Abril de 2020
DECISIONES BAJO INCERTIDUMBREWalter Ritter Ortiz
Sección de Bioclimatología, Centro de Ciencias de la Atmósfera, UNAM. Circuito Exterior s/n, Ciudad Universitaria, Deleg. Coyoacan, México, D. F. email: walter_ritter@hotmail.com
INTRODUCCIÓN
Todo en el cosmos está en continuo movimiento y en todo momento hay fuerzas que están interactuando entre sí; donde se dan los flujos de lo invisible y lo visible, que constituyen la corriente dinámica de la misma creación. Las leyes o códigos universales, son exactos y se aplican sin pretextos ni excepciones.
Cuando tratamos de encontrar sentido a las grandes verdades del universo, es necesario comprender qué es lo que hace que el mundo funcione; esa comprensión se basa generalmente en ideas realmente simples y, que pueden compartirse mediante palabras que las hacen significativas. Y a medida que entendemos la vida de la naturaleza, más simple parece ser todo y esto incluye los mismos secretos del universo.
La simplicidad es el Principio Universal, por lo que según Paul Dirac: Dios utilizó unas matemáticas hermosas en la creación del mundo. La belleza se encuentra en la simplicidad elegante y en un sentido muy real; cuando entendemos los números que hacen posible los ciclos naturales, también aprendemos el lenguaje de Dios, con lo que estaremos hablando la lengua divina del gran programador del universo.
Nuestra valoración del mundo sería bastante diferente si todos nuestros juicios se pudieran aislar de las expectativas y, basarse solamente en datos relevantes. Los conceptos básicos de la aleatoriedad, son en gran medida pasados por alto en nuestras interpretaciones de los sucesos y en nuestras expectativas y decisiones; sin embargo, debemos reconocer su papel omnipresente en nuestras vidas y donde el verdadero poder de dichos procesos descansan en el hecho de que una vez que entendemos su naturaleza, podemos alterar el modo en que percibimos lo que sucede a nuestro alrededor.
Esperamos que los sucesos ocurran por motivos buenos y entendibles, pero nuestra visión de la inevitabilidad a menudo son sólo ilusiones y, en la creencia de que podemos reorganizar nuestros pensamientos frente a la incertidumbre, Mlodinow nos dice que podemos aprender a juzgar decisiones por el espectro de los resultados potenciales que pueden haber producido, más que por el resultado particular que realmente dieron.
Es de naturaleza humana buscar patrones de información en nuestros datos, para asignarles significado; pero muchas veces las personas omitimos los efectos de la aleatoriedad en la vida, porque cuando valoramos el mundo, tendemos a ver lo que esperamos ver, por lo que es fácil caer en las expectativas y, como también es fácil aprovecharse de ellas, por lo general los datos son ambiguos, de modo que ignorando algunos patrones y enfatizando otros y nuestros cerebros pueden reforzar sus creencias, incluso en ausencia de datos convincentes, utilizando “atajos” para calcular patrones y hacer juicios bajo incertidumbre, conocidos como “Heurísticos”, que a veces nos suelen llevar a “errores sistemáticos”, los cuales debemos evitar en nuestras investigaciones sobre el mundo.
Las personas tienen un pobre concepto de aleatoriedad y, no pueden reconocerla cuando la ven y no pueden producirla cuando lo intentan, por lo que rutinariamente juzgamos mal el papel del azar en nuestras vidas y, tomamos decisiones desafortunadas y así también, una vez que hemos adquirido una opinión acerca de algo, la mente recoge cualquier cosa que la confirme y rechaza o ignora la demostración de casos contrarios, así sean numerosos y de más peso, con tal de que su parecer permanezca inalterable y en efecto, el azar es la incertidumbre del futuro y la imposibilidad de predecir de manera segura.
Antes se pensaba que la naturaleza era demasiado compleja y fragmentada como para tener una sola forma o fórmula matemática que la representara con exactitud. Sin embargo, unas nuevas matemáticas han irrumpido en escena, cambiando para siempre nuestra forma de contemplar todo lo que nos rodea, desde la naturaleza, ocurrencia de guerras y mercados financieros: se trata de las matemáticas de fractales.
Donde, la naturaleza utiliza unos cuantos patrones simples, similares y repetitivos conocidos como fractales, para convertir la energía y los átomos en las formas conocidas de todo lo que existe, desde raíces, ríos y árboles hasta rocas, montañas y seres humanos. Empleando fragmentos irregulares, que cuando se toman como un todo, se transforman en montañas, nubes y árboles y donde cada fragmento tiene el mismo aspecto que el patrón más grande del que forma parte, según su descubridor Benoit Mandelbrot.
Esta visión fractal del universo, implica que todo, desde el átomo hasta la totalidad del universo, está hecho por unos cuantos patrones naturales. Idea que nos lleva a pensar, como si fuera un programa de computo, el que mueve el universo. Y todo lo que necesitamos para entender el universo se halla en la simplicidad de cada una de sus partes y, tal como nos dice el poeta William Black: “Ver el mundo en un grano de arena, y el cielo en una flor silvestre, sostener el infinito en la palma de la mano y la eternidad en una hora”.
Según todo esto, lo único que necesitamos para entender la inmensidad del universo, está en la simplicidad de sus partes. Donde la realidad fractal es algo que trasciende la separación artificial que le hemos estado confiriendo a nuestro conocimiento. Así, uniendo disciplinas de la ciencia y la filosofía en una historia sobre nuestro origen y el origen del universo.
Los ciclos existen y si observamos en detalle los ciclos de la naturaleza, veremos que cada uno es parte de otro mayor, que tiene lugar dentro de otro todavía mayor y, así sucesivamente: se trata de ciclos secuenciales de tiempo y energía, que regulan los ritmos del universo y la vida.
Estos patrones son consistentes y se manifiestan con mucha precisión y, cuanto más aprendemos, más evidente se hace que los patrones y los ciclos del tiempo son algo más que un fenómeno interesante y, de hecho según Gregg Braden, se puede decir que en todo, desde la biología, las leyes de la física y hasta la historia de nuestro planeta y la misma evolución del universo, siguen reglas muy precisas que permiten que las cosas sean como son.
El ritmo está en la naturaleza misma, en todo el universo, en el entorno mismo en el que vivimos y en las actividades que realizamos. Nuestras capacidades físicas y cognitivas varían de la mañana a la noche y, nuestro metabolismo, las hormonas que producimos y nuestros neurotransmisores cerebrales están en constante cambio para hacernos la vida más fácil, al adaptarnos de manera óptima al entorno.
El organismo en su totalidad y, el medio interno, no es constante sino que cambia de manera cíclica cada 24 horas; la salud y la estabilidad de un organismo viene dada por cambios periódicos en relación con el ambiente, ritmo conocido como circadiano. El reloj biológico, es una máquina molecular de gran precisión. Según un proverbio japonés: en cualquier arte y en cualquier ciencia no debe ignorarse el ritmo.
Gran parte del orden que percibimos en la naturaleza, oculta un desorden subyacente invisible y por tanto, sólo se puede entender a partir de reglas de aleatoriedad. Y asociamos aleatoriedad generalmente con desorden, sin embargo en su conjunto, su comportamiento podría difícilmente haber demostrado ser más ordenado.
Y al estudiar las irregularidades de la naturaleza, no estamos desafiando la autoridad de Dios, sino aprendiendo sobre sus caminos, nos dice Leonard Mlodinow. Reconociendo que las huellas aleatorias del andar del borracho, virtualmente se le encuentra en todas las áreas de estudio.
Nuestra mente, no está diseñada para comprender cómo funciona el mundo, sino para sobrevivir y alejarnos de los peligros y para procrear. Una teoría filosófica vale en cuanto ayuda a conocer, actuar, conservar, nuestra herencia de conocimiento adquirida. Ya que una teoría filosófica puede facilitar la búsqueda de la verdad u obstruirla.
Donde, las filosofías racionalistas favorecen la investigación, ya que sin un mínimo de racionalidad, no vamos a ninguna parte, nos dice Mario Bunge. La propuesta es, medir las filosofías por lo que ayuda a investigar o a actuar. Pero cuando se trata de un objeto material, el racionalismo radical, como el de Leibniz, es inadecuado y, la estrategia indicada es el racionalismo y empirismo o sea, una síntesis de racionalismo y empirismo que favorezca la combinación de imaginación con observación, cálculo y experimentos.
En la comprensión acerca de cómo podía funcionar el universo, Konrad Zuse, se preguntó: ¿Es posible que todo el universo funcione como los ordenadores? Seth Lloyd, describe por su parte las implicaciones de una visión emergente de la realidad, ya que es posible que la historia del universo sea en efecto, un computo cuántico, continuo y, descomunal.
Al parecer, existen dos tipos de realidad; a saber, la realidad cotidiana a la que estamos acostumbrados y otro plano distinto, al que se accede de forma espontánea, pero que es mucho menos frecuente y donde, la experiencia mística es uno de los casos en los que el ser humano accede a esa segunda realidad, donde para Levy-Bruhl, en esta forma dualista de ver el mundo, no existe gran diferencia ya que una de las características de este pensamiento “No civilizado” es lo que se considera místico, en el sentido de que “cree en fuerzas, influencias y acciones no perceptibles por los sentidos y sin embargo, se dicen que son reales”.
Esta mentalidad no está regida por una lógica diferente a la nuestra, pero no obedece exclusivamente a las leyes de nuestra lógica y, se le ha denominado pre-lógica; ya que se trata de un pensamiento que había precedido al nuestro y por tanto, pertenecía a una mente no desarrollada e inferior a la nuestra en la escala del desarrollo y que quería decir, que no se esfuerza en evitar la “contradicción”. Pero, cuantas veces nos sorprendemos con pensamientos que no evitan la contradicción, nos dice Francisco Rubia, lo que quiere decir que se rige por la “ley de participación”, según la cual, los seres y los objetos pueden ser en sus representaciones, a la vez ellos mismos y otra cosa.
En estos pueblos primitivos, coexiste sin problemas en su pensamiento la “ley de la contradicción” y la “ley de la participación” y, no existe ninguna división absoluta entre lo individual y lo colectivo. Que el pensamiento lógico actual no es el heredero universal de la mentalidad pre-lógica, que nuestra mentalidad moderna es a la vez lógica y pre-lógica, racional e irracional.
Los principios del conocimiento, socialmente aceptados como ciertos, eran tan inamovibles y políticamente correctos como ahora y, todo audaz intento por esbozar teorías que lo refutasen y que se adentrasen más allá de lo conocido en aquel momento, eran ferozmente perseguidos.
El escepticismo, es la desconfianza o duda de la verdad o eficacia; doctrina de ciertos filósofos antiguos y modernos, que consiste en afirmar que la verdad no existe o que si existe, el hombre es incapaz de conocerla. La palabra “gnosis” significa conocimiento. No se trata de un conocimiento racional solo, nos dice Francisco Rubia, sino de una contemplación, una unión con el objeto del conocimiento. Un movimiento filosófico y, se trata de la unión con la divinidad mediante la experiencia, de trascendencia, llamada conocimiento.
Toda experiencia tiene su base cerebral, y para Einstein: “La emoción más hermosa y profunda que podemos experimentar es la sensación de lo místico. Es la fuente de toda ciencia verdadera. El que sienta esta emoción como extraña y que no pueda ya maravillarse y estar ensimismado en el respeto, está prácticamente muerto.
Saber que lo que es impenetrable para nosotros, existe realmente, manifestándose como la sabiduría más alta y la belleza más radiante que nuestras torpes facultades sólo se pueden comprender en sus formas más primitivas; este conocimiento, esta sensación, está en el centro de la religión verdadera.
Bertrand Russell, nos dice: Los grandes hombres que han sido filósofos, han sentido la necesidad tanto de la ciencia como del misticismo. Agustin de Tagaste nos dice: No busques fuera, entra dentro de ti mismo, porque en el interior del hombre habita la verdad.
Toda forma de vida comienza como una simple célula, dentro de la cual está escondida toda promesa y potencia de lo que después se revelará. A cada semilla, su propio cuerpo, solía decir San Pablo. Así, de una bellota podemos decir que tiene dentro de sí al gigante futuro de una selva y el crecimiento de cualquier vida, que procede por ciclos y no por un camino directo o igualmente, si no por una concatenación de ciclos que proceden por medio de una cadena finita de causas y efectos.
