Globalización: Revista Mensual de Economía, Sociedad y Cultura


Agosto de 2022

LOS ESPEJISMOS DE LA CERTEZA
Walter Ritter Ortiz


Sección de Bioclimatología, Centro de Ciencias de la Atmósfera, UNAM. Circuito Exterior s/n, Ciudad Universitaria, Deleg. Coyoacan, México, D. F. email: walter_ritter@hotmail.com


INTRODUCCIÓN

Desde el sistema escolar nos vemos obligados a creer que existen teorías científicas absolutamente “Verdaderas”. La realidad es bien diferente: Las teorías de mayor éxito también abundan en anomalías y que los mismos científicos ocultaron conscientemente a la espera de poderlas explicar más tarde. Y junto a la presunta verdad de las teorías, hay otro elemento que corre el riesgo de ser un falso mito y de hecho, es frecuente considerar los datos empíricos o los datos recopilados por la experiencia, como el material absolutamente objetivo del que se parte para formular las hipótesis básicas. Pero es la experiencia la que se considera por lo común la “Prueba”, mediante la cual podemos decidir, si vale la pena salvar una teoría o si de lo contrario, sería más oportuno rechazarla; pero el problema consiste en dar por descontado la neutralidad de la experiencia, como señala Beatrice Collins.

Se entiende por dato, cualquier representación simbólica, que se pueda almacenar, analizar y reorganizar. En la actualidad, la cantidad de datos que existe es inconmensurable, nos dice Oriol Pujol y, la mayoría de ellos se produjeron en los últimos años, donde la recogida de grandes cantidades puede ser sencilla, pero éstos sólo se pueden convertir en información útil si se analizan de algún modo. Y tendrán algún valor, pero sin refinar, no tienen ninguna utilidad y se tienen que procesar y analizar antes de que puedan servir de algo. Y recientemente, a la capacidad de obtener y analizar masivas cantidades de datos, se le conoce con el término de Big Data. Donde los resultados más espectaculares, es el de la creación de algoritmos que procesan, analizan y consiguen que toda esa información sea un producto de valor. En una sociedad donde éstos se han convertido en la moneda del mundo digital, para ofrecer una mejor calidad de vida y, sea posible que toda nuestra actividad pueda dejar una traza digital que pueda usarse y analizarse para hacer predicciones, optimizaciones o visualizaciones.

Difícilmente existe algo objetivo y lo que observamos, está en todo momento “Cargado de Teoría”; por lo que no vemos el mundo como es realmente, sino que lo vemos siempre a través de los prismas teóricos, incluso cuando no nos percatamos de estarlos usando. Abordar estos problemas es importante, no sólo para los científicos, sino también para todos nosotros, desde el momento en que se trata de la legitimación de nuestros diarios conocimientos.

El conocimiento y su valor, se llega a medir por el poder de purificar y ennoblecer la vida y, junto a lo bello, que implica armoniosa y gozosa serenidad, Kant caracteriza lo sublime como lo que aparece en objetos de poder y proporciones desmesuradas y, cuyo primer efecto es el de señalar los límites y la insignificancia del hombre, pero, que tiene el segundo efecto de despertar por reacción, la conciencia de la superioridad moral y el destino suprasensible del hombre.

Kant, diferenciaba los modos de pensar en proposiciones analíticas y sintéticas. Una proposición es analítica, en la que el predicado está contenido en el sujeto. Y la verdad de este tipo de proposiciones es evidente, porque afirmar lo contrario supondría plantear una proposición contradictoria y, que son llamadas analíticas porque la verdad se descubre por el análisis del concepto en sí mismo. Las proposiciones sintéticas, en cambio, son aquéllas a las que no se puede llegar por análisis puro. Todas las proposiciones comunes que resultan de la experiencia del mundo, son sintéticas.

Las proposiciones, según Kant, pueden ser divididas también en otros dos tipos: Empírica o a Posteriori y, a Priori, donde las perspectivas Empíricas dependen tan solo de la percepción; pero las proposiciones a Priori tienen una validez esencial y no se basan en la percepción. Esta posición filosófica es conocida como trascendentalismo.

La naturaleza del pensamiento, puede estudiarse desde dos puntos de vista: desde el lado de la conciencia, la cual es conocimiento; o, desde el lado de la forma, por cuyo medio se obtiene el conocimiento y, cuya susceptibilidad a las modificaciones, hace posible el alcance de este conocimiento. Pensar, provoca dudas, incertidumbre y a veces incluso zozobra. ¿Qué sentido tiene mi existencia? ¿Para qué existo precisamente YO? ¿Qué sentido tiene la existencia de cada uno de los individuos? ¿Para qué esta humanidad emplazada a la muerte? Pero, no sólo es la lucha habitual por la subsistencia, el juego o la importancia que concedemos al presente, que dificultan la comprensión de la pregunta por el sentido de la existencia; también la teología y la filosofía, cancelan su inteligibilidad al presentarnos un mundo ordenado, al responder de forma contundente a dicha pregunta.

El YO, es ese UNO consciente, sintiente y siempre existente, que en cada cual de nosotros se reconoce como un SER y, ningún hombre puede pensar en sí mismo como No Existente. El YO, es la primera base indispensable de la vida, ya que nadie duda de la afirmación de Sí Mismo y, la de que “YO SOY”, se halla por encima y fuera de todo argumento; y tanto la prueba como la refutación, se encuentran ellas mismas en “YO SOY”. Y cuando observamos a este “YO SOY”, vemos que se expresa de modos diferentes.

No vivimos en un mundo, sino en dos. El primero, es el mundo que nos rodea, el mundo exterior, de los objetos materiales y los acontecimientos y las circunstancias. El segundo, es el mundo que llevamos dentro, nuestro mundo interior de nuestra conciencia personal. El mundo situado a tu alrededor, existe tanto si tu existes como si no. El mundo de tu interior, existe sólo porque tú existes y, nació cuando tú naciste y morirá cuando tú mueras. Nuestra vida está formada por las continuas interacciones entre estos dos mundos. La vida de los humanos, además de tener que enfrentarnos a nuestras circunstancias físicas, también debemos descifrar nuestros entornos culturales, así como nuestros pensamientos, interpretaciones y emociones, como nos señala Ken Robinson.

La realidad bajo la que nos desenvolvemos, es la característica que convierte al ser humano en un organismo especial, que lo obliga a encontrar respuestas a cada uno de los enigmas que retan su entendimiento. Hay felizmente, en todos los hombres, un espíritu de curiosidad que les mueve a preguntarse por las cosas y desear una explicación de ellas. Hay, en la inteligencia humana según Frithjon Schoun, algo de sobrenatural, lo que equivale a ser paradójica pero profunda, de tal forma que lo sobrenatural, es natural en el hombre.

Para Ken Robinson, lo que realmente nos diferencia del resto de los seres vivos es la imaginación, la capacidad de crear en la mente, cosas que no existen, para proyectar un mundo diferente al que habitamos y, para volver a crearlo, si es necesario. Lo que pensamos del mundo que nos rodea, está profundamente influido por nuestros sentimientos y, lo que sentimos a menudo está determinado por nuestro conocimiento, nuestras percepciones y nuestra experiencia. Y según Anais Nin, “No veo el mundo como es, lo veo como yo soy”. Y gracias a la imaginación, no vivimos en el mundo como los demás animales; nosotros creamos los mundos en que vivimos. Esos motivos se develan sutilmente y, precisan de nuestra intuición para reconocerlos y admirar así la belleza de la unidad de la vida, pero es difícil percibir debido a la presencia apabullante de nuestra racionalidad.

Para Holmes, existe una inteligencia absoluta en el universo, una realidad indivisible, eterna, inmortal e inmutable; un cosmos que se refleja o manifiesta a través del individuo, ya que éste es una personificación del infinito y, es más que ley, es conciencia. Y si existe una inteligencia infinita que hace cosas a partir de sí mismo y, si el hombre es consciente, entonces el genio creativo de esta mente universal, es también el genio creativo de su individualización, al cual llamamos hombre.

Para Aristóteles, el mundo es un proceso que se causa a sí mismo y existe por sí mismo, sin ninguna causa exterior que explique los cambios que tienen lugar en él. Un mundo de cosas que se mueven a sí mismas, un mundo caracterizado por el movimiento espontáneo, un mundo de procesos, crecimiento y cambio y, debido a esto, no hay ninguna necesidad de postular una causa exterior para explicar los cambios que tienen lugar dentro de él. Para Aristóteles, estos cambios no son fortuitos o fruto de la casualidad y, no tienen lugar según la ley del azar y, constituyen un desarrollo, un proceso dirigido hacia cierto objetivo.

Para Platón, las cosas del mundo de la naturaleza, tienen aspiraciones teleológicas ya que aspiran a realizar ciertas potencialidades; pero estas potencialidades, no se pueden atribuir a la materia como tal, ya que deben tener causas inmateriales a saber y, las formas especificas de cada cosa particular, que explican el modo en que cada una crece y se desarrolla con el fin de realizar la ley de la naturaleza.

La teoría de la Evolución, es uno de los puntales de la ideología moderna; uno de los elementos constitutivos y fundamentales del corpus ideológico oficial. Y de hecho, a pesar de no ser más que una teoría, se presenta como un dogma indiscutible, como una verdad científica incuestionable, que casi nadie se atreve a poner en duda, como nos explica Philip Sherrard.

Pensar, nos dice Oscar de la Borbolla, es descubrir en cada camino, una multitud de sentidos y en cada sentido, una multitud de caminos, donde cualquiera puede aprender a pensar, pero no cualquiera piensa. Pensar es una capacidad que se conquista, que exige de nosotros empeño para desarrollarse y, sobre todo, requiere práctica y el dominio de ciertas reglas para desenvolverse en forma correcta. Sembrar inquietudes, pero también certidumbres, combatir lo establecido y ofrecer caminos, todo alrededor del pensar. Asimismo, las preguntas que conlleva.

El sistema nervioso, es fundamental para comprender el funcionamiento de la mente, la consciencia y el razonamiento creativo, que éstas permiten. Los intentos para explicar la consciencia, exclusivamente en términos de actividad nerviosa, son en parte responsables de la idea de que la consciencia exclusivamente en términos de actividad nerviosa, es un misterio inexplicable.

El animal humano, nos dice David Vico, reduce todo el mundo al filtro deficiente de su pensamiento individualista, creyendo estúpidamente que en el fondo está en posesión de lo verdadero, de lo cierto, de lo definitorio. Y además se considera un ente autónomo y crítico, donde los filósofos han inventado un género literario basado en crear posibilidades de entendimiento del mundo; y cuando éste nos queda pequeño, nos trasladamos a la posibilidad de un hipotético mundo del cálculo lógico-matemático, al que descubrimos como una buena herramienta para entender el otro mundo sensible y, no nos resistimos a hacer reinterpretaciones de la realidad.

En el ámbito científico, a menudo nos enseñan que una explicación valida intenta explicar cosas complejas en términos de cosas más simples y más sencillas. Y es lo que se conoce como Reduccionismo, pero ¿Sobre qué evidencias basan los científicos su fe en la inteligibilidad racional del Universo, que les permite hacer ciencia? ¿Cómo puede ser, que lo que sucede en nuestras cabezas, pueda darnos algo aproximado a una imagen certera de la realidad? ¿Cómo puede ser, que una ecuación matemática, que surgió en la mente de un matemático, pueda corresponderse con el funcionamiento del Universo? Lo más incomprensible, es de que hay una fe profunda en la inteligibilidad racional del Universo. Uno no podría estudiar física, sin creer en esa inteligibilidad.

Y seguimos enmarañando una realidad que ya no nos tiene paciencia ni nos valora más allá de lo meramente anecdótico. Pero ya hace tiempo que explicaciones tan peregrinas y fantasiosas son de escaso valor para quiénes tenemos el feo hábito de dudar de las cosas. Y según Vico, la amistad es algo importante, así como compartir y sabernos parte de algo es vital y, sólo debemos atrevernos a eliminar los miedos sin sentido y a ser capaces de ver el mundo con ojos curiosos y recordar que sin los demás, no somos más que animales.

Si queremos que la ciencia siga siendo la mejor y más útil herramienta con la cual interpretar la realidad, debemos, como nos dice David Jara, conocer de los peligros que la amenazan, ya que conociendo sus debilidades, podremos llegar a fortalecerla, en los que la mala acción de ese ser especial y único, llamado hombre, ha estado a punto de echar a perder la mejor herramienta que poseemos para interpretar la realidad. Y ya que recientemente la ciencia pasó de ser una herramienta para el desarrollo del ser humano y, a transmutarse grotescamente en un instrumento aplicado al beneficio e interés exclusivo de unos cuantos y que de este modo,
como dice Jara, personas e instituciones son responsables de deformar la ciencia, que como tumores malignos, contribuyen a menoscabar lo que siempre debería ser una estrategia de conocimiento sana y vigorosa.

No todo lo que relumbra es oro y tampoco es ciencia todo lo que se recubre con datos numéricos y análisis estadístico, nos dice Jara. No se niega la utilidad de la cuantificación de las observaciones y, su posterior tratamiento estadístico y la representación gráfica, como herramientas interpretativas y predictivas. Ni existe critica alguna para el método inductivo, la elaboración de hipótesis o la experimentación, que constituyen elementos relevantes e imprescindibles en la construcción del conocimiento científico; pero, tampoco la simple acumulación de datos con sus medias, medianas y varianzas, hacen de un análisis un estudio científico.

De la mano de la ciencia, hemos viajado al espacio, curado múltiples enfermedades, revelado los misterios que esconde nuestro genoma; pero su uso sin consideración ética alguna, también nos ha arrastrado hacia algunos de sus episodios más oscuros de nuestra historia. De la mano de la ciencia, hemos contestado a multitud de interrogantes que desconcertaban la mente humana, pero su uso sin consideración ética alguna, también nos ha arrastrado hacia algunos de los episodios más oscuros de nuestra historia. Debemos recorrer por las causas y las consecuencias de algunos de los sucesos más aberrantes de la ciencia, porque no podemos permitirnos olvidar para no vernos condenados a repetirlos.

La ciencia está hecha por y para el ser humano y, una estrategia de conocimiento implementada para ayudar a toda la humanidad, a dar respuesta a interrogantes y encontrar soluciones a los problemas del hombre y asimismo, proteger al mismo ser humano y, que nunca puede hacerlo a costa de renunciar al valor intrínseco que toda persona posee por el simple hecho de existir. Ciencia sin conciencia, puede llegar a resultar muy útil para unos pocos, pero renuncia a su verdadero fin.

¿Qué podemos saber y qué debemos hacer?, se pregunta Kant, cuando va en busca de los límites del conocimiento y de la moral. Kant es considerado el pensador más influyente de la era moderna, ya que estableció los límites de la ciencia y otorgó al sujeto un papel fundamental en el acto mismo de conocer. En el ámbito de la ética, postuló una moral de alcance universal, que sólo obedeciera al imperativo de “Actúa siempre de tal forma que puedas desear que tu acción se convierta en ley universal”. Por su fe en la razón y su defensa de la libertad individual, su obra está considerada la máxima expresión filosófica del proyecto ilustrado. La ciencia mira hacia la realidad, mientras que la metafísica analiza las fuentes racionales del conocimiento, nos dice Francisco Arroyo; por tanto, mira hacia el interior de la propia razón, para establecer sus posibilidades y sus límites.

Todo nuestro conocimiento comienza por los sentidos, pasa de estos al entendimiento y termina en la razón. Sin sensibilidad, ningún objeto nos sería dado y, sin entendimiento ninguno sería pensado. Ya que no es lo mismo conocer que pensar. Y en la construcción de un pensamiento racionalista, su punto de partida es la duda metódica, por lo que cualquier conocimiento que pretenda la certeza, debe necesariamente ser inmune a esa duda. Y cuando Kant aborda la posibilidad del conocimiento cierto, tiene que asumir que ese conocimiento debe ser inmune a las críticas que gravitan sobre su obra; y anota que la metafísica es incapaz siquiera de acercarse a la certeza proporcionada por la ciencia, por lo que se trata, pues, de prescindir de toda metafísica realizada hasta ese momento y, que sólo ha producido confusión. Pero por supuesto, lo que no puede hacer el hombre es ignorarla de forma definitiva. Ya que “No sabemos nada, totalmente comprobado”.

La razón humana, tiene el destino singular, en uno de sus campos de conocimiento, de hallarse acosada por cuestiones que no puede rechazar por ser planteadas por la misma naturaleza de la razón, pero a las que tampoco puede responder por sobrepasar todas sus facultades, según el argumento de Kant. Por lo que se dice que el Ser, es el más universal y vacío de los conceptos y, que resiste a todo intento de definición. De los conceptos, es este el más universal y por ende, indefinible; pero todos lo usamos constantemente y comprendemos también lo que en cada caso queremos decir con él.

Cuanto más estudiamos el mundo, más dudas se nos presentan, como si estuviera escapándosenos de entre las manos. Pero ¿Qué es eso que más se aleja cuanto más nos empeñamos en buscarlo? ¿Uno mismo? El budismo Zen, recurre a ciertas paradojas que obligan a enfrentarse a enigmas que carecen de lógica. Tener el sentido de la “Causalidad”, es saber sacar consecuencias, es ver los efectos en las causas y las causas en los efectos. Y, todo esto es la definición misma de la inteligencia.

