Globalización: Revista Mensual de Economía, Sociedad y Cultura


Enero de 2020

CREANDO LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Walter Ritter Ortiz (1); Hugo Ritter Ortíz (2)


(1) Sección de Bioclimatología, Centro de Ciencias de la Atmósfera, UNAM. Circuito interior s/n, Ciudad Universitaria, Deleg. Coyoacan, México, D. F. email: walter@atmosfera.unam.mx .
(2) Escuela Normal Superior

INTRODUCCIÓN

En el principio nadie sabía nada; ni siquiera se sabía, que hubiera algo por saber. Son tiempos de pragmatismo; nos dice Mickael Launay, sin embargo ya teníamos la capacidad de pensar y construir imágenes mentales abstractas y de experimentar el increíble placer de la creatividad y la de saber que mediante una abstracción, podíamos capturar, aprender y modelar nuestro mundo exterior. Donde las buenas ideas, superan las diferencias culturales y saben florecer espontáneamente allí donde existen espíritus humanos con interrogantes.

Todos los hombres tienen por naturaleza el deseo de saber, y sin pretender descubrir todos los secretos del universo, pueden aspirar a conocer la verdad con los límites que se le ha concedido a su inteligencia. Para Aristóteles es indigno del hombre no intentar adquirir los conocimientos que pueden alcanzar, aunque éstos sean limitados. Podrán equivocarse en sus investigaciones, pero su trabajo no estará perdido, porque su inteligencia se elevará con el estudio. La verdad habrá levantado alguna punta del velo que la cubre, pues es imposible, que ésta se oculte por completo.

Hubo un tiempo en que el hombre no era un gigante, era más bien un enano. No era el amo del mundo en que vivía, como en la actualidad, sino que era un esclavo obediente y era tan impotente ante la naturaleza que tenía como cualquier animal salvaje muy poca libertad de acción, ya que es fácil comprender que en la naturaleza todo se hace por sí mismo, sin plan ni propósito. En cambio el hombre realiza un trabajo de forma consciente y con un fin, y es así como aparece sobre la tierra el propósito y el plan.

Todo ser humano es único y vivir su individualidad constituye el sentido de su vida; donde está emparentado con todos los seres vivos de la Tierra y todos ellos tienen un origen en común; Siendo la adaptación y el cambio el principio básico de la vida. A lo que Herman Hesse, nos dice: No es una fuerza ciega exterior, de la cual seamos un juguete, sino la suma de los dotes, debilidades y otras herencias que un ser humano ha recibido.

La meta de una vida con sentido es escuchar la llamada de esa voz interior y hacerle caso mientras sea posible. El camino sería entonces este: conocerse a uno mismo, pero no juzgarse y querer cambiar, sino dar a la vida, en la medida de lo posible, la forma que dentro de nosotros se insinúa.

Toda mirada que se tiende sobre el mundo, que el filósofo tiene la tarea de explicar, demuestra que el querer vivir, es la expresión única de la existencia misma del universo. Todo aspira a la vida, y a su posible desarrollo; el querer vivir es el principio fundamental de la existencia, su condición inmutable y única, nos dice Schopenhauer.

La exuberancia fácil e infinita con que se manifiesta la naturaleza, en todas partes y bajo todas sus formas y a cada instante, gracias a fecundaciones incesantes y a innumerables germinaciones. Con razón hemos colocado el querer vivir como base de toda explicación y que lejos de ser una palabra vacía de sentido, ese principio vital es, por el contrario, el más real que podamos conocer, el gran centro en torno del cual gira la realidad.

La variedad infinita de sus formas, el arte perfecto de sus estructuras y su mecanismo de inteligencia y de actividad necesaria dada a cada ser durante su vida. Observemos el maravilloso y artístico trabajo de abejas y hormigas y el vuelo migratorio de las aves y que como es obvio, todo ser trabaja sabiendo que el porvenir no le pertenece, y no existe recompensa ni propósito.

Ese fin no puede ser otro que la satisfacción de la procreación, el placer de un instante, placer que todo individuo goza incluso en medio de la miseria extrema y las luchas por la existencia, pero que en el hombre se le presenta más bien como una tarea por cumplir. Es preciso convenir, nos dice Schopenhauer, que la vida es un mal negocio, en el que los beneficios ni siquiera cubren los gastos.

Cuanto más íntegra se muestra la voluntad, tanto más sensible se hace el sufrimiento. El objetivo no es más que el ejercicio de la voluntad que no necesita motivos para actuar, donde su existencia es en principio una eterna e infinita aspiración. Así procede la voluntad que satisfecha, recomienza sus evoluciones. Nacen ramas y de las hojas vienen las flores y los frutos, que dan origen a un nuevo germen que recomienza el mismo camino y así cíclicamente hasta el infinito.

En los insectos la facultad de sentir y de sufrir es muy limitada, ya que esta se presenta en su más alto grado y tanto más completa cuanto mayor es el desarrollo de la inteligencia, y tanto más clara es la conciencia, más desarrollada se halla la inteligencia, y tanto más se agranda la facultad de sufrir, llegando al extremo, en el hombre.

No puede existir tormento alguno sin la clara percepción de la conciencia. Tendencia de naturaleza inconsciente en seres inferiores, tanto más se manifiesta sin tregua ni fin en el hombre. Notable relación entre la inteligencia y el sufrimiento, voluntad y aspiración constituyen en el hombre todo su ser.

Todo ser humano, con sus necesidades, aspiraciones y capacidades intelectuales, aspira a vivir en armonía con el mundo que le rodea. Grandes pensadores aclaran aspectos importantes de la naturaleza humana, pero seguimos echando en falta una perspectiva integradora, donde sepamos por qué las personas son tan diferentes entre sí y que es lo que determina su vida y qué es lo que constituye la esencia humana.

Vivimos desde nuestros orígenes en un mundo en el que debemos tomar decisiones muy rápidas, bajo una gran presión y con gran incertidumbre. Y tenemos que hacerlo normalmente sin contar con todos los datos que necesitamos para poder estar seguros de que la decisión es correcta.

En la naturaleza hay que actuar rápido y la única decisión que tiene sentido es la primera que llega a nuestra mente aun sabiendo que da lugar a falsos positivos, donde hay que predecir e imaginar sin pensar ya que estamos configurados para fiarnos de nuestros sentidos, que son lo único con lo que hemos contado durante toda nuestra evolución y donde el error menos letal, nos dice Helena Matute, fue imaginar el peligro y salir corriendo, ya que esto fue lo que nos permitió sobrevivir. Pero en tales circunstancias seguramente, vamos a cometer muchos errores.

La fortaleza física es importante para sobrevivir, pero la capacidad de tomar decisiones adecuadas ante la infinidad de condiciones adversas y cambiantes del ambiente es crucial. No en vano, los seres humanos hemos conseguido, no solo sobrevivir, sino en convertirnos en los reyes de la cadena evolutiva, sin ser ni con mucho los más fuertes. Somos eso sí, nos dice Matute, los que mejor hemos aprendido de los éxitos y de los fracasos y hemos sabido tomar decisiones acertadas para poder sobrevivir. Hemos sabido adaptarnos a los cambios del ambiente, a las sequías, hambrunas y a los hielos de las glaciaciones.

En la actualidad, muy a menudo seguimos funcionando de manera rápida, impulsiva e irracional. Una persona muy racional y muy lógica seguramente que podrá acertar en sus decisiones mucho más veces que todos los que no lo son, sin embargo la mayoría no somos lógicos o racionales como un computador y esto es el precio que debemos pagar por la capacidad de aprendizaje y la flexibilidad de adaptación que tenemos. Somos el punto justo de reflexión, racionalidad, escepticismo y pies sobre la tierra, nos dice Matute.

Agregando que bajo estas circunstancias, necesitamos reconocer el sesgo cavernícola que todos tenemos dentro y pararnos a pensar despacio, para poder dar la respuesta más racional y más adaptada al momento presente. Ya que estamos usando a diario respuestas y formas de razonar y de entender el mundo que fueron adaptativas para nuestros antepasados. Nuestro cerebro está programado para llevar una vida como cazadores y recolectores, nos dice Rolf Dobelli. Sin embargo, hoy en día vivimos en un mundo radicalmente diferente, lo que nos conduce a errores de lógica sistemáticos que pueden resultar devastadores para nuestras empresas o carreras profesionales.

Dobelli nos dice que quien sabe lo fácil que es a menudo equivocarse, está mejor preparado para enfrentar los errores de lógica más imprevisibles para descubrir por qué sobrevaloramos nuestros propios conocimientos y consideramos a los demás más tontos de lo que son o por qué algo no se vuelve más cierto aunque millones de personas lo consideren y por qué nos enfrascamos en teorías cuya falsedad está comprobada.

A la hora de explicar hechos como la conciencia humana, la conexión entre el cuerpo y la mente, el altruismo y los fenómenos “anómalos”, el modelo científico convencional presenta limitaciones y para superarlos Steve Taylor propone nuevos caminos de investigación y conocimiento. Según Taylor la esencia fundamental de la realidad es la conciencia y no la materia.

Combinando las ideas de físicos y filósofos, Steve Taylor nos invita a ampliar nuestra cosmovisión y hacerla compatible no sólo con la ciencia moderna, sino también con las antiguas enseñanzas filosóficas, para responder a los grandes enigmas, pero sobre todo, para obtener un mundo mejor y un despertar a un mundo interconectado que garantice una vida plena y llena de sentido.

Cuando nos abrimos a la verdadera plenitud de una realidad creada por la conciencia en todo su significado, podemos ver su belleza y su fuerza de manifestación en todas partes. Todo empezó nos dice Sandra Taylor, en el poder de la mente y esta es la realidad fundamental de toda manifestación ya que todo existe primero en la conciencia. Y donde el tiempo no es más que una medida del cambio de posición de los objetos en el espacio.

Podemos preguntarnos; ¿Percibimos la realidad tal como es o percibimos lo que nos conviene para adaptarnos mejor? Ya que el objetivo de nuestra adaptación al medio no es lograr una percepción precisa, o saber con exactitud qué es eso que vemos o oímos u olemos en cada momento. Lo que importa no es la precisión ni la percepción exacta del medio aquí y ahora ni del recuerdo de acontecimientos pasados exactos.

Es nuestra conciencia la que crea nuestro destino, pero el hecho es que la mayor parte de nosotros, no tenemos conciencia de la manera en que preparamos las circunstancias en que nos encontramos y lo cierto, agrega Taylor; que la mayor parte de la gente ni siquiera sabemos de que somos nosotros los que creamos nuestras situaciones.

Percibimos la vida como una serie de sucesos aleatorios que en su mayor parte, no son producidos por nosotros mismos y muy pocas veces se nos ocurre pensar que lo que experimentamos es algo que nosotros mismos hemos ocasionado, y desafortunadamente sin saberlo.

Muchas personas no tienen idea de por qué hacen lo que hacen, ni de que es lo que significa lo que hacen y por mucho tiempo solo reaccionan con base en algún enfoque inconsciente frente a la vida, sobre la cual casi ni piensan y son lo que podríamos decir zombis inconscientes cuyas vidas transcurren penosamente día a día en un estado de inconsciencia fatal. Actuando por costumbre y reaccionando emocionalmente, haciendo lo que se requiere pero no nada más.

Una ciencia de la conciencia es la única esperanza para la humanidad, nos dice Deepak Chopra. Una ciencia basada en la comprensión de la conciencia como realidad fundamental.

La mayoría de los científicos y otros intelectuales tienen una concepción materialista del mundo. Ellos creen que el cerebro produce la conciencia humana y que, cuando el cerebro deja de funcionar, la conciencia desaparece. Creen que la evolución de la vida y de gran parte del comportamiento humano, puede explicarse en su totalidad a partir de principios como la selección natural y la competencia por los recursos y dudar de estas creencias supone que seas considerado un ingenuo.

Nuestra cultura es esclava de un paradigma, nos dice Steve Taylor, que a su manera, es tan dogmática o irracional como un paradigma religioso; según el cual, la materia es la realidad primaria concreta del universo y cualquier cosa que parezca no ser física, como la mente, pensamientos, conciencia o incluso la propia vida, tienen un origen físico o puede ser expresado o explicado como fenómeno o términos de elementos físicos.

Por lo que solo tenemos que o creemos en un Dios que contempla y controla los acontecimientos del mundo o creemos que existen solo partículas químicas y que los seres vivos, se han formado por accidente a partir de dichas partículas; o Dios creó todas las formas de vida, o éstas evolucionaron accidentalmente por mutaciones aleatorias y con la selección natural.

Podemos decir que existe una tercera alternativa que es más racional que las dos anteriores, conocida como Postmaterialismo que afirma que la materia no es la realidad primaria del universo, por lo que fenómenos como la conciencia y la vida no pueden explicarse por completo por la biología y la neurología; defendiendo que hay algo más fundamental que la materia, algo que podemos llamar mente o conciencia.

Se basa en la idea de que todas las cosas materiales, poseen cierto grado de conciencia o al menos una especie de “protoconciencia”. La esencia de la realidad nos dice Taylor, es una cualidad a la que podríamos considerar como espíritu o conciencia. Algo fundamental y universal, como lo es la gravedad, ya que está en todas partes y en todas las cosas y forma parte del universo desde el inicio de los tiempos y continúa estando presente en todo. Y como seres vivos, no estamos separados unos de otros ni del mundo en que habitamos puesto que poseemos la misma naturaleza que todos los demás poseen así como del mismo mundo.

A los científicos no les importan las creencias, se limitan a mantener la mente abierta hasta que aparecen pruebas, y si tienen que revisar sus opiniones, lo hacen. La ciencia es un proceso que consiste en observar e investigar los fenómenos naturales y en alcanzar conclusiones respecto de ellos y persigue develar los principios básicos del mundo natural y del universo. Lo que nos ha proporcionado un conocimiento del mundo que es asombrosamente complejo.

No se trata de ser crítico con la ciencia o los científicos, nos dice Taylor, si no con la cosmovisión o paradigma materialista, que ha llegado a entrelazarse tanto con la ciencia que muchos no somos capaces de distinguirlo. Ya que el materialismo se ha extrapolado como visión del mundo y alberga muchos supuestos y creencias que en realidad carecen de base alguna, pero poseen autoridad por el hecho de estar relacionadas con la ciencia.

Uno de estos supuestos es que el cerebro humano produce la conciencia, sin existir prueba alguna de que sea así ya que ningún científico a podido explicar como el cerebro humano podría dar lugar a la conciencia, pero se da por sentado que el cerebro debe generar la conciencia.

Muchos fundamentalistas religiosos se niegan a considerar las pruebas que van en contra de sus creencias y lo mismo sucede con los fundamentalistas científicos. Rechazo que no se basa en la razón sino en el hecho de que estos fenómenos contravienen su sistema de creencias y por desgracia cualquier teoría o descubrimiento que contravenga sus doctrinas o intereses suele ser desestimado sin un juicio justo.

Los hechos fundamentales de la historia, nos dice Jonathan Black, pueden interpretarse de un modo que es casi totalmente contraria a como solemos concebirlos. Esta posible visión alternativa, puede ser coherente y convincente y tener su propia lógica, además de tener la virtud de poder explicar áreas de la experiencia humana que siguen siendo inexplicables desde el punto de vista convencional.

Aristóteles dijo, Somos lo que hacemos repetidamente, es decir somos nuestros hábitos. Donde los malos hábitos pueden tomar la forma de patrones emocionales adictivos que perturban nuestras relaciones, observándose que la mayoría de los problemas en la vida se relacionan con algún hábito. Afortunadamente, tenemos un cerebro con la capacidad neuroplástica para romper dichos malos hábitos y reemplazarlos por un patrón conductual más constructivo.

Toda persona es creativa y todo el tiempo estamos creando, aunque no seamos conscientes de ello. Nuestro cerebro, se enreda en cómo pensamos que deberíamos ser, y como queremos, que las personas, piensen de nosotros. Las personas se aferran a recuerdos emocionales negativos del pasado.

Las emociones negativas hacen que se contraiga la masa cerebral e interfieren con la memoria y aprendizaje y lo aconsejable, nos dice Ilchi Lee, es la de crear el hábito de librarnos de ellas tan pronto como ya no te sean útiles. Lee nos dice que hay que mirar el bosque y no los árboles. Ya que si te quedas atorado en los detalles probablemente jamás avances.

Si una actividad es fácil para ti, las conexiones neuronales necesarias para realizarla ya están en tu cerebro, y no existe desafío y sólo estarás reforzando senderos ya existentes, Por lo que si verdaderamente quieres que tu cerebro crezca, debes prestar más atención a lo que te choca hacer, aconseja la señora Lee.

Las emociones son la esencia de la vida, ya que sin ellas, no tendría chiste la vida. Y podemos observar que la mayoría de las decisiones que tomamos, las tomamos por razones emocionales. Todas las emociones vienen de nuestro interior y la forma como reaccionamos emocionalmente depende de conceptos preconcebidos y expectativas dentro de nosotros. Lo importante es que domines tus sentimientos sin que dejes que ellas te dominen a ti.

Lo importante es obtener el control de tu cerebro usando las emociones de forma positiva y enriquecedora, ya que si las usas de manera apropiada las emociones pueden volverse un manantial de energía para tu vida. La valía de una persona ya no puede estar determinada por la información que posee en su cerebro y lo que realmente importa es la forma como utilizas dicha información.

Lee nos dice que lo importante es mirar más allá de lo ordinario e intentar mirar las cosas que te rodean de manera distinta. De no tener miedo de hacer a tu cerebro preguntas difíciles sobre la naturaleza de tu vida y su esencial significado. Exigiéndole ir más allá de lo común del pensamiento para encontrar soluciones nuevas y más eficaces para formar prioridades diferentes y más efectivas.

Frente al estrés se interrumpe el proceso de aprendizaje y contribuye al envejecimiento cerebral y son la raíz de numerosas enfermedades crónicas. Pero cuando se le maneja adecuadamente el estrés no es del todo malo, ya que ayuda a estimular el cerebro, mejorando el estado de ánimo y alentando la creatividad, mejorando la función inmunológica.

El estrés continuo y prolongado es altamente destructivo para el cerebro así como para otros órganos del cuerpo, donde la principal hormona de respuesta es el Cortisol que mata las células cerebrales especialmente las del Hipocampo, el cual interviene en el aprendizaje y en la formación de la memoria. El desorden de hiperactividad, déficit de atención, parkinson y Alzheimer se les relaciona a exposiciones prolongadas de estrés.

Por término medio, según Joan Borysenko, cada uno de nosotros generamos de 25,000 a 50,000 pensamientos diarios. El problema es que con todos estos pensamientos, con el estrés la mente racional deja de estar a nuestro servicio y se vuelve en contra de nosotros, ya que la mayoría de los pensamientos acaban generando ansiedad, ira y depresión.

Muchos pensamientos surgen en forma de imágenes y nos ofrecen información vital a través de la intuición. Procesado por la capacidad de reconocimiento de patrones de manifestación del hemisferio derecho del cerebro. Con lo que se requiere un hemisferio derecho activo y flexible para captar pistas y hacer asociaciones de ideas y adquirir una visión de conjunto, mientras que el hemisferio izquierdo se ocupa de llenar los vacíos de los detalles.

Una buena historia, nos dice Borysenko, estimula la imaginación y se almacena en el sistema límbico del cerebro, donde puede ser evocada por las emociones en lugar de almacenarse en el hipocampo, que es el que rige la memoria verbal.

La conciencia siempre es una decisión, nos dice Sandra Taylor. Así será la decisión de ver y dar prioridad a lo que en verdad es importante y aquello que realmente valga la pena respetar y mejorar, recordando que si no te gusta lo que estás creando y se te observe concentrándote en lo negativo, debes saber que tu mente está creando resultados negativos, y debes cambiar hacia posibles resultados optimistas.

Los pensamientos de confianza traen sentimientos de esperanza, mientras que los pensamientos de ineptitud traen sentimientos de desesperanza. La habilidad más necesaria en nuestros tiempos es la síntesis; saber combinar los componentes existentes en algo que sea algo nuevo.

Sintetizar es intuir la visión de conjunto que trasciende la suma de las partes y da origen a nuevas posibilidades; donde contemplamos una síntesis milagrosa; una propiedad emergente mayor que la suma de sus partes o componentes.

