LA DEBACLE QUE COMENZÓ EN ASIA .

Federico García Morales

Para no escabullir el punto central de este análisis, vale la pena recordar que las primeras noticias sobre un estallido de la burbuja financiera, vino desde Hongkong.

A medida que han pasado los días, en diferentes lugares se hace notar la fuerza de las estructuras bolsísticas y monetarias locales, y se ha venido a desfigurar un tanto, y en Occidente se ha vuelto a alejar la importancia de los mercados del sudeste asiático en el desencadenamiento de la reciente corrida.

Al presente análisis tampoco interesa la perspectiva que pone a cualquier lugar del mercado globalizado como a la espera de interacciones extrañas. Partimos del supuesto de que este mercado es fuertemente solidario, pero que es obediente a ciertas condiciones de desarrollo desigual, que contiene ciertas asimetrías, que vienen a explicar, dentro de la solidaridad, comportamientos un tanto disparejos.

En un terreno estructural, desde hace algunos años, se ha hecho notar la fuerte diferencia, en el terreno de la economía mundial, entre las esferas productiva, la comercial y la financiera. Sobre todo, la inmensa separación de esta {ultima con relación a las anteriores. En el propio terreno financiero, ya de lleno en la situación de las bolsas de valores, se percibe también una considerable distancia entre los valores derivados, en relación a los valores subyacentes. En crisis anteriores, que también han tenido gatilladores locales, se ha hecho notar la importancia de estas diferencias. Las crisis, las rasgadutras de la esfera financiera se han dado sin exccepción en lugares "recalentados", sobresaturados por la compresión de valores trillonarios que no encuentran un exponente de multiplicación, o que han perdido desde hace tiempo toda relación con la producción real En este sentido puede recordarse el meltdown del milagro japonés, de comienzos de los 90, derivado del estallido de su economía"burbuja" fundada precisamente en el mercado de derivados y de la especulación de la propiedad raíz; o la crisis mexicana, con tantas dimensiones especulativas, que todavía se conmemora y viene a incertarse en la actual crisis que sopla desde el sudeste asiático. Esta sucesión dada como ejemplos, no implica que cada uno de esos lugares en donde se vió con alguna claridad desde hace algunos años la debilidad del sistema, estén ya vacunados frente a la crisis que comienza a desplegarse. Ya que ésta más que orientarse hacia una tranquila recesión, tiene potencial suficiente para poner en cuestión la operatividad del sistema financiero en su conjunto, a través de una serie de episodios explosivos, que como lo demuestra la debilidad revelada en esta ocasión por países como Argentina, Brazil o Indonesia, son bastante probables.

El fenómeno que estamos presenciando desde hace una semana, iniciado mediante una baja dramática de los valores, vale la pena enfatizar esto, no fue ni casual ni inadvertido. Desde 1995, se ha venido examinando muy de cerca el curso que tomaba el proceso económico y financiero en el sudeste asiático. En numerosas reuniones del FMI, del Banco Mundial, de comisiones especiales y de grupos de interés, como la Fundación RAND, amén de los informes de ministerios y bancos de la zona, se venía expresando el temor de una catástrofe inminente en el terreno financiero, la negociación de nuevas fórmulas en la paridad monetaria, y el examen del entorno social y político que eventualmente pudiera tornarse adverso a la continuidad de los negocios. En lo que ha sido una larga y a veces agotadora inquisición a las estructuras económicas del Asia, se ha estado monitoreando muy de cerca los comportamientos económicos y financieros de Japón, de Hongkong, de Thailandia, de Indonesia, de Birmania, Filipinas, Ceilán, Taiwan, Cambodia, y China. Lo curioso es que todos los dictámenes vienen a coincidir en señalar en todos ellos, causas de inestabilidad y hasta condiciones abiertas a la provocación de crisis muy serias.

Estos exámenes no se agotan con un diagnóstico regional; proveen también alcances y advertencias para otras zonas de las esferas productivas, comerciales y financieras involucradas, como los EEUU, Europa o América Latina. La llamarada de Hongkong puso todos estos alcances en perspectiva.

El estancamiento japonés.

