Globalización: Revista Mensual de Economía, Sociedad y Cultura


Julio de 2020

LOS INESPERADOS CAMINOS DE LA REALIDAD
Walter Ritter Ortiz


Sección de Bioclimatología, Centro de Ciencias de la Atmósfera, UNAM. Circuito interior s/n, Ciudad Universitaria, Deleg. Coyoacan, México, D. F. email: walter@atmosfera.unam.mx .


INTRODUCCIÓN

Quién proclama la autenticidad y la interioridad de lo inexplicable, iterativa a su estado original, se hace sospechoso de injuriar aquello que es incapaz de dominar. Cuando no sabes qué hacer, hay que estar preparado para cualquier cosa. Podríamos llegar a sospechar que en el Universo están sucediendo todo tipo de cosas, que aún no entendemos bien. El suceso inesperado, es un acontecimiento real, lo que suele precipitar en ocasiones la intensificación del miedo y asumir que cualquier cosa es peligrosa. Todos tenemos también la opción de aparentar que, después de todo, nada está sucediendo.

El universo tiene un plan, nos dice Carl Jung y, debemos aprender a seguirlo y hacer lo que nos corresponde, por lo que debemos desprendernos de las expectativas y recompensas del ego. Y, Porfirio agrega, que la naturaleza ha hurtado a los groseros sentidos de los hombres el conocimiento de su Ser, ocultándose bajo los vestidos y las envolturas de las cosas, del mismo modo que ha querido que los sabios no reflexionen sobre sus misterios, más que bajo el velo de las narraciones míticas.

Los mitos no sólo son hermosas historias que contar, nos dicen Pierre y Francois Tavoillot, sino que además tienen una profunda carga de explicación y respuestas a las grandes interrogantes que la humanidad se plantea desde siempre. La vida, la muerte, el origen de las cosas, de los creadores y de las creaturas, la razón de ser de las reglas, de las leyes y de las prohibiciones y, permite explicar cómo ha salido la humanidad de su salvajismo natural y cómo, debe evitarse todo abuso de la cultura.

Antes de que surgiera la visión científica del mundo, la realidad estaba construida de forma distinta y, nos cuesta mucho comprender que puedan existir otras formas de ver el mundo y de que de hecho, éstas existan. Donde el mundo de la experiencia parte de elementos primarios componentes necesarios, cuyas interacciones definen el drama y la ficción.

Uno de ellos, es el Caos, el otro es el Orden y el tercero, es el proceso, que media entre ambos, que es la Conciencia. Donde los dos primeros, nos llevan a dudar acerca de la validez de la existencia, por lo que tan solo entendiendo a fondo el tercer elemento, podemos salir de dudas. El caos y el orden son intercambiables y al mismo tiempo, eternamente yuxtapuestos, ya que no hay nada tan absolutamente cierto que no pueda variar y, de la misma forma, no hay nada tan susceptible al cambio que no pueda estabilizarse.

El orden dentro del caos y, el orden del Ser, resultan más naturales cuanto más se prolongan. Y cuanto más larga sea la existencia de un atributo, más tiempo ha tenido para ser seleccionado y, para afectar a la vida. Lo único que cuenta es la permanencia. Un atributo casi eterno del ambiente y, gran parte de lo que se denuncia en otras manifestaciones más efímeras, no es sino un resultado de su existencia inalterable. Y si una cosa se desarrolla según la Dialéctica, es porque alberga en sí misma su contrario, ya que cada cosa es una unidad de contrarios y la transformación de la cosa en su contrario. Y se da la lucha de dichos contrarios, por lo que se les llama reformistas, no porque reclaman reformas, sino porque creen que las reformas bastan y que acumulándose, deben transformar la sociedad.

Las ciencias, las teorías y los paradigmas científicos, se estructuran en torno a problemas sin resolver y, resulta aconsejable formarse una idea de cuáles son estos problemas, lo que no significa que haya que estudiar la totalidad de los fundamentos de su ciencia, ya que basta con hacerse una idea general del tipo de reflexión que impera en una disciplina determinada, para comprobar cuales son precisamente las cuestiones y las controversias que siguen abiertas de ésta; lo que nos cautiva y nos permite acceder realmente a sus determinados ámbitos del saber.

Los físicos, se oponen a toda posibilidad de exención a la ley de la entropía y, los seres vivos funcionan mediante un proceso de degradación de la energía, es decir, que convierten fuentes ordenada de energía en energía desordenada y asimismo, los procesos mentales a su vez entrañan una creación del orden a partir del desorden. La conciencia es algo sumamente difícil de cuantificar, porque todavía no se le comprende bien, lo que impide extraer conclusiones claras sobre las aplicaciones de la entropía a los sistemas conscientes.

Du Nouy, nos dice al respecto: A primera vista puede afirmarse que todos los fenómenos vitales dependen de las leyes de la energética y contribuyen en consecuencia al aumento de la Entropía del sistema del que forman parte los seres vivos, al igual que todos los demás fenómenos que obedecen a la química y a la física. En cambio, el experimentador no debe olvidar nunca que el ser vivo constituye un organismo completo, ya que posee una personalidad y el fenómeno biológico en conjunto, no se debe simplemente a la suma de los fenómenos químicos elementales, sino al orden en que ocurren estos fenómenos en el tiempo y el espacio. Y, donde el orden parece ser la expresión de una finalidad predeterminada.

Es bien sabido que los escritores no saben hacer otra cosa que escribir y que eso, lo puede hacer cualquiera ya que no es necesario atesorar ningún tipo de conocimiento ni habilidad específica, ni decir nada concreto. Y si habla de generalidades, no hace acusaciones particulares específicas sobre alguien en particular o sobre sí mismo, más allá de cierta experiencia vital; un escritor no necesita ninguna formación concreta ni tampoco poseer ninguna clase de diploma.

Y desde el punto de vista histórico-evolutivo, la voracidad, la sed de venganza y la estupidez, son todas ellas causas de muerte natural, simples facetas de la condición humana. Y tal vez, lo terrible no sea en el fondo sino algo indefenso y desvalido, que nos pide auxilio. Hay algunas acciones que son tan intrínsecamente espantosas, nos dice J. Peterson, que se oponen a la misma naturaleza del ser humano. Se trata de acciones perversas y, nada puede justificar realizarlas. Donde se da la de deshumanizar a otro ser humano, reducirlo al estatus de parásito; torturar y masacrar sin pensar ni siquiera en la inocencia de cada individuo o en la culpa y, elevar el dolor a categoría de arte, ya que todo eso está mal.

En el mundo real con sus necesarias limitaciones, no parece posible un espacio acotado que quede totalmente protegido del mundo exterior, ya que nada puede estar totalmente confinado del resto de la realidad; hasta el lugar más seguro posible alberga de forma irremediablemente una serpiente y, después de todo, ya hemos visto al enemigo y no es otro que nosotros mismos.

La serpiente habita en el interior de cada una de nuestras almas y, la peor serpiente posible es la eterna tendencia humana al mal. Y la peor serpiente posible es psicológica, espiritual, personal, interna y no hay muros por grandes que sean, que puedan mantenerla fuera, por lo que para Alexander Solzhenitsyn, la línea que separa el bien del mal, atraviesa el corazón de todo ser humano. Y no hay forma de enclaustrar un espacio de la realidad que nos rodea.

¿De qué puedo dudar? De la realidad del sufrimiento, que no admite ningún tipo de argumentación y donde los nihilistas no pueden cuestionarlo mediante el escepticismo, los totalitarios no pueden proscribirlo y los cínicos no pueden escapar de su realidad. El sufrimiento es real e infligir sufrimiento a otra persona, con deleite y placer, está mal. Todo ser humano posee una inmensa capacidad para hacer el mal y entiende al menos en principio, quizá no lo que está bien, pero sí lo que no lo está y, si hay algo que no está bien, eso significa que hay cosas que sí lo están y si el peor pecado es atormentar a los demás, sólo para producir sufrimiento, entonces el bien es aquello que se oponga frontalmente a algo así. El bien, es aquello que sirva para evitar que cosas así ocurran.

También somos un espíritu y una psique y erguirse, significa aceptar voluntariamente la carga del Ser, donde tu sistema nervioso responde de forma distinta cuando afrontas las dificultades de manera voluntaria, porque en vez de prepararte para una catástrofe, lo que haces es asumir un desafío. Es aceptar con los ojos abiertos la terrible responsabilidad que supone vivir.

Según J. Peterson, significa transformar el caos de lo potencial en las realidades de un orden habitable y, de que asumes la carga de la vulnerabilidad consciente, que aceptas el final del paraíso inconsciente y también comprender lo que significa ser mortal y de que te comprometes por propia voluntad, con los sacrificios necesarios para generar una realidad productiva y significativa.

¿Mi vagancia es mi mejor cualidad? Nos pregunta R. H. Thaler; por lo que la vagancia supone que únicamente nos ocupamos de aquellas cuestiones lo suficientemente intrigantes como para sobreponerse de la tendencia natural a evitar el trabajo, convirtiendo la vagancia en activo. La ventaja de esto es, que únicamente se incluirá aquellas cosas que resulten interesantes al menos para mí.

Las doce reglas para vivir, de J. Peterson, nos dice que: Debemos prestar atención y arreglar lo que puedas arreglar, no ser arrogante y esforzarte por ser humilde, porque el orgullo totalitario se manifiesta en la intolerancia, la opresión, la tortura y la muerte. Ser consciente de tus propios defectos; tú cobardía, tu perversidad, tu resentimiento, tu odio y ten en cuenta tu potencial asesino, antes de atreverte a acusar a los demás y antes de tratar de enmendar la naturaleza del mundo y quizá el mundo, no tenga la culpa y quizá la tengas tú y, si no has estado a la altura de las circunstancias, te has quedado muy por debajo de la gloria divina y has pecado. Y todo eso, representa tu contribución a las carencias y al mal del mundo y por encima de todo, no mientas, ya que la mentira conduce al infierno. Piensa que evitar el dolor y el sufrimiento innecesarios es un bien y, elevado a categoría de axioma, en la medida que puedas actuar de tal forma que permitas evitar el dolor y el sufrimiento innecesarios y, seguir una serie de supuestos y acciones que tienen como objetivo mejorar el Ser humano.

Sin embargo, hay antiguos circuitos cerebrales que promueven a la agresividad, lo que apunta a que no sólo la agresividad es innata, sino que además es consecuencia de una actividad que se produce en áreas básicas del cerebro, extremadamente fundamentales, donde la agresividad junto al hambre, la sed y el apetito sexual están en el mismo tronco existencial, agregando que la agresividad está detrás del impulso de destacar, de ser imparable, de competir, de ganar y, así los niños agresivos, que no consiguen sofisticar su comportamiento, al final son los que están mucho más propensos a comportamientos delictivos, nos dice J. Peterson.

Antes de criticar a alguien, asegúrate de tener tu vida en perfecto orden y de la misma forma, que nunca podemos saberlo todo, que lo que observamos y pensamos esté relacionado con lo que tenemos en cuenta y, lo que obviamos no justifica el hecho de que todo es interpretación. Y si bien existen múltiples formas de interactuar, no significa que todas las interpretaciones sean igual de válidas; ya que si hay un número infinito de interpretaciones y un número interminable de problemas, también hay un número restringido de soluciones viables, lo que no significa que su solución sea obvia.

El futuro es incierto y quien dice conocerlo miente; en tanto que el pasado no es más que un recuerdo y como tal, pura invención y lo único que es seguro y que ofrece espacio para el desarrollo, es el presente, pero también éste se desvanece de inmediato, por lo que a veces algunos consideran la ignorancia una verdadera bendición.

Los momentos de certeza a lo largo de una vida, son escasos, ya que la vida te lo da todo, pero nunca de una vez, por lo que para algunos se debería de guardar para sí lo que era preferible no decir. Y a veces confundimos la popularidad con la importancia, ya que en la comunicación, el individuo se relaciona con los otros individuos y con la sociedad e igualmente, se debería tener una idea de las leyes que rigen e igualmente saber que toda comunicación encierra siempre un contenido, donde se contradice y subordina, lo que implica saber también que los conflictos tienden a adquirir un carácter autorreferencial y paradójico y, de que los demás no tienen culpa de mal interpretarse y de que la comunicación sobre la comunicación puede resolver un problema, pero también de hacerlo eterno y, que en el punto álgido de un conflicto, nos parecemos más a nuestros enemigos cuanto más creemos distinguirnos de ellos. El hastío y la ignorancia son el precio razonable que hay que pagar.

Las cosas que forman parte del mundo objetivo, están muertas, pero no es el caso del caos y el orden, que se perciben y se entienden en la medida que pueden entenderse como personalidades; pero no se entienden en su primer momento de forma objetiva y que luego se personifican, lo que significa que los elementos más significativos de nuestro ambiente original, eran personalidades y no cosas, objetos o situaciones.

Podemos hablar de un orden implícito y oculto en el Unus Mundus de los antiguos o en el holograma en el que Todo está presente en cada una de sus partes; casualidades que han modificado significativamente tanto nuestras vidas personales como de la historia, inspirado en el concepto de Sincronicidad, desarrollada por Carl Jung y el premio Nobel Wolfgang Pauli. Asimismo, Francois Vezina inspirado en situaciones metafóricas sacadas de la Teoría del Caos, nos proporciona una nueva comprensión de encuentros y relaciones transformadoras y, nos enseña a encontrar sentido a las coincidencias en el transito, por el laberinto de la vida.

La comunicación es tan polimorfa y dramática, que una persona culta debería conocer sus reglas y ser capaz de aplicarlas correctamente, pues sólo así, podrá evitar ser víctima del destino que proporcionan constantemente mal interpretaciones, problemas de entendimiento y funestos mal entendidos. Los cuales nos enseñan que la comunicación y los mismos procesos sociales, son víctimas de la maldición de las paradojas.

Según Jorge Luis Borges, el tiempo es el único misterio esencial y nuestra propia existencia indica que ha ocurrido lo improbable; se dice que los primitivos buscaban en su entorno natural las verdades inmortales y, la historia de las religiones es una crónica de la lucha por comprender y superar la mortalidad para fundirse con la verdad del cosmos, que ha procurado conciliar la fragilidad de la vida con la permanencia de la verdad y la realidad de lo divino. Y de que a pesar del caos continuo, existe un orden cíclico en todas las cosas.

Los acontecimientos del universo se veían como eslabones en una eterna cadena de procreación generacional. Mientras que Zoroastro postuló que el universo era una lucha entre el bien y el mal, Heráclito postuló que se encuentra en un estado de conflicto constante y permanente y, de que las cosas tienden hacia sus extremos opuestos y cuando llega al contrario de lo contrario, los acontecimientos se repiten y todo tiene que volver de forma reiterativa a su estado original.

Los grandes mitos e historias religiosas del pasado, no trataban de lo que era el mundo, como podría verse desde la ciencia, sino de cómo debería actuar el ser humano, llegando a la conclusión de que los elementos que constituían el mundo eran el orden y el caos y no de los elementos materiales, de tal forma que todo resulta predecible y cooperativo.

El caos, es el dominio de la ignorancia, territorio no explorado y que se extiende eternamente y sin límite y más allá de las fronteras de todos los Estados y de todas las ideas y disciplinas, es la desesperación y el horror. Es, donde estamos cuando no sabemos dónde estamos y lo que hacemos cuando no sabemos qué estamos haciendo; es todas esas cosas y situaciones que ni conocemos ni comprendemos; es también el potencial sin forma a partir del cual nosotros provocamos todos los momentos nuevos y llenos de cambio en nuestras vidas.

El orden por su parte, es el lugar donde el mundo se comporta tal y como esperamos y deseamos que lo haga, allí donde todo sale tal y como queremos, aunque también es a veces tiranía y desgaste. Dentro del orden, podemos pensar a largo plazo, ya que las cosas funcionan y nos sentimos estables, tranquilos y competentes.