Desde los albores de la humanidad, el origen de la inteligencia y la conciencia humanas ha sido un gran misterio. Lo desconocido, lo que escapa a nuestra capacidad de comprensión, siempre ha sido tema de interés. El ser humano es curioso por naturaleza. Y tratar de comprenderse a sí mismo es quizá la pretensión más inteligente que podamos tener. Nuestra percepción de la realidad está indisolublemente ligada a nuestra conciencia.

Una sola pregunta acecha a la esencia misma de nuestra existencia y es la pregunta que se encuentra en la raíz de todas las preguntas y es sencillamente; ¿Quiénes somos? Y aunque es una pregunta simple y breve, la manera en que la contestamos, nos dice Gregg Braden, presenta implicaciones que no podemos pasar por alto, ya que incide directamente en la esencia de cada momento de nuestras vidas y forma la parte de lo que define como nos vemos a nosotros mismos en este mundo y de cómo hacemos las elecciones que hacemos. Que se traduce a su vez en todo lo que hacemos.

Louis Leakey, nos dice que sin entender quiénes somos y de dónde venimos, no cree que podamos avanzar de verdad. Somos seres misteriosos dominados por las posturas extremas y las contradicciones que se reflejan a diario en nuestra forma de vivir y en las elecciones que hacemos.

Michael Crichton nos dice; Imagináis cosas maravillosas y cosas terribles, y no asumís la responsabilidad de esa elección, por lo que se dice que en nuestro interior tenemos tanto el poder del bien como del mal, demonio y ángel, pero en honor a la verdad dentro de nosotros no hay más que una cosa: La capacidad de imaginar.

La respuesta late en los principios esenciales de la misma civilización y tal vez sea una ironía en nuestra existencia de que no hayamos todavía respondido con claridad a dicho interrogante, tal vez la más fundamental sobre nosotros mismos. Y dado que nos enfrentamos a la mayor crisis que se haya presentado en la vida humana y a la misma supervivencia de nuestra especie, es en la actualidad particularmente crucial para nosotros. Ya que en lo que respecta al medio ambiente estamos por alcanzar el punto de inflexión y cerca de elegir aquello que nos llevará más allá del punto sin retorno y destruir la frágil red de la vida que nos sostiene.

Reconociendo sobre todo que los cursos de acción que hemos utilizado están abocados a un final desastroso. Donde el problema radica en que no podemos ponernos de acuerdo en cómo resolver el problema de estas cuestiones. Sabemos que el problema existe y que para sobrevivir depende de la forma en que nos concibamos y del tipo de acción a la que nos conduzca nuestra forma de pensar.

Necesitamos desarrollar un nuevo nivel de pensamiento y disponer de más respuestas y mejores soluciones y el hecho de que no las tengamos nos dice de qué necesitamos pensar de forma diferente.

Podríamos decir que somos nuestro cerebro, ya que es el instrumento por medio del cual experimentamos la realidad y es a través de él que interactuamos con la realidad en cada reacción emocional y en cada decisión que tomas y en cada sueño que tienes; por lo que todo lo que alguna vez has sido o serás se lo debes a tu cerebro, nos dice Ilchi Lee.

La mente humana es una maravilla, nos dice Helena Matute, sin embargo no podemos fiarnos de nuestros sentidos, ya que mucho de lo que vemos y oímos, es una construcción de la mente, donde muchos de nuestros recuerdos son inventados y que otro tanto sucede con sus predicciones para el futuro, ya que son muy probablemente erróneas.

Todos nos inventamos nuestra realidad; y lo hacemos todos a todas horas y así también se da lo poco racionales que somos y lo mucho que nos engañamos, así como lo mucho que vamos cambiando nuestros recuerdos con el tiempo.

El cerebro es un órgano permanentemente inacabado, siempre en construcción y reconstrucción, trabaja constantemente y exhaustivamente horas extra para darnos la ilusión de que tenemos el control, pero no lo tenemos. En el cerebro se ha encontrado una base física para todos nuestros pensamientos, aspiraciones, lenguaje, sentido de conciencia, creencias morales y todo lo que nos hace humanos. Todo lo que hace la mente se explica por las operaciones del cerebro. Pero aún no sabemos cómo lo hace.

Hay quienes sostienen que sólo la mecánica cuántica logra explicar la complejidad de la mente humana y que nada más teniéndola en cuenta pueden aclararse ciertos resultados experimentales que de otro modo, no tendrían sentido.

Es sin embargo, la máquina perfecta para adaptarnos lo mejor posible al mundo en que nos ha tocado vivir, lo cual no significa que sea ideal para el análisis racional de los datos, ni para la percepción precisa de la realidad, ni siquiera para el recuerdo fiable de los acontecimientos… la combinación entre la rapidez de la mente humana y su flexibilidad de respuesta, su intuición y su capacidad de adaptación a situaciones nuevas está resultando hasta el momento perfectas en el mundo incierto en el que nos ha tocado vivir.

Inventar realidades que no percibimos, nos dice Matute, lo mismo que tomar decisiones antes de contar con todos los datos, nos proporciona una enorme ventaja evolutiva. Pero también es verdad que todo esto en ocasiones dará lugar a errores donde inventaremos cosas que no existen y recuerdos inventados, tomando decisiones basadas en razonamientos absurdos.

Los engaños de la mente no son simplemente errores que delatan una imperfección, sino que tienen un lado positivo y una razón de ser y podemos investigarlos y aprender a predecirlos.

Para Matute no siempre razonamos correctamente y la ceguera puede ser por falta de atención, la ilusión causa-efecto o el sesgo de confirmación son solo algunos de los errores más frecuentes que comete nuestra mente. Podríamos decir que hasta cierto punto estamos programados para cometer esos errores en los que la cognición de todas las personas está sesgada en una dirección determinada, lo que los hace predecibles. Todo ello a través de ejemplos sacados de nuestra vida cotidiana y de las más relevantes investigaciones psicológicas llevadas a cabo en las últimas décadas.

Las asociaciones de ideas que nos permiten interpretar el mundo que nos rodea, las reflexiones de nuestra mente e incluso la imaginación son procesos que no se ajustan a los principios de la lógica clásica, sino que son de naturaleza cuántica, lo que implica revolucionar todas las ciencias y es Roger Penrose el primero en señalar que nuestro encéfalo se comporta como una computadora cuántica, el cual se encarga de procesar la información para construir nuestros pensamientos.

En occidente, la filosofía nació y se desarrolló como disciplina que estudia el Ser y la esencia de las cosas. Según la filosofía “Idealista” de Fichte, “El Yo es la fuente de toda realidad” y afirmaba que el mundo no es nada si lo separamos del Yo que lo experimenta. Según la “teoría del conocimiento” de Kant, no podemos saber cómo es el mundo, sino sólo cómo aparece ante nosotros y donde para todo, el conocimiento humano tiene las mismas características generales. Su ética giraba en torno al “Imperativo categórico” y lo considera como una “ley universal de nuestra conciencia”. Es decir al mandato incondicional y universal que nos lleva a comportarnos de determinada manera.

Schleiemacher afirmaba que la religión se basa en el sentimiento de dependencia que los hombres experimentan ante algo superior a ellos, ante el infinito. Scheling, Hegel y Fichte exponentes del idealismo lo “Absoluto” consistía en una identidad primigenia anterior a todas las diferenciaciones.

González Calero nos dice que la filosofía de Hegel es un idealismo dialectico que reivindica el poder de las contradicciones a la hora de avanzar en nuestro pensamiento. Afirmaba como idealista absoluto que todo es pensamiento y que por tanto también la realidad se desarrolla y progresa gracias a las contradicciones del pensamiento. Lo que para José Benjamin; De una contradicción se sale ganancioso, pero de una contracción se sale contrahecho.

Von Neumann afirmaba que la conciencia no se limita a afectar la realidad, sino que crea la realidad. Y para Eddington, La materia del mundo es materia mental. Al físico objetivo le es difícil aceptar la idea de que el sustrato de todo es de carácter mental. Pero nadie puede negar, que la mente, es lo primero, y más directo, de nuestra experiencia, y todo lo demás son inferencias remotas.

Amit Goswami nos dice que en vez de postular que todo incluida la mente está hecho de materia, la filosofía oriental postula que todo incluida la materia existe en la conciencia y es manipulada desde ella. Para Albert Einstein el sentimiento religioso del científico tiene la forma de un asombro arrobado ante la armonía de la ley natural, que revela una inteligencia de tal superioridad que, en comparación con ella, todo pensamiento y toda acción sistemática del ser humano son reflejos totalmente insignificantes.

Responder las profundas preguntas planteadas por la naturaleza obligó a los científicos a considerar conceptos relativos a la conciencia, ámbito tradicional de la filosofía. Y si los hechos de la ciencia indican que en realidad hay algo más de lo que las interacciones entre la materia y la energía pueden explicar, sean bien venidos, nos dice Joseph Selbie.

David Hume defendió el hecho de que solo es fiable la información que nos llega a través de los sentidos, conocido como “Empirismo radical”, proponiendo mejorarlo con una buena dosis de sentido común. Y para Rousseau, el hombre natural primitivo, es un ser libre y sin deseos de perjudicar al prójimo, un ser que busca satisfacer sus necesidades creadas por la sociedad; un ser que todavía no tiene egoísmo ni afán de lucro. Además en ese estado natural no habría existido la propiedad privada y, por lo tanto, no habría ricos ni pobres.

La neuroplasticidad del cerebro te permite a su vez, adaptar y reestructurar tu cerebro de acuerdo con tus necesidades, hasta el último momento de tu vida. Es el único órgano que puede usarse para entenderse a sí mismo, y es el único que puede modificarse a sí mismo.

El sistema límbico de los mamíferos incluyendo a los humanos, contiene el tallo cerebral, que es la parte más básica del cerebro y del sistema nervioso central y de hecho, esta parte “reptiliana” del cerebro sigue siendo la más importante para nuestra vida ya que sin ella nuestras funciones biológicas más vitales, como respirar y el corazón no podrían funcionar. Tu corteza prefrontal es la fuente de tus aspiraciones más elevadas y el lugar donde formas los ideales a partir de los cuales vives.

Yo soy yo y mis creencias, nos dice Rosetta Forner. Los seres humanos somos nuestras creencias. Algunas nos amargan la existencia, en cambio otras crean puentes hacia el éxito, obran milagros en nuestra salud y abren ventanas a nuevas posibilidades. Conociendo cuáles son mis creencias en cada apartado de mi vida, podre ser libre.

Lo que crees es lo que creas ya que nuestros prejuicios y expectativas acaban configurando nuestra realidad. Hay los que prefieren que sean otros los que tomen parte activa en la vida, así como los que se quejan por todo y jamás aceptan que tienen la culpa, son perfiles negativos que no tienen control sobre su existencia. En cambio los que aprenden de todo lo que les rodea, son los que son capaces de llevar las riendas de sus vidas.

Nuestra neurología cubre los procesos invisibles del pensamiento, así como nuestras reacciones fisiológicas visibles frente a las ideas y acontecimientos. El uno es reflejo y es el simple reflejo del otro en el nivel físico. Cuerpo y cerebro, forman una unidad indivisible que llamamos ser humano, nos dice Rosetta.

El mundo es siempre más rico que las ideas que tenemos sobre él. Los filtros que ponemos en nuestras percepciones determinan en qué clase de mundo vivimos. Tanto el lenguaje, como las creencias, recuerdos y los sentidos son filtros, de ahí que muchas veces sea difícil entenderse y así dos personas pueden estar hablando de lo mismo y sin embargo dar la impresión de que se están refiriendo a dos cosas diametralmente opuestas, lo que es consecuencia de la forma personal que tiene cada individuo de organizar interiormente el mundo que percibe, así como de la expresión única que de él hacemos. Y así nos dice Rosetta, confirmamos que la realidad es muy diferente para cada ser humano que la vive ya que todos hacemos caso de unos aspectos e ignoramos otros.

Cuando nos sentimos perdidos en un mar de dudas e inseguridades, tal vez el problema sea que nos hacemos las preguntas inadecuadas. La perplejidad del ser humano que no cesa de preguntar a veces sin saber siquiera por qué pregunta. Kafka, nos dice; En un tiempo no podía comprender por qué no recibía respuesta a mi pregunta. Hoy no puedo comprender como pude estar engañado hasta el extremo de preguntar. Pero no es que me engañase, preguntaba solamente.

La sospecha de que el mundo que conocemos y que consideramos real no es sino una especie de ensueño fue una creencia muy arraigada en la antigua sabiduría india. Arthur Schopenhauer decía que la realidad, tal y como aparece ante nosotros, no es la autentica realidad en sí, sino una simple representación que se produce en nuestra mente. Para Kant, no podemos saber cómo es el mundo más allá de nuestras representaciones, que ese mundo en sí es incognoscible.

El “Solipsismo” es la teoría que afirma que solo existe el Yo particular y no hay nada fuera de él, por lo que Gonzalez Calero, se pregunta; ¿Tiene sentido el concepto de Yo sin el Otro? Aún así, el solipsismo no es imposible, aunque sí resulta bastante inverosímil, pues parece que todos estamos convencidos de la existencia de los otros Yoes y, en buena medida, nuestra existencia gira en torno a esa creencia.

Spinoza sostenía que el mundo existe por necesidad y para Leibniz, nuestro mundo no es necesario, sino que solo es uno de los muchos mundos posibles concebidos por Dios. Según él, en el momento de la creación Dios eligió el mejor de entre todos los mundos posibles y por eso nuestro mundo no es perfecto, pero sí es el mejor universo posible. Así era como Leibniz intentaba justificar la existencia del mal en el mundo.

Y mientras Descartes pensaba que los humanos tenemos ciertas ideas innatas; Locke decía que todas procedían de la experiencia. Berkeley coincidía con ellos, pero señalaba, de que, si todo lo que conocemos son ideas, no podemos demostrar que exista una realidad exterior a nuestras ideas, ya que nuestro conocimiento se limita a las ideas percibidas y no tenemos derecho a suponer la existencia de otras realidades fuera de ella. Sólo existen por lo tanto las cualidades percibidas, nos comenta González Calero.

Los filósofos neopositivistas pensaban que el método característico de la ciencia era el método inductivo, según el cual la ciencia se basa en la observación empírica de los hechos y, a partir de ahí, formula leyes universales. El problema es que este tipo de razonamiento no es concluyente, pues por muchas veces que hayamos observado un fenómeno nunca podremos estar seguros de que en un futuro el fenómeno seguirá dándose de la misma manera. Y es lo que se conoce como el problema de la inducción.

Al parecer, es mucho más difícil conseguir que la vida o la mente sean comprensibles para sí mismas. Con todo, las ciencias de la vida en general, y la investigación sobre el funcionamiento del cerebro humano en particular, están ganando velocidad, nos dice Mario Livio y ya no nos parece del todo inconcebible que algún día lleguemos a entender incluso por que la evolución nos ha conducido hasta ser una especie consciente y pensante.

Explorar quién soy me presenta una paradoja, ya que mientras más sé quien soy realmente, se vuelve más difícil describir quien soy, y según Gordana Biernat; Soy “todo lo que es”; pura conciencia experimentándose a sí misma a través de las pasiones y deseos. Mi cuerpo es mi conciencia y mi conciencia es infinita, eterna y omnipresente.

El concepto de infinito, nos dice Ian Stewart, el de las cosas que prosiguen sin fin y para siempre, ha intrigado durante milenios a los seres humanos. Donde los filósofos se lo han pasado en grande con el problema y durante los últimos siglos, los matemáticos en particular han hecho mucho uso del infinito, o para ser más precisos, de varias interpretaciones distintas de infinito, en muchos contextos distintos.

El infinito no es simplemente un número muy grande ya que de hecho, no es ni siquiera un número, ya que tendría que ser mayor que cualquier número concreto. Si fuera un número, tendría que ser mayor que sí mismo. Aristóteles entendió el infinito como un proceso que prosigue de forma indefinida, sea cual sea el número que se haya alcanzado, siempre se puede hallar uno mayor. Lo que los filósofos llaman el Infinito Potencial.

George Cantor desarrollo la Teoría de Conjuntos, y con ella argumentó que el infinito puede ser en acto, y no solo en potencia y que en consecuencia, algunos infinitos son mayores que otros. Lo que muchos matemáticos consideraron que era un sinsentido místico, pero en la actualidad la mayoría de los matemáticos aceptan que tenía razón.

La probabilidad, nos dice Edward de Bono, es una parte muy importante del pensamiento, pero solamente la tenemos en cuenta como una forma de llegar a la verdad. Existe una relación estrecha entre probabilidad y la creatividad, porque es la creatividad la que produce la probabilidad y así casi todos los avances en el campo de la ciencia han sido la consecuencia de una probabilidad creativa o de una hipótesis y lo que ocurre con frecuencia es que alguien ve una alternativa posible que podría significar un avance en algún campo científico.

Puesto que en la acción precisa de verdad y certeza menospreciamos mucho la importancia de las probabilidades, pero la mayoría de los avances científicos tienen como base la probabilidad. En el pensamiento tradicional, si hay una respuesta obvia y aparentemente satisfactoria, nos quedamos con ella y no exploramos otras posibilidades ya que usamos las posibilidades solamente como una vía de llegar a la verdad, pero no las necesitamos si creemos que ya la hemos encontrado.

Uno de los papeles importantes de la creatividad, nos dice Bono, es intentar mirar los datos de distintas maneras, porque si no, nos quedamos estancados en los viejos conceptos y usamos esos datos para apoyarlos.

El simple análisis de los datos no arrojará nuevas ideas ya que si realmente se quiere una idea nueva hay que empezar por conseguir que ésta venga a la mente con la creatividad, y después contrastarla con los datos disponibles. Las posibilidades son el núcleo de la creatividad. Necesitamos aprender a manejar la posibilidad de forma práctica, pues sin la posibilidad, la creatividad es imposible.

Podemos decir, que a pesar de que la lógica y la certeza han sido muy importantes para la ciencia, también han sido limitadoras en otras áreas e incluso han sido peligrosas. No todo el mundo tiene la misma verdad, nos dice Bono

En el terreno de la percepción, la probabilidad es crucial por lo que siempre hay que contemplar las probabilidades, y si realmente buscamos la verdad, hay una necesidad obvia de formular hipótesis para encontrar la verdad ya que pueden verse desafiadas por los retos de las posibilidades alternativas, por lo que tenemos que vivir con varias posibilidades, porque es imposible establecer la verdad.

Me doy cuenta de que soy, siempre he sido y seré mi propia fuente de información. Estoy viviendo el privilegio de explorar la realidad física, interactuar con otros seres, amar, llorar, pensar, reír, es decir, simplemente ser y somos consciencia experimentando un mundo de materia.

La física materialista nos dice que somos entidades formadas por materia y solamente por materia, que está sujeta a las leyes que lo rigen todo en el universo. Nos afecta la gravedad, la electricidad y los procesos químicos. Somos máquinas biológicas con conciencia, y eso nos hace crearnos ilusiones de voluntad y libertad.

Mario Livio, al intentar identificar los ingredientes que hacen que una teoría física del universo sea bella, llegó a la conclusión de que es su simplicidad y lo que se conoce como “Principio copernicano” y en la física es la “Simetría” de las formas. Donde se entiende por Simplicidad la capacidad de explicar tantos fenómenos como sea posible con el menor número de leyes posibles buscando siempre una “Teoría del Todo” unificada que dé cuenta de todo el conjunto de leyes.

Aceptando que desde una perspectiva física, los humanos no desempeñamos ningún papel especial en el cosmos. Donde los humanos evolucionamos del mismo modo que cualquier otro organismo. Somos producto de la adaptación y el desarrollo formando parte de la misma gran familia de todos los seres vivos.

Darwin nos dice que probablemente todos los seres vivos que hayan vivido en algún momento sobre la Tierra descendieron de alguna forma primordial, a la que en principio se infundió vida, pero si toda la vida de la Tierra tuvo su origen en un único antepasado común, ¿De qué manera surgió la extraordinaria diversidad que vemos?

La mente que nos sirve para comprender el mundo y hacernos un modelo de él, limita también nuestra capacidad de comprender ciertos aspectos de la realidad. En la actualidad todavía hay muchos fenómenos a los que no sabemos dar explicación y desde el punto de vista materialista, lo paranormal es un simple reducto de esa realidad que desconocemos.

Y a través de la historia, el ser humano ha creído que estaba a punto de comprender todo lo que ocurre en el universo, mediante una colección de leyes básicas. Sin embargo Isaac Newtón, nos hizo ver que lo que sabemos es una gota de agua, y lo que ignoramos es el océano.

