Globalización: Revista Mensual de Economía, Sociedad y Cultura


Agosto de 2019

PARA EL BIEN COMÚN
Walter Ritter Ortiz


Sección de Bioclimatología, Centro de Ciencias de la Atmósfera, UNAM. Circuito Exterior s/n, Ciudad Universitaria, Deleg. Coyoacan, México, D. F. email: walter_ritter@hotmail.com




INTRODUCCIÓN

Antes de que existiera la ciencia existía la filosofía, donde Tales de Mileto, ofreció la primera explicación racional de la creación del Universo y de sus múltiples características; fue el primer intento de explicar la creación de las cosas sin recurrir a los dioses´.

La ciencia y la filosofía comparten la creencia de que podemos llegar a conocer el mundo mediante nuestro propio esfuerzo, usando la razón, sin confiar, en las revelaciones ofrecidas por algún ser sobrenatural.

Los científicos, simplemente, abstraen, y eliminan todo lo que, para su propósito, es impertinente y pasan por alto todo lo que les place considerar no esencial y en efecto, es preciso partir de nosotros mismos para demostrar el ser, además de que estamos inconscientes para lo que el instante que viene nos entregará; imponen un estilo, fuerzan los hechos a verificar una hipótesis favorita, consignando al cesto de la basura, todo lo que, en su pensar, no alcanza la perfección y de la mañana a la noche, proclaman la infalibilidad de los amos que ocupan el poder del momento.

El Universo entendido integralmente incluye las dos esferas humanas; la de su exterioridad y la de su interioridad, materia y conciencia, ya que ambas contienen aspectos esenciales de la naturaleza humana y se unifican para entregarnos lo que conocemos como la realidad.

El Universo integralmente entendido comprende lo que entendemos por el mundo, la vida y la conciencia moral que son piezas fundamentales del mismo despliegue creativo y armónico del Universo.

Donde lo simple está al servicio de lo complejo, y donde las complejidades van emergiendo y participando a su vez en la formación de nuevas realidades, que tenderán a su vez hacia formas de organización más elevadas.

A Diderot, le fascinaba la idea de que en el universo todo está conectado, y esa concepción lo llevó a hacer un montón de especulaciones e hipótesis intrigantes y visionarias.

Si tuviéramos la prudencia de escuchar en nosotros mismos la armonía de lo posible, reconoceríamos que los mil ritmos de los instantes aportan en nosotros realidades tan exactamente complementarias que debemos comprender el carácter finalmente racional de los dolores y de las alegrías puestas en el origen del ser.

Donde un sufrimiento, según Bachelard, se vincula siempre a una redención, una alegría a un esfuerzo intelectual, donde todo se duplica en nosotros mismos cuando queremos tomar posesión de todas las posibilidades dadas en el tiempo.

La conciencia humana es la manifestación de mayor complejidad que nos ofrece el mundo conocido y que se está manifestando y encaminando, a mayores niveles de expresión ganando en complejidad y profundidad y lo seguirá haciendo hasta niveles inconmensurables.

Lo que da lugar a considerar que la evolución es un enfoque que necesariamente deben considerarse en todas las teorías, hipótesis y sistemas si aspiran a la verdad y la coherencia, como señalara alguna vez, Ignacio Ovalle.

El tiempo es un orden y no otra cosa. Y todo orden es un tiempo y es en ese tiempo el que descubrimos el devenir de los otros, el devenir de la vida y el devenir del mundo. El ser sólo puede conservar del pasado lo que sirve a su progreso, lo que puede entrar en un sistema racional de simpatía y de afecto. Si usted ama, nos dice Maeterlinck, y ese amor no es parte de su destino, lo que modificará su vida es la conciencia de lo que habrá hallado en el fondo de ese amor.

¿Cómo podría el instante presente no imprimir su huella sobre la realidad?

Si un ser sólo toma conciencia de sí en el instante presente, ¿Cómo no ver que ese instante es el único terreno en que se pone a prueba la realidad?

Así por el propio hecho de que vivimos, por el hecho mismo de que amamos y sufrimos, nos vemos adentrados por los caminos de lo universal y de lo permanente.

Está así el filósofo ante la afirmación de que el tiempo se presenta como el instante solitario, como conciencia de una soledad. Es la soledad más desnuda en su valor metafísico, que confirma el aislamiento trágico del instante; mediante una especie de violencia creadora, según Bachelard.

El hombre está solo, no consigo mismo, sino desolado de sí mismo, aislado de su pasado por los bordes del instante en que lo encierra un tiempo desgarrado. El tiempo limitado al instante nos aísla no sólo de los demás, sino también de nosotros mismos, puesto que rompe con nuestro pasado.

El tiempo es una realidad afianzada en el instante y suspendida entre dos nadas, por lo que no hay duda de que el tiempo podrá renacer, pero antes tendrá que morir, nos dice Rorpuel.

Sólo dura lo que tiene razones para durar; primer fenómeno del principio de “razón suficiente” para la unión de los instantes y la permanencia de las condiciones racionales.

Interesarse por los secretos de la naturaleza, nos lleva por caminos llenos de maravillas y asombros que inculcan respeto por algo superior, por lo que amar a la naturaleza de la que formamos parte, requiere conocerla, adquiriendo un alto concepto de la creación y de nuestro propio valor como parte de ella.

Indagar sobre la naturaleza, nos dice Ovalle, es indagar sobre nosotros mismos.

Pero, ¿Cuál es el sentido de nuestra existencia y cuál el significado de la existencia de todos los seres vivos en general?, se pregunta Einstein y agrega de que tal vez digáis; ¿Pero es que tiene sentido formular tales preguntas? Yo le respondería; Quienquiera que crea que su propia vida y la de sus semejantes esta privada de significado, no sólo es infeliz, sino apenas capaz de vivir.

Extraña es nuestra condición de hijos de la Tierra. Nos encontramos por una corta visita y no conocemos con qué fin, aunque a veces creemos presentirlo; Ante la vida cotidiana no es necesario reflexionar mucho; estamos para los demás y en primer lugar para aquellos de cuya sonrisa y bienestar dependen de nuestra felicidad; pero también para tantos desconocidos a cuyo destino nos une una simpatía.

Y creo que una vida exterior modesta y sin pretensiones es buena para todos; es buena para todos en cuerpo y alma.

Estos aspectos de nuestra vida constituyen un abanico que abarca todos los temas.

Las verdades conceptuales como las cosas finitas son relativamente, inciertas o contradictorias y por esto es que son provisionales e insatisfactorias desde la perspectiva de la verdad y la realidad ulteriores; Tijerina Garza, nos dice que en la filosofía, en la sabiduría no dual y en la mística, cuando se reconoce que todas las cosas finitas son auto-contradictorias o que no sólo las cosas finitas sino también los pensamientos finitos son auto-contradictorios cuando se conciben como completos y estables; sobre todo por sus testimonios de vivencias más allá del tiempo, del espacio y de los conceptos relativos.

El amor ahuyenta al miedo; y recíprocamente, el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor. El miedo expulsa también la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad.

Pues al final el miedo llega a expulsar la humanidad del hombre. Y el miedo, amigos míos, es la misma base y fundamento de la vida moderna. Miedo a la tan cacareada tecnología que, mientras eleva nuestro nivel de vida, aumenta la probabilidad de que muramos violentamente.

Miedo a la ciencia que quita con una mano aun más de lo que tan profusamente da con la otra. Miedo a las instituciones, demostrablemente fatales, por las que, en nuestra lealtad suicida, estamos dispuestos a matar y morir. Miedo a la guerra que no queremos, y sin embargo hacemos todo lo conducente a que estalle, nos dice tan bellamente Aldous Huxley.

Atenea, patrona de las artes, es también la diosa de la guerra, y matamos porque, después de haber tomado parte en el juego político, Gandhi, rehusó continuar soñando nuestro sueño de un orden nacional y una belleza social y económica; porque intento hacernos volver a los hechos concretos y cósmicos de la gente real y la luz interior.

El progreso; la teoría de que se puede obtener algo por nada; la teoría de que se puede ganar algo por nada; la teoría de que se puede ganar en un campo sin pagar en otro por las ganancias, donde la fuerza es la comadrona del progreso, pues fines e ideales justifican los medios más abominables, donde tiene uno el privilegio y el deber de robar, engañar, torturar, esclavizar y asesinar a todos los que, en su opinión obstruyen la marcha adelante hacia el paraíso terrenal.

Y apenas hay que agregar que lo que llamamos conocimiento es meramente otra forma de ignorancia…sumamente organizada, por supuesto, y eminentemente científica; pero por la misma razón, tanto más completa, tanto más productora de furiosos monos, según Aldous Huxley.

Y por esto precisamente están ustedes muriendo en letal servicio a mandriles; hacemos un ídolo de la verdad; porqué la verdad sin caridad no es Dios, sino su imagen e ídolo, que no debemos amar ni adorar, nos dice Pascal.

La crueldad y la compasión vienen con los cromosomas; todos los hombres son misericordiosos y todos son asesinos. Sólo en el conocimiento de su propia Esencia ha dejado el hombre de ser mono.

Como hombre de ciencia debes aceptar la hipótesis provisional que explica los hechos de la manera más plausible. Es un hecho de experiencia y observación, a saber, el de que nadie desea sufrir, nadie desea que le degraden, ni que le mutilen, ni morir y el hecho de que, en una época determinada, una abrumadora mayoría de los seres humanos aceptaron creencias y adoptaron líneas de conducta que no podían producir otros resultados que el sufrimiento universal, una desgracia general y la destrucción en grande.

La crisis actual, nos dice Daniel Bensaid, no es sólo una crisis económica, es una crisis política y moral, una crisis de civilización inherente a las contradicciones propias de la ley del valor. Los espacios económicos, políticos, jurídicos y ecológicos están desvertebrados. El derecho de cada país cede a un derecho externo indeterminado, sin que aparezcan nuevos niveles de soberanía y nuevos procedimientos para tomar las decisiones democráticamente.

No sólo es imaginable un futuro más allá del capital, sino que cada vez se hace más urgente para la supervivencia de la propia especie humana. Un futuro que no sea resultado de la arbitrariedad utópica, sino que emergerá a través de las propias contradicciones del capital.

La teoría del actor racional tiene prioridad lógica sobre sus competidores, aunque no necesariamente sea mejor para cada caso en particular ya que tendríamos que explicar cómo es posible interpretar creencias contradictorias como “significativas” aun si son irracionales.

Necesitamos absolutamente de nuestra mente, pero debemos formarla para que sea realmente capaz de hacer el trabajo que le toca y no otra cosa y no es así como las cosas suceden en el nivel de evolución en que nos encontramos actualmente, ya que su forma de funcionar está lejos de ser una respuesta instantánea, inteligente y flexible a las instrucciones del Ello, única fuente de verdadero conocimiento y de verdadera sabiduría.

El control se alcanza cuando hay desplazamiento de la conciencia y para identificarnos con la esencia de lo que somos con el Ello y en ese momento nuestra energía pasa a estar disponible para nuestro Ello ya que consideramos que el ser humano está constituido por un ser interior y que este ser interior dispone de un vehículo de manifestación, llamado frecuentemente, personalidad o ego, formado de un cuerpo mental, emocional y físico que le permite manifestarse en el mundo de la materia y que Annie Marquier, considera que somos.

El Ello es efectivamente opuesto a la violencia y la mayor parte de las veces confundimos fuerza y violencia, porque hasta ahora los seres humanos encerrados en sus conciencias inferiores, han utilizado sus fuerzas para manifestar la violencia.

Para Jon Elster existe una secuencia descendente de racionalidad perfecta; racionalidad imperfecta, racionalidad problemática e irracionalidad. Y existen básicamente tres modos de explicación en la ciencia; La causal, la funcional y la intencional. Pero todas usan la explicación causal.

En la física sólo se emplean la explicación causal, pero en la biología no hay lugar para la explicación intencional y en las ciencias sociales no hay lugar para la explicación funcional.
Se debe estudiar la conducta animal y humana con las nociones de función y de intención como ideas reguladoras, pero no toda conducta animal es funcional, y no toda conducta humana es racional o intencional.

Al tener nociones correctas del mundo físico, de sus qué, sus porqué, y sus cómo, para tener un criterio más claro y despojado de prejuicios respecto a los para qué. Ovalle nos dice que cuando la ética ignora la ciencia, la humanidad tiende al fanatismo, pero cuando la ciencia ignora la ética, se encamina al suicidio. La ética no es una ciencia pero al igual que ésta, exige el ejercicio de la razón.

La visión del mundo no depende tanto de cómo lo vemos cuanto de que hacemos con lo que vemos, por lo que podemos decir que forjamos una comprensión del mundo con sentido a partir de lo que ya sabemos, o creemos saber.

La mayor parte de nosotros pensamos de nosotros mismos que somos personas tranquilas racionales y objetivas, Nos agrada la lógica analítica y fundamentada en datos. Creemos que tomamos decisiones inteligentes, y bien razonadas a lo largo de toda nuestra vida. Donde se nos advierte que no debemos dejar que nuestro corazón se anteponga a nuestra cabeza. Pero ¿Qué conoces de ti, y quien crees que eres? ¿Qué es la vida? ¿Por qué vivimos?

La vida es hermosa, pero el placer de vivirla se amarga al percibir lo fugaz que es la existencia y al darnos cuenta de que no somos más que una brizna de polvo en este vasto universo. Donde el vivir, es pues en vano.