Según Karl Popper: La ciencia será siempre una búsqueda, jamás un descubrimiento real. Es un viaje, nunca una llegada. La ciencia ha evolucionado gracias a que audaces investigadores se atrevieron a avanzar un paso más allá de las fronteras de lo conocido y, nos dice Manuel Carballal, en ese tenebroso mundo de lo inexplicado, fueron apareciendo las respuestas a las eternas preguntas.
No hay más que una sola cosa por hacer: tratar de obtener el sentido de la inmensidad y unidad de la vida. Y tal sentido nos evitará muchos sufrimientos, según Clara Codd.
Todos sabemos que existen dos tipos de realidades, en torno a las cuales gira nuestra vida: una externa mezcla de estímulos externos y construcción cerebral y, otra interna a la que no tenemos acceso conscientemente, pero no por ello deja de influir sobre nosotros.
Nicolas de Cusa decía, que a Dios había que encontrarlo “Más allá de las coincidencias de los opuestos”; en tanto que Rudolf Otto decía, que la mística tenía una lógica extraña que eliminaba dos principios de la lógica natural: el principio de la contradicción, que señala que es imposible que una cosa sea y no sea al mismo tiempo y, el principio del tercero excluido, que dice que cuando dos proposiciones están opuestas contradictoriamente, no pueden ser ambas falsas. Que la lógica mística acepta la coincidencia de términos opuestos.
Según Otto, nos dice que cuando se rompen las cadenas del tiempo y del espacio, las contradicciones se diluyen y que además, existe una realidad para la que la causalidad no es aplicable y, que lo mismo podría decirse, del tiempo y el espacio.
La complejidad del mundo vivo, supera a menudo lo que los científicos y filósofos han sido capaces de imaginar. Y cuando observamos las formas de vida dominante, notamos que no están exentas de leyes, con regularidades en una extraordinaria variedad de formas, donde la creación de nuevos diseños, es el resultado de un mecanismo de variación aleatoria constante.
La naturaleza se construye a sí misma, utilizando unos pocos patrones similares y repetitivos, pero no idénticos, conocidos como de “autosimilitud”. Donde existen las leyes generales necesarias para constituir una ciencia y, donde las leyes de la razón, constituyen la base real de la naturaleza y de las matemáticas en su sentido más amplio y, desde el punto de vista más verdadero, como razonamiento universal expresado en formas simbólicas.
Pitágoras dijo: que Dios utiliza la geometría, donde los hexágonos aparecen maravillosamente regulares en los cristales de la nieve y colmenas, la belleza geométrica de los pétalos de las flores y los tallos de las plantas, nos lo recuerdan. Dios se expresa en la creación por medio de tonos ordenados y bellos, nos dice Clara Codd. Y podemos decir además, que no es la especie humana la única raza que evoluciona en este planeta.
Las formas de los organismos, son el resultado de las presiones evolutivas asociadas a la optimización de su capacidad de procesar información, acceso a la obtención de nutrientes y resistir a los cambios del medio ambiente, nos dice Solé.
Donde se considera a la selección natural, como el motor principal del cambio evolutivo, donde las distintas condiciones selectivas son claves para favorecer diferentes tipos de adaptaciones y, Dawkins ha afirmado, que explica además a la evolución de la complejidad de nuestra biosfera.
Sin embargo, sólo se pueden permitir un conjunto limitado de formas posibles, por lo que no todo es posible, existiendo restricciones a lo que puede generar el proceso evolutivo; y si la selección natural es imprescindible, opera sobre un campo de estructuras bien delimitado.
Gustavo Géley, describe la evolución: como el paso gradual de lo invisible a lo visible, donde el hombre es un microcosmos, un universo en pequeño que reproduce, aunque en forma simbólica y limitada, todos los poderes y facultades del macrocosmos; por lo que los antiguos decían que si pudiéramos comprender realmente al hombre, comprenderíamos el universo.
¡Qué obra tan maravillosa es el hombre! Tan parecido a un dios en algunos aspectos y tan animal en otros; lo mucho que sabemos acerca de las cosas y lo poco que conocemos respecto a nosotros mismos. Aún está en la adolescencia, pero su futuro está lleno de promesas, pero apenas nos aventuramos en los confines de la ciencia de la mente y de los sentimientos.
Sin embargo, el hombre nunca está disociado del universo y no hay facultad de su conciencia que no esté conectado con alguna clase de materia visible o invisible. Clara Codd, nos dice que: Todas sus actuaciones se manifiestan por medio de la materia física; ¿Pero, en donde se expresan sus pensamientos y sentimientos? ¿Dónde tienen su origen, considerando que son más de lo que realmente es el significado de él mismo?
Nuestros ojos “ven”, tan sólo una porción muy reducida de la realidad que es el hombre. Sin embargo, el hombre es más de lo que vemos y representa, en el plano físico. Para muchos, el pensamiento y el sentimiento no se originan en nuestro cuerpo sino en nuestro ser psíquico, por lo tanto, en algo que es más sutil; nuestro cuerpo es una cosa viviente que posee una vaga conciencia elemental propia y, según Francisco de Asís, es “el corcel en que cabalgamos” y conforme crece, llegamos a la madurez y finalmente a la disolución; también nos acaecen toda clase de sucesos y experiencias, los cuales llegan a nosotros por los órganos sensibles y de ellos, estructuramos conceptos mentales, memorias, ideales, comprensiones que hacen de nuestra vida algo muy valioso, aún y cuando nuestra comprensión sobre ella sea bastante limitada.
Donde, un pequeño accidente puede hacer grandes y drásticos cambios en el futuro, pero no necesariamente siempre es así, ya que en ocasiones tienen un papel crucial, pero en muchas otras, no tienen ninguno. Y así, Solé suele preguntarse acerca de lo que la ciencia tiene que decir sobre lo posible y lo imposible y, hasta qué punto algunos casos son singulares o por el contrario, son esperables.
La totalidad del universo, se mantiene en un movimiento incesante y rítmico. Esta sucesión de eventos pasa ante nosotros sin que nos apercibamos de ella en su mayor parte y menos aún, que los comprendamos y podemos preguntarnos: ¿Qué son dichos eventos en realidad? ¿Traen algún mensaje o significado trascendental?
Sabemos que de los átomos a las células y de las órbitas a las estaciones, el universo avanza siguiendo patrones; patrones que se repiten en forma de ciclos, que son los programas de computo de la naturaleza y que a pesar de su tamaño o complejidad, todos los ordenadores siguen el mismo principio básico, nos dice Gregg Braden.
Existe un motor cósmico, que hace mover las cosas, de modo que no sería exagerado decir que el universo y todo lo que hay en él, es lo que es y, está donde está, porque un código, un programa de cómputo de la naturaleza, lo han puesto ahí.
Donde la conservación de la energía, la segunda ley de la termodinámica o la teoría de la información, nos aproximan a la realidad y, que limitan el número de posibilidades, haciendo borrosas las fronteras sobre algunas de las creaciones de la evolución, como son el cerebro y la conciencia.
En nuestro cuerpo, sin darnos cuenta, se dan ciertos procesos que son bastante comunes a toda materia física, que es el que cambia continuamente y de que no es el mismo de un instante a otro y que está ocurriendo de momento a momento y, donde se dice que las formas en el plano físico son sólo “aparentes”; es decir, que todo lo que percibimos es sólo lo que aparenta ser en ese instante, por lo que no es la cosa en sí misma. Atrás de ella, está una realidad invisible a nuestros ojos.
Nuestros cuerpos, en el plano físico, constituidos por materia física, son parte indisoluble y jamás podemos apartarnos de dicho plano; y cuando lo abandonamos, nuestros átomos y moléculas que componen nuestros cuerpos, vuelan y se apartan para ir a formar parte de otras formas de animales, plantas y seres humanos; y podemos observar así, que nuestros cuerpos no son algo completamente separado de lo que nos rodea, ya que estamos constituidos por los mismos materiales básicos que integran a los árboles, rocas y animales, con intercambios invisibles de radiación y energía entre todas las formas que existen en nuestro planeta.
Si un organismo está procesando información, significa que está pensando. Es el acto de atender, identificar y dar respuestas significativas a los estímulos, también caracterizado por la capacidad de generar cadenas de ideas, muchas de las cuales son novedosas.
Pensar, es emplear la mente de manera racional y objetiva para evaluar o lidiar con una situación dada; inventar y considerar algo como una posible acción o elección, inventar o concebir algo.
Para Karl Popper: “Toda vida es una resolución de problemas” y, los biólogos evolutivos consideran que los animales son máquinas biológicas que buscan sobrevivir y reproducirse. Los avances de una investigación, son combinaciones intuitivo-racionales, que por obvias razones, en un principio se hacen de muy difícil comprensión.
Por lo que la idea de George Boole, era reducir el razonamiento lógico a un conjunto de reglas comparables a las del algebra, creando una manera de expresar pensamientos o declaraciones simples, que permitieran escribirlos como ecuaciones, que se combinan y operan de manera análoga a la forma en que la suma y la multiplicación nos permiten operar y formar ecuaciones con números. Y así, Boole estaba inventando las matemáticas del pensamiento.
Somos parte de un gran milagro y lo vivimos cada día sin darnos cuenta, pero lo más importante, nos dice Luis Aliaga, es que te guste o no te guste, tú eres el creador de ese hecho y, tomate un tiempo y notaras que hay cosas que crees que ocurren por casualidad, cuando son por causalidad.
Sin embargo, para Gregg Braden, somos mucho más que simples observadores experimentando un breve lapso de tiempo, en una creación que ya existe. Somos los artistas pero también de la obra de arte, controversia de la que Alberto Einstein afirmara que somos esencialmente observadores pasivos viviendo en un universo preexistente, sobre el que tenemos poca influencia.
Allí afuera, está este inmenso mundo que existe independientemente de nosotros y, que se alza ante nosotros como un gran y eterno enigma, pero que es accesible al menos en parte, a la inspección y al pensamiento. Pensar, nos dice Zamora Bonilla, es evaluar las circunstancias y dar una respuesta significativa mediante la generalización de ideas.
Para procesar toda la novedad y el cambio en la naturaleza, nos dice Leonard Mlodinow, se habría requerido una comprensión profunda del mundo complejo y un pensamiento elástico o moldeable. Donde, con la computadora en última instancia, no llegaríamos a ninguna parte, a menos que de antemano se le suministre un programa adaptado para esa tarea específica.
El ordenador genera variabilidad, mediante algo parecido a las mutaciones, sobre la cual actúa un proceso de selección, orientado a buscar las mejores soluciones a un problema dado. Estos sistemas de evolución artificial, nos dice Solé, nos han permitido no sólo comprender mejor los procesos naturales, sino también encontrar situaciones inesperadas que nos demuestran que existen espacios posibles a los que nuestra mente no tiene acceso.
Donde debemos asumir que la evolución por selección natural, es un proceso que actúa de forma general, no sólo sobre la materia viva sino también sobre algunos procesos fundamentales que escapan a la herencia genética, con lo que nos internaremos a través de la cosmología, el lenguaje o la cultura.
Si reconocemos que las cosas son tal y como son por necesidad, es decir, no son arbitrarias ni constituyen el resultado de un azar, reconoceremos igualmente que deben ser “como son” y, como los acontecimientos históricos dependían de ciclos y de situaciones astrales, se tornaban inteligibles y aún predecibles, nos dice Mircea Eliade, puesto que encontraban un modelo trascendente.
Donde para Hegel, el acontecimiento histórico era la manifestación del espíritu universal. Donde los acontecimientos no son una sucesión de arbitrariedades, sino que acusan una estructura coherente y sobre todo, llevan a un fin preciso; la eliminación final del terror a la historia, donde tal parece que vivimos una revolución permanente.
Más que una distracción de la realidad, la imaginación es clave para nuestra comprensión de nuestra existencia en el mundo. Donde nuestras neuronas no sólo nos permiten ver el mundo desde mi punto de vista, sino también visualizarlo desde el punto de vista de los demás y así, los humanos somos excepcionales porque nuestro desarrollo es muy lento y lo aprendemos todo, desde las habilidades motoras básicas hasta el lenguaje, a diferencia de los animales.
La raíz del pecado, nos dice Codd, es el egoísmo; por tal hecho y en este punto y generalmente hablando del hombre común y corriente, cierto grado de interés egoísta es una protección necesaria e instrumento de progreso para la mayoría de la gente y, donde el niño y el salvaje, son egoístas comúnmente por su propia naturaleza limitada y primitiva y por la ignorancia.
