Enero de 2022
LOS AZARES DE LA RAZÓNWalter Ritter Ortiz (I), Hugo Ritter Ortíz (2)
(I)Sección de Bioclimatología, Centro de Ciencias de la Atmósfera, UNAM. Circuito interior s/n, Ciudad Universitaria, Deleg. Coyoacan, México, D. F. email:
walter@atmosfera.unam.mx (2) ESCUELA NORMAL SUPERIOR (ENS)
INTRODUCCIÓN
Nuestros antepasados podían tomar decisiones rápidas y eficazmente, tras haber obtenido un conocimiento completo de su entorno y su presa. Después pasamos infaliblemente a niveles de inteligencia cada vez más altos y, vimos con más hondura y realismo. Aprendimos a pensar por nosotros mismos y somos ahora capaces de manejar situaciones complejas, sin sentirnos abrumados por ellas.
En la magna Grecia, nos dice Sandro Palazo, surgió un modo de pensar nuevo y sin precedentes en la historia de la humanidad, donde hubo mentes lúcidas que se preguntaron acerca de la composición y esencia del mundo y, del lugar que al ser humano le correspondía en él. Se interrogaban todo por el puro deseo de saber el sentido del mundo y, percibir de un modo adecuado los datos que proporcionan los sentidos, en la convicción de que la naturaleza era cognoscible y transparente a la razón.
El Pitagorismo, sostuvo una visión matemática de la realidad y, lo que caracterizaba a todas las cosas era su numerabilidad, su ser reducible a número. Pero se considera que los dos pensadores más relevantes de la época, Heraclito y Parmenides, en sus textos abordan problemas de tipo metafísico y epistemológico. Donde la teoría platónica de las formas o ideas, puede entenderse como una respuesta a las cuestiones sobre la realidad y la apariencia, la estabilidad y el cambio, la permanencia y el devenir, planteadas por estos dos grandes pensadores.
Mucha de sus ideas, se han revelado erróneas; pero el modo de pensar que manejaron, se estableció como irreversible y, son considerados como los padres del pensamiento racional, que supeditaron conscientemente las afirmaciones y dogmas a los argumentos.
El pensamiento dejó de ser algo mágico y, la filosofía asumió como exigencia innegable la racionalidad. Y a través del mundo de las apariencias, utilizaron la argumentación consistente, la consecuencia lógica y el atento análisis de la experiencia.
Para Jacob Bronowski, la ciencia es una forma muy humana de conocimiento, donde siempre estamos al borde de lo conocido y, siempre buscamos a tientas, con esperanzas. En ciencia, todo juicio está en el filo del error y, es personal. La ciencia es un homenaje a lo que podemos saber, aunque errar es de humanos, somos falibles.
Pero, ¿Dónde está la frontera entre la verdad y la falacia?
La ciencia es el único modo confiable de entender el mundo natural y, sus herramientas, cuando se usan adecuadamente, pueden generar profundas revelaciones en la existencia material. Pero la ciencia no tiene la capacidad de responder preguntas, tales como: “¿Por qué el universo llegó a existir?” “¿Cuál es el significado de la vida humana? ¿Qué sucederá después de morir?
Es Francis Collins, quien nos dice que el dominio de la ciencia es explorar la naturaleza y el dominio de Dios; es el mundo espiritual, un reino que no se puede explorar con las herramientas y el lenguaje de la ciencia y, la mente debe encontrar un modo de abrazar ambos reinos.
Según Collins, necesitamos fortalecer el entendimiento tanto de lo que se ve como de lo que no se ve. Y cualquier persona que trabaje alrededor de su concepción del mundo, no debe hacerlo a la ligera, pero tal parece que los humanos poseemos un arraigado anhelo por encontrar la verdad; y a pesar de que ese anhelo se suprima fácilmente con los detalles mundanos de la vida diaria, ningún científico pensante podría sostener seriamente la posibilidad de la existencia de Dios, sin cometer alguna clase de suicidio intelectual.
Para Siri Hustvedt, cada disciplina, para bien o para mal, tiene sus propios mitos y ficciones; y muchas palabras varían de significado dependiendo de su uso, cambiando a menudo dependiendo del contexto y que a la fuerza, con esto tiene que haber confusión. Donde nuestros propios puntos de vista han sido y son objeto de continua revisión y, donde estar abierto a revisión no significa no tener sentido crítico, no significa tampoco demostrar una tolerancia infinita hacia la estupidez, pensamiento burdo o ideología o, a los mismos prejuicios disfrazados de ciencia o de otros estudios académicos.
Significa adoptar múltiples perspectivas, porque cada una tiene algo que aportar; una sola, no puede contener toda la verdad de las cosas. Significa mantener un escepticismo vivo, junto con una curiosidad ávida, que significa también plantearse preguntas que resultan inquietantes. Y examinar detenidamente las pruebas que socavan lo que uno creía resuelto hacía mucho tiempo y que significa embrollarlo todo.
La duda es una virtud de la inteligencia, la duda es menos atractiva que la certeza, es más que una virtud de la inteligencia, una necesidad. Sin ella, no se producirá ninguna idea. Y aunque a menudo es incómoda, también resulta emocionante, que al fin y al cabo, es la duda bien formulada la que siempre acaba derribando los espejismos de la certeza.
Los jonios, entendieron a la naturaleza como una ley inexorable, como una necesidad y no como un fruto o campo de operaciones de un dios, sino como “Ley y Necesidad” en sí misma, donde Naturaleza y Necesidad en sí misma, eran lo mismo. Donde la naturaleza es completa en sí misma y no hay que buscar leyes en movimiento ni sentidos externos a ella. Y que el hombre sabio a través del intelecto, puede percibir la ley o necesidad inmanente y autosuficiente, que es la naturaleza y, se sabe parte de ella. Por lo que ser plenamente persona, es disponerse a comprenderla mediante la facultad exclusivamente humana de la razón.
Sus intereses filosóficos, fueron la cuestión Ontológica, acerca de qué hay en el fondo y en el origen de la naturaleza, de la no coincidencia entre el Ser profundo y estable y las cosas aparentes. Y por otro lado, las reglas que el intelecto debe seguir para comprender adecuadamente la cuestión Ontológica, la diferencia entre apariencia y realidad. Una convicción sobre la inteligibilidad del mundo y la capacidad racional humana de comprenderla.
Para John C. Lennox y C. S. Lewis, la doctrina bíblica de la creación, es la creadora de la metodología de la ciencia moderna, como se da en el libro del Génesis: el hombre se hizo científico porque esperaba encontrar una ley en la naturaleza y esperaba una ley en la naturaleza porque creía en un legislador. La fe en Dios fue uno de sus impulsores, donde Galileo, Kepler, Pascal, Boyle, Newton, Faraday y Clerk-Maswell, eran firmes creyentes en Dios y, según Kepler: “El principal objetivo de todas las investigaciones del mundo externo debe ser la de descubrir el orden racional que Dios ha impuesto, y que nos reveló en el lenguaje de las matemáticas”. Galileo, a su vez dijo que “Las leyes de la naturaleza están escritas por la mano de Dios en el lenguaje de las matemáticas, y la mente humana es una obra de Dios y una de las más excelentes”.
Galileo, quería formular teorías sobre el universo basándose en las evidencias, no en argumentos fundamentados en la apelación a las teorías dominantes del momento, comprometiéndose con lo que hoy en día se llama la “Comprensión Pública” de la ciencia. A su vez el papa Urbano VIII, sostenía que dado que Dios es omnipotente, podía realizar cualquier fenómeno natural de muchas maneras, de modo que sería pretencioso por parte de los filósofos afirmar que habían descubierto la única solución posible.
La crítica de un paradigma científico dominante, está plagada de riesgos, independientemente de quién abogue por ella. Y este hecho es que hay muchas personas que atribuyen a las afirmaciones hechas por científicos, la autoridad que la ciencia merece, simplemente porque son científicos los que la han expresado. Pero es Richard Feyman, quien dijo que fuera de su campo, un científico es tan ignorante como cualquier otra persona. La idea de que la ciencia es el único camino a la verdad, nos llevo a creer que se adecúa a la razón, sin embargo la razón abarca muchísimo más, según Lennox.
El mundo está hecho de eventos, no de cosas. Somos más complejos de lo que nuestras facultades mentales son capaces de comprender, ya que ni siquiera está claro qué significa exactamente lo que es “Comprender” y, vemos el mundo y lo describimos dándole un orden. Pero sabemos poco de la relación entre lo que vemos del mundo y el mundo en completo en sí, sabiendo además de que nuestra mirada es miope.
Deducimos y vemos un mundo coherente, organizado, en términos de ser capaces de manipular; pero bastan unos gramos de hongos alucinógenos para que toda la realidad se diluya y se reorganice de forma diferente. Para Carlo Rovelli, la vida no es más que el grito continuo de las emociones que nos arrastran y que a veces tratamos de encerrar en nombre de un Dios, en una fe política, en un rito que nos tranquilice, asegurándonos que al final todo está en orden y que es un grito hermoso y resplandeciente y que a veces es un dolor y a veces es un canto. Somos procesos, acontecimientos, compuestos limitados en el espacio y en el tiempo y que fundamentan nuestra identidad.
Entendemos a la ciencia como el conocimiento organizado y comprobable del mundo real y de todo lo que nos rodea, así como de nosotros mismos. Y ya que las ciencias naturales pueden abordar preguntas sobre la naturaleza, pero no pueden responder la pregunta sobre el propósito, es decir, “el porqué”. Peter Medawar, lo explico así: “La existencia de un límite para la ciencia, se ve claro en la incapacidad de ésta para responder preguntas elementales que tienen que ver con los orígenes y los finales”. Preguntas como las de: ¿Cómo empezó todo? ¿Para qué estamos aquí? ¿Qué sentido tiene vivir?
Para J. C. Lennox, el cientifismo, la creencia en que la ciencia puede explicarlo todo, es falso. Y así es como la ley de la gravedad no nos dice lo que es realmente la gravedad, sólo como funciona, esto es lo que pasa con la ciencia, ya que incluso dentro de su propio ámbito, una explicación científica rara vez está completa. Y así es como nos dice Ludwig Wittgenesein: “En la base de la visión moderna del mundo se encuentra el espejismo que dice que las llamadas “Leyes Naturales”, son explicaciones de los fenómenos naturales y el sistema moderno hace que parezca que todo ha sido explicado”.
Las leyes naturales describen el universo, pero en realidad no explican nada desde la perspectiva de la ciencia y, la propia existencia de las leyes naturales es un misterio en sí mismo. Y es Feynman, quien agrega también que: El hecho de que existan reglas que debemos comprobar es una especie de milagro; y que sea posible encontrar una regla, como la ley de la gravedad de la inversa del cuadrado, es un tipo de milagro. No la entendemos en absoluto, pero nos lleva a la posibilidad de predecir, es decir, que nos dice qué podemos esperar que suceda en un experimento que aún no hemos realizado.
El proceder habitual de la ciencia, consiste en construir un modelo matemático, pero no puede responder a la pregunta de porqué debería existir un universo para que el modelo pueda describirlo y, ¿Por qué debería tomarse el universo la molestia de existir? ¿Acaso la teoría unificada es tan atractiva que induce su propia existencia? ¿O acaso necesita un creador y si es así, tiene éste algún efecto sobre el universo?
Pero para Lennox, las leyes no son inteligentes en el sentido de que pueden crear algo, sólo se pueden aplicar a las cosas que ya existen. Y entre los miles de millones de universos que existen, no es casualidad que vivamos en uno de los de mayor edad, que tiene las leyes de la física y la química finamente ajustadas para el desarrollo de la vida y la inteligencia.
Con Einstein, dejó de creerse en la existencia de un único punto de vista verdadero, para admitir que hay numerosos puntos de vista distintos y que las mediciones sólo podían ser válidas en relación con el observador. Y con Heisenberg, Freud, Gôdel y Lorenz, hicieron incapié en la incertidumbre, en la incompletitud y en que carecíamos de un sistema autónomo y libre de paradojas, al mismo tiempo que algunos filósofos llegaron a una conclusión similar.
La fe en la certidumbre, tiene una iglesia muy amplia, que por desgracia está en desacuerdo con respecto a qué forma adopta este absoluto; pero están seguros de que existe, pero dicha fe en la certeza absoluta, no se basa en ninguna prueba de existencia de dicha certeza. Nos dice Richard Dawkins: “Por supuesto que hay un absoluto y por supuesto que hay una verdad, donde la idea científica es sólo una clase de verdad y no hay porqué privilegiarla, especialmente”.
Por suerte, no abunda la gente que cree verdaderamente en un absoluto y, casi todos los científicos admiten que entendemos el mundo empleando una serie de distintos modelos, a veces contradictorios, donde la utilidad de cada modelo varía en función del contexto; como tampoco intentarían tener en cuenta un número infinito de interpretaciones de la realidad, ya que según John Higgs, sería muy poco práctico, pero siempre se daría por un hecho, de que no hay una única interpretación de nada, como tampoco se afirmaría que algo no es real, por el hecho de que nuestra visión de ello es algo cultural, ya que puede haber cosas reales aunque nuestra visión de ellas sea imperfecta.
Los científicos no tienen una gran teoría sobre nada, sino una serie de modelos contradictorios que comparten entre si y que son válidos a cierta escala y en ciertas circunstancias.
Nos dice Allan Sandage: Me resulta bastante improbable que semejante orden del universo, surgiese del caos. Debe existir algún principio organizador. Para mí, Dios es un misterio, pero es la explicación del milagro de la existencia, de porqué existe algo en lugar de nada. Y para Paul Davies, la existencia de un orden en la naturaleza, semejante a una ley, es al menos parcialmente comprensible para nosotros. No sólo no creamos el universo, sino que tampoco creamos nuestra capacidad cognitiva.
Podemos desarrollar nuestras facultades racionales mediante el uso, pero no las originamos. ¿Cómo puede ser, entonces que lo que sucede en nuestras cabezas, pueda darnos algo aproximado a una imagen certera de la realidad? ¿Cómo puede ser que una ecuación matemática, que surgió de la mente de un matemático, pueda corresponderse con el funcionamiento del universo? Y que según John Polkinghorne, si reduces los sucesos mentales a la física y la química, destruyes su significado. Y según John Gray, el humanismo moderno consiste en la fe de que, por medio de la ciencia, la humanidad puede conocer la verdad y, así ser libre. Y para Thomas Nagel, “Si lo mental no es en sí mismo meramente resultado de algo físico, dicha ciencia, no puede explicarlo todo”.
El naturalismo evolutivo, implica que no deberíamos tomarnos en serio ninguna de nuestras convicciones, incluyendo la imagen científica del mundo de la que depende el propio naturalismo evolutivo. Para C. S. Lewis, “A menos que el razonamiento humano sea válido, ninguna ciencia puede ser verdad y, si en última instancia la realidad no es material, no tener esto en cuenta dentro de nuestro contexto, supone pasar por alto el hecho más importante de todos”. No sólo es que la ciencia se equivoca, al descartar lo sobrenatural, sino que cualquier acto de la ciencia o cualquier otra actividad racional, defiende su existencia. Y todo, según Gracián, lo obró el Supremo Artífice y, está tan acabado que no se puede mejorar, más todo cuanto han añadido los hombres, es imperfecto.
Los seguidores del estoicismo, del platonismo o la mayoría de la cristiandad, se sintieron comprometidos a creer en el libre albedrío, aún cuando ellos mismos no fueran capaces de explicarlo teóricamente. ¡Al reclamo de Nietzsche, acerca del desconocimiento de nosotros mismos!, San Agustín, emprendió un análisis de los conceptos filosóficos y psicológicos de la persona y de la personalidad, el testimonio de un hombre que se ha abandonado y ahora se busca! Y Mircea Eliade, entendió la forma de mito del Eterno Retorno, que ha suscitado todo género de reflexiones, en la que las concepciones del Ser y de la Realidad, el mundo de la vida humana, no tienen significado alguno en cuanto participan de una realidad primordial que lo trasciende todo.
La vida de un habitante del mundo estático o cíclico, en alguna de sus formas, es inimaginable para nosotros, según Borges. Que el Yo que mostramos, no sea sino una mascarada y que el verdadero Yo sea inaccesible y, de que nunca estemos, donde somos, pero que seamos sólo actores de lo otro que no somos, son ideas que han estado ahí siempre, disponibles para quién quiera pensarlas, nos dice Jaime del Palacio.
No envidies lo que no conoces, ni la llames felicidad hasta que veas en qué para. De estas cosas, toparás muchas en el mundo, que no son lo que parecen, sino muy al contrario y ahora, comienza a vivir, donde irás viviendo y viendo.
Existen en la actualidad una herramienta que te ayuda a verlo todo con mayor claridad y nitidez; se trata de los números y los datos que manejan las estadísticas, indispensables en el relato con el que se construye hoy en día, la actualidad política, económica y social. Donde para comprender la realidad cambiante y compleja en la que vivimos, basta un poco de paciencia y sentido común, pero sobre todo curiosidad. Y es Tim Harford, quien nos dice: cómo si nos mantenemos alertas y pensamos en la forma en que se obtienen y presentan las cifras y los datos, todos seremos capaces de observar al mundo con cristalina claridad.
Pensar en términos de apuestas, comienza con reconocer que hay exactamente dos cosas que determinan el resultado de nuestras vidas. La calidad de las decisiones que tomemos y la suerte. Y la pregunta es: ¿Por qué nos incomoda tanto saber que los resultados pueden estar más allá de nuestro control? Donde, estrechar demasiado la relación entre los resultados y la calidad de la decisión, afecta nuestras diarias decisiones y podría tener consecuencias catastróficas y de largo alcance.
Somos susceptibles a asumir que hay causalidad, cuando en realidad lo que hay es simple correlación espuria y no significativa o, seleccionamos únicamente unos cuantos datos convenientes que confirman nuestra narrativa preferida para mantener nuestra ilusión de que existe una relación estrecha entre los resultados y nuestra decisión. Y según Annie Dune, muchos tropiezos en la toma de decisiones, surgen por la presión que le ponemos al sistema reflexivo para que realice su trabajo de manera rápida y automática. Por lo que la mayor parte de lo que hacemos a diario, sucede en estos procesos automáticos.
Los jugadores de póker deben aprender de toda esa masa confusa de decisiones y resultados para separar el azar de la habilidad o la señal del ruido y cuidarse del resultadismo. Y que desde hace tiempo, los académicos reconocen el valor que tiene el póker para entender mejor la toma de decisiones. La teoría de juegos basada en el juego de póker, revolucionó la economía y tiene grandes aplicaciones fuera de la economía, donde influye en las ciencias del comportamiento, incluyendo la psicología y la sociología, así como en la ciencia política, la investigación biomédica, los negocios y muchos otros campos.
Con las estadísticas, se puede demostrar cualquier cosa, si no nos permitimos mirar bajo la alfombra de la manipulación estadística y descubrir cómo se falsean los datos. Los detectives de datos hacen cuanto pueden, pero deben trabajar con datos incompletos, inconsistentes y terriblemente inadecuados para tomar decisiones de vida o muerte, con la seguridad con que nos gustaría. Y si dejamos de lado la idea de que las estadísticas pueden ayudarnos a comprender el mundo, que así creemos cualquier cosa que queramos creer y adoptamos la reacción de un encogimiento de hombros. Cinismo estadístico que no sólo es una vergüenza sino una tragedia y, si cedemos a la idea de que ya no tenemos el poder de saber lo que es verdad, habremos perdido una herramienta vital y que es nuestra única oportunidad real de comprender el complejo mundo en el que vivimos.
