Globalización: Revista Mensual de Economía, Sociedad y Cultura


Abril de 2022

UN UNIVERSO VASTO Y COMPLACIENTE
Walter Ritter Ortiz


Sección de Bioclimatología, Centro de Ciencias de la Atmósfera, UNAM. Circuito Exterior s/n, Ciudad Universitaria, Deleg. Coyoacan, México, D. F. email: walter_ritter@hotmail.com


INTRODUCCIÓN

La ciencia se originó en tiempos anteriores a la invención de la escritura, cuando la gente empezó a preguntarse por el ¿Cómo? y el ¿Por qué? acerca del mundo. Nuestra comprensión finita no capta al infinito y, las apariencias parecen contradecir esta premisa fundamental de que podemos estar seguros de que ni siquiera el juicio de los sentidos es un criterio final. Debemos postular una verdad absoluta e incondicionada, en algún lado. Ésta es la verdad cuando se dice: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. ¿Qué es la verdad y cómo opera, es la esencia de nuestra pregunta? Es aquello, nos dice Holmes, que la razón no puede dudar; aquello para lo que la esencia de la razón no puede encontrar un opuesto, pero en el cual el pensamiento claro debe confiar completamente, por el simple hecho de que es incapaz de concebir un opuesto. Y esa es la verdad.

El concepto de la verdad, formulado en nuestro pensamiento, se convierte en la afirmación de nuestra relación con el universo. Y si el pensamiento claro nos trae la percepción de lo absoluto de la verdad, donde Dios es todo lo que existe, podemos añadir que es imposible concebir algo opuesto y diferente y entonces, el pasado, el presente y el futuro no son más que la continuidad sobre la que se teje la secuencia de la experiencia, tiempo, experiencia y forma. Y deben existir como parte de la verdad. Así, el Absoluto de la verdad, automáticamente incluye la realidad de nuestro propio ser. Y llegamos a la proposición de que la verdad al ser todo lo que existe, debe ser Universal.

La verdad, no nació y no morirá, no llegó y no se irá, no tiene grados de existencia y está universalmente presente. Es una realidad que descubrimos y si es universal y es una unidad, entonces nada estuvo antes y nada vino después, pero ella era, es y será todo.

La noción de Realidad, no es tan sólida e independiente como se cree. La crítica proviene del Empirismo de Locke, Hume y Berkeley, que nos dicen que la Realidad en mucha parte, es algo que nosotros suponemos. Donde el realismo crítico no cree que el conocer se reduzca a una percepción directa de tipo sensorial de las cosas y, precisa de un análisis de lo observado y su crítica, con la mira de distinguir lo subjetivo de lo objetivo. Es la llamada Interpretación de Copenhague de Heisenberg, según la cual no es dable objetivar la descripción físico-cuántica de la naturaleza. Y para J. Marechal, tiene como aspiración realista fundamentar una lógica del realismo metafísico, sobre el conocimiento de Dios. Nos dice Locke, que aunque todos los contenidos del conocimiento proceden de la experiencia, hay verdades que son por completo independientes de la experiencia y por tanto, universalmente válidas, como son las verdades matemáticas, donde el fundamento de validez no reside en la experiencia, sino en el pensamiento, admitiendo verdades a priori.

Un axioma de razón, es una verdad tan evidente, tan universal y experimentada, tan inmediatamente conocida para la mente, que la razón no puede negar su existencia. Y, el que haya tales verdades definitivas es evidente, nos dice Ernest Holmes. Y, donde deseamos proclamar nuestra identidad en el universo y deseamos establecer la identidad, individualidad, unidad y plenitud. Es algo evidente que la verdad es lo que es, con lo que estamos usando la verdad en el sentido de su significado absoluto. Y no sólo alguna verdad o una verdad, sino la verdad como la realidad última. Y siendo la verdad lo que es, no puede haber nada distinto a ella, diferente a ella u opuesto a ella.

¡Una buena idea puede cambiar el mundo! Pero vivimos en un mundo preocupado que parece carecer de buenas ideas y, nos enfrentamos a retos que pueden parecer abrumadores, pero todos estos problemas fueron creados por humanos y todos son resolubles. Y lo que se necesita para su solución son acciones coherentes, ejemplares, visionarias y que se prologuen en el tiempo.

Cuando la filosofía de la ciencia empezó, los filósofos dieron por sentado que todos los tipos de ciencia eran equivalentes en lo que respecta a la filosofía y, la aplicaron a la biología sin cambio alguno, una filosofía basada en la mecánica. Pero, resulta claro que cualquier enfoque de una filosofía de la biología, basado fundamentalmente en la lógica y la matemática más que en los conceptos específicos y peculiares de la biología, resultan insatisfactorios, según Mayr.

¿Podemos encontrar maneras más inteligentes de gestionar nuestro planeta? ¿Podemos hacer los descubrimientos que nos abrirán las puertas de un futuro radiante? ¿Somos sólo el producto de un proceso de mutación aleatoria y selección natural, que llega a su fin? Nos pregunta Neil Turok.

Turok, nos habla de nuestra capacidad de dar sentido a la realidad y, de concebir el universo que hay dentro de nuestra mente. Capacidad que ha sido una fuente continúa de ideas poderosas, que lo describen todo y que ha producido todas las modernas tecnologías, que es con mucho nuestra posesión más preciosa. Y si hemos de atenernos a la historia, nuestro universo interior será la clave de nuestro futuro. Según Turok, no es por accidente que las revoluciones tengan lugar cuando lo hacen, ya que los mayores avances han ocurrido como resultado de contradicciones crecientes en nuestra imagen de la realidad.

Según Galileo: No se puede enseñar nada a un hombre, sólo se puede ayudarlo a encontrar la respuesta dentro de sí mismo. Se afirma que hay hasta ocho tipos de inteligencia: lingüística, lógico-matemática, musical, espacial, cinéstico-corporal, interpersonal y existencial; donde el sistema cognitivo hace concepciones, enjuicia y razona. Y la inteligencia, es la capacidad para resolver por el pensamiento, problemas nuevos, como enseña Alfonso López. Donde nuestra mente procesa miles de ideas y hace millones de conocimientos por día, lo que muestra lo poderoso que es tu cerebro y, confirma una vez más, que es un verdadero universo, profundamente desconocido. Y queda claro que nuestra mente es un gran universo, dentro de nuestro mundo.

Nuestro cerebro procesa información de formas muy especiales y, que tienes que conocer para evaluar tu percepción de la realidad. El cerebro procesa 400,000 millones de bits de información por segundo, pero somos conscientes de 2,000 millones, lo que significa que la realidad ocurre todo el tiempo en nuestro cerebro, dependiendo de estos 2,000 millones de bits que procesamos. Y, sólo vemos lo que creemos que es posible, lo que confirma que nuestra realidad la hacemos en nuestro cerebro, lo que tiene consecuencias importantes en tu vida.

Un organismo es consciente si se siente de algún modo ser ese organismo. Es aquello a lo que nos referimos cuando hablamos sobre la experiencia en su forma más básica. Nos dice Maswell que “Feliz es el hombre que puede reconocer en la obra de hoy una porción conectada en la obra de la vida y una encarnecida de la obra de la eternidad”.

Cuestionar nuestras creencias más arraigadas, requiere de mucho coraje porque implica aceptar que hemos podido estar equivocados toda la vida. Si bien el lenguaje es una herramienta muy útil para comunicarnos, ningún concepto alcanza a describir algo tan subjetivo, intangible y sutil como es el ámbito de la conciencia. Y cuando mucho, las palabras pueden señalar el camino que te conduce a la experiencia, más no son la experiencia en sí misma.

La mayoría estamos instalados en nuestra zona de confort intelectual y odiamos todo lo que tiene que ver con el cambio y lo nuevo, en tanto sólo estamos dispuestos a considerar y aceptar las ideas que reafirman la forma de pensar con la que hemos sido condicionados por el entorno social.

En el gran evento que es vivir la vida, las circunstancias nos han llevado a transformarnos en personas sumamente anacrónicas y desarmonizadas o arrítmicas, nos dice López Negrete, a consecuencia de la principal filosofía en boga conocida como UTILITARISMO. Este Modus Vivendi ha hecho del ser humano, un verdadero extraño a su sociedad ante la multitud de maneras de expresarse, manejar su cuerpo y su mágica mente, con un desconocimiento tan profundo que se traduce en una persona terriblemente sufriente y llena de miedo, como principales experiencias e ingredientes de su vida, ya que vivimos en una gran ignorancia emocional y de actitudes, que nos obligan a reconocer que no sabemos realmente cómo opera nuestra mente. Y nuestra educación se basa en “qué pensar”, y no en “cómo pensar”. Y nos limitamos a creer que estamos satisfechos, en lugar de aceptar nuestro miedo y vencerlo, sabiendo que el sistema cognitivo hace concepciones, enjuicia y razona, sabiendo además que en nuestro cerebro cada día, nacen y mueren dos millones de células, lo que nos da una idea de los sofisticados y frágiles que son nuestros cuerpos y cerebros. Donde nuestra mente procesa miles de ideas y de que hace millones de conocimientos por día, lo que muestra lo poderosa que es su máquina y confirma que es un verdadero universo profundamente desconocido y, que tienes que conocer para evaluar tu percepción de la Realidad.

Según Alan Walls, las palabras no pueden expresar más que un pequeño fragmento del conocimiento humano y, lo que podemos decir y pensar es siempre inmensamente menor a lo que experimentamos. Así la verdadera espiritualidad no puede teorizarse, comunicarse ni predicarse, tan solo puede practicarse, vivenciarse y experimentarse. Y más que nada porque no puede comprenderse a través de la mente, el intelecto y el lenguaje y, es por eso que a lo máximo que puede esperarse es a inspirarse para que la experimentes por ti mismo.

Hay que ver desde lo alto, la miserable charlatanería política y el egoísmo de los pueblos y, no preguntar nunca si la verdad será beneficiosa o buscar la verdad por ella misma y no por conveniencia. Tener una predisposición firme y fuerte ante los problemas que hoy existen y ante los cuales, nadie tiene el valor y coraje de afrontar para las cosas prohibidas y que hoy nadie se atreve a cuestionar. Saberse predestinado, para las cosas confusas y sin salida. Es necesario experimentar una profunda soledad, para ser libre y para pensar y volar con un espíritu atrevido y soberano y, tener oídos nuevos para una nueva música y poder comprender las cosas más lejanas y difíciles. Una conciencia nueva, para verdades que hasta ahora permanecían ocultas. Y la voluntad de conservar las fuerzas y el entusiasmo y, no rendirse jamás ante lo imposible; donde hay que respetarse a sí mismo, amarse a sí mismo y ser absoluta e incondicionalmente libre. Hay que ser superior a la humanidad, con la fuerza y la valentía y, con la grandeza del alma.

Hemos estado enfermos de una falsa paz, de un compromiso cobarde, de todo ese virtuosismo indecente del sí y del no, del modernismo falto de credibilidad y, esa tolerancia y grandeza de corazón que perdona todo porque lo comprende todo. Y es para nosotros como el viento del desierto, algo asfixiante que nos ahoga. Nos volvemos tristes y pesimistas al ver todo el engaño que existe. Nuestro destino es ser honestos con nosotros y con la humanidad, enfrentarnos con la mentira y con fuerza desmesurada seguir adelante, ansiosos por descubrir la verdad de las cosas y, confrontarnos con la mentira que nos han contado. Y jamás entregarnos a la resignación y nada debía distraernos ya que nuestra felicidad está al final del camino.

Según Schopenhauer, la vida no se presenta en manera alguna como un regalo que debemos disfrutar sino como un deber, una tarea que debemos de cumplir a fuerza de trabajo, donde unas veces las preocupaciones insensatas y otras una política sutil, excitan a los pueblos a la guerra. Es preciso que el sudor y la sangre de la inmensa multitud, corran en abundancia para llevar a feliz término los caprichos de algunos o expiar sus faltas.

Así se nos presenta a la Biblia como un libro bueno, un texto edificante, una obra ejemplar a seguir en los dominios de la ética y la moral y, una senda a seguir en nuestra vida social, familiar y cotidiana. Nada más falso, nos dice Dante Medina. Este pretendido libro sagrado, no es un texto que sirva para llevar una vida honesta, correcta, moral, limpia, decente, social, y éticamente deseable. Todo lo contrario, nos dice Medina, ya que es una obra llena de incestos, asesinatos, robos, sexo, violencia, traición y vida familiar escandalosa, padres que aceptan asesinar a sus hijos menores de edad y envían a sus hijos a morir en batallas perdidas, en una vida social violenta y cruel. Abundan las injusticias y perversiones. Por lo que si intentas buscar en este libro un consejo, una guía ética o moral, encontrarás todo lo contrario y lo opuesto, todo aquello que no debe hacerse.

Nietzsche, se atrevía a decir que la esperanza era el peor de los males y de que Dios había muerto y que la verdad era un error sin el que no era posible vivir, así como de que los enemigos de la verdad no eran las mentiras sino las convicciones y que la recompensa final de los muertos era no tener que volver a morir. Y Bertrand Russell, creía que todas las grandes religiones del mundo, eran a la vez falsas y dañinas, que su argumento del designio fue destruido por Darwin y, de que sólo podría ser lógicamente respetable renunciando a la omnipotencia de Dios, por lo que le gustaría ver un mundo libre de la virulencia de las hostilidades propias de estos grupos. En donde la educación tendiese a la libertad mental en lugar de encerrar la mente de la juventud en las rígidas armaduras del dogma. El mundo necesita mentes y corazones abiertos y éstos, no pueden derivarse de rígidos sistemas

La vida de cada hombre, vista de lejos en su conjunto y en sus rasgos más salientes, nos presenta siempre un espectáculo trágico; pero si se recorre en detalle, tiene el carácter de una comedia. Los anhelos siempre burlados, los vanos esfuerzos, la esperanza que pisotea la suerte implacable, los funestos errores de la vida entera, con los sufrimientos que se acumulan y la muerte en el último acto; he aquí la eterna tragedia. Parece que el destino ha querido añadir la burla a la desesperación de nuestra existencia, cuando ha llenado nuestra vida con todos los infortunios de la tragedia, sin que ni siquiera podamos sostener la dignidad de los personajes trágicos. Y lejos de esto, en el amplio detalle de la vida representamos inevitablemente el ruin papel de bufones.