El sabio, debe suprimir lo no esencial, como son las pasiones, las ambiciones, los deseos, lo sensible, el cuerpo, para hacer que aparezcan en él la quinta esencia del Ser, nos dice Plotino.
La conciencia humana, es producto de las energías a nivel mental y al igual que cualquier forma de energía, la conciencia requiere de un medio energético que le permita moverse, ya que sin la suficiente energía, la conciencia se verá severamente restringida y los individuos se verían atrapados fuera de sí mismos en el plano mental, con la consiguiente pérdida de la creatividad, la concentración, la intuición y la memoria, según Swami Keith.
Es el intelecto, el que posee la innata capacidad de reconocer y organizar los fenómenos y los objetos del ambiente exterior en una estructura coherente y, son las funciones y los aspectos de la mente asociada con el intelecto, lo que permite que una persona funcione de manera consciente y manifieste su conocimiento dentro de esta estructura.
Los desafortunados que han visto desestabilizada sus funciones mentales, a menudo sentirán como si su mente se hubiera vuelto confusa o estuviese corriendo fuera de control, señala Keith.
La tragedia de cualquier adicción, es que se apodera de la vida de las personas y puede arruinarla. Así, Pat Darcy se dedicaba a pintar no porque le diera placer, sino que sentía una necesidad irresistible de pintar, como si fuera una adicta que ansiara una droga, comenta Mlodinow y no podía evitar pintar y volver a pintar en un estado parecido a un trance; comentando que su creatividad incontrolable se había convertido en algo destructivo. Kurt Vonnegut por su parte, comenta que: “Tenemos que saltar constantemente desde acantilados y desarrollar nuestras alas en el camino hacia abajo”.
A veces, ejecutamos acciones en piloto automático y lo sorprendente es que este tipo de comportamiento programado, para Leonard Mlodinow, también es común en nuestras “interacciones sociales complejas”; donde tendemos a comportarnos de una manera mecánica, de acuerdo con los patrones programados y, con un pequeño ajuste dado por los aspectos específicos, de la situación en la que estamos viviendo.
Investigaciones sugieren que, si bien se puede pensar que en las interacciones rara vez se siguen guiones, la mayoría de nosotros lo hacemos con bastante frecuencia, donde los psicólogos clínicos ven el comportamiento programado todo el tiempo y, en particular, en la dinámica de nuestras relaciones.
Nos gusta plantearnos desafíos y luego inventar formas de superarlos, donde nuestro sistema de recompensas es la manera que la evolución emplea para alentarnos a hacer lo que sea necesario hacer, creando sentimientos de deseo y placer y, finalmente de saciedad.
Sin la motivación que surge desde nuestro interior, el cerebro se niega a pensar. En el cerebro humano, su sistema de recompensas proporciona la motivación para iniciar o continuar una cadena de pensamientos y, guía hacia una elección de los problemas que debe razonar y ayudar a llegar al final, que el razonamiento pretende alcanzar.
En general, el primer paso para fomentar el pensamiento analítico, es fomentar el pensamiento en sí mismo y, volverse más consciente de cuándo empleamos guiones automatizados y descartarlos cuando no son lo más adecuados.
LAS LEYES DEL PENSAMIENTO
En la actividad neuronal que llamamos “Tomar una decisión”, nos dice Bonilla, intervienen muchísimos subprocesos, la mayoría de los cuales son inconscientes. Pero ¿Porqué tenemos la sensación de que tomamos la decisión voluntariamente, si la decisión “Ha sido tomada ya desde antes, por mecanismos cerebrales inconscientes”? ¿Para qué, dicho proceso, que nos lleva al hecho y de que tengamos la sensación de voluntariedad?
Para Bonilla, una acción voluntaria, no está causada por nuestra percepción de decidir hacerla, sino que esta percepción es sólo uno de los elementos del complejísimo proceso que consiste en decidir hacerla y, ejecutar la acción.
En algunas cosas, tenemos muy claro que ocurren en nuestra mente y toda experiencia de recordar la sientes de alguna manera “Dentro de ti”, pero tienes muy claro que no están en tu mente, sino ahí afuera, en la calle o en el campo, todo lo que te parece ser el exterior.
Tras una complejísima elaboración a través de numerosas áreas y capas de neuronas en el cerebro, algunos de estos patrones de excitación eléctrica se convierten en las imágenes que percibimos. La función de la percepción y de la sensación de obrar voluntariamente, es ayudarnos a aprender de nuestros errores y aciertos, para que nuestras decisiones futuras sean más exitosas y estén mejor adaptadas a nuestro entorno, ya que recordamos mucho mejor aquello de lo que hemos sido conscientes.
Para Bonilla, el hecho de tomar una decisión y de que ésta sea determinista, es decir predecible, no implica que “nuestras decisiones sean ilusorias”, lo que los psicólogos en la actualidad llaman “Mindfulness” que significa “Atención plena”, basándose en un concepto que se origina en la meditación budista. Ya que en comparación con los “Despiertos” que deberíamos estar, ¡sólo estamos “medio despiertos!
¿Nuestras respuestas son resultado del pensamiento o al igual que los animales, pasamos gran parte de nuestra vida actuando por un hábito programado sin pensar? Y ¿En qué medida el comportamiento puede continuar sin plena conciencia?
Antonio Damasio, nos aporta las claves para comprender qué son los sentimientos y qué relación tienen con nuestro cuerpo y así, nos demuestra que cuerpo y mente están íntimamente relacionados y que los sentimientos, son los cimientos de nuestra mente. Es así, entre el hecho de sentir y la regulación de la vida, conocida como homeostasis; que nuestras mentes y culturas están ligadas por un hilo invisible a la antigua vida unicelular y, que hay una poderosísima fuerza de auto conservación que lo gobierna todo y que es inherente a la propia química de la vida.
Tendemos a alabar el pensamiento analítico por ser objetivo, sin las distorsiones de los sentimientos humanos y por lo tanto, por su precisión.
La evolución nos dotó de emociones, como el placer y el miedo, para que podamos evaluar las implicaciones positivas o negativas de las circunstancias y los sucesos y, al carecer de cualquier recompensa emocional para impulsar sus elecciones, la toma de decisiones diarias paraliza. Somos expertos en enfrentar la novedad y el cambio, porque cuando hacemos frente a un obstáculo desconocido para lograr nuestros objetivos, nuestro sistema de recompensas basado en las emociones, nos guía hacia un pensamiento elástico. Y nos dice Mlodinow, nos estimula a generar ideas alternativas y a inventar una manera de elegir entre ellas.
Cuando ese sistema no funciona, no podemos hacer elecciones. Las emociones, en particular el placer, no sólo enriquece nuestras vidas, sino que son un ingrediente integral de nuestra capacidad para enfrentar los desafíos del entorno. Y cuando nos enfrentamos a demasiadas opciones o demasiadas decisiones, experimentamos una “sobrecarga de opciones”.
La ciencia no es sólo conocimiento sino también búsqueda de soluciones y de problemas nuevos. Búsqueda que obliga a desplegar algo de lo mejor que posee la especie humana: una imaginación, sometida constantemente al control del razonamiento lógico y de la comprobación.
En lo que se refiere a las ciencias físicas, cualquier teoría nueva se basa en una ley, en una ley conocida como natural. En cambio, en biología, no hay leyes como las observadas en la física, ya que para que algo sea ley, no ha de tener excepciones. Las teorías científicas se basan en leyes y, no hay ninguna en biología.
Sedgwic, se pregunta: ¿Cómo podía Darwin ser tan poco científico para usar el azar en alguno de sus razonamientos, cuando todo el mundo sabía que Dios controlaba el mundo. Darwin refutó la idea de la teleología o el uso del “Fin último”, como un medio de explicar los fenómenos naturales.
Para Darwin, todas las cosas tienen una causa natural, lo que hace innecesaria la creencia en una mente superior desde el punto de vista creativo. Con lo que Darwin tuvo un gran impacto en muchos aspectos del pensamiento humano cotidiano.
¿Acaso la selección natural no favorece siempre el egoísmo? Con Maynard Smith, tenemos su contribución más exitosa a la biología, que ha sido la de aplicar la “teoría de juegos” a la evolución. Y, el hecho de que en gran parte de los Estados Unidos sean rechazadas las ideas de Darwin, hace exclamar a Ernst Mayr, que el estadounidense es sorprendentemente ignorante acerca de casi todo, señalando que no puede explicar cómo toda una nación sea tan ignorante, pero lo es.
Nos asombra y no podemos quedar indiferentes frente al maravilloso funcionamiento del cerebro humano. Y nos asombra tanto en su complejidad como en su papel central en nuestro organismo, por lo que solemos reconocer su importancia en aquello que nos define y nos hace ser quiénes somos; esencial para nuestro desarrollo personal y físico.
De su esencialidad, se derivan no sólo las funciones cognitivas superiores sino sobre todo de su íntima unión con el resto del cuerpo, lo que hace posible la percepción de las sensaciones, tanto internas como externas a nuestro cuerpo. Es donde se produce el encuentro de varios mundos, el corporal y el mental de cada individuo. Unión que es para la mayoría de las personas, una experiencia que pasa desapercibida, al vivirla con naturalidad y sin ningún cuestionamiento, nos dice Jorge Sepulcré.
El arma fundamental que el ser humano posee para explicar el cerebro, es el propio cerebro. Frustrado por el hecho de que nunca se puede estar a la distancia necesaria del problema para verlo y estudiarlo con suficiente perspectiva; la encrucijada conocida como “El problema de ser el problema”. Cuestión que lleva fascinando a los filósofos por siglos, sobre todo cuando intentan explicar el concepto de conciencia.
Platón y Aristóteles, definen la filosofía como “La ciencia pura” y los estoicos y epicúreos como una aspiración a la verdad y a la felicidad; para Federico Überweg, la filosofía es “La ciencia de los principios”. Y curiosamente, tanto en Platón, Aristóteles, Descartes, Liebniz, Kant y Hegel, presentan ciertos rasgos esenciales comunes: una tendencia a la “Universalidad” y una orientación hacia la “Totalidad de los objetos”, dándose el contraste con la actitud del “especialista”, quién se dirige siempre al sector mayor o menor de los objetos del conocimiento, hallándose así un punto de vista “Universal” en la filosofía y que abarca la “Totalidad de las cosas”. El filosofo trata de conocer y de saber, por lo que se dice que la filosofía se orienta hacia la totalidad de los objetos, con un carácter racional.
Socrates, creador de la filosofía occidental, intenta hacer de toda acción humana, una acción consciente, un saber; trata de elevar la vida, con todos y todos sus contenidos, a la conciencia filosófica. La actividad del estadista, del poeta y del hombre de ciencia, se torna, por igual, objeto de la reflexión filosófica; por lo que la filosofía se presenta como una autorreflexión humana, sobre sus supremos valores “teóricos y prácticos y, sobre los valores de lo verdadero, lo bueno y lo bello”.
Esta ciencia, nos dice J. Hessen, nos instruye acerca de la esencia de las cosas, las conexiones y el principio último de la realidad. Donde los sistemas de Descartes, Spinoza y Leibniz, revelan la misma tendencia, que es hacia el conocimiento del mundo objetivo y, debería decirse de Aristóteles, que su filosofía se presenta ante todo como una concepción del universo. Y así, cuando la conciencia filosófica se dirige al “macrocosmos”, tenemos la filosofía en el sentido de una “concepción del universo” y por el contrario, cuando el “microcosmos” constituye el objeto a quién se dirige la filosofía, es en el sentido de una concepción del Yo. Y tal y como aseguran Platón y Kant: la filosofía es un intento del espíritu humano para llegar a una concepción del universo, mediante la auto reflexión sobre sus funciones valorativas, teóricas y prácticas y a la vez, una aspiración al conocimiento de las últimas conexiones entre las cosas, a una “concepción racional del universo”.
Los libros sagrados de la antigüedad, nos hablan mucho de la razón por la que estamos aquí, nos dice John Brooker; sin embargo, las ideas que se exponen en dichos libros sobre la verdad, en gran medida son humanas y en muchos casos, la información que proporcionan han sido corregidas por las personas que buscaron agregar sus propios conceptos e ideas de su época.