La especialización cada vez mayor, está fragmentando el conocimiento de tal modo, que los diferentes campos de estudio se vuelven ininteligibles entre sí. Y apenas, no es de extrañar buscar la certeza y, aunque los lenguajes de nuestras ideas son contagiosos, todos somos vulnerables de contraer ideas controvertibles

Los “Principias de las Matemáticas” de Bertrand Russell, se centra en el conocimiento humano y desde lo que era entonces su nueva perspectiva, por lo que podría aspirar a ser catalogado como conocimiento, todo aquello que en algún sentido fuera a manifestarse en forma numérica o matemática y por consiguiente, todo aquello que pudiera ser explicado o justificado en términos de lógica. De ahí que sea prudente preguntarse: cuáles son y cómo han surgido en la consideración de que cada época abraza ideas diferentes, pero unas están tan arraigadas, que no somos conscientes de ellas, ya que se esconden en metáforas y frases y en prejuicios que no podemos reconocer y por lo mismo, pocas veces las revisamos. Luego ante el problema añadido, de las distintas disciplinas cuyas creencias fundamentales son totalmente contradictorias y, donde hay un consenso a menudo invisible.

Por lo que es aquí, donde interpelamos la certeza y pregonamos la duda y la ambigüedad. Y no porque sepamos y seamos capaces de saber, sino porque debemos revisar nuestras creencias y preguntarnos de dónde vienen. La duda es fértil, nos dice Siri Hustvedt, porque genera preguntas y, si la mente es algo material y falible, los pensamientos que generará serán necesariamente limitados y cambiarán, con el tiempo. Pero, si es algo más y tiene acceso a las verdades que hay en el universo, verdades inmutables que se alojan en la estructura de la realidad, se tendrán ideas muy diferentes sobre cómo encuadrar la experiencia. Y, la pregunta es demasiado interesante como para ignorarla, según Hustvedt.

El Ser Humano, es un Ser sorprendente, aseguró Nikolái Gogol. El ser humano es muchísimo más que eso; es un organismo diferente, singular, único y especial. Y el que sea un ser especial, es una afirmación que muy pocos se atreven a cuestionar. Lo que los seres humanos tenemos en común no es el pensar, nos dice De la Borbolla, sino la posibilidad de conquistar el pensamiento. Y, para quiénes no piensan, sólo existe un camino y un único sentido, que es el de seguir por donde vaya la mayoría. Pensar, cuando no se sabe cómo hacerlo, no es pensar. Y ¿Por qué soy? ¿Por qué hay Ser? Nos preguntamos todos los días. ¿Por qué debería importarnos lo que es la mente? La respuesta a esta pregunta, aunque no esté del todo clara, tiene consecuencias en muchas disciplinas. Y además ¿Por qué la psiquiatría trata la mente y la Neurología el cerebro?

Desde tiempos remotos, los hombres han sentido la necesidad de distinguir entre mente y materia, las que parecen ser categorías básicas o últimas a las que se tiene que recurrir, para que pueda funcionar el aparato cognitivo humano. Y a diferencia de lo sucedido en otros siglos, en el presente ha predominado la filosofía de la mente, que ha generado un cierto vacío teórico en torno a otras áreas.

Muchos contenidos en los avances científicos, vienen determinados por la forma en que los científicos abordan el problema Mente-Cuerpo, por lo que es esencial definir los límites de la mente. Y esto entraña un problema filosófico, porque los pensamientos parecen ser inmateriales y están hechos de la nada; pero estamos bastante seguros de que nuestros pensamientos afectan nuestro comportamiento, pero además sigue siendo un enigma de qué manera lo hace. Y, ¿Cómo algo mental afecta a algo físico? ¿Cómo lo que está fuera del cuerpo-mente de una persona, pasa a estar dentro?

EL mundo de los sueños y el de la realidad, nos dice Jean-Francois Vézina, comparten realmente más afinidades que lo que nos revelan en apariencia. Freud, nos sensibilizó de los mensajes simbólicos surgidos del inconsciente, durante el sueño. Y la pregunta es de si ¿Cabe imaginar que la vía simbólica se manifieste también en la realidad? Y es el astrofísico, quien lanza la pregunta: ¿Puede tener el encuentro con ciertas personas un alcance simbólico en nuestras vidas? Ya que la historia está repleta de encuentros altamente significativos, que cambian la vida personal y a veces también la vida comunitaria. Así, ¿Qué sería de la psicología si Jung no hubiera conocido a Freud? Y, ¿Qué sería de la filosofía, si Sartre no hubiera conocido a Simone de Beauvior?

Debido a su propia y compleja naturaleza, se podrá argumentar de muchas maneras, donde el proceso evolutivo, que comenzó hace más de 3,500 millones de años, ha alcanzado su máximo grado de perfección, que se manifiesta en la capacidad para dominar el planeta y aplastarlo. Y si estamos dispuestos a aceptar que el Ser Humano, está modelado a imagen de un creador, será siempre y cuando sea ese supremo hacedor, la propia naturaleza, ya que todos los seres de este planeta, han surgido de sus mismas entrañas, como son las cantidades finitas de materia y energía, esculpidas de formas diferentes por la madre naturaleza. Pero es considerado algo erróneo, la de considerar la evolución de los seres vivos como un proceso guiado por un objetivo, sabiendo que el aumento en la complejidad de las creaciones, no presentan ningún camino teleológico. Y nuestra especie, igual que ha sucedido múltiples veces, terminará por desaparecer del planeta, dejando un vacío, que será ocupado por otro organismo y entonces, nos preguntamos, ¿Dónde reside nuestra singularidad?

La característica que nos hace especiales, es inherente a los cientos de cuestiones que afloran en nuestra conciencia. Y, con las cuales tratamos de responder a los ¿Dónde?, ¿Cómo? ¿Cuándo?, y sobre todo, al ¿Por qué?. Y donde poseer conciencia sobre nuestra propia existencia, se revela como la principal característica, que nos hace humanos. Tan particular dadiva de la naturaleza, nos dice David Jara, acarrea una obligación a interpretar la Realidad bajo la que nos desenvolvemos de una forma que cualquier otra creatura, jamás podrá llegar a soñar. Y la capacidad para cuestionar nuestra realidad, hace de nosotros, organismos, que de ninguna manera se limitan a vagar de forma irreflexiva por su existencia, dejándose arrastrar por comportamientos instintivos, sino todo lo contrario, como seres autoconscientes y, que estamos obligados a buscar respuestas con las cuales interpretar todo aquello que sucede a nuestro alrededor. Y con base en ellas, tomar nuestras decisiones, muchas veces incluso contrarias a la propia naturaleza.

Nuestra capacidad para cuestionar, descifrar y entender la realidad, retan nuestro entendimiento; y tanto la magia, como la superstición a base de veredictos incorrectos han contribuidos a dotar de sentido la existencia del ser humano y de este modo, a tranquilizar espíritus condenados a una interminable búsqueda de respuestas, que tanto la filosofía, como la religión, también aplican con enorme eficacia, las demandas de nuestra inquisitiva naturaleza.

La filosofía occidental, suponía que el principio del universo es racional, una razón universal ordenadora del Cosmos. Y fue Schopenhauer, quien acabó con esta tesis, al sostener que la esencia del universo es irracional y la razón es sólo una característica del ser humano. Y, a su no-razón universal, la caracterizo con el término de “Voluntad” o “Voluntad de vivir”, por lo que la voluntad es deseo ciego, voraz y sin fin, inconsciente e irracional, atreviéndose a excluir a Dios de su sistema y de toda explicación del mundo. Creía en una esencia íntima de donde extrajo una teoría del comportamiento humano eficaz y contundente, acudiendo a la metafísica para resolver la gran incógnita que lo impulsó a filosofar y preguntar: ¿Por qué tanto dolor y sufrimiento en el mundo? Postulando que este mundo es el peor de los posibles, en el que los seres vivos padecen incontables males imposibles de sortear. Y concluía que toda la vida es sufrimiento y el conjunto de su sistema es expresión de la búsqueda de una salida al sufrimiento, preguntándose ¿Cómo puede paliarse el dolor de la existencia?

Sabemos que la ciencia es el conocimiento de las consecuencias y, de la dependencia de un hecho respecto a otro; y cuando vemos cómo suceden las cosas, siempre procuramos que produzcan los mismos efectos bajo las mismas circunstancias. Y frente a siglos de historia que daba por buena la escisión entre alma y cuerpo, Merleau-Ponty consideró que la integración de ambos era necesaria, para relacionarse con los demás y comprender el mundo, devolviendo así un estatuto filosófico al cuerpo y con ello, al ser humano en su globalidad. Marleau-Ponty la consideró como el medio a través del cual el hombre se comunica con su entorno, ya que la persona sin una conciencia perceptiva adherida íntimamente al cuerpo, no hubiera hecho posible ningún avance individual o colectivo.

El objetivo y la tarea de la filosofía, es la de explicar qué es el mundo y, “Qué” es la realidad, lo que no equivale a explicar el “Por qué” es el mundo o el Por qué de la realidad. La valentía del filosofo estriba en indagar hasta dar con la verdad, aunque descubrirla le cueste enceguecer. Y el valor de no guardarse ninguna pregunta en el corazón, es lo que lo hace ser un filósofo.

La filosofía también pregunta por las “Causas”; pero cuando pregunta por la razón del mundo y responde Dios o una inteligencia superior, tanto la pregunta como la respuesta son falsas e inconsistentes, porque se apoyan en una falsa aplicación del “Principio de Razón Suficiente”, según Luis Fernando Moreno.

El reconocimiento de lo irracional, como la fuerza dominante del universo, fue sustentada por Schopenhauer y, es quién recomienda la renuncia a los deseos como única vía para mitigar el dolor de la existencia, adelantándose a su tiempo al predecir que la filosofía oriental habría de iluminar los siglos venideros con tanta fuerza como lo hiciera el Renacimiento. Y se dice que puso el dedo en la llaga al asumir el valor secundario de la razón en comparación con el inmenso de lo inconsciente y, de que el cerebro humano es una “Caja Maravillosa”, creadora y portadora de la realidad.

Según Schopenhauer, la naturaleza es el reino del dolor y el sufrimiento, de la lucha animal por perpetuarse, consecuencia directa de la esencia de la naturaleza; creando un sistema filosófico cuya idea principal se basaba en que existir, es lo mismo que sufrir. Y en que este mundo, no puede ser obra de un Dios bueno, sino de un demonio maligno que goza con el dolor humano. Y decía que quién tiene religión, no necesita de la filosofía y a la inversa, el filósofo no requería de la religión. Filósofo pesimista por excelencia, defendió la primacía de la voluntad sobre la razón. Una voluntad irracional que incita al individuo a buscar incesantemente placeres que nunca lo colman, provocándole un sufrimiento constante; y coincidió con el Budismo en recomendar la renuncia a los deseos, como única vía para mitigar el dolor de la existencia.

Consagrado a la tarea de “Desentrañar el enigma de la existencia”, sostenía que “El Principio de Razón Suficiente”, donde se dice que “Nada hay sin una causa o razón de su Ser”; y que sin él, sería impensable la ciencia en general. Y estaba convencido de haber revelado “las claves” para entender el mundo y, de lo que es la Realidad y, el “porqué” del dolor de la existencia y la manera en que los seres humanos tienen que comportarse. Creía en un fundamento único de la realidad, en un principio no material de la existencia, que condiciona por entero a todos los seres vivos. Dios no cabía en su sistema, pero sus consecuencias éticas no dejaban de concordar con las principales religiones.

Kant argumentó que no había fronteras para el pensamiento libre, ni limitaciones para el sujeto pensante; pero para Schopenhauer, desechaba cualquier principio de razón como fundamento del mundo, ni un ser supremo, ni la razón o la inteligencia en forma de finitud o absoluta, podían ser fundamentos del mundo, por lo que en su filosofía hay un pensamiento fundamental que se aplica como una clave a todos los fenómenos del mundo y, explica la totalidad de la existencia, donde “El mundo es por una parte voluntad y sólo “voluntad”, y por otra parte, únicamente “representación”. No partía de la creencia, sino de la reflexión sensata y la experiencia, donde el Principio de Descartes, de “Pienso, luego existo”, lo instituyó como la base certera de sus investigaciones filosóficas y científicas.

Para Nietzsche, a la realidad se le ha despojado de su valor, de su sentido, de su veracidad en la medida en que se ha fingido mentirosamente un mundo ideal. El “Mundo Verdadero” y el “Mundo Aparente”, dicho con claridad; el mundo fingido y la realidad. Hasta ahora, la mentira del ideal ha constituido la maldición contra la realidad y, la humanidad misma ha sido engañada y falseada por tal mentira hasta en sus instintos más básicos. La filosofía, hasta ahora es vida voluntaria y búsqueda de todo lo problemático y extraño que hay en el existir y, de todo lo proscrito por la moral. El error de creer en el ideal, no es ceguera, el error es cobardía. Toda conquista, todo paso adelante en el conocimiento, es consecuencia del coraje, de la dureza consigo mismo, de la limpieza consigo mismo. Bajo este signo, afirma Nietzsche, vencerá mi filosofía, pues hasta ahora lo único que se ha prohibido siempre ha sido la verdad.

Para Epicuro, vana es la palabra del filósofo que no remedia ningún sufrimiento del ser humano. La mayoría de la gente sufre por las falsas nociones sobre las cosas. Epicuro presenta su filosofía como algo fundamentalmente terapéutico, al decir que: “Nadie por ser joven dude en filosofar se hastíe. Pues nadie es joven o viejo para la salud de su alma”. El mensaje de Epicuro es que ya tienes todo lo que necesitas y basta con que te des cuenta y, en cuanto lo entiendas, todas tus demás preocupaciones se desvanecerán. Sellars, nos invita a repensar nuestro lugar en el mundo y a valorar la importancia de la alegría, la naturaleza y el simple hecho de estar vivos. A Epicuro, le importaban más los placeres intelectuales que los materiales y en algunos aspectos, le importaba más evitar el dolor que perseguir directamente el placer, ya que no se centraba en la satisfacción de lo físico, sino en alcanzar un estado libre de todo sufrimiento mental. Y afirmaba que lo más importante es alcanzar la serenidad del espíritu. Su objetivo en definitiva, era una existencia de tranquilidad y satisfacción e invita a repensar nuestro lugar en el mundo y, valorar la importancia de la alegría, la naturaleza y el simple hecho de estar vivos. Y según Lucrecio, para conseguir estas cosas, debemos comprender el funcionamiento del mundo desde una perspectiva desapasionada y científica. Sólo entonces podremos saber cómo escapar de los miedos irracionales que a menudo nos perturban.

La filosofía tiene una importancia perenne, porque es lo único que puede ayudarnos a alcanzar la felicidad. Y la clave está en que la mente llegue a estar tranquila y sosegada, superando el doble escollo de los deseos frustrados y de la inquietud por el futuro. Ya que muchos de nuestros temores y preocupaciones, son el resultado de no ver las cosas como son en realidad, ya sea porque no entendemos lo que necesitamos o, imaginamos amenazas que no existen en la realidad. Para Lucrecio, la capacidad de la filosofía para transformar nuestras vidas, puede considerarse como la máxima invención del ser humano. Y, sólo la razón puede curarnos de las angustias y temores en nuestras vidas.

Albert Ellis, consideraba al epicureísmo, como el estoicismo y el budismo, un tipo de psicoterapia cognitiva, al sostener que nuestros trastornos emocionales son, ante todo, producto de nuestra visión del mundo y, como algo que podemos controlar. El gran enemigo son las creencias falsas y confusas, que hace que la gente adopte toda clase de comportamientos inútiles.

¿Qué es lo peor que te puede pasar en la vida? Que te mueras, nos dice Sellars, pero si la muerte entendida como inexistencia, no es algo que deba preocuparnos, pero sí por el sufrimiento que acompaña al proceso de morir. Pero si el dolor físico es malo, no lo es tanto como el psicológico. El hecho más importante, en muchos sentidos que existe y lo que nos define como mortales, ya que limita la cantidad del tiempo que tenemos, lo que otorga un carácter de urgencia a nuestros planes y proyectos.

Margaret Cavendish, por su parte, se opuso al Dualismo de Descartes y también a la teoría atomística, promoviendo una visión Monista, donde todo, Materia y Mente no son sustancias distintas, sino parte del mundo, donde la mente forma parte no sólo de los seres humanos, sino de todo lo que existe en el Universo. Para Cavendish, la naturaleza es un cuerpo infinito que se mueve a sí mismo y, en consecuencia, vive para sí mismo y tiene conocimiento de sí mismo, donde el Ser humano, las flores y las plantas forman una unidad dinámica fundamental y enormemente fluida. Y, sentido y razón se hallan en otras creaturas, como se hallan en el hombre y los animales.

Por otro lado, la ciencia se encarga de crear modelos y de trazar límites que dividen la naturaleza en fragmentos que se pueden clasificar y probar. Los científicos adoptan modelos que se adaptan mejor a sus necesidades; sin embargo a veces es difícil aislar algo, ya que sus límites no son evidentes y, donde el lema “Divide y Vencerás”, se ha tomado como camino hacia la comprensión, pero depende en gran medida de las divisiones que se hagan y donde además, el lenguaje es importante al engendrar continuamente metáforas.

