Globalización: Revista Mensual de Economía, Sociedad y Cultura


Marzo de 2022

¿El territorio mexicano en el menú imperial?
John Saxe-Fernández


Para una potencia mundial como Estados Unidos que está transitando de un descenso hegemónico gradual a un declive precipitado, aun antes del arribo de Donald Trump a la presidencia imperial, no es extraño ni sorprende intensifique su proyección abierta y clandestina de seguridad militar-policial con miras al control y usufructo de la transición energética.




No sólo fue a la guerra por los recursos naturales de Afganistán e Irak y es lo que le mueve contra Rusia, ahora trata de dominar el vital sector energético y de los combustibles fósiles convencionales y no convencionales en América, como mecanismo de recuperación hegemónica limitando las soberanías nacionales desde esas dos fuentes: la militar y la eléctrica vía programas como el Connect America que aspira al control de los mercados eléctricos desde la frontera sur de EU con México a la Tierra del Fuego. Por los riesgos existentes a la seguridad territorial de México me detengo en los diseños imperiales sobre el mercado mexicano y de la región latinoamericana y del Caribe, del sector energético, que están presentes en medio de un rescate histórico del desastre técnico administrativo alentado por la condicionalidad acreedora atada a todas las líneas de crédito, tratándose de un sector energético cuyo aparato institucional fue desarticulado bajo el mandato de llevar Pemex y la Comisión Federal de Electricidad a un punto de venta.

Hoy la constitucionalización de ese rescate es vital para la sobrevivencia de México como nación soberana e independiente. Durante el neoliberalismo, presidentes y ministros fueron transformados en “ country managers” (gerentes de país) operando bajo una macroeconomía de desmantelamiento y privatización a ultranza del sector. No olvidaré que fue Joseph Stiglitz, ex primer economista del Banco Mundial, quien reveló al periodista Greg Palast que esos gerentes de país recibían comisiones jugosas añadidas a sus salarios en cuentas suizas, a lo que Palast agregó: por rebajar unos cientos o miles de millones de dólares por los bienes y recursos públicos en venta. Alrededor del mandato imperial de privatizar al sector energético de México, Pemex y CFE, se gestó un epicentro de corrupción analizado a fondo con valiosas observaciones, por Alfredo Jalife-Rahme, en su Muerte de Pemex y suicidio de México, Orfila,(2014) y en Ana Lilia Pérez, Pemex RIP, 2017) Ambos son textos de importancia mayor.



En relación a la energía fotovoltaica en México, Tony Ingraffea, docente e investigador de la Universidad Yale, en Connecticut, ofrece una comparación entre la riqueza fotovoltaica alemana y mexicana en los usuales mapas de colores el claro para intensidad mínima y tonos oscuros los de mayor intensidad.

Ingraffea indica que, en Alemania el color más intenso es de 11,200 kWh metro cuadrado, mientras en México esta es la capacidad mínima, es decir, que el color más intenso en Alemania es el más claro en México… por lo que no hay lugar en México que no reciba más sol que Alemania. México tiene una situación sumamente excepcional para avanzar de manera rápida en la generación de electricidad para calefacción, vehículos eléctricos e industria. En todos estos casos los combustibles fósiles pueden sustituirse por energía solar. Si actualmente se utiliza petróleo, gas o carbón se debe a un tema de conveniencia, ya sea porque se tiene la infraestructura instalada para ello, por el costo, por decisiones políticas o por una combinación de todas ellas. (Tony Ingraffea, Explotación de fósiles no convencionales en EU y en México, en JSF coordinador Sociología política del colapso climático antropogénico, CEIICH-UNAM, 2018 pp,.106-107.

Para la Secretaría de Energía del gobierno de Biden la dotación energética no convencional de México tanto por sus yacimientos en Lutitas y por la vía de energías limpias, como la fotovoltaica, podrían abastecer 10 veces México en gran medida por la enorme potencia de la intensidad solar en todo el territorio. Por los efectos de la luz solar, el suelo patrio contiene enorme riqueza y, por decirlo de manera suave, sería conveniente no permitir la menor privatización de los recursos y servicios del sector energético. Dada la existencia del proyecto Connect América, que va por el dominio y usufructo de los mercados eléctricos, según fuentes oficiales citando a Carlos Pascual, se trata de los mercados eléctricos desde la frontera sur de EU con México a la Tierra del Fuego, mencionando los billones de dólares (trillions en el sistema numeral de EU).

A la luz de las descripciones del ingeniero Ingraffea se ve el orden de magnitud territorial que tiene México para la explotación de energía solar y de combustibles fósiles no convencionales aclarando que Ingraffea se opone al fracking de manera drástica y urgente.



En El País (21/1/22), la periodista de investigación Isabella Cota, al reseñar la visita a México de la secretaría de Energía de EU hace pocas semanas, dio a conocer temas de diplomacia tanto energética como de orden geopolítico y de soberanía territorial mexicana: Granholm destacó el potencial de México para generar energía renovable, el cual, estimó, si se realizara por completo, tuviera capacidad para electrificar un territorio 10 veces el tamaño del país y pudiera crear millones de empleos bien remunerados y desarrollar una industria de exportación extraordinaria orientada a un mundo que necesita soluciones en energía limpia. En efecto, la exposición solar mexicana es enorme, pero la energía solar es intermitente. Para equilibrar la distribución del fluido es mejor la hidroelectricidad. El impulso de López Obrador por las energías limpias es sólido. Ya anunció la nacionalización del litio y establecer una empresa nacional del litio. Es Presidente.

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