No debemos ser crédulos, pero el antídoto de la credulidad no es creer en nada, sino tener confianza para sopesar la información con curiosidad y, un escepticismo saludable como recomienda Tim Harford. Donde las buenas estadísticas nos ayudan a ver con más claridad, y nos ayudarán a ver cosas del mundo que nos rodea y de nosotros mismos y, no seríamos capaces de ver de otro modo. A valorar las afirmaciones tal como son y no menos importante, a saber dónde encontrar ayuda en la que confiar. Evaluar las afirmaciones estadísticas de los políticos, con frecuencia exageradas, descubriendo que tras cada afirmación, verdadera o falsa o en el límite, existe un mundo fascinante por descubrir y explicar.
Las afirmaciones extraordinarias, exigen pruebas extraordinarias, no hallazgos aislados. Es muy aconsejable fijarse en las historias de éxito y tratar de aprender algo, pero debemos ser prudentes ya que es fácil que seamos engañados y víctimas de la “Aleatoriedad”, ya que no podemos evitar sospechar que cuando los datos buenos son más raros, las grandes decisiones se toman basándose en el sesgo de supervivencia. El sesgo de supervivencia, distorsiona incluso algunos estudios sobre el rendimiento de las inversiones, sin reconocer.
Debemos depender de cifras en las que podamos confiar, para tomar decisiones como individuos, organizaciones y sociedad. Y desafortunadamente sólo recabamos estadísticas cuando nos enfrentamos a una crisis. Nuestro mundo enorme y convulso, está lleno de preguntas que sólo una atención adecuada a los números puede responder y, darse cuenta de que la autentica felicidad no está en cargarse de falsedades, sino en intentar comprender qué es y cuál es la verdad. Pero incluso en ámbitos muy técnicos, algunas preguntas simples, con frecuencia generan respuestas satisfactorias.
Preocupa un mundo en el que para mucha gente cualquier cosa les trastorna, pero preocupa mucho más, un mundo en el que no creamos en nada más que en nuestros propios prejuicios. Sabemos que hay un montón de periodistas chapuceros, e incluso en los principales diarios, pero también hay periodistas serios y responsables, que fundamentan con cuidado sus afirmaciones y que se vieron arrojados al mismo cubo de la basura mental, que los mercaderes han proclamado.
La duda es un arma poderosa y las estadísticas, son un blanco vulnerable. Y si es fácil mentir con la estadística, es más fácil mentir sin ellas, pero lo que es más importante: sin estadística es imposible contar la verdad, comprender el mundo para que podamos cambiarlo a mejor.
Cuando utilizamos estadísticas con seguridad y conocimiento, observamos tendencias que de otra forma serían demasiado sutiles e indiscernibles. Y es Harford, quien agrega que sea lo que sea lo que intentemos comprender del mundo, de los demás y de nosotros mismos, la estadística será una herramienta imprescindible.
Muchos nos negamos a fiarnos en las pruebas estadísticas, por miedo a que nos engañen y, admitimos la derrota de los propagandistas que quieren que dejemos de lado la lógica y las pruebas y nos refugiamos en las creencias que hacen que nos sintamos bien. La intención es comprender la lógica que sustentan las verdades estadísticas y, que escapemos de la lógica defectuosa y los sesgos cognitivos y emocionales que configuran las falsedades.
Cuando se trata de interpretar el mundo que nos rodea, debemos ser conscientes de que los sentimientos pueden sobreponerse a la experiencia y, en particular porqué tan a menudo nos tragamos afirmaciones estadísticas que con pensarlo sólo un momento, veríamos que no pueden ser ciertas. No es fácil controlar las emociones, cuando la información es importante para nosotros y, en gran medida, porque las emociones pueden hacer descarriar nuestro razonamiento. Menos emociones impulsivas, menos miedo, menos fracaso anticipado, mayor seguridad, más asertividad y éxito a largo plazo, en la toma de mejores decisiones en cualquier situación, nos dice Annie Duke.
Roger Myerson, definió la teoría de juegos como el estudio de los modelos matemáticos de conflicto y cooperación, entre tomadores de decisiones inteligentes y racionales. La teoría de juegos, es la base moderna para el estudio de la mayoría de nuestras decisiones y, se enfoca en los desafíos que plantean las condiciones cambiantes, la información oculta, el azar y las múltiples personas involucradas en la decisión. Y para esto, John von Neumann basó la teoría de juegos en una versión simplificada del póquer.
Duke, nos dice que la vida real consiste en argucias, pequeñas tácticas de engaño, en preguntarse a sí mismo qué pensará la otra persona que voy a hacer. Las decisiones que tomamos en la vida, fácilmente caben en la definición de “juegos de verdad” de Von Neumann, que incluyen incertidumbre, riesgo, engaños eventuales, todos elementos importantes del póquer.
Estamos en problemas cuando abordamos las decisiones en nuestra vida como si se trataran de decisiones de ajedrez, sabiendo que hay información valiosa que permanece oculta. Y en los resultados, también hay un componente de azar. Y es difícil distinguir entre la calidad de tus decisiones y la influencia del azar.
La información incompleta, plantea un desafío no sólo en términos de toma de decisiones, sino también para derivar aprendizajes a partir de las decisiones pasadas. Si queremos mejorar en cualquier faceta de nuestras vidas, tenemos que aprender de los resultados de nuestras decisiones. La calidad de nuestra vida es la suma de la calidad de nuestras decisiones, más el azar.
El mundo no revela las verdades objetivas fácilmente y, tomar las mejores decisiones, comienza con entender que la incertidumbre puede causar muchos problemas. Estamos interesados en promover la adquisición de conocimiento, pero el primer paso para hacerlo es entender qué es lo que no sabemos, apuntalando la virtud que entraña reconocer los límites de nuestro conocimiento; donde una decisión excelente, es el resultado de un buen proceso. Y dicho buen proceso, debe incluir un intento de representar de manera precisa, nuestro propio estado de conocimiento.
Reconocer la incertidumbre, es el primer paso hacia conseguir nuestro objetivo, de acercarnos a la verdad objetiva.
La precisión de tales estimaciones, dependerá de qué tanta información tengan y, qué tan experimentados sean al realizar estimaciones, nos dice Duke. Y hay muchas razones para abrazar la incertidumbre y hacerlo, nos hace ser mejores tomadores de decisiones. Reconoceremos que no percibimos el mundo de forma objetiva y cuando tomamos una decisión basados en probabilidades, no quiere decir que estemos equivocados si las cosas no suceden como esperamos y, que sólo quiere decir que uno de los eventos de una serie de futuros posibles tuvo lugar.
Los resultados improbables a veces acontecen. El mundo es un lugar bastante impredecible, la influencia del azar hace que sea imposible predecir con exactitud qué pasará y, toda la información que está oculta para nosotros, complica las cosas aún más. Y vamos a tener que enfrentarnos al hecho de que nos equivocamos con mucha frecuencia, ya que es parte de la ecuación.
Cada decisión nos compromete a una ruta de acción que por definición, elimina todas las otras alternativas. En la mayoría de nuestras decisiones, estamos apostando contra todas las versiones futuras de nosotros mismos y, que no elegimos y constantemente elegimos y decidimos entre futuros alternativos. Y cada vez que elegimos algo, estamos apostando a un futuro potencial. Ignorar el riesgo y la incertidumbre en cada decisión, el costo que tendrá sobre la calidad de nuestra decisión, puede llegar a ser inmenso. Y si lo hacemos, podremos percibir el mundo de una manera más precisa y seremos mejores por hacerlo.
Sin olvidar que apostamos con base en lo que creemos sobre el mundo y, parte de la habilidad en la vida, viene de aprender a ser mejores calibradores de nuestras creencias y de utilizar la experiencia y la información para adaptar nuestras creencias de una manera más objetiva, para que representen con mayor precisión el mundo.
También hay una habilidad a la hora de identificar cuándo nuestros patrones de pensamientos nos llevarán a equivocarnos, sin importar nuestras creencias y, en desarrollar estrategias para trabajar con esos patrones de pensamiento. Existen estrategias efectivas para ser más racionales en nuestras decisiones y acciones, ya que nuestras creencias pueden estar, muy erradas.
No hace falta mucho para que creamos cualquier cosa y, una vez que lo hacemos, la protección de esa creencia es lo que guía el modo en el que tratamos la nueva información relevante para esa creencia. Las noticias falsas funcionan, porque las personas que ya tienen creencias que coinciden con la historia, por lo general no cuestionan la evidencia.
Notemos, en primer lugar, que la acción racional e informada presupone algún conocimiento básico; si ignorásemos todo lo relativo al sistema que tenemos que cambiar, ni siquiera lograríamos su identificación. Y si conociéramos muy poco de él, es probable que no triunfáramos en la solución de nuestro problema.
El cuerpo de conocimiento relativo al sistema que nos interesa, es a la vez empírico y conceptual y en ocasiones, incluso teórico. Y consiste esencialmente de tres partes: una descriptiva de algunos de los aspectos del sistema, un modelo conceptual y, un haz de previsiones formuladas sobre la base conjunta del modelo. La previsión puede hacerse sobre la base de alguna correlación empírica o idealmente, en la solución de un sistema de ecuaciones de su evolución.
Si se trata de predicciones, el rango de resultados posibles podrá ser más estrecho si hay menos azar involucrado. Y entre más azar esté involucrado o menos sepamos del tema, más amplio deberá ser nuestro rango de valores esperados, ya que al expresar el nivel de confianza en lo que creemos, cambiamos nuestra manera de percibir el mundo. Y el reconocer la incertidumbre, es el primer paso hacia medirla y reducirla e incorporarla a nuestra manera de concebir lo que creemos y, que crea una apertura de mente que nos acerca a posturas más objetivas frente a la información, con la que no coincidimos.
Para John Brockman, la ciencia es un conjunto de conocimientos y actividades; y es conocimiento adquirido, todo aquello que sabemos de la naturaleza y de los fenómenos que tienen lugar en ella, donde las observaciones y experimentos realizados, al igual que las teorías producidas, nos permiten ordenar conjuntos de fenómenos y así, entenderlos. Pero no se limita a entenderlos, sino que es también búsqueda de soluciones y de problemas nuevos y de ideas que se imaginan y que se prueban y, de una búsqueda que obliga a desplegar algo de lo mejor que posee la especie humana: de una imaginación sometida constantemente al control del razonamiento lógico y de la comprobación.
Los científicos invitan a su comunidad a compartir información relevante y a poner a prueba y cuestionar los resultados y las explicaciones, donde la información que se comparte, puede confirmar, rebatir o refinar las hipótesis publicadas. Y el objetivo es hacer avanzar el conocimiento, no reafirmar lo que ya creemos o sabemos.
Ser un poquito mejor para tomar decisiones, puede hacer una gran diferencia; el efecto acumulativo de ser un poquito mejor que nos mejore la toma de decisiones puede tener efectos enormes a la larga en todo lo que hacemos y, nos ubica en una mejor posición para descubrir futuras oportunidades
La creencia occidental de que podemos existir independientemente de nuestro medio ambiente, es una ilusión, con circunstancias potencialmente graves para la salud y la felicidad, nos dice Denise Lilinm. Es una creencia que hace posible la epidemia global de contaminación, odio, guerra, ambición y tantas otras cosas, que llenan nuestros periódicos y perturban nuestro sueño. A causa de esta creencia colectiva de estar separados de manera frecuente, es difícil sentir emocionalmente nuestra conexión con cosas fuera de nuestro dominio privado.
Estamos inmersos en un océano de energía que fluye y se mueve en ondulaciones constantes y siempre cambiantes a través del tiempo y el espacio, donde toda la vida es energía. Y hay una armonía y un orden cósmico innatos evidentes en toda la vida y, el mundo de nuestro alrededor es una interacción de energía que siempre fluye. Somos parte de un inconsciente colectivo que cree que estamos separados de la vida que nos rodea, pero todos somos uno y, no estamos separados de un universo y su energía y en los niveles más profundos. Todo eres tú.
No hay nada en el mundo que no seamos nosotros, nos dice Denise y, no hay nada allá fuera de lo que necesites protegerte. Y en un sentido profundo, todo eres tú y, todo es yo; pero sólo estando en un nivel de conciencia elevado, podemos tocar la verdad. Donde las culturas nativas reconocen no solamente que el mundo a nuestro alrededor es un vasto campo de energía que fluye y con el que estamos íntimamente conectados, sino que todo en el mundo tiene conciencia. Pero puede ser difícil identificarse con algo que es impreciso y que está en todos lados, así que si no ves los lazos que te conectan a todo el universo, que están influenciando tu energía y como resultado, afectando tu vida, es posible y explicable.
Característica de la modernidad, es que la crítica se ha convertido en una de las formas de la cultura. Sin embargo, no existen críticos de la ciencia, ya que ésta es joven y requiere educarse, civilizarse y adquirir conciencia de la naturaleza. Sin embargo, la ciencia hoy en día, nos dice Levy-Lebrond, está más fragmentada y es menos capaz de una síntesis y una reestructuración, además de opaca y menos accesible y, existe todavía un abismo entre ciencia y sociedad. Y la mayoría de sus artefactos, no los entendemos bien y, su incapacidad para difundir los valores de racionalidad y de espíritu crítico, en los que se basa ese conocimiento y que es lo que da testimonio de su situación paradójica. Hay pues una crisis profunda de la ciencia, ya que encontramos en ella elitismo, autoritarismo e imperialismo cultural.
El investigador medio, para Levy-Lebrand, ya no cree en sus manipulaciones genéticas y de que sus síntesis químicas abolirán el hambre en el mundo y, ya tampoco cree en los conceptos de su nueva teoría y de que vaya a ser la que marcará la cultura universal; por lo que ya no tiene ilusiones ni responsabilidades, donde los presupuestos, prioridades y organización de la investigación, son objeto de decisiones que escapan cada vez más a los representantes de la comunidad científica, por lo que habrá que ver a quienes se les concede el Premio Nobel y porqué razón.
¿Qué ideología persigue la ciencia? ¿Hacia dónde se dirige? ¿Qué la guía? ¿Presta grandes servicios a la humanidad o está subordinada a las presiones económicas y políticas? Los conocimientos científicos, incluso los clásicos, no forman parte del saber común y sus avances conceptuales, sus apuestas intelectuales escapan cada vez más y alimentan poco la imaginación de los creadores o apenas despierta el interés de los pensadores.
Donde su discontinuidad cultural y el vacío moral, son dos aspectos de la carencia ideológica en que se hunde. Y sin objetivos, podría suceder que estuviera condenada a terminar sin gloria en una subordinación absoluta a presiones económicas e intereses políticos o, la influencia de la racionalidad productivista se seguirá extendiendo en todo el mundo.
LA CONSTRUCCIÓN DE TEORÍAS
A todos nos incumbe cada vez más el planteamiento del futuro, pero pocos nos detenemos a analizar algunos de los conceptos clave implicados, tales como los de planteamiento y previsión. Resultado de ello, han sido ciertas confusiones y fraudes perjudiciales según Mario Bunge. Donde la acción racional e informada descansa en planes o programas y esto a su vez, se inspiran en políticas generales y, se basan en previsiones bien fundadas y cada uno de los cuatro aspectos que son: previsión, política, plan y acción y, que no son sino componentes de un proceso complejo, donde la naturaleza de un proceso tal, dependerá, desde luego, de la meta que haya sido propuesta y de los recursos utilizados para lograrlo.
El problema científico se mide hoy por el progreso teórico, mejor que por la acumulación de datos. La ciencia contemporánea, nos dice Bunge, no es experiencia, sino teoría más experiencia planeada, conducida y entendida a la luz de las teorías.
Estas teorías, se presentan, con frecuencia creciente, en lenguaje matemático, donde las teorías específicas son, en efecto, modelos matemáticos de trozos de realidad. Este nuevo hecho plantea multitud de problemas filosóficos, que Bunge trata de resolver o abordar, como la de que es un modelo teórico que pone a prueba las teorías y función que desempeña la teoría en la acción planeada y qué papel cumple en el desarrollo, económico, social y cultural.
El sistema de creencias occidentales siempre ha puesto énfasis en el valor de los métodos de ejercitación de la imaginación, consistentes en el cultivo y la evocación prolongada de imágenes visuales, que actúan cuando se permite que se adentren en la mente, en un sublime estado de concentración. Y, cualquier teoría atinada que quiera explicar porqué el mundo es como es, debe ayudar también a prever lo que sucederá más adelante.
Edward O. Wilson, nos dice que la envidia y la inseguridad figuran entre los impulsos de la innovación científica, lo que ahora llamamos biología evolutiva y, su subdivisión más cuantitativa de la biología de poblaciones, requería un rigor comparable al de la biología molecular y celular. Necesitábamos una teoría cuantitativa y pruebas definitivas de las ideas surgidas de la teoría, además de las conexiones intensas con fenómenos de la vida real.
Se dio cuenta, a la hora de estudiar las islas, las conexiones entre la formación y la geografía con la de las especies-área, que presentaban las áreas geográficas; donde pudieron ver que con un aumento del área de una isla, el número de especies se incrementaba “aproximadamente como la raíz cuarta”, lo que significa que si una isla tiene diez veces el tamaño de otra, contendrá aproximadamente dos veces el número de especies que la más pequeña. También observaron que las islas más distantes del continente tenían menos especies que las islas más cercanas.
Si empezamos con una isla vacía, a medida que se va llenando con especies, cada vez hay menos disponibles espacios para los inmigrantes, de manera que la tasa de inmigración se reduce. Y así mismo que la isla se llena de especies, se va atestando y el tamaño medio de la población de cada especie disminuye. Como resultado, la tasa de extinción de las especies aumenta. Por lo tanto, a medida que la isla se llena, la tasa de inmigración disminuye y la extinción de las especies ya presentes en la isla aumenta; y allí donde las dos curvas se cruzan, la tasa de extinción iguala la de la inmigración y el número de especies se halla en equilibrio.
En las islas pequeñas, el hacinamiento de las especies es más grave y la curva de la tasa de extinción es más empinada. En las islas distantes, la inmigración es menor y su curva menos pronunciada y podemos decir que en ambos casos, el resultado es un menor número de especies en equilibro.
MacArthur y Wilson, escribieron su libro sobre la Biogeografía de Islas, el cual ha tenido una influencia considerable en varias disciplinas a partir de las cuales se construyó. También desempeñó su papel en la creación de la nueva disciplina, de la biología de conservación, durante décadas.
En investigación, debes definir un problema de manera tan precisa como sea posible y, para cada problema, existe un sistema idealmente adecuado para su solución, necesitando un ecosistema ideal. Y de alguna manera, las faunas de insectos, arañas y otros invertebrados de unas pocas especies, podrían alterarse de modo que pudieran medirse las tasas de inmigración y extinción de ellas. Y a partir de tales datos, se podrían diseñar múltiples test para comprobar hipótesis, evaluar la propia teoría y descubrir nuevos fenómenos. Donde los islotes eran el perfecto ecosistema modelo, pero se necesitaba faunas mayores, más típicas de ecosistemas naturales e islas menos perturbadas.
