, la negación de la voluntad de vivir. Donde el acontecimiento futuro puede no ser consecuencia de una concatenación necesaria y ser igualmente previsible. Puede ser el resultado del azar y la necesidad, mezclados y enlazados.

Ni palabras confusas ni alusiones desordenadas, sino preceptos como “Nada en exceso” o “Conócete a ti mismo”, que indica al hombre que la esfera divina es ilimitada, insondable, caprichosa, insensata, carente de necesidad, arrogante; pero su manifestación en la esfera humana suena como una norma misteriosa de moderación, control, límite, racionalidad, necesidad.

Un punto que algunos físicos no parecen comprender, es que el mecanismo del mundo, no puede ser ni puramente determinista ni a fortiori, puramente arbitrario. En realidad según Schuon, el universo es un velo tejido de necesidad y libertad, de vigor matemático y juego musical, donde todo fenómeno participa de estos dos principios, lo que equivale a decir que toda cosa se sitúa en dos dimensiones aparentemente divergentes, pero en el fondo, concordantes.

El hecho de que haya ciencias, está en la naturaleza del hombre, porque está en la naturaleza de las cosas. Pero está igualmente en la naturaleza de las cosas el que el hombre no pueda levantar el velo de Isis y que no deba intentar hacerlo. La ciencia humana tiene límites de principio, lo que, en las civilizaciones tradicionales, impide que el hombre vaya más allá de esos límites en su relación con Dios y con todas las consecuencias que esta relación implica.

Las preguntas de Hawking al respeto son:

-¿Será que lo que sabemos es una gota de agua y lo que ignoramos un océano?
-¿No crees que a veces podemos pasarnos la vida sin vivir en lo absoluto y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante?
-Si no te gusta a donde te diriges, ¿Por qué no cambias el rumbo?
-¿Cuánta gente dedica al menos un rato a analizar su vida y planificar su futuro? El 5% sí lo hace, el 95% no lo hace.
-¿Tienes miedo de decir te amo? A veces puede ser demasiado tarde.
-¿Quieres asumir el control de tu vida? Asume el control de tu mente.
-Será que hace falta toda una vida para aprender a vivirla?
-¿Quieres ser feliz? Aléjate de las cosas y acércate a ti mismo.
-¿Sabías que los que temen a los cambios se vuelven agresivos y muy críticos?
-¿Mi más grande motivación? Reformarme a mí mismo.
-Es más importante prestar atención a las lecciones de tus fracasos, que los de tus éxitos.
-¿Sabías que pasamos mucho tiempo ganándonos la vida, pero no suficiente tiempo viviéndola?
-Sabemos que somos, ¿Pero por qué no sabemos en qué podemos convertirnos?
-Cuanto más conocemos nuestro cerebro, más nos asombra, también más interrogantes nos plantea.
-Las neuronas son extraordinariamente diversas, a diferencia de las células de otros órganos.
-Estudiar las conexiones cerebrales permitirá comprender cómo soñamos o tenemos conciencia.
-Las Neurociencias se han puesto de moda: Con cursos sobre Neuroeducación, Neuropolítica, Neurofutbol, Neuroeconomía.
-Es el órgano que nos diferencia del resto de los animales, pero que cobra un alto precio en energía.
-Al empezar a caminar erguidos, nuestros ancestros ganaron habilidades cognitivas.
-Somos muy buenos reconociendo rostros y expresiones, porque lo necesitamos para vivir en grupos.
-Sin el incremento de tamaño de la corteza prefrontal no habría surgido una mente flexible.
-El desarrollo del pensamiento simbólico y el lenguaje explican lo hipersocial que somos.
- El estado de la mente involucra a una compleja orquesta de regiones encefálicas que se comunican entre sí.
-Muchos procesos cerebrales relacionados con la memoria y el aprendizaje están activos mientras dormimos.
-Aún estamos muy lejos de comprender las bases biológicas de la consciencia.
-El éxito en la vida probablemente dependa más de la inteligencia emocional y social que de la analítica.

LOS CONFINES DEL CONOCIMIENTO

El científico que es filosóficamente materialista, no cree en Dios, ni en el Universo espiritual, ni en ninguna conciencia del universo que responda al hombre, ni le da ningún significado real a la vida. La mente idealista, cree que el universo no es sólo inteligente, sino también consciente, y no estará satisfecha con conceptos religiosos que contradigan a la razón, al sentido común y a un cosmos donde prevalecen la ley y el orden. Y decimos que la ley y el orden, se añaden al sentimiento y a la emoción. ¿En qué estaría basada esta religión científica? Ya que sólo podría basarse en los principios de la mente, la inteligencia y la conciencia, que muchos científicos hacen valer como la última y fundamental realidad. La idea de Dios, no es la de un ser de caprichos, como había sido en el pensamiento del mundo antiguo, sino que se trata de un Dios que gobierna a través de la ley. Esa idea es, sin duda, el fundamento de la ciencia. Esa idea es, sin duda, el fundamento de la ciencia y la civilización moderna. Se ha dicho que la verdad es aquélla cuyo centro se encuentra en todos lados y cuya circunferencia no está en ningún lado. Para Ernst Holmes, toda manifestación de vida, sea una evolución o un desarrollo de la forma, es a partir de aquello que es amorfo y eterno. Esta causa inteligente, que es una y completa dentro de sí mismo, es el origen del cual toda creación existe.

El llamado “Teatro del Absurdo”, que surgió al término de la segunda guerra mundial, como un correlato del “Existencialismo”, cuyo postulado esencial es la concepción de la vida humana como un fenómeno carente de lógica, sin otro sentido que la libertad a ultranza, lo que da lugar a una suerte de indiferencia que se parece mucho al pesimismo y al abatimiento y, el consecuente desencanto respecto del orden social; pero esto nos conducirá a la trivialización de la filosofía del sinsentido propia del existencialismo, reduciéndola a un modelo psicológico de explicación que si bien nos permite evadir las consecuencias depresivas de esta manera de pensar, también nos priva de la oportunidad de explorar con descarnada sinceridad, aquella zona oscura de la condición humana, que no es la maldad o la locura, sino el absurdo, lo que resulta emocionalmente perturbador, según explica Roberto Mares.

Pensar es crear. Un pensador es un creador. Vive en el mundo de su propia creación. Tú eres un pensador, por lo tanto eres un creador. En consecuencia, vives en un mundo de tu propia creación. Pensar es crear. Ésta es la llave que abre la puerta de la sabiduría y el poder. Esa puerta de la sabiduría está ya dentro de ti, y en algún lugar dentro de ti, la mente de Dios revela la verdad de que naciste libre y de que la voluntad de Dios para ti es la bondad, la verdad y la belleza. Que el poder que existe es para ti, y que la voluntad que existe desea la vida. Tú eres la imagen y semejanza de esta vida; eres una personificación de ella, eres la personalidad de Dios. El reino de los cielos está ya dentro de ti, y la ley de ese reino es la armonía, la paz y la felicidad. Nosotros que, sin ser materialistas, no hemos distinguido nunca el alma del cuerpo ni conocemos más que una realidad que no puede descomponerse; la realidad humana, donde nos colocamos al lado de quiénes quieren cambiar a la vez la condición social del hombre y la concepción que el hombre tiene de sí mismo. El vocablo “Existencia” significa “lo que está ahí”, lo que “está fuera”. Y de un modo general, el término “Existencia” puede referirse a cualquier entidad, y puede hablarse de existencia real e ideal, de existencia física y matemática. La existencia es para Kierkegaard, ante todo el existente, el existente humano. Se trata de aquel cuyo “Ser”, consiste en la subjetividad, es decir, en la pura libertad de “Elección”. Hay en Kierkegaard, un “Primado de la existencia” y, en términos tradicionales, “un primado de la existencia”; y en términos tradicionales, “un primado de la existencia sobre la esencia”. En Heidegger, no es algo que ya es, o es dado; es un poder ser. La existencia es el ser del hombre. El hombre es un “poder ser, es un ser a la muerte”, es un “ser en el mundo”.

La realidad no es lo que parece. La realidad que percibimos no es lo que existe, cuando dejamos de observarla y, el lenguaje no nos sirve para obtener una descripción clara y completa de la realidad de las partículas. La descripción corpuscular y la ondulatoria de la luz son complementarias, ya que son descripciones de una misma realidad.

De la visión filosófica de Kant, podemos entender la división entre el fenómeno de lo que percibimos de la realidad y, lo que en realidad es, donde la materia tiene ambas naturalezas y somos nosotros los que decidimos cual observar. Sabemos que para describir la realidad debemos hacer mediciones y, más que buscar una descripción única, debemos conformarnos con descripciones diferentes y en apariencia contradictorias, donde cada una es coherente, pero sólo explica un aspecto de la realidad y, que se conoce como el “Principio de Complementariedad”, pieza clave de la mecánica cuántica. Con esto, se dice que el determinismo está muerto y por consecuencia, no existe una realidad sólida y profunda; y es por esto que a nivel subatómico no puede hablarse de causas y efectos, sólo de probabilidades, dejándonos la pregunta de: ¿Es la realidad macroscópica una mera ilusión? Y para la mecánica cuántica, “La Realidad es una construcción de quién la observa”, y al ser tan contraria a nuestra experiencia diaria, es un completo misterio.

En el campo de la microfísica, el observador no es pasivo frente a los objetos que observa, sino que genera en ellos inevitables cambios, que no pueden medirse simultáneamente; por lo tanto, sobre el comportamiento de las partículas, sólo podemos hacer previsiones, basándose en cálculos estadísticos. La consecuencia de estos descubrimientos realmente fue desestabilizadora, porque se confirmaba la insuficiencia del Principio de Causalidad, piedra angular de la física clásica, en las explicaciones de un considerable número de fenómenos.

El razonamiento Inductivo es el tipo de razonamiento lógico, que nos permite pasar de lo particular a lo general y, lo utiliza principalmente la tradición Empírica. El problema consiste en que este tipo de razonamiento, basado en la relación causa-efecto, no posee ninguna justificación válida. Y por muchas observaciones que hayamos podido hacer en el pasado de un fenómeno, la conclusión de un argumento inductivo podría resultar falsa en el futuro. El método Inductivo parte de la base empírica, para construir sus propias teorías y vuelve a los hechos para justificarlas.

La probabilidad, no es una parte más de la naturaleza, sino una propiedad fundamental de ésta. Las partículas se comportan escurridizas, cuando no se les está mirando, porque según Heisenberg, con su “Principio de Incertidumbre”, una medición obliga a la partícula a elegir uno de los muchos estados en los que pueden existir. A nivel subatómico, sólo hay la probabilidad de que algo suceda y la noción de “Causalidad”, no existe. Se dice que en la mecánica cuántica, todos saben usarla, como herramienta tecnológica, pero nadie puede entenderla y, se acepta que el futuro será cuántico o no será. Los fundamentos anteriores enfrentan a la intuición y la lógica tradicional, descubriendo, que la medida física de un sistema cuántico, no genera siempre el mismo resultado; sin embargo la teoría indica con precisión, qué valores pueden obtenerse y con qué probabilidad aparecen.

Sabemos que para entender el mundo que nos rodea, disponemos de las leyes de Newton, la termodinámica y el electromagnetismo; pero no se aplican a los constituyentes microscópicos de la materia y tan ajeno a nuestro mundo cotidiano macroscópico, que parecen inverosímiles y de dudosa realidad. Sin embargo los elementos básicos de la biología no son muchos y, son exactamente los mismos que los de una roca; sin embargo algunos de los más sofisticados aspectos de la biología, no pueden explicarse sin la mecánica cuántica; partiendo del hecho de que las partículas no sólo son capaces de comunicarse a distancia, sino que pueden atravesar barreras infranqueables y estar en dos sitios a la vez. Sabemos también de la capacidad de los electrones para desaparecer de un lugar e instantáneamente materializarse en otro lugar, fenómeno presente en biología, permitiendo acelerar todo tipo de reacciones químicas en nuestro cuerpo, ensamblando en tiempo record, todas las biomoléculas constituyentes en todos los organismos. Y en última instancia, la biología es cuántica, ya que estamos hechos de átomos donde la vida se da en una lucha por mantener la coherencia, en un movimiento molecular tormentoso y caótico.

Erwin Schrödinger, fue uno de los primeros en creer que la mecánica cuántica juega un papel preponderante en la biología y, lo sustentó en su libro ¿Qué es la vida?, basado en las leyes básicas de la física. Y ha pasado a la historia por el experimento mental del gato, que siguiendo la lógica de la física cuántica, puede estar vivo y muerto a la vez y razonó, que las leyes de la física funcionan en el mundo macroscópico gracias a la estadística. Y como la masa deforma el tejido del tiempo y el espacio, el ritmo del tiempo también se ve alterado de manera perceptible cerca de una masa suficientemente grande. Y, cuanto mayor sea la intensidad del campo gravitatorio en el que estés metido, menor será el ritmo al que pasará el tiempo para ti respecto a otra persona que no esté metida en ese mismo campo gravitatorio.

Así por ejemplo, en el aire, millones de partículas se mueven al azar, generando un caos, lo que entra en contradicción con los fenómenos del mundo vivo, que dependen de un número reducido de partículas y aún así, son muy confiables. Y propuso que la organización de la vida, se debía a algo invisible, existente y este algo, era la mecánica cuántica y, la que determinaba el mundo inerte y el mundo de los seres vivos, presagiando el descubrimiento del ADN. El enigma tiene gran importancia en la civilización, sobre todo en conexión con los orígenes de la sabiduría. La realidad, no es lo que parece, donde lo paradójico acaba con el sentido común; y los experimentos de la Mecánica Cuántica es correcta, convirtiendo así el mundo en algo muy diferente de lo que vemos. Y la realidad objetiva no existe, es tan solo una ilusión, como nos dice Einstein y Nelo Maestre.

La Cosmología, tiene como principal tarea la construcción de modelos del universo, que sean lógicamente coherentes y, al mismo tiempo, compatibles con los datos empíricos. Se la consideraba como parte de la metafísica y la ontología, e incluía aspectos psicológicos y teleológicos. Y fue Wolff, quien reemplazó la idea de una “Armonía Preestablecida” por la teoría de Spinoza, de la correspondencia entre el orden del pensamiento y el orden cósmico, algo que destaca en las cosmologías de la India. El cosmos budista es un universo de conciencia, espacio y tiempo y, son una fermentación de la vida que percibe y siente, donde la serie de los actos conscientes, nos abre los caminos del espacio y, dibuja la curvatura del tiempo, como nos dice Einstein y Juan Arnau.