El caos, es todo aquello que resulta nuevo e impredecible; es la creación y la destrucción, el origen de lo nuevo y el destino de lo que muere, ya que la naturaleza es al mismo tiempo, nacimiento y muerte e indican, la posibilidad de transformación. Y cuando todo parece perdido, un nuevo orden puede surgir de la catástrofe y el caos. Entre el orden y el caos, en el que se da el equilibrio exacto, entre estabilidad, exploración, transformación, reparación y cooperación es, donde encontramos el significado que justifica la vida y su inevitable sufrimiento. Significa encarar la incertidumbre resultante y establecer un orden mejor, dotado de más significado y productivo. Y esas nuevas respuestas positivas, te darán ánimo y empezarás a sentir menos angustia y todo esto, no sólo aumentará notablemente la probabilidad de que te pasen cosas buenas y que esas cosas buenas te hagan sentir aún mejor cuando sucedan.

Y ya con más fuerza, puedas ser capaz de aguantar de pie y dejar que los demás se apoyen en tu fuerza y así, te embarcaras en el viaje de tu vida e iras tras el destino que te corresponde y, de que el significado que posea tu vida te baste para vencer lo que es la desesperación existencial. ¿Cuánto dolor es necesario para que algo así sea cierto?

El conflicto resulta inevitable, en ocasiones con resultados fatales, donde el dolor y la ansiedad forman parte integral de la existencia humana y así, tenemos que poder contraponer algo al sufrimiento intrínseco al Ser humano. Si viviéramos como habría que vivir, no tendríamos que buscar refugio en la certidumbre totalitaria, para protegernos de la conciencia de nuestra propia mediocridad e ignorancia, según Jordan Peterson.

Debemos señalar que algunos aspectos de nuestra vida son misteriosos y, que parece haber un patrón en sincronía con lo que debemos permitirnos descender a nuestro Ser, para descubrir más sobre lo que somos. Y si nos embarcamos en este viaje a nuestro interior, esto nos llevará a examinar bajo una nueva luz nuestro mundo moral y además, admitir nuestras fragilidades y descubrir una fuente de poder que nos pondrá en contacto con nuestra compasión profunda, lo que nos abrirá a la vez a una conciencia de la forma en que la sincronía funciona y a sentir que podemos movernos con ella, nos dice Allan Hunter.

Toda revolución engendra un nuevo orden y, toda muerte es al mismo tiempo una metamorfosis; considerar a la naturaleza como algo puramente estático conduce a importantes errores de comprensión. Lo idóneo es la correspondencia que se establece entre los atributos del organismo y lo que exige el ambiente: a medida que el ambiente acoge a una especie, se transforma y cambia y, los atributos que hacen que un individuo consiga sobrevivir y reproducirse, también se transforman y cambian. Pero la naturaleza tampoco es simplemente dinámica, nos dice J. Peterson, ya que algunos de sus elementos cambian rápidamente, pero se encuentran inmersos en otras estructuras que se transforman con más lentitud y, es el caos dentro de un orden, que a su vez dentro de otro caos que se encuentra inscrito en un orden superior, donde el orden que resulta más real es el que cambia menos, pero no es necesariamente el que se ve con mayor facilidad. Así, algunas cosas que resultan más reales, no pueden verse de forma alguna.

La cultura se ha entendido siempre como una forma de comprenderse a sí mismo, concepto mediante los que el hombre se describe a sí mismo y explica su acción, identidad, rol, psique, emoción, sentimiento, conciencia, inconsciente, represión, compensación, normalidad, ideal, sujeto, patología, neurosis, individualidad y, originalidad.

Todos ellos, conceptos clave, sin cuya comprensión no es posible acceder a las formas evolucionadas de autorreflexión. Por lo tanto, comprenderse a sí mismo requiere verdaderos modelos de transformación, de metamorfosis, iniciación, terapia, crisis, conmoción y de traumatismo, que todos deberíamos ser capaces de reconocer.

El dolor, cuenta más que la materia y es por eso que tantas tradiciones del mundo consideran que el dolor a la existencia es la verdad irreductible del Ser. Donde el Ser, se comprendía como un lugar de acción y no como lugar de cosas y era una experiencia subjetiva, ya que se manifestaba en cada momento en la conciencia de todas las personas vivas. Y en cualquier caso y en última instancia, aquello que vivimos de forma subjetiva se parece mucho más a una película que a una descripción científica de la realidad física; sin embargo el dolor subjetivo, es algo tan real que ningún argumento puede cuestionarlo.

Cualquier huida motivada por la ansiedad, hace que todo aquello de lo que el individuo ha salido huyendo, genere más ansiedad y empequeñece a la persona, al tiempo que agranda un mundo lleno de peligros. Sistemas de interacción entre el cerebro, el cuerpo y el mundo social, atrapados en bucles de retroalimentación positiva y, podemos observar que las fuerzas psicológicas nunca son unidimensionales en su significado. J. Peterson, nos recuerda que las personas ingenuas que de repente se comportan como los monstruos que pueden llegar a ser, daban por hecho que los autores de las mayores atrocidades de la historia eran personas que no tenían nada que ver con ellos y, nunca identificaron en su interior la capacidad de oprimir y abusar. Cuando estas personas reconocen dentro de sí mismas las semillas del mal y ser potencialmente peligrosas, desarrollan un mayor amor propio y, de aceptar que en el fondo también son terribles al saberlo, constituye una de las lecciones más difíciles de la vida.

Muchos aparatos burocráticos cuentan con sus pequeños déspotas que generan reglas y procedimientos innecesarios, tan solo para demostrar y afianzar su poder; son personas que suscitan a su alrededor ondas de resentimiento que, de verbalizarse, según J. Peterson, limitarían este tipo de expresiones patológicas de poder y de este modo, la voluntad del individuo de defenderse, protege a todo mundo de la corrupción social.

Construimos la realidad a través del lenguaje y de este modo, creamos un segundo mundo, el mundo del significado que compartimos con los demás; por lo que una persona culta debería saber perfectamente que la realidad personal es una construcción social, que varía de acuerdo con el entorno, de la clase social y cultura de cada individuo y, sólo esta certeza puede permitirle entender, aceptar y relativizar otros valores y otras formas de entender la realidad y asimismo, comprender que visto desde una perspectiva distinta a la suya, todo aquello que se considera obvio y natural puede parecer extraño e increíble. Y el objetivo de la cultura no es dificultar la comunicación, sino enriquecerla y no debe manifestarse como una esfera separada de la vida, ni convertirse en un tema más que hace del entendimiento un placer y, que es la forma en que se convierte en el espejo de los demás.

Sólo es culto quién es capaz de estructurar su propio saber, pero esto no significa establecer una rígida oposición entre saber e ignorancia; por lo que se dice que entre estos extremos existe una gradación y uno de sus grados es lo que conocemos como “problema”; el cual estructura numerosos detalles e introduce un orden y una visión de conjunto y al mismo tiempo, permite distinguir la disciplina de sus afines.

Los individuos creativos son capaces de combinar ideas, que para individuos más simples son contradictorias; no se irritan ante las opiniones contrarias y las objeciones, ya que están acostumbrados a experimentar con ellas y siempre encuentran algo aceptable. Suelen pensar en direcciones opuestas y pueden dejar abierta la conclusión; no temen la ambivalencia, la contradicción y la complejidad, porque éstas les sirven de estímulo.

Se dice que son lo contrario de aquellos a quienes horroriza la complejidad y son propensos a las simplificaciones o, que son individuos capaces de todo, pero de nada, como nos dice Lichtenberg. Según Schwannitz, existe una relación estructural entre creatividad, el humor y el gusto por las analogías y las metáforas, cuyos elementos son la receptividad hacia las nuevas ideas, tendencia a saltar de nivel, predilección por las soluciones más inverosímiles y capacidad para plantear nuevos problemas.

Se dice que Dios crea el mundo, el artista crea su mundo y ambos son padres y autores de su creación; pero quién se crea a sí mismo es una persona culta.

Para diferenciar la creatividad de la inteligencia, es necesario distinguir entre pensamiento convergente y divergente; donde el primero remite a informaciones nuevas, pero ligadas a contenidos ya conocidos y el segundo, hace referencia a informaciones nuevas que en gran medida son independientes de la información previa.

El primero, exige respuestas correctas y el segundo, un conjunto de respuestas posibles, lo que implica originalidad y flexibilidad, pero donde la originalidad sola no basta, ya que el pensamiento divergente requiere además una capacidad crítica para discernir y apartar inmediatamente las ideas absurdas, ya que normalmente sabemos de inmediato si una idea puede ser fructífera o no. Lo más natural de las funciones de todo ser vivo, es crear otro ser semejante a él, de forma que participe en lo eterno y en lo divino, en la medida de lo posible, donde para Aristóteles el simple hecho de reproducirse conlleva ya algo divino.

Uno de los mayores misterios del mundo es que la naturaleza se exprese en el lenguaje de la matemática pura y, se dice que es un misterio porque la gramática de la matemática no se atiene en absoluto al mundo exterior, sino que extrae sus reglas única y exclusivamente a partir de su lógica interna y por lo tanto, se deduce que la matemática es lo contrario de la naturaleza manifestada como puro espíritu y sin embargo, la naturaleza actúa como si dominase a la perfección las leyes matemáticas y como si se rigiese por ellas.

El entendimiento, no forma parte del mundo del mismo modo que lo pudiera formar una cosa cualquiera. Ya que es éste quien aporta la unidad al mundo y, el del cómo sea el mundo en sí mismo, es algo que no podemos saber, ya que lo que conocemos, lo conocemos por necesidad, algo que sólo es posible gracias a la fuerza unificadora de nuestro entendimiento.

Kant, dejó así de mirar a la realidad para preguntarse de qué manera podía el entendimiento conocer la realidad correctamente y, de cuáles eran las condiciones del conocimiento “a priori”, es decir del conocimiento previo a toda experiencia, lo que le permitió hacer un ordenamiento absolutamente nuevo de los niveles lógicos, donde el entendimiento no forma parte del mundo de la experiencia y que es más bien, el que produce el mundo y, de que el entendimiento no es parte sino origen del mundo; no es empírico sino “trascendental” y prescribe cómo tiene que ser el mundo.

Donde, sabemos que lo Empírico depende de la experiencia y lo Trascendental, de Kant, que es un término opuesto y que responde a las preguntas: ¿Qué puedo conocer? ¿Qué debo hacer? y ¿Qué me cabe esperar?

Con la creación de la filosofía, los griegos inauguran una nueva época de la humanidad, donde el pensamiento se descubre a sí mismo, se libera de las cadenas de la religión y se da sus propias leyes, las leyes de la lógica y, donde el pensamiento no es monólogo sino dialogo y es lo que lo vincula a la democracia.

La filosofía se desarrolla como intervención y réplica, como el método que permite considerar un mismo asunto desde todos los puntos de vista; conocimiento conocido como “Dialéctica”, que practicaban los Sofistas, considerados como los maestros de la retórica.

Sócrates, contrario a los sofistas, no le interesaba enseñar trucos verbales, sino la fundamentación moral de la política. Y se dice que su objetivo era formar élites democráticas a través de la educación y, puso los trucos de los sofistas al servicio de la búsqueda de la verdad. Y desarrolló el conocido método Socrático, donde hacía que su interlocutor se enredara en contradicciones, para acabar mostrándole que la presunta seguridad de sus opiniones no era más que una forma mitigada de ignorancia.

Este principio muestra claramente en qué consiste la filosofía: la de convertir en un problema lo que parece obvio y, en romper el automatismo de las propias percepciones; y de esta manera desmontar el mundo para volver a construirlo, bajo el control de la lógica, a través de la duda metódica, nos dice Dietrich Swanitz.

La utopía, muestra un rasgo totalitario e introduce la Dialéctica, según la cual las mejores suelen servir de justificación al más severo rigorismo. Donde Aristóteles ya no habla de Idea y Apariencia, como lo hacía Platón, sino de Forma y Materia, del que hoy hablamos de Forma y Medio, como se hace en la Teoría de Sistemas. Y, son los grados de la progresiva determinación de lo indeterminado y de la conversión de lo posible en real o, en lo que conocemos actualmente como el de la transformación de lo improbable en probable, haciendo de lo que no es más que ruido, surgir repentinamente un poema o una melodía. Donde el espíritu divino es la forma pura, lo más improbable y lo más real al mismo tiempo.

Es la primera causa, que hace que la materia se convierta en forma y en todas las demás cosas, donde forma y materia están mezcladas; y mientras una cosa cambie y se mueva, es que todavía no es perfecta, ya que inmutabilidad y reposo son los signos de la suma perfección. Y así, los Estoicos predicaban la imperturbabilidad de ánimo y determinaron a la percepción sensible como la única fuente de conocimiento.

La cosmología medieval, presenta un mundo jerárquicamente estructurado y sobre el mundo vivía Dios en eterno reposo; mundo que también estaba formado de forma jerárquica, constituido por el nivel inferior de los minerales, en seguida viene la vida conformada por el reino vegetal y animal y por encima de ellos, comienza ya el reino de la racionalidad, donde el hombre participa de ambos y en tanto, como centro del mundo, es un pequeño cosmos en sí mismo y, sobre su cuerpo terrenal, brilla el sol de la racionalidad.

Pero como centro del mundo, el hombre es un pequeño cosmos en sí mismo y sobre su cuerpo terrenal brilla el sol de la racionalidad; y lo que lo mantiene en el mundo no es el encadenamiento de causas y efectos, sino la mano de Dios y, puesto que la causalidad no es absolutamente necesaria, Dios puede intervenir en cualquier momento.

Y donde la Tierra se compone de cuatro elementos: caliente y frío, húmedo y seco, el hombre está hecho de estos elementos, por lo que el hombre será armonioso si están en equilibrio con estos elementos; pero si uno de ellos prevalece, el hombre presenta cierto carácter, como la de ser colérico, melancólico, sanguíneo o flemático.

Un gran número de metáforas, al igual que los inventos, se deben a la capacidad bisociativa de la mente. Otras estrategias posibles para acceder a soluciones novedosas, pueden ser transformar una idea en su contrario, extremarla hasta llevarla al absurdo, modificar el punto de partida y sobre todo, explorar analogías y semejanzas estructurales. Se debe estar poseído del problema y, no basta con ocuparse fugazmente sino que es necesario concentrarse totalmente

Se dice que Marx, Darwin y Einstein, cambiaron tanto nuestra imagen del mundo, que han herido el orgullo del hombre. Marx nos enseño que nuestra cultura y toda nuestra conciencia estaban determinadas por las condiciones económicas, lo que no deja de ser una teoría de la relatividad, nos dice Schwanitz. La conciencia, es relativa a la posición social de cada individuo. Por su parte, Darwin dice que a diferencia de lo que creíamos, el hombre no ha sido creado a imagen y semejanza de Dios sino que es primo hermano del chimpancé y que el proceso evolutivo, no precisa de nadie que lo planifique ni tiene finalidad alguna, sin ser por ello un proceso desordenado.

Y Einstein vino a arrebatarnos lo que parecía ser el único fundamento fiable, la de la Objetividad del mundo externo físicamente medible. Se dice que todo esto hizo que la autoestima quedase muy baja, sabiendo que con Freud se había transformado también radicalmente el modo en que los individuos se entienden a sí mismos. Siendo así, se dieron cambios radicales en nuestra cultura.

Quien lea los estudios de Konrad Lorenz sobre la conducta, los de Edward O.Wilson sobre las hormigas y la Sociobiología, los de Heinz von Foerster sobre la autoorganización, los de Howard Gardner sobre la inteligencia, los de Stephen Jay Gould y J. Dawkins sobre la evolución, los de Douglas Hofstadter sobre los problemas de la autorreferencia o los de Paul Watzlawick sobre paradojas de la comunicación, tendrá la impresión de haber accedido a los secretos de la creación.

Quien se deje seducir por estos estudios, se formará una idea de la dirección en que está el saber. Hoy parece que comienza a cerrarse el abismo existente entre las ciencias naturales y las ciencias del espíritu, pues el concepto de reflexión y de auto referencia, determina también cada vez más los planteamientos de las ciencias naturales. Y en la evolución actual de la ciencia, se tendrá la impresión de que estas dos culturas empiezan a acercarse y, cada vez oímos con más frecuencia que los organismos y las sociedades, también se observan, se organizan y se describen a sí mismas. Así y todo, parece indicar que ésta será asimismo la dirección que tome la cultura y para ello, también debe poder observarse a sí misma.