Para la investigación exitosa, no depende de la habilidad matemática, ni siquiera de una comprensión profunda de la teoría, ya que depende en gran medida según Wilson, de elegir un problema importante y, de encontrar una manera de resolverlo, aunque al principio sea de forma imperfecta. Los descubrimientos originales son los que más cuentan, son lo único que cuenta. Y según Wilson, si tus datos son sólidos, pero no estás seguro de la conclusión, simplemente dilo así.
Para muchas de las mentes más brillantes del mundo, el origen del universo, la misteriosa transición de la no materia a la materia, creían que se había dado por un impulso que surgía con esfuerzo de otra dimensión y se adentraba en la nuestra, considerando que esa otra dimensión era la mente de Dios.
Pero incluso si Dios pudiera existir, ¿Por qué su mente debería parecerse a la nuestra? Es decir, si Dios nos hubiera hecho a su imagen y semejanza, donde se supone que Dios se imaginó seres a su imagen y semejanza, seres libres y creativos capaces de amar de un modo tan inteligente y, de pensar con tanto afecto que pudieran transformarse a sí mismos y a los demás de su especie, en lo más profundo de su ser. Que pudieran abrir su mente para abarcar todo el cosmos y que en su corazón, pudiese discernir también los secretos más sutiles de su funcionamiento. Y lo que los humanos deben de hacer, nos dice Jonathan Black, es crecer, madurar y aprender a aceptar la indiferencia divina.
Suponemos un universo antropocéntrico, de modo que cada uno de sus esfuerzos tiene como objeto a los seres humanos, donde el universo ha cuidado de nosotros a lo largo de los siglos, nos ha ayudado a evolucionar hacia ese don singular que es la conciencia humana y, nos ha guiado como individuos hacia los grandes momentos de nuestras vidas, que cuando clamamos al cielo, el universo se vuelve hacia nosotros con compasión. Y cuando estamos en una importante encrucijada de nuestra vida, todo el universo contiene el aliento para ver qué camino elegimos.
Es posible que la ciencia sólo nos muestre lo que ocurrió en la superficie. ¿Acaso estaban sucediendo acontecimientos más importantes bajo la superficie? Lo que la historia secreta conserva, es un recuerdo de la experiencia subjetiva, de las notables experiencias que transformaron la psique humana. Por lo tanto, ¿Qué es más real? ¿Qué nos dice más la realidad del ser humano, el saber científico o el saber esotérico, codificado en la mitología antigua? ¿Podría haber niveles de verdad o realidad en los acontecimientos que le pasaran inadvertidos a la conciencia sensata y científica y, que nosotros usásemos para hallar nuestro camino entre los atascos?.
Para Jonathan Black, es posible que los científicos hablen del misterio y el milagro que representa el universo, de que todas y cada una de las partículas que engloba, están conectadas entre sí por la fuerza de la gravedad y, de que los átomos de los que estamos hechos se forjaron a partir del hidrógeno, pero lo importante es que el suyo, el mundo de los átomos, es un mundo donde reinan fuerzas ocultas.
En el universo científico, la materia precedió a la mente y ésta, es un accidente de la materia. Sin embargo, cuando la mente es anterior a la materia, el vínculo entre la mente y la materia es mucho más estrecho, donde en este mundo, todo está vivo y hasta cierto punto tienen conciencia, Y según Schrödinger, los acontecimientos cambian en función de cómo se observen.
Un modelo, es por definición una versión simplificada e incompleta de lo que describe y puede muy bien no ser defendible como algo absoluto, pero por lo menos nos permite encontrar el camino de muchas cosas. Sin embargo, hay una tendencia a considerar estos modelos contradictorios y como parte de un absoluto oculto y ante su carácter contradictorio, quiénes mantienen la fe en algo absoluto, afirman que como todos estos modelos tienen defectos, serán reemplazados por una gran teoría del Todo, una teoría maravillosa que no contenga paradojas y que pueda explicar todo a cualquier escala.
Es fácil producir resultados fantásticos con teorías matemáticamente correctas, ya que hay muchos modelos que se ajustan a la realidad y que producen implicaciones objetivas que pueden llevarnos a una nueva manera de pensar. Las fantasías son el manantial de todo pensamiento creativo y, los pioneros de la ciencia sólo en raras ocasiones hacen descubrimientos extrayendo ideas de la matemática pura.
La mayor parte de los científicos reflejan a profesores que explican descubrimientos que ya se han llevado a cabo. Las ideas en la ciencia son el resultado de un conocimiento cabal, bien organizado, de todo lo que se sabe o que se puede imaginar y, es mucho más fácil para los científicos adquirir la colaboración necesaria de matemáticos y estadísticos que para los matemáticos y los estadísticos encontrar científicos capaces de utilizar sus ecuaciones.
Se podría desarrollar una teoría general matemática en términos abstractos, que abarcara todas las perspectivas posibles en el universo, pero no habría habido manera de deducir qué opciones de toda esta multitud de opciones son las que se presentan en la realidad de la Tierra. Nos dice Edward O. Wilson, que en los anales de la biología teórica están repletos de modelos matemáticos que, o bien cuando se ponen a prueba no funcionan y sólo los que están conectados de manera sólida con el conocimiento de los sistemas vivos reales, tienen probabilidades de ser usados.
Un paso importante que tienes que dar, es encontrar un tema acorde con tu nivel de competencia matemática y que además te interese, ya que para todo científico existe una disciplina en la ciencia para la que dicho nivel de competencia en matemáticas es suficiente para alcanzar la excelencia.
Debes saber que puedes desarrollar un notable trabajo con lo que tienes, especialmente en ciertos campos que se basan en la recolección de datos, como son la ecología y la biogeografía. Y recuerda que en la búsqueda de descubrimientos científicos, cada problema es una oportunidad y cuanto más difícil sea el problema, mayor será la importancia de su solución.
Los científicos identifican un problema y después se busca una solución y cuando surge una respuesta, se descubren otros fenómenos y se plantean otras preguntas; pero de manera general los científicos suelen resolver problemas de forma instintiva. Y de manera general también son propensos a seleccionar un determinado tipo de proceso para dar respuesta a preguntas acerca de sus funciones en la naturaleza, y es la que predomina en la física y la biología.
Los físicos saben mucho sobre cómo se comportan las partículas subatómicas, pero no saben nada sobre lo que son en realidad. Las partículas subatómicas son lo que nosotros somos capaces de ver de unas cuerdas vibrantes multidimensionales y lo único que sabemos con certeza, es que no sabemos lo que son esas cosas, nos dice John Higgs. Pero la interrogante es: ¿Cómo es posible que esas partículas se comporten como pequeñas bolas de billar y también como ondas?
Estudiar dos cosas que son al mismo tiempo dos cosas contradictorias, es un gran desafío y, de que esas cosas pueden estar en más de un lugar en un mismo momento y de que podían rotar en distintas direcciones a la vez y moverse instantáneamente de un sitio a otro, sin atravesar la distancia que media entre ambos y de que de alguna manera, hace posible comunicarse de forma inmediata en la larga distancia, contradiciendo todas las leyes conocidas.
¿Cómo actúan los científicos para encontrar soluciones? El científico se pregunta: ¿Cuál es la naturaleza del fenómeno y cuáles son sus causas, su origen y sus consecuencias? La verdad es de que siempre hay pistas y a partir de ellas, se forman opiniones en relación con las soluciones, como son lo que conocemos como son las “hipótesis”, utilizando lo que se conoce como “El método de múltiples hipótesis en competencia”, que consiste en imaginarse tantas soluciones diferentes como sea posible y después en ponerlas a prueba, eliminando una a una todas, menos una, donde desafortunadamente rara vez se da una delineación de todas las posibles hipótesis. Ello para el caso en biología, donde la norma son los factores múltiples, de manera que los científicos persisten hasta que pueden ponerse juntas todas las explicaciones sólidas y, surge un consenso. Y así, cuando un fenómeno exhibe propiedades invariables, entonces puede declararse que una explicación científica es un hecho científico, pero mientras la investigación sea todavía incompleta, la idea continuará siendo de que es una teoría y, si se llegara a demostrar que es errónea, podemos decir sin embargo, que éstas promueven nuevas investigaciones y así nuevos descubrimientos.
Para Ernst Mayr, la evolución es un hecho tan evidente que uno tiene que estar comprometido con algo parecido a una creencia en lo sobrenatural para estar absolutamente en desacuerdo con ella. Y en lo que se refiere a las ciencias físicas, cualquier teoría nueva se basa en una ley, pero que algo sea una ley, “No ha de tener excepciones” y, a de situarse más allá del espacio y del tiempo. Pero las leyes biológicas están limitadas a determinadas partes del mundo vivo o a determinadas situaciones localizadas y restringidas en el tiempo, de modo que podemos decir que no hay leyes en biología, pero si uno no acepta la evolución, entonces la mayor parte de hechos de la biología simplemente no tendrán sentido.
Hoy en día la evolución de los seres vivos sigue siendo sólo una teoría y no un hecho; pero es un hecho que la evolución es un hecho, que ha tenido lugar en al menos algunos organismos durante parte del tiempo, que se ha documentado de manera tan convincente en tantas especies procedentes de todas las disciplinas de la biología, que puede decirse con seguridad de que la evolución es un hecho. Pero también puede decirse que todavía sigue siendo una teoría, por el hecho de que la evolución se da de manera universal mediante la selección natural; sin embargo, todavía queda la gran pregunta de la ciencia y de la filosofía, de si puede extenderse a las ciencias sociales y las humanidades.
Lo que para Edward Wilson, “El intento de realizar dichas conexiones será una parte clave de la vida intelectual a lo largo de lo que queda del siglo XXI”. Sin embargo, el fracaso de los relatos creacionistas es una prueba más de que los misterios del universo y de la mente humana, no pueden resolverse únicamente mediante la intuición. Y solo el método científico ha podido liberar a la humanidad del estrecho mundo sensorial que nos han heredado nuestros ancestros.
Antaño se creía que la raza humana había surgido completamente desarrollada y en su forma ya presente, pero ahora sabemos que nuestra especie surgió hace seis millones de años en África en forma muy primitiva. Copérnico nos demostró que la Tierra no se encuentra en el centro del universo y Darwin, de que nosotros no somos el centro de la vida. Y así, según Freud, de que ni siquiera podemos controlar nuestra propia mente, ya que la mente consciente es sólo una parte del proceso de pensar.
La dificultad de basarse en hipótesis negativas, para apoyar la ciencia basada en la fe, es que si son erróneas también son vulnerables a una refutación decisiva, con una sola prueba comprobable de una causa no sobrenatural. Sin olvidar que la profesión de científico es la exploración del mundo real, sin aceptar ideas preconcebidas y, que la verdad comprobable es la única moneda válida dentro del ámbito de la ciencia.
Para Darwin, el objeto de un acto selectivo, era el individuo y, aquellas personas que piensan que es el Gen el objetivo de la selección natural, están equivocados. Y para Lightman, a medida que la ciencia se ha vuelto más abstracta, se ha alejado de la experiencia cotidiana, donde el papel de la metáfora en nuestra descripción del mundo ha llegado a ser cada vez más importante: Somos personas ciegas que se imaginan lo que ven.
Lo infinito es infinito en cada uno de nuestros cuerpos, en cada uno de nuestros paisajes mentales, lo cual nos ofrece un punto de partida para conectarnos e identificarnos mutuamente, donde la integración, según Daniel J. Siegel, es algo más que conexión, también supone diferenciación. Donde acabamos sintiendo nuestras conexiones y, lo que tenemos en común y no sólo en nuestras diferencias. Es la puerta para que surja la conexión de la integración y a través de este plano de posibilidad, también nos damos cuenta de que no sólo estamos conectados con otras personas, sino que también estamos conectados con el planeta.
En la ciencia, se nos presenta dos puntos de vista opuestos: en un extremo está el punto de vista Reduccionista, según el cual toda clase de conocimiento, desde la física y la química hasta la psicología y la sociología y donde también la historia la ética y la religión pueden reducirse a ciencia y, lo que no puede reducirse a ciencia no es conocimiento. En el otro extremo, se sitúa el punto de vista tradicional, según el cual el conocimiento procede de muchas fuentes independientes y la ciencia es sólo una de ellas. Todas son fuentes de conocimiento, partes de un patrimonio humano que es más antiguo que la ciencia y quizá más perdurable.
Para Désmond Bernal, “Hay dos futuros, el futuro del deseo y el futuro del destino y, la razón humana nunca ha aprendido a separarlos”. Charpak y Broch, ante la amenaza de la pseudociencia, nos preguntan: ¿No es el pensamiento científico el acompañante indispensable para llegar a la sabiduría, para clarificar la tarea de pensar y para amar esas virtudes, que no sólo se expresa en vanos encantamientos dirigidos al cielo, sino también mediante actuaciones lógicas?
Pero ¿Cuáles son los verdaderos y auténticos límites de la ciencia? Para Dyson, los fenómenos paranormales pueden realmente existir, pero quizá no sean accesibles desde la investigación científica y donde las capacidades mentales y el método científico sean complementarias. lo que significa según Niels Bohr, que dos descripciones de la naturaleza pueden ser ambas válidas, pero no pueden ser observadas simultáneamente, como el caso que se da en la luz, que se comporta como una onda continua y se comporta también como un enjambre de partículas, pero no podemos ver ambas en el mismo experimento. Sabemos también que en física, la Complementariedad es un hecho establecido.
Cada uno de nosotros es un proceso complejo que refleja el mundo y elabora su información de una manera estrechamente integrada. Concebimos el mundo agrupando y fragmentando un continuo de procesos en el mundo, más o menos uniformes y estables y, lo concebimos como algo unitario y establecemos fronteras y nos apropiamos del mundo haciéndolo pedazos. Se recibe impulsos sensoriales y a continuación, se elabora información, generando un comportamiento.
El desarrollo de las ciencias naturales, siempre ha sido impulsado por el deseo de entender, en toda su magnitud, los fenómenos que ocurren en el Universo. Los instrumentos que se han utilizado para lograrlo han sido, entre otros, las matemáticas y la física que, aunque son prácticas separadas resultan inseparables e imprescindibles.
A la luz de esta idea y del hecho de que nuestro cerebro no fue diseñado evolutivamente para hacer matemáticas ni para lidiar con problemas de gran magnitud, sino más bien para ayudarnos a cazar y a cosechar alimentos, hacer la guerra y, mantener relaciones sociales.
La ciencia es universal, pero sus servidores son bastante especializados y sus visiones son frecuentemente limitadas. Y lo que ahora llamamos científicos, eran conocidos como filósofos y trataban de comprender en forma global nuestro mundo, una visión sintética de la naturaleza de las cosas, según David Ruelle. Donde la transición de la incertidumbre a la certidumbre aproximada, se da cuando observamos largas series de eventos y, es tema esencial en el estudio de la Casualidad.
No sabemos lo suficiente sobre el funcionamiento del cerebro como para explicar porqué algunos parecen más eficientes que otros; ¿Están sus orígenes en nuestro código genético o en la influencia del medio ambiente? ¿Es importante en la vida práctica? ¿Por qué aumenta de generación en generación? ¿Por qué en sus estudios, se pueden encontrar puntos de vista diametralmente opuestos acerca de los mismos datos?
El enfoque de análisis que se adapte, puede llegar a presentar un obstáculo, por lo que el uso de la estadística es fundamental en la investigación, ya que sin un examen estadístico de los datos, no se puede descubrir el patrón de manifestación y el significado de las diferencias y más aún, las estadísticas que utilicemos, están entre las más complejas de la psicología, donde la correlación, es una forma de describir cuanto se relacionan dos cosas entre sí.
Las correlaciones concluyentes y relevantes, pueden tener valores positivos o negativos y cuando el valor de correlación es cero, significa que no existe relación entre las dos cosas. Una correlación puede decirnos si una cosa tiende a aumentar o a disminuir junto con otra cosa o, si no existe ninguna relación entre ambas.
Como norma, a los coeficientes de correlación que superan el valor de 0.5 se les llama o se les dice que son de “Efectos grandes o fuertes”. Y a los que están por debajo de 0.2, se les llama “Débiles o pequeñas”. Y entre más grande sea el número de datos, mayor confianza podremos tener en que el valor de correlación es el correcto. Sin embargo, la gente comete el error de interpretar esa correlación en forma individual o de personas particulares y, no se entiende de que cualquier relación en que la correlación que no sea +1 ó -1, hallaremos excepciones a la asociación que hemos encontrado. Y cuanto menor sea la correlación, más excepciones encontraremos.
Las correlaciones, no nos informan sobre los individuos componentes o casos particulares y no necesariamente indican que encontraremos las mismas asociaciones en otras muestras. Y el hecho de que la correlación no sea muy fuerte, también significa que habrá muchas excepciones, donde además una correlación es la descripción de una tendencia de información de un grupo de datos.
¿Cuáles son las características de la psique de una persona? ¿Son iguales o distintas con las otras personas? Y si es así, ¿Por qué somos tan distintos? Y si somos tan distintos, ¿Cómo podemos convivir sin destruirnos? Tenemos nuestras propias ideas de las cosas y pensamos de cierta manera. Vemos el mundo así o asa y, a lo que vemos y a lo que sentimos y hasta lo que opinamos, le damos el nombre de Realidad. Pero, si no vemos lo mismo o si no llegamos a la misma conclusión a partir de lo que vemos, entonces alguno de los dos analizados, está equivocado. O, alguno de los dos no está percibiendo la “Verdadera Realidad”. Y si esa persona persiste en actuar de forma tan absurda, ¿estará pensando y sintiendo acerca de ti, algo muy parecido, a lo que tú piensas de esa persona? Son situaciones tan generalizadas y tan comunes, que sin embargo, nos siguen dejando perplejos cada vez que ocurren.
¿Es posible que la Realidad, no sea única, que existan muchas realidades y que cada cual se encuentre inmerso en su realidad, sin ver jamás, ni entender la Realidad de los otros? Y ¿Es posible que ambas personas, en posiciones tan distintas, estén al mismo tiempo en lo cierto, porque ven aquello que sí ven y en el error porque no ven aquello que no ven? Esto no sólo es posible, sino que de hecho es lo que sucede, nos dice Víctor Sánchez y, lo que llamamos Realidad, es al menos parcialmente una proyección de lo que somos.
Por eso, cada persona ve las cosas de distinta manera y forma y esa visión la llama “Realidad”, lo cual no hace que nuestra Realidad, sea más real que la de los demás. Y si hubiera una Realidad Mayor o más verdadera, sería aquélla que obtendríamos de sumar las distintas Realidades y no aquéllas que se impusieran aniquilando a las demás, según Sánchez. Y el mensaje de fondo, según él, es que no vemos el mundo como es, sino que lo asumimos de acuerdo con nuestra convicción. Y por ello, siendo tan distintos el mundo que cada cual ve, es siempre al menos un poco diferente; y no se da cuenta de que mientras persigue el dinero y lo material, la Naturaleza se extingue, así como sus relaciones personales, a las que no da el valor necesario por pensar sólo en dinero y bienes materiales.
