Enero de 2022
LOS ENEMIGOS DE LA PROPUESTA SOCIALISTA PERIFÉRICAHUMBERTO TROMIZ VALLES
El primer ciclo del llamado Progresismo latinoamericano, liderado por del Comandante Hugo Chávez, puso nuevamente en agenda el sueño socialista que había sido cancelado por la caída del Socialismo Real. El fantasma del socialismo emergió con fuerza mediática en el mismísimo patio trasero de la potencia hegemónica. Sin embargo, la historia posterior demostró que el progresismo no era más que uno de los caminos de la transición del capitalismo rentístico-periférico, al capitalismo normal y/o clásico en estas regiones.
El descalabro del experimento soviético, el adefesio del “socialismo de mercado” apuntalado por los chinos y el desdibujamientio de los regímenes vietnamita y cubano, son indicadores políticos que demuestran la enorme dificultad de erigir un proyecto socialista, fundamentado en:
la eliminación de la división social del trabajo y sus expresión jerárquica;
la liquidación de la propiedad privada sobre los medios de producción;
la distribución equivalencial del excedente económico;
la superación de la explotación del trabajador, la mujer y la naturaleza por parte del capital;
el poder político obediencial-comunitario y
la democracia participativa-protagonica.
Los grandes obstáculos en la concreción del socialismo periférico, a nuestro juicio, vienen representados por: el capital transnacional y sus pares tercermundistas, el marxismo-leninismo que dio vida al socialismo real y la llamada colonialidad del poder.
El capital transnacional, afincado en su control monopolico del conocimiento científico-tecnológico, armamento atómico, aparato mediático y capital financiero, aspira a eternizar la extracción de plusvalor tanto en el centro como en la periferia del sistema, para beneficio de un grupo social que apenas representa un uno por ciento de la población mundial. Semejante aspiración ha llevado a este sistema irracional y antihumano, a una crisis civilizatoria que se manifiesta en: crisis alimentaria, crisis médico-asistencial, crisis ambiental, crisis energética, desplazamientos poblacionales y caída del salario y del empleo a nivel planetario.
EL capitalismo transnacional afectado gravemente por la crisis civilizatoria, se aferra a la vida, utilizando una caja de herramientas de variado orden, con la que hasta el presente, ha bloqueado la opción socialista en la periferia del sistema. Contra la apuesta socialista, el capital ha esgrimido los siguientes instrumentos ideopoliticos, entre los que sobresalen:
1.-El fetichismo de la mercancía
2.-La seducción del consumidor
3.-Los fakenews
4.-El racismo
5.-El clasismo
6.-El paternalismo
7.-La exclusión de genero
8.-Defensa de los derechos humanos
9.-Judicializacion de la política
10.-La corrupción administrativa
11.-La democracia restringida
12.-La teología del mercado
13.-El pensamiento único
14.-El asesinato selectivo
16.-Bloqueo y sanciones económicos a países rebeldes
17.-La invasión militar
18.-El cientificismo eurocentrico
La propuesta socialista periférica tendrá que derrotar todo esta arsenal ideopoltico imperial si aspita a concretar un proyecto socialista periférico.
El segundo gran enemigo de la propuesta socialista deriva de las secuelas que dejo la caída del Socialismo Real; al punto que no existen hoy sociedades que aspiren a reeditar el régimen soviético, a pesar que dicho fenómeno histórico alcanzo grandes logros sociopolíticos y científicos-tecnológicos para la humanidad.
El Socialismo Real fue la concreción de un cuerpo teórico llamado marxismo-leninismo, elaborado por Lenin y Stalin, cuya aplicación a sociedades concretas, las condujo hacia el capitalismo y no al socialismo como su retórica lo anunciaba. El marxismo –leninismo se opone a la construcción de una propuesta socialista por cuanto deriva en monstruosidades políticas como:
1.-La instauración de regímenes unipartidistas autoritarios, negadores de la democracia comunitaria participativa y protagonica.
2.-Ejercicio del poder por una elite burocrática que conculca el excedente económico sin ningún control político por parte de la sociedad.
