Julio de 2019
Resumen
Las redes sociales han cambiado la forma de interactuar con los demás, pues ante el fenómeno de la interconectividad los cibernautas, en especial los adolescentes, pueden conocer la cultura de otras sociedades y adoptar sus tendencias, y de esta manera les genere una huella que los identifique con la generación a la que pertenecen, tal es el caso de la construcción del concepto de belleza. Por esto, el objetivo del ensayo es reflexionar acerca de una de las consecuencias que sufre un adolescente por la discriminación por apariencia, pues el problema se produce cuando su aspecto físico no encaja con la definición de bello o estético, manejado por otros cibernautas. Se realiza una revisión del estado del arte de conceptos de adolescentes, redes sociales y los resultantes de estos en su bienestar mental como lo son aspectismo y la dismorfofobia. El problema se analiza desde el enfoque de la Ecología socio mediática pues en el dicho bienestar del joven afecta, de forma bidireccional, sus contextos social y digital. La conclusión proporciona una aproximación a una discriminación del adolescente hacia sí mismo porque, desde su apreciación con base a las pantallas que ofrece redes como Instagram, su apariencia física no es valorada como bella y, por ende, sus imperfecciones son culpables del rechazo que recibe, tanto de otros cibernautas jóvenes como de él mismo.
Palabras claves: Medios sociales, adolescente, bienestar social, impacto de la comunicación, autoestima.
Instagram: Screen for adolescent dysmorphophobia
Abstract
Social networks have changed the way we interact with others, therefore, faced with the phenomenon of the interconnectedness of the netizens, especially teenagers, can learn about the culture of other societies and adopt their trends, and in this way they generate a fingerprint with which to identify with the generation to which they belong, such is the case of the construction of the concept of beauty. For this reason, the aim of the essay is to reflect on the consequences suffered by a teenager for discrimination by appearance, since the problem occurs when their physical appearance does not fit the definition of beautiful or aesthetic, managed by other netizens. There is a review of the state of the art concepts of adolescents, social networks and the resultant of these on their mental well-being as they are lookism and dysmorphophobia. The problem is analyzed from the focus of Ecology of social and media as on the welfare of the young affects, in a bidirectional way, their contexts, social and digital. The conclusion provides an approximation to a discrimination of the teen towards himself because, from his appreciation on the basis of the screens that networks such as Instagram offers, their physical appearance is not valued as beautiful and, therefore, their imperfections are guilty of the rejection he receives, so much of other netizens as young as himself.
Keywords: Social media, Adolescent, Social welfare, Communication impact, Self esteem
«Aunque es irónico que una red social haga sentir mayor soledad, hay una tendencia a que todo parezca más colorido, emocionante e interesante; esto provoca comparación entre las personas y pensamientos de inferioridad». «Puedes ver que algunas chicas publican su peso más bajo y ese tipo de cosas. Eso hace que la anorexia quiera ponerte sobre la balanza y decirte lo gorda que estás».
1. Introducción
Desde el último decenio las redes sociales forman parte de la cotidianidad de las personas por la comunicación eficaz que propicia entre ellos y sus afines, así como el acceso a diversos tipos de información como educativos, ocio y culturales, esto desde el alcance de los dispositivos como los ordenadores y móviles.
Dado lo anterior, esta permanente interconectividad da como resultado que algunas personas, sobre todo los jóvenes, puedan tener contacto con recursos culturales no solo de su contexto, sino de otros favoreciendo a una adquisición de nuevos valores, repercutiendo en una reinterpretación en la forma de concebir el mundo en el que se encuentra el individuo al colocarse frente a esquemas globalizados, que en la mayoría de los casos distan de las realidades sociales del adolescente (Estermann, 2014).
1.1 Adolescentes e Instagram
Para efectos de este escrito, se considera adolescente aquella persona que se encuentra en una población demográfica entre los 10 y 19 años de edad, cuyas características notables son los diversos cambios desde el nivel fisiológico hasta lo valoral y emocional, esto incluye aspectos como el estima y autoconcepto (OMS, 2015).
La adquisición de valores propicia que los adolescentes se conviertan en el público objetivo pues en aras de la solidificación de su identidad, y satisfacer el sentido de pertenencia emergente, los entornos digitales pueden ser cautivadores porque los contenidos de estos últimos tienen relación con la generación a la que pertenece el púber. Algunas ocasiones no contemplan los riesgos, físicos como mentales, que implica someterse a estos ideales ilusorios (Rosabal et al., 2015).
