Globalización: Revista Mensual de Economía, Sociedad y Cultura


Octubre de 2020

El descalabro del sistema interamericano
Juan Gabriel Tokatlian


PUKARA

Han transcurrió 528 años (1492-2020) desde la presencia de Colón en territorio ancestral caribeño de Wanahany y de 507 años de la llegada de Núñez de Balboa, quién llega a la comunidad de Kunalaya-tawantinsuyana, hoy llamada Panamá al norte tawantinsuyano en 1513, en 1524 llega el chanchero Francisco Pizarro y su hueste genocida. El nombrado desde entonces como Nuevo Mundo (América Latina y Anglosajona), ha sido escenario de las más despiadadas crueldades que rayan con los delitos de lesa humanidad que hoy se condena. Luego del desgraciado acontecimiento del 12 de octubre de 1492, la monarquía española se vio bendecida por Dios, pues, creían que el hecho de haber expulsado a los judíos y árabes de España, el mismo año en que se pisaba territorio ancestral del nuevo mundo era la bendición divina, en consecuencia se obligaban a cristianizar a los primeros habitantes de esta parte del mundo que vivían en pecado sin conocer a Dios.

Este propósito colonial español, al mismo tiempo revestía intereses económicos para saldar las deudas ocasionadas por la guerra de la reconquista y la empresa encomendada al almirante de los mares, para de esta manera mantenerse como una de las potencias marítimas de Europa.

España estableció en la Isla Caribeña de Santo Domingo, la base de nuevas exploraciones marítimas y terrestres, nombrando gobernador a Diego Velásquez, a quién se encomendó preparar la primera expedición colonizadora en el Nuevo Mundo. En 1518, el gobernador preparó la primera expedición colonizadora, al mando del invasor español Juan de Grijalva, quien se dirigió al Golfo de México y llegando a sus costas, tuvo noticia de la existencia de una civilización grande y rica, poblada por los pueblos Maya, Azteca, Kiche y muchos otros que conformaban la Confederación del Águila Mayazteka.

Grijalva al sentirse impotente ante tremenda responsabilidad colonizadora, se vio obligado a regresar a la Isla caribeña de Cuba. El gobernador Velásquez, luego de haber realizado muchas expediciones colonizadoras se informó que hacia el Sur y el Oeste existían dos pueblos muy importantes, el pueblo Maya situado en la península de Yukatán, que fue invadida por Francisco Hernández de Córdoba y el pueblo Azteka por Juan de Grijalva. Conocedor de estos hechos el gobernador, inspirado por la codicia, emprende nuevamente una expedición con dirección a Mexika (Méjico), encomendando al Capitán genocida Hernán Cortés, que ya había manifestado su sagacidad y violencia en la invasión a la isla caribeña de Cuba.

Hernán Cortés beneficiado por sus hazañas invasoras de la isla caribeña de Cuba, era poseedor de grandes extensiones de tierras e indios, preparó una tercera expedición colonizadora, con 11 naves pequeñas, 110 hombres de mar, 553 hombres de guerra armados con picas, espadas y 45 arcabuces, 6 caballos, 14 piezas de artillería y muchas municiones para matar indios. Con todo este preparativo, zarpó el 18 de noviembre de 1518 del puerto caribeño de Santiago de Cuba, dirigiéndose a distintos puntos de la costa, primero en busca de víveres y hombres que quisieran plegarse a la campaña colonizadora. En tanto, el gobernador Diego Velásquez de la isla caribeña de Cuba, se arrepentía y manifestaba sus temores de que Hernán Cortés sería el único poseedor de tanta riqueza y de la gloria colonizadora de Mexica (México). Su reconocimiento por el hecho de haber confiado en Cortés lo abrumaba al gobernador, ordenando que lo tomaran preso, sin embargo, nadie obedeció la ordenanza del gobernador.