Este mundo es campo de matanza, donde seres ansiosos y atormentados no pueden subsistir más que devorándose los unos a los otros. Donde todo animal de rapiña es tumba viva de otros mil y, no sostiene su vida sino a expensas de una larga serie de martirios, donde la capacidad de sufrir crece en proporción de la inteligencia y, alcanza por consiguiente en el hombre su grado más alto. Es una historia sin motivo sufrir siempre, luchar de continuo y después morir y así sucesivamente, por los siglos de los siglos, hasta que nuestro planeta se haga trizas.

Para, C. G. Jung: La naturaleza humana es capaz de una cantidad infinita de maldad y hoy más que nunca, es importante que los seres humanos no desatiendan el peligro del mal que los habita. Es algo desafortunado y muy real y, es por esto que la psicología debe insistir en la realidad del mal y rechazar cualquier definición que lo considere como insignificante o realmente Inexistente. Pero cuando se entiende y comprende que el mal es intrínsecamente un flujo de energía divina distorsionada momentáneamente a causa de ciertas imperfecciones, ideas y conceptos equivocados, entonces ya no se rechaza su esencia.

Se dice que Blaise Pascal, tenía un abismo que se movía con él, un abismo que le llevó a enfrentarse a la naturaleza humana de forma más inmisericorde que la filosofía había conocido hasta ese momento, ya que nos obligó a no apartar la vista de sus límites y, aceptarlos. Y así pretendía recordarnos que las cuestiones realmente importantes para el hombre, es decir aquellas que le tocan de manera íntima y radical, no se demuestran con razonamientos, sino que se deben sentir y de ahí, su afirmación de que: El corazón tiene razones que la razón no entiende y que no es en el fondo otra cosa que una apuesta, de la que el presente intenta dar cuenta.

El mal reside en cada una de las almas humanas, por lo que el mal en el mundo no es otra cosa sino la suma total del mal que existe en todos los seres humanos y, donde todos tenemos fallas en nuestro carácter, según Pierrankos y Thesenga: y todos somos más o menos egocéntricos, egoístas y mezquinos y estas fallas, nos han llevado en muchas ocasiones a un comportamiento opuesto al amor, a ser celosos, rencorosos y actuar de maneras que sólo empeoran la situación del mundo. Y si podemos aceptar que no sólo somos víctimas del mal que hay en el mundo, sino que a nuestra pequeña escala, un iniciador de negatividad, entonces, ¿Cómo podemos actuar para transformar el mal que hay dentro de nosotros? Las respuestas de las religiones tradicionales han sido tan decepcionantes, que mucha gente que antes consultaba a un sacerdote, ahora busca la ayuda de un psicoterapeuta.

La falta de o la incorrecta nutrición de los infantes es verdaderamente genocida, donde más del 35% de las enfermedades emocionales tienen su origen en una alimentación deficiente, misma que fomenta la alteración del carácter que afecta en gran medida a todos nosotros, nos dice López Negrete. Y no importa lo santo que seas, tendrás reacciones de agresión impensables cuando padezcas un ataque previo de hipoglucemia. Por lo que ha sido un gran descubrimiento el comprender que para un mejor manejo de la mente, hay que tener una nutrición estable, profesional y óptima.

El paradigma dominante de la vida es un asco, no es más que una historia de ficción, un montón de mentiras inventadas que nos hemos estado diciendo durante milenios y que desde pequeños se nos entrena a mirar el mundo a través del cristal de la derrota y el dolor. El hecho mismo de que sigamos viendo angustias, limitaciones y muerte es prueba de que no entendemos en absoluto la realidad y, negamos por completo las muchas dimensiones que existen más allá de los cinco sentidos. Por lo que nuestra ignorancia ha erigido una cosmovisión que se basa únicamente en los problemas, en el temor y en protegernos de todas las cosas que podrían salir mal. Nos ha conducido a apartarnos de la totalidad y, a creer que esta perspectiva limitada, llena de seres individuales, es lo único que podemos utilizar. Cada momento que desperdiciamos pensando en el peor escenario posible, socava nuestra capacidad para crear aquello que es verdadero.

Si hiciéramos las cosas a partir de la suposición de que lo que se acepta como verdad es realmente la verdad, entonces tendríamos poca esperanza de progresar, según Orville Weight, por lo que tenemos que hacer a un lado la manera en que hemos estado percibiendo la vida, para que pueda mostrarse la verdad. Y según Joyce Barret, hay que percibir el conocimiento científico, que cuando menos hace el intento de explicar cómo funciona el mundo. Y aunque se ha probado que la perspectiva reduccionista y mecánica del mundo es defectuosa, sigue estando profundamente arraigada e incrustada en nuestra cultura; se sabe que el 95% de nuestros pensamientos está bajo el control de nuestra mente inconsciente pre programada, por lo que en lugar de pensar, en realidad estamos viendo una película del pasado.

La Verdadera Realidad, está poniéndose de pie para proclamar. Esto no puede estar bien, ¡Tiene que haber una mejor forma de hacer las cosas! Y es Buckminster Fuller, quién nos dice: “Las estructuras tradicionales de poder entre los humanos, así como su imperio de oscuridad, están a punto de volverse obsoletos”. Hemos comprimido nuestro enorme y hermoso ser dentro de una prenda estrecha y con frecuencia incómoda, que se conoce como cuerpo. Y desde una edad temprana aprendemos lo que se considera bello y lo que no. Aprendemos a pensar y a sentir acerca de ese dios llamado dinero y pronto asimilamos que para sanar, necesitamos algo que está fuera de nosotros. Pienso lo que quiero decir, lo que creo decir, lo que digo, lo que quieres oír, lo que oyes, lo que crees entender, lo que quieres entender y, lo que entiendes; existen por lo menos un gran número de posibilidades de que no nos entendamos.

Nos dice Marco Aurelio, que apenas amanezca, hazte en tu interior esta cuenta: hoy tropezaré con algún entrometido, con algún ingrato, con algún insolente, con un doloso, un envidioso, un egoísta. Todos estos vicios les sobrevinieron por ignorantes del bien y del mal. Pero yo, habiendo observado que la naturaleza del bien es lo bello y que la del mal, es lo torpe y, que la condición del pecador mismo es tal que no deja de ser mi pariente participante, no de mi misma sangre o prosapia, pero sí de una misma inteligencia. Y de una partícula de la divinidad, no puedo recibir afrenta de ninguno de ellos, porque ninguno podría mancharme con su infamia. No puedo tampoco enojarme ni aborrecerle, que hemos sido creados para ayudarnos mutuamente.

Obrar pues como adversarios los unos de los otros, es ir contra la naturaleza y es tratar a alguien de adversario el hecho de indignarse o apartarse de él. Todo mi ser, se reduce a esto: la carne, el espíritu, la facultad rectora; pero pensando que eres mortal, desprecia la carne y ella no es más que fango, sangre, huesos, un manojo de nervios, una red de venas y arterias. Mira lo que viene a ser tu espíritu y no permitas que se le esclavice y esté a merced de instintos egoístas, que se irrite contra el destino presente o que tema el futuro.

Además, debes saber que todo cuanto acontece es necesario y contribuye a la utilidad del bien común del universo, del cual tú eres parte. A más de esto, para cada una de las partes de la naturaleza, el bien es lo que lleva consigo la condición de la naturaleza universal y lo que se ordena a su conservación. Y el mundo se conserva, sea por la transformación de los cuerpos o sea por la de los elementos, por lo que deben bastarte estos pensamientos como principios perpetuos. Conviene pues, que ahora por fin comprendas de que eres parte del universo y, de que eres emanación del soberano del mundo y que tu vida está circunscrita en un tiempo acotado y, si no aprovechas este momento para serenar tus apetitos, pasará y tú pasarás con él y no volverá otra vez.

Borja Vilaseca nos dice: “Si algo he aprendido es que “Verdad, Sabiduría y Amor” son sinónimos y, su denominador común es que no pueden enseñarse, principalmente porque no tienen nada que ver con la información, el conocimiento o la erudición. Y la única manera de que comprendas la verdad, seas sabio y aprendas a amar, es viviendo experiencias profundamente transformadoras. El arrogante, no suele plantearse nuevos interrogantes porque cree que cuenta con todas las respuestas y, reconocer que no sabe es demasiado doloroso para su ego, de ahí que se sienta incómodo y amenazado y tienda a ridiculizar e incluso a oponerse violentamente a ideas diferentes a las suyas.

Así, es fundamental que te abras siempre a lo nuevo y a lo desconocido, procurando analizar, cuestionar y contrastar detenidamente toda la información que te llega desde el exterior y, en la medida de lo posible verificarla a través de tu propia experiencia. La verdad, la sabiduría y el amor no pueden entenderse desde la mente y solamente pueden experimentarse desde el corazón. Y recordando a Mark Twain, diríamos que: “Es más fácil engañar a la gente que convencerles de que han sido engañados.

Si no estuviéramos hundidos en este constante desorden de pensamientos fragmentarios y anticuados, modificarías tu vida a placer y, sabrías que tus pensamientos tienen poder, nos dice Pam Grout, Y que existe un campo de posibilidades infinitas en espera que las reclames, ya que debido a que seguimos operando a partir de los antiguos principios que colocan en primer lugar al Materialismo, no hemos aprendido a utilizar verdaderamente esta piedra angular fundamental.

A Henri Bergson se le considera el filósofo de la intuición, concebida como un método de conocimiento que permite comprender todo lo vital, que se le escapa a una inteligencia hecha para pensar la materia. Gracias a la filosofía de la intuición, el ser humano puede conocer adecuadamente por medio de pensamientos e imágenes, todo lo vivo, sin necesidad de diseccionarlo. Su filosofía nos remite así a la vida y a problemas concretos como la libertad, la relación entre la mente y el cerebro, el tiempo o la actividad creadora, tan actuales en su tiempo como lel de hoy día. En su tiempo, el pensamiento dominante era el Positivismo, que suponía la renuncia a toda metafísica, que obligaba a no considerar más que los Hechos o a los datos científicos, dejando fuera la mayor parte de la realidad, como nos dice J. Padilla Moreno. La ciencia estaba en crisis, en buena medida por la imposibilidad de explicar el funcionamiento del modelo mecanicista que entendía el mundo como un gran mecano. En dicha construcción, empezaban a abrirse algunas grietas, que hacía ver que la ciencia también estaba basada en hipótesis y era por lo tanto, algo provisional e inseguro. En esta crisis se presentaba la oportunidad a la filosofía de afianzarse a sí misma, en colaboración con la ciencia. Aparece así el bergsonismo, que ha influido en la literatura y en la ciencia, pero que se opone en líneas generales al Racionalismo. Un pensamiento que desconfiaba de los sistemas racionales, que pretenden deducir la realidad integra a partir de unos pocos principios y dejan pasar entre sus mallas conceptuales todo lo vital. Debemos bregar con cosas concretas, haciendo el esfuerzo de mirarlas bajo una nueva luz. Fue el filósofo de la intuición, pero no de una intuición vaga y subjetiva, coartada para todas las arbitrariedades, sino una intuición metódica, por lo que buscaba ponerse en contacto con una realidad absoluta, que era menester cotejar con los resultados de la ciencia.

Bateson, solía hablar de su odisea intelectual donde había experimentado una comprensión muy profunda y podía ver con claridad las propiedades de todos los sistemas y, de las pautas de interrelación que conectan las cosas. Renunciando a las nociones en boga sobre la conducta, a “las teorías sobre el ser humano que parten de su psicología más animal, más inadaptadas y más enferma, que evidenciaron su incapacidad para responder a la pregunta: ¿Qué es el hombre? Limitación que nos impide discernir “La pauta que conecta”. Dicha pauta es una “Metapauta”, una pauta de pautas que con demasiada frecuencia no llegamos siquiera a percibir.

Goleman, nos dice que la forma más adecuada de pensar en la pauta que conecta, es considerarla como una danza de partes que se hallan en continua interacción, parcialmente limitadas por distintos tipos de restricciones físicas, por los hábitos y el proceso mismo de descripción de los factores que la componen.

Sartre, revolucionó la filosofía del segunda mitad del siglo XX con su defensa de la libertad humana, nos dice Juan Carlos Gómez. Para él, existir significaba reflexionar sobre el hombre y sus problemas inmediatos, en un intento de dar sentido a la vida. Y su profundo análisis lo llevó a concluir que el ser humano está condenado a ser libre y por ello, es el único responsable de su existencia, lo que lo llevó y le convirtió en el modelo de intelectual comprometido política y socialmente. Su lectura significa la oportunidad de satisfacer una de las pretensiones naturales del ser humano y, analizar la propia existencia y ver si es posible una comprensión de la misma. La necesidad de ese análisis existencial, es decir, de ver la diferencia entre lo que es objetivamente cierto y la percepción subjetiva de un individuo. En su obra El Ser y la Nada, mostró que el hombre que reflexiona sobre la vida, se niega a simplificar el ser humano como una entidad cualquiera. El hombre no es una entidad abstracta, es un existente concreto que se hace a sí mismo a lo largo de la experiencia que tiene en la vida.

Hemos llegado a ser lo que somos, debido a nuestras debilidades y fortalezas y nadie pretende que se desarrolle como un ser humano perfecto. Nadie es eficaz en todo y nadie es inútil para todo y, muy pocas de sus cualidades personales son constantes ya que a circunstancias diferentes nos hacen reaccionar de varias formas. Y así nos adaptamos y cambiamos de acuerdo a nuestro entorno y así es como sobrevivimos y, lo que tenemos que hacer es adquirir un sentido de perspectiva y ver nuestros peores aspectos en relación con los mejores y, evitar la propensión a responder de manera negativa.

Todos sabemos que nuestro tiempo es limitado, pero lo que no sabemos es que nuestro control sobre ese tiempo también es limitado, lo que nos invita a replantear el culto hacia la eficiencia y reconfigurar nuestra vida, nos dice Daniel Pink. Los filósofos han considerado que la brevedad de la vida es el problema que define la existencia humana, donde se nos ha concedido la capacidad mental de elaborar planes infinitamente ambiciosos, pero no el tiempo suficiente para ponerlos en práctica. De donde la gestión del tiempo, debería ser nuestra principal preocupación y, podría decirse que la vida no es más que gestionar el tiempo, según Oliver Burkeman.

