Globalización: Revista Mensual de Economía, Sociedad y Cultura


Noviembre de 2020

LA NUEVA CIENCIA
Walter Ritter Ortiz


Sección de Bioclimatología, Centro de Ciencias de la Atmósfera, UNAM. Circuito interior s/n, Ciudad Universitaria, Deleg. Coyoacan, México, D. F. email: walter@atmosfera.unam.mx

INTRODUCCIÓN

La ciencia es una de las máximas creaciones humanas y para Ruy Pérez Tamayo, es la forma como el hombre trata de satisfacer su imperiosa necesidad de conocer la Realidad. Es una empresa colectiva, un resultado del tipo de orden relacional, que subyace en toda actividad creativa.

La ciencia progresa gracias a un balace entre lo abstracto y lo concreto. Antonio Fernandez-Rañada nos dice que algunos científicos no son dados por la abstracción, sino que ven en la ciencia un instrumento de transformación social, preocupados por los experimentos y lo concreto; donde el problema de la ciencia es una cuestión cultural en el sentido más profundo. Sin embargo, para personas como Planck, Einstein, Bohr, Heisenberg y Dirac, lo que les interesaba era saber si los átomos ofrecían una prueba de la teoría de las ideas de Platón y, les movía la búsqueda de teorías con elegancia matemática en el misterio del mundo e intentaban encontrar lo absoluto, que se esconde tras lo relativo que podemos observar.

Iniciándose una inesperada y mutua influencia entre ciencia y tecnología, donde se considera que las mejores obras han surgido de combinar ambos polos, que lleva de lo abstracto a lo concreto y, de las teorías a los hechos. Donde existen varios tipos de ciencias, pero todas tienen algo en común que es la de tratar de construir una imagen objetiva y verificable de la naturaleza, donde las teorías científicas parten de elecciones y supuestos, que no son arbitrarios ni inevitables. Y, no hay faceta de la vida humana que no sea tocada por la teoría de la evolución, modificada de diversas maneras para aplicarla a la economía y a la vida política y, además de que es también un instrumento de progreso y desarrollo, pero que el colonialismo científico agudiza las diferencias entre los países y prolonga sistemas de sujeción internacional, por lo que debemos abolir la ciencia materialista.

Durante los últimos trescientos años, hemos basado nuestras elecciones relativas a la vida, los gobiernos y la civilización en una determinada manera y, de considerarnos a nosotros mismos y considerar nuestra relación con el mundo, cuyo fundamento son las presunciones falsas de una ciencia obsoleta. Donde la aspiración de la física clásica era descubrir lo inmutable, lo permanente, más allá de las apariencias de cambio.

Vivimos un momento privilegiado, donde la física está en un punto de transición; se abre un mundo de nuevos dilemas y al mismo tiempo, a una mejor comprensión de su historia pasada. Donde advertimos que nos encontramos en un período de “Bifurcación”, al que no se aplica el concepto de la ley clásica de la naturaleza. Y uno de los aspectos más espectaculares, es la formación de estructuras de desequilibrio, que sólo existen mientras el sistema disipa energía y permanece en interacción con el mundo exterior.

Donde sabemos que la materia se comporta de una forma radicalmente distinta, en las condiciones de desequilibrio o no equilibrio, cuando los fenómenos irreversibles desempeñan un papel fundamental. Donde para establecer leyes generales, el físico debe elegir fenómenos repetibles.

La filosofía occidental tiende a ser fríamente intelectual y, se parte de la razón y la lógica para llegar a una comprensión intelectual de la conciencia y la materia. En cambio, los sabios orientales se basaban en experiencias trascendentes metódicas y repetidas, para alcanzar una comprensión experimental de la conciencia y la materia.

Se dice que el mundo materialista es matemáticamente ordenado y, el trabajo del hombre de ciencia consiste en encontrar las estructuras racionales que sirvieron de modelo, nos dice I. Schifter. Y A. Rosenblueth agrega que este principio es la esencia del determinismo o la causalidad, puesto que implica que es posible predecir el futuro de un sistema si se conocen en un momento dado las condiciones de los elementos que lo constituyen y, que son por lo tanto compatibles con las formulaciones filosóficas del principio de causalidad.

Sin embargo, la geometría de la naturaleza es caótica y está mal representada por el orden perfecto de las formas usuales de Euclides o del cálculo diferencial. La realidad se revela tan irregular, que el modelo continuo y perfectamente homogéneo fracasa y, no puede servir ni tan sólo como primera aproximación. Se trata de los dominios en los que la física ha fracasado y de los que los físicos prefieren no hablar.

En cambio, la geometría fractal se caracteriza por la elección de problemas en el seno del caos de la naturaleza, pues describir todo el caos sería una ambición sin esperanzas ni interés y, la elección de herramientas en el seno de las matemáticas, pues buscar aplicaciones a las matemáticas por la misma razón de su belleza, no ha producido otra cosa que sinsabores. El caos siempre es consecuencia de inestabilidades y, la mayoría de los sistemas de interés físico, tanto en el ámbito de la mecánica clásica, como de la mecánica cuántica, son igualmente inestables. Y, así aparece un nuevo enfoque para abordar todos estos problemas y, cuando se tiene en cuenta el caos, se puede hablar de una nueva formulación de las leyes de la naturaleza.

Con su maduración progresiva, Mandelbrot, ha creado algo nuevo entre el dominio del caos incontrolado y el orden excesivo de Euclides y, hay a partir de ahora una nueva zona de orden fractal. Con el método científico, se han descubierto multitud de leyes que rigen en el funcionamiento del mundo físico y, la aplicación de estas leyes ha transformado la civilización, por lo que tiene un gran auge y gran influencia. Pero, la idea de que todo lo que existe y vaya a existir, deriva únicamente de las interacciones entre la materia y la energía, es una creencia y no de un hecho demostrado, nos argumenta J. Silbie.

Los científicos se esfuerzan por encontrar las leyes inmutables de la naturaleza, pero su método científico a menudo es empañado por la incertidumbre y acosado por la confusión y salpicado de errores y, retardado por la burocracia y obstaculizado por el ego, que a la larga según Leon Ledesma, acaba siempre adelante con su proceso lógico de observación y razonamiento, capaz de destilar las afirmaciones empíricas que podemos aventurar sobre la naturaleza.

Antes de la consolidación de la ciencia moderna, la humanidad sólo disponía de la intuición para guiarse. Lord Kelvin pensaba que las leyes fundamentales más importantes de las ciencias físicas ya habían sido descubiertas y estaban demostradas de una forma tan firme, que la posibilidad de que haya que modificarlas era sumamente remota. Sin embargo, algunos científicos todavía esperaban hacer algunos descubrimientos y así, Maswell sugería que había nuevas formas de energía por hallar, pero se esperaba a que esta energía obedeciera sus ecuaciones.

Con la Tabla Periódica de Mendeleiev, se daba a entender que en alguna parte debía de haber formas de materia no conocidas esperando ser descubiertas, pero también prometía que esas nuevas sustancias encajarían perfectamente en la tabla y obedecerían sus patrones. Y tanto la teoría de los gérmenes de Pasteur, como la teoría de la evolución, apuntaban a la existencia de formas de vida desconocidas, pero también se consideraban capaces de clasificarlas cuando fueran encontradas y así, los descubrimientos científicos por venir serían maravillosos pero no sorprendentes.

El científico está tratando de comprender a la Naturaleza sobre bases racionales, usando para esto el método hipotético-deductivo y, haciendo experimentos que le permitan acumular datos y derivar reglas generales o leyes, que al final comunica a sus colegas y que según Einstein, es regular y no está sujeta al azar. Además, con la consideración al hecho de que es peligroso hacer aseveraciones categóricas en áreas ajenas a nuestra competencia.

Todo aquello de lo que podemos hablar y, todo aquello que podamos ser conscientes, presupone la existencia de un marco de referencia y estructura teórica que determina su sentido o su significado, lo que según Miguel Martínez, es la raíz más profunda en que se apoya todo conocimiento y, donde la matemática, en cuanto ciencia, tiene la misión de desarrollar y construir estructuras formales. Así, puede muy bien afirmarse que la realidad ya tiene determinadas estructuras, pero no sabemos cuál de las estructuras captadas por la mente, son las que corresponden a la realidad en sí y, cuáles son debidas a nuestro pensamiento. Pero, las estructuras finales serán siempre abstracciones y, cuanto más empleamos los métodos matemáticos en las diferentes disciplinas, tanto más incidirán en la formación y estructuración de su mentalidad y construcciones del espíritu humano.

Se consideran básicamente cuatro paradigmas epistémicos de la cultura occidental, en las orientaciones de su pensamiento: El paradigma teológico que tiene en la religión su núcleo central, donde los conceptos de creación y finitud con un orden cósmico establecido por Dios, de sabiduría y voluntad divinas, revelados en la Biblia. La teología, era la reina de las ciencias a la cual debían supeditarse el grado de verdad de las demás disciplinas, que señalaba cuál era el principio rector del saber y la lógica que había de seguir para alcanzarlo. Y durante la Edad Media y especialmente en el Renacimiento el punto de apoyo, el referente lógico, va pasando lentamente de la religión a la razón, de la teología a la filosofía y a la ciencia.

En este paradigma modernista, la religión pasa a ser asunto de opción personal y en el ámbito de la esfera privada. Fue Descartes, el que notó que el campo filosófico era discorde, desunido, controvertido e incierto, y en cambio en la matemática, no había discordia, sino certeza y unanimidad y, así concluye que la filosofía y todas las demás disciplinas deberán imitar el método deductivo de las matemáticas, lo que según Miguel Martínez, equivale a reconstruir todo el saber según un método que se desenvuelve por ideas claras y distintas.

Esta filosofía carteciana, impregnó toda la cultura y se identificó con el estudio matemático y la ilusión por conseguir una ciencia universal y, unas matemáticas universales sigue en pie a pesar de la incapacidad de reducir lo cualitativo y lo sistémico a lo puramente cuantitativo. Heidegger, menciona que Descartes da una errada definición ontológica del mundo y Hegel, señala que debe tenerse en cuenta que el aparato científico que nos suministra la matemática ha quedado anticuada y por esto, una crítica resultaría notable e instructiva ya que depuraría a la matemática y pondría de manifiesto sus límites y con ello, la necesidad de “otro tipo de saber”.

Con el paradigma científico-positivista, la idea básica es que una proposición es significativa si y sólo si puede ser verificada empíricamente; es decir, si y sólo si hay un método empírico para decidir si es verdadero o falsa. Y si no existe dicho método, es una seudoproposición carente de significado. Este enfoque constituyó el paradigma conceptual de la ciencia durante casi tres siglos. Con una visión del universo como si fuese un sistema mecánico, que se rige por la matemática como regla epistémica del conocer y, la vida social como una lucha por la existencia, en la creencia del progreso material ilimitado.

Todas estas ideas se han puesto en tela de juicio y necesitadas de una revisión radical. Donde la realidad física ha tomado cualidades que están bastante alejadas de la experiencia sensorial directa. Heisenberg, agrega que la realidad objetiva se ha evaporado y que lo que nosotros observamos no es la naturaleza en sí, sino la naturaleza expuesta a nuestro método de interrogación. Donde el observador no sólo no está aislado del fenómeno que estudia sino que forma parte de él, por lo que el fenómeno lo afecta y él, a su vez, influye en el fenómeno.

El paradigma que sigue al Positivismo, efectúa un rescate del sujeto y de su importancia, lo que implica según Martínez, una inserción de lo observado en un marco referencial constituido por nuestros intereses, valores y creencias y que es el le daría el sentido. De tal forma, Todo conocimiento es conocimiento personal y en la definición de ciencia como: Un sistema de creencias con las cuales estamos comprometidos, por lo que estamos condenados al significado. O según Geertz, de que el hombre es un animal suspendido en una red de significados que él mismo se ha tejido.

El mundo en que vivimos es abrumadoramente complejo y hoy nos enfrentamos a retos más difíciles y apremiantes que nunca. Nuestra sociedad requiere una mayor diversidad y tolerancia en su búsqueda de la verdad.

Nuestro universo está constituido básicamente por sistemas no-lineales en todos sus niveles. En nuestro entorno, estamos inmersos en un mundo de sistemas, donde sus componentes son entidades complejas y formadas por partes en mutua interacción y de una adecuada armonía entre sus constituyentes, que trasciende las partes y, se trata de lo que es un “Sistema”.

Según Fritjof Capra, la teoría cuántica demuestra que todas las partículas se componen dinámicamente unas de otras de manera auto consistente y puede decirse que se “Contienen” la una con la otra y, se “definen” la una con la otra. Y así podemos decir que la “Nueva Física” es un modelo para los nuevos conceptos y métodos para las otras ciencias y que, en la estructura sistémica cada parte conoce dinámicamente a cada una de las otras. Y la perspectiva que ofrece la Simetría en física, proporciona una orientación y una guía hacia la moderna forma de pensar sobre la naturaleza.

De que el sistema es “Una Totalidad Organizada”, hecha de elementos solidarios que no pueden ser definidos más que los unos en relación con los otros y en función de su lugar en esta totalidad. Según Martínez, “si todo es función de todo” y si cada elemento es necesario para definir a los otros, no podrá ser visto ni entendido “En Sí” y en forma aislada, sino a través de la posición y la función o papel que desempeña en esa estructura dinámica o sistémica.

Desgraciadamente, nos dice Tamayo, el investigador científico es un sujeto aislado de la realidad, obsesionado por resolver pequeños crucigramas inútiles o en el mejor de los casos, relacionados con la moda científica internacional del momento.

¿Es realmente moderna la ciencia y hemos pasado del oscurantismo a la luz de las verdaderas ciencias? Levy-Lebrond, nos dice que existen buenas razones para dudar de que el cambio sea tan radical como comúnmente se cree y por lo que parece, que la ciencia actual debe ser puesta en duda y a prueba y, en la consideración de que no hay críticos de la ciencia que puedan ser reconocidos como tales, como sucede en el arte o la literatura. Paradoja que pone trabas a cualquier tentativa de integrar la ciencia al mundo de la cultura.

Tal crítica, debe superar la de ser demasiado superficial y de eficacia limitada, para desarrollar una crítica que lleve a la reflexión. Racionamiento que tiene sentido si concierne a los múltiples aspectos de la actividad tecno científica, que ha caído en una crisis latente y está plagada de contradicciones.

Richard Dawkins, dice que la selección natural es el proceso automático, ciego e inconsciente que descubrió Darwin y, que ahora sabemos que es la explicación de la existencia y forma de cualquier tipo de vida con un aparente propósito, no tiene ninguna finalidad en mente. Carece de mente e imaginación; no planifica el futuro y no tiene ninguna visión, ni previsión, ni vista y si puede decirse que cumple una función en la naturaleza, ésta es la del relojero ciego.

