Marzo de 2020
El día 11 de noviembre de 2019, la ciudad de El Alto compuesta en su mayoría por migrantes aymaras de las provincias del departamento de La Paz, emprendía marcha hacia la ciudad de La Paz por la reivindicación de la wiphala —un símbolo de la identidad aymara—, pues cuando se la quemó el 10 de noviembre, ellos sufrieron un agravio. Días después la wiphala fue enarbolada por todos los barrios de la ciudad de El Alto, mostrando una vez más su fuerza, vida, y dolor hacia el Estado —sociedad— que no termina por reconocerlos y aceptarlos.
El objetivo de este breve artículo es explicar tres ideas importantes: a) la legislación vigente sobre la wiphala en Bolivia y como ha sido interpretada por el Estado, b) las contradicciones de esta legislación en el reconocimiento de la identidad aymara dentro el Estado Plurinacional, c) el significado histórico de la wiphala en el momento actual para los aymaras.
a) La legislación vigente sobre la wiphala: una interpretación hacia la unidad del Estado plurinacional de Bolivia
La whipala ha sido reconocida en la Constitución Política del Estado del año 2009, como uno de los símbolos del Estado plurinacional de Bolivia, el artículo 6, párrafo II de la Constitución establece: “...Los Símbolos del Estado son la bandera tricolor rojo, amarillo y verde; el himno boliviano; el escudo de armas; la wiphala; la escarapela; la flor de la kantuta y la flor de patujú...”. De forma más precisa el D.S. No 241 de 5
* Algunas ideas principales de este breve artículo fueron expuestas en una ponencia en el “Congreso de la Ley de la wiphala” el día 17 de diciembre de 2019 (Universidad Pública de El Alto).
>**DoctoraenEstudiosAvanzados en Derechos Humanos por la Universidad Carlos III de Madrid (2016).
de agosto de 2009 —entre uno de sus considerandos— nos lleva a comprender lo que expresa un símbolo del Estado: “...reflejan la cultura, el patrimonio y el orgullo de Bolivia, son la más elevada y permanente representación de nuestra diversidad plurinacional y se constituye en valores supremos de integración y soberanía en el proceso de formación de una identidad común en la todas las bolivianas y bolivianos se sientan parte de la misma comunidad superando sus divergencias...”. De tal forma que los principios que deben regir hacia estos símbolos son: la identidad, la soberanía, el respeto, el civismo, la integración, la inter-culturalidad, y la descolonización (art.3). Cuatro de estos principios —identidad, integración, interculturalidad y descolonización— llaman a la unidad sobre una identidad del Estado como plurinacional comunitario.
Por otra parte, según este Decreto, la whipala: “...es la nueva representación de la unidad en la pluralidad del nuevo Estado Plurinacional de Bolivia...” (art. 4, inciso i) y aunque en este mismo artículo se reconoce a la misma como de origen precolombino (art. 4, inciso i) o como insignia o emblema de una “nación o Estado” (art. 4, inciso a) o como un símbolo sagrado que identifica al sistema comunitario (art. 28 parágrafo I) en ninguno de los artículos de este Decreto se hace mención a que ésta representa a la cultura—nación— aymara y con ella a toda su identidad, es decir, a su ámbito geográfico, político, económico y social, el “todo interrelacionado” (Apaza, 2016).
b) Las contradicciones de esta legislación en el reconocimiento de la identidad aymara en un Estado Plurinacional comunitario
Lo que se ha expuesto en el anterior inciso es que la wiphala ha sido tomada como un “símbolo del Estado plurinacional”,
la cual refleja la representación de la unidad en la pluralidad de Bolivia, dejando de lado el re- conocimiento de la identidad aymara como “nación”, cuya interpretación occidental del término abarca un espacio geo- gráfico, una organización política, vínculos históricos, lengua, y que bajo la comprensión de la identidad aymara boliviana es el histórico Qullasuyo —una de las cuatro partes que conformaba el Tawantinsuyo —.
Al ser reconocida como un símbolo de la unidad de Bolivia, se vuelve a caer nuevamente en un doctrina nacionalista y monocultural, lo cual lleva a los aymaras a la anonimidad dentro de un Estado que se ha reconocido constitucionalmente como plurinacional comunitario, y que se funda en la pluralidad (como principio) y que reconoce entre otros el pluralismo cultural (art. 1). Por lo que la legislación vi- gente con respecto a la wiphala es contradictoria porque no reconoce la calidad de “nación” a los aymaras; al contrario, se ha tomado uno de sus símbolos históricos y le ha quitado la relación simbólica de su emblema con la identidad única dentro de lo plural.
c) El significado histórico de la wiphala en el momento actual para los aymaras.
Los aportes históricos de los intelectuales aymaras hacia el nacimiento de la wiphala y su interpretación histórica en cada etapa —pre-colonial, colonial, República, indianismo o el momento histórico actual—es importante porque a partir de esta se comprenderá el valor y significado actual; sin embargo, su significado es distinto en cada momento histórico.
Para Franco (2015) “los Aymaras son los poseedores de la tradición y creación de la Wiphala...” (p.8) esta afirmación va a ir corroborada con diversos hechos históricos como el cerco a Chulumani en 1771, el
levantamiento de Tupaj Katari de 1781, el evento de la “Semana indianista de 1931”, también menciona poemas de la época de 1900 y otros.
Su trabajo rememora momentos históricos épicos como los relatos de Constantino Lima quien confecciono la wiphala y la hizo flamear en la Semana Santa, en abril de 1970 (p. 14) — Lima es considerado promotor de una wiphala muy distinta a la que existe actualmente —.
Para Chukiwanka (2004) —en su interpretación— nos expresa que la wiphala “cada cuadrado y cada color representa a una Nación, siendo así el P’ujtu de Tiwanaku, el símbolo de la Nación de naciones, que también fue y será irradiada por la Wiphala” (p.199).
Sin embargo, la wiphala en el momento actual para los aymaras es más que una bandera de diversos colores, esta representa la esencia misma de su identidad de su “ser y vivir en comunidad” —ayllu, marka, suyu, Qullasuyo, Tawantinsuyo— esto es el reconocimiento geográfico, político, económico y social (todo su ser interrelacionado). Por ello, cien- tos de aymaras alteños reivindicaron a la wiphala como parte de ellos mismos, en el evento histórico del 11 de noviembre de 2019 al grito de: ¡Ahora sí, guerra civil¡
Bibliografía
Apaza Huanca, Y.K. (2016). Hacia la emancipación de los aymaras, quechuas y kichwas desde su paradigma identitario: Suma Qa- maña, Sumak kawsay (Tesis doctoral), Universidad Carlos III de Madrid). Recuperado de http:// hdl.handle.net/10016/23314
Franco, L. (2015). Breve historia de la wiphala ilustrada. Recuperado de http://jichha.blogspot. com/2015/07/breve-historia-re- al-de-la-whipala.html
Waskar Chukiwanka, I. (2004).
Origen y Constitución de la whipala. La Paz: Fondo Editorial de los Diputados
PUKARA Cultura sociedad y política de los pueblos originarios. Periódico Mensual Marzo 2020 Qollasuyu Bolivia Año 13 Número 163. Pg. 3.
http://www.periodicopukara.com/archivos/pukara-163.pdf