Pero, ¿Qué es pensar? Por siglos se nos presentan interrogantes sin una respuesta fácil y, donde los filósofos se esforzaron por averiguar qué es nuestra mente y cómo está relacionada con nuestro cuerpo. Y es Descartes, quién se preguntaba si hay algo que pueda saberse con certeza, ya que desconfiaba del conocimiento que llegaba a través de los sentidos, adoptando una posición de duda total y absoluta, respecto a su propia existencia y todo lo que hay en el mundo que lo rodea.

Para Descartes, las matemáticas, la lógica y la metafísica son universales, inmutables e incorpóreas y, donde la mente alberga ideas innatas “a priori” que no son suyas. En tanto las las matemáticas residen en un espacio trascendental que no está contaminado por el cuerpo mortal y sensual y, donde los pitagóricos ya enseñaban que los números rigen el universo, pero sólo con la ayuda de nuestra mente, los actos de ver, sentir, tocar, degustar, oler, oír e imaginar hacía que comprendiéramos las cosas.

El cuerpo interactúa con la mente, pero los dos no están hechos de la misma cosa. Y, “Todo está en tu mente”, pero, ¿De qué están hechos los pensamientos? Y, ¿De dónde vienen, si no es de nuestro cuerpo? ¿Qué somos en realidad los seres humanos y cómo podemos averiguarlo? Descartes tuvo que alejarse del atomismo, porque en él no había cabida para un alma o mente eterna y, el no aceptaba la idea de un vacío. Hoy en día, hay muchas personas que creen en la idea de que la lógica y las matemáticas trascienden la mente humana y, las palabras deben ser depuradas de la ambigüedad, ya que la metáfora se presta a llevar a la persona racional a todo tipo de absurdos. Y tanto Descartes como Hobbes, tuvieron la influencia de Galileo y su admiración por la geometría, como un método para modelar el mundo natural, considerando la razón como una forma de cálculo minucioso, mediante el cual se entiende cómo una cosa se relaciona con otra a través de una relación de causa y efecto, relación que hace posible la predicción.

Freud llamó inconsciente a lo que llamamos nosotros estado subjetivo de nuestro pensamiento. Y fue Jung quién agrego que estamos sujetos a la influencia de lo que llamó “Inconsciente Colectivo”, que significa la suma total de todas las emociones humanas, desde tiempos inmemorables, que influyen en todos nosotros y que todavía se adhieren a muchas supersticiones. Por lo que debemos hacer un análisis a las declaraciones, para poder saber si sólo son patrones humanos de pensamiento inconscientemente heredados, sabiendo que nuestro éxito o fracaso en la vida, es en gran parte inconsciente, reconociendo de que todo existe y se da a través de nuestro pensamiento y se expresa a sí misma a través de nuestros actos.

Los hombres actuales son en su mayoría seres desequilibrados, al predominar y dominar el ego sobre su ser interno. Para Thomas Moore, el gran mal del siglo XX, forma parte de todas nuestras angustias y nos afecta a todos, tanto de forma individual como socialmente y, con la confluencia de una serie de factores: alimenticios, ambientales, culturales, que han producido que el hombre y la mujer de nuestros tiempos se encuentren en la mayoría de los casos, funcionando desconectados de la influencia y la información que nos proporciona la sabiduría.

Sin olvidar de que somos individuos dentro de una totalidad cósmica y, cada hombre es una manifestación única en la totalidad de un microcosmos dentro de un macrocosmos y, que arraigado en el infinito lo personifica, donde la aproximación a la realidad debe ser sencilla, directa y espontánea. Y su manifestación, está en las actividades eternas de las ideas correctas, la ley, el orden, la verdad y la belleza y, no hay más Dios en ningún lugar que donde esté el hombre y el reconocimiento del universo como una presencia viviente del bien, la verdad, la belleza, la paz, el poder y el amor, armonía universal, que fluye a través de todo. Y que no puede ser analizada ni descrita por el método científico y por tanto, una búsqueda de la verdad, consiste en unirnos a la razón, porque ella es la única que nos puede llevar a la verdad. Y encontraremos que la realidad se encuentra en parte, revelada en la mayoría de los grandes sistemas de pensamientos, pero encontraremos también una gran cantidad de ilusión. La ciencia trabaja con hechos y no con opiniones, que son siempre impersonales, es decir que no van dirigidos a una persona determinada, como señala Holmes.

El miedo y la ira, la desesperanza y la desesperación, son los enemigos de la mente. ¿Qué debe hacerse? Esta guerra en nuestro interior es una enfermedad. Para Chopra, la cura es obvia, aunque pocos la buscan, por lo que hay poner fin a la división que crea alegría un día y pena el siguiente. La vida no es más que una caminata hacia el borde del precipicio y, cada día nos acercamos más y nadie sabe que hay más allá de la orilla. Y la ciencia nos enseña que la naturaleza de la realidad, responde a todos por igual y que deben ser escuchadas con mucho cuidado por el estudioso de la verdad.

Desde una perspectiva filosófica, el mensaje esencial es que hay muy pocas propiedades que podemos definir y medir de manera precisa y, que la conexión entre las propiedades primarias, que es la estructura profunda de la realidad y la apariencia cotidiana de las cosas, es bastante remota. Y no cabe duda de que hace falta bastante trabajo para relacionar las cosas y de manera general al mundo de la experiencia cotidiana, con sus orígenes o sea, de las propiedades primarias de la materia, de las que pueden derivarse todas sus otras propiedades, con sus orígenes en la masa, la carga y el espín, según el premio Nobel, Frank Wilezeck.

Peter Freund, nos dice cómo una matemática extremadamente bella, construida sobre la idea de la Simetría, conduce directamente a predicciones concretas sobre el comportamiento físico observable y asimismo, experimentar la profunda armonía entre dos universos tan diferentes, como son el de las ideas bellas y el comportamiento físico, que fue para Freund una suerte de despertar espiritual. Y el mensaje más importante y notable de la masa, la carga y el espín, es que para describir por completo una partícula elemental, basta con especificar la magnitud de esas tres cosas, junto con la posición y la velocidad, por lo que es evidente que se da un marcado contraste entre la brutal simplicidad de los ingredientes básicos y, la complejidad de los objetos que producen.

Dice el premio Nobel Freund, que nuestros ingredientes fundamentales modernos no poseen forma o tamaño, por lo que deberíamos pensar en puntos sin estructuras donde residen concentraciones de masa, carga y espín, en lugar de átomos y vacío y, que además tenemos espacio, tiempo y propiedades. Donde no todas las partículas elementales fueron creadas iguales y que desempeñan papeles distintos en nuestra comprensión del mundo; pero sólo unas pocas dominan sobre nuestra vida cotidiana. Tenemos partículas de construcción, de cambio y otras adicionales, todas ellas fascinantes; pero las partículas de construcción, son y con mucho, las más importantes para entender el mundo que experimentamos.

En una definición bruta y burda, la materia común es aquélla de la que estamos hechos y que solemos encontrar en nuestro alrededor. Así, podemos construir la materia con la que nos encontramos en la vida cotidiana, aquélla de la que está hecho nuestro cuerpo. La inteligencia está hecha para entender la materia y es la herramienta adecuada para la ciencia, nos dice Bergson, y sin embargo, “todo lo que es vital se le escapa”. Y por eso la filosofía tiene que recurrir a la intuición, por lo que ciencia y filosofía, ambas deben colaborar; pero, a cada una en su campo y, hay que exigirles mayor precisión.

La evolución, no es fruto del azar, ni el desarrollo de un plan previamente fijado; y sin embargo se puede observar que toda ella está recorrida por un mismo impulso vital que se manifiesta en el instinto, en la inteligencia y, superándolos en cierto modo a ambos, en la intuición. Y, todo ocurre como si no hubiera en la naturaleza un ritmo único, una sola duración, sino innumerables ritmos y duraciones, correspondientes a muy diversos grados de relajamiento o tensión; desde las formas más elementales de la vida y la conciencia, hasta las más elevadas y complejas. Para una conciencia mucho más tensa e intensa que la nuestra, sería posible sintetizar en unas cuantas fases, quizá en una única “Percepción”, el desarrollo entero de la humanidad, según Bergson.

Tanto, si se parte de la tesis materialista, como si se aceptan postulados espiritualistas, no se puede negar que el cuerpo y la vida son dos realidades distintas. La vida humana es trato consciente con las cosas y, ambos polos, la conciencia y las cosas, son igualmente inmediatos e ineludibles. Y la pregunta que se hace Bergson, es la de: ¿Cuál es la relación concreta entre ambos? Porque sólo estudiando esta relación en detalle, empíricamente, puede decirse a favor del materialismo o del espiritualismo o, desembocar acaso en una nueva alternativa.

Wolfgang Kóhler, uno de los miembros más importante de la teoría de la Gestalt, intentó enunciar las reglas de la percepción y descubrir que nuestra percepción no siempre se corresponde con la realidad del fenómeno, realizando una contribución muy importante al análisis del funcionamiento del proceso de percepción, del aprendizaje y de la resolución de problemas. La nueva corriente, opuesta al Estructuralismo y al Conductismo, considera que lo percibido no es una simple suma de estímulos sensoriales, sino algo más complejo, que permite captar la forma del conjunto, de acuerdo con leyes específicas y determinadas, a las que la mente confiere sentido y significado. Una vez más, el todo supera a la suma de las partes y, la intención es clara: la de investigar ese complejo equilibrio de fuerzas y elementos que se dan en los procesos mentales y cuya totalidad, no puede reducirse a una simple suma de las partes. Esto, nos argumenta Anna Giardini.

Kant, consideraba los objetos del mundo material como incognoscibles en esencia; y desde el punto de vista de la razón, sirven tan sólo como materia pura a partir de la cual se nutren las sensaciones. Los objetos en sí mismos, no tienen existencia y, el espacio y el tiempo pertenecen a la realidad sólo como parte de la mente, como intuiciones con las que las percepciones son medidas y valoradas. Y Kant dividió las categorías en cuatro grupos: los relativos a la cantidad, que son unidad, pluralidad y totalidad; los relacionados con la cualidad, que son realidad, negación y limitación; los que conciernen a la relación, que son sustancia-y-accidente, causa-y-efecto y reciprocidad; y los que tienen que ver con la modalidad, que son posibilidad, existencia y necesidad. Las intuiciones y las categorías, se pueden emplear para hacer juicios sobre experiencias y percepciones, pero no pueden emplearse para que se apliquen sobre ideas abstractas o conceptos cruciales, como libertad y existencia, sin que lleven a inconsecuencias de proposiciones contradictorias, en las que ambos elementos pueden ser probados como verdad.

SUBJETIVIDAD Y CONOCIMIENTO: SENTIR Y SABER

Existe una tradición filosófica que incluye a Descartes, como una referencia necesaria y obligada, sobre el “Pienso luego Existo”, del rescate de la subjetividad humana; donde el hombre es ante todo un sujeto, algo que posee más dignidad que una piedra. A partir de esta filosofía, ha sido acentuado el papel de la “Subjetividad humana”, donde se impulsa una cierta posición filosófica como búsqueda e intento de esclarecer los problemas vitales cotidianos, en que se encuentra inmerso el hombre, apoyados en herramientas metodológicas de Husserl, Heidegger, Kierkegaard, Merleau-Ponty, Sartre, Marcel y Simone de Beauvior.

Al mero hecho de ser, le sigue la capacidad de sentir. Y para que los seres sean capaces de sentir, necesitan añadir primero varias características, donde destaca el sistema nervioso, coordinador natural de los procesos vitales internos y, de las relaciones con el entorno. El sentimiento nos proporciona el conocimiento de la vida en el cuerpo y hace que dicho conocimiento sea consciente; proceso básico fundamental y apenas nos damos cuenta de ello. Y una vez que esas experiencias empiezan a ser registradas en la memoria, somos capaces de mantener una historia de la vida y de su interacción con el ambiente y, que es vivida dentro de cada organismo. Donde la inteligencia se refiere a la capacidad de resolver con éxito los problemas planteados por la lucha por la vida.

La inteligencia humana, necesita la existencia de una mente y la colaboración de los sentimientos y la consciencia, así como de la percepción, la memoria, la memoria y el razonamiento, nos dice Antonio Damasio, donde los contenidos de la mente son manipulables, lo que significa que podemos reorganizar de muchas maneras. El razonamiento es la manipulación que realizamos cuando intentamos resolver un problema, mientras buscamos una solución. Y, todo lo que sabemos acerca de los mecanismos de resolución de problemas y no hay más, ya que en la pregunta está la respuesta. Las mentes conscientes, dotadas de sentimiento y perspectivas sobre el mundo que les rodea, son ampliamente representadas por el mundo animal y, no sólo en los humanos. Todos poseen una mente y son conscientes y, lo mismo se da en los insectos sociales. Exhiben una magnifica pericia en un entorno natural, donde no sólo reconocen los dibujos, los olores y colores, sino que son capaces de recordar su emplazamiento y comunicárselo a los demás e incluso, se ha demostrado que son capaces de aprender a reconocer las caras de los demás elementos de su especie y evidentemente, son capaces de recordar, aprender, pensar y comunicarse de variadas maneras e inesperadas y, que parece depender de su experiencia individual.

Encontramos así también un extraordinario grado de organización en el cerebro del pulpo, que son capaces de aprender mediante la observación y, pueden indicar emociones o intenciones complejas, mostrándose vigilante, curioso e incluso juguetón, como nos dice Oliver Sacks. En el reino animal, la mente, en grados diversos, ha surgido o se ha encarnado en todas las especies, a pesar del profundo abismo biológico que los separa entre sí y a nosotros de ellos. La memoria cambia continuamente y nunca ha existido una reproducción mecánica simple; y ha sido siempre una reconstrucción individual e imaginativa, así casi nunca es algo realmente exacto, ni siquiera en los casos más rudimentarios y, tampoco tiene ninguna importancia que no lo sea. Y hasta cierto punto todos tomamos prestado de otros, pero la cuestión no es el hecho de tomar prestado, sino lo que uno hace con lo que toma prestado y, con qué profundidad lo asimila, lo incorpora, lo combina con sus propias experiencias, pensamientos y sentimientos y de qué lugar ocupa con relación a sí mismo y cómo se expresa de una manera nueva y propia. El tiempo, el olvido y la incubación son igualmente necesarios, antes de poder llevar a cabo un descubrimiento científico profundo. Y si no esperas lo inesperado, no lo reconocerás cuando llegue, nos dice Heráclito. El verdadero problema no es si las máquinas piensan sino si los hombres lo hacen, nos dice B. F. Skinner.

El Existencialismo, está estructurado a base de ciertas formulaciones que funcionan como columnas vertebrales del hecho y del texto en su conjunto: A saber:

1.- La existencia precede a la esencia;
2.- El hombre es plenamente responsable;
3.- El hombre es un proyecto que se vive subjetivamente;
4.- El hombre está condenado a ser libre;
5.- No hay signos en el mundo;
6.- No hay ninguna naturaleza humana o lo que es lo mismo: El hombre es un ser en situación;
7.- El Existencialismo no es una filosofía que promueve el quietismo;
8.- El punto de partida es la Subjetividad humana, es decir, Existencial;
9.- El hombre no se encuentra encerrado en sí mismo sino presente siempre en un universo humano.

Sartre habla de una subjetividad existencial, lo cual implica hablar de una subjetividad que se vincula forzosa y necesariamente con el mundo. Un ser humano es auténtico cuando es, o llega a ser lo que verdaderamente y radicalmente es, como modos de ser básicos del hombre.

Subjetivos somos todos y, como seres humanos, no podemos sino percibir el mundo a través de nuestra subjetividad. Para Carl Jung, “Lo real es lo que es psicológicamente real para el individuo”; aseveración clara, nos dice Ángel Alcalá, de que la subjetividad, en todos los planos, está indisolublemente ligada a lo que conocemos como realidad y, la única realidad existente para nosotros es aquélla que percibimos como tal, y que percibimos subjetivamente. El caso es que cada persona da un significado propio a los sucesos que vive y por ello, dos personas reaccionan de manera distinta a dos sucesos iguales. El reto es lo mismo, pero la percepción y las consecuente reacción, no lo es.

La subjetividad es responsable de muchas cosas más, ya que moldea inconscientemente nuestra interpretación de lo que está pasando, ya que todos necesitamos explicarnos las cosas importantes que nos ocurren. Es una característica del ser humano, como nos dice Alcalá y, no aceptamos las cosas sin más y buscamos un significado preciso que los justifiquen, un impulso, extraordinariamente potente. Estas percepciones subjetivas son las que conforman las distintas personalidades o modos de ser de las personas.

Las diferentes formas de ser y de explicarnos como vemos la vida, son el resultado del carácter y la interacción de éste con las vivencias y su interpretación por parte de la persona. El genotipo, hace referencia al conjunto de genes que heredamos y que nos conforman, mientras que el fenotipo, es ese genotipo modulado por el ambiente en el que nos desarrollamos. Observamos que partiendo de dos genotipos iguales, resultarán dos fenotipos completamente distintos. Y es el factor conciencia /inconsciencia, la que se refleja en nuestras decisiones, actitudes y comportamientos que adoptamos, donde los altamente conscientes, tienen un gran desarrollo de lo que conocemos como “Sentido Común”. Los que se dejan llevar por sus impulsos, sin pensar, limitan su capacidad reflexiva y autocontrol e influyen en nuestra forma de ver el mundo. La introspección y la capacidad analítica, así como la concentración, son muy valiosos, en las ciencias experimentales.