El mundo sigue girando, ajeno por completo a lo que nos pasa, donde tratamos de rebelamos, pero todo es inútil y tristes por nuestra impotencia nos dejamos llevar por la desilusión y la melancolía. Pasado y futuro se diluyen ante una copa de vino y el presente, el maravilloso presente se refleja en los ojos de tu amada, nos dice Omar Khayyam.

La pregunta más inquietante, es la de ¿Quién soy en realidad? Cuando tenemos el ego herido, nos ponemos una máscara, pero nos olvidamos, donde termina la actuación y dónde comienza nuestro verdadero YO, ¿Quién soy en realidad?, se pregunta John Powell. La respuesta está oculta bajo la máscara, se contesta él mismo. Pero en la medida en que nos conozcamos mejor, sin duda alguna detectaremos qué parte de nosotros no son saludables, es decir, aquellas que son destructivas.

Creo haber encontrado la forma de incorporar a nuestras vidas “la práctica del crecimiento” basada en el “Autoconocimiento” nos dice Powell. Debemos descubrir nuestra esencia interior y analizar el pasado para eliminar los obstáculos que se presentan para alcanzar el autoconocimiento, saber quiénes somos, por qué actuamos de determinada manera y cómo podemos modificar patrones de conducta que nos destruyen e impiden realizarnos.

Esta depresión sobre nosotros, quizá sea lo que permita brotar de nuestras vidas las fuerzas vitales y encienda en nuestro corazón con nueva conciencia. Las horas de adversidad son horas que nos hacen fuertes y en este sentido, las condicione duras pueden ser para todos los individuos como un pequeño toque de pedernal que golpea para encender el fuego real de la vida, nos dice Thomas Carlyle, agregando que cada día y en todas partes escuchamos cómo la gente se queja de la miseria de la existencia mientras ante nosotros emerge la imagen de un mundo desmontado del que casi creemos que es así.

¿No es tiempo ya de dejarnos imbuir de otros conceptos y que nos lleven hacia un propósito? Una actitud así cambiaría definitivamente todo el sentido de nuestras vidas.

Según Freud, nos engañamos si creemos que tenemos el completo control de nuestra vida. Donde nuestro Yo, que es el hecho de ser conscientes de lo que creemos que somos; se encuentra asediado por fuerzas internas y externas contradictorias y no somos completamente conscientes de esas fuerzas que operan contra nuestros deseos y a nuestras espaldas, a causa de que a menudo son inconscientes.

Carl Jung sentó las bases contemporáneas de docenas de maneras diferentes de ver el mundo y la naturaleza humana. Sabiendo que la gente está cansada de soluciones superficiales, Jung señala el camino en el viaje real hacia una conciencia de sí mismo y una profunda transformación interior.

Tenemos cabezas pero raramente las usamos, pero más bien dejamos que ellas nos usen, lo cual produce una gran cantidad de sufrimiento gratuito. Debemos superar las percepciones o ilusiones deformadas que producen falsas creencias y desilusiones. No estoy hablando del Ego, sino de un Complejo del Ego, y en lo que a él respecta a la consideración probada de que teniendo una composición fluctuante es variable, y por lo tanto no puede ser simplemente El Ego.

Muchos filósofos se dedican a la búsqueda del sentido de la vida; búsqueda que a menudo parece quijotesca e interminable y que se sabe que solo nos conduce a algunos callejones sin salida
En el mundo de hoy, los medios de comunicación, nuestras diversiones y la cultura, no nos ayudan a ser honestos ni con nosotros mismos; pero si, a justificarnos haciendo mucho del trabajo y logran que lo que al principio parece malo, al final esté bien. Socialmente, parece que hemos justificado la violencia, la indulgencia sexual, el mentir y robar.

Pocas veces discutimos sobre temas verdaderos. Después de todo, esta es la era de los grandes “Fraudes” , donde hablamos de responsabilidad en lugar de vileza y en nuestros esfuerzos para justificarlo, no podemos darnos el lujo de ser honestos, y de nombrar todo con la verdad.

En sus remotos orígenes, el hombre habrá pensado, que los recursos naturales puestos a su alcance, eran inagotables. Y tal vez lo hubiesen sido, si el crecimiento y la organización de las sociedades humanas, no se hubieran comportado, de manera irracional, y perniciosa, nos dice Oscar Martello.

El mecanicismo crea las condiciones para una representación social del mundo y de la naturaleza apta para su colonización industrial y para la explotación y manipulación mercantil. El paradigma ecológico funda en la misma ciencia el núcleo central de las objeciones y críticas al mecanicismo y es sólo la crítica a un paradigma concreto que ha mostrado ser muy poco científico y si muy ideológico.

El principio central de la ética ecológica que es el principio de Responsabilidad, viene definido como la obligación moral de hacernos cargo de las consecuencias de nuestras acciones, de ser capaces de prever y evitar los efectos destructivos del presente sobre las generaciones futuras; donde el mito del progreso representa todo lo contrario ya que nubla la comprensión del futuro y elude la responsabilidad sobre el presente, nos dice Francisco Garrido.

Lo cierto es que hoy, no ya el futuro inmediato sino hasta el presente del género humano, es preocupante.

Los agentes contaminantes van desde los plaguicidas o herbicidas, hasta los efectos dañinos de la basura, y sobre todo la del uso exagerado del plástico, todo lo cual es incrementado por la espiral de consumo como regla de oro impuesta, en nuestra actual economía.

La racionalidad perfecta es específicamente humana y se caracteriza por la capacidad de relacionarse con el futuro, en contraste con la mera adaptación biológica. Sin embargo, el debilitamiento o la falta de voluntad pueden dar pie a la conducta imperfectamente racional.

No sólo debemos exaltar la racionalidad, sino también para interpretar aquellas contradicciones de la mente que derivan de la irracionalidad, en intenciones no realizadas, deseos frustrados y proyectos fracasados, materia de las ciencias sociales pero también de la vida diaria.

Se nos anima a tomar grandes decisiones y a descansar en las mismas; por supuesto también somos personas de corazón. Al revisar y cuestionar nuestra filosofía, y a esas ideas arraigadas sobre el mundo y la vida, y que es lo que hace la diferencia entre un discurrir inercial meramente rutinario y uno consciente, y que además es lo que hace la diferencia entre vivir y sobrevivir. Donde el viejo refrán de que “no hay nada nuevo bajo el Sol”, no puede aplicarse con ligereza a nuestros tiempos, según Ignacio Ovalle.

Las decisiones aparentemente más triviales a veces pueden conducir a los acontecimientos que más pueden llegar a cambiar una vida. Es decir, que al hacer una elección que te parece rutinaria y común, al final puede tener resultados totalmente dramáticos e impredecibles.

El poder de elegir es un poder que aumenta nuestra responsabilidad, donde este arte de elegir, implica el despertar de una conciencia existente dentro de cada uno de nosotros; un trabajo sobre nosotros mismos, sobre nuestros pensamientos y emociones, un trabajo de transformación y de des condicionamiento de las formas negativas y destructivas de nuestra vida emotiva hacia formas constructivas y, hacia un estado de plenitud, nos dice Annie Marquier.

¿Por qué razón los habitantes de este planeta se han soportado tan mal entre ellos hasta ahora?¿Por qué el mundo es así? ¿Por qué tanto sufrimiento, a la vez que el ser humano tiene en sí tanta capacidad de dar felicidad? ¿Hay caminos para cambiar esta situación? Kant, nos dice que la maldad de la naturaleza humana, se deja ver todavía sin disimulos.

Si pudiéramos encontrar el porqué y el cómo, entonces quizá nos encontraríamos en condiciones de generar más dicha y paz, y menos sufrimiento.

¿Pero por qué tanta ignorancia racista?; Sobre todo que compartimos un mismo origen, que es Afríca, pero que se nos ha olvidado, con los miles de años transcurridos, nuestro origen común; y donde nuestros antepasados, al migrar a otras latitudes y otros climas, hemos tenido que adaptarnos y así en esa adaptación, se han ido cambiando, modificando y transformando, nuestras características y facciones físicas, que supuestamente nos hace diferentes.

¿Se puede cambiar algo de esto con la razón?

Los fundadores de los Estados Unidos establecieron un régimen que protegía los derechos individuales y permitía a los ciudadanos buscar su felicidad siempre bajo el precepto de que siendo todos iguales e independientes, nadie debe dañar a otro en su vida, salud, libertad o posesiones.

Esto no quiere decir que en Estados Unidos siempre hayan respetado las promesas de sus fundadores. Tal como para recordar, su legado de esclavitud y sus actuales problemas de discriminación de raza y genero que están presentes, frente a los valores de libertad, igualdad y democracia, según George Dunn.

Lloyd Spencer, nos dice que ser y parecer llegaron a ser dos cosas de todo punto diferentes y de esta distinción surgieron el fasto imponente, la astucia engañosa y todos los vicios que los acompañan. Por otra parte, de libre e independiente que antes era el hombre, helo ahí por una multitud de necesidades nuevas sometido, por decirlo así, a toda la naturaleza y, sobre todo, a sus semejantes, de los cuales en un sentido se volvió esclavo.

Competencia y rivalidad de una parte, oposición de intereses por la otra y siempre el deseo oculto de conseguir su proyecto a expensas del otro; todos estos males son el primer efecto de la “Propiedad” y el cortejo inseparable de la desigualdad naciente.

Los ricos por su parte, apenas conocieron el placer de dominar, ya desdeñaron a todos los demás y sentían demasiado que sus usurpaciones, no estaban fundadas más que en un derecho precario y abusivo y que, no habiendo sido más que por la fuerza, la misma fuerza se las podía arrebatar sin que tuviesen ninguna razón para quejarse.

Según Rousseau, la historia nos mostraba que el progreso había alimentado la corrupción humana; sin embargo, consideraba que había llegado un momento en que la causa de esta corrupción, es decir, la cultura, era necesaria para evitar que empeorase.

Se ha puesto de manifiesto que los pueblos dan un sí a la guerra con demasiada facilidad cuando creen tener derecho, aunque sólo sea el derecho del más fuerte, sobre todo, cuando puede contarse, con una victoria militar.

Somos tanto autores como actores; somos los artífices de nuestro propio futuro, que tiene sus raíces en nuestro presente. Nuestro porvenir se encuentra ya en germen y dependerá mucho de lo que hagamos en cada momento y aunque no nos demos cuenta “Quien siembra vientos, cosechará tempestades”. Por lo que hay que apoyarnos en lo que sucede en el presente y en la observación de los comportamientos humanos para prever el futuro.

Venimos de algún sitio y nos dirigimos a otro lugar; pero no puede ocultársenos que nos resulta imposible adquirir una visión de conjunto de la situación en que nos encontramos. Nos hemos perdido, y ese sentimiento es hoy el estado normal, nos dice Safranski.

En tal situación se da la posibilidad de andar de frente, para llegar a aquel lugar al que creemos pertenecer, pero ahí nos acecha el peligro de que nos perdamos. La historia en su conjunto no se dirige a ningún fin que haya de alcanzarse en un futuro.

Lúcidos y observadores, nuestros sabios no dejaron de darse cuenta de que en realidad el porvenir depende de nuestras acciones actuales, por lo que no creían en un porvenir determinado, en un conjunto de acontecimientos que el ser humano espera que sucedan y hacia los cuales avanza a ciegas; el porvenir hunde sus raíces en el presente, del que se nutre continuamente y así es que se impone la búsqueda de los buenos y malos gérmenes, a lo que llamamos la semilla de la discordia que se está desarrollando en este momento, y que se producen sin que les prestemos atención ni les demos importancia, pero que son en realidad el embrión de acontecimientos futuros y su estudio nos permite prever lo que el presente nos está preparando, para el futuro, nos dice enfáticamente Bernal Ducourant.

Las leyes que gobiernan a los hombres son leyes inmutables, universales, intangibles, ordenadas de tal forma que se pongan en evidencia las repercusiones positivas o negativas, en el destino de los hombres en cualquier posible circunstancia y que son modelos de comportamiento, cuyas consecuencias, son previsibles y que producirán un desfase que indicará el cariz del acontecimiento presente y determinará en consecuencia su evolución en el futuro.

Pero que nunca nos asegura el porvenir, porque no está decidido de antemano. Te ayudará si tú te ayudas a ti mismo.

La modernidad exige instrucción, pero no favorece la formación, a lo que Schiller nos dice; El hombre, atado para siempre a un simple fragmento minúsculo del todo…nunca desarrolla la armonía de su esencia y en lugar de acuñar la humanidad en su naturaleza, se convierte en una simple copia de su negocio. Soñaba con que el individuo, a pesar de todo, pudiera convertirse en un todo, en una totalidad en pequeño. Se dirigía a los pocos individuos que quieren algo más que trabajar, consumir y funcionar. Destinado a unos pocos y pensada para los individuos que aspiran a desarrollar en sí mismos “la humanidad”.

Edward de Bono, nos dice, de forma general, no critico el pensamiento tradicional, simplemente pienso que es incompleto e inadecuado cuando se aplica a ciertas áreas. Me gustaría que mi método se usara como complemento al pensamiento tradicional y no como sustituto. Físicos y matemáticos, entienden el comportamiento de los sistemas autoorganizativos, como la mente humana.