Hace unos días un ministro japonés intentando definir la situación económica de su país, utilizó el término "estancamiento". Lo que pudiera ser sólo un eufemismo ministerial para evitar un enfoque menos optimista, ya que desde hace unos diez años Japón viene experimentando una serie de contracciones, y efectos que han quitado toda dinámica a su planta productiva. Un resultado del fracaso de un modelo fundado en la expansión acelerada del capital financiero, consolidado de manera hegemónica sobre el resto del sistema corporativo. Al menos desde 1980 y hasta 1990, esa economía podía definirse como "economía burbuja", caracterizada por la elevada especulación de la propiedad raiz y de los stocks de la bolsa, sobre todo en aquéllos rangos descritos como "derivados", lejanos a la "economía subyacente", esa economía de base que llegado un momento ya fue incapaz de sostener los valores especulativos, originando la primera gran crisis de la economía japonesa. El descenso de los valores en la propiedad raiz, provocó en una economía donde los bancos poseían gran parte de los stocks, una corrida que al cabo de cuatro años, hacia 1994, habia dado origen a una baja de los precios en la bolsa de casi un 50% en relación a 1989. La reacción posterior, ante una declinación de los ingresos bancarios, ha sido la concentración, que ha dado origen a inmensas entidades de crédito, verdaderas bombas en potencia si se estima la envergadura de las deudas.

Pero antes, muchos bancos fueron a la quiebra: Tokyo Kyowa Credit (1994),el Yuei Credit (1995), el Kyodo bank (1995), el Osaka Credit union (1996),etc.

Diversas maniobras politicas, como la recomendación de fusiones,el financiamiento de los jusens, la reducción de tasas de descuento,etc., han buscado sin exito reenderezar la situación de los bancos, pero sin lograr levantar el horizonte a largo plazo. Actualmente las cifras de la deuda de las instituciones financieras japonesas, oscila según los cálculos de diversas organizaciones bancarias en cifras que van de los 233 mil millones a los 656 mil millones de dólares. Esta situación no sería del todo comprensible sin la fuerte presión en torno al valor del yen, que desde 1985 se ha sostenido, permitiendo con ello una más fácil captura de créditos externos, sobre todo con respaldo gubernamental. La economía burbuja japonesa comprometió de este modo a la burbuja financiera mundial. La situación se agravó en los últimos años, con la extensión de las insolvencias. Hace un año, la deuda que no se estaba sirviendo alcanzaba a los 53,4 mil millones de dólares. Existe pues a la fecha una considerable debilidad en el sector financiero japonés, y a la cual no se le ve una solución fácil. Por una parte ha originado un efecto depresivo en la economía real en su conjunto, y medidas como un alza de los intereses,(que podría contribuir aún más a la depresión) o la devaluación del yen podrían desestabilizar aun más a los mercados (demasiado deprimidos) y tener un efecto boomerang sobre la maltrecha economía japonesa.

De todos modos, la percepción de esta crisis que podemos llamar larga, de la economía japonesa, produjo una migración de parte del capital especulativo hacia otras riberas del sudeste asiático, y si por un momento tonificó lo suficiente a esas economías como para contribuir al surgimiento de los Tigres de Asia, al reponer alli su experiencia burbuja, creó esos otros dispositivos críticos que ahora están estallando.

En estos días y en los que sigan, por estas razones, no se puede esperar un impulso "bull" desde el interior de las finanzas japonesas, y su bolsa seguirá con gran fidelidad las declinaciones a que están llamando el resto de las bolsas del sudeste asiático.

En el principio estuvo Thailandia...

Thailandia fue uno de los Tigres... un modelo a seguir por algunos países de América Latina. pero el 2 de julio pp, debió dejar flotando, o más bien hundirse a su moneda,el bath, que sufrió una baja del 18%. Un mes después el FMI intentará rescatar del desastre a Thailandia, mediante un préstamo de 17.2 mil millones de dólares, a cambio de las consabidas promesas de austeridad, a costas del trabajo y de los precios. Pero al hundirse el bath, arrastra a las monedas de Singapur, de Malasia. de Filipinas, de Vietnam, y conforma parte importante del cuadro que será refrendado por la caída de la bolsa de Hongkong.