No existe nada más engañoso que un hecho obvio; el mundo que vemos emana de nosotros mismos y vivimos en un universo participativo, donde Dios creó un mundo que continúa creándose a sí mismo, según Pam Grout. Y para Sri Auribondo, no existen leyes físicas en el universo, más bien son sólo como sugerencias. Las teorías quizá te inspiren, pero serán los experimentos los que provocarán tu avance; pero, el mundo real es mejor que cualquier laboratorio. Nuestros pensamientos van y vienen y cruzan por todas partes, hasta que decidimos juntarlos y transformarlos en nuestra realidad.

Nos dice Adrian Furnham, que en lo general, lo anómalo conlleva “dolor y sufrimiento” o, más sufrimiento personal agudo y crónico, una “adaptación inadecuada”, la imposibilidad de realizar las tareas cotidianas y mantener relaciones felices o planificar el futuro, creencias carentes de lógica. El punto de vista “Subjetivo”, criterio para considerar que la “normalidad” radica en nosotros mismos. La normalidad, consideramos que es la perfección y cuánto más nos apartamos de la normalidad, más anómalos somos; por lo que se insiste más en lo que “debería ser”, que en lo que es “razonablemente posible”. Pero en realidad, “Nada es Normal, debido a que nadie es perfecto”. Y, al hecho de que el límite entre lo normal y lo anómalo, no está bien definida y, de que es de alguna manera, “Algo Subjetivo”. Y la curva de la “Campana de Gauss”, que se aplica con mucha frecuencia para hacer evaluaciones, tiene desventajas, debido a que los comportamientos más frecuentes, no tienen porqué ser los más saludables, ni deseables y, su aplicación ofrece más dificultades, en lo relativo a cuestiones de carácter más sutil y multidimensional, como es la personalidad o enfermedades mentales.

El comportamiento anómalo, por lo general es impredecible, con cambios de un extremo a otro y, a menudo se es incapaz de controlar. Y por definición el comportamiento anómalo es heterodoxo, extraño e indeseable, nos dice Furnham, ya que tiene también una dimensión moral, dado que se asocia con la violación de normas morales y la despreocupación por las normas sociales, ilegal e indeseable, porque genera molestias en otros, hace sentirnos incomodas y se percibe como algo que es no normal.

Los “sistemas de creencias”, son los programas que utilizamos para explicar, identificar y afrontar nuestras vidas y, pasan a ser una parte tan valiosa, que nunca se nos ocurre cuestionarlas y también las hemos llegado a considerar como hechos de la vida y como verdades inalterables. Y si la mente es el cerebro y nada más, y si ese cerebro funciona como una máquina, con partes distintas para cada función, esta idea afectará nuestra percepción; pero si alguien cree que la mente no es material y que la verdad está en los números y que son las verdades matemáticas inmutables, las que rigen el mundo, entonces la visión de la mente y del cuerpo vendrá determinada por esas verdades y no por preocupaciones sobre la realidad orgánica de carne y hueso, como cree Siri Hustvedt. Pero lo cierto es que no existe una teoría única sobre qué es, por lo que reina la confusión y, no sólo entre aquéllos que rara vez piensan en el problema de mente-cuerpo. Las batallas son muchas, nos dice Siri, en torno a la conciencia; qué es y por qué tenemos una.

Un agnóstico, es alguien que dice que el conocimiento de la existencia de Dios, sencillamente no se puede alcanzar; y en el ateísmo, según Francis Collins, de forma fuerte se sostiene que no hay manera de que la humanidad lo sepa jamás y, la versión débil sencillamente dice: “No lo sé”. Es Burgess Shale, quién creía que Dios había ordenado la “Selección Natural”, para construir la historia de la vida, de acuerdo con sus planes y propósito. Y según la perspectiva de Dawkins, “El Universo que observamos tiene precisamente propiedades que esperaríamos, si al final no existiera ni diseño, ni propósito, ni bien ni mal, nada excepto ciega indiferencia inmisericorde. Para Benjamin Warfield, “Nadie debería ser tan rápido en discernir la verdad en todo campo, ni más hospitalario al recibirla, ni más leal al seguirla adonde sea que nos lleve.

EL “Principio de la Navaja de Ocam”, sugiere que la explicación más sencilla, para cualquier problema dado, es generalmente la mejor. Esta experiencia de diseñar ecuaciones universales sencillas y bellas, para describir la realidad del mundo natural, deja una profunda impresión, particularmente porque el resultado final presenta un atractivo estético; y es Eugene Wigner, quién se pregunta: ¿Cuál podría ser la razón de la poca razonable efectividad de las matemáticas? Y Thomas Huxley, dice: “Cuando alcancé la madurez intelectual, descubrí que mientras más aprendía y reflexionaba, menos dispuesta estaba la respuesta, hasta que finalmente llegué a la conclusión de que el problema es insoluble”.

No debemos asumir una actitud antagonista hacia las verdades de la razón, las verdades de la filosofía, las verdades de la ciencia, las verdades de la historia o las verdades de la crítica. Pero ¿Si la evolución es aleatoria, cómo puede estar Dios realmente a cargo de todo? Y ¿Cómo podría estar seguro de un resultado que incluyera, seres inteligentes? En este contexto, la evolución nos podría parecer guiada por el azar, pero desde la perspectiva de Dios, el resultado sería específico, por completo; mientras que desde nuestra perspectiva, El Dios supremo es algo oculto, inaccesible y su primordial naturaleza de que le gusta ocultarse, que según Giorgio Colli, a la naturaleza primordial le gusta ocultarse y, la armonía oculta es más fuerte que la que es manifiesta, por lo que Heráclito añade de que en los confines del alma, no podremos encontrarlos caminando, aunque recorramos todos los caminos. El alma, lo oculto, la unidad, la sabiduría, son lo que no vemos y, sólo la interioridad oculta es permanente, más aún, al manifestarse, “Se acrecienta a sí mismo”

El Dios, según Giorgio, indica al hombre que la esfera divina es ilimitada, insondable, caprichosa, insensata, carente de necesidad, arrogante, pero su manifestación en la esfera humana, suena como una norma imperiosa de moderación, control, límite, racionalidad y necesidad. Donde los hombres son engañados respecto del conocimiento de las cosas manifiestas, ya que no saben de qué se trata y por qué creen que son reales, cuando en realidad no lo son. Y según los pasajes de Heráclito, niegan cualquier clase de realidad externa a los objetos del mundo sensible y, lo que condena es la transformación de la aprehensión sensorial en algo estable y existente fuera de nosotros. Captamos instantáneamente la experiencia de los sentidos y después, si deseamos fijarla, la inmovilizamos y la falsificamos. Y, cualquier opinión y cualquier elaboración de las impresiones sensoriales en un mundo de objetos permanentes es ilusoria y, en todas las ocasiones, lo único concreto que existe es una sensación instantánea a la que no corresponde nada objetivo.

La psicología, enseña a las personas un rico vocabulario a través del cual se puede describir y explicar el comportamiento de las personas, donde si una conducta parece irracional o peligrosa, el psicólogo hablará de psicopatología y las personas de la calle, de locura. Los hombres tienen más tendencia a padecer de abuso de drogas y las personas pobres, tienen una mayor probabilidad de sufrir esquizofrenia. Los niños norteamericanos sufren una elevada tendencia de falta de control, sin embargo, con un niño sudamericano, ocurre lo contrario.

La mayoría de nuestros pensamientos y sentimientos, están programados por la cultura en que nos criamos, donde estamos entrenados para experimentar las emociones infelices y a no esperar cosas buenas, sin saber que somos nosotros los que creamos nuestro mundo con nuestros pensamientos, creencias y nuestras frecuencias energéticas, como afirma Grout. Y es la atención, la que convierte nuestros pensamientos en la realidad y el paradigma de que la vida es un asco, no es más que un mal hábito y la única razón por la que vemos faltas y problemas y la razón, de que sigamos buscándolos.

Agregando según Giorgio, que cualquier juicio en cuya verdad crea el hombre, puede refutarse y no sólo eso, sino que además, toda la dialéctica considera indiscutible, el principio del “Tercero excluido”, o sea que considera que si una proposición se demuestra verdadera, significa que la proposición que la contradice es falsa y viceversa. Y así que, en el caso en que primero se demuestre como verdadera la proposición que la contradice, resultará que ambas proposiciones son verdaderas y falsas al mismo tiempo, lo que es imposible. Tal imposibilidad significa que ni una ni otra proposición indican algo real, ni siquiera un objeto concebible y, como ningún juicio y ningún objeto escapan a la esfera dialéctica, de ello se sigue que cualquier doctrina, cualquier proposición científica, perteneciente a una ciencia pura o, a una ciencia experimental, estará igualmente expuesta a la demolición.

El ser humano quiere conocer las reglas precisas por las que se rige la vida y, de nada le sirve que la física cuántica le diga que la única regla que impera siempre, es el caos y el azar. Por ello, intenta superar el azar imponiendo reglas, normas, leyes, sentido, razón, lógica y control a todo lo que le rodea. Sin embargo, la conciencia es capaz de moldear el caos y tal vez por eso, tenemos la sensación de que los hechos son predecibles y, de que hay leyes ocultas que rigen el universo. Y es Fred Alan Wolf, quien nos dice que es más probable que todo lo que sabes sobre el universo y las leyes que lo gobiernan, sea en un 99.99% incorrecto, es en primer lugar, la persona que crees que eres, no es quién eres en realidad.

Estos engaños sensoriales, han provocado que pasemos por alto el hecho de que aquello que es invisible, aquello que no podemos ver con los ojos, son de hecho más fundamentales para la vida que la que sí vemos. Y que según Grout, las energías sutiles, los pensamientos, emociones y la conciencia, representan, los papeles principales en nuestras experiencias de vida. Pero debido a que son invisibles, no hemos intentado comprenderlas o utilizarlas en nuestro favor, así que para cambiar el mundo que se necesita cambiar, estas expectativas y creencias y centrar la atención no sólo en aquello que vemos, sino también en lo que queremos ver.

Decir que nuestra libertad es total significa que lo es en un plano dado y dentro de ciertos límites, pero tanto el Alfa y el Omega, residen en el fondo de nuestra corazón, donde lo que podemos conocer, es lo que somos y por esto, es por lo que podemos conocerlo infaliblemente, siempre que nos liberemos de los velos que nos separan de nuestra verdadera naturaleza, según Frithjof Schuon.

La esencia de lo real es lo trivial o lo vulgar, nos dicen los científicos, pero según Schuon, la esencia de lo real es lo milagroso; el milagro de la conciencia, de la inteligencia, y del conocimiento. Y es humano lo que es natural en el hombre, del modo más esencial, aquello que se refiere al absoluto y señala la superación de lo humano terrenal, y nuestra misma subjetividad indica de la manera más clara posible, nuestra referencia al Absoluto, ya que sin la primacía absoluta, la subjetividad relativa no sería ni posible ni concebible, sería como un efecto sin causa y el intelecto, las facultades mentales y las facultades sensoriales, son otros tantos aspectos de ese prodigio naturalmente sobrenatural que es la subjetividad.

Quien dice Absoluto, dice Infinito. La infinitud es un aspecto intrínseco del Absoluto y de esta Dimensión de Infinitud es de donde surge necesariamente el mundo, ya que el mundo existe porque el Absoluto, siendo tal implica la Infinitud. Hace veintisiete siglos, nos dice Sandro Palazzo, la filosofía nació formulando las preguntas esenciales que ninguna otra disciplina se había atrevido a hacer; ¿Cuál es el origen de todo? ¿Hay un orden en el universo? ¿Qué es conocer?, pensadores que transformaron la relación de las personas con el cosmos, filósofos que renunciaron a las explicaciones sobrenaturales y, se encomendaron al rigor del intelecto y de la observación estricta para indagar el fundamento de la existencia.

Tales, Anaximandro, Anaxímenes, Pitágoras, Heráclito, Parménides, Empédocles, Anaxágoras, son los pensadores que plantearon a la mente humana, nuevos problemas y nuevos modos de enfocarlos. Retos metafísicos, nos dice Palazzo, acerca del fondo de lo real, ontológicos sobre la concepción del ser y éticos sobre el sentido de la existencia humana, que todavía no hemos resuelto y continúan abiertos. El optimismo de sus convicciones era la idea de que la naturaleza era cognoscible y transparente a la razón. Ese afán de profundizar en lo existente y al sentido del mundo, de desentrañar lo oculto y no patente de modo adecuado a la información que nos dan los sentidos.

Mientras para Heráclito las aparentes contradicciones del mundo sensible se expresan en un Logos, para Parménides la lógica no admite ningún tipo de contradicción. Para cada uno de ellos la verdad se revelaba de forma distinta, y según Heráclito se encuentra en el cambio permanente en el mundo sensible, plasmada en su lucha de opuestos. Parménides desprecia el testimonio de los sentidos y los considera una fuente de engaño, pero ambos confiaban en la inteligencia y la razón. Los conocidos como Fisiócratas, por sus investigaciones sobre el mundo, entendieron la naturaleza como una ley inexorable y como una necesidad y no como fruto o campo de operaciones de los dioses, sino como ley y necesidad en sí misma, por lo que naturaleza y necesidad eran lo mismo.

Sabio es el hombre, que a través del intelecto percibe la ley o necesidad inmanente y autosuficiente que es la naturaleza y se sabe parte de ella. Ser plenamente persona significa, disponerse a comprenderla mediante la facultad exclusivamente humana que es la razón. Juan Carlos Chávez, nos descubre una poderosa óptica diseñada con base en la información de los más grandes pensadores de la psicología, genética, neurobiología, filosofía y mecánica cuántica.

Somos un Ser completo por estar compuestos de:

1.-Partículas subatómicas que protegen la vida en todas sus manifestaciones.
2.-Genes que buscan su propia reproducción y supervivencia.
3.-Emociones que buscan el estímulo inmediato y
4.- Capacidad racional que busca argumentar lógicamente.

¿Cuál es la función de la conciencia que resultó favorable en el proceso de selección natural? Según la tradición fenomenológica, la función temporal de la conciencia es dar sentido a la existencia. La conciencia es prospectiva, según José Luis Díaz, porque no se conforma con lo dado, sino que se propone un trabajo constructivo. Su capacidad de prever de reconocer situaciones novedosas, de plantear y seleccionar soluciones es una propiedad muy valiosa de la mente consistente, que bien pudo ser una ventaja de supervivencia en el desarrollo de las especies. Cabe afirmar nos dice Díaz, que la función general de la conciencia es dar sentido a la existencia.

Varios autores identifican como funciones de la conciencia a la capacidad de establecer y seleccionar metas mediante la elección de pautas, a la vez que otros, creen que se trata de un “Taller Representacional”, destinado a mantener actividades de toma de decisiones, imaginación, planificación, prueba de hipótesis y uso novedoso de refinar. Estamos a las órdenes de los genes, que a su vez están a las órdenes de la existencia atómica y subatómica. Todo aparentemente con un claro propósito detectable, la de resistir y prevalecer.

El lenguaje de las neuronas y de sus conexiones, es un lenguaje que nos gobierna, pero que paradójicamente ni hablamos ni comprendemos. Y en el estudio cerebral, nos vemos inmersos en la labor de descifrar las reglas, estructuras y funciones de unas neuronas que emiten mensajes nuevos y misteriosos, un lenguaje de una complejidad tan enorme que resulta inalcanzable.

LA ESTRUCTURA Y UNIVERSALIDAD DE LAS CONDICIONES DE LA EXISTENCIA

Hay un mundo secreto ahí fuera. Un universo paralelo de belleza y elegancia, intrínsecamente conectado con el nuestro, donde las matemáticas están presentes en el tejido mismo de nuestras vidas y, son una manera de describir la realidad y averiguar cómo funciona el mundo, que nos permiten realizar cambios revolucionarios, capaces de provocar variaciones de paradigma. Y los que logran profundizar las matemáticas, parecen estar dotados de un sentido extra, ya que las matemáticas, están llenas de infinitas posibilidades, de elegancia y belleza y, mientras que nuestra percepción del mundo puede verse distorsionada, nuestra percepción de las verdades matemáticas son objetivas, persistentes y necesarias, nos dice Edward Frenkel.

Y no hay nada tan profundo y a la vez tan disponible, ya que una de sus funciones es la de ordenar la información y, rebosan de misteriosas analogías y metáforas, siendo una manera de romper las barreras de lo convencional, la expresión de imaginación en búsqueda de la verdad. Todos deberíamos, nos dice Frenkel, tener acceso al conocimiento matemático y a las herramientas necesarias para protegernos de decisiones arbitrarias, tomadas por los poderosos en un universo cada vez más dominado por las matemáticas; sin matemáticas no hay libertad, asegura Frenkel.

La obra de Baruch Spinoza, es considerada junto con René Descartes y Gottfried Leibniz, una de las importantes figuras del siglo XVII. Su pensamiento filosófico se basa en la idea de que todo en la naturaleza está identificado con Dios, sustancia infinita y divina. Y afirma que sólo puede existir una sola sustancia, la Divina. Que todo está sujeto a leyes universales y que el libre albedrío, es abrazar dichas leyes y regirse por la razón.