En el mundo empresarial, el Big Data, nos inspira niveles de devoción casi religiosa, nos dice Martin Lindstrom, poniendo de manifiesto algunos de los problemas de los que deberíamos ser conscientes cuando pensamos en el Big Data, donde las nuevas ideas provienen de la yuxtaposición y de la combinación de dos cosas, que anteriormente no se habían combinado en la consideración de que el Big Data vive típicamente como para generar alguna perspectiva y, son demasiado superficiales para crear la yuxtaposición que lleva a obtener posibles avances. Y, es difícil imaginar a los datos capturando muchas de las cualidades que más valoramos y, aunque un cuidadoso observador con frecuencia extrapola a fabulosas conclusiones, se sospecha que son falaces.
Nuestras empresas no mejorarán sólo a través del Big Data, nos dice Lindstrom, sino que necesitamos explorar datos elocuentes, que sean datos profundos, incluso si aparecen en forma de pequeños datos.
La continúa oportunidad de observar a las personas y las culturas en las que habitan desde sus perspectivas y tratar de dar respuestas a preguntas como: ¿A qué aspiran y por qué? ¿Tiene alguna de estas creencias, hábitos o rituales, relevancia universal?
En un mundo transparente y sobrepoblado, en el que revelamos nuestras vidas interiores en línea o online, los conceptos de “Privacidad y Exclusividad”, se han convertido en el mayor lujo de todos. Y más intrigantes aún que las diferencias entre hombres y mujeres y variaciones de los lugares, clima y cultura, que son las características que todos compartimos, hemos llegado a darnos cuenta de que la capacidad para enlazar una observación aislada con otra, supone una extraña habilidad, donde el estudio de las ciencias sociales o psicológicas son de gran ayuda, para entrenar ojos y oídos para deducir, interpretar y en última instancia, de dotar de sentido al mundo que nos rodea. Sabiendo, que no importa lo insignificante que puede parecer inicialmente, todo en la vida nos cuenta una historia, nos dice Lindstrom.
¿Somos conscientes de la secuencia irregular de los pequeños datos que dejamos tras nosotros cada día, rituales, hábitos, gestos y preferencias que confluyen para exponer quienes somos en verdad interiormente? Cuando comenzamos a ver la vida a través de la nueva y desconocida lente de los pequeños datos, también encontramos pistas reveladoras sobre las personas, incluidos nosotros mismos.
Un trozo solitario de pequeños datos, casi nunca es suficientemente significativa para crear un caso o enunciar una hipótesis, pero mezclados con otras ideas y observaciones, los datos finalmente se unen para crear una solución que forma los cimientos futuros de algo mejor. Estos métodos pueden ser estructurados, pero también están basados en un montón de errores y, ensayo y error, hipótesis fallidas, de las que tenemos que deshacernos, antes de empezar de nuevo desde el principio.
Y lo primero que hay que hacer, es reunir tantos datos racionales y observables, como se pueda. Donde el detalle o, el gesto, más pequeño, pueden convertirse en la clave para descubrir un deseo que no sabíamos que tenemos. Buscar pautas, paralelismos, correlaciones y, no menos importantes, desequilibrios y exageraciones. Concentrarnos en los contrastes y otras evidencias, que pueden encontrarse en cualquier parte.
La estadística, nos dice Madrid Casado, suele definirse como la ciencia que estudia la recogida, organización e interpretación de datos. Los métodos estadísticos se encontraban desperdigados en varios campos de la ciencia. Así, la Astronomía, custodiaba las aportaciones de Gauss y Laplace, relativas al método de mínimos cuadrados, la Ley del Error y el cálculo de probabilidades, La curva Normal, era de uso común en la sociología y en la física de gases, gracias a la semejanza entre las moléculas de un gas y los ciudadanos de un país. Pero sería dentro del perímetro de la biología evolutiva, donde aparecerían las principales novedades estadísticas del siglo.
La naturaleza de la estadística, que engloba contenidos y aplicaciones de los más diversos, es sumamente problemática, nos dice Casado. Y para nada resulta sencillo determinar cuál es el nexo que dota de unidad a su campo, más allá de un ramillete de herramientas matemáticas. Donde la convergencia de varias disciplinas naturales y sociales posibilitó la configuración de la estadística y, al mismo tiempo, aunque resulte paradójico, su emancipación respecto de ellas y desde los juegos de azar, las leyes estadísticas cuya regularidad se revela no a escala de individuo sino de la población, influyeron a la astronomía, la geodesia, la biología, agricultura y la industria.
Anteriormente, la probabilidad y la estadística, aparecían en la observación de la naturaleza, pero desde Fisher, se hace de preferencia desde el muestreo, cuando extraemos muestras aleatorias de una población, aunque se dice que éste no es más que un producto de la imaginación. Y, donde la confrontación con problemas tangibles estimuló su crecimiento tanto o más que los problemas teóricos.
El trabajo estadístico, se realiza empleando el lenguaje de la probabilidad y, aborda el estudio probabilístico de la incertidumbre, sea cual sea su fuente. La inferencia estadística, se ocupa de evaluar y juzgar las discrepancias observadas entre la realidad y lo prescrito por el modelo teórico, haciendo uso indispensable del cálculo de probabilidades. Donde un gran número de las técnicas estadísticas actuales, tienen su origen en la obra de Ronald Fisher. Quién, se dice que bebió de las fuentes de la estadística a través de la Astronomía y conoció las contribuciones de Gauss y Laplace y de la física de gases, aprendió las aplicaciones desarrolladas por Quetelet y Maswell y de la biología evolutiva, las principales novedades estadísticas de Francis Galton y Karl Pearson.
Fisher, fue el arquitecto que simultáneamente puso los pilares de la “Teoría de la Estimación” y de la “Teoría de los test estadísticos”, donde la primera, se centra en determinar un estimador apropiado, para cada parámetro desconocido. La segunda, se preocupa de someter hipótesis que establezcan valores concretos del parámetro al dictado de la experiencia. Fisher es el creador de lo que los estadísticos denominan “Diseño de Experimentos”, es decir, del uso de la estadística en el momento de planear cualquier experimento. Fisher, cimentaría también las pruebas significativas, el análisis de varianza y la aleatorización, como principios básicos de cualquier confrontación del científico naturalista con los hechos.
La teoría estadística clásica, tal como hoy la conocemos conteniendo la estimación, el contraste de hipótesis, el diseño de experimentos y el muestreo, se dice que son fruto de Fisher y Neyman, los cuales reflexionaron profundamente sobre el papel que corresponde a la Inferencia Estadística en el Método Científico. Y se convirtió en idea fija del pensamiento fisheriano, es decir, al problema de la “Inducción”, concatenado con la probabilidad y la estadística y que establecían conclusiones probabilísticas, con lo que es un hecho que las aportaciones de Fisher, cambió el paradigma científico de la época, según Casado.
La Inferencia Estadística, se define como una colección de técnicas que permiten formular inferencias de lo particular que es la muestra, a lo general, que es la población, proporcionando una medida de la incertidumbre de la predicción o, la probabilidad de error. Donde el viaje desde el análisis exploratorio de los datos al dominio de la teoría matemática de la probabilidad, se realizaba mediante el ajuste de distribuciones teóricas, por medio del método de mínimos cuadrados y, donde la bondad del ajuste, podía comprobarse mediante la prueba de la Ji cuadrada. Pearson, nos enseñó como extraer información relevante de una maraña de datos, en tanto que Fisher nos mostró cómo conocer el Todo o la población, observando la parte o sea la muestra.
Hay que admitir, nos dice Fisher, que cualquier inferencia de lo particular a lo general, se realiza con un cierto grado de incertidumbre; pero esto no es lo mismo que admitir que esa inferencia no pueda ser absolutamente rigurosa. La “suficiencia” era el criterio supremo, ya que implicaba los otros dos criterios más débiles, como el de la Eficiencia y la Consistencia, ya que implicaba que el problema de la Estimación, estaba completamente resuelto.
El teorema de Bayes, ofrece una fórmula mediante la cual se puede calcular la probabilidad de observar un hecho en particular, dada cierta información previa y cierta información adicional, conocida como el condicional. Su teorema es particularmente útil cuando se enfrentan dos o más posibles explicaciones para que un hecho ocurra. Lo que aprendemos de la experiencia, depende de la clase de filosofía que le demos a la experiencia y por lo tanto, es inútil apelar a la experiencia antes de establecer, tan bien como podamos, la cuestión filosófica.
Por el teorema de Bayes, es posible calcular las probabilidades Posteriores y, aplicar a los hechos aparentemente milagrosos de la vida diaria, donde para evaluar la pregunta en el sentido bayesiano, se requiere primero que se postule cuál es el Previo de que ocurra. Donde los milagros no suponen un conflicto irreconciliable para el creyente que confía en la ciencia como un medio para investigar el mundo natural y, que observa que éste está regido por leyes. Pero para evitar que el mundo caiga en el caos, los milagros deben ser poco comunes. Así, no sólo debemos ver un argumento sobre la rareza de los milagros, sino también el argumento de que deben tener algún propósito, en vez de representar los actos sobrenaturales de un diseñador caprichoso simplemente para asombrarnos, nos dice Collins. Y agrega John Polkinghorne, que los milagros no se deben interpretar como actos divinos contra las leyes de la naturaleza.
Para ser creíbles, los milagros deben transmitir un entendimiento más profundo de lo que se hubiera obtenido sin ellos. Y desde el punto de vista escéptico, las leyes de la naturaleza pueden explicarlo todo, incluso lo excesivamente improbable. ¿Pero se puede sostener este punto de vista completamente?
Existe según Collins, al menos un hecho singular, excesivamente improbable y profundo en la historia, que los científicos de casi todas las disciplinas concuerdan en que no se entiende y que nunca será entendido, para el que las leyes de la naturaleza se quedan completamente cortas al ofrecer una explicación. Y es Immanuel Kant quien escribiera “Dos cosas llenan mi ánimo de admiración y respeto, siempre nuevos y crecientes, cuanto con más frecuencia y aplicación se ocupa de ellas la reflexión: El cielo estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mí”
EL ORIGEN DE LA CONCIENCIA
De acuerdo con la concepción científica dominante, la “Conciencia”, considerada como la experiencia subjetiva y sensibilidad, tiene cero manifestaciones exteriores: No hace nada. En términos técnicos, según Robert Wrigt, la conciencia o la experiencia subjetiva, es “Epifenoménica”; es decir, que es siempre un efecto, nunca una causa y, se puede decir también que la conciencia es una cosa inmaterial pero activa. Si pensamos así, muy bien podemos haber llegado a la conclusión de que vivimos en un universo extraño y que la ciencia no conoce todas sus dimensiones y que en consecuencia, hay margen para especular sobre grandes objetivos y conciencias superiores. Al fin y al cabo, nos dice Wrigt, si la conciencia no hace nada, su existencia es un misterio impenetrable.
Si la experiencia subjetiva no es necesaria para el tramite cotidiano de vivir, comer y transmitir genes a la próxima generación, ¿Por qué nos la puso ahí la selección natural? ¿Por qué la vida tuvo que adquirir una propiedad de primera magnitud, pero que carece de función?
Dudar de que la vida evolucionó, es dudar de los datos de la biología y de su concordancia con la física y la química, la geología y la astronomía. Es dudar de la veracidad del experimento y la observación de los análisis ligados a la realidad, es al fin, nos dice Nick Lane, dudar de la realidad.
El proceso evolutivo cerebral, se inició hace unos dos millones y medio de años, período demasiado corto en términos evolutivos, para dar lugar al surgimiento del Homo Sapiens. Lo cual implica que la variación genética y la selección natural, han creado una por una las habilidades cognitivas, capaces de inventar y desarrollar complejas formas sofisticadas de representación y comunicación simbólica y aún, estructuras sociales elaboradas que cristalizan en instituciones culturales, según Michael Tomasello.
Para Tomasello, la clave radica en que en los humanos evolucionó biológicamente una nueva manera intencional de identificarse y de entenderse, con miembros de la misma especie, que permite reconocer a los otros como seres intencionales. Proceso que según él, transcurre a una velocidad que ningún otro proceso de evolución biológica puede igualar. Sin embargo, para Stephen Jay Gould, demuestra que es una falacia creer que el crecimiento de la capacidad craneana representa un ejemplo de velocidad evolutiva extraordinaria, algo tan raro que sólo se explicaría por las maravillosas capacidades de adaptación y de retroalimentación de la conciencia humana y, que la velocidad de cambio, sólo se explicaría por la intervención de procesos culturales.
Para Roger Bartra, las capacidades cognitivas de los humanos modernos no son una mera expansión de las habilidades arcaicas, sino la adquisición de nuevas aptitudes, y en este contexto, es posible insertar la hipótesis sobre el funcionamiento de la Conciencia. Posiblemente, nos dice Ian Tattersall, las capacidades cognitivas, fueron una trasformación ocurrida por una innovación cultural que activó el potencial para realizar los procesos cognitivos simbólicos que residían en el cerebro, sin ser empleados y, el detonador fue la invención del lenguaje.
La pregunta por la conciencia, es la pregunta por la experiencia subjetiva en general, del dolor físico, de la intuición, de la angustia; es la pregunta por la sensibilidad. Para el filósofo Thomas, la pregunta sería: ¿Por qué es como algo que estuviera vivo? Pero cuando el filosofo Daniel Dennet, se pone a explicar la conciencia, no suele abordar la incógnita de esta pregunta y lo que hace es explicar cómo puede el cerebro generar conciencia. Pero en cualquier caso, nosotros no preguntamos cómo puede el cerebro generar conciencia, sino porqué. Y es el porqué un aspecto de la vida que carece de función y que es antes que nada un aspecto de la vida.
Donde el misterio de la conciencia, ha adquirido relieve gracias a la informática. Otros han sugerido que la experiencia podría radicar en alguna especie de ley Metafísica, donde la conciencia aparece con determinado procesamiento de información. Pero el procesamiento de información, no necesita ser orgánico. La conciencia global no es para Teilard una idea solamente concebible, sino también fascinante y, aunque comprendía la diferencia entre evolución biológica y evolución cultural, tendía a pensar en ambas como un solo y continúo acto creativo y, en ambos casos, el resultado era la Complejidad. Suponía que una de estas propiedades era el desarrollo de la Conciencia, un desarrollo que se producía al mismo ritmo que el desarrollo de la Complejidad.
La transformación neuronal, comenzó a tener consecuencias desde el momento en que se tuvo que enfrentar a retos que superaban los recursos normalmente usados. Para Antonio Damasio, el disparador que pudo impulsar las formas complejas de comportamiento social, fueron las estrategias sociales y culturales que evolucionaron como una manera de enfrentar el Sufrimiento, en individuos dotados de notables capacidades de memoria y predictivas.
La interpretación de Damasio, radica en que este sufrimiento es algo más que el dolor que siente el individuo como una señal somato sensorial, provocada por una herida, un golpe o quemadura, donde al dolor sigue un estado emocional considerado como sufrimiento. Dolor que sigue un estado emocional que actúa como palanca para el despliegue adecuado de impulsos e instintos y de la misma manera, el organismo despliega los dispositivos emocionales del sufrimiento, para impulsar los medios que le evitan o amortiguan.
Una sensación que genera estados emocionales adicionales y que a fin de cuentas, el sufrimiento, es el resultado de una carencia, una ausencia, una privación. En estas condiciones, el organismo siente la necesidad de sustituir los recursos que le faltan, ya que no sólo agrega un estado emocional propicio, sino que además acude a los mecanismos simbólicos y cognitivos que residen en su cerebro, según Bartra.
Esto puede implicar el uso de herramientas, pero sobre todo la asignación de voces a objetos y a las mismas emociones, la aplicación de signos, la ejecución de ritmos y movimientos rituales, para simbolizar la identidad y la coherencia de grupos humanos y el uso de técnicas de clasificación, como memorias artificiales.
El vocablo “Conciencia”, aparece en la filosofía con el surgimiento del “Racionalismo” y con la emergencia del “Empirismo” y, se transforma en el eje del debate que da nacimiento a la psicología y, pasa a ser con el término Razón, una de las ideas centrales de la filosofía, en particular de la llamada, “Filosofía del Sujeto”, según David Beytelmann.
Al referirse a Dios, Heywood Floyd, nos dice: “No sabemos qué es, sólo que es muy grande y tiene un propósito”. Para Robert Wright, ni la evolución biológica ni la evolución cultural están inscritas en papiros, ni son inexorables en el sentido en que lo son los acontecimientos de una historia escrita. Y las dos tienen dirección, incluso una dirección que sugiere un objetivo, una causa final, por lo que desenvolvimiento de la vida en este planeta, podría ser una historia con sentido. El significado original de “Evolución” era la de “desenvolvimiento” o “Despliegue”.
Para Deepak Chopra, Dios no es una entidad como nos han hecho creer. Chopra lo describe como un proceso de la mente, en el cual, según sea nuestro grado de evolución, así será nuestra percepción de Dios. Una persona con un grado avanzado de evolución, que ya no tenga como fines el dinero y el poder, que haya descubierto que forma parte de un Todo y ama a todos sus semejantes, a los que reconoce como partes de sí mismo, percibirá un Dios amoroso, abundante, abierto, generoso, ilimitado y del cual él mismo forma parte. No hay alguien diciendo lo que está bien o mal, sino un universo con leyes cósmicas para mantener su armonía.
Es la conciencia del bien y el mal, junto con el desarrollo del lenguaje, la conciencia de sí mismo y la capacidad de imaginar el futuro, lo que los científicos generalmente refieren cuando se trata de enumerar las cualidades especiales del hombre y, cuando se estudian a fondo las observaciones. Vemos que surgen de conclusiones sostenidas con convicción, pero mal informadas, sobre qué o quién es bueno o malo. Sin embargo para la filosofía posmodernista, no existe el bien y el mal absolutos y, toda decisión ética es “relativa”. Y si no existen el bien y el mal, no hay razón para argumentar sobre la ética.
Del campo de la “Sociobiología”, surge el hecho de que la ley moral, es una consecuencia de las presiones evolutivas. Pero esta explicación no puede explicar la motivación humana de practicar pequeños actos de conciencia de los que nadie se entera. ¿La capacidad de aplicar principios intelectualmente rigurosos para entender la biología, se manifiesta con la revelación del código genético?
Si la ley de la naturaleza humana no se puede explicar como un artefacto cultural o un subproducto de la evolución, ¿Cómo podemos explicar su presencia? pregunta Collins. Para Collins, queda claro que la ciencia a pesar de sus incuestionables poderes para revelar los misterios del mundo natural, no nos llevaría más lejos para resolver la cuestión de Dios, ya que si Dios existe, debe estar fuera del mundo natural y por lo tanto, las herramientas de la ciencia no son las adecuadas para conocerlo.
Al estudiar la Filosofía Perenne, podemos empezar con la práctica y la moral, en la consideración de la verdadera metafísica o en el punto focal en que mente y materia, acción y pensamiento se dan cita en la psicología humana. La psicología de la filosofía perenne, tiene su fuente en la metafísica y, desemboca lógicamente en un modo de vista y un sistema ético característicos.
Conforme aceptamos la existencia de la ley moral y, nuestra obvia incapacidad para vivir a su altura, nos damos cuenta de que estamos en graves problemas y que estamos potencialmente separados del autor de esa ley hasta la eternidad. Y reconocemos que una gran parte de nuestro sufrimiento y el de nuestros prójimos es causado por lo que nos hacemos entre nosotros.