Según Leon Lederman, el inicio de la vida en nuestro planeta requirió violentas condiciones dinámicas, capaces de estimular la química y manipular complejas moléculas y, hacer que el complicado proceso de la reproducción se pusiera en marcha. La Tierra comenzaba a madurar y a estabilizarse y tomadas en su conjunto, todas las evidencias sugieren que las leyes físicas son constantes y no cambian a lo largo del tiempo y de que de hecho, las Simetrías son los principios básicos que definen nuestras leyes físicas y de la naturaleza y que, por tanto, gobiernan nuestro universo y tiene consecuencias inmediatas en nuestra vida cotidiana.

Nos pregunta Brian Goodwin: ¿Puede definirse y explicarse a un animal superior y complejo, sólo a partir de sus genes? Ya que esto es lo que hemos creído hasta ahora, atendiendo a la teoría darwiniana de la evolución, entendida como la supervivencia de los más aptos, que se ha convertido en la única tesis explicativa de la vida en la Tierra, de su variedad de formas y comportamientos, de su origen y extinción.

A lo que Brian nos demuestra, que las cosas no son tan simples ya que para él, los rasgos definitorios de la teoría darwinista se le está cuestionando hasta tal punto que se está alterando la fisionomía de la propia biología, donde los genes no explican por sí solos la adaptación de las especies y, examinar con atención otro mecanismo igualmente poderoso, que es necesario para explicar el origen y la diversidad de los seres vivos; nos demuestra que las imágenes darwinistas son incompletas.

Y, si contemplamos los organismos como algo más que máquinas de supervivencia, aprendemos que son tan competitivos como cooperativos, tan egoístas como altruistas, tan destructivos y repetitivos como creadores.

Nos dice Fernandez-Rañada, que cualquier cosmovisión que se base excluyentemente en las ciencias de la naturaleza es incompleta, como lo es también cualquier otra que prescinda de ellas. Y que lo importante, no son los detalles sino el sentido global de la empresa científica.

La ciencia, está hoy en día más fragmentada y es menos capaz de hacer síntesis y reestructuración, que sigue siendo opaca y menos accesible, existiendo todavía un abismo entre ciencia y sociedad y la mayoría de sus impactos, no los entendemos bien todavía; en ella hay elitismo, autoritarismo, conformismo y sumisión intelectual e imperialismo cultural.

Según Alan Percy: El sabio aprende a cambiar, a revolucionarse, a librarse de lo que está anquilosado, del apego a las personas, los objetos o los lugares. Vivir implica sufrir transformaciones y altibajos, por el carácter dinámico de la existencia. Y así, como el agua que no se mueve se estanca y se pudre, la mentalidad que no progresa acaba atrapada en un bucle de prejuicios, pronósticos negativos e ideas preconcebidas, donde la evolución, es indispensable para la supervivencia del alma humana.

Todo cambia, desde el modo en que nos consideramos a nosotros mismos hasta nuestra forma de actuar. Ha de ser así, nos dice Gregg Braden, porque en presencia de esa profunda comprensión, hemos cambiado y una vez más, todo depende de lo que creamos y, puede ser que esto suene demasiado sencillo para ser verdad, pero estoy convencido de que el universo obra precisamente de esta manera.

Y Cannon es quien agrega de que: Vivimos en un mundo que no está establecido, que no es estacionario, que no se ha inmovilizado y que nos presenta todo tipo de posibilidades, de combinaciones y reajustes novedosos y sin precedentes. Por lo tanto, la sabiduría aconseja mantener nuestras mentes abiertas y receptivas, hospitalarias a las nuevas visiones y a los avances más recientes. Y, erramos al rechazar los aspectos extraordinarios de la experiencia como indignos de atención y que pudieran ser los tímidos principios de avenidas que conducen a alturas inexploradas del progreso humano.

La paciencia, es amarga, pero sus frutos son dulces. Es una actitud inteligente y pragmática que nos ahorra infinidad de conflictos. Y, nada resulta tan atractivo en un hombre como su cortesía, su paciencia y su tolerancia. La discrepancia ayuda a los grupos a que crezcan intelectualmente y desarrollen su inteligencia colectiva, una inteligencia que poco tiene que ver con el coeficiente intelectual individual de los intercambios comunicativos entre sus miembros.

Cuando tomamos conciencia de nuestros actos, adquirimos el poder de hacer lo correcto, en lugar de lo que es aceptable. Es para la riqueza y la prosperidad de las naciones y como parte esencial de la persona que surge del diálogo permanente con el mundo en que estamos necesariamente implicados.

En pocas palabras, nos dice Tamayo: Era conferir a esta humana existencia terrenal, ciega e irrelevante, un sentido no de trascendencia, pero sí de dignidad, no de grandeza wagneriana, pero sí de ingenua y bondadosa relación con nuestros semejantes.

Y según Bertrand Russell, es eliminar todas las aspiraciones de nuestros deseos temporales para arder con pasión por las cosas eternas y liberarnos de la dictadura de la denigrante realidad cotidiana, de la moda de la necesidad falsamente imperiosa de igualar las ambiciones más preciosas de nuestro ser más íntimo, con las sancionadas oficialmente por la sociedad, a la que por un decreto accidental e incontrolable del Destino, nos ha tocado pertenecer como individuos.

La verdad no existe, los llamados hechos están teñidos con las emociones, filtrados por los sentidos y reconstruidos por los intereses de los observadores.

Se pregunta Levy-Lebland: ¿Qué ideología persigue la ciencia? Y ¿Hacia dónde se dirige? ¿Qué es lo que la guía? ¿Presta grandes servicios a la humanidad o está subordinada a las presiones económicas y políticas?

Kant, siempre sostuvo que él no enseñaba la filosofía sino a pensar, actividad que debía partir de la ignorancia: “La conciencia de mi ignorancia es, no lo que pone término a mis investigaciones, sino la causa que las provoca”. Desde este planteamiento, su proyecto crítico lo articuló en tres fases que debían analizar los tres pilares de la filosofía: El conocimiento o la razón pura, la moral o la razón práctica y, la capacidad de decisión o el juicio. Dominios que se legitiman mutuamente y componen un sistema perfecto que daba sentido al mundo y explicaba la finalidad de la humanidad.

Nietzsche a su vez, ha sido el filósofo del siglo XX y está en camino de convertirse en el filósofo del siglo XXI. Su influencia está en las corrientes de pensamiento que no se conforman con interpretar el presente y el pasado, sino que además, aspiran a configurar el futuro. Su pensamiento afectó de manera poderosa a las generaciones de investigadores en muy diversos disciplinas, como la teología, la antropología, la filosofía, la sociología y la psicología. Y emprendió la tarea de elaborar una nueva filosofía, alzada sobre nuevos valores, para sustituir a las que él criticaba.

Rovelli nos dice: prefiero mirar a la cara a nuestra ignorancia, aceptarla y tratar de ver más allá, intentar conocer lo que podemos conocer. Sobre todo, porque creo que aceptar nuestra ignorancia es el camino más verdadero, más bello y más honrado. Tratar de ver más lejos, de ir más lejos, me parece una de esas cosas maravillosas que dan sentido a la vida. Y como dijera Ulises de Dante: no estamos hechos para vivir como brutos, sino para perseguir la virtud y el conocimiento, ya que el mundo es más extraordinario y profundo que cualquiera de las fábulas que nos cuentan.

La lógica clásica aristotélica, se queda corta y obligan a lo conocido a ser estable, unidos a una visión determinista de la causalidad. Lo que constituye una imprecisa aproximación a la realidad, por lo que se necesita una lógica de la transformación y la interdependencia; una lógica que sea sensible a esa complicada malla dinámica de sucesos que constituye nuestra realidad.

¿Dónde está ese concepto clave que haría inteligible este complejo mundo? Necesitamos por ello, una matemática de lo cualitativo, de lo sistémico, la matemática gestaltica que sugiere von Bertalanffy, donde el énfasis no esté puesto en la cantidad, sino en la relación, es decir, en la forma y el orden. Ya que desde el átomo hasta la galaxia, vivimos en un mundo de sistemas. Y cuanto más coherencia o intrínsecamente conectada esté una estructura, más inestable es.

Pero, esta inestabilidad según Prigogine, es la clave de la transformación; y así, cuando las partes se reorganizan, forman una nueva entidad y el sistema adquiere un orden superior. Donde el tiempo y la realidad, están ligadas irreductiblemente y, negar el tiempo puede ser un consuelo o parecer un triunfo de la razón humana, pero es siempre una negación de la realidad. Y Borges nos dice, el tiempo es la sustancia de la que estoy hecho

La “Nueva Física”, está buscando un concepto escondido, clave y definitivo, simple y global, un concepto perdido ajeno a la estricta observación de la ciencia tradicional, pero que parece vital. Hay muchos hechos que están ahí, independientemente de que se sepa explicarlo o no; también hay muchas realidades que se expresan y que no captamos conscientemente pero, con los que interactuamos continuamente.

La física cuántica, nos está ayudando a saber develar de qué se compone la realidad y cuál es la estructura profunda de las cosas y, de cómo se conjuga la gramática de la naturaleza. Y a medida que nuestros instrumentos de observación se perfeccionan, descubrimos estructuras cuyo comportamiento desafía las leyes de la lógica y nos abre a un mundo insospechado.

Amar, no quiere decir obtener placer o gusto, sino de participar en el gran movimiento de la vida y aceptarla incondicionalmente. El crecimiento de la conciencia es el regalo más hermoso de la vida, donde los cambios, novedades, riesgos y emociones nos permiten crecer. ¿Puede haber una experiencia, sin emoción? ¿Una vida sin cambio? Todo cambio, toda toma de conciencia, es revolucionario, subversivo, porque según Fléche, nos permite ser nosotros mismos

Y según Prajnanpad: Aceptar la realidad, es aceptar el cambio y, de que nada permanece con la misma forma sin cambiar. Donde la primera oportunidad, de evolucionar, es aceptar la realidad. Todo lo que aceptas, se transforma y, se transforma porque tú no has deseado que se transforme, sino que lo has aceptado, tal y cual es.

Aceptar la incertidumbre, no nos priva del misterio, al contrario, estamos inmersos en el misterio y la belleza del mundo. Es un mundo que no existe en el espacio ni evoluciona con el tiempo. Es un mundo hecho solamente de campos cuánticos que interactúan y cuyo pulular genera, a través de una tupida red de interacciones reciprocas, espacio, tiempo, partículas, ondas y luz. Un mundo sin infinito, donde no existe lo infinitamente pequeño, porque existe una escala mínima para ese pulular, por debajo de la cual no existe nada. Es un mundo vasto que aún está por aclarar y, por explorar, nos dice Carlo Rovelli.

LA CIENCIA MATERIALISTA

Hay quién prefiere una certeza cualquiera que sea, aunque sea claramente infundada, a la incertidumbre que genera la conciencia de nuestros límites. Hay quién prefiere creerse lo que sea sólo porque se lo creían los ancianos, sin importarles si es verdadero o falso, a tener el valor de ser sincero y aceptar que vivimos sin saber todo lo que querríamos saber.

El mundo está lleno de personas que dicen conocer la Verdad, porque la han aprendido o lo han leído en un Gran Libro. Que dice ser depositario de la Verdad y se apresuran a ofrecer a todo el mundo respuestas consoladoras a las preguntas inquietantes y cada uno con su propia verdad, distinta de la de los demás.

Según Antonio Fernandez-Rañada: No podemos ni debemos abdicar de la ciencia ni de la tecnología, pero sí debemos afanarnos en entenderlos mejor y en integrarlas con los otros tipos de conocimiento. Defendiendo la tesis de que la dificultad mayor que se opone al entendimiento, es que domina una visión unidimensional de la ciencia. La ciencia es una actividad rica, múltiple y diversa, imposible de caracterizar por un solo aspecto, respondiendo a muchas aspiraciones que configuran a los seres humanos. Actividad humana en un sentido muy profundo y defensores de la persona.

Un racionalismo extraviado y, al fatal error de creer que la ciencia es lo que nos hace sabios, lo que hace a Husserl reaccionar contra el carácter unilateral y excluyente de la ciencia moderna y, ante el enseñoramiento científico que conduce al “olvido del sujeto”. Fernandez-Rañada, agregando que “en esta época de degradación y progreso”, hay que reivindicar los conocimientos no científicos, cuya existencia se comprenden mal, debido al dominio de la ciencia. Y se lamenta del exclusivismo de la ciencia de hoy, a la que tacha también de unilateral e insuficiente. Y de que tras el triunfo de la razón, es lo irracional en estado puro, lo que se apodera del mundo, sin que ningún sistema de valores pueda oponerse.

El modo multidimensional de percibir la ciencia, que la considera como algo complejo y múltiple que tiene muchos rostros, muchas dimensiones y mira hacia muchos horizontes.

El materialismo, intenta explicar el comportamiento y la experiencia humana a partir de la biología, la química y la física. Y son los supuestos primordiales del materialismo y, sus dogmas son:

La de que la vida surgió por accidente; evolucionando a partir de formas más simples a otras más complejas, y a través de mutaciones aleatorias, la evolución se da con la supervivencia de los más aptos.

Los seres humanos son máquinas en cuyo interior sólo existen sustancias físicas constituidas de átomos y en consecuencia no existen fuerzas vitales posibles.

Los seres vivos están formados por “genes egoístas” cuyo único propósito son la de replicarse; y son meros vehículos para la propagación del material genético y es el principal motor de nuestro comportamiento.

El cerebro genera la conciencia y son los niveles de millones de neuronas, las que producen nuestra sensación subjetiva de ser alguien capaz de pensar y sentir.

Y así cuando dejes de funcionar, tu conciencia e identidad desaparecerán.

El comportamiento humano, puede explicarse mediante la genética y existen porque tienen un valor de supervivencia y en consecuencia fue la evolución la que seleccionó dichos genes.

Los seres vivos somos individuos aislados separados unos de otros, podemos comunicarnos, pero nuestro sentido de identidad está en esencia contenido dentro de la sustancia física de nuestros cuerpos.

El mundo existe ahí afuera y al margen de los seres humanos, dicho mundo es independiente de nosotros y seguiría existiendo aún si nosotros no estuviéramos para poder percibirlo.

Nuestro estado normal de conciencia, es bastante objetivo y fiable y nos muestra el mundo tal y como es.

Hoy en día, los supuestos materialistas permean en gran medida, los distintos sistemas educativos. En términos filosóficos, el materialismo es una forma de Monismo, nos dice Steve Taylor, que significa UNO; la creencia de que el mundo está constituido por una sola cosa fundamental o primaria. Y de que nuestra mente es material, en el sentido de que no es más que un producto de nuestro cerebro y, sólo lo físico es real, siendo la sustancia del mundo que nos rodea y la sustancia física de nuestro cuerpo.