El universo, desde esta perspectiva, se encuentra configurado por la calidad moral de los seres que lo habitan. Donde los movimientos de los cuerpos celestes, revelaban el carácter cíclico del tiempo y por repetible, siendo el tiempo lineal tan sólo un segmento dentro de cada ciclo, afianzando con ello la idea de que el pasado podía servir de modelo al presente. Pitagóricos y estoicos, se adherían al eterno retorno. Y fue Parménides y Zenón, quienes consideraron sus transformaciones una mera ilusión, negando el cambio temporal de las cosas.

La dinámica de Galileo, se ocupa sólo del movimiento local y dentro de este ámbito, sólo se ocupa del movimiento de la materia. Y otros movimientos son dejados de lado con la promesa que el local logrará al final explicar todos los movimientos. Y la ciencia es un campo de batalla para programas de investigación, más que para teorías aisladas.

La relatividad general, cambio completamente los análisis sobre el origen y el destino del universo. Un universo estático, habría podido existir desde siempre o, podría haber sido creado hace cierto tiempo en su estado presente. Sin embargo, si las galaxias se están separando, significa que en el pasado deberían haber estado más juntas. Pero tanto el comienzo como el final del tiempo, serían situaciones en que las ecuaciones de la relatividad general, no estarían definidas y, no podrían predecir a que podría conducir el Big Bang. Pero otros creen que el comienzo del universo debería ser gobernado por las mismas leyes que lo rigen en otros instantes; pero todavía no comprendemos por completo el origen del universo, sabiendo a la vez que es la relatividad general de Einstein

Y de manera general, las ideas acerca del tiempo, se concibieron como una realidad en sí mismas, independiente de las cosas; como una propiedad de las cosas y de los seres conscientes y, como un orden. Newton concebía un tiempo absoluto, verdadero y matemático, que por sí mismo y por su propia naturaleza, fluye uniformemente, y sin relación con nada externo. Y mientras las cosas cambian, el tiempo no cambia.

Los cambios en las cosas, son cambios en relación con un tiempo uniforme, homogéneo, indiferente de aquello que contiene y, que se mueve en una sola dirección. Para Leibniz, no es posible afirmar que el tiempo sea algo distinto de aquello que existe en él, por lo que los instantes, considerados sin las cosas, no son nada en absoluto. Para Kant, el tiempo no era un concepto empírico derivado de la experiencia, sino un “A priori” que subyace a toda actividad cognitiva, donde el tiempo discurre y la edad avanza.

La distinción entre pasado y futuro, ocurre en una experiencia consciente, asociada a un determinado sistema de referencia. El estrecho vínculo entre el tiempo y la actividad consciente, se encuentra presente, en toda la gama del conocimiento humano. Donde sabemos que espacio y tiempo forman el tejido mismo del cosmos, pero ambos conceptos siguen llenos de misterio. ¿Podría existir el universo sin espacio ni tiempo? La física moderna ha descubierto, tesoros del conocimiento bajo la superficie de nuestro mundo cotidiano y, que nos hace mirar la realidad de un modo distinto.

El universo, es un universo participativo; todo el tiempo se está creando, por lo que somos una paradoja divina, porque constituimos el Todo, como nos dice Luanda Gardi. Y fue Einstein quien dijo: “Un ser humano, es una parte de la totalidad que llamamos universo, una parte limitada en el tiempo y en el espacio”. Sin embargo se experimenta así mismo, sus pensamientos y sentimientos como algo separado del resto, una forma de ilusión óptica de la conciencia y, nuestra tarea debe ser liberarnos de esta prisión, extendiendo nuestro circulo de compasión, hasta abrazar a todas las creaturas vivientes y la totalidad de la naturaleza en la plenitud de su belleza. Y al curvarse el tiempo y el espacio, la relatividad general, los convierte en participantes dinámicos de lo que ocurre en el universo, en lugar de considerarlos como un mero escenario pasivo, en que suceden los acontecimientos.

Es fácil percibir que la prodigiosa variedad que aparece tanto en las obras de la naturaleza como en las acciones de los hombres y, que constituye la mayor parte de la belleza del universo, se debe a la multitud de formas diferentes en las que sus diversas partes se mezclan o se colocan unas junto a otras. El universo está escrito en lenguaje matemático y las letras son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin las cuales es humanamente imposible entender una sola palabra, nos dice Galileo.

Para describir cómo la teoría cuántica configura el tiempo y el espacio, resulta útil introducir la idea de un tiempo imaginario, que es un concepto matemáticamente bien definido. Y como son una relación, no necesita una realización física y podríamos pensar que ello significa que son tan solo un juego matemático que nada tiene que ver con el mundo real. Pero desde la perspectiva positivista, y según Hawking, no podemos determinar lo que es “real” y, todo lo que podemos hacer es hallar qué modelos describen el universo en que vivimos. Y en un modelo en que intervenga un tiempo imaginario, predice no sólo efectos que ya hemos observado, sino también otros que aún no hemos podido observar, pero en los cuales creemos por algún motivo. Por lo tanto, ¿Qué es real y qué es imaginario? ¿Está la diferencia, tan sólo en nuestras mentes?

En matemáticas, los experimentos no pueden sustituir las demostraciones, por muy lógica y natural que resulte la conjetura, por lo que las demostraciones deben ser lo más breves, transparentes, elegantes y reveladoras posibles Y que según el matemático Nelo Maestre, hay bastante consenso en lo referente a cuales son las características principales en la forma de trabajar la matemática, donde los procesos de demostración, las reglas lógicas y los procesos deductivos, están establecidos de forma consensada. Pero, la duda existe de si ¿Las matemáticas se inventan o se descubren?

Sin embargo, nuestro deseo de poner luz y orden en el caos y la incertidumbre, nos hacen considerar que las matemáticas son la mejor herramienta para comprender el mundo, así como sus procesos y patrones de manifestación. Pero la naturaleza de Dios, seguirá residiendo en el misterio. Chet Rayno, nos dice que la idea de que somos sólo un montón de partículas elementales rebotando en el vacío, guiadas por leyes deterministas que no permiten la variación, se siente escalofriantemente impersona y, si existe un plan general en el mundo, nos gustaría que fuese algo más que esto. La forma reduccionista de explicar el mundo, se debe aceptar, no porque nos haga sentir bien, sino porque así es como funciona el mundo. Sin embargo y a pesar de los esfuerzos de los mecanicistas, la ciencia no logró explicar jamás cómo es que la vida puede surgir de la materia inerte, de la materia inorgánica.

En la India, durante la época clásica, los sistemas filosóficos del hinduismo, el budismo y el Jaisismo, el universo se concebía como un organismo, que se desarrolla en paralelo de la evolución espiritual de los seres que lo habitan; y la esencia del tiempo, su fuente de alimentación, se encuentra en la actividad mental y física. Lo que el presente muestra, es la unidad de tiempo y acción. El tiempo no se manifiesta en relación con el espacio, sino en relación con la acción. El tiempo, está en el hacer y, la sensación del pasado y la expectación ante el futuro; y es posible precisamente gracias a este vínculo. Esa unidad hace posible que un concepto tan escurridizo como el tiempo cobre sentido.

Hace falta un presente activo, para que pasado y futuro tenga sentido, que puede ser reconocido mediante la presencia de las cosas o mediante una serie de actos coherentes. Sin el presente, nos dice Arnan, no sería posible concebir nada, ni siquiera el contacto entre los órganos de los sentidos, la mente y el objeto. Y si uno de éstos faltara, la percepción no sería posible y sin ella, serían vanos los otros medios de conocimiento, la inferencia y el testimonio verbal.

El presente, se manifiesta al realizar una actividad que no es meramente perceptiva y, dicha acción, justifica la existencia del presente y así se prueba la existencia y continuidad del tiempo, ya sea como fundamento de la percepción o como expresión de una unidad de datos en la que se encuentran implícitos tanto el pasado como el futuro. El razonamiento estadístico y probabilista, nos ha dado la segunda ley de la termodinámica, que a su vez, nos ha proporcionado una distinción intuitiva entre lo que llamamos pasado y lo que llamamos futuro.

Según Weinberg, el reduccionismo no es una guía para los programas de investigación, sino una actitud hacia la naturaleza misma; no es más que una percepción de que los principales científicos son de la forma que son, debido a principios profundos y que todos estos principios, se pueden trazar hasta un simple conjunto de leyes conectadas.

Este fuerte reduccionismo no es ciencia, es una filosofía personal y una cuestión de fe. Y aunque ha sido una guía ampliamente exitosa para la investigación, pero como una actitud hacia la naturaleza es un fracaso, donde el arte de razonar quizá no sea más que un lenguaje bien arreglado, como nos dice Chet Rayno.

La gran convergencia y las crecientes interconexiones entre las diversas ciencias y la historia entrelazada y coherente, que todas juntas nos explican y, han puesto de manifiesto coincidencias intrigantes e instructivas entre diferentes disciplinas, como señala Peter Watson. Y otros han explorado las implicaciones de estas interconexiones y, la forma que podrían tener cualquier unidad final y qué podría significar. En los últimos años, ha proliferado un movimiento contrario, que asevera que el reduccionismo es casi un pecado y, que las ciencias nunca constituirán un único proyecto unificado. Y que en realidad, las ciencias son una desunión y se muestran escépticos ante la posibilidad de que haya un orden preexistente en el mundo que nos rodea y, que el orden aparente es un artefacto de los métodos que utilizamos, insistiendo en que las ciencias no nos ofrecen ninguna visión privilegiada de cómo funciona realmente el mundo. En su lugar, existe un realismo promiscuo y de que hay muchas maneras distintas de entender el mundo observable y, de que ningún método o explicación goza de preferencia.

En términos generales, es cierto que los más grandes científicos de cada disciplina son unificadores y, los mismos triunfos de la física han sido triunfos de la unificación, por lo que damos por sentado que el camino del progreso en la física, será una unificación cada vez más amplia, que pondrá cada vez más fenómenos en el ámbito de unos pocos principios fundamentales. Hoy sabemos lo bastante sobre el extraordinario grado de conexión del conocimiento, para esperar que esa convergencia crezca y se torne más precisa.

Al convertirnos en parte de este universo, nos elevamos a un nuevo plano de experiencia consciente, por lo que debe existir un nuevo contacto entre los hombres y la tierra; donde a la tierra se le debe ver, escuchar, sentir, oler y probar de una forma nueva y, debe existir una renovación de la sabiduría que viene con el claro conocimiento del dolor, del placer, del riesgo y la responsabilidad de estar vivos en este mundo.

Según Chat Raymo, hemos aprendido mucho del mundo, al descomponer las cosas en sus partes constituyentes, pero queda mucho aún por explicar y, que están en contacto con nuestras vidas diarias. Y si el reduccionismo ha funcionado bien hasta ahora, es porque es la única clase de ciencia que hemos podido manejar en forma matemática. Sin embargo, con nuevas y poderosas supercomputadoras, pueden surgir formas sintéticas de explicar las cosas y que sean tan cuantitativas y tan exitosas, como lo que la ciencia reduccionista ha estado haciendo hasta el día de hoy.

En el siglo XX, la física vivió dos grandes revoluciones, con: la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica. En las últimas décadas, tuvo lugar otra revolución, la de la Teoría del Caos Determinista. Los científicos de varias disciplinas, nos dice Alberto Pérez, descubrieron que sistemas relativamente simples cuya evolución estaba determinada por leyes precisas, podían mostrar un comportamiento irregular o caótico y, entre las características de los sistemas caóticos, están la sensibilidad a las condiciones iniciales, conocido como Efecto Mariposa y, la aparición de Estructuras Fractales, fascinantes objetos matemáticos.

Desde los años setenta, fue surgiendo entre los científicos de varias disciplinas la conciencia de que la aleatoriedad aparente, que mostraban algunos fenómenos, se podía explicar mediante leyes relativamente sencillas. Y, mientras que podemos predecir con precisión la posición de los planetas con cientos de años de anticipación, somos totalmente incapaces de predecir el tiempo atmosférico, con dos semanas de adelanto, aún y cuando ambos sistemas son caóticos pero lo son en escalas de tiempo totalmente distintas y sus respectivas formas de ser caóticas tienen características diferenciadas. Y la pregunta es: ¿Cuántas formas diferentes de caos existen?

Para Poincaré, la Lógica y la Intuición tienen cada una su propio papel necesario. Ambas son indispensables. La Lógica, que es la única que puede dar certeza, es el instrumento de la demostración. La Intuición, es el instrumento de la demostración, como la Intuición es el instrumento de la invención. El comportamiento caótico en Sistemas Deterministas, gira en torno a un concepto matemático: el “Atractor Extraño”, un objeto geométrico de características muy especiales, donde dos de las señas de identidad del Caos Determinista, es la de un comportamiento irregular y, la sensibilidad a las condiciones iniciales, propiedad donde partiendo de dos estados muy próximos, un sistema caótico puede evolucionar a estados futuros muy diferentes. Y donde por “Autosimilaridad”, entendemos que los sistemas caóticos producen estructuras como el Diagrama de Feigenbaum, que se asemejan a sí mismas a distintas escalas de observación. y por Universalidad, entendemos el hecho de que sistemas muy diversos llegan al comportamiento caótico a través de las mismas rutas.

Los sistemas complejos, son notoriamente susceptibles al azar, lo que el reduccionista toma poco en cuenta. Y al ser la vida y la conciencia fenómenos “Emergentes”, que se originan cuando los sistemas han alcanzado un cierto nivel, en el umbral de la complejidad. Y, sólo una ciencia basada en computadoras las explicará y así también poder descubrir que la ciencia reduccionista es irremediablemente ingenua. Ya que “Ninguna teoría concebida por la mente humana, será jamás definitiva”. El universo es vasto, maravilloso y va mucho más allá de nuestro conocimiento; sus horizontes siempre se apartarán ante nuestro avance. Todos los sueños de ser algo definitivo son probablemente inútiles.