La “Teoría del Conocimiento”, se desarrollo bajo la sombra del debate sobre la “Conciencia”. Y empezó a ser usado, para darle sentido a nuestra manera de elaborar el conocimiento en general, que históricamente se ha interpretado el término como la inteligencia y el conocimiento, pero también como el sentido de la percepción de nosotros mismos, de nuestra existencia.
Donde la pregunta por la naturaleza del funcionamiento de nuestra mente, emergen con tres grandes conceptos: El “Dualismo”, la concepción más conocida que considera que nuestro cuerpo es una cosa material y convive con otra que es inmaterial, donde la idea central es lo que llamamos “Mente”, vida psíquica o alma, es en realidad lo que hace que el órgano que las genera es el cerebro.
La duda metódica de Descartes, nos hace ver su preocupación por el relativismo y sus consecuencias sociales, así como del escepticismo radical, apoyando el hecho de que todos nuestros pensamientos tienen una fuente única. Y nuestra razón y nuestra mente, existen gracias a nuestra conciencia, la cual es inmaterial.
La ciencia revela que el universo, nuestro planeta y la vida misma, están en un proceso de evolución y, las consecuencias de eso pueden incluir un clima impredecible, movimientos de la capa tectónica o un error en el proceso normal de la división de una célula.
La informática y la computación, son en realidad un símil teórico, nos dice Betelmann, que compara el funcionamiento del cerebro con el del ordenador e integra la definición de nuestra mente y vida psíquica, como epifenómeno, mecánico de un programa cerebral fruto de la evolución.
Todos los procesos mentales, se encuentran influenciados por la intervención del microbioma intestinal, cuya ecología es parecida a las dinámicas suscitadas en el medio silvestre, según Cota Hiriart. Y que según Eugenio Tiselli: En la Realidad Técnica, lo que cuenta como real es sólo aquello que se puede racionalizar. Y así para Víctor Hernández, un grupo de individuos muy similares en su genética, podría manifestar diferentes fenotipos si es que se desarrollan en diferentes ambientes.
El dolor, hace daño por una razón ya que sin duda el dolor es una bendición y se encuentra entre las “Emociones Primordiales”, que se apropian del flujo entero de la Conciencia y obviamente, todas están adaptadas a la supervivencia del organismo o a su propagación, donde el sentimiento fuerza a la acción y a su vez la acción salva, o propaga la vida.
La fascinante relación entre el cerebro y la conciencia, ha sido abordada desde numerosos puntos de vista, tanto de la medicina, como de la filosofía, nos dice Bartra, quién emprende una vasta reflexión sobre los límites conceptuales entre las explicaciones científicas y las humanísticas, donde su visión plantea sus hipótesis para explicar qué son y cómo se configura la conciencia y el libre albedrío y su relación con nuestra subjetividad y el entorno social. Asimismo de los estudios sobre la naturaleza y el funcionamiento del cerebro, para plantear que el estudio de las relaciones de los individuos con el entorno, debe incluirse en las exploraciones de uno de los campos más enigmáticos en los que se ha aventurado el ser humano: el entendimiento de su propia conciencia.
Pese a la ausencia de casi todas las regiones cerebrales que normalmente asociamos a la conciencia, nos dice Nick Lane, que algunas personas son capaces de exhibir una conducta emocional, reír y llorar de manera apropiada, así como mostrar señales de expresión auténticamente humanas. Las emociones primordiales ya sea sed, hambre, dolor, lujuria, pánico, parecen estar muy extendidas entre los animales con cerebro, incluidos los invertebrados simples como las abejas, ya que tienen lo que hace falta para ser consciente, aunque tal vez no sean verdaderamente conscientes de ello. Y la pregunta es, si los sentimientos sólo son neuronas haciendo sus cosas.
William James, sostenía que los sentimientos y en consecuencia por expansión o extensión, la propia conciencia, tienen utilidad biológica. Esto a su vez, significa que la conciencia no es un “Epifenómeno” que acompaña al organismo como una sombra y, que es incapaz de ejercer efectos físicos a titulo propio, nos dice Nick Lane.
Los sentimientos sí ejercen efectos físicos y pese a su aspecto no físico, los sentimientos son efectivamente físicos y evolucionaron por selección natural. Pero: ¿Qué son Realmente? Al contestar William James, se dice que abrazó una forma de “Panpsiquismo”, declarando que la Conciencia está en todas partes, pero que pocos se han sentido inclinados a seguirlo y apoyarlo.
Los nervios transmiten señales electrónicas codificadas, básicamente de la misma forma que un televisor. Sin embargo, los sentimientos no parecen ser radiación electromagnética ni ondas sonoras, ni corresponde a algo de la estructura física conocida de los átomos. A lo que Chalmers, ha sostenido que sólo puede resolverse el problema mediante el descubrimiento de propiedades nuevas, fundamentales de la materia.
Los sentimientos son físicos, pero las leyes conocidas de la física, que supuestamente nos proporcionan una descripción completa del mundo, no tienen sitio para ellos, según señala Nick Lane. Y pese a su poderoso y maravilloso poder, la selección natural no evoca algo a partir de nada. Ha de haber algo, sobre lo que actuar. Y es Cairns-Smith, quien dice que es de suponer que si los sentimientos no corresponden a ninguna de las propiedades conocidas de la materia, debe de tener algunos rasgos adicionales; “rasgos subjetivos”, que en última instancia, una vez organizados por la selección natural, dan lugar a nuestros sentimientos internos.
La materia es consciente en cierta manera, con propiedades Internas, así como las conocidas propiedades Externas que miden los físicos. La Teoría de Cuerdas, que obtienen las propiedades de la materia a partir de las vibraciones de cuerdas inimaginablemente pequeñas, en once dimensiones inimaginables. No sabemos lo suficiente sobre la profunda naturaleza de la materia, para saber qué hacen las neuronas para transformar materia bruta en Sentimientos Subjetivos. Si los electrones pueden ser ondas y partículas a la vez, ¿por qué no podrían el espíritu y la sustancia, ser dos aspectos de la misma cosa?, pregunta Lane.
Para Cairns-Hameroff, los sentimientos son las vibraciones coherentes de las proteínas. Y existen al menos dos casos en los que las fuerzas ciegas de la selección natural, pueden muy bien haber reclutado mecanismos cuánticos: como es el paso de la energía lumínica a la clorofila en la fotosíntesis y, en la transferencia de electrones al oxigeno en la respiración celular.
Los sentimientos, son un código profuso en significado adquirido a lo largo de millones de generaciones y aún no lo sabemos cómo lo hacen las neuronas. Pero la conciencia, en el fondo, tiene que ver con la vida y la muerte y no de las maravillosas cumbres de la mente humana. Y si realmente queremos entender cómo llegó a haber conciencia, necesitamos quitarnos a nosotros mismos de la ecuación, según Lane.
Pocos filósofos hicieron las condiciones necesarias para el conocimiento espiritual directo. Y cuando hablan de la filosofía perenne, lo hacen generalmente de segunda mano. La ciencia natural es empírica, pero se limita a la experiencia en su condición meramente humana, no modificada y que según la filosofía perenne, mientras confinen la experiencia empírica en estos límites tan excesivamente humanos, están condenados a la perpetua frustración de sus mejores esfuerzos. Y ninguna mente aún brillantemente dotada, puede inferir más que un juego de posibilidades o en el mejor de los casos, de espaciosas posibilidades.
La certidumbre, no puede por la misma naturaleza de las cosas, ser conseguida. Y si uno no es sabio, ni santo, lo mejor que puede hacer en el campo de la metafísica, es estudiar las obras de los que por haber modificado su modo de ser meramente humano, fueron capaces de una clase y una cuantía de conocimiento más que meramente humanas. Nada en nuestra experiencia diaria, nos da mucha razón de suponer que la mente media posea, como uno de sus ingredientes, algo que se parezca a la realidad Inherente al múltiple mundo o sea, idéntica con ella. Y a los expositores de primera mano, les daban generalmente el nombre de “Iluminados”, porque sabían de lo que hablaban.
La Realidad última, no es clara ni inmediatamente aprehendida sino por aquellos que se hicieron amantes puros de corazón y, pobres de espíritu, según la filosofía Perenne. Y cuyo principal cuidado es apagar en el corazón de los hombres, los horribles fuegos de codicia, rencores y apasionamientos. Y la finalidad última de todo ser humano es descubrir el hecho por sí mismos y hallar “Quién eres realmente”. Y es Eckart, quien pregunta: ¿Cuándo está el hombre en claro entendimiento? Y contesta: Cuando el hombre ve una cosa, aparte de otra. ¿Y cuando está el hombre por encima del mero entendimiento? Cuando el hombre ve Todo en todos, entonces está el hombre más allá del mero entendimiento.
Lo que sabemos, depende también de lo que como seres morales, decidimos hacer de nosotros mismos. La práctica puede cambiar nuestros horizontes teóricos, según Wiillian James. Y puede hacerlo de dos formas, ya que puede conducir a nuevos mundos y suscitar nuevos poderes, donde el conocimiento sea alcanzable, en consecuencias de poderes más altos y una vida superior, lograda moralmente.
La filosofía Perenne, se ocupa principalmente de la Realidad Divina, inherente al mundo múltiple de las cosas, vidas y mentes. Pero la naturaleza de esta Realidad es tal, que no puede ser directa e inmediatamente aprehendida sino que por aquellos que han decidido cumplir ciertas condiciones, haciéndose amantes puros de corazón y pobres de espíritu, según Aldous Huxley.
El término de “Filosofía Perenne” fue acuñado por Leibniz, pero el concepto es inmemorial y universal. La ética que pone la finalidad última del hombre, en el conocimiento de la base inmanente y trascendente de todo Ser y, que pueden hallarse sus rudimentos en las tradiciones primitivas de los pueblos, en todas partes del mundo.
Locke, fundador del “Empirismo”, dice que nuestra conciencia no es concebible sólo como la capacidad de ver y entender el mundo, sino también es lo que nos permite orientarnos en el mundo. Y donde la Memoria, es algo central ya que es el fundamento de todo lo que vivimos; y sin ésta, se dice que ninguna de nuestras experiencias sería posible y, ni siquiera sería posible el lenguaje, ni el movimiento, ni la percepción.
Para Hume, somos en realidad seres altamente irracionales y nuestra mente funciona casi exclusivamente por medio de la “Intuición” y la “Imaginación”. La ciencia moderna se apoya en la noción radical de “Causalidad”, conocida como “Determinismo Físico”, donde su tesis central es que nada escapa a la “Causalidad” y, donde la “Mente”, es aquello que el cuerpo fabrica para poder orientarse en el mundo.
La Tierra es una cautivadora bola verde azulada y no hay nada comparable a esta canica viva rodeada por un vacío infinito y, que es nuestro hogar compartido y al cual debemos las más maravillosas invenciones de la vida. Donde la vida transformó nuestro planeta y a medida que minúsculas bacterias fotosintéticas limpiaban las masas de aire y agua, las llenaban de oxigeno y, así accionada por esta nueva y potente fuente de energía, la vida y la conciencia apareció en escena. Y en la mitad de todo esto, nos conmueven los misterios de esta creación, que nos maravilla y nos asombra al conocer cómo hemos llegado hasta aquí. ¿Un universo entero que se mira a sí mismo a través de nuestros ojos?
Con la primera explosión universal, vemos que no había algo auténticamente sólido ya que la materia era sólo energía, que vibraba a cierto nivel. Y en sus inicios existía únicamente en su forma vibratoria más simple, en el elemento de hidrógeno y, era lo único que existía. Pero los átomos empezaron a gravitar juntos, como si el principio imperante, el impulso de aquella energía, radicase en iniciar un movimiento hacia un estado más complejo. Y cuando porciones de hidrogeno alcanzaron la densidad suficiente, comenzaron a calentarse, a arder y a convertirse en lo que llamamos estrellas y en esa combustión, el hidrogeno se autofusionó y saltó a la vibración inmediatamente superior, el elemento que se conoce como helio.
Aquellas estrellas envejecieron y finalmente reventaron y vomitaron el hidrogeno y el helio, recién creado y, todo el proceso volvió a empezar, donde helio y hidrogeno gravitaron juntos, hasta que el calor aumentó lo suficiente para que se formaran nuevas estrellas. Y esto a su vez fusionó el helio y creó el litio, que vibraba al nivel inmediatamente superior. Y con cada nueva generación de estrellas creando materia que antes no había existido, hasta que el amplio espectro de esta materia, los elementos químicos básicos, se formaron y se esparcieron por doquier.
La materia había evolucionado desde el hidrogeno, hasta el carbono y, se había constituido en la plataforma para el nuevo paso en la evolución, según Redfield. Y cuando el Sol se formaba, partes de materia cayeron en órbita a su alrededor y una de ellas, era la Tierra, que contenía todos los elementos de nueva creación, incluyendo el carbono. Al enfriarse la Tierra, los gases que la masa fundida había atrapado, emigraron a la superficie y se mezclaron para generar vapor de agua y vinieron las grandes lluvias que formaron océanos y luego, cuando el agua cubría gran parte de la superficie, los cielos se aclararon y el Sol bañó el nuevo mundo, con luz, calor y radiación.
Y en los someros charcos, marismas y lagunas, nos dice Redfield, en medio de las grandiosas tormentas eléctricas, la materia salto más allá del nivel vibratorio del carbono, hacia un estado más complejo aún: la vibración representada por los aminoácidos y por primera vez, este nivel de vibración no era estable; y la materia tenía que absorber continuamente otra materia para sostener su vibración, es decir, que tenía que alimentarse y con esto, emerge la vida.
Emergiendo del nuevo impulso de la evolución, confinada inicialmente a existir únicamente en el agua, la vida empezó a dividirse, una forma vegetal, que se sustentaba de materia inorgánica y convertía los elementos de ésta en nutrientes, utilizando el dióxido de carbono de la atmósfera y, como subproducto, soltaban oxigeno.
La vida vegetal se extendió rápidamente por los océanos y finalmente sobre la tierra. La otra forma fue la animal, que absorbía sólo vida orgánica para sostener su vibración, llenando los océanos. Y cuando las plantas produjeron suficiente oxígeno, iniciaron su migración a tierra firme. Nuevas especies abandonaron el agua usando pulmones para respirar. Su materia dio un gran salto, al generar los reptiles y cubrir la tierra en el período de los dinosaurios. Después aparecieron los mamíferos de sangre caliente y así, cada especie que aparecía significaba que la vida y la materia, había avanzado un grado mayor de vibración y finalmente, la progresión terminó y en el pináculo estaba la especie humana.
En pocas palabras, hemos narrado la historia entera de la evolución que es la historia de la materia que cobra vida y que luego, según Redfield, evolucionaba como siguiendo un plan previamente trazado, hacia vibraciones siempre superiores de nivel, creando las condiciones exactas para que emergieran los seres humanos. Y para que cada uno de nosotros, como individuos, apareciésemos sobre la tierra. Esta evolución, había progresado más aún incluso en las vidas de los seres humanos. La evolución posterior se relacionaba de algún modo, con la experiencia de las coincidencias de la vida, donde algo en aquellos acontecimientos, nos empujaba adelante en nuestra respectiva existencia y, creaba una vibración superior, que a su vez impulsaba también la evolución, según Redfield.
No es un conocimiento seguro, sino los frutos ya maduros de la mayor búsqueda de la humanidad, nos dice Nick Lane, para conocer y comprender el mundo vivo que tenemos a nuestro alrededor y dentro de nosotros y naturalmente, sabiendo que conocemos esto en líneas generales. Sin embargo el relato que se despliega, es más espectacular y más intrincado que cualquier mito de la creación. Es un relato de transformaciones y de cambios súbitos y asombrosos, estallidos de innovación que transfiguraron nuestro planeta, superponiendo nuevas capas de complejidad pasada.
Sin embargo, la apacible belleza de nuestro planeta, no refleja la historia de este lugar, lleno de lucha, ingenio y cambio. Y que reflejan el paso turbulento del planeta y de que seamos sólo nosotros, saqueadores de la Tierra, los que podamos elevarnos y ver la hermosa unidad del conjunto natural.
En la Realidad Técnica, lo que cuenta como Real, es sólo aquello que se puede racionalizar. Para todo ser humano, existir implica tomar conciencia de su vínculo con el mundo. También se están construyendo algunas simulaciones de “Redes Neuronales”, que cuando se realizan correctamente, pueden reproducir características de la conciencia, según Nick Lane. ¿Qué procesos fisiológicos dan origen al pensamiento consciente? ¿Puede la conciencia reducirse a patrones de actividad neuronal? Los científicos a veces van demasiado rápido en el uso de conceptos. El filósofo útil, señala ambigüedades, las contradicciones que el científico no ha visto.
El simple hecho de discernir la diferencia que existe entre la actividad cerebral en estado de reposo y durante la meditación, constituye un colosal trabajo, una empresa que requiere el empleo de sofisticados programas estadísticos según Daniel Coleman. Según Estanislao Bachrach, nos encontramos en un momento clave para entender todo lo que hoy sabemos sobre cómo funcionamos, quiénes somos y cómo somos los seres humanos y, llegar a comprender cómo funciona nuestra creatividad, lo que significa no sólo la capacidad de resolver problemas, desbloquear conflictos y tener una vida mejor, ya que la lógica tal y como la conocemos, es necesaria pero no suficiente. Ya que la vida es definida gracias a la creatividad humana y, donde las ideas aparecen en cualquier momento, fundamentalmente cuanto más relajados estamos. Sobre todo, que la forma en que usas tus pensamientos, pueden modificar la estructura y anatomía de tu cerebro.
La Teoría de la Mente, es una expresión usada para designar la capacidad que tenemos de atribuir pensamientos e intenciones a otras personas. De esta teoría surge que nuestra habilidad para aprender está íntimamente ligada a la forma que tenemos para relacionarnos, por lo que la Eficiencia para aprender algo, está relacionada con el ambiente emocional en el cual se está aprendiendo. La razón y la lógica, nos hacen humanos y nos diferencian del resto de los animales, pero somos más emocionales que racionales. Podemos así decir que somos el resultado de la interacción de ambas.
Donde gran parte de nuestro tiempo está comprometido con tareas de supervivencia, lo que significa que para llegar a ser más creativo en alguna disciplina o ambiente en particular, hay que tener una atención y tiempo disponible para poder hacerlo. Y es romper con nuestros patrones habituales de pensamiento. Que ante un desafío intelectual, primero busquemos información en lo ya conocido y si lo logramos, podremos encontrar distintas posibilidades y respuestas para una misma pregunta o problema, para un mismo objetivo o desafío.
Pero, ¿Cómo se produce, nuestra individualidad como seres humanos, nuestros talentos, nuestra personalidad? Cada intención, cada sueño y cada comportamiento, comienza en el cerebro, que está, diseñado para resolver problemas, relacionados con la supervivencia, en un mundo inestable y en constante cambio y movimiento, para que podamos pasar nuestros genes, a la generación siguiente.