Todas las formas de vida en el planeta, se han desarrollado en entornos que no dejan de transformarse y se están adaptando a los cambios constantes, de tal manera que la versatilidad de la naturaleza parece infinita, nos dice Brooker. Y, así que la inteligencia humana crecía, su necesidad de conocer la verdad también crecía. Somos creadores de nuestra propia realidad, donde no existen límites ni obstáculos que no podamos superar y por consiguiente, es un mundo idóneo para crecer y aprender. Y, estamos ahí donde está dirigida nuestra mirada y cada situación en que nos encontramos, representa un punto de elección.
Somos energía y nos desplazamos y, todo lo que hacemos es mediante esa energía y de esta manera, estamos presentes como un sistema de energía a nivel material y, es lo que conocemos como nuestro pensamiento. Y así somos, un haz de energía que adopta la forma humana y, esta existencia es lo que conocemos como conciencia. La esencia integral, es el principio creativo que se expresa a través de nosotros, nos dice Brooker.
La ciencia moderna ha descubierto que con cada emoción que experimentamos en nuestros cuerpos, sufrimos cambios químicos como el ph y las hormonas. A través de las experiencias positivas del amor, la compasión y el perdón o, las emociones negativas del odio, los prejuicios y la envidia, cada uno de nosotros tiene el poder para afirmar o negar nuestra existencia en cada momento.
Braden, nos dice que parece que somos la propia energía que está creando el cosmos, así como los seres que tienen la experiencia de estar creando y esto es, porque somos conciencia; y la conciencia parece ser la sustancia a partir de la cual se hace el universo.
Los científicos han comprobado que cuando un electrón atraviesa una barrera con sólo una abertura disponible, se comporta como cabe esperar: comienza y termina su viaje siendo una partícula. En este caso no hay sorpresas, nos dice Braden y en cambio, cuando usamos dos rendijas, el mismo electrón hace algo que parece imposible, ya que algo misterioso ocurre en el camino: el electrón atraviesa ambas rendijas al mismo tiempo como podría hacerlo una onda de energía y, forma el tipo de pauta en el objetivo que únicamente una onda de energía produce.
La única explicación en este caso, es que la segunda abertura ha obligado de alguna manera al electrón a comportarse como si fuera una onda, pero sin dejar de llegar a su destino, tal y como empezó, siendo una partícula. Y aquí es donde interviene la conciencia. La conclusión es que el conocimiento de que el electrón tiene dos caminos alternativos y que es la conciencia del espectador la que determina el rumbo del electrón.
Y aquí es donde tenemos la oportunidad de vernos a nosotros mismos y a nuestro mundo, de una manera totalmente nueva y distinta, porque significa que somos parte de la totalidad y, que la conciencia tiene un papel clave en el universo.
Según Bohr y Heisenberg, el universo es un campo infinito, de posibilidades superpuestas, que están todas ahí en una especie de sopa cuántica, sin una ubicación exacta y sin existencia definida hasta que suceda algo que ayude a materializar una de ellas. Ese algo es la conciencia de la persona.
Max Planck, el padre de la teoría cuántica, sorprendió al mundo al decir que hay un lugar que es el origen de todas las cosas, un lugar de energía pura que simplemente ES. Una incubadora cuántica de la realidad, donde todo es posible y que recientes descubrimientos, dan evidencia de que la Matriz de energía de Planck, es algo real.
Mikio Kaku, nos habla de que suele decirse que entre todas las teorías propuestas, la más estúpida es la teoría cuántica y, algunos dicen que lo único que la teoría cuántica tiene a su favor es que, de hecho, es indiscutiblemente correcta.
LA ESENCIA DE LA OBJETIVIDAD
A lo largo de la historia, nos dice Dolores Delgado, han surgido diversas posiciones epistemológicas, que llegan incluso a ser contrarias. Y en la medida de nuestras limitaciones, debemos buscar dicho contraste, de acuerdo con el método hipotético deductivo.
Para Ernst Cassirer, el propósito principal de la investigación filosófica ha sido el Autoconocimiento, lo que es importante cuando se refieren a las funciones de la mente al percibir información sensible: percibir, conocer y expresar las formas externas, así como la formación o derivación de conceptos. Según Aristóteles: “La realidad no debe adecuarse a la mente humana, sino que ésta debe adecuarse a la realidad o dejarse medir por ella.
Al centrarnos en el estudio de la conciencia, debemos considerar su intencionalidad, su representación racional y sus significados; enfocándolos principalmente al contenido de la conciencia que mantiene las relaciones de percepción y, al contenido de la conciencia, que puede ser expresado subjetiva e intersubjetivamente por el ser humano, nos dice Dolores Delgado, agregando que:
El ser humano cuenta con sistemas que lo llevan a contactarse con la información, que de manera continua se le presenta y que le permite relacionarse con el mundo y, así es como surge el mundo empírico del ser humano. Y así podemos decir que es como el ser humano descubre ante sí, la representación de un mundo interior y al mismo tiempo se da cuenta de algo externo que se le manifiesta, es decir, que se le opone y que es el mundo que se le da en el curso de sus experiencias cotidianas.
Con ello, puede darse cuenta de que existe algo con lo que guarda contacto por ser él a su vez parte del mismo y que le resulta trascendente debido a su grandiosidad. Y que según la concepción de Kant, se trata de dos reinos; el fenoménico y el nouménico, donde es inaccesible el segundo de ellos y así se dan las posibilidades filosóficas de objetivación del conocimiento y la pregunta queda en el aire.
¿Es posible considerar una cierta objetividad en el conocimiento humano?, ¿En qué consiste?, ¿cómo se demuestra? y ¿cuáles son sus alcances?
Hay que buscar responder a la serie de interrogantes planteadas por una investigación que aborde las bases para un conocimiento objetivo, según Dolores Delgado, intersubjetivamente alcanzable, que si bien es cierto que lo expresado por un filósofo debe entenderse en el contexto de su pensamiento, esto es así solamente cuando se interpreta a dicho filósofo.
No obstante, un pensamiento considerado en su núcleo conceptual, también puede ser tomado como válido en sí mismo e interpretado respecto a su coherencia interior; producto, de sus relaciones fundamentales.
En el pensamiento actual, aparecen ideas consideradas como justificadas, tales como “la observación depende de la teoría”, consideradas que aparentan ser neutras y fundamentales, pero que sin embargo, es imposible soslayar que su universalización es simplemente una postura teórica inductivista del conocimiento, nos dice Delgado Wise.
El propósito, es hacer un cuestionamiento a las posturas relativistas de nuestro tiempo, que han servido, según Weis, para someter al hombre haciéndolo dudar de sus capacidades de conocer objetivamente y, permitiendo así ideologizaciones que le impiden desarrollar sus potencialidades individuales y colectivas.
Existe una afinidad entre la filosofía y la ciencia, ya que ambas descansan en el “pensamiento”; pero se distinguen por su “Objetivo”, ya que mientras las Ciencias tienen un objeto “Parcelar la Realidad”, la “Filosofía” se dirige al “Conjunto” de ésta. Una es una “Ciencia particular”; la otra una “Ciencia universal”. Donde la totalidad de lo existente, es más que una “adición” de las distintas partes.
Podemos decir, que el conocimiento filosófico va dirigido a la totalidad de las cosas y el científico, va orientado hacia las partes de la realidad, por lo que impera entre ambas una diversidad, no sólo en el sentido “Objetivo”, sino también “Subjetivo”.
El conocimiento representa una relación entre un “Sujeto y un Objeto”, donde el verdadero problema consiste en el problema “de la relación entre “Sujeto” y “Objeto”, y el conocimiento, se representa como una “Determinación” del sujeto por el objeto. Y Hessen se pregunta: ¿Es justa esta concepción, y cual, es el factor determinante del conocimiento humano? O, se admite que todos los objetos poseen un “Ser Ideal”, conocido como “Idealismo” o además de los objetos ideales hay objetos “Reales”, independientes del pensamiento, conocido como “Realismo”. Solución que puede resultar, tanto favorable al “objeto”, como al “sujeto”; y así en el primer caso tenemos el “objetivismo” y en el segundo al “subjetivismo”.
Resolver el problema del Sujeto y el Objeto, remontándonos a lo “absoluto” y, del “pensamiento y el Ser”, se tiene una solución “teológica” del problema, solución que puede darse tanto en un sentido “monista y panteísta”, como en su sentido “analista y Teista”. Según el objetivismo, el objeto es el decisivo entre los dos miembros de la relación cognoscitiva, en lo que “El objeto determina al sujeto”.
Platón, es el primero que ha defendido el objetivismo. Su teoría de las ideas es la formulación clásica del objetivismo, considerándolas como realidades objetivas y forman un orden sustantivo y un reino objetivo y, en la intuición; y es en la percepción cuando descubrimos los objetos del sujeto en una intuición no sensible, que es la intuición de las ideas.
Distinguiendo, entre la intuición sensible y la intuición no sensible. Para el objetivismo el conocimiento reside en el objeto y para el subjetivismo, en el sujeto. Y fue San Agustin quien colocó el mundo de las ideas en el Espíritu divino, haciendo de las esencias ideales, contenidos lógicos de la razón divina y el pensamiento de Dios.
Tal vez convendría aquí recordar al Tao Te Ching, y el Bhagavad Gita de la filosofía oriental cuando nos dicen: “Algo misteriosamente formado nacido antes que el cielo y la tierra, en el silencio y en el vacío, que permanece en la soledad y sin transformación, siempre presente y en movimiento. Quizá es la madre de las diez mil cosas. No conozco su nombre. Llámalo el Tao. A falta de una mejor palabra, yo lo llamo el grandioso. Y el Bhagavad Gita agrega: Aquél que ve que el señor de todo es siempre igual en todo lo que existe, que es inmortal en el campo de la mortalidad, ve la verdad.
Millones de años de evolución han resultado en millones de especies diferentes que habitan la Tierra y, solo una, el ser humano parece ser capaz de trasladarse mentalmente a sus recuerdos pasados e imaginar el futuro. Esta habilidad extraordinaria en el más puro sentido estadístico dentro del reino animal y de toda la biosfera y al mismo tiempo, para los individuos que formamos esta especie, resulta algo totalmente habitual e inevitable, según José Viesca.
Nuestra especie se encuentra aquí como fruto de un largo proceso de moldeado evolutivo, donde las altas capacidades mentales proporcionaron ventajas adaptativas y, donde todo surgió por un cúmulo de casualidades, pero también debido a grandes dosis de inventiva y análisis de las regularidades en el entorno.
El tema de las altas capacidades de la mente, está repleta de mitos y estereotipos y de creer que las hazañas mentales son fenómenos milagrosos que no tienen explicación posible; lo cual es claramente falso. Las altas capacidades de la mente son fenómenos de la naturaleza y como tales, pueden tener una explicación. Agregando Viosca, que en la evolución, cada especie es moldeada según un contexto ecológico distinto y por ello, desarrolla un repertorio concreto de rasgos y capacidades distintas.
Cada repertorio constituye un equilibrio delicado entre fortalezas y debilidades, cuya idoneidad se juzga en un ambiente específico. Y por ello, en biología no existe la perfección sino compromisos evolutivos, es decir: “lo que funciona en un sitio es un desastre en otro”, y por esto mismo, utilizar la biología para justificar ideologías o visiones políticas, es algo nefasto.
Todas estas funciones, son parte de nuestra especialización, que es la de ser generalista y, lo que nos ha permitido habitar casi todo el planeta, pero que no dejan de implicar una apuesta evolutiva, caracterizada por una serie de fortalezas y debilidades.
Para Cassire, el problema del autoconocimiento del ser humano constituye el propósito supremo de la indagación filosófica, en cuanto unificadora de la información que ha llegado a través de los sentidos, debido a su capacidad de contrastar sus representaciones, con lo que aquí hemos denominado imagen, nos dice Delgado Wise. Una función creativa de la Naturaleza hecha por la Naturaleza misma y, accesible a la conciencia, por medio de la aprehensión inmediata y que contiene las relaciones objetivas que se diferencian de las vivencias fantasiosas.
En cada cosa, está abierto el mundo de la realidad toda, pues estamos con la cosa real, pero aquello en que con esa cosa, estamos en la realidad, nos dice Zubiri, según Wise. ¿Y preguntándose: de acuerdo con un objetivo? Ya que según Goethe: “La complejidad y sutileza de la Naturaleza exige de nosotros tal flexibilidad y apertura interiores a sus múltiples fenómenos, que sería imposible mantenerse de forma rígida dentro de los límites de una sola forma de conocimiento. Donde, para procesar los datos de la conciencia, el ser humano cuenta con la función intuitiva, para la que todavía no podemos representar y solamente podemos descubrir como origen y, con la función simbólica, para la que si es posible representar.