3.-La elite gobernante atornilla la división social del trabajo y su expresión jerárquica, al punto de que por la mera gerencia de los medios de producción, termina convirtiéndose en la nueva burguesía (caso URSS)
4.-Imposicion de un pensamiento político único y quien disiente es considerado enemigo de la revolución.
5.-La arranca a la clase trabajadora la posibilidad de liberarse por sus propios medios, tal como Marx lo declaro en la Primera Internacional del Trabajo.
6.-El poder político lo circunscribe a las instituciones y al funcionariado, despojándoselo a su actor originario: la comunidad.
7.-Achacara a un enemigo externo los fracasos de su gestión interna. En Cuba el bloqueo imperialista paradójicamente a contribuido a estabilizar el régimen castrista. Hoy Díaz Canel y su partido se dirigen raudamente a hacia el “socialismo de mercado” chino.
En atención a estas consideraciones, el marxismo-leninismo resulto se la palanca que necesitaba el pre capitalismo periférico y/o capitalismo rentístico, para avanzar hacia el capitalismo normal, jugando los partidos comunistas el papel que no pudieron cumplir ciertas burguesía periféricas. En este afán, los políticos armados de este credo, instauraron una versión moderna del modo de producción asiático en los territorios donde se atrincheraron.
El proyecto socialista para ejecutar el control de daños de las negatividades ocasionadas por el marxismo-leninismo, debe afincarse en las fuentes clásicas del Marxismo: Marx-Engels, Gramsci, Rosa Luxemburgo, Mariátegui, Metzaros, Lebowitz, los grandes aportes de los pueblos originarios y las enseñanzas del cristianismo primitivo, pensadores decoloniales-dependentistas y la teología de la liberación.
Las sociedades latinoamericanas por haber sido introducidas en la modernidad capitalista través de un proceso de colonización, se estructuraron en función de un patrón de dominación sociopolítico denominado por Aníbal Quijano como Colonialidad del Poder.
La colonialidad del poder emerge así como el tercer gran enemigo de la propuesta socialista, pues para que ella prospere en estos linderos, se necesita extraer de la mentalidad de los latinoamericanos una manera de ver el mundo empapado por ruindades epistémico-culturales, tales como:
1.-El racismo. El conquistador hispano luso sembró en la mentalidad del colonizado, la idea de que éramos unos pueblos inferiores comparados con los europeos invasores. Por ser inferiores racialmente estábamos obligados a servirle como mano de obra y como cuerpo al invasor. La idea del blanco superior frente a los indios y los negros se sedimentó en la colonial y se proyectó en la vida independiente de los pueblos latinoamericanos, al punto que hoy todavía está viva y coleando como poder dominador de las clases superiores de este continente. En la ciencia social eurocéntrica, Latinoamérica no ha alcanzado el nivel de desarrollo capitalista europeo por haber estado poblada por razas inferiores.
2.-El eurocentrismo. Durante quinientos años a los latinoamericano se nos ha metido en la cabeza que Europa es el centro del mundo; Mesoamérica y la cultura incaica no figuran en la historia universal elaborado por los pensadores europeos al servicio del colonialismo. La cultura europea y su derivada, el american way of life de USA, serán los modelos a imitar por los latinoamericanos si aspiramos ser seres civilizados. La ciencia europea desconoce cualquier intento epistémico periférico. Por supuesto, dentro de este orden de ideas, el desarrollo económico al que América Latina le corresponde es el representado por la Europa Occidental.
Superar las barreras impuestas por el racismo y rechazar aquellas propuestas eurocéntricas portadoras de la colonialidad es uno de los grandes retos teóricos de la propuesta socialista a elaborar en estas latitudes. Dejamos en claro que no toda idea europeas es contraria a un proyecto libertario. El pensamiento marxiano deslastrado de sus pecados eurocéntricos, es una de las grandes armas a utilizar en la cruzada anticapitalista latinoamericana.
Estas serían a grandes rasgos las coordenadas epistémicas de la nueva teoría revolucionaria anticapitalista que están reclamando las clases explotadas de este continente, para hacerle frente tanto al neoliberalismo hambreador como al progresismo embaucador que amenaza con una segunda ola a los pueblos latinoamericanos.
*Humberto Trompiz Vallés. Historiador y profesor universitario jubilado, especializado en historia petrolera de Venezuela.
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