¿Pero qué ocurría en Thailandia? Era una economía que se había inflado con grandes inversiones externas, atraídas por la mano barata y la especulación sobre la propiedad raíz, pero este mismo capital vino a significar un aumento insostenible de las presiones inflacionarias. La paridad monetaria se construye asi sobre bases ficticias; se expande la práctica del crédito a corto plazo, y préstamos sobre todo vinculados a la especulación de la propiedad inmueble. El endeudamiento externo crece inusitadamente en los cuatro últimos años, Esto da origen a un cierto boom, que dura hasta 1995. pero después se hace sentir la inflación y la falta de liquidez.

Más abajo, la esfera comercial experimentaba contracciones, el mercado se contraía. De este modo crece también la situación crediticia insolvente, en la forma que caracterizó a otras "economías burbuja".

Para apoyar la consolidación de una burbuja frágil también en su solidaridad, Thailandia realiza un número de aventuras en sociedad con Singapur, Malasia e Indonesia, donde capitalistas de un pais invierten también en los otros. Todos llegan a tener un interés particular en el sur de China, y en las inversiones potenciales ofrecidas por la apertura de dicho país. Una situación que no deja de proponer su propio sistema de contradicciones, ya que en lo inmediato sirve para dar sólo otro nombre a la fuga de capitales.

Es interesante anotar también, que Thailandia llega a esta crisis embarcando grandes capitales estadounidenses y japoneses, y que en su crisis también los compromete a éstos. Esta crisis tiene como trasfondo un modelo de producción (y de inversión) que no tiene ya mercado. Su salida podría ser el reforzamiento bien dificil ya, dados los limites alcanzados, en el valor del trabajo, o la toma --a contrario de hasta ahora-- de un camino deflacionista en una intensa lucha por el mercado de baratijas, tendiente a atraer al capital maquilero y especulativo. Pero en este camino se encuentra con la sombra de China.

Pero en el principio también estaba Indonesia...

En el caso de Indonesia nos encontramos con otra perla desgastada de economía de mercado. Que tuvo sus actos de fundación en las grandes masacres de hace casi treinta años, cuando se instaló la dictadura genocida y en tantos aspectos, neoliberal, de Suharto. (Véase en este número "La crisis actual en Indonesia"). también pais maquilero, hasta los extremos concentracionarios, también una economía burbuja, con inmensos agregados de corrupción y con signos de envejecimiento, pero también en crisis.

El modelo económico se funda en la apertura a las corporaciones trasnacionales y al capital especulativo norteamericano, japonés y coreano, que en la esfera real busca sobre todo mano de obra barata, y aqui, disciplinada.

Como en el caso japonés, el espacio dejado aqui a la esfera financiera es extremadamente amplio, y ha buscado su expansión a través del endeudamiento privado y público, con el apoyo de las esferas más altas del poder.

La crisis de la situación en Indonesia, arrastrada por el huracán hogkonés, atrajo inevitablemente la atención del sistema corporativo internacional, y la presencia del banco Mundial y del FMI en el monitoreo de la situación. Y fueron recomendadas en los días pasados medidas tan enérgicas, que implicaron el cierre de bancos que pertenecian a los propios familiares de Suharto. Y ahora éste se antoja campeón de la reestabilización y del combate contra la especulación, y llama a una intervención de las Naciones Unidas para que venga a salvarle el negocio y la dictadura.

En Indonesia hay que contar no solamente con una crisis económica: se da también alli, y particularmente al calor de los hechos recientes, la llegada a una pendiente en donde se harán sentir los factores políticos, que provienen del desgaste del régimen y del crecimiento multitudinario de una oposición.

Malasia, la devaluación de un modelo y del ringgit.

Su primer ministro, el Dr. Mahathir Mohammad, indignado señalaba hace algunos días que los especuladores trataban de destruir el bienestar de su pueblo, y su ministro de Justicia reclamaba la pena capital para los cambistas.

Parecían estarse alejando del elogio sostenido a la economía libre de mercado que hasta ahora modelaba a los países del Sud este asiático, y sus intrincados y tan especulativos lazos financieros.