Desde la aparición de los primeros estudios sobre el caos determinista, la teoría del caos ha atraído la atención de científicos de todas las disciplinas. ¿Cómo ha influido esta teoría en áreas tan dispares como la ingeniería, la biología, la economía, la química e incluso la filosofía? En un atractor extraño, las trayectorias tienden a juntarse en una dirección, porque el atractor atrae todas las trayectorias de una cierta dirección del espacio de fases, pero también tienden a separarse. La dificultad progresiva en abordar las ecuaciones diferenciales no lineales, con los métodos del análisis matemático tradicional, llevó a Poincaré, del análisis a la geometría y de ahí a la Topología, de la que es considerado uno de sus creadores.

A pesar de que los humanos estemos físicamente muy limitados, nuestras mentes pueden explorar audazmente todo el universo y también preguntarnos: ¿Es el universo realmente infinito o sólo muy grande? ¿Es perdurable o sólo tendrá una vida muy larga? ¿Cómo podrían nuestras mentes finitas comprender un universo infinito? Y aunque el universo parece tener el mismo aspecto en todas sus partes, sabemos que cambia con el tiempo, que es algo diferente a lo que se creía con anterioridad, de que era constante y de haber existido por un tiempo infinito. Pero ya el hecho de que el cielo nocturno sea oscuro, implica que tuvo un comienzo y no puede haber existido siempre en la forma y estado en que lo vemos actualmente, ya que de otra manera estaría completamente iluminado, en el caso de que siempre hubiera existido.

Fue Hubble, quien observó que el universo se está expandiendo, lo que constituyó una sorpresa y modificó completamente lo que se creía sobre el origen del universo. Y la misma teoría general de la relatividad, implica que el universo debió de haber comenzado en una gran explosión. Y si admitimos que hubo un comienzo, ¿Cuál fue la causa?

El hecho de que el universo se inicio en un punto y, en que todo el universo y todo su contenido tenía una densidad infinita y, en el que la teoría general de la relatividad deja de ser válida y no puede ser utilizada para averiguar cómo empezó el universo. Aparentemente, el origen del universo queda más allá del alcance de la ciencia. Pero podemos considerar que el universo, es un gran casino, en que los dados son lanzados a cada instante, en un gran número de apuestas, donde se obtiene un resultado que puede ser predicho, aunque no lo haga en cada caso en particular. Los promedios los podemos predecir y es por esto que las leyes clásicas funcionan en los grandes sistemas, pero en los pequeños, el principio de incertidumbre resulta muy importante.

La astronomía, como ciencia exacta, es uno de los más maravillosos edificios levantados por la mente humana, nos dice Alf Wikovitz, pero en cambio, ha desilusionado su objetivo; nos imaginábamos al firmamento como una arquitectura inmutable y racional, completamente diferente del caos terrestre, como una esfera casi divina muy por encima de este planeta demasiado humano. Y… en cambio, innumerables e inmensos fuegos huyen y se consumen. Estamos acostumbrados a las rotaciones regulares de nuestros planetas alrededor del Sol. Pero la mayor parte de los astros, huyen vertiginosamente y no sabemos a dónde y no sabemos por qué. Nuestras mediciones son ridículamente pobres, ya que el cielo que vemos no es el de hoy, el de este momento, es el cielo de hace milenios y, no sabremos jamás por qué huyen y a dónde van.

La ley del nacimiento, crecimiento y decadencia, que se creía propia de la efímera vida terrestre, es la ley que reina también en lo alto de los cielos. Y esos inútiles fuegos fugaces son, al igual que los hombres, mortales, Donde creíamos hallar finalmente la majestad de lo inmutable y de la incorruptible, hemos hallado las habituales alternativas de lo pasajero y lo transitorio, del nacimiento trabajoso, de la juventud malgastada, de la decadencia senil y de la muerte inevitable.

El cosmos, existe de forma independiente de nosotros; idea revolucionaria del pensamiento humano. Somos prescindibles y la vida humana, se podría desvanecer del planeta y, el cosmos continuaría sin ser afectado, ya que somos incidentales para el cosmos. Nuestras vidas son breves y, nuestro destino es el olvido. Y el mundo existe por su propio derecho.

La Nada, considerada como la ausencia de contenido, es un concepto extremadamente rico y complejo desde el punto de vista científico. John D. Barrow, nos dice que la ausencia de contenido, es un concepto extremadamente rico. La Nada, convertida de la mano matemática en el “Cero” y, de la mano de físicos y filósofos, el Vacío, posee, una larga historia, que se enriquece continuamente y que resulta ser una pieza central para las matemáticas. Y no sólo desde el punto de vista conceptual y rotacional, sino que también desempeña un papel fundamental en desarrollos que han cambiado la cara de esta disciplina, como la “Teoría de Conjuntos”. Por su parte, la “física cuántica”, al igual que la “Cosmología”, han descubierto que el vacío tiene estructura, un resultado que plantea profundos y apasionantes problemas filosóficos y que algunos, según Barrow, toman como una reivindicación de un sentir que se resume en la frase: “La Naturaleza aborrece el vacío”.

Todo lo que nos rodea, es un ser eterno e infinito, con lo que la idea de un espacio perfectamente vacío, sería equivalente a afirmar la existencia del no-ser, por lo tanto un absurdo. La existencia no puede venir de la no-existencia y, nada puede surgir de la nada, ni el ser convertirse en no ser.

Pero, ¿Tiene sentido hablar de lo que había antes del Big Bang? Ya que como todos sabemos, fue el inicio de todo. Esta pregunta asociada tradicionalmente a la filosofía, nos enfrenta con cuestiones como la pregunta de: ¿Cómo puede la Nada transformarse en Algo? Y, es la Mecánica Cuántica la que ha dado respuesta, dando un nuevo sentido a nociones como las del vacío o la nada, por lo que es posible dar también respuesta científica a estas preguntas. Respuesta asombrosa, ya que hasta en el vacío más absoluto siempre hay algo. A lo que Heisenberg, nos dice: “El universo no es sólo más extraño de lo que pensamos, es también más extraño de lo que podamos pensar”.

Para Enrique Borja, la ciencia moderna tiene una visión del vacío que dista mucho de la idea tradicional de un espacio inerte y sin contenido. Y, que fue considerado una imposibilidad durante la mayor parte de los últimos veinte siglos; en cambio, para la relatividad y la mecánica cuántica, el vacío, está lleno de posibilidades.

La Nada, ha sido un tema de persistente fascinación, durante milenios. Y en todos estos caminos hacia la verdad, la Nada ha surgido como un algo inesperadamente capital, sobre lo que se plantea muchas preguntas fundamentales. Así, cuando consideramos los problemas clave de progreso, encontramos que la “Nada”, disfrazada de algo, no está nunca lejos del centro de las cosas; y así, nuestras ideas de la Nada han influido en el aumento del conocimiento, algo que podría ser parte de una explicación de las cosas que vemos.

Para los teólogos, era una discusión crucial sobre la necesidad de que el universo hubiera sido creado de la Nada, a la vez física y espiritual. Pero para los filósofos, eran ejemplos de preguntas mal planteadas acerca de la naturaleza última de las cosas, que poco a poco fueron cayendo en descredito. Por lo que al principio, las preguntas sobre la Nada, parecían difíciles, luego parecieron sin respuesta y luego parecieron absurdas. Sin embargo, se podía construir una máquina para producir el vacío, una prueba definitiva de su realidad. Sin embargo, el vacío ha resultado más fluido, más inusual y menos vacío y menos intangible, como nos dice Barrow. Y su presencia se hace sentir en las dimensiones pequeñas y grandes, sobre las que actúan las fuerzas de la naturaleza y, así hemos construido la imagen del pasado, presente y futuro del universo, sobre las propiedades del vacío. El vacío se ha hecho esencial para entender cuestiones que abarcan desde la estructura atómica más fina, hasta la masa de las partículas que componen todo lo que nos rodea y, a nosotros mismos. Y resulta que la masa es la manifestación de las distintas formas que las partículas tienen, de relacionarse con el vacío. Y mirar el universo, es contemplar la expresión del vacío cuántico. Y la realidad, según Einstein, es meramente una ilusión, sin embargo muy persistente. Y según Hawking, sólo somos el producto de fluctuaciones cuánticas en el universo inicial.

Hay mucho más en la Nada de lo que parece, por lo que es esencial una idea correcta de su naturaleza, sus propiedades y su propensión a cambiar, tanto súbita como lentamente, si queremos entender cómo llegamos a pensar como lo hacemos. La Nada, es un concepto imponente aunque esencialmente mal asimilado y nadie parece saber cómo manejarla. Y existen concepciones diversas de ella en diferentes disciplinas, donde hay una Nada para cada ocasión y, hay ceros de todo tipo donde apuntar, desde cero puntos a cero horas, desde ceros a nuliversos, y cada modo de vida parece tener su propia personificación de la Nada. El vacío como estructura compleja, cuyos cambios pueden tener efectos cósmicos y quizá hayan sido responsables de dotar al universo de muchos de sus rasgos característicos, quizá haya hecho que la vida sea una posibilidad en el universo y quizá, un día la lleven a su final, como piensa y nos dice Barrow.

La muerte como aniquilación personal, es una antigua y accesible variedad de la Nada, un distanciamiento que sugiere una perspectiva definitiva o quizá un juicio final. Y su fría realidad, puede realizarse para sobresaltar la aceptación completamente de un aquí y ahora, con el que estamos comprometidos. La Nada se ha manifestado como algo clave y cuya concepción correcta, ha abierto nuevas vías de pensamiento sobre el mundo, como también sentirnos cómodos con la idea. La Nada podría ser algo y donde los universos vacíos podrían existir.

Para la mecánica cuántica, es insostenible la imagen de una caja vacía y era simplemente el estado de energía más bajo disponible, ya que si cualquier pequeña perturbación o intento de intervenir elevaría su energía. Esta energía del vacío impregna cada fibra del universo y, quedó de manifiesto que tiene una presencia física tangible, donde el mundo puede tener muchos diferentes estados vacíos, mostrándonos porqué el universo posee muchas propiedades inusuales que de otro modo, serían un completo misterio. Y si el universo tuvo un comienzo, ¿A partir de qué emergió?

Para Barrow, debe haber alguna ley sencilla de la Naturaleza, que todavía no hemos encontrado, que restaure el vacío y haga esta energía del vacío igual a cero. Sus efectos son espectaculares, ya que está acelerando la expansión del universo; y si es real, determinará el futuro curso del universo y determinará su final.

¿No es curioso que podamos saber más sobre las cosas que no existen, que sobre las cosas que existen? Así, para Einstein, la teoría cuántica le recordaba a los delirios de un paranoico extremadamente inteligente, compuesto de elementos de ideas incoherentes. Y que según Heisenberg: Donde podemos entender por completo una relación aunque sólo podemos hablar de ella en imágenes y parábolas.

Bolzmann y Loschmidt, descubrieron que en nuestro mundo de los cinco sentidos, el que tocamos y observamos, la Segunda Ley de la Termodinámica y la flecha del tiempo, nos dan la sensación de que la materia y la energía se deterioran con el tiempo y que este deterioro siempre ocurre hacia adelante. Sin embargo, Henri Poincaré demostró que con el tiempo suficiente, un sistema molecular vuelve finalmente a su estado original.

Es el tiempo el que crea la ilusión de irreversibilidad y con ella, la ilusión de que las cosas tienden a moverse hacia la Entropía, la desintegración y la decadencia. ¿Por qué debe pasar tanto tiempo en nuestro macro mundo, para que este fenómeno ocurra, cuando en el mundo microscópico la reversión de la entropía puede ocurrir tan rápidamente?

Es una experiencia cotidiana que existen procesos irreversibles, esto es, procesos que suceden en un sentido pero no en el inverso. Esta característica se debe reflejar de alguna forma en la leyes que condensan nuestro conocimiento sobre el funcionamiento de la naturaleza. La diferencia entre mecánica y termodinámica, es que las mecánicas son reversibles, es decir, que podía darse tanto un proceso como su inverso; la segunda ley de la termodinámica permite definir un sentido del tiempo, como aquel en que aumentaba la entropía. Y, de que el principio de aumento de entropía era una cuestión de escalas y probabilidades. Y mientras que la mecánica, se verificaba con certeza absoluta, el segundo principio de la termodinámica se cumplía sólo con una probabilidad elevada. Se ha encontrado una relación entre entropía, información y geometría, totalmente inesperada, lo que ha inspirado el Principio Holográfico, que de ser cierto, implicaría que nuestro universo sería una ilusión, reflejo de una dinámica más fundamental a lo que correspondería al borde tridimensional del universo y, la idea de entropía juega un papel relevante ahí también. Por lo que la termodinámica es la única teoría física de contenido universal y, de que sus conceptos, nunca se abandonarán, nos dice Einstein.

La herramienta idónea para visualizar el cálculo de la entropía, es un espacio abstracto denominado espacio “Fásico”, que combina las posiciones y velocidades de todos los átomos de un sistema. Y que se pueden entender como las coordenadas de un punto en un espacio de 6N dimensiones, que para muchos propósitos sí se puede ilustrar en el espacio bidimensional. La imaginación de la naturaleza supera con creces a la nuestra.

¿A dónde nos lleva el indeterminismo y la complementariedad? A una consecuencia demoledora. No existe una realidad profunda y, mientras que se las mida, los objetos cuánticos no poseen ningún atributo ni propiedad intrínseca, sólo una serie de probabilidades asociadas al conjunto.

Richard Dawkins, no sólo admite que el egoísmo se encuentra detrás de la propagación de nuestros genes, sino que además afirma que el cuerpo es simplemente un medio para lograr este objetivo y que no tiene ningún otro propósito. Y, no hay nada dentro de la civilización humana que no comience en el reino de la conciencia. La conciencia siempre precede, sin excepciones a toda expresión física. Todo, desde cualquier manifestación que emerge de los campos establecidos de la actividad humana comenzó siendo una idea y como se sabe, las ideas o pensamientos, se definen como parte del reino de la conciencia. El estado colectivo de la conciencia humana, determina el estado del mundo y, no hay una comprensión más profunda que ésta, en toda la historia de la humanidad.