La experimentación de esta totalidad fusionada, no es solamente la prerrogativa de individuos bien informados y psicológicamente inteligentes, donde muchos han llegado espontáneamente a la misma situación intuitiva y la cual, les ha revelado que su verdadero centro psíquico estaba más allá de la personalidad del ego.

Hoy en día, en una época dominada por la ciencia, la innovación y el control, la pregunta obligada es: ¿Cómo pasar de la fuerza bruta al poder civilizador? ¿Y cómo transitar de la energía desordenada a la canalización de las fuerzas vitales?

LA UNIDAD DE LOS CONTRARIOS

Desde el comienzo de los tiempos, pensadores, poetas y científicos han buscado en todo, los secretos de la naturaleza, los misterios de la cultura y la armonía del Cosmos, como si fuera eso un espejo ideal para conocer su origen o también lo esperado de la humanidad y un barómetro de su destino.

La gente piensa que piensa pero, no es así, ya que cuando creemos que pensamos, lo que hacemos es criticarnos de alguna manera. Pero, pensar de verdad es algo poco común o igualmente, que escuchar de verdad. Y donde pensar, es escucharte a ti mismo y, es algo difícil porque para pensar, tiene que haber por lo menos dos personas al mismo tiempo y, es necesario que no estén de acuerdo, según Jordan Peterson. Pensar es un dialogo interno entre dos o más formas distintas de ver mundo.

El hombre tiene la obligación moral de levantarse y proclamar su propia verdad, aquella que ha construido a partir de su experiencia; pero que a pesar de eso, algo nuevo y radical es casi siempre algo errado y hacen falta buenas razones para ignorar o desafiar la opinión general. Pero si insistes en imponerle al mundo tu forma de ver las cosas, tienes que apoyarte en buenas razones y, tienes que contar con fundamentos. Y más te vale haberlos pensado lo suficiente, por lo que tendrías que hacer lo que hacen los demás, a no ser que tengas un motivo muy bueno para no hacerlo.

Mientras la mitología se interesa por el relato del origen de las cosas, la cosmología intenta comprender el secreto de su disposición ordenada. Donde ambas perspectivas se solapan, pero los dos caminos divergen en su principio, ya que en uno de ellos damos cuenta del conjunto de lo real, de su orden y sus valores mediante el relato del origen; en el otro, se trata de entender la naturaleza profunda de lo que existe, mediante el análisis teórico de las relaciones entre las cosas.

Para Platón, la afinidad, la amistad, el buen orden, la moderación y la justicia, mantienen juntos el cielo y la tierra, a los dioses y a los hombres, que aplicado al universo entero, significa que el mundo es como un gigantesco ser viviente, dotado de un alma y cuya constitución es perfecta, armoniosa, justa, bella y buena. Y en el universo, cualquier ser o bien se halla en su lugar o bien tiende a llegar a él, en tanto que para Cicerón, el mundo es un ser animado, dotado de conciencia, de inteligencia y razón, intentando identificar y describir este ordenamiento sublime a través de la teoría y extraer después reglas de ética y conducta y de esta manera, extraer y suprimir todos los miedos y angustias que impiden al hombre ser feliz.

En el mundo de lo real, nos dice J. Peterson, todo se altera y cambia y, cada elemento hipotéticamente independiente está compuesto de otros más pequeños que al mismo tiempo forman parte de entidades mayores hipotéticamente independientes, donde los límites que existen entre esos niveles, ni están dados ni resultan obvios de forma objetiva y, sólo conservan su validez en condiciones específicas muy concretas. Y la ilusión consciente de una percepción suficiente y completa, tan solo se sustenta y basta para nuestros objetivos, cuando todo funciona de acuerdo a lo establecido; y en este tipo de circunstancias, no hay necesidad alguna de mirar más allá de lo esperado.

Toda “cosa” es una unidad de contrarios, nos dice Georges Politzer y para la Dialéctica, todas las cosas son una unidad de contrarios; sin embargo para la Metafísica, la unión de los contrarios es imposible, ya que en ellos existen dos fuerzas que se repelen, porque las cosas no están de acuerdo con ellas mismas y, porque se contradicen. Sin embargo, siempre podemos ver que hay una parte de ciencia en la ignorancia y, la misma ciencia está en la ignorancia, por tanto es correcto afirmar que lo contrario de una cosa está en la misma cosa.

La Dialéctica, nos obliga a ver las cosas en todos sus aspectos y, a valorar siempre no un solo lado de las cosas, sino en todos sus lados, ya que así podemos valorar la verdad sin el error; la ciencia sin la ignorancia. Y mientras que la Metafísica considera tan solo un lado de las cosas y donde, si cometemos muchos errores, es en la medida en que vemos no más que un lado de las cosas, es decir, porque sólo utilizamos razonamientos unilaterales. Sin embargo, el Idealismo también es unilateral y, sólo ve el hombre que inventa cosas que no existen en la realidad y que llega a la conclusión de que nada existe fuera de las ideas.

El Materialismo Metafísico, también se engaña porque no ve más que un lado de los problemas y su error es ver solamente el “movimiento mecánico”. Y la gente, sólo ve únicamente un lado, ya sea el bueno o el malo. Por lo que se dice que el método del juicio unilateral, acaba en el Sectarismo. Pero si pensamos en la unión de los contrarios, estaremos considerando los muchos lados de las cosas y, veremos que las cosas cambian, porque contienen sus contradicciones internas donde los contrarios se hallan en lucha y los cambios se producen a consecuencia de estas luchas. Y así, el cambio se considera como la terminación del conflicto.

El capitalismo, posee esta contradicción interna por lo que el cambio se justifica y la transformación es la solución del conflicto. Podemos decir que hay cambios y movimiento, allí donde hay contradicción, ya que ésta es la negación de la afirmación y, en la negación de la negación, aparece la solución, ya que en ese instante se ha suprimido la razón de la contradicción. Y para Engels, la dialéctica queda reducida a la ciencia de las leyes más generales del movimiento, tanto del mundo exterior como del pensamiento humano interior.

Habiendo descubierto que un determinismo interno, autónomo, asegura la formación de las estructuras extremadamente complejas de los seres vivientes donde, ignorando la biología, deberíamos ver necesariamente que tales estructuras representan una cantidad considerable de información y, de la que falta identificar la fuente, porque toda información expresada o recibida supone un emisor y así expresada en la estructura de un ser vivo, es siempre otro objeto idéntico al primero.

Información muy rica, ya que describe una organización excesivamente compleja pero integralmente conservada y también propiedad designada como “Invariancia”. Observándose que por la propiedad de la invariancia, los seres vivos y las estructuras cristalinas se encuentran una vez más asociados y opuestos a los demás objetos conocidos del universo. Sin embargo, las estructuras cristalinas representan una cantidad de información muy inferior a la que se transmite de generación en generación en los seres vivos más simples que conocemos y, que permite distinguir a los seres vivientes de los otros objetos entre los que no se incluyen a los cristales, según J. Monod.

Y así, vemos que primero ha sido la ignorancia y después la ciencia y, comprobamos que una cosa se transforma en ciencia. Podemos decir que no hay ignorancia sin ciencia, ni ignorancia que podamos considerar al cien por ciento, por lo que en ningún caso hay ignorancia total, ya que siempre hay una parte de la ciencia en la ignorancia. Y por tanto, es correcto afirmar que lo contrario de una cosa, está en la cosa misma. Lo que hace preguntarnos: ¿Puede ser la ciencia en un cien por ciento? Y si aceptamos que el objeto del conocimiento es inagotable, significa que siempre hay algo que aprender y como no hay ciencia absoluta, hay que aceptar que en todo saber y en toda ciencia, hay una parte de ignorancia.

Por lo que Politzer nos dice, que lo que existe en realidad es una ignorancia y una ciencia relativa o sea, una mezcla de ciencia y de ignorancia y, lo que confirmamos, no es la transformación de las cosas en sus contrarios, sino la existencia en la misma cosa, o sea la unidad de los contrarios, es decir, en la vida y la muerte. Y de que como en la verdad y el error, se da la unidad de los contrarios y de que en cada cosa se contiene a la vez, la cosa misma y su contrario.

Y con esto, damos al traste con las soluciones definitivas y verdades eternas y tendremos así, la conciencia de que todos los resultados que obtengamos serán forzosamente limitados y, estarán condicionados por las circunstancias en las que las obtengamos.

Sabemos que las antítesis de la vieja metafísica (lo verdadero y lo falso, lo bueno y lo malo, lo necesario y lo fortuito) sólo tienen un valor relativo y lo que hoy mantenemos como verdadero encierra también un lado falso, por ahora oculto, pero que saldrá a la luz más tarde del mismo modo que lo que ahora reconocemos como falso guarda su lado verdadero, gracias a lo cual fue acatado como verdadero anteriormente.

Hay que comprender que en todo conocimiento, existe la verdad más un error o, lo verdadero más lo falso. Y en cada cosa, existe un lado bueno y un lado malo. Esta unidad de los contrarios es una unión inseparable y no basta para suprimir o separar a los contrarios los unos de los otros. Y así, para suprimir la sociedad capitalista y crear una sociedad sin clases, es preciso construir una sociedad más avanzada intelectual y moralmente, es decir una forma superior de consciencia y no para crear un comunismo igualitario en la miseria y la ignorancia, nos dice Proudhon.

El Sí Mismo, lo experimentamos como una misteriosa y paradójica convergencia de todos los aparentemente irreconciliables opuestos, en una cohesiva unidad.

Las leyes nos imponen la necesidad de estudiar las cosas para descubrir en ellas el desarrollo, las fuerzas, los contrarios que determinan este desarrollo. Debemos estudiar la unidad contenida en las cosas y, esta unidad de los contrarios equivale a decir que una afirmación nunca es una afirmación absoluta, porque contiene en sí misma una parte de negación. Y esto es lo esencial, de que las cosas se transforman porque contienen su propia negación.

Por anticipado, podemos decir que el principio disolvente existe, puesto que vemos las cosas desarrollarse; sin embargo, no podemos descubrir este principio sin un estudio minucioso de la cosa misma, porque este principio no tiene la misma forma en todas las cosas.

Y del mismo modo, que como seres, estamos compuestos de partes corporales, emociones, mente, alma y espíritu observados en su unidad y aunque sean aparentemente contradictorias en sus naturalezas; la totalidad de la unión de tales disparidades es una entidad en sí misma. En biología, a esta totalidad se le conoce como Sinergia. Donde la totalidad de la conciencia es vista como “Mayor a la suma de sus partes”. Y esto mismo sucede con el Sí Mismo. Ya que el Sí Mismo, es nuestra más profunda totalidad omniabarcante, que produce sentimientos de inexplicable satisfacción dentro de nosotros, según Eugene Pascal. Agregando que el descubrimiento del Sí Mismo, crea en nosotros una conciencia totalmente nueva y una nueva actitud hacia la vida.

La realidad es cambiante y existe un vínculo entre los cambios cuantitativos y los cambios cualitativos, donde el cambio cualitativo no es resultado de la causalidad sino que resulta necesariamente del cambio cuantitativo. El cambio de cualidad no es una ilusión, es un hecho objetivo, material, conforme a una ley natural y en consecuencia, es un hecho previsible, por lo que la ciencia investiga cuáles son los cambios de cantidad necesarios para que se produzca un cambio de cualidad.

La Dialéctica, estima que ese vínculo entre cuantitativo y cambio cualitativo es una ley universal de la naturaleza y de la sociedad, donde la Metafísica niega el cambio o si lo admite, lo reduce a la repetición. El universo, resulta así semejante a un péndulo cuyo balance recorre incesantemente el mismo trayecto y, aplicada a la sociedad, tal concepción convierte la historia humana en un ciclo que recomienza siempre, es decir, la repetición eterna.

La Metafísica, es importante para explicar lo nuevo, nos dice Politzer, pero cuando lo nuevo se impone, la metafísica lo interpreta como un capricho de la naturaleza o, como el efecto de un milagro. La Dialéctica en cambio, considera que lo nuevo es un producto de la acumulación gradual de pequeños cambios, en apariencia insignificantes valores cuantitativos y, así es como mediante su propio movimiento, la materia crea lo nuevo.

Por lo general, la descripción o interpretación de una situación o de un objeto cualquiera a partir de los elementos más simples, lo conocemos como “Análisis”, y su finalidad es separarla en sus elementos, para llegar a entenderla. Sin embargo, el Agnosticismo nos dice que los objetos o entes sólo son cognoscibles en su apariencia y no según su esencia, cuestionando la posibilidad de resolver el problema de la verdad, tema propio de la Metafísica. No obstante, la perspectiva de la imposibilidad de conocer la verdad, presupone que tenemos o conocemos esta verdad, ya que de otro modo, jamás sabremos cuando hemos alcanzado la verdad.

El Materialismo, concibe la materia o los procesos materiales como las causas fundamentales de todos los seres y de todos los sucesos de la conciencia y, de que es la materia la única sustancia universal y todas las explicaciones hacen referencia a sus leyes científicas. A pesar de ello, el Mecanicismo no admite más explicación posible de los hechos naturales que la que los considera como movimientos o combinaciones de movimientos de cuerpos en el espacio, sea cual sea o fuere el dominio al que pertenezcan. Empero, el Nihilismo, cuestiona la posibilidad y la utilidad de todo conocimiento, la validez de cualquier verdad o de los mismos valores humanos; en tanto los Nominalistas, opinan que los conceptos generales o los universales, sólo son nombres, únicamente denominaciones de las cosas y no representan nada real.

La Ontología, es la ciencia del Ser o teoría de los conceptos universales del Ser y, plantea la cuestión acerca del Ser en su totalidad. En el Nóus de Anaxágoras, se presenta como el principio rector y ordenador del mundo, ya sea como el alma pensante de Platón o, como la facultad humana de percibir con los sentidos y el entendimiento de Aristóteles, admitiendo los Monistas un único genero de sustancia y, el Panteismo, nos dice que Dios está presente en todas las cosas, hecho que acaba con la idea de una división de Dios y la naturaleza.

Y se da el nombre de Antinomias, a las paradojas que se inician con el uso de la noción lógica y matemática y mientras que el Apeiron es el infinito y lo ilimitado. Anaximandro lo considera el principio y el elemento primordial de todas las cosas y así, el A priori y A Posteriori, son la distinción entre demostración que va desde la causa al efecto y, la que va del efecto a la causa o, la distinción entre los conocimientos asequibles mediante la pura razón y los conocimientos obtenibles mediante la experiencia, así como la distinción entre Tautologías y verdades Empíricas.

Y, se dice que es Axiomática a toda disciplina que logra cierto grado de rigor, y será Axiológica la totalidad de la filosofía de los valores morales. Y como Arquetipo, serán las ideas platónicas en cuanto modelos de las cosas sensibles o con mayor frecuencia, a las ideas existentes en la mente de Dios y, como modelos de las cosas creadas. Y Canon, es el criterio o regla de elección para un campo cualquier del conocimiento o acción, donde el Deísmo reconoce la existencia de Dios creador y origen del mundo, que no obstante no se inmiscuye en el acontecer natural del mundo, ni mediante milagros ni revelaciones. Donde el Determinismo, se entiende a la acción condicional o necesaria de una causa o de un grupo de causas o como la doctrina que reconoce la universalidad del principio causal y que por lo tanto, admite también la determinación necesaria de las acciones humanas, por parte de sus motivos. En tanto que en la Dialéctica, se pueden distinguir significados fundamentales, ya sea como método de la división, cosmológica de lo probable o, como síntesis de los opuestos, donde el Dualismo admite la existencia de sustancias materiales y espirituales y, donde la Duda Metodológica es el cuestionamiento sistemático de los supuestos que no han sido comprobados, con la finalidad de alcanzar la verdad indudable y válida definitivamente. Por su parte, el Eclecticismo consiste en elegir de las doctrinas de los diferentes filósofos, las tesis que más se aprecian, sin cuidarse mucho de la coherencia de estas tesis entre sí ni de su relación con los sistemas de origen.