Cortés después de haber incursionado en varios pueblos “indios” e incorporándose un religioso de nombre Gerónimo de Aguilar, que resultó ser muy útil en el proceso de la colonización, pues, conocía la lengua de la península de Yukatán, luego se dirigió a la costa de Tabasco, donde los invasores españoles asesinaron a más de un centenar de indios y a los sobrevivientes se les obligó a cristianizarse, es decir, a aceptar la religión católica, apostólica y romana. Desde este hecho histórico colonial, el pueblo de Tabasco se llamó Santa María de la Victoria, como un signo de agradecimiento a Dios por haberlos guiado en tan magnifica aventura genocida cristianizadora. Sometido el pueblo de Tabasco, fueron obligados a entregar sus víveres, vestidos de algodón, todo lo que requerían los invasores para su loca carrera genocida. Las mujeres tabasqueñas no fueron la excepción, 20 de ellas fueron tomadas para que les sirvieran de domésticas y de placeres sexuales. Todas estas mujeres fueron bautizadas, una de ellas recibió el nombre de Mariana, que se convirtió en la mujer de Cortés, quien colaboró en las correrías invasoras y colonizadoras de su marido español.

Prosiguiendo su carrera loca de invasión colonizadora, llegaron al puerto de San Juan de Ulúa, al que ya había llegado Juan de Grijalva, donde Cortés recibió a los enviados de Montezumac, que en una piragua (barco tradicional) se acercaron en son de paz y amistad, manifestaron que eran enviados de su soberano y merecen información sobre las intenciones que tenían los colonizadores españoles. Cortés hábilmente mintió y dijo que solamente quería conocer el grande y poderoso imperio de los Aztekas en forma pacífica y que buscaba una entrevista con el soberano. Luego de este primer acontecimiento, se puso en comunicación con el jefe principal de Teuhtlile, a quién le hizo saber que era enviado del Rey más poderoso del Oriente Carlos de Austria y deseaba hablar con el Emperador de Mexica (México), el jefe principal Teuhtlile indicó que va comunicar al soberano.

Los aztekas habían dibujado en la corteza de los árboles una serie de imágenes, que le llamó la atención a Cortés, sin entender ordenó hicieran disparos de cañón y los jinetes se pusieran en movimiento para causar pánico y terror al pueblo Azteka. Cortés se quedó en su campamento de guerra a la espera de la respuesta del soberano; a la semana, Cortés recibió obsequios, como exquisitos tejidos de algodón, muchos objetos con adornos de plumas y dos grandes planchas de oro y plata, joyas, collares, brazaletes, que fueron calculados en más de 20,000 ducados, finalmente, la respuesta de la negativa de seguir en territorio Azteka. Cortés con disimulada hipocresía recibió la negativa de Montezumac, insistiendo en el permiso de pasar a la capital. Cortés recibió la negativa de proseguir en su empeño de llegar a la capital donde el soberano se encontraba.

Hernán Cortés al recibir la negativa de Montezumac preparó el asalto y la invasión del territorio Azteka, sin embargo, los partidarios del gobernador Diego Velásquez, propusieron a Cortés volver a la isla caribeña de Cuba, la tropa empezó a rebelarse y Cortés estaba decidido a continuar la invasión colonial si la soldadesca estaba decidida a continuar la invasión colonial. Todos gritaron que estaban de acuerdo con Cortés. Días antes, se había establecido contactos con el jefe indio del pueblo de los Totonekas del norte, con quienes hizo la alianza y fue recibido en Cempoalla por los indios con gran algarabía y ofreció hábilmente ayudarlo en no pagar los impuestos al soberano. Para afirmar esta alianza, emprendió la cristianización de los indios y en los templos aztekas sustituyeron a sus divinidades con la imagen de la virgen María. Luego de este ardid colonial, Cortés fundó la ciudad colonial de Villa Rica de la Vera Cruz; lo que aparentemente hacia ver la ruptura con el gobernador de la isla caribeña de Cuba, Diego Velásquez.

