Noviembre de 2019
Salar de Uyuni, una de las reservas de litio más grandes de Bolivia. Foto: ETG/ALAI
14/11/2019
Bolivia desde el 2006 es un país que se ha transformado. Con la tasa de crecimiento más alta de América latina y el tipo de cambio más estable, las políticas de desarrollo y de distribución del ingreso más exitosas, la infraestructura social y económica del país se ha transformado.
Bolivia es una maravilla que asombra al que no la conoce pero más si se comparan los datos de 1980. Extraordinariamente los medios asociados a la Sociedad Interamericana de Prensa no le prestaron atención entre el 2006 y el 2019. Ninguno publicó sobre el éxito de las políticas intervencionistas, y el modo cómo el país andino crecía y se desarrollaba, eliminaba la pobreza extrema y revolucionaba la educación primaria y hasta universitaria. Este es el punto donde se observa que la gran prensa internacional sirve de caja de resonancia ideológica antes que informativa. El golpe contra Morales es un golpe contra una visión de la economía, contra una relación internacional preferente y contra un lugar en el mundo.
En la segunda década del siglo XXI es la economía que más creció en términos per cápita en América Latina y además es la que creció más establemente, como se aprecia en el gráfico junto a Perú, Chile, y Argentina. Mantuvo su tipo de cambio estable a 6.80 bolivianos por dólar, y una política cambiaria estable. Con ella la inflación se redujo de niveles de 6% `promedio hasta el 2008 a menos de 4.5% desde entonces. La tasa de inversión real, creció entre el periodo antes del gobierno de Morales (2000-2006) y el gobierno de Morales (2007-2018) de 14.1% a 19% del PIB. Según el Diario Gestión de Lima, “En la gestión de Morales el PBI de Bolivia pasó de US$ 9.000 millones a US$ 40.000 millones, mientras que la pobreza extrema pasó de 38% a 15%.”(https://gestion.pe/mundo/renuncia-de-evo-morales-los-hitos-economicos-de-sus-13-anos-de-gobierno-noticia/)
El tema polémico con el presidente Evo Morales fue la cuarta elección. Hubiera sido importante que existiera un reemplazo de candidato, pero aparentemente no lo hubo, como tampoco lo hubo en Venezuela, ni en Ecuador, ni en Nicaragua donde se ha establecido una dictadura que puede reelegirse a perpetuidad luego de la revolución de 1979, que se efectuó para que no hubiera gobernantes perpetuos. Correctamente hizo un referéndum el Presidente Morales preguntando a la ciudadanía si debía o no correr en elecciones por cuarto mandato, y le dijeron que no. Acá comienza el problema de no encontrar reemplazo y el inicio de los preparativos de los que deseaban sacarlo.
Quizás el primer paso de los que querían sacarlo fue la visita de Almagro a la Paz y el respaldo de la OEA a la cuarta elección. Según la agencia EFE, Almagro dijo el 17 de Mayo en La Paz: “"Sería absolutamente discriminatorio" que Evo Morales no pudiera presentarse a las elecciones de octubre en Bolivia, fue la frase del jefe de la Organización de Estados Americanos (OEA) que desató la euforia del oficialismo y las iras de la oposición en La Paz”. Almagro tuvo un cambio de opinión y el 20 de octubre dijo lo contrario, con el resultado visto.
Luis Fernando Camacho organizó en todo el país grupos para que en la eventualidad de la reelección, reaccionaran violentamente. Hay que recordar que de inmediato en plenos resultados electorales grupos de personas incendiaron los centros electorales en varios lugares del país. Eso tomó dinero y estrategia. Camacho es de los mismos que en el 2006 trataron de organizar, con el apoyo de la embajada americana, una guerrilla dentro del país, cuando Morales fue electo. La UNASUR fue creada justamente cuando Estados Unidos a través de este Javier Camacho quiso organizar una guerrilla. Esto terminó en la expulsión del entonces embajador americano Philip Goldberg, y la desarticulación de ese movimiento centrado en Santa Cruz.