En el poder de las palabras, cada cosa que decimos tiene, por igual, una reacción positiva o negativa. Y de la misma forma, la calidad y valor de nuestros pensamientos, genera estas mismas reacciones hacia nosotros mismos y a los de los demás y, no sólo en un plano físico, sino también mental. Es importante que el pensamiento se eduque lo más pronto posible, así como el YO en su totalidad, a pesar de las diferentes formas en que se presente. Y así como el NO-YO, el cual también forma parte de nosotros, ya que al final, el YO, es la base de la vida. Y, así estudiando al Conocedor, lo Cognoscible y el Conocer, es como se impulsará a llevar una vida noble con la luz de la inteligencia, iluminando el camino, como enseña Annie Besant.

Tan sólo combinando todos los aspectos de lo que uno conoce y comparando una verdad con otra, se llegará a dominar y se entrará en posesión del propio saber, donde únicamente se puede profundizar en aquello en lo que uno conoce y, sólo se sabe aquello en lo que uno ha profundizado. El pensar debe ser estimulado y sostenido por algún interés en el tema. Este interés, puede ser de tipo puramente objetivo o solamente subjetivo, según Arthur Schopenhauer.

El interés objetivo, se aplica tan solo a las cabezas pensantes por naturaleza, pero son casos muy raros y encontramos pocos entre los eruditos. La sobrecarga de erudición, hace a los hombres, más triviales y simples de lo que por naturaleza son los hombres de genio; lumbreras del mundo e impulsores del progreso, han leído directamente en el libro de la naturaleza.

Muchos libros sirven sólo para mostrar cuántos falsos senderos existen y cómo podemos extraviarnos, si los seguimos. Pero aquel que piensa libre y profundamente, posee la brújula para encontrar el verdadero camino. Hay multitud de pensamientos que tienen valor para quiénes los piensa, pero pocos ganan el interés de los demás; y cuando se considera “El problema de la Existencia”, se comprueba que los seres humanos, no se dan clara cuenta del problema y más aún, no parecen percibir que el problema y más aún, no parecen percibir que existe y, no se ocupan no más que del día presente. Y cuando se considera esto, tiene uno derecho a llegar a la conclusión de que el ser humano, tan sólo en un sentido muy amplio, puede ser considerado y clasificado Ser Pensante. Y en realidad, el hombre es un pobre animal, semejante a los otros. Sin embargo el pobre está limitado por la necesidad y la penuria y es el trabajo, el que ocupa sus pensamientos y reemplaza al Saber.

La innumerable cantidad de malos libros acaparan el tiempo, el dinero y la atención del público, cosas que por derecho pertenecen a los buenos libros y a sus nobles fines. Y no solamente son inútiles sino positivamente dañinos y la gente, en lugar de leer lo mejor de todos los tiempos, lee siempre únicamente lo más nuevo.

En su búsqueda para conocer de qué están hechas las cosas, de cuál es la materia prima que constituye todo lo que vemos a nuestro alrededor, que los griegos llamaron “el arjé”. Y lo que explica todo, lo que constituye todo, no puede ser un subconjunto de este todo. No puede ser algo definido, finito, por cuanto constituye la materia esencial de todo lo que ha habido y habrá, en este mundo.

El arjé, tiene que ser, necesariamente infinito, nos dice Francesc Rossell, o lo que conocían como “el ápeiron” los griegos, en cuanto como fuente de todo lo creado y lo que está por crearse, rigiendo de este modo los ciclos de creación, transformación y también de destrucción, pues todo lo que muere regresa al ápeiron. Y de hecho, el ápeiron es el infinito y rige los procesos naturales, aunque no seamos capaces de verlo. Todos somos parte del infinito, que está en nosotros y nosotros en él.

Para Aristóteles, lo que no podemos experimentar no lo podemos conocer. Y para Platón, la realidad está más allá del mundo que percibimos y, lo que llamamos “Real” en nuestro mundo, sólo son “Percepciones” y sólo existe lo que podemos percibir, que es la finitud. La razón “empírica”, nos demuestra que vivimos en un universo finito, en constante movimiento y, que no hay más allá de lo finito. Sin embargo, Aristóteles nos dice que un número, una magnitud, es un infinito en potencia, porque podría ser convertido en números cada vez mayores mediante la suma de unidades. Pero eso no significa que el infinito sea real, porque no se llega nunca a él.

La energía no puedes verla, pero es la piedra angular de todo lo que existe en el universo. Algo que tiene gran poder de todo lo que existe en el universo, algo que tiene gran poder y así, el campo de energía pulsante, es el motor central de tu ser y de tu conciencia, nos dice Pam Grout. Y no existe un solo sitio donde no esté y así, todo en el universo está unido por esta energía; todas las formas de vida y tú misma inteligencia, creatividad e imaginación. Todos somos solamente un enorme y único campo de conciencia vibrante y pulsante, según Grout.

La materia y la energía, son básicamente dos formas de la misma cosa; la energía es materia liberada y la materia es energía que espera liberarse. Existe una cantidad infinita de energía atrapada en cada ser vivo y, si supieras como liberar esa energía, podrías convertirte en una fuerza equivalente a 30 bombas de hidrogeno, ya que el mundo material no es otra cosa que patrones densos de energía, como comenta Grout. Donde los científicos descubrieron que no existe una partícula material en el origen inicial de todo lo que existe y, de que todo es tan solo energía pura e ilimitada, que vibra a tal velocidad que desafía toda intención de medición y de observación. Y así, a pesar de toda apariencia que tienes a la vista, eres pura energía.

Y, somos hijos del caos y la estructura profunda del cambio es la degradación; y en el fondo, sólo existe la corrupción y la imparable marea del caos, nos dice Richard Dawkins. No hay finalidad, hay tan sólo dirección. Ésta es la cruda realidad, que tenemos que aceptar si escudriñamos con profundidad y de forma desapasionada, el corazón del Universo. Y según Peter Atkins: Muchos están convencidos de que la vida es vana y carece de propósito. Acusaciones similares de desolación estéril y de promover un mensaje árido y lúgubre y, que se lanzan así también contra la ciencia en general.

El asombro reverencial que la ciencia puede proporcionar, nos dice Dawkins, es una profunda pasión estética, comparable a la música y la poesía más sublime y una de las cosas que hacen que valga la pena vivir y, lo hace de manera más efectiva, si cabe, al convencernos de que nuestro tiempo de vida es finito. Dawkins nos dice: Creo que un Universo ordenado indiferente a las preocupaciones humanas, en el que todo tiene una explicación, es un lugar hermoso y maravilloso, que un universo embaucado por una magia caprichosa y ad hoc.

¿Qué utilidad tiene traer un niño al mundo si lo único que hace con su vida es trabajar para poder vivir? Si todo se juzga por lo útil que es, entonces nos encontramos ante un argumento circular y fútil. Pues tiene que existir algún valor añadido. Al menos una parte de la vida debería dedicarse a vivirla y no sólo a trabajar, para retrasar su final. La ciencia es útil, pero eso no es todo lo que importa; y así en el Hamlet, se nos dice: Hay algo más en el cielo y en la tierra, Horacio, de lo que ha soñado tu filosofía.

¿Acaso la ciencia, ese peculiar modo de entender el mundo, priva al universo de todo sentido poético? Dawkins demuestra que la ciencia, también entraña belleza y que el descubrimiento de los mecanismos que rigen los fenómenos naturales, no sólo no destruye su poesía sino que la ensalza, revelándonos aspectos sorprendentes que de ninguna otra manera podríamos apreciar o imaginar.

Este estremecimiento ante lo hermoso, este hecho increíble de que un descubrimiento motivado por una búsqueda de la belleza en matemáticas encuentre su replica exacta en la naturaleza, persuade de que la belleza es aquello a lo que la mente humana responde en lo más hondo y profundo. La belleza es la verdad, nos dice Oliver Sacks: la verdad es belleza y esto es todo lo que sabéis en la tierra y, todo lo que necesitamos saber.

El conocimiento y su valor, según Annie Besant, se llega a medir por el poder de purificar y ennoblecer la vida y, una mejor comprensión de la propia naturaleza intelectual, nos induce a cultivar determinadamente lo que haya de bueno y extirpar lo que haya de malo. Junto a lo bello, que implica armoniosa y gozosa serenidad, Kant caracteriza lo sublime como lo que aparece en objetos de poder y proporciones desmesuradas; y cuyo primer efecto es el de señalar los límites y la insignificancia del hombre, pero que tiene el efecto de despertar la conciencia, donde las diferentes sensaciones descansan, no tanto sobre la condición de las cosas externas, como sobre la sensibilidad de cada hombre para su grata o ingratamente impasionado por ellas. Y donde lo sublime ha de ser siempre sencillo y así un largo espacio de tiempo es sublime y si corresponde al pasado, resulta noble y cuando se le considera en un porvenir incalculable, según Kant, tiene algo de terrorífico. Y para Halles, la eternidad infunde un suave terror, la de eternidad pasada, un asombro inmóvil.

Kant, en lo bello y lo sublime, nos dice: La inteligencia es sublime, el ingenio bello, la audacia es grande y sublime. La veracidad y la rectitud son sencillas y nobles. La amabilidad es la belleza de la virtud. La cortesía y la finura son bellas y las cualidades sublimes infunden respeto y, las bellas, amor. Los que sienten principalmente lo bello, sólo en casos de necesidad, buscan sus amigos entre los hombres rectos, constantes y severos, prefieren tratarse con gente amables y corteses. La emoción de lo sublime es más poderosa que la de lo bello, pero si la emoción no la acompaña o alterna con lo sublime, acaba por fatigar y no puede ser disfrutada por tanto tiempo.

Cuando, en forma simultánea ocurren dos sucesos significativos que no tienen conexión entre sí, según CarlJung, son anomalías que derivan de una generación aleatoria de sucesos y, afirman que a la larga, los acontecimientos de una columna o curvan a la par con los de otra columna. Los sucesos sincrónicos, no son resultado de la ley de promedios, sino productos válidos de la no “localidad” y el “entrelazamiento”. Y según Anton Wilson, el entramado del mundo no se rige por normas humanas, donde el “Teorema de la No Localidad”, fue según Bell y su teorema, el que condujo a los experimentos que probaron de forma concluyente la naturaleza cuántica del mundo, lo que significa que no existen sistemas aislados, ya que cada partícula en el universo tiene una comunicación instantánea con todas las demás. E incluso las partes separadas por distancias cósmicas, funcionan como un sistema completo, por lo que la “Sincronicidad”, que en general pasamos por alto, no es más que la prueba de la interconexión de todas las cosas. Y fue Edward Lorenz, con su “efecto mariposa” quién observó que un suceso en apariencia insignificante, pueden tener consecuencias enormes y trascendentales.

El comportamiento de las personas es un reflejo de su estado interno. Y por hoy, no estés enojado, no te preocupes, sé agradecido, haz lo que debes hacer y sé bondadoso con los demás, ya que dentro de cada uno de nosotros hay un vasto deposito de sabiduría sin utilizar, semillas de gran potencial en espera de las condiciones idóneas para germinar; y cuando nos permitimos entrar en nuestro interior, es ahí, donde comprendemos porqué hemos venido a esta vida y qué hemos venido a hacer, nos dice Melissa Tipton.

El Reiki japonés, según Melisa, considera que existe una energía espiritual o energía universal, que es la energía que hace que la vida sea posible y, que puede interpretarse como tu ser verdadero. Y fue Mikao Usoi, quien interesado en responder a la pregunta: ¿Por qué estamos aquí?, lo llevaron a deducir que el propósito de la vida es que “Debes dejar al universo, lo que no puedes cambiar y conservar tu conciencia tranquila, sin preocuparte de nada en absoluto; “relájate, haz tu mejor esfuerzo y después entrega al universo lo que no puedes controlar, en lugar de preocuparte hasta agotar tu vida”.

Esta energía está en todo lo que existe y se describe como “El poder que dio a luz al Gran Universo: creó el sistema solar, dio lugar a todas las creaturas de la tierra y las mantiene en orden”. Esta es la vibración de la energía del amor, que irradia al universo desde la conciencia más alta, con el propósito de cumplir su voluntad. Y que según Doi: Todo lo que vivimos, tanto en el ámbito externo como en nuestro interior, afecta nuestra energía; y los efectos pueden ser provechosos o dañinos, donde muchas situaciones pueden afectar nuestra energía, desde las actividades físicas, pensamientos y emociones. Y según la corriente filosófica-religiosa, conocida como Hermética, todo comienza con una conciencia omnipresente, conocida como Conciencia Infinita, el Todo o también Dios. Es la Esencia Consciente y que está en todas partes, donde nada existe fuera de esta energía.

Donde los Arquetipos, proveen un prototipo o patrón, a partir del cual se modelan otras cosas. Christopher Penzias, nos señala que los arquetipos son representados por los fenómenos físicos asociados, pero están más allá de la manifestación, son fuerzas arquetípicas que influyen en toda la creación. Y de acuerdo con la historia Hermética de la creación, cada uno de nosotros es copia del universo y así, si llegamos a conocernos, a nosotros mismos, podemos conocer el universo y viceversa, ya que contenemos una versión de la Mente Única, por lo que también poseemos grandes poderes creativos. Y así el mismo Usui, dijo: “Yo soy el Universo; El Universo soy yo”.

Todos los días realizamos acciones automáticas y cada vez hay menos tiempo para el pensamiento crítico, pero no se pretende proponer soluciones absolutas, donde la búsqueda infinita de estímulos rápidos y sin contenido, se ha materializado. Pero parece que el mundo no quiere que pienses y lo que realmente sucede, es que por supervivencia, estamos programados para ahorrar energía y buscar estímulos emocionales. Y, resulta que pensar requiere mucha energía y que los estímulos emocionales, los podemos encontrar con facilidad en experiencias vacías. Y según Juan Carlos Chávez, nos estamos olvidando del porqué hacemos lo que hacemos y de que somos mucho más que eso.

Para prevalecer y evolucionar, llegó el momento de escuchar nuestro intelecto creativo y, a lo más profundo de nuestro ser; esa parte que nos une con todo lo que nos rodea, como apunta Chávez, donde las fuerzas conscientes e inconscientes que nos mueven, no sólo no se ponen de acuerdo, sino que nos llevan a tomar decisiones autodestructivas, porque se encuentran fuera de contexto.

La vida es una guerra por resistir y prevalecer, que nos enfrenta con grandes batallas día a día. Y uno de los activos más valiosos es la Información Inteligente, misma que se ha venido acumulando durante miles de años y, nunca había sido tan necesario tener una mente fuerte llena de información inteligente, como nos dice Juan Carlos Chávez. Y podemos adquirirla, leyendo, pensando, reflexionando, estudiando, meditando, escuchando a otras personas, maestros y expertos. Para Antonio Damasio, nuestro cerebro nos presenta “Imágenes Mentales” y que normalmente elegimos la que nos genera un mejor sentimiento o emoción, a nivel consciente e inconsciente.

Las emociones que generan finalmente “Sentimientos” en nuestra mente, dependen también específicamente de cada célula de nuestro cuerpo y, desde el primer momento de nuestra existencia hasta el último momento, lo que intentamos como realidad, se trata tan solo de ideas dentro de nosotros, donde las ideas crean deseos, los deseos crean hábitos y los hábitos crean estilos de vida que dan forma a todo lo que somos y hacemos en este mundo. Uno se convierte en aquello que tiene dentro de su propia mente, según el Upanishad y, tener un lugar y una función especial en la sociedad, aporta un bien mayor. Y si tu vida persigue un fin más elevado, libre de egoísmos y hedonismos, eso nos hace vivir más y mejor.

Nos cuesta comprender que no son las situaciones las que nos afectan, sino las interpretaciones y la importancia que les damos. Somos hijos del Universo, por lo que Valiere Bertschin, nos dice: Me siento parte del universo y siento al universo entero dentro de mí, ya que yo soy parte de Todo y yo soy Todo. Siento que mi ser no tiene limites y, se expande cada vez más. El que carezca de forma y tamaño, el tiempo desaparece y el universo entero me abraza y puedo sentir la calidez que emana al fundirme con él.

Me sobrecoge darme cuenta de la caótica perfección implícita en todo. Todos los cambios de los que de una u otra forma, también hemos sido parte, somos participes y co-creadores de este fenómeno lleno de movimiento, color, forma y dimensión, cuando construimos nuestra propia realidad personal. Las respuestas a nuestras preguntas no se encuentran en conceptos, en el imaginario colectivo o en cualquier lugar, por bello que sea.

El secreto se encuentra en nuestro interior. Y donde se encuentran las anheladas respuestas a nuestras dudas existenciales y solamente a través de nuestra transformación personal es como logramos sentir el soplo de nuestra divinidad compartida. Somos espectadores y al mismo tiempo, actores de nuestra vida. Y es esta energía que no podemos tocar, la fuerza que le da vida y movimiento a toda la materia y que se encuentra dentro de cada uno de nosotros; sin ella, nuestra existencia no tendría sentido, ni razón de ser. Sólo siente el latido de tu propio corazón y susurra para ti mismo: “Soy todo lo que me rodea. Formo parte del Todo. Soy Todo.