Nuestro pasado evolutivo es complejo y, ha conducido a nuestro actual éxito; pero es difícil saber qué nos queda todavía por aprender y lo que nos depara el futuro. Y una de las principales lecciones es de que careció de dirección y que debido a un suceso catastrófico aleatorio, la gran colonización de nuestros antepasados no habría comenzado y no existiríamos nosotros. Y de que el episodio creativo, sea de origen múltiple y que haya tenido lugar a lo largo de diversos momentos de la evolución.
Podemos esperar un futuro largo pero finito y podemos decir también que nuestras oportunidades de sobrevivir a los sucesos naturales no predecibles, parecen descansar en parte sobre nuestras propias acciones. Nuestro cerebro busca patrones y crea modelos universales a partir de los sistemas perceptivos, emocionales y sociales. Y la capacidad de buscar soluciones en un entorno cambiante, hace de la creatividad una de las armas evolutivas definitivas y más poderosas. Donde el cerebro es una máquina de creatividad, que está constantemente haciendo inferencias y lanzando hipótesis para reconstruir el mundo. La creatividad surge de la interacción entre el individuo, la cultura y el campo social.
Para vencer los infortunios del medio ambiente, a lo largo de la historia del planeta y poder ser ahora lo que somos y, la de pertenecer al pequeño grupo de privilegiados que han sobrevivido, al ser más inteligentes que los demás. Pero en realidad, somos seres emocionales que aprendimos a pensar. Ya que según Bachrach, la emoción tiene más elementos sobre nuestra razón y es por eso que muchas de las decisiones que tomamos en la vida, son no conscientes. Y así nos comportamos frente a las variadas situaciones cotidianas, que están más influidas por nuestras emociones que por la razón y, no son conscientes.
Las estructuras sociales, se sabe que contribuyen a que el cerebro siga creciendo en complejidad y en tamaño, desarrollando la empatía, la decepción y el altruismo y, construyendo coaliciones. Y así nuestro nuevo cerebro, nos da capacidades extraordinarias, como el pensamiento lineal, el desarrollo del lenguaje complejo, la habilidad de comprender símbolos y metáforas, desarrollar y comprender estrategias matemáticas. Y así se da inicio el dominio del mundo, donde aprendemos a cooperar, lo que significa compartir objetivos comunes que tengan en cuenta nuestros intereses y la de nuestros aliados, entendiendo qué les motiva a ellos, incluyendo sistemas de recompensa y castigo.
El cortex prefrontal, genera gran interés, porque es la que más usamos en la vida diaria y, que nos permite pensar las cosas y donde se conectan todas las interacciones conscientes que tenemos con el mundo. Consume mucha energía, ya que se ocupa de comprender, decidir, memorizar, recordar e inhibir ciertos pensamientos o, para poder realizar algo que requiere de nuestra atención y conciencia. Pero algunos científicos afirman que al tratarse de una parte muy nueva, no ha experimentado todavía la evolución y el desarrollo necesarios, para ser energéticamente eficientes.
Según José Cruz Ramírez, la Ingeniería del Pensamiento, es el resultado de la interacción de impulsos electroquímicos conocidos como Sinapsis, la cual da lugar a nuestra mente y nuestra psique. Donde de cada Sinapsis, hay un efecto en la psique, en la mente y en nuestra autoconciencia; donde determinadas sustancias químicas, conocidas como “Neurotransmisores”, son los responsables de cada tipo de emoción y de cada tipo de razonamiento y así, la cantidad específica de estas sustancias, determinan el tipo y la calidad de nuestros pensamientos y actos de conciencia. Cada una de estas sustancias químicas está relacionada con determinadas actitudes: carácter, comportamiento y habilidades para el desarrollo del pensamiento.
El Ser humano, cambia de humor y de pensamientos, gracias a los estímulos que recibe constantemente de su entorno y, es a través de personas, palabras, escenas y vivencias, donde todo ocurre sin que los sujetos se den cuenta con claridad y de manera consciente, de que son como un mar en constante cambio. Y donde algunos seguidores de la psicología moderna, conocidos como “Conductistas”, opinan que el pensamiento y comportamiento del ser humano y su personalidad, no son más que el conjunto de reacciones a los constantes estímulos exteriores. Y es la bioquímica del cerebro la que determina la psicología.
La evolución humana, fue un fenómeno complejo y condujo a un aumento de tamaño de nuestro cerebro y de su complejidad estructural y funcional. Y siendo la inteligencia y la creatividad productos emergentes de esa capacidad cerebral y que es el resultado de la Integración de múltiples procesos, sugiere un modelo de evolución en mosaico, en las que múltiples presiones selectivas influyeron sobre diferentes procesos componentes y la capacidad para involucrarnos en tareas comunes complejas, podría haber sido lo que separó a nuestra especie del resto de los seres vivos.
¿Qué deseos yacen en la brecha entre percepción y realidad, entre realidad y fantasía, entre la fantasía consciente y la fantasía inconsciente de las personas? ¿Cuáles son los desequilibrios dentro de la cultura? ¿De qué hay demasiado o, demasiado poco? ¿Qué deseos no están siendo alimentados? La cosa más difícil es mirarse al espejo y describirse a uno mismo, según Lindstrom.
Tu percepción del mundo, gira enteramente alrededor de dónde vives. Es automático, donde el mapa del universo que tú y yo dibujamos, con nosotros dentro, crea un sistema de navegación inconsciente, que seguimos cada día. Y, confía en la incertidumbre y te conducirá a la claridad, nos dice Joanna Swanger.
El genoma humano consiste de todo el ADN de nuestras especies, el código hereditario de la vida, escrito en un extraño código de cuatro letras. Sorprendente complejidad de información contenida dentro de cada célula del cuerpo humano y por primera vez, este extraordinario guión, con todas las instrucciones para construir un ser humano, quedó a disposición de todo mundo. A lo que Clinton comentara que: “Estamos aprendiendo el lenguaje con el que Dios creó la vida”. Estamos llenos de asombro por la complejidad, la belleza y la maravilla del más divino y sagrado regalo de Dios.
Sin embargo, para Richard Dawkins, la fe es creer a pesar de la falta de evidencia o quizá, debido a la falta de ella. La fe, siendo una creencia que no se basa en la evidencia, es el principal vicio de cualquier religión. Pero ciertos fundamentalistas religiosos, atacan a la ciencia considerándola como peligrosa o indigna de confianza. Y es Henry Moris, quién nos dice: La mentira de la evolución abarca y domina el pensamiento moderno en todos los campos e inevitablemente se deduce que el pensamiento evolucionista es básicamente responsable de los letalmente y ominosos desarrollos políticos, y de la caótica moral y la desintegración social que se han estado acelerando en todas partes.
LOS AZARES DE LA RAZÓN
Suele decirse que la lógica, es el arte de equivocarse con confianza; pero en las decisiones humanas, a veces las reglas de la lógica adquieren una nueva dimensión. En muchas ocasiones y situaciones nos dice Pablo Amster, resulta clave el “Punto de Vista”, así en la “Teoría de Juegos”. Esto no sólo se ve reflejado en los diferentes análisis que hace cada jugador, desde su situación particular, sino también en un aspecto más delicado, que determina que distintas personas o uno mismo en momentos distintos de vida, tomen decisiones diferentes ante un mismo conjunto de elecciones posibles. Y tiene que ver si se quiere, con aspectos psicológicos que se traducen en la propensión o aversión al riesgo y que pueden modelarse matemáticamente mediante la noción de “Utilidad”.
Muchas historias, problemas y cuentos policiales, se basan en el empleo apropiado de la información que brindan los demás u otras personas; a veces a partir de lo que hacen y otras de lo que no hacen. Y cuanto más datos tengamos como elementos de juicio, más cerca estaremos de la autentica realidad, pero también más seguros de que debemos seguir buscando. Los argumentos a utilizar, deben estar cargados de lógica y sencillez, virtudes que a veces se pasan por alto en el complejo mundo de la ciencia.
Y cuanto más encontremos, más sabremos y, cuanto más sepamos, más apasionadamente desearemos aumentar nuestro conocimiento. Lo cual hace que la vida y todos los problemas cotidianos, se coloquen en su justa medida.
Para Adam E. Green, la creatividad es simplemente conectar cosas. Y las ideas creativas ocurren cuando las personas son capaces de conectarse y sintetizar cosas nuevas. Y para Antonio Martín Araguz, la creatividad es una alta capacidad cerebral, que permite encontrar soluciones novedosas ante nuevos retos y, representa un importante recurso de la evolución humana, que permitió la adaptación y supervivencia de nuestra especie en un entorno cambiante y caótico.
Emerge de la complejidad cerebral y puede manifestarse con destellos repentinos, conocidos como momentos especiales y que en su forma más elevada, se observa en la apreciación del componente estético.
Los pacientes Autistas, con síndrome de Savant, conocido como la genialidad sin alma, son pacientes que tienen un talento excepcional en un campo y en general se desenvuelven mal en casi todo lo demás. Exhiben una capacidad extraordinaria para concentrar su atención en lo que les interesa, con una función sensorial aumentada, memoria prodigiosa y gran aptitud para la práctica, lo que les permite su atención en aspectos y pautas concretos del entorno y, distinguir los detalles de forma extraordinaria. Aunque estas características también se presentan en personas no autistas con talento.
La lucidez, según Dominique Antiglio, tiene que ver con las percepciones. Así, cuando estamos tranquilos y afianzados, tenemos más probabilidades de sentirnos lúcidos con respecto a nosotros mismos y al mundo circundante, de saber cuáles son nuestras prioridades, de percibir y comprender lo que está pasando y de permanecer centrados y sintonizados con nuestros anhelos, recursos interiores y necesidades. También es muy útil para fijar los objetivos y dejar claros los deseos e intenciones de cara al futuro.
El futuro de nuestra especie, nos dice Martín Araguz, es imprevisible e impredecible y los tiempos de vida de las especies, generalmente se mide en unos pocos millones de años, de forma que podemos esperar todavía un largo futuro. Y mientras nos estamos sintiendo llenos de vida, nuestras células algunas muertas y otras moribundas, están sustituyéndose constantemente y a cada rato. Y así, cada siete años hemos renovado todas las células de nuestro cuerpo y no queda ninguna de las que antes existían. Es decir, que el cuerpo que teníamos hace diez años, está muerto; son tránsitos que tienen lugar tan despacio, que prácticamente no se notan y se va uno adaptando sin darse cuenta.
El conocimiento, es una función del Ser y cuando hay un cambio en el Ser, hay un cambio correspondiente en la naturaleza y la cuantía del conocimiento. Entre los resultados de esta transformación, está un cambio revolucionario en el modo de conocer y la cuantía y carácter de las cosas conocidas. Y así, a medida que el individuo “Crece en su conocimiento”, toma una forma más conceptual y sistemática y su contenido utilitario, es enormemente aumentado. Sin embargo, esta ganancia se halla contra pesada por cierto deterioro en la calidad de la aprehensión inmediata y pérdida de poder intuitivo, según Huxley.
Pero si no aprendemos a escucharnos y a encontrar nuestro propio equilibrio, tendremos dificultades para lidiar con lo que la vida nos depare. Pensar de manera creativa requiere la habilidad de “Generar Asociaciones y Conexiones” entre dos o más temas muy diferentes. De esta manera, se pueden crear nuevas categorías y nuevos conceptos, pero en la actualidad, no nos enseñan a procesar la información así.
Pensamos de manera “Reproductiva”, sobre la base de los problemas que nos hemos encontrado en el pasado. Así, nos enfrentamos a nuevos problemas, partiendo de algo que ya nos ha ocurrido con anterioridad. Así, para Estanislao Bachrach, el cerebro selecciona de manera analítica el enfoque más prometedor basado en experiencias pasadas y así, excluye otro tipo de tratamiento. Trabaja en la búsqueda de una solución al problema, utilizando enfoques pasados. Ya que estos patrones, simplifican muchas veces las complejidades de la vida. Y gracias a estos patrones mentales, es que se simplifica la asimilación de datos complejos.
La idea es la de tratar de llegar a diferentes respuestas, muchas de las cuales quizá sean muy poco convencionales. Y algunas posiblemente únicas, en lugar del pensamiento rígido en el que muchas veces fallamos al intentar resolver un problema. Para producir creativamente, necesitamos utilizar distintas asociaciones y conexiones entre temas distintos y mezclar dichos conceptos. Así, para mezclar conceptos, hay que desinhibir los pensamientos y dar lugar a diferentes posibilidades, mezclando dos o más en un mismo espacio mental, dando forma a nuevas ideas.
Todo se mezcla con todo y todo se puede combinar realizando un montón de conexiones y asociaciones posibles. Pero en las escuelas, por el contrario, nos enseñan a definir, segmentar, segregar y etiquetar en categorías y, nuestros pensamientos se congelan. Hay que combinar conceptualmente y luego integrarlo, nos dice Bachrach.
Que la mezcla de conceptos, puede conducir a efectos “extraordinarios” y muchas veces, sugerir o aportar ideas totalmente creativas o nuevas.
En cualquier disciplina, la creatividad surge cuando la mente puede mezclar conceptos totalmente distintos. Las ideas más creativas, siempre surgen de la combinación de ideas viejas o sea de la combinación novedosa de cosas ya conocidas. Pero nos resulta muy difícil asociar cosas que al parecer no están conectadas y, esta escasa destreza, limita nuestra habilidad para ser creativos.
Recientes investigaciones neurobiológicas, están comenzando a comprender cuáles son las bases neurales de la creatividad. Así, como su sentido evolutivo en la especie humana, donde el córtex prefrontal parece tener un papel relevante, que ha permitido la adaptación a los caóticos cambios del entorno, hasta convertirse en la dominante y más invasora del planeta. Y los avances en su estudio podrían modificar positivamente el futuro de nuestra especie.
Decía Leonardo da Vinci, que hasta que algo no era percibido por lo menos desde tres o cuatro distintas perspectivas, uno no podía comprenderlo realmente. Un conocimiento completo y real, sólo proviene de sintetizar todas esas perspectivas en una. Estudios psicológicos educacionales, demuestran que la multiplicidad de perspectivas, genera un desarrollo de la creatividad y también de la conciencia de cómo son realmente las cosas. Un conocimiento completo y real, sólo proviene de sintetizar todas esas perspectivas.
Si bien cada nuevo descubrimiento conduce a nuevos interrogantes, esto permite la emergencia de un proceso de reconocimiento de patrones, cuyo producto es tanto la “Conciencia” como el “Proceso Creativo”, entendido como una posible fuente de ventajas adaptativas, con un fin evolutivo de supervivencia del individuo y de la especie, aunque con muchos matices pendientes aún por investigar.
A veces, un problema te permite asociar y relacionar ideas de uno con el otro y un buen consejo, es ver qué sucede si nos ocupamos de dos problemas al mismo tiempo. Puede que en algún momento de manera azarosa y sin advertencia, estimule un pensamiento nuevo. En el cerebro, nuestros pensamientos empiezan a construirse y luego llegan a un momento crítico, donde se reorganizan en nuevas ideas, nos dice Bachrach.
Sin duda, la Naturaleza es la fuerza creativa más importante de todas y es extraordinariamente productiva y, crea una gran cantidad de especies y lo hace a través del método de Ensayo y Error, donde el proceso de selección natural, decide cuál de ellas sobrevivirá. Bachrach, nos dice que ser creativos no es tan fácil y requiere de esfuerzo y de conectar lo aparentemente no conectado, de transitar por calles de neuronas oscuras o apenas encendidas. Y así, a medida que conocemos nuestro cerebro y su evolución, límites y funciones, podemos aprender más de nosotros mismos. Ya que en la actualidad, las personas no pueden explicar de manera lógica y secuencial cómo llegaron a una solución. Además y sin ninguna duda, el cerebro es el sistema más complejo del universo.
Todos estamos obligados a tomar decisiones en forma permanente y, algunas de ellas se llevan a cabo de una manera puramente instintiva, mientras que otras esconden una compleja trama de procesos mentales. Las diferentes circunstancias de la vida, nos ponen constantemente en diversas situaciones de decisión, motivadas por la existencia de ambigüedades y múltiples cursos de acción ante un mismo objetivo.
La frase de Descartes: cogito, ergo sum (pienso luego existo), que nos da la dimensión de la importancia del pensamiento, sin el cual no existiríamos. Y saber que el pensamiento es energía y la energía se transforma, pero nunca se destruye, es expresada por Einstein, como la masa multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado y, de que hay muchas situaciones intermedias y de que la misma energía mental del pensamiento, es en sí misma capaz de ser detectada físicamente y que se altera, no solamente con el estado de salud, sino también con el estado mental de las emociones.
Hay un enunciado que a simple vista puede parecer una trivialidad, que sin embargo se le conoce como “Teorema”, donde se nos presenta un doble objetivo y donde uno busca la aplicación matemática, directa a la resolución de problemas. Y además, la de presentar una forma de pensar y cómo comprender el mundo, donde el interés no reside tanto en la resolución de los problemas, sino más bien en su formulación. Donde la matemática constituye una parte central y esencial en casi todas las construcciones del pensamiento. En consecuencia, según Pablo Amster, su estudio resulta de fundamental importancia, no sólo por sus múltiples aplicaciones, sino por su indiscutible poder para abrir nuevas formas de entendimiento.
La teoría de decisiones, se ocupa de clasificar y estudiar tales procesos desde una perspectiva racional. El empleo de las matemáticas, como son las matrices y los grafos o, la teoría de probabilidades, ha posibilitado sistematizar y cuantificar algunos de sus problemas, ofreciendo métodos que permiten elegir una alternativa optima con la base en diferentes criterios.
“La Teoría de Juegos”, se ha constituido en una rama crucial de la matemática, que ha permitido entender muchos problemas, que a partir de un nuevo y potente enfoque, ha mostrado con fundamentos lógicos, un hecho que en su fuero íntimo, los matemáticos ya sabían. Y en algunos casos, la estrategia más racional consiste en ser irracional, nos dice Pablo Amster. Teoría que ha encontrado ecos en los más diversos campos, desde la física y la biología, hasta la economía, psicología o política. Donde se describen los juegos combinatorios y un panorama general, donde la información no siempre está disponible y, puede intervenir el azar. Y, donde ciertos aspectos concernientes a la toma de decisiones, muchas veces deben efectuarse en un ámbito de incertidumbre. Con lo que cabe preguntarse: ¿Qué es una “Decisión Correcta”?
Las situaciones de elección entre un número de alternativas, constituyen un problema de decisión. Y cuando tenemos frente a nosotros un adversario que toma decisiones racionales, entonces se trata de un problema de la teoría de juegos. Los problemas de decisión, son considerados desde un punto de vista formal, como un problema matemático, donde el análisis puede resultar complicado y cuyo fin, es el de visualizar todos los datos en forma ordenada, empleando en especial las formas de representación Matricial y, los árboles de Decisión. Al usar matrices, las filas indican las distintas Alternativas, mientras que las columnas corresponden a los Estados de la Naturaleza.
El resultado que produce la elección de un elemento bajo el supuesto de que ocurre en cada uno de los estados, se da en la intersección de la fila y la correspondiente columna. Para los árboles de decisión, se emplea un cuadrado o un círculo, según se trate de decisión o evento aleatorio, lo que permite trazar ramificaciones que abarquen todos los resultados, según explica Pablo Amster.