La filosofía trata de cuestiones no instrumentales y por tanto nunca pueden ser definitivamente solventadas; sus respuestas ayudan a convivir con las preguntas, pero nunca se cancelan. Las interrogaciones filosóficas se sirven de la experiencia y no del experimento, nos dice Savater, y por ello sólo pueden utilizarse en los símbolos, metáforas y palabras clave, con los cuales intentamos conocer la realidad en que vivimos.

La mejor caracterización de la inquietud filosófica es señalar que se ocupa de “las interrogaciones que a todos nos conciernen”… y en lo que toca a nuestro común oficio de vivir como humanos… que puede resultar ardua para quien apetezca simplificaciones pero que resulta provechosa a cuantos crean que “lo importante siempre resulta también exigente”.

Kafka se interrogó sobre el destino del ser humano. ¿Está todo escrito? ¿Dónde acaba el azar y empieza la voluntad? ¿Elegimos nuestra vida libremente o somos esclavos de las circunstancias? Kafka defendía la necesidad de vivir emociones fuertes a través de actos que generen cambios profundos en nuestra psicología. Es habitual que surjan imprevistos que alteran nuestra vida. Aun así saber afrontar las circunstancias y complicaciones, nos hace crecer más como personas. Todo lo que nos pasa nos conviene, nos dice Allan Percy.

La necesidad de la belleza no está reconocida en nuestra sociedad y esto da lugar a enormes males psicológicos y sociales. Como antídoto contra los agravios a los que nos somete este mundo prosaico, podemos recurrir a la belleza que se guarda en los buenos libros y a los paisajes que tocan teclas profundas del alma. Quien conserva la facultad de ver la belleza no envejece.

Savater nos dice que; Quienes por razones espuriamente “funcionales” tratan de disminuir hoy el peso de la filosofía en la enseñanza pretenden sin duda también la sumisión al poder incuestionado y no la mera eficacia laboral. La educación cívica tiene que proponerse la de formar gobernantes y legisladores, para evitar en nuestras sociedades la influencia letal de esos ignorantes cuyo predominio alarma en todas partes, pues no faltan tampoco manipuladores y demagogos que confían en él para perpetuar su hegemonía.

La educación debe consistir en enseñar a deliberar y en dotar de los medios imprescindibles para la deliberación a los ciudadanos neófitos. Tal capacidad de deliberación implica que el rumbo nunca esté necesaria e inamoviblemente determinado por el puerto del que se parte; supone planear y quizá rectificar planes, jamás sufrir inexorablemente un destino sobre el que no cabe discusión.

Consiste en formar caracteres humanos susceptibles y dispuestos y despiertos a ser persuadidos ya que ambas cosas son imprescindibles para erradicar la violencia civil, que siempre proviene de quienes son incapaces de articular convincentemente demandas sociales o de comprender la fuerza argumental de las qué se les proponen u oponen.

La educación tiene que intentar promover ciudadanos susceptibles de sentir y apreciar las fuerzas de las razones, no las razones de la fuerza. Proponer sin imponer, aceptar sin sentir humillación y ser capaz de acuerdos y transacciones. En cuanto aceptas los problemas que tienes, la puerta se abre.

Si no eres consciente de tu estilo explicativo, te resultará imposible tomar las mejores decisiones. La toma de conciencia y las buenas elecciones son los pilares fundamentales para adaptarte creativamente a los cambios, nos dice Joan Borysenko.

La mente es una fábrica de preguntas y si le haces caso a la pregunta estarás entrando en el terreno de la filosofía. Las preguntas no tienen fin y lo más asombroso de la vida es que cuando no hay preguntas, encuentras las respuestas y si te fijas en la historia de la humanidad, desde el ser humano más primitivo, siempre se han hecho las mismas preguntas, nos dice Osho;

Las respuestas se han vuelto más complejas, pero no hay ninguna respuesta que acabe con la pregunta ya que la pregunta tiene la capacidad de sobrevivir a todas las respuestas y cada vez vuelve con una forma nueva. La pregunta tiene la capacidad de sobrevivir a todas las respuestas por más complejas que sean.

Pienso que yo soy yo, pero mejor dicho soy mil galaxias a la vez ya que hay más células en mi cuerpo que estrellas en un millar de vías lácteas. Y de toda esa infinidad de células, ni una sola sabe quien soy ni le importa. Todo lo que hago es el resultado de la acción coordinada de innumerables miles de millones de células. Bien podría argumentarse que no existimos como entidades, nos dice Lewis Thomas y Pink Floyd, agrega; Hay alguien en mi cabeza que no soy yo. No hay más vida que la vida celular, donde cada uno de nosotros somos una supercolonia de células.

Las matemáticas pueden compararse con un molino de exquisita factura, que muele con cualquier grado de finura; sin embargo, lo que da depende de lo que se pone; tampoco unas páginas de fórmulas darán una respuesta definitiva a partir de datos imprecisos.

Las ideas audaces, las expectativas injustificadas y el pensamiento especulativo son los únicos medios de que disponemos para interpretar la naturaleza… quienes no están dispuestos a exponer sus ideas al riesgo de la refutación no participan en el juego científico, nos dice Karl Popper y Bernard Shaw agrega que la ciencia se vuelve peligrosa cuando cree que ha alcanzado su objetivo.

Jonathan Black, nos habla de que nuestros antepasados creían tan firmemente en los espíritus que nunca se les hubiera ocurrido negar la existencia del mundo espiritual. De hecho, les hubiera costado tanto dudar de la existencia de los espíritus como a nosotros no creer en la mesa o el libro que tengamos enfrente.

Si se cree en un universo en el que la mente precede a la materia, si se cree que las ideas son más reales que los objetos, tal como lo hacían los habitantes de la antigüedad, las alucinaciones son más fáciles, de aceptar, nos dice Jonathan Black, que si se cree en un universo en el que la materia es anterior a la mente ya que en ese caso son casi imposibles de explicar. En esta historia los dioses y los espíritus controlan el mundo material y ejercen poder sobre él.

Robert Temple ha demostrado que antiguas culturas como la china y la egipcia tenían un conocimiento del universo que, en cierto sentido, era más avanzado que el nuestro, ellos ya sabían que Sirius era un sistema formado por tres estrellas, cosa que nosotros descubrimos hasta 1995. Aristóteles, Estrabón y otros, creían que el sol era una especie de lente a través del cual un dios irradiaba su influencia espiritual a la Tierra y así también otros dioses hacían llegar su influencia a través de otros planetas y constelaciones y conforme cambiaban las posiciones de los cuerpos celestes, los diversos patrones de influencia iban dictando el rumbo y la estructura de la historia.

Para Temple, la estructura profunda de nuestras vidas viene determinada por los movimientos de los cuerpos celestes, donde importantes laboratorios farmacéuticos han demostrado que los movimientos de los planetas producen alteraciones químicas en las soluciones de sales metálicas de nuestro cuerpo, y lo más destacables es que estos cambios se produzcan en relación con el movimiento del planeta con el que se ha asociado tradicionalmente cada metal.

Todos somos conscientes de que nuestros estados emocionales afectan nuestro cuerpo y, aún más que las emociones profundamente arraigadas provocan cambios profundos a largo plazo, ya sean éstos curativos o nocivos y se trata de los llamados efectos psicosomáticos. En el núcleo de este saber se halla la creencia de que las fuentes más profundas de nuestra vida intelectual son también las fuentes más profundas del mundo físico y las formas en que el contenido físico del universo responden a la psique humana vienen definidas por leyes más profundas y poderosas que las de la ciencia material, nos dice J. Black.

Esas leyes, según Black, son las que entretejen en lo más íntimo de la trama de cada vida privada, así como los grandes y complejos patrones del orden providencial que ha dado forma a la historia mundial. Toda esta ideología deriva de la creencia de que la mente precedió a la materia. Dicha propuesta tiene consecuencias importantísimas para entender cómo funciona el mundo ya que si creemos lo contrario de que fue la materia la que creó a la mente, habrá que explicar cómo una agrupación fortuita de sustancias químicas crea la conciencia, lo cual resulta muy difícil y casi imposible de creer.

El Panteismo es la doctrina según la cual todo lo que existe es Dios, pero si todo es Dios, dicen algunos que todo es lo mismo y de esto se precipitan a afirmar y concluir que todo da igual. Pero para otros no significa que haya que confundirlo todo y renunciar a discernir unas cosas de otras. En el siglo VI a. c. tanto en Grecia, China o la India, se da origen a la filosofía y se da la búsqueda de la armonía, el equilibrio y la paz del alma; la creencia en que el hombre es parte de la naturaleza, pero también de la sociedad en que vive.

Las leyes de la probabilidad sólo funcionan si se ha excluido deliberadamente toda subjetividad humana, pero se dice que cuando la realización personal depende los resultados de una tirada de dados, las leyes de la probabilidad se tuercen, y en ese momento entran en juego leyes más profundas.

Para Martin Rees, durante décadas los ordenadores han pasado de poder simular únicamente patrones muy simples a ser capaces de crear mundos virtuales con gran calidad de detalles, por lo que de continuar esta tendencia, llegarán a simular mundos tan complicados como en el que creemos que vivimos.

Para la ciencia el gran milagro que debe explicarse es el universo físico y para la filosofía esotérica, es la conciencia humana. Muchas de nuestras desgracias tal vez sean consecuencia de nuestra estupidez, de no saber entender bien la naturaleza de las cosas, ya que muchas veces es como si nosotros mismos provocáramos aquello que más tememos.

No es posible deducir la existencia de un ser a partir de la idea de ese ser, como hiciera San Anselmo en su famoso argumento ontológico para la demostración de la existencia de Dios; La existencia de Dios se deduce necesariamente de la idea de Dios, pues ésta no es otra cosa que la de un ser perfecto, el ser más perfecto que se puede imaginar, y como la existencia es una perfección, Dios ha de tener la existencia, o de lo contrario no sería un ser perfecto. Y siendo el diablo el más imperfecto y dado que la inexistencia es una imperfección, por lo tanto no es posible que el diablo exista.

Ockham propuso el principio metodológico de no multiplicar los entes innecesariamente, es decir, no dar por supuesta la existencia de un ente si no es necesario para explicar los hechos e intentó afeitar la metafísica y la teología tradicionales que abundaban en la utilización de hipótesis y conceptos totalmente ajenos a la experiencia, movimiento que han seguido los empiristas.

Desde el momento en que el hombre se convierte en ser racional comienza a filosofar, de ahí que se pueda afirmar que el hombre primitivo tenía su filosofía y su ética, y de que fueron evolucionando y transformándose. En Grecia destacan Sócrates, Platón y Aristóteles. En la Edad Media, San Agustin de Hipona y Santo Tomas de Aquino. En la Edad Moderna aparece la filosofía Idealista con Hegel y en el mundo materialista mecanicista culmina con Feuerbach y de la transición de la época moderna a la contemporánea, según José Bonilla, se superaron la filosofía idealista y el materialismo mecanicista para dar origen al materialismo dialéctico, como fueron Marx, Engels y Lenin.

Francis Bacon se propuso reformar el método científico y la sociedad de su época, criticando y clasificando los distintos tipos de prejuicios por los que se deja arrastrar habitualmente nuestra mente, sustituyéndolo por otro método más apegado a los datos de la experiencia, que es método experimental. Descartes se propuso dudar de todo aquello de lo que fuera posible dudar con la intención de encontrar una verdad que fuera incuestionable. Llegó a la conclusión de que por muy exhaustiva y metódica que sea nuestra duda, nunca podremos dudar, de que estamos dudando.

Para Paul Feyerabend, ninguna ideología es intrínsecamente buena o mala, lo único que puede decirse es que unas gustan a la gente más que otras. Su obra más conocida es “contra el método”, donde arremete contra la tiranía de las nociones como “verdad” “objetividad” y “razón” que son el corsé dogmático que oprime a la gente y a su manera de ver el mundo. Para él, no hay ningún método especial que garantice el éxito científico o lo haga más probable. Como el resto de las leyes que padecemos y la realidad es que todo vale, tanto en ciencia como en ética y política y los razonamientos que hacen plausibles lo que quiere imponerse al público son meras estrategias de venta al por mayor, como las de la publicidad y lo que hoy se le conoce como “posmodernidad”.

No seas como la multitud de la gente cargada de hermosas teorías, maravillosos dogmas, grandes filosofías y magnificas teologías, pero que solo existen en su mente ya que nunca lo han experimentado y se morirán sin saber nada. Sus vidas, nos dice Osho, serán como un gran desierto donde no crece nada, donde no ocurre nada, donde no se consigue nada.

De lo que podemos concluir es, de que, la verdad cambia, que la verdad de ayer, es hoy error y por lo mismo, la de hoy será inservible mañana. La filosofía Sofista se basaba en que no hay nada que sea verdad ni que sea mentira, no hay nada bueno ni malo, todo depende de la agudeza de tu argumento. Sin embargo solo puedes saber algo a través de la experiencia. No conviertas la vida en un debate, vive y experimenta, porque es la única forma de saber ya que solo puedes saber algo a través de la experiencia.

En la Naturaleza, no hay libertad, no hay elección todo se sucede automáticamente. En la conciencia no hay nada automático ya que todo es espontáneo y solo algunos atrevidos, con un espíritu valiente, pueden seguir el camino hacia lo desconocido.

La ciencia ha arrebatado a la religión su función de principal fuerza de control social. Ahora es la ciencia la que decide cuáles son las creencias aceptables para nosotros y cuales son reprensibles. Pero aunque parece bastante disparatada para la mentalidad moderna una gran proporción de los hombres que hicieron nuestra historia, se iniciaron con ideas esotéricas; donde se pretendía alterar el estado de conciencia de los iniciados y pudieran ver el mundo de un modo totalmente nuevo.

Escritores como Carroll Lewis, han creído en la historia y las filosofías secretas proponiéndose socavar el sentido común y la concepción materialista de la vida. Enseñar a pensar con otra perspectiva, así como a escapar de formas de pensar rígidas y convencionales. Rabelaís y Jonathan Swift consideraban los objetos imaginarios igual de reales que los objetos terrenales del mundo físico mostrándose subversivos frente a las actitudes realistas, nos dice Jonathan Black.

Dado que vivían en épocas en las que ni siquiera las personas más cultas disfrutaban de los beneficios intelectuales que aporta la ciencia moderna; Carlomagno, Dante, Juana de Arco, Shakespeare, Cervantes, Leonardo, Miguel Ángel, Bach, Mozart, Goethe, Beethoven y Napoleón, profesaban creencias que no son aceptadas en la actualidad.

Hoy tendemos a ver a Newtón, como el primero de los grandes pensadores racionales, y nos apresuramos a ignorar sus amplias investigaciones sobre alquimia. Ian Steward, nos dice que hoy solemos pasar por alto los aspectos místicos de Newtón y lo recordamos por sus logros científicos y matemáticos. Sin embargo, al hacerlo perdemos de vista buena parte de lo que lo movía a aquella notable mente.Antes de Newtón, la comprensión humana de la naturaleza estaba muy entre mezclada con lo sobrenatural. Después de Newtón reconocimos conscientemente que el universo opera de acuerdo con pautas profundas que podemos expresar por medio de la matemática.

Newtón fue una figura de transición con un pie en cada uno de estos mundos que guio a la humanidad lejos del misticismo, hacia la racionalidad. Oscar Wilde dijo que es más fácil creer lo inverosímil que lo improbable y Arthur Clarke, afirmó que una tecnología lo bastante avanzada es indistinguible de la magia, así como ciertos fenómenos físicos que hasta la fecha desconocemos.

Masaro Emoto tiene la teoría de que el agua podía verse influida por la conciencia humana a través de energías que emanan de los seres vivos. Que cambiaba su estructura molecular dependiendo de si recibía buenas o malas vibraciones ya fueran éstas físicas o psíquicas. Según Emoto, si al agua se le transmite amor, se envuelve de sonidos armoniosos y su estructura molecular será más ordenada y hermosa.

No parece haber una base científica para las afirmaciones de Emoto, lo que sí queda abierto es la posibilidad de que esos factores físicos se deban a cuestiones que aún no comprendemos, nos señala José Iñigo. De la misma forma podríamos preguntarnos; ¿Realmente existe el azar, o sólo ignoramos también las leyes que lo rigen? ¿Será todo en verdad causal?

Donde un milagro, según San Agustin, se trata de un prodigio que escapa a nuestra capacidad de comprensión. Nuestra perspectiva cultural nos hace pensar que todo tiene explicación o que la tendrá en algún momento del futuro. La conclusión científica es de qué ciertas aparentes violaciones de las leyes físicas, no son tales, sino procesos poco conocidos o aún no comprobados, aunque reales.

Los milagros nos dice José Iñigo, quedan en un terreno difuso en el que una parte es real y otra imaginaria, entremezcladas por la credulidad o ignorancia de los testigos e incluso de los protagonistas. Puede parecer que ello, los invalida, pero nada más lejos de la realidad; los hace todavía más enigmáticos y misteriosos, ya que la ciencia no es capaz de discriminarlos sin más.

Einstein conoció a Carl Jung y ambos compartieron un gran interés por los misterios de la mente humana, pero desde perspectivas diferentes. Einstein transmitió a Jung ideas que guardan relación con su teoría de “Sincrónicidad” sobre las “Coincidencias significativas”, donde se afirma que hay una relación entre los hechos del mundo físico y nuestros estados mentales, de manera que a veces, los fenómenos físicos responden de algún modo por influencias de nuestros estados mentales. Pero Carl Sagan comentaba que no se puede creer en todo ni tampoco no creer en nada. Lo primero nos lleva a recorrer caminos alejados de la realidad y los segundos impiden descubrir algo nuevo.

La idea de que Dios está muerto de Nietzsche prendió en la cultura científica dominante, que pronto promulgó una nueva base filosófica para la ciencia conocida como el materialismo científico, según el cual, todo fenómeno es un fenómeno natural en el espacio y el tiempo causado por la interacción material y se dice que no hay más y que solo existe la materia y donde estos materialistas científicos creyeron firmemente que se puede crear vida a partir de materia no viva.

La filosofía occidental tiende a ser fríamente intelectual y sin embargo la pregunta de si se puede crear la vida a partir de algo no vivo sigue sin respuesta. Y algunas de las pruebas más convincentes contra el materialismo científico provienen de la mecánica cuántica, para la cual los objetos son ondas de probabilidad que residen en un ámbito de realidad llamado el ámbito de la potencialidad, donde la comunicación es instantánea, sin señales y no local, es decir un ámbito fuera del espacio y el tiempo, donde como sabemos impera la localidad.

El experimento de la doble rendija llego a una conclusión inevitable de que es el observado inteligente el que desempeña un papel fundamental en la formación de la materia y así nos lo hizo saber Niels Bohr al concluir que los objetos físicos no tienen una realidad objetiva independiente, afirmando categóricamente que solo aparecen cuando los observamos, tesis que nunca ha sido refutada.

Podemos decir que con esto la ciencia se sumió en una crisis existencial, sin embargo fueron las matemáticas de la probabilidad las que vinieron a salvar a la ciencia de su crisis existencial, lo que permitió ignorar el misterio del observador inteligente. Heisenberg señalaba que por debajo de la materia hay un reino indivisible y nunca visto, que bautizó como Potencia, desde el que los objetos saltan a la existencia cuando los contempla un observador inteligente o ser consciente. David Bohm por su parte llegó a la conclusión de que toda la realidad está inseparablemente conectada y de que ningún objeto puede existir con independencia de cualquier otro. Von Neumann afirmaba que la conciencia no se limita a afectar la realidad, sino que crea la realidad y para Eddington La materia del mundo es materia mental.

Joseph Selbie, nos dice de que si los hechos de la ciencia indican que en la realidad hay algo más de lo que las interacciones entre la materia y la energía pueden explicar, bienvenidas sean.

Ante la mente sosegada se rinde todo el universo, nos dice Lao Tse y Sivananda agrega que aquietar la mente agitada; en ello residen la libertad y la felicidad eterna. En un estado de meditación, se activan las áreas asociadas a la atención, la creatividad y los sentimientos más sutiles, como el amor y la compasión, situadas en el lóbulo frontal que es donde disponemos de los pensamientos en función de lo que nos proponemos realizar y que va asociado a nuestras capacidades superiores como son la imaginación, la creatividad, la apreciación del arte y la música, la resolución de problemas, la planificación, la conciencia, los modales y la moral, donde el sistema límbico se encarga de procesar las emociones y que se activan con los sentimientos de compasión y empatía, nos dice Selbie.