La ciencia es la única forma válida del conocimiento y deben ser los expertos en las ciencias quienes tengan la responsabilidad de tomar las decisiones que afecten el futuro de la sociedad. Y se llega a decir que usar “La Verdad” fuera de la ciencia, es un abuso, ya que la ciencia es omnicompetente y de que el futuro de la humanidad debe organizarse al modo científico.

Carlo Rovelli, nos dice: Querer ver más lejos muchas veces nos confunde; no estamos acostumbrados, pero lo intentamos y la ciencia es eso. El pensamiento científico explora el mundo y lo dibuja una y otra vez, ofreciéndonos imágenes cada vez más completas y nos enseña a pensarlo de manera eficaz. Es una exploración continua de formas de pensamiento. Su fuerza es la capacidad visionaria de superar ideas preconcebidas, develar nuevos territorios de lo real y construir imágenes del mundo más precisas.

Esta aventura se basa en todo el conocimiento acumulado, pero su alma es el cambio. La ciencia nos hace leer el mundo desde un punto de vista cada vez más amplio y está hecha de experimentos, hipótesis, ecuaciones, cálculos y largos debates. Lo que importa al final, es la comprensión del mundo que la ciencia pueda ofrecer.

Platón y Aristóteles, interpretaron al mundo en términos finalistas, pensando que todo lo que ocurre tiene una finalidad, forma de pensar que había de revelarse muy poco útil para entender la naturaleza o que confundía cuestiones humanas con otras que nada tienen que ver con lo humano. La gran idea es la de que la razón nos enseña hasta qué punto las cosas pueden ser distintas de lo que parecen.

Para llegar a la verdad, según Demócrito: Todas las puertas están abiertas al sabio, pues la patria de un alma virtuosa es el Universo. Hay una idea sencilla de que la divisibilidad de las cosas tiene un límite, de que el mundo es granular. Una idea que interrumpe el infinito que cabe en nuestro puño. Esta idea nos dice Carlo Rovelli, es el fundamento de la hipótesis atómica y hoy, una vez más, está revelándose clave en el estudio de la gravedad cuántica.

Para Edward O. Wilson, los Sociobiológos, pueden conocer la verdadera naturaleza del hombre; son y deben ser los nuevos moralistas. Sin embargo, si la ética es una cuestión científica, la mayoría de la gente no tendría nada que decidir y cuáles son las normas aceptables que deberán simplemente escuchar, aceptar y callar.

Que la ciencia pueda iluminar las cuestiones morales, debe ser una fuente de alegría, para los que se deleitan con el poder del intelecto humano; pero los científicos, nos dice Peter Atkins, deben mantenerse alejados del parloteo de los timoratos y ocuparse con el trabajo de explicar todo y llevar el renacimiento a su clímax.

Mucha gente, nos dice Fernandez-Rañada, tiene un modo unidimensional de entender la ciencia, porque la ven como instrumento útil del que no conviene prescindir, ya que es necesaria para obtener la riqueza y el bienestar. Pero sin embargo, no dice nada sobre las cuestiones que importan a los seres humanos con su papel de herramienta y creen que es bueno mantenerla recluida, porque temen que con su poder genera y degrada muchos aspectos de la dignidad humana y acabe con todos los posibles valores humanos.

Desde el punto de vista práctico, muchos políticos, empresarios y economistas, a quiénes no preocupan especialmente los aspectos éticos que participan de esta visión y, aceptando todo lo más que pueda contribuir con hechos que sean útiles para ayudar a la gente a vivir en un mundo cada vez más tecnificado. De que no hay ningún motivo para estar enseñando teorías “inútiles” y, deben supeditarse a los imperativos de la situación económica del momento.

A esta visión limitada, que rehúsa conceder valor profundo a la ciencia desde el lado humanista: Una visión de unidimensionalidad científica, basada en suponer que la ciencia es omnipotente, por ser el único conocimiento verdadero. La científica y la humanista, son perversiones de la ciencia, visiones distorsionadas del mundo y del hombre, obstáculos para poder transitar con éxito por los caminos históricos que se avecinan.

El desarrollo gradual del materialismo, es posiblemente uno de los motivos por los que mucha gente no se da cuenta de que éste es tan solo un sistema de creencias. Uno de los motivos de Lucrecio, era convencernos de que el mundo funcionaba por azar y no por intervención de los dioses. Personajes como Descartes y Newton, descubrieron que los seres humanos e incluso el universo entero, podían entenderse en términos mecánicos.

La psicología conductista, resultó de reducir las cosas a su mínima expresión y, de que el comportamiento humano era como consecuencia de las influencias ambientales y que los fenómenos mentales y la conciencia, podían ignorarse. Lo que en filosofía nos llevó al campo del positivismo lógico, que sostenía que sólo las cosas observables y verificadas mediante los sentidos, eran significativas y de que podía hacerse caso omiso de afirmaciones que no eran verificables.

La ciencia se basa en el postulado de que la Naturaleza es comprensible para la mente humana, postulado de “acto de fe” y, que según Tamayo, muchos tratan de reforzar esta pretendida base irracional y anticientífica, de la ciencia.

Uno de los propósitos de la nueva ciencia, es demostrar la posibilidad de que estos supuestos sean falsos y de que la perspectiva materialista es un sistema metafísico en el sentido de que nos dice que el único sentido de la vida es la de supervivencia y la reproducción y, de que los efectos negativos del materialismo, sobrepasan con creces su lado positivo.

La visión que tenemos del mundo, es de que cambia de forma espontanea y radicalmente, nos dice Gregg Braden. Y a consecuencia de ello, las soluciones a los problemas creados por el viejo paradigma de pensamiento, se hacen evidentes. Independientemente de la satisfacción que obtengamos de la búsqueda de la verdad, las respuestas que nos da la ciencia sobre nosotros mismos y nuestro papel en el mundo, son cimientos sobre los que construimos nuestra existencia y define cuál es nuestra manera de resolver los problemas de la vida.

Históricamente, se nos ha enseñado que somos criaturas insignificantes que aparecieron como por “Casualidad” de la biología. Y tenemos poca influencia en el desarrollo general de los acontecimientos mientras estamos aquí y una vez que nos hayamos ido, el universo apenas si advertirá nuestra ausencia. Que la humanidad no es más que uno de los productos de ese acontecimiento fortuito y que, esencialmente somos como animales y que la civilización actual es el pináculo de cinco mil años de ingenuidad, creatividad y tecnología y, que tenemos la capacidad de dominar la naturaleza y utilizarla para nuestro provecho los recursos de la Tierra.

Galileo, Kepler, Newton y otros, aislaron sus sistemas de estudio y se concentraron en conocer el comportamiento de unas cuantas variables; y sus resultados exitosos forman la base de la ciencia moderna y su enseñanza en todos los niveles educativos. Sin embargo, el estudio de sistemas complejos, ha mostrado que parte fundamental del comportamiento de estos sistemas radica precisamente en el nivel de interacción que el sistema tiene entre sí y con el mundo externo y más aún, con la retroalimentación que recibe. Interacciones, causantes de que surjan patrones de comportamiento ordenados o, caóticos.

Los científicos materialistas descubren sus propiedades mediante la experimentación, rigurosamente controlada y, que la llaman “Realidad”. Joseph Silbie nos dice: Los científicos religiosos descubren sus propiedades mediante la experiencia rigurosamente controlada y la llaman, “Realidad”. Los dos sistemas la materialista y la religiosa, usan lenguajes muy distintos y ambos niegan que su realidad tengan algo que ver con la otra, división profunda y absoluta.

Pero si observamos detenidamente, podemos encontrar una sorprendente unidad, donde nuestra capacidad de alcanzar la conciencia personal trascendente se corresponde con las explicaciones de los fenómenos materiales, que dan los científicos en los campos de la relatividad, física cuántica, medicina, teoría de cuerdas, neurociencia y la biología cuantitativa.

A pesar de la existencia de importantes misterios científicos perdurables, como el origen de la vida y la naturaleza de la conciencia, los materialistas científicos creen que sólo es cuestión de tiempo y que los fenómenos que quedan por resolver serán explicados a partir de las interacciones existentes entre la materia y la energía y, sólo a partir de ahí, todo se resolverá, lo cual es un dogma de fe para ellos.

Pero a pesar de la eficacia materialista, no se ha demostrado que las realidades no-materialistas sean falsas y sencillamente, no estudia las posibles alternativas.

LA CIENCIA MODERNA

Vivimos considerando que el suelo que pisamos es un punto fijo y creemos que hay un tiempo constante y universal, que va pasando mientras todo sucede; pero tanto el tiempo como el espacio, cambian en función de las circunstancias y donde las mediciones del tiempo y el espacio difieren dependiendo de qué marco de referencia empleamos. Sin embargo, no hay ningún marco de referencia que sea el “correcto” o absoluto y en el que podamos confiar, ya que lo observado depende en parte del observador, lo que nos deja en una situación en la que todas las mediciones son relativas y, ninguna puede considerarse definitiva o “Cierta”.

Einstein, se dio cuenta de que cuando un objeto viaja a gran velocidad, el espacio se acorta y el tiempo avanza más lentamente. Que alguien que vive en la planta baja, envejecerá más lentamente que su vecino de la planta alta, ya que la gravedad tiene un efecto ligeramente más fuerte al estar más cerca del suelo. Y así también, el reloj que haya volado a gran velocidad, mostrará que ha pasado menos tiempo del que ha medido un reloj estático. Y nos dice John Higgs, que son las matemáticas de Einstein y no nuestro concepto del espacio tridimensional, lo que describe el universo en que vivimos.

Sin embargo, las matemáticas abstraen las cantidades del mundo de los objetos reales, donde los números son conceptos inmateriales y por lo tanto, no tienen una existencia física. Y los conceptos inmateriales, son en esencia cosas que hemos inventado, por lo que puede decirse que el hecho de que uno más uno sea igual a dos, es un hecho arbitrario y, fue Bertrand Russell, quien trató de emplear la lógica para demostrar más allá de toda duda, que no es un enunciado arbitrario ni un acto de fe, sino una verdad fundamental.

Newton sabía bien que sus ecuaciones no describen todas las fuerzas que existen en la naturaleza. Problema abierto y que dejó abierto para descubrir esas otras fuerzas. La primera sorpresa es que casi todos los fenómenos observados en la naturaleza, los gobierna la fuerza electromagnética, que es la que mantiene unida la materia que forma cuerpos sólidos, une los átomos de las moléculas y los electrones de los átomos, la que hace que funcione la química y por lo tanto la materia viva, la que actúa en las neuronas de nuestro cerebro y permite que se transmita la información sobre el mundo que percibimos.

Aclarar el funcionamiento de dicha fuerza, ha requerido una modificación importante del mundo de Newton y la modificación que hace nacer la física moderna y la noción de “Campo”. Michael Faraday y James Clerk Maswell, abren el camino a la física moderna. La teoría newtoniana funcionó tan bien y resultó tan útil, que durante dos siglos a nadie se le ocurrió ponerla en duda. Faraday, rompe radicalmente con la simple y elegante idea de Newton y su mundo ya no está hecho solamente de partículas que se mueven en el espacio, mientras el tiempo pasa.

Aparece un nuevo actor: “El Campo” y, es consciente de que está modificando la estructura del mundo, después de dos siglos de éxito ininterrumpido del newtonismo. Las ecuaciones de Maswell, se usan para explicar cómo funcionan los átomos, el Sol y como se producen muchísimos otros fenómenos y de hecho, casi todo lo que vemos y poco más, como la de que sus ecuaciones explican la luz, descubrimiento considerado como el más bello de todos los tiempos. Y así, Faraday y Maswell, llegan a entender, no tan solo cómo funcionan la electricidad y el magnetismo, sino que al mismo tiempo y como objeto colateral, han entendido lo que es la luz.

Ver, quiere decir percibir la luz, y, la luz es el movimiento de las líneas de Faraday. Nada va de un lado a otro del espacio sin que algo lo transporte. ¿No es maravilloso el mundo?, nos pregunta Rovelli.

El mundo ha cambiado; ya no está hecho de partículas en el espacio, sino de partículas y campos que se mueven en el espacio. Parece un cambio mínimo, pero sacará consecuencias y, revolucionarán aún más profundamente que el mundo de Newton. Y Einstein escribe tres artículos y cada uno de ellos es un pilar fundamental de nuestra actual comprensión del mundo.

La Relatividad Especial, es una aclaración importante de la estructura del espacio y el tiempo. Muestran por primera vez, no sólo que en la visión del mundo falta algo, sino que hay algo que debemos modificar radicalmente si queremos entender el mundo y, que debemos modificarlo contraviniendo nuestras costumbres de pensamiento.

No existe la velocidad de un objeto en sí, existe sólo la velocidad de un objeto con respecto a otro. Asimismo, entre el pasado y el futuro de cualquier acontecimiento, entre pasado y el futuro del aquí y ahora, precisos, existe una zona intermedia una zona que no es ni pasado ni futuro. Y, la duración de esta zona, que no es ni pasado ni futuro. Y la duración de esta zona intermedia es una milésima de segundo, aún por debajo de nuestro umbral de percepción del tiempo, que es el tiempo mínimo que podemos apreciar con nuestros sentidos y, que es del orden de unas décimas de segundo. Pues, lo que significa también que en Marte, hay acontecimientos que en este preciso momento ya han ocurrido, acontecimiento que aún no han ocurrido aquí y también, un cuarto de hora de acontecimientos durante el cual ocurren cosas que para nosotros no son ni pasado ni futuro, nos explica Rovelli.

Son otra cosa, que nunca lo habíamos advertido, porque aquí cerca, esta “otra cosa”, que dura muy poco, mentalmente y mentalmente no somos lo bastante capaces de percibirla, pero existe y es perfectamente real. Este cuarto de hora es inevitable y no hay modo alguno de abreviarlo, ya que está inscrito en los acontecimientos del espacio y el tiempo. Y no se pueden abreviar, de la misma manera que no podemos enviar una carta al pasado. Es extraño pero es así, nos dice Rovelli. Así es la estructura del espacio y el tiempo.

El premio Nobel, Niels Bohr, nos dice; Hay que acostumbrarse, así son las cosas. No tiene sentido preguntarse por qué, en la formación de la materia son necesarios los observadores inteligentes. Aceptemos que la realidad es rara, ya que lo único que podemos conocer son los resultados finales de las observaciones y, la exactitud de las matemáticas. La realidad es fundamentalmente rara, indeterminada y casual. Y al llegar a los átomos, nos dice Bohr, el lenguaje debe ser usado como en la poesía y, como al poeta, al científico no le interesa tanto describir hechos como crear “imágenes”.