Las ciencias y las técnicas modernas, han adaptado de manera creciente la hipótesis sistémica, que afirma que todos los objetos son ya sistemas o ya constituyentes de dichos sistemas. Quien trata de explorar la realidad, no puede limitarse a rechazar doctrinas; también necesita hacer suposiciones sobre lo que desea y puede llegar a conocer.
Todo científico, natural o social, usa algunos principios filosóficos entre los cuales se destacan los de claridad, racionalidad, el realismo, la prueba empírica y el sistémico. Los filósofos pueden ayudar a los científicos a analizar y refinar sus conceptos, a razonar mejor y a cuestionar hipótesis, métodos y resultados que parecen obvios, tal vez por haber sido propuestos por grandes sabios.
El epistemólogo, tiene derecho a sospechar que una teoría sea seudocientífica, ya que viola un principio básico; pero las nuevas teorías no deben abandonar las firmes adquisiciones de teorías anteriores. Puede corregir al científico e incluso puede informarle si ha adoptado elementos de filosofías extravagantes.
LO ESPERABLE Y LO INESPERADO O CUANDO LO INIMAGINABLE SE HACE EVIDENTE
Conforme se lleva a cabo la evolución, nos dice Swami Keith, los mundos son creados y así también las dimensiones dentro de cada uno de los mundos, donde como seres multimundanos y multidimensionales, los seres humanos se componen de conciencia, energía y materia flotando en un campo de tiempo-espacio.
El mundo natural, la manifestación de la conciencia universal se ve más o menos limitada, de modo que el Yo no puede manifestarse en su totalidad, a lo que los científicos llaman la memoria atómica, donde la percepción de las plantas se encuentra más desarrollada que en las rocas, aunque sigue siendo una conciencia latente y, es en dicho mundo animal donde la conciencia se vuelve más unificada y compleja y conforme el animal crece en complejidad alcanzando su máximo desarrollo en los humanos, que poseen las funciones psíquicas del intelecto, que el conocimiento, la percepción, el sentimiento y la voluntad se pueden manifestar al Yo en su plenitud a través de los vehículos del intelecto, de la mente y del cuerpo.
Donde la conciencia, que emerge por medio de la mente, nunca busca comprender sino que observa hasta saber. No emite juicios ni tiene como principal objetivo la supervivencia, lo que significa, nos dice Keith, que las cualidades de algo que se observa y se conocen por medio de la experiencia directa, del pensamiento, de la revelación o de la intuición, por lo que la comprensión no es función de la mente, remarca Keith.
El ser humano se encuentra desde su nacimiento, con sensaciones difíciles de controlar; y es un milagro el hecho de que no colapsemos con tanta información que recibimos de los órganos receptores internos y externos a nuestro cuerpo y, lo que a veces da lugar a depresiones nerviosas e incluso a enfermedades mentales, según F. J. Rubia.
De aquí que Henri Bergson proponga, que la función del cerebro y el sistema nervioso en su totalidad, junto con los órganos de los sentidos, es más eliminatorio que productivo; es decir, que para el buen funcionamiento del cerebro, es necesario eliminar información con el propósito de que pueda concentrarse en los datos que son vitales para el organismo; que la capacidad de percibir información y almacenarla en la memoria es muy superior a la que realmente puede manejar en cada momento el cerebro. Es decir, que nuestro cerebro no sólo puede recibir información del mundo exterior, si no del interior de nuestro propio cuerpo.
Al nacer, nos dice Ramón Alonso, el cerebro no es una tabla rasa, sino que presenta una serie de circuitos y estructuras predeterminadas por nuestro programa genético y generado durante el desarrollo prenatal y postnatal. Sin embargo, el impacto del ambiente es enorme, pues modula y afina cada una de esas funciones mentales que constituyen el eje de nuestra vida diaria, donde hoy la mayoría de los científicos apuesta por un enfoque integrado, como partes indivisibles de la misma realidad en el desarrollo del ser humano.
En la actualidad, la epigenética se considera un puente entre el genotipo y el fenotipo y, defiende la idea que la exposición a determinadas condiciones ambientales interactúa con la regulación de los genes y consigue influir en el fenotipo y en el estado de salud o enfermedad.
La percepción que tenemos de nosotros mismos, es una elaboración enormemente compleja, llevada a cabo por nuestro cerebro y con la información que recibe de nuestro sistema sensorial interno y externo. Es posible que el cerebro construya tu imagen, de forma muy distinta de la que pudiera darse en la realidad.
Pasamos gran parte de nuestra vida en sueños y ensueños, que representan una realidad más interna y profunda que no tenemos acceso conscientemente, pero que no deja por ello de influir sobre nosotros. De esta realidad interna, extraemos nuestras intuiciones o bien, aquello que nos sirve para la creatividad. Y así, gran parte de nuestras actividades se realizan inconscientemente, guiadas por intuiciones y sentimientos y afinidades, sobre los que no tenemos ningún control.
Es así que tenemos dos realidades: una externa, la que suponemos es la que percibimos como realidad, pero que sabemos a la vez que no es así; además de que lo que percibimos está influenciado por nuestro propio cerebro de forma que el resultado no es lo que existe “ahí afuera”, sino una mezcla de estímulos externos y construcción cerebral. Así también, existe una realidad interna, a la que accedemos con grandes dificultades, pero que gobierna la inmensa mayoría de nuestras decisiones, creencias y actividades.
El cerebro humano es una maquina creativa, un objeto natural complejo, no lineal y con características de no linealidad o dinámicas caóticas, clásica de los sistemas complejos. Y es bastante seguro de que por su complejidad, el cerebro de una persona sea un sistema caótico, en el sentido de que cambios minúsculos terminan produciendo resultados muy diferentes.
Hay cierta correlación entre tamaño cerebral y complejidad cognitiva, entre especies diferentes y dentro de una misma especie. Lo que ocurre es que la variabilidad es tanta, que no nos permite formular una regla general y mucho menos, predecir las capacidades cognitivas de una especie. Tenemos un cerebro que es tres veces más grande que el de un simio, que tuviese nuestro mismo tamaño corporal.
El conocimiento es esencial, pero también lo son las probabilidades, ya que las probabilidades pueden convertirse en hechos y creencias, pero al mismo tiempo tenemos que aceptar la enorme importancia de la probabilidad en el pensamiento. Aceptamos que hay una necesidad de tener un método, para demostrar que las ideas de los demás son incorrectas o que sus posturas son inadecuadas, ya que sin esto, todo sería un caos.
Y la argumentación dialéctica funciona muy bien, cuando intentamos destruir una postura y cuando estamos intentando decidir entre dos posturas diferentes, nos lo señala de Bono; pero no funciona cuando queremos investigar un tema.
En ciencia, no encontrar diferencias no quiere decir que no las haya, sino tan solo que quizá estén bien escondidas. Ya que muchas veces, la complejidad de un sistema no depende del número de elementos sino del número de los patrones o de sus conexiones y, tener lóbulos frontales con más enlaces puede haber sido un factor bastante determinante. También sabemos que el cerebro humano tiene patrones de conectividad que son únicos, tanto localmente como en toda la arquitectura del sistema nervioso.
La complejidad de los cerebros evolucionó y se incrementó en buena medida, según Zamora Bonilla, como una Carrera Armamentista entre predadores y presas, donde para cualquiera de los dos de ellos, el ser demasiado predecibles habría significado una muerte segura, así los movimientos aparentemente aleatorios de algunos organismos, son el resultado de mecanismos neuronales que favorecen la imprevisibilidad.
Vives enteramente dentro de tu cerebro, percibiendo una “realidad virtual” que de modo intuitivo, instintivo, tomas como la verdadera realidad. Pero, ¿Cómo podemos saber algo acerca de las cosas, si todo lo que percibimos directamente de ellas son imágenes construidas por nuestro cerebro?
Tanto el “mapa” del entorno como el “mapa” del propio organismo, tienen que ser lo suficientemente precisos para que la interacción entre el organismo y el entorno sea lo más adecuado posible, de tal manera que aunque el mundo no sea exactamente como nos parece que es, nuestra acciones, nos dice Zamora Bonilla, sí tengan realmente las consecuencias que nos conviene que tengan.
En cualquier momento del día en que un individuo cuenta con la libertad de dejar vagar el pensamiento hacía donde sea que lo lleven las ideas que se presenten en la conciencia, suelen producirse generalmente en nuestros momentos de ocio, ya que generalmente el estrés generado por un ajetreo crónico es perjudicial para el cerebro y a largo plazo, puede entrañar consecuencias de gravedad para la salud y, a corto plazo, destruye la creatividad, el autoconocimiento, el bienestar emocional, la capacidad social y dañar la salud cardiovascular.
Nuestro cerebro está programado de un enorme conjunto de subrutinas computacionales, que se implementan de forma inconsciente y, que nos permiten reconocer los objetos y sucesos de nuestro entorno de forma útil, para poder interactuar con ellos o para poder saber qué podemos esperar de su comportamiento.
No se pretende encontrar “hechos” que puedan establecerse fuera de toda duda, sino más bien entender de qué forma los hallazgos científicos puedan modificar nuestra forma de comprendernos a nosotros mismos, ya que en el fondo no somos más que unos animales más sofisticados que los demás.
Sabemos desde hace mucho, que algunas drogas pueden generar alteraciones en la percepción y, lo mismo se da con la estimulación eléctrica cerebral que nos dan experiencias similares, donde es posible que algo que no es nuestro cuerpo, lo percibamos como si lo fuera.
Podemos proclamar que una cosa es la mente y otra muy distinta es el cuerpo. Pero la verdad es que por muy distinta que sea la mente del organismo, existe una conexión entre ambas y, aunque consideramos que poseen naturalezas distintas no podemos dejar de considerar su permanente interacción e interdependencia.
En los cerebros más complejos, todo es software y hardware al mismo tiempo, lo que hace que se tenga conciencia, se sientan emociones y nos demos cuenta de las cosas; lo que los ordenadores más avanzados están muy lejos de poder realizar. Y aunque podamos considerar como algo trivial que el cerebro transforme las señales eléctricas en otras, mediante algunos algoritmos computacionales, resulta muy difícil sino imposible utilizarlos para explicar la capacidad cognitiva del cerebro, según Bonilla.
El Conexionismo, intenta reducir la importancia que tienen los algoritmos centrándose en las estructuras de las redes neuronales; y aunque no existen físicamente, se construyen simulaciones informáticas de ellas, diseñadas de tal forma que pueden aprender sobre la marcha de su posible desarrollo, es decir, de la misma forma que lo hacen las células nerviosas reales.
Y en lugar de ser los científicos quienes inventen un programa que pueda reproducir el funcionamiento de nuestra mente, es la red neuronal diseñada artificialmente la que se construye de tal forma, que ella misma pueda aprender y construir el posible programa con el cual funciona la red, lo que plantea un paso imprescindible para comprender cómo funciona el cerebro y, también saber quiénes somos, en realidad. Las redes neuronales en nuestra mente inconsciente, a lo largo de años, de alguna manera aprenden a sopesar rasgos de objetos complejos de una forma de la que ni siquiera somos conscientes.
El problema del lenguaje neuronal, no sólo se debe a que se trata de un idioma desconocido para nosotros, sino a que además, tenemos qué inferir sus propias reglas. Nos vemos inmersos en la tarea de descifrar las reglas, estructuras y funciones de unas neuronas que emiten mensajes nuevos y misteriosos para nosotros, un lenguaje con una complejidad estructural tan enorme, nos dice Jorge Sepulcre, que se hace intraducible, por el momento.
La máquina de Babage, ofrecía un nuevo marco para comprender cómo funciona nuestra mente. Las computadoras tradicionales pueden jugar ajedrez mejor que cualquier humano, pero no son capaces de componer una sinfonía. Las computadoras son manipuladoras de símbolos y, esos símbolos se usan para representar hechos sobre el mundo, pero también pueden representar reglas que describen las relaciones entre esos hechos y asimismo, son capaces de representar reglas que establecen cómo se manipulan dichos símbolos.