Esos lazos se estaban haciendo valer, pues la caida del ringgit sirvió de enlace a la caida de otras monedas. También hicieron valer en la noticia, la presencia de quienes controlaban efectivamente "el milagro" en Malasia, entre otros, la familia del Dr.Mahathir. Pero alli estaba tambien el rey del cedro,Ting Pek y otros billonarios ,pero al parecer también con alguna intervención del financista George Soros, una presencia fantástica que se exagera, que permite desviar la atención de la actuación consolidada del sistema trasnacional. Estas conexiones, hacen dudar en la propaganda del Dr. Primer ministro, ya que eventualmente pudiera estar en el interés inmediato de la elite gobernante una ·devaluación sustentable", a la mexicana, y a tono con el proceso deflacionario a que invita el resto de las economías asiáticas. El problema de Malasia es su oscilación entre una estabilidad política que reclama crecimiento hacia adentro, y la inflación especulativa que reclama una economía hacia afuera, limitada ahora por concurrencias no calculadas y estrechamientos del mercado internacional, ensombrecido ahora por la contracción salarial, el desempleo y la extensión que va tomando la crisis financiera.

La economía de Malasia, que ensambla con las características de sus vecinos, también de burbuja, puede llegar a ser significativa para el destino de esa otra monstruosidad milagrosa, Singapur.

Pero con sus 19 millones de habitantes, sufre vértigos frente a las dinámicas que vienen surgiendo de China, con sus 1.200 millones, e Indionesia, con 200 millones. O frente al poder, muy significativo, de entrar en un proceso de ruptura, de las esferas económicas de Japón y de Corea del sur. En todo caso, Malasia no es el lugar en donde hoy por hoy pueda equilibrarse una recuperación. Antes al contrario, será actor y espejo del rebote recurrente a que invita un mercado a la baja.

Corea

Envueltos en el proceso de industrialización acelerada, pero drenando recursos del sector burbuja,( sobre todo la especulación de tierras y préstamos al gobierno) la banca sudcoreana está agobiada de deudas impagas. Los créditos al gobierno para subvencionar proyectos industriales sobre todo, paracen conformar el bulto de estas deudas. Lo que indudablemente benefició al crecimiento de conglomerados (ej.Hyundai, Samsung) a través de los cuales se identifica el crecimiento económico de Corea del Sur. Esto no estaría tan mal, si no fuera que los bancos han debido cargar con los proyectos que fracasaron. Y más de la mitad de la deuda de los bancos, provienen de estas operaciones.Ej. Hanbo Steel,solamente, un conglomerado metalúrgico, ha acumulado una deuda superior a los 5.8 mil millones de dls. mientras la Sanjiijong Motors tiene deudas por 4.2 mil millones. Frente a esto, el gobierno ha tratado de injectar fondos de ayuda en el sistema bancario que, sin embargo, se ven insuficientes. En estas condiciones Corea llega a la crisis actual con un sistema bancario extremadamente debilitado.

Ahora, esa banca, tan ligada al gobierno, cuando recibe la orden de intervenir como regulador del mercado de valores, carece de fuerza.

Esta situación se agravó al recabar Corea su admisión a la Organización de Países Desarrollados, para lo cual debió aceptar la liberación de su mercado bancario y , con ello, la intervención de la banca extranjera que crea una heterogeneidad en la manera tradicional de operar.

La economía Coreana, por otra parte, tiene como elemento generador de espectativas el peso de la gran economía China, y de los riesgos que su desarrollo le proyecta, y por otro, la viabilidad (incluso sobre las bases de su proyecto nacional) de futuras alianzas con Japón. Esos elementos, a los que se agrega la pendiente cuestión de la unificación con Corea del Norte, y la proyección de EUA, afectan la estabilidad de este extremo de la península. Su pacto con los sistemas del SE asiático, conforma otros ensambles que hacen de Corea del Sur otro espacio pronto a resonar frente a un brusco desequiliro financiero como el que se está notando. E internamente su situación deja mucho que desear.

Singapur, estrategia de la riqueza

Asi parece haberlo intuído Thomas Stamford Raffles, el aventurero que obtuvo en 1819 las isletas del sultanato de Johore, que parecian como estación obligada entre India, Birmania y China y los archipiélagos del sudeste asiático,donde edificaría el puerto de Singapur.

Esa posición estratégica fue duramente disputada en la segunda Guerra Mundial, porque venia a formar parte de proyectos geopolíticos e imperiales encontrados.