Los pitagóricos, eran una forma de vida basada en la contemplación de la armonía del universo y en la unificación de las tendencias racional y contemplativa de la mente humana. Y, todas las teorías que tienen éxito, usan estructuras matemáticas de gran elegancia, aunque nadie sabe porqué. Babilonios y Sumerios consideraron el universo entero y todo cuanto encierra, como un enigma, como un secreto que podía adivinarse por la sola aplicación del pensamiento a ciertos testimonios, ciertas claves místicas, que Dios puso en el mundo.

Paul Dirac, como pitagórico convencido, basaba su método científico en la elegancia de sus estructuras matemáticas. Y decía que “Es más importante poner belleza en nuestras ecuaciones que hacerlas coincidir con los experimentos”. Y, valorando la belleza en nuestras ecuaciones, que hacerlas coincidir con los experimentos”, abrió la puerta a la teoría física más exacta y con mayor acuerdo en las medidas del laboratorio, construyendo algunas bellísimas teorías que no parecen tener nada que ver con el mundo real.

La afirmación de Heisenberg, de que había que abandonar la idea de “Causalidad”, “donde si conocemos el presente, podremos deducir el futuro”, y donde lo que falla no es la conclusión, sino la premisa. Y donde en las grandes obras científicas hay siempre en ellas revelaciones y elementos importantes de analogía y de intuición no justificados por la lógica. Y así, Feyman tenía una visión intuitiva de cómo ocurren las cosas y que le daban las soluciones con un mínimo de cálculo y, que para los que habían pasado sus vidas resolviendo ecuaciones, estuviesen desconcertados. Se podría decir que mientras ellos tenían mentes analíticas, la de Feyman era “Pictorica”.

La información puede viajar a velocidades mayores a la luz, lo que contradice la teoría de la relatividad y de que el universo está inter penetrado por un reino no local (es decir, que es universal), lo que significa que no existe la distancia y no afecta a los objetos ni a los sucesos.

J. S. Bell demostró que la no localidad, no sólo podía ser una propiedad de la realidad, sino que de acuerdo con los fundamentos matemáticos de la física cuántica, “tenía que serlo”, por lo que la “no localidad”, es una propiedad real del Cosmos, y hoy es una característica aceptada como indiscutible de la física cuántica.

David Bohm, llegó a la conclusión de que “El Cosmos es un todo continuo interconectado” y que nada puede ser independiente de nada; porque el Universo y todo lo que contiene, está “conectado invisiblemente a un reino bidimensional y no local”. De que el Universo es una totalidad, no dividida de un movimiento que fluye, de que la interconexión cuántica inseparable de todo el Universo es la realidad fundamental.

Para Vicente Aboites, la idea de que entender el comportamiento e interacciones de sistemas simples nos permitirá entender el comportamiento de sistemas complejos, no es tan sencillo ni verdadero y parte del problema es que ningún proceso físico o biológico real está aislado del resto del universo ni física ni históricamente, ya que todo sistema simple o complejo del mundo real, interacciona con el resto del universo. Mientras que los modelos de la ciencia clásica, frecuentemente suponen que los sistemas están aislados, lo que permite simplificar los modelos pero, nunca debe olvidarse que es sólo una aproximación, es decir que es irreal. Y no hay teoría que explique la naturaleza o existencia de sentimientos o emociones y muchas otras cosas que forman parte del mundo.

Einstein, comprende que la masa por sí sola no se conserva, como tampoco se conserva por si sola la energía, ya que una se puede transformar en la otra y, de que existe una sola ley de conservación y no dos. Y lo que se conserva, es la suma de masa y energía, no cada una de ellas de forma separada. Y así, deben existir procesos que transforman la masa en energía y la energía en masa. Las especulaciones teóricas de Einstein, llevaron a la humanidad a una nueva era; la era de la energía nuclear, llena de posibilidades y nuevos peligros.

No existe la “Simultaneidad Absoluta”; esto es, que no existen acontecimientos en el universo que existan a la vez en el “ahora” ya que nuestro “ahora”, existe sólo aquí y, los acontecimientos no pueden describirse correctamente como una sucesión de presentes, uno tras otro, ya que tiene una estructura más complicada. Y donde tiempo y espacio son un poco distintos de cómo se pensaba que eran, la diferencia es de que no existe el “espacio solo” y nuestra idea “intuitiva” de presente; el conjunto de todas las cosas que están ocurriendo “ahora” en el Universo, es el efecto de nuestra ceguera y de nuestra incapacidad para ver los intervalos pequeños de tiempo.

Entre el pasado y el futuro, existe esa zona intermedia. Y decir “aquí y ahora” tiene sentido, pero decir “ahora”, para referirnos a hechos que están ocurriendo en este momento en todo el universo, es algo que no la tiene. No siempre hay un “antes” y un “después” entre dos acontecimientos cualesquiera, que ocurran en el universo.

Insistir en que el conocimiento que poseemos debe ser de primera mano, a fin de que nuestro consentimiento tenga valor moral, es una condición demasiado rigurosa, nos dice G. A. Dunn, pues su consentimiento nunca estaría lo suficientemente informado y esto resulta absurdo, ya que necesitamos un consentimiento explicito, informado y no forzado. Y en realidad, el cuestionamiento en sí, es lo que resulta bueno para la mente.

La física, solamente investiga hechos objetivos, no mentales, impersonales, mecánicos y muchos filósofos dan por hecho el “naturalismo científico”, en la creencia de que el Universo consiste en objetos que pueden ser descritos adecuadamente por las ciencias naturales. Y es por esto que algunos de ellos creen que el propósito de la filosofía debería ser la explicación del mundo de nuestras experiencias, en términos de las ciencias naturales, de modo que quisieran redescubrir términos como ética, conciencia y libre albedrío en términos que fueran más adecuados a la investigación científica de las ciencias naturales.

La reticencia de los sistemas educativos convencionales a reflejar los nuevos descubrimientos y a explorar las nuevas teorías, nos tiene inmovilizados en creencias obsoletas que no pueden resolver la mayor crisis de la historia humana. La cosmovisión materialista es desoladora y estéril, nos dice que la vida carece de propósito y de sentido y de que sólo estamos aquí durante unas cuantas décadas y de que en realidad poco importa lo que hagamos, por lo que no resulta sorprendente que tantas personas piensen solamente en pasársela lo mejor posible, sin preocuparse de las consecuencias.

Como tal, el materialismo es absolutamente insostenible. Por lo que ir más allá del materialismo, significa atreverse a cuestionar el conocimiento recibido de nuestra cultura y a examinar los supuestos que hemos absorbido de ella. Donde Lord Kelvin, nos dice que uno no puede afirmar que tiene conocimiento de un hecho hasta que puede medirlo de alguna manera y hacerlo, implica la existencia de unidas de medida.

En los estados normales de la materia, podemos cambiar de un estado a otro cambiando las condiciones de presión, densidad y temperatura; donde el estado sólido está caracterizado por estructuras geométricas ordenadas en forma de cristales, con formas repetidas, pero los sólidos amorfos no tienen estructura geométrica definida. Y sabemos o conocemos las leyes que rigen el comportamiento de la materia en todas las condiciones, excepto en las más extremas y según Demócrito, si partimos un átomo de forma indefinida, llegaría un momento en que se obtiene la Nada.

Las velocidades más extremas que podemos imaginar, Cero o Infinito, no existen; y si alguien encontrara evidencias en contra, los pilares de la ciencia moderna, la mecánica cuántica y la teoría de la relatividad, se vendrían abajo. Se necesita una enorme cantidad de átomos para construir un pedazo de materia lo bastante grande para ser observado y manipulado. Sin embargo, no hace falta que la cantidad sea tan grande, para que el agregado de átomos tenga un comportamiento como el de las muestras macroscópicas y, sin que deje de parecer materia.

Una de las conclusiones más asombrosas de la mecánica cuántica es la ausencia del reposo absoluto, tanto para los átomos como para todo. Y por el mero hecho de existir y estar en el universo, la menor energía cinética que puede tener una partícula, por bajísima que sea, nunca es exactamente cero.

El Principio de Incertidumbre, de Heisenberg, nos da información sobre cómo el principio de medición, afecta al propio sistema que se estudia; lo que nos dice algo muy profundo, lo que no significa que no podamos entenderlo y a diferencia de las partículas, las ondas tienen la capacidad de curvarse o doblar las esquinas, fenómeno que se ha observado tanto en la luz como en el sonido.

Lo más llamativo de cómo el proceso de medición afecta al sistema bajo estudio, no es algo exclusivo de la mecánica cuántica, sino algo inherente a la propia acción de medir, ya que normalmente, si la masa del aparato de medición es mucho menor que la del objeto por medir, no esperamos que el proceso de medición afecte, pero sí lo hará si es al revés.

¿Cuál es la solución de la ecuación X= -1? Durante siglos, los matemáticos asumieron que no había respuesta, pero era porque todos estaban trabajando dentro del marco de las matemáticas ordinarias de los números reales. Rafael Bonelli, se dio cuenta de que el hecho de que la raíz cuadrada de uno, no sea un número, no significa que no sea un número útil a nuestra mente. Después de todo, usamos los números negativos y éstos, no corresponden a ninguna cantidad física. Correspondiendo a la consideración de los números como abstracciones que obedecen reglas, en lugar de entidades concretas. Y Bombelli, se cuestiona si podría haber algún marco matemático de números legítimos, que permitiera la raíz cuadrada de menos uno, sin importar si tales números pudieran usarse para contar o medir cosas.

Los números imaginarios, son la piedra angular de muchos campos de las matemáticas y desempeñan un papel fundamental en la mayor parte de la física. Son la forma natural de describir los fenómenos de ondas; por lo tanto, sin números imaginarios, probablemente no tendríamos la teoría cuántica y el mundo moderno tal y como lo conocemos, no existiría.

La universalidad de que todos los átomos de un mismo elemento sean idénticos, nos permite evitar un tratamiento personalizado. La dilatación del tiempo es un fenómeno real, lo que nos dice que podemos prolongar nuestra vida si nos movemos con gran rapidez, pero no seremos nosotros los que notemos algún cambio.

Uno de los resultados más asombrosos de la relatividad, es que es posible alterar y cambiar el pasado por el futuro, sin más necesidad que la de cambiar el sistema de referencia. Sin embargo, no puede violarse la causalidad, es decir, que se pueden ver dos sucesos aislados en orden cronológico inverso, pero no pueden estar casualmente relacionados, es decir de que no pueden influirse mutuamente.

La existencia de la unión de la mecánica cuántica con el principio de la relatividad produce un nuevo paradigma con propiedades tanto exóticas como exitosas en sus predicciones. A lo que William Crookes, nos dice; A partir de ahora, se abre la ciencia para superar todo lo que ahora creemos saber sobre la materia y para obtener nuevas visiones de un esquema más profundo de la Ley Cósmica.

LA CIENCIA COMO CONCIENCIA

Muchos grandes científicos, sienten un profundo sentido de la misteriosa belleza del mundo y sienten una emoción intensa ante las teorías y los experimentos que acercan a un nivel más hondo de la realidad; y lo que impresiona más del mundo es el extraordinario y misterioso orden que se descubre cuando se describen de modo matemático.

Para Einstein, la experiencia más bella y profunda que puede tener el hombre es el sentido de lo misterioso y percibir que tras de lo que podemos experimentar, se oculta algo inasequible a nuestro espíritu, algo cuya belleza y sublimidad se alcanza sólo indirectamente y a modo de pálido reflejo. Entre quienes pensaban así, James Jeans nos dice: El Universo está empezando a parecerse más a un gran pensamiento que a una gran máquina y, el hecho de la irrazonable eficacia de las matemáticas en las ciencias naturales, continua siendo un reto invisible; pero no sabemos porqué es así.

Para algunos, las matemáticas han sido inventadas y lo describen tan bien porque han sido creadas para eso. Y para otros, esa sorprendente capacidad tiene un sentido profundo que se nos escapa y probablemente, seguirá escapándose por siempre. En síntesis, las matemáticas tienen valor en sí mismas, sin necesidad de relacionarlas con el mundo material, con una existencia propia en algún espacio ideal y trascendente, de modo que no se inventan, sino que se descubren, postura conocida como Platonismo.

Para Roger Penrose, el “Conjunto de Mandelbrot”, que se puede generar mediante la iteración de reglas simples con estructura compleja, abren la puerta a un paisaje mental de sorprendente complejidad y belleza, que nunca podrá ser conocido por completo, porque es ilimitado y, no es una invención humana sino que ya existía antes de su descubrimiento. Y sin embargo, “Los números complejos” son una idea sin reflejo, cuya estructura es uno de los elementos básicos de las matemáticas y sobre todo, son esenciales en física cuántica, para describir átomos y moléculas, para las que no fueron hechas o propuestas. Y la pregunta de Rañada es: ¿Por qué esa adecuación de conceptos matemáticos profundos, a la realidad física en su nivel fundamental?

La biología, es el estudio de las cosas complejas que dan la impresión de haber sido diseñadas con un fin. La física por el contrario, es el estudio de las cosas simples que no nos incitan a invocar de un diseño deliberado y, aunque pensamos que la física es compleja porque es difícil de comprender, los libros de física están llenos de matemáticas; sin embargo su comportamiento es tan simple que podemos usar el lenguaje matemático para describirlo, pero no poseen partes o patrones complejos como son los sistemas biológicos.

Los sistemas biológicos se encuentran organizados con intrincadas arquitecturas y dirigidas con precisión, pero nadie ha podido hallar todavía las matemáticas necesarias para describir sus estructuras y comportamiento, incluso la de una simple célula. Y sólo podemos comprender algunos de sus principios generales sobre su funcionamiento, sin embargo queremos saber porqué existimos y qué podemos explicar y contestar en términos generales, pero sin ser capaces de comprender los detalles de sistemas complejos. A lo que William Paley observó, que se requería un tipo de explicación muy especial para su estudio.

El darwinismo, pone el énfasis en la competencia, la herencia, el egoísmo y la supervivencia como fuerzas motrices de la evolución. Y el hecho de que los organismos no pueden reducirse a las propiedades de sus genes, sino que deben entenderse como sistemas dinámicos con propiedades emergentes. Visión actual inadecuada, incompleta y limitada, tanto en lo científico como en lo metafórico, limitaciones que han contribuido a algunas de las crisis con las que ahora nos enfrentamos, ya que somos tan cooperativos como competitivos, tan altruistas como egoístas, tan creativos como lúdicos, como destructivos y repetitivos; propiedades que compartimos con todas las demás especies y es la base de nuestra naturaleza, como agentes de emergencia evolutiva creadora.