Gracias nos dice a mi trabajo, he aprendido algunos principios sobre los sistemas autoorganizativos y los he aplicado a la red neuronal del cerebro para entender cómo trabaja la mente.

Se puede analizar el pasado, pero hay que diseñar el futuro. Todo el énfasis de nuestra cultura intelectual y de nuestra educación está puesto en el juicio y en el análisis, pero el diseño está casi completamente olvidado. Y la razón de que las cosas sean así es que el pensamiento que heredamos de los griegos, estaba totalmente basado en el juicio, sin embargo el diseño, es fundamental en el pensamiento de cualquier persona, ya que diseñar significa unir todo lo que tenemos para transmitir los valores que queremos.

El juicio busca la verdad y toma decisiones basándose en el pasado, en cambio el diseño busca los valores y se dirige al futuro.

El juicio se preocupa de lo que ya es y el diseño se ocupa de lo que podría ser.

Con el juicio se llega a una idea y después se la juzga para aceptarla o rechazarla. En la mayor parte de las situaciones de la vida, el juicio resulta esencial y extremadamente útil.
El juicio de reconocimiento nos dice Edward de Bono, nos permite usar la experiencia del pasado, así como la experiencia de los demás. El juicio de evaluación nos impide cometer errores. Sin el juicio, la existencia sería muy difícil, por lo que no es sorprendente que hayamos puesto todo el acento en la verdad y el juicio.

Es muy práctico y efectivo, pero no es suficiente, ya que en lugar de aceptar o rechazar una idea, hay que considerarla para ver adonde nos lleva y así el concepto de utilidad cambia radicalmente, por lo que necesitamos poner más énfasis en el diseño.

La naturaleza plantea una disyuntiva; La vida consiste en extremos, es tensión entre opuestos. En un mundo dinámico, no hay más opción todas las especies biológicas, a largo plazo, acaban derivando en otras o desapareciendo.

Uno de los aspectos fascinantes de esta historia de los ancestros supervivientes es que, pese a las trayectorias y adaptaciones independientes, desarrollaron enormes cerebros de una complejidad sin precedentes.

Desde su inicio, la vida ha ido haciéndose cada vez más compleja, tanto en su funcionamiento interno como en la diversidad de formas externas. La macro evolución tan solo es perceptible si se consideran grandes intervalos temporales, donde a escala de vida humana, el mundo natural es aparentemente estático, las especies no parecen cambiar y son solo los individuos quienes lo hacen.

Para Humboldt, quien al final de su vida está en condiciones de decirse; Abarqué tanto mundo como pude y lo transformé en mi humanidad, ha conseguido su fin. Se trata de transformar el mundo en la humanidad que uno mismo es.

A menudo se habla de la supervivencia del más fuerte cuando, en realidad, lo que Darwin propuso fue la supervivencia del mejor adaptado. Aquellos que contaban con las características más favorables para prosperar en determinadas condiciones ambientales tenían más posibilidades de transmitir estas características a futuras generaciones, proceso que Darwin llamó “Selección Natural”; mecanismo generador de nuevas poblaciones y nuevas especies.

Marc Furió, nos dice que se ha demostrado que los mecanismos epigenéticos, están relacionados con cambios en el ambiente y que determinados factores, tales como la comida y la calidad del aire, pueden regular la expresión de determinados genes; además de que estas marcas epigenéticas pueden ser heredadas de padres a hijos y que la epigenética establece puentes de influencia directa entre el ambiente y la evolución.

Richard Dawkins, en sus consideraciones sobre el “gen egoísta”, no creía que los genes actuaran conscientemente de una manera egoísta, sino que los actos ciegos de la replicación genética conducían, sin que mediara voluntad alguna, a un ecosistema estable y próspero.

John Nash, en sus estudios de la teoría de juegos, tomando en cuenta las decisiones tomadas por los individuos en su propio beneficio en un contexto en el que nadie confía en los demás; demostró matemáticamente que la búsqueda del interés personal era un error.

Los economistas llaman “tragedia de los comunes” a la forma en que los individuos se perjudican a sí mismos al buscar su propio beneficio.

Una analogía más contemporánea, nos dice Higgs podría ser una empresa que deseara reducir su responsabilidad fiscal y los salarios que paga a sus empleados aunque al actuar de tal forma perjudicaría a la clase media, sin darse cuenta de que depende del bienestar de esta para poder vender sus productos.

Oscar de la Borbolla nos dice, pensar, saber pensar, no es algo que se pueda dar por descontado, ya que pensar es una capacidad que se conquista, que exige de nosotros empeño para desarrollarse y, sobre todo, que requiere práctica y el dominio de ciertas reglas para desenvolverse en forma correcta.

No es indeseable que las personas persigan el éxito, lo absurdo es que, por no pensar, vivan convencidas de que el éxito es lo único que posee valor y que, por esta ceguera, empobrezcan la dimensión de su existencia. En la creencia de que sólo el éxito vale, hace falta pensar, en el sentido de la vida.

Pensar es descubrir en cada camino una multitud de sentidos y en cada sentido una multitud de caminos, el que piensa relativiza, duda y el que no piensa se vuelve dogmatico.

La racionalidad perfecta es específicamente humana y se caracteriza por la capacidad de relacionarse con el futuro, en contraste con la mera adaptación biológica, nos dice Jon Elster. Sin embargo, la falta de voluntad, puede dar pie a la conducta imperfectamente racional.

La filosofía de la ciencia de Elster, no solo exalta la racionalidad, sino también para interpretar aquellas contradicciones de la mente que derivan de la irracionalidad, en intenciones no realizadas, deseos frustrados y proyectos fracasados, materia de las ciencias sociales pero también de la vida diaria.

El camino de la libertad es incierto, nos dice Osho y está poblado de preguntas sin respuesta; ¿Quiénes somos realmente? ¿Nuestra existencia es trascendental o accidental? ¿Tenemos una misión que cumplir en la vida?

Tenemos que cuestionar todo lo que se nos han enseñado ya que es la única forma de abrazar todos los posibles aspectos de la experiencia humana.

Cualquiera puede aprender a pensar, pero no cualquiera piensa y lo que los seres humanos tenemos en común no es el pensar, sino la posibilidad de conquistar el pensamiento, nos dice de la Borbolla, y donde para quienes no piensan sólo existe un camino, que es ir por donde vaya la mayoría; pero en cambio, pensar, es descubrir en cada camino una multitud de sentidos y en cada sentido una multitud de caminos.

Con estas ideas de la Borbolla busca sembrar inquietudes, pero también certidumbres; combatir lo establecido y ofrecer caminos; todo alrededor del pensar y las preguntas que conlleva, preguntarse; ¿por qué soy? Y ¿por qué hay ser?

Osho, nos dice que la vida es inseguridad y en cada nueva situación nos lleva a una inseguridad progresivamente más profunda ya que es un juego en el que nadie sabe cuál será el siguiente paso y en esto radica la belleza de la existencia ya que si fuera predecible, no valdría la pena vivir la vida y si todo fuera tal y como deseáramos que fuese y no hubiera lugar para la incertidumbre, no seríamos seres humanos, sino máquinas ya que sólo para ellas todo es seguro y cierto.

La libertad del hombre necesita inseguridad e incertidumbre.

La vida no puede ser medida es inconmensurable, es un flujo constante, donde todo está cambiando y nada excepto el cambio es permanente y en eso radica su belleza, su gloria, su poesía, su música, en que siempre es sorprendente.

Al actuar estamos siempre ante disyuntivas de rumbo y valores, donde cada situación es un camino que se bifurca y obliga a elegir, pero, nos preguntamos ¿Realmente hay uno acertado, frente a uno erróneo? ¿Debemos de encontrar justificación para los actos más absurdos?


¿El dolor es un gran despertador y un amplificador de nuestra conciencia?

Seneca, nos dice Pedro Donoso, aparece como un hombre que no descansaba necesariamente en un dogma y que, si bien comprendía las cosas como un estoico, no dejaba de exponerse a otras influencias, convencido ante todo del espíritu racional que deseaba ver primar. Así lo reconoce el mismo, cuando nos dice; Es posible discutir con Sócrates, sentir dudas con Carnéades, con Epicuro descansar, vencer con los estoicos la naturaleza humana, con los cínicos sobrepasarlas. Esta misma capacidad de síntesis, nos dice Pedro Donoso, le da a sus palabras una valiosa perspectiva ética que dominaría buena parte de la Antigüedad clásica y que, aún hoy, siglos más tarde, cuando continuamos presos de las mismas coyunturas consustanciales a la vida mortal, nos siguen ofreciendo un ejemplo iluminador.

Para Laplace, si hubiera una inteligencia que pudiese conocer todas las fuerzas que animan a la naturaleza y la situación respectiva de los seres que la componen, y fuera capaz de someter a análisis todos estos datos… nada habría incierto, el porvenir como el pasado, estarían abiertos a su mirada.

En un mundo así no hay espacio para la libertad y si no hay libertad no hay responsabilidad ni tiene sentido alguno hablar de moral o ética, del bien y del mal, de valores humanos, ni nada parecido, nos dice Ovalle, ya que todo está escrito. En ese escenario, Dios o la Naturaleza según los ateos no tienen otra tarea que releer eternamente las páginas de un libro concluido por su propia mano desde el principio.

No importa que se trate de una trivialidad, lo que cuenta es si la decisión fue libre o no, pues si lo fue, entonces la libertad de elegir será un ingrediente inexcusable en los eventos más importantes de nuestra vida personal y en el de los grandes acontecimientos de la historia.

Tomando en cuenta las limitaciones externas, surge la explicable tentación de ubicar la libertad en la mente. Sin embargo, destacados estudiosos de la psique humana la han negado o la han cuestionado seriamente.

El inconsciente según Freud, se le atribuye la génesis de la mayor parte de nuestra conducta y pensamientos y vino a ser una medida inversamente proporcional a la libertad, donde a más conciencia más libertad y a más inconsciencia menos libertad.

Lo relevante es que el ente decisorio, el ego mismo, tiene también muchas partes arraigadas en el inconsciente y desconocemos la mayor parte de sus resortes, ignoramos las verdaderas causas de nuestra conducta, por lo que somos ciegos a nosotros mismos.

La idea central es que lo que se traslada del inconsciente a la luz de la conciencia, nos dice Ovalle, ingresa al ámbito de la voluntad, o sea, de la libertad, de modo que a fin de cuentas, resultamos ser algo más que bolas de billar con trayectorias absolutamente definidas y determinadas.

Joaquin M. Fuster, nos dice que uno de los acontecimientos más interesantes, es la actual convergencia del pensamiento filosófico y la neurociencia en la cuestión del libre albedrío. Inmanuel Kant, defendía la existencia del libre albedrío ya que la moralidad era inconcebible sin el libre albedrío y para William James seguidor de Kant, sus dudas radicaban en el tremendo obstáculo del determinismo, sobre todo el determinismo biológico, admitiendo finalmente un cierto grado de libertad y responsabilidad en las decisiones.

El determinismo biológico está representado por las ideas de Laplace, por lo que deberíamos ser capaces de trazar una línea de causalidad a través de miles de hechos y niveles de complejidad.

Postura contraria a la neurociencia, por varias razones entre ellas la complejidad, la varianza, la no linealidad y la naturaleza probabilística de las transacciones neuronales en especial con respecto a los fenómenos psicológicos.

El azar crea entropía y sinsentido, nos dice Saint-Aymour, oleadas de causas y efectos sin aparente conexión, inmensas desigualdades que no entendemos con nuestra mentalidad humana cada vez más reglada y cartesiana.

Nos gustaría conocer las razones; las leyes por las que actúa el universo para atenernos a ellas, pero el Universo no es razonable y comprobamos impotentes que, a pesar de toda nuestra lógica, no existen pautas predecibles para innumerables hechos de la existencia.

Las casualidades no tienen sentido, es decir, direccionalidad; en realidad todo hecho simbólico no tiene más sentido que el que nosotros le queramos dar; tenemos que encontrarle sentido, el sentido que nos conviene. Pero el sentido es siempre algo muy relativo, claro que para lo que para uno tiene un sentido, para otro puede tener otro o no tener ninguno.

La clave es, según Saint-Aymour, que podemos interpretar los mensajes sincrónicos de manera positiva para reorientar nuestra vida.

Debemos conectar de manera consciente con lo inconsciente, tomando conciencia de nuestros verdaderos deseos y nuestro verdadero Yo y esto es lo que configura un orden dentro del azar, los pensamientos conscientes reordenan el caos creando un efecto sobe nuestra vida y la de los demás.

Pero somos nosotros los que creamos nuestro futuro, reorganizando el azar y usando su potencial incompresible y dándole sentido a lo que no lo tiene y gracias al esfuerzo de las personas por ordenar la entropía de la existencia es cómo evoluciona la humanidad.

El miedo solo existe en el mecanismo de la mente pero tampoco procede de tu ser y ésta no es otra cosa que el conjunto de los condicionamientos recibidos de otras personas y si no te separas de ellos los llevaras contigo hasta la muerte.

Sientes miedo por aprender más cosas, y te mantienes en la misma rutina y te cansaras y aburrirás pero te sigues manteniendo en la misma rutina porque te has acostumbrado a ella y porque te resulta familiar y conocida.

Uno le tiene miedo a la muerte porque no sabe que es la vida y nos da miedo de que se vaya a acabar algún día sin ni siquiera haber vivido, simplemente te has arrastrado y has vegetado. Se te ofreció una oportunidad, una gran oportunidad, pero no la has aprovechado.