El universo está lleno de maravillas, pero el mundo, parece estar yéndose al garete. Pero pocos parecen darse cuenta de que el objetivo principal de nuestra frenética actividad debería ser la de disfrutar más de esas maravillas. Nuestra vida es una locura, pero no es fácil encontrar un sistema de gestión que permita dedicarse de forma productiva, a actividades que involucren a la humanidad o, que traten asuntos relacionados con la situación del mundo. Todo lo cual hace que sea especialmente frustrante que a tantos de nosotros se nos dé tan mal gestionar nuestro escaso tiempo y que nuestros esfuerzos por sacar el máximo partido no sólo no funciona, sino que parecen empeorarlo.

No existe una única respuesta a la pregunta: ¿Por qué hay personas más violentas que otras? Dado que la generación de la violencia se produce como resultado de la interacción de diversos factores biológicos, psicológicos y sociales. Los genes, la configuración de los cerebros y la química de nuestro organismo, así como las experiencias tempranas y el ambiente en que crecemos y vivimos, desempeñan un papel importante en la expresión de la violencia, nos dice Luis Moya. Su influencia será diferente en cada perfil, lo que hace complicado y a la vez que apasionante, encontrar la vía más efectiva para encontrar una solución y una adecuada intervención. Y es la psicología la que investiga las causas y trata de comprender su origen en cada caso.

Pero mirando al pasado, no podemos decir que las sociedades son cada vez menos violentas. La probabilidad de morir de forma violenta, era mucho mayor entonces y, era superior el riesgo de sufrir violencia física o de ser vulnerados los derechos fundamentales. Las nuevas leyes tienden a establecer que la violencia ya no tiene cabida en nuestra sociedad, nos dice Luis Moya, porque hay un factor cultural que está contribuyendo a frenarla, fundamentalmente la física. Debido a esta complejidad y diversidad de factores, no hay una única respuesta, ya que en cada caso es distinto y especifico. No es lo mismo un ambiente empático, en el seno de una familia que te cuida y te ofrece protección, que te ofrece amor y afecto, que un hogar carente de afecto.

La violencia atrae a hombres de muy poca moral y el Estado, no debe ser lo más importante, sino el hombre sensible y creador, ya que sólo de él surge la creación de lo sublime y lo noble. Einstein, consideró al ejercito el peor monstruo que haya salido del espíritu de las masas y solía decir: cómo odio también las proezas de sus mandos y los actos de violencia sin sentido, ya que es sólo para personas que recibieron cerebro por equivocación. Y por lo mismo, las guerras son algo muy cínico y despreciable y si no fuera por la sistemática corrupción a que es sometido el recto sentido, a través de la prensa y por la acción de gente que tienen el interés económico y político en la guerra, como son los fabricantes de armamentos, este fantasma se hubiera evaporado hace mucho tiempo. A concepciones nobles, a nobles acciones, únicamente conduce el ejemplo de los hombres puros y nobles, ya que el dinero sólo conduce de manera irremediable al abuso y lleva al egoísmo. Y no es posible imaginar a un Dios que dé recompensas y castigos a seres creados por él mismo y que tenga una voluntad similar a la nuestra

Marco Antonio, en sus Meditaciones, nos dice:

Debo a Rústico el haber comprendido la necesidad de enderezar mi carácter y vigilarlo de continuo.

Debo a Apolonio la independencia de espíritu; el no dejarme regir, ni aún en las cosas mínimas, más que otros principios, por la razón y permanecer siempre igual en los dolores más agudos y en las largas enfermedades.

La idea de la vida conforme a la razón natural; la gravedad sin afectación; la tolerancia con los necios y los atolondrados y en suma, la armonía con todos. No haber nunca manifestado ni aún en apariencia, señales de cólera u otra pasión; antes bien, poseer un carácter muy pacífico y al mismo tiempo entrañable y la propensión a la vasta erudición, sin pedantería.

El amor a la familia, a la verdad y al bien. La aplicación perseverante, sin desfallecimientos, a la filosofía, la beneficencia, la plena esperanza y confianza en la buena fe de los amigos, buen ánimo, la moderación de carácter, dulce y grave, el cumplimiento de cuanta tarea se tiene y nunca con precipitación ni perplejidad, ni incertidumbre ni abatimiento ni medias sonrisas, la facilidad de perdonar, la sinceridad y dar la sensación de hombre firme más que enderezado.
La indiferencia respecto a las vanas apariencias de gloria de gloria. El respeto con que trataba a los que se daban de veras, al ejercicio de la filosofía y, en cuanto a los que fingían, sin dirigirles reproche y sin dejarse embaucar. Su complacencia, exenta de envidia en los hombres excelentes en alguna facultad, teniendo siempre a la vista la disciplina, pero sin hacer de ello alarde.

La relación entre conciencia y la fisiología es íntima y reciproca, ya que cada cambio en su estado fisiológico, incluidos factores tan mundanos como la comida ingerida en el almuerzo y, si estás descansado o cansado, va acompañada de un cambio en tú estado mental-emocional; y de manera similar, cuando la conciencia cambia hay un cambio paralelo en la activación fisiológica.

Para los Fisicalistas, la conciencia sería una propiedad emergente resultante de la reorganización de partículas, átomos, moléculas, células, etc., en un sistema nervioso que de alguna manera se vuelve consciente y experimenta varias cualidades de conciencia, con sentimientos, emociones y pensamientos. Sin embargo, la pregunta de cómo lo físico crea la Conciencia, permanece más allá incluso de un indicio remoto de una posible respuesta.


Los físicos, ahora suponen que todos estos campos de energía y fuerza emergen de un “Campo Unificado”, donde el estudio de la física de las partículas más pequeñas o constituyentes de la materia, reveló un nivel cuántico que tiene aleatoriedad, incertidumbre y No Localidad. Y los constituyentes últimos de la materia no están localizados en el tiempo y el espacio y los conceptos clásicos de materia, energía, tiempo y espacio, no se mantienen en las pequeñas escalas cuánticas, por lo que la fuente de la materia es, por lo tanto, no material.

Para Judi James, la autoevaluación, si es realista, es una herramienta valiosa, ya que cuando nos falta confianza, es demasiado fácil suponer que habrá una reacción negativa de las otras personas. Pero ¿Quién está tomando las decisiones en su vida? ¿En cuántas de esas cosas las decide usted mismo y, en cuantas influyen las opiniones de los demás? Y una vez que ha asumido la responsabilidad de sus acciones, necesita cierta flexibilidad cuando trata con los demás y, ser más seguro no significa ser usted mismo todo el tiempo, ya que diferentes personas necesitan diferentes maneras de desenvolverse y todos debemos ser tolerantes con los demás.

Las contribuciones de Darwin al pensamiento humano, fue responsable del reemplazo de una cosmovisión fundada en el dogma cristiano por una cosmovisión estrictamente laica, ya que sus escritos nos llevaron al rechazo de varias perspectivas antes dominantes del mundo, como son el “Esencialismo, el Finalismo, el Determinismo y, la suficiencia de las leyes de Newton, para la explicación de la evolución. Y reemplazó estos conceptos refutados por una serie de nuevos conceptos de enorme importancia, incluso fuera de la biología. Su obra en conjunto constituye el fundamento de una nueva filosofía de la biología en rápido desarrollo, por lo que no pueden caber dudas de que el pensamiento de todas las personas ha sido profundamente afectado por el pensamiento filosófico de Darwin.

Nuestra experiencia científica del mundo, se limita a acumular fenómenos recurrentes que determinan formulas matemáticas que permiten predecir y controlar. Atribuir a estas fórmulas o algunos de sus componentes, una realidad objetiva o una capacidad de acción propias, es un error, ya que se trata de creaciones de nuestra inteligencia, que cuando están bien hechas y se emplean bien, nos dice Quintaniya, tienen un valor descriptivo y pragmático, pero no realmente explicativo. Y de hecho la relación causa-efecto, no es nunca un dato, sino una inferencia estadística, y las leyes no son más que teorías o construcciones de la física.

Sócrates se interesó más por el ser humano y por su vida que por los problemas de los filósofos de la naturaleza. Por lo que según Cicerón, hizo que la filosofía bajara del cielo a la tierra y, la dejo morar en las ciudades y la introdujo en las casas, obligando a los seres humanos a pensar en la vida, en las costumbres, en el bien y en el mal. Los sofistas por su parte, cobraban por sus explicaciones más o menos sutiles y, esos sofistas han ido apareciendo y desapareciendo a través de toda la historia. Se refiere a todos esos maestros de escuela sabelotodo que, o están muy contentos con lo que poco saben o, presumiendo de saber un montón de cosas de las que en realidad no tienen ni idea.

A comienzos del siglo XVIII, un nuevo reto determinó el pensamiento filosófico: la disociación entre la experiencia personal del mundo y el experimento de la ciencia. Una ruptura que Berkeley apoyó y aplaudió, pero que iba a interpretar en un sentido muy peculiar, donde la visión de la naturaleza sufrió una serie de transformaciones radicales, donde se sucedieron hallazgos fundamentales.

Debido a la crisis sistémica en la que nos encontramos, el autoconocimiento y el desarrollo espiritual están poniéndose de moda, por lo que Borja Villaseca, nos dice que influido por filósofos existencialistas como Nietzsche, Sartre, Camus y Dostoyevski, concluyó categóricamente que la vida carecía de propósito y sentido. Pero ¿Realmente el universo está regido por el azar y el caos? ¿Acaso no hay un propósito trascendente? Con Erich From, Viktor Frankl, Carl Jung, Herman Hesse, Orwell o Huxley, descubrí y comprendí de qué manera el EGO condicionaba y limitaba mi percepción de la Realidad. Reconocer la ignorancia propia es algo necesario para crecer y evolucionar, como seres humanos.

Hay varias formas de hacer reflexiones, donde la experiencia más gratificante, pero también un trabajo muy duro, donde se tiene que perseguir incesantemente las ideas y, si aparece una posibilidad interesante, hay que enfocarla, verificarla, retenerla, pero la mayoría de ellas, rechazarlas. Las ideas generales fuertes, se tienen que desarrollar y los detalles deben ser confirmados y, es posible que descubras fallas desastrosas y con esto, la construcción debe reemprenderse o descartarse. Sin embargo, no todos los que se consideran científicos trabajan duro ya que muchos dejaron de trabajar hace mucho tiempo y otros no empezaron nunca. Pero los que realmente trabajan y no andan por allí aparentando trabajar, el trabajo es difícil, doloroso, cansado y extenuante; y si el fruto es recibido con arrogancia y desdén, entonces puedes vivir una tragedia.

El desarrollo de las ciencias naturales, siempre ha sido impulsado por el deseo de entender en toda su magnitud los fenómenos que ocurren en el Universo, donde los instrumentos que se han utilizado han sido las matemáticas y la física que resultan inseparables e imprescindibles. A la luz del hecho de que nuestro cerebro no fue diseñado evolutivamente para hacer matemáticas y para lidiar con problemas de gran magnitud. Y para entender cómo se ha logrado penetrar en la aparentemente impredecible evolución de los sistemas complejos, en los que se organiza la materia en el tiempo y en el espacio y lo que entendamos, nos será iluminador y provechoso para seguir conociendo el mundo en que vivimos.

INTUICIONES E ILUSIONES

Lo más bello que nos es dado sentir, es el misterio, que es la sensación básica y la cuna de la ciencia y, para el que no la conozca es porque está muerto, nos dice Einstein. La verdadera religiosidad es sentir una existencia hermética para nosotros, donde manifestaciones de la belleza más deslumbrante y de la razón más profunda, únicamente asequible para el intelecto en su forma más básica, ya que los espíritus débiles alimentan esos pensamientos por un egoísmo absurdo y ridículo o por miedo. Y es suficiente que con el misterio de la construcción milagrosa de lo que existe y, con la honrada ambición de entender el portento que ha creado la Naturaleza, podemos entenderla.

¿Hay algún propósito oculto en la vida, un diseño secreto, una lógica significativa, un objetivo que alcanzar? ¿Por qué estamos aquí? ¿De dónde venimos y hacia dónde vamos después de irnos? ¿Estamos cada uno en nuestro propio camino, con nuestras propias preocupaciones y nuestro propio destino individual e independiente? ¿Por qué deberíamos estar luchando? ¿Es por salud, felicidad, ganar dinero, ser mejores que otros, cumplir la voluntad de un ser divino? ¿Podemos elegir? ¿Somos libres o esclavos del destino, gobernados o cuidados por alguna fuerza, leyes de la naturaleza o Dios? O, ¿Vivimos en un universo caótico, sacudido por situaciones y circunstancias? ¿Cuál es la fuente del mal? Cómo seres conscientes que desean tomar el control de sus vidas, estas preguntas no sólo son relevantes, son fundamentales, nos señala Tony Nader.

Las creencias o convicciones, se convierten en nuestra “Visión del Mundo”, que influye en todo lo que hacemos y, dan forma a nuestra vida como fundamento de nuestro pensamiento, sentimiento y comportamiento. Y actuamos como si pudiéramos hacer un cambio, juzgamos como si hubiera responsabilidad y luchamos como si hubiera un propósito y, la ignorancia nos asusta. Esto lleva a varios rituales, reglas y formas de pensar y actuar, mientras tememos la ira de Dios o nos refugiamos en su compasión.

Todo lo realizado e imaginado por el hombre, es útil para calmar sus sufrimientos y liberarlo de sentimientos de necesidad, donde el sentir y el anhelar son el motor de todos los logros del ser humano. Donde la naturaleza antropomórfica que atribuyen a Dios, es lo que iguala a las religiones, etapa que únicamente algunas sociedades y ciertos hombres intentan superar; y se trata de la conocida “Religiosidad Cósmica” que no es fácil de entender debido a que de ella no surge de una concepción antropomórfica del todo poderoso y, que sin embargo el hombre siente la insignificancia de las metas humanas y de los deseos, del sublime y sorprendente orden que se manifiesta tanto en la naturaleza, como en el mundo del pensamiento. Ese orden que conduce a sentir la vida individual como una especie de cárcel, que lleva al deseo de percibir la totalidad del Ser como un Todo Unitario y razonante. Encontrándose en el Budismo, según Schopenhauer, más marcado el componente de Religiosidad Cósmica, que no conoció dogmas de ningún Dios creado a la manera del ser humano.