Las fobias son mecanismos que saltan por asociación traumática, y eso les da un toque de irracionalidad que las aleja del miedo como algo positivo y necesario. Miedo a situaciones comunes o poco amenazantes, que racionalmente no deberían provocarlo, convirtiendo al miedo en algo contrario a su función de protección individual.

Curiosamente, se ha establecido una correlación estadística,
entre las personas miedosas, y su éxito en la vida, nos señala José Iñigo, entre las que se encuentran a Darwin, Howard Hughes, Michael Jackson, Franz Kafka, Sir Lawrence Olivier, Bill Gates, Steven Spielberg, Kim Basinger, Brad Pitt, Madona, Joaquin Sabina, Woody Allen, Johnny Depp y Winona Ryder; que según algunos psicólogos es un factor positivo para conseguir el éxito profesional.

Desafortunadamente existen también o son muy comunes los personajes farsantes en la ciencia, como se ha demostrado con los más famosos casos clínicos de Freud, y que le sirvieron para elaborar el edificio del psicoanálisis, ya que fueron alterados e incluso en ocasiones modificados con falacias. Sin embargo, a los psicoanalistas, nos dice Iñigo, no les agrada que el padre de dicha técnica se descubra como un fraude ya que de hecho la interpretación de Freud es increíblemente absurda y llega al extremo de la desvergüenza científica. Desafortunadamente esto también llega a darse en muchas otras disciplinas y las vivimos y tenemos que soportar cada día.

A veces sorprende hasta qué punto el hombre es inconsciente y de que te preguntes como puede seguir siendo tan inconsciente y saber que a causa de su inconsciencia sufre todo tipo de desdicha. Perdiendo toda señal de dignidad y todo lo que lo hace humano. Hace cosas que aunque sepan que no están bien, las siguen haciendo todavía.

La historia nos señala que solo vivimos dos etapas que son la guerra y la de la preparación para la guerra. Donde los políticos siguen haciendo lo mismo, que es la de crear conflictos y la de prepararse para otra guerra mundial, que será la última para la humanidad. Podemos ver que el juego de los políticos es una de las cosas más horribles que podamos imaginar y de que siguen entretenidos con trivialidades, ocultando los verdaderos problemas, como si no existieran.

Desde el final de la segunda guerra mundial ha habido en el Tercer mundo ciento cinco guerras en sesenta y seis países y es un negocio redondo para los países del primer mundo, vendiendo armas que han quedado obsoletas y hay que vendérselas a alguien, además de no querer que esas guerras finalicen. Donde los políticos de los países pobres están dispuestos a comprarlas, sin importar que su gente se esté muriendo de hambre. Invirtiendo hasta el setenta y cinco por ciento de su presupuesto en la compra de armamento.

En tiempos de paz, han sido asesinadas dieciséis millones de personas y la gente está tan ciega que no quiere ver lo que ocurre a su alrededor y seguiremos teniendo guerras por tonterías, porque así conviene a los países fabricantes de armas. Hoy gente que no tiene nada que ver con la guerra son los que están muriendo por lo que no hay ninguna sensibilidad ni sensatez.

Sabemos que las bombas de Hiroshima, no eran necesarias ya que la guerra estaba ganada, pero se quería dejar un precedente de poder y fuerza ante todo el mundo, sin importar el número de muertos que se dieran. Y desde Hiroshima han muerto en guerras convencionales más de nueve millones de civiles. Donde sin previo aviso se bombardean países, que no les han hecho nada. La humanidad, nos dice Osho, nunca se ha enfrentado a una noche tan oscura como esta.

Se invierten en guerras setecientos mil millones de dólares y todos los años mueren quince millones de personas por hambre y enfermedades tal pareciera que ya no estamos interesados por la vida y estuviéramos decididos a suicidarnos. Algunas de estas armas son tan caras que con su valor podríamos dotar de alimentos y educación a todos los niños del mundo y existen dichas armas por miles, pero simplemente no estamos interesados por esto.

La filosofía es una de las ciencias más antiguas y está vinculada al estudio del mundo que nos rodea y trata de explicar el mundo circundante en general. La filosofía sirve para hacer razonar, pensar y decir qué es esto, qué es aquello y por qué, y así sucesivamente, ese razonar es conocimiento.

El conocimiento de las leyes es precisamente el entendimiento de las causas principales de los fenómenos. Al descubrir la ley de tal o cual fenómeno, se halla, se entiende por qué, por cual motivo surge, se origina o existe un fenómeno dado, por qué se desarrolla así y no de otro modo, nos dice Bonilla.

La filosofía Idealista considera como primario a la Conciencia, mientras que la materia y la naturaleza son secundarias. La filosofía Materialista se apoya en la ciencia, en la realidad de las cosas y demuestra que lo primario está en la materia y no en la conciencia. La filosofía estudia las leyes que sirven de base de todos los fenómenos de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. Donde con nuestros órganos sensitivos captamos las sensaciones y percepciones del mundo exterior y una vez identificado y procesado, esto nos permite pasar a una nueva etapa del saber, que es el conocimiento lógico y racional.

Itzel Mar, nos dice poéticamente que la conciencia comienza y termina en lo que creemos. Lo correcto y lo incorrecto; lo bello y lo feo; lo bueno y lo malo; lo verdadero es lo verdadero por ser creído, no por ser sometido a una verificación exhaustiva. Creer es un estado de ánimo, una sensación ilocalizable y, sin embargo, nos abarca por completo, como cualquier sentimiento que se precise de serlo. Un apego, un sentido de pertenencia; la sensación de inmediata certeza; es la visión de nuestra verdadera vida, según Novalís. Las creencias nos sustentan y así como nuestros cuerpos van adquiriendo las formas y maneras de todo cuanto consideran certidumbre.

Lo que usted y yo hacemos con la conciencia y nuestra energía es lo que determina todos los resultados que experimentamos. Las leyes universales a su vez, imponen su influencia en todos los aspectos de la existencia. Donde la teoría de la Incertidumbre nos revela que vivimos en un estado de posibilidades infinitas que fabricamos nosotros mismos. En cada segundo de nuestras vidas, participamos en la creación de nuestro destino.

Vivimos en un mundo en crisis cuya realidad a menudo, no sabemos cómo abordar, donde la tecnología, la ciencia y la explotación económica parecen ser las únicas máximas de hoy en día, en detrimento del crecimiento y la madurez de nuestra conciencia, además, nuestra sociedad parece abocada al abuso de poder y a la destrucción. Osho nos recuerda que no es la primera vez que la humanidad encara tiempos azarosos y nos insta a hacer un esfuerzo por revolucionar nuestra conciencia y obligarla a pasar de lo mundano a lo trascendente.

A la hora de explicar hechos como la conciencia humana, la conexión entre el cuerpo y la mente, el altruismo y fenómenos anómalos, el modelo científico convencional presenta limitaciones y Steve Taylor y Amit Goswami, proponen un nuevo camino de investigación y conocimiento, según el cual, la esencia fundamental de la realidad son la conciencia y no la materia. Nos orientan hacia la respuesta a los grandes enigmas y sobre todo un despertar a un mundo interconectado que garantice una vida humana plena y llena de sentido.

La física cuántica no sólo es el futuro de la ciencia, nos dice Amit Goswami, sino también la clave para comprender la consciencia, la psicología y el significado de la vida. Es un antídoto para la esterilidad moral y el enfoque mecanicista del materialismo científico, y constituye la mejor y más clara perspectiva para comprender el universo, ya que es de hecho, la teoría del Todo.

La investigación de la consciencia y la visión del mundo cuántico, son el fundamento del nuevo paradigma que puede llevarnos a responder casi a todo. Ya que el paradigma newtoniano imperante ha estado sometido a tensiones a causa de las paradojas en las que llega a caer. Esta visión del mundo propone que todo existe como un fenómeno de la materia, por lo que se le conoce cómo Materialismo Científico. Y considera el movimiento material en el espacio y el tiempo causado por la interacción material. Que sin embargo, las paradojas implícitas de esta visión nunca han podido ser resueltas. Y lo interesante de todo esto es que la física cuántica tampoco podría liberarse de las paradojas si no invocara explícitamente a la consciencia.

David Chalmers ha postulado que más que un producto del cerebro, la conciencia es una cualidad fundamental del universo. Los griegos consideraban que de la Nada, nada surge, es decir ¿Cómo iba a emerger el alma inmaterial de la materialidad del cuerpo? De que es muy poco probable que en algún momento lleguemos a ser capaces de explicar la conciencia desde el punto de vista de la neurología y en consecuencia deberíamos buscar una explicación alternativa, dado que la conciencia, no parece derivar de las leyes de la física y no podremos derivar una teoría coherente, hasta que se contemple la conciencia como una cualidad fundamental.

El mundo que nos rodea es real sólo a medias ya que lo percibimos a través de un velo de familiaridad y prestamos poca atención a nuestras experiencias diarias. La dificultad para responder la pregunta; ¿Quién soy?, radica en tratar de poner en palabras algo que no sólo está más allá de ellas, sino más allá del tiempo y el espacio.

Todo está interconectado, nos dice Gordana Biernat, cambiando y manifestándose infinitamente a través de una perfecta sincronía, donde más allá de los más pequeños entes de materia física y a un nivel invisible de realidad, estamos interactuando en perfecta sincronicidad con un universo consciente, el cual desde mi punto de vista, hace de este universo mi compañero en la creación.

La Realidad, no tiene significado por sí misma. Tú le das significado según lo que percibes y defines que es. Cambia tu mente y todo cambia. La única realidad realmente objetiva y auténtica es la que contiene, “Todo lo que es”. Lo demás es creado y percibido por la conciencia a través de una mente subjetiva. Para Gordana, la realidad física es para crear un equilibrio, entre las polaridades enredadas eternamente, entre la mente y la materia, el cuerpo y la mente, el ego y el espíritu.

La vida de una teoría científica tiene sus fases, nos dice Launay; Lo primero es el tiempo de las hipótesis, de los errores, de la construcción progresiva y neblinosa de las ideas. Luego viene el momento de la confirmación, el momento de las experiencias que validan o no las ecuaciones que, como jueces implacables, confirman o rechazan definitivamente. Y, a continuación, el despegue, la emancipación.

El momento en que la teoría confía lo bastante en ella misma como para osar hablar del mundo sin tener que mirarlo ya a los ojos. El momento en que las ecuaciones pueden preceder a la experiencia y predecir un fenómeno todavía no observado e incluso inesperado. El momento en que la teoría pasa de ser descubierta a descubridora, en que se convierte en la aliada, casi la colega, de los sabios que la han creado.

Chopra nos dice que vivimos en una sociedad secular donde el misterio ha sido apartado a la periferia. No forma parte de la cultura oficial. Incluso el término misterio espiritual molestará a un amplio espectro de gente; escépticos, racionalistas, científicos y muchos feligreses comunes. Sin embargo, su desaprobación solo hace que el misterio sea más seductor. Donde también, el declive de la fe en nuestro tiempo indica que la obediencia está pasada de moda, pero el anhelo espiritual no lo está. Aunque las historias difieren de cultura en cultura, existe un anhelo universal de creer en una realidad superior.

Donde surgen los problemas, nos dice Aurobindo, es en las capas inferiores de la vida, donde las realidades duras chocan con la inspiración. La paz es inspiradora; la violencia no lo es. Mirar al cielo es inspirador; arrastrarse en el fango no lo es. Como el mundo es un lugar donde debemos confrontar la violencia, donde arrastrarse en el fango ocupa una parte enorme de la existencia diaria, la zona de transición entre aquí y Dios es problemática, donde se encuentra, miedo, ansiedad, rabia, confusión, ambición y ego que son las mismas cosas que todos encuentran regularmente en la vida real.

Las cuestiones prácticas de la vida no son compatibles con una realidad superior. Estamos pegados a la tierra por realidades cotidianas, como son; familias que educar, empleos que buscar, alimentos que comprar. Tú y yo nacimos en mal momento para asimilar la verdad de que el Materialismo, es lo que impera.

Thay nos dice; Recuerda, el hombre no es nuestro enemigo, la única cosa digna de ti es la compasión invencible, sin límites, sin condiciones, el odio no te dejará jamás afrontar a la bestia que hay en los hombres. Tú no eres este cuerpo, tú eres la vida sin fronteras, jamás naciste y no morirás jamás. Siempre estamos felices juntos y siempre lo estaremos.

Muchas enseñanzas son imposibles, desde amar a tu vecino como a ti mismo a poner la otra mejilla y lo que las hace imposibles no es que falle su sabiduría, sino por nuestro nivel de conciencia. Cuando no nos vemos como los creadores de nuestra propia existencia, no podemos acceder a ninguno de los ideales de sabiduría del mundo. Eres conciencia infinita manifestándose en el espacio-tiempo.

El sistema de creencias materialistas, está tan generalizada, y se dan por sentado que quizá ni siquiera seamos conscientes de que existen. Las aceptamos como la única realidad, ajenos a cualquier otra perspectiva. El materialismo reforzó la idea de que el principal objetivo de la vida es tener éxito y hacerse rico, y por lo tanto hizo más tolerable que nos comportáramos de manera egoísta y despiadada y menos aceptable y de que no tuviéramos un comportamiento ético y compasivo.

Ha liberado sobre todo, los aspectos más bajos de la naturaleza humana y nos ha alentado a vivir de manera más mezquina, no a la novedad sino a la mezquindad, y a un estilo de vida de adquisición y consumo. Permite y alienta algunos de los peores aspectos de la naturaleza humana, nos dice Steve Taylor.

Se han vuelto improductivas veinte millones de hectáreas de tierra de cultivo y pasto en todo el mundo. Se extinguen más de mil plantas y animales, cada año. Sufren envenenamiento por pesticidas más de dos millones de personas y el número de muertes por esta causa alcanza los diez millones cada año.

A nadie le interesa la vida humana, como a nadie interesa nuestra prioridad. Han vivido en la oscuridad y morirán también en la oscuridad, nos dice Osho. No cuentes con los políticos, por qué no pueden hacer nada ni siquiera saben hacia donde están conduciendo a la humanidad, pero tal parece que están dispuestos a destruirlo todo. La multitud no es consciente de lo que hace, y los políticos forman parte de la multitud, Los poderes más elevados de conciencia, tal pareciera no pueden luchar contra el despreciable poder de los políticos.

Para muchos, La religión es lo más elevado de la conciencia humana, es la búsqueda individual de la verdad. Cada persona debe adentrarse en su propio interior; La búsqueda consiste básicamente, en conocer tu interior donde lo exterior no puede existir sin lo interior. Donde los sentidos son la puerta que te permite entrar paro también salir, donde lo primero que encontraras es la mente, pero ésta no es la realidad y no eres tú, solo es el reflejo de lo exterior, por lo que tus pensamientos son solo el reflejo de lo exterior. Tus pensamientos los provoca la realidad exterior y se reflejan en el lago interior de tu conciencia.

Conocer tu ser es conocer la verdad. La belleza de tu ser es la belleza de la existencia. No estás separado de la realidad, formas parte de ella. Los árboles, la luna, las estrellas y las montañas forman parte de una unidad orgánica y tú formas parte también de ella. La cólera no nos permite saber qué hacemos y menos qué decimos. El amor y el odio falsean por completo nuestro juicio; lo que nos es contrario aparece a nuestros ojos como horrible y absurdo, amamos lo que nos halaga y nos volvemos ciegos para nuestros defectos.

Lo que nos favorece se hace autoevidente, pero lo que contraria nuestros deseos no llegamos a comprenderlo y es por esto que nuestro intelecto se ve corrompido por los caprichos de nuestras inclinaciones, a lo que Schopenhauer solía decir, Lo que rechaza el corazón la cabeza no lo admite.

Sobreestimamos enormemente nuestra capacidad para realizar múltiples tareas, y a menudo le echamos la culpa de nuestras desgracias a las causas más absolutamente equivocadas y este error de atribución es, por cierto, una de las razones por las que pocas veces aprendemos de nuestros errores, por lo que podemos decir que somos mejores juzgando a los demás que a nosotros mismos.

Millones de personas aspiran al bien común y a su propio bien, sin embargo por ese interés general son sacrificados millares de ellos, donde a veces una locura insensata y otras veces una política ambiciosa, excitan al combate y para expiar las faltas o satisfacer los caprichos de algunos, el sudor y la sangre de las masas corren de manera abundante.

Por el colosal descuido de Eva, nos dice Tomas de Aquino, a los humanos nos esté vetado para siempre el conocimiento de la verdad absoluta. De igual manera nos dice Mario Livio, muchas de las especulaciones psicoanalíticas de Sigmund Freud, ya fuese sobre el instinto mortal un supuesto impulso a regresar a un estado de sosiego anterior a la vida, o sobre el papel de un pueril complejo de Edipo en las nueronas de las mujeres, han resultado ser patéticamente equivocadas por decirlo con suavidad.

Baltasar Gracián nos dice que No todos los que ven han abierto los ojos, ni todos los que miran ven. Dar en la cuenta tarde no sirve de remedio, sino de pesar. Es dificultoso dar entendimiento a quien no tiene voluntad, y más dar voluntad a quien no tiene entendimiento y porque son sordos para oír, no abren los ojos para ver.

No vive el hombre más que el presente, que irresistible huye hacia el pasado y se abisma en la muerte. Se escapa el presente y se transforma sin cesar en pasado, en cambio el porvenir es en absoluto incierto y no tiene límites y así la vida del cuerpo no es más que una muerte sus pendida, aplazada, y la actividad de nuestro espíritu, un aburrimiento siempre combatido.

La causa de nuestro dolor y de nuestra alegría no tiene como único origen la realidad tangible, sino también el pensamiento, que nos provoca tormentos al lado de los cuales nada son los sufrimientos del animal. Toda la belleza de la mujer reside en el instinto amoroso, ya que ha sido hecha para la propagación de la especie, y rinde su tributo a la vida, no por la acción, sino por el sufrimiento, por el cuidado que prodiga a los hijos, por la sumisión al hombre, para quien debe ser una compañera afectuosa y paciente, según Schopenhauer

Entre todas las especies, nos dice Matt Ridley, el hombre ha demostrado ser el único capaz de mejorar de manera constante sus condiciones de vida, de generación a generación. El pesimismo siempre ha existido y siempre seguirá existiendo, donde el futuro siempre se ha visto como una amenaza, pero siempre ha demostrado ser mejor. En los últimos diez mil años los seres humanos se multiplicaron de menos de diez millones a más de siete mil millones, aunque algunos viven en peores condiciones a las dadas en la edad de piedra, pero el 99 por ciento está mejor alimentada, vive en lugares más cómodos, está más protegida contra las enfermedades y tiene más probabilidades de llegar a la vejez, desafortunadamente con más contaminación, más terrorismo, más obesidad y con más personas que auguran que los buenos tiempos que vivimos acabarán de forma desastrosa. La pregunta es, ¿Cómo puede ser que siete mil millones de personas sean más prosperas que nunca?; La prosperidad, nos dice Ridley, consiste en tener acceso al esfuerzo y la inventiva de los demás y el progreso se basa en incrementar ese acceso; la clave está en la multiplicación del talento.

Los seres humanos aprenden habilidades los unos de los otros a través de copiar a los individuos prestigiosos e innovan a partir de sus errores o equivocaciones. Los cazadores-recolectores, rara vez podían vivir en grupos mayores a unos cientos, por lo que había un límite a lo que podían inventar, ya que producción y consumo requieren un mercado de cierto tamaño y si no hay suficientes expertos de quien aprender una habilidad, dicha habilidad se perderá y así también una buena idea, necesita de la cantidad para mantenerse viva ya que de lo contrario el progreso puede decaer y convertirse en regresión.

Para Steven Leblanc, la evidencia de la constante violencia del pasado ha sido sistemáticamente ignorada, pero donde sea que busquen los arqueólogos, encuentran evidencias de que los primeros agricultores pelearon incesantemente entre ellos. Bajo la premisa de saquear primero a los vecinos para prevenir que los vecinos nos saqueen es un comportamiento humano rutinario, en donde no hay limitaciones institucionales para ese comportamiento, el asesinato sistemático de individuos sin relación alguna es tan común entre los seres humanos que, horrible como es, no puede ser calificado como excepcional, patológico, o perturbado, nos dice Paul Seabright.