Con relación a Instagram, autores como Rodríguez, Vidal y Pérez (2018) piensan que esta red social es de las favoritas entre los adolescentes porque ofrece, entre otras facultades, la de compartir imágenes y escribir comentarios recibiendo de forma instantánea respuesta sobre el contenido compartido.
Adicionalmente, los resultados de un estudio encontró que Instagram es una de las tres redes sociales con más usuarios activos, de los cuales el 15% de la actividad registrada en esta plataforma fueron un grupo demográfico de mayores de 12 años, principalmente por adolescentes (WeAreSocial, 2019).
No es de asombro, pues, que este tipo de redes sociales se utilicen como escenarios para mostrar lo mejor de sí mismos físicamente. Una carrera de aspectos y apariencias de la cual quienes lleven la delantera serán el ideal a seguir para muchos cibernautas jóvenes, pero ¿qué pasa si no se alcanzan dichos ideales?
1.2 Aspectismo: invisibilizando el desarrollo de un humano
En términos de Torres (2017), el aspectismo es la discriminación hacia una persona por su apariencia, es decir física, étnica, estatura, entre otros, cuyo efecto inicia durante la adolescencia. Se trata de una percepción de una imagen que si no encuentra dentro de los rasgos de bello, construcción definida generalmente por los estereotipos generacionales, es objeto de burla; efecto que influye en el púber pues existe una comparación entre lo que ve en otros y cómo se ve.
De tal manera que en este acto comparativo, se produce una constante preocupación en el adolescente por el defecto corporal que lo dista de alcanzar su ideal estético. Conocida como dismorfofobia, o trastorno dismórfico corporal, se convierte en situación de riesgo cuando la preocupación por querer encajar en el estereotipo es tal que es capaz erradicar dicho defecto (Giraldo y Belloch, 2017).
Para realizar una aproximación sobre el impacto en el desarrollo humano, Nussbaum piensa que tópicos como la dignidad y estima son puntos de partida para obtener un bienestar, pues estos aspectos repercuten en el estado mental de la persona y cómo concibe su realidad (como se menciona en Posada, 2016: 177).
Dicho esto y en la concepción de sí mismo frente a los demás, la corriente del interaccionismo símbolo percibe estos fenómenos observables en algunos adolescentes como evidencia que la construcción de su apreciación física, inclusive de sí mismo como personas, surgen de las representaciones en los contextos que más tienen contacto, el digital (Vite, 2018).
1.3 Ecosistemas
Desde un marco conceptual, Bronfenbrenner (como se menciona en Herrera y Ledezma, 2016: 83) en su teoría Ecológica propone que los adolescentes incorporan a su proceso de desarrollo humano lo que el contexto les proporciona, y entre estos ámbitos a manera de símil forman un ecosistema de tipo social que interactúan entre sí y con el púber.
De la misma manera, Scolari (como se menciona en González y Aguilar, 2019) en su teoría Ecología de los medios, realiza un análisis sobre la relación de los medios de comunicación y el impacto en el individuo, así como en su entorno social.
En suma, entre los cibernautas y el avance tecnológico han hecho a la esfera digital como la pantalla de las interacciones, impactos e influencias de los fenómenos que caracterizan a la generación actual.
En ocasiones se escatimiza las repercusiones que esto pueda suscitar en el adolescente y su frenética ansiedad por ser parte de la moda de la sociedad a la que pertenece, lo cual se alimenta por estereotipos.
A partir de lo anterior, este ensayo tiene como objetivo tratar de responder a la pregunta: ¿hasta qué punto influye la dismorfofobia en el bienestar mental de los adolescentes?
2. Desarrollo
Prosigamos con el análisis, Otero y Salguero (2014) mencionan que los entornos sociales y digitales son mutuamente incluyentes porque sus contenidos ideológicos pueden compartirse entre estos ámbitos, en otras palabras el adolescente adapta a su contexto aquello que adquiere de un medio a otro.
Lo que es lo mismo, los adolescentes que incorporan de manera nativa las tecnologías a su vida cotidiana valoran su entorno de forma distinta, esto incluye la forma de aprender, socializar y así como la construcción de su identidad, de la suya y de los demás (Peris, Maganto y Kortabarria, 2015).
Acerca de la adolescencia, Escorcia y Pérez (2015) representan a esta etapa biológica como un conjunto de cambios ligados con las emociones enlazado con la juventud y las diferentes construcciones sociales que rodean al púber, tales como las modas y tendencias que protagonizan y son pantalla de su actualidad.