Todo esto parte de la necesidad de un replanteamiento de nuestra naturaleza biológica, que se deriva de las ciencias de la complejidad y, está llevando a una ciencia de cualidades, la cual nos puede ayudar en nuestra búsqueda de una relación más equilibrada con nuestro planeta. Pero en la ciencia, siempre existe el peligro de que cierta visión de algo pueda traducirse en estrechez de miras en la consideración de que puede explicarlo todo, la incapacidad de reconocer las limitaciones del enfoque y la reticencia a considerar otras posibilidades, nos dice Brian Goodwin.

Para Pablo Morales, podemos recurrir a una variedad de escuelas y enfoque psicológicos que tienden, cada uno por separado a centrarse en un particular punto de vista, ya sea conductista y psicodinámico, analítico y humanístico, individual y social, existencial y cognoscitivo, occidental y oriental, físico y espiritual, donde el Bio-psiquismo hace una síntesis, que se diferencia de ellos. Síntesis que refleja la verdadera manifestación de la realidad: “La diversidad en la unidad y la unidad en la diversidad organizada”.

Desde la perspectiva multidimensional, la ciencia debe contemplarse como una parte esencial de las personas en íntima conexión con sus otras facetas, porque surge del dialogo permanente con el mundo, en que los seres humanos están necesariamente implicados. Los seres humanos en todo momento están buscando nuevos horizontes, planteándose retos y aceptando desafíos, por nuestra necesidad de traspasar límites, nos explica Fernandez-Rañada. Y agrega que: El hombre necesita ir más allá de los animales que se sienten a gusto en el ambiente al que están adaptados y, es la ciencia una de las formas de realizar esa proyección; ya que superar retos es uno de los motores más eficaces, en su proceso de humanización.

De cada uno de estos retos, la humanidad sale fortalecida y con una nueva percepción de su situación en el cosmos y una nueva convivencia en su identidad.

Max Tegmark y Roger Penrose, señalan la posibilidad de que la conciencia sea un estado cuántico de la materia, sin embargo no sabemos a ciencia cierta cómo funcionan algunas cosas de la física cuántica y, no sabemos exactamente cómo pasar del cerebro a la conciencia, por lo que existe la posibilidad de que la ciencia no lo sea todo.

A principios del siglo XX, la física fue testigo de numerosos descubrimientos paradójicos que cuestionaban y siguen cuestionando el supuesto básico del materialismo. Y desde la perspectiva multidimensional, la ciencia debe estar íntimamente enraizada en la cultura y todos deberían conocer las ideas básicas de su momento y ser capaces de integrarlas en su cultura.

Debemos reaccionar en contra del modo unidimensional de entender la ciencia; es un modo pervertido, que minimiza y deforma una estructura que es rica, compleja y multidimensional; pero que precisa también de ámbitos humanos de una visión global y de integrar aproximaciones desde distintos campos, imposibles de obtener desde la perspectiva unidimensional.

Aristóteles dijo que la intención, el interés o deseo con que miramos las cosas tiene tanto poder sobre nuestros sentidos que acomoda, desvirtúa o transforma esos objetos adaptándolos perceptivamente. Y Heidegger señala que las ciencias tienen en cuanto modos de conducirse del hombre, la forma de ser de éste.

A la hora de explicar hechos como la conciencia humana, la conexión entre el cuerpo y la mente, el altruismo y los fenómenos anómalos, el modelo científico convencional presenta limitaciones. Para superarlas, Steve Taylor señala un nuevo camino de investigación y conocimiento conocido como PANESPIRITISMO, según el cual, “La Esencia Fundamental de la Realidad son la Conciencia”, no la materia. Combinando ideas de físicos y filósofos, nos invita a ampliar nuestra cosmovisión, a hacerla compatible no sólo con la ciencia moderna, sino también con las antiguas enseñanzas que nos orienten hacia las respuestas a los grandes enigmas y, sobre todo, hacia un mundo mejor, un despertar a un universo interconectado que garantice una vida humana plena y llena de sentido.

Cultura, es todo lo que incide en el proceso de humanización, pero la humanidad parece estar perdida en el laberinto de las ideas y las aplicaciones científicas, sin las que sería inconcebible la vida de cualquier sociedad; pero sobre cuyas consecuencias siente la mayor de las confusiones, ya que entienden muy mal los efectos de la ciencia y la tecnología. Y así vivimos entre sentimientos contradictorios que van del entusiasmo por la ciencia a su rechazo.

Lo que mata la fuerza creativa, no es la edad o falta de talento, sino nuestro espíritu, nuestra actitud. Nos contentamos con los conocimientos que hemos adquirido en nuestro aprendizaje. Tememos albergar nuevas ideas y el esfuerzo que esto requiere. Pensar en forma más flexible, implica un riesgo; podemos fracasar y ser ridiculizados. Preferimos vivir con ideas y hábitos de pensamiento conocidos, aunque pagamos un alto precio por esto. Nuestra mente languidece por falta de retos y novedad y, llegamos a un límite en nuestro campo y perdemos el control de nuestro destino, porque nos volvemos reemplazables.

El lenguaje, es una herramienta a menudo demasiado justa y restrictiva y, si no existen palabras para ciertos conceptos, tendemos a no pensar en ellos. Son restrictivas en comparación con las facultades multicapa de la inteligencia que naturalmente poseemos y, quiénes son verdaderamente creativos, han desarrollado la destreza de pensar más allá del lenguaje para acceder a la conciencia y, retornar a las formas primarias de inteligencia, que nos sirvieron por millones de años.

La mayoría de los matemáticos piensan en términos de imágenes, creando un equivalente visual de teorema que intentan resolver. Y así, a Dimitri Mendeléyev, la tabla periódica se le ocurrió en un sueño en un esquema visual. Y la lista de los grandes pensadores que se apoyaron en imágenes es enorme, nos dice Greene. Albert Einstein escribió: Las palabras del lenguaje, al escribirse o hablarse, no parecen desempeñar función alguna en un mecanismo mental, sino que son ciertos signos e imágenes que pueden reproducirse y combinarse de modo voluntario.

Y Marcel Proust nos dice que nuestra vanidad, nuestras pasiones, nuestro espíritu de imitación, nuestra inteligencia abstracta y nuestros hábitos, llevan ya mucho tiempo en operación y, es tarea del arte arrumbar esa operación suya, hacernos volver sobre nuestros pasos hasta las profundidades en las que, lo que existe de verdad, yace desconocido dentro de nosotros.

Todos tenemos, según Green, acceso a una forma superior de inteligencia, que puede permitirnos ver más en el mundo, predecir tendencias, responder con precisión y rapidez a cualquier circunstancia. Esta inteligencia se cultiva sumergiéndonos profundamente en un campo de estudio y, siendo fieles a nuestras inclinaciones. Y gracias a esta inmersión intensa, logramos interiorizar y obtener una sensibilidad intuitiva para los componentes complicados de nuestro campo. Ningún momento se desperdicia si prestas atención y aprendes las lecciones contenidas en toda experiencia. La intuición es más eficaz que el instinto. Esta forma intuitiva, se desarrolló para ayudarnos a procesar complejas capas de información y tener una noción del todo; y que sintetiza todas las formas de conocimiento.

Según Erich From: “La conciencia que tiene el hombre de estar en un mundo extraño y anonadador, genera una intensa necesidad de un sistema coherente de orientación”, para explicar el mundo y reducir la confusión y la duda existencial, lo que contribuye a aportarnos también sensaciones de identidad; saber dónde estamos y cómo hemos llegado aquí, contribuye a nuestro sentido de identidad y, nuestras creencias refuerzan nuestro sentido del Ser.

Se sabe también que el materialismo satisface la necesidad psicológica de control y poder sobre el mundo y, si los seres vivos no son más que ”maquinas de supervivencia desechables” y, si nuestra vida no tiene mayor consecuencia que la replicación de nuestros genes y, si el universo está vacío y es frío y carente de sentido y si no hay ninguna otra fuerza causal aparte del puro azar, entonces por muy complejo e intrincado que sea, no hay nada que pueda compensarnos por ello, nos dice Steve Taylor.

Que algunos principios materialistas fundamentales, como el gen egoísta o el de la competición como fuerza motora de la evolución, han contribuido a justificar los peores excesos del materialismo, evidencia que necesitamos un sistema diferente capaz de proporcionarnos una perspectiva más saludable y holística; inspirarnos para vivir de manera más significativa y fomentar una mejor relación con nuestro planeta. Ya que el modelo materialista sólo puede funcionar excluyendo deliberadamente los fenómenos psíquicos, que es la única manera de que una cosmovisión tan estrecha y rígida pueda auto preservarse e ignorar todo lo que no pueda o sea capaz de explicar.

Sabemos que las principales divisiones de la vida animal, que sepamos que existen hoy en día, aparecieron en la Tierra durante la época de la explosión Cámbrica, en la que la vida se diversificó, ocurrida hace unos 150 millones de años. Y nuevos descubrimientos sugieren que la teoría de la evolución no es suficiente para explicar nuestra existencia; que estamos programados para la paz y que nos encontramos en un momento crucial de nuestra existencia y, que somos mucho más de lo que pensamos.

Según Greg Braden, cada vez un número mayor de datos científicos, procedentes de múltiples disciplinas, ofrecen pruebas indirectas de que más allá de toda duda razonable, la humanidad refleja un diseño implantado de una sola vez y no una forma de vida que fue emergiendo aleatoriamente mediante un proceso evolutivo. Y, que la posibilidad de que seamos fruto de una serie de procesos biológicos aleatorios, es prácticamente nula.

Las conocidas verdades profundas de Braden, nos dicen que: Las presunciones falsas que han dado lugar a que se hayan mantenido durante siglos determinadas creencias sobre la evolución y los orígenes del ser humano, tienen actualmente poco sentido, a la vista de los nuevos descubrimientos hechos en todos los ámbitos de la ciencia.

Para Brian Goodwin: A pesar del poder de la genética molecular para revelar la esencia hereditaria de los organismos, sigue sin explicar los aspectos de la evolución a gran escala, incluido el origen de las especies. Y no hay indicios claros de la emergencia gradual de ninguna novedad evolutiva. Para Ernst Mayr: Los nuevos tipos de organismos simplemente irrumpen en la escena evolutiva, persisten durante períodos de tiempo variables y luego se extinguen. Y, el supuesto darwiniano de que el árbol de la vida es consecuencia de la acumulación gradual de pequeñas diferencias, no parece estar sustentado por una evidencia significativa. Por lo que algún otro proceso debe ser el responsable de las propiedades emergentes de la vida.

La teoría de Darwin, parece ser válida para la evolución a pequeña escala, ya que puede explicar las variaciones y adaptaciones “Intra especificas”, responsables del ajuste fino de las variedades a los diferentes hábitats. Pero las diferencias morfológicas a gran escala entre los organismos que son el fundamento de los sistemas de clasificación biológicas, parecen requerir otro principio distinto de la selección natural que opera sobre pequeñas variaciones y, algún proceso que haga surgir formas orgánicas claramente diferenciadas.

Y el problema es: cómo surgen las estructuras orgánicas innovadoras, el orden evolutivo emergente, que ha sido siempre un foco de atención primario en biología.

Es aquí, según Brian Goodwin, donde nuevas teorías, surgidas ellas mismas recientemente en el seno de las matemáticas y la física, las que ofrecen intuiciones valiosas acerca de los orígenes del orden y la forma biológica. Y mientras que los físicos han tratado con sistemas “Simples” compuestos por pocos tipos de componentes y que explican el orden en términos de interacciones uniformes, los biólogos por su parte, tratan con sistemas tremendamente complejos que interactúan de formas diversas.

Sin embargo, lo que se está reconociendo dentro de las “Ciencias de la Complejidad”, donde hay diferentes tipos característicos de orden que surgen de la interacción de muchos y diferentes componentes.

Si el materialismo ofrece una visión sobre la realidad limitada y distorsionada, ¿Qué nos dice el Panespiritismo acerca del mundo y del universo en que vivimos o, acerca de nuestra naturaleza como seres humanos?

Nos dice de que no hay necesidad de buscar la felicidad fuera de nosotros, porque el bienestar es nuestra naturaleza verdadera. De que la naturaleza humana no es malévola, sino benigna y, de que el egoísmo y la crueldad no son naturales, sino anómalos y sólo se producen cuando perdemos nuestra sensación de conexión, que es cuando la sensación de ego-separación obstaculiza nuestra unidad fundamental y, de que somos esencialmente Uno y, todos somos el Otro. Y, de que nuestra vida tiene propósito y sentido, donde el objetivo de la vida es la propia evolución y, expandir e intensificar nuestra conciencia, es decir la Autoevolución, declarando que:

La vida no se generó por medio de las interacciones accidentales de ciertas sustancias químicas, sino como resultado de la tendencia innata del universo a avanzar hacia una complejidad mayor.

La evolución no es un proceso accidental, sino que se vio impulsada por la tendencia innata de la conciencia a generar mayor complejidad, donde las formas de vida más complejas permitieron que la conciencia universal se expresara con mayor intensidad y se manifestara como conciencia individual.

En lugar de ser meras máquinas biológicas, somos una expresión externa de la conciencia universal, mientras que nuestra mente o nuestro Ser, es una expresión interna.

El cerebro no genera nuestra conciencia personal o nuestra vida subjetiva interior, sino que es una cualidad fundamental universal que nuestros cerebros reciben y canalizan hacia nuestro ser individual.

Entre la actividad mental y la neurológica, no hay un vínculo causal unidireccional, ya que la experiencia mental también puede provocar cambios neurológicos.

-La mente ejerce una poderosa influencia sobre el cuerpo, dando lugar a curaciones y enfermedades e incluso la de cambiar la estructura del cuerpo.
Y dado que el cerebro no es el origen de la conciencia y, dado que somos algo más que mera sustancia física, deberíamos estar abiertos a otras posibilidades negadas en el materialismo.

Los seres humanos no somos individuos aislados, que nos desplazamos por el espacio, separados unos de otros, ya que estamos profundamente interconectados y expresamos esa conexión por medio de la empatía, la compasión y el altruismo.
El mundo exterior no existe ahí fuera, separado de los seres humanos, ya que nuestra conciencia está conectada con el mundo y compartimos la misma esencia con todas las demás cosas.

Nuestro estado de conciencia es limitado y engañoso y, no nos ofrece una percepción precisa del mundo tal como es. Donde, en los estados de conciencia superiores alcanzamos una conciencia más expandida e intensa y podemos obtener una percepción de la realidad más completa y verdadera. Y dado que compartimos la conciencia esencial con el resto de los seres humanos, no es de extrañar que a veces podamos percibir los pensamientos e intenciones de las otras personas.

Según C. G. Jung: Todo lo que no viene a la conciencia, lo que uno no quiere saber de sí mismo… lo que evitamos reconocer en nosotros mismos, nos lo encontramos más tarde en forma de destino. Y para A. Einstein: La naturaleza de la realidad, aunque sea persistente, no es más que una ilusión.