En años recientes, Singapur se acompaña de una nueva estrategia, en una independencia tiránica, empresarial y global, se formula en la apariencia como un estado-ciudad, mientras participa en una serie de esquemas que facilitan el movimiento de sus inversiones y proyectos de dominio. Singapur es el corazón del ASEAN, una asociación de países en donde paulatinamente se han ido integrando grandes zonas del sudeste, para el próximo año se esperaba el ingreso de Cambodia, Laos y Myanmar. Y para años siguientes, una extensión que podría enlazar al resto de Indochina, sino a la misma China continental o fracciones de ella (sur y sureste). El elemento esencial de estas uniones es el movimiento inversor que tiene su centro en Singapur. Su dominio es incontestable en toda la antigua Malasia, con una enorme influencia en Indonesia y Filipinas. De modo que la economía de Singapur no puede confundirse con su perfil de ciudad/estado. En donde sólo debe verse el corazón, plasmado en la operación de cerca de 30 mil empresas, representativas del capital transnacional la mayoría de ellas. Y con un habilitamiento financiero que responde al ya clásico modelo burbuja, que cobra fuerza y se reproduce a partir de los esquemas que extienden la marca singaporesa en el resto del espacio asiático.

La extensión de la crisis hacia el interior de estas zonas, viene a perfilar la crisis de la estrategia que hasta ahora venía alimentando a Singapur. Al punto que durante este año ha experimentado la pérdida de casi el 60% de su capital en dólares.Una expresión de la presencia en el seno de sus negocios del capital especulativo. Buena parte de estas pérdidas se dieron en las últimas semanas, junto con la baja de Hongkong. Pero probablemente no tuvieron un origen exclusivo en dicha baja: es que la economía de Singapur ya estaba enferma. En agosto del 1996, el stock de la ciudad León marcaba los 2500 puntos, y en octubre del mismo año, tan sólo 1900. Y se siguen en los meses siguientes constantes derrumbes de valores, dificultades financieras y una fuerte presión devaluadora, en medio de una incapacidad para establecer politicas de precios que localicen ventajas competitivas razonables. Bajo esas condiciones viene a resultar dudoso el éxito de los esquemas expansivos, la marcha hacia la conquista del mercado chino,etc.En lo inmediato se ve venir una lucha al interior de los siete más importantes en el sudeste asiático.

La nueva cuestión china...

Algunos analistas extreman su apreciación de China, al juzgarla solamente como un actor más de la economía de mercado. Pero China contiene también otras dinámicas... Por si sola, es el país más grande de la tierra, y su problema poblacional es solidario a problemas de empleo, producción y distribución. Su política económica, si ha de bordear serios problemas sociales, debe aceptar como principio fundamental si no el bienestar al menos un planteamiento social de niveles mínimos de sobrevivencia. Y ha alcanzado algo más y propuesto serias expectativas de mejoramiento en las condiciones de vida .

Sin embargo, y ahi está la tentación, todavía ofrece espacios de desempleo y de fuerza de trabajo muy barata.

Por otro lado, la economía china no ha encontrado nunca un punto de equilibrio en su traslado a través de una serie de transformaciones en sus relaciones y modos de producción. No se puede hablar de un sistema socialista, aun cuando se presenta propiedad estatizada y la subsistencia de las grandes reformas agrarias del periodo revolucionario.`El sistema, ampliamente estatista ha configurado un ensamble de clases que ha producido el resurgimiento, sobre las bases burocráticas, de un nuevo mandarinato con propensiones propietarias, que hasta ahora hegemoniza el proceso, a la búsqueda de una transición hacia el capitalismo más o menos en el estilo de las ex repúblicas soviéticas.

Consciente de estos sintomas de transición, el propio Clinton ha favorecido el ingreso de China la Organización Mundial de Comercio, y durante la visita reciente del Presidente chino, externó la necesidad de otras aperturas.

En estos planteamientos se hace notar la importancia potencial del mercado chino, y la importancia de acelerar la destrucción de las estructuras heredadas de la revolución. En el fondo, se trata de un amplio proyecto contrarrevolucionario con formatos de mercado. Sin embargo, es un mal camino empedrado de intenciones aviesas. Para cumplir con sus compromisos con Occidente, los burócratas chinos y los sectores empresariales comprometidos con ellos, deberán enfrentar sólidos conflictos de clase. Por ejemplo, los campesinos, tras la pérdida de su tierra, no van a encontrar tan fácil empleo en las ciudades --una situación que hasta ahora se había evitado mediante el experimento de las comunas . .