El relato de Platón, nos dice que había una caverna oscura en la que se encontraban un grupo de seres humanos prisioneros desde su nacimiento. Atados con cadenas, no podían moverse y tan solo veían la pared que había delante de ellos. Después de toda una vida viendo cada día la misma pared, consideraban como verdad las sombras proyectadas de los objetos y, estaban convencidos de que las sombras eran la única realidad verdadera. Pero un buen día, uno de los prisioneros se dio cuenta de que podía liberarse de sus cadenas y empezó a buscar para saber que más había dentro de la cueva. Y se dio cuenta de que lo que había estado viendo no era real, sino una distorsión de la verdadera realidad. Al ver el vasto mundo que acontecía fuera de la caverna y comprender aquella incomoda verdad, se convirtió por fin en un ser humano libre. Y regresó a la cueva para liberar a sus compañeros, asegurándoles que habían estado engañados toda su vida, pues más allá de la caverna, se encontraba una realidad llena de luz y de colores. Ajeno a sus burlas, les insistió que él estaba en lo cierto, pero harto de aquellas sensaciones, uno de los prisioneros logró agarrar una roca y se la lanzó a la cabeza asesinando a aquel hombre que había logrado ser libre, entre la celebración, entre gritos y aplausos de su muerte, siguieron siendo esclavos de las sombras durante el resto de sus vidas. Te darás cuenta de que tú también estás en cautiverio, preso por una serie de creencias erróneas y limitantes. La mejor manera de evitar que un prisionero escape, es asegurarse de que nunca sepa que está encarcelado, según Dostoyevski, ya que al no ser consciente de sus grilletes, volverás a mirar hacia otro lado como si nada y de hecho, podrás seguir engañándote a ti mismo, negando cualquier cuestión de responsabilidad personal y, seguirás culpando a los de siempre de tus errores y de tu malestar, creyéndote que eres una pobre víctima de tus circunstancias. Y acabarás sintiéndote impotente y resignado, auto convenciéndote de que no hay nada que dependa de ti para cambiar tu situación. Y con la finalidad de mantenerte dormido, el sistema te proporcionará nuevas pastillas que anestesiarán tu dolor y parcharán tu sufrimiento hasta que no sientas absolutamente nada.

Giordano Bruno, nos dice que Dios ha creado un universo infinito, en el que el hombre es libre, por lo que es considerado el filósofo del infinito. Seguidor de Copérnico, se atrevió a concebir un universo sin límites, lo que equivalía a abrir la puerta de la libertad en el mundo. Bruno ejemplificó la necesidad de no cerrarse a las primeras impresiones, al temor y la sensación de infertilidad y tener la osadía de abrir la mente a nuevas Realidades. Y argumentó que la propia libertad, la voluntad y la necesidad son uno y lo mismo.

Junto a esta propuesta revolucionaria, abordó otras cuestiones filosóficas, la visión del hombre privilegiado por el hecho de poseer manos. Todas ellas con planteamientos rupturistas que acabaron por enfrentarlo a la inquisición y conducirlo a la muerte. Dedicó toda su vida a dar testimonio de su libertad de pensamiento, frente a reaccionarios de todo tipo. Dejó un legado filosófico profundo, como la de la materia como manifestación divina, el ser humano como animal privilegiado, por poseer manos. Su prodigalidad, se dice buscar el objetivo constante de hacernos comprender hasta que punto aquello que nos parece distinto, separado, múltiple, diverso, forma parte en realidad de un sistema unitario y coherente, de una red de vínculos múltiples, difíciles de percibir a simple vista, pero evidentes para el Sabio.

Sus intuiciones filosóficas y cosmológicas, lo aproximan a posiciones defendidas por la ciencia actual, con una concepción materialista de la naturaleza, compuesta de átomos, en los que se halla la divisibilidad. Persigue la comprensión del Todo, no como una suma de elementos dispares y desconectados, sino como un conjunto orgánico, interconectado, coherente y cohesionado, por lo que la misión del sabio será la de detectar esta unidad de fondo que, a menudo, se nos escapa debido a la superficial variedad de fenómenos que captan los sentidos.

Su concepción de la igualdad entre los hombres, le llevó a mantener una concepción muy crítica con la colonización de América. Para Bruno, tanto el judaísmo como el cristianismo, son una degeneración de los antiguos egipcios, por lo que debería ser el modelo espiritual a recuperar, como primera religión suprema, escribe Oriol Punsati-Murie. Bruno, se adelantó a la revolución científica, que se consolidaría durante el siguiente siglo. Desarrolló su teoría de vínculos, que pretende alcanzar una comprensión unitaria de los vínculos, que pretende alcanzar una comprensión unitaria de la naturaleza. Dando muestras de un ansia de conocimientos que desbordaba los estrechos márgenes de la teología y, donde las filosofías no acaban perdiéndose porque falten los intérpretes, sino por las que puedan profundizarse en los pensamientos. Gregg Braden, en la actualidad, nos dice que existe un campo de energía que conecta todas las cosas y que forma todas las cosas; que es el origen de nuestro mundo, conocido como la Matriz Divina. Su existencia lo cambia todo y, si supiésemos como comunicarnos con ella, podríamos transformar nuestra vida y nuestro mundo.

Para Likarl Forsberg: No es un deber creer que exista un gobierno moral del mundo o un Dios como regente moral del mundo, sino que es mera y únicamente el deber actuar como si se creyera. Sin embargo, Fichte no estaba de acuerdo con esta afirmación de que la existencia de Dios fuera dudosa; para él lo divino gozaba de la máxima certeza, pero no se refería al Dios teísta, sino a otro concepto de lo divino.

Fichte, no se adhirió a la creencia en un Dios personal, con entendimiento y voluntad, que es providente y ha creado el mundo desde su omnisciencia, omnipotencia y bondad; opuesto al ateísmo que niega la existencia de Dios, al deísmo, que sólo acepta un acceso racional a Dios y rechaza su intervención en la naturaleza o en los asuntos humanos y, al Panteísmo que identifica a Dios con el mundo o conjunto de la naturaleza, lo que significa la despersonalización de la divinidad, donde las grandes religiones actuales atribuyen a Dios rasgos similares a los de los seres humanos. Para él, no se puede demostrar ni de manera especulativa ni moralmente, la existencia de lo divino, como tampoco su gobierno del mundo, ya que se trata de un saber inmediato, como lo es el sentir y el darse cuenta de la realidad del YO y del mundo. Tampoco es demostrable el primer principio de la filosofía, la intuición intelectual o autoconciencia, por ser aquello de lo que se parte para demostrar cualquier cosa.

Según Jacinto Rivera, lo divino no figura entre los conceptos del mundo, ya que no es un objeto más. Y la idea de un Dios creador del mundo, no nos hace conocer en lo más mínimo las leyes de la naturaleza. Y según Rivera, el amor es superior a toda razón, es incluso la fuente de la razón y la raíz de la realidad y, la única creadora de la vida y el tiempo; por lo que es preciso ser conscientes y distinguir lo verdaderamente real de lo ilusorio, donde el elemento de la vida verdadera es la racionalidad, porque nos proporciona una conciencia más clara y plena de la realidad, ya que sólo el que piensa, es capaz de captar adecuadamente el fundamento que explica la existencia.

Vivir verdaderamente significa pensar verdaderamente y, conocer la verdad, de la forma más elevada, eliminando los engaños. Y es Sócrates quién nos dice: “Una vida sin Examen no merece ser vivida”. Y para Spinoza, sólo el sabio, el que alcanza las ideas adecuadas, posee el máximo grado de libertad posible y, el verdadero gusto de ánimo. Por lo que conocer la verdad y actuar según ella, eso es lo que da valor y dignidad a la existencia humana.

El ser humano, comprende que él es esa vida divina manifestándose y se entrega a ella como instrumento y momento de la misma; pues esa misma entrega le conduce a su plena realización, que se cifra en la construcción de un estado justo, el desarrollo de la ciencia y del saber. En esto consiste la verdadera religión para Fichte, en captar que en el buen actuar de los hombres, no son éstos los que actúan, sino la vida divina en ellos.

La Realidad, sólo existe en tanto que es percibida o pensada por alguien. Podemos decir que se da un gran cambio en la concepción del mundo, cuando nos preguntamos: ¿Qué tienen en común las propuestas de la física cuántica, el estudio de la mente humana o las teorías sobre el impacto de la realidad virtual de la cultura?

Comprender el alcance de este cambio, no es fácil, cuando se está inmerso en él. Los orígenes de esta concepción del mundo, rechaza a la máquina como modelo para comprender el universo y el ser humano. Berkeley pensaba que si no hubiera observadores conscientes de los bosques, no habría bosques. Y por tratarse de realidades sensibles, podemos decir que su ser consiste siempre en ser captado, pensado o imaginado por alguien, por lo que su manera de existir consiste en ser percibido, por lo que para Berkeley: SER ES SER PERCIBIDO. Por lo que “La Existencia, es ser Percibido o percibir o querer, es decir, Actuar”, por lo que la teoría general que se expresa con ella, se le conoce como INMATERIALISMO.

Para Berkeley, la esencia de la Realidad Física es la Información y no la Materia, entendida ésta como masa inerte y disponible como recurso, para hacer con ella cualquier cosa. Para Berkeley, lo que llamamos “Realidad Física” o Sustancia Material, solamente puede existir en la medida en que es percibido o pensado mediante la mente; es decir, siendo objeto de una actividad mental. Por lo que los únicos agentes verdaderos que actúan en el universo sean sustancias inmateriales y, se puede decir que fue el primero en proponer una nueva teoría de la visión humana, según la cual la actividad creadora de la mente está involucrada en todos los actos de percepción visual, equivalente a decir que “VER” es ya una forma de “PENSAR” y, que la concepción del mundo determina la percepción sensible que se tiene de él.

La obra de Berkeley, implica un nuevo modo de entender el conocimiento humano distinto del habitual, tanto en la filosofía moderna como en la antigua, ya que el modelo tradicional considera que la mente, cuando funciona bien, obtiene una representación más o menos adecuada del mundo físico exterior. Sin embargo, para él, este enfoque “Representacionista” no es correcto y, lo que la mente obtiene del mundo físico cuando funciona bien, no es una representación sino el mundo físico mismo, sin abstracciones ni intermediarios; y en consecuencia, lo que la mayoría designa habitualmente con el término de Materia, no existe.

Corrientes de la filosofía actual, como son el Pragmatismo, cuya premisa es que sólo es real lo que funciona, es decir el mundo real y objetivo. La filosofía Analítica, basada en el estudio del lenguaje y el análisis lógico de los conceptos. La Fenomenología que relaciona entre sí, distintas observaciones empíricas de fenómenos. O bien, la Hermeneútica, que intenta explicar la universalización del fenómeno interpretativo, desde la historicidad concreta y personal. Todas ellas, encuentran en la obra de Berkeley, un precedente muy importante de interés. Pero se dice que Berkeley no negó, nunca, la realidad física de las cosas, ni sugirió que el mundo que muestran nuestros sentidos, fueran falsas.

Sin embargo, sus argumentos dejaron bastante estupefacta a la mayoría de los filósofos y científicos de su tiempo, que no pudieron anticipar cosas como la física cuántica o los Big Data, según Ignacio Quintanilla. Y pensaron que Berkeley buscaba llamar la atención con argumentos rebuscados o de dar la espalda al progreso científico de su época. Y para algunos, la teoría berkeliana de que sólo existen sucesos físicos para un observador, resulta y parece errónea algo que hay que evitar y, lo que nos puede pasar, si se fija demasiado en los contenidos inmediatos de la conciencia.

Junto con una drástica revisión de las nociones de “Existencia”, “Sensación” o “Realidad”, la versión fuerte del Inmaterialismo, según Quintaniya, implica revisar también los conceptos de “Naturaleza” y de “Lenguaje”. Asimismo, las tentativas actuales lejos de menoscabar el interés de su pensamiento, permiten contemplar el Inmaterialismo, como un gran programa de investigación que la ciencia y las humanidades actuales han retomado, en un nuevo contexto tecnológico. Donde la obra de Berkeley, amplía el horizonte de las nuevas formas de comprensión del mundo moderno y de la cultura.

Plotino, ha pasado a la historia por sus especulaciones acerca de un misterioso principio básico: EL UNO. Del que es más fácil decir que “No es lo que es” y, quién no mostró simpatía alguna hacia el cristianismo, como nos dice Oriol Pousati. Plotino fue mucho más que un neoplatónico, donde la determinación del UNO como esencia de la Realidad, debe ser considerada en consonancia con el esfuerzo griego permanente, de reunificar una realidad múltiple, perecedera, fragmentada; es decir, de encontrar aquello que reside en el fondo de todas las cosas. Y que por esto, antecede a todas las cosas, sin que pueda ser considerado ninguna cosa, ni resulte evidente ni visible a los ojos humanos, con lo que el UNO de Plotino se enmarca en la milenaria búsqueda filosófica griega. Y en la medida en que la filosofía de Plotino representa un intento de fundamentar una raíz común para la Realidad Física.

Una de las preguntas de mayor complejidad a la que debe dar respuesta, es cómo se lleva a cabo la transición entre el principio último, el UNO y, la Realidad inmediata en la que vive inmerso el ser humano. La Realidad Sensible, llevada a cabo mediante el desarrollo de una teoría metafísica de gran profundidad, que presupone a la Súper abundancia del UNO, la capacidad de verterse en nuevas realidades, sin perder en ese proceso ninguna de las características que le son propias. De esta forma, por emanación del UNO, aparecen lo inteligible, el alma del mundo y finalmente, la realidad sensible, reflejo de un mundo de formas perfectas alcanzables, en su versión original. Y sólo mediante la razón y de esta concepción de la realidad, depende cualquier teoría acerca del hombre o de la belleza. Por lo que el hombre debe, si quiere conquistar el UNO, alejarse de la materia y de la sensibilidad, según Punsati.

El cristianismo, nos dice Punsati, no es una filosofía. Y en la Biblia, no se encuentra algo consistente que pueda ser considerado un sistema filosófico. Pero no sólo el cristianismo aprendió de Plotino, sino también las tradiciones teológicas del Islam y del judaísmo que tuvieron la necesidad de orientar su mirada hacia la filosofía griega de Plotino. Y desde los humanistas, hasta los Idealistas, encontraron en Plotino una fuente de inspiración para desarrollar su propio pensamiento.