Para Swami Prajnanpad: Aceptar la realidad es aceptar el cambio. Rechazarla o negarla es separarse de la realidad. Nada permanece con la misma forma sin cambiar. El objeto de la vida es ser libre de ese angosto individualismo que te hace decir: Yo Soy Algo. Y para Christian Fleche, no existe más que un único conflicto: la negación de la realidad. ¿Cuáles son las implicaciones que esto tiene en nuestra salud y en nuestra vida? Y el mundo, ¿Qué mundo? ¿Es tan sólo la pintura de un paisaje que nunca cambia? ¿O, será nuestra percepción que nunca cambia? ¿O, será nuestra percepción la que está fija? Quitémonos las gafas a través de las cuales estamos viendo el mundo, con el fin de ofrecernos la posibilidad de percibirnos a nosotros mismos.

Según Joel de Rosnay, la mayoría de los biólogos están convencidos de que los seres vivos son el producto de sus genes y, de que estamos determinados por un programa genético. Pero ¿Cómo actuar en nuestra vida y cambiar nuestros comportamientos o superarnos, si estamos programados para tener una aptitud física determinada o para reaccionar de una manera concreta? Se trata, según Rosnay, de una visión claramente desmoralizadora.

Desde hace poco, sabemos que nuestro ADN puede verse influido también por nuestro entorno personal y de que nuestras decisiones influyen en la expresión de nuestros genes y así, la “Epigenética” nos demuestra que el ADN no es sólo cuestión de herencia, alterando por completo lo que habíamos pensado, demostrando que no existe una frontera absoluta entre gen y entorno. A lo que Henri Atlan nos dice de que: “No sólo existe la programación de los sistemas complejos, sino la determinación y regulación, mediante interdependencias a varios niveles y es en esa fluidez y en esa adaptación permanente, donde la epigenética adquiere pleno sentido y no en un hipotético programa, pre escrito o predeterminado”.

Con lo que lo adquirido juega un papel decisivo, ya que las informaciones procedentes del medio exterior modelan la expresión de los genes, inhibiendo o desinhibiendo algunos en función de nuestro entorno. Nuestros actos tienen consecuencia, puesto que activan unos genes y ponen otros en stand by y, esto es precisamente lo que estudia la “Epigenética”, la cual representa uno de los descubrimientos más importantes en los últimos veinte años, que son procesos naturales y esenciales para el buen funcionamiento del organismo. Y que puede conducir a desajustes del metabolismo celular y por tanto, del propio funcionamiento de determinados órganos y, que abren la puerta a una previsión responsable y aportan un nuevo punto de vista que la genética no ha logrado resolver.

Donde el comportamiento de la mujer embarazada influye en el desarrollo celular del hijo, desde el estado embrionario. Nuestros hábitos, así como los acontecimientos que marcan nuestra vida, repercutirán en nuestra salud y nuestro comportamiento.

La “Nutrigenómica” se interesa por los genes implicados en la absorción, transporte, destino y eliminación de los nutrientes, así como por sus mecanismos de acción. Esta reciente disciplina debería permitir el desarrollo de tratamientos adaptados que tengan en cuenta las particularidades genéticas y biológicas del individuo, así como su estilo de vida y su entorno.

Todas las larvas de abeja poseen exactamente el mismo patrimonio genético y sin embargo, algunas de ellas serán reinas, mientras que otras serán obreras. ¿Cuál es la clave de este misterio? Donde se ha observado que las larvas alimentadas con jalea real, se transformaban sistemáticamente en reinas. Y dependiendo de si reciben la jalea real, determinados genes se expresarán para producir una abeja más grande y capaz de vivir más tiempo.

Edward O. Wilson, demostró que al eliminar una parte importante de una casta determinada en una población equilibrada de hormigas, las hormigas restantes evolucionaban de manera que pudieran compensar dicha disminución y se metamorfoseaban en hormigas pertenecientes a la casta reducida o destruida.

La inteligencia colectiva de las plantas, es aún más sorprendente y desarrollan comportamientos adaptativos vinculados a la epigenética. Y lejos de tratarse de organismos inmóviles e inertes, están dotados de una forma de inteligencia e incluso, de una inteligencia colectiva.

Stefano Mancuso, ha revelado que las plantas poseen una forma de memoria y son capaces de memorizar el estrés y adaptarse. Y, tienen la capacidad de aprendizaje y capacidad memorística superior a la de los insectos. Así mismo, son sensibles al dolor y poseen múltiples sensores equivalentes al sentido de la vista y el olfato, donde sus raíces contienen células sensibles comparables a las neuronas, capaces de detectar información específica de su entorno. Y más sorprendente aún, es que pueden modificar su fisiología o su metabolismo, como respuesta a acontecimientos que tienen lugar en su entorno. Y hasta la fecha, científicos han identificado más de 700 sensores diferentes, que pueden detectar longitudes de onda de rayos ultravioleta e infrarrojo de la luz e intensidades débiles que nosotros somos incapaces de percibir. Sienten el más mínimo roce y movimiento del aire o de insectos y, perciben cientos de señales de su entorno y emiten y detectan señales químicas, cuando son expuestas a una agresión.

Según Lincoln Taiz, los genes pueden ser modificados químicamente por factores ambientales como el estrés y, dichas modificaciones epigenéticas pueden en ciertos casos trasmitirse a la siguiente generación. Para algunas personas “el gen egoísta” de Richard Dawkins, sirvió para respaldar ideologías científicas, sociales o políticas ultra liberales, como la eugenesia o la eliminación de los más débiles.

La teoría del “meme” está considerada como una nueva forma de concebir el mundo, portadora de nuevos mecanismos de transmisión cultural con la noción de “meme”. Dawkins ha creado un nuevo campo fundamental que permite, llegados a éste punto, señalar cómo los mecanismos y procesos adoptados de la epigenética pueden ayudar a los hombres a construir juntos la sociedad. Se trata de la aplicación de la teoría de la evolución, a ámbitos tan diversos como la producción cultural, la expresión y los soportes mediáticos, redes sociales y tipos de representación política, religiosa o filosófica.

Lo sorprendente es que las intervenciones o justificaciones basadas en argumentos negativos o contestatarios, se recuerdan mejor que los que se basan en argumentos positivos o incluso optimistas, donde los comentarios anónimos expresan casi siempre sentimientos, análisis y opiniones negativas o contradictorias. Se trata nos dice Joel de Rosnay, de un fenómeno que los psicosociólogos atribuyen a una necesidad de existir en relación con los demás.

Las empresas cooperativas, son organizaciones económicas y sociales originales; se desarrollaron y surgieron de grandes penurias obreras provocadas en gran medida por el capitalismo organizado y, se construyeron bajo la presión del socialismo y en ocasiones, bajo el impulso de un cristianismo, que descubría sus responsabilidades sociales. Y en la medida en que las estructuras cooperativas y mutualistas forman parte del ADN del país, nuestro sistema favorece el gobierno ciudadano, terreno naturalmente abonado para la “epimemética social”.

El mundo se mueve y nosotros con él, so pena de desaparecer. La mayoría de las veces, confundimos saber lo que pensamos con saber quiénes somos. Nadie conoce el mundo objetivo exterior, todo transcurre como si éste no existiera. Tan sólo existe el mundo subjetivo interior.

Para Christian Fléche, no existe más que un conflicto: la negación de la realidad. Si aceptamos las crisis, éstas nos permiten crecer y es una adaptación al movimiento permanente del mundo y así, gracias a estas crisis, evolucionamos. Si las aceptamos, éstas, nos permiten crecer y estar sencillamente vivos y encontrarnos con lo que somos y, en el fondo de las cosa, es la adaptación al movimiento permanente.
Así, según Carl Jung, no estamos aquí para curarnos de nuestras enfermedades, sino que nuestras enfermedades están para curarnos a nosotros. Y ésta, aparece para atraer nuestra atención sobre nuestra inadaptación al mundo. Y rechazamos la realidad porque rechazamos “el cambio de la realidad” y cuando aceptamos el cambio permanente de la forma que adopta la realidad en cada instante o, cuando aceptamos y dejamos de identificarnos con algo que nunca cambia, accedemos a la “unidad y la unión” con el mundo.

La naturaleza es creativa y ama la diversidad de manifestación; todo lo tiene maravillosamente diseñado y no existen cosas inútiles, como tampoco el desperdicio. Donde podemos ver que el proceso, es tan importante como el producto, no existe nada irracional y sobre todo, genera ambientes en los que tiene la oportunidad ella misma, de seguir manifestando su creatividad.

El caos, existe en la naturaleza como un medio adecuado para crear nuevas entidades, acontecimientos y mantener la cohesión del entorno. La idea de la apertura caótica ha sido asociada con la creatividad autoorganizada desde hace siglos, donde muchas estructuras que vemos en la naturaleza son ejemplos de caos autoorganizado.

El caos autoorganizado, es la manifestación de la creatividad de la naturaleza, disponiendo de infinidad de formas de uso y expresión. La comprensión de este caos creativo, puede cambiar radicalmente nuestras vidas, no como controladores de la naturaleza sino como participantes creativos, tomando nota de sus enseñanzas.

La selva tropical, manifiesta un delicado e intricado sistema de coevolución y cooperación a diferentes escalas, conteniendo una dinámica creativa en constante desarrollo, que se manifiesta en una permanente y sutil colaboración interna de sus elementos, que contribuyen a su mutua supervivencia.

Vivimos dominados por el pensamiento lógico y poco imaginativo. La creatividad no es propiedad exclusiva de unos cuantos genios creativos, sino una semilla que está en espera de germinar en cada uno de nosotros; hemos sido educados en el arte del pensamiento crítico y sentimos la necesidad compulsiva de criticar y de enfocarnos en las fallas, dándonos por desacreditar ideas novedosas. Sin embargo, la creatividad es permanentemente constructiva y podemos enfocarla ya sea en la persona, en el proceso o en el producto.

La esencia de la creatividad, es fundir pensamientos, hechos e ideas en una configuración novedosa y relevante, más significativa que la suma de sus partes, con lo cual obtenemos un efecto sinergético. Einstein revolucionó la física al encontrar la equivalencia de la materia y la energía, lo que suponía un cambio paradigmático y con implicaciones imposibles de sobreestimar ya que se pensaba que el espacio era infinito, que el tiempo era igual en todo el universo y, que la materia era inmutable. Einstein demostró que el espacio es finito y que el tiempo es relativo a la velocidad del observador y, que la materia es energía condensada y, donde la paradoja del observador inteligente afecta y le da vuelta y niega el materialismo científico.

Siempre debemos de llegar a la raíz de los problemas, sin ignorarlos o subestimarlos, ya que si su tratamiento es sólo superficial, estaremos condenados irremediablemente a que estos regresen, pero ahora de forma mucho más amplificada. La mayoría de los problemas que nos aquejan actualmente, son heredados de este mal tratamiento que se les ha dado en el pasado.

Somos lo que pensamos y, observar es el acto creativo más importante. Toda la creación se genera a sí misma, sin principio ni fin y, mientras más ilimitada sea nuestra visión, más real será nuestra existencia. El mercado libre no producirá por sí solo tecnología amable con los países pobres, pero sólo una tecnología guiada positivamente por la ética puede hacerlo.

Las estructuras biológicas complejas, surgen de procesos que crean orden de forma natural; sin embargo la industrialización actual disminuye la complejidad de los ecosistemas y nos lleva a procesos de inestabilidad y extinción.

La ciencia, en su estado actual, sólo investiga los beneficios a obtener de la naturaleza y el contenido de los productos finales, por procedimientos cada vez más refinados; pero no revela nada sobre el proceso misterioso que subyace en ella y que la manifiesta.

La ciencia y la tecnología, florecieron como consecuencia de la llegada de la revolución industrial. La ciencia es la más poderosa de las fuerzas impulsoras de cambio, sin embargo actualmente la tendencia de la ciencia y la tecnología es preferir y magnificar las injusticias de la sociedad, de tal forma que éstas se hacen intolerables. Por este motivo, las primeras preguntas que debemos hacernos al iniciar una investigación son las de: ¿Para qué? y ¿Para quién?

El progreso de la ciencia está destinado a producir confusión y miseria a menos que esté acompañado por un progreso de la ética. Conforme la riqueza se ha ido acumulando, así también la sociedad se ha ido degradando. La ciencia trata de comprender la naturaleza y las razones de las cosas, sin embargo comprender la naturaleza tiene un valor limitado cuando no comprendes la naturaleza humana.

Bergson, rechazaba lo inmutable, lo absoluto, lo eterno. Aceptaba el flujo, el proceso, el devenir. Creía que no se podía disociar el análisis filosófico del tiempo de la experiencia humana misma o, el solapamiento de estados mentales, la transición de una a otra, que experimentamos como duración. Diferenciaba el tiempo del espacio, en lugar de mezclarlos; el tiempo y el espacio empiezan a entrelazarse sólo cuando ambos se vuelven ficticios.

Para Bergson, el tiempo, no el espacio, era la esencia de la conciencia y la duración, la heterogénea sucesión de momentos, la libertad. Lo que realmente existe no son cosas hechas, sino cosas haciéndose. Una vez hechas, están muertas. La filosofía debe buscar este tipo de comprensión viva, del movimiento de la realidad, no seguir a la ciencia juntando en vano fragmentos de sus resultados muertos. Por su lado, Pitkins proponía resolver el enigma del espacio-tiempo mediante pruebas lógicas y demostrar de una vez por todas, que el tiempo es diferente del espacio. Y a saber, podemos movernos de aquí para allá en el espacio, pero no en el tiempo.

La intuición humana común acerca del mundo, a menudo no logra comprender la extrañeza de la realidad. La responsabilidad del individuo es total, siendo conscientes de que el pasado influye pero no determina de manera indiscutible el presente. Cada turbación emotiva que provoca malestar y sufrimiento, puede tener sus raíces en el pasado, pero somos nosotros los que nutrimos este molestar y, lo hacemos cotidianamente, creando y alimentando aún hoy nuestros problemas de comportamiento y emocionales.

El único elemento que dirige y controla este proceso, está definido por nuestro sistema de creencias, capaz de alterar nuestro equilibrio, donde las creencias irracionales las hemos creado nosotros y nosotros podemos combatirlas y sustituirlas con ideas y creencias más realistas. Para muchos de nosotros, la razón de vivir consiste en alcanzar sentimientos de seguridad, amor, felicidad y realización.

Con cada acción humana, va implícita la búsqueda del amor y, la causa de raíz de las malas acciones, son resultado de la carencia de éste.

Abandonando nuestras exigencias y nuestros imperativos categóricos, nos redescubrimos más libres para acercarnos a una nueva filosofía de vida, más eficaz y más consciente. Y es así como empieza el viaje hacia la independencia de los dogmas absolutos, tan solo pesadas cadenas que obstaculizan nuestro camino. Nuestros deseos, esperanzas, objetivos, preferencias y valores, nos hacen muy crédulos y sugestionables por parte de falsas creencias.