En la misma línea, Arab y Díaz (2015) dicen que la esfera digital es otra representación del contexto social del adolescente, por lo que es común que algunos constructos sociales como su identidad real no se encuentre a la altura de aquellas que reciben la mejor calificación o valoración.
De lo anterior, puede generarse la falta de sentido de pertenencia, que dicho de paso puede ser el preámbulo de algún tipo de conducta de riesgo, pues esta negativa propicia problemas que deriven a trastornos mentales (Montoya et al., 2015).
Continuando con la idea, Imbert (como se menciona en Lozano, 2015: 3) piensa que los cúmulos emocionales de los adolescentes se adaptan a las interacciones existentes en la esfera digital, esto da como resultado la disponibilidad de los roles para desempeñar, pues este ámbito ofrece mayor abanico de opciones de ideales a elegir; habrá que uno se adapta a sus necesidades.
De la misma manera, Oropesa y Sánchez (2016) dicen que estas pantallas modernas de comunicación son usadas a partir de motivaciones personales, a partir de algún tipo de presencia deseada en internet. Una imagen de sí mismos para los demás. Una necesidad que se vuelve por satisfacer.
El consumo de contenidos en redes como Instagram adquiere importancia cuando el mensaje tiene relación con personas en situaciones cómodas y de bienestar; motivadores para ser imitados pues resuelven el sentido de pertenencia ausente en algunos adolescentes.
Potel (sf) piensa que los adolescentes comienzan a percibir las redes como Instagram similar a un espejo, pues una fotografía es una representación de sí mismos en la que su apariencia es aceptada por otros a partir de la cantidad de likes o comentarios a favor.
En términos generales entre más alto sea el número de las respuestas asertivas más se sentirá aceptado el adolescente por cumplir con las expectativas estéticas deseadas, en otras palabras se moldea algún tipo de canon de belleza validado por los mismos usuarios.
Así mismo, autores como Pérez, Pastor y Abarrou (2018) piensan que la definición de adolescente en la actualidad es una amalgama dirigida más allá de los aspectos fisiológicos y sociales de la etapa, sino se incorporan constructos de la era digital, que los hace cambiar su aspecto o look, en favor de lo que otros les funciona u ovacionan.
Para esto, es necesaria la búsqueda de líderes con quienes se sientan identificados, pues desde una lente sociológica el discurso dominante de estos individuos impactan en el devenir de lo que significa ser adolescente para el joven (Venegas, 2017).
En particular, la pantalla de Instagram ha sido utilizada como una forma de proyectar las realizaciones e idealizaciones de las personas. Para algunos adolescentes toman lo expresado mediante una fotografía la imagen de éxito, plenitud, de ideales físicos, pues significa un reto pertenecer a la misma élite que representan, de forma material y tangible, lo que es bello y estético (Zamora y Barrios, 2018).
La materialización de la belleza se va recogiendo desde diferentes ámbitos, no necesariamente ni exclusivo de las redes sociales. Buitrago, Ulloa y Vaca (2017) mencionan que la construcción de la estética es también adoptada a partir de individuos capacidad de ejercer influencia entre el público, por ejemplo: las estrellas de la televisión, cine, cantantes, deportistas o modelos.
Considerando su posicionamiento preferencial entre los jóvenes, estos influencers hacen uso de su apariencia como parte de la mercadotecnia que está detrás de ellos. Esto va desde busto o escote pronunciado, abdomen y brazos marcados, eliminación de estrías, ojos claros, entre otros atributos que gozan de preferencia y gusto.
Con lo anterior, se convierte en un pretexto para que el adolescente por al afán de alinearse al canon impuesto por el influencer, adopte acciones como ejercicios y dietas extremas o someterse a alguna cirugía estética o reconstructiva (Gutiérrez, Eunyce y Meléndez, 2018).
El bombardeo constante de contenidos con estereotipos ilusorios de belleza favorece para que exista competencia entre los influencers, pues para continuar teniendo la atención buscan distintas formas de transmitir una apariencia aún más perfecta.
Por ejemplo, el uso de filtros y retoques digitales haciendo que la fotografía, o su imagen per se, sea subjetiva y, por ende, el individuo a quien esta representa porque ambos no representan la realidad natural (González y Maroto, 2018).
En suma, estos son algunos de los escenarios en donde el adolescente se desenvuelve para hacer de su imagen o huella digital alineada a las tendencias de un bienestar físico, mismas que el resto de los cibernautas consideran como válido.