La filosofía de Plotino, busca encontrar aquello que todas las cosas tienen en común y que a su vez, no puede ser, sin más, una cosa más. Y es lo que él llamaba, el UNO, la esencia última de la realidad, de lo que todo parte y a lo que todo regresa. La filosofía de Plotino plantea una realidad jerarquizada, donde el UNO es el principio de todas las cosas, aquello que se dice que de él deriva toda la pluralidad de los seres, incluido el hombre, cuyo único anhelo ha de ser retornar, mediante la purificación y la virtud, a ese principio supremo.

Estamos viviendo un hecho histórico imparable, donde cada vez la gente cree menos en las instituciones religiosas y más en contacto con su dimensión espiritual. Y esto se debe a que se está democratizando la sabiduría, provocando que nos adentremos en la filosofía oriental. Con lo que se está produciendo un profundo cambio en nuestra manera de concebirnos a nosotros mismos y, de relacionarnos con la vida. Donde todas las personas comparten una misma vivencia: la de que no sucede nada de lo que queremos, sino lo que necesitamos, para poder aprender y evolucionar espiritualmente. Y de ahí, que Borja Vilaseca nos dice que las Casualidades no Existen, por lo que necesitamos liberarnos de la “Pecera Mental” en la que nuestra mente sigue encerrada para poder sentirnos nuevamente unidos y conectados con la vida, recuperando la alegría innata que nos provoca el simple hecho de estar vivos y que según el proverbio Sioux; “La religión es para quiénes tienen miedo de ir al infierno, mientras que la espiritualidad es para quiénes ya hemos estado en el infierno”

La iglesia católica emplea la recompensa y el castigo para influir en nuestro comportamiento, ya que por un lado, nos ofrece premios e incentivos en el más allá para portarnos como buenos samaritanos en el más acá; pero por otro lado, nos amenaza con penas y sanciones divinas para evitar que caigamos en la tentación y actuemos como pecadores. Así es como el judeocristianismo nos ha inculcado un punto de vista subjetivo, acerca de cómo deben de ser las cosas.

La conciencia es todo lo que hay, nos dice Tom Nader, por lo que los físicos ahora suponen que todos estos campos de energía y fuerza, emergen de un campo unificado, donde el estudio en física de las partículas más pequeñas o constituyentes de la materia, reveló un nivel cuántico que tiene “Aleatoriedad, incertidumbre y No Localidad”. Donde los constituyentes últimos de la materia, no están localizados en el tiempo y el espacio y los conceptos clásicos de materia, energía, tiempo y espacio no se mantienen en las pequeñas escalas cuánticas, por lo que las fuentes de la materia es, por lo tanto, no material.

Por lo que ya, el conocimiento antiguo de los Vedas, de la India, afirmaba que “La fuente de todo lo físico y material, es un campo de conciencia”. Y así muchos filósofos, pensadores y científicos a lo largo de la historia y en los últimos tiempos, postulan conceptos similares. Y así, basados en los resultados teóricos, así como de los prácticos de investigación aplicada, se han convencido de que “La Conciencia”, es la base no sólo de los aspectos mentales y espirituales de la vida, sino también de todo lo que llamamos materia y energía. Revirtiendo la consideración sobre cómo la materia conduce o “Crea” la Conciencia, al afirmar que es la Conciencia la que crea la materia o más bien, que es la conciencia la que aparece como materia. Proponiéndose que la conciencia es todo lo que hay. Un tipo de Monismo o, un Idealismo Monista, donde la Conciencia, es todo lo que hay y, no hay nada fuera de la misma.

La filosofía moderna a partir de Descartes, toma como puntos de partida la propia mente y, se basa en los datos que resultan evidentes para cada uno de nosotros. Lo que significa que se basa en una experiencia, pero por ello mismo, es individual y subjetiva. Y el carácter objetivo y universal de esta experiencia, sólo puede fundamentarse en una argumentación mediante algún tipo de razonamiento lógico, no siempre sencillo. Y desde entonces, los grandes pensadores han tenido que enfrentarse a este problema.

La idea, de un “orden completo”, no se circunscribe, a las leyes, que rigen los fenómenos naturales; ya que nos encontramos con ella, donde quiera, que en lo múltiple y lo diverso, se manifiesta una determinada ley, a la que se ajusta la unidad estructural de las cosas. Hay un orden y una ley, donde quiera que diferentes sujetos se agrupen, en un “Mundo Común” y, lo comparten en el pensamiento.

Para el maestro Indú Maharishi, su enseñanza era la de que la “Conciencia era primaria y no sólo un producto del cerebro humano”, ya que sin conciencia no hay cuestionamiento, no hay elección, no hay libertad, no hay responsabilidad y tampoco habría sueños, sentimientos, esperanzas, deseos, dolor o alegría. La conciencia es la pantalla indispensable, que expresa y sustenta e incluso da forma a todo conocimiento y experiencia.
LA VERDADERA REALIDAD

La investigación en psicología, ha mostrado que la mente humana tiene dos maneras primordiales de pensar y decidir: una que es rápida e intuitiva y otra lenta y deliberada. Son dos formas de pensamiento que proporcionan las herramientas que nos permiten analizar las situaciones y los problemas de gran complejidad, por lo que es primordial que sepamos cómo funciona nuestra mente: saber cómo pensamos y razonamos, para poder comprendernos mejor a nosotros mismos y a nuestros semejantes. Sin embargo, para vivir con una mente 100% analítica, nos dice Pablo Fernández, podría convertirse en un gran fracaso, por ser muy lentos y poco eficaces. Nuestra mente necesita no quedar abrumada por la riqueza de manifestaciones del ambiente a su alrededor y es por eso, que nuestra mente construye una versión limitada de la realidad, que le permite pasar de inmediato a la acción, sin importar que en muchas ocasiones nos tengamos que equivocar. Es un sistema que se encarga de tomar miles de decisiones de forma rápida, con poco esfuerzo y gasto mental, pero con mayor riesgo de error y de tomar decisiones equivocadas. Una decisión racional requiere la integración apropiada de ambos pensamientos, pasando de una visión tradicional que presupone que somos lógicos y racionales, a descubrir que nuestros razonamientos están repletos de sesgos irracionales.

Rene Descartes nos dice: ¿Qué soy pues? Una persona que piensa. ¿Qué es una persona que piensa? Es una cosa que duda, concibe, afirma, niega, quiere, no quiere y también, imagina y siente. De forma práctica se distinguen cinco clases de pensamiento, como son la de Asociación, que no tiene metas. La de Cálculo, que tiene una meta y es determinista; la de Creatividad, que tiene una meta que no es determinista y, no necesita un punto de partida concreto. La de Deducción, que tiene una meta que no es determinista y necesita de un punto de partida concreto y, no incrementa la información semántica. La de Inducción, que tiene una meta que no es determinista y necesita un punto de partida concreto e incrementa la información semántica.

La “Teoría del Conocimiento”, es una doctrina filosófica que quiere decir amor a la sabiduría o, deseo de saber; donde grandes filósofos dedicaron gran parte de su vida a reflexionar sobre este tema, que determina la relación entre el hombre y el universo que lo rodea. Donde el hombre al observar el curso de los astros y la sucesión del día y la noche, descubrió un orden que lo encaminó a la reflexión y, le reveló que la “Realidad” se encuentra sujeta a leyes determinadas e inmutables. Y le permitió encontrar un orden más próximo, como es el de su propio mundo, que supeditado a las reglas del universo físico y moral, creó mitos. Pero pronto “sus dudas” le exigieron métodos para resolverlas y así fue cómo surgió la filosofía.

Cassirer, propone que el pensamiento simbólico de las matemáticas, constituyen la esencia de los seres humanos y de un esfuerzo progresivo por conocer y comprender nuestro entorno. La filosofía, según A. Rand, es una disciplina que aborda las cuestiones más importantes de la vida humana, como la de ¿Cómo queremos que sea el mundo donde vivimos? Y, ¿Cómo podemos distinguir el conocimiento del engaño? ¿Qué es bueno y qué es malo?

Encara la raíz de algunas de sus principales preocupaciones, como es el poder para cambiar las cosas y la distinción entre el egoísmo racional y el ego caprichoso. Rand, nos dice que un detective filosófico debe recordar que todo conocimiento humano tiene una estructura jerárquica y, que debe aprender a distinguir “Lo Fundamental de lo Secundario”. Y al juzgar un sistema, debe mirar ante todo a sus fundamentos. En filosofía, dichos fundamentos son la Metafísica y la Epistemología. Y el error del lego, es la tendencia a aceptar las consecuencias e ignorar las causas, aceptando el resultado final como lo dado y considerarlo como evidente. Pero debes recordar que nada es evidente, excepto la percepción sensorial, por lo que debes examinar tus propias convicciones y preguntarte: ¿Es esto una primaria irreductible? Y si no lo es, ¿de qué depende?, hasta llegar a una primaria irreductible. Este proceso te llevará al campo de la metafísica y la epistemología y descubrirás de qué forma todos los aspectos del conocimiento dependen de ese campo y, cómo se sustentan o vienen abajo con él.

El verdadero viaje del descubrimiento, no consiste en buscar pasajes nuevos, sino en mirar con nuevos ojos, nos dice Marcel Proust. Y agrega Conan Doyle, que una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad. ¡Qué combinaciones de conceptos lo absurdo sabe con maña forjar! ¿Quién tiene la mitad de sus fuerza para tomar por asalto la fortaleza de la verdad? Nos pregunta James Maswell. Nada más mira en lo que nos hemos convertido. Todo está al revés, todo está de cabeza: La religión destruye la espiritualidad, los médicos destruyen la salud y los gobiernos destruyen la libertad.

Lo que se entiende hoy por filosofía y lo que es un verdadero filósofo, está lejos de lo que significa pensar libremente, con espíritu crítico y reflexivo, capaz de crear y de ampliar un conocimiento que no se apegue a ninguna doctrina o escuela filosófica. Nietzche nos dice: El futuro me pertenece, quiero ser parte de los pensadores libres que tienen en algún momento que surgir en la historia del pensamiento. Personas como yo hemos nacido para otras generaciones, para los que algún día se hagan cargo de forma seria y responsable de lo que significa saber pensar. Donde para poder soportar mi seriedad, mi pasión, mis exigencias, hay que ser honesto hasta el extremo de las cosas del espíritu, poseer una integridad intelectual sin límites.

Pero lo importante es comprender que existen niveles de la realidad, que aún no han sido explorados ni experimentados, sobre los cuales en el mejor de los casos, tan sólo se pueden elaborar teorías. Pero la teoría no es lo mismo que la experiencia y, más vale dejar las cosas de ese modo en vez de tratar de forzarse por llegar a una conclusión definitiva, ya que el camino a seguir exige aquello que la mayoría de la gente está menos dispuesta a dar.

Aunque es cierto que la ciencia debe ocuparse de las causas y los efectos en las aplicaciones prácticas, también es verdad que en la física, la antigua idea de la causa y el efecto ha sido eliminada, lo cual significa que las cosas no siempre funcionan de la forma que se supone que lo harán, basando el resultado en los precedentes. Desde el punto de vista científico, ya no se sostiene que las cosas estén predeterminadas u ordenadas de antemano, por anticipado.

Y hasta que una persona haya demostrado la verdad tan rotundamente que nunca más su convicción al respecto pueda ser medida, no debe hablar demasiado con otros sobre su creencia, ya que la reacción consciente y subjetiva de sus dudas, podrían confundirlo, a menos que sumamente ya esté tan firme en el entendimiento y en la fe, que permanezca calmada en medio del humo de la confusión y la duda. Recuerda que la inteligencia argumenta, pero el Espíritu sabe y, mientras que el intelecto examina, el Espíritu no tiene opiniones, según Ernest Holmes.

Para Johannes Kepler: “El principal objetivo de todas las investigaciones del mundo, debe ser la de descubrir el orden racional que Dios ha impuesto en él y que nos reveló en el lenguaje de las matemáticas. Y que según Czelaw Milosz: “El verdadero opio del pueblo es la creencia en que no hay nada después de la muerte, donde el inmenso consuelo que supone pensar que nadie nos va a juzgar por nuestras traiciones, nuestra codicia, nuestra cobardía, nuestros asesinatos. Pero para Stephen Hawking: La religión, es un cuento de hadas para las personas que tienen miedo a la oscuridad y, mientras Newton consideraba la ley de la gravedad como una de las evidencias de la genialidad de Dios cuando diseñó el universo, mientras que Hawking presentaba la gravedad como su motivo principal para negar la existencia de Dios.

Sin embargo, la ley de la gravedad, nos dice Lennox, no nos dice lo que es realmente la gravedad, sólo cómo funciona. E incluso la ciencia raras veces está completa y debemos insistir, por más evidente y claro que pueda parecer, en que el conocimiento aislado obtenido por especialistas en un campo limitado del saber, carece en sí de todo valor. Y su único valor posible radica en su integración con el resto del saber. Y, en la medida en que nos ayuda a responder a la más acuciante de las preguntas: ¿Quién soy yo?, según Daniel Goleman.

Para Pam Grout, existe una fuerza o campo de energía invisible con posibilidades infinitas; y de nuestra conexión con dicho campo, se generará todo lo que deseamos, ya que los pensamientos y la conciencia influyen en la materia. El universo es vasto y muy complaciente; la energía, el poder y los milagros están aquí y ahora, según Grout. El mundo energético, ese mundo que no puedes ver, tocar, saborear u oler, es la base sobre la que descansa todo lo demás y, es el pilar que forma todo lo demás. Nos dice Melisa Joy: La realidad está disponible para quién quiera tomarla y, el propósito de la vida es abordarla con euforia y alegría. Y según Grout, si la magia no es algo que te sucede a diario y si no despiertas todos los días con una sensación de pasión y regocijo, estás viviendo en una película de terror que tú mismo creaste.

Según la versión científica tradicional, somos sólo observadores pasivos, viviendo en un universo sobre el que tenemos muy poca influencia. Sin embargo, los últimos descubrimientos de la física nos ofrecen una visión muy distinta, ya que no estamos en absoluto separados del mundo que nos rodea, ni tampoco somos meros observadores pasivos de la realidad. Si nuestras percepciones limitadas crean una estructura energética limitada que niega la sustancia inagotable en que vivimos, terminamos con una realidad pequeña y mayormente temible. Y debido a que nos identificamos tan profundamente con esta realidad limitada, nos parece muy real y con toda seguridad no reconocemos que es nuestra obra.