¿Cómo es que nuestro cerebro genera nuevas ideas y, cómo podemos nutrir ese proceso? ¿Por qué, la diversidad e incluso la discordia pueden ser benéficos para nuestro proceso de pensamiento? Pregunta Mlodinow.

Los cambios de paradigma, son alteraciones del marco de pensamiento, del conjunto de conceptos y supuestos compartidos, sobre los cuales los científicos teorizan. Y que para resolver problemas y sacar conclusiones dentro de un marco existente, se requiere una combinación de pensamiento analítico y elástico. Pero en habilidades, como la imaginación y el pensamiento integrado, el acto de visualizar un nuevo marco para el pensamiento, está estrechamente vinculado al componente elástico.

Los cambios de paradigma, son peculiares, porque dejan atrás a muchas personas exitosas, personas cuya rigidez de pensamiento hace que se aferren al viejo marco al que están acostumbrados, a pesar de la evidencia abrumadora de que el cambio de paradigma es válido. O a veces, aquéllos que no puedan aceptar un cambio, forman la gran mayoría y su implementación, se bloquea o se retrasa.

Pero no es cierto que un nuevo paradigma elimine completamente a los anteriores. Y no sólo queda algo importante de los anteriores, sino que el antiguo, conserva un ámbito propio en el que sigue siendo válido. Así, ningún teorema de Newton ha resultado falso, de modo que la teoría del caos no niega la mecánica newtoniana, sino por el contrario, la completa. Y, nos hace entenderlo mejor y se integra en esquemas más generales, que delimitarán con más precisión su ámbito de validez.

¿Qué serie de circunstancias ha determinado que sólo sea en Occidente donde hayan surgido ciertos sorprendentes hechos culturales, los cuales parecen señalar un rumbo evolutivo de validez y alcance universal? En lugares como la India, China, Babilonia y Egipto existió el conocimiento empírico y el examen acerca de los problemas del mundo y de la vida, pero únicamente en los países occidentales se da lo que consideramos como ciencia.

A la geometría de la astronomía babilónica, le hizo falta la demostración racional, herencia helénica de la mecánica y la física, así como a las ciencias naturales de la India. O se encuentra la falta de una sistematización similar a la aristótelica de conceptos racionales. Por lo que respecta al cultivo sistematizado y racional de las especialidades científicas, la enseñanza de “especialistas” como factor destacado en la cultura, sólo el occidente los ha forjado, según Max Weber.

Así mismo, el funcionario especializado, piedra angular del Estado y de la economía moderna, es producto occidental, en tanto que a este funcionario especializado no se le ha dado nunca tanta importancia para el orden social. Y es evidente que el funcionario es un producto muy antiguo, pero ningún país en época alguna, se ha visto de modo tan inexorablemente sentenciado como occidente, a recluir todos los básicos supuestos de orden político, económico y técnico.

Hay quienes dicen que el mayor beneficio de una educación general en ciencias y humanidades, es el de aprender a aprender, en lugar de aprender sólo una materia específica. Aprender y más aún, aprender a pensar por uno mismo, es en realidad un acto radical y una manera de conocer observando la evidencia, con independencia de que represente una amenaza para los intereses de quiénes ostentan el poder establecidos.

Y aquéllos que ven la ciencia como un puro desarrollo lógico, en el que los elementos humanos deben reprimirse en aras de la objetividad, ignoran que su riqueza está también en las emociones, las costumbres y los estilos de quiénes la crean. Y así como se necesitan toda clase de hombres para formar una comunidad, así también son necesarios toda clase de científicos para empujar la ciencia en todas las direcciones posibles; algunos son profundos pero de mente estrecha, otros, superficiales y de mente amplia.

El problema de la ciencia, es una cuestión cultural en el sentido más profundo. Y cuando observamos el mundo, deseando entenderlo, nos encontramos con un espectro de fenómenos de distinta naturaleza. Y en nuestros deseos de saber, nos llevan a resultados de muy distinta naturaleza, donde en uno de ellos, llegamos a enunciados objetivos y en el otro, reina lo subjetivo.

Los científicos escriben por lo general a partir de la suposición de que las personas actúan de manera racional. Donde resolver un problema es fácil una vez que el problema se enmarca de manera efectiva. Nuestros ancestros, desarrollaron un estilo cognocitivo conocido como “pensamiento elástico”, que incluyen la imaginación y generación de ideas, así como el pensamiento divergente e integrado.

Pero darse cuenta de que se necesita un nuevo marco de referencia y luego, crear uno, requiere un pensamiento elástico, nos dice Leonard Mlodinow. El pensamiento efectivo, a menudo se reduce a eso: la capacidad de reestructurar el marco de pensamiento sobre los hechos y los problemas. Y por tanto, el problema aunque simple, separa a los pensadores de los no pensadores.

Pero, somos nosotros mismos los artífices de nuestro destino y nos guste o no, estamos definidos por lo que pensamos, sentimos o hacemos. Lo que pensamos, determina lo que sentimos y lo que estamos dispuestos a hacer. Y así, estamos influenciados no tanto por los eventos, sino por las opiniones que construimos sobre los hechos. Nuestra manera de ver el mundo, puede ser la base de nuestro malestar o bienestar, pero podemos tomar las riendas y esforzarnos por cambiar las gafas con las que vemos la realidad.

LA NUEVA CIENCIA Y SUS MÚLTIPLES FACETAS

Los físicos están percibiendo que la materia no es todo lo que existe, ya que el átomo es un espacio vacío. Y así para Heinz Pagels: El mundo visible es la organización invisible de la energía. Y según Ervin Lazlo: Empezamos a ver todo el universo como una red interconectada holográficamente de energía e información, un todo orgánico y autorreferente, a todas las escalas de su existencia.

Para James Jeans: La corriente del pensamiento avanza hacia una realidad no mecánica; ya no parece que la mente sea un intruso accidental en el reino de la materia, sino que la deberíamos aclamar como creadora y gobernante del reino de la materia. Impongámonos y aceptemos la conclusión inapelable. El universo es inmaterial - mental y espiritual.

Para Joseph Selbie: Nosotros y todas las cosas del universo, estamos conectados no localmente, o sea estamos conectados de forma global o universal, unos con otros y con todas las demás cosas, libres por completo de las limitaciones, hasta hoy conocidas del espacio y el tiempo. Y, que lleva a concluir de que la materia no crea la conciencia sino que “la conciencia crea la materia”. Y, que han terminado por aceptar en mecánica cuántica, de que el materialismo científico es un sistema incompleto y, de la necesidad de una conciencia inteligente para poder explicar completa y científicamente la realidad. Agregando que nuestra resistencia a la idea, es más visceral que racional. Por su parte, Michio Kaku, experto en teoría de cuerdas, nos dice: Para mí, es evidente que existimos en un plan que se rige por reglas establecidas y configuradas por una inteligencia universal y no por el azar. Y Joseph Selbie, nos dice: Los materialistas científicos han optado por la interpretación de los mundos múltiples, la cual ofrece una posible explicación de cómo nuestro universo pudo producirse por casualidad, sin ninguna intención inteligente.

La nueva ciencia, comienza a gestarse en las postrimerías del siglo XIX y se desarrolló con plenitud en siglo XX, donde se establecieron los principios de esta orientación que subraya la importancia del sujeto en el proceso cognitivo y, reconoce el sistema de interrelaciones de los fenómenos. Y es Hegel, quien agrega que si el conocimiento es el instrumento de medida para apoderarse de la esencia absoluta, donde se advierte que la aplicación de un instrumento a una cosa, no deja a ésta tal y como ella es para sí, sino que la modela y altera y, si el conocimiento es en cierto modo un medio pasivo a través del cual nos llega la verdad, no recibiremos ésta tal y como es en sí, sino tal y como es a través de este medio del instrumento. Y, la creencia de que Todo está lleno de dioses, muestra hasta qué punto el sentido común era enemigo de que la Naturaleza pudiera ser objeto de un acercamiento positivista.

El mundo natural, constituye el modelo de la organización del mundo humano de tal manera que los fines del hombre están “Domiciliados en la Naturaleza”. Jonios y Milesios, consideraban que el mundo es un cosmos de orden y perfección estructural. De que la naturaleza entera está vinculada y, el alma humana por ello, está íntimamente unida al Universo vivo y divino y, de que lo semejante, se conoce por lo semejante y el buscar por medio de la filosofía una mayor comprensión de la estructura del Cosmos, es comprender y cultivar el elemento divino en uno mismo.

La necesidad de convertirse en el actor de su propia vida, parte de un cosmos perfectamente ordenado y rígidamente jerarquizado, que el mismo hombre destruyó y con ello, perdió la seguridad que le daba el que su propia existencia fuera indistinguible de la Naturaleza. Desde entonces parece andar perdido, actuando en un papel u otro, en busca del propósito extraviado, de la salvación de sí mismo. Luchar contra los pensamientos irracionales puede traducirse en esfuerzos infructuosos, pero somos nosotros mismos los que creamos nuestros sentimientos y pensamientos y lo hacemos mediante lo que nos enseñan. Y afortunadamente, podemos intervenir sobre las circunstancias externas a nosotros, modificándolas a partir de un cambio de nuestro modo de pensar y comportarnos.

Bergson, continuó situando la conciencia humana en el centro del tiempo, mientras que Einstein, consideraba que no había sitio para el espíritu en una ciencia que se basaba en los relojes y la luz. Bergson nos dice que el tiempo es lo más real y necesario y que es la condición necesaria de la acción y es la acción misma. Pero Einstein demostró que no hay un tiempo, sino tiempos. Sin embargo, con esto no llegaba a exponer la nueva verdad acerca de la naturaleza de la realidad, ya que la teoría de la Relatividad se limita a enunciar una norma nueva para medir el mundo, una construcción perfectamente lógica que superaba contradicciones anteriores. Pero para Minkowski, se trataba de una nueva concepción del espacio y el tiempo, que según él: “La primera de todas las leyes de la naturaleza” y la denominó “el principio del Universo Absoluto”, agregando que a la multiplicidad de todos los sistemas de valores de x, y, z, t concebibles, es lo que conocemos como Universo. Minkowski, pensaba así en términos de la abstracción visual más profunda.

¿En qué mundo vivimos? Para los indígenas de Cahuila, California, nos dice Martínez, el Cosmos y el hombre eran inseparables. Para ellos, sin ninguna duda, el cosmos habría surgido de una cosmogonía e igualmente ellos y, organizados en dicha cosmogonía y una ética que derivaba de su relación con ese mundo, sus elecciones estarían en mayor o menor medida condicionada por dicho mundo.

Etienne Klein, comprendió que no hay pueblos primitivos sino sociedades contemporáneas que se han desarrollado de otra manera y con sus propios medios. No se caracterizan por una mentalidad cerrada, sino que funcionan con un pensamiento que es también el nuestro, cuando dejamos de pensar como científicos. Este pensamiento se ocupa igualmente de analizar, distinguir, clasificar, combinar, oponer a través de juegos de relaciones sorprendentemente precisas y sistemáticas, que reflejan las propiedades de lo real tal y cómo se ofrece a la sensibilidad. Y dice: Para mí la naturaleza se reduce a la materia y a la energía, es abstracta, insensible y está despojada de toda vida.

Vivimos en el mismo mundo, en el mismo planeta, pero el suyo está habitado por cualidades sensibles y es parte de su humanidad; les habla y ellos le escuchan, están en comunión con él. Viven en un cosmos en el que todos los elementos están comprometidos. En la que el hombre y el mundo están implicados de una manera reciproca, donde cada ser humano ocupa un lugar natural en el orden de las cosas del mundo.

Encontramos cosmogonías, cosmologías y cosmografías muy diversas, pero unidas por un anhelo de holismo ontológico, en el que “El Todo es mayor que las partes” y, es un modo de experimentar la vida de todas las cosas, según Jaime Palacios. Y el hecho de que la mente sea un teatro, en el cual nuestros distintos personajes internos despliegan su papel de acuerdo con un libreto escrito por otros y que el Yo que mostramos, no es sino una mascarada y que el verdadero Yo sea inaccesible. Que nunca estemos donde Somos, pero que seamos sólo actores de lo otro, que no somos; son ideas que han estado ahí siempre disponibles para quienes quieran pensarlas.

Miguel Martínez, nos dice que algunos intelectuales coinciden en señalar que la era moderna ha terminado y que hoy vivimos una etapa de transición hacia un estado superior. La ciencia convencional conocida como racional-positivista, ha llegado también a una fase terminal. La complejidad de la realidad actual requiere del estudio “Interdisciplinario” y de nuevos paradigmas para ser explicadas. Para Miguel Martínez, necesitamos con urgencia una nueva manera de utilizar la mente, una conciencia más plena e integral.

A la percepción unidimensional del problema, Fernandez-Rañada opone el modo multidimensional y considera que la ciencia debe contemplarse como parte esencial de la persona; el hombre no puede dejar de interrogarse acerca de las cosas que ve ante sí y el resultado es la ciencia y, desde esta perspectiva, se enraíza en la cultura. Ya que son muchos quienes tienen la idea de que la ciencia si bien ofrece una visión útil del mundo, ésta es empobrecedora e incluso una amenaza a los valores éticos.

Para Miguel Martínez, debemos examinar las reglas del juego científico en su evolución histórica hasta constituir la “Nueva Racionalidad”, los nuevos desafíos epistemológicos y su impacto en la ciencia y el método. La estructura, implicaciones y alcances de los postulados fundamentales de la nueva racionalidad y, la evolución y cambios de los modelos matemáticos, especialmente en su aplicación en las ciencias humanas y la impropiedad básica y funcional de las definiciones operacionales en que se apoya la racionalidad clásica. El contraste de enfoques metodológicos que se originan de la racionalidad clásica y de la nueva racionalidad, con su énfasis particular en lo cualitativo y los criterios que se han revelado más adecuados para la superación del debate metodológico cualitativo/cuantitativo.

Para Lynn Margules, los libros tenían su sitio, pero también eran susceptibles de escrutinio. Sus argumentos a favor de la importancia de la Simbiosis, se han visto confirmados y ahora se incluyen en los libros de texto. La simbiosis es cooperativa y no competitiva y, no sólo disentía del modelo convencional de las mutaciones genéticas beneficiosas de Darwin, sino que aborrecía la idea de que los genes individuales, se consideraran la unidad de la evolución. Para ella, las células divergían en especies distintas, pero también se agregaban, como los organismos compuestos de ellas, las poblaciones y las comunidades y, convino en que la Tierra era un sistema autorregulado que comprende todas las formas de vida, el aire, el océano y las rocas de su corteza.