Los problemas psicológicos son los únicos que existen. Puedes volverte paranoico, sentirte dividido o quedarte completamente paralizado por el miedo, pero eso no tiene nada que ver con la realidad. La mente distorsiona, y corrompe la realidad, sin embargo la realidad nunca le ha causado ningún daño o problema a nadie.

La mente quiere evitar errores, pero la vida no, ya que ésta quiere ir a través de los errores para aprender más, porque solo se aprende yendo a través del intento y el error y si dejamos de cometer errores, también dejamos de aprender.

Saber mucho de un tema o de muchos temas, no guarda relación con el pensar ya que se puede ser erudito, y no haber obtenido nunca una conclusión. Los que se mueven por inercia y persiguen el éxito, considerando que es lo único que vale la pena, y desdeñan lo que no le reportará dinero, fama y poder.

Pascal, nos dice; Nuestra razón está siempre frustrada por la inconstancia de la apariencia; Nada puede fijar lo finito entre los dos infinitos que lo encierran y lo huyen. La sola comparación que hacemos de nosotros con el infinito nos apena.

La continuidad de la materia puede no ser sino una pura apariencia, y aunque el universo sea infinito, sin embargo las cosas más minúsculas constaran igualmente de partes infinitas.

Por consiguiente, siendo todas las cosas causadas y causantes, ayudadas y ayudantes, mediatas e inmediatas, y manteniéndose todas por un lazo natural e insensible que liga las más alejadas y las más diferentes, yo tengo por imposible conocer las partes sin conocer el todo, así como conocer el todo sin conocer particularmente las partes.

El hombre está visiblemente hecho para pensar, y toda su dignidad y todo su mérito, y todo su deber es pensar como es preciso. Cada cosa es aquí, en parte verdadera, en parte falsa, pero la verdad esencial no es así, es del todo pura y del todo verdadera.

Nada es puramente verdadero y así nada es verdadero, entendiéndolo como de la pura verdad. No tenemos verdad ni bien más que en parte, mezclada de mal y de falso.

La justicia es lo que está establecido, y así todas nuestras leyes establecidas serán necesariamente tenidas por justas sin ser examinadas, porque se hallan establecidas. Cuando se trata de juzgar; un solo hombre es el que juzga, y además interesado, esto debería hacerlo un árbitro indiferente.

La fuerza es la reina del mundo, y no la opinión, pero la fuerza es la que hace la opinión. Los capaces de inventar son raros, los más numerosos no quieren más que continuar y rehúsan la gloria de los inventores que la buscan por sus invenciones y si se obstinan en conseguirla, y desprecian a los que no inventan nada, los otros los considerarán como ridículos.

Osho, nos dice; Estoy por un mundo, una humanidad y una ciencia que puedan hacerse cargo de ambos, una ciencia que pueda hacerse en el interior y el exterior. Lo que se necesita es una evolución no una revolución ya que solo con la evolución mejoran las cosas, con ella, el pobre desaparecerá, el ladrón desaparecerá, el policía no será necesario, miles de abogados no serán necesarios.

Debemos observar las causas no solo los síntomas, ya que al tratar de eliminarlos, regresan de nuevo y crean otros nuevos síntomas.

Creamos tentaciones para que se cometan crímenes y entonces el criminal deberá ser castigado y no la persona que creó la tentación, pero ambos deberían serlo. En vez de crear más riqueza, se fabrican más armas, ¿Para qué? ¿Quieren un suicidio global? Si la humanidad ha decidido suicidarse hay métodos más sencillos, nos dice Osho.

¿Hasta qué punto el individuo puede dejarse absorber por la globalización? Cada día somos testigos de alguna nueva amenaza medioambiental o catástrofe bélica y el capitalismo desregulado desplaza dinero, empresas y trabajadores entre países, mientras las nuevas tecnologías nos ponen en contacto, en tiempo real, con el último rincón del planeta, pero crean nuevas dependencias y acrecientan la fragilidad del sistema global.

La globalización nos obliga a una vertiginosa transformación de nuestra forma de pensar y vivir, nos dice Safranski, defendiendo la necesidad de un sujeto autónomo y moralmente responsable de sus actos, pero que a menudo se ve superado por la exigencia de un todo social, económico y simbólico que amenaza con devorarlo. Así los individuos deben crear un espacio vital para evitar ser monopolizados.

El desarrollo de formas alternativas, nos dice Safranski, sólo puede tener éxito si no se olvida la otra gran tarea de la humanidad, la de remodelarse a sí misma.

Todo surge con la rivalidad, ¿Por qué esta rivalidad tan elemental, de dónde surge la rivalidad que impide la unidad del género humano, incluso cuando ésta se torna urgentemente necesaria, como en situaciones de catástrofe?

Donde el poder quiere más poder, por lo que vive de la usurpación y la violencia, y se alimenta del avasallamiento. Todo está dispuesto para que la historia continúe llena de competencia, lucha, guerra y enemistad. Las consecuencias pueden ser la envidia y la indignación, que constituyen otra fuente de enemistad.

El ser humano ha olvidado que hace millones de años comenzó un juego que consistía en ignorar su esencia tan especial y divina y poco a poco dejo de ver las cosas tal como son para crear una realidad a partir de un sistema de creencias, inconsciente e incontrolado, según los modos negativos de la propia vida intelectual y emocional, nos dice Annie Marquier, preguntándose; ¿Es posible considerarnos victimas si nos volvemos conscientes de que siempre hemos sido creadores de nuestro viaje por el destino?

Comprender la vida, no solo con la cabeza sino con el corazón, y con todo nuestro ser, comprender la vida para poder disfrutarla con todas nuestras fuerzas, es nuestro deseo, pero también la de los demás, deseo que reside, en cada ser humano.

El hombre es libre y perfecto, pero antes de percatarse de su presencia tan singular, el hombre también es libre y perfecto; sólo le falta saberlo, nos dice Jean Bouchart.

El ser humano promedio actúa la mayor parte de su vida, bajo los impulsos de su personalidad, la cual es dirigida principalmente por el contenido existente y de forma automática, por la mente inferior, conocida también como la memoria relacionada con la mentalidad de las víboras, donde ésta memoriza toda experiencia pasada que haya podido asegurar la supervivencia y cualquiera que sea su situación actual tenemos la tendencia a reaccionar como en el pasado, y así a todos los niveles del cuerpo físico, emocional y de los pensamientos.

No podemos dejar de admitir la imperfección de sistemas y conductas sociales o individuales como parte de la realidad; a partir de esta idea concluimos que la planificación perfecta es sumamente escasa o cuando no, inexistente.

Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más los problemas que las soluciones, y en momentos de crisis solo la imaginación es más importante que el conocimiento, nos dice Einstein, mientras que para Peter Drucker; La excelencia de un líder se mide por la capacidad de transformar los problemas en oportunidades, y Alvin Toffler, agrega que los analfabetas del siglo XXI, no serán aquellos que no sepan leer ni escribir sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender.

Algunos fracasos se deben a obstáculos externos, a falsas creencias excusables, accidentes imprevisibles, a riesgos calculados, a la malévola conducta de los demás, casos que van desde lo trivial hasta lo trágico y su rasgo común es que el fracaso no implica una falta de racionalidad.

Surgen otros fracasos cuando las personas actúan racionalmente sobre suposiciones irracionales acerca de la conducta de los demás y sobre inexcusables creencias falsas, donde los actores suponen erróneamente, que son los únicos agentes activos y tratan su medio como si fuera constante, o al menos integrado por agentes menos sagaces que ellos mismos, donde el autoengaño se encuentra tras las suposiciones racionales, la cual es una fuente más radical de irracionalidad, nos dice Jon Elster.

Dentro de la tradición filosófica, la insistencia en las contradicciones como rasgo de la realidad se remonta a Heraclito y en años más recientes a Hegel. Concluyendo que debemos distinguir entre la Lógica, en que se niega rotundamente el principio de contradicción, y la Fenología del espíritu, donde se elabora una posición, mucho más aceptable.

Para Hegel dos creencias contradictorias pueden ser ciertas ambas, pero en la última, la principal suposición es que el espíritu humano a menudo mantiene creencias contradictorias, o creencias aisladas de las que se puede deducir una contradicción.

De igual forma la Fenomenología del espíritu analiza las actitudes caracterizadas por deseos contradictorios, sirviendo de paradigma y por otro lado Jean Paul Sartre, arguye que el proyecto fundamental del hombre es el deseo de ser simultáneamente un objeto y una conciencia, por lo que su filosofía podría resumirse diciendo que el hombre se ve obsesionado por el deseo de escuchar su propia oración fúnebre, de modo que finalmente puede saber que es, dos verbos que son mutuamente incompatibles.

Javier Plata, nos dice que hoy en día tanto las ciencias sociales como las naturales y las exactas son la base de la cultura y ocupan un lugar central en la vida cotidiana de ahí la importancia de difundir el conocimiento científico y sobre todo, para estimular su visión hacia nuevos horizontes, del conocimiento.

Llevar la universidad a los hogares, demostrando que cada uno de nosotros, sin importar sexo, clase social o condición económica, lleva en su interior la semilla para ser un maestro si decide seguir el camino que lleva a la grandeza, donde la vocación, el aprendizaje y la práctica más rigurosa se unen para alcanzar la cima.

Una estupidez que se lleve a cabo con la oportuna seriedad se convierte sorprendentemente en un modelo digno de ser seguido. Un maestro que te enseñe a ser tú mismo es quien merece el mayor respeto.

No hay solución si no hay un cambio en las cosas. Si solo nos fijamos en lo obvio, no podemos aprender de lo que sucede a nuestro alrededor.

Puesto que no se puede resolver un problema en el mismo nivel en que el problema se ha originado, la persona superior no es la que impone su punto de vista, sino la que es capaz de cambiar su forma de ver, sentir y nombrar las cosas que ve, que oye y que siente.

La persona superior hace girar al mundo y se une al mundo para girar con él.

Las personas ignorantes lo son principalmente porque permanecen, indiferentes a todo aquello que no les pueda reportar un beneficio inmediato. Se comportan como mendigos sin realmente serlo. La ignorancia se alimenta del egoísmo, y este de la soberbia, por eso los ignorantes añaden la soberbia a sus defectos.

La organización disciplinaria del conocimiento requiere un alto nivel de abstracción y entre mayor sea el éxito de una disciplina en la satisfacción de los criterios establecidos, mayor será el nivel de abstracción involucrado.

Adivinar es vaticinar lo futuro, profetizar, decir lo que está por venir. El arte es una disposición o habilidad para hacer algo, la metodología es como un proceso para realizar algo y obtener un resultado y la ciencia como una observación y un razonamiento sistemáticamente estructurado de donde se deducen principios y leyes.

Se supone que la ciencia es una actividad basada en datos objetivos, en interpretaciones objetivas y en valoraciones; en consecuencia, las personas que se dedican a la ciencia no pueden ser menos que el paradigma de la objetividad.

Se ha tratado siempre de asociar e integrar diferentes campos o ámbitos del conocimiento y esto ha permitido ampliar en el marco del entendimiento y dentro del mundo de la metodología como herramienta para el desarrollo humano, que es una mirada que, a manera de integración de todos los conceptos expuestos y revisados, permiten un recuento de lo transitado para replantearse paradigmas, juicios, conversaciones, relaciones, objetivos y metas en la vida, y reiniciar la vida con elementos y conceptos nuevos que permiten nutrir tu alma para un desarrollo como ser humano consciente, como nos lo señala claramente Lucía Blanco.

El principal objetivo es reconocer herramientas de autoconocimiento y desarrollo personal a partir de la autoconciencia, la reflexión y la autoestima, así como elementos de la identidad que te permitan nutrir el alma a partir de la comprensión y la construcción de relaciones de largo plazo, de identificar los pensamientos, las emociones y las palabras y que reconozcas tus propias habilidades como las de otros, así como las afines y complementarias en una relación tanto personal como laboral.

Elevar tu autoestima reconociendo las habilidades y potenciales que hay en ti, donde puedas construir relaciones sanas y de largo plazo; conocer tu misión en la vida y tener una visión diferente de aspectos que dabas por sentados, donde lo inerte permitirá establecer vínculos que te nutran y ser alguien eficiente y maduro en tus relaciones en general, y ver o enfocar de forma diferente el lugar que quieres ocupar en la sociedad o en los sistemas en que vives cotidianamente.

En muchos casos en los campos del conocimiento hay situaciones en las que sabemos con seguridad que pasan cosas, pero ignoramos en detalle como ocurren. Saber que una cosa sucede no quiere decir que comprendamos como pasa. Por definición cuando investigamos lo desconocido no se sabe que se encontrará y como en todo, hay que encontrar un equilibrio, y esto no es nada fácil.

Por lo que nos sorprendemos cuando aparecen noticias sobre investigaciones fraudulentas, resultados falsos, valoraciones interesadas y ocultación de datos, como si los científicos no fueran personas normales que viven bajo presión para conseguir resultados o por preocuparse de una carrera exitosa más que de la ciencia.

El dinero y el poder corrompen, nos dice Daniel Closa; pero los científicos, ¿por qué motivo tendrían que mentir, tergiversar o manipular? Por los mismos motivos que todo el mundo, se responde Closa; ambición, dinero, poder.