La negatividad disfrazada de realidad, se ha vuelto un constructo que es invisible para nosotros. Y es John Wheeler, el que nos dice que ya no podemos considerarnos como simples espectadores que no tienen efecto sobre el mundo que observamos, ya que el mero acto de observación es un acto de creación.

Ya ha transcurrido más de un siglo desde que esta nueva realidad cuántica existe y no hemos cedido en nuestro modo de pensar. Y en su lugar, invertimos nuestros pensamientos en la victimización de la realidad, sin saber que nuestros pensamientos son terriblemente poderosos, ya que es imposible que veamos cualquier cosa sin tener un impacto sobre ésta. Y lo que sabemos, es que todo lo que pensamos que es el mundo objetivo, “Que está allá afuera”, no es más que el reflejo de lo que existe aquí, y con aquí, se refiere a la Conciencia, que es la que ejerce la observación.

Nuestra experiencia de la conciencia está tan intrínsecamente ligada a quiénes somos, que rara vez nos percatamos del misterio que encierra. Y puesto que la conciencia es la experiencia misma, no es de extrañar que se nos pase por alto la profundidad de su existencia y que tenemos presente ante nosotros a cada instante. Eludimos por completo su misterio, como si su existencia fuese una obviedad o el resultado inevitable de la complejidad de la vida. Reflexionar sobre la conciencia es estar movidos por nuestra ávida curiosidad por descubrir algo sobre nosotros mismos y, sobre el mundo que nos rodea.

Nuestra existencia en el mundo es algo que damos por sentado. Sin embargo, el simple hecho de que la conciencia exista, plantea profundas interrogantes: ¿Por qué en el universo, determinados conjuntos de materia habrían de estar dotados de conciencia? ¿De dónde procede nuestra capacidad para reflexionar sobre esta cuestión? ¿Dónde reside y qué origina su aparición? ¿Podría tratarse de una ilusión o, es una propiedad universal de toda la materia?, se pregunta Annaka Harris. Y el mero hecho de indagar en este tema, hace surgir cuestiones ineludibles. Annaka nos ofrece una interesante reflexión sobre el Yo, el libre albedrío y la experiencia sentida con argumentos que desafían toda lógica y modifican nuestra visión de la conciencia.

Se dice que Albert Einstein contribuyó mucho a la percepción y profundización de la filosofía de la ciencia, encaminando el pensamiento científico hacia campos antes dominados por la filosofía y la teología, promoviendo la búsqueda de las verdades y los misterios del universo a través de la ciencia. Para Einstein, nos encontramos visitando brevemente la Tierra y no sabemos con que objetivo. Por lo que una existencia exterior sin ninguna pretensión, sencilla y modesta, es, en cuerpo y alma, muy buena para todas las personas. Donde los hombres actuamos por necesidades de nuestro interior y bajo presiones externas.

A lo que Schopenhauer apunta a que “Una persona puede hacer lo que quiere, pero no puede querer lo que quiere”, lo que ayuda, según Einstein, a no tomarnos muy en serio, ni a uno mismo ni a los demás, de manera que veamos siempre la vida con humor y alivio. Ya que desde un punto de vista objetivo, no tiene ningún sentido preocuparse por el sentido de la vida propia o ajena. Con lo que jamás hay que pensar que la felicidad o la satisfacción fueran fines absolutos y completamente necesarios. En cambio la verdad, la belleza y la bondad, deben ser los ideales que iluminen la existencia

Una hipótesis acerca del mundo es científica, no cuando está justificada por un gran de hechos ya conocidos, sino cuando algún hecho no conocido podría llegar a contradecirla. Según Popper, para que una teoría sea científica, ha de ser posible falsearla. La ciencia vista como un sistema de hipótesis, no es otra cosa que la menos mala de las conjeturas humanas acerca del mundo, donde cabe señalar y destacar su defensa de la Representatividad o Falsabilidad, como criterio de demarcación entre ciencia y pseudociencia, que nos dice que una hipótesis es científica cuando permite ser negada por la experiencia.

Todo esto en contra de la filosofía del Circulo de Viena, que defendían la bondad del Inductivismo, como método científico y, la función puramente auxiliar de la filosofía, restringida al análisis lógico del conocimiento. La filosofía de Popper, se resume en que no podemos justificar las creencias sobre cómo son o, cómo deben ser las cosas, por mucho que recurramos al razonamiento más claro y a la experiencia más fiable. Pero sí podemos utilizar razonamiento y experiencia, con el fin de criticar las creencias ya que no es posible evitar los errores, pero es obligatorio aprender de ellos. En cambio, el determinismo nos dice que todo acontece de forma necesaria y de que no podía haber acontecido de otra manera.

La hipótesis, ha de estar presente antes que la observación, donde la ciencia no está cimentada sobre roca, y por el contrario, podríamos decir que la atrevida estructura de sus teorías se eleva sobre un terreno pantanoso. Popper proponía el Racionalismo Crítico, que consiste en identificar problemas, proponer soluciones que los resuelvan, examinar críticamente todas ellas y quedarse con la menos mala a modo de conjetura. Y argumenta que estamos en un mundo indeterminista y abierto y, de que la libertad no se reduce al azar, sino que es resultado de una sutil interrelación, entre algo aleatorio y un control selectivo.

La filosofía de Popper, puede sintetizarse en la búsqueda continua de una verdad que no creía alcanzable en su dimensión absoluta, pero sí de un modo razonablemente adecuado para mejorar las condiciones materiales de vida de la humanidad. Un planteamiento de moderado optimismo, ajeno al apasionamiento en el fondo de todos los dogmatismos, como señala Julio Ostalé.

Hegel, redefinió la tarea del filósofo y propuso que la filosofía fuese otra vez la reina de las ciencias, construyendo un sistema que pretendía dar razón de todos los saberes y todas las formas de cultura. En esa construcción sistémica, todos los aspectos de la realidad reciben su explicación, desde la ciencia hasta el arte. La religión o el derecho y tanto la física, la química y el mundo natural como la historia y el mundo de las instituciones, la familia, economía y las leyes, nada escapa a la pretensión Hegeliana, nos dice Sergio Mas y, de convertir cualquier aspecto de nuestro mundo en un aspecto de la razón y como tal, en una parte de su sistema.

Kant, había escrito sobre los límites de la razón, una invitación al reconocimiento de las fronteras del entendimiento humano y que el hombre no podía traspasar. Sin embargo, para Hegel la razón no tiene márgenes de constricción si se sitúa en el punto de vista del Absoluto, que es ilimitado, donde la razón, cuando se limita a ser humana, deja de ser parte de la Razón Universal y se convierte en mero entendimiento, que es un pensamiento finito. Pero si somos capaces de superar nuestra perspectiva parcial, podemos elevarnos a la panorámica que el propio Dios tiene de la Realidad y, conocer la realidad requiere pensar de manera distinta de la tradicional, que Hegel denomino “Dialéctica”, lo que requiere no quedarse en la superficie de las cosas, sino ver su estructura lógica profunda, que es dinámica, nos dice Sergio Más. Y situar cada aspecto de la Realidad en relación con el resto, pretendiendo tener presente la parte y el Todo, el presente y el pasado.

A partir de la sospecha de que la verdadera realidad no era la que conocíamos con los sentidos, por lo que más bien se trataba de conocer la Realidad Superior y eso, significaba saber cómo es realmente el mundo, no como parece ser ante nuestra sensibilidad. La distinción entre lo que parece y lo que es, entre nuestras opiniones que son cambiantes y subjetivas. Y la verdad y la razón en su sentido absoluto, no es algo que esté en el cielo esperando a ser descubierto, sino que está mezclada con la sinrazón, con lo irrelevante; y el trabajo del filósofo consiste en aprender a mirar esta realidad cotidiana con nuevos ojos, para ver qué hay de racional en ella y, apreciarse cuáles son los aspectos irrelevantes y cambiantes de esa realidad que nos envuelve y, cuáles pertenecen por el contrario, al ámbito de lo eternamente verdadero.

Edmund Husserl, creó una de las corrientes filosóficas más fecundas de todo el siglo XX, LA FENOMENOLOGÍA, donde refundó el pensamiento y el modo de concebir y experimentar el mundo y el Ser. E introdujo en la filosofía nuevos fundamentos como la intencionalidad, la reducción trascendental y el principio de ir a las cosas mismas, en vez de construir teorías desconectadas de las vivencias, que generó todo un movimiento y marcó poderosamente a muchos de los grandes pensadores contemporáneos como Heidegger, Sartre, Merleau-Ponty y Levinas.

Las cuestiones filosóficas conciernen a todo el mundo, pero no todo el mundo se convierte en filósofo, ya que la mayor parte de los adultos ve el mundo como algo muy normal. En cambio, un filósofo jamás ha sabido habituarse del todo al mundo, nos dice Jostein Gaarder, ya que para ellos el mundo sigue siendo algo desmesurado incluso algo enigmático y misterioso. Los filósofos opinan que el ser humano no vive sólo de pan, necesitamos encontrar una respuesta a quiénes somos y porqué vivimos, con lo que podemos ver que resulta más fácil hacerse preguntas filosóficas que contestarlas. Al ser humano que le parece tan extraño existir, que las preguntas filosóficas surgen por sí solas. Pensamos que participamos en algo misterioso y nos gustaría develar ese misterio.

En todas partes, la gente se interesa sólo de cosas más o menos fortuitas, pero ¿Por qué no habla de lo que es el ser humano o, de lo que es el mundo y de cuál fue su origen? ¿Existe algo que concierne a todos los seres humanos, independientemente de quiénes seamos o en qué parte del mundo vivamos? Según Goethe, “El que no sabe llevar su contabilidad por espacio de tres mil años, se queda como un ignorante en la oscuridad y sólo vive al día. Pero lo único que necesitamos para convertirnos en buenos filósofos, es la capacidad de asombro.

Los problemas de la filosofía son siempre profundos y a menudo difíciles, pero siempre importan. Para decidir qué deberíamos hacer, en vez de qué podemos hacer, tenemos que recurrir a la filosofía, ya que por lo general nos aportan claridad y comprensión a asuntos que nos incumben a todos. Y Soren Kierkegaard, quién dice que hay dos maneras de engañarse: La primera consiste en creer lo que no es verdad y la segunda, en negarse a creer lo que es verdad.

La mayoría de los filósofos de la ciencia, creen que los problemas de la filosofía de la ciencia pueden ser resueltos. Un enfoque empírico parece constituir un rumbo mejor, como nos dice Ernst Mayr. Esta posibilidad debe encararse si uno planea desarrollar una filosofía de la biología. El enfoque tradicional se basa en el supuesto de que la biología es una ciencia similar de las ciencias físicas, lo que origina la cuestión de si no debiera escoger un enfoque diferente para construir la filosofía de la biología, lo que requiere analizar profundamente el marco conceptual de la biología y, compararlo con el de la física.

Donde para Mayr, la filosofía tradicional de la ciencia tiene poco que ver con la biología, sintiéndose desilusionado de que la filosofía tradicional estaba íntegramente basada en la lógica, la matemática y las ciencias físicas y de que había adoptado las conclusiones de Descartes, de que un organismo no es una máquina. Y tampoco encontró la respuesta en Driesch y Bergson autores “Vitalistas”, la filosofía basada en fuerzas oscuras y, tampoco quería convertirse en un “Teleologista” como Kant.

Por lo que pensó, que los nuevos conceptos y principios de las ramas más teóricas de la biología, podrían constituir un buen punto de partida para una genuina filosofía de la biología y demostrar ser una ciencia genuina y autentica. La biología posee ciertas características que no se encuentran en otras ciencias, por lo que se le puede llamar una ciencia autónoma. Donde una importante creencia para los físicos, era de que un fenómeno tenía que ser reducido a sus más pequeños componentes para llegar a una explicación completa.

Lo que significaba que una explicación sólo se podía lograr en el más bajo nivel de organización, lo que para la biología resultaba inoperante, ya que en los niveles más bajos de organización se trataba exclusivamente de fenómenos físicos. Y una reducción tal, no tan sólo no es necesaria sino que es en realidad imposible, por lo que el apoyo al “Reduccionismo” es el resultado de una confusión; con lo que es el “Análisis”, la metodología importante en el estudio de los sistemas complejos, en tanto el reduccionismo está basado en suposiciones no válidas, por lo que debería ser eliminada por completo de lo que son las ciencias.

La importancia del darwinismo para la filosofía de la biología es tan grande, que cualquier análisis renovado al respecto debería ser bienvenido, sobre todo que su paradigma evolutivo se halla integrado por cinco teorías independientes entre sí y, la validez de cada una, es independiente de la validez de las otras. Por lo que ahora se considera a la “Selección Natural” más como un proceso de eliminación no aleatoria que de “Selección Positiva”, lo que puede facilitar la supervivencia de más y más variantes divergentes.

Es extraordinario como ha cambiado la biología en los últimos años y el filósofo está profundamente interesado en la naturaleza de esos cambios. Y cualquiera que sea la rama de la biología, es preciso trabajar con la Especies, ya que las especies constituyen la “Unidad Principal”, con la que se trabaja en la Biogeografía, taxonomía y en todas las ramas comparativas de la biología y, en la consideración de que la Evolución constituye y se caracteriza por el cambio irreversible en el nivel de especie.

Aunque no comprendemos cuál es exactamente nuestro papel en la creación, los experimentos de la física cuántica muestran claramente que la conciencia tiene un efecto directo sobre las partículas más elementales de la creación; y somos nosotros la fuente de esa conciencia, que según John Wheeler, no podríamos ni siquiera imaginar un universo que no contuviera observadores en alguna parte o durante algún período de tiempo, porque estos actos de observación-participación constituyen los materiales de construcción de lo que está hecho el universo. Donde el punto central de la mecánica cuántica es cuando afirma que “Ningún fenómeno elemental es un fenómeno hasta que es observado”.