En el siglo XX se creyó que el cerebro era un órgano fijo, inmutable y estático, pero en la actualidad sabemos que está dotado de plasticidad y que puede cambiar, adaptarse y transformarse y que es moldeado a través de la experiencia, la repetición y la intención, y así hemos podido comprobar su capacidad para transformarse a nivel celular, genético e incluso molecular, y aunque parezca imposible, todos podemos cambiar los circuitos de nuestro cerebro, sobre todo sabiendo que el cerebro de niños y adultos, rinden mejor en un ambiente estable y seguro.

El cerebro humano tiene una parte llamada el hemisferio izquierdo que piensa con palabras y otra el derecho que piensa con imágenes. Y cuando se describe un rostro con palabras, la memoria visual es desplazada y el pensamiento se ve empujado del hemisferio derecho al izquierdo.

El dogma científico era que el hemisferio izquierdo era más importante que el derecho. Después de todo es el responsable del lenguaje, el razonamiento deductivo y la clase de pensamiento lineal que nos permite inspeccionar, donde su genialidad puede enviar un astronauta a la Luna o prever las tendencias económicas a lo largo de cientos de años. En cambio el lado derecho se subestimaba mucho, ya que no habla y su habilidad matemática es rudimentaria. Pero sin las tareas que el hemisferio derecho realiza perdemos gran parte de lo que significa ser humano, nos dice Borysenko. La creatividad, la dotación de sentido y la sensación de pertenecer a un universo mucho más grande, misterioso y hermoso de lo que la lógica puede captar.

La percepción obtenida sin embargo, no es un reflejo exacto del mundo, lo que significa que no podemos estar seguros de nuestras certezas, y que tenemos que aprender a gestionar las posibles incertidumbres existentes.

Reconocer la cara de alguien es un ejemplo clásico de cognición inconsciente donde no hace falta pensar nada, ya que la cara sencillamente, aparece en nuestro pensamiento. Todos tenemos una memoria instintiva para las caras, pero si se nos obliga a poner en palabras el contenido de esa memoria, si se nos obliga a explicarla se nos aparta de la memoria instintiva y perderemos nuestras habilidades naturales.

Se ha demostrado que las consecuencias del dominio verbal afectan la forma en que resolvemos problemas de carácter mucho más general. Cuando escribimos nuestros pensamientos, las probabilidades de recibir el destello de la perspicacia necesaria para dar con la solución, nos dice Gladwell, son claramente inferiores; igual sucede que al describir un rostro se nos dificulta su posterior identificación.

Y agrega que como humanos, somos capaces de realizar hazañas extraordinarias de perspicacia e instinto. Podemos retener un rostro en la memoria y resolver un problema en un instante y todas esas capacidades son increíblemente frágiles. La perspicacia es como una vela vacilante que cualquier cosa puede apagar.

Gladwell nos revela que quienes son buenos tomando decisiones no son aquellos que procesan más información o que dedican más tiempo a deliberar, sino aquellos que han perfeccionado el arte de hilar fino, de extraer los pocos factores que realmente importan a partir de una cantidad desmesurada de variables.

Si la conclusión definitiva es que dudemos de todo, ¿Por qué no debemos dudar también de esta conclusión? Y ¿No plantea esto una duda infinita? Más que respuestas absolutas, la ciencia plantea preguntas y así no tanto solo llegamos a nuevos descubrimientos sino también a nuevas preguntas.

Entender nuestras percepciones es una manera de comprendernos a nosotros mismos, y de descubrir en qué consiste y en que la hace interesante y valiosa la perspectiva humana del mundo y podría concluirse que la percepción humana es un mecanismo sumamente defectuoso. Sin embargo constituye nuestra ventana al mundo ya que a través de los sentidos accedemos a la realidad.

La percepción es la puerta a nuestro conocimiento del mundo, incluido nuestro propio mundo interior y nuestra naturaleza como especie, nos dice José Viesca, ya que nuestro cerebro muestra claramente que el mundo externo e interno no son necesariamente como el que proyectan nuestras certezas absolutas. Sin embargo nada que sea frágil persiste en la evolución y durante los millones de años de su existencia las hemos llevado en nosotros y sobre la Tierra.

La conclusión es que no tenemos más remedio que aprender a vivir con ellos aceptando sus limitaciones y veámoslo como oportunidades de superación y que gracias a que no es un acceso absoluto al exterior podemos hacer lugar a las interpretaciones, matices y apreciaciones subjetivas del mundo.

Muchos de los patrones de conducta que nos caracterizan no parten del uso de la razón, nos dice Adrián Triglia, y de hecho, nos dejamos llevar por las emociones constantemente, lo que significa que además de estar procesando constantemente información sobre nuestro entorno también procesamos información relativa a las emociones, ya sean las nuestras o las que interpretamos que experimentan los demás.

Las emociones existen más allá de la subjetividad, y tienen un papel dominante en nuestra conducta, nos dice Triglia, porque la orientan hacia un objetivo u otro, ya sea para esforzarnos por conseguir un resultado que nos resulte gratificante o evitar una situación que tememos por su potencial para herirnos física o psicológicamente.

Tanto nuestros pensamientos como nuestros sentimientos tienen un gran poder, pero una emoción fuerte puede silenciar un pensamiento, en cambio es muy inusual sacarnos de la cabeza una emoción fuerte y de hecho las emociones más fuertes hacen que nos pongamos a pensar sin parar.

Separamos la mente, entendiéndola como una entidad racional, del corazón que es la entidad relacional, pero en esencia la mente y el corazón forman parte de una inteligencia unificada. En el cerebro, todo, absolutamente todo, pasa por él. Recibe información que le envían los cinco sentidos, la interpreta y, propone una respuesta, ordenando al cuerpo de tal u otra manera.

Podemos decir que si el cerebro no funciona bien, varios órganos y la mayoría de las funciones acabarán por estrellarse, nos dice Michel Cymes, pero si está en pleno rendimiento, es capaz de obrar milagros. El cerebro necesita estar bien alimentado; donde el hierro es esencial para su buen funcionamiento.

El bulbo raquídeo se encarga de todo el funcionamiento que mantiene vivo el cuerpo y es la carretera por la que circulan millones de mensajes en ambos sentidos del corazón y del cerebro. El sistema límbico y la corteza cerebral se encuentran en un estado inmaduro al nacer el bebe y las experiencias y el entorno se encargan de ir desarrollándolas con el tiempo.

Esta modelización y el desarrollo de las regiones superiores del cerebro, en estas experiencias, nunca se acaba y cualquier experiencia importa.

La inteligencia emocional expresa la capacidad de adaptarnos a una situación impredecible sin dejar que el nerviosismo nos influya negativamente. Una persona con alta inteligencia emocional será capaz de reconocer esa emoción y empleará estrategias que le ayuden a limitar la influencia nociva que la emoción tenga en nuestra toma de decisiones.

El viejo debate de genes contra ambiente ya no se centra en el hecho de que ambos componentes luchan por dirigir la conducta humana, por lo tanto la pregunta ya no es si el genotipo o el ambiente son los que moldean nuestras vidas, sino en qué grado lo hace cada uno de ellos.

Una persona puede desarrollar ciertas habilidades cognitivas aprovechando los recursos que le brinda el medio ambiente, pero también ocurre que hay elementos del ambiente en que vivimos que entorpecen el rendimiento de nuestra actividad mental. Lo cual significa que, si bien la genética nos brinda las herramientas para llegar a ser competentes en muchos aspectos de nuestras vidas este potencial no será aprovechado si no participamos en interacciones sociales ricas en lenguaje y contacto afectivo.

Se ha demostrado que el corazón es un órgano inteligente y que además de estar influido por el cerebro, influye también en él, en nuestras emociones, en nuestro razonamiento y en las decisiones que tomamos. Y que en lugar de esperar pasivamente las instrucciones del cerebro, envía señales al resto del cuerpo, actuando como si tuviese una mente propia.

El mundo exterior es un espejo de tu mente. Lo que piensas es lo que tiene un gran impacto en el desarrollo de tu vida. La conciencia infinita contiene todo lo que fue, es y siempre será, lo definimos como un campo cuántico que contiene todo en un estado de constante probabilidad, conocido como universo. Nuestros pensamientos y el tejido con el que está hecho el universo son lo mismo, nos dice Gordana Biernat, donde todo está interconectado, cambiando y manifestándose infinitamente a través de una perfecta sincronía.

Aprendemos lo que necesitamos o tenemos que aprender y algunos estamos hechos para aprender a base de repetición de errores, nos dice James R. Doty, La mente es poderosa pero solo nos dará, lo que en verdad deseamos, pero si abrimos primero el corazón, veremos que sufrir es un regalo, si es que aprendemos del dolor.

Pero cuando causamos dolor y sufrimiento innecesariamente, no solo a nosotros, sino también a los demás, no es noble ni es justo para los que comparten el camino con nosotros, ya que un corazón abierto te conecta con los demás y lo cambia todo.

La mente quiere dividir y separarnos; nos enseña a compararnos, a diferenciarnos, a conseguir lo que nos corresponde. El corazón en cambio, quiere conectarnos y compartir; quiere mostrarnos que no hay diferencias y que en esencia todos somos lo mismo, nos dice Doty.

Tres de las barreras más serias al éxito son el temor al fracaso, temor al éxito y el perfeccionismo. Las personas por lo general tienden a ser poco realistas en su valoración de ellas mismas y de los desafíos que enfrentan ya que por lo general valoran en exceso las dificultades y subestiman sus propias habilidades para resolverlas y como resultado, sólo hacen esfuerzos desganados cuando tratan de obtener sus objetivos deseados.

Las dudas y precauciones tienden a fortalecer las proyecciones negativas, lo cual puede convertirse en el fracaso que se hace realidad a sí mismo. Sin ver que fracasos, errores y reveses son parte integral para obtener el éxito; nos dice Luis S. R. Vas que lo que cuenta no son nuestros errores y fracasos sino nuestra disposición emocional para arriesgarnos y aceptar los fracasos ya que si fallan nuestros esfuerzos, hemos dado un gran paso para liberarnos del temor al fracaso, produciéndose un mayor crecimiento para ejercer nuestras capacidades y descubrir capacidades que ni siquiera sabíamos que teníamos.

La evidencia indica que el ser humano no actúa siempre guiado por criterios racionales. Nuestros deseos, valores, miedos, prejuicios o afectos, influyen claramente en nuestra valoración y juicio de las cosas, así como en nuestra toma de decisiones. Es evidente que la base de la política económica y en general de todas las ciencias sociales, es la psicología nos dice Richard Thaler y según Vilfrido Pareto, llegará el día en que podamos deducir las leyes de las ciencias sociales a partir de los principios de la psicología.

Al evaluar alternativas, los seres humanos atendemos sólo al “cambio”, sean pérdidas o ganancias con respecto al nivel que tomamos como referencia y no al nivel final de llegada; reaccionando de distinta manera a las pérdidas y a las ganancias donde nos dolerá más tener que soportar una pérdida a tener que dejar de percibir un ingreso.

La economía del comportamiento está pasando a formar parte en el proceso de toma de decisiones políticas, cuyo objetivo es incorporar las investigaciones de otras ciencias sociales en la formulación de políticas públicas. Naturalmente se han producido numerosos enfrentamientos con los tradicionalistas que defienden la forma habitual de hacer economía.

Pon orden en tu vida y pon orden en tus prioridades y asegúrate de saber qué deseas. Decide objetivos y estilo de vida y haz tus objetivos a corto plazo teniendo en mente los de un campo más amplio y de largo plazo. Escoge primero tus objetivos y luego tus actividades, teniendo claro objetivos y alternativas, haciendo primero tus prioridades centrales y esenciales, concentrándote en hacer una cosa a la vez.

La falta de concentración puede ser causada por falta de interés en el tema, o por preocupaciones y conflictos emocionales, que te distraen de lo que estás haciendo.

El exceso de información solo sirve para abrumar, por lo que es posible desenvolverse mejor, si se tuviese menos información.

Todo el mundo desea captar la forma enigmática y poderosa en que reaccionamos ante lo que nos rodea. El sentimiento visceral sobre lo que quiere el público es demasiado misterioso y demasiado incierto. Se ha descubierto que podemos aprender mucho más sobre lo que piensa la gente observando su lenguaje corporal o sus expresiones faciales, que preguntándole directamente.

Cada minuto que pasamos en presencia de alguien hacemos fluir una corriente constante de predicciones y deducciones acerca de lo que esa persona está pensando y sintiendo y a partir de la expresión facial nos resulta fácil analizar rasgos distintivos complejos.

Silvan Tomkins creía que las caras, incluso la de los animales ofrecían claves inestimables de sus emociones y motivaciones interiores, de que con solo mirar una fotografía de personas buscadas por la ley, deducir qué delitos habían cometido los prófugos. Y podía señalar siempre sin fallar, que personas mentían.

Tendemos a asumir que donde hay un problema debe haber una solución, pero tenemos sobrados problemas para los que es probable que nunca descubriremos soluciones, y preguntas que quedaran eternamente sin respuesta y es posible que el cerebro humano sea sencillamente incapaz de resolver ciertas cuestiones y de que esto se deba a que no existe una necesidad evolutiva de que sepamos tanto, aunque tampoco veo la necesidad evolutiva de que seamos capaces de entender dichas cuestiones. Y también están aquellas preguntas para las que no conocemos respuesta porque, en realidad no la tienen, nos dice Terry Eagleton.

Merece la pena examinar las preguntas, ya que su naturaleza importa respecto a determinar qué podría considerarse como una respuesta válida y para Eagleton, las que son difíciles son las preguntas y no las respuestas ya que plantear la pregunta correcta puede abrir todo un territorio hasta entonces inexplorado de conocimientos y desencadenar así otro aluvión de preguntas vitales como consecuencia.

Algunos filósofos consideran como realidad todo aquello que proporciona una respuesta a una pregunta y la realidad solo nos responderá en función de la clase de interrogante que le planteemos. Resulta incluso concebible que el ignorar el sentido de la vida forme parte del propio sentido de la vida.

La vida parece ser significativa, pero es, en el fondo insulsa, pretende tener sentido, pero no llega a tenerlo. Para Camus y Sartre, puede que la vida no traiga un propósito o una finalidad incorporados, pero eso no significa que sea vana e inútil.

Si todo es indeterminado, también debe de serlo lo que sabemos de ese todo y según Eagleton, en cuyo caso no podemos descartar la posibilidad de que el universo encierre una trama secreta ya que ni siquiera la desolación puede ser absoluta en un mundo sin absolutos.

¿Cómo se llama lo que solamente se puede observar, sin entender lo que pasa ni adivinar lo que va a pasar?, nos pregunta Ivar Ekeland. Eso se llama Azar, y ante todo debemos aprender a identificarlo y después podemos aprender a fabricarlo, donde la teoría del caos, nos permite describir sistemas inestables como los movimientos de los planetas y las variaciones meteorológicas entre otros. La mecánica del azar, las máquinas y las matemáticas, serán elementos indispensables y que en definitiva esclarecerá que la única regla es que no hay reglas y que el pasado no determina el futuro.

Para Hegel, la razón se realiza a sí misma en la historia solo a través de las acciones verdaderamente libres. Estas narrativas desmontan la distinción entre libertad y necesidad, entre el forjar nuestros propios significados y sentidos, y el ser receptivos a uno que ya está instalado en el mundo.

Las respuestas que el mundo nos devuelva serán de gran interés ya que consideramos que la realidad es siempre más de lo que nuestras interrogantes suelen prever de antemano, sobrepasando nuestras posibles interpretaciones. Pero lo importante son los significados que estampamos en el mundo y los demás.

Nuestro saber en la actualidad, sufre una profunda crisis y es por lo mismo que necesita una profunda transformación, considerando que sólo se puede hacer suyo el saber si éste significa realmente algo para nosotros.

Para Carl Sagan, más que un cuerpo de conocimientos, la ciencia es una forma de pensar. Una forma escéptica de interrogar al universo con pleno entendimiento de la falibilidad humana y en eso consiste básicamente el método científico. Jorge Luis Borges, nos dice que fácilmente aceptamos la realidad, acaso porque intuimos que nada es real.

Debemos renovar el dialogo con nuestra cultura situándonos en una nueva perspectiva. Se trata de considerar a aquellos que tienen no tan solo la necesidad de enriquecer su vida, sino también la de mejorar el mundo, accediendo a la cultura, la ciencia y la tecnología y de participar en la conversión y transformación de la civilización.

A medida que la sociedad experimenta cambios profundos, rápidos y significativos, nuestros fines, metas y estrategias, así como formas de comportamiento también deben ser diferentes. En lo particular compartir los secretos que he aprendido a lo largo de la vida me apasiona.

Está apareciendo un nuevo mundo a una velocidad vertiginosa, y algunos nos adaptaremos mejor que otros a él. Y lo que la oruga interpreta como el fin del mundo es lo que el sabio maestro espiritual denomina mariposa, nos dice Richard Bach. Comprender que el futuro no es algo que te ocurre, sino algo que tú creas, es el secreto para sobrevivir y progresar en épocas de cambio donde las circunstancias externas son idénticas, pero responden a los cambios de formas totalmente distintas, una se aferra al pasado mientras que la otra se convierte en el futuro, nos dice Joan Borysenko.

Todos los sistemas complejos, nos dice Prigogine, desde las partículas subatómicas hasta las civilizaciones humanas, llegan a un punto en el que su nivel de organización se vuelve insostenible, y entonces se desmoronan. Cuando el antiguo sistema se viene abajo y se libera del determinismo del pasado, se puede reconfigurar de una mejor forma. Es el punto de la historia en el que ahora nos encontramos, y aunque los cambios que estamos viviendo sean desconcertantes a corto plazo, son un preludio de maravillosas posibilidades, nos dice Borysenko.

Dean Becker nos dice que más que la educación, la experiencia y el aprendizaje, es el nivel de resiliencia de las personas el que determinará triunfos y fracasos. Es una forma de afrontar y comprender el mundo que está muy arraigada en la mente y en el alma de uno. Donde las personas se las ingenian para resolver las situaciones más difíciles. Para Victor Frankl, el secreto para ser fuerte estaba en encontrarle un sentido positivo a una experiencia traumática. Y Nietzsche nos dice que aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los cómos.

Se requiere adaptabilidad, para vivir en esta generación, ya que los problemas que estamos por enfrentar, pondrán a prueba nuestra capacidad de crear e improvisar y para esto nada mejor que observar y aprender de la misma naturaleza.

Debemos dar una justa oportunidad al potencial creativo, ya que es una cuestión de vida o muerte para cualquier sociedad. Debemos comprender e intuir que esto podría transformar para siempre nuestra visión del mundo y hacer de nosotros hombres nuevos.

Dejando fuera toda posible vaguedad conceptual y respetando aportaciones de las distintas culturas y de los distintos autores que nacen de la comprensión y familiaridad con ellos y no de la imitación reverencial ante ídolos a los que no se comprende, destruyendo su culto, con el fin de que todo el que quiera, pueda comprenderlos. Eliminando innecesarias barreras de comprensión y logrando dilucidar las cuestiones más difíciles para lo que vale la pena esforzarse, como nos aconseja Dietrich Schwanitz.

La conciencia que tiene el hombre es la de estar en un mundo extraño y anonadador, generando una intensa necesidad de un sistema coherente de orientación para explicar el mundo y reducir la confusión y las dudas existenciales.

Lo que contribuye también a aportarnos la sensación de identidad; saber dónde estamos y cómo hemos llegado hasta aquí, lo que contribuye a nuestro sentido de identidad ya que nuestras creencias, refuerzan nuestro sentido del Ser. Y desde esta perspectiva y a modo de gran relato evitamos que se pierda de vista la totalidad y globalidad de las cosas, enfoque sumamente necesario.

Lo que consideramos ser alguien “Normal”, es muy limitado y poco fiable, incluso pudiéramos decir, algo parecido a un sueño, con la característica de la individualidad y separación del mundo que nos rodea y sentir que somos un “Yo” que vive dentro de su propio espacio mental que nos separa del mundo exterior, lo que crea la sensación de aislamiento y carencia, lo cual da origen a impulsos de acumular posesiones, riquezas, estatus y poder, y la de sentirnos incompletos y mediante la acumulación, nos dice Steve Taylor, intentamos reafirmarnos para compensar nuestra sensación de carencia.

También se puede llegar a crear la sensación de que sólo habitamos nuestro cuerpo, como si éste fuera un vehículo que nos transporta de un lado a otro, lo que en muchas culturas ha desembocado en repugnancia hacia sus funciones.

El materialismo en que vivimos, también trata de satisfacer la necesidad psicológica de control y poder sobre el mundo y según Bacón, el conocimiento es poder y sentimos que estamos por encima del mundo y de que nosotros mismos ocupamos una posición de poder.