Hernán Cortés, sintiéndose ya poseído de poder y mando, nombró Alcalde y Regidores de la nueva colonia, organizó el cabildo donde renunció al mando que le había concedido el gobernador Velásquez, nombrándose Capitán General del Ejército y Justicia mayor de la ciudad. Quienes no estaban de acuerdo con la decisión de Cortés, fueron apresador y asesinados. De esta manera empieza la sangrienta invasión colonizadora en territorio Mayazteka, Kiche y de inmediato, tramó ser reconocido por el Rey Carlos V, para ello era necesario llevar los presentes que había ofrecido a Cortés el soberano Montezumac. Cortés proclamó su deseo de poder señalando lo siguiente: “Yo me quedo, pero si alguno de vosotros quiere volver a Cuba, pronta está la última de mis naves para transportarlos”. De esta manera Cortés inició la invasión colonizadora de Mexica (México), el 16 de agosto de 1519, con 400 soldados de infantería, 15 jinetes y 1,300 indios aliados, dejando Vera Cruz al mando de Juan de Escalante.

Cortés después de dos semanas de marcha, llegó al territorio del pueblo de Tlascalteka, donde asesinó a centenares de indios y a los sobrevivientes los convirtió en sus aliados, luego se dirigió a Cholula donde fue recibido con benevolencia, pero Cortés urdió la traición, haciendo que los indios ingresaran a un patio; guarnecido las puertas por la soldadesca española, donde se cometió la más horrible masacre de los indios de Cholula, que constituye un delito de lesa humanidad. Cortés prosiguió su marcha genocida, llegando a Tenochitlán, hoy llamado Méjico, ingresó y tomó posición el 8 de noviembre de 1519. Montezumac lo recibió con un besa manos y le invitó a alojarse en el Palacio de su padre Axayactl. Cortés le tomó la mano e ingresaron a la gran sala y despidiéndose le dijo: “Vos y vuestros compañeros estáis en vuestra casa: comed y descansad, que yo volveré pronto”.

El saludo de Cortés al Soberano huele a traición, pues, de inmediato ordenó a sus soldados que hiciera una salva de artillería, para amedrentar a los” indios” mexicas (mejicanos). El Soberano Montezumac explicó a Cortés que de su Dios Quetzalcoahualt venía su poder, a esto Cortés contestó señalando que lo único que quería, era establecer una confederación con los Mexicas (mexicanos), que sus intenciones no eran despojarlo de su imperio, sino anunciarle la palabra de Dios y darle consejos para su buen gobierno y el bienestar de su pueblo. El Soberano no se hizo convencer con las palabras de Cortés ni su religión católica, apostólica y romana, muy por el contrario, le ofreció muchos regalos de oro, plata y piedras preciosas, vestidos de vistosos colores de algodón.

Cortés se dio cuenta que el permanecer en el recinto de la ciudad de Tecnochitlán, era peligroso y desconfiado de la hospitalidad del Soberano Mexica (mejicano), para garantizar su seguridad era necesario retener al Soberano, el pretexto para apresar a Montezumac era decir que los españoles estaban muy enojados por el asalto de la guarnición de Vera Cruz que los “indios” habían cometido. De esta manera, Montezumac quedo prisionero de Cortés, obligándoles a reconocer al Rey de España como su único soberano y dueño de estas tierras invadidas y colonizadas en su nombre y en el de su Dios católico, apostólico y romano. Lo que logró, es convertirlo a la religión del invasor.

Después de la Noche Triste que fue muy sangrienta y que Montezumac fue asesinado con premeditación y alevosía, el 10 de julio de 1520, el asesino Cortés no se amilanó y siguió su marcha genocida sobre Tlascala en busca de ayuda de sus antiguos aliados, pero, los indios enterados de la Noche Triste no dejaron de hostigar al ejército español. La comitiva invasora llegó al Valle de Otumba, donde asesina a centenares de indios aztekas, después de este escenario de Sangre, ocurrido el 13 de agosto de 1521, donde murieron más de 130 mil indios. De esta manera “La Comunidad del Kallpulli Azteka”, cayó bajo el dominio de la salvajada de los invasores chapetones a la cabeza de Hernán Cortés, siendo felicitado y premiado por el Rey Carlos V, con la designación de Capitán General de la Nueva España, nombre con el que se conocerá posteriormente el territorio Mayazteka, kiche. Cortés proseguirá la empresa invasora colonizadora, llegando hasta la península de California. La Nueva España en 1534 será nominada como Virreinato, siendo su primer Virrey Antonio de Mendoza, mientras tanto Hernán Cortés regresa a España y allí morirá el año de 1547.