China, por otro lado, y explotando las estructuras y relaciones vigentes, ha sido el país con un mayor crecimiento en su PIB en los últimos años. Sobrecalentar esa economía implica no sólo riesgos para los mercados vecinos y hasta mundiales, sino también las posibilidades para una gran catástrofe ecológica. (sobre todo por el uso del carbón y la liquidación de áreas verdes, la contaminación de rios, etc.China es actualmente el más gran de productor del efecto invernadero) Pero también puede significar--y en una escala dificil de imaginar-- la introducción en su seno de las economías burbuja (que de todos modos ya han empezado a operar). De algún modo, a través de la incorporación de Hongkong, de las aventuras singaporesas, de los planes de enclaves en el sur de China, ese proceso ya se ha iniciado. Y no del modo más promisor, mediante una extensión del desempleo.

Este proceso, de todos modos va configurando a China, sino como socio principal de los EEUU, como el poder más grande del bloque eurasiático y como la segunda superpotencia.

Esto último hace pensar en relaciones más que conflictivas con Japón y con los antiguos y quizás hasta recientemente pretendientes del sudeste asiático.

Hechos estos alcances, si se puede entrar a estimar la participación de China en los efectos de Hongkong.

1) La transformación de China y la conquista del mercado chino parecía estar entre los planes que rodearon la cesión de Hongkong. De hecho se instalaba un fuerte brulote capitalista en las mismas entrañas del sistema chino, y el sistema parecía aceptarlo, e intentar jugar con sus reglas.

2) Se produce en los meses previos un ataque concentrado del capital especulativo sobre la divisa hongkonesa, con vistas a conquistar la llave hacia el mercado interior. No en vano, parte importante de la inversión exterior china en el interior, provenía de Hongkong, Macao y Taiwán . Una cifra de 1992, reporta que entre Hongkong y Macao las inversiones que se enderezaban a China continental era del orden de los 7.7 mil millones de dólares. Y también los países del ASEAN daban su contribución en aventuras conjuntas en que aparecía interesada la importación de combustibles.

3) Poco antes de la explosión hongkonesa, la prensa china analizaba la crisis monetaria que discurria por el sudeste asiático, y detectaba la gran demanda de liquidez, los déficit , la retirada de los inversionistas, la poca saludable situación de los sistemas financieros, y declaraba a Hongkong libre de todos estos males, y poseedor, junto con China continental, de grandes reservas y una estructura financiera fuerte. En el tiempo inmediato esa pretendida fortaleza se pondrá a prueba, y sobre todo tenderá a dividir a los chinos entre partidarios de la conservación de los valores del yuan y del dólar hongkonés, y de la estabilidad del sud este asiático, o de su devaluación, unido a un impulso comercial más centrado en la transformación de China, o a un nuevo impulso a su crecimiento.

Los lenguajes de Hongkong

Es llamativo este Hongkong que hace poco celebraba su inclusión en la China comunista. Todo se celebraba en función, no de un espíritu proletario, sino de promesas de expansión del capital. Y para no mover a engaños, si los obreros de Hongkong recibían el último año un aumento del 8.6%, los grupos gerenciales se aseguraban paquetes de alza del 30.4%. Y hay que apreciar el volumen de los sueldos gerenciales, ya que un director de conglomerado, Manuel Pangilinan, podía percibir un sueldo de 111 millones de dólares hongkoneses al margen de otras utilidades por valores equivalentes.

Quizás por eso, el Jefe Ejecutivo de Hongkong, Tung Chee-hwa, podía declarar, asumiendo tonos continentales: "Toda el Asia ha recorrido hasta ahora un largo camino"... (y celebraba el hecho de que todos juntos, China, Japón, Corea, los de la ASEAN,etc. tendrían para el siglo por venir una economía más fuerte que la de EEUU y Europa juntos) y agregaba en tono más tranquilizador estas palabras : "A pesar de las recientes turbulencias en los mercados financieros del Sudeste de Asia, tengo la confianza de que la economía de esta región continuará expandiéndose con éxito".

Mientras, en otro tono, George Soros , que acababa de perder 2 mil millones de dólares, anunciaba que no quería guerras de palabras ni de ninguna otra clase, y que "jugué sólo un papel menor en el mercado y ciertamente no fue un papel desestabilizador".

Pero en silencio, trillones de dólares se echaron a volar, y son como "un fantasma que recorre el mundo".