Necesidad psicológica que se manifiesta en un deseo de conquistar y la de poseer una comprensión total del mundo y del universo, así como la de poder explicar todos sus misterios a fin de que podamos convertirnos en los señores absolutos de la creación.

Bacón creía que el destino y el deber de los seres humanos era dominar la naturaleza, que por don divino nos pertenece.

El capital que podría dedicarse a liberar a los hombres y a las mujeres de las exigencias del trabajo duro se dedica sin embargo, a la tarea de amasar aún más capital. Proceso tan vano e inútil como que el capital adquiere un impulso que justifica su existencia principalmente por sí misma y utiliza a los individuos como instrumentos de su propia evolución ciega.

Vivir conscientes de nuestra propia naturaleza mortal es vivir con realismo, ironía, sinceridad y un aleccionador sentido de nuestra propia finitud y fragilidad. Ya que en el fondo de nuestra tendencia destructiva yace una fe inconsciente de nuestra inmortalidad. Así la muerte entendida como un incesante morir a uno mismo o a nuestro Yo es la fuente de una vida buena. Muchas veces las personas que hacen daño a la gente son las que más están sufriendo, pero sabemos que la respiración y la relajación son los primeros pasos para dominar la mente.

Algunos científicos entienden a la naturaleza, como algo que existe y está “ahí afuera”, que es ajena y distinta de la conciencia que la está observando. Y lo más común es que la consideremos como un enemigo, nos dice Taylor.

Sin embargo, descubrimientos recientes, como la energía oscura y la biología cuántica, han puesto a la vista las limitaciones de nuestra comprensión, donde cuanto más ahondemos en el análisis de la realidad, más misterios encontramos.

Aprendemos mediante el ejemplo y a partir de la experiencia directa, porque en la utilidad de las instrucciones habladas, se puede ver que se tiene un límite real. No estamos conscientes del peligro que entraña el problema de dar una respuesta a todo ya que a veces exigimos una explicación que, en realidad, no es posible dar y esto tiene consecuencias graves.

Lo que demuestra que la gente ignora las cosas que influyen en sus acciones, aunque raramente se siente ignorante; por lo que necesitamos aceptar nuestra ignorancia y poder decir, “No lo sé”, con más frecuencia y mientras nuestra mente consciente esté bloqueada, la parte inconsciente explora y escruta hasta las posibles claves más insignificantes.

Cuando se trata de conocernos y de conocer el mundo, prestamos demasiada atención a los grandes temas y muy poca a los detalles de los momentos fugaces. Si empezásemos a examinar nuestra manera de decidir y de comportarnos y de combinar todos esos pequeños cambios lograríamos crear un mundo diferente y mejor.

La tarea de conocernos y conocer nuestro comportamiento exige ser conscientes de que vale tanto lo percibido en un abrir y cerrar de ojos como un análisis más prolongado, nos dice Taylor.

A pesar de los extraordinarios conocimientos que podamos tener, somos totalmente incapaces de poner en tela de juicio nuestra primera apreciación. Debemos convencernos de que podemos educar y controlar nuestros juicios rápidos y nuestras primeras impresiones y así controlar esa clase de reacciones e igual a como podemos aprender a pensar de manera lógica y deliberada, también podemos aprender a hacer mejores juicios instantáneos y al menos en parte obtener nuestros mejores éxitos y a las cosas que hemos hecho para conformar, controlar y educar nuestras reacciones inconscientes ya que es una capacidad que todos podemos cultivar en nuestro favor y beneficio.

La “inteligencia intuitiva”, trata de los aspectos más sencillos de nuestra vida cotidiana, donde el origen y contenido de esas impresiones y conclusiones instantáneas que afloran de forma espontánea, se presentan cuando afrontamos una situación difícil o tenemos que decidir algo en condiciones de estrés.

Malcolm Gladwell, señala el hecho de que quienes son buenos tomando decisiones, no son aquellos que procesan más información o que dedican más tiempo a deliberar, sino aquellos que han perfeccionado el arte de extraer los pocos factores que realmente importan a partir de una cantidad desmesurada de variables. Nos explica cómo pensamos sin pensar, de donde proceden las decisiones que parece que tomamos en dos segundos.

Cuando se trata de tomar decisiones sobre posibles situaciones a partir de unos cuantos datos significativos, debemos aceptar que todos somos muy hábiles. Y sin embargo, ya que la maquinaria de nuestro pensamiento inconsciente, siempre está oculta, y actuando de forma inesperada puede darse que lo que en principio parece el ejercicio más transparente y puro de deducción, se pueda convertir en algo muy confuso y así cuando pedimos a la gente que explique sus pensamientos los que proceden de su inconsciente, debemos de interpretar sus respuestas con prudencia.

Para Timothy D, Wilson, combinamos entre los modos consciente e inconsciente de pensar en función de la situación y mientras que podemos tomar una decisión consciente después de mucho pensarlo; una decisión espontánea de discutir con alguien es inconsciente y la toma una parte distinta del cerebro motivada, por una parte distinta de la personalidad.

Los seres humanos hemos logrado sobrevivir como especie, gracias a que hemos desarrollado una forma de decidir, capaz de elaborar juicios muy rápidos a partir de poca información.

Es lógico; Adquirimos cierta experiencia, reflexionamos sobre ella, elaboramos una teoría y, por último, sacamos nuestras conclusiones. Donde nuestro cerebro utiliza dos estrategias muy diferentes para entender una situación problemática; La primera es la estrategia consciente, una estrategia lógica y contundente, pero es lenta y exige mucha información. Una segunda estrategia donde se actúa con mayor rapidez y es realmente inteligente, pero tiene el inconveniente de que al principio actúa por completo bajo la superficie de la conciencia.

Se trata de un sistema por el que nuestro cerebro saca conclusiones sin decirnos en seguida lo que está haciendo. Estrategia que siguieron los griegos, los cuales no sopesaban todas y cada una de las pruebas, sino que tuvieron en cuenta sólo aquello que podía captarse con un solo vistazo. Lo que el psicólogo del conocimiento Gerol Gigerenzer lo describe como “rápido y frugal”, nos dice Gladwell. Donde una parte del cerebro hace una serie de cálculos instantáneos, antes de tener lugar algún tipo de pensamiento consciente.

La mente actúa con más eficiencia al relegar al inconsciente, gran cantidad de pensamientos elaborados de alto nivel, igual que un avión vuela en piloto automático, con escasa intervención consciente humana. El inconsciente adaptativo se las arregla para hacer una composición del lugar que nos rodea, advertirnos de los peligros, establecer metas e iniciar acciones de forma elaborada y eficaz.

La tarea de conocernos y conocer nuestro comportamiento exige ser conscientes de que vale tanto lo percibido en un abrir y cerrar de ojos, como un mes de análisis racional. Para Gottman es un ejemplo curioso acerca de los pensamientos y decisiones que afloran desde el inconsciente.

Hay muchas cosas que se han inventado dos veces. La primera en Grecia y la segunda en la Edad Moderna, como es el caso de la democracia y la filosofía.

Una teoría es buena, según Leonard Mlodinow, si satisface dos requisitos; Primero describir con precisión una amplia clase de observaciones sobre la base de un modelo que contenga tan sólo unos pocos elementos arbitrarios, y la de efectuar predicciones definidas acerca de los resultados de futuras observaciones.

Creemos que obtendremos mejores resultados recopilando la mayor cantidad de información y deliberando sobre ella durante todo el tiempo posible, y sólo confiamos en las decisiones conscientes y por naturaleza, desconfiamos de un posible juicio de forma rápida ya que vivimos en un mundo que da por hecho que la calidad de una decisión está directamente relacionada con el tiempo y el esfuerzo dedicados a su adaptación.

Pero en ocasiones la prisa no es mala consejera y los juicios instantáneos y las primeras impresiones constituyen medios mucho mejores para comprender el mundo por lo que las decisiones adoptadas a toda prisa pueden ser tan buenas como las más prudentes y deliberadas.

Existe el azar cuando ya no podemos predecir de manera segura y cuando el pasado no determina completamente el presente y cuando una serie de observaciones no se dejan resumir, nos dice Ivar Ekeland. Pero después de todo, buscamos simplemente saber si una serie de cifras se construye conforme a cierta regla y si existe dicha regla, saber si nos permitirá que la serie continúe infinitamente.

Algunos científicos, acérrimos materialistas, están intentando mantener un sistema metafísico que satisface sus necesidades psicológicas de orientación y control y donde aceptar la existencia de fenómenos que contradicen los dogmas de su sistema de creencias sería peligroso desde el punto de vista psicológico, ya que amenazarían su identidad, su seguridad y su poder.

Sin embargo, sabemos que el dinero solo te hace feliz, de una sola manera; dándolo. Veremos que solo podemos conservar lo que tenemos dándolo y si queremos ser felices, tenemos que dar alegría. Si queremos que nos perdonen, tenemos que saber perdonar, si queremos paz, tenemos que crearla a nuestro alrededor. Si queremos curar nuestras heridas, tenemos que curar la de los demás, nos dice James R. Doty.

Toda negación ha de hacer una excepción consigo misma; en una palabra “El Yo no puede hacer abstracción de sí mismo” Lo que significa, de que; “Pienso luego existo” y en lugar de partir del mundo de los objetos, Descartes parte de la “conciencia”, hasta que lo único que queda en sus manos es lo que se puede medir matemáticamente, todo lo demáHubbes concibe al hombre como un animal temeroso y perseguido, y por eso quiere el poder, convirtiéndose en un ser solitario y asocial; donde impera la guerra de todos contra todos, declarando que la vida es solitaria, pobre, espantosa, brutal y breve. Y que el hombre es un lobo para el hombre. Donde considera al Estado como Absoluto y por encima de los partidos y de la moral.

La filosofía derivó de la teología, donde sus resultados estaban siempre establecidos de antemano, considerándose que fue René Descartes, el creador de la filosofía moderna, la cual se consagra a las verdades eternas de las matemáticas y de la lógica.

En estas verdades eternas se podían fundar mejor su confianza y su concepto de verdad, donde los enunciados de la filosofía debían ser tan sólidos y vigorosos como los de la ciencia matemática y para esto Descartes empezó dudando de todo y así se dice que encontró el fundamento de todos los fundamentos y la base de la nueva filosofía, por lo que decía que “Si dudo de todo, no puedo dudar de que dudo”.

Toda filosofía comienza por crear inseguridad, diciéndonos; “que lo que tomamos por la verdad es un absurdo, que no es más que un montón de prejuicios fruto de nuestros deseos y de nuestra estrechez de miras”; creyendo que el mundo es un teatro, donde la obra que se interpreta es una “ilusión”, que sólo los espectadores ingenuos toman por “realidad”.

El filósofo se interesa por el lugar desde el que se dirige la obra y busca la verdad, porque su objetivo es explicarla. Así las paradojas de Zenon inspiraran nuevas concepciones de infinito y de la medida. Aquiles parece condenado a aproximarse cada vez más a la tortuga sin poder jamás adelantarla; paradoja que juega hábilmente con el infinito. Así pues, tenemos de cierta manera lo infinito en lo finito. La paradoja del mentiroso llevará a los lógicos a una indagación cada vez más profunda de las nociones de verdad y de demostratibilidad.

Desconfiemos de las evidencias y dejémonos maravillar y sorprender por los misterios de este mundo matemático que los sabios griegos han abierto para nosotros. La noción de infinito en matemáticas será, la principal fuente de paradojas, pero también la cuna de las teorías más fascinantes.

TEORÍAS Y CONCEPCIONES CIENTÍFICAS DEL MUNDO

Para ser un verdadero investigador de la verdad, nos dice Descartes. Es necesario, al menos una vez en la vida, poner en duda todas las cosas. Donde hay duda hay libertad. Quien se considere un escéptico hará bien en dudar, en ocasiones, de su propio escepticismo.

No es posible hablar de acontecimientos en el universo, sin las nociones de espacio y tiempo, ya que el espacio y el tiempo no tan sólo afectan los acontecimientos por venir, sino que también son afectados por todo lo que ocurre en el universo; y las matemáticas no pueden tratar magnitudes infinitas y la relatividad hay que considerarla como una teoría incompleta ya que no puede predecir como dio comienzo el universo.

Se necesitó menos de una hora para hacer los átomos y unos cuantos cientos de millones de años para hacer las estrellas y los planetas, pero, ¡Cinco mil millones para hacer al hombre!

Poincare descubrió ciertas situaciones en el sistema solar, que necesariamente conducen a un movimiento caótico y Kolmogorov descubrió otras que conducen a lo opuesto, un movimiento estable y perfectamente predecible, donde las trayectorias oscilan indefinidamente alrededor de ciertas posiciones medias donde las perturbaciones pequeñas no se amplifican en el transcurso del movimiento, lo cual permite predicciones a largo plazo.

En los hombres la experiencia proviene de la memoria, donde muchos recuerdos de una misma cosa constituyen una experiencia y de la experiencia progresan la ciencia y el arte en el hombre. El arte comienza, cuando de un gran número de nociones suministradas por la experiencia, se forma una sola concepción general que se aplica a todos los casos semejantes.

Se observa que hasta las personas que solo tienen experiencia, consiguen mejor su objetivo que aquellos que poseen la teoría sin la experiencia. La experiencia es el conocimiento de las cosas particulares y si alguien posee la teoría sin la experiencia y conociendo lo general ignora lo particular en el contenido, errará muchas veces, nos dice Aristóteles.

Los hombres de experiencia saben bien que unos conocen la causa y otros la ignoran, pero no saben por qué existe.

Para Carlo Rovelli, la ciencia funciona porque, después de la hipótesis y el razonamiento, de intuiciones y visiones, de ecuaciones y cálculos, podemos decir si hemos acertado o no. La teoría hace predicciones sobre cosas que aún no hemos observado y podemos comprobar si son correctas o no.

Ésta es la gran fuerza de la ciencia, lo que le da credibilidad y nos permite encomendarnos a ella con tranquilidad. Podemos saber si una teoría es verdadera o falsa. Y esto es lo que distingue a la ciencia de otras formas de pensamiento en las que decidir quién tiene la razón y quién se equivoca suele ser una cuestión bastante más espinosa y a veces incluso carente de sentido.

El Fedón de Platón es el texto más antiguo en el que se habla de que la Tierra podría ser redonda, destacando que Platón reconoce los límites del conocimiento de su tiempo. Esta clara conciencia de nuestra ignorancia es el origen del pensamiento científico, y gracias a esta conciencia de los límites de nuestro conocimiento hemos aprendido tantas cosas del mundo.

La búsqueda del conocimiento no se alimenta de certezas, sino de una radical falta de ellas. Lo que significa no creer a quien dice estar en posesión de la verdad; nos podemos reír de los que dicen conocer las respuestas últimas, y de tener un acceso privilegiado a la verdad. Por lo que aceptar la incertidumbre de nuestro saber significa aceptar vivir en l ignorancia y, por tanto, en el misterio, ya que vivimos con preguntas a las que no sabemos dar respuesta y de que quizá nunca sabremos responder.

Sin embargo hay quienes prefieren una certeza, aunque sea algo claramente infundada. Miranda García explora límites y desafíos de la ciencia aclarando sobre la renovada sed de saber al enfrentar a los hallazgos que desdicen o refutan logros y aventuras intelectuales: La teoría de conjuntos, el principio holográfico, los infinitos, los agujeros negros, la teoría de las cuerdas, la materia oscura, el teorema de Gödel o la teoría especial de la relatividad, temas sometidos a revisión con la certeza de que no hay verdad todavía y además con la certeza de que vamos a morir ignorando casi todo.

La teoría de la gravedad, basada en un modelo simple, predice los movimientos del sol, la luna y los planetas con un alto grado de precisión. La teoría de la relatividad puso fin a la idea de un tiempo absoluto y tal parece que cada observador debe tener su propia medida del tiempo y que relojes idénticos llevados por observadores diferentes no tendrían por qué coincidir.

En la relatividad no existe una diferencia real entre coordenadas espaciales y temporales. Y cualquier objeto está limitado a moverse por siempre a velocidades menores a la velocidad de la luz, ya que solo las ondas u objetos sin masa pueden moverse a la velocidad de la luz.

La Geodésica es el camino más directo sobre la superficie de la Tierra, pero en ausencia de materia las geodésicas en el espacio-tiempo cuadrimensional corresponden a líneas rectas en el espacio tridimensional. En presencia de materia el espacio-tiempo cuadrimensional queda distorsionado, haciendo, que las trayectorias de los cuerpos en el espacio tridimensional se curven.

También los rayos de la luz deben seguir las geodésicas del espacio-tiempo y los campos gravitatorios deberían curvar la trayectoria de la luz. Newtón entendió que así como cae una manzana, de igual modo gira la luna en su órbita, donde va cayendo y perpetuando eternamente su caída. Pero hasta ahora no se ha podido descubrir la razón de las propiedades de la gravedad.

Las hipótesis, sean físicas o metafísicas, sobre cualidades ocultas, no caben en la filosofía experimental. La gravedad no la comprendemos y de la materia sabemos que está esencialmente compuesta de vacío. Todos los cuerpos, pesados o ligeros, caen con igual velocidad, sin embargo en la luna caen de forma más lenta que en la Tierra. La luz es energía y la energía es masa y el 99% de lo que existe es inmaterial y solo el 1% es materia.

Muchos físicos estaban convencidos de que la teoría de cuerdas debería ser capaz de lograr la unificación de todas las fuerzas que podemos observar en la naturaleza; pero es claro que la teoría de cuerdas representa solamente uno más de los muchos callejones sin salida que se han encontrado rumbo a una explicación unificada del universo, nos dice Antonio Miranda.

Tanto Platón como Aristóteles interpretaron el mundo en términos finalistas, pensando que todo lo que ocurre tiene una finalidad, forma de pensar poco útil para llegar a entender la naturaleza o la entendían tan sólo en términos de bien y mal. En cambio Tales y Anaximandro descubren otra forma de buscar respuestas en la naturaleza misma de las cosas y que constituye la base del actual pensamiento científico.

Comprenden que mediante la observación la razón y sobre todo el pensamiento crítico, las respuestas a lo que no conocemos, podemos corregir nuestro punto de vista sobre el mundo y poder descubrir aspectos de la realidad que a simple vista pasan inadvertidas.

Comprendieron que el mundo podía entenderse con la razón y estaban convencidos de que la variedad de los fenómenos naturales podía reducirse a algo simple.

¿Cuánta confianza podemos depositar en nuestro conocimiento?

Sobreestimamos sistemáticamente nuestros conocimientos y capacidades para pronosticar y no se trata de si una estimación aislada o no; por lo que el efecto de exceso de confianza prescinde de la diferencia entre lo que la gente sabe realmente y lo que cree saber.

Los expertos padecen aún más el efecto de confianza que los no expertos, nos dice Rolf Dobelli, por lo que recomienda que hay que ser escépticos ante todas las predicciones especialmente si proceden de supuestos expertos y partir siempre de una perspectiva más pesimista en todos los planes de pronóstico.

Los expertos quieren ser reconocidos y por eso deben indicar su estatus de algún modo.Equivocarse es de humanos, somos menos cuidadosos ante las opiniones de los expertos que ante otras opiniones y obedecemos a las autoridades, incluso en aquello que racional o moralmente no tiene sentido y es lo que se conoce como el sesgo de autoridad.

La gente actúa según sus propios intereses y lo asombroso son los aspectos secundarios, como la rapidez y la radicalidad con que la gente cambia su comportamiento cuando los incentivos entran en juego, sin embargo la gente reacciona a los incentivos pero no al propósito de los incentivos. Donde en una sociedad basada en el anonimato la vergüenza no desempeña ningún valor.

Hay gente que procura tener en cuenta el efecto de sus actos sobre la humanidad y el ecosistema, sin embargo toda política que apueste por semejante responsabilidad personal es demasiado ingenua. No debemos contar con el sentido común ético de las personas, ya que, Es difícil hacer entender algo a alguien sus ingresos dependen de no entenderlo. Por lo que en determinadas situaciones, la mano invisible del mercado no guía hacia lo óptimo si no a lo contrario.

Si millones de personas afirman una tontería, no por eso se hará realidad. La prueba social nos dice; “me comporto correctamente si me comporto como los demás”; es decir que entre más personas encuentren correcta una idea, más correcta es esa idea, lo que es un absurdo. Lo que muestra que la presión de grupo, doblega el sentido común´

¿Por qué actuamos así?, nos pregunta Dobelli. Por qué ese comportamiento ha demostrado ser una buena estrategia de supervivencia en nuestro pasado evolutivo. Ya que quien actuara de forma diferente acervo genético al no sobrevivir y es algo que tenemos profundamente arraigado y aún hoy lo seguimos aplicando.