Falta de transparencia, en los concursos de oposición por plazas de carrera, acusa Emilio Vivar, ya que las réplicas se realizan en un lugar cerrado y nunca queda evidencia de lo que ocurre en ellas… y al ser los mismos jurados, han hecho de estos procesos su coto de poder.

El engaño llevado a cabo por profesores e investigadores, rara vez se persigue, difícilmente se detecta y casi nunca se castiga, aún y cuando existen infinidad de formas y posibilidades de actuar, desde aquellas descaradas, hasta aquellas más sutiles.

No podemos engañar sin ninguna sutileza ni podemos llegar a dar por válidos argumentos totalmente insostenibles ya que al final lo que queda claro, es que la realidad es terca, pero que las personas lo pueden ser aún más.

La universalidad de las ciencias no puede ser absoluta en la mayoría de los casos, nos dice Daly y Cobb, ya que la diferencia básica entre las disciplinas científicas y las humanistas, dirá, que las científicas, se concentran en lo universal y necesario, mientras que las humanidades lo hacen en lo particular y contingente.

La universalidad de las ciencias no puede ser absoluta en la mayoría de los casos actuales. La física clásica podía considerar absolutas a las estructuras de la Naturaleza, pero la biología sólo podía estudiar lo que era universal para las cosas vivientes, y las ciencias sociales podían atender a lo sumo a lo que era universal para los seres humanos.

La explicación de los fenómenos empíricos, requería la elaboración de modelos que simplificaran la realidad para destacar los aspectos fundamentales, donde las abstracciones correctas, incorporadas en modelos simplificados, posibilitaban análisis y pronósticos mucho más poderosos. La diferencia existente entre los pronósticos del modelo simplificado y el comportamiento efectivo de los objetos permite el estudio de otras posibles fuerzas interviniendo.

Sin embargo, la búsqueda de modelos o leyes de aplicabilidad general, antes que el esfuerzo por identificar y entender las características contingente de la realidad, forjaban los métodos de los estudios sociales que más subrayaban su condición de ciencias sociales.

La tarea esencial es el entendimiento, antes que la explicación o el pronóstico.

El número de condiciones y restricciones que otorgan validez a un enunciado científico no tiene límites. Una teoría última con la que podríamos describir por completo la totalidad de lo real, hace de toda teoría física un instrumento adecuado para describir y comprender una parte de la realidad, ya que sólo cuando se conocen sus límites se puede asimilar y manejar completamente una teoría, nos dice Jean-Marc Levy-Leblond.

Para Max Horkheimer, la salvaguardia de lo verdadero, se encuentra no tanto en su afirmación como en la constante derivación del carácter limitado de todo aquello que se presenta como verdadero.

Al explicitar a las teorías sus limitaciones, no las estamos debilitando sino que las reafirmamos. Siempre resulta arriesgada la afirmación de lo verdadero y lo falso, conceptos dinámicos y en ocasiones intercambiables.

El carácter limitado, condicional y relativo de sus verdades es lo que permite a la ciencia ofrecer un espacio de seguridad intelectual en el que reina el reconfortante sentimiento de certeza.

Omar Khayyam, se hace la eterna pregunta de ¿Qué es la vida? Y de ¿Porqué vivimos? De que la vida es hermosa, pero el placer de vivirla se amarga al percibir lo fugaz que es la existencia y al darnos cuenta que no somos más que una brizna de polvo en este vasto universo. Donde el vivir es en vano, ya que la Rueda sigue girando, ajena por completo a lo que nos pasa y tristes por nuestra impotencia nos dejamos llevar por la desilusión y la melancolía.

Para Omar Khayyam no hay que desaprovechar ni un instante de esta vida, que aunque corta es bello este existir. El poeta va más allá, descubre que no se muere…que se renueva transformándose en una flor perfumada, en un suspiro de hierba o en el barro de una copa.

¿Por qué nos dejamos agobiar por las preocupaciones y tratamos de resolver el sentido de este vivir? ¿Por qué vivimos sufriendo por nuestros propios temores? ¿Cómo es que llegamos a pensar que podríamos cambiar este juego infinito? ¿Qué acaso alguna vez nos hablaron las sombras de la noche, o el viento entre los árboles, o el parpadear de las estrellas?

¿Qué no entendemos que son nuestros propios pensamientos los que nos hablan, y que somos nosotros mismos los que preguntamos y nos contestamos como locos?

¿Y por qué angustiarnos tanto? Si lo único cierto es que al morir no tendremos retorno, no importando lo que hayamos sido. Pretendemos sondear al Destino y perdemos el tiempo indagando el por qué de la vida. Gózala y se tolerante, amable discreto y generoso…Sólo así resolveremos el único problema cuya solución está en nuestras manos.

Franz Kafka habla del miedo a no haber vivido plenamente, a no cumplir nuestros deseos, a no realizarnos y Marco Aurelio nos da una lección magistral sobre como anticiparnos a las adversidades para que estas no nos derrumben: Diciendo que al despuntar la aurora hazte estas consideraciones previas: me encontrare con un indiscreto, un ingrato, un insolente, un mentiroso, un envidioso, un insociable.

Todo eso les acontece por ignorancia de los bienes y de los males. Pero yo, que he observado que la naturaleza del bien es lo bello, y que la del mal es lo vergonzoso, y que la naturaleza del pecador mismo es pariente de la mía, porque participa, no de la misma sangre o de la misma semilla, sino de la inteligencia y de una porción de la divinidad, no puedo recibir daño de ninguno de ellos, pues ninguno me cubrirá de vergüenza; ni puedo enfadarme con mi pariente ni odiarle… Obrar, pues, como adversarios los unos de los otros es, contrario a la naturaleza. Y es actuar como adversario el hecho de manifestar indignación y repulsa.

Viktor Frank, nos dice que al hombre se le puede arrebatar todo, excepto una cosa; la última de las libertades humanas; la elección de la actitud personal ante una serie de circunstancias para decidir su propio camino…y mantener su dignidad y su libertad interior.

Cuando Kafka hablaba de los rumbos que tomamos en nuestra vida, decía que hay un sitio de partida pero ningún camino; aquello que llamamos camino no es más que nuestra incertidumbre. Lo cual no significa que la incertidumbre sea algo negativo, sino todo lo contrario, y de hecho podemos enumerar una serie de ventajas de desconocer el resultado de nuestros pasos.

-La vacilación nos permite descubrir cosas que se hallan a los lados del sendero que tal vez son más importantes que el camino principal.

-La incertidumbre nos obliga a abrir los ojos y el resto de los sentidos, por lo que dejamos de avanzar a ciegas o movidos por la inercia y la apatía.

-No saber el resultado de nuestros pasos es un acicate para la creatividad, que necesita de espacio vacío, de posibilidades abiertas, para plasmarse.

Por todo esto, no debe angustiarnos el rumbo errático de las circunstancias que nos rodean. Al contrario, es garantía de libertad y de que cualquier cosa está en nuestras manos.

La idea es una manera simple de pensar, es decir, de hablar, producida por nuestro espíritu sin una correlación real, pero si reflexionamos, el dilema es terrible, ¿Cuál de estos inconvenientes habrá que preferir, las ideas tan generales que están vacías, o las imágenes tan particulares que son ciegas?, problema que afecta la totalidad de nuestra relación con lo real.

En la famosa alegoría de la caverna de Platón, toda la tarea del filósofo consistía en arrancarse las cadenas de lo sensible, oscuro, fugaz, incierto, limitado y mortal para acceder al mundo de lo inteligible, eterno, evidente, verdadero, absoluto y divino se presenta un camino largo, áspero, escarpado, en cuyo transcurso el espíritu debía franquear todos los niveles del saber.

Pero esta división de lo real en dos mundos existentes plantea problemas que constituyen el eje principal. El problema de cómo concebir lo inteligible con su pureza absoluta, preguntándose Tavoillot, ¿Es esta una tarea hecha para el hombre quien, por muy sabio que sea, sigue siempre trabado en su cuerpo, pegado a sus ilusiones y abocado a una vida tan vana como breve?, y si lo inteligible es perfecto, completo y sublime, ¿Por qué existe lo sensible pese a todo?

Si el absoluto inteligible precisa de lo sensible relativo para existir, entonces ya no es absoluto y si no lo precisa, ¿Por qué este sensible se manifiesta a pesar de todo?

Pero así están las cosas, donde los maestros, y los profesores no saben y los mismos sacerdotes no saben, pero aunque no saben, fingen saber y toda su estrategia se basa en posponer todo.

Los retos lanzados por Platón, son la de ¿Cómo un ser finito como el hombre puede pensar lo infinito y cómo lo infinito como es Dios puede contentarse con la existencia de lo finito?

Hay dos movimientos que permiten rendir cuentas de lo real. El primero es el del infinito que crea, engloba y desciende hacia el finito, proceso muy difícil de imaginar por el ser humano
Escuchen, pues dijo Krishna, un grandísimo y profundo secreto, el misterio soberano, sublime y puro. Para alcanzar la perfección hay que conquistar la ciencia de la unidad, que está por encima de la sabiduría; hay que elevarse al ser divino que está por encima del alma, sobre la inteligencia misma. Más este ser divino, este amigo sublime, está en cada uno de nosotros. Porque Dios reside en el interior de todo hombre, pero pocos saben encontrarle.

Para Lao-Tsé, el TAO es una forma de vida, una manera de ser y de actuar, un modo diferente de ver la realidad y de estar en el mundo. Una senda espiritual que nos pone en contacto con las más hondas raíces, haciendo posible que logremos la armonía, la libertad y la plenitud.

Sus párrafos, cargados de poesía y sabiduría, siguen teniendo esa misma vigencia inalterable, que está más allá del tiempo y el espacio. En ellos encontramos consejos para vivir, normas para dirigir y gobernar, enseñanzas para que el hombre encuentre su lugar en el mundo y recobrar su equilibrio interior.

Ama todas las cosas. El universo es uno, nos dice el Tao. El Tao es ilimitado, inmaterial, infinito y eterno; no tiene fronteras ni límites; carece de forma y de cuerpo; es anterior al Cielo y la Tierra; no tiene principio ni fin; no se le puede captar con los sentidos ni con la mente; no puede ser visto, tocado ni oído. Es inagotable, nunca se llena ni se agota; está siempre dando y cuanto más da, más tiene. Es inefable, no tiene nombre; no se le puede definir ni concebir; está más allá de las palabras y conceptos.

El Tao no tiene acción, pensamientos, deseos ni afectos; permanece siempre impasible, inmutable e inamovible; su acción es la No-acción, un No-hacer por medio del cual todo se hace. Es el manantial de la existencia universal; de él surgen todos los seres y a él todos retornan. Siendo la Realidad Absoluta, no hay nada que pueda estar fuera de él.

El ideal de perfección del Taoísmo se encarna en la figura del sabio; el ser humano que vive en armonía con el orden universal y se ha hecho parte del Tao. Está más allá del bien y del mal. El sólo obedece la ley de su corazón.

La vida, nos dice Osho, consiste en extremos, es tensión entre opuestos. Si la tristeza llega es porque debe llegar, no puedes evitarla, si lo intentas, destruirás la única posibilidad de ser feliz ya que el día no puede existir sin la noche, ni el verano sin el invierno.

La persona viva estará en constante movimiento, de la ira a la compasión y de la compasión a la ira y aceptando ambas, sin identificarse con ninguna sino manteniéndose distante aunque involucrado.

La persona viva disfruta y permanece como una flor de loto que aunque esta crece del lodo, permanece impoluta. No estoy diciendo que elijas la tristeza, sino que también la disfrutes.

Gastón Bachelard, nos dice que; Nada de lo que somos nos es dado y todo lo que de humano somos es producto de una metamorfosis. Todo surgimiento de conciencia repercute en los profundos pasadizos donde se encuentra nuestro pasado, y todo nuevo instante proyecta su luz nueva sobre realidades jamás comprendidas cabalmente.

Bachelard, exploró dimensiones esenciales de la experiencia espiritual del hombre y advirtió aspectos centrales de nuestra condición humana. Sosteniendo que la realidad del tiempo no es otra cosa que la del presente, donde el instante es soledad, pues es una realidad afianzada y suspendida entre dos nadas y donde el pasado es tan vacío como el porvenir y el porvenir esta tan muerto como el pasado, descubriendo paradójicamente que lo único durable es el don del instante.

Quienes desean encontrar, leyes más fundamentales, exploran las leyes de la evolución, es decir de las características universales del cambio evolutivo.

Esto significa que las leyes que se descubren son leyes “gobernantes” de tipos de sociedad específicos que dejan de ser aplicables cuando estos tipos de sociedad son sustituidos por otros, aunque existe el peligro de que el hábito de atender a las leyes lleve a los profesionales de las disciplinas a tratar de aplicarlas más allá de su limitada esfera de relevancia.

Las leyes de la Naturaleza pudieran no ser eternas y de que en algún momento pudieran dejar de operar, todo indica que son muy estables a lo largo de todo el curso intermedio de los acontecimientos, pero para los físicos en la mayor parte de su trabajo, importa muy poco la omisión del cambio evolutivo en su campo.

Habitamos en un océano de incertidumbre con alguna isla de certeza, y estamos obligados, para entender el mundo, a formarnos en el dominio del azar, uno de los últimos territorios por conquistar y que en nuestra sociedad de certezas y seguridades, tantos desasosiegos produce.