La experiencia repetida bajo las mismas circunstancias, no da los mismos resultados y no observamos, nos dice Ivar Ekerland, cinco veces el mismo protocolo, sino cinco protocolos diferentes. Y nos pregunta ¿Cómo se llama lo que solamente se puede observar, sin entender lo que pasa ni adivinar lo que va a pasar?
La teoría matemática del Caos, permite describir sistemas inestables como el movimiento de los planetas o los sistemas meteorológicos. Que en definitiva, esclarecerá que la única regla es que no hay reglas y que el mismo pasado, no determina el futuro.
SOBRECARGA DE OPCIONES
En la sociedad actual, nos enfrentamos a un torrente de elecciones sin precedentes, donde investigaciones sugieren que cuando nos enfrentamos a demasiadas opciones o demasiadas decisiones, experimentamos una sobrecarga, análoga a la sobrecarga de información que estimulan las partes primitivas del cerebro que responden al miedo en situaciones de vida o muerte, lo que agota los recursos mentales, causa estrés y socava el autocontrol.
La principal función biológica de los sistemas nerviosos y de los cerebros, nos dice Bonilla, es permitir que los organismos desarrollen conductas cada vez más complejas, donde algunos animales, son más libres que otros y pueden elaborar comportamientos más variados y sofisticados. Que no son todos los comportamientos sino sólo aquellos que se eligen de forma consciente, a los actos voluntarios y, no son simples reflejos y concluir que un ser vivo es tanto más libre cuanto mayor sea el conjunto de las acciones y opciones que pueda realizar voluntariamente.
El principio de existencia de alternativas, nos dice que una acción es libre sólo si es posible que la persona hubiera tenido la oportunidad de actuar de otra manera. Por lo que una acción es libre sólo si el sujeto que la realiza es el causante último de la acción. Puntos nada obvios de averiguar.
Se puede emplear una estrategia de toma de decisiones, en la que se puede emplear una estrategia en la que se acepta la primera opción satisfactoria, en lugar de seguir buscando la mejor opción, que son conocidos como “satisfacedores”, en vez de “Maximizadores”; los cuales siempre tratan de elegir a lo mejor. Así, cuando usted “elige” ¿busca y analiza muchas opciones, en lugar de decidirse rápidamente? ¿Cuándo compara, recopila una montaña de información antes de comprar? Si es así, se diría que usted tiende a maximizar.
La complejidad espacial y temporal del diálogo entre neuronas, exige de nosotros una investigación mucho más sofisticada y precisa si queremos entender el verdadero significado de la organización cerebral, apunta Sepulcré. Desgraciadamente, no conocemos cómo funciona el cerebro en su todo, es decir, no tenemos una explicación sobre la funcionalidad en su conjunto, por lo que creemos que una clave esencial para comprender el cerebro humano, precisa de la integración de diferentes escalas de análisis y que, aunque se tendrían que contemplar los detalles, no deberíamos perdernos en ellos, ya que su intención debe ser unificadora.
Además, si el cerebro es un sistema realmente impredecible, también lo será para sí mismo y, podemos llevarnos sorpresas tomando decisiones que no esperábamos tomar. Y como sea, se trata de algo muy diferente de la noción de libre albedrío y, así concluir que ni el determinismo ni el caos determinista, son compatibles con el libre albedrío. Pero, lo es también con el indeterminismo, en el sentido de que las leyes de la naturaleza no fijan una única evolución posible, sino que sólo determinan una distribución de probabilidad de sus posibles evoluciones.
Así como el conocimiento del ser humano está permanentemente dialogando entre la observación y la interpretación, entre el análisis y la síntesis, entre la historia de hechos y la narración interpretativa, se debe tener una vocación integradora y no únicamente analizadora; de ahí la importancia de su funcionalidad globalizadora de sus unidades más elementales.
¿Cómo averiguar si el universo contenía la posibilidad física de haber decidido hacer algo distinto a lo que hizo? O, ¿Cómo podemos identificar todas y cada una de las causas que nos han llevado a hacer lo que hemos hecho y estar seguros de que no ha habido nada que nos haya forzado a hacerlo?
Los Estoicos pensaban que lo importante no es si nuestras acciones son evitables o inevitables, ya que para ellos son inevitables, pues pensaban que todo lo que ocurre está predestinado y se da mediante un encadenamiento racional de causas y efectos.
La libertad radical del libre albedrío, no sería compatible con la omnipotencia de Dios, ya que éste sabría desde el principio de los tiempos nuestras posibles decisiones. Con esto, ¿Cómo puede ser tu decisión realmente libre? Y, ¿Cómo puedes tomar una decisión en contra de su voluntad, diferente a la que Él quiere tomar?, nos pregunta Bonilla. Pero más complicado sería el hecho de justificar de que Dios no sería el culpable de los males que existen en el mundo.
Con la ciencia moderna, la cuestión más importante no es ya su posible incompatibilidad con Dios o de algo predestinado, sino de Las Leyes Naturales, las cuales pueden ser formuladas con exactitud matemática por los científicos y que los filósofos tomaron como realidad. Y así, Spinoza niega que el libre albedrío pueda existir, ya que todo está sometido a las leyes de la naturaleza y, a nosotros nos parece que tomamos decisiones libres, ignorando por completo las Causas por las que hemos tomado dicha decisión.
Los científicos se fueron dando cuenta de que algo sucedía obedeciendo las leyes de la naturaleza o bien, sucedía violándolas. Y, fue Laplace quien consideró que el universo se comportaba de manera Determinista, es decir, que sólo sucede lo que es posible y, lo que no haya sucedido, es porque era imposible de que ocurriera.
El experimento de la Doble Rendija, consiste en proyectar partículas cuánticas a través de una barrera que tiene dos pequeños agujeros y medir la forma en que son detectados después de haber atravesado estas rendijas. El sentido común nos dice que cuando un objeto comienza siendo una partícula, continuará asumiendo esta forma a lo largo del experimento. La evidencia, sin embargo, muestra que sucede algo bastante extraordinario durante el recorrido entre el punto de partida y el punto de llegada, algo a lo que nos hemos referido anteriormente y que no deja de sorprendernos.
Las leyes no deterministas, como la mecánica cuántica, consideran que algunos sistemas pueden evolucionar de varias formas posibles y así, un electrón podrá recorrer varios caminos y terminar en varios distintos lugares pero, habiendo seguido todos los caminos posibles a la vez. Sin embargo, también podemos observar que dentro del determinismo, no necesariamente se tiene una solución única, sino que se puede esconder un indeterminismo que tiene o presenta muchas soluciones.
Dos sistemas iguales en todo, pero que en uno de ellos se tenga una partícula ligeramente desplazada con respecto al otro grupo, podemos observar que tan pronto empiecen a evolucionar, al cabo de un tiempo, casi todas las partículas están en un lugar distinto en los dos sistemas. Fenómeno conocido como Caos Determinista.
Las leyes físicas deterministas, sólo permiten predecir las futuras posiciones de un objeto si conociéramos con Absoluta Exactitud su posición inicial de cada uno de sus elementos, ya que el menor error posible cometido en la medición inicial de alguno de ellos, haría que no sepamos distinguir, si estamos ante un sistema o ante otro muy parecido y por lo tanto, no sabremos distinguir si evolucionará como lo haría uno de ellos o como lo haría otro.
Desafortunada o afortunadamente, la mayor parte de los fenómenos que se dan en la naturaleza son sistemas de este tipo, ya que incluso el movimiento de los planetas, es en realidad un sistema caótico, pero dichos efectos caóticos, se presentarían en un lapso de millones de años, según estudios de Poincaré y Kolmogorov.
Se conoce como Autoorganización, al surgimiento de estructuras u orden sin un agente externo que lo imponga, contradiciendo nuestra intuición mecanicista respecto de lo que conocemos como causal o Causación. Donde, el sentido común nos dice que si algo está organizado es por la intervención de una fuerza externa inteligente, ya que el orden no puede ocurrir de manera espontánea, cosa que no es necesariamente así, ya que en la naturaleza la Autoorganización Adaptativa, no es la excepción sino la regla, nos dice Andrew J. Smart.
Tú eres la causa y el efecto a la vez, tú mueves tu entorno y todo lo que estás atrayendo es por la sintonía de ese momento. Debemos aceptar la vida con todo y nuestros aciertos y errores, nuestro pasado y nuestro presente, para obtener un panorama más claro de nuestro futuro. Ama lo que tienes y lo que eres, ya que de la manera en que veas el mundo, él te verá a ti y, ten por seguro de que tu manera de ver las cosas es real, por lo menos para ti. Comprendiendo el papel que desempeño y amándome a mí mismo, me doy cuenta de que sólo me necesito a mí mismo para ser feliz y a los demás, para compartir esta felicidad, nos dice Aliaga.
No importa de qué sistema estemos hablando, necesitamos que permanezca dentro de ciertos límites para su estabilidad y, un sistema complejo auto organizado está constituido de un gran número de componentes que interactúan de manera no lineal y exhiben un comportamiento colectivo y, debido a un intercambio de energía e información con el medio ambiente, puede modificar su estructura interna y sus patrones de actividad, según Kwapien y Drozdz.
Es muy difícil, si no imposible, controlar los sistemas que se autoorganizan, nos dice J. Smart, como la de controlar el clima, las crisis epilépticas, la economía o los movimientos sociales espontáneos. Y podemos describirlos o predecirlos de manera bastante acertada, sin embargo no podemos explicar el porqué se dan. Y podemos ver que cuando, como resultado de fuerzas externas, estos sistemas llegan más allá de un estado crítico, pueden colapsar o modificar por completo el modo en que responden al entorno. Y ya sea un ser humano, una sociedad o el clima, es esencial permanecer dentro de ciertos límites para conservar su estabilidad.
Pero, ¿Cómo sabemos que el clima ha cambiado? nos pregunta Nicholas Mirzoeff. El clima es un sistema donde concurren problemas de escala, medida y comprensión que parecen muy abstractos, ya que el mismo concepto de clima es una abstracción, una interpretación humana de datos suministrados a lo largo del tiempo, que no se pueden observar en sí mismos, nos dice Edwards, ya que no cabe experimento alguno, ya que su escala es la del propio planeta.
Las actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles, han elevado el dióxido de carbono a 400 partes por millón, una proporción todavía minúscula e invisible, comparado con otras eras en el pasado, pero que incluso si pudiéramos detener dichas emisiones, el clima seguiría cambiando durante siglos, pero sobre todo, está el hecho de que aún no somos incapaces de ver dichos cambios climáticos, tanto en el sentido literal como metafórico, nos dice Mirzoeff.
Lo que vemos hoy, es el resultado de las modificaciones humanas durante el largo período de la historia humana, que no es sino una mota en el ojo del tiempo geológico. Y entre lo más relevante durante este período, figura la sexta extinción masiva de seres vivos y la desaparición progresiva de más de una cuarta parte de los bosques del mundo.
La auto organización es un rasgo de la complejidad que algunos llaman Emergencia, lo que significa que el comportamiento complejo de un sistema, exhibe características macroscópicas que ninguno de sus componentes posee. En el nivel sistémico, pueden emerger comportamientos extremadamente complejos como resultado de la interacción de partes simples del sistema. Así por ejemplo, las sociedades de hormigas que a pesar de estar constituidas por millones de organismos, se adaptan y se comportan como si fueran una sola entidad.
Una ley indeterminista, nos dice Zarate Bonilla, implica que un suceso ocurrirá con una probabilidad determinada, es decir, en un determinado porcentaje de frecuencias, si se repitiera la situación un número muy elevado de veces. El indeterminismo implica que cuando un sistema evoluciona de una manera en lugar de hacerlo de otra manera, no hay ninguna causa que lo haga evolucionar así, ya que sencillamente, es un proceso aleatorio y ajeno a las leyes causales de Newton.
Si nuestras decisiones fueran de esta manera, no se cumpliría el principio –el del último control- y nuestra decisión sería el resultado de una lotería sin nuestro posible control.
Se puede analizar el pasado, pero hay que diseñar el futuro. Diseñar, significa unir todo lo que tenemos para transmitir los valores que queremos. El juicio, nos dice Edward de Bono, busca la verdad y toma decisiones basándose en el pasado. El diseño en cambio, busca los valores y se dirige al futuro. Por lo que para de Bono, tenemos que introducir más diseño en nuestro pensamiento y en nuestro sistema educativo. Donde el juicio se preocupa de lo que ya “es” y el diseño se ocupa de lo que “podría ser”.