La experiencia enseña que cuanto frecuentemente ocurre en la vida ordinaria, es vano y fútil y todo lo que era causa u objeto de temor, no contenía en sí nada bueno ni malo, fuera del efecto que excitaba en mi alma. Pero lo más frecuente en la vida, lo que puede inferirse de las acciones de los hombres, se reduce a tres cosas: riqueza, honor y placer sensual, nos dice Spinoza. Donde el placer y la gloria sólo son perjudiciales, en tanto se le persigue por sí mismos y no como medios para otros fines. Y si se les busca como medios, nunca excederán de cierta medida y, lejos de perjudicar, contribuirán mucho a lograr el fin que uno se propone.

Es preciso advertir que bien y mal, se expresan en forma puramente relativa y que una sola y misma cosa, puede ser llamada buena y mala, según como se la considere. Lo mismo ocurre con lo perfecto y lo imperfecto. Ninguna cosa, en efecto, considerada en su propia naturaleza, podrá llamarse perfecta o imperfecta, sobre todo cuando sabemos que cuanto sucede, se cumple según el orden eterno y las leyes de la naturaleza.

Puede verse que quiero dirigir todas las ciencias a un solo fin y a un solo propósito, que es llegar a la suma perfección humana. Y todo lo que en las ciencias no nos hace avanzar hacia nuestro fin, deberá desecharse como inútil; así todos nuestros actos y pensamientos deberán dirigirse a ese fin, como nos dice Spinoza.

La verdad siempre es fácil de entender y cuando toda la verdad sea lo suficientemente simple, la naturaleza de la creación y de la realidad, podremos conocerlas. Sin embargo la verdad simple no la escuchamos, ya que estamos condicionados y acostumbrados a complicar nuestra vida y a dejarnos atraer por el caos. Se nos enseña que si algo es complicado y desafiante, entonces debe ser verdad. Esta noción errónea se interpone, pero debemos recordar que la verdad siempre es y será simple, como nos enseña Rav Brandwein.

ENTRE EL MÉTODO Y LA ANARQUÍA

Habitamos un mundo de incertidumbres con algunas certezas y para entender el mundo, estamos obligados a formarnos en el dominio del azar, uno de los últimos territorios por conquistar en matemáticas. Y que en nuestra sociedad de certezas y seguridades, produce tantos desasosiegos. Asistimos a los balbuceos de la comprensión de la incertidumbre, donde podemos ver que no todo es igual de probable de darse; donde en el análisis de los errores, vemos cómo se cometen al realizar mediciones repetidas que permitan llegar a la ley que rige la distribución de las variables, que miden desde aspectos técnicos hasta aspectos sociales, como nos dice Fernando Corbalán. Y que es tan frecuente que se le llama “Distribución Normal”, lo que nos lleva a la “Esperanza Matemática”, que es la base del cálculo de aspectos prácticos de la vida cotidiana y de situaciones de sorpresas con probabilidades inesperadas. Y nos lleva a la necesidad de estudiar, pensar y reflexionar sobre el azar.

En matemáticas, como en física, podemos llevar a cabo un experimento o verificar algunos casos para formular una conjetura para un teorema. Aún así, en matemáticas los experimentos, no pueden sustituir las demostraciones, por muy lógica y natural que resulte la conjetura, ya que las demostraciones deben ser lo más breves posibles, transparentes, elegantes y reveladoras posibles, como señala Burkhard Polster. Donde algunos objetos matemáticos están dotados de una belleza patente a ojos de cualquiera, pero en general, las personas sólo logran apreciar los aspectos elementales de la belleza matemática, mientras que el resto de elementos, sólo resulta evidente para los matemáticos que estudian y crean las demostraciones intrínsecamente elaboradas y, que están sólo al alcance de las mentes humanas más privilegiadas.

Mucha gente se casa con sus ideas hasta la tumba, pero no hay ninguna razón racional para conservar algo por el que no se pagaría su valor de mercado, ya que sólo es una inversión emocional nos dice Taleb. Para un contador, un número es un número y nada más, pero puesto que la ruleta de la realidad no la vemos, hay algunos que intentan verla, sin embargo hace falta tener cierta mentalidad especial para ello. Y hay razones para creer que estamos programados para ser leales a las ideas en las que hemos invertido tiempo. Se sabe sin duda, que se pueden calcular las probabilidades con reglas claras y bien definidas, por lo que es posible medir los riesgos; pero no es el mundo real, ya que la naturaleza no nos ha dotado con reglas claras.

Existe una falsa creencia popular, según la cual la ciencia es una empresa impersonal, desapasionada y completamente objetiva, donde se supone que la ciencia se atiene a reglas de procedimiento establecidas y pruebas rigurosas, donde lo que cuenta son los resultados y no las personas que los producen. Esto es, por supuesto, de lo más absurdo, nos dice Paul Davies. La ciencia, como cualquier empresa humana, es una actividad impulsada por personas y está igualmente sujeta a modas y caprichos. La moda se establece por la forma en que los científicos piensan acerca del mundo.

Cada época adopta un enfoque particular para los problemas científicos, siguiendo normalmente la estela dejada por figuras dominantes que fijan los temas y definen los mejores métodos para tratarlos. El estilo de Newton de hacer ciencia, fue utilizada durante doscientos años. Einstein reemplazó a Newton y cambio el modo de hacer física, al cuestionarse los conceptos que definen dicha disciplina.

A veces damos por supuesto que suceden cosas de una determinada manera, sin haberlas pensado demasiado, donde la medida tomada varias veces de una cantidad desconocida bajo las mismas condiciones, con el fin de tener un valor fiable. Y, donde había que decidir sobre su verdadero valor confiable, se presentaba la controversia, hasta que apareció la distribución Normal, como el modelo adecuado para abordar el análisis de los errores. Y fue Gauss, quién la consideró como la distribución adecuada para el análisis de los errores, en conexión con el método de mínimos cuadrados, desarrollada como método para ajustar medidas.

Las contribuciones de Feyman, han tenido una profunda influencia en el modo en que los físicos piensan acerca del universo, ya que fue un físico teórico por excelencia y se vio impulsado a desarrollar una profunda comprensión teórica de la naturaleza. Mientras que Einstein, prefería poner su fe en el pensamiento puro. Feyman tomó un camino radicalmente diferente, que de hecho fue más o menos capaz de elaborar las respuestas directamente, sin utilizar ninguna matemática. Y esto fue sólo el principio, ya que iba a definir un estilo destinado a producir una cadena de resultados importantes en un amplio abanico de temas. Esto implicaba dejar de lado los formalismos existentes y, desarrollar su propio enfoque altamente intuitivo. Se dice de qué él, podía leer en la naturaleza como en un libro e informar simplemente de lo que encontraba, sin análisis tediosos y complejos, mostrando un saludable desprecio por los rigurosos formalismos, donde el universo se le presentaba como una serie fascinante de rompecabezas y desafíos, sintiendo una fascinación por lo extraño y oscuro de entrañar. Y lo más impresionante, nos dice Paul Davies, es la forma en que es capaz de desarrollar nociones de gran alcance, a partir de una mínima inversión en conceptos y, con un mínimo de matemáticas y tecnicismos.

La matemática, nos dice Taleb, es una herramienta para reflexionar, no para calcular y, la probabilidad no trata de posibilidades, sino sobre la creencia de la existencia de un resultado, causa o motivo alternativo. Donde las probabilidades fueron siempre consideradas como nada más que pura medida subjetiva y fluida de las creencias, enfrentándose contra el dogma arrogante y la creencia en una única verdad. El escepticismo fue seguido por Hume y Kant, pero fue sólo Popper quién llegó a elevar su escepticismo a la metodología científica que todo lo abarca. Y puesto que la principal enseñanza de los escépticos era que nada podría aceptarse con certeza, ya que podían alcanzar conclusiones con diversos grados de posibilidad y éstas, proporcionaban una guía para la conducta.

El problema de la Inducción, ha estado acechando a la ciencia, sobre todo en economía financiera; y en ninguna otra parte es más relevante y en ninguna otra parte ha sido tan ignorado. Y ningún número de observaciones de cisnes blancos, nos permite inferir que todos los cisnes son blancos, pero la sola observación de un cisne negro basta para refutar dicha conclusión. A su vez, Hume como buen escéptico, creía que nunca una relación entre dos hechos pudiera considerarse realmente “Causal”. Y el problema es que sin un método adecuado, las observaciones empíricas pueden perdernos y, es Hume quién nos advierte contra ese conocimiento, destacando la necesidad de que haya cierto rigor en la recopilación e interpretación del conocimiento, lo que se conoce como “Epistemología”.

Aprendemos que la física está enraizada en la noción de ley y, de la existencia de un universo ordenado que puede ser entendido mediante el pensamiento racional. Sin embargo las ideas cuánticas inciden en el propio corazón de la realidad del sentido común. Este indeterminismo en la naturaleza está resumido en el principio de incertidumbre de Heisenberg, que pone límites a la precisión con que puede conocerse propiedades tales como posición y velocidad. Feyman, imagina que el electrón explora todas las rutas posibles y en ausencia de un observador consciente de qué camino ha tomado, debemos suponer que todos los caminos alternativos contribuyen a la realidad y crean un suceso único, de todos los posibles a darse. Feyman, fue capaz de hacer buena física matemática sin matemáticas sistemáticas y, algunas buenas ideas en filosofía sin filosofía sistemática, pero lo que le disgustaba era el formalismo no el contenido.

Los primeros filósofos forjaron una guía severa que los condujera a la verdad, a través del laberíntico mundo de las apariencias y, la argumentación consistente. Asimismo, la consecuencia lógica, el análisis atento de la experiencia. Desecharon el prestigio de la tradición y la autoridad y, emprendieron, poco a poco, un solitario y difícil camino hacia la luz de la comprensión racional. La Ilíada y Odisea y la Teogonía, eran los textos básicos de los griegos, las explicaciones dogmaticas sobre la naturaleza que nadie había cuestionado. Sin embargo, para los pitagóricos, tenían la convicción de que la verdadera naturaleza del mundo, sólo se puede captar con la razón.

Muchas de las ideas concretas sobre la naturaleza, se han revelado erróneas, según Sandro Palazzo. Pero el modo de pensar que se estableció como irreversible y, fueron los primeros que supeditaron conscientemente las funciones y los dogmas de los argumentos, sus intereses filosóficos fueron por un lado, la cuestión “Ontológica” acerca de qué hay en el fondo y en el origen de la naturaleza. Y por otro lado, las reglas que el intelecto debe seguir para comprender la diferencia entre apariencia y realidad. Esta doble convicción, sobre la inteligibilidad del mundo y la capacidad racional humana de comprenderlo, fue lo que hizo a los primeros científicos y filósofos.

Para Kierkegaard, la objetividad como un fin en sí mismo, era errónea, porque dejaba de lado la experiencia individual y subjetiva que arremete contra la arrogancia de la ciencia; su honestidad y su disposición a reflexionar sobre los problemas, nos dice Bohr, hasta su mismo límite, son increíbles y su lenguaje es maravillosa, a menudo sublime. Kierkegaard, llevó al límite las cuestiones al límite mismo de la comprensión y entendió que era necesario dar un salto, un salto al vacío. Él no creía que uno pudiera abrirse paso hacia las últimas verdades a base de razonar y sostuvo que ninguna teoría es completa, que las contradicciones son inevitables y, que ninguna de ambas cosas, ni los hechos confirmados, ni teorías completas, se dan en la experiencia. Ni la razón puede proporcionarlas adecuadamente, de modo que el pensamiento no puede avanzar, ni por un lado, ni por otro y, acaba chocando con algo Irracional. Un salto creativo e imaginativo que abarcara una verdad paradójica, según Heilbrom. Así la Mecánica Cuántica, después de todo, convertirá el reloj de Newton en un viscoso e impredecible estado dual de ondas y partículas que dependía de un observador.

Turing, propuso un modelo matemático del embrión en crecimiento, siendo muy consciente de la naturaleza de los modelos, fuera de su campo de especialización. Y escribió: Este modelo será una simplificación y una idealización y por consiguiente una falsificación. Heisenberg, también dijo: Tenemos que recordar que lo que observamos no es la naturaleza misma, sino la naturaleza expuesta a nuestro método de interrogante.

El infinito potencial y el infinito real, eran tema sobre los que Aristóteles pensaba. Y Arquímedes, prueba que lo que antaño se creía como imposible de ser medido y contado, en realidad sí es medible. Para Tomas de Aquino, sólo el conocimiento de Dios es Absoluto e infinito y, el ser humano capta la realidad como finita, con un principio y un fin. Y así Dios construye rectas y los hombres sólo vemos los segmentos y, su finitud les impone comprender el infinito, por lo que opta como si todo tuviera un inicio y un final y nuestro saber, es una aspiración al saber infinito de Dios.

Según Grosseteste, en el inicio, Dios creó un punto de luz y la primera materia, ambas sin tamaño, indivisibles y simples y, solamente la multiplicación infinita de elementos simples, pudo generar elementos con un tamaño definido, pero finito. Dicho punto inicial, expandió la primera materia, creándose por procesos de expansión y de compresión de infinitos puntos de luz, planetas y estrellas que conforman el universo. Las rectas contienen una infinidad de puntos, elementos simples sin dimensión. Su unión infinita hacen las rectas que tienen dimensión de uno. Y si a un objeto de dimensión uno, le quitamos objetos de dimensión cero, el resultado sigue siendo de uno, y si todo está formado por uniones infinitas, ¿Cómo medimos las cosas?

Para Grosseteste, solamente Dios, es el único que tiene una idea exacta de lo que es el infinito y es la única mente que puede albergar el infinito. Y siendo Tomas de Aquino, quien pregunta, ¿Objetos infinitos en el mundo real? ¿De qué sirve el conocimiento si no se puede explicar? El mayor logro de Descartes, fue conseguir deducir expresiones aplicando su método científico de “Deducción”, lo que dio la entrada del estudio geométrico, en una esfera superior, imposible de alcanzar por otras técnicas de análisis, donde la mejor forma de expresar ecuaciones y expresiones matemáticas mediante la “generalización”, comprobando que el área de un circulo de radio uno, es igual a pi.

Wallis opuesto a Pascal, apunta de que siempre se puede encontrar un número mayor, que el mayor número que podamos escribir y, como también existen los infinitos números naturales y de que existe un infinito número que no representa solamente la idea de un viaje sin fin, sino un destino real y en cierto modo alcanzable. Según Oresme, la cantidad de números impares, no podía ser menor que la cantidad total de números naturales y, tratándose de infinitos, no se puede aplicar las definiciones de “menor, mayor o igual”. Y es Gottfried Leibniz, quien utiliza el concepto de infinito, tanto en su forma de potencialidad, como de existente en la naturaleza, usándolos para el cálculo de límites. Y nos dice Rossell, que los defensores del potencial infinito hablan de Paradojas, de conceptos sin sentido o contradictorios, pero no tienen en cuenta que la aritmética del infinito es distinta. Y del mismo modo que en un plano, dos rectas distintas solamente pueden ser paralelas o coincidir en un solo punto, en tanto que en el espacio, dos rectas distintas pueden cruzarse sin ser paralelas ni coincidir en ningún punto, algo absurdo en un mundo plano, pero en un mundo de tres dimensiones no hay paradoja.

Rossell, agrega que se debería escribir cómo se verían las cosas en un mundo plano y, sobre los errores derivados de interpretar las cosas desde un punto de vista limitado y cerrado. Bolzano, coincide en que los conjuntos infinitos se pueden poner en correspondencia uno a uno con subconjuntos, lo cual llevaría a una contradicción si utilizamos las nociones de mayor, menor o igual, de uso en los conjuntos finitos; pero no es contradictorio si los sometemos a la lógica de los conjuntos infinitos.

Un modelo matemático o no, es útil para formular una pregunta sobre el mundo, pero eso no significa que el modelo sea el mundo. En la ciencia, hay formas de probar los modelos y, unos funcionan y otros no. Algunos podrán probarse en el futuro, pero hoy en día, siguen siendo puramente teóricos y además, muchos se apresuran a aclarar que los procesos mentales reales eran mucho más complejos que sus modelos. Lytfon nos pregunta: ¿Quién juzga los “detalles irrelevantes” y cómo se sabe que se revela una “esencia” y no una ficción oportuna, introducida a la fuerza? La teoría computacional de la mente, con sus conceptos de las neuronas y su noción de “mental”, como un procesador de información al margen de la función cerebral, mecaniza la mente en algoritmos comprensibles.

Los prejuicios desaparecen cuando se supera la ignorancia. Grecia y el cristianismo, constituyen los dos pilares fundamentales sobre los que está edificada la cultura occidental. Santo Tomas fue un filosofo que no se conforma con ser filosofo, ya que quiere ir más allá del límite de sus propias facultades racionales y, cultivaba la filosofía para acercarse a un límite, llegar a la frontera y quedarse allí. No tenía ningún interés y se dirigía hacia ella para atravesarla. Tomas, siente la necesidad irrenunciable de dirigirse hacia una finalidad, que es incapaz con sus propias fuerzas. Y para él, la pregunta por el sentido de la vida no puede responderse, sólo desde el ámbito natural. Lo que él quería, era hallar la verdad, encontrarse donde se encontrase. Y mientras los griegos buscaban la felicidad, Santo Tomas buscaba la verdad. El Aristotelismo daba una explicación puramente racional, que se sostenía independientemente de la fe y, que parecía difícilmente armonizable con la visión cristiana del mundo. Su aportación más significativa, es lo que se conoce como “Filosofía del Ser”.