Donde según Lovelock, los mecanismos determinantes del sistema planetario autorregulado eran tan complejos, que se necesitaba un modelo de ordenador apropiado como respuesta y, de que hasta el más simple de los mecanismos autorregulatorios, se resisten a la explicación racional; su comprensión requiere un argumento circular. El pensamiento de causa efecto, tan importante en ciencia, no consigue explicar los hechos de la fisiología, la física cuántica y muchos otros sistemas dinámicos reales pero inexplicables.

James Gleick, nos dice que el tiempo es algo fluido, variable e inconstante y viaja a distintos pasos con distintas personas y Newton, lo convirtió en parte esencial de la ciencia y, de que el tiempo “Absoluto”, verdadero y matemático en sí mismo y por su propia naturaleza, fluye uniformemente sin relación a nada externo. Se trataba de una abstracción, de algo conveniente, de un marco de referencia para calcular, pero para Newton, también era una declaración acerca del mundo.

Las ecuaciones de Maswell, permitieron calcular la velocidad de la luz, pero no encajaban con las leyes de la mecánica. Si la velocidad de la luz es absoluta, el tiempo no puede serlo y así, múltiples observadores experimentan sus propios momentos presentes y así, el tiempo no puede definirse de manera absoluta. Y al final no hay un instante, no hay un punto en el tiempo que pueda ser igual para todos. Cada observador posee un marco de referencia y cada marco de referencia, tiene su propio reloj. No existe un reloj cósmico, ni un reloj de Dios o de Newton.

Por lo que no podemos compartir ningún ahora, ningún momento es un presente universal. Tu ahora, no es mi ahora, tu después no es mi después; pero mi ahora puede ser tu después. ¿Qué mente está facultada para estas cosas? Nos pregunta Gleick.

Las galaxias lejanas se nos revelan como fueron en otro tiempo, no como son ahora. La antigua luz es todo lo que tenemos y por eso, miremos donde miremos, en todas partes estamos mirando el pasado. Los acontecimientos de nuestro universo pueden estar conectados de manera que uno sea la causa de otro, pero por otro lado, pueden estar lo suficientemente alejados como para que no puedan estar conectados y nadie pueda siquiera decir qué fue primero.

Para Minkowski, la realidad que percibimos es una proyección y todo lo que percibimos en cualquier instante, es una parte del Todo. Nada pasa. Nada cambia, nuestra noción del tiempo es una ilusión, y según Vladimir Nabokov: “La textura del Espacio no es la del tiempo y el anormal juguete de cuatro dimensiones que han producido los relativistas es un cuadrúpedo. Soren Kierkegaard, también nos dice: Esto parece una Paradoja. Pero no se deben pensar mal de las paradojas, porque la paradoja es la pasión del pensamiento y un pensador sin paradoja es como un amante sin pasión; un tipo mediocre. Hoy gracias a Einstein y Bohr, a veces una idea que al principio parece totalmente paradójica, puede no serlo en realidad si se analiza hasta el final con todo detalle y en situaciones experimentales.

Muchas ideas diferentes de la física, pueden describir la misma realidad física, ya que siempre hay otra manera de decir lo mismo, que no se parece en nada a como se ha dicho con anterioridad.

El impacto de los conceptos sistémicos en las ciencias, ha sido visto frecuentemente como una revolución paradigmática. Decía Jean Buridan, que era cierto que la materia tenía un estado natural, pero que no era de reposo. Este parece un cambio pequeño y sin embargo, es un cambio total del modo de pensar sobre el mundo físico.

Hay dos clases básicas de sistemas: los lineales y los no lineales, donde los lineales no presentan sorpresas, pues fundamentalmente son agregados, con poca interacción entre las partes y, se pueden descomponer en sus elementos y recomponer de nuevo; un pequeño cambio en una interacción produce un pequeño cambio en la solución, donde el determinismo está siempre presente y reduciendo las interacciones a valores muy pequeños, puede considerarse que el sistema está compuesto de partes independientes.

En cierto sentido, nos dice Martínez, cada causa produce su efecto como si no actuara ninguna otra cosa más. En cambio, los sistemas no lineales son completamente diferentes y pueden ser impredecibles, violentos o dramáticos, donde un pequeño cambio en un parámetro puede hacer variar la solución poco a poco, de golpe o, variar a un tipo totalmente nuevo de solución y, que no está controlado por las leyes causales, sino solamente previsto por las leyes de la probabilidad; reemplazando el concepto de energía por el de información, y el de causa efecto por el de estructura y retroalimentación.

En una totalidad organizada, lo que ocurre en el Todo, no se deduce de los elementos individuales; es decir el Todo no se explica por las partes, sino que es al revés y, lo que ocurre en una parte de este todo, lo determinan la estructura y las leyes del todo. Una parte, tiene significado distinto cuando está aislado o cuando está integrado a otra totalidad que le confiere propiedades diferentes. Por ello, estos sistemas deben evaluarse paralelamente con su desarrollo, donde nuestro universo está constituido básicamente por sistemas no lineales en todos sus niveles.

Estamos inmersos en un mundo de sistemas y en todos ellos, encontramos entidades complejas, formadas por partes en mutua interacción, por lo mismo de que son sistemas. Si el valor de cada elemento de una estructura dinámica o sistema, está íntimamente relacionado con los demás y, si todo es función de todo y, si cada elemento es necesario para definir a los otros, no podrá ser visto ni entendido en sí mismo, en forma aislada, sino por medio de la posición y de la función o papel que desempeña en la estructura. Su entidad esencial, está constituida por la relación entre las partes y no por éstas tomadas en lo particular y, se considera la relación como una entidad emergente nueva y donde el punto crucial es que la matemática es incapaz de captarla, ya que requiere el uso de un pensamiento o una lógica dialéctica, debido a que aparece una nueva realidad emergente que no existía antes. Cualidades que no están en los elementos, sino que aparecen por las relaciones que se dan entre los elementos.

En la naturaleza, la gran mayoría de los entes o realidades es un Todo, que se rebela cuando es reducida a sus elementos. Y se rebela porque reducido, pierde las cualidades Emergentes del Todo y la acción de éstas, sobre cada una de las partes.

Cada vez, se ha ido comprobando más que los “solos, datos” no persuaden ni llevan a ningún científico a la aceptación o rechazo de una teoría y, que nos lleva a ver los datos de una u otra manera y por ello, el concepto de evidencia ha ido cambiando en todas las orientaciones de la filosofía de la ciencia, nos dice Martínez. Y Hempel nos dice: el hecho de que una hipótesis, tomada aisladamente, no ofrezca posibilidades de contrastación operacional, no proporciona una razón suficiente para rechazarla como desprovista de contenido empírico o, como carente de sentido científicamente. Lo que debemos hacer es considerar y examinar las implicaciones de contraste a que puede dar lugar.

Para algunos científicos, los organismos no son lo que parecen, de ser entidades integradas con vida y naturaleza propias, sino complejas máquinas moleculares controladas por los genes que llevan consigo, depositarios del registro histórico de su especie. Desde el darwinismo, la naturaleza del proceso evolutivo que se contempla, está gobernado predominantemente por la competencia, la supervivencia y el egoísmo. Los conflictos surgen sólo cuando hay alguna confusión en cuanto a lo que constituye la realidad biológica. A lo que Brian Goodwin nos dice: Mi postura es que los organismos son tan reales, tan fundamentales y tan irreducibles, que constituyen un nivel característico de orden biológico emergente, aquél con el que nos relacionamos de manera más inmediata. Condición que tiene consecuencias significativas en cuanto a nuestra actitud hacia el mundo vivo.

Las ciencias de la complejidad, llevan a la construcción de una teoría dinámica de los organismos como la fuente primaria de las “propiedades emergentes” de la vida, que se han revelado en la evolución. Propiedades que se generan durante el proceso conocido como “morfogénesis”, que es el desarrollo de la forma compleja del organismo adulto a partir de un comienzo simple. Y donde el orden emergente, es generado por procesos dinámicos en los que los genes tienen un papel significativo pero limitado. Y lo más notable, es la ausencia de una teoría que incluya este proceso básico y, la incapacidad del darwinismo para dar cuenta del origen de estas características emergentes. Y en esta biología ampliada, pasan a ser parte de una teoría dinámica y extensiva de la vida, que se centra en la dinámica de los procesos emergentes. Y con esto, las consecuencias de esta perspectiva son considerables.

Lo que importa es el orden relacional entre los componentes, de manera que las cualidades emergentes predominan sobre las cantidades, señala Goodwin, agregando que el resultado es que los valores y la biología, incorporan las propiedades de una ciencia de cualidades, donde el énfasis y el enfoque son diferentes, pero necesariamente en conflicto con lo cuantitativo. Y lo que importa es el orden relacional entre los componentes, donde las cualidades emergentes predominan sobre las cantidades.

Estas limitaciones han contribuido a algunas de las crisis con las que ahora nos enfrentamos, como son el ambiente, la sanidad, calidad de vida y pérdida de valores comunales. Y la pretensión de que para explicar las propiedades de los organismos, bastaba con comprender los genes y sus actividades y es simplemente falso. Ya que los organismos deben de entenderse como sistemas dinámicos con propiedades distintivas que caracterizan el estado vivo.

El cambio de perspectiva, nos dice Goodwin, de los genes a los organismos, no parece muy significativo; sin embargo, en sus consecuencias nos conduce a un enfoque diferente al de Darwin y, cuestiona la importancia central de la selección natural y la adaptación como conceptos explicativos fundamentales de la evolución. Sin embargo, nada de lo que hay de valioso, se pierde y sólo cambia el marco de referencia y, todo se reintegra desde otro punto de vista.

Las hormigas y otros insectos sociales, nos ofrecen una paradoja proverbial, donde las pautas de actividad de los individuos aparentan a menudo una gran desorganización y, no pueden describirse como inteligentes. sSin embargo, al juntarlos, veremos que resulta una maravilla de actividad colectiva y esto es precisamente la esencia misma del “Comportamiento Emergente”. Cuando hay pocas hormigas, cada una se mueve siguiendo una pauta caótica y los periodos de actividad y de reposo, tienen aparentemente una duración aleatoria; pero en realidad caen dentro de un “Atractor Caótico”. Pero a medida que incrementa la densidad de la colonia, se da una súbita transición hacia el orden dinámico, donde pasaban súbitamente de caóticas a rítmicas y, donde muestran picos en las frecuencias, bien definidos. Lo que tiene lugar cuando la densidad alcanza un valor crítico.

El modelo general es semejante a una “Red Neuronal”, donde los elementos obedecen reglas dinámicas simples y, que son útiles para el estudio de las propiedades de los Sistemas Dinámicos Complejos, de diversa especie, compuestos de elementos interactivos. Lo que corrobora la idea de que las redes neuronales y las colonias de hormigas, muestran tipos similares de comportamiento emergente, donde a densidades bajas la pauta de actividad es caótica, pero a medida que la densidad aumenta, emerge una pauta periódica; es decir que la densidad controla la transición en el comportamiento.

De los patrones espaciales de la reacción de Beloussov-Zhabotinsky, es de esperar que las colonias de hormigas desarrollen patrones espaciales ordenados al mismo tiempo, que surge un ritmo coherente; y esto es lo que ocurre donde se dan círculos concéntricos de actividades, siendo las más activas en el centro de la colonia y menos, las de la periferia.

El modelo, nos dice Brian Goodwin, no explica esta organización y simplemente muestra que junto con el orden temporal, surge un orden espacial y luego, hacen uso de estas propiedades de la forma más apropiada. En resumen, las propiedades importantes de estos sistemas más complejos no residen tanto en su composición, como en la relación entre sus partes y la organización dinámica del conjunto, que se da en su orden relacional.

Sin embargo, el conocimiento de las propiedades de las partes aisladas, no permite predecir los patrones que resultan; y es necesario estudiar el Todo y las partes, para la emergencia de inesperados comportamientos. En este sentido, el estudio de los sistemas complejos va más allá del reduccionismo, que funcionan bien cuando los mecanismos son simples. Y esto nos llevará a comprender porqué la vida es capaz de mostrar tanta diversidad y belleza de formas y al mismo tiempo, revelar una unidad.

Para Kant, un mecanismo, es una unidad funcional en la que las partes se complementan en la ejecución de una función concreta. Un organismo en cambio, es una unidad funcional y estructural, en la que unas partes existen por y para otras, en la expresión de una naturaleza particular. Esto significa, según Goodwin, que las partes de un organismo no se fabrican por separado y se ensamblan después como sucede en las maquinas, sino que surgen como resultado de interacciones dentro del organismo en desarrollo. Donde los Campos, que son fundamentales en física, han resultado serlo también en biología; y de sus propiedades, surge la facultad de crear en los organismos, totalidades, a partir de partes.

Kant no sabía nada de estos procesos dinámicos, pero describió correctamente la emergencia de las partes de un organismo, como el resultado de interacciones internas y no como un ensamblaje, ya que los organismos son unidades estructurales y funcionales, resultado de una dinámica autoorganizada y autogenerativa. Sin embargo, los materialistas científicos se resisten con fuerza a la idea de una inteligencia energética rectora oculta, en la formación del cosmos; y prefieren pensar que las leyes que nos gobiernan, son puramente accidentales y, reducen toda la vida humana a efímeros accidentes momentáneos sobre los que no tenemos ningún tipo de influencia.

Sin embargo, nos dice Fred Hoyle, cuando vemos que la probabilidad de que la vida se originara por azar es tan enormemente minúscula, que resulta absurdo y, es sensato pensar que las propiedades favorables de la física, de la que depende la vída, son deliberadas en todos sus aspectos. Por lo tanto, es casi inevitable que nuestra propia consideración de la inteligencia, deba reflejar inteligencias superiores e inteligencias hasta el límite de un Dios. Y la teoría es tan obvia, que uno se pregunta porqué no se acepta ampliamente como evidente, por sí misma. Y las razones son más psicológicas que científicas. John von Neumann, comenta: Probablemente existe un Dios y, si existe, muchas cosas son más fáciles de explicar que si no existe. Y nos dice Yogananda: La matería reacciona, mucho más de lo que la mayoría de las personas advierten, al poder del pensamiento. Estos fenómenos apuntan con fuerza a que nuestros pensamientos más profundos que conscientes, son los que configuran y conforman nuestra personal plantilla energética holográfica no local y, que a su vez conforma nuestro propio cuerpo. La materia reacciona, mucho más de lo que la mayoría de las personas advierten, al poder del pensamiento.

Toda la creación se rige por leyes pero, hay otras leyes más sutiles que rigen en los reinos de la conciencia y que sólo se pueden conocer a través de la ciencia interior de la conciencia. Y que según Yukteswar, también se rigen por principios y leyes en su forma de funcionar.


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