Sin embargo existe un escenario más. Una consecuencia de la dismorfofobia proyectada del ámbito digital al social y que pone en manifiesto las posibles conductas de riesgo a las que se enfrenta el mismo adolescente.
3. Conclusión
El objetivo de este trabajo fue responder a la pregunta sobre hasta qué punto influye Instagram en la dismorfofobia en el bienestar mental de los adolescentes, en concreto una de las conclusiones es un tipo de aspectismo hacia sí mismo.
Es decir, por una parte el joven se encuentra informado sobre aquella apariencia que no cumple con las expectativas de belleza y es objeto de discriminación, y por otro lado saber que se tiene los defectos y que son objeto de rechazo, esto da como consecuencia una especie de rechazo de él mismo, y que es fructífera si no se tiene los medios para corregirlo.
Llegado a este momento, cabe señalar que el presente ensayo no tuvo la intención de desprestigiar a Instagram ni a sus creadores. De manera objetiva, esta plataforma fue apreciada como la pantalla en la que varios cibernautas la utilizan para mostrar su imagen, el contexto en la que fue capturada, así como el impacto invisible que puede tener en algunos adolescentes.
Aunque Instagram cuenta con un formulario para reportar posibles conductas de riesgo, como el acoso y la difamación, se considera pertinente eficientizar el motor de seguimiento de tópicos o hashtags, pues en algunos casos utilizan estas etiquetas para atraer la atención de los jóvenes para dar apología hacia cierto tipo de contenido.
Sin embargo para la directora de políticas públicas de Instagram, Tara Hopkins, es un tema polémico y complejo: “Mucha gente que se está recuperando de trastornos alimenticios usa Instagram de forma positiva para apoyarse a sí mismos y a los demás” (BBC, 2019).
De lo anterior, se puntualiza el impacto trascendental que tienen los medios digitales, y sus contenidos, entre los usuarios. Acerca de esto, los trabajos de Bronfenbrenner (como se menciona en Herrera y Ledezma, 2016) y Scolari (como se menciona en González y Aguilar, 2019) son pertinentes al estimar el nivel de efecto de estos ámbitos, su interconectividad y el estadío que produce en los cibernautas en aspectos de concebir conceptos intangibles como la belleza, y cómo estos se vuelven universales para algunos como válidos.
Así, autores como Tetreault (2012) han utilizado el término universalidad como una forma de explicar un acto que es usado en beneficio para varias personas. El mensaje común entre influencers hace que acto universal sea reafirmado y válido, pues es una reminiscencia de la generación a la que pertenece el adolescente.
Al mismo tiempo, Nussbaum (2011) hace mención de cómo la dignidad es factor dentro del proceso de bienestar del individuo. Este aspecto es rescatado porque algunos jóvenes, con el afán de competir entre ellos pueden ir más allá de la simple pose.
Tal es el caso de mostrar sus genitales, realizar contorsiones para focalizar una parte específica de su cuerpo, situaciones que puedan dar a lugar a otras situaciones poniendo en discordia la reputación del joven.
Por otra parte Sen (cit. Groppa, 2004: 4) concluye que el individuo tiene libertad de elección sobre los caminos pertinentes para obtener su bienestar. Aunque este escrito no consideró los estados mentales previos de un adolescentes ante la dismorfofobia, sirva el tópico de bienestar apuntando al hogar como una posible futura línea de investigación, pues en este círculo social es en donde inicia el individuo su contacto con los valores y las repercusiones en los demás.
En última instancia se trata de una constante interacción e intercambio de mensajes, en las cuales cada uno de estos, de manera u otra, construyen el molde con la identidad digital del individuo; la lente del interaccionismo simbólico ayuda a explicar esta resultante como el efecto ecológico que se produce en el púber.
En estos ecosistemas, se encuentran aquellos contenidos disponibles que tienen alto índice de consumo para los cibernautas, aquel concepto que tenga la marca del mensaje en tendencia, lo popular. Además, estos ámbitos puede ser utilizados como escenarios no seguros para situaciones que no estén dentro de las construcciones consideradas en la actualidad como político correcto.
En suma, este ensayo solo nos aproxima a una posible consecuencia del aspectismo y de la dismorfofobia en el bienestar de los adolescentes, sin embargo desde entornos como el hogar y académico se le pueden proporcionar valores para que el joven pueda dar una mejor respuesta ante contenido ilusorio.
Si se considera la última idea, se podrá evitar algún tipo de conducta de riesgo: para él o para otros jóvenes, pues quizá pueda ser la causa de una dismorfobia en otros adolescentes, como él.
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