La publicidad se aprovecha sistemáticamente de nuestra debilidad ante la “prueba social” y funciona mejor ante situaciones que resultan poco claras, donde si cincuenta millones de personas afirman una tontería, no se hará realidad por eso.

LA SOCIEDAD DEL APRENDIZAJE

Todos los hombres tienen por naturaleza el deseo de saber y para Aristóteles, el deseo de saber termina con la obtención de la sabiduría, tanto en lo personal como en lo general de la sociedad, lo cual conduce y consiste en el conocimiento de las causas y los principios del ser, donde ese conocimiento es el objeto de la metafísica, de la ciencia de las primeras causas y principios del ser, el conocimiento del ser en cuanto Ser, el conocimiento de la causa última de la naturaleza y de la realidad.

Más que el diseño de lo que debería ser una sociedad perfecta o justa, lo que le interesa a Aristóteles es determinar las características del espacio social en el que se ha de desarrollar la vida del hombre, donde se siente atraído por el análisis de la experiencia de la vida colectiva o social del hombre.

La educación en México siempre ha estado al servicio de la clase dominante, nos dice Eduardo del Rio, ya que se educa para perpetuar su poder, para seguir en el pasado, para encajar en una sociedad cada vez más violenta, peligrosa y codiciosa.

La escuela debería ser Activa, Democrática y Creativa. En la consideración de que el mayor daño psíquico que se le hace al niño tiene lugar en los primeros siete años de su vida.

La televisión le ha ganado la batalla a la lectura de los libros y la fe al razonamiento. Se ha concluido en varios estudios sobre las caricaturas de la televisión, que se utiliza un vocabulario que es agresivo e inadecuado para los niños de primaria, además de sus muchos actos de violencia y sus moralejas son expresadas de forma destructiva, concluyéndose que tienen asociaciones negativas para los niños.

Para Montaigne; El niño no es una botella que hay que llenar, sino un fuego que es preciso encender. Eduardo del Rio, nos habla de que necesitamos una revolución que se ocupe del aprendizaje, de la forma en que se pueda lograr que los educandos aprendan a aprender por sí mismos, que aprendan a pensar y razonar. Se enseña a pasar exámenes pero no aprenden a cuestionar, haciéndolos conformistas. Y no se toma en cuenta a la mujer, en un trato sin machismos.

En la escuela no aprendemos a aprovechar el tiempo; aprendemos a perderlo. Donde queremos cambiar el mundo sin cambiarnos a nosotros mismos. Y donde la inteligencia está reñida con el militarismo, ya que la instrucción militarizada destruye la inteligencia.

Hay que hacer que el niño dude de todo para que, razonando y cuestionando, salga de la duda por sí mismo. Hay que hacer que el alumno tenga un pensamiento científico, es decir a pensar críticamente, con agudeza, claridad y precisión. Aprender a comprender, dándole al niño confianza en sí mismo, al margen de religiones y exigencias de la sociedad. Por lo que debe ser una preparación para la vida. Hay que educarlo contra la guerra, el racismo, la violencia y los mitos religiosos.

En la escuela pública actual, no se le motiva al alumno a leer ni a pensar por sí mismo. No se les acerca a la naturaleza y al cuidado del medio ambiente y mucho menos a dialogar y no se tiene un plan de desarrollo de la creatividad e inteligencia. No se educa para saber integrarse a la sociedad, autodisciplinarse y fomentar la creatividad.

Comprender la vida, debería ser la meta de la educación, nos dice Rios, ya que el alumno no sabe que le está pasando y a qué clase de vida se le está llevando. Saber que el odio crea odio, la violencia crea violencia y el amor crea amor. Que la libertad no significa renunciar al sentido común; que la libertad es hacer lo que uno quiera hacer sin invadir la libertad de los demás.

Nuestros alumnos saben mucho pero entienden poco, nos dice Chomsky. La educación no es memorizar los libros, cifras y datos. Aprender es aprender a mirar, a dudar a razonar. La educación debe ser útil, sea cual sea nuestra meta en la vida.

Eduardo Cesarman nos dice que educar constituye la función más importante y más compleja de la sociedad. La función educativa determinará la existencia de seres humanos que vivan en el miedo y la miseria intelectual, que da la ignorancia y que estos seres humanos integrarán un organismo social necesariamente subdesarrollado y con tendencias al caos.

Alfred Whitehead agrega que; “cuando se considera en toda su magnitud la importancia de la educación de la juventud de un país, las vidas arruinadas, las esperanzas frustradas, los fracasos nacionales que resultan de la frívola inercia con que se le trata, es difícil contener la ira. ¿Deberían ser considerados traidores a la patria los maestros que actúan de esta manera?

En la vida moderna la regla es absoluta: El pueblo que no valora la inteligencia ejercitada, está sentenciado al fracaso. Para mañana la ciencia habrá avanzado un paso más y el juicio que pronuncie sobre lo inadecuado de la educación será inapelable.

Toda educación es una reflexión sobre la cultura efectivamente compartida para buscar en ella aquello que debe ser promovido y perpetuado. El objetivo de la educación nos dice Savater, es la reproducción social consciente una selección crítica de sus aspectos científicos y valorativos más promisorios.

El deseo creciente de los seres humanos de educarse y de tener acceso al saber y al hacer es muy natural tomando en cuenta que es fundamental saber y saber hacer. Educar es preferir y reforzar, no acatar cualquier tradición como si la razón no pudiese discriminar entre ellas. Ya que ciertos aspectos de la vida pueden ser enfocados desde diferentes perspectivas culturales. Donde el pluralismo puede ser enriquecedor e inspirar a quienes lo comparten.

Debemos mantener el ideal de una educación ilustrada, igualitaria y laica que en muchos sitios aún no se ha logrado y en otros parece haberse perdido. Hoy en día nos dice Savater, está en entredicho y sufre peligrosas acechanzas. Los reaccionarios de derecha que se oponen a la separación efectiva de la Iglesia y el Estado y procuran presentar como modernización lo que favorece el crecimiento de la escuela privada.

El paso siguiente será el bono escolar que permitirá a los padres mayor capacidad de elección de centro escolar. Lo que en Francia ha significado un empobrecimiento de recursos para la educación pública, disminución de horas de clase y temarios cada vez más pobres y confusos.

Los inquisidores decretan que educar en valores es adoctrinamiento intolerable apunta Savater y ya no solo van contra la educación para el pueblo sino también contra la ciencia, considerada culpable de contraponer el trabajo científico basado en pruebas a las creencias que han sido reducidas a meras opiniones.

La educación siempre deberá enfrentar a otras enseñanzas, como las de la calle, las de los delincuentes y más granujas, las de los que persiguen y obtienen el éxito fácil. Nadie se debe quedar sin aprender y lo importante es decidir quién va a enseñar y qué es lo que va a enseñar. Hay que elegir entre ser creyente o pensante.

Ser filósofo es considerar que uno no es un sabio sino sólo alguien que duda y aspira por un saber verdadero, algo tan vasto, que sobrepase a nuestras posibles capacidades, con certeza definitiva para acabar con los errores. Considerando que está a nuestro alcance lograr una vida más racional, mejor informada y menos cruel.

Las presunciones falsas en que se basan las creencias tradicionales tienen poco sentido a la vista de los descubrimientos que recientemente se han hecho en todas las ramas de la ciencia. La reticencia de los sistemas educativos convencionales a reflejar los nuevos descubrimientos y a explorar las nuevas teorías nos tienen inmovilizados en creencias obsoletas, nos dice Braden, y que no pueden resolver la mayor crisis de la historia humana, en la que vivimos.

Las elecciones que hacemos sobre la vida están basadas en nuestra idea de quiénes somos y de qué relación tenemos con los demás y con el planeta y que son las creencias que durante los últimos tres cientos años han venido fraguándose en torno a una serie de suposiciones falsas establecidas por una ciencia anticuada.

Crecientes pruebas científicas empiezan a revelar una verdad innegable que la competición violenta y la guerra, están en contradicción directa con nuestros más profundos instintos de cooperación y cuidado mutuo, que está en lo más profundo de nuestra verdadera naturaleza ya que sencillamente no estamos programados para la guerra.

Lo que hace especiales a los seres humanos, es que solo nosotros somos conscientes de nuestra propia individualidad y de nuestras diferencias y desde la niñez empezamos a sentirnos independientes y somos capaces de ponernos en el lugar de los demás y comprender sus emociones, pensamientos y maneras de actuar. Cada persona posee sus propias características, capacidades e ideas y empezamos a compararnos con los que nos rodean, algo que permanece con nosotros el resto de nuestras vidas.

Nos anima nuestros puntos fuertes y nos desalienta nuestras debilidades y en cada momento reflexionamos sobre nosotros mismos y con el tiempo acabamos comprendiendo que no existe una regla de oro que nos indique que la mejor manera de dirigir nuestra vida.

Pensamos y obramos como si todos fuésemos iguales, y pudiésemos hace las mismas cosas, lo cual no es así, ya que no existen reglas universalmente válidas que nos digan cómo vivir en armonía con el mundo qu nos rodea. Esto es un reto ql que cada individuo debe responder a su manera. No solo es un desafío vivir en consonancia con nuestra propia individualidad; también lo es convivir con la multitud y diversidad de nuestros semejantes. Pero sin diversidad no existirían seres humanos, ni tampoco los demás seres vivos. Diversidad e individualidad son condiciones básicas de la vida, nos dice Remo H. Largo.

Todos los seres humanos poseemos capacidades muy diferentes para responder a los pequeños y grandes desafíos de la vida y no existe ninguna capacidad, ningún comportamiento y ninguna característica física o psíquica que progrese de la misma manera en todos los niños.

Saber quiénes somos, dónde nos encontramos dentro de los ciclos de la civilización y la naturaleza y conocer los errores que cometieron las civilizaciones pasadas y aprender de ellos es la clave para sobrevivir a nuestras actuales crisis, nos dice Gregg Braden.

Nadie sabe lo que el futuro nos tiene reservado, pero cuanto mejor nos conozcamos más claras estarán, las elecciones que necesitamos hacer en nuestras vidas. La perspectiva cuántica nos dice que seleccionamos continuamente cuál será nuestro futuro con las elecciones que hacemos a cada momento.

¿Cuál es la mejor forma de hacer la vida más agradable y feliz? ¿Cómo vivir? Continúa siendo una de las preguntas más relevantes para cualquier individuo que día con día debe tomar decisiones personales sin tener la certeza de qué la decisión que tome será la más adecuada. Los sabios de todos los tiempos han dicho siempre lo mismo y la inmensa mayoría de los necios han hecho y dicho también lo mismo y siempre será y seguirá así, nos dice Arthur Schopenhauer y Voltaire agrega; Al marcharnos de este mundo, le dejaremos tan tonto y tan malo como lo encontramos al llegar a él.

El mundo en que vive cada uno, depende de la manera de concebirlo, lo cual difiere en cada cerebro. El mismo acontecimiento que se presenta de una manera tan interesante en el cerebro de un hombre de talento no le parecería tan interesante a alguien con un cerebro vulgar. Un necio al leer las poesías de Goethe o de Byron, es capaz de envidiar la agradable aventura, en lugar de envidiar la robusta imaginación, que de un acontecimiento vulgar ha sabido hacer algo tan grande y tan bello.

Lo principal es lo que se encuentra o se produce la misma persona tanto para su bienestar como para toda su manera de ser, ya que en las mismas circunstancias y los mismos acontecimientos afectan a cada individuo de diferentes maneras y aunque se encuentre colocado en un mismo ambiente, cada cual vive en un mundo distinto, porque no tiene directamente relación más que con sus propias percepciones y con sus propias sensaciones y cambios de su propia voluntad.

Toda realidad, se compone de dos partes, el Sujeto y el Objeto y cada cual está forrado en su conciencia, como en su piel, y vive solo inmediatamente en ella. Nadie puede salir de su individualidad y es fácil observar claramente como nuestra felicidad depende de lo que somos y de nuestra individualidad, mientras que con frecuencia no se tiene en cuenta, sino lo que tenemos o lo que representamos.

El que posee la riqueza interior no necesitará mucho del exterior; pero para un palurdo seguirá siendo un palurdo, hasta su fin, nos dice Schopenhauer ya que lo subjetivo es incomparablemente más esencial a nuestra felicidad que lo objetivo donde la salud excede de gran manera a los bienes exteriores.

Schopenhauer nos dice que: “Un temperamento tranquilo y jovial nacido de una salud perfecta y de una feliz organización; una razón lúcida viva, penetrante y exacta; una voluntad moderada y dulce, y como resultado, una buena conciencia, son ventajas que ninguna categoría, ninguna riqueza puede reemplazar.

Lo que un hombre es en sí mismo, y lo que nadie puede darle ni quitarle, es indudablemente más esencial para él que todo lo que puede poseer o lo que puede ser a los ojos de los demás. Ya que un hombre dotado puede prescindir de la mayoría de los goces a los que el hombre aspira generalmente.

Un carácter bueno, moderado y dulce, podrá estar contento en la indigencia, mientras que todas que todas las riquezas no pueden satisfacer a un carácter ávido, envidioso y perverso.

La inteligencia emocional, incluye la capacidad de sentir y manejar nuestras emociones y la de los demás. En el mundo de hoy los deseos de adquirir y consumir pueden impedirte apreciar los auténticos placeres de la vida, hay una profunda ansia de significado y propósitos definidos. El buen humor, la plena conciencia, el yoga, la meditación y las artes marciales te ayudarán a crear circuitos cerebrales que favorezcan los pensamientos creativos.

CREANDO EL MUNDO

Uno de los misterios más profundos de nuestro universo es el enigma de su procedencia. Según el modelo de estado estacionario, el universo no tuvo principio y permanece igual todo el tiempo, desde entonces la cosmología ha madurado desde una búsqueda especulativa hasta una ciencia exacta.

Como cualquier científico sabe, en el principio no había objetos en el espacio y a pesar de esta ausencia inicial de materia, espacio y tiempo, algo debió de pasar que diera origen a todo, es decir debió de pasar algo antes de que hubiera algo. Ese primer acontecimiento debió de ser bastante diferente de toda clase de fenómeno según las leyes de la física conocida, nos dice Jonathan Black.

Vivimos en un mundo maravilloso, donde cosas maravillosas están sucediendo en nuestro alrededor y lo que parece ser un misterio, en realidad es el resultado de patrones científicos comprensibles, donde la conciencia y la energía vibran dentro de nosotros y también en nuestro alrededor en un movimiento perpetuo, en una celebración constante, parte mágica invisible para el ojo humano y donde somos la fuerza vibrante que hace funcionar el mundo, una fuerza creativa que dirige tanto nuestro propio destino como el de toda la humanidad, participando en un acto exquisito de creación tanto personal como global.

La mecánica de la mente, revela, posibilidades fascinantes, no solo en la capacidad para solucionar problemas complejos y aprender información nueva, sino en una capacidad que trasciende la lógica y se introduce realmente en el dominio de la creación física.

Cuando nuestra energía interior, se alinea con las leyes universales, descubrimos la naturaleza del mundo cuántico, que otorga poder y posibilidades infinitas y según la mecánica cuántica es nuestra conciencia la que crea nuestra realidad, bellamente explicada por Sandra Taylor.

Donde la causa primordial es la mente y donde todo debe empezar con una idea y donde en todo suceso y en toda condición, todo es primero una idea en nuestra mente.

Donde la ciencia moderna explora muchas teorías sobre la realidad creada por la conciencia, donde nos dice que nuestro mundo es demasiado complejo como para haber llegado a este estado de desarrollo simplemente a través de una serie aleatoria de sucesos fortuitos.

¿Por qué hay algo en lugar de nada?

Si tratamos de responder esta pregunta; Solo una causa que no sea una parte más del todo; una que trascienda el universo, como Dios se supone que lo trasciende, podría sustraerse a ser arrastrada por el argumento; nos dice Terry Eagleton, ya que no es una pregunta de cómo comenzó a existir el universo. Tampoco para qué, y para los teólogos, el mundo no tiene finalidad alguna.

Agregando que Dios no creó el mundo con un determinado objetivo, sino que es un artista que lo creó simplemente para su propio deleite y para el deleite propio de la Creación. No es lo mismo cómo sea el mundo, sino que sea el mundo, nos dice Ludwig Wittgenstein, y Martin Heidegger se pregunta ¿Por qué el Ser?

Pregunta que no sólo resulta difícil de contestar y es incluso dudoso que exista en dicha pregunta algo a lo que haya que buscarle respuesta. Concluyendo Eagleton de que tal vez esta sea una pregunta para el poeta o para el místico, pero no para el filósofo. Ya que existe una diferencia entre las preguntas auténticas y las preguntas falaces.

Las preguntas falaces, no lo son en realidad ya que gran número de perplejidades filosóficas, surgen de la errónea utilización que hacen las personas del lenguaje. Según Wittgenstein, la tarea del filósofo, no era tanto la de resolver estos interrogantes, como la de disolverlos y mostrar que brotan de la confusión entre un tipo de “juego de lenguaje”, y otro.

La labor del filósofo consiste en liberarnos del posible hechizo de la estructura de nuestro lenguaje o sea en desentrañar los diferentes usos de las palabras. El lenguaje tiende a hacer que diferentes tipos de habla acaben teniendo la misma apariencia. Y Nietzche se pregunta, si nuestra gramática no sería la razón por la que no habíamos conseguido liberarnos de Dios.

Para Jacques Derrida, esos engaños metafísicos están integrados en la estructura misma de nuestro lenguaje y no pueden ser erradicados. Y de que el filósofo debe limitarse a plantearles una incesante y titánica batalla, y que él llamara “de construcción”.

El hecho de que las partes tengan sentido no necesariamente el Todo, tendrá también sentido o un sentido superior a las partes, nos dice Eagleton.

¿Podemos llegar a creer que podamos tener la certeza de algo? ¿Podemos estar seguros de que lo que consideramos como verdadero, no es tan solo una aproximación?

Sabemos, que nuestros matemáticos, son víctimas, de intuiciones engañosas, pero que éstos se esmeran en distinguir entre lo que conocemos como “teoremas” y aquellos para los cuales no disponemos todavía la prueba y que llamamos “conjeturas”.

Si esta conjetura llega a ser un teorema, serán validados todos nuestros trabajos; pero si alguna vez es desmentida, se derrumbarían con ella, vidas enteras dedicadas a la investigación; pero el problema es que en este juego se tiene el defecto de no terminar nunca y sea cual sea la respuesta aportada a una pregunta, siempre cabe cuestionar de nuevo dicha contestación.

Para hacer una demostración, es preciso comenzar por algún sitio. Toda construcción matemática debe comenzar por admitir un cierto número de evidencias previas, nos dice Launay. Evidencias que constituirán los fundamentos de todas las deducciones subsiguientes y que, por tanto, es preciso escoger con mucho cuidado. Evidencias que los matemáticos dan el nombre de “axiomas”, que son enunciados matemáticos como son los teoremas y conjeturas, pero a diferencia de estos, carecen de demostración y no pretenden tenerla, nos dice Launay. Ya que se admiten como verdaderos.

Antonio Miranda por su parte, explora los límites y los desafíos de la ciencia, avisándonos de un riesgo mayor, la de enfrentar a los hallazgos que desdicen o refutan los logros y aventuras intelectuales, con la certeza de que vamos a morir ignorándolo casi todo. Hay sin embargo una luz en el interior del ser humano, en un perpetuo interrogante y en la convicción de que el asombro sigue siendo la piedra fundamental de nuestro saber y la ignorancia de la ciencia nos hace reflexionar sobre la frase de Einstein; “Dos cosas son infinitas: el universo y la estupidez humana; y yo no estoy seguro sobre el universo.

Euclides, Pitagoras y Tales, se esmeraron en hacer de las figuras geométricas objetos abstractos idealizados, donde se dice que el “punto” no tiene longitud ni anchura, ni grosor. Estas definiciones negativas, nos dice Launay, nos dejan escépticos. ¡Decir lo que no es el Punto no es decir realmente lo que es! Y sin embargo nadie propone algo mejor, porque nadie sabe decir lo que es un Punto, sin embargo todo el mundo está más o menos convencido de que la idea es lo bastante simple y clara, como para no generar ambigüedades ni controversias. Todos estamos más o menos seguros de que hablamos de lo mismo cuando empleamos la palabra de Punto. Un segmento de recta posee una longitud finita y pese a estar compuesta por infinitos puntos, todos los cuales tienen una longitud igual a cero tenemos de cierta manera lo infinito en lo finito.