A la filosofía se le mira con respeto como el importante quehacer de hombres sabios o se la desprecia y se le considera como el superfluo cavilar de soñadores. Se le considera como algo que interesa a todos y por lo tanto debe ser:

-Se dice que algo es finito, porque concebimos siempre otro mayor.
-Por Dios entendemos un Ser absolutamente infinito; una substancia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresan una esencia eterna e infinita.
-Por eternidad, se entiende la existencia misma en cuanto se la concibe de una cosa eterna.
-El conocimiento del efecto depende del conocimiento de la causa y lo implica.
-Dos substancias que tienen atributos distintos, no tienen nada en común entre sí.
-No puede una cosa ser causa de otra, si entre sí nada tienen en común.
-Dos o más cosas distintas se distinguen entre sí, o por la diversidad de los atributos de las substancias o por la diversidad de las afecciones de las mismas.
-En el orden natural no pueden darse dos o más substancias de la misma naturaleza, o sea con el mismo atributo.
-Cuanto más realidad o Ser tiene una cosa, tanto más atributos le competen.
-Cada atributo de una misma substancia debe concebirse por sí.
-Dios o sea una substancia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita, existe necesariamente.
-Todo lo que sigue de la naturaleza, tomada en términos absolutos, de algún atributo de Dios, ha debido existir siempre y ser infinito, o sea, es eterno e infinito en virtud de
ese atributo.
-Dios no es sólo causa eficiente de la existencia de las cosas, sino también de su esencia.
-En la naturaleza no hay nada contingente, sino que, en virtud de la necesidad de la naturaleza divina, todo está determinado a existir y obrar de cierta manera.
-Las cosas no han podido ser producidas por Dios de ninguna otra manera y en ningún otro orden que como lo han sido.

Cuanto más se limita un individuo, tanto más cerca se halla por otra parte del infinito. Y dado que esos seres aparentemente distantes del mundo, se construyen cada cual en su materia, una extraña síntesis del mundo absolutamente sin igual. El ajedrez es el único entre todos los ideados por el hombre que se sustrae soberanamente a toda tiranía del azar y otorga sus laureles de vencedor de un modo exclusivo al espíritu, más propiamente dicho, a una forma determinada de la habilidad intelectual.

Limitado en el espacio, geométricamente fijo y a la vez ilimitado en sus combinaciones, desarrollándose de continuo y no obstante estéril. Un pensar que no conduce a nada; una matemática que nada soluciona; un arte sin obras; una arquitectura sin sustancia, y no obstante, evidentemente más duradero en su existencia y ser, que todos los libros y obras de arte. El único juego propio de todos los pueblos y tiempos y, del que nadie sabe que Dios lo legó a la Tierra para matar el hastío, aguzar los sentidos y poner en tensión el alma; ¿Dónde comienza y donde termina?

Amo la ignorancia, dijo el sabio Zamnd, porque la ignorancia es el punto de partida de todo conocimiento. Lo que el pueblo cuenta, puede tener más conocimiento y ciencia que las palabras de un sabio. Lo que no se conoce, no se puede ver, lo evidente queda oculto ante los ojos del ignorante. Hay cosas que deben permanecer en silencio, porque son pocos los oídos capaces de entender la verdad.

Cuando no queda nada por descubrir en el exterior, puedes empezar a buscar en el interior de tu alma. Buscar en el pasado una brecha, algo que rescate a la humanidad de su ignorancia y de sus sistemas jerárquicos de opresión, codicia y guerra, porque en el presente no la hay y, en el futuro, mucho menos.

La mecánica cuántica desafía nuestras mentes y nos reta a trascender el mundo de lo tangible. En el entorno subatómico, la realidad entendida como algo objetivo que está ahí fuera, no existe, es pura ilusión. La física cuántica ha permeado otras disciplinas, desde la química y la cosmología hasta la neurociencia y la computación. Hoy tenemos dispositivos capaces de ejecutar en segundos, cálculos que a una computadora le tomarían 10,000 años. Toda la física moderna, es aplicable a problemas y hemos aprendido a vivir con el hecho de que nadie puede entenderla. Y según John D. Barrow, lo que llamamos las leyes de la física, bien pudieron ser distintas en el pasado o aún, ser diferentes hoy en día en otras partes. Las leyes de la naturaleza que estamos buscando por medio de la ciencia, son una colección de reglas impuestas al contenido del Universo, tal como las leyes que gobiernan un juego de ajedrez.

El tiempo y el espacio, están inextricablemente vinculados de misteriosas maneras. No hay manera de saber si dos eventos son simultáneos de manera Absoluta o Real, lo que significa que el tiempo absoluto no existe, y por consiguiente, el tiempo es relativo, como también lo son el espacio y la distancia, ya que un instrumento de medida en movimiento, registrará dimensiones distintas que un instrumento estacionario. Si un par de gemelos, uno viajara al espacio durante veinte años a velocidades extremas y regresara a la Tierra, para él habrán transcurrido cuarenta años, sin embargo el tiempo en la Tierra habrá sido de casi 59000 años. En distintos estados de movimiento, se medirán de formas distintas, ya que no hay estados de movimiento privilegiado. Pero la unión espacio-tiempo, se mantiene invariante en todos los marcos inerciales y, es conocida como la teoría de la Invariancia. Miremos donde miremos, la historia antigua se nos manifiesta como una rama de la ciencia entrelazada e interdisciplinaria. Gracias a ello, podemos afirmar que las civilizaciones surgen donde lo hacen, por razones explicables de varias ciencias.

EMERGENCIA Y CONVERGENCIA

La ciencia, se ha basado en la observación y a describir lo más exactamente posible cómo suceden en la naturaleza, por lo que si se encuentran ciertas regularidades, se enuncian como leyes, que pueden expresarse también de forma matemática. Y si las hipótesis permiten deducir predicciones y, si hay concordancia con lo observado, la hipótesis toma el carácter de teoría. Y tanto las teorías e hipótesis, permiten llevar a cabo experimentos y obtener respuestas más precisas que eliminarán las falsas concepciones del mundo.

La esencia de la lucha humana, es el conflicto entre quiénes somos y quiénes queremos ser. Y de hecho, nos dice Chopra, la dualidad, es el eje de la experiencia humana, coexisten en todas las personas y ejercen su influencia en todas las facetas de nuestras vidas. La dualidad es el eje de la experiencia humana: La vida y la muerte, el bien y el mal, la esperanza y la resignación. Sin embargo, todos negamos o desconocemos esta naturaleza Dual. Pero, ¿Por qué seguimos actuando contra nuestro sistema de valores y contra todo aquello que defendemos?

Llegamos al mundo no como un receptor pasivo de datos sensoriales, sino como entusiastas creadores. Y cuando reconoces tus necesidades, creencias, impulsos, deseos, sueños y temores, de pronto el mundo cobra sentido. El Yo existe por un solo propósito: ofrecerte un lugar personal en el mundo. Y siempre que sientes que todo tu mundo se viene abajo, lo que realmente se está viniendo abajo es el Yo y, su confianza en entender la realidad. El concepto de que tú y yo creamos Yoes, independientes y aislados, según Chopra, es una ilusión.

Ningún hombre es una isla y, el Yo que tú y yo compartimos con el resto de la humanidad, es esencial para nuestra supervivencia. El ¿Quién soy Yo? depende del ¿Quiénes somos nosotros? Y se dice que el mayor logro de Jung, fue demostrar que los seres humanos comparten un Yo. Y, es Freud quién llega a la conclusión de que la civilización se cobraba un alto precio por su existencia.

Verás que hay cosas más importantes por las que luchar que la muerte. Tenemos un don más allá de nuestro entendimiento. Nuestras palabras describen nuestra realidad, pero siempre estamos soñando, siempre redefiniendo realidades. Y como todas las criaturas, soñamos todo el tiempo. Soñamos con la idea de quiénes somos en relación con Todo lo demás; y cuando otras mentes se ponen de acuerdo con nosotros, nos aventuramos a llamar nuestro sueño “Verdad” y, dependiendo de cómo usemos el conocimiento, podemos ser víctimas o podemos ser maestros responsables de nuestro sueño personal.

En matemáticas como en cualquier clase de investigación científica, están presentes dos tendencias: por un lado la tendencia a la abstracción y por otro, la tendencia hacia el entendimiento “Intuitivo”, que promueve una comprensión más inmediata de los objetos que uno estudia, una vívida conexión con ellos, la cual enfatiza el significado concreto de sus relaciones.

En la actualidad todavía es válido, como siempre lo fue, que la comprensión intuitiva desempeñe un papel importante. Y tal intuición es de gran valor no sólo para el investigador, sino también para quién quiera apreciar los resultados de la investigación. Y así como una teoría científica puede sustituir a otra, debido a su superior capacidad para sistematizar las cosas.

Ahora sé, nos dice Deborah García, que sólo quién cree vivir la certeza sobre las preguntas vitales, es un necio sentado y a la espera. A los químicos sólo les interesa los electrones, porque a fin de cuentas son los responsables de que los átomos se unan y de que tras unirse muestren diferentes formas y colores, dando lugar a todo lo que nos rodea. Por lo que son los átomos, que son esencialmente vacío y partículas en movimiento, los que ocupan posiciones indefinidas y, que son los que forman todo. Así que la intimidad de todo lo que nos rodea, nos dice García, está vibrando y, es más “Nada” que “Algo”.
Que maravillosa sensación la de reconocer la unidad en un conjunto de fenómenos, que a la observación directa se muestran como cosas distintas, ha escrito Einstein Peter Watson en una brillante historia de la ciencia moderna, que revela las íntimas conexiones entre física y química, psicología y biología, genética y lingüística. Y demuestra cómo la convergencia entre tan diferentes ramas científicas, juega un papel fundamental en la historia de la ciencia. Enlaza avances científicos y salta de disciplina en disciplina y explica el mayor descubrimiento de un fascinante patrón de convergencia, tal vez lo más profundo que sabemos sobre el universo.

La idea de la evolución por selección natural, “Unifica” el dominio de la vida, el significado y el propósito y el dominio del espacio, el tiempo, la causa y efecto, el mecanismo y la ley física. Y a medida que pasaron los años, también los conceptos de energía y evolución se unirían cada vez más íntimamente, subrayando que en la raíz misma de la realidad, yace una coherencia básica, amplia y profunda que posiblemente sea su característica más significativa.

La coherencia convergente de las ciencias, apuntalada por la energía y la evolución, nos ayuda a comprender todo lo que ahora conocemos. Al propio tiempo, también encarna, lo que podríamos calificar de misterio último, según Peter Watson. Ya los Upanishad decían: Porque a los dioses les gusta el enigma y les repugna lo que es manifiesto. Te diré claramente todo lo que quieres saber, no enmarañando enigmas, sino con palabras claras, como deben ser las dirigidas a los amigos. Y aunque los seres humanos hemos llegado muy lejos, no hemos evolucionado nada emocionalmente y seguimos siendo los mismos y, no vemos que nuestros peores impulsos son autodestructivos.

La destrucción es inherente a la naturaleza, así la muerte interrumpe la vida y el deterioro absorbe la vitalidad; por lo que la sombra es un aspecto de la realidad tan básico para la creación, que sólo el entendimiento completo puede confrontarla con éxito y, el secreto reside en la “Conciencia”.

Para Niels Bohr: La historia de la ciencia nos enseña una y otra vez que ampliando nuestro conocimiento podemos llegar a reconocer relaciones entre grupos de fenómenos que hasta entonces parecían inconexos.

Para Steven Weinberg: Siguiendo las flechas de las explicaciones hasta su fuente, hemos descubierto un fascinante patrón de convergencia, tal vez lo más profundo que hayamos descubierto nunca sobre el universo.

Para Albert Laszlo Barabási: Nos hallamos en un momento de gran convergencia en el que datos, ciencia y tecnología se aúnan para desentrañar el mayor de los misterios: nuestro futuro como individuos y como sociedad.

Para Arthur Eddington: No estaremos satisfechos hasta que podamos representar todos los fenómenos físicos como la interacción de un gran número de unidades estructurales intrínsecamente semejantes.

Para Ralphh Waldo Emerson: Todo está hecho de una sola sustancia oculta.

Para Robert Laughlin: Todos ansiamos secretamente una teoría definitiva, un conjunto de reglas maestras del que fluya toda verdad.

Para Ludwig von Bertalanffy: La realidad en su concepción moderna, se nos manifiesta como un fabuloso orden jerárquico de entidades organizadas que, mediante una superposición a muchos niveles, nos lleva de los sistemas físicos y químicos a los biológicos y sociológicos.

Para George Gaylord Simpson: A medida que avanza el conocimiento científico, se nos manifiestan relaciones entre fenómenos hasta entonces inconexos.

Para Edward O. Wilson: El reduccionismo es el más fino escalpelo de la ciencia.

Para Erwin Schrodinger: Hemos heredado de nuestros antepasados un anhelo vehemente por el conocimiento global y unificado.

Para Brian Greene: La búsqueda de los ingredientes elementales que constituyen el universo y las más profundas leyes que rigen sus interacciones podría concluir algún día. Cuanto más profunda es nuestra indagación, más simples y unificadas se tornan las leyes y, pudiera ser que hubiera un límite para este proceso.

Para Rudolf Carnap: La biología presupone la física, pero no al contrario.

Para Julius Rebek: Hubo un tiempo en el que había física y había química, pero no biología.

Para Steven Strogatz: La matemática puede poner de manifiesto la unidad subyacente de fenómenos que de otro modo no parecen relacionados.

Para George Johnson: Vivimos en un mundo lo bastante ordenado para que medirlo recompense.

Para Lucien Levy-Bruhl: Nuestra actividad cotidiana implica una perfecta confianza en la universalidad de las leyes de la naturaleza.

Para Patricia Churchland: Es obvio que ya no importa dónde acaba una disciplina y donde comienza otra.

Para Jacob Bronowski: En toda época hay un punto de inflexión, una nueva manera de ver y afirmar la coherencia del mundo.

Para John Dupré: La ciencia persigue tanto detectar el orden como crearlo.

Para Karl Popper: No puede haber explicación que no precise mayor explicación.

Ya desde Aristóteles, se ha reconocido que los distintos saberes están estrechamente relacionados entre sí. En particular, se los ha concebido como ramas de un mismo árbol, como nos dice Mario Bunge, donde todos los biólogos modernos, saben que la biología, aunque peculiar, usa mucha química, la que a su vez se basa sobre la física y sin embargo, los especialistas suelen ser aislacionistas.