Estas líneas son algunas pinceladas a la invasión colonial del territorio del Kallpulli de los mayaztekas y kiches, importante como primera experiencia genocida, etnocida y de institucionalización de la estructura socio-política, jurídica, económica, cultural y religiosa colonialista, que será después de centena de años, el mejor modelo para arremeter contra la civilización comunitaria de ayllus del Tawaintisuyu. Los primeros habitantes constructores de grandes procesos civilizatorios, dentro de los florecimientos culturales regionales y consolidación del poder comunitario del Inka y su Consejo de Amautas, que pasaré a explicar brevemente.

La historia oficial oficiosa de los latino sudamericanos indican que, Pizarro llego al Tawantinsuyu en 1532, lo cual es falso, Pizarro y su comitiva genocida llega en 1524 a las costas de Tumbes de la actual república del Perú y desde allí emprendió su correría genocida hasta el centro ceremonial de K’ahamarka, donde cometió el delito de lesa humanidad al asesinar al Inka Atawallpa y miles de miles de kechuas tawantinsuyanos. Esta política de exterminio, de robo y terracidio lo continuaron los virreyes, al imponer el modelo de sociedad feudal y de la cristianización castellanizante. Proceso de colonización mental que negó los saberes y conocimientos de la ciencia y la tecnología de vida de los constructores de la civilización comunitaria de ayllus del Tawantinsuyu.

La crisis borbónica dio paso a la guerra separatista, independentista y emancipadora de los españoles americanos, realistas, criollos, mestizos y mulatos que a partir de 1809 a 1825 libraron batalla contra su Madre Patria España y reproducir el Estado nación republicano francés en la llamada América latina sudamericana. Realistas, criollos y mestizos se hicieron de republiquetas siguiendo la política religiosa del terracidio, sobre todo, del modelo liberal ideado por los ilustrados europeos, postulando la “libertad”, “la igualdad” y la “solidaridad”, que fue para los nuevos colonizadores republicanos y la continuidad de la colonización interna de los pueblos y naciones de la civilización comunitaria de ayllus del tawantinsuyu, que terminó siendo encomiendas modernas republicanizadas.

Queda la tares de la descolonización y la liberación definitiva de los pueblos y naciones kechuas, aymaras y amazonenses del hoy llamada América del Sur, de manera particular en Ecuador, Perú y Bolivia donde el republicanismo ha fracasado en la construcción de las naciones latinsudamericana: ecuatoriana, peruana, boliviana, chilena, argentina y otras republiquetas. El siglo XXI es el siglo de los pueblos y naciones ancestrales y contemporáneas que han de reconstituir su poder socio-económico y político interrumpido por la invasión colonial de España y Portugal.

BIBLIOGRAFÍA

1.- BONILLA, Heracleo: Los Conquistadores. Colombia, 1992
2.- MIFSUD, Tomy, s.j.: Cultura y evangelización en América Latina, 1988.
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tomos. Thèse de doctorat. Université Paris VII-Francia, 1992.
5.- TURPO CHOQUEHUANCA, Aureliano: Estado plurinacional: reto del siglo XXI. La Paz-Bolivia, 2006.
6.- TURPO CHOQUEHUANCA, Aureliano: La Descolonización: Rito histórico y político..., La Paz-Bolivia, 2011.

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Aureliano Turpo Choquehuanca, PhD. Turach Rimarichek Sonk`o Runa. Docente de la Carrera de Sociología-UPEA


PUKARA cultura, sociedad y política de los pueblos originarios. Periódico mensual Octubre 2020 Qollasuyu Bolivia Año 14 Número 170. Pp. 3-4.



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