Si la filosofía socrático-platónica puede caracterizarse como una concepción del espíritu, deberá decirse de Aristóteles que su filosofía post aristotélica con los Estoicos y los Epicúreos”, torna a ser reflexión del espíritu sobre sí mismo. Sin embargo, la concepción Socrática-platónica sufre un empequeñecimiento, ya que sólo las cuestiones prácticas entran dentro de la conciencia filosófica, nos dice Hessen. Pero para Cicerón, la filosofía se presenta como la “Maestra de la Vida”, “La inventora de las leyes” y la guía de toda verdad, con lo que se convierte en una filosofía de la vida.

Con la Edad Moderna, regresamos a las concepciones Aristotélicas, donde los Sistemas de Descartes, Spinoza y Leibniz revelan el conocimiento del mundo objetivo. La filosofía se revela así de un modo de expresión de una concepción del Universo, pero con Kant, sucede lo contrario y se revive lo platónico y toma de nuevo el carácter de la “Autoreflexión” y de la “Autoconcepción del espíritu”, presentado como “Teoría del Conocimiento” o, cómo crítica del Conocimiento científico. Y no se limita tan solo a lo teórico, sino que llega a una fundamentación crítica de las restantes esferas de valor, según Hessen.

Con Kant, se presenta la filosofía como una reflexión del hombre culto sobre su conducta valorativa. Los científicos se consideran la voz de la razón, ya que creen que luchan por hacer retroceder la marea de la ignorancia y la superstición, que ha esclavizado a la humanidad desde sus inicios, considerando que la ciencia es una fuerza imparable de progreso humano, que ofrecerá respuestas para nuestras numerosas preguntas sobre el universo. Y resolverá muchos de nuestros problemas, como son las enfermedades, la energía, la contaminación, la pobreza y de que en algún momento del futuro, podrá explicarlo todo y responder a todas nuestras necesidades. Y de que incluso es posible de proporcionar respuesta a nuestras grandes preguntas sobre la vida, como las de: ¿De dónde venimos? ¿Por qué estamos aquí? Y ¿Qué sentido tiene nuestra existencia?

Cuando miramos el estado actual en el que se encuentra la humanidad, difícil no preguntarse: ¿Por qué hay tanta guerra, hambre y pobreza? ¿Por qué reina la violencia y la destrucción? ¿Por qué en general las relaciones humanas son tan conflictivas? Y ¿Por qué hay tanto sufrimiento en el mundo? Desde una perspectiva cristiana, todos estos síntomas proceden de una misma causa, nos dice Borja Vilaseca: “El pecado original”. Por lo que según la Biblia, el origen de nuestra corrupción como especie comenzó en el Jardín del Edén. De ahí que para el cristianismo todos seamos “Pecadores”.

Antes de nacer, todos y cada uno de nosotros vivimos dentro del útero materno donde nos sentimos fusionados y conectados. Sentimiento conocido como, “Estado Oceánico” y que se caracteriza por la sensación de ser “Uno con el Todo”. Y mientras estamos en el útero no tenemos la sensación y la noción de un ser separado y, no distinguimos entre nuestra madre y nosotros, sino por el contrario, nos inunda un sentimiento de inmensidad sin barreras. No hay ningún tipo de separación y nos sentimos unidos con la vida,

El Universo puede verse como un desastre caótico de partículas interactuando y, fuerzas físicas que conducen al orden por el ensayo y error. Y así surgen la legalidad, las costumbres y las tradiciones, pero también existe una competencia por la supervivencia del más apto, del más informado, del más consciente y alerta.

En el siglo XIX revive lo aristotélico con el “idealismo alemán”, con Schelling. Y Hegel, se manifiesta un movimiento contrario y exclusivista, movimiento que lleva a una completa desvalorización de la filosofía como se da en el “Materialismo y el positivismo”

Los creyentes tienen poca tolerancia al conocimiento alterable y prefieren verdades de Fe estables, aún si esas verdades son contrarias a la preponderancia de evidencia física, ya que el escepticismo sólo ofrece incertidumbre y duda. Y la ciencia en ocasiones es arrogante, ciega al misterio circundante que anima al conocimiento y se basa en nuestra habilidad para imaginar lo que no podemos ver, dando por sentado que existe un mundo real “Allá Afuera” y que se puede representar, si bien en forma imperfecta en el mundo de las ideas. Y sea lo que sea lo que está allá afuera, la construcción científica intenta eliminar el elemento humano de la ecuación de idea y realidad

Pero tanto el escéptico como el creyente, usan mapas inventados del mundo, pero ninguna prueba científica puede probar nada con certeza y la invalidez de un milagro no se prueba, según Raymo, al demostrase que es inconsistente con las leyes de la naturaleza. Tal es la naturaleza de los milagros que violan las leyes de la naturaleza y donde la ciencia actúa encontrando patrones consistentes con la naturaleza. En cambio los milagros, son eventos únicos por definición, no son algo imposible, sino que no existen evidencias confiables de que éstos se manifiesten. Por lo que para Paul Davies, Invocar a Dios como una explicación global de lo inexplicado, es hacer que Dios sea amigo de la ignorancia. Para encontrar a Dios, seguramente hay que buscarlo en lo que descubrimos del mundo, no en lo que dejamos de descubrir.

Por otro lado en “El bando de Dios” observan la complejidad y la maravilla de este universo, increíblemente rico y diverso y, les parece evidente que hay una mente maravillosa detrás de nuestro sorprendente mundo. Extrañando de que pueda haber personas que no vean las cosas de la misma manera.

A menudo, las dudas no expresadas son lo que impide a muchas personas tratar el tema con pensamientos serios, donde la concepción del Dios que explica lo que ignoramos, ya no funciona. Por lo que hay que desenredar las numerosas conjeturas, mal entendidas y medias verdades que la gente ha absorbido, sin aplicarles un pensamiento crítico. Y aunque es cierto que la ciencia debe ocuparse de las causas y los efectos en las aplicaciones prácticas, también es verdad que en la física, la antigua idea de la causa y el efecto ha sido eliminada, lo cual significa que las cosas no siempre funcionan de la forma que se supone que lo harán, basando el resultado en los precedentes. Y desde el punto de vista científico, ya no se sostiene que las cosas estén predeterminadas u ordenadas por anticipado.

UN UNIVERSO VASTO Y COMPLACIENTE

El universo es un lugar extraño. Así, a un bebé recién nacido, se le presenta como un revoltijo de impresiones desconcertantes y mientras les pone un orden, aprende a distinguir los mensajes que provienen de su mundo interior y los que le llegan desde un mundo exterior. Aprende a reconocer patrones estables en su percepción, que a diferencia de su cuerpo, no responden de manera fiable a sus pensamientos y, los organiza como objetos, notando que esos objetos son un tanto predecibles. El mundo físico, por supuesto presenta muchas facetas. Y donde las mejores soluciones, se descubren, comparten y acumulan de generación en generación. Generaron métodos y actitudes que condujeron y proporcionaron modelos claros para futuras exploraciones, que llamaron Revolución Científica. Con la cual podíamos tener más poder, ver más cosas y manejar nuestros asuntos de manera más fiable. Fue un cambio de actitud, una mayor ambición y una nueva confianza, según Wilczek.

El método de Kepler, Galileo y Newton, respeta los hechos y aprende de la naturaleza con el uso sistemático lo que uno cree haber aprendido, para aplicarlo a todo lo que pueda, incluso a situaciones más allá de la evidencia original. Y si funciona descubrimos algo útil, si no aprendemos algo importante, donde el conservadurismo nos pide que aprendamos de la naturaleza y respetemos los hechos y estos, son los aspecto claves de lo que conocemos como Método Científico.

La creencia en que existía un vínculo directo entre la vida humana y los ritmos cósmicos, motivo a realizar observaciones precisas, profundas, pero erróneas, donde Galileo, cuyos estudios se reduce a poner números a tiempos y posiciones, pueden parecer del todo inapropiados para abordar grandes preguntas sobre cómo funciona el mundo. Con lo que Galileo deseaba comprender algo de forma precisa, en lugar de entenderlo todo de forma vaga.

Newton demostró que se podían abordar grandes preguntas erigiendo una teoría a partir de una comprensión detallada de casos simples, calificado como método de Análisis y Síntesis. El método de análisis consiste en realizar experimentos y observaciones y extraer de ellos conclusiones generales, mediante inducción y en general, de los efectos a sus causas y de unas causas particulares a otras más generales, hasta que la argumentación acaba en la más general. Y es mejor hacer un poco con certeza y dejar el resto para después. Ya nunca más entenderemos la naturaleza tan bien como la entendieron los filósofos griegos, ya que sabemos demasiado, nos dice Pierce.

El mundo es grande, pero nosotros no somos pequeños, nos dice Wilczek, por lo que es más acertado decir que hay una gran abundancia de espacio tanto si miramos hacia fuera, como si miramos hacia dentro. Por lo que el lamento de Pascal es el de que: El universo me comprende y devora como un punto, pero por el pensamiento, yo lo comprendo. Cuando medimos una distancia, debemos considerar con mucho detenimiento qué estamos midiendo y cómo, ya que las mediciones reales llevan tiempo y las cosas se mueven en el tiempo, de modo que lo que de verdad medimos son separaciones entre eventos, y los eventos están localizados tanto en el tiempo como en el espacio y su geometría debe construirse dentro de ese marco más general, es decir el espacio-tiempo y no sólo el espacio, por lo que la geometría del espacio-tiempo puede curvarse por influencia de la materia o, de ondas de distorsión, como nos dice Einstein.

La conclusión más fundamental, es que encontramos el mismo tipo de material por todos lados y, en todos lados se aplican las mismas leyes. Y de que la materia está organizada en una jerarquía de estructuras y en todas las direcciones y a todas las distancias, medimos más o menos la misma densidad de galaxias. Se encuentran los mismos tipos de sustancia, organizada de las mismas formas y distribuidos de manera uniforme por el universo visible y en enorme abundancia. Y donde las galaxias más lejanas se alejan a velocidades proporcionales a su distancia, lo que nos lleva a sospechar que en el pasado toda la materia del universo se hallaba concentrada a una densidad mucho mayor que en la actualidad y, todo adquiere el aspecto de una explosión cósmica. Y cuando observamos a los objetos más lejanos, lo que hacemos es mirar al pasado y de que la luz que recibimos de un objeto lejano, debió emitirse hace mucho tiempo. Y como el tiempo limitante es de 13,800 millones de años, la distancia limitante es de 13,800 millones de años luz y por muy grande que realmente sea el universo, el que hoy nos resulta visible es finito, nos dice Wilczek.

¿Es posible que nuestro universo tenga simultáneamente caos y orden? ¿Podría haber un diseño preestablecido y, sin embargo, tener una evolución por prueba y error? ¿Es la libertad compatible con una ley determinista? ¿Podrían tanto el empirista como el idealista estar en lo correcto? Las respuestas a mis preguntas fundamentales, nos dice Tony Nader, eran demasiado complejas y demasiado abstractas para ser susceptibles de la investigación científica. Y ¿Cómo pueden surgir de esos campos de energía los sentimientos, las funciones cognitivas y la conciencia que sustentan todas las experiencias subjetivas? ¿Lo hacen realmente?

Varias generaciones de científicos han construido lo que conocemos como la “Escalera de Interpretación”, que nos permite ascender de los objetos más simples a otros más complicados, que aprovechaban lo que sabían, recurriendo a los modelos validados previamente y construían modelos más complicados que sirvieran para describir estructuras más complejas. Y así, con cada nuevo logro se pasaba a conocer nuevas características estructurales que se podían incorporar a la siguiente generación de modelos. De manera abstracta, conocer y saber cómo funciona el mundo, es un problema imposible, porque la información es incompleta y para compensarlo hacemos suposiciones, igual a como los bebes aprenden a ver y, por medio de la experiencia, se aprende a trabajar con lo que se tienen, construyendo un mundo con sentido a partir de casos simples y, encontrando un conjunto de trucos que nos permitan dar sentido al mundo. Así, Rutherford demostró que para explicar los datos, era necesario suponer que el núcleo del átomo queda empequeñecido por su átomo de manera parecida a como el Sol queda empequeñecido por el espacio interestelar que lo rodea.

Un horizonte en expansión plantea muchas preguntas, como si la expansión abarcara el universo entero, ya que si el universo es finito, esto acabará por suceder. Sin embargo como ya se sabe, un espacio finito no tiene porqué tener fronteras, como es el caso de una pelota y, estos espacios proporcionan la posible forma que puede adoptar un universo finito. Una posibilidad es que otras consideraciones sobre las leyes fundamentales y la cosmología nos sugieran que habitamos un Multiverso, cuyas partes sólo serán visibles en un futuro muy lejano, cuando el horizonte se expanda hasta llegar a contenerlas. Posibilidad triste, según Wilczek, porque para usar una idea para decir algo concreto acerca del mundo que experimentamos, lo eleva a un nuevo nivel donde reside la magia y contrastar empíricamente las ideas, nos mantiene honestos.

Podemos reconocer que hay mucha abundancia tanto Ahí Fuera, como Aquí Dentro. Y desde diferentes perspectivas, somos a un tiempo grandes y pequeños y ambas perspectivas captan verdades importantes acerca de nuestro lugar en el esquema de las cosas y, debemos adoptar ambas si queremos aprehender la realidad de una forma plena y realista. Tanto el tiempo como para el espacio, lo tenemos en abundancia tanto fuera como dentro; y aunque las inmensidades del tiempo cósmico nos empequeñecen, contenemos inmensidades de tiempo en nuestro interior. Así, la duración entera de la humanidad con sus muchas secuencias de especies y su incesante cascada de generaciones, no es más que un destello en la vida del cosmos. Y es Seneca quién nos dice: ¿Por qué nos quejamos de la naturaleza? Si ella se ha portado con generosidad. La vida si sabes usarla, es larga.

El aparente antagonismo entre la ciencia y la religión, se centra principalmente en cuestiones cosmológicas: ¿Qué es el Universo? ¿De dónde viene? ¿Hacia dónde va? ¿Qué es el Yo humano? ¿Dónde encajamos? ¿Cuál es nuestro destino? Las respuestas ha cobrado forma en relatos, mitos tribales, escrituras, tradiciones eclesiásticas. Estos relatos han sido reemplazados por el relato científico del universo. Los escépticos, nos dice Chet Raymo, son hijos de la revolución científica y la Ilustración y, confían en la capacidad de la mente humana para explicarse el mundo.