La neuroeconomía, es la suma de la economía, la neurociencia y la psicología, para dar respuesta a cuestiones de índole económica desde una nueva perspectiva, que integra los conocimientos aportados por cada una de ellas, con la principal finalidad de predecir la conducta en situaciones de incertidumbre, lo que tendría implicaciones incalculables y, nos proporcionaría un mecanismo para prevenir las crisis. Esta posibilidad no pasa de una utopía, dado que no somos capaces ni de entender ni de predecir nuestro comportamiento.

Una versión del positivismo jurídico, el Derecho sólo se ocupa de la ley positiva y es, o debiera ser, independientemente de la política y de la ética. Y según esta doctrina, el jurista debe servir al statu quo, por perverso que éste sea y no debe ayudar a la reforma legal. Todos ellos nos dice Bunge, han sabido que el derecho, lejos de ser autónomo, está en el centro de la intersección de la política con la moral y la ciencia social, y que puede progresar o retroceder gracias a estas impurezas. La matemática, que hoy en día incluye la lógica, es la herramienta universal de la investigación en todos los campos y de ese modo hay que ubicarla en el centro de la roseta de los saberes.

El motivo por el cual las ciencias de la realidad se solapan parcialmente entre sí, es que el mundo es Uno. Así también los economistas que pueden manipular la economía como si fuera independiente de la naturaleza, la política y la cultura. Su enfoque sectorial es uno de sus motivos de su estrepitoso fracaso y, se vuelve obvio cada vez que ocurre una grave crisis económica. El enfoque sectorial puede producir conocimiento en pequeñas dosis, pero no puede abordar sistemas de ningún tipo, por lo cual, está condenado a obstaculizar el estudio y control de la realidad, que es el sistema de todos los sistemas.

El pensamiento sistémico ha avanzado notablemente desde su nacimiento en matemáticas, ciencias naturales e ingeniería. Pero apenas ha comenzado a adoptarse en ciencias sociales, que son las que encaran gravísimos problemas sistémicos. Y de que vuelva a usarse en filosofía ya que por definición, todo gran problema filosófico, tiene facetas lógicas, ontológicas, gnoseológicos, axiológicas. La consigna de “Divide y Vencerás” es válida en política, pero no en asuntos del conocimiento.

Todo tipo de conducta humana, buena o mala, puede legalizarse, como nos dice Bunge, ya que hay leyes buenas y malas y, el estado de derecho es deseable en la medida en que las leyes en cuestión sean objetivamente buenas, es decir, protejan valores universales. No basta la legitimidad jurídica, ni siquiera cuando va junto con la legitimidad política. También es necesaria la legitimidad moral, porque el buen gobierno de cualquier grupo social no se limita a mantener el orden, sino que ayuda a practicar la justicia, definida como equilibrio de deberes con los beneficios o derechos.

La raíz filosófica del pluralismo legal y del positivismo jurídico, es el relativismo axiológico radical. Y según esta doctrina, todos los juicios de valor son subjetivos o tribales, de modo que todo es válido. La gente normal prefiere el bienestar a la penuria, el orden al desorden y la equidad a la inequidad. Hay en suma, valores objetivos, por los que vale la pena trabajar y luchar.

Todas las ciencias de la realidad, presuponen ciertos principios ontológicos, como la tesis de que la realidad está constituida exclusivamente por entes concretos y que éstos no existen independientes los unos de los otros, sino que se dan en paquetes o sistemas. Los ordenadores piramidales no dan cabida a cuerpos mixtos de conocimiento, en cambio, los diagramas de Venn dan lugar a las inter disciplinas y sugieren la unidad de la ciencia, que es un sistema y no un conjunto de disciplinas separadas entre sí. Observamos que la religión y las pseudociencias, permanecen fuera de toda roseta de saberes, lo que implica que no son saberes.

La filosofía según Henri Bergson, tiene afinidades con el arte y, se acerca más al arte que a la ciencia, ya que la ciencia no da de la realidad más que un cuadro incompleto o más bien, fragmentario. Y aprehende lo real por medio de símbolos que son forzosamente artificiales. Y en cambio el arte y la filosofía, se unen por la intuición, que es la base común de ambos. Su influencia se ha extendido, sobre toda la filosofía moderna. Su influencia invade otros terrenos y así, en la biología, se ve influenciada por sus ideas de continuidad indivisa, una especie de contaminación sentimental de los estados psíquicos, ya que en su obra se puede discernir una parte de lo que fue y, se descubre también en parte, lo que va a ser.

Para Joseph Silk: “Todo lo que puede ocurrir ocurrirá un número infinito de veces” y según Boltzmann: “Toda posición y momento concebible de una partícula debe existir en algún lugar”. Y Bohm habla del “orden implicado” del cosmos y que en el espacio matemático continuo, no existe una división real entre mente y materia, psique y Soma”, donde el espacio matemático, contiene un orden invisible que “Emerge”, en las circunstancias adecuadas; y su idea es la de que todos estamos relacionados con un “Todo”, y que tarde o temprano las entidades orgánicas, podrán relacionarse con el Todo.

Emergencia, significa crecimiento de una estructura organizada compleja a partir de reglas simples. Emergencia significa inevitabilidad sobre cómo son ciertas cosas. Significa impredictabilidad, en el sentido de que sucesos pequeños pueden provocar cambios grandes y cualitativos en sucesos mayores. Emergencia es una ley de la naturaleza a la que los humanos estamos subordinados.

El legado del Darwinismo es complejo. El modo en que había bebido de las fuentes de la geología, la antropología y la conducta animal y las sintetizaba y, el modo en que encajaba con los avances más recientes de la astronomía y la cosmología, era para muchos tan fascinante, como naturalmente convincente, nos dice Peter Watson. Además, el acercamiento de distintas disciplinas y la oportunidad de su aparición, desempeñaron un papel importante en la secularización del pensamiento científico.

El darwinismo forzó a la gente a adoptar una nueva visión de la historia y lo que ocurría por accidente, por lo que no había ningún fin último. Además de matar la necesidad de un Dios, por lo que desafiaba la idea de sabiduría como estado definido y, a su posible alcance de todos. Y fue dicho modelo lo que llevó a Marx a la idea de la inevitabilidad de la revolución y, lo que llevó a Freud a concebir la naturaleza de la actividad mental subconsciente, por lo que podemos decir que el darwinismo ha triunfado y comienza a producir un poderoso cambio en nuestras vidas.

John Theodore Merz, había observado que la unificación del pensamiento que había resultado de tantos observaciones y de experimentos de óptica, electricidad, magnetismo y bioquímica, necesitaban una generalización y una unificación más completa del conocimiento de la conservación de la energía, la mayor de todas las generalizaciones exactas sobre el concepto de energía.

Thomas Kuhn, señala que el descubrimiento de la conservación de la energía, nos ofrece el más claro ejemplo del fenómeno conocido como descubrimiento simultáneo. Cuatro científicos habían puesto por escrito, de que el calor y el trabajo eran cuantitativamente intercambiables y, como manifestaciones de una única fuerza, que podía aparecer en forma de eléctrica, térmica. Dinámica y muchas otras, pero que en todas las transformaciones, nunca podía crearse ni destruirse.

Schelling, sostenía que los fenómenos magnéticos, eléctricos, químicos e incluso orgánicos, acabarían siendo entretejidos en una gran asociación. La unificación del pensamiento que promovieron todos aquellos experimentos y observaciones, según Watson, necesitaban una generalización aún más elevada, una más completa unificación del conocimiento, la mayor de todas las generalizaciones exactas del concepto de energía. Y que Tait y Kelvin, consideraban como la única ley del universo: “La Conservación de la Energía”.

Hoy podemos ver, que todo parecía apuntar a la teoría de conservación de la energía, pero aún necesitaba que alguien formulase las ideas de forma clara. Y esto sucedió con von Helmholtz, quién proporcionó la formulación matemática que relacionaba calor, luz, electricidad y magnetismo, tratando estos fenómenos, como distintas manifestaciones de la misma energía.

Maxwell había concebido cuatro ecuaciones que unificaban la electricidad, el magnetismo y la luz, y, que demostraban que la luz no era más que una pequeña franja de un amplio abanico de ondas posibles y que viajan a la misma velocidad, pero que vibran con distintas frecuencias.

Según Weinberg, “Hemos descubierto un fascinante patrón de convergencia, tal vez lo más profundo sobre el universo”, Y es Peter Watson, quién revela las íntimas conexiones entre física y química, psicología y biología, genética y lingüística y demuestra cómo la convergencia entre tan diferentes ramas científicas juega un papel importante en la historia de la ciencia. Y enlazando avances científicos y saltando de disciplina en disciplina, explica quizá el mayor descubrimiento de la década. Por lo que se trata de una fascinante manera de descubrir lo que sabemos y hacia dónde se dirige, la ciencia en el siglo XXI.

En el nivel del Microcosmos, el tiempo fluye en ambas direcciones. Sin embargo, en nuestro mundo de los cinco sentidos y de nuestra experiencia diaria, esto nunca ocurre. ¿Cómo es posible que un mundo, en el que la reversión del tiempo es una realidad constante, del nacimiento a un sistema en el que la reversibilidad es un suceso estadístico improbable. Si las moléculas y átomos que nos constituyen son reversibles en el tiempo, ¿Por qué no podemos hacerlo nosotros? En algún lugar del camino, apareció la ilusión de que el tiempo no puede revertirse. Y nadie ha podido encontrarle una explicación, ya que según la paradoja de Loschmidt, el concepto de irreversibilidad, no es coherente con las leyes de la física, que establecen lo contrario.

Si existe una inteligencia creativa infinita que hace cosas a partir de sí misma, convirtiéndose a sí misma en las cosas que hace, según Ernest Holmes; y si el hombre existe y está consciente, entonces el genio creativo de esta mente universal, es también el genio creativo del hombre.

La Ciencia de la Mente, creación de Holmes, nos dice: El Todo es Uno y el Uno es Todo. La creatividad del pensamiento no depende del pensador. La actividad creativa del pensamiento pertenece al universo. Cada avance en la ciencia, se construye sobre la base de la sencilla proposición de que la naturaleza nos obedece cuando la obedecemos. La ley nos sirve, pero primero debemos obedecerla, y nunca tratamos de forzar nada cuando se trata de las leyes de la naturaleza. Y una de las cosas que debemos entender en lo referente a las leyes, es que seguimos operando en un terreno de ley y orden. La mente es una unidad completa y perfecta y, la verdad, es aquella cuyo centro se encuentra en todos lados y cuya circunferencia no está en ningún lado.

Es un hecho interesante que podamos contactar al subconsciente y darle dirección mediante el uso de nuestras facultades conscientes. La facultad consciente, es lo que imprime la reacción subconsciente. El subconsciente en sí mismo, al ser meramente una parte de la ley de Causa y Efecto, puede ser reorganizado por la dirección consciente que se le da. Es por esto que el tratamiento mental es un acto definido de pensamiento, y no el acto caótico. La actividad consciente del pensamiento, puede reorganizar reacciones subjetivas y éstas regresaran como situaciones objetivas, y por tanto, siempre tenemos un propósito consciente en mente, para creerlo, comprenderlo y, saber cómo usarlo, nos permite elevarnos por encima de viejas de viejas situaciones y crear nuevas.

Hace mucho, nos dice Deborah García, llegue a la conclusión de que todas que repercutían en mi vida y que escapaban a mi control, sucedían por alguna razón, y que esa supuesta razón cósmica que gobernaba mi vida era bondadosa conmigo. Y que incluso, cuando todo parecía haber perdido el equilibrio, con el paso del tiempo volvería a encontrarlo. Decidí estudiar química porque quería entender el comportamiento del universo, el porqué de las formas, los colores, los cambios, la razón verdadera. Creía que la ciencia daría respuesta a todas estas cuestiones y que sabría, al fin, porqué todo parece estar tan ordenado, porqué podemos catalogar los elementos que lo forman absolutamente todo, en una simple tabla periódica. Y por qué unos elementos tienden a enlazarse preferentemente con otros y quería encontrar una explicación sólida, más allá de reglas inconclusas y de tendencias sin razón aparente, de equilibrios y de situaciones inexplicables.

Cuanto más sabía sobre las cosas, sobre cómo estaban hechas, cómo se transformaban unas en otras, cómo se mantenían entre sí relaciones de simetría, con lo que, más perfecto me parecía el universo. Todos esos secretos se iban revelando ante mí, para mostrarme la perfección que se esconde ante el caos aparente, y una vez que descubres su armonía y su belleza, ya nada puede escaparse de esa sensación, porque esa plenitud lo inunda todo. Creía firmemente que la ciencia contestaría a las grandes preguntas filosóficas y que las certezas que me proporcionaría la ciencia, me permitirían vivir en paz, sin sentirme amenazada por las dudas, y que cuando estuviera en posesión de la verdad, explicaría a los demás, la razón que subyace tras la armonía, con la tranquilidad de quién todo lo sabe.

Vivir a sabiendas de que todo lo que vemos está formado por unas pequeñas partículas llamadas átomos, y que éstos, a su vez, mantienen entre sí una relación periódica sencilla, y que los podemos agrupar a todos ellos en una tabla que no ocupa más que una cuartilla, es descubrir que hay un orden subyacente en todas las cosas. Sin embargo la ciencia ofrece los Cómos, pero no pretende ahondar en los Porqués absolutos. Esa razón categórica queda fuera de los límites de la ciencia, y quizás fuera de los límites de nuestro entendimiento.

Los dos grandes temas unificadores, que es la Conservación de la Energía y la Evolución por medio de la selección natural, sitúan la escena, pero contienen una contradicción. Los físicos de la termodinámica decían llanamente que el mundo se iba agotando, que su energía útil se desvanecía, que la organización se perdía, que la Entropía, tiende a un máximo. En cambio la Evolución nos decía que al menos los sistemas biológicos iban a más, y cada vez se tornaban no menos sino más complejos y organizados.