Pensamos en el saber científico, como un saber seguro e irrefutable y lo consideramos un saber que nos conducirá de forma progresiva e inexorable hacia un conocimiento cada vez más preciso del funcionamiento del mundo. Y tendemos a apelar a la cientificidad de un dato o, información para hacer valer nuestra posición sobre las demás; sin embargo, un análisis más profundo, la investigación científica parece más bien exenta de crítica, como señala Beatrice Collena.

La crisis de las certezas, llevó a preguntarse sobre la presunta superioridad de la ciencia respecto a otros campos del saber. Y si los principios en los que se basa la ciencia son menos que enteramente fiables, ¿Cómo podemos defender la solidez de sus fundamentos respecto a disciplinas acusadas de no ser científicas? Por lo que se hace necesario establecer una línea de demarcación, entre lo que definimos como ciencia y lo que definimos como pseudociencia. Abriéndose a preguntas sobre cuáles son los métodos que realmente caracterizan y justifican, la empresa científica.

Los filósofos de la ciencia, se preguntan si los descubrimientos resultan posibles en virtud de un modo concreto de proceder. Los resultados obtenidos en la ciencia, son los frutos de un modo compartido de entender los procedimientos científicos o, contrariamente, ¿Cada científico escoge con autonomía y en base a sus exigencias, cómo realizar sus propias investigaciones? Por lo que nos preguntamos si existe y, en tal caso, cuál es la lógica del descubrimiento científico.

Los filósofos se dividen entre los que consideran la empresa científica como una empresa cerrada en sí misma, independiente de todo tipo de influencia externa y por tanto, capaz de continuar por su propio camino prescindiendo de lo que ocurre a su alrededor. Y los que por el contrario, consideran que la empresa científica está inevitablemente determinada también por factores psicológicos históricos y culturales.

Existen muchos factores que pueden incidir significativamente, al empujar a seguir en una determinada dirección. Por ello, que debemos estar despiertos a cuestionar también el carácter racional de la ciencia, considerado un dogma por muchos y de que el éxito de una teoría no es solamente el fruto de sorprendentes descubrimientos “Objetivos”, sino también el resultado de una influencia cultural concreta o de factores personales. Y así, admitir que la ciencia es más irracional de lo que pensamos y, de lo que se pretende demostrar.

La historia de la ciencia, se ha ido conformando a partir de rivalidades intelectuales que han obligado a los científicos a enfrentarse a ideologías profundamente arraigadas. Dicha competencia resulta esencial para el progreso científico. Se trata de una ciencia “limpia”, en la que la competencia amistosa o colegiada, estimula su progreso. Pero también hay mucha ciencia “sucia”, en la que la competencia y la rivalidad personal se vuelven malignas y obstruccionistas. La teoría puede convertirse en un gran enemigo de la observación y el pensamiento honesto, sobre todo cuando se convierte en un dogma o, supuesto tácito y quizá inconsciente.

Nuestras vidas mentales, se sustentan de manera consciente o inconsciente, en teorías a veces investidas con la fuerza de la ideología, por lo que sorprende que la “teoría del caos”, no se descubriera antes. Quizá se evitaron pensar en sus implicaciones, ya que serían consideradas como infracciones potenciales de una naturaleza racional, licita y ordenada. Para Poincaré, son cosas tan estrambóticas que no soportaba verlas. Sin embargo, en la actualidad, nos parecen hermosas y, como una nueva dimensión de la belleza de la naturaleza. Y es famoso el desagrado de Einstein, por la naturaleza aparentemente irracional de la mecánica cuántica, ya que se negaba a considerarla como algo más que una representación superficial de los procesos naturales. Pero también dejó bien claro, que una nueva teoría no inválida ni desbanca a la anterior, sino que más bien nos permite recuperar nuestros viejos conceptos desde un nivel superior.

El cerebro humano es un dispositivo de cálculo increíble, pero también hemos evolucionado para tomar decisiones y evaluar resultados. Somos maquinas de aproximación, pero las matemáticas sin embargo, pueden ir directamente a la respuesta correcta, ya que pueden averiguar el punto exacto en el que las cosas pasan de estar bien, a estar mal, de ser correctas a incorrectas, de ser seguras a ser desastrosas. Nuestro conocimiento matemático, crece y pone a disposición de los ingenieros, más herramientas teóricas de trabajo; y el único punto negativo es que las matemáticas y la experiencia, nos permiten actualmente construir estructuras que van más allá, de lo que nuestra intuición, puede comprender.

Pensar, cuando no se sabe cómo hacerlo no es pensar, sin embargo hay personas que sin una educación primaria elemental, son capaces de tener un buen juicio y claridad, por lo que saber mucho, no guarda relación con el pensar, ya que se puede ser un erudito y no haber ligado nunca dos ideas para obtener una tercera. Ni todo aquel que tiene éxito piensa, ni todo aquel que piensa tiene éxito y quién vaya por la vida creyendo lo contrario, estará incapacitado para entender el mundo y entenderse a sí mismo, según de la Borbolla. Pero, si saber pensar no es garantía para alcanzar el éxito, ¿Qué sentido tiene aprender a pensar? Esta es la pregunta que se hacen los que forman parte de la masa de seres humanos que se mueven por inercia tras el éxito, convencidos de que el éxito es lo único que vale la pena.

Cuando toda la gente marcha en una dirección, se produce una inercia social, una ideología que muy pocos revisan y, de la que muy pocos se apartan; pues hace falta pensar y, la creencia es que uno de los más graves asuntos, es pensar el sentido de la vida. Pero para quiénes no piensan, sólo existe un camino y un único sentido, por donde vaya la mayoría. Si el origen de la sabiduría está en una experiencia mística, ¿Cómo se explica el paso de ese fondo, a la elaboración de un pensamiento abstracto racional discursivo? Y sin embargo, encontramos una razón formada, articulada, una lógica no elemental, un desarrollo teórico de alto nivel. Y lo que hizo posible todo ello fue la dialéctica y, su gran desarrollo unitario llega a su culminación con Aristóteles.

El enigma, sigue siendo un peligro extremo, pero su terreno es exclusivamente una agonía humana. Y quién sobresale por el intelecto, debe mostrarse invencible, en los asuntos del intelecto. Para Aristóteles, el enigma, es la formulación de una imposibilidad racional que, aún así, expresa un objeto real. El sabio que domina la razón, debe desatar ese nudo. Por eso cuando el enigma entra en agonías de la sabiduría, debe revestir una forma contradictoria. Y Heráclito nos dice: “Respecto del conocimiento de las cosas manifiestas, los hombres se ven engañados y el sabio derrotado en un desafío a la inteligencia y deja de ser sabio.

Tenemos así ante todo, un testimonio que confirma la perversidad del enigma y, enuncia a su vez un enigma sobre el enigma, es decir que exige otra solución, otra clave más profunda, más radical, a la que pueda aludir esa misma formulación. Y esa es la mala pasada que nos han hecho, según de la Borbolla.

La importancia de la selección natural, es aceptada con firmeza por prácticamente todo el mundo; las teorías rivales, como las finalistas, el neolamarkismo y el saltacionismo, se han refutado de manera tan exhaustiva que ya no se les estudia con seriedad, como nos dice Ernst Mayr. Y quizá donde el biólogo moderno difiere más con Darwin y los neodarwinistas tempranos, es en que “atribuye a los procesos estocásticos un papel mucho más grande”.

El Azar, desempeña una función no sólo durante el primer paso de la selección natural, la producción de individuos nuevos genéticamente únicos, sino también durante el proceso probabilístico de la determinación del éxito reproductivo de esos individuos. Y cuando se consideran todas las modificaciones que se han hecho a las teorías darwinianas, resulta que ninguno de esos cambios afecta la estructura básica del paradigma darwiniano y, carece de toda justificación la afirmación de que ese paradigma se ha refutado y que tiene que ser reemplazado por algo nuevo. Y esta extraordinaria estabilidad del paradigma darwinista, justifica que sea tan ampliamente aceptado como fundamento legitimo de una filosofía de la biología y en especial, como base de la ética humana.

Existe información que no pierde relevancia, porque se trata de pilares estructurales. Y la óptica correcta es entender que las ideas que han sobrevivido durante mucho tiempo, son las más fuertes. El Big Data, se trata de personas y corporativos unificando en bases de datos, toda aquella información a la que tienen acceso y para ello existen muchas alternativas, desde análogas hasta digitales e incluso cuánticas. Y ¿Por qué es tan relevante? Porque nos permite tomar decisiones mucho más acertadas. Pero de nada te serviría, si no eres capaz de aplicarla en el contexto específico en que te encuentras. Y serán inútiles y hasta contraproducentes, si no se integran al aquí y al ahora; donde todo está conectado y nada existe por sí mismo. Y tu creatividad depende de entender, pasado, presente y futuro, como una sola unidad.

Las formas de juzgar las cosas, tienen una naturaleza probabilista, ya que depende del concepto de lo que habría ocurrido probablemente y, que exige cierta actividad mental respecto a las observaciones de uno mismo. Pero incluso los expertos no pueden dar una respuesta coherente a las probabilidades, puesto que el conocimiento de las mismas probabilidades, depende de que veamos las cosas de lo que por lo general no sabemos nada.

La idea de que el cerebro es un órgano predictivo y creativo y, no un receptor y procesador de información pasivo, nos lleva a Maturana, para quién, creamos el mundo en el que vivimos al vivirlo, que rechaza así la forma cartesiana-newtoniana de entender el mundo donde éste es independiente de la persona que lo percibe y para quién, un sistema autopoiético es dinámico y auto organizativo y, se ajusta continuamente para mantener su equilibrio fisiológico u homeostasis. Y donde la percepción y la interacción de un organismo con su entorno, vienen determinados por su propia estructura autónoma, donde la autopoiesis se inspira en la cibernética y en el énfasis que ésta pone en los sistemas dinámicos e interactivos, que no son reducibles a sus partes. Además de que no es posible describir una realidad absoluta.

Para Varela y Merleau-Ponty, el organismo y el entorno, se pliegan y repliegan mutuamente en la circularidad fundamental que es la vida misma. Donde, en el mundo exterior, no hay información independiente objetiva, pero lo que está ahí fuera, afecta a los sistemas internos cerrados. El organismo parece estar en gran medida atrapado en la propia realidad ineludible que lo circunda. Explicar lo inexplicable, es parte de la labor de la ciencia, pero una cosa es encajar un caso particular en un sistema más amplio y, otra muy distinta es investigar un caso que parece cargarse el sistema en sí. Los científicos, nos dice Hustvedt, siempre buscan explicar lo que aún no se ha explicado, pero si ese fenómeno inexplicable amenaza con destruir los compartimentos conceptuales ya existentes, sólo los más valientes investigarán el problema.

Las metodologías objetivas, son importantes y de los experimentos que se realizan una y otra vez, se puede decir que han probado éste o aquel hecho; pero, a veces los resultados que coinciden con las expectativas son tan bien recibidos, que se convierten en verdades para muchos, hasta que se comprueba que son erróneos o al menos problemáticos.

Blaise Pascal nos dice: No sé quién me ha traído al mundo, ni qué es el mundo, ni qué soy yo mismo. Permanezco en una ignorancia terrible respecto a todas las cosas. No sé qué es mi cuerpo, ni mis sentimientos, ni mi alma, ni esta parte de mí que piensa lo que digo y, reflexiona sobre todo y sobre mí mismo y, que no se conoce mejor que conoce el resto.

EL PROBLEMA DE LA POSIBILIDAD Y LOS ESPEJISMOS DE LA CERTEZA

Todos los días vemos ejemplos de soluciones a problemas equivocados. Sócrates nos dice: sólo sé que no sé nada y esa nada ni siquiera sé que no lo sé. Ser un verdadero explorador en la ciencia, seguir la dirección que marca la indagación pura y libre de prejuicios, implica no tener la posibilidad de formular lo impensable y de probar que amigos, colegas y paradigmas científicos están equivocados. Y William James, dice: “Gran cantidad de personas cree que está pensando, cuando tan solo está reorganizando sus prejuicios. La mente consciente se diseñó solamente para dos cosas: para identificar problemas y para formular metas. La mente consciente decide participar, ponderar los pros y los contras, llegar a “Decisiones Racionales” y, hacer a un lado las corazonadas.

Las ideas pueden convertirse en prejuicios, pues se acercan a una concepción inexacta, parcial y en ocasiones, hasta sin fundamento, ya que nada permanece estático, todo se encuentra en continuo movimiento. Es completamente impredecible saber qué ocurrirá mañana. Nada en esta experiencia puede ser controlado, lo inesperado golpea con fuerza nuestra cotidianidad. ¿Y, cuál es la mejor forma de enfrentar los cambios que afectan nuestra normatividad e ilusión de control? ¿Cómo enfrentar la incertidumbre y de qué forma podemos aceptar lo impredecible y poder fluir?, nos pregunta Bertschin.

La mayor parte de nosotros nos sentimos confiados acerca de nosotros mismos, ya que poseemos gran cantidad de información que los demás no poseen. Sin embargo, es más fácil ser observador y evaluar como anómalo el comportamiento de los demás y, es evidente que muchas personas tienen poca información con respecto a sus problemas. Y en muchos sentidos, tal parece como si quisiéramos engañarnos a nosotros mismos y escondemos ciertos aspectos de nuestro Yo o aún, podemos darnos cuenta de que algo tiene un comportamiento anómalo. Lo anómalo, según G. Stern, es demasiado obvio y lo “Normal”, es mucho más complicado e interesante.

En el frenético mundo en el que vivimos, se espera que tengamos respuestas rápidas. Y, paradójicamente la velocidad va en detrimento de la profundidad y aparenta dar soluciones sin involucrar demasiado a las partes y en el fondo, la sabiduría nos indica que es más importante saber que estamos haciendo lo correcto que la velocidad que le impregnemos a las conclusiones. Y de que es más importante la “Dirección” de nuestros pensamientos, que la velocidad de nuestras conclusiones, algo que debemos erradicar si queremos tomar decisiones más inteligentes; pero en el mundo en que vivimos, eso es exactamente lo opuesto a lo que necesitamos conocer y, para saber lo que la otra persona esconde y no se nos manipule, tan fácilmente.

La mente, consciente, define el problema o formula la intención y, comienzan las quejas; lo grande que es el problema y porqué no es probable que se resuelva pronto. Pero tu cerebro no resulta tu mejor recurso, ya que juzga y distorsiona la realidad y provoca una angustia emocional innecesaria y, tu mente consciente, según Grout, empieza a crear conclusiones “racionales” y comienza a pensar en opciones. La mente consciente empieza a interpretar y, el problema es que no puede ver más allá de sus narices o más allá de las decisiones predeterminadas que tomó antes, a menor edad, como para mostrar sensatez, por lo que los resultados pueden ser desagradables, caprichosos y crueles.

Fue en Sicilia, nos dice Taleb, donde primero fue utilizado el concepto de probabilidad, en un marco legal; donde para cuando se defendía un caso, se tenía que demostrar la existencia de una duda sobre la certeza de la acusación y había quiénes enseñaban cómo había de argumentarse a partir de probabilidades. Y se dice que el centro de su método era el concepto de lo “más probable” y, es la creación de este concepto, lo que nos ha enseñado a ver las posibles contingencias, como sucesos distintos e independientes con probabilidades asociadas a cada uno de ellos.

Y para quiénes se consideran con visión de futuro, a menudo se debe más a la suerte que a sus capacidades y, nos cuesta mucho entender la probabilidad. Y por ello seguimos creyendo que lo que sucede no es aleatorio y nos empeñamos en encontrar razones donde no las hay. Actuamos como si el mundo tuviera reglas claramente definidas y pensáramos que existe un método para comprender y predecir. Los creadores que piensan que pueden medir científicamente los riesgos, no dejan abierta la más mínima posibilidad de que no comprendieran que sus métodos estuvieran equivocados y, que es una hipótesis la que estamos tomando en cuenta.

Mario Borghino, nos dice que cuando se hacen las preguntas correctas, la respuesta es elemental. Muchos perdemos la oportunidad de tomar una decisión más inteligente en el afán por resolver un problema con rapidez y, de no alcanzar nuestras metas por no arriesgarte en lo que piensas y conformarte con el sentido común, es necesario ser curioso para ir descubriendo lo que permea la verdad final. La gente exitosa, nos dice Borghino, sabe hacerse preguntas inteligentes y en consecuencia, tomar mejores decisiones.

Michael Dell, gran conocedor del poder de la “Indagación”, nos dice: “Haciéndome muchas preguntas, las puertas se me abren para encontrar nuevas ideas y el hecho de que el poder que se da al hacer las mismas preguntas a diferentes grupos y comparar sus respuestas, te permite encontrar mejores decisiones a los problemas que se te presentan. Y lo más importante en el proceso de comunicación, según Peter Drucker, es escuchar lo que hay detrás de lo que se dijo. Lo que importa es que sepas, no que creas. Podrás validar con preguntas correctas y acercarte a la solución del problema y cuando sepas algo, sólo transfórmalo en preguntas y todo lo que sepas del tema, transfórmalo en preguntas y comenzarás a saborear el éxito.