Aceptan la naturaleza evolutiva de la verdad y están dispuestos a vivir con una dosis de incertidumbre. Los creyentes a su vez, buscan las verdades simples y ciertas que proporcionan una fuente más confiable que la mente humana; y se confortan en el dogma y confían en que hay algo mejor más allá de la tumba. Y de hecho la ciencia es poco más que escepticismo organizado.

El premio Nobel, Frank Wilczek, nos ofrece una sencilla pero profunda exploración de la realidad basada en las revelaciones de la ciencia moderna, de manera que llegamos a ver nuestra realidad de una nueva manera; más grande, más completa y a la vez más extraña de lo que parecía antes. Investiga las ideas que forman nuestra comprensión del universo: tiempo, espacio, materia, energía, complejidad y complementariedad, explorando lo que sabemos y cómo lo sabemos, para darnos una idea de lo que podríamos descubrir en un futuro lejano, lo que nos hará ver de otra forma el mundo y abrirá nuestra mente.

Las lecciones fundamentales, son mucho más que simples hechos sobre cómo funciona el mundo físico, son poderosos y poseen una extraña belleza y es importante tomar en cuenta lo que nos sugieren sobre cómo los humanos encajamos en el panorama general, donde nuestra comprensión del mundo sigue cambiando y creciendo, algo como un ser vivo.

El hecho de que el mundo sea comprensible, es un milagro, nos dice Einstein, ya que la comprensibilidad del universo físico tiene que demostrarse, no darse por supuesto. Y la prueba más convincente es que nuestro conocimiento, aunque incompleto, nos ha brindado grandes y extraordinarios logros. Al estudiar cómo funciona el mundo, estudiamos cómo funciona Dios y con esto, aprendemos lo que es Dios, nos dice Wilczek.

El proceso de renacer y vivir las experiencias del bebe y el mundo, vuelve a ser fresco y lúcido y extraordinariamente abundante, semejante a la visión de William Blake, cuando nos dice: Ver el mundo en un grano de arena, y el cielo en la florecilla del campo, sostener lo infinito en la palma de la mano y poseer lo eterno en apenas una hora.

En resumen podemos decir que:

El universo empezó a formar estrellas y planetas en una etapa temprana de su historia, hace unos 13,000 millones de años y siguen formándose estrellas, aunque a un ritmo cada vez más lento.
El Sol y la Tierra llevan unos 5,000 millones de años en un estado parecido al actual.
Los humanos hemos existido en una forma parecida a la actual durante un tiempo mucho más breve, de unos 300,000 años, que equivalen a unas 10,000 generaciones o 5,000 lapsos de vida humana.
La abundancia interior de tiempo, se manifiesta cuando comparamos la longitud de una vida humana con la velocidad de los procesos físicos fundamentales que permiten el pensamiento. Esta comparación revela que una vida humana puede acoger inmensas cantidades de experiencias e ideas individuales.
La velocidad media del habla, es de unas dos palabras por segundo, y si consideramos que cinco palabras pueden representar un pensamiento con significado, entonces en una vida caben unos mil millones de pensamientos. Estas estimaciones nos dice Wilczek, que a lo largo de la vida procesamos y entendemos unas cien mil millones de escenas distintas y gozamos de más de mil millones de oportunidades de experimentar el mundo y de que además permite ejecutar varios pensamientos distintos, la mayoría de forma subconsciente al mismo tiempo.

De niños aprendemos y desarrollamos distintos modelos para identificar las cosas y para entender cómo podrían afectarnos. Y el hecho de que esas cosas están hechas de muchas piezas básicas, no es una parte para él en sus modelos, pero es una parte importante para la ciencia, donde la moderna construcción científica de la realidad física a partir de ingredientes muy simples, requiere que volvamos a imaginar no sólo lo que significa los ingredientes simples, sino también cómo hacemos la construcción, ya que en nuestra experiencia cotidiana no nos preparan bien para versiones modernas de estos conceptos nos dice Wilczek. Así, los ingredientes más básicos de la realidad física, son unos pocos principios y propiedades que se expresan en unas cosas que llamamos partículas elementales, que difieren en aspectos importantes de cualquiera de los objetos de nuestra experiencia común.

Se consideran cuatro principios considerados simples pero profundos, son los que rigen el funcionamiento del mundo.

1.- Las leyes básicas describen el cambio, con estados y leyes, donde los estados describen. Lo que Hay, mientras que las leyes describen Cómo cambian las
cosas.
2.- Las leyes básicas son Universales, es decir que se cumplen en todo el tiempo y lugar.
3.- Las Leyes Básicas son Locales, es decir, que el comportamiento de un objeto en el inmediato futuro, sólo depende de las condiciones actuales en su entorno
inmediato.
4.- Las Leyes Básicas son Precisas, y no admiten excepciones y por ello se pueden expresar mediante ecuaciones matemáticas.

Wilczek, sintetizando investiga las ideas que forman nuestra comprensión del universo, como son el tiempo, espacio, materia, energía, complejidad y complementariedad, explorando lo que sabemos y cómo lo sabemos, para darnos una idea de lo que podríamos descubrir en un futuro no tan lejano, basada en las revelaciones de la ciencia moderna. De manera que llegamos a ver nuestra realidad de nueva manera, más grande, más completa y a la vez más extraña de lo que nos parecía antes. Para él la simplicidad de los cuatro principios generales anteriores, es engañosa y no son en absoluto evidentes e incluso podrían no ser del todo ciertas, ya que su fuerza no se deriva de una necesidad lógica, sino la de su éxito, lo que nos ha conducido a una descripción extraordinariamente satisfactoria de cómo funciona el mundo.

Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, se han defendido versiones muy distintas de cómo funciona el mundo físico. En su mayoría, estas ideas son extensiones razonables de los modelos que construimos de niños y, la mayoría de los modelos del mundo han aceptado dichas ideas. Y esa posibilidad es el mensaje central de nuestros cuatro principios generales y que son las lecciones fundamentales de la Revolución Científica. Donde el mensaje de la pregunta: ¿Qué sucederá después? Es más fácil de abordar que la pregunta: ¿Por qué las cosas son como son? Y lo es porque podemos darle respuesta con la ayuda de experimentos, es decir nos dice Wilczek, de que podemos reproducir una copia precisa de la situación que nos interese y observar qué sucede en la copia. Comenzamos por estudiar lo que sucede en situaciones simples, pero definidas con precisión y, de que podemos reproducir una y otra vez y podemos deducir qué sucederá en situaciones más complicadas. Los bebes utilizan esta misma estrategia, para familiarizarse con la realidad física. Ahora nos beneficiamos de nuestras exploraciones de una mente lógica y de instrumentos que expanden nuestros sentidos y del trabajo, de los que nos precedieron. Demócrito nos dice que: Por convención lo dulce es dulce, lo amargo es amargo, lo caliente es caliente, el color es color, pero en verdad sólo hay átomos y el vacío. En la física moderna, sin embargo, las piezas fundamentales de la materia ya no son las partículas, sino los Campos de energía.

El mundo físico es complicado, pero nuestros fundamentos prometen construirlo todo a partir de unos `pocos ingredientes, unas pocas leyes y un origen extrañamente simple. Y según Wilczek, esto plantea una pregunta difícil: ¿Cómo surge la complejidad desde esos fundamentos? La inestabilidad gravitatoria, juega un papel importante en el surgimiento de la complejidad y bastaría con que hubiera pequeñas desviaciones de la homogeneidad, pues éstas se amplificarían a causa de la inestabilidad gravitatoria y, es la combustión nuclear en el Sol la clave de la complejidad dinámica en la Tierra.

Aunque unos pocos ingredientes, unas pocas leyes y un origen simple, gobiernan a grandes rasgos la historia cósmica, carecen de poder para predecir su riqueza de detalles a escala local, ya que el mundo es como un árbol, que siguiendo unas reglas simples de crecimiento, produce muchas ramas cada una distinta en sus detalles y que por tanto, provee de hábitats adecuados a distintas especies. Pero deberíamos recordar que nuestro conocimiento científico es incompleto, pero no deja de evolucionar y nuestra comprensión de cada uno de los fundamentos, ha cambiado de manera drástica.

Durante siglos se han rastreado regularidades, hasta que se creyó haber descubierto las leyes que prescribían la naturaleza con exactitud y para siempre, pensaban que el mundo era un mecanismo de relojería. Sin embargo, en el siglo XX, esta visión presentó dudas ya que la incertidumbre y el azar se incorporaron a la naturaleza y la ley y el orden fueron reemplazados por la probabilidad. Y apareció una nueva concepción de la regularidad que da sentido a la complejidad de la vida, desde el comportamiento inexplicable en el movimiento de algunos satélites, hasta el comportamiento de los latidos del corazón, eran nuevos y muy controvertidos.

Un sistema dinámico cuyas ecuaciones no contenían términos aleatorios, podían tener soluciones que parecían aleatorias y, formas geométricas infinitamente complejas podían especificarse mediante reglas de construcción sencillas, lo que podía tener profundas implicaciones para prácticamente cualquier área de la ciencia, donde reglas simples, pueden dar lugar a comportamientos complejos.

Los inevitables rasgos de azar que sustentan nuestro universo, muestran que el caos puede darse en la dinámica de las poblaciones, obligándonos a revisar nuestra visión de los ecosistemas y, verlos como un mundo dinámico y siempre cambiante y no como un equilibrio de la naturaleza estático. Y nuestros cerebros son redes fractales de neuronas que transportan pensamientos caóticos y nosotros mismos somos construcciones a partir del caos y habitamos un mundo fractal, lo que cambia totalmente nuestra manera de ver el mundo y nuestra manera de ver nuestro lugar en el universo.

Reglas simples pueden dar lugar a comportamiento complejo y donde conocer las ecuaciones para un sistema, no necesariamente significa que se pueda predecir su futuro y no previene contra la idea de suponer que el hecho de ser capaces de modelar un sistema, utilizando ecuaciones, significa que entendemos todo lo que ese sistema pudiera llegar a hacer. Pero por otra parte, el caos también despertó una nueva esperanza, que es la de que comportamientos anteriormente desestimados por su carácter aleatorio y desestructurado, pudieran de hecho, tener pautas ocultas.

La vida existe porque intercambia energía y materia con el entorno y eso provoca un constante cambio de los elementos de cada ser vivo, con un fin concreto que llamamos metabolismo. Y ese intercambio se mantiene cuando el individuo muere, pero se desordena y de hecho todos los constituyentes del ser vivo siguen existiendo, pero organizados de forma muy distinta, y es que los átomos no tienen porqué alimentarse para subsistir, ya que tienen toda la materia y la energía que necesitan para ser ese mismo átomo durante millones de años. En cambio, todos los seres vivos están organizados de tal modo que necesitan intercambiar energía y materia con el entorno de forma ordenada si quieren seguir vivos. Todas esas funciones metabólicas nos van transformando de forma permanente y, desde el inicio de nuestra existencia y a partir de una sola célula, nos convertimos en un organismo complejísimo, cambiando de aspecto y de tamaño conforme pasa el tiempo. Y son sólo accidentes de un recorrido que comenzó con la gestación y, terminará en la muerte de tan complejo edificio. Al calentar un objeto desplazamos su equilibrio térmico y energético y al dejar de hacerlo, el solo tiende a recuperar su equilibrio anterior, principio general de los objetos inertes; y en cambio los organismos complejos mantenemos ese desequilibrio constantemente desequilibrado, hasta nuestra muerte. Los átomos y las moléculas no tienen necesidades; existen y punto. En cambio los sistemas complejos son frágiles y vulnerables y tienen que competir por los recursos para poder sobrevivir y, han de adaptarse a esas situaciones precarias y de todos modos al final morir.

Los individuos de una misma especie, tienen los mismos caracteres genéticos en sus células y tiende a agruparse en grandes comunidades. Y varias de esas comunidades pueden coexistir en un mismo ecosistema y un conjunto de ecosistemas se denomina bioma y, todos los biomas de la Tierra forman la biosfera. Poblaciones y comunidades suelen tener una finalidad compartida, la de la supervivencia de la especie, donde surge a veces un orden rígido o bien imperan normas aparentemente desordenadas, pero que siguen una finalidad muy bien definida y delimitada. Y en general, la extinción de algunas especies era bastante lenta y tuvo en ocasiones períodos breves catastróficos, que dieron lugar a la extinción de la biodiversidad, por lo que parece, la naturaleza sí se equivoca y así las mutaciones son equivocaciones, ya que la mayoría son inviables y mueren o dejan de reproducirse y, muy pocas resultan beneficiosas. Y así la especie sale reforzada, es decir mejor adaptadas a los posibles cambios ambientales. Con la extinción de la mayor parte de los seres vivos que se ha visto, no parece que haya ningún designio previo en la evolución y, ningún diseño de lo que debería ocurrir; simplemente es un mecanismo capaz de reproducirse y perpetuarse aunque para ello hiciera falta morir o sufrir mutaciones para adaptarse al medio entorno. Y el hecho de que la vida inteligente requirió 3,850 millones de años, no sólo lo hace altísimamente improbable sino casi imposible, y que requiere de un sistema nervioso complejo controlado por un elemento central, que es el cerebro. Y obviamente la invención y fabricación de armas cada vez más potentes y destructivas, vemos aquí que la inteligencia acaba siendo algo indeseable. En todo caso, es obvio que el Holoceno cálido y lluvioso, ha sido favorable para la especie humana, aunque hay quién piense que hubiera sido mejor no haber llegado nunca al punto en que estamos hoy, y de que la inteligencia ha sido más bien una maldición que una bendición.

Erich Fromm, nos propone un arte de vivir cuyos pilares son el amor, la razón y la actividad productiva. Lejos de toda posibilidad de adquirir sabiduría vital sin ningún tipo de esfuerzo o de sufrimiento o del engaño alimentado por las ofertas de la ideología consumista, que propone además redescubrir las fuerzas físicas, psíquicas y espirituales del ser humano, así como sus posibilidades de independencia, con el fin de abandonar la orientación hacia el tener y, asumir una nueva orientación hacia el ser, al proponer transformar las estructuras, los valores espirituales y sobre todo, los socioeconómicos, para ofrecer al individuo la oportunidad de encontrarse a sí mismo. Nos dice que el amor no idolátrico a una idea, es sereno, no estridente, es tranquilo y profundo, que nace a cada instante, pero no es embriaguez, sino que nace de la superación del YO.


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