La física se fue haciendo más unificada y más diversificada, más ordenada y más compleja y, el orden emergente y la coherencia de las ciencias, no era del todo evidente. Fue también, cuando se dieron los primeros pasos que llevarían a la física a unir fuerzas con la astronomía para crear una cosmología completamente nueva que tomaría nuestras ideas sobre el universo y su evolución. Fue el principio de otro enlace, el que unió lo extraordinariamente con lo inimaginablemente grande. Y con el cambio del tiempo se vería que el carácter discreto de la naturaleza era fundamental, y donde la Energía y no la materia, era la esencia de una realidad que sólo podía entenderse como procesos de acción. Y al igual como el electrón el Cuanto ayudo a explicar el carácter discreto de la naturaleza.

Peter Watson revela las íntimas conexiones entre física, química, psicología y biología, genética y lingüística, demostrando cómo la convergencia entre tan diferentes ramas científicas juega un papel fundamental en la historia de la ciencia y en suma, se trata de descubrir qué sabemos sobre la ciencia y hacia dónde se dirige la investigación en el siglo XXI.

PREGUNTAS IMPROPIAS DE LA CIENCIA

Vivimos desde nuestros orígenes, en un mundo en el que debemos tomar decisiones muy rápidas, bajo gran presión y con gran incertidumbre y, sin contar con todos los datos necesarios para estar seguros de que la decisión que tomemos es lo correcto; por lo que se dice que nuestra mente es cavernícola; rápidos y eficientes, pero también nos equivocamos muy seguido y por eso nos inventamos tantas cosas a partir de tan pocos datos. Nos equivocamos, pero también acertamos con frecuencia, y nuestra mente es capaz de evocar recuerdos que verídicos o no, le son de utilidad para adaptarnos al momento actual y al futuro y que debemos ir prediciendo de la mejor manera que seamos capaces para poder adaptarnos.

Los sesgos cognitivos, nos dice Helena Matute, son errores sistemáticos que cometemos todos en nuestro razonamiento en nuestra percepción y, la manera de dar sentido a cuanto nos rodea. Y ¿Qué pensarías si te demostraran que no puedes fiarte de tus sentidos, ya que mucho de lo que ves y oyes es una construcción de tú mente, y que buena parte de tus recuerdos son inventados y tus razonamientos son el resultado de intereses más que de las leyes de la lógica?

La mente humana es prodigiosa, pero está muy lejos de ser precisa y rigurosa, ya que se equivoca a menudo. Todos Inventamos la realidad y, a todas horas. Lo poco racionales que somos y lo mucho que nos engañamos, lo mucho que vamos cambiando nuestros recuerdos con el tiempo y, los muchos errores que cometemos una y otra vez. Inventar lo que no percibimos y lo mismo que tomar decisiones de no contar con todos los datos, nos ha proporcionado una ventaja evolutiva; pero también inventamos cosas que no existen y tomamos decisiones basadas en razonamientos absurdos.

Para sobrevivir, la fortaleza física es importante, pero la capacidad de tomar decisiones adecuadas ante la infinidad de condiciones adversas y cambiantes del ambiente es crucial. Somos los que mejor hemos sabido aprender. Nos gusta pensar que somos animales racionales, pero no lo somos; no somos tan racionales como siempre hemos creído ser; pero hoy debemos dudar, siempre dudar, porque nuestra mente nos engaña y cuanto antes seamos conscientes de ello, tanto mejor. El objetivo de la adaptación al medio, no es percibir correctamente la realidad, ni recordarla correctamente, sino la de actuar rápido incluso con pocos datos. Estamos configurados para fiarnos de nuestros sentidos, que son lo único con lo que hemos contado durante toda la evolución.

Estamos usando a diario respuestas y formas de razonar y de entender el mundo que fueron adaptativas para nuestros antepasados, pero que al mismo tiempo se convierten en trampas mortales cuando no nos percatamos de que son modos de reacción ancestrales, que no debemos aplicar en pleno siglo XXI, sin algunos filtros.

¿Cómo es posible que el universo naciera tan perfecto, como para ser compatible con la vida? La vida necesita tiempo para evolucionar y, el porqué de un universo comprensible, es uno de los grandes misterios. Y de los principios sencillos que se han originado y conforman la columna vertebral, donde como especie nos enfrentamos a muchos retos y no sólo a los que hemos creado nosotros mismos y donde, la naturaleza tiene una inclinación que cuesta explicar.

Según el “Principio Antrópico”, nuestro universo está perfectamente ajustado para maximizar las posibilidades de vida biológica como somos nosotros. Así por ejemplo:

-Si la fuerza de la gravedad fuera un 0.1%, superior a la actual, el universo se llenaría de Agujeros Negros, mientras que si fuera o.1% inferior no se habrían formado las
galaxias.
-Si el Big Bang hubiera explotado con menos energía, el universo primigenio se habría comprimido por sí solo, mientras que con algo más de energía, se habría expandido
demasiado de prisa para que se formaran las estrellas.
-Si la fuerza electromagnética hubiera sido más débil con relación a la fuerza de gravedad, las estrellas se habrían comprimido mucho antes de que pudiera evolucionar la
vida.
-Si el protón tuviera algo más de masa que el neutrón, el hidrógeno se deterioraría y buena parte de la materia del universo se descompondría.
-Si la fuerza nuclear fuera un poco más intensa, no existirían los átomos y no se habría formado carbono suficiente para que existiera la vida.
-Existen además 25 constantes fundamentales, donde la proporción entre ellas dependen de las interacciones fundamentales de la física.

La vida podría ser algo raro y valioso, ya que para evolucionar hemos necesitado de un planeta grande para retener una atmósfera y próximo al Sol, para que el agua estuviera en estado líquido y lo suficiente alejado para no carbonizarnos. Y nuestra posición intermedia en la galaxia es un acto de equilibrio crucial. Y si una especie sobrevive lo suficiente para formar una civilización inteligente, y tuviera la posibilidad de hacer un uso eficaz de los recursos, pero también tener el acceso de energías renovables y ascender a otro nivel y extenderse a otros mundos y llegar a manipular la materia y el espacio-tiempo. Cómo también podría haber vida en cualquier lugar del universo, y entrar en contacto con ellos.

Investigadores han propuesto, en respuesta a la poca posibilidad de que el universo se adecue a la vida, de que seguramente existen miles de millones de universos y de que vivimos en uno, en el que todo funciona de maravilla para nosotros. Otros creen que debe haber un motivo para tanta perfección y de que quizá la física esté orientada en esta dirección, pero hay otros que sugieren que el universo es un tipo de simulación informática virtual.

Nos resulta imposible saber quiénes somos realmente, a menos que entendamos los Arquetipos, porque los Arquetipos son lentes psíquicas a través de las cuales nos vemos y vemos el mundo que nos rodea. Hemos tratado de entender, nuestro funcionamiento psicológico, del porqué somos como somos, despertando en nosotros la necesidad no sólo de ser conscientes de la influencia de los Arquetipos en nuestra vida, sino también de cómo se manifiestan en ella.

Los Arquetipos son un nuevo lenguaje de poder, como nos dice Caroline Myss, que ve infinitas posibilidades de mejorar su mundo, si conseguían captar la esencia verdadera de lo que son. Por lo que poner al alcance del público este material sería transformador. Los Arquetipos son la clave de nuestro poder y son modelos universales de poder derivados de nuestras creencias, y, que a su vez tejen de manera invisible, el modo en que nos planteamos todos y cada uno, de los aspectos de nuestra vida y, cuando descubres qué arquetipos rigen tu vida y, ahondas el núcleo de tú Ser.

Los arquetipos tienen la llave de tu verdadera identidad y, en cierto modo, saben más de ti que tú mismo; identificando tu arquetipo, llegas a comprender tu verdadero Yo, siendo el mecanismo del inconsciente humano. Y son como puertas a un reino oculto, a una puerta paralela y descubrir esa realidad en la que residen los arquetipos y aprender acerca de los tuyos, en particular es un modo de encontrarte contigo mismo.

Evolucionamos y maduramos con el tiempo, pero siempre obedeciendo a nuestros arquetipos. Y para muchos, nacemos con una misión y que dicha misión está dirigida por nuestros arquetipos. Las leyes de la naturaleza nos enseñan que la vida está regida, según Myss, por ciclos que interactúan y, de que nada existe sin un propósito, así como de que estamos tan sujetos a las leyes de la naturaleza, como todo lo demás.

El sentido y el propósito de nuestra vida, forma parte del orden mismo de la existencia. Y de que no obstante, dentro de estos ilimitados horizontes hay límites y, sólo podemos destacar en lo que somos y no en lo que nos gustaría ser. Myss, nos dice que hemos nacido con una serie de capacidades, talentos, recursos, obligaciones y retos vitales en el ADN, y esa es, con lo que nos toca jugar. Pero no puedes ser otra persona que la que eres en esencia. Tus arquetipos impregnan cualquier aspecto de tu naturaleza consciente o inconsciente y con los años vas conociéndote y llegaras a entender tus arquetipos y la profunda influencia que tienen en tu psique.

La psicología demostró que lo que hace feliz al ser humano es “Estar en Relación constante con todos los demás”. Vivir en conciencia plena, hacer el paso más lento y saborear cada segundo y cada respiración. Eso basta. Buscamos suscitar la admiración y el razonamiento de nuestros semejantes, pero no sabemos ni amar ni ser amados, alimentamos la máquina de las ilusiones y el sufrimiento que ocasionamos por nuestra ignorancia. Sin tener conciencia, buscamos el amor, buscamos un sentido, pero nos aislamos cada vez más, lo que pone en peligro nuestro equilibrio emocional. En nuestro fuero interno, se cruzan fallas de donde nacen las emociones negativas como la avidez, la envidia, los celos, la tristeza.

No existimos independientemente de los otros. Y no somos más que relaciones, con nuestros ancestros, con nuestros hijos y con quiénes nos rodean. Y la historia del cosmos también es la nuestra. Nuestra persona es infinita porque es una parte del Cosmos. Somos los hijos del cielo, polvo de estrellas, y al enfrentarnos a ver y sentir la naturaleza interrelacionada con todo lo que compone la creación, tenemos la oportunidad de tocar la eternidad con un dedo, como sugiere Thich Nhat Hanh.

Lo que necesitan más las sociedades, son seres que puedan comprender la realidad en su unidad, a la vez de manera global, sistémica y multidimensional. Lo que necesitamos son personas capaces de amar, que puedan englobar la integridad de la realidad y que no tomen partido. “Una mala hierba es una planta cuyas virtudes, aún no se han descubierto”. Hay que tomar tiempo de “Ser” y no de “Hacer”. Abrir delante de nosotros un espacio, un alimento para una vida plena. La riqueza de la práctica de la conciencia plena es revelar que nos basta “Ser”, para saborear la vida y que esta felicidad. es accesible para todos; amar es estar presentes. Y aquel que sabe reconocer el presente, no tiene necesidad de poseerlo. Se regocija de ser quien es y, de lo que viene, diseñando un camino de gratitud.

El único momento en el que podemos estar vivos, es en el momento presente. El pasado ya no es y el futuro no es aún. No es más que el momento presente cuando podemos tocar la vida y estar profundamente vivos. Nuestra verdadera vida es aquí y ahora. Hay sufrimiento en el presente, pero también hay paz, estabilidad y libertad.

La verdad es indivisible y al no haber nada distinto a ella, con lo cual dividirla y siendo el mismo Todo, permanece como una unidad completa. El Absoluto indivisible de la verdad, incluye todo lo que existe y, nos incluye a todos, a ti y a mí. Sin embargo, se dice, que ningún genio ha tenido el más mínimo éxito en explicar la existencia y, el Enigma perfecto permanece.

Una naturaleza, perfecta y penetrante, circula en todas las naturalezas. Una realidad, que todo lo abarca, contiene en sí todas las realidades. La luz interior está más allá del elogio y la censura; y como el espacio, no conoce límites, pero está ahí, dentro de nosotros, reteniendo siempre su serenidad y plenitud; no puedes asirla, pero igualmente no puedes desembarazarte de ella y, no pudiendo hacer tú ninguna de ambas cosas, ella sigue su propio camino. Tú callas y ella habla, tú hablas y ella enmudece. No preguntes, nos dice la filosofía Perenne, si el Principio está en esto o en aquello, está en todos los seres. Por esta razón, le aplicamos los epítetos de supremo universal total, que ha ordenado que todas las cosas sean limitadas, pero Él es ilimitado, infinito, Es el autor de causas y efectos, autor de condensaciones y disipaciones. Todo procede de Él y está bajo su influjo, está en todas partes y en todas las cosas y, no está diferenciado ni limitado. Los que vanamente razonan sin comprender la verdad, se pierden en la selva, corriendo de aquí para allá e intentando justificar su opinión sobre la substancia del Yo. El Yo, advertido en tu más intima conciencia, aparece en su pureza, que no es el reino de los que se entregan al mero raciocinio. Por no saber, Quienes somos, nos conducimos del modo generalmente tonto, a menudo insano, a veces criminal, tan característicamente humano. La virtud de la sabiduría contiene más que otra cosa, un elemento divino que permanece siempre. Y según Eckhart: Mientras yo sea esto o aquello o tenga esto o aquello, no lo soy todo, ni lo tengo todo. Hazte puro hasta que no seas ni tengas esto o aquello; y entonces serás omnipresente y, no siendo esto o aquello, lo serás todo.

El Universo es una perpetua sucesión de acontecimientos, pero su base, según la Filosofía Perenne, es el ahora sin tiempo. Una cosa es ser llevado a través de una vida sin fin, lo que es manifiestamente propio de la Mente divina, puesto que Dios tiene siempre un estado eterno y presente. Su conocimiento que sobrepasa las ideas del tiempo, permanece en la simplicidad de su presencia y, comprendiendo lo infinito de lo pasado y lo por venir, considera todas las cosas como si estuvieran en el acto de ser cumplidas.

Los enemigos de la Filosofía Perenne, han negado la existencia de un eterno ahora. Y según estos pensadores, el tiempo y el cambio son fundamentales; no hay otra realidad, además de que los acontecimientos futuros están completamente indeterminados. La existencia del eterno ahora, es a veces negada alegando que un orden temporal no puede coexistir con otro orden no temporal y, que es imposible que una substancia cambiante se una a una substancia que no cambia. ¿Qué necesidad hay de tantas noticias de fuera, cuando todo lo que atañe a la vida o a la muerte ocurre y opera dentro de nosotros?