Las cosas no suelen ser tan esquematizadas en el mundo real, donde los intereses están imbricados, pero no siempre; ya que su relación será de Suma no Nula, en la medida en que se imbriquen sus intereses, donde en ocasiones los expertos en ciencias políticas o en economía, dividen la interacción humana en componentes de Suma Cero y componentes de Suma no Nula. Pero para saber qué orienta el sentido de la historia humana y el de la evolución orgánica, debemos aplicar esta perspectiva de manera más sistemática, donde la interacción entre genes, células, animales y grupos sociales, empresas o países, es posible analizarlo a través de la visión de la “Teoría de Juegos” y así arrojar luz sobre “Una especie de fuerza vital, y una dinámica de Suma no Nula, que ha estado moldeando crucialmente el desarrollo de la vida en la Tierra, hasta nuestros días”.
El proceso creativo, se describe en cinco etapas, según Bacharach, donde la primera es la “Preparación”; La segunda “La Incubación”, en la cual tenemos conexiones Inusuales y donde las ideas empiezan a asociarse unas con otras, sin que nosotros las llevemos conscientemente por un camino recto y estrecho y, que se considera como la etapa más creativa. La tercera etapa, se considera a la “Revelación”, donde la última pieza del rompe cabeza se junta con las demás, pero que en general tiene lugar en nuestro consciente, tras mucho tiempo de trabajo.
La cuarta etapa es la “Evaluación”, donde debemos decidir si la revelación tiene algún valor y, si vale la pena llevarla a cabo. Donde la gran mayoría de las relaciones no van muy lejos, pero cuando éstas son adecuadas, cuando realmente tienen sentido, empieza el trabajo de “Elaboración”, que es la última etapa del proceso y la más larga. La realidad, según Bacharach, nos muestra que esa idea nueva, debe pulirse y los bosquejos deben ser transformados en una obra de arte terminada. No es un proceso lineal todo el tiempo, sino que va teniendo distintos círculos o nudos que requieren de muchas revelaciones por momentos y, depende también de cuán profundo y necesario sea lo que queremos comprender o resolver o, de cuál es nuestro desafío. Las cinco etapas a la vez, es una forma bastante válida y simple de organizar en este procedimiento tan complejo.
En la teoría de Eric Kandel, el análisis y la intuición trabajan de manera simultánea en todos los modelos de pensamiento y, sólo existe el aprendizaje y el recuerdo, donde todo absolutamente todo lo que nos sucede en la vida queda registrado, no sólo nuestras experiencias sino todo lo que aprendemos, lo que leemos, lo que vemos, lo que nos cuentan y, cuantas más ideas se nos ocurran, más posibilidades tenemos de que alguna sea creativa.
Las ideas, son la combinación azarosa de conceptos, vivencias que ya estaban almacenadas en nuestra memoria, donde la novedad y la forma en que combinamos lo ya conocido y, por una cuestión de estadística matemática, cuanto más ideas tengamos, más posibilidades de que alguna sea creativa. Hay que producir y generar muchas ideas, antes de limitarse a pensar en una que sea buena o diferente. Y lo que debemos hacer es generar todas las ideas posibles, sin censurarse.
A veces, las ideas más interesantes o fértiles, según Bacharach, aparecen de elementos formados por las temáticas más diferentes o incluso opuestas a las que estamos tratando con nuestro desafío creativo. Nuestra creatividad es verdaderamente una de lo que somos y, tenemos que aceptar que lo que parece real para nosotros, está influido por nuestras propias percepciones, que tiene una gran influencia en nuestros pensamientos, en nuestras emociones y en nuestra personalidad y por lo mismo, en nuestra creatividad.
Necesitamos desestructurar nuestra imaginación, para explorar fuera de los límites de los conceptos que ya tenemos incorporados en distintas categorías. Y donde mezclar y hacer esto, implica visitar temas y conceptos no relacionados. Y lo ideal es permitirse pensar en lo impensable, pero la primera función de nuestra mente, es la de reducir la complejidad de las experiencias.
Cuando nuestra mente compara un problema con algo inusual, se restablece una especie de necesidad de que esa comparación tenga sentido y, formamos nuevas revelaciones y conexiones que pueden llevarnos a tener una idea creativa.
Hemos planeado algunas cuestiones en torno a la formulación de problemas, a su resolución y a la necesidad de incorporar herramientas matemáticas en el proceso. Básicamente, podemos resumir la reflexión de la siguiente manera: Queremos pensar acerca de nuestros problemas en concreto; ¿Cuántas matemáticas nos hace falta para esto? Y lo que guarda relación con un tema más amplio que el matemático, como la de preguntarnos: ¿Existe la conducta racional? Y si es así, ¿Cómo podemos usarla para nuestro beneficio?, se pregunta Pablo Amster.
El principio de percepción, es algo subjetivo o individual que debe estar en el centro de nuestra comprensión de la Realidad. Y del manejo inteligente de las energías y nuestra manera de entenderlas. Y lo que percibimos no es la Realidad, sino nuestra manera particular de interpretarlas. Y cuando vemos cualquier cosa, un objeto o una persona o una situación o un problema hay aspectos de ese objeto que seleccionamos y otros que descartamos. Lo hacemos inconscientemente.
Creemos que estamos viendo todos los aspectos de ese objeto que seleccionamos y otros que descartamos, pero no es así. Además, lo miramos en cierto ángulo, desde el cual no se ve igual si lo miramos de otro ángulo. Y por si esto no fuera suficiente y para hacerlo aún más particular, a nosotros mismos, interpretamos lo que vemos de acuerdo con un código personalísimo inherente a nuestro tipo de personalidad, nuestra experiencia o incluso con nuestro ánimo del momento. Todo ello contribuye a darle un significado a lo que vemos, que fundamentalmente emana de nosotros mismos y es natural que las demás personas no vean las cosas igual que nosotros. Y todo esto es lo que genera los problemas y conflictos, porque cada persona cree que lo que ve, es la Realidad, señala Victor Sanchez.
La mayoría de los descubrimientos que se publican son falsos, nos dice John Ioannides. Conjeturó que el efecto acumulativo de sesgos, en apariencia menores, podría provocar que los resultados falsos sobrepasaran fácilmente a los verdaderos. Pero es evidente que todas las investigaciones científicas son provisionales y todos cometemos errores, nos dice Tim Harford, y a veces se publican artículos pésimos. Agregando que Ioannidis había puesto el dedo en la llaga, de que muchas de las investigaciones que parecen rigurosas a primera vista, pueden generar conclusiones “Espurias”.
¿Podemos alguna vez ver la Realidad Objetiva? No podemos, porque toda la realidad que percibimos es subjetiva, afectada por la persona que la percibe y sólo podríamos decir que percibimos una realidad más amplia, en la medida que integramos la visión de conjunto que nos llega, mediante el escuchar y comprender a los demás.
¿Por qué son tan erróneas nuestras percepciones del mundo? Nos dice Tim Harford, que es difícil saberlo, pero una posibilidad es que sacamos nuestras conclusiones de los medios de comunicación. Ya que ninguna de sus historias refleja la vida cotidiana y, que a partir de ellas formamos nuestras impresiones, que según Daniel Kahnaman, cuando no encontramos pronto una respuesta satisfactoria a una pregunta difícil, encontramos una pregunta relacionada más fácil y la respondemos. Estas noticias, en cierta forma, son datos que no son representativos, pero que influyen en nuestra visión del mundo.
Son respuestas rápidas, inmediatas, intuitivas, viscerales y poderosas y según Kahnaman, donde las respuestas lentas, aquellas que se basan en una comprensión reflexiva de información sin sesgo, no son las que suelen apelar a nuestra mente. Las estadísticas lentas ponderadas y meticulosas, son mucho más fiables que las estadísticas rápidas, más inmediatas e inexactas y, situaciones en las que ambas nos dan una perspectiva útil del mundo.
Las conductas humanas son difíciles de comprender y, nuestras pretensiones de mostrar modelos matemáticos que nos permitan mejorar nuestras decisiones, pueden parecer un tanto ilusorias, pero no siempre es así, ya que incluso la irracionalidad ofrece de tanto en tanto, la posibilidad de ser sometida a un modelo matemático. Ya que en ocasiones, la estrategia más racional consiste en ser irracional, según Pablo Amster.
Las cifras de la estadística, pueden revelarnos hechos o tendencias que sería imposible ver de otra forma; pero con frecuencia, los ejecutivos o los políticos sin un conocimiento específico o de primera mano, las utilizan como sustituto de su experiencia, ya que en ocasiones es necesario estar en el lugar para comprender sobre todo, cuando la situación cambia con rapidez o contiene detalles difusos, difíciles de cuantificar. Es decir, el conocimiento de las circunstancias particulares del tiempo y del espacio.
Hace tiempo, los científicos sociales comprendieron que las estadísticas son especialmente perniciosas cuando se utilizan para controlar el mundo. Y en lugar de comprenderlo, según Charles Goodhart, cuanto más se utiliza un indicador social cuantitativo, para la toma de decisiones sociales, más sujeto estará a la presión de la corrupción y más apto será para distorsionar y corromper los procesos sociales que se pretendía controlar.
Una medición estadística, es una referencia bastante decente para algo importante, pero casi siempre es una mera referencia, no el problema real. Y cuando utilizamos esta referencia como un objetivo que se debe mejorar o como medición para controlar a otros desde la distancia, se distorsionará, se falsificará o se socavará. No debemos decantarnos por las estadísticas rápidas o lentas, ya que la mejor forma de comprensión, se obtiene de combinar ambas.
Ambas formas de comprender el mundo, tiene sus ventajas y desventajas. Así, el proyecto social de préstamo en metálico y mentor, tiene más probabilidades de mejorar los ingresos de estas pequeñas empresas a que sólo sean los créditos. Las pruebas estadísticas, no nos afectan de la misma forma memorable e instintiva en nuestra experiencia personal, sin embargo la experiencia personal está limitada y, entre la información amplia, rigurosa, pero seca que nos dan las cifras y las lecciones ricas, pero paradójicas de la experiencia personal, tenemos que recordarnos del continuo que estamos aprendiendo y que podemos estar pasando por alto. Y así en la estadística como en cualquier otra disciplina, la lógica pura y las impresiones personales son más efectivas, cuando se refuerzan y se corrigen mutuamente, pero lo ideal es encontrar la mejor forma de combinarlas.
Emilio Borel, introdujo la noción de “Estrategia Mixta”, donde el protagonista debe tomar su decisión al azar, logrando resolver algunos casos con pocas estrategias, pero creía que el caso general no tendría solución, afirmando que con más de siete estrategias por bando, podría no existir un equilibrio. Y fue Von Neumann quién logró demostrar el enunciado general, que Borel sospechó como falso.
En la Teoría de Juegos, todo juego de Suma Cero, tiene equilibrio. Paradójicamente, Borel creía que los juegos con infinitas estrategias, sí tenían equilibrio. Lo que se conoce como “Teorema Minimax”, que emplea argumentos Topológicos y Teoremas de Punto Fijo. Con el tiempo, aparecieron otras pruebas que permiten calcular el equilibrio. Sin embargo, aún hoy presentan un desafío computacional cuando hay muchas estrategias por participante.
Quien participa en juegos, deben tomar decisiones de todo tipo y debe de elegir unas estrategias que condicionan el resultado, por lo que el análisis de las opciones, las propias y las del rival, es una actividad crucial si se pretende salir victorioso. Para lidiar con estos sutiles dilemas, empieza a desarrollarse la teoría matemática de juegos, un sólido cuerpo de ideas que ha encontrado aplicaciones mucho más allá de las mesas de los casinos. Hoy, sus postulados y sus métodos, según Amster, se usan en un sinfín de actividades económicas, administrativas, políticas y psicológicas; pues combinan la versatilidad y el rigor, la empatía y el ingenio para lidiar con la incertidumbre, presentando una forma de pensar y comprender el mundo a partir de la formulación de problemas y a veces algo más importante que su resolución.
Isaac Newton en el siglo XVII, dio nacimiento a una ciencia matemática que casi eliminó la idea de la intervención divina de Dios en el mundo material de la física y la química. Y fue René Descartes quién sentó las bases del uso primordial de la razón, para el desarrollo de las ciencias naturales. En el siglo XIX Charles Darwin con su teoría de la evolución, señalaba que los seres vivos tienen un componente hereditario que son los “Genes”, que experimentan cambios y, que son conocidos como “Mutaciones”, que a través de la Selección Natural se dan aquéllas que ayudan a la especie a adaptarse a un entorno siempre cambiante, proceso que con el tiempo conduce a la “Especiación”.
Cuando se averiguó la estructura del ADN, de la que los genes forman parte, prosperó la idea de que la biología no es sino una prolongación de la química, con lo que parecía que la intervención divina se quedaba sin nada que hacer, quedando descartado incluso en lo referente a la vida, con lo que emergió una nueva base filosófica conocida como “Materialismo Científico”, según la cual no existe más que la materia. Donde todo es materia y no existe más que la materia. Y todo fenómeno natural en el espacio y el tiempo, es causado por la interacción material y donde no existe más que la materia, creyendo que es posible crear vida a partir de la materia no viva en el laboratorio. Sin embargo la pregunta de ¿qué es la vida y si se la puede crear a partir de algo no vivo, sigue sin dar respuesta?
Algunas de las evidencias más convincentes contra el materialismo científico, proceden de la “Física Cuántica”, paradigma que ha reemplazado a los postulados de Newton, donde los objetos son ondas de probabilidad, que residen en un ámbito de la realidad llamado, “El Ámbito de la Potencialidad”. Y, donde la comunicación es instantánea, sin señales y “No Local”, es decir universal. Este ámbito se considera que ha de estar fuera de los del espacio y el tiempo, donde impera “La Localidad”. Donde según Selbie: Hay muchas evidencias de la existencia de una comunidad sin señales, es decir “No Local”, entre los dominios Micro y Macro de la materia.
Así, si la filosofía del materialismo científico está equivocada ¿Podemos concluir que Dios existe y de que es científicamente verificable? Y Amit Goswani nos dice que: “La Física Cuántica certifica por sí sola la existencia de Dios”. Para Selbie, como filósofo, nos dice que la filosofía occidental tiende a ser fríamente intelectual, a diferencia de la mayoría de los filósofos orientales, que partían de la razón y la lógica, para llegar a una comprensión intelectual de la “Conciencia” y la “Materia”.
Los sabios orientales se basaban en experiencias trascendentes, metódicas y repetidas, para alcanzar una comprensión y experiencia de la conciencia y la Materia. Donde Selbie, nos dice que la Meditación lo sedujo por la misma razón que lo sedujo la ciencia, ya que era precisa, racional y lo más importante, ofrecía resultados verificables y, no exigía creer y que es el objetivo del descubrimiento por el que llegamos a comprender la naturaleza.
Elisabeth Lukas, nos dice que mucha gente sufre simplemente por el hecho de vivir o porque su existencia ya no es lo que era, donde quién tiene problemas, no sólo han perdido la espontaneidad, sino también la capacidad para saber qué es esencial y qué no lo es. Quién se extravía en los callejones sin salida, ha perdido, sin duda el rumbo que daba sentido a su vida, por eso, si se busca consejo y ayuda, el pensamiento de la logoterapia de Viktor Frankl, siempre será útil y beneficioso. Según él, hay que superar la psicología sin espíritu, enfrentándose a las limitaciones racionalistas de volver a valorar al individuo como personalidad moral y espiritual y simultáneamente, someter el sufrimiento humano a la fuerza de lo espiritual y al obstinado poder del espíritu.
El ser humano es capaz de obstinarse frente a su destino, distanciarse de su estado interno, ofrecer resistencia a sus circunstancias externas o aceptar heroicamente sus límites. En el plano psíquico, no existe realmente tal libertad; nadie puede elegir su estado anímico. Los miedos, la ira y los sentimientos no se pueden anular; no podemos escabullirnos de las formaciones sociales preestablecidas ni levantar las barreras de las aptitudes, que despoja al ser humano de su propia responsabilidad y lo abandona a su destino.
Al fin y al cabo nos dice E. Lukas, la curación nunca se hace, sólo se puede fomentar y depende de las fuerzas de auto curación del cuerpo y la psique y de la predisposición curativa del espíritu. Por ello según la logoterapia, “Hay que prestar ayuda, pero no eximir de responsabilidad”. Igual que la libertad presupone posibilidad de elección más o menos llena de sentido, presupone, y para garantizar esta comprensión, el organismo humano necesita un órgano especial de “Conciencia Moral”.
El sentido no sólo debe, sino que puede encontrarse y la conciencia, es un órgano de sentido. Se podría definir como la capacidad de rastrear el único e irrepetible sentido que se esconde detrás de cada situación. La conciencia proporciona a la persona un sentido trans subjetivo, que marca el rumbo de los valores en el mundo, de su conservación y de su multiplicación y no un sentido subjetivo al servicio de la satisfacción de las necesidades propias. Dejarse guiar por un sentido objetivo, es el mejor criterio de que disponemos para las decisiones de conciencia.
Estamos al fin adquiriendo la conciencia de qué es lo que realmente buscamos, y de qué es de verdad esa otra experiencia más satisfactoria. Dicha revelación ocurre cuando tomamos conciencia de las ¡Coincidencias” que se dan en nuestras vidas. Tales coincidencias se dan o se producen cada vez con más frecuencia, y cuando ocurren tenemos la sensación de que son cosas situadas más allá de lo que podría considerarse “Mera Casualidad”; de que son elementos del destino, como si fuéramos guiados por alguna fuerza inexplicable, que produce según Redfield, una impresión de misterio. Y nos sentimos como resultado más vivos y de que algo distinto está ocurriendo bajo la apariencia de la vida cotidiana, un misterio inherente que rodea nuestras vidas y que experimentamos a pesar de que todavía no las entendemos, pero que sabemos que son reales, percibiéndose que existe otro lado de la vida y que según Redfield, todavía no hemos descubierto y que se desarrolla detrás del escenario.
Se dice que ciertos individuos han observado a esas coincidencias inexplicables y que esa ha sido la percepción que se encuentra en el origen de muchos grandes empeños filosóficos, y que según Redfield, una vez que alcancemos la masa crítica de personas con esa percepción, toda nuestra cultura comenzará a tomarse en serio las experiencias coincidentes. Porque cuando un número suficiente de individuos se pregunta seriamente qué está pasando en la vida, empezaremos a descubrir de que en la vida, hay realmente más de lo que conocemos y más de lo que podemos observar.
Se dice que enseñamos la historia de manera errónea, desde el ángulo de los logros tecnológicos, centrándonos en los grandes hombres que lograron este progreso. Pero lo que importa realmente, es la visión del mundo, en cada período histórico y en lo que la gente sentía y pensaba. La historia no es sólo la evolución de la tecnología, es la evolución del pensamiento y a través de la comprensión de la realidad de las personas que nos precedieron, es donde podemos saber porqué miramos el mundo de la forma que lo hacemos y, cuál es nuestra contribución al progreso del futuro.
Podemos fijar con precisión el momento en que entramos, por así decirlo, en el desarrollo, a una escala más amplia de la civilización. Y esto nos proporciona cierta idea adónde nos encaminamos y nos sitúa en un contexto más amplio, que hace que no parezcan simplemente viables, sino incluso inevitables, según Redfield. Donde seremos capaces de ver todo un período de la historia en su conjunto e identificaremos una particular preocupación que se desarrolló en ese tiempo, donde la percepción que hoy tenemos de las coincidencias, representa una especie de despertar del sueño que supone aquella preocupación.