Qué alguien me explique por qué más por más es más y por qué menos por menos también es más, ¿donde quedo la magia que todavía no la entiendo?

Fernando Vallejo, nos dice que lo que no se deduce de los fenómenos hay que llamarlos hipótesis, y estas, metafísicas o físicas, de propiedades ocultas o de propiedades mecánicas, no caben en la filosofía experimental. No más experimentos pensados si queremos hacer una ciencia respetable y no una filosofía. La física no sirve para todo, la filosofía sí. Lo que se deduce de los fenómenos que vemos, se llama hipótesis. Las hipótesis, sean físicas o metafísicas, sobre cualidades ocultas, no caben en la filosofía experimental.

Una Proposición es un enunciado que puede ser verdadero o falso y a través de la lógica se puede obtener Conclusiones a partir de las Proposiciones. El primer problema que enfrentamos es el de decidir si una proposición es falsa o verdadera. La veracidad o falsedad de una proposición matemática dada no puede establecerse a partir de primeros principios, es decir; no podemos a partir de leyes de la naturaleza, inamovibles, determinar cuáles proposiciones son verdaderas y cuales son falsas.

Es necesario construir una colección de proposiciones básicas que podamos considerar como verdaderas y que no requieren de una demostración y a partir de las cuales podamos deducir la veracidad o falsedad de otras proposiciones utilizando exclusivamente la lógica. A estas proposiciones básicas se les conoce como Axiomas. Y a un sistema axiomático, a partir del cual podamos demostrar proposiciones verdaderas se les llama “teoremas”, por lo que un sistema axiomático, puede ser; consistente, independiente o completo.

Donde una proposición que puede demostrarse que es verdadera y también que es falsa se le conoce como “paradoja”. Si llegáramos a obtener dicha paradoja diríamos que el sistema axiomático utilizado no podría ser consistente, ya que en general en matemáticas se busca que estén basadas en sistemas axiomáticos consistentes, independientes y completos.

Las paradojas son una fuente muy prolífera de cuestionamientos, por lo que podemos decir que si se descubre una paradoja, es probable que se nos ha escapado algo; que hemos entendido mal una noción, que hemos considerado mal un enunciado o definición o hemos escogido mal un axioma. Que hemos considerado evidente algo que no lo era tanto, Launay nos dice que las paradojas son una invitación a reconsiderar hasta nuestras más íntimas evidencias.

La mayoría de las ramas de las matemáticas emergen a través de un proceso histórico complejo y confuso en el que no se puede discernir una dirección clara, precisamente porque esa misma dirección se va creando a medida que se enlazan ideas fragmentarias. La jungla crece mientras la exploramos, nos dice Ian Stewart. Agregando que Gauss desestimó el Último Teorema de Fermat, declarando que era típico de una gran familia de enunciados que eran fáciles de conjeturar pero prácticamente imposibles de demostrar o refutar.

En los Elementos de Euclides, las definiciones preceden a los axiomas y su primera frase es la definición de Punto como “aquello que no tiene partes”.

Como sucede con las demostraciones, la cuestión de las definiciones es interminable nos dice Lannay. Donde nos preguntamos ¿Qué significan todos estos términos empleados? La primera definición formulada tendrá que expresarse con palabras que no se habrán definido con anterioridad.

Sobre este acto de fe de las primeras definiciones y en los axiomas se edifica toda la geometría existente y a falta de algo mejor, sobre esto mismo se construyeron todas las matemáticas modernas.

El camino seguido por Euclides es el de que vamos de las definiciones a los axiomas a los teoremas y a las demostraciones y que será la rutina de los que le siguieron. Sin embargo a medida que se estructuran y se amplían las teorías, hacen su aparición las “Paradojas”,las que podemos definir como algo que debería de funcionar pero que sin embargo no funciona y es considerada como una contradicción aparentemente irresoluble. Un razonamiento que parece perfectamente justo y que sin embargo desemboca en un resultado completamente absurdo.

Así por ejemplo Epiménides nos dice que los “cretenses son unos mentirosos” y el problema es que el mismo Epimenides era cretense. La paradoja del mentiroso según la cual toda frase ha de ser o bien verdadera o bien falsa y donde no existe una tercera posibilidad, se le conoce como “El principio del tercero excluido”, sin embargo la situación es más compleja, ya que si un enunciado viene a afirmar su propia falsedad, entonces no puede ser lógicamente ni verdadero ni falso.

Esto no ha impedido que hasta nuestros días se considere verdadero el tercero excluido. Sin ver que en realidad la paradoja del mentiroso no es un “enunciado matemático”, sino más bien una incoherencia lingüística antes que una contradicción lógica, sin embargo los lógicos actuales han descubierto que este tipo de paradojas pueden aparecer igualmente en el seno de las más rigurosas teorías, lo cual ha venido a provocar una profunda conmoción.

Para hacer una predicción exacta acerca del futuro; una predicción de cualquier tipo, parece que sería preciso recopilar mucha información y en tantos contextos como fuera posible; pero John Gottman ha demostrado que no es preciso en absoluto hacer eso, y descubrió que en tanto sólo tres minutos de análisis de una conversación de una pareja podía predecir con exactitud quienes se divorciarán y quienes seguirán juntos.

Los hechos fundamentales de la historia pueden ser interpretados de un modo totalmente contrarios a como solemos concebirlos, nos dice Jonathan Black. Esta visión alternativa puede ser coherente y convincente y tener su propia lógica, además de contar con la virtud de poder explicar áreas de la experiencia humana que siguen siendo inexplicables desde el punto de vista convencional.

Debemos por lo tanto abordar dichos temas con una actitud nueva, en la posible consideración de que se trata de ejercitar la imaginación, donde podemos imaginarnos como sería todo al creer en lo contrario de lo que se nos ha educado. L o que puede implicar un cierto grado de alteración del estado de conciencia, ya que todas las ideologías del mundo creen que esa es la condición para acceder a formas superiores de inteligencia.

Cualquier teoría atinada que quiera explicar por qué el mundo es, como es debe ayudar también a prever lo que sucederá en el futuro. Con lo que todo lo que todo lo que te han enseñado estará en tela de juicio.

¿CAOS AUTOORGANIZADO Ó NATURALEZA CREATIVA?

La creatividad consiste en generar pensamientos, acciones y sentimientos únicos e innovadores, produciéndose algo novedoso, útil y reproducible para beneficiar a otros, dependiendo además del conocimiento, imaginación y capacidad de evaluación. Nuestros esfuerzos están condenados a la futilidad a menos que los fortalezcamos con ideas creativas, que es la única forma de evitar ser dominados por las ideas sin valor. La capacidad de formar conceptos abstractos constituye la base de la capacidad humana de raciocinio.

La naturaleza es creativa y ama la diversidad de manifestación, todo lo tiene maravillosamente diseñado y no existen cosas inútiles, como tampoco el desperdicio. Donde podemos ver que el proceso, es tan importante como el producto, no existe nada irracional y sobre todo genera ambientes en los que tiene la oportunidad ella misma, de seguir manifestando su creatividad.

El caos existe en la naturaleza como un medio adecuado para crear nuevas entidades, acontecimientos y mantener la cohesión del entorno. La idea de la apertura caótica ha sido asociada con la creatividad autoorganizada desde hace siglos, donde muchas estructuras que vemos en la naturaleza son ejemplos de caos autoorganizado. El caos autoorganizado es la manifestación de la creatividad de la naturaleza, disponiendo de infinidad de formas de uso y expresión. La comprensión de este caos creativo, puede cambiar radicalmente nuestras vidas, no como controladores de la naturaleza sino como participantes creativos, tomando nota de sus enseñanzas.

La selva tropical, manifiesta un delicado e intricado sistema de coevolución y cooperación a diferentes escalas, conteniendo una dinámica creativa en constante desarrollo que se manifiesta en una permanente y sutil colaboración interna de sus elementos que contribuyen a su mutua supervivencia.

CAOS INFORMATIVO Y PROMOCIÓN DE LA EDUCACIÓN CREATIVA

Actualmente el conocimiento humano se duplica cada 73 días, por lo que se requiere de nuevos sistemas de aprendizaje y comunicación, donde la creatividad no es un lujo, sino una necesidad, un estilo de vida que afecta el pensamiento, conducta, actitudes y valores, permeando la vida en todos los sentidos y actividades, pero sobre todo la creatividad se puede aprender.

Algunas culturas promueven la creatividad mientras que otras la inhiben. Debemos descubrir a la gente creativa porque son recursos de valor incalculable y son el puente para el futuro, tomando como desafío y obligación suprema desarrollar las condiciones que faciliten la creatividad, preparando a la vez los escenarios para que esas personas se desarrollen, ya que se requiere de un contexto vigoroso que estimule el potencial de la persona, como son los ambientes de libertad, novedad y espontaneidad, explotando las fortalezas y haciendo que las debilidades se transformen y ya fortalecidas manifiesten sus máximas potencialidades.

La verdadera educación es un proceso y no un resultado instantáneo, donde la creatividad hará que el proceso de aprendizaje sea permanente con aprendices vitalicios, ya que la persona que deja de aprender no tan sólo se marchita, sino que ahoga a quienes lo rodean.
Nuestro sistema educativo no debe ser diseñado para formar gente que trabaje en maquilas de fábricas y grandes corporaciones, sin ninguna oportunidad y capacidad creativa. La rutina mata la creatividad. Para hacer que fluyan las energías de la creatividad, es necesario dar los siguientes pasos ;a) Preparación, b) Incubación, c) Inspiración, d) Elaboración, e) Verificación.

Es responsabilidad de cada persona usar su vida de forma creativa. Nuestro hemisferio izquierdo del cerebro controla el proceso verbal y analítico, lo que lo hace ser básicamente crítico, mientras que en el derecho se dan los procesos visuales y perceptivos, lo que lo hace ser creativo; sin embargo, la creatividad requiere que ambos hemisferios trabajen de forma conjunta para que se dé la sinergia y así producir un sinfín de posibilidades.

Debemos fortalecer el lado creativo con acciones que rechacen el proceso analítico, cuya característica es la de pensar a partir de una cadena de ideas donde un pensamiento sigue a otro y se sacan conclusiones de acuerdo con la lógica y un orden. En el lado derecho se ven todas las partes al mismo tiempo, percibiendo el todo por las formas y diseño de sus estructuras.

EL PODER SINERGÉTICO DE LA CREATIVIDAD

Vivimos dominados por el pensamiento lógico y poco imaginativo, con escasez de personas que sepan que se aprende más escuchando que hablando (excepto para hacer preguntas inteligentes), mediten y contemplen, y tengan la suficiente habilidad para descubrir alternativas a una idea dada.

La creatividad no es propiedad exclusiva de unos cuantos genios creativos, sino una semilla que está en espera de germinar en cada uno de nosotros; hemos sido educados en el arte del pensamiento crítico y sentimos la necesidad compulsiva de criticar y de enfocarnos en las fallas, dándonos por desacreditar ideas novedosas, sin embargo la creatividad es permanentemente constructiva y podemos enfocarla ya sea en la persona, en el proceso o en el producto.

Una persona creativa es la que puede procesar en forma novedosa la información que tiene a su alcance. Es no hacer las cosas como se han hecho siempre, es observar las cosas igual que todos, pero pensando de manera diferente, es percibir los problemas, deficiencias, vacíos de conocimiento, elementos ausentes y falta de armonía. Definir que dificultades existen para identificar los elementos ausentes, encontrar soluciones, hacer suposiciones o formular hipótesis acerca de los problemas o deficiencias; probar y comprobar esas hipótesis y modificarlas al volverlas a probar para perfeccionarlas, pero sobre todo reconocer que en este tiempo de grandes cambios y retos lo que más necesitamos es innovación y creatividad lo que significa capacidad de proyectar y adoptar un nuevo futuro, reconociendo que los juicios prematuros matan el 90 por ciento de los pensamientos creativos, el pensamiento crítico es anatema cuando se inicia el proceso creativo.

La esencia de la creatividad es fundir pensamientos, hechos e ideas, en una configuración novedosa y relevante, más significativa que la suma de sus partes, con lo cual obtenemos un efecto sinergético.

LA MEJOR INVERSIÓN: EL DESARROLLO CREATIVO DE LA GENTE

El poder de un país, es proporcional a la fortaleza de su gente y a su capacidad productiva, no es suficiente poseer recursos y activos productivos, deben éstos ser aprovechados para que el estado adquiera desarrollo y poder. A su vez necesitamos autocultivarnos para gobernar la familia, la comunidad y el país. Estimulando a la gente a examinar sus situaciones, practicar la prudencia y asumir la responsabilidad de sus actos y las consecuencias. Todo esto es lo que hará a la gente más fuerte y sabia; esto es lo que construirá el carácter nacional, preservando la flexibilidad para la innovación, basándonos en programas e iniciativas simples para lograr resultados, donde la ética puede ser una fuerza más poderosa que la política y la economía.

La mejor inversión es el desarrollo de la gente, pues una inversión en recursos humanos conducirá a un aumento de productividad que a su vez llevará a mayores ingresos. Cuando el ser humano vive libre de dolencias de salud, se encuentra en la plenitud de su capacidad creadora y de trabajo y estará dispuesto siempre a afrontar todos los retos que se le plantean.

Los mejores resultados en política económica se han obtenido cuando la riqueza de la nación llega a los bolsillos de la gente, sin embargo el talento, la sabiduría y el mérito no garantizaran el éxito por sí solos, pues éste depende del momento apropiado y la oportunidad. Con gran frecuencia, los tiempos son más importantes que las mismas estrategias de desarrollo que utilicemos.

Sabemos que los temerosos no se atreven a enfrentar la realidad, que los perezosos se conforman con medias verdades y que los soberbios creen que lo saben todo, sin embargo y a pesar de todo esto, siempre debemos de llegar a la raíz de los problemas, sin ignorarlos o subestimarlos ya que si su tratamiento es solo superficial estaremos condenados irremediablemente a que estos regresen, pero ahora de forma mucho más amplificada. La mayoría de los problemas que nos aquejan actualmente, son heredados de este mal tratamiento que se les ha dado en el pasado.

La pobreza y el sufrimiento son consecuencias también de lo que hacemos o dejamos de hacer y nuestras leyes, lealtades, miedos, odios, injusticias económicas y sociales, crecieron lentamente y están profundamente arraigadas en el pasado. Somos lo que pensamos y observar es el acto creativo más importante. Toda la creación se genera a sí misma, sin principio ni fin y mientras más ilimitada sea nuestra visión, más real será nuestra existencia.

CIENCIA Y TECNOLOGÍA FUERZAS IMPULSORAS DEL CAMBIO

El descubrimiento de las energías no renovables donde las líneas de desarrollo económico e industrial están basadas en la destrucción del ambiente y de los recursos naturales, crearon un falso bienestar en un periodo de tiempo extremadamente corto en la historia del hombre, ya que en dos generaciones, a partir de la era industrial (150 años), prácticamente se consumieron estos recursos energéticos y se comprometió el futuro del frágil equilibrio de los ecosistemas. Si este desperdicio de recursos y destrucción del ambiente no se revierte ni cambiamos a un modelo económico basado en los recursos renovables y conservación del ambiente, pronto nos veremos comprometidos en situaciones muy violentas donde la guerra será una consecuencia en la competencia por obtener estos recursos,

La transición de las fuentes de energía no renovable a las fuentes limpias de energía renovable es probablemente el principal problema a solucionar si deseamos que la humanidad sobreviva a la crisis energética, deterioro ambiental y los problemas económicos, que caracterizan la época presente.

El mercado libre no producirá por sí solo tecnología amable con los países pobres, sólo una tecnología guiada positivamente por la ética puede hacerlo.

Las estructuras biológicas complejas surgen de procesos que crean orden de forma natural, sin embargo la industrialización actual disminuye la complejidad de los ecosistemas y nos lleva a procesos de inestabilidad y extinción.

La ciencia, en su estado actual, sólo investiga los beneficios a obtener de la naturaleza y el contenido de los productos finales, por procedimientos cada vez más refinados, pero no revela nada sobre el proceso misterioso que subyace en ella y la manifiesta.

La ciencia y la tecnología florecieron como consecuencia de la llegada de la revolución industrial. La ciencia es la más poderosa de las fuerzas impulsoras de cambio, sin embargo actualmente la tendencia de la ciencia y la tecnología es preferir y magnificar las injusticias de la sociedad, de tal forma que éstas se hacen intolerables. Por éste motivo las primeras preguntas que debemos hacernos al iniciar una investigación es la de: ¿para qué?, y ¿para quién?.

El progreso de la ciencia está destinado a producir confusión y miseria a menos que esté acompañado por un progreso de la ética. Conforme la riqueza se ha ido acumulando así también la sociedad se ha ido degradando.

La ciencia trata de comprender la naturaleza y las razones de las cosas, sin embargo comprender la naturaleza tiene un valor limitado cuando no comprendes la naturaleza humana. Para muchos de nosotros la razón de vivir consiste en alcanzar sentimientos de seguridad, amor, felicidad y realización. Con cada acción humana va implícita la búsqueda del amor, y la causa de raíz de las malas acciones son resultado de la carencia de éste.

CREANDO EL FUTURO

La crisis que actualmente vivimos es intrigante ya que aunque las condiciones locales en todo el mundo son diferentes, sin embargo provocan respuestas similares, en las que hay ira y confrontación y es descorazonadora porque no debiera existir en lo absoluto, nos dice Antonio Damasio.

Cabría esperar que hubiéramos hallado, después de tantos horrores de tantas guerras, alguna manera de superar cualquiera de los problemas que suelen enfrentar las sociedades más complejas, si no hubiéramos sido tan complacientes.

La ciencia y la tecnología ha hecho que la vida sea cada vez más cómoda y confortable, ya que tenemos con facilidad acceso al conocimiento y lo mismo a una gran capacidad de interconexión humana a escala mundial, para todo tipo de cooperación científica.

Sin embargo, para calificar nuestra época, como la más perfecta que se ha dado en la historia, tendríamos que ser muy indiferentes o ciegos, nos dice Damasio, para no ver la difícil situación en que viven muchos, donde la gente invierte poco tiempo en leer, que sería la manera más provechosa de conocer y acceder al drama de la existencia y de tener una oportunidad para reflexionar sobre quienes somos o podemos llegar a ser. Parece ser como si la sociedad estuviera en quiebra espiritual o moralmente en quiebra y resulta curioso, nos dice Damasio, que el nivel de felicidad en las sociedades que más se han beneficiado del notable progreso de nuestro tiempo se ha reducido.

Ideólogos de finales del siglo XIX celebraban las virtudes de la civilización y la tecnología, al tiempo que las veían vinculadas a la degradación, siendo sombríos sobre la condición presente de la humanidad, teniendo más confianza sobre sus perspectivas sobre el futuro y se tiene fe en el futuro, porque se intenta encarar el presente con todo y sus aspectos más abominables. Sin embargo las sociedades han aceptado sin ninguna resistencia un tratamiento cada vez más deformado de las noticias y los asuntos públicos y políticos.

A medida que la sociedad experimenta cambios profundos, rápidos y significativos, nuestros fines, metas y estrategias, así como formas de comportamiento también deben ser diferentes. Se requiere adaptabilidad para vivir en esta generación, ya que los problemas que estamos por enfrentar probará algo más que nuestra valentía; pondrá a prueba nuestra capacidad de crear e improvisar y para esto nada mejor que observar y aprender de la misma naturaleza. Dar una justa oportunidad al potencial creativo, es una cuestión de vida o muerte para cualquier sociedad.

Si uno quiere cambiar el mundo más vale tratar de entenderlo. Tenemos que adquirir la comprensión y la experiencia necesaria para formular y poner en práctica ideas, nos dice Noam Chomsky. Ya que mientras Marx, nos dice que la tarea no sólo consiste en entender el mundo sino en cambiarlo. Y George Bussh, declara; Ahora somos un imperio y cuando actuamos creamos nuestra propia realidad y mientras ustedes estén estudiando esta realidad volveremos a actuar, creando otras nuevas realidades y así es como las cosas van a ir acomodándose. Somos los actores de la historia y ustedes se quedarán a estudiar lo que hacemos.

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