Hay fenómenos que tienen lugar a nuestro alrededor y cuyos resultados son fácilmente predecibles; son los fenómenos conocidos como “deterministas” que cuando se lleva a cabo un experimento determinista, su resultado se puede anticipar de manera inequívoca a partir de los datos iniciales, nos dice Fernando Corbalán.

¿Qué es el azar? Se define como una casualidad, un caso fortuito y la expresión al azar significa sin orden. El azar es algo difícil de definir, pero cuyo significado podemos tener identificado e interiorizado de manera que sabemos de qué estamos hablando.

El que un fenómeno sea aleatorio y, por tanto, impredecible en sus resultados concretos, no significa que no se pueda tener algún conocimiento del mismo, y ahí interviene el estudio de la probabilidad.

Cuando se observan en muchas situaciones y cuando se repiten muchas veces, el mismo experimento aleatorio, se observan numerosas regularidades, así que mientras que cada individuo es un rompecabezas irresoluble, colectivamente se transforma en una certeza matemática.

Los expertos en el tema nos dicen; los individuos cambian, los porcentajes permanecen y así también en cada tirada de un dado cambia, sin embargo las proporciones se mantienen.

Las probabilidades distan mucho de ser un asunto bien comprendido, sin embargo, comprender y estudiar el azar es indispensable, porque la probabilidad es un soporte necesario para tomar decisiones en cualquier ámbito.

Es notable que una ciencia que comenzó con consideraciones sobre juegos de azar, haya llegado a ser el objeto más importante del conocimiento humano, nos dice Laplace.

El convencimiento de que todo suceso, importante o trivial, ocurre bajo la providencia divina fue, según Corbalán un obstáculo severo para el desarrollo del cálculo de probabilidades. En la edad media se decía que Dios está en todas partes y de que, algunas causas se conocen, otras no, pero nada sucede sin causa, por lo que nada sería aleatorio y no habría nada producto del azar.

Galileo creía que los errores de medida son inevitables y que eran de dos tipos; sistemáticos, debido a los métodos y las herramientas de medida, y aleatorios, que varían de forma impredecible de una medida a otra; y con estas ideas, no sólo contribuyó a la teoría de probabilidades sino también al nacimiento de la estadística.

Con Bernoulli se dio la extensión de la probabilidad a campos distintos de los juegos de azar. Y la intención de Laplace era desarrollar la ciencia de las probabilidades para tener un conocimiento más exacto de las leyes de la naturaleza, y así es como llega a su famosa conclusión de que la teoría de probabilidades no es en el fondo más que el buen sentido o sentido común reducido al cálculo.

Los trabajos de Andreí Kolmogorov, tienen especial importancia en sus aplicaciones a diversos campos y en particular a los sistemas dinámicos.

El pensamiento en grupo, tienen lugar cuando los grupos se hacen la ilusión de que son invulnerables y también en la situación en las que se dedica demasiado tiempo a la racionalización, pero la verdad es que la decisión que toma un grupo es a menudo más extrema, nos dice Adrian Furnham.

En síntesis el razonamiento está influido a menudo por el contexto.

Los físicos por su parte desarrollaron un modelo conceptual de la Naturaleza, del que surgió un vasto conjunto de pronósticos, que se sometieron a prueba y algunos de ellos resultaron correctos y otros resultaron empíricos y requerían una alteración de los conceptos y las teorías; algunos resultaron aplicables para desarrollar el poder explicativo y de pronóstico del modelo universal.

La física era empírica en dos sentidos; por la observación y por el experimento y se sugirieron las hipótesis que contribuían al modelo universal que lo explicara todo. La validez del modelo se sometió a prueba obteniendo sus implicaciones y examinando su correspondencia con lo que podía observarse.

La consciencia es el fenómeno a través del que conocemos la existencia del universo, es nuestra forma de análisis del mundo exterior, lo que nos permite definir los objetos y las acciones, nos dice Bronowski.

La consciencia es un estado de vigilia y alerta, donde la mayor parte del tiempo somos conscientes de nosotros mismos, de nuestros cuerpos, de nuestras sensaciones y de nuestro pensamiento. Significa percibir o notar con un cierto grado de razonamiento controlado u observación, estar despierto, estimulado y alerta, nos dice Adrian Furnham.

Aprender y memorizar ocupa tiempo y lugar en el cerebro y al hacerlo cambia el propio cerebro y al ir cambiando poco a poco, se va esculpiendo otra personalidad completamente diferente sobre la anterior. Por lo que en esencia, el ser humano es lo que aprende y memoriza.

La educación no es un proceso que influye en el niño de una forma psicológica sino que cambia sus cerebros en su física y su química, su anatomía y su fisiología, construyendo un nuevo cerebro y transformando con ello, de una forma decisiva, la arquitectura de su individualidad y su conducta futura.

La mente surge de un cerebro que es integral para el organismo, la mente es parte de este aparato bien entretejido, es decir que cuerpo, cerebro y mente son manifestaciones de un único organismo y son ciertamente inseparables en situaciones normales de operación.

El idioma que se habla afecta la percepción humana, por lo que la lengua materna es el instrumento que definirá, expresará y describirá el mundo más íntimo de las personas.

La resolución de problemas, está en el razonamiento y se refiere a diversas cuestiones diferentes, aunque relacionadas entre sí. Las verdades fundamentadas en la irracionalidad pueden ser más peligrosas que los errores razonados.

Todo el mundo se queja de su memoria, pero nadie de su falta de juicio, nos dice Rochefoucauld.

Las personas recordamos eventos concretos de manera más vívida y, de esta manera, les otorgamos una importancia excesiva y también una probabilidad de ocurrencia superior a la correspondiente a otros acontecimientos, menos memorables.

El razonamiento está influido por el contexto. La idea es que al tomar una decisión pasamos a través de varias fases: analizamos la situación y después decidimos los objetivos; más tarde nos decantamos por cómo vamos a decidir, quién, cuándo, cómo y dónde, y buscamos soluciones alternativas adecuadas y en última instancia evaluamos las alternativas, tomamos una decisión, la analizamos y vemos sus consecuencias.

En la universidad de Rochester se demostró que los jugadores de videos toman decisiones más rápidas y más acertadas basándose en las percepciones sensoriales y Daphne Bavelier, lo describe como una inferencia probabilística por los tipos de decisiones que tomamos basándonos en información incompleta y la idea es que no vemos con los ojos sino con el cerebro.

La heurística se utiliza para describir un método que emplean las personas para intentar resolver los problemas, constituida por reglas de tipo general utilizando algoritmos que son métodos complicados, lógicos y fundamentados en procedimientos, cuyo objetivo es la solución de problemas.

En el proceso de toma de decisiones, las personas ponen en marcha una amplia gama de heurísticas que por lo general son precisas y eficaces y de gran utilidad cuando se intenta tomar decisiones rápidas y que suelen aplicarse en situaciones en las que no es fácil conseguir información adicional, narra Furnham.

Las matemáticas constituyen una parte esencial en casi todas las construcciones del pensamiento, presentan una forma de pensar y comprender el mundo, en donde el interés no reside tanto en la resolución de los problemas sino más bien en su formulación.

Einstein nos dice que la formulación de un problema es casi siempre más esencial que su solución, la cual puede ser simplemente un asunto de habilidad matemática o experimental.
Las diferentes circunstancias de la vida nos ponen constantemente en diversas situaciones de decisión motivadas por la existencia de ambigüedades y múltiples cursos de acción ante un mismo objetivo y podríamos decir que todos los seres vivos nos vemos forzados a tomar decisiones en forma permanente y donde algunas de ellas las llevamos a cabo de una manera instintiva, mientras que otras esconden una compleja trama de procesos mentales.

La historia política nos proporciona numerosos ejemplos de sistemas complejos que de repente cambian de un estado a otro por motivos que nadie veía venir, como la Revolución Francesa, la caída de la Unión Sovietica o el repentino colapso del sistema imperial de la Primera Guerra Mundial.

El imperio dinástico de China concluyo con la caída de la dinastía Qing y la creación de la Republica China y la monarquía austrohúngara se derrumbo al final de la primera guerra mundial y el imperio otomano se disolvió en 1922.

La cuestión de por qué un sistema de organización humano tan duradero concluya tan súbitamente guarda paralelos con el trabajo científico de los sistemas complejos, donde a medida que crece la población, aparecen distintas formas de moneda y de comercio.

Los matemáticos se dieron cuenta, muy sorprendidos, de que este comportamiento no se trataba de una excepción a la regla, sino una parte integral del funcionamiento de los sistemas complejos.

Ver como los sistemas pasaban de un estado a otro supuso la toma de conciencia de lo frágiles e incontrolables que eran los sistemas complejos, nos señala John Higgs.

La necesidad de realizar previsiones precisas y a largo plazo no ha desaparecido lo cual ha hecho esforzarse mucho a los creadores de modelos climáticos y desde Lorenz descubridor de los sistemas caóticos del clima, los modelos climáticos se han vuelto mucho más detallados donde hay que hacerlos funcionar muchas veces para saber que probabilidades hay de que se cumplan sus resultados.

Con la complejidad observada ya se veía que había algo por debajo de las turbulencias más impredecibles, se descubría la emergencia del orden y así mismo el hecho de que nuestros ecosistemas sean tan complejos es lo que los mantiene estables.

Se dice que Mandelbrot es el descubridor de la complejidad infinita oculta en una breve ecuación. Mandelbrot quería representar visualmente una ecuación de una sencillez increíble, de modo que aplicó la misma operación matemática iterativa y que tenía que calcularse millones de veces.

El conjunto de valores creaban una imagen que se le llamó “conjunto de Mandelbrot”, donde se podría suponer que dicha complejidad del conjunto fuera completamente azarosa y discordante, pero no era así, había algo muy natural y armonioso en la imagen y recordaba al mundo natural de nuestro alrededor, como son las figuras de las hojas, los ríos y los copos de nieve. Figuras que no se repetían y siempre eran completamente nuevas.

Dichos fractales como los llamó Mandelbrot, estaban en todas partes, se les ve en las siluetas de las nubes, en las ramas de los árboles y en la forma de las hojas, en los copos de nieve, en el curso de los ríos y en los pulmones humanos, entre muchos otros.

Por lo que se dice que la realidad era mucho más desordenada de lo que se suponía y gustara o no gustara, la realidad era fractal y caótica.

Con esto se produjo un cambio muy importante tanto en nuestra visión de las matemáticas como de la naturaleza. Con lo que se pusieron de manifiesto dos hechos sorprendentes, nos dice John Higgs, que cuando observamos con atención lo que parece ordenado, se encontraban brotes de caos en sus límites, amenazando con extenderse y sin embargo, cuando uno mira en lo profundo del caos, se encontraban ritmos y pautas del orden.

Siendo de gran interés para los biólogos al descubrir el orden en el caos ya que la existencia de la vida compleja nunca pareció encajar con la segunda ley de la termodinámica, que afirma que en un sistema aislado el orden tiende a desaparecer, resultando muy extraño, que se generaba, un orden cada vez más intrincado.

La teoría del caos proporcionó a la biología la clave que les permitía estudiar la forma en que el orden surge de manera espontánea en la naturaleza, comprendiendo así los ritmos naturales de la vida, tanto en el nivel de los individuos como en el de los grandes ecosistemas.

La hipótesis Gaia de Lovelock y Lyn Margulis donde los organismos vivos alteran la atmósfera del planeta en que viven; Donde un incremento en la temperatura, estimularía el crecimiento del fitoplancton los cuales emiten Sulfuro de Metilo, que pasaría a formar parte de la atmósfera facilitando la formación de nubes y al haber más nubes, más energía del Sol se reflejaría en ellas y volvería al espacio, lo cual tendría el efecto de enfriamiento en el clima, con lo que se reduciría la cantidad de fitoplancton, con lo que todo el sistema es un bucle de retroalimentación, actuando constantemente sobre sí mismo.

Los ecosistemas de la Tierra se estabilizan sin ser conscientes de lo que sucede y creando las condiciones exactas que necesitan para sobrevivir.

La hipótesis de Gaia, considera a nuestro planeta como un organismo autorregulado que va alterando su estado físico con el fin de mantener las condiciones necesarias para la vida generando las condiciones que hacen falta para que pueda existir en la Tierra y la magnitud de su complejidad es lo que le proporciona una estabilidad tan extraordinaria. Comportándose como un ser vivo ya que si uno lo daña se curará a sí mismo.

Se trata de un sistema caótico y no hay ningún motivo por el que no pueda ser privado de su equilibrio estable para caer en los estados caóticos.
Los expertos en climatología no temen un cambio climático global, sino un cambio climático desenfrenado, que haría que los ritmos naturales del planeta tendieran hacia un caos imprevisible y fuésemos incapaces de generar suficientes alimentos.

Los críticos de esta hipótesis dicen que no ven ningún mecanismo por el cual la selección natural individual pudiera suponer una preocupación por cuestiones medio ambientales y en cualquier caso la estabilidad parecía ser una propiedad que surgía de la naturaleza.

Era simplemente algo que ocurría, del mismo modo en que la vida era algo que le ocurría a la materia o la conciencia le ocurría a la vida. Explicitando de manera muy clara que el planeta no se regula a sí mismo conscientemente, nada que pudiera sugerir la idea de que la Tierra fuera una especie de deidad consciente.