La finalidad última del universo, ha de ser el bien del intelecto y éste, es la verdad. Por ende, la verdad, es la finalidad última de todo el universo y su consideración, debe ser la ocupación principal de la sabiduría. Aristóteles, define la Primera Filosofía, como el conocimiento de la verdad, no de cualquier verdad, sino de aquella verdad que es la fuente de toda verdad; esto es, de aquélla que se refiere al primer principio del Ser de todas las cosas, por donde su verdad es el principio de toda verdad, puesto que la disposición de las cosas es la misma en la verdad que en el Ser.

La verdad no se explica ni es explicable y, nuestra unidad con ella, no es algo que adquiramos, es una realidad a la que llegamos no sólo a través del proceso intelectual, ya que el intelecto nunca ha podido explicar su propia existencia y, simplemente la ha experimentado, como explica Holmes. Y, si la verdad es todo lo que existe y si es universal y es una unidad, entonces nada estuvo antes y nada vino después, pero ella era, es y será el Todo. Donde la indivisibilidad de la verdad, garantiza su unidad y, su unidad garantiza no sólo nuestra unidad con ella y su unidad con nosotros, sino la inseparable totalidad de esta unidad.

Trascendente, aún y cuando es inmanente, la verdad unifica. El que percibe y lo que es percibido, se unen en una mente y existencia comunes. La verdad es inmutable y esto es evidente, ya que no hay nada por lo que la verdad puede ser cambiada. Pero no puede cambiarse por la nada porque la nada no existe; no se puede cambiar en sí misma porque ya no es ella misma y, continúa persistente y permanente.

Si la verdad no puede cambiar, si es permanente, si es omnipresente, entonces es siempre confiable y, no hay más que estabilidad y seguridad. La verdad es fiable y fiel; no nace, ni evoluciona, ni se deteriora y, como es eterna e inmutable y como existe y como lo que soy es ella en mí, es evidente que Yo soy eterno. La verdad, al ser Todo lo que existe, es tanto causa como efecto, por lo que es evidente que la verdad no tiene causa y que no tiene efecto externo. Por tanto, causa y efecto son la misma cosa, por lo que no hay ni causa ni efecto externo a la verdad.

De aquí que cualquier creencia en la causa y efecto de la esclavitud y, carezca de validez, porque, si la tuviera, la esclavitud sería permanente, inmutable e inescapable. Si la verdad fuera esclavitud, la libertad sería impensable.

Thich Nhat Hanh, uno de los líderes espirituales de oriente y occidente, nos enseña los principios fundamentales que dan cuenta de filosofías y, enseñanzas más inspiradoras que se hayan visto, donde nos dice que:

-No hagas una idolatría de cualquier doctrina.
-No pienses que tu saber actual es inmutable y una verdad absoluta.
-La verdad sólo se encuentra en la vida y no en los conceptos.
-Debes estar preparado para aprender toda la vida y para observar la vida en ti mismo y en el mundo.
-No obligues a los demás a adoptar tus puntos de vista.
-Respeta las diferencias entre los seres humanos y la libertad de opinión de cada quién. Sin embargo debes saber utilizar el diálogo, para ayudar a los demás a renunciar
al fanatismo y la estrechez del espíritu.
-No pierdas la conciencia plena de la existencia del sufrimiento en el mundo, Y no evites el contacto con el sufrimiento, ni cierres los ojos ante él. Y despierta tú mismo y a
los demás a la realidad del sufrimiento en el mundo.
-No acumules riquezas ni bienes cuando millones de seres humanos sufren hambre. No tengas la gloria, el provecho, la riqueza, los placeres sensuales como objetivo en tú
vida. Vive simplemente y comparte el tiempo la energía y los recursos personales con quiénes lo necesitan.
-No conserves ira u odio en ti. Aprende a examinar y a transformar la ira y el odio cuando apenas son semillas en las profundidades de tu conciencia.
-Practica la respiración consciente y regresa a lo que pasa en el instante presente. Entra en contacto con lo maravilloso, lleno de frescura y vigor. Siembra en ti las semillas
de la paz, la alegría y la comprensión, para ayudar al proceso de transformación en las profundidades de la conciencia.
-No pronuncies palabras que puedan sembrar la discordia y causar la ruptura de la comunidad. Con palabras serenas y actos tranquilos, haz todos los esfuerzos posibles
para reconciliar y resolver los conflictos aunque sean pequeños.
-No digas cosas falsas por interés personal o para impresionar a los demás y, no pronuncies palabras que siembren la división y el odio. No difundas noticias sin
asegurarte de su veracidad y, no critiques o condenes algo de lo que no estás seguro. Ten el valor de decir la verdad sobre situaciones de injusticia incluso cuando
amenace tu propia seguridad.
-No ejerzas una profesión que pueda dañar a los seres humanos y la naturaleza.
-Encuentra todos los medios posibles para proteger la vida y evitar la guerra.
-Respeta la propiedad de los demás pero impide el enriquecimiento con el sufrimiento de los seres humanos o, de otros seres vivos.
-Sé consciente del sufrimiento que pueda causarse a otras personas en el futuro y, sé plenamente consciente de tu responsabilidad de traer nuevas vidas al mundo.

La “Conciencia Plena” puede aplicarse igualmente bien, tanto a las tareas más humildes y más cotidianas como a la visión política del mundo. La visión según la cual estamos profundamente relacionados con los otros seres humanos y también con la naturaleza, que reemplaza continuamente al hombre en el centro de una totalidad tan vasta como compleja. Para comprender lo real, basta con escuchar con plena conciencia y desapegarse de los fanatismos, los dogmas y las creencias. Debemos enseñar a nuestros hijos, las grandes virtudes: no al ahorro, sino la generosidad, no a la prudencia, sino el coraje, no a la astucia, sino a la franqueza y, el amor por la verdad; no a la diplomacia sino el amor al prójimo, no al deseo del éxito, sino el deseo de ser y saber.
La Epigenética, es sin duda uno de los descubrimientos más importantes de los últimos años en el campo de la biología; práctica cotidiana para obtener un equilibrio físico y mental saludable. Donde antes de la aparición de la Epigenética, la mayoría de los biólogos estaban convencidos de que los seres vivos no eran más que el resultado de sus genes. Sin embargo, nuestro ADN puede verse influido por nuestro entorno, como es la nutrición, ejercicio físico, vida social y amorosa, familia, lugar de residencia y estrés, tal como lo explica Joel de Rosnay.

Se ha demostrado que el programa de del ADN, podría expresarse, inhibirse o modularse por el comportamiento de los seres vivos. Así mismo, que diversas enfermedades y trastornos mentales, podrían estar relacionados con cambios Epigenéticos. Por lo que se analizan ya en todo el mundo, el papel de la Epigenética en el tratamiento del cáncer, envejecimiento y el mantenimiento de una salud equilibrada y protección a enfermedades microbianas, virales y degenerativas por la edad, abriendo nuevas vías a la imposibilidad y libertad humana y, explicar cómo poner en práctica las reglas de la economía del cuerpo en todos los ámbitos de la vida, para prevenir enfermedades y envejecer con buena salud.

Una investigación absolutamente fascinante y donde Lyall Watson relata lo que pasó en una tribu de simios de una isla, cuando les dieron comida basada en batatas frescas pero recubierta de arena. Al principio los monos las rechazaron; pero al fin una mona descubrió que podían lavarse en un arroyo cercano y luego, se lo enseño a su madre y compañeros de juego. Entonces ocurrió una cosa notable; un número suficientemente grande de monos y, otros monos que no tenían ningún contacto con ellos, e incluso que vivían en otras islas, empezaron a hacer lo mismo. Y aunque era imposible que hubiera comunicación y sin embargo, sin que se supiera cómo, el comportamiento se generalizó. Fenómeno extraordinario, ya que son numerosos los ejemplos en que sin existir ninguna comunicación entre ellos, han actuado en consonancia y simultáneamente, otros conciben la misma idea; ¿Cómo ha ocurrido esto?

A través del bosque, la naturaleza ofrece la alegría de sentirnos conectados con el “Verdadero Yo”, donde la belleza de la naturaleza es una fuente de despertar. Pero requiere mantener la mirada correcta para verla y apreciarla. La mirada reconoce cada porción de luz, capta cada variación de tono en los paisajes y el corazón se regocija en ello.

Aparentemente, el origen del universo queda más allá del alcance de la ciencia. Podemos pensar que el universo es un gran casino, en que los dados son lanzados y las ruletas giran sin cesar, y, nos exponemos a perder cada vez que se lanzan los dados; pero afortunadamente en un número grande de apuestas, dan como promedio un resultado que puede ser predicho, aunque el resultado de cada apuesta particular no se conozca. Lo mismo ocurre con el universo y, cuando éste es tan grande, hay un número elevado de apuestas y los resultados se promedian a algo que podemos predecir. Y es por esto que las leyes clásicas, funcionan en los grandes sistemas, pero cuando el universo es muy pequeño como en sus inicios, sólo hay un pequeño número de lanzamientos. El principio de incertidumbre resulta muy importante, con lo que podemos decir que el universo no tiene una sola historia, sino que debe tener todas las historias posibles y, cada una de ellas, con su propia probabilidad. Esta historia de múltiples historias, actualmente es aceptada como un hecho posible y fue formulado por Richard Feyman. En la actualidad se trabaja para combinar la teoría general de la relatividad y, la idea de Feyman, de las historias múltiples, en una teoría unificada que describa todo lo que ocurre en el universo.

Los átomos funcionan de la misma forma, pues son el alfabeto de nuestro universo físico, ya que se ordenan para formar todo tipo de materia. Y todo lo que vemos, está hecho del mismo “Alfabeto Atómico” y supuestamente, si pudiéramos cogerlos, podríamos crear cualquier cosa, pero vivimos en un mundo configurado a gran escala, donde no podemos ver los átomos y menos tocarlos, es decir que no podemos manipularlos.

El “Existencialismo”, declara que si Dios no existe, hay por lo menos un Ser en el que la existencia, precede a la esencia, un Ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto. Y que este ser es el hombre o, como dice Heiedegger, la realidad humana. Pero ¿Qué significa aquí que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo y que después se define. El hombre si no es definible, es porque empieza por no ser nada y, sólo será después y será tal como se ha hecho.

Así pues, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere ver y también, como se concibe después de la existencia y como se quiere ver después de este impulso hacia la existencia. El hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Este es el primer Principio del Existencialismo y, es también lo que se llama Subjetividad.

El hombre, empieza por ser algo que se lanza hacia un porvenir y, que es consciente de proyectarse hacia un porvenir. El hombre es sobre todo un proyecto que se vive subjetivamente y, nada existe previamente a este proyecto. Nada hay en el cielo inteligible y el hombre será ante todo, lo que habrá proyectado ser; porque lo que entendemos ordinariamente por querer, es una decisión consciente, que para la mayoría de nosotros es posterior a lo que el hombre ha hecho de sí mismo. Y si verdaderamente la existencia precede a la esencia, el hombre es responsable de lo que es.

Así, el primer paso del existencialismo es poner a todo hombre en posición de lo que es y, asentar sobre él. La responsabilidad total de su existencia, nos dice Sartre. Elegir ser esto o aquello, es afirmar al mismo tiempo el valor de lo que elegimos, porque nunca podemos elegir mal, ya que lo que elegimos es siempre el bien y, nada puede ser bueno para nosotros sin serlo para todos. Así, nuestra responsabilidad es mucho mayor de lo que podríamos suponer, porque compromete a la humanidad entera.

El Existencialismo, suele declarar que el hombre es angustia y esto significa que el hombre que se compromete y que se da cuenta de que es no sólo el que elige ser, sino también un legislador, que elige al mismo tiempo a sí mismo y a la humanidad entera y, muchos creen que al obrar sólo se comprometen a sí mismos, pero cuando se les dice: ¿Y, si todo el mundo procediera así? Y en verdad hay que preguntarse siempre: ¿Qué sucederá si todo el mundo hiciera lo mismo?

El que miente y se excusa declarando: todo el mundo procede así. Es alguien que no está bien en su conciencia, porque el hecho de mentir implica un valor universal atribuido a la mentira. Y aún y cuando la angustia se enmascara, aparece. Y si un ángel viene a mí, ¿Qué me prueba que yo soy el realmente señalado para imponer mi concepción del hombre y mi elección a la humanidad? No encontraré jamás ninguna prueba, ningún signo para convencerme de ello. Si una voz se dirige a mí, siempre seré yo quién decida, si esta voz es la de un ángel y que acto es bueno y no malo.

Y todo ocurre como si para todo hombre, toda la humanidad tuviera los ojos fijos en lo que se hace y se ajustara a lo que hace. Y cada hombre debe decirse: ¿Soy yo quien tiene derecho de obrar de tal manera que la humanidad se ajuste a mis actos? Se trata de una simple angustia, que conocen todos los que han tenido responsabilidades. No se puede dejar de tener cierta angustia en la decisión que se toma, pero esto no impide obrar, sino al contrario, es la condición misma de su acción, ya que esto supone que se enfrentan una pluralidad de posibilidades y, cuando se elige una, nos damos cuenta de que sólo tienen valor porque han sido elegidas.

El Existencialismo, se opone decididamente a cierto tipo de moral laica, que quisiera suprimir a Dios, con el menor gasto posible de energía, como nos dice Jean Paul Sartre. Y donde según la moral laica, Dios es una hipótesis inútil y costosa, pero es necesaria. Sin embargo, para que haya una moral, una sociedad, un mundo vigilante y vigilado, que ciertos valores se tomen en serio y se consideren como existentes “a priori” y, donde además es necesario que sea a priori el que uno sea honrado, que no mienta, que no pegue a su mujer. Valores que existen a pesar de todo, inscritos en un acto inteligible; aunque por otra parte, Dios no exista y es esto lo que se conoce como “Radicalismo”, donde nada cambiará aunque Dios no exista y, donde encontraremos las mismas normas de honradez, progreso, humanismo y habremos hecho de Dios una hipótesis superada, que morirá tranquilamente y por sí misma.

El Existencialismo, piensa que es muy incomodo que Dios no exista, porque con él, desaparecerá toda posibilidad de encontrar valores en un cielo inteligible, ya que no se puede tener el bien a priori, porque no hay más una conciencia infinita y perfecta para pensarlo y, no está escrito en ninguna parte que el bien exista, que haya que ser honrado, que no haya que mentir, puesto que precisamente estamos en un plano donde solamente hay hombres.