A Camacho se le conoce como El “Macho”, y es presidente del Comité Pro-Santa Cruz, un conglomerado de entidades empresariales, vecinales y laborales de derecha. Según el portal Primera Línea, Camacho forma parte de Los Caballeros del Oriente, una de las dos grandes logias influyentes en Santa Cruz. Es el Bolsonaro de Bolivia y aparentemente está bien articulado con el ejército. En el 2005 se articuló con Eduardo Ròzsa para asesinar a Evo Morales recién electo, en lo que apareció como un acto de racismo desembozado. Ese movimiento acabó después que echaron al embajador americano en el 2008 y mataron a Ròzsa en abril del 2009. Doce años más tarde, Camacho regresa a la política violenta con las marchas al Palacio Quemado a fin de consumar un golpe de estado antes de que se revelara el resultado de la auditoría que realizó la Organización de Estados Americanos (OEA) a las elecciones del 20 de octubre. La ocasión estaba servida para que la extrema derecha con ayuda americana hicieran el golpe.
Una posible razón para la interferencia americana en Bolivia puede verse desde el papel que tiene dicho país como proveedor de litio para las baterías eléctricas para el mundo. Estados Unidos exporta gasolina refinada como su principal exportación al mundo y no está dispuesto a que se desarrolle la industria de los autos eléctricos. El gobierno republicano la semana final de octubre del 2019 se retiró formalmente de los acuerdos climáticos de Paris y ha revertido las leyes relacionadas a la producción de carbón y la regulación para la descontaminación. La Casa Blanca niega el cambio climático y apoya las energías fósiles.
La carrera automovilística eléctrica la lidera China quien necesita para eso de las minas de Bolivia que posee reservas de 21 millones de toneladas de litio, las mayores del mundo, entre el salar de Uyuni, los yacimientos de Coipasa y Pastos Grandes. Bolivia y China firmaron en agosto del 2019 un acuerdo para conformar una empresa orientada a construir una planta de carbonato de litio, cuya inversión supera los US$1.000 millones. El acuerdo establece la constitución de una "empresa mixta" en la que el estado Boliviano tendrá el "51% de las acciones. El carbonato de litio se utiliza como material de cátodos en las baterías de ion litio, dada su versatilidad, su elevado potencial electroquímico y a que es el elemento sólido más liviano. Estas baterías están en demanda por el mercado de vehículos eléctricos, y de computadores portátiles, teléfonos móviles, cámaras digitales.
El desecho industrial de esta planta servirá para producir litio metálico. La empresa Livent, productora de litio, afirma que el litio metálico se ofrece para cumplir con los requisitos de la producción de aleaciones de aluminio y litio livianas, aleaciones de magnesio y litio y otras aplicaciones metálicas livianas similares. La pureza de esta calidad de litio metálico mejora las propiedades del producto final y es especialmente deseable dentro de las industrias aeroespacial y automotriz. Está dirigida a los mercados de almacenamiento de energía y sistemas de baterías, y la industria aeroespacial. Bolivia sería uno de los pocos países en el mundo que va a producir litio, acompañado por Chile y Argentina. Del otro lado de la frontera Boliviana con Argentina, en Jujuy hay un salar que está en proceso de ser explotado y en el que China ha invertido en un parque solar de 800 hectáreas y 1.2 millones de paneles solares para el desarrollo de la mina.
En suma, el golpe lo efectúa Camacho quien biblia en mano quiso organizar un guerrilla contra Evo Morales y ahora, nuevamente biblia en mano y con el apoyo de la extrema derecha boliviana y el ejército, golpea para detentar el poder. En este marco, un posible próximo paso puede ser la cancelación de los tratados con China, como fue en Brasil la venta de la empresa de aviones EMBRAER a Boeing, al día siguiente de asumir el gobierno Bolsonaro. El regreso de Evo Morales en las siguientes elecciones libres está garantizado por su éxito económico y social, y por haber sido objeto de un golpe de estado, a pesar de las declaraciones racistas de este macho religioso, que “Nunca más volverá la Pachamama al palacio de gobierno”.
(https://jornada.com.mx/2019/11/11/politica/008n2pol). El peligro, mientras tanto, es una descomposición política en Bolivia análoga a la descomposición en Honduras que siguió el golpe contra Zelaya.