En el futuro, deberás incorporar en tu mente la forma estratégica de ver el Todo en sus partes, para encontrar la interconexión entre ellas y resolver el problema. Y, lo que te permite tener una visión estratégica de las distintas partes del problema e identificar las posibles soluciones. Te sorprenderás al descubrir que existe un mundo más amplio del que has experimentado hasta hoy y que sólo lo conseguirás indagando. Y así correrás el velo que encierra una dimensión ilimitada de oportunidades, al explorar en la mente de las personas y aprenderás a involucrarte en el mundo del pensamiento que yace más allá de las conversaciones y del mundo aparente que los demás te dejan ver. Y te transformarás y descubrirás que para las interrogantes de tu vida, únicamente eres tú quién tiene las respuestas.

La mayoría de nosotros, damos por hecho la cotidianidad; sin embargo las respuestas a tus propias preguntas, elevarán tu nivel de conciencia y sabiduría, pero es necesario que primero pienses que tipo de respuesta quieres obtener. Y el secreto para obtener una buena respuesta, está en hacer una buena pregunta, ya que cuando la pregunta es superficial, no puedes obtener más que respuestas sin contenido. Con buenas preguntas, no sólo logras identificar la causa de los problemas, sino también te permite tener una visión estratégica de las distintas partes del problema e identificar las posibles soluciones, por lo que deberás incorporar en tu mente, la forma estratégica de ver el Todo en sus partes, para encontrar la interconexión entre ellas y poder resolver el problema. Y si cambias tus preguntas, debes cambiar tu enfoque del problema a resolver.

Muchas de nuestras conductas son producto de nuestros instintos de conservación, ya que el ser humano es un animal, pero no uno cualquiera, ya que nuestra cultura nos permite alejarnos de la animalidad, pero no hay duda de que está existente en nuestro interior, pero podemos regularla. Donde la conducta “reactiva” se da a través del ataque o la huida y, la conducta “proactiva”, se expresa en forma lógica o preventiva. Y cuando escuchas para comprender, abres tu mente a nuevas opciones; te abres a las intenciones de las otras personas e intentas comprenderlas y, para convencerlas con sus propias palabras o, concéntrate en las soluciones alternativas, más que en la descripción del problema.

Para las personas de tipo “reactivo”, su instinto para evaluar las cosas, les hace perder la objetividad y se transforman en una máquina de juicios; y cuando las emociones se disparan, las cosas pueden salir de la peor manera, aunque tú creas que estás haciendo lo correcto y, recordar que una vida sin reflexión no vale la pena vivirla.

La Mecánica Cuántica, nos ha enseñado que lo que vemos, no es necesariamente lo que es y, que la certeza es una mera ilusión. Lo que esto nos demuestra es que a nivel atómico, no podemos predecir nada con exactitud y la promesa de las ideas newtonianas sobre dominar las leyes de la Física, se ha perdido. No podemos predecir el comportamiento exacto de un solo átomo, pero podemos acercarnos lo suficiente cuando se trata del comportamiento de un número enorme de ellos, por probabilidad.

Es por esto que el mundo compuesto por un número inmenso de átomos, asemeja seguir ciertas leyes físicas y, para poder comprendernos a nosotros mismos, debemos comprender lo que nos forma, desde las partículas más pequeñas y esto, es terreno de la Mecánica Cuántica, que se caracteriza por su relación con la “Incertidumbre”. Y el gran problema es que los electrones, parecen “estar” y “no estar” en varias posiciones a la vez y su comportamiento es diferente cuando los medimos y cuando no los medimos; y parecen reaccionar al hecho de observarlos e inmediatamente cambian su comportamiento, lo que evidencia lo poco que sabemos sobre lo que nos rodea, lo que sugiere es que todo lo que está compuesto por átomos, podría existir en múltiples lugares a la vez.

¿Entonces, existimos en varios planos existenciales a la vez?, nos pregunta Juan Carlos Chávez. Esto parece ser la explicación física y matemática y al momento, ser la explicación más plausible. Esta teoría es contra intuitiva y contradice todo lo que creemos que experimentamos día a día, lo que nos demuestra es que a nivel atómico, no podemos predecir nada con exactitud y, las promesas de las leyes newtonianas se ha perdido.

Para Joaquín de Saint-Aymour, la vida es como un inmenso juego donde cada acción y cada pensamiento tienen su efecto en el resultado final y, nos acercan o nos alejan de la meta. Y según la Teoría del Caos, una pequeña influencia puede causar una reacción global, modificando la realidad y es lo llamado “Efecto Mariposa”. Y que según Saint-Aymour no es más que la capacidad humana de sincronizar con la potencia creadora del Inconsciente Colectivo; y tanto la sabiduría oriental como la física moderna, conocida como cuántica, coinciden en que la “Conciencia”, puede desencadenar un resultado similar al “Efecto Mariposa”, en la vida cotidiana. Y que según Carl Jung, son los Arquetipos, quienes viven en el Inconsciente Colectivo y, son entidades que se han configurado desde el origen del ser humano, consideradas como simulaciones virtuales que podemos adoptar para jugar con mayor eficacia en la vida.

Los pensamientos, son un factor de posibilidad, una energía que puede materializarse o no, como la entidad cuántica llamada “Onda de Probabilidad”, capaz de hacerse realidad, aunque la realidad sea mucho más amplia de lo que pueden medir nuestros sentidos. Pero, ¿Por qué no hay sentido y por qué no existen reglas a las que atenernos?

En definitiva, nos dice Saint-Aymour, nosotros como colectivos, somos los únicos responsables de nuestro destino; y el único peligro que existe, es el ser humano y, no sabemos nada sobre el ser humano y estamos condenados a que nuestros pensamientos subconscientes dirijan nuestra vida, que no podemos ni sabemos controlar, ya que nuestra conciencia subconsciente, conecta con el Inconsciente Colectivo, sin que nos demos cuenta. Y, acceden y se incuban, suman y entran en conflicto y se anulan bajo la única ley del azar, ley que puede comprenderse y utilizarse, conectando lo consciente con lo inconsciente.

La mayor parte del tiempo empleamos la energía de modo inadvertido y, estamos totalmente inconscientes del hecho de que aquello que pensamos, decimos y hacemos influye en la realidad. Y que nos dice Grout, la realidad no es lo que nos han contado y, no es exagerado decir que todo lo que creías real, no lo es. El ámbito subatómico, desafía de tal manera la razón y la lógica, que se ha ignorado el hecho de que la vida no se parece en nada a lo que suponemos que es y, es tan extraña como el hecho de que existen partículas que saltan de la nada y, que un tiempo que se vuelve más lento o se acelera, partículas que se comunican entre sí, a pesar de estar a cientos de miles de kilómetros unas de otras e incluso, las dos bases principales de la realidad física de tiempo y espacio, no son lo que parecen.

Bernard d´Espagnat, nos dice que ha llegado el momento de que cambiemos nuestra vieja formulación de las leyes de la física, por una perspectiva radicalmente diferente y más precisa de la realidad y, que es la “Conciencia” misma, la que crea el mundo físico y deja de lado nuestro poderoso apego a la realidad convencional. Y que según Mark Twain, lo que te mete en problemas, no es lo que sabes, sino lo que sabes a ciencia cierta.

El mundo está únicamente en la mente de su hacedor y, actúas en el escenario que tus pensamientos crearon, por lo que la vida no viene a ti y más bien viene de ti, por lo que te debes a ti mismo, el hecho de hacer algo realmente notable con tu vida, ya que la realidad es totalmente diferente dependiendo de con quién hables. Con lo que encontrarás y tendrás la ausencia de una realidad definida y, si la realidad difiere de una persona a otra. ¿Podremos hablar de una realidad singular o realmente deberíamos hablar de realidades plurales? Y si existen realidades plurales, ¿Algunas son más ciertas que otras?

Una creencia, sólo es un pensamiento que seguimos pensando de manera constante. Decidimos cómo son las cosas y luego, hacemos todo lo posible por probar esa condición. Pero que tal si en lugar de buscar con tanto afán la respuesta correcta, simplemente admitiéramos que no existe nada que sea universal, como se pregunta Grout.

Estamos aprisionados por la poderosa fuerza de los términos, según los cuales, se nos ha conducido a pensar. Y no existen más limitaciones para el Yo excepto aquéllas en las que crees, como nos dice Jane Roberts. Así también, Cleve Backster, descubrió que las plantas también reaccionaban no sólo al daño físico, sino que también lo hacían ante los pensamientos e intenciones. Por lo que concluye que el ambiente en que vives, responde a tus pensamientos y emociones. Estamos conectados con todo y con todos en el universo y según la filosofía Ubunto de Sudafrica, lo expresan como: “Soy porque somos”. Lo que piensas y dices acerca de ti, tu cuerpo y tu comida que proviene de plantas sensibles y vivientes, son el eje sobre el cual gira tu salud.

Tus pensamientos sobre los demás, te cambian a ti. Estamos todos juntos en esto, según Pam Grout. Y cada vez que juzgamos o tenemos pensamientos poco caritativos sobre otra persona, nos crucificamos a nosotros mismos y nos causamos dolor a nosotros mismos. Derrick Jensen, dice: “Todo lo que queremos es amar y ser amados; que se nos acepte, aprecie y celebre sólo porque somos los seres que somos”.

Y según Stephen Hawkings, “Lo que parecen las paradojas de la teoría cuántica, será algo de sentido común para los hijos de nuestros hijos”. Y según Einstein, “El sentido común es el conjunto de prejuicios que se adquieren cuando llegas a los dieciocho años de edad”; “La realidad es una ilusión, no obstante su persistencia”.

Y así para Borghino:

-Las personas que no se hacen preguntas no tienen idea de la vida que viven.
-Tú ves las cosas y te preguntas ¿Por qué? Sin embargo, yo sueño las cosas y digo, ¿Por qué no?
-El peor de los sufrimientos es no saber qué decisiones tomar después de hacernos una pregunta.
-Si quieres llegar a alguna parte en tu vida haz las preguntas correctas.
-Vivir es la respuesta fundamental a la suma de preguntas que te haces en la vida.
-La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia, que se descubre a través de preguntas.
-No sólo enseñes a tus hijos a leer…enséñales a cuestionar lo que leen. Enséñales a cuestionar todo.
-La vida que no es cuestionada no vale la pena vivirla.
-¿No será que el drama de la vejez no consiste en ser viejo, sino en haber sido joven?

¿Dónde está Popper, para advertirnos el de tomar en serio la ciencia y las intuiciones científicas? Uno atribuye sus éxitos a nuestras habilidades; pero las fallas al azar, lo que es indicativo de estar en lo cierto, pero que fue la suerte la que se puso en contra nuestra y, es el Estoicismo la ilusión de la victoria del hombre contra el azar y, su prescripción es la de elegir lo que uno puede hacer para controlar el destino, frente a un resultado aleatorio, ya que siempre tenemos una opción frente a la incertidumbre y, el tener control sobre el azar se puede expresar en la forma en que uno actúa, tanto para las cosas importantes, como para las de menor importancia. No importa lo sofisticada que sean nuestras elecciones, lo bueno que estemos dominando las probabilidades, el azar siempre tendrá la última palabra.

La mente humana, con su conciencia racional limitada, no puede siquiera acercarse a comprender la idea de infinito y mucho menos, cuál es la fuente de ese infinito; por lo tanto, nos dice Rav Derg, mientras vivamos en la realidad física, en nuestros cuerpos finitos y equipados con cerebros limitados y mentes racionales, no podremos ahondar en la naturaleza de un Dios del cual trasciende el fenómeno de lo infinito.

Las neuronas, obedecen una lógica binaria y de todos nuestros estados psicológicos, sean cuales sean, obedecen la misma lógica, nos dice Hustredt. Así, el modelo de redes neuronales de McCullch-Pitts, quería mostrar cómo algo parecido a un sistema neuronal podría explicar la mente humana, basándose en la simple idea de que las neuronas se inhiben o se excitan, se activan o no se activan, se encienden o se apagan y, las redujeron a abstracciones digitales binarias, por lo tanto, la actividad neuronal seguía la esencia binaria de la lógica booleana. Lo cual fue suficiente para justificar la “Semiótica”, donde la mente puede reducirse a la lógica proposicional, donde la idea es que interviene la misma ley y que fisiología y psicología humana, están bajo el dominio de una realidad binaria universal. Pero muchos neurocientíficos, no están de acuerdo con un modelo de neuronas booleana, ni creen que éstas puedan entenderse a través de la lógica proposicional o, de las máquinas de Turing. Y sin embargo, para describir la computación como modelo para le mente, continua prosperando, a pesar de que se reconoce que no se resolvió el problema mente-cuerpo. Sin embargo para Boden, la abstracción de las redes, fue significativa.

Fue John Von Neumann, quién tomó estas ideas como punto de partida para sus autómatas celulares y sus sistemas auto organizados. Pero, muy consciente de la distinción entre modelo y organismo vivo. Y también señaló que los organismos son mecanismos muy complejos, parte digitales, parte analógicos y las máquinas de computación, son puramente digitales. Y como la simulación requiere simplificación, sería una tontería oponerse a la simplificación o al reduccionismo como herramienta científica, ya que una síntesis, puede aportar más que una descripción profunda y menos manejable del mismo objeto. Y, tales reduccionismos sirven como vehículos de descubrimiento, pero por otro lado, algunas simplificaciones corren el riesgo de eliminar lo que más importa y que el dilema es: ¿Qué dejar y qué suprimir? Idealmente, estos modelos de observación, nos dice Hustvedt, deben ser lo bastante simples como para resultar manejables de forma analítica o numéricamente, pero lo bastante complicados como para conservar el realismo fisiológico.

Para Norbert Wiener, John von Neumann y Claude Shannon, la cibernética era interdisciplinaria por definición, ya que abordaba los sistemas y el control de una manera totalmente abstracta y desmaterializada y que podía aplicarse a cualquier cuestión. Además no era reduccionista y hacía incapié en relaciones, en las relaciones de en medio y, las diversas partes de cualquier sistema dinámico, donde el movimiento de la información y la red de retroalimentación, era clave para la autoorganización del sistema. Una organización que no dependía del acierto que se representaba y describen, según Pinker, también una comprensión más profunda de lo que es la vida, su funcionamiento y qué otras posibles formas que se adoptarían en otras situaciones.

La teoría de sistemas, ha tenido aplicaciones sorprendentes que la han llevado a fundamentar todos los campos, desde las estructuras celulares, hasta las corporaciones. Lo que hizo que Bateson,, pidiera verificar el vocabulario e hiciera que C. R. Licklider quisiera saber si la distinción entre analógico y digital, tenía algo que ver con un sistema nervioso real. Y que von Neumann, había señalado ya de que casi todas las partes de la física, la realidad subyacente es analógica. Y de que el procedimiento digital suele ser un artefacto humano, caracterizando al ser humano, como analógicos y digitales, donde la Cibernética ha dado interesantes pensamientos sobre los sistemas no lineales complejos y, parece poco probable que sin ella, se hubiera obtenido la “Teoría del Caos” y, poder explicar la imprevisibilidad de tan diversos sistemas como los patrones climáticos o la economía.

Para Steven Weinberg, las leyes de la física deben ser universales y corresponder a una realidad “Objetiva”. Sin embargo, ninguna de las leyes de la física conocida es exacta y universalmente válida y que sin embargo, muchas de ellas se han fijado, en forma definitiva y también válidas en ciertas circunstancias conocidas, por lo que en física hay también lagunas y sigue siendo incompleta y, no hay una teoría de TODO.

La Conciencia, es la base de todas las cosas físicas; sin embargo, sólo podemos encontrarla cuando elegimos hacerlo y el modo de encontrar la conciencia, que está en el origen de toda existencia, es a través del uso de nuestra propia conciencia individual. La conciencia, es un tema que filósofos y científicos han estudiado, donde para encontrar la verdad, es preciso vencer la influencia de la duda, el escepticismo, el del amor incondicional, la de compartir y la de ocuparse de los demás.

¿Por qué entonces la humanidad se encuentra perdida en un mundo desordenado y gobernado por el caos, una expresión y una existencia plagada del dolor y sufrimiento indescriptibles? ¿Por qué estamos sumergidos en una dimensión material que sólo conoce el decaimiento y la muerte, una realidad gobernada por la ley de la Entropía y, por la segunda ley de la Termodinámica, que establece que todo debe deteriorarse y corroerse inevitablemente con el tiempo? ¿Dónde está aquel reino luminoso de orden perfecto, felicidad e inmortalidad?

Pero, también, ¿Por qué la búsqueda de la felicidad, la serenidad, el placer y la salud es inherente a nuestra naturaleza?

Cuando algo muere, sus átomos están tan nuevos como cuando la persona nació y, simplemente vuelven a circular en el medio ambiente. Cuando un ser viviente muere, los átomos que lo constituían no se rompen o deterioran y lo único que se ha roto, es el enlace entre ellos. Y si los átomos no se sueltan entre ellos, las moléculas no desaparecerán. Los átomos son inmortales, nunca se desgastan y, lo único que muere es la unión entre ellos y al mismo tiempo, se manifiesta como desgaste o envejecimiento.

¿Por qué se creó el mundo físico? ¿Cuál fue la causa del nacimiento del átomo? ¿Por qué los átomos dejan de tomarse de la mano? Para Rav Berg, no hay preguntas más importantes que éstas. Y de que una vez que se tengan las respuestas, se revelará el significado de nuestras vidas y, un mundo de paz e inmortalidad estará a nuestro alcance.


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