Si Dios no existiera, según Dostoievsky, todo estaría permitido y en consecuencia, el hombre estaría abandonado, porque no encontraría, ni en sí ni fuera de sí una posibilidad de aferrarse y, no encontraría sobre todo excusas. Y si en efecto, la existencia precede a la esencia, no se podrá jamás explicar por referencia a una naturaleza humana dada y fija, es decir de que no habría Determinismo, no encontraríamos valores que legitimen nuestra conducta. El hombre sin ningún apoyo ni socorro, está condenado a cada instante, a inventar al hombre, por lo que para muchos: “El hombre es el porvenir del hombre” y si se entiende, que sea cual fuere el hombre que aparece, hay un porvenir virgen que espera y entonces, está uno desamparado.

Hay nacimiento y por lo tanto, hay muerte. Nuestra civilización también es así. En la historia de la Tierra, han terminado muchas civilizaciones. Si nuestra civilización moderna también se destruye, es igualmente conforme a la ley de la impermanencia y, si nuestra raza humana continua viviendo en la ignorancia y en los pozos sin fondo de la avidez, como lo hace actualmente, entonces la destrucción de esta civilización no está muy lejos. Debemos aceptar esta verdad, como aceptamos nuestra muerte. Una vez que la hayamos aceptado, ya no reaccionaremos más con cólera, negación o desesperanza y estaremos en paz.

El cientifismo no basta, ya que como la moneda, el amor y la propia ciencia puede falsificarse. El cientificismo no es un sustituto de la filosofía, sino un programa filosófico. La filosofía es inevitable porque se ocupa de conceptos muy generales, que se emplean sin analizar en todos los campos, como los de la realidad.

Las teorías filosóficas, las hemos analizado de formas insatisfactorias, por lo que científicos y tecnólogos tienden a creer que pueden prescindir de la filosofía; pero la experiencia sugiere que quién ignora la filosofía, está condenado a usar una filosofía ignorante. El cientifismo no suministra buena filosofía, según Bunge, pero ayuda a evitar la mala y a pensar teorías filosóficas que aprovechan lo que se sabe y ayudan a explorar lo que no se conoce. Para progresar en una ciencia, se requiere atenerse a las normas morales que controlan la búsqueda de la verdad, ya que la investigación científica es una empresa social, que involucra cooperar en algunos aspectos y competir en otros. Y para evitar conflictos puramente destructivos, los emprendedores sociales deben regirse por normas de convivencia y por principios morales, como son la honestidad intelectual, integridad, escepticismo organizado, desinterés e impersonalidad.

La idea de Epicuro, es de que la filosofía es una terapia y de que la salvación se alcanza comprendiendo el funcionamiento del mundo. Epicuro defendía una vida sobria basada en los placeres sencillos, todo ello con el fin de alcanzar la serenidad de espíritu. Y su mensaje es que ya tienes todo lo que necesitas y basta con que te des cuenta y, en cuanto lo entiendas, todas tus demás preocupaciones se desvanecerán. Y mientras los estoicos abogaban por el cultivo de un carácter virtuoso y, veían la naturaleza como algo racionalmente ordenado, los epicúreos defendían el placer y creían que el mundo natural era el producto fortuito del caos. Sin embargo, también tenían muchos puntos en común, como nos dice John Sellars, ya que ambos creían que todo nuestro conocimiento procede de nuestros sentidos, que todo lo que existe es material y que morimos con nuestros cuerpos. Y afirmaban que lo más importante es alcanzar la serenidad del espíritu, y se les considera como los precursores de la psicoterapia cognitiva moderna.

Según Epicuro: “Vana es la palabra del filósofo, que no remedia ningún sufrimiento del ser humano”. Y nadie por ser joven dude en filosofar, ni por viejo de filosofar se hastíe, pues nadie es joven o viejo para la salud de su alma. Y para Lucrecio, el principal motivo para intentar comprender el mundo natural es el beneficio terapéutico que dicha comprensión puede aportar. Y observa que somos completamente indiferentes al hecho de que no existíamos antes de nacer. Y en realidad, durante la mayor parte de la historia del planeta y del universo, no existíamos y esta certeza según John Sellars, apenas nos quita el sueño y así, está claro que nuestra no existencia no nos supone un problema. Pero si la no existencia antes del nacimiento no es un problema, ¿Por qué nos preocupa la no existencia después de la muerte?

Lo más importante de la vida, según Filodemo, es la calidad y no cantidad y, hay un sinfín de casos en los que una vida larga puede no ser ningún don, si es particularmente desgraciada. El objetivo es alcanzar un estado de placer estático y como este tipo de placer es completo, no puede mejorarse añadiendo más placer activo. Y así. cuando alguien ha alcanzado el estado de satisfacción, no hay nada que pueda mejorarlos; las cosas son todo lo perfectas que pueden ser y como es algo cualitativo, no cuantitativo, el tiempo que dure no añade nada a la experiencia, en el sentido de que no hace que nuestra experiencia, en el momento presente, sea mayor de lo que ya es.

La lección de Epicuro, es que debemos centrarnos en disfrutar de la vida que tenemos, que sólo podemos vivir en el momento presente y que como dijo Horacio, deberíamos aprovechar el día y pasar menos tiempo preocupándonos por el mañana. Se trata de una teoría que pretende explicarlo literalmente todo y, no sólo sobre los cuerpos físicos sino también sobre las mentes; el origen del orden generado a partir del caos y el auge y la decadencia de las civilizaciones. La de combinar la investigación con la enseñanza, la de cooperar y ayudar a pares y discípulos en lugar de explotarlos y, no rehuir problemas cuya investigación moleste a algunos. Y así, decir la verdad, aún y cuando contradiga la cosmovisión dominante, así como la de popularizar la ciencia, denunciar la seudociencia y el oscurantismo y abstenerse de usar la ciencia para dañar a la gente. Y, la vida sobria basada en los placeres sencillos.

Las doctrinas exclusivistas no son progresistas, sino conservadoras y reaccionarias, pues defienden intereses particulares. En cambio los humanistas, proclaman la universalidad de los valores filosóficos primordiales, como son la “Claridad, Coherencia y Verdad”, así como la de los valores sociales de libertad, igualdad y fraternidad. El humanista es un universalista en moral, lógica, ciencia y filosofía y, defiende el derecho a la diferencia en todo lo demás.

Para un hombre con fe en la ciencia, es lo peor de todo, que la filosofía carezca por completo de resultados universalmente válidos y, susceptibles de ser sabidos y poseídos. Mientras que las ciencias han logrado en sus respectivos dominios, conocimientos impresionantemente ciertos y universalmente aceptados, en cambio en la filosofía, no hay unanimidad alguna acerca de lo conocido. Lo aceptado ya no es filosofía, sino algo que pertenece a un dominio especial de lo cognoscible. Y tampoco tiene el carácter de un proceso progresivo.

La clase de certeza que cabe lograr en filosofía, no es la científica, es decir la misma para todo el intelecto, según Karl Jasper, sino que es un cerciorarse en la consecución del cual entra en juego la esencia entera del hombre. Sin embargo, la filosofía bien trabajada, está vinculada sin duda a la ciencia, ya que la filosofía brota antes de toda ciencia, allí donde despiertan los hombres. Y hay que aceptar la exigencia de que la filosofía sea accesible a todo el mundo. Los caminos de la filosofía sólo tienen sentido si desembocan en el hombre, el cual resulta caracterizado por la forma de su saber del ser y de sí mismo, en el seno de éstos.

El pensar filosófico tiene que ser original en todo momento y tiene que llevarlo a cabo cada uno por sí mismo. Kasper, responde desde su postura de hombre de ciencia, filósofo existencialista, racionalista equilibrado, que se sabe vinculado a un mundo amenazado por la catástrofe. Y desde este enfoque, la filosofía se le manifiesta como expresión de un eterno inquirir humano, cuyo origen es incierto y cuya meta es siempre un hombre que nace como tal cuando toma conciencia de sí mismo; es decir cuando filosofa.

Si la ordenación de las cosas de la vida es tan admirable, que sugiere la idea de un plan preconcebido, de un programa cuidadosamente preparado, por un arquitecto de habilidad sorprendente. Se trata de saber si esa ordenación puede no ser fruto de azares, escogidos mediante la selección natural de las combinaciones más viables, las más resistentes, tan perfectas y tan ingeniosas que, después de todo, provocan fácilmente la ilusión de un designio previo. Es esta idea de una pseudo finalidad, creada por medio de selección sobre el fondo de causalidad, defendida por los biólogos de nuestro tiempo. Pero para otros, les cuesta trabajo creer que al azar de todas las combinaciones posibles de los elementos químicos que constituyen un cuerpo viviente, una de esas combinaciones haya podido alcanzar la complejidad, la sutileza y la maravilla de un ser humano.

¿Cuál es pues la medida y cuál la justificación de nuestro asombro, cuando consideramos el extraordinario camino que conduce de la simple célula aislada mediante la cual todo comenzó de toda esta aventura hasta llegar al hombre y, que condujo de la materia inanimada a la célula, pregunta Jean Hamburger . Ya que los elementos químicos que forman un ser vivo, tienen una notable constancia en una especie dada y, toda separación accidental considerable en su concentración, se pena con la muerte; y esta comprobación se ha verificado lo mismo en los seres más elementales que en los más complejos.

El progreso en el conocimiento científico, es quizá, la aventura intelectual más apasionante y deslumbrante del ser humano. Y lo que nos interesa, es el propio fenómeno de la vida: su origen, evolución y diversificación. El estudio del orden del cosmos, concebido como un todo ordenado, cuyo funcionamiento y naturaleza podían comprenderse mediante la razón, fue del que surgió la filosofía griega, para averiguar cuál era el origen del mundo y, qué fue el primer interrogante que se plantearon los filósofos.

Nos invade la paz que proporciona el orden, esa serena belleza de la naturaleza, donde cada cosa parece estar en su sitio y cumplir su destino. No deja de asombrarnos el hecho asombroso de que la naturaleza se rija por leyes. Esto, que parece tan obvio, no tendría porqué ser así. Nuestro universo podría ser caótico y sus fenómenos responder a causas diferentes en cada ocasión. Pero aunque, si esa fuera su naturaleza, nosotros no estaríamos aquí para darnos cuenta de ello. Pero aún más sorprendente resulta el hecho de que muchas de esas leyes, sean extraordinariamente simples.

El campo de la ciencia no lo constituyen tan sólo las observaciones y el método, sino también el arte de razonar que integra una disciplina científica. Pero si el conocimiento en sí es un objeto de la ciencia, es necesario estudiar cómo está delimitado; pues existen otras verdades humanas cuyo conocimiento se adquiere al transitar otros caminos. Y si bien existe un deseo de unicidad, ahora la maravilla y la riqueza, es percibir la multiplicidad de los campos humanos unidos como obra del pensamiento, pero en los cuales, la ciencia como fuente de meditaciones, es un territorio más, en el cual el propio progreso científico, que no reconoce verdades absolutas y eternas, señala los límites de sus alcances.

La física, ha llegado a tener la confianza de aventurarse en las ciencias sociales, ya que los físicos se han dado cuenta de que disponen de herramientas que pueden aplicarse a esta tarea, como son el comportamiento de las personas en las multitudes, los movimientos del tráfico, los mercados de valores, el crimen, las interacciones en los vecindarios, las reglas matemáticas que gobiernan el crecimiento de las ciudades, la expansión de las enfermedades y organización espontánea.

Empezamos a darnos cuenta de que todo intento de elaborar o administrar leyes que no se basen en una visión certera de las circunstancias sociales, no es más que una impostura en una de sus formas más gigantescas y peligrosas.

Los antirreduccionistas, tienen razón cuando dicen que no sabemos Por Qué el mundo adopta la forma que tiene, pero ya no pueden eludir el hecho de que cada vez entendemos mejor Cómo funciona el mundo y, que los vínculos entre las ciencias crecen de manera inexorable. Las investigaciones engloban una íntima amalgama de geología, oceanografía, física, química y biología, mucho más de lo que habríamos podido imaginar y, es obvio que ya no importa dónde acaba una disciplina y dónde comienza otra.

La coherencia de la convergencia, nos dice que hay un orden en nuestro mundo y en cómo llegamos a él. Y el hecho de que lo hayamos revelado, sin ideas preconcebidas, lo hace más interesante e intrigante. Y son la convergencia y sus implicaciones, los patrones de manifestación y sus jerarquías, los que nos indican de un orden preexistente y, lo que nos mantiene interesados en el tema. Y la misma idea de amalgamar el orden espontáneo y la autoorganización en el concepto de emergencia, significa ni más ni menos, que quienes vivimos en estos tiempos experimentamos un cambio cualitativo en nuestra comprensión del orden y del lugar que ocupa en nuestras vidas, como nos señala Peter Watson. El fenómeno de la vida no puede ser comprendido y valorado sin conocer su base físico-química. La propia existencia de los seres vivos, supone un aparente desafío a algunas de las leyes básicas de la física y, muchos de los procesos biológicos representan soluciones asombrosas a intrincados problemas químicos.

Matemáticos, físicos y psicólogos han examinado diversos aspectos del capitalismo y ha hallado que los banqueros son más deshonestos que la población en general. Y que la desigualdad surge de comprender de que el capitalismo ha llevado a generar una disparidad cada vez mayor en el reparto de la riqueza entre la población. Y la propia naturaleza del mercado libre, que incluye elementos de aleatoriedad, está destinada a producir las desigualdades que vemos. Al mismo tiempo, la gran convergencia de las ciencias, prosigue y se está extendiendo a nuevas áreas. Y el advenimiento de la biología cuántica y, si nuestra capacidad de cómputo sigue creciendo con la computación cuántica, algunas de las ideas extravagantes, consideradas, no serán tan descabelladas, como considera Watson.

Lo que podemos decir es que necesitamos urgentemente nuevas ideas sobre las manifestaciones de orden superior. Y, si la convergencia implica orden, el orden implica predicción cada vez más precisa y, las predicciones precisas, son la sangre de la ciencia. Podemos decir que hemos tardado en plantarnos a las puertas de la nueva y prometedora ciencia del orden, por lo que ahora, sólo nos queda esperar que pronto se haga realidad.

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