Esta vuelta a la naturaleza, nos dice Tavoillot, no es solo moral, sino también metafísica, pues la naturaleza lo es todo. Lo que separa el epicureísmo y el estoicismo de forma decisiva es la forma de entender el mundo.

Para el epicureísmo, el mundo no es más que el afortunado fruto de un puro azar, el resultado de una mecánica sin conciencia, ni inteligencia, ni proyecto, en que las partículas de la materia se entrechocan y componen los cuerpos según el ritmo de cada ser.

Encontramos virtudes similares en ambas filosofías, el mismo elogio de una sabiduría serena y tranquila, capaz de mantener a distancia los problemas y temores de este mundo, nos aclara Tavoillot.

Dios para los cristianos es como el jefe de la tribu que ofrece protección a cambio de que se trabaje para él.

La derecha religiosa de Estados Unidos se ha opuesto a las ideas de Lovelock y a los descubrimientos científicos relacionados con el clima en general. Aceptar que el clima podría convertirse en un caos sería aceptar que no existe la protección de Dios.

Siempre hemos estado sometidos a los cambios, y, en gran medida, la naturaleza y la dirección de dichos cambios se han hallado más allá de nuestro control. El problema es que, si tenemos en cuenta lo que nos dicen los científicos, el siglo XXI podría ser el penúltimo en lo que respecta a la civilización.

Hay que tener en cuenta el carácter de los ciudadanos del siglo XXI ya que si fueran como los individualistas del siglo XX, habría pocos motivos para la esperanza.

El individualismo, en su forma más habitual, no supone una búsqueda de la libertad total, sino que plantea un debate sobre cuanta libertad se puede conceder a las personas.

Rand y sus seguidores promueven un egoísmo absoluto, afirmando que era una actitud racional y moral y reconocían que el egoísmo era moralmente problemático y maligno, pero que eso era lo que les gustaba de él, que era la instancia suprema, y que es el último camino por el que la humanidad podía desarrollar todo su potencial.


LA DINÁMICA DEL CAPITALISMO

Los primeros economistas teorizaron acerca de cómo había surgido el sistema industrial y a donde se dirigía, percibieron una fase temporal de crecimiento que deberá terminar en una nueva economía de estado estable, y por lo tanto, cuando descubrían modelos y leyes que operaban en los eventos económicos, reconocían que en algún momento funcionarían modelos y leyes diferentes, es decir que sabían que las leyes gobernantes de la economía, cambian cuando cambia el sistema.

Por lo que jamás se ha negado u omitido por completo el carácter evolutivo o histórico de la economía.

La actual economía clásica es conceptualmente monolítica, mientras que la economía ecológica consiste en muchas estructuras conceptuales competidoras y complementarias y la idea de que el progreso científico conducirá inevitablemente al control de la naturaleza y la abundancia material todavía es popular, y es invocada a menudo, incluso por los científicos para respaldar mayores aumentos de población cambio tecnológico y desarrollo económico a lo largo del tiempo que evidentemente son destructores del ambiente y de no ser sustentables.

Los economistas clásicos respaldan las creencias en el progreso material ilimitado.

Los economistas en general deseaban que la economía se volviera cada vez más científica y su idea en general de la ciencia se basaba, en la física, antes que en la biología evolutiva, de que la economía tenía que formularse con modelos basados en las leyes gobernantes del comportamiento en lugar de buscar las leyes de los cambios o de inquirir por las cuestiones históricas contingentes.

La economía, en sí, es evidente que no existe, nos dice Fernand Brandel, pero si sus incesantes dificultades en constante evolución, ya que incorpora necesariamente, las demás ciencias humanas y que vive en estado de perpetuo alumbramiento que nunca es la misma de un año a otro, trastornando y adaptándonos mejor o peor a exigencias y juegos siempre distintos.

La moneda es un invento que agiliza el intercambio ya que sin intercambio no hay sociedad y ¿Acaso fueron la navegación de altura y el capitalismo los que forjaron la supremacía de Europa?
Ciudades y monedas son, al mismo tiempo, motores e indicadores que provocan y señalan el cambio y también son su consecuencia ya que la economía de mercado enlaza ya un número suficiente de ciudades y países como para poder comenzar a organizar a la producción a orientar y a dirigir el consumo.

El dinero es sólo un símbolo de la energía productiva de la sociedad, del trabajo y del talento creativo. El problema radica en el modo de obtenerlo, de gastarlo y sobre todo, de distribuirlo y de que el mal no está en el símbolo de intercambio sino, como todo el resto de los males, en el corazón humano.

Entre estos dos mundos, la producción, en la que todo nace, y en el consumo, en el que todo perece y donde la economía de mercado constituye el nexo de unión, el motor, en las que surgen las novedades, y se desarrolla incluso el progreso.

El campesino que comercializa una parte de su producción y compra herramientas forma parte también del mercado, pero permanece inmerso en la enorme masa del autoconsumo.

Pero, ¿Cómo podríamos organizar el cúmulo de hechos y explicaciones? Se trata de elegir los profundos equilibrios y desequilibrios que se producen a largo plazo, y la coexistencia de la rigidez, inercia y torpezas de una economía aún elemental, aclara Brandel.

Por un lado, están los campesinos en sus pueblos, que viven de forma casi de forma autónoma y por otro, una economía de mercado y un capitalismo en expansión que se extiende y se va forjando poco a poco y prefigurando el mundo en que vivimos.

Hay dos universos dos tipos de vida, que son ajenos uno del otro, a los cuales a nadie le es preciso tomar una decisión y que suceden sin que seamos plenamente conscientes de ellos, es decir que la humanidad se halla sumergida en lo cotidiano. Donde innumerables gestos heredados y repetidos de manera infinita nos ayudan a vivir, nos encierran y deciden por nosotros durante toda nuestra existencia.

Son modelos, formas y obligaciones de actuar que se remontan a la noche de los tiempos y que desembocan en el tiempo presente. Se trata de una parte de la vida activa de los hombres tan inventores como rutinarios, sin precisar límites de esta vida más bien soportada que protagonizada.

Después de esto habrá llegado el momento de salir del mismo ambiente y la impresión profunda e inmediata en la que nos encontramos en medio de una historia que, en cierto modo y que en ocasiones, podemos percibir y es lo que la humanidad ha incorporado profundamente a su propia vida a lo largo de su historia, como si formara parte de las mismas entrañas de los hombres y se han convertido en necesidades cotidianas y en banalidades y a lo que nadie presta atención.

La población total del planeta se ha multiplicado por cuatro en menos de cien años, lo que es considerado un éxito, pero a la vez genera ciertos problemas de vialidad de recursos y desequilibrios ecológicos, económicos y sociales.

El juego demográfico tiende al equilibrio, pero éste se alcanza solo en contadas ocasiones y a partir del siglo XVIII, el número de personas no ha cesado de aumentar y sin ningún freno, pero no faltan las maneras de restablecer el equilibrio, pero la mayoría son indeseables, como son la escases de recursos, carestías de toda índole, guerras y enfermedades que son autenticas plagas apocalípticas que no abandonaron Europa hasta el siglo XVIII.

En 1900 la población mundial era de 1,600 millones de personas y durante el siguiente siglo, se cuadriplicó superando los 6,000 millones, lo que significa una tasa de crecimiento sin precedentes. La economía también se disparó y el producto mundial bruto, es decir la suma de todas las actividades económicas que tienen lugar en un año, era de un poco más de un billón de dólares, pero en el año 2,000 había crecido hasta los 41 billones y la energía necesaria para impulsar este crecimiento se multiplico por diez.

Los índices de cambio nos dice John Higgs, de estas proporciones son realmente alarmantes, ya que en condiciones normales, un sistema complejo e intricado, como es nuestra Biosfera tenderá hacia la estabilidad; pero con estos índices de cambio de crecimiento exponencial, nos dan a entender que el sistema normal de bucles de retroalimentación, que es el que impide que se rebasen ciertos límites, ha dejado de funcionar, empujando a nuestro mundo hacia un territorio peligroso e impredecible, por lo que en realidad no es el cambio climático al que hay que temer, sino al crecimiento demográfico sin control y al afán depredatorio del sistema capitalista.

Podemos ver que a un individuo se le puede meter en la cárcel por infringir la ley, pero a una corporación no, y la amenaza de la cárcel nos dice Higgs, es un factor bastante importante a la hora de limitar la conducta de los individuos y la diferencia entre ambas es que la gente muere, pero las corporaciones pueden ser inmortales.

La muerte es parte necesaria de los ecosistemas naturales, porque evita que las cosas crezcan hasta resultar demasiado grandes. Sin embargo a medida que va creciendo la riqueza de las corporaciones, crece su poder e influencia, dedicándose a financiar los partidos políticos y medios de comunicación, demostrando su superioridad legal y financiera con respecto a las naciones.

Existen muchos ejemplos de corporaciones que deciden actuar de una manera que les sirva para aumentar sus beneficios aunque haya gente que muera por ello. Una organización, aunque tuviera el status de persona jurídica, carecería de alma y esto ya lo señaló el papa Inocencio V.

Entre la lista de conductas poco éticas de las corporaciones, está la incapacidad para sentir culpa, falta de aceptación de las normas sociales y de las leyes y la cruel despreocupación por los sentimientos de los demás, por lo que tendrían que considerárseles como elementos o sistemas psicópatas.

A veces el comportamiento a pequeña escala producen resultados muy distintos cuando tienen lugar a una escala mayor y el hecho de que las corporaciones sigan programadas para buscar el crecimiento perpetuo, es profundamente antinatural y tal vez en la naturaleza a veces llega a pasar, pero los bucles de retroalimentación hacen que se auto regulen y vuelvan a su estado de equilibrio.

Una analogía que se ha empleado corrientemente para justificar el egoísmo capitalista es la de la Mano Invisible de Adam Smith y se trata de una metáfora para referirse a cómo la suma de todos los actos individuales y egoístas en el mercado produce estabilidad y beneficia a la sociedad.

La tragedia de los comunes nos dice, que en principio parece lógico pensar que un pastor obtendría el máximo beneficio permitiendo que sus ovejas comieran toda la hierba de la tierra común que fuera posible antes de que los rebaños de los demás pastores la agotaran; pero en última instancia esta lógica perjudicaría a todos los pastores, porque la tierra común, pronto se quedaría sin hierba.

Lo mejor, a largo plazo sería controlar la explotación de la tierra común de una manera sostenible, ya que este sistema proporcionaría a los pastores beneficios que serían menores a corto plazo pero considerablemente mayores a largo plazo. Sin un sistema de este tipo, la lógica del egoísmo, nos dice Higgs, conmina al pastor a actuar de una manera que, al final lo perjudica.

Walter Mondale nos dice que la lección de los años noventa es que todos los países obedecen las mismas leyes económicas. Donde el gobierno subsidia los costos de las grandes empresas y las protege de los riesgos del mercado y les permite quedarse con las utilidades.

Es ridículo hablar de libertad en una sociedad dominada por grandes empresas.

La falacia está tan asimilada que nadie siquiera comenta el asunto.

La meta es lograr una sociedad en la que la unidad social básica seas tú y tu televisor, nos dice Noam Chomsky.

EL SIGLO XX Y SUS HISTORIAS ALTERNATIVAS

Para John Higgs, los grandes movimientos del poder geopolítico, no logra explicarnos el paso al mundo actual, en el que nos encontramos a la deriva en un sistema de vigilancia constante, con una competencia insostenible, entre tsunamis de datos banales y oportunidades extraordinarias.

Donde nuestro problema no es que está época esté oculta a nuestra vista, sino que sabemos demasiado sobre ella. Sabemos que la gente de este territorio puede ser cruel, que está desesperada, que vive con miedo, y sabemos por qué.

En un viaje a través del siglo XX muy pocos logran atravesar el post neodarwinismo y posiblemente el siglo XXI no va a tener ningún sentido si lo miramos con ojos del siglo XIX. El territorio del siglo XX incluye zonas oscuras y bosques espesos y profundos, son zonas como la relatividad, el cubismo, la mecánica cuántica, el existencialismo, la teoría matemática del caos y el cambio climático, nos dice Higgs, que tienen fama de parecer difíciles al principio e ir volviéndose cada vez más confusas a medida que uno las estudia y que cuando aparecieron por primera vez, eran tan radicales que para poder entenderlas hacia falta cambiar sustancialmente la imagen que uno tenía del mundo.

Hay un momento en la vida en el que la memoria se convierte en historia, pero los límites del siglo XX funcionan bien, porque nuestro viaje comienza cuando las cosas dejaron de tener sentido y nos llevaron hasta el presente.

A lo que prestaremos especial atención será a la dirección hacia donde nos llevan las nuevas ideas de un modo muy coherente. Según William Gibson, el futuro ya está aquí, pero no está repartido equitativamente.

H. G. Wells hizo una cantidad impresionante de predicciones utilizando las expectativas del mundo científico extrapolando a partir de lo que se sabía; pero hubo un montón de cuestiones que no fue capaz de predecir ya que como señalará Sir Arthur Eddington, “El universo, no sólo era más extraño de lo que nos imaginamos, sino más extraño de lo que podemos imaginar”.

Albert Einstein reescribió nuestra concepción del universo ya que abolió la elegante concepción de un universo que funciona como un reloj propuesta por Newtón. De que vivimos en un universo en el que el espacio y el tiempo no son fijos, sino que pueden estirarse por medio de la masa y el movimiento, con agujeros negros y el espacio-tiempo es curvo, un universo que parece tener muy poco en común con el mundo que pensamos que habitamos en la vida cotidiana.

