Globalización: Revista Mensual de Economía, Sociedad y Cultura


Diciembre de 2021

La sabiduría del caracol. Otro mundo es posible
ECOMUNIDADES. Rebelión


El caracol, nos explica Iván Illich,[1] construye la delicada arquitectura de su concha añadiendo una espiral más grande después de la otra hasta que se detiene bruscamente y comienza un devanado decreciente.

Añadir una sola espiral le daría a su concha una dimensión dieciséis veces mayor. En lugar de contribuir al bienestar del animal más crecimiento lo agobiaría. A partir de este punto, cualquier aumento en su productividad serviría solamente para paliar las dificultades creadas por este agrandamiento de la concha más allá de los límites fijados para su finalidad.

Pasado el punto límite del agrandamiento de las espirales, los problemas del crecimiento excesivo se multiplican en progresión geométrica, mientras que la capacidad biológica del caracol no puede seguir sino una progresión aritmética en el mejor de los casos.

Al divorciarse de la razón geométrica, de la que estuvo casado por un tiempo, el caracol nos muestra el camino para pensar en una sociedad en descrecimiento, alegre y convivencial.[2]

Tres movimientos sociales contemporáneos, cercanos al ecologismo, han adoptado como emblema la figura del caracol: Slow Food International (Comida lenta), Movimiento Zapatista (EZLN) y Degrowth (Descrecimiento)

El crecimiento sin límites es enemigo del clima, la ecología, el medio ambiente y la diversidad cultural.

Todo aquello que se ha vuelto demasiado grande, que ha crecido demasiado, que ha sobrepasado los umbrales que le permiten coexistir con los seres vivientes debe ser combatido permanentemente por las personas responsables y las organizaciones sociales y civiles que buscan la Paz y la permanencia de la diversidad cultural y biológica.

La sociedad industrial, sustentada en el crecimiento económico sin límites, y en los mitos del progreso, el desarrollo y la modernización tecnológica, ha creado demasiados productos y organizaciones contrarios a la Naturaleza y la convivencia pacífica; ha creado un sistema político y económico (la alianza entre el Estado y el Mercado) que pone en peligro la existencia de la Humanidad.

Esta sociedad de crecimiento ha creado semillas manipuladas (OGM) materiales, como los plásticos, máquinas como, los autos y los aviones, generación de electricidad, como las centrales nucleares y equipos, como los IPads, computadoras y wifis que destruyen con gran eficacia la riqueza natural y cultural de los territorios.

Este crecimiento económico desquiciado ha creado tumores urbanos, como lo son las infraestructuras o megaproyectos de muerte: supercarreteras, los grandes aeropuertos, los trenes de Alta Velocidad, los grandes puertos de carga, las vías rápidas, los segundos pisos, las torres, los grandes centros comerciales, las ciudades industriales, las ciudades universitarias, las ciudades para la salud, las ciudades para el turismo, las bases militares, las megalópolis, entre otras.

Tenemos hoy día, en el mundo, demasiados transportes, tubos, motores, celulares y demasiadas antenas, bombas, pavimentaciones, edificaciones, computadoras. En el último siglo, se democratizan en el mundo las malas costumbres que tenían los millonarios de hace más de un siglo: el uso del excusado con agua potable, los consumos por persona, de agua potable mayores a 30 litros diarios y de electricidad mayores a 30 kWh mensuales, la posesión de un auto y al menos un viaje al año en avión de ida y vuelta.

Hoy día, tenemos en el mundo demasiadas personas que consumen demasiado carbón, gas y petróleo; demasiada agua, electricidad y gasolinas; que consumen demasiados metales, maderas, tierras raras, bueyes, cerdos, corderos, pollos, huevos, quesos; demasiadas vacas, gallinas, aguas embotelladas. Actualmente, se consume demasiado empaque y embalaje; demasiado plástico, papel, agroquímicos, pesticidas, aditivos para los alimentos.

Hay muchos aspectos que tenemos que someter a un proceso de descrecimiento, para recuperar la vida en la Tierra. Por el bien de la Humanidad, la producción industrial debe reducirse al mínimo, para abrir paso a la Relocalización de la producción y el consumo de los alimentos y otros básicos: producción local (artesanal) para consumo local, en lugar de la producción global, para consumo global que realizan principalmente los países del Sur global, para el consumo del Norte global.

La palabra descrecimiento en el Diccionario de la Real Academia Española

Esta palabra no existe en los diccionarios convencionales, fue creada en 2007 por ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México, con el fin de denotar la voluntad personal o colectiva de reducir el consumo y las ambiciones de poder y dinero en la sociedad mexicana y eliminar la connotación pasiva, abstracta, ahistórica, común en el uso (científico) de esta palabra. Para nuestra gran sorpresa, hace pocos años fue incluida en el Diccionario de la Real Academia Española.

En 2008, varios representantes de grupos ecologistas y ambientalistas aceptaron la consigna ¡Descrecimiento o colapso!

Se actualiza el blog de descrecimiento: https://descrecimientomexico.blogspot.com/

En los últimos años descuidamos la actualización de nuestro blog sobre descrecimiento; estamos empezando a ponerlo al día.

En la liga https://degrowth.descrecimiento.org/ se pueden encontrar las ponencias presentadas en la Primera Conferencia Norte Sur sobre Degrowth-Descrecimiento, ciudad de México 2018 que ha sido la única conferencia degrowth fuera de los países ricos y poderosos.

Notas:

[1] Ivan Illich, El Género Vernáculo

[2] Serge Latouche, Le Pari de la decroissance, p 65.


https://rebelion.org/la-sabiduria-del-caracol/

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