Necesitamos ideas nuevas para resolver conflictos y, diseñar visiones de progreso. Y que por otro lado, la información puede ser excelente, pero en ocasiones no es suficiente.
Se dice que los chinos nunca desarrollaron el “sistema de probabilidades”, nunca desarrollaron la especulación, la hipótesis y la probabilidad, de forma que su progreso se estanco en la antigüedad; porque sin probabilidad no se puede progresar.
Nuestros ordenadores permiten analizar los datos y este análisis, constituye la base para tomar las decisiones y diseñar estrategias; pero a menos que alguien haga el esfuerzo de mirar los datos de varias otras maneras, se corre el riesgo de quedarse estancados, con antiguos conceptos; por lo que la probabilidad es una parte muy importante y debemos tomarla en cuenta como una forma de llegar a la verdad.
LA CLAVE DEL UNIVERSO
Según la visión científica tradicional, somos sólo objetos pasivos viviendo en un universo sobre el que tenemos muy poca influencia. Sin embargo, los últimos descubrimientos de la física, nos dice Gregg Braden, nos ofrecen una visión muy distinta, ya que no estamos en absoluto separados del mundo que nos rodea, ni tampoco somos meros observadores pasivos de la realidad, ya que existe un “Campo de energía” que conecta todas las cosas, que forma todas las cosas y que es el origen de nuestro mundo.
Esto lo cambia todo, ya que si supiésemos cómo comunicarnos con ella, podríamos transformar nuestras vidas y nuestro mundo y convertirnos en arquitectos de nuestra vida y nuestro mundo.
Siempre hemos creído que cuando los objetos físicos están separados, están realmente separados en todos los sentidos, pero los fotones nos muestran algo distinto. Nicholas Gisin, nos dice: “Lo que es fantástico y fascinante es que los fotones entrelazados forman un mismo objeto e incluso cuando los fotones son separados geográficamente, si uno de ellos sufre una modificación, el otro fotón experimenta automáticamente el “mismo cambio”, lo que en la física tradicional no es posible tener una explicación y lo que para Raymond Chiao, lo describe como “Uno de los mayores misterios de la mecánica cuántica”.
Conexiones que son un hecho de la naturaleza, nos dice Gregg Braden y, que han quedado demostradas, pero que filosóficamente son muy difíciles de explicar, por lo que para muchos, son consideradas como rarezas cuánticas. Y lo más extraño de todo, es que dicho fenómeno también se ha observado en galaxias separadas por muchos años luz.
Esta energía, nos dice Braden, es el puente de nuestro mundo exterior, así como el recipiente de todo lo que existe y, viene a cambiar lo que hasta ahora pensábamos acerca de nuestro papel en la creación. Donde para John Wheeler, es imposible que podamos ser meros observadores del universo que nos rodea, ya que los experimentos sugieren que el propio acto de observación, es un acto de creación y, que es la “conciencia”, la autora de esa creación.
¿Qué es lo que se nos está revelando sobre el funcionamiento del universo que hemos estado pasando por alto? Y ¿Cómo podemos estar tan seguros de que todo en el universo está realmente conectado? Nuestro universo comenzó con una gigantesca liberación de energía hace mucho tiempo y esta “Red de Energía” continúa expandiéndose a través del Cosmos y, es la esencia cuántica de todas las cosas y de todos los seres vivos.
Ésta es la energía que conecta nuestras vidas y ésta es también la esencia que actúa como espejo multidimensional, reflejando lo que creamos con nuestras emociones y creencias y, lo que constituye nuestro mundo. Considerarnos partícipes en el proceso de creación, requiere una nueva percepción del cosmos y de su funcionamiento.
David Bohm, colaborador de Einstein, creía que existen dimensiones más elevadas o más profundas que sustentan todo lo que existe en el mundo. Comprobó que las partículas en estado de plasma, se comportaban como si estuvieran conectadas entre sí y formaran parte de un todo mayor. Por lo que si pudiésemos ver el universo en su totalidad, los objetos en nuestro mundo aparecerían como la proyección de algo que está sucediendo en otra dimensión, que no podemos ver. Por lo que tanto, lo visible como lo invisible, son expresiones de un orden mayor y más universal.
Que todas las cosas que podemos ver y tocar son ejemplo de un “orden explicado” de la creación y que todas las cosas que aparentan estar separadas forman parte de un “Todo” mayor, que llamó “Orden implicado”. De aquí que todo el universo y todo lo que hay en él, forme parte de un “Gran orden cósmico”, es decir de “Una totalidad integrada”, en continuo movimiento.
Con lo que Bohm, quedo convencido de que el universo funciona como un gran “Holograma”, donde cada parte contiene al objeto en su totalidad, pero en menor escala y donde, las formas están contenidas dentro de otras formas, completas en sí mismas, pero a distinta escala.
Parece que una vez que algo ha estado unido, está siempre conectado, a pesar de que la unión física haya dejado de existir y, el hecho de que los fotones y las partículas del Big Bang, hubiesen estado físicamente unidas en el pasado, es crucial para explicar su interconexión.
Todo lo que estuvo unido dentro de este universo, hace millones de años, con el tamaño inicial de un guisante, sigue estando conectado y la energía que realiza esta conexión es a lo que Planck llamó “La Matriz” de todas las cosas. Describiéndola como una forma de energía que está en todas partes y que ha estado presente desde que el tiempo comenzó.
La existencia de este campo de energía, tiene un efecto directo sobre la forma en que vivimos, sobre todo lo que hacemos, sobre todo lo que creemos y sobre cómo vemos nuestra vida. Son precisamente estos principios los que abren la puerta a una visión más enriquecedora, liberadora y positiva de nuestro mundo y de nuestras vidas, según Braden.
Se propone que dicha Matriz de energía es “Holográfica” lo que significa que cualquier porción del campo, contiene la totalidad de éste, donde se cree además que la “Conciencia”, también es holográfica.
Está claro que hay algo allá fuera, una "Fuerza”, un campo, una presencia, que es lo que hemos definido como la “Gran Red”, que nos “Conecta” a los “Unos con los otros” y que también nos conecta con nuestro mundo y con un poder energético superior. Con lo que “todos los acontecimientos” de nuestras vidas adquieren un significado totalmente nuevo y a lo que Braden y John Wheeler dicen, que es así como nos convertimos en “Participantes” en lugar de víctimas de fuerzas que no podemos ver y que no comprendemos.
Independientemente de la escala, según Braden, estas claves actúan del mismo modo, donde la primera clave es que la naturaleza utiliza a los fractales para llenar el espacio del universo. Y tal parece que es el “Número Aureo”, el que determina la frecuencia con que la naturaleza repite los fractales que llenan los espacios y, ambas combinadas, nos ofrecen una perspectiva sobre el lenguaje. Donde los fractales son el código dentro del código, dentro del código.
Las hormigas y el clima son patrones cíclicos, que pueden reconocerse y que en conjunto, forman parte de patrones estacionales mayores. Al unir los más modernos descubrimientos sobre los patrones de la naturaleza, que son los fractales, con la visión tradicional de un universo cíclico, Braden propone que todo es un reflejo recurrente a ciclos pasados, donde cada uno de estos ciclos, al repetirse, surge como una versión amplificada y más potente de sí mismo.
DECISIONES BAJO INCERTIDUMBRE
Cuando en la vida diaria tomamos una decisión, no tenemos conciencia de lo mucho que el azar interviene en esa decisión, modificando sus efectos. La realidad que percibimos nos dice Leonard Mlodinow, no es un reflejo directo de las personas o circunstancias que hay detrás de ella, sino una imagen que se ha vuelto borrosa por los efectos azarosos de fuerzas externas imprevisibles o fluctuantes.
Un número o grupo de números, se considera aleatorio si no sabemos o no podemos predecir como resultará el proceso que lo produce. Se necesita una gran tabla de dígitos aleatorios para ayudar a encontrar soluciones aproximadas de determinadas ecuaciones, utilizando una técnica conocida como de Monte Carlo. Pero nunca se ha podido desterrar las posibles irregularidades hasta la fecha, por lo que se le ha llegado a considerar que el caos completo, es una especie de algo Perfecto.
Los procesos aleatorios son fundamentales en la naturaleza, pero la mente humana funciona de tal modo que necesita identificar una causa concreta para una acción determinada. Donde el azar y lo aleatorio está presente en la política, en los negocios, en la medicina, en los deportes, en toda la vida y sin embargo, los principios que gobiernan el azar no han trascendido aún al público en general.
Bernoulli, descubrió en la trayectoria de los cometas sus leyes fundamentales y la capacidad de predecir su posible aparición, afirmando públicamente que los cometas siguen una ley natural y no son caprichos de la voluntad de un ser divino. Debido a su subjetividad, Bernoulli sentía limitada la teoría del azar y de que no estaba diseñada para situaciones de ignorancia, en las que las probabilidades de varios resultados se podían definir pero que en la práctica eran desconocidas y, que en lugar de depender de las probabilidades dadas, podíamos intentar descubrirlas a través de la observación.
Y de que es justificable el esperar que a medida que aumentemos el número de pruebas, las frecuencias observadas reflejen cada vez de mejor forma sus subyacentes probabilidades. La expresión ‘ley de los grandes números’, concierne al modo en que los resultados reflejan probabilidades subyacentes, cuando hacemos un gran número de observaciones. El teorema de Bernoulli, demostró que una muestra lo suficiente grande reflejará la estructura subyacente de la población muestreada.
La probabilidad, es la aceptación de la falta de certidumbre en nuestro conocimiento y, el desarrollo de métodos para superar nuestra ignorancia; pero en el mundo real, más que adivinar la solución hay que adivinar cuál es el problema, nos dice Nassim Taleb. Agregando que el tipo de suerte que se produce en las finanzas, es del tipo que nadie comprende pero que la mayoría de los operadores cree que lo comprende, lo que ofrece una ampliación de los sesgos; y el hecho de que cada persona inteligente, trabajadora y perseverante tenga éxito no implica que toda persona de éxito sea necesariamente una persona inteligente, trabajadora y perseverante.
La conexión entre acciones y resultados, no resulta tan directa y por eso, nuestro pasado no es tan fácil de entender, ni nuestro futuro fácil de predecir. Y en ambas empresas, nos beneficiamos mirando más allá de las explicaciones superficiales, ya que subestimamos los efectos del azar en todo.
Un modelo de decisión, debe considerarse como un vehículo para resumir un problema de decisión de forma tal, que haga posible la identificación y evaluación sistemática de todas las alternativas de decisión del problema y después, tratar de llegar a una decisión, seleccionando la alternativa que se juzgue sea la mejor entre todas las opciones disponibles.
Nuestras maneras de pensar habituales, pueden llevarnos a tomar decisiones que no son precisamente óptimas y que resultan incluso incongruentes. Muchos estudios apuntan a una estrecha conexión entre las partes de nuestro cerebro que hacen valoraciones de situaciones al azar y, aquéllas que se encargan de la característica humana, de nuestra principal fuente de irracionalidad que son las emociones y donde, la amígdala se activa cuando tomamos decisiones formuladas en la incertidumbre.
Los mecanismos mediante los cuales las personas analizan situaciones que implican azar, son un producto intrincado de factores evolutivos, estructura del cerebro, experiencia personal, conocimiento y emoción, ya que de hecho, la respuesta humana a la incertidumbre es tan compleja que en ocasiones, diferentes estructuras dentro del cerebro llegan a diferentes conclusiones y aparentemente, compiten para determinar cuál de ellas domina.
El hemisferio derecho escoge siempre conjeturar sobre lo más frecuente, mientras que el izquierdo trata de adivinar la pauta. Sin embargo, cualquier habilidad puede mejorarse, según Mlodinow y Bertrand Russell, nos dicen al respecto de que todos empezamos desde la doctrina de que las cosas son como las vemos y, examinando la vida a través de la lente de la aleatoriedad, veremos que muchos sucesos de nuestras vidas, tampoco son exactamente lo que parecen, sino más bien algo muy diferente.
El mayor desafío para entender el papel del azar en la vida, es que aunque los principios básicos del azar surgen de la lógica cotidiana, muchas de las consecuencias que siguen a esos principios demuestran ser contra intuitivos. Donde Kahneman, subraya que recompensar el comportamiento positivo funciona, pero que castigar el negativo no lo es.