Empírico, designa la especie de saber que se adquiere en la práctica o sea, en la repetición y la memoria y, se opone a lo racional o a la experiencia pura que no puede ser interpretada ni material ni idealmente; en tanto que la dirección filosófica que apela a la experiencia como criterio de la verdad y caracterizada por negar el Absolutismo de la verdad accesible al hombre, reconoce que toda verdad puede y debe ser puesta a prueba y por lo tanto, eventualmente modificada, corregida o abandonada. Por lo tanto, no se opone a la razón o no la niega, sino dentro de los límites en los que la razón misma pretende establecer verdades necesarias y, sean tales que valgan absolutamente de manera que sea inútil o contradictorio, someterlas a control.

Y entendemos por Entelequia, como la expresión según la cual el Ser lleva en sí mismo el fin de su desarrollo, como la semilla que se encuentra en camino de ser la planta, ya que llevan incorporado el fin de su cumplimiento. Y podemos aplicar el término de Epifenómeno, a la conciencia considerada como un fenómeno secundario que acompaña a los fenómenos corpóreos, pero que es incapaz de obrar sobre ellos.

Y con el Escepticismo, se entiende a la tesis que enuncia que es imposible decidir acerca de la verdad o falsedad de una proposición cualquiera que sea, donde para los Estoicos, el devenir y transcurrir del mundo están predeterminados en el Logos divino y, su ideal consiste en una vida guiada por la razón y que según la naturaleza, se obtiene de pasiones y afectos. Además, con el Estructuralismo, se intenta comprender la función de los elementos de una totalidad comprensiva a partir de su estructura, es decir, la construcción total del sistema; en tanto que con la Etiología, haremos la búsqueda o determinación de las causas de un fenómeno. Y mientras el Existencialismo es la filosofía de la existencia del Ser, se designa a las filosofías que en contraposición con el Esencialismo, presupone la preeminencia del Ser por encima de la esencia, es decir, que primero existe, se encuentra a sí mismo, aparece en el mundo y sólo después, se define.

En tanto que la teoría de los fenómenos conocida como Fenología, se pregunta por los contenidos de la conciencia y de cómo se ofrecen los conceptos al conocimiento o cómo la teoría que atestigua las distintas etapas de las apariciones del espíritu en su ruta hacia el saber puro, pretende alcanzar mediante un análisis de los actos intencionales de la conciencia, conocimientos filosóficos, observando aquello que le viene dado a la mirada que contempla reflexivamente desde la conciencia.

Por su parte, la Filosofía Analítica defiende la idea de que muchos problemas se fundamentan en la impresión y ambigüedad de las expresiones cotidianas y, se intenta sustituir un lenguaje cotidiano insuficiente por un lenguaje ideal, que cumpla con las pretensiones de la lógica formal. Asimismo, el Fisicalismo, ve en el lenguaje el campo de la investigación filosófica para subrayar el carácter físico del lenguaje y para indicar la primicia del lenguaje físico y su capacidad de ser válido como lenguaje universal. Por otro lado, en el Oriente tenemos que el Hen Kai Pan, se utiliza para describir el principio cósmico de la Unidad del Todo y significa que, el universo se despliega del Uno hacia el Todo y se disuelve de nuevo en el Uno, utilizando la Hermenéutica como el arte de la interpretación y del comprender, que busca las reglas de la interpretación de textos y, se convierte en una teoría comprehensiva del comprender. Y su meta es llegar a comprender a un autor mejor de lo que este autor se comprende a sí mismo y, confrontarse con la cuestión acerca de cuál es la interpretación correcta, lo que presupone la comprensión de la totalidad del texto, lo cual a su vez, sólo se puede lograr a partir de lo individual. Y se ve que no existe un comprender sin un saber previo, donde el comprender será la fusión de distintos horizontes, auxiliándonos de la Heurística, que es el arte de la búsqueda, donde una forma disfrazada de Vitalismo, lo tenemos con el Holismo, quien en contra del mecanicismo y en el considerar que los fenómenos biológicos no dependen de las leyes de la física ni de la química, considera más bien como variante de la doctrina de los sistemas Complejos y de su Evolución Emergente.

Según el premio Nobel Wolfgang Pauli: El científico se muestra como un “realista” en tanto que intenta describir un mundo independiente de los actos de la percepción; como un “idealista” en tanto que contempla los conceptos y las teorías como invenciones libres del espíritu humano y no deducibles lógicamente de lo establecido empíricamente; como un “positivista” en tanto que considera que sus conceptos y teorías sólo se justifican en la medida en que proporcionan una representación lógica de las relaciones entre las expresiones sensoriales. Y puede incluso aparecer como un “platónico” o un “pitagórico” en tanto que considera el punto de vista de la sencillez lógica como herramienta indispensable y efectiva de la investigación.

La Dialéctica, no analiza el proceso de desarrollo de los fenómenos como un simple proceso de crecimiento, en que los cambios cuantitativos no se traducen en cambios cualitativos, sino como un proceso en que pasa de los cambios cuantitativos insignificantes y ocultos a los cambios manifiestos, a los cambios radicales y, a los cambios cualitativos en que éstos se producen.

Desde un punto de vista filosófico: La “Emergencia” se ha asociado con el Vitalismo en biología y con la idea del Creacionismo, donde las fuerzas están encaminadas a definirla y, que no entre en conflicto con la ciencia; pero sin que pierda a la vez su capacidad de ampliar el marco estrecho de nuestras concepciones tradicionales.

PROGRESO Y MATERIALISMO

Pensar, de verdad es algo complejo, exigente algo que implica conflicto, así implica negación y compromiso, así que tienes que aprender a ceder, a modificar tus argumentos y a ajustar lo que piensas, incluso si se trata de tus percepciones del mundo; sabiendo perfectamente que las opiniones controvertidas son en ocasiones correctas, hasta el punto de que, algunas veces, todas esas multitudes acabarán aniquiladas si se niegan a escucharlas.

Siempre que tenemos un problema por resolver, debemos plantear las cuestiones muy claramente y, no es cosa fácil dar una respuesta satisfactoria, ya que para lograrlo hay que plantear una teoría, una teoría de la materia, nos dice Georges Politzer. Y es Demócrito, el primero que trató de dar una explicación materialista del mundo. Donde la materia es un conjunto de átomos y si notamos que nuestra mano puesta sobre la mesa recibe una resistencia, es porque la mano recibe pequeñas descargas eléctricas de choques provenientes de los átomos.

Todo esto, los Idealistas lo han rechazado; a lo que los materialistas contestan que la materia es una realidad exterior e independiente del espíritu y que no necesitan del espíritu para existir y, que la realidad objetiva nos es dada en la sensación de nuestros sentidos vitales, por lo que podemos decir que la única propiedad de la materia es la de ser una realidad objetiva y de existir fuera de nuestra conciencia. Pero además, implica que la materia existe en el tiempo y en el espacio y de que está en movimiento.

Los Idealistas, consideran que el tiempo y el espacio nacen del espíritu del hombre, mientras que los Materialistas afirman que el espacio no está en nosotros, sino que nosotros estamos en el espacio y de que el tiempo, es condición para el desarrollo de nuestra vida y, de que la materia existe fuera del pensamiento en el espacio y el tiempo. Y que algo concebido fuera del tiempo es tan absurdo como lo sería fuera del espacio, considerando que existe una realidad independiente de la conciencia y, de que el mundo no necesita de nosotros para existir. Una convicción general existente en la humanidad. Y, que la materia orgánica es un fenómeno posterior a la aparición de la Tierra y de que es fruto de un desarrollo muy prolongado.

El mundo actual es el resultado de un prolongado desarrollo en todos los dominios y de que en el Universo, la materia no puede moverse más que en el espacio y el tiempo y, que la idea de un Dios situado fuera del espacio y el tiempo no puede existir. La mística idealista, no admite ninguna demostración científica para creer que Dios existe fuera del tiempo, es decir que no existe en ningún momento o que existe fuera del espacio, es decir, que no existe en ninguna parte.

ParaEL JARDÍN DE LAS SENDAS QUE SE BIFURCAN

El mundo físico que percibimos en nuestra vida cotidiana parece tener sentido y da la sensación de obedecer leyes naturales fundamentales, donde los objetos se mueven por el espacio y el tiempo, según las leyes del movimiento de Newton, y donde los científicos daban por hecho que el mundo microcópico de los átomos seguía las mismas leyes que el mundo macroscópico y, que ambos podían entenderse de la misma forma.

Pero más allá de ese nivel, parece que el caos se adueña de todo, por lo que si sobrepasamos el nivel molecular, las cosas no se vuelven más mecánicas, sino más ilógicas y misteriosas. Y lo extraño de este mundo, conocido como de la física cuántica, las leyes que tan bien parecen funcionar en el mundo cotidiano se contradicen totalmente en el mundo cuántico, por lo que podríamos estar describiendo dos universos diferentes. Y así, podríamos afirmar que la física cuántica, siempre ha mantenido una relación incómoda con el resto de la ciencia moderna, al menos en lo que al materialismo se refiere.

En el esquema de la ciencia clásica, se descansa en los supuestos básicos de orden y regularidad de la naturaleza; el determinismo, la validez de las leyes, la estabilidad, previsibilidad, lo inmutable del universo y lo permanente más allá de los aparentes cambios. Y debido a esto, desde siglos vienen dominando el paradigma newtoniano y termodinámico, que presentan al universo en un estado de generación o de desintegración. Y donde las nociones absolutas de espacio y tiempo, permitían la expresión de la “reversibilidad” de los fenómenos de manera sencilla. Esta visión en la que el futuro está contenido en el presente y, no hay lugar para la irreversibilidad.

De esta visión idílica, nos dice Jiménez Domínguez, pronto se pasó a una visión menos apacible y, con la termodinámica, aparece como algo fundamental del universo, el desorden, el caos y la irreversibilidad; y se introduce una flecha en la dirección en que transcurre el tiempo y la mayor parte de las situaciones reales, son irreversibles; y al introducirse la noción de sistemas abiertos, se da lo que constituye los fenómenos de los sistemas termodinámicos reales. Y es la existencia de fluctuaciones que son descritas por procesos que se bifurcan y la aparición de estados en un sistema que pueden ser totalmente distintos de los que se tendrían en caso de no existir estas fluctuaciones y, que ha dado lugar a la prevalencia de los sistemas no lineales en el mundo real.

Donde la aleatoriedad desempeña un papel importante y se acepta que es inherente a la realidad, por lo que la física clásica crea un mundo incompleto y ajeno a la experiencia humana. Y ahora surge un nuevo paradigma del “Universo creativo” de los procesos físicos, donde la teoría de la Autoorganización, es la base del nuevo paradigma. Subrayando aquí los aspectos colectivos, cooperativos y organizativos de la naturaleza, donde su perspectiva es sintética y holista antes que analítica y reduccionista. Donde el Fractal, es una figura geométrica surgida de las consecuencias de la teoría del caos. Se trata de una geometría que se parece a las formas naturales y se caracteriza por su invariancia de escala, es decir, que puede encontrarse siempre la forma global en el detalle.

Métodos más convencionales, fundamentados en la investigación experimental, se han utilizado con el fin de conciliar las flechas del tiempo que representan la entropía y la evolución y, donde la Autoorganización, puede constituir el germen de una explicación completa del origen de la vida y de otros fenómenos complejos y que para Paul Halpen, vivimos en estos sistemas que son islas de orden en un universo caótico, en plena desintegración.

La teoría de la autoorganización y la de caos, se a aplicado a los sistemas naturales; y tratamos de aprender cómo el orden puede surgir del azar en diversas circunstancias. Y con el descubrimiento del orden entre los flujos turbulentos y del porqué ciertas poblaciones de los ecosistemas crecen y otras se extinguen, mientras otras tienden a oscilar.

Los físicos se han interesado poco por los desarrollos de las otras ciencias y afortunadamente, en la actualidad existe mucho más cooperación entre las ciencias, considerando además de que la plena comprensión de la complejidad era imposible antes de la edad de la informática y el lema a seguir era la de “Simplificar”. Actualmente, buscamos formular teorías que expliquen porqué el tiempo intrascendente, puede utilizarse en algunos casos, mientras en otros se debe recurrir al tiempo unidireccional y entrópico.

El primer planteamiento tradicional, para entender un fenómeno físico, se da cuando estudiamos un solo objeto o dos. Newton, a fuerza de limitarse a ejemplos sencillos, descubrió la forma de la gravedad, descrita por la ley cuadrática inversa, que también se ha utilizado este mismo enfoque para comprender los fenómenos eléctricos y magnéticos.

El segundo método tradicional, de crear modelos físicos, consiste en estudiar una amplia gama de objetos y luego en buscar relaciones estadísticas. Y con este método, se ha llegado a comprender las leyes de la termodinámica, haciendo lo que conocemos como Mecánica Estadística, para comprender las propiedades de grandes comunidades.

Con un objeto o dos, vemos una reversibilidad newtoniana; pero si analizamos un conjunto infinito de objetos en equilibrio, vemos la irreversibilidad termodinámica. Los ordenadores han resultado ser de un valor inestimable para la ciencia contemporánea, donde la idea de progreso es relativamente nueva. Y la plena comprensión de los sistemas complejos, que antes de la edad de la informática la idea era de simplificar todo, naciendo así la Especialización junto a la Revolución Industrial; pero con los ordenadores podemos por primera vez analizar “Los Sistemas Complejos No Lineales”, con el resultado de que pueden desarrollarse modelos más sofisticados. Pero a la vez, hemos venido asistiendo a un interés mayor por un enfoque Holista.

Los físicos, por mucho tiempo han venido utilizando un método algorítmico para resolver los problemas; un método rígido que implica cálculos realizados paso a paso, para obtener una solución asociada a un planteamiento totalmente determinista, donde dada una serie de condiciones iniciales, se pueden calcular los valores futuros de una función que se ajuste a los datos experimentales.

Y la visión holista, se interesa más por observar los “Patrones” de gran escala, antes que la de computar de forma sistemática los valores de los detalles de ciertas estructuras organizadas. Y sólo este enfoque holista que hiciera incapié en el reconocimiento de patrones, puede emplearse para obtener respuestas reales.

Si unimos la idea del progreso evolutivo a un enfoque holista de la naturaleza y luego, añadimos el interés interdisciplinario, comprenderemos fácilmente cómo ha surgido “Un nuevo paradigma”. Donde, en el holísmo, la totalidad es mucho “Mayor que la Suma de sus Partes”, conocido como el principio de “Autoorganización”, fruto proveniente de la reunión de todos los campos de la ciencia, propiciando un concepto fundamentalmente progresivo de la naturaleza, lo que nos ha permitido comprender cómo surge “El orden a partir del Caos”.

Jiménez, nos dice que entre los conceptos novedosos incorporados a las ciencias de la complejidad, “La Autoorganización” describe la tendencia constante, natural y espontánea de un sistema, para generar por sí mismo patrones de comportamiento global, a partir de las interacciones entre sus partes constitutivas y, entre éstas y su entorno. El resultado es el sistema unitario y no hay diferencia entre el “Ser y el Hacer”, pues el productor es el producto.

La ciencia clásica por su parte, nada sabe de la realidad que se encuentra detrás de las lecturas o, medidas que obtiene.

Desgraciadamente es imposible conocer con una precisión completa, de ningún parámetro natural, ya que siempre existe cierto grado de incertidumbre con respecto a su valor; ya que además, “Un conocimiento del Pasado no garantiza un conocimiento del futuro, a menos que el pasado se conozca perfectamente”. Y, cualquier fluctuación pequeña puede llevar a resultados aleatorios e imprevisibles. Dichos sistemas, exhiben la característica del “Caos Determinista”, donde ecuaciones sencillas pueden llevar a una “Complejidad Asombrosa”.

La física cuántica, proyecta la duda sobre la existencia de la materia y asimismo, sugiere que la materia no existe de la forma habitual y de que a un nivel microscópico, la materia en lugar de ser una entidad dura y sólida, una partícula de materia es un remolino de energía, reemplazando la concepción determinista de Newton por una indefinida y paradójica conjunción de ondas y partículas, gobernados por las leyes del azar, en lugar de las rígidas leyes de la causalidad. Con lo que la materia sólida, es reemplazada por sobrenaturales excitaciones y vibraciones de un invisible campo de energías.

Se han encontrado sistemas físicos, tipificados por ecuaciones, que muestran dependencias sensibles a las condiciones iniciales. Y se dice que dichos sistemas exhiben la característica del “Caos Determinista”, en la que ecuaciones sencillas pueden conducir a asombrosas complejidades. La cuestión, nos dice Halpen, es que la teoría del Caos, parece representar el azar y la turbulencia; pero es difícil utilizarla para describir la desorganización. Y lo interesante, es que muchos sistemas caóticos muestran una gran regularidad. Los sistemas conocidos como “Atractores Extraños”, entes que exhiben una mescla de “Caos” y “Deformación de Patrones” de conducta, en el que aparece un grado asombroso de regularidad y la figura geométrica que emerge, es una estructura conocida como “Fractal”.

La moraleja de la teoría del caos es, que incluso grupos sencillos de ecuaciones dan resultados aparentemente aleatorios, que pueden exhibir patrones intrincados. Patrones que son sorprendentemente universales e independientes de las ecuaciones específicas que se escojan. Y lo que tiene implicaciones importantes en la investigación del origen de las estructuras organizadas y, donde una clase entera de ecuaciones nos podrían conducir al mismo tipo de organización.

Y en vez de intentar buscar una ecuación específica para representar una serie de datos, es más significativo investigar el método general mediante el cual, unos patrones surgen a partir del azar; donde la “Autoorganización” es la aparición imprevisible de una estructura de resultados, esencialmente aleatorios y, de que es totalmente independientes de las leyes naturales y surgen propiedades poco conocidas en matemáticas.

Así, Feigenbaum descubrió que muchas de estas ecuaciones pueden dar resultados tanto sencillos como caóticos, según el valor de un parámetro en las ecuaciones; donde se puede pasar de una serie regular de resultados a una caótica. Y lo interesante es que el ritmo con que se pasa de la sencillez al caos, es en gran medida independiente de las propias ecuaciones, encontrando así “Constantes Universales” que miden este ritmo.

Sabemos que los teóricos que estudian los sistemas caóticos pertenecen a disciplinas diferentes y, antes de interesarse en las propiedades particulares, se interesan en los rasgos universales, esperando poder aplicar esta universalidad a los fenómenos naturales. Y se dice que este enfoque holista la utiliza nuestro cerebro para distinguir una pintura de un genio, de conjuntos aleatorios de puntos.

Y al respecto, Paul Halpen nos dice que con esto la autoorganización puede conducirnos a una flecha optimista del tiempo, que a pesar de la segunda ley de la termodinámica y de que si unos patrones pueden surgir del azar, también es posible imaginar un mecanismo mediante el cual una estructura organizada, como el ADN y el cerebro humano, puedan derivar de unos encuentros aparentemente aleatorios.

Así lo dice Alo que Gleick: “De una forma u otra, y después de todo, conforme el universo retrocede hacia su equilibrio definitivo en el baño de la entropía máxima, consigue crear “Estructuras Interesantes” y así la “Autoorganización” se ha constituido en la base de un nuevo paradigma. Ahora vemos surgir un nuevo paradigma del “Universo Creativo”, que reconoce el carácter progresivo e innovador y subraya los aspectos “Colectivos”, cooperativos y organizativos de la naturaleza, con perspectiva Sintética y Holista, antes que analítica y reduccionista.

Los modelos de la “red neuronal”, no consideran los procesos lineales y algorítmicos, ya que los procesos mentales deben de producirse de una forma diferente, probablemente por un método holista similar a la formación de la complejidad en los sistemas caóticos. Un autómata celular, es una rejilla de células en el que cada célula puede asumir uno de un conjunto determinado de valores y, se actualiza en intervalos regulares, dependiendo de sus valores y el de sus vecinas. Y han venido utilizándose para construir modelos de diversos sistemas físicos, químicos y biológicos y, lo que los hace interesantes, es su tendencia a formar diseños, que surgen de forma espontánea, constituyendo un ejemplo fascinante del comportamiento de autoorganización.

La gran decisión de la teoría del caos: la incertidumbre no está ligada a la complejidad. La multiplicidad de los factores y las causas, no es la única fuente de azar, también se puede fabricar con mecanismos muy simples. Estos mecanismos pueden ser físicos o intelectuales, como ciertos modelos matemáticos y, cada uno a su manera son simples, es decir, sólo incluyen un pequeño número de factores que generan el azar por sí mismos, sin recurrir a fuentes externas, que tienen un nombre en común, la de ser “sistemas caóticos”, lo que encierra la “paradoja”.

¿Por qué resulta la incertidumbre a partir de la nada? Donde conocemos el funcionamiento del sistema y, el de qué factores depende y, de que no hay intervención exterior, sus transformaciones no deberían causar sorpresas. ¿Dónde está pues el azar? Nos pregunta Ivar Ekeland. Y si los arreglos iniciales son los mismos, las sucesiones también lo deben de ser. Sin embargo, no es lo que observamos, por lo que si hacemos un experimento dos veces seguidas, por más que ajustemos los arreglos iniciales, no obtendremos los mismos resultados y, a partir de cierto momento, se produce una ruptura. Y es la teoría del caos la que estudia como sucede esto y, de cómo adquieren estos mecanismos a lo largo de sus movimientos, una libertad de la cual no se goza en un principio.

La respuesta se encuentra, según Ivar, en el margen tenue que separa el cero matemático del casi nada y, la exactitud absoluta de la mejor aproximación. Margen infinitamente pequeño y reductible, pero vamos a ver que los sistemas caóticos juegan el papel de microscopio y se amplifica a las dimensiones del universo. Donde la Autoconsistencia, es una propiedad de una red dinámica de sucesos o eventos interrelacionados, cuya consistencia global determina la estructura de la totalidad de la red y, se refiere más a las relaciones entre los elementos de una red que a los elementos mismos.

La Autosemejanza o Fractabilidad, nos dice Jiménez Domínguez, es la repetición a diferentes escalas de un mismo patrón, pauta o comportamiento y, al alcanzarse un punto crítico, aparecen estructuras fractales que presentan el mismo aspecto a diferentes escalas. Y aunque no tiendan a infinito, la distancia entre dos puntos tiende a ser infinita o de dimensión no entera. Y a medida que nos aproximamos a ellos y, cuanto más precisa o cercana es nuestra visión, más borrosidad se tiene.

La Conectividad, es la capacidad de las partes de un sistema complejo para afectarse mutuamente, a pesar de que no tengan conexión directa entre sí y exista una pauta en el sistema que todo lo conecta. Ya sea que se trate de relaciones locales o no locales y, de que gracias a la conectividad, la metáfora sustituye a la lógica formal. Donde la Correlación, sustituye la noción usual de causalidad, por una figura más compleja, donde efectos y causas están entretejidos y donde no existe necesariamente la linealidad, ni unicidad de causa y, el tiempo no fluye de forma lineal y uniforme, como por lo general lo percibimos.

Un sistema caótico, es un mecanismo de agrandamiento, donde el paso del tiempo revela detalles cada vez más finos y que permiten penetrar más profundamente en la imagen. Una desviación de un átomo, amplifica suficientes veces y pueden volverse considerables. Y así, obtenemos fenómenos macroscópicos que se atribuirán al azar, porque sus causas son imperceptibles. Y lo que al principio era solamente una desviación microscópica imposible de prever, termina por producir un desastre. Así en un dado, una diferencia mínima en la manera de lanzarlo se amplificará a lo largo de sus rebotes, tanto que el resultado final es imprevisible.

La teoría del Caos, se ocupa de reconocer la naturaleza del azar que se encuentra en ciertos fenómenos físicos, químicos, biológicos, económicos o sociales. Donde a menudo se estudian sistemas existentes, para determinar si puede haber en ellos un componente caótico que haya escapado a nuestra observación y que por lo general, se presentan en la mecánica celeste y la meteorología.

La trayectoria de la Tierra resulta de la suma de varios movimientos que se llevan a cabo a escalas de tiempo diferentes. Y si estuviéramos solos en el sistema solar, su órbita sería perfectamente elíptica y, si la Luna no existiera, la inclinación de la Tierra que actualmente es de 23 grados, se volvería caótica y podría pasar de cero grados a 60 grados. Y el sistema solar es estable y regular a una escala de un millón de años, pero a la escala de cien millones años, es caótico. Y los mismos matemáticos como Poíncare y Kolmogorov, aceptan que el caos forma parte integrante de la mecánica celeste.

La imagen del universo de la mecánica clásica, es la de un reloj cuyo movimiento se desajusta poco a poco y, el relojero debe intervenir de vez en cuando para ponerlo a la hora. Pero con Poincaré y Kolmogorov, se acepta que el caos forma parte integrante de la mecánica celeste y de que el sistema solar puede ser inestable. En cambio, la Tierra es un sistema muy complejo, en el que los fenómenos físicos, biológicos y sociales, no pueden disociarse y, el clima parece depender de un número inmenso de factores, donde todas las variables están ligadas por relaciones físicas que se traducen en ecuaciones matemáticas. Y donde las ecuaciones de Navier-Stokes, registran los fluidos comprensibles como el aire o no compresibles, como el agua entre otros.

Pero, sería erróneo atribuir las dificultades para pronosticar el clima exclusivamente por la multiplicidad de variables y a la complejidad de las ecuaciones, ya que Edward Lorenz, desarrolló un modelo que sólo dependía de doce variables y resultaba igual de imprevisible que el modelo completo. Y constatar que su modelo, aunque reducido era plausible y, de que el azar no estaba ligado a la multiplicidad de los factores ni a la diversidad de las causas, ya que el clima en ambos casos, seguía siendo imprevisible y que las mismas condiciones iniciales, dan lugar a evoluciones completamente diferentes.

Lorenz, constató para su gran sorpresa, que lejos de reproducir el patrón de los primeros resultados, las segundas partes de la serie no tardan en apartarse de las primeras y al cabo de un tiempo, ya no tienen nada en común. Y todo sucedía como si las matemáticas hubieran cambiado totalmente, con lo que Lorenz reconoció en acción, un sistema caótico. Y ya en la actualidad, se reconoce que la meteorología es un sistema caótico y de que ésta, es la razón principal por la cual las predicciones a largo plazo resultan imposibles. Lo que significa que una pequeña perturbación, si se duplica en dos días, significa que a diez días se verá amplificada por un factor de 1000 y, por mil millones en un mes. Y que para que un pronóstico de uno o dos meses, haría falta conocer todos los batidos de las alas de todas las mariposas del planeta, según Ivar Ekerland.

Podemos decir que en meteorología, las observaciones no son lo bastante precisas ni ajustadas y por eso, todo parece ser causa del azar; y así encontramos que una causa mínima imperceptible para el observador, da efectos considerables que a veces asumen proporciones de desastres.

Lo que percibimos cuando las cosas se derrumban, ya no es el mismo escenario ni tiene los mismos parámetros del orden habitable; es el caos, que se mantiene permanentemente al acecho tras los endebles contornos de nuestra seguridad. Y a partir de ese caos, se extrajo el orden al principio de los tiempos. A partir del caos, emergió originalmente cualquier tipo de estabilidad que hayamos tenido y es lo que vemos cuando las cosas se derrumban, incluso cuando se derrumban si no podemos verlo de verdad. Se trata de la repentina manifestación proveniente de un lugar desconocido, de un fenómeno previamente desconocido.

LA SINFONÍA INACABADA DEL UNIVERSO

Erwin Schodinger, explica que la vida difiere de otros procesos físicos y que obedece a la ley de la entropía, pero mantiene importantes depósitos de orden entre el caos generalizado de su entorno y se vuelve entropía negativa. Y así, la vida acaba por alcanzar un estado de entropía máxima, que significa la muerte. Y lo que organiza la vida, son los “cromosomas” estructurales aperiódicos, protegidos contra los procesos que provocan un aumento de Entropía y el daño causado por el medio ambiente. Eso que suele provocar cambios importantes en la composición de éstos y la vida consigue mantener estados de complejidad durante mucho tiempo.

Lo que significa algo realmente extraordinario: que los constituyentes químicos del ADN protegen contra los estragos del medio ambiente y ayudan a retrasar los procesos que aumentan la entropía. Y así, hay dos ingredientes esenciales para sostener la vida: uno de ellos son los alimentos y el otro, es la organización.

El ADN es un auténtico milagro y, el que haya podido evolucionar con una estructura tan intrincada y de que además, es difícil imaginar que una molécula tan compleja haya podido formarse por el puro azar. Por eso, tendríamos que revisar nuestra idea de que la evolución se produce por casualidad, donde el nuevo planteamiento teológico evolucionista es creer que Dios programó la evolución y que según Teilhard de Chardin, la meta final de la civilización es la organización a gran escala de la humanidad, donde el espíritu de la inteligencia podría sobrevivir y en este caso, el “Punto Omega”, sería un tiempo de armonía universal. Asimismo, mencionando que existe un progreso dentro de nosotros y en nuestro derredor y, una intensificación continúa de la conciencia en el universo.

Koestler, propone una visión optimista de la entropía, al decirnos que la visión de conjunto de la evolución biológica y mental revela cómo las fuerzas creativas, en toda la línea, van encaminadas hacia una realización final del potencial de la mente y la materia viva y, es una tendencia universal hacia el desarrollo espontáneo de una mayor heterogeneidad y complejidad.

Podemos pensar que las confusiones surgen de la limitación a que nos hemos sometido, al ceñirnos a las consideraciones de forma, estructura y geometría, privando de este modo su contenido esencial y por la función a que está destinado a cumplir. La estructura de un ser vivo resulta de un proceso totalmente diferente en cuanto a que no debe casi nada a la acción de las fuerzas exteriores y en cambio, lo debe todo, desde la forma general al menor detalle, a interacciones “morfogenéticas” internas.

Una estructura de determinismo autónomo, preciso, riguroso; implicando una libertad casi total con respecto a los agentes o condiciones externas, capaces de trastornar este desarrollo, pero incapaces de dirigirlo o de imponer al objeto viviente su organización. Pero por el carácter autónomo y espontáneo de los procesos morfogenéticos que construyen la estructura macroscópica de los seres vivos, éstos se distinguen de la mayoría de los objetos naturales, en los que la morfología macroscópica resulta en gran parte de la acción de agentes externos.

Por este criterio, tan sólo los cristales serían clasificados junto a los seres vivos, en tanto que los configurados por agentes externos constituyen otra clase de sistema. Si por éste, así como por el de la regularidad y la de repetición, se agrupan las estructuras cristalinas y la de los seres vivos, deberíamos preguntarnos si las fuerzas internas que confieren la estructura macroscópica a los seres vivos, no serían la misma que las interacciones microscópicas responsables de las morfologías cristalinas, según Jacques Monod.

Buscamos definir con criterios absolutamente generales las propiedades macroscópicas que diferencian los seres vivos de todos los demás objetos del universo.

La Sincronicidad, es un tema que puede llevarnos muy lejos, dada la profundidad de su radicalidad conceptual y nos reclama una reflexión nueva y ampliada. En cierto modo, todavía más intelectual y científicamente escandalosa, donde manteniendo rigurosamente los métodos de análisis de la sincronía, tenemos que el “azar” interviene en los fenómenos físicos, mientras que la “Intencionalidad” o “finalidad” se manifiesta en momentos en que la psique está expectante y tiene sentido en ese preciso instante. Y está claro que de un instante a otro se da un salto o se da un tercer término, que establece la relación y se encuentra y se extrae un cierto sentido al fenómeno dado, lo que no significa que renunciemos a la racionalidad y entremos en el campo de los milagros. Donde la idea de “acontecimiento” designa un hecho “Singular”, que es la producción de un fenómeno que no podría ser reproducida voluntariamente.

La sincrónicidad, se trata de dos acontecimientos sin ninguna relación entre sí, según la causalidad y que por lo tanto, al ocurrir simultáneamente adquiere sentido para la persona que es afectada. Son acontecimientos que tienen su causa en el psiquismo del observador, es decir de su inconsciente. Y analizando cualquier fenómeno de sincronicidad, cada uno de sus elementos concierne siempre a una “serie causal” determinada, que no tiene ningún punto en común con todos los demás, lo que nos obliga a entrar en la “Acausalidad”, palabra utilizada para designar al “Azar”, y también de “Finalidad”, lo que significa que responde a una meta del inconsciente, sin que éste haya podido provocarla.

Es la simultaneidad de los fenómenos, la unidad temporal de dos manifestaciones independientes, lo que constituye un acontecimiento y sacude el inconsciente.

Si consideramos que la sincronía es casualidad o suerte, entonces podría ser buena o mala, dependiendo de nuestra actitud mental. Y si admitimos que la sincronía existe, entonces tenemos que aceptar que la vida tiene un propósito en la Tierra. Y si ocurre un suceso y coincide con otro suceso, en ese momento tenemos una opción, la de restarle importancia a ambos sucesos o ver si está surgiendo un patrón de manifestación y en confiar en que éste sea de utilidad. Y tal vez así veamos que un suceso tiende a llevarnos a otro suceso y, entramos a un flujo que no es perceptible para quienes más dudan y de cómo el ego no cree que algo sea más importante, que el sí mismo. Y lo que representa, una crisis para el mismo ego.

Al ser la sincronicidad un concepto muy complejo, se recurre a metáforas extraídas de las ciencias de la complejidad y de la teoría del caos, a fin de generar hipótesis de comprensión. Y teniendo en cuenta la noción de caos creador, cuyo término es el que sostiene la sincronicidad relacional y que es en cierto modo esa abertura y esa extensión espontánea hacia el otro, que permite oxigenar el alma cuando el enojo tiende a instalarse en nuestra vida, opina Jean Vézima. Observando que en el lugar donde habitamos, está inscrito frecuentemente lo que somos y lo que podemos llegar a ser. Y a veces nos enfrentamos a encuentros que nos superan, nos perturban y nos incitan a revisar nuestra concepción del mundo.

Pero una vez que vemos como funcionan y a medida que las personas viven la vida en el flujo de la sincronía, nuestras sincronizaciones parecen estar abiertas a nosotros todo el tiempo, nos dice Allan Hunter. Y el hecho de que durante tanto tiempo, tantas obras literarias y descubrimientos científicos hayan abordado los mismos temas y lo hayan hecho en la misma forma, es prueba convincente de su existencia; y en cada caso, los protagonistas tuvieron que luchar contra el ego para alinearse con la sincronía, lo cual ofrece abundante y convincente evidencia de ser un concepto central en la psique humana y, que todos compartimos, llamado “El Inconsciente Colectivo” por Carl Jung. Proceso que sólo puede ser percibido a través de la metáfora y, el don que esta experiencia nos ofrece, es que nos permite vivir con más plenitud en la dimensión mítica de la vida.

Situación que plantea algunas preguntas importantes: ¿Es el destino quien resuelve nuestros problemas? O entonces ¿Por qué resuelve algunos y otros no? Responder podría significar que tenemos que pensar en formas nuevas sobre nuestra experiencia y también reflexionar sobre una idea varias veces antes de poder sentir su significado. Cuando vemos estos sucesos que por sí mismos es difícil entenderlos, pero que a menudo podemos descubrir un patrón de manifestación subyacente, necesitamos prestar atención al patrón mismo de impulsos pequeños y grandes que recibimos de la causalidad, de la suerte y del destino. Y si tomamos conciencia de lo que nos está pasando, veremos según Hunter, que la sincronía nos está llamando y tal vez tengamos que responder a su llamado.

Con frecuencia, la Sincronía se ha explicado como casualidad, coincidencia y suerte; sin embargo, para muchas personas, estos sucesos aparentemente fortuitos han sido significativos y han elegido actuar guiados por sus intuiciones. Pero el problema es cómo distinguir la diferencia entre los indicios que nos ofrece el universo y las trampas de nuestro propio ego, pero según Hunter, la clave está en hacer las preguntas correctas.

Pero a la vez, personas como Kurt Vonnegut, nos dice que uno se volvería loco si tomara esas coincidencias demasiado en serio. Y que para creer en la sincronía, tendríamos que aceptar que existe una energía en el universo que tiene un plan para usarnos con el propósito de beneficiar a nuestro mundo. Y, estar preparados para darnos cuenta del momento en que esta energía nos presta ayuda y, estar alerta a las muchas formas y manifestaciones en que puede actuar.

Carl Jung, proporcionó el concepto de Sincrónicidad, para ofrecer a los fenómenos observados en su clínica del inconsciente, un marco de referencia adecuado. Es el desplazamiento de la filosofía, nos dice François Vezina, definidos como la simultaneidad de los fenómenos y la unidad temporal de dos manifestaciones independientes, lo que constituye un acontecimiento que impresiona y sacude nuestro inconsciente. Aquello que los Presocráticos llamaban “Kairos” que significa “el momento propicio u oportuno”, que designa el fluir de todas las cosas en que se desarrolla nuestra vida, el momento particular donde una acción era bien recibida, al percibir su eficacia, se descubría su sentido y se esperaba su resultado.

Lo que supone una discontinuidad en el tiempo, que se opone al tiempo continuo. Es un tema que reclama una reflexión nueva y ampliada.

Carl Jung, sugiere que cuando estamos en un camino que se relaciona con lo más autentico que hay en nuestro interior, tenemos acceso a las energías del Inconsciente Colectivo; la sabiduría profunda que existe en la raza humana y que nos guía y, si dejáramos de ser puramente racionales y seguir las intuiciones que se manifiestan para guiarnos, según Hunter, para entrar al flujo de la sincronía, necesitamos sobre todo en aceptar en que existe dicha energía en el Universo y que tiene un plan para nosotros.

¿Cómo pueden explicarse esos momentos en que todo se unifica y, las cosas suceden exactamente como las necesitamos? ¿Existe alguna forma en que podamos influir en esas circunstancias y de que ésta tiene que ver con el pensamiento positivo? Y Chopra, explica que el Vedanta significa “Ritmo y Orden del Universo” o sea, una persona cuya mente está saturada con el ritmo del Cosmos, donde las fuerzas que hay en ti y las fuerzas del Cosmos, están en una alineación perfecta y donde una intención pequeña y sutil, logra su propia plenitud. Y que para entrar a este ámbito de la Sincronía, se requiere que estemos alineados con las energías del Cosmos, donde si sabemos qué trampas puede ponernos nuestra mente, podremos evitarlas con más facilidad y, cuando veamos los errores que todos cometemos, tendremos la oportunidad de incrementar nuestra compasión.

Ya que al percibir nuestra propia codicia y anhelos, estaremos más abiertos y seremos más generosos con aquellos que son presa de la codicia y los anhelos, ya que al ser testigos de nuestro desagrado por otros, puede hacernos regresar al amor y llevarnos a quienes están atrapados en el lugar del odio.

El hecho es que cuando nos damos la oportunidad de estar en el flujo creativo, todos nos volvemos más humanos, más compasivos, menos egocéntricos y más amorosos y al mismo tiempo nos volvemos más humildes, porque nos sentimos inspirados sabiendo que somos parte de esto. Donde el fractal, es una figura geométrica de escala invariante, en la que se puede encontrar el mismo motivo en sus detalles y en su totalidad y que está en el meollo de la visión sincronística del mundo. Y de igual modo, los motivos que se crean a lo largo de nuestra vida, constituyen nuestros temas de vida que se activan durante un encuentro conmocionante. Y según Milan Kundera, no descansa sino es sobre algunos motivos manifestados y vueltos a manifestar indefinidamente y que se complica con el paso del tiempo, como un fractal.

La obra de nuestra vida es un boceto que nunca llegará a realizarse por completo. Nos vemos constantemente conminados a elegir y siempre nos será imposible verificar si hemos hecho la elección correcta y, no podemos efectivamente saber dónde nos habrían conducido los senderos no elegidos; y al pensar en todas las elecciones que tenemos que tomar en la vida cotidiana consciente o inconscientemente, puede invadirnos cierto vértigo.

La conciencia humana, es un prodigio y la ciencia, trata de reforzar la visión estrecha y reduccionista sobre nuestra conciencia e intenta convencernos de la irrealidad de las cosas e incluso, de aquello persistente en nuestra experiencia que no puede explicar, entre ellas las coincidencias significativas. Y lo que es más importante, que la ciencia reduccionista niega la experiencia humana universal, de que la vida tiene un sentido.

A veces, las cosas salen cual pareciera que la vida no tiene sentido, pero otras sí parece tenerlo; y es posible que experimentemos un sentimiento agudo de la precariedad de la vida y de lo fácil que habría sido que todo fuera diferente, de no ser por un suave empujoncito, casi imperceptible. De forma similar, podemos considerar que una coincidencia no es más que una confluencia fortuita de acontecimientos relacionados, pero que a veces, en el fondo, intuimos que una coincidencia no es en absoluto fruto de la casualidad. Y en ocasiones, en esas coincidencias, creemos ver un patrón de manifestación profundo, cuyo significado queda oculto tras la maraña de la experiencia cotidiana y de que justo, cuando se ha perdido toda esperanza, encuentran la felicidad al otro lado de la desesperación y que a menudo, la experiencia del amor, es la que nos hace pensar en el destino.

Jung, elaboró el concepto de la sincronicidad a partir de la noción del inconsciente colectivo, definido como un campo matricial de los posibles, heredado de la lenta historia de las experiencias de la raza humana. Un campo que ejercería su influencia y se situaría fuera del tiempo y del espacio. Ese campo atraería, por medio de sus atractores que son los arquetipos, nuestras percepciones y emociones y, nos incitarían a movilizarse en una determinada dirección. De ese modo, la humanidad posee, por medio de sus arquetipos, los temas simbólicos que se repiten y se labran en el transcurso de la historia.

En ese campo de los posibles, en que está el inconsciente colectivo, los arquetipos son algo así como atractores vinculados a las experiencias colectivas y, que no se perciben directamente, de modo que es imposible percibir netamente un arquetipo. Jung recurrió al concepto alquímico del Unus Mundus o Mundo Uno, para ilustrar cómo la esfera psíquica coincide con la física. Y de este modo, en lo más profundo del inconsciente colectivo, cuando se perturba lo afectivo o sentimental y el espíritu, materia, tiempo y espacio no están separados, es así que el sujeto que experimente una sincronicidad entraría en contacto con la dimensión del Uno Mundus. E igualmente coinciden con los recientes descubrimientos de la física cuántica, en la gran unicidad dada en la naturaleza, donde las propiedades de no separabilidad y no localidad o generalidad de la materia ya demostradas en física, donde microscópicamente se ha constatado la interacción existente entre las partículas y la totalidad, donde todo parece vinculado a todo, como si la materia y el espíritu formaran un solo árbol. Y así, la sincronicidad sería un momento clave desde donde se experimenta el hecho de una paradoja, la de ser Todo y Uno a la vez, según J. F. Vezina.

Según David Bohm, existiría así un orden oculto, implícito, unificado que se manifestaría siguiendo cierto patrón o esquema y que se manifestarían con las formas que percibimos de la realidad. Comprende un esquema que trasciende el tiempo y el espacio, un orden subyacente, donde todo está unificado y contenido en el germen del Unus Mundus, fenómeno que se repite en los fractales o en el holograma y que contienen en la totalidad toda la imagen y, podemos ver la totalidad de la imagen en cada una de las partes. Y el Yo, sería como una ola en el océano de la realidad, cuando la sincronicidad teje un vínculo más estrecho entre el orden implícito y la realidad manifiesta.

Según Sheldrake, existe un conocimiento colectivo a un nivel inconsciente, que está en la base de la sincronicidad. Vezina, utiliza la teoría del caos y la complejidad, con el objeto de comprender el funcionamiento de la sincronicidad, donde la coincidencia es de tipo acausal y señala las transformaciones de la persona. Y de ahí el valor simbólico de la sincronicidad y que se produce generalmente cuando las personas se encuentran en una situación caótica o de bloqueo. Se dice que en casos como el enamoramiento, las fronteras del Yo se disipan y el “exterior, se mezcla con el interior y viceversa”.

Estamos abiertos al amor, como lo estamos a los cambios y a la sincronicidad. La sincronicidad es un acto de creación y una transformación; por lo que si tenemos períodos de incertidumbre y nos encontramos bloqueados, estaremos predispuestos a vivir una sincronicidad, que hace de vínculo entre el consciente y el inconsciente e interviene de manera caótica, para permitirnos ensanchar nuestra visión del mundo.

Se dice que Jung, creador del concepto de sincronicidad, jamás afirmó que no existiera el azar. Sin embargo, con el concepto de arquetipo, nuestra vida se desarrolla como los copos de la nieve, con su interior igual que la vida, que está repleto de variaciones aleatorias y de este modo, la vida y los encuentros que salpican la existencia, son una mezcla de orden y caos, de juego y determinismo.

El azar, se mide por su grado de improbabilidad que proviene de la ignorancia o ausencia de sus causas. El azar es necesario en la vida y, es una estrategia eficaz para hacer surgir, de manera creativa, un nuevo orden en la naturaleza y que busca naturalmente encontrar el equilibrio. Donde para el ser humano, el reencontrar el equilibrio buscando una razón en los sucesos fortuitos, Pasteur nos decía que el azar no favorece más que a los espíritus bien preparados. Sin el caos de lo imprevisible, no hay punto de equilibrio.

En el interior de las redes, existen los atajos, conocidos como principio de organización fractal, que se da en la circulación de la sangre en nuestro cuerpo, la propagación de un virus o la manera en que un rumor se difunde entre la gente. El espacio de libertad que tenemos para la realización de nuestro destino, está vinculado a la conciencia, donde aquello que uno no quiere saber de sí mismo, acaba siempre llegando del exterior y tomando forma de destino; y así la sincronicidad delimita el azar, en corredores que facilitan la búsqueda de sentido en nuestra vida. Sin embargo, para Vezina, el sentido no puede existir si no existe también la falta de sentido y que, al querer buscar orden y sentido sólo en la racionalidad, nos limitemos y nos privemos de creatividad, donde el orden se encuentra en el espíritu de los hombres y no en la naturaleza. Y es necesario aprender a tolerar la incertidumbre y dejarse llevar por los misterios de lo improbable.

La ciencia, utiliza cada vez más representaciones fractales para identificar esquemas de organización de sistemas biológicos complejos y de ciertas reacciones bioquímicas del cerebro, que pueden llegar a adoptar formas creadas de la geometría fractal. Schopenhauer, elaboró la hipótesis de una necesidad más allá del azar, que adquiere para nosotros la forma de un poder vinculando todas las cosas. Pauli, por su parte, tenía la esperanza de que con los nuevos descubrimientos concernientes a las partículas, la ciencia se abriría cada vez más la posibilidad del sentido, como factor determinante.

La naturaleza tiende al desorden, eso es el principio de la Segunda Ley de la Termodinámica; es decir, la entropía creciente. Para entender cómo surge el orden del caos, las estructuras disipativas son estructuras que mantienen su organización gracias a su abertura hacia el medio ambiente y, de que la materia puede organizarse espontáneamente cuando las partes entran en interacción. Todo el mundo nos afecta y el cosmos, está tejido como una prenda.

Sólo hay una cosa propia del hombre, el hecho de que sólo él capta el sentido del bien y del mal; en tanto que la la naturaleza no hace nada en vano y nos ha dado un lenguaje con el objeto de manifestar lo ventajoso y lo dañino y por lo mismo, lo justo y lo injusto. Entre los animales, unos son gregarios y otros solitarios; son políticos los que actúan con vistas a una empresa única y común, lo cual no hacen todos y, donde entre los gregarios, el hombre, la abeja, la avispa y la hormiga, unos están sometidos a un jefe y otros no.

Esta unidad en la diversidad, es excepcional en el mundo animal, ya que hombres y abejas no son políticos del mismo modo. La abeja no tiene necesidad del lenguaje para construir su ciudad y son políticas de forma natural; mientras que los hombres dotados del “logos” o lenguaje, son lógicamente políticos y, se dice que es por esto que sus ciudadanos funcionan bastante peor que las de las abejas, por el hecho de que precisan del arte, la investigación y la deliberación para construirlas; y siempre corren el riesgo de que ejerzan mal estos talentos o, la de caer en deficiencias desagradables o incluso trágicas, según Pierre y Francois Tavoillot.

El hecho de que en materia política, las abejas son sin duda menos filósofas, pero ciertamente mucho más prudentes que los hombres. La finalidad de su organización colectiva es suficiente y con mucho, para su proyecto, sin que por ello sea necesario añadir nada sobre la belleza, el orden y la armonía del mundo. Y su funcionamiento se explica a la perfección una vez que se comprende su doble finalidad, que es la recolección y el ahorro de la miel. Y sus virtudes morales o capacidades técnicas, no son más que muestras de la armonía de la naturaleza.

Cercana al hombre, la abeja no es idéntica a él, ya que mientras ellas reciben sus cualidades por naturaleza, el hombre debe esforzarse en cultivarlas, mediante su sabiduría y práctica; además que la colmena permite examinar la profunda armonía del cosmos y su funcionamiento es la prueba viva de que “la naturaleza no hace nada en vano”, clave inestimable para quién desee comprender el enigma del mundo, su origen y su organización, su unidad y su diversidad.

Estamos ante todos los ingredientes necesarios para una verdadera metafísica de la abeja, donde Virgilio, hace de la abeja un modelo de virtud y de la colmena, un ideal de sociedad. Y Plinio, resalta que las abejas se someten al trabajo y ejecutan sus labores y tienen una sociedad política, consejeros especiales, jefes de la comunidad y lo que es aún más maravilloso, tienen una moral. Y según los Tavoillot, son sociables, duras en el trabajo, productivas, previsoras o sea proféticas, dotadas de un conocimiento geométrico perfecto y de un espíritu cívico a toda prueba. Son de una limpieza exquisita, pero son enemigas del lujo, son pacifistas, salvo cuando se trata de defender su ciudad, pues entonces su valor es ejemplar y su capacidad de sacrificio no tiene comparación. Son ecologistas, seguidoras del desarrollo sostenible, ya que no dañan nada de lo que rozan al libar las flores, son fieles, disciplinadas en sus actividades, ya sean civiles o militares.

No hay ninguna reflexión minuciosa acerca de que las acciones y los supuestos cuentan o, de que el mundo está hecho de aquello que cuenta. Y contar con significado en tu vida, esto es ya mejor que tener aquello que deseas, porque puede que no sepas qué es lo que deseas ni de lo que de verdad necesitas.

El significado, es algo que te sale al encuentro por su propia decisión y puedes seguir el significado cuando se manifiesta, pero no puedes producirlo deliberadamente, ya que el significado indica que te encuentras en el lugar adecuado, en el momento adecuado, en el equilibrio justo entre el orden y el caos, ahí donde todo se alínea de la mejor forma posible.

Lo que es conveniente, funciona en el presente y es inmediato, impulsivo y limitado; en cambio lo que tiene significado, es la organización de todo aquello que de otra forma sería sólo conveniente en una sinfonía rítmica del Ser. Y según J. Peterson: El significado es aquello que transmite, con mucha más fuerza que las palabras, una creación triunfante que emerge del vacío con una sucesión de hermosos patrones, en el que cada instrumento cumple su papel y, sobre lo que aparece, un coro de voces afinadas para cubrir todo el registro de emociones humanas posibles.

El significado, es aquello que se manifiesta cuando los numerosos niveles que componen el Ser se ponen de acuerdo en una armonía superior. Y partiendo de los átomos, pasando por las células, los órganos, los individuos, la sociedad y la naturaleza hasta llegar al Cosmos, de tal forma que cualquier acción a cada uno de esos niveles, facilite perfectamente cualquier acción en cada uno de esos niveles y la de todos los demás, para que así el pasado, el presente y el futuro se rediman y se reconcilien al mismo tiempo.

El significado es lo que emerge de forma hermosa y profunda y que se abre de la nada. El significado es el equilibrio definitivo entre por un lado el caos de la transformación y la posibilidad y por otro lado, la disciplina de un orden, cuyo objetivo es producir, a partir del actual caos a un nuevo orden, que sea inmaculado y capaz de generar un caos y un orden todavía más equilibrado y productivo.

El camino es el sendero de la vida más abundante, es el lugar donde vives cuando te guía el amor, cuando dices la verdad y cuando nada de lo que quieres ni de lo que puedas querer, pasa por delante de uno mismo. Dedica tus esfuerzos a hacer cosas con significado, no aquello que más te convenga.

El verdadero destino o meta del hombre, está representado por la inteligencia infinita que se encuentra dentro de ti. Y por eso, muchas personas que ignoran su verdadero destino, se encuentran peleando por situaciones y cosas que no les pertenecen y que únicamente les provocan fracasos y frustraciones al no poderlas alcanzar, sin saber que todo lo que el hombre siembre, eso mismo cosechará. Entre el hombre y sus más altos ideales, nada se interpone, más que la duda y el miedo.

El objetivo es ver claramente el bien y eliminar imágenes sobre el mal y, sabrás que no hay porqué preocuparse por algo que probablemente nunca suceda. Los pensamientos y las palabras son de una fuerza tremenda y siempre están moldeando el destino y las acciones del hombre. Sin embargo, si alguien pide éxito y actúa como un fracasado, obtendrá la situación para la que se ha preparado mentalmente. Las ideas de duda y miedo, surgen del subconsciente y, son el enemigo que debes desechar, retando las antiguas ideas del subconsciente. Y un error se expone para ser eliminado.

Cada gran logro, se ha manifestado a través de mantener la ilusión. Y sin embargo, uno encierra tanto en sus propios asuntos, que se vuelve inseguro y miedoso. Enfrenta las situaciones sin miedo y veras que la situación que tenías que enfrentar ha desaparecido y ya no existe; el coraje contiene ideas y fantasías y el Metafísico, sabe que toda enfermedad tiene una correspondencia mental y, a fin de curar el cuerpo, debe primero curar el alma. Donde el alma es el subconsciente y debe ser salvada de cualquier pensamiento equivocado, nos dice Scovel Shinn.

Cada enfermedad, es causada por una mente en malestar. Y al pedir y dar amor, es el cumplimiento de la ley y la posible enfermedad que vino del resentimiento subconsciente, se erradicará. El no perdonar es la causa más común de enfermedades y afecta a la vista y endurece las arterias o el hígado y existe una gran cantidad de esas enfermedades. Cualquier desarmonía en lo externo, muestra que hay una desarmonía interior y, así como está adentro estará afuera. Por lo que el único enemigo del hombre está dentro de sí mismo y, las fobias serán su propio hogar. Y lo más gratificante es que si bendices a una persona, ésta ya no tiene poder para hacerte daño, según las enseñanzas Budistas.

Nos dice Scovel Shinn, que debes bendecir a los que te maldicen, amar a tus enemigos, orar por aquellos quienes te usan con ventaja y te persiguen; haz el bien a aquellos que te odian ya que la buena voluntad produce una inmensa aura de protección alrededor de aquél que la envía y, ninguna arma utilizada en su contra funcionará.

El mundo de la abeja, según Pierre y Francois Tavoillot, se sitúa en todos sus aspectos, en el confuso punto de unión de diversos ordenes de lo real: el vegetal, el animal, el terrestre y el celeste, la naturaleza y la cultura, lo viviente y lo eterno, lo humano y lo divino. Su comportamiento colectivo parece alcanzar las cotas más sublimes de la razón, de la virtud y de la cordura; inteligente, devota, fiable, fiel, altruista, trabajadora, ahorradora, topógrafa, de limpieza ejemplar y de pureza a toda prueba.

Los Taivollot, nos dicen que las encontramos en el genio de Aristóteles, en Virgilio, en el cristianismo, en el pensamiento de Clemente de Alejandría, Lutero, San Ambrosio y San Agustín. Apareciendo en la Edad Moderna, acompañando el retorno de las humanidades, la invención de las ciencias exactas, Renacimiento, época clásica y el siglo de las luces. Y para Porfirio, el mensaje profundo del poema es filosófico y contiene las huellas de una verdadera revelación que la poesía antigua ha sabido mantener viva, aunque su comprensión ya no tenga nada de evidente.

Para quien sabe leerlos, interpretar estos textos, contienen un sentido oculto sobre el origen y la verdad última de las cosas, y su lectura resultará mil veces más beneficiosa que la simple observación del mundo por parte de nuestros sentidos, siempre engañosos. Y la pregunta es: ¿Cómo pasar de la fuerza bruta al poder civilizado? ¿Cómo transitar de la energía desordenada a la canalización de las fuerzas vitales?

Las abejas responden tanto al miedo salvaje como al mundo civilizado. Se comprende que lo que está en juego es nada menos que la domesticación de las fuerzas naturales primitivas, destructivas y caóticas, con el fin de permitir el nacimiento de un orden y una armonía cósmica.

Se dice que Aristeo, precursor de lo humanitario, no sólo había perdido su oficio, sino que además había fracasado en la misión de mantener el frágil equilibrio de la cultura, ya que si las abejas desaparecen, todo el ordenamiento cósmico estará amenazado por la confusión. Y según Einstein, en menos de cuatro años desaparecería la humanidad, donde lo vegetal se mezclaría con lo animal y lo salvaje invadirá lo domestico y la naturaleza y la cultura se confundirán.

Donde se dice que Proteo, que todo lo sabe del presente, pasado y hechos del futuro, no cesa de cambiar de apariencia, pasando de un instante a otro a diversas formas y así, hay que atarlo fuertemente y sin fallecer ni asustarse ante sus abominables formas y, esperar que se canse y cuánto más multiplique sus metamorfosis, más apretadas debes mantener sus ligaduras.

La abeja encarna un ideal de vida pura, lejos de toda corrupción, guiándonos en esta sabiduría fundamental que consiste en mantener el equilibrio. Y no sólo nos proporcionan una clave simple y accesible para todos, que permite comprender el enigmático paso del caos al cosmos organizado, la invención de la tranquilidad y la civilización, sino que también nos indica cómo conservar la frágil adquisición del orden.

Para Aristóteles, la colmena es un “microcósmos” y que estudiando de cerca podríamos esperar comprender los misterios del gran cosmos universal. Y lo que requiere, es la atenta observación pero también el razonamiento, con la finalidad de explicar aparentes anomalías de una naturaleza que siempre suponemos armoniosa, ya que ésta no hace nada en vano. Y así, que todo debe poder ser descrito de forma que refleje la finalidad de un orden perfectamente equilibrado, en el que cada cosa tiene su lugar. Visión metafísica, donde Aristóteles pretende dar cuenta de la armonía del mundo. Se trata nos dice, que de un insecto que a semejanza del hombre, es al mismo tiempo prudente, político y divino.

La abeja no sólo produce su alimento sino también almacenarlo, lo que podría revelarnos un aspecto esencial acerca del profundo orden de las cosas. Tiene la capacidad de actuar respecto a ciertas metas complejas y sabe siempre qué hay que hacer, cuándo y cómo hacerlo, de acuerdo con una regularidad ejemplar, sin nunca preguntarse porqué hacerlo; y no duda de nada, ignorando las angustias humanas, respecto a qué medios se deben escoger para realizar sus fines, por lo que se dice que es perfectamente prudente, porque no tiene voluntad y, en materia de sentido común, sentido práctico y adaptabilidad, podemos decir que roza la excelencia.

Según Thorwald Dethlefsen y Rudiger Dahlke, el ser humano utiliza el recurso de la enfermedad a modo de coartada para rehuir problemas pendientes; por lo que el enfermo no es víctima inocente de errores de la naturaleza, sino su propio verdugo. Donde los síntomas se revelan como manifestaciones físicas de conflictos psíquicos, argumentando que el que busca la luz no tiene tiempo para cientifismo, sino que aspira al conocimiento. No faltan los motivos de crítica a la medicina moderna, ya que antes de concentrarse racionalmente, la crítica responde a un sentimiento de que algo falla y que el camino emprendido, no conduce a objetivo deseado alguno. Y se aboga por desplazar la atención del plano morfológico, al plano energético de la fisiología, con el afán de considerar al Ser humano en su totalidad como un ente físico-psíquico.

La súper especialización y el análisis son los conceptos fundamentales, pero estos métodos, al tiempo que proporcionan un conocimiento del detalle más minucioso y preciso, “hacen que el Todo, se diluya”. Observando que generalmente se discute sobre los métodos y de su funcionamiento, pero pues no se ha hablado de la teoría filosófica de la medicina. La medicina falla por su filosofía o más bien, por su falta de filosofía y responde sólo a criterios de funcionalidad y eficacia, lo que le ha valido el calificativo de inhumana. Puede curarse a base de tratar los síntomas, sin embargo, las formas de curación alternativas asumen automáticamente el criterio de la medicina académica y concentran todas sus energías en la modificación de los métodos.

No debemos atenernos a los valores consabidos y que todos consideran indispensables, lo que significa indagar sin escrúpulos en terrenos considerados vedados. Y se saltan muchos de los pasos para la perfecta comprensión, los cuales dan la perspectiva necesaria para aceptar el concepto investigado, en tanto que el significado de un hecho, se nos revela por la interpretación que le atribuimos, ya que cuando las personas dejan de interpretar los hechos que ocurren en el mundo y, el curso de su propio destino y su existencia se disipa en la incoherencia y el absurdo, ya que para interpretar una cosa hace falta un marco de referencia que se encuentre fuera del plano en que se manifiesta lo que se ha de interpretar, por lo tanto los procesos de este mundo material no pueden ser interpretados sin recurrir a un marco de referencia metafísico.

Y según Goethe, podemos llamar a estos campos forma y contenido; en el primero, se manifiesta el contenido que es el que da significado a la forma y son por lo tanto, expresión física de un contenido metafísico.

El cuerpo de una persona viva, debe su funcionamiento a la conciencia y la vida. La primera, emite la información que se manifiesta y se hace visible en el cuerpo y, dado que la conciencia representa una cualidad inmaterial propia, no es producto del cuerpo ni depende de la existencia de éste y, lo que ocurre en el cuerpo de un ser vivo, es expresión de una información o concreción de una imagen y se refiere también al concepto de idea.

La temperatura corporal mantiene un nivel constante, las glándulas segregan hormonas y en el organismo se forman anticuerpos, funciones que no pueden explicarse por la materia en sí, sino que dependen de una información concreta, cuyo punto de partida es la conciencia. Y si las funciones corporales se conjugan de un modo armonioso, se da la salud.

Pero si se perturban, la armonía del conjunto se rompe y emerge la enfermedad. La pérdida de la armonía se produce en la conciencia, en el plano de la información; por consiguiente, si una persona sufre un desequilibrio en su conciencia, ello se manifiesta en su cuerpo en forma de síntoma, los cuales son expresión que se produce siempre en la conciencia. El espíritu nunca puede enfermar y se trata de síntomas que se manifiestan en el plano psíquico o, conciencia del individuo.

LOS MUNDOS POSIBLES DE LO INESPERADO

El devenir de la vida, es una singular mezcla de incertidumbre y certidumbre, por lo que la vida será complicada, pero no carente de sentido. Y, de que sería difícil vivir si demasiados fenómenos ocurrieran de una forma completamente impredecible, pero en el otro extremo, tendría poco interés si todo fuera determinista y predecible de forma absoluta.