Para entender la historia, uno debe captar de qué modo se ha desarrollado la visión cotidiana del mundo y de cómo fue creada por la realidad de las personas que vivieron dicha época. Y para entender de verdad donde está uno ahora, debemos trasladarnos a esa época y luego experimentar el lento avance en el tiempo, como si uno hubiera vivido realmente a través de todo ese período dentro del transcurso de nuestra propia vida. En la Edad Media, la primera cosa que se debe comprender es que la realidad de esa época, la definen los clérigos de la iglesia cristiana. Con una poderosa influencia sobre la mente del pueblo, lo que describen como mundo real, es un mundo espiritual, generando una concepción de los planes de Dios para toda la humanidad.
Pero pronto se darán cuenta de que su posición social es secundaria ante la realidad espiritual de la vida, nos dice Redfield, y descubren que la vida, consiste en pasar una prueba espiritual, donde Dios ha situado la humanidad en el centro del universo y rodeado por la totalidad del cosmos, con un único propósito: la de ganar o perder la salvación. Pero que de hecho, como simple individuo, no está cualificado para determinar su condición a este respecto, ya que es jurisdicción de los eclesiásticos, para interpretar las escrituras y señalar cada paso a dar en tu camino.
El hecho crucial que hay que entender, nos dice Redfield, es que cada aspecto del mundo estaba definido en términos que no son de este mundo y da como un hecho, de que el mundo funciona exclusivamente por medios espirituales. Pero empiezan a notar ciertas impropiedades por parte de los eclesiásticos, que causan considerable alarma por considerarse los únicos árbitros de la salvación a la que todos aspiran. Perdiendo credibilidad y en consecuencia el mundo entero es puesto en tela de juicio, sobre todo en la naturaleza del universo y, sobre el propósito de la humanidad. Pero si estaban errados, ¿Qué cosas son las que merecen crédito?, ya que a medida de que el mundo medieval desaparece, su certidumbre desaparece con él y, todas las cosas que se daban por sentadas, necesitan nuevas definiciones, especialmente la naturaleza de Dios y la relación de nosotros con Dios.
Pero a pesar de la falta de certidumbre absoluta, las personas no querrán ya arriesgarse a que un nuevo grupo sometiera a control su realidad, como lo habían hecho los clérigos. Y habríamos dirigido la mirada a este vasto universo indefinido y habríamos pensado, como nos dice Redfield, que necesitábamos un método que generase consenso, una manera de explorar sistemáticamente, este nuevo mundo presente ante nosotros. Y a esta nueva manera de descubrir la realidad, la habríamos llamado; “Método Científico”, que consiste en poner a prueba una idea, sobre cómo opera el universo, para llegar a una conclusión.
PARA ENTENDER EL MUNDO
Sabemos según James Redfield, que la vida en realidad consiste en un despliegue tan personal como mágico y fascinante; un despliegue que ninguna filosofía, ni religión ha esclarecido todavía del todo. Y también sabemos que una vez que hayamos comprendido lo que está ocurriendo y, aprendamos cómo poner en marcha este desarrollo y cómo mantenerlo, el mundo de los seres humanos dará un salto cuántico hacia una nueva manera de vivir y hacia un género de vida que nuestro mundo se ha esforzado, vagamente hasta hoy, por alcanzar.
La gente tiene la mente y calidad de cerebro que se merece, por sus actos en la vida, ya que nuestros pensamientos los determinan nuestro paisaje mental y, lo que puede afectar la mente afecta nuestra salud y funcionalidad, por lo que somos responsables de gran parte de lo que nos sucede.
Con esta conciencia, las definiciones del universo basadas en la especulación o en la fe, ya no son automáticamente aceptadas, a pesar de la falta de certidumbre absoluta y, la necesidad del método científico. Y cuando éste no pudo devolvernos una nueva imagen de Dios y del propósito de la humanidad en el planeta, dicha falta de certidumbre y de significado, afectó profundamente la cultura occidental, según Redfield.
Por lo que necesitábamos otra cosa que hacer, hasta que obtuviéramos las respuestas a nuestras preguntas y, que a la larga fue a lo que llegamos y a lo que parecía una solución muy lógica y consiste, en manipular este mundo en nuestro beneficio. Y nos entretuvimos en conquistar la tierra y utilizar sus recursos para mejorar nuestra situación y con este planteamiento, se fue convirtiendo gradualmente también en nuestra preocupación. Y la incógnita de porqué estábamos vivos y de qué era en realidad lo que espiritualmente estaba pasando, fue lentamente apartada hasta quedar totalmente reprimida.
Por lo que trabajar para establecer un estilo de supervivencia más confortable, no sólo ha sido un logro, sino que se ha convertido en la razón de ser. Y gradualmente hemos olvidado que todavía no sabemos porqué sobrevivimos y el porqué de la vida. Dicha preocupación fue un desarrollo necesario, una etapa de evolución humana. Hoy sin embargo, hemos consumido ya demasiado tiempo instalándonos en el mundo y, ya es hora de despertar de la preocupación y reconsiderar la pregunta original: ¿Qué hay detrás de la vida en este planeta? ¿Por qué estamos aquí en realidad?
Habíamos vivido en un mundo donde Dios y la espiritualidad estaban claramente definidos, que luego lo perdimos y habíamos decidido que en la historia había algo más. Caímos en la preocupación por un objetivo nuevo, que fue el de establecernos adecuadamente en el mundo y, de sentirnos cómodos en él. Impulsando todo, según Redfield, estuvo la vocación del progreso y el deseo de proveernos de nuestra propia seguridad y la de perseguir objetivos personales.
Sin embargo, el problema estaba en que con nuestro impulso por aumentar nuestra comodidad, habíamos dejado al planeta al bordo del colapso, por lo que no podremos seguir por este camino.
Tras la caída de la concepción medieval del mundo, nos dimos cuenta de que vivíamos en un universo totalmente desconocido. Y al intentar comprenderlo, supimos que de un modo u otro había que separar los hechos de la superstición. Donde, el escepticismo científico exige el soporte de una evidencia sólida para cualquier posible declaración sobre cómo funciona el mundo. Y antes de creer en lo que fuere, queríamos tener la evidencia de que podía ser visto y tocado físicamente y así, toda idea que no pudiera demostrarse por medios físicos, era sistemáticamente rechazada.
Con excelentes resultados en los fenómenos más obvios de la naturaleza, objetos que cualquiera puede percibir, sin importar lo escéptico que sea la persona. Con esto, pronto aprendimos y establecimos que todo cuanto ocurre en la naturaleza, se hace de acuerdo con alguna ley natural y, que cada acontecimiento tiene una causa física directa y comprensible. Centrándonos así en problemas concretos que harían nuestra existencia aparentemente más tranquila y llevadera.
En las últimas décadas, los cambios han provenido de la mecánica cuántica y la teoría de la Relatividad, donde se demostró que lo que percibíamos como materia sólida, en realidad en su mayor parte es un espacio vacío y, que cuando miramos esas formas de energía a niveles cada vez más pequeños, vemos resultados asombrosos, incluyendo nuestros propios átomos que constituyen nuestro cuerpo.
Así que el ingrediente básico del universo va pareciéndose cada vez más a una energía pura, que es maleable a la intención y las expectativas humanas, de manera que desafía nuestro modelo mecanicista del universo; como si nuestras propias expectativas y nuestra esperanza, provocasen que nuestra energía fluyese hacia el mundo y afectase a otros sistemas de energía y, aporte una comprensión transformada del universo físico. Una nueva energía que forma la base de todas las cosas y donde su percepción se inicia con una acusada sensibilidad para la belleza y, percatándonos de que estamos en el mismo continuo de la belleza, nos dice Redfield.
Donde la impresión de esa belleza es porque tiene más presencia, mayor nitidez y exhibe más viveza de color. De que existe otra serie de fenómenos observables más sutiles, que no se pueden estudiar o ni siquiera decir que existan, pero sabemos que los ecosistemas en torno a cada planta, es en realidad un sistema vivo, donde la salud de cada una de las partes transmite su impacto a la salud del conjunto.
Estábamos consumando aquello que decidimos hacer y que a medida que esto sucedía, nuestra preocupación se resquebrajaba y despertábamos ante algo diferente, ya que parecíamos estar prestos para averiguar porqué habíamos hecho semejante cosa. Las respuestas que al fin llegan, no proceden exclusivamente de la ciencia institucional, añade Redfield, sino de muchos campos de investigación, como la física, psicología y el misticismo, que se fundan en una síntesis basada en la percepción de las Coincidencias, como nos lo hizo saber hace mucho Carl Jung.
Actualmente estamos aprendiendo los detalles de lo que las coincidencias significan y cómo operan. Y al hacerlo construimos un concepto totalmente nuevo de la vida, revelación tras revelación, explica Redfield.
Una vez que se asimila que las cosas que se han vivido a lo largo de la vida, no han sido meras casualidades, sino la consecuencia de tu forma de ser, de tus preferencias y tu forma de entender el mundo, de actuar y reaccionar de acuerdo con tu Ser. Y finalmente puedes comprender porqué has elegido el camino que has tomado.
Cuanto más concienzudamente analizamos la deriva de la evolución biológica y en particular, la deriva de la historia humana, más sentido parece tener, nos dice Robert Wright, que es Pierre Teilhard de Chardin quien nos dice lo que todos sentimos que en este momento: “Algo Grande Acontece” en el mundo que nos rodea. Pero ¿Qué es exactamente? En cambio para Steven Weinberg, “Cuanto más comprensible nos parece el universo, más sin sentido nos parece también”.
Para Henri Bergson, la evolución orgánica estaba impulsada por una misteriosa fuerza vital y para Teilhard de Chardan, la historia humana avanza hacia el “Punto Omega”. Ambos entendían que “La evolución orgánica, tendía a crear formas de vida de complejidad creciente y en especial, en la historia humana, con estructuras sociales en tamaño y complejidad crecientes”.
Si hay dirección en la vida y, si la vida avanza hacia un fin concreto de modo natural, la pregunta será, a qué se debe dicha dirección. Y con lo que tenemos a la vuelta de la esquina, una especie de culminación social, política e incluso moral, con lo que al analizar cómo hemos llegado al lugar en que estamos hoy y cómo puede orientarse esto y, sobre lo que nos aguarda a corto plazo.
Si admitimos que la sincronía existe, entonces tenemos que aceptar que la vida tiene un propósito en la Tierra. Si ocurre un suceso y si coincide con otro suceso, en ese momento tenemos una opción, ver que tal vez está surgiendo un patrón y entonces confiar en que sea útil, donde los sucesos tienden a llevarnos a otros sucesos.
La literatura y los mitos, proporcionan evidencias abundantes y convenientes de que éste es un concepto central en la psique humana y, que todos compartimos y que Carl Jung llamó: “El Inconsciente Colectivo”. Necesitamos prestar atención al patrón de impulsos, pequeños y grandes que recibimos de la Casualidad, de la suerte y del destino: Y si tomamos conciencia de lo que nos está pasando, veremos dones en todas partes y entenderemos que la Sincronía nos está llamando y, que tal vez tengamos que responder a su llamado, nos dice Hunter.
Para esto, necesitamos, confiar en que existe una energía en el universo que tiene un plan para nosotros y, estar alerta a las muchas formas en que puede actuar. Para Hunter, el universo tiene un plan y debemos aprender a seguirlo y hacer lo que nos corresponde.
En el Vedanta de la India, la “Sincronía”, significa ritmo y orden del universo y significa también “Mente”. Y en ese campo de una conciencia casi sin elección, una intención pequeña y sutil logra su propia plenitud. Entrar en ese ámbito, requiere que estemos alineados con las energías del cosmos.
El ser testigos de nuestro desagrado por otros, puede hacernos regresar al amor y llevarnos a amar a quiénes están atrapados en el lugar del odio. Entonces podemos desprendernos de sentimientos negativos, que es lo que necesitamos hacer para poder darle la bienvenida a la Sincronía en nuestras vidas.
Arthur Schopenhauer, también se sintió desconcertado sobre la aparente intencionalidad en el destino de los individuos, donde el preguntar porqué, al recordar nuestra vida desde la perspectiva de la edad avanzada, a menudo parece haber un patrón que en el momento de vivirlo, no pudimos discernirlo y sugiere que nosotros creamos este patrón, usando nuestra voluntad inconsciente. Sin embargo, percibimos que hay en juego, una cuestión mucho más grande, cuya presencia no es posible comprobar.
¿Cómo funciona esta voluntad inconsciente? Es algo que estamos renuentes a reconocer, pero que todos conocemos. Y la idea es de que cuando hacemos lo que en realidad amamos, algo que sentimos auténtico, se presentan inspiraciones que vienen en nuestra ayuda.
Esa realidad interna, nos dice Hunter, se relaciona con la forma en que el destino y el hado cooperan con nosotros cuando estamos en el auténtico camino del corazón. Y quizás esa es la razón por la cual en nuestro corazón, sentimos que es verdad, aunque parezca oponerse a la intuición.
Escucha los mensajes que el universo está mandando y sobre todo, no debemos dejarnos llevar por la desesperación, la autocompasión o volvernos pasivos, ya que se espera que participemos en la creación del futuro. Por lo que confía totalmente en que tienes un propósito, estate alerta a lo que llega y, trabaja con ello.
Con frecuencia, la Sincronía se ha explicado como Casualidad, coincidencia y suerte. Y sin embargo, a lo largo de los siglos, para millones de personas estos sucesos aparentemente fortuitos han sido significativos y que han elegido actuar guiados por sus intuiciones en relación a estos sucesos. Pero el problema principal es, cómo distinguir la diferencia entre los indicios que nos ofrece el universo y las trampas de nuestro propio ego. Ya que como explica Hunter, la clave del éxito, es hacer las preguntas correctas.
Y es Samuel Butler quien nos dice que: Al fin y al cabo, la ciencia no es más que la expresión de la ignorancia de nuestra propia ignorancia. Pero para Pierre Teilhard de Chardin, “La humanidad en medida creciente era un supercerebro”, un “Cerebro de cerebros”, y cuanto más unidos estuvieran los individuos por este tejido cerebral, más cerca estarían del destino trazado por Dios, “El punto Omega”. La especie humana constituirá en el punto Omega, algo así como una gigantesca burbuja orgánica de amor fraternal. Y se dice que sus ideas sobre el funcionamiento de la evolución, eran sensibles y místicas y, no obtuvieron el respeto de la comunidad científica oficial.
Chardin, afirmaba que la humanidad es comparable a un cerebro real, como el que tenemos en la cabeza, pero mayor. A lo que Tim Berners, inventor del internet, encuentra semejanza con el cerebro, pero considera que “El cerebro Global”, sólo es una metáfora. Y para Robert Wright, el hecho de llamar a la humanidad “Cerebro Gigantesco”, empiezan a perder insensatez otros aspectos de la concepción del mundo y la idea de que hay un sentido en todo el proceso; la idea de que la vida en la Tierra tiene una finalidad que se hará manifiesta.
Para Robert Wright, la historia orgánica y la historia humana tienen una dirección, algo que no se puede desestimar así como así; ya que no sólo contradice los principios del pensamiento científico, sino que la misma ciencia moderna les da ocasionalmente cierto respaldo. Pero antes de rechazar la posibilidad de que una agrupación de organismos pueda ser un organismo, convendría aclarar lo que entendemos por organismo, ya que para Edward Wilson, las colonias de invertebrados, algunas se parecen mucho a las “Sociedades Perfectas” y se parecen tanto, que en realidad la “colonia “ podría llamarse perfectamente “Organismo”.
Así también, seres que todos consideramos organismos, como somos nosotros mismos, pueden tener sus aspectos coloniales, como las células que tienen no sólo origen distinto, sino también distintos métodos y diferentes formas de transmitir sus genes a las generaciones siguientes. Y por tanto, intereses darwinianos algo diferentes. No existe una frontera clara y definida entre sociedad y organismo, ya que las entidades conocidas como organismos, no existen. Y lo que llamamos organismo, son “Colectivos”, pero no colectivos armoniosamente integrados, al menos no por definición, aclara Wright.
Si la línea divisoria que distingue organismo y sociedad, no es la diferencia entre la unidad intencional completa y la unidad intencional incompleta, ¿Cuál es entonces? Para William Morton Wheeler, un hormiguero en su opinión era una modalidad de organismo, “Un Superorganismo”, lo que últimamente ha resurgido y, sus motivos podrían ser: la creciente conciencia de que todos los organismos son en cierto modo, “Sociedades”.
A saber, los cerebros tienen conciencia y, no sólo procesan información, sino que tienen la experiencia subjetiva de procesar información, sienten placer y dolor y tienen intuiciones. Y la pregunta por la Conciencia Planetaria Trascendente, sea cual sea la respuesta, es una pregunta sensata para Robert Wright.
Con esto, es realidad cuanto más científicos seamos al reflexionar sobre la conciencia. Más constancia tendremos de los límites de la ciencia y, más inclinados estaremos a afrontar con humildad las cuestiones cósmicas en general.
Un hombre, es lo que piensa que es. Su carácter es la suma de todos sus pensamientos y del estado de su vida y su entorno. O sea, que su realidad no es cuestión de azar, sino el resultado de una ley infalible. Una construcción permanente de su ser a través del pensamiento, consciente o inconscientemente, estamos influyendo constantemente en nuestras circunstancias de vida. Y cuanto más alterado estés emocionalmente, más desorden de pensamiento tienes y, más caos estarás creando a tu alrededor.
El ser humano es el dueño de su pensamiento, con lo que es capaz de manejar e ir creando su propia existencia. Somos creadores de nuestras circunstancias y, la realidad que atraemos hacia nosotros, está en relación con la forma de pensar de cada uno de nosotros. Lo que confirma el hecho de que cada uno vive en una realidad diferente, dependiendo de cómo enfoquemos nuestros pensamientos hacia lo que nos rodea.
Sabemos según James Redfield, que la vida en realidad consiste en un despliegue tan personal como mágico y fascinante; un despliegue que ninguna filosofía, ni religión ha esclarecido todavía del todo. Y también sabemos que una vez que hayamos comprendido lo que está ocurriendo y aprendamos cómo poner en marcha este desarrollo y cómo mantenerlo, el mundo de los seres humanos dará un salto cuántico hacia una nueva manera de vivir y, hacia un género de vida que nuestro mundo se ha esforzado, vagamente hasta hoy, por alcanzar.
Un sufrimiento, es siempre el resultado de un pensamiento equivocado, nos dice Isabel Aeraso. La felicidad es la medida de un pensamiento correcto y está en relación con la armonía. Es fundamental el pensamiento para la vida, el pesimismo aumenta el riesgo de muerte.
Cuanto mayor sea el conocimiento, nos dice Heraso, más clara será la forma de pensar y de enfocar nuestros asuntos. Con otros puntos de vista de pensamiento, se obtienen otros resultados de la realidad, donde nada deja de existir jamás en el universo, sólo se transforman.
Así fuimos creados para ser amados, ya que la sustancia que llena el universo y nos alimenta, es el amor. El amor es lo único en la existencia, lo único verdaderamente gratificante, que te mantiene unido a la vida y sin el cual, no se puede vivir. Y con él estas Completo.
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