Un fenómeno no necesariamente será cierto, ya que un fenómeno conocido como “regreso a la media” donde en cualquier serie de sucesos azarosos, un suceso extraordinario es más probable que sea seguido, debido puramente al azar, por uno más normal. Tursy y Ahneman, descubrieron que incluso en temas sofisticados, cuando se llegaba a procesos aleatorios, las creencias e intuiciones de las personas muy a menudo los decepcionaba. Mucho de lo que nos sucede, es en considerable medida, tanto el resultado de factores aleatorios como de la habilidad, la preparación y el trabajo duro individual.
Los griegos inventaron el modo actual en que se desarrollan las matemáticas modernas, que es a través de axiomas y teoremas, pero Kurt Gödel, demostró que este enfoque es algo deficiente, ya que así, son inconsistentes, de contener verdades que no se pueden demostrar. Sin embargo, seguimos nuestra marcha por el camino de los griegos, los cuales crearon un conjunto de axiomas, aceptados sin demostración, avanzando desde ahí para demostrar interesantes y bellos teoremas detallando las propiedades de las formas geométricas pero, jamás desarrollaron las probabilidades. Ya que insistían en la verdad absoluta, desaprobando los aspectos inciertos de la vida.
Según la manera correcta de la composición de probabilidades, no sólo dos medias pruebas dan menos de una certeza completa, sino que ningún número finito de pruebas parciales, sumará nunca una certeza, porque para comparar probabilidades no las sumas, sino que las multiplicas. Donde, si dos posibles sucesos A y B son independientes, entonces la probabilidad de que ocurran A y B es igual al producto de sus probabilidades individuales.
Claro que esto sólo se da si los sucesos no están ligados entre sí. Y la suma sólo se dará, cuando quieres saber las posibilidades de que un suceso u otro, puedan ocurrir. Dichas leyes aunque sencillas, constituyen la mayor parte de las bases de la teoría de probabilidades. Que aplicadas adecuadamente, nos pueden ofrecer una mejor comprensión del funcionamiento de la naturaleza y del mundo cotidiano. Desafortunadamente no siempre las usamos correctamente.
Tenemos una crisis, nos dice Julio Carballido, cuando lo previsto se trastoca y se adopta un rumbo que no podemos controlar. Para muchos, las complicaciones suelen moverse en escenarios lógicos, estructurados y controlables. La crisis puede asumir giros impredecibles y, la verdad de los hechos se distorsionan, abriendo espacios para interpretar las circunstancias muy alejados de la realidad.
Se ha presenciado una serie de eventos que comenzaron siendo pequeños contratiempos que pasaron desapercibidos, donde muchas veces trabajamos con coyunturas y circunstancias de origen no determinado, pero que afectan los planes de acción previstos. En otros momentos enfrentamos escenarios problemáticos que eran previsibles, pero que no fueron atendidos oportunamente.
No son más que percepciones nacidas a partir de la multiplicidad de informaciones e interpretaciones, nos dice Carballido, producto subjetivo derivado de la acumulación y mezcla de información y emociones. Ya que si las crisis fueran un producto realmente derivado de hechos concretos y objetivos, su análisis sería menos complejo, en tanto se podría encontrar con facilidad la materia que genera y detona el problema.
En los casos de la toma de decisiones, el grado de ignorancia con respecto a los datos, influye directamente en cómo se modela y se resuelve un problema. La disponibilidad de información “Imperfecta o parcial” sobre un problema, lleva a las categorías de “Decisiones con riesgo” y “Decisiones con incertidumbre”. Desde el punto de vista de disponibilidad de datos, la “certeza” o la “incertidumbre” representan los dos casos extremos, mientras que el grado de “riesgo” es la situación intermedia.
El grado de ignorancia, se expresa como una función de “densidad de probabilidades” que representa a los datos, mientras que en las decisiones con incertidumbre, no puede disponerse de ninguna densidad de probabilidad.
En condiciones de riesgo, el beneficio ya no será un valor fijo, sino una variable aleatoria, cuyo valor exacto es desconocido, pero puede ser representado en términos de una función de densidad de probabilidad asociada. Por consiguiente, no tiene sentido hablar del beneficio, sin asociarle algún enunciado de probabilidad, lo que significa que la contribución de beneficio, es también una variable aleatoria, cuyo valor exacto para un valor dado se desconoce.
Desafortunadamente, los datos insuficientes han resultado en varios enfoques, a menudo inconsistentes, para tratar de cuantificar un modelo de decisión, donde existe el criterio universal de maximizar el beneficio o de minimizar el costo, bajo condiciones de certeza.
En la mayoría de los modelos de decisión, el problema se resuelve seleccionando el mejor curso de acción de opciones disponibles, posiblemente infinitas; sin embargo, ninguno de estos modelos supone que las decisiones se hallan en un medio ambiente donde el sistema en sí mismo esté tratando de “derrotar” al decisor.
En decisiones con incertidumbre, existen situaciones competitivas en las cuales dos o más oponentes están en conflicto y cada uno, trata de ganar a expensas del otro. Situaciones que se distinguen de la toma común de decisiones, bajo incertidumbre, por el hecho de que el decisor está trabajando en contra de un oponente inteligente, nos dice Hamdy A. Taha, y es lo que se conoce como “Teoría de Juegos”.
Una extensión natural de decisiones con certeza, es el uso del criterio de valor esperado. Donde los datos insuficientes dan lugar a un número de criterios donde cada uno de ellos refleja un punto de vista específico, ya sea: de un Valor esperado de beneficio o pérdida; Valor esperado de variancia combinados; o Ocurrencia más probable de un estado futuro.
El criterio de valor esperado, es adecuado principalmente para tomar decisiones a “largo plazo”, el cual puede ser modificado para su aplicación a problemas de decisión de “corto plazo”. Esto significa que es ventajoso desarrollar un criterio que maximice el beneficio esperado y simultáneamente, minimice la variancia del beneficio, lo que equivale a considerar “Metas Múltiples”, con el mismo criterio.
El criterio de nivel de aceptación, no proporciona una decisión óptima y más bien, es un medio de determinar “Cursos de acción aceptables”. Y una de las ventajas de utilizar este método es que quizá no sea necesario definir con exactitud la función de densidad de probabilidad, destacando su utilidad cuando todos los cursos de acción alternativa no están disponibles.
Pero ¿Cómo distinguimos de entre todos los patrones de la naturaleza, aquellos que son significativos? La teoría del azar es básicamente una codificación que obedece al sentido común, que a diferencia de la geometría, que surge como un grupo de axiomas y teoremas creados por una cultura de filósofos importantes, es un campo en el que grandes expertos han cometido equivocaciones muy conocidas y, expertos jugadores aciertos, nada conocidos, según Taleb.
La primer ley de las probabilidades y una de las más básicas, es que la probabilidad de que dos sucesos ocurran, no puede ser nunca mayor que la probabilidad de que cada una ocurra individualmente, ya que la posibilidad de que el suceso A ocurra, son las mismas de que las posibilidades de que el suceso A y el B ocurran, más la posibilidad de que el suceso A ocurra y el suceso B no ocurra.
Cuanta más información haya en un escenario, más real parecerá éste y por lo tanto, más probable será que consideremos que existe, aunque al añadir información dudosa a una conjetura, la estamos realmente haciéndolo menos probable. Esta inconsistencia entre la lógica de la probabilidad y la valoración de sucesos dudosos, según Mlodinow, pueden llevar a valoraciones injustas o erróneas en situaciones de la vida real.
El criterio de futuro más probable, está basado en convertir la situación probabilística en una situación determinista correspondiente, reemplazando la variable aleatoria con el valor que tenga la probabilidad de más alta ocurrencia. Simplificación que se hace no por conveniencia analítica, sino principalmente reconociendo que desde el punto de vista práctico, el futuro más probable proporciona información adecuada para tomar la decisión.
Al desarrollar el criterio de decisiones con riesgo, se supone que las distribuciones de probabilidad se conocen o pueden asegurarse y a estas probabilidades, se les conoce como probabilidades a priori. En otras ocasiones, es posible realizar un experimento y dependiendo de los resultados, poder modificar las probabilidades a priori, incluyendo información importante y, al calcular las nuevas probabilidades, se les da el nombre de probabilidades a posteriori.
La teoría del “Límite Central”, dice que la probabilidad de que la suma de un gran número de factores aleatorios independientes, asuma cualquier valor dado, está distribuido según la “Distribución Normal”. Donde el “Teorema de Límite Central” y la “Ley de los Grandes Números” conforman los resultados más famosos de la teoría del azar, permitiendo un conocimiento de los datos nuevos y más profundos y su posible relación física real.
La Teoría de Thomas Bayes, describe cómo valorar las posibilidades de ocurrencia de un suceso, sí algún otro suceso tiene lugar. Inventando la “Probabilidad Condicional” y demostrando como la probabilidad pasa de sucesos independientes a sucesos conectados.
Los acontecimientos nunca nos enseñan que vivimos en un mundo en el que los acontecimientos importantes no son predecibles. La historia es suficientemente potente como para dar lugar con el tiempo, a la mayoría de los escenarios posibles, donde “Ergocidad” significa que en determinadas ocasiones, las trayectorias muestrales muy largas terminan pareciéndose entre sí.
Así, las propiedades de una trayectoria muestral muy larga, serán parecidas a las propiedades Montecarlo, de una media de trayectoria corta. Que es, el pensamiento que parte de la información desprovista de lo sin significado, que viene haciendo la diferencia entre “ruido” e “información”. Y progreso, significa que parte de la información nueva, es mejor que la información pasada, lo que significa que es óptimo que alguien al dudar, rechace sistemáticamente la idea y así, podemos diferenciar entre ruido y la información, nos dice Taleb.
Por las muy pocas oportunidades y el no saber aprovecharlas, puede ser mortal en nuestra vida. La historia es suficientemente potente como para dar lugar con el tiempo a la mayoría de los escenarios posibles.
Se podría afirmar que el último grano de arena es responsable de la destrucción de toda estructura, lo que significa el efecto no lineal derivado de una fuerza lineal ejercida sobre un objeto, un factor adicional muy pequeño que hace que el grano provoque un resultado desproporcionado. Esta dinámica no lineal es conocida como la teoría de Caos, que sin embargo no tiene que ver con el caos, ya que se ocupa fundamentalmente de las funciones en las que un pequeño factor, puede provocar una respuesta desproporcionada, como son los modelos poblacionales que pueden llevar a una trayectoria de crecimiento explosivo o, a la extinción de una especie, dependiendo de una muy pequeña diferencia de la población en el punto de partida. Otro ejemplo clásico se da como todos sabemos, en la meteorología, en lo que se conoce como el Efecto Mariposa.
Algunas veces, las cosas que suceden no se podrían haber previsto. Hay maneras correctas y maneras erróneas de interpretar el azar y, aunque en la variación aleatoria hay patrones ordenados, los patrones no son siempre significativos y, tan importante es reconocer el significado cuando está ahí, como igualmente importante resulta no extraer significado cuando no hay.
Aunque eludir la ilusión del significado en los patrones aleatorios constituye una tarea difícil, Mlodinow agrega que la percepción requiere imaginación, porque los datos que las personas encuentran en sus vidas nunca son completos y siempre resultan equivocados. La gente usa su imaginación y toma atajos para llenar los huecos en los patrones no visuales; sacamos conclusiones y hacemos juicios basados en información indeterminada e incompleta y concluimos, cuando hemos analizado los patrones en que nuestra imagen es clara y precisa.
Para protegerse de la identificación de patrones falsos, se han desarrollado métodos de análisis estadístico, para decidir si un grupo de observaciones proporciona un buen apoyo a una hipótesis o, si la aparente evidencia es debida al azar. Pero en la vida cotidiana, no realizamos tales estudios ya que en su lugar dependemos de la premonición y muchas de las suposiciones en la actualidad, se basan en ilusiones compartidas, que según Mlodinow, podemos encontrar sucesos cuyos patrones parecen ser que tienen una causa definida que pueden ser producto del azar.
La vida es mucho más que una acumulación de sucesos aleatorios y sincronicidades ocasionales, a los que debemos hacer frente lo mejor que podamos. A lo que Taleb, nos dice: El hombre sabio escucha el significado, el idiota sólo percibe el ruido; Los Dioses perciben cosas en el futuro, la gente ordinaria en el presente, pero los sabios perciben cosas que están por ocurrir… y en su intensa meditación, los alcanza el oculto sonido de las cosas y escuchan reverentemente mientras que fuera en la calle, la gente no oye nada en absoluto.
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