La tecnología ha hecho que la guerra sea demasiado terrible, desde el punto de vista psicológico, como para que los soldados puedan soportarla. Los bombardeos podían durar horas, días o semanas, y donde las familias dolientes iban a rendir honores a unos restos que podían ser de cualquiera, relata Higgs.

El sistema imperial dejo de considerarse un sistema de organización indiscutible e inevitable ya que los emperadores habían llevado al mundo estúpidamente al horror una vez y podían hacerlo de nuevo.

En un mundo donde la guerra se había vuelto una actividad industrializada, no se podía confiar el poder a un gobernante absoluto.

El dinero es importante y siempre lo ha sido, pero la idea de que era lo único importante fue una tarea del siglo XX. Siempre había habido otros mecanismos sociales, como la caballerosidad, el deber o el honor, que podían ejercer una presión a un nivel que el dinero sólo no podía alcanzar.

Las personas se veían como individuos y, al mismo tiempo, como una parte integral de un todo, y ahora hemos empezado a entender que aquello con lo que estamos conectados es una parte importante de nosotros mismos.

Alex Pentland, nos dice que ya es hora de dejar atrás la ficción de que el individuo es la unidad de la racionalidad y de reconocer que nuestra racionalidad está en gran medida determinada por el tejido social que nos rodea. En lugar de ser actores en mercados, somos colaboradores que determinamos el bien público.

Pentland, descubrió que el factor más influyente a la hora de adoptar nuevas conductas era la conducta de los demás. Los efectos de este aprendizaje social implícito eran más o menos equivalentes a la influencia de los genes en la conducta de una persona, o a la de su coeficiente intelectual en su rendimiento académico.

Muchos aspectos de nuestra conducta solo tienen sentido cuando comprendemos su función social. Los neuro científicos consideran la idea de que somos una entidad individual que toma decisiones racionales, como una extravagancia de la mente.

Experimentos han mostrado que los procesos mentales que conducen a una toma de decisiones, suceden un tiempo antes de que la mente consciente crea que está tomando la decisión. Lo que muestra que el objeto del experimento no es un individuo racional actuando por voluntad propia, sino que la mente consciente tiene una especie de racionalización de los actos de la mente inconsciente después de que hayan tenido lugar.

Higgs nos dice que para Bruce Hood, La mente crea la experiencia de que nuestro yo es un personaje coherente integrado para dotar de sentido a la multitud de experiencias que asaltan nuestros sentidos durante la vida.

Las corporaciones siguen siendo máquinas de acumular riqueza y los poderes políticos y financieros siguen sin hacer caso a lo que los científicos de todo el mundo les advierten.

En los Límites del Crecimiento, Dennis Meadow, puso de manifiesto la insostenibilidad del actual modelo de desarrollo. Donde el colapso y agotamiento aparecen como horizonte factible y probable si no se produce un cambio drástico hacia la sostenibilidad. Revisión del conjunto de condiciones históricas que nos han conducido ante la antesala de una catástrofe.

Las pérdidas del suelo, son de 10 a 100 toneladas por hectárea al año, y superan las tasas de formación de suelo en al menos diez veces y va en aumento la desertificación, la invasión urbana de las tierras de cultivo, erosión del suelo y contaminación. 5000 especies se extinguen cada año, 10,000 veces más rápido que las tasas de extinción anteriores a la presencia del hombre. La agricultura está conduciendo a la erosión, salinización en casi 6 millones de hectáreas por año, lo cual es una crisis que afectar seriamente la sustentabilidad del abasto de alimentos del mundo, donde ya más de mil millones de personas se encuentra desnutridas.

PARA EL BIEN COMÚN

Tras los fracasos y las desilusiones de un siglo terrible, se nos plantean según Daniel Bensaid; Saber si existe una lógica alternativa a la catastrófica lógica de los mercados. La revolución plantea sobre todo un problema de contenidos; cómo la de modificar la lógica social y cambiar el mundo.

La idea de otra sociedad se ha hecho casi imposible de pensar, y por otra parte nadie avanza sobre el tema en el mundo de hoy.

El derecho de penuria, nos dice Bensaid, y el interés general se oponen al derecho de propiedad y en situaciones de emergencia prevalece el derecho de penuria, puesto que la penuria muestra el límite y, también, la posibilidad tanto del derecho como del bienestar.

De Soros a Stiglitz hay voces que se elevan para reclamar reglas del juego más transparentes y un control de las instituciones internacionales sobre una competencia mafiosa y salvaje.
La respuesta a esta cuestión no depende de una fatalidad histórica, sino de las incertidumbres de la lucha.

Necesitamos movernos de una economía que ignora la interdependencia, a una que la reconozca y se base en ella. Necesitamos, nos dice Costanza y Daly, desarrollar una economía que sea fundamentalmente ecológica en su perspectiva central de los problemas que ahora enfrenta nuestra especie en este punto crucial de su historia.

Es un regreso a un punto donde la economía y las otras ciencias estaban integradas en vez de encontrarse académicamente aisladas como sucede hoy en día. La economía ecológica es un intento para trascender las estrechas fronteras disciplinarias, con el fin de poder aplicar todo el poder de nuestro capital intelectual a los enormes problemas que ahora estamos enfrentando.
Costanza y Daly, se preguntan: ¿Podemos reorganizar nuestra sociedad, con la suficiente rapidez para evitar un error catastrófico; reconocer las enormes “incertidumbres” implicadas y protegernos de sus consecuencias más espantosas, y donde el simple paliativo de “mayor crecimiento” ya no es una solución?

Ahora el desafío consiste en vivir de forma sustentable y adecuada, pero dentro de los límites materiales de un planeta finito. Y esperamos que la especie humana podamos usar nuestras habilidades para satisfacer el nuevo reto de la sustentabilidad, ya que con la economía ecológica buscamos enfrentar este reto.

La transición a las fuentes de energía renovable, es paralela a la transición a la sustentabilidad. Por lo que deberíamos alentar el desarrollo tecnológico sustentable, pero no por eso debemos esperar que se vayan a resolver todos los problemas ambientales.

Todo absolutamente todo lo que hay en nuestro mundo, lo construimos nosotros y toca a cada uno hacerse cargo de lo que ha generado, o elegir cambiarlo. El universo tiene leyes, conocerlas y operar conforme a ellas nos permite una vida diferente. Uno es el único responsable de su propia vida, no aceptarlo es volverse víctima de ella.

Donde según Lucia Blanco, la vida es algo que cada uno crea, no algo que sucede y donde cambiar implica tomar decisiones y toda decisión tiene consecuencias. Aprender a dar y recibir es reconocer que cuando doy valoro al otro y cuando recibo me valoro a mí mismo.

La vida según Hermann Keyserling, es un constante progreso, una continua transformación en el tiempo; un nacer, morir y renacer. La paciencia es permitir el tiempo de gestación de las cosas, y aprender a dar esos tiempos nos hace disfrutar el resultado tanto como el camino, nos señala Lucia.

La dualidad de los mundos interno-externo está presente al hablar de actividades laborales y vida personal y la noción de felicidad según Erich From, es observable y se identifica en la vitalidad de las personas, entendiendo por vitalidad la energía de vida que nos enfoca tanto a la acción como al reposo en un proceso de autorregulación.

Ser no es tener, nos dice Lucia, ser implica la posibilidad de ser quien quieras, de convertirte en esa persona, y esa posibilidad se abre conforme a la identidad que te hayas construido y a su forma de pensar. Para hacerlo se requiere de conocimiento, disciplina, liderazgo, experiencia, fuerza interior que se activa, fuerza de voluntad y varios conceptos que tienen que ver con la autonomía y la independencia.


Para entender el concepto de que todo depende de uno es importante comprender que las cosas o las circunstancias no cambian, son objetos inanimados y seguirán siéndolo, lo más que puede cambiar es la forma en que se ven las cosas y la vida; reinterpretar lo que uno cree es lo que genera el cambio.

Ten muy presente que tu enfoque determina tu realidad. Nacemos y renacemos constantemente y si cada paso y cambio que demos en nuestra evolución nos hace felices, es señal de que es el camino, y si lo es, confía en que se abrirá para ti.

Cuando hacemos algo, debemos tener una idea clara sobre la meta a largo plazo con el fin de diseñar una estrategia. Aprendemos, intentando, nos dice Chomsky, no podemos pensar que, con los conocimientos que tenemos, seremos capaces de diseñar una sociedad libertaria.

Si alguien llegara con una estrategia general que sirviera a cualquier propósito, todos estarían encantados, pero eso no ha sucedido en los últimos dos mil años, según Chomsky. Tienes que construir lentamente y asegurarte de que tu siguiente paso supere lo que ya está bien grabado en la percepción y actitudes de la gente, su concepción de lo que quiere lograr y las circunstancias en que puede lograrse y no tiene sentido si no tienes una base social desde la cual proteger tus logros.

Es necesario que te liberes intelectualmente y entender que los grandes consorcios que nos están conduciendo a la muerte y desaparición de la humanidad, son tiranías privadas totalmente ilegales.

Reducir las tasas de crecimiento poblacional es condición esencial para alcanzar la sustentabilidad sobre todo en los países industrializados y el mejor interés de los países en desarrollo es de no seguir el modelo del combustible fósil y subsidiar las posibles alternativas.

Las condiciones que deberán darse para obtener la sustentabilidad serán; la de producir más con menos a través de la conservación, eficiencia, tecnología y reciclaje, reduciendo la explosión demográfica y que la redistribución de los consumidores en exceso vaya hacia los pobres.

La sustentabilidad solamente se logrará cuando el crecimiento en el gasto cuantitativo se estabilice y sea sustituido por el desarrollo cualitativo, manteniendo los insumos constantes, donde tanto el consumo del recurso per cápita como la población deben disminuir.

Mantener la escala de la economía consistente con las capacidades regenerativas y asimilativas de los sistemas sustentadores de la vida, según Constanza y Daly.

Hay que mantener la escala de la economía consistente con las capacidades regenerativas y asimilativas de los sistemas sustentadores de la vida. Las existencias de riqueza y de la gente, deben ser renovadas y mejoradas continuamente, ya que el crecimiento sólo puede estar dañando la capacidad de autoreparación del planeta.

El efecto más grave puede ser la incertidumbre, como la ruptura de los equilibrios normales en la vegetación natural. Disminuyendo la producción de las cosechas y zonas pesqueras marinas.
Las especies clave de las cuales depende la supervivencia de muchas otras pueden disminuir, lo cual conducirá a un desequilibrio general en los servicios ambientales y aceleración de las extinciones de las demás especies.

Muchos tipos de problemas de decisión ofrecen a quien toma decisiones el alivio y la seguridad de saber que, si en este período toma una decisión que lamentará más tarde, puede minimizar sus pérdidas de largo plazo cambiando de dirección, a cierto costo, en un período futuro.

Aunque conviene decir, que las decisiones pueden ser reversibles o irreversibles, ese lenguaje es sumamente impreciso, nos señala Alan Randall. Ninguna decisión es irreversible sin costo, y muchas decisiones consideradas como irreversibles se pueden invertir con menores costos.

La extinción de una especie biológica es irreversible, pero también lo es la creación, mediante la manipulación genética de algún nuevo organismo destructor y de modo análogo, la generación de desperdicios peligrosos es irreversible.

La destrucción en gran escala de los sistemas geológicos, hidrológicos y ecológicos es también irreversible, donde el medio natural desaparecido no se puede sin enormes costos extremados si no prohibitivamente costosa.

EL CAOS CREATIVO

A medida que la sociedad experimenta cambios profundos, rápidos y significativos, nuestros fines, estrategias y formas de comportamiento habitual también deben ser diferentes.

Dar una justa oportunidad al potencial creativo, es una cuestión de vida o muerte para cualquier sociedad. La creatividad consiste en generar pensamientos, acciones y sentimientos únicos e innovadores, produciéndose algo novedoso, útil y reproducible para beneficiar a otros, dependiendo además del conocimiento, imaginación y capacidad de evaluación.

Nuestros esfuerzos están condenados a la futilidad a menos que los fortalezcamos con ideas creativas, que es la única forma de evitar ser Dominados, por las ideas, sin valor. La capacidad de formar conceptos abstractos constituye la base de la capacidad humana de raciocinio.

La naturaleza es creativa y ama la diversidad, en ella todo está maravillosamente diseñado y no existen cosas inútiles, como tampoco el desperdicio; donde podemos ver que el proceso es tan importante como el producto, no existe nada irracional y, sobre todo, genera ambientes en los que tiene la oportunidad ella misma, de seguir manifestando su creatividad.

Se ha observado que el caos existe en la naturaleza, como un medio adecuado, para crear nuevas entidades y acontecimientos, y nos ayuda, a mantener la cohesión, del entorno.

La idea de la apertura caótica ha sido asociada con la creatividad autoorganizada desde hace siglos, donde muchas estructuras que vemos en la naturaleza son ejemplos de caos autoorganizado.

El caos autoorganizado es la manifestación de la creatividad de la naturaleza, disponiendo de infinidad de formas de uso y expresión. La comprensión de este caos creativo, puede cambiar radicalmente nuestras vidas, no como controladores de la naturaleza, sino como participantes creativos, tomando nota, de sus enseñanzas.

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