Científicos de todo el mundo están cada vez más fascinados por el extraordinario grado de adaptación del ser humano al entorno en que vive. Si lo que están haciendo es que se cuestionen lo que se consideraría lo verdaderamente real, así como la idea de que lo que consideramos normalmente como “La Realidad”, podría ser una “Realidad Virtual”. Sin embargo, la sensibilidad actual tiene poca paciencia con la Metafísica, porque todo esto pudiera parecer abstracciones exageradaLa física cuántica ha sacado a la luz las limitaciones del materialismo, haciendo patente que los efectos cuánticos están implicados en muchos fenómenos biológicos y naturales, como es el caso de la misma fotosíntesis y, donde todos los fenómenos que parecen anómalos desde la perspectiva del materialismo, pueden aclararse desde la perspectiva del “panespiritismo”, ya que definitivamente el materialismo es insuficiente como forma de explicar el mundo y nuestra experiencia que tenemos de éste.

Sabemos que es común que científicos que se oponen al materialismo es porque tienen el valor de arriesgarse a sufrir la hostilidad y el escarnio. Y el hecho de decir que la evolución es algo más que mutaciones y selección natural o de que la conciencia no depende por completo del cerebro, entonces se les excluye del mundo académico y se les ridiculiza, sin notar además que el modelo materialista convencional tiene muy serias consecuencias respecto a la forma como vivimos y a como tratamos al mundo natural, devaluando nuestra propia vida, la de las otras especies y de la misma Tierra y, sin poder ver que una cosmovisión espiritual, puede cambiar nuestra relación con el mundo y engendrar una actitud de reverencia hacia la naturaleza y hacia la vida en sí y, sanarnos del mismo modo que puede sanar al mundo entero.

En síntesis, la materia no existe tal y como pensamos, ya que a veces no existe la distinción entre ondas y partículas y parecen ser tanto una partícula como una onda al mismo tiempo y en experimentos realizados, la luz tiene propiedades tanto de onda como la materia. Y la física newtoniana está estrechamente asociada con la cosmovisión materialista, de que el mundo existe con independencia de nosotros y de que la conciencia no es más que un subproducto accidental del funcionamiento cerebral.

John Wheler, demostró que el hecho de que un fotón se comporte como una onda o una partícula, depende de una decisión de medida que se toma a posteriori y de que una partícula está en un lugar y ni siquiera tiene una existencia definida. Lo que definitivamente desafía la racionalidad y es, como si una partícula estuviera en todas partes y en ningún sitio a la vez. Y nadie tiene claro cómo es posible que las partículas puedan comunicarse a grandes distancias, cosa que dentro de la fase clásica materialista no tiene ningún sentido. Una conexión que une sin atravesar el espacio.

Los libre pensadores, que cuestionan cualquiera de los dogmas del materialismo, son acusados de ser pseudocientíficos y quizá algunos materialistas ni siquiera se den cuenta de que se están dejando llevar por la cerrazón, comportamiento anclado en una poderosa necesidad psicológica de certeza y control.

El materialismo como sistema de creencias, parece proporcionar respuestas que proporcionan una sensación de orientación y certeza que alivia la duda y la confusión y en cierto sentido, comprender es querer “estar por encima” y sentir que comprendemos como funciona el mundo y nos aporta una ilusión de autoridad. Y en lugar de sentirnos subordinados a las fuerzas misteriosas y caóticas de la naturaleza, sentimos que estamos por encima del mundo, en una posición de poder y admitir que existen fenómenos que no podemos entender o explicar del todo y que el mundo es más extraño de lo que podemos concebir, debilita dicha sensación de poder y control. Y dado que nos experimentamos como aparte de la naturaleza y dado que experimentamos la naturaleza como fundamentalmente inanimada y mecánica, a nivel subconsciente nos sentimos con derecho a dominarla y explotarla.

En el esquema de la ciencia clásica, se descansa en los supuestos básicos de orden y regularidad de la naturaleza, donde dentro de su determinismo, la validez de las leyes, la estabilidad y la predictabilidad, tienen por aspiración lo inmutable del Universo y lo permanente más allá de los aparentes cambios. Desde el punto de vista filosófico, los sistemas de “Emergencia” presente en los sistemas complejos, se le ha asociado con el Vitalismo en biología y con la idea del creacionismo, donde los esfuerzos están encaminados a definirlo y que dicha definición, no entre en conflicto con la ciencia clásica y sin que pierda a la vez su capacidad de ampliar el estrecho marco de nuestras concepciones tradicionales.

El caos y el orden son elementos fundamentales porque todas las situaciones que vivimos o pudiéramos vivir se forman a partir de ambos. Y no importa donde estemos hay cosas que podemos identificar, utilizar y predecir, frente a otras que ni conocemos ni entendemos; y no importa quiénes seamos, hay cosas que están bajo nuestro control y otras que no, y es por eso que en ambas situaciones se pueden entender las mismas historias y, existir dentro de las mismas eternas verdades.

Hoy en día nos enfrentamos a una crisis en nuestra vida personal y estamos confusos con el significado y el propósito de la vida, donde el paradigma imperante no está funcionando. Sin embargo disponemos de un paradigma alternativo. Los activistas cuánticos buscan transformarse a sí mismos y a la sociedad, utilizando la visión del mundo cuántico, donde sus aspectos más recientes son aquéllos que tienen una mayor capacidad para el cambio de paradigma.

En la física cuántica, los objetos no son cosas determinadas sino posibilidades cuánticas, de las cuales la conciencia puede elegir. Es un mundo de elección consciente, donde tu puedes elegir tu realidad y tu destino y donde el secreto de la creación de la realidad tiene muchos aspectos sutiles, que reconoce el papel de la conciencia en la ciencia. Y si la conciencia fuera el fundamento del Ser, en lugar de la materia, todas las paradojas de la física cuántica podrían resolverse, ya que si intentas analizar desde el punto de vista materialista, donde se piensa que todo está hecho de átomos y vacío, simplemente acabará generando paradojas irresolubles.

Para la física cuántica, la realidad tiene dos dominios: uno dentro y uno fuera del espacio tiempo. Donde el dominio externo es experimentalmente discernible, con la posibilidad de una manera de pensar integradora, en relación con la ciencia de ambas realidades. Algo semejante a los dominios del inconsciente y el consciente de Carl Jung, donde para él y con el tiempo, la visión del mundo cuántico y de la psicología terminarían unificándose, ya que la primera es siempre integradora e inclusiva y puede unificar “causa y propósito”. Y así como creamos la realidad, de la misma formamos nos creamos a nosotros mismos y es por lo tanto, la conciencia el vehículo mediante el cual conocemos las cosas.

La más natural de las funciones de todo ser vivo que está completo y que no está inacabado, es la de crear otro ser semejante a sí mismo, de forma que participe en lo eterno y en lo divino, en la medida de lo posible. Ya que tal es el objeto del deseo de todos los seres y la finalidad de su actividad natural. Para Aristóteles, el simple hecho de reproducirse conlleva ya algo divino.

Para Aristóteles, la capacidad de producir lo diferente ofrece, a su espíritu metafísico, una clave para resolver un problema mucho más amplío: el origen de todas las cosas y el funcionamiento del mundo. Pero ¿Cómo se pasa del no ser al ser? ¿Cómo se pasa de lo uno a lo múltiple? ¿Cómo pensar sobre los cambios en el Ser? Y ¿Cómo concebir la diversidad de un Ser Uno?

La reproducción apunta a la propia naturaleza de lo real, su análisis y solución, que mezclan observaciones y razonamiento. Y los hechos generalmente no se reconocen de forma satisfactoria. Y si esto sucede algún día, habrá que fiarse más de las observaciones que de los razonamientos y de los razonamientos, en la medida en que sus conclusiones concuerdan con los hechos observados.

Tanto en el Epicureismo como en el Estoicismo, se encuentran virtudes similares: una sabiduría serena y tranquila, capaz de mantener a distancia los problemas y temores de este mundo. Y lo que los separa, es la forma de entender el mundo, ya que para los epicúreos, el mundo no es más que el afortunado resultado del azar, resultado de una mecánica sin conciencia, ni inteligencia, ni proyecto, en la que las partículas de la materia se entrechocan y componen los cuerpos, según el ritmo de cada Ser. Y donde los dioses pueden existir a condición de no creer que su existencia es necesaria para que algo acontezca en el orden de las cosas. Y ser lo que todos deberíamos ser si fuésemos sensatos, los serenos admiradores de un conglomerado cósmico tan necesario como útil, tan frágil como contingente.

Para el Estoicismo, el especial espectáculo de la disposición sublime del Cosmos, sólo puede desembocar en la convicción de que existe, si no un arquitecto, al menos una ley inmanente que hace que el conjunto se mantenga. El universo es un cosmos en el sentido en que lo hemos definido, una totalidad suprema, profundamente divina y según ambas filosofías, su organización es de tal perfección que parece conectada a una profunda intención, así también en las virtudes del sabio, se da y existe la moderación, la prudencia y la fragilidad.

La estoica revelación, es que desde el principio del mundo, un mismo espíritu interior anima el cielo y la tierra, ese espíritu mueve la materia y se mezcla al gran conjunto de todas las cosas. Y al igual que los átomos, que son eternos y que no se crean ni se destruyen, al igual que los átomos, nos muestran el camino, ya que ellas son miembros directos del Gran Todo, por lo que ignoran cualquier tipo de angustia. Y nos muestran que la inmortalidad es posible, desde el momento en que entendemos que la naturaleza es divina y que llegada la hora, podremos reposar en el seno de esta madre eterna y veremos que la muerte no existe.

Virgilio, comprendió el profundo equilibrio de las cosas y sabía extraer lo mejor de su ingrata vida y sobre todo, el tesoro de una vida sobria, plena y completa; no preocupado por necios temores, falsas esperanzas y vanas previsiones. Y algo más por aceptar, serán las reglas de una vida plena, lo trágico de la existencia y la simplicidad del Ser. Y de que la visión de la física, clásifica, nos presenta un mundo donde los objetos son cosas determinadas, hechas de materia, cuyos movimientos están determinados por interacciones materiales, un mundo donde las causas materiales se elevan de las partículas elementales de niveles cada vez más complejos. Y donde, no eres más que una máquina predeterminada, aunque sofisticada y que a través de la evolución darwiniana, se te ha equipado de sofisticados programas que te hacen parecer consciente y libre para elegir tu destino; sin embargo, a fin de cuentas, lo que determina tu comportamiento es la suerte y la incorporada necesidad por la supervivencia.

El caos y lo desconocido, se debe en parte a que todas las cosas que hemos ido reconociendo, nacieron en un primer momento de lo desconocido, donde el caos es la fuente del origen, la sustancia de la que están hechas las cosas y es también lo que importa o lo que hay. Y en su versión positiva, encarna la posibilidad, el origen de las ideas y el ámbito misterioso de la gestación y nacimiento, como también la fuerza devastadora.

Donde siempre nos encontraremos y sabremos que la realidad fundamental del caos y el orden es cierta para todos los seres vivos, pero que son situaciones que podemos dominar, pero que son lugares que están rodeados de situaciones que nos hacen vulnerables. Y como el orden no es suficiente, el individuo no puede mantenerse estable, seguro e inalterado, ya que siempre existen cosas nuevas de gran importancia que quedan por aprender. Y lo mejor es que tengas un pie en lo que ya dominas y entiendes y el otro en lo que estas descubriendo y aprendiendo a dominar. Y así de esta forma, te situaras en el lugar donde el terror existencial está bajo control y te encuentrás seguro, pero también estarás alerta y ocupado y así podrás decir que es aquí donde se encuentra el significado.

David Bohm, colaborador de Einstein, propuso dos teorías que ofrecen una visión muy distinta del universo y de nuestro papel en dicho universo. Él creía que existen dimensiones más elevadas o más profundas, que sustentan todo lo que existe y sucede en nuestro mundo. Explicaba el universo como un sistema unificado de la naturaleza, con conexiones que no son obvias. Asimismo consideraba que tanto lo visible como lo invisible eran expresiones de un orden superior y más universal. Las cosas que podemos ver y tocar y que parecen estar separadas en nuestro mundo, son ejemplos del orden explicado de la creación y por distintas que puedan parecer, están unidas y aparentan estar separadas y forman parte de un todo mayor.

Bohm, estaba convencido de que el universo y todo lo que hay en él, incluyéndonos a nosotros, forman parte de un gran orden cósmico. Esta visión unificada de la naturaleza, nos dice que el universo funciona como un “gran holograma cósmico”, donde cada parte de un objeto, contiene al objeto en su totalidad. Y al igual que el universo, nuestro cuerpo humano está siempre pasando del “orden implicado” al “orden explicado”, donde el flujo de lo invisible a lo visible, es un buen ejemplo de holograma y es lo que constituye la corriente dinámica de la creación; a lo que J. Wheeler, consideraba como un universo participativo, incompleto y siempre respondiendo a la conciencia.

Desde las antiguas tradiciones de sabiduría, existía la visión de que el mundo en que vivimos es el espejo de cosas que están sucediendo en una dimensión superior o en una realidad más profunda. Y así vemos que todas las posibilidades requieren un sutil pero poderoso cambio en nuestra forma de pensar y la clave reside en comprender cómo funciona, nos dice Gregg Braden.

A través de las experiencias positivas y las emociones negativas, cada uno de nosotros tiene el poder para afirmar o negar nuestra existencia en cada momento del día. Y Braden, considera desde una perspectiva cuántica, todas las cosas pueden ser consideradas como una “perturbación” en el tejido uniforme del espacio-tiempo, existiendo un campo unificado de “conciencia pura” que impregna toda la creación y, es descrito como algo perfecto, un espacio en el que nada falta y nada sobra, nada está separado y nada está excluido.

Bohm, nos dice que al igual que toda la vida depende de las cuatro bases químicas que constituyen nuestro ADN, el universo parece estar basado en cuatro características que hacen que las cosas funcionen como lo hacen: que existe un campo de energía que conecta todo; campo que desempeña el papel de espejo para las creencias que existen dentro de nosotros; campo holográfico y no local, es decir es universal, campo en que cada parte está conectada con la totalidad y con todas las demás y cada parte refleja al Todo. Y en una escala menor, nos comunicamos con este campo mediante el lenguaje de la emoción y al final, nuestra supervivencia puede que provenga de una visión cuántica unificada. Y está claro que existe un campo de energía que conecta todo lo que hacemos, así como todo lo que somos y experimentamos. Todo está unido holográficamente, descubrimiento de la física que según Braden, es uno de los mayores descubrimientos que se hayan dado en el siglo XX y, uno de los menos comprendidos e ignorados.

Cuando contemplamos nuestras vidas desde la perspectiva de que todas las cosas están en todas partes, todo el tiempo, las implicaciones son tan enormes que se hace difícil asimilarlas. Y precisamente gracias a nuestra conexión universal, tenemos el poder para compartir y participar en las alegrías y tragedias de la vida, en cualquier parte y en cualquier momento. La respuesta comienza con la comprensión de que realmente no existen ni el aquí ni el allí, ni el ahora ni el entonces. Aquí ya es allí y siempre ha sido ahora, según la perspectiva del holograma universal, nos dice Braden.

Para Max Planck, la ciencia no puede resolver el misterio fundamental de la naturaleza y esto es así, porque en el análisis final, nosotros somos parte del misterio que estamos intentando resolver. Y nos dice Amir Giowani, que cuando nos comprendemos a nosotros mismos y a nuestra conciencia, también comprendemos el universo y la separación desaparece.

Hay un lugar, nos dice Braden, que es el origen de todas las cosas, un lugar de energía limpia y pura que simplemente Es. Y es, donde según Planck, tiene lugar el nacimiento de la vida y todo cuanto existe y nos muestra que sólo estamos limitados por nuestras creencias y que todo lo que siempre hemos creído, va a cambiar muy pronto.

Nos dice Amit Goswami, que la física cuántica no es sólo el futuro de la ciencia, sino también la clave para comprender la conciencia y el significado de la vida. Y es un antídoto para la esterilidad moral y el enfoque mecanicista del materialismo científico, y constituye la mejor y más clara perspectiva para comprender el universo, ya que de